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Libro(PDF): «Retos latinoamericanos en la lucha por los comunes. Historias a compartir»

Reseña: CLACSO

A lo largo de la historia, particularmente en las últimas décadas, los pueblos campesinos e indígenas han sido despojados de sus territorios por distintas vías, incluyendo su patrimonio biocultural tanto tangible como intangible. Desde las tierras bajas o altas, los bosques, la biodiversidad, las selvas, los manantiales, los ríos, la agrobiodiversidad, las semillas, los conocimientos, las agroecotecnologías que transforman, conservan, utilizan y regeneran han sido la base de la vida, de la identidad y de la historia de los pueblos originarios. Las aceleradas apropiaciones y la destrucción de los comunes naturales por las corporaciones transnacionales han generado procesos de despojo centrales para abrir nuevos espacios de inversión, generando salidas espaciotemporales frente a las crisis de sobre-acumulación. Inclusive, los Estados latinoamericanos compiten para recibir porciones del capital global en sus territorios para tener «oportunidades» de inversión, a costa de la devastación de los comunes a través de la apropiación instrumental de la naturaleza y de los pueblos que les dan vida a expensas de la explotación laboral y la precarización de sus derechos sociales.

De las Reflexiones finales de Elena Lazos Chavero

Autor (a): 

Elena Lazos Chavero. [Coordinadora]

Elena Lazos Chavero. Cecilia Gárgano. Edith Carolina Pineda Pinzón. Luz Palestina Llamas Guzmán. Claudia Dary. Claudia Rivera Rosales. Gabriela Lichtenstein. Cloe Mirenda. [Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-611-9

Descarga: Retos latinoamericanos en la lucha por los comunes. Historias a compartir

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2212&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1404

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Brechas

Por: Elisabeth de Puig

En tiempo de pandemia crece la brecha entre quienes estudian en escuelas privadas de calidad y los de las escuelas públicas.

Son muchos los cambios sociales que se han producido como consecuencia del Covid-19. Uno de ellos es, sin lugar a dudas, para bien o para mal, el aumento de la presencia de Internet en nuestras vidas.

La tecnología digital está cambiando el mundo provocando la toma de conciencia de la brecha entre aquellos que tienen acceso a ella y los que no pueden integrarse según datos del informe de UNICEF The State of the World’s Children 2017: Children in a Digital World”.

A la brecha social se han añadido brechas adicionales: la brecha digital, que hemos constatado en toda su crudeza durante el confinamiento de las familias; la brecha económica que ahora, sencillamente, ha dejado sin ingresos a muchos, y la brecha educativa al quedarse niños, niñas y adolescentes descolgados de sus colegios.

Según datos de Unicef, el Covid-19 obligó al 95% de los niños y niñas de América Latina y el Caribe a suspender su asistencia a las aulas. Desde la primaria, hasta la universidad, las clases virtuales llegaron de manera forzada. Este fenómeno amplifica las oportunidades de los niños de entornos más favorecidos, mientras reduce las de los más desfavorecidos.

Centros educativos privados han desarrollado sus propias plataformas, muchas de ellas con bastante éxito; no obstante, al pasar el tiempo han dejado ver sus debilidades.

Al principio del confinamiento estos nuevos métodos han jugado un papel muy importante.La inclusión de la educación digital supone una mejora educativa por su novedad, que aumenta la motivación de los estudiantes.

Sin embargo, una vez pasada la novedad, ha sido comprobado por especialistas de la innovación educativa con medios digitales en varios países y por los mismos padres que la mejora disminuye.

Esta implementación ha permitido salvar el año escolar para muchos alumnos capaces de trabajar por sí mismos, pero paulatinamente se ha vuelto una carga pesada para los padres de los más chiquitos que han tenido que dedicar dos y más horas al día a las clases digitales y que a la hora de reincorporarse al trabajo virtualmente o presencialmente tienen dificultades para seguir asistiendo sus hijos e hijas por horas.

En nuestro sistema de enseñanza pública deficiente y atrasado tecnológicamente, el Ministerio de Educación ha habilitado un sistema virtual de enseñanza. En la mayoría de los casos los profesores envían las clases por WhatsApp o interactúan con sus alumnos a través de aplicaciones como zoom, sin la debida preparación ni las exigencias académicas necesarias, con padres sin preparación adecuada, dejando irremediablemente de lado un sector de la población infantil que no tiene acceso a estas herramientas, lo que pone a estos estudiantes en desventaja.

El abandono de un sector de la población infantil por las autoridades educativas confirma la idea que la defensa de los derechos de la niñez no ha sido todavía bien asimilada por las mismas instituciones públicas que deben velar por su cumplimiento. En esta pandemia los más vulnerables, los hijos de migrantes, los discapacitados han sido olvidados por el sistema escolar o de ayuda alimenticia.

Al concluir el año escolar de forma no presencial el confinamiento dejará grandes lagunas entre muchos alumnos y alumnas, que se acumularán con el déficit crónico en lectoescritura y matemática que arrastra la educación dominicana.

En tiempo de pandemia crece la brecha entre quienes estudian en escuelas privadas de calidad y los de las escuelas públicas. Crece la brecha en la enseñanza pública entre quienes están conectados y los que no en los barrios marginados, lo mismo que entre las zonas rurales y las urbanas.

Crece la vulnerabilidad del sistema educativo en general y de la revolución educativa enarbolada por el presidente Medina. Crece el temor a la desaparición de la tanda extendida para poder acomodar los alumnos a la nueva normalidad;se dice que se mantendrán las comidas, que se volverá al sistema de tandas matutinas y vespertinas para el año escolar 2020/2021.Crece el temor que el 4% para la educación quede relegado en las mazmorras de la historia con la crisis económica que se avecina.

¿Cómo prepararse para la reintegración de niños y niñas que habrán olvidado parte de las rutinas adquiridas y de los contenidos aprendidos?

¿Cómo evitar las deserciones masivas y reenganchar nuestros alumnos y alumnas al sistema luego de varios meses de vaganciaen escuelas que tienen menos espacios que nunca?

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/brechas-8834629.html

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Entrevista al periodista británico Andy Robinson: Las nuevas venas abiertas de América Latina: Un periodista inglés revisita la obra de Eduardo Galeano

Por: Irene Hernández Velasco

El año próximo se cumple medio siglo de la publicación de Las venas abiertas de América Latina, el famoso ensayo obra del escritor uruguayo Eduardo Galeano.

Un libro que se convirtió en la biblia de la generación de izquierdas que alcanzó el poder en la zona a principios del siglo XXI (Lula, Evo Morales, Rafael Correa o Hugo Chávez) y en el que se narraba el salvaje saqueo de los recursos naturales de la región por parte de los imperios coloniales primero y de los estados imperialistas después.

«Los latinoamericanos somos pobres porque es rico el suelo que pisamos», sentenciaba Galeano.

Para escribir Las venas abiertas de América Latina, Galeano recorrió buena parte del continente.

Ahora un periodista británico, Andy Robinson (Liverpool, 1970), ha realizado muchos de los mismos viajes que efectuó hace medio siglo Galeano (Potosí, Minas Gerais, Zacatecas, etc.) para analizar cuál es la situación actual de las materias primas en América Latina y ver si han cambiado las cosas.

El resultado es un libro estremecedor titulado Oro, petróleo y aguacates. Las nuevas venas abiertas de América Latina (Editorial Arpa).

Un ensayo en el que Robinson detalla cuáles son las nuevas riquezas de América Latina (coltán, petróleo, litio, soja, niobio, aguacates…) y en el que revela cómo una docena de materias primas explican los últimos golpes de Estado, las rebeliones ciudadanas y la crisis medioambiental en ese continente.

Y advierte que la pandemia de coronovirus puede representar otra década perdida para las economías de la región, que ya se encontraba en un estado terriblemente débil, y que está agudizando terriblemente las desigualdades sociales.

Galeano en 1988. Foto: Getty.

—Eduardo Galeano sostenía: «Los latinoamericanos somos pobres porque es rico el suelo que pisamos». Usted que ha recorrido muchas de las rutas que él hizo, ¿considera que sigue siendo verdad esa máxima?

—En alguna medida sí. No creo que sea casualidad que los países en desarrollo que más han logrado estrechar la brecha con los países ricos sean los asiáticos, que tienen pocos recursos naturales.

Eduardo se refería a lo que se suele llamar la maldición de las materias primas en el sentido de que despertaban la avaricia colonialista y un saqueo implacable a lo largo de siglos de los recursos naturales, primero por las potencias coloniales y luego las multinacionales.

Creo que los gobiernos de la izquierda en América Latina entendieron que era necesario «nacionalizar» esos recursos y utilizar los ingresos para redistribuir la renta, y su enorme mérito es haber sacado a millones de la pobreza.

Pero no lograron salir de la trampa de la dependencia de la exportación de materias primas y por tanto permitieron sobrevaloraciones de sus divisas. Y cuando terminó el súper ciclo de precios altos de las materias primas, les pasó factura.

Al margen de esa explicación económica −mi libro no pretende ser una tesis sino que es una serie de crónicas periodísticas− lo maravilloso de esa frase de Galeano es la paradoja que describe.

Y las paradojas son útiles para entender la realidad esperpéntica de América Latina. He intentado destacar unas cuantas paradojas en el libro.

El fenómeno de Alicia en el País de las Maravillas de correr para quedarte en el mismo sitio se puede aplicar a muchas actividades de la economía de materias primas.

Andy Robinson (Liverpool, 1970), ha realizado muchos de los mismos viajes que efectuó hace medio siglo Galeano. Foto: Cortesía de Andy Robinson.

—¿Cuáles son las nuevas materias primas que hacen de América Latina un continente riquísimo?

—No son nuevas, pero Brasil se ha convertido en el productor de soja, carne y pollo más grande del mundo.

La exportación de estos alimentos básicos genera muchos ingresos pero como se explica en el libro, las consecuencias medioambientales y sociales son muy preocupantes.

En cuanto a minerales tenemos metales como el niobio y coltán en Brasil y Venezuela que, en el contexto de una suerte de Guerra Fría versión siglo XXI entre EE.UU. y China, se han convertido en recursos que tienen un valor geopolítico.

Y se explica también que el litio en el salar de Uyuni en Bolivia −que Evo Morales quiso industrializar para fabricar baterías y hasta coches eléctricos− acabó desempeñando un papel en el golpe de noviembre del año pasado. Aunque un papel contradictorio y paradójico.

—¿Y por qué todas esas riquezas naturales siguen sin transformarse en prosperidad económica para ese continente?

—Por el motivo comentado antes. Hay que crear valor en una economía moderna y a veces la presencia de recursos naturales te ofrece un «camino bajo» de desarrollo en lugar del «camino alto» elegido por China.

Pero esas son cuestiones complejas y el libro no pretende ser una tesis sobre la gestión económica ni dar recetas simplistas.

Es una serie de crónicas de viaje, cada una inspirada por un recurso o una materia prima como punto de partida, pero luego se va un poco por las ramas.

En el capítulo del oro hasta se llega a Salt Lake City para hablar del fetichismo por el oro de la derecha cristiana en EEUU. Y en el capítulo de la plata de San Luis Potosí en México se acaba hablando más del peyote.

En el de la papa, viajo a Los Andes donde los indígenas crearon 4 000 clases distintas de papa, en busca de una salida de mi propia adicción a las papas fritas.

Hay un homenaje a las venas abiertas en cada capítulo, pero confieso que las crónicas ofrecen pinceladas descriptivas y testimonio de los pueblos más que un análisis económico profundo.

—Galeano denunció en su libro el saqueo de los recursos naturales de América Latina por parte de los imperios coloniales y postcoloniales. ¿Quién se beneficia ahora de las materias primas de América Latina?

—Pues durante el periodo de la pink tide (la marea rosada, como se conoce a la mayor influencia en el siglo XXI de la izquierda en América Latina) se logró que el estado se beneficiara más de estas actividades y por lo tanto ayudaron a transferir rentas a los más necesitados.

Ahora tras los golpes en Brasil, Bolivia y en cierta medida en Ecuador, vuelven a ser las multinacionales extranjeras…

—Muchas de esas materias primas se extraen en lugares extremos. ¿Cómo son las condiciones de trabajo en general de los trabajadores que se dedican a sacarlas de la tierra?

—Yo hablo en varios capítulos de las condiciones de los mineros artesanales, de los barqueros colombianos y de los garimpeiros brasileños.

Sus condiciones de trabajo son duras, pero no tanto como las condiciones que dejan a las comunidades indígenas tras la deforestación, el envenenamiento con mercurio y cianuro y el asesinato de campesinos.

A diferencia de las economías extractoras de azúcar, café o banana del siglo XVII y XVIII que Galeano describe, la nueva agroindustria de soja y carne no emplea a mucha gente.

Pero desplaza a comunidades campesinas y destruye la selva, tal y como se describe en el libro.

Las materias primas siguen siendo esenciales para las economías de la región. Foto: Reuters.

—Los gobiernos de izquierdas en Latinoamérica −Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia…− apostaron por acelerar el crecimiento de sus países y tratar así de eliminar la pobreza a través de la exportación de materias primas. ¿Lo lograron? ¿Qué falló?

En Brasil el modelo no dependía exclusivamente de las exportaciones de materias primas pero el Partido de los Trabajadores (PT) acabó sufriendo las consecuencias de la apuesta por exportar soja, hierro y carne.

Yo trato de explicar el caso del hierro y de la compañía Vale, que provocó una catástrofe medioambiental en el río Doce, el más grande de Brasil después del Amazonas.

En Venezuela, la dependencia del petróleo fue desastrosa para el chavismo, sobre todo si se tiene en cuenta que su primer comprador era EE.UU., país que ha apoyado una serie de golpes de estado en Venezuela…

En Bolivia, los resultados económicos fueron excelentes, pero la dependencia del gas empezó a pasar factura después de la caída del precio.

—¿La causa de ese fracaso es el precio tan volátil de las materias primas? ¿Por qué sus precios están sujetos a cambios tan fuertes?

—Porque están establecidos en mercados internacionales y se someten a una dinámica «boom to bust» (ciclo de prosperidad y luego caída) de sobreproducción y luego exceso.

Al mismo tiempo, hay mucha especulación ya que los inversores venden y compran las materias primas como si fueran activos financieros.

—Explíqueme qué relación hay entre el Superbowl, el partido final de la Liga Nacional de Fútbol Americano en Estados Unidos, durante el cual se ha puesto de moda comer guacamole, y la sobreexplotación del cultivo de aguacate en Latinoamérica…

—En el libro, en el capítulo sobre el aguacate, explico que es algo que tiene que ver con las modas y los caprichos, un fenómeno muy extendido en nuestra era de capitalismo de consumo y marketing.

Y trato de explicar como es muy fácil implantar esas modas mediante campañas de publicidad, etc., en un país como EE.UU., con una cultura culinaria débil.

Es relativamente fácil convertir un producto como el aguacate en un elemento imprescindible del menú, y eso es lo que ocurrió con las comidas que se consumen durante el Superbowl con el guacamole.

Y esa explosión de la demanda genera la oferta, y es lo que ha ocurrido en Michoacán, donde se han destruido bosques de pinos autóctonos para plantar arbustos de aguacate, al mismo tiempo que se van secando los acuíferos.

Y ahora pasa lo mismo en Chile y en Colombia, en lo que empieza a ser una sobreproducción típica de este tipo de fiebre extractora de las materias primas.

—En 2000 cada estadounidense consumía un kilo de aguacate al año, hoy consume 2,5 kilos, un 150% más. ¿Por qué eso no se traduce eso en una mayor riqueza para México, Chile y Colombia, sus principales productores?

—En algún sentido sí que contribuye a un crecimiento de esos países, pero es un crecimiento desigual y en el caso de Michoacán la producción de aguacates está dominada por grupos criminales.

Los aguacates son el nuevo oro para algunas economías latinoamericanas. Foto: Ronaldo Schemidt/AFP.

—¿Quién está detrás de la sobreexplotación del aguacate en el estado mexicano de Michoacán?

—Grupos de la delincuencia organizada han entrado en el negocio del aguacate. Son mafias muy violentas y hay unas historias espeluznantes que cuento en ese capítulo, con cadáveres colgados de puentes y ese tipo de cosas.

—¿Qué efectos tiene esa sobreexplotación para el medio ambiente, dado que ese cultivo del aguacate requiere muchísima agua? ¿Puede darnos algún ejemplo?

—En el caso de Michoacán ha sido un problema muy gordo y aquí se están secando los acuíferos subterráneos, mientras que los maravillosos lagos de Michoacán como el lago Pátzcuaro, se están contaminando y pierden agua.

Es aún más triste porque la civilización indígena de la zona de los lagos de Michoacán fue una de las más sofisticadas, y eso se explica en una visita a una de las ruinas en la orilla del lago Pátzcuaro.

—Venezuela es riquísima en petróleo. ¿Ha sido esa la causa precisamente de su desastre? ¿Por qué?

—Creo que el fracaso de Chávez de cumplir con su proyecto de diversificación de la economía venezolana sí que ha pasado factura los últimos años, porque esa dependencia del petróleo en el 98% de sus exportaciones se tradujo en una crisis gravísima después de la caída del precio del crudo en 2013 y 2014.

Y fue rematador el embargo petrolero estadounidense adoptado por Donald Trump en los últimos dos años, parte de un intento de golpe de Estado en el cual Juan Guaidó es un títere.

—Usted sostiene que una docena de materias primas están detrás de los últimos golpes de Estado, rebeliones ciudadanas y crisis medioambientales que ha sufrido América Latina. ¿Cómo se explica eso?

Eduardo Galeano escribió el ensayo «Las venas abiertas de América Latina» en 1971. Esta foto es de 2008. Foto: Leonardo Cendamo/Getty.

Es simplista pensar que todos los golpes de Estado responden a un deseo de Estados Unidos y otras potencias ex coloniales por hacerse con los recursos naturales de América Latina como el petróleo en Brasil o el litio en el caso de Bolivia.

Pero yo trato de analizar esto de alguna manera. Y creo que según las entrevistas que hice hay algún motivo para pensar que los golpes de estado que ocurrieron en Brasil y Bolivia tenían algo que ver con esas dos materias primas, concretamente con el petróleo y el litio.

Y en Venezuela los intentos de golpe también contra Maduro tenían que ver evidentemente con la batalla entre Washington, Moscú y Pekín por el control del petróleo.

Pero también se trata de explicar que a veces es precisamente el miedo latinoamericano a que alguien le robe sus materias primas lo que desestabiliza los gobiernos.

Es el caso del Potosí en Bolivia, donde se organizó una rebelión popular contra Evo Morales justificada por una percepción de que Morales estaba vendiendo el litio a empresas extranjeras. Otra paradoja.

—¿Qué deberían hacer los gobiernos de América Latina para cerrar de una vez por todas las venas abiertas en ese continente?

—Lo primero que hay que hacer es volver a derrotar a la derecha neoliberal que ha llegado al poder en Bolivia, Brasil y Ecuador.

Y una vez recuperado el poder hay que diseñar otro proyecto de redistribución y desarrollo, basado menos en la extracción de materias primas y más en empresas a pequeña escala y en energías alternativas.

—¿Qué efecto está teniendo el coronavirus en Latinoamérica?

—Creo que la pandemia ha acentuado los problemas que atraviesa América Latina desde desde el fin de la bonanza de materias primas hace seis o siete años y las posteriores recesiones.

Ya se habla de otra década perdida en la región debido al impacto de la pandemia sobre una economía que ya se encontraba en un estado terriblemente débil.

Y el impacto social, económico y sanitario será mucho peor debido a la caída del poder de los gobiernos de la izquierda debido a sus propios errores y a las presiones golpistas desde EE.UU.

La ausencia de gobiernos comprometidos con la protección de las capas sociales más necesitadas ya se nota. Hablé hace dos semanas con Rafael Correa, expresidente de Ecuador, y me comentó que el gobierno de Lenin Moreno ya ha pactado con el Fondo Monetario Internacional un duro ajuste.

—En Ecuador, y en concreto en Guayaquil, el coronavirus ha causado estragos…

Lenin Moreno criticó el gasto de los gobiernos de Correa en nuevos hospitales, y al llegar al poder echó a miles de trabajadores de la sanidad pública con la excusa de que Correa había gastado en esos servicios por populismo, para ganar votos.

Pero obviamente la catástrofe de Guayaquil, donde no solo los hospitales no han dado abasto si no tampoco las funerarias, demuestra que ese tipo de argumento contra el programa de la izquierda es falso y además ha puesto en peligro las vidas de los ecuatorianos.

—¿Qué países de Latinoamérica se están enfrentando bien al coronavirus?

—Me ha llamado la atención la capacidad de Cuba y Venezuela para hacer frente a la pandemia pese a las dificultades que tienen (sobre todo Venezuela) para financiar sus sistemas de sanidad.

Cuba es uno de los países que ya se considera que ha ganado la batalla contra el virus y, pese a las constantes advertencias, no ha habido un desastre en Venezuela pese a las sanciones, el embargo y los errores de gestión del gobierno de Maduro.

Por supuesto aún es pronto para descartar una grave crisis en Venezuela dado el impacto terrible del embargo estadounidense, que me imagino que se endurecerá conforme Trump busca votos en Florida, y eso será un problema también para Cuba dada la crisis del turismo.

Por su parte, Argentina ha gestionado la pandemia mucho mejor que Brasil, Bolivia, Ecuador o Chile, de modo que se ha demostrado que la izquierda y la sanidad publica responden mejor cuando se trata de proteger a los más vulnerables a una pandemia, que son los mas pobres.

—¿Y qué efectos está teniendo la pandemia a nivel social?

-La pandemia esta agudizando las desigualdades sociales de forma alarmante en América Latina, y creo que es muy probable que haya una nueva ola de protestas.

Ya se han producido dos manifestaciones en barrios pobres de Santiago de Chile donde el confinamiento, por necesario que sea, está provocando problemas de hambre para trabajadores cuya única fuente de ingresos es salir a trabajar a la calle o donde sea. No están recibiendo apoyo del Estado chileno.

Asimismo hay huelgas en la región minera de Antofagasta. Y en Bolivia, donde el gobierno interino aprovecha la pandemia para aplazar la fecha electoral, habrá más protestas también.

Existe un peligro para la democracia boliviana: puesto que el partido de Evo Morales parece que tiene más posibilidades ahora de ganar en la primera vuelta, no me extrañaría nada que no se respetara el resultado de las elecciones (si es que se celebran) y eso evidentemente está vinculado con cuestiones de Washington.

Habrá que garantizar que otras instituciones vigilen del proceso electoral.

—¿Y en Brasil?

—En Brasil también existe un grave peligro de que Bolsonaro aproveche el caos y el sufrimiento por la pandemia para justificar un decreto que establezca un estado de sitio con el fin de evitar protestas. Incluso hay peligro de un autogolpe de Estado.

 

La fuente e imagen: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53009680

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Diálogo virtual desde la Universidad de Buenos Aires: Pensar América Latina después de la pandemia

Por: CLACSO.

 

La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires organiza el diálogo virtual “Pensar América Latina después de la pandemia” el viernes 26 de junio, a las 15 horas de Argentina y Uruguay, con la participación del Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, y del ex mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.

Con el auspicio del Consejo de Facultades de Ciencias Sociales y Humanas de la Argentina y la participación de CLACSO, la apertura estará a cargo de la decana de esa Facultad, Carolina Mera.

Comentarán: Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y Profesor de la UBA; Carol Proner, Jurista y Profesora UFRJ; Nicolás Trotta, Ministro de Educación de la Nación Argentina; Natalia Salvo, Abogada laboralista y docente UBA y UNPAZ; Eduardo Valdés, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina; y Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva de CLACSO.

Transmite el canal de Youtube de la Facultad: https://www.youtube.com/user/SocialesUBA


Pensar la pandemia - Observatorio social del coronavirus.
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CLACSO

@_CLACSO

📢 Diálogo virtual para Pensar América Latina después de la pandemia. Exponen: @alferdez y @LulaOficial.
🗓Viernes 26/6 – 15 hs. GMT-3
❗ Participa @kbatthyany, Secretaria Ejecutiva de CLACSO
🖇️Sigue la transmisión por Youtube: https://www.youtube.com/user/SocialesUBA  https://twitter.com/ubasociales/status/1274825380168417282 

Facultad de Ciencias Sociales UBA

Canal oficial de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) #Fsoc

youtube.com

UBA Sociales | #FSOC #UBA@ubasociales

📣DIÁLOGO VIRTUAL PARA PENSAR AMÉRICA LATINA DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Exponen: Alberto Fernández y Lula da Silva.

Viernes 26/6 – 15 hs
A través del canal de Youtube de la Facultad: https://www.youtube.com/user/SocialesUBA 

Apertura a cargo de Carolina Mera – Decana #FSOC #UBA

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Fuente de la reseña: https://www.clacso.org/pensar-america-latina-despues-de-la-pandemia/

 

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Libro(PDF): «Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y visiones del otro»

Reseña: CLACSO

Este libro se propone reflejar el estado de la cuestión acerca de la enseñanza y la investigación sobre África y su diáspora en América Latina. Producto de un encuentro convocado por el Programa Sur-Sur de CLACSO en Salvador de Bahía en el año 2006, donde académicos de muy diversas áreas y de diferentes países de América Latina debatieron sobre nuevos abordajes y líneas de investigación, y sobre la enseñanza y difusión de estas temáticas. Esta obra nos introduce desde una perspectiva pluralista y multifocal de la realidad en campos no tradicionales de la academia, identificando trayectorias, impulsos renovadores, influencias externas y paradigmas propios.

Autores y Autoras:  Buffa, Diego – Autor/a  Pineau, Marisa – Autor/a  Álvarez Acosta, María Elena – Autor/a  Maffia, Marta Mercedes – Autor/a  Ferreira Makl, Luis – Autor/a  Pereira, Luena Nascimento Nunes – Autor/a  Vázquez Fernández, Salvador – Autor/a  Buffa, Diego – Compilador/a o Editor/a  Barreto, Paula Cristina da Silva – Autor/a  Wabgou, Maguemati – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Compilador/a o Editor/a  Becerra, María José – Autor/a  Maestri Filho, Mário José – Autor/a  Pires, Ana Flavio Cicchelli – Autor/a  Telesca, Ignacio – Autor/a  Frigerio, Alejandro – Autor/a  Valdivia del Río, Fátima – Autor/a  Lechini de Alvarez, Gladys – Autor/a  Beltrán, Luis – Autor/a  Vagni, Juan José – Autor/a  Pereira, José Maria Nunes – Autor/a  Becerra, María José – Compilador/a o Editor/a

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2008

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-1110-71-1

Descarga: Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina : herencia, presencia y
visiones del otro

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=descoloniadidad&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Libro(PDF): «Estudios críticos en discapacidad. Una polifonía desde América Latina»

Reseña: CLACSO

Este libro es una primera invitación al diálogo, al encuentro y al intercambio plural y, al mismo tiemmpo, un llamado a dejar de lado los enfoques reguladores que tomaron como suyo (y único) el campo de la discapacidad e ir más allá, tejiendo una perspectiva nuestroamericana. Al mismo tiempo, que nos acerque para escucharnos, dialogar y arriesgarnos a interrogar ¿qué hay más allá de lo crítico? ¿Qué preguntas faltan por hacer? ¿Hacia dónde movernos para interrogar, sin esperar respuestas dadas?

Autor (a): Alexander Yarza de los Ríos. Laura Mercedes Sosa. Berenice Pérez Ramírez. [Coordinadores]

Alexander Yarza de los Ríos. Alfonsina Angelino. Carolina Ferrante. María Eugenia Almeida. María Noel Míguez Passada. Dora Inés Munévar. Aleida Fernández Moreno. Ana Yineth Gómez Castro. Paula Mara Danel. Sonia Marsela Rojas Campos. Laura Mercedes Sosa. Andrea Elizabeth Mirc. Araí Itatí Acuña. Hugo Conese. Mora Ruffo. Andrea Camún. María Esther Fernández. Andrea Gaviglio. Andrea Verónica Pérez. Berenice Pérez Ramírez. Beatriz Revuelta Rodríguez. Nora Aneth Pava-Ripoll. Laura Fiorillo. Juan Narbeburu. [Autores de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-553-2

Descarga: Estudios críticos en discapacidad. Una polifonía desde América Latina

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2193&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1399

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Mundo: El hambre, la otra amenaza para América Latina

Mundo/América Latina y el Caribe/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Con la pandemia, 83,4 millones de de latinoamericanos terminarían este año con inseguridad alimentaria.

Redacción SANTIAGO DE CHILE

EFE

La población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020, producto de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre, advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no pueden adquirir suficientes alimentos, y muchas otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional.

Tras siete años de lento crecimiento, América Latina y el Caribe podrían ver la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3 %), lo que traerá en 2020 un aumento de la pobreza extrema de 16 millones de personas con respecto al año anterior, alcanzado los 83,4 millones en total antes mencionados.

El impacto sobre el hambre sería muy significativo, tomando en cuenta que en 2016-2018 ya había 53,7 millones de personas en inseguridad alimentaria severa en América Latina.

Opciones para mejorar

Para combatir este problema, las entidades proponen  un bono contra el hambre a toda la población en situación de pobreza extrema, una opción tiene un costo estimado de 23.500 millones de dólares, equivalentes al 0,45 % del PIB regional.

«La gran tarea que tenemos por delante es impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria. Para ello proponemos complementar el Ingreso Básico de Emergencia (IBE) -sugerido en mayo- con la entrega de un Bono Contra el Hambre (BCH)», indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación del informe ‘Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe’.

14 millones de personas sufren de hambre en América Latina y el Caribe.Por su parte, el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, señaló en el mismo evento, que tuvo lugar desde Santiago de Chile de manera telemática, que América Latina corre el riesgo de «tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre».

Por otro lado, para los productores del sistema alimentario, ambos organismos plantean un incremento de al menos un 20% de la cartera promedio de créditos de los últimos tres años, que sumaría alrededor de $5.500 millones, para créditos en condiciones favorables que sean financiados por una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo.

El decálogo de medidas también incluye una propuesta para fortalecer los programas de alimentación escolar para garantizar el alimento de los niños y adolescentes, programas que para muchos menores son su sustento básico y que antes de la pandemia llegaban más de 80 millones de escolares.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320724/el-hambre-la-otra-amenza-para-america-latina

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