Page 25 of 63
1 23 24 25 26 27 63

Enriqueta Compte y Riqué: la mujer que revolucionó la enseñanza en América Latina tratando a los niños “como plantas de jardín y no de invernadero»

Por: Mar Pichel.

«Se debe dejar crecer, dejar pensar, dejar hacer, y no intervenir contra el crecimiento, el pensamiento y la acción».

Bajo esa idea, Enriqueta Compte y Riqué fundó en Uruguay el primer jardín de infantes público de América Latina en 1892 y contribuyó de forma decisiva a la enseñanza preescolar pública en el país sudamericano y en toda la región.

Pero el legado de esta educadora va mucho más allá. Algunos planteamientos que aún a día de hoy se consideran revolucionarios ella ya los implantaba en su jardín de infancia a principios de siglo XX, con métodos que resaltaban el individuo y la creatividad de los niños.

Pionera en América Latina

«Sin duda, Enriqueta Compte y Riqué es una de las precursoras de la educación latinoamericana, y sobre todo de la educación de la primera infancia», le dijo a BBC Mundo la investigadora Elizabeth Ivaldi, autora de varios artículos sobre la figura de esta precursora latinoamericana.

Fue en el pequeño país sudamericano donde desarrolló su trabajo en educación preescolar, siendo pionera de la enseñanza pública y laica.

Enriqueta Compte i Riqué con 14 años.
Derechos de autor de la imagenCORTESÍA DE ELIZABETH IVALDI.
Image captionCompte y Riqué nació en Barcelona y llegó con su familia a Uruguay en 1873.

Con solo 19 años obtiene el título de maestra en 1884, cuatro años después viaja a Europa junto con otros dos maestros seleccionados por el gobierno uruguayo.

Durante su recorrido por Bélgica, Alemania, Holanda, Francia y Suiza, la educadora uruguaya entra en contacto con el sistema froëbeliano.

El científico alemán Friedrich Fröbel creó el concepto de kindergarten (jardín de niños) y acuñó el término en 1840. El kindergarten de Fröbel se basaba en un sistema de juegos diseñados para que entendieran los principios sencillos en los que está basado el universo.

Desde el punto de vista del pedagogo alemán, «jugar es la expresión más alta del desarrollo humano. Es la libre expresión de lo que hay en el alma de un niño».

Compte y Riqué incorporó ese pensamiento y tras su regreso a Uruguay funda el primer Jardín de Infantes Público de Uruguay y toda Latinoamérica en 1892, adaptando los principios fröebelianos a la realidad uruguaya.

«Cuando llega a Uruguay, Enriqueta dijo que no iba a hacer una copia, sino que iba a desarrollar un estilo propio de la educación de la primera infancia», explica Ivaldi.

Local del jardín de infancia.Derechos de autor de la imagenCORTESÍA DE ELIZABETH IVALDI
Image captionEl local del jardín de infancia fundado por Compte y Riqué.

Adelantada a su tiempo

Según un artículo de Ivaldi, las crónicas de la época describen a Enriqueta Compte y Riqué como «una mujer pequeña, de una ternura comunicativa que traspasaba a las personas y a las cosas, y de una voluntad de ideas y de acción que no parecía caber en aquel cuerpo mínimo».

«Dueña de una inteligencia robusta, una memoria asombrosa y una imaginación exuberante se destacaba por su modestia, su desinterés, su enorme bondad. Repudiaba la violencia pero amaba la rebeldía constructiva».

«Enriqueta decía que era preciso saber reír con los niños y sentir simpatía por aquellos que miran, charlan, tocan y desobedecen, en lugar de considerar como mejor alumno al metódico, acartonado, vestido como si fuera un muñeco de escaparate», escribió la experta.

Gracias a sus libros de registro podemos saber cómo eran sus clases. En uno de ellos escribió:

«Creemos haber tratado a los niños como plantas de jardín y no de invernadero. Ellos están expuestos a todas las impresiones del exterior que sufren y combaten bajo nuestra dirección, pero con sus propios esfuerzos; la vida de la escuela solo se distingue de la que vendrá después en que tiene más alegrías y menos contratiempos; pero de ahí se ha de partir poco a poco; entretanto el recuerdo feliz de la infancia queda en el alma como un amparo contra el efecto de futuras tristezas».

En el aula, uno de sus principios era lo que llamó la lección del incidente.

«Le llamaba la lección del incidente a tomar un tema que viera que a los niños les llamara la atención, por ejemplo, un hormiguero en el patio del jardín, y desde allí elaboraba toda una lección, cuando estábamos en la época de las lecciones de los objetos, a partir del objeto el docente dictaba una clase», le explica Ivaldi a BBC Mundo.

«Promovía las vivencias, el escuchar a los niños… posturas que a día de hoy nos resultan desafiantes».

Compte i Riqué rodeada de niñas.Derechos de autor de la imagenCORTESÍA DE ELIZABETH IVALDI
Image captionFotografía de Compte y Riqué rodeada de niñas que le muestran sus bordados.

Para la experta «es una mujer muy adelantada a su tiempo, muy inteligente, muy trabajadora, y fue sobre todo una mujer de acción».

Ese se refleja, por ejemplo, en que Compte y Riqué incluso utilizaba la fotografía en sus aulas.

«Tenemos fotografías de esa época, sacadas por ella misma, incluso hay una en la que está ella jugando con unas niñas en la lección de bordado, porque todo esto hay que contextualizarlo en una época, cuando la fotografía no había sido inventada mucho antes, lo que llama la atención».

Una mujer comprometida

Además de crear el jardín de infantes, Compte y Riqué, dirigió un Laboratorio de psicopedagogía que funcionaba en su jardín de infancia y en el que se introdujeron las llamadas Biografías Escolares, en las que se detallaban aspectos del alumno como datos físicos, rasgos de personalidad, desarrollo del trabajo y capacidad mental.

Además, también forma a los primeros maestros especializados en alumnos preescolares.

Enriqueta Compte i Riqué.Derechos de autor de la imagenCORTESÍA DE ELIZABETH IVALDI
Image captionLa actividad de Compte y Riqué no se detuvo en la niñez, sino que fue una defensora de los derechos de la mujer.

En 1929 presentó el Proyecto de creación de la Facultad de Pedagogía para cursar las carreras de maestro y de profesor. «Con la Pedagogía tratamos de ejercer influencia sobre el alma, como los médicos tratan con la medicina, de ejercerla sobre el cuerpo para conseguir la sana integridad de sus funciones», escribió.

Ivaldi destaca que además dictó conferencias y cursos especiales, y actuó en casi todos los congresos de educación que se realizaron en América.

Pero su actividad no se detuvo en la infancia y la pedagogía.

También ejerció la presidencia de la Sección Escolar del Consejo Nacional de Mujeres y luchó por el voto femenino en Uruguay.

«La concesión de derechos políticos a la mujer transformará hondamente la condición social de los pueblos. ¿Cómo no es posible concebirlo? Es indudable que será para su provecho, pues los errores de la inexperiencia pronto quedarán compensados por el beneficio que aportarán las cualidades femeninas, al fundirse en un mismo propósito, con las del hombre».

Además, con el estallido de la Guerra Civil en España, su país natal, forma parte de la Comisión para la Paz, y fue defensora de la República y de las libertades.

Ya en sus últimos años, acostumbraba a visitar presos en las cárceles, porque creía que había que apoyarlos.

Monumento a Enriqueta Compte i Riqué en un parque de Montevideo.Derechos de autor de la imagenCORTESÍA DE ELIZABETH IVALDI
Image captionMonumento a Enriqueta Compte y Riqué en un parque de Montevideo.

Afirmaba que «todos los seres humanos nacen buenos y que solo un medio desfavorable llega a apartarlos del bien».

A día de hoy, su jardín de infancia sigue funcionando y lleva su nombre.

En un parque de Montevideo, un monumento recuerda su legado: «A Enriqueta Compte y Riqué -1866-1849- Fundó el primer Jardín de Infantes del Uruguay- Maestra, soñó, creó, realizó con talento y amor una obra imperecedera».

Fuente de la reseña: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51676830

Comparte este contenido:

Libro: Paulo Freire más que nunca una biografía filosófica

Por: CLACSO.

 

Autor: Walter Kohan

Presentación: Walter Kohan. Federico Brugaletta.


“Paulo Freire es una figura extraordinaria no solo para la educación brasileña, sino también para la educación latinoamericana y mundial. Sus contribuciones no se limitan a una obra escrita, mucho menos a un método, ni siquiera a un paradigma teórico; también refieren a una práctica y, de un modo más general, a una vida dedicada a la educación, una vida hecha escuela, o sea, una manera de ocupar el espacio de educador que lo llevó de viaje por el mundo entero ‘haciendo escuela’”.
Walter Kohan

“Este libro es por sí mismo un símbolo de lo que un maestro puede provocarnos y del gesto material de dar una respuesta en nombre de sus efectos y afectos”.

Del prólogo de Carlos Skliar

La edición en español de Paulo Freire más que nunca de Walter Kohan realizada por CLACSO es mucho más que una invitación a leer a uno de los pedagogos más importantes y potentes del siglo XX; es un llamado a entablar un vínculo con lo más singular y rico del pensamiento social brasileño y latinoamericano; es trabar diálogo con un hombre cuyo trabajo intelectual contribuye a repensar de un modo original un nuevo tipo de educación política para América Latina.


Temas CLACSO.

ISBN 978-987-722-583-9
CLACSO.
Buenos Aires.
Marzo de 2020


Link para descargar documento: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200306042539/Paulo-Freire-mas-que-nunca.pdf

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org/paulo-freire-mas-que-nunca/

Comparte este contenido:

América Latina reabre el debate sobre el aborto «libre, seguro y gratuito»

Miles de mujeres celebraron el Día de Acción Verde por el Derecho al Aborto Libre, Seguro y Gratuito, el miércoles 19 de febrero, en Argentina y otras ciudades de América Latina. La interrupción voluntaria del embarazo vuelve a ser un tema candente en la región.

Bajo el lema: «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir», miles de mujeres se congregaron el miércoles frente al Congreso de Argentina para manifestarse a favor de aborto, demandando que el tema sea incluido en la agenda parlamentaria de este año.

Los pañuelos verdes inundaron, una vez más, las plazas y calles de varias ciudades latinoamericanas. Desde Argentina hasta la capital de México, el color verde, que representa la lucha por el derecho a decidir sobre el embarazo, acompañó los cánticos desafiantes de las feministas.

En Buenos Aires, la masiva manifestación estuvo acompañada de una intervención musical frente al Parlamento del colectivo feminista chileno Las Tesis, conocidas mundialmente por su canción de protesta contra la violencia de género ‘Un violador en tu camino‘. Mientras que, más al norte, en Ciudad de México, -única ciudad de México donde es legal el aborto- las mujeres se reunieron en solidaridad con sus compatriotas argentinas.

El grupo feminista chileno llamado "Las Tesis" baila durante una protesta que exige la despenalización del aborto en el Congreso Nacional de Argentina en Buenos Aires el 19 de febrero de 2020.
El grupo feminista chileno llamado «Las Tesis» baila durante una protesta que exige la despenalización del aborto en el Congreso Nacional de Argentina en Buenos Aires el 19 de febrero de 2020. © RONALDO SCHEMIDT / AFP

La actual ley argentina sobre la interrupción voluntaria del embarazo solo permite el aborto en casos de violación o si la salud mental de la madre está en riesgo. En estos casos, el Ministerio de Salud tiene una guía para el personal médico de las instituciones públicas y privadas, pero varias provincias, conservadoras, se niegan a aplicar ese protocolo.

«La idea es que la ley sea aprobada y que cumpla con todos los requisitos y exigencias. Porque hay una ley para el abuso, para el aborto legal en caso de abuso, pero hoy en día casi no se cumple por las protestas de los médicos (objeción de conciencia). Y la verdad es una ley que se cumplió muchos años, pero hoy no funciona», dijo Candela, manifestante argentina de 23 años.

En toda Colombia 💚✊💚

«Creo que estamos avanzando como sociedad y nuestras mentes se están abriendo. Estamos deconstruyéndonos a nosotros mismos, a los del Senado y el Congreso, como todos los demás. Espero que este año podamos abrir un poco nuestras mentes, no ser tan cerrados para pensar que el aborto es solo matar, pensar en las cosas más ampliamente, pensar en nosotras», alegó una manifestante.

«El momento es ahora. Este 2020 el aborto #SeráLey»

La concentración de este miércoles a las puertas del Congreso, en Buenos Aires, tiene un tinte de recordatorio: avisar al Gobierno y a los congresistas, a una semana y media de que se inicien las sesiones anuales del Parlamento después de las vacaciones de verano, que el reclamo por el aborto legal está más esperanzado que nunca.

«América Latina tiene algunas de las leyes de aborto más estrictas del mundo, desde la prohibición total del aborto en El Salvador, hasta leyes que limitan severamente la práctica y hacen increíblemente difícil que las mujeres accedan a sus derechos. Esperamos que Argentina apruebe esta ley. Esperamos que el Congreso atienda el llamado de las mujeres argentinas. Como pueden ver aquí, hoy hay miles de mujeres que están exigiendo que el Congreso apruebe una ley este año», explicó Johanna Cervone, miembro de Centro de Igualdad de la Mujer.

Colombia podría modificar las reglas sobre el aborto

El debate también se abrió de nuevo en Colombia. La Corte Constitucional estudia una ponencia con la que se busca despenalizar el aborto antes de las 16 semanas de gestación.

En 2006, la Corte despenalizó la interrupción del embarazo en Colombia en tres causales vigentes hoy en día: que el embarazo ponga en riesgo la vida o la salud de la mujer, cuando el embarazo es fruto de una violación o incesto y en caso de malformaciones fetales graves incompatibles con la vida extrauterina.

Una decisión que ha avivado la polémica, especialmente entre los sectores más conservadores de la sociedad. Hasta el Palacio de Justicia llegaron el miércoles decenas de personas que rechazan la ponencia. Y el presidente, Iván Duque, se pronunció sobre el debate asegurando que modificar la jurisprudencia actual generaría «un cambio muy fuerte para la sociedad». Antes, el mandatario se reconoció como «una persona provida».

Sin embargo, desde colectivos feministas y a favor del aborto impulsaron la necesidad de otorgar a las mujeres el derecho a decidir sobre el embarazo sin condiciones, como una cuestión de salud pública de la mujer.

cuenta con más de 90 argumentos para demostrar por qué se debe despenalizar totalmente y sacar el delito de aborto del Código Penal en Colombia.  Aquí algunos argumentos:

Ver imagen en Twitter

«La criminalización del aborto aumenta el riesgo de mortalidad en las mujeres más pobres, más jóvenes, con menor acceso a educación, migrantes y que viven en contextos rurales. #CausaJustaXElAborto busca eliminar el delito de aborto del Código Penal», escribió en Twitter la organización colombiana Mesa por la vida, que lanzó una campaña en redes sociales llamada Causa Justa, donde explican y reivindican el derecho al aborto sin condiciones.

Fuente de la reseña: https://www.france24.com/es/20200220-argentina-colombia-debate-aborto-derechos-mujeres

Comparte este contenido:

Libro(PDF): «La formación de docentes en América Latina. Perspectivas, enfoques y concepciones críticas»

Reseña: CLACSO

El libro centra su atención en los análisis de la formación desde la investigación. En este sentido, es necesario destacar la relación que el grupo establece entre formación docente y pensamiento crítico, ya que existe una tendencia a considerar este tipo de formación desde la perspectiva del deber ser; se ve a la formación de los profesores a partir de modelos normativos o prescriptivos, lo que provoca un vaciamiento de su complejidad y obtura la posibilidad de reconocer la formación en sus diversas aristas (pedagógica, didáctica, ontológica, ética, etc.) y a los docentes en sus múltiples espacios de construcción de significaciones: la región, la localidad o el barrio, como escenarios donde se despliega su experiencia, su práctica y sus saberes.

Interesa reconocer las perspectivas y enfoques de la formación docente en la región Latinoamericana. En este sentido, son parte de este libro textos que aportan elementos para nuevas lecturas desde la pedagogía de la memoria, la mirada decolonial, la educación para la paz, entre otras. Asimismo, se recuperan las tradiciones del pensamiento de América Latina que, como en el caso de Paulo Freire, contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico en el ámbito educativo. Así, se ratifica que la formación implica un saber hacer, pero también requiere adquirir marcos de pensamiento y juicio.

Autores (as):
Rosa María Torres Hernández; Daniel Lozano Flórez. (Editores académicos),

Luis Bonilla-Molina; Jorge Hernán Marín Maya; Orlando Pulido Chaves; Rodrigo Castillo Aguilar; Laura Arese; Johana Méndez Sarmiento; Catalina Rodríguez-Amaya; María Dolores Covacevich; Catalina Rodríguez-Amaya; Mario Ramírez-Orozco; Mariana Frechtel; Rafael Lucio Gil; Marco Fidel Vargas Hernández; Daniel Lozano Flórez; María Eugenia Parodi Bartora; Elizabeth Castillo Guzmán; Paulo Emilio Oviedo: Rosa María Torres Hernández; Marcela Contreras Avellaneda; Lorena Chacón Ortiz; Mauricio Páez Ochoa; Esperanza Hernández Delgado. (Autores y Autoras de capítulos).

Editorial/Editor: CLACSO, CRESUR

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 978-607-8671-15-1

Descarga: Libro Fomacioěn Docente. CLACSO. CRESUR

Fuente e Imagen: CLACSO

Comparte este contenido:

El porvenir de una ilusión: clases medias en América Latina

Por: Cecilia Güemes y Ludolfo Paramio

Los gobiernos se alegran cuando los indicadores reflejan el aumento de las clases medias, y los ciudadanos no dudan en autocalificarse de clase media cuando existe alguna posibilidad de hacerlo. ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ilusión en la clase media? ¿Qué diferencia a las nuevas clases medias de las tradicionales? ¿Qué dicen los datos sobre las clases medias latinoamericanas?

 

Hubo un tiempo que fue hermoso… América Latina soñaba con convertirse en una región de clases medias. Ya no sería vista como una zona del mundo pobre, atrasada, subdesarrollada y tercermundista (adjetivos todos políticamente incorrectos, pero que perviven en el imaginario colectivo). El crecimiento económico y las políticas sociales sembraban esperanzas de tipo económico (aumento del consumo, oportunidades de negocio y emprendimiento), social (superación de la pobreza y reducción de la desigualdad), político (profundización y consolidación de las democracias y reconocimiento de nuevos derechos) y cultural (visibilización de nuevas identidades).

La idea de clase media operaba como premio y conquista, se superaba un reto político y social histórico de la región como era la pobreza y se compartía en el imaginario colectivo la aspiración a una mejora generalizada. Todos eran conscientes de que la idea de clase media era compleja e indeterminada, pero aun así era atractiva y necesaria para creer y construir un futuro.

Tradicionalmente, la clase media se dibuja como un grupo social heterogéneo que incluye a personas con posiciones muy distintas en la estructura productiva1 pero que, de alguna manera, se suponen unificadas por una identidad social, características culturales y/o cierto nivel de ingresos medios. La categoría «nuevas clases medias» agrega más complejidad a la materia, en tanto se refiere a quienes han dejado de ser pobres y han experimentado movilidad social ascendente gracias a programas de transferencia condicionada, pero cuya situación es inconsistente, precaria o vulnerable. Se trata de hogares donde el ingreso total familiar es superior al de los pobres (sus integrantes pueden comprarse una moto o nuevos electrodomésticos, o irse de vacaciones) pero que, en general, dependen del autoempleo o de un trabajo que no está regido por contrato ni goza de cobertura de seguridad social, y cuya capacidad de ahorro es muy limitada, cuando no nula2.

Los gobiernos sabían que la mejora en el poder adquisitivo no transforma automáticamente la estructura social, pero de todas maneras se sentían orgullosos de sus logros y auguraban bienestar futuro con datos en la mano: tres de cada diez personas podían considerarse de clase media en 2009 (Banco Mundial)3; los hogares de clase media habían pasado de 26% en 1996 a 32,5% en 2006 (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal)4 y 70% de los ciudadanos se reconocía como de clase media o media baja en 2011 (Latinobarómetro). El cuadro de la página siguiente ilustra la evolución actual de las clases medias en la región. En términos objetivos, parece confirmarse la tendencia al alza de las clases medias. En términos subjetivos, no. Sabemos que la compulsión a calificarse de clase media obedece a la necesidad de no sentirse pobre pero tampoco rico y a un criterio de distinción que se utiliza para diferenciarse culturalmente, pero poco se conoce sobre los mecanismos que conducen a un sujeto a sentirse de clase media. ¿Qué representación social, razones o motivos conducen a un individuo a autodefinirse en esa categoría? Especialmente interesante es el caso de Argentina, donde la percepción de pertenecer a la clase media desciende de modo más abrupto que en el resto de la región, mientras que la percepción de ser de clase media-baja se incrementa (v. gráfico). Los datos sugieren una especie de trasvase de la clase media a la media-baja.A fines del siglo pasado, en Argentina se hablaba de una caída escalonada, astillamiento y pauperización de las clases medias y de la conversión de buena parte de ellas en «nuevos pobres». Esta dualización o quiebre dentro de la clase media se asociaba a los ganadores y perdedores de la globalización y al desarrollo de políticas neoliberales5. Evolución de la autoafiliación de clase en Argentina (2011-2018)6

Más allá de la pérdida de atractivo de los relatos globales en torno de la idea de clase media, una clave explicativa para la caída en la autopercepción puede tener que ver con la frustración de expectativas sociales (tengo mucha educación pero no encuentro trabajo) y la desilusión política (la democracia prometió mucho más de lo que luego cumplió)7. Desde otra perspectiva, también puede que exista entre quienes saben que son parte de la clase media un deseo de activar una nueva referencia identitaria y liberarse de las etiquetas negativas asociadas a la «psicología» o el «arquetipo» histórico de las clases medias tradicionales («mediopelo», conformistas, individualistas y superficiales)8.

En los párrafos que siguen caracterizamos a las «nuevas» clases medias latinoamericanas centrando la atención en perfiles, actitudes, comportamientos y demandas. El objetivo es múltiple. Primeramente, interesa destacar las peculiaridades de las nuevas clases medias en términos culturales e identitarios, diferenciándolas de las clases medias tradicionales. En segundo lugar, se describen las razones estructurales que motivan a que las nuevas clases medias se sientan «clases a medias». En tercer término, se presentan las percepciones y actitudes de las clases medias, centrándose en el enojo de estas frente a la ineficiencia institucional, la baja calidad en los servicios públicos, la corrupción y la inseguridad. Por último, se describe su pragmático y errático comportamiento político9.

Las nuevas clases medias: el juego de las diferencias

Los trabajos recientes sobre clases medias contraponen las clases medias nuevas o «emergentes» a las clases medias tradicionales. La bibliografía económica se refiere a las primeras como «vulnerables», mientras que la de corte sociológico introduce conceptos como los de «clase media divergente». Esto conduce a preguntarnos si existen entre estos estratos sociales solo diferencias cuantitativas o de grado (de consumo, ingresos, ahorro) o también diferencias cualitativas (de identidad, preferencias o comportamiento político). A continuación ofrecemos datos que permiten suponer que las nuevas clases medias son parecidas y, a la vez, diferentes de las clases medias tradicionales cuantitativa y cualitativamente. Opinan y ven los problemas sociales de modos parecidos, pero son más frágiles en términos estructurales, viven en el día a día más preocupadas y su comportamiento político es más impredecible.

Diferencias culturales y estructurales

Empecemos por las diferencias: las nuevas clases medias tienen una construcción cultural/identitaria disímil de la de las clases medias tradicionales. Si bien son igualmente aspiracionistas, no buscan homologarse al canon cultural de las clases altas ni tienen en su horizonte el consumo característico de la modernidad ilustrada, como sí lo tenían las clases medias tradicionales. Su consumo se concentra en tecnología, educación privada, ropa o productos de ciertas marcas y se verifica una combinación de capitales simbólicos que fusiona lo ancestral y la modernidad. Su exhibición de riqueza dista de la propia de la clase media tradicional, que gasta en viajes o compra artículos finos. Su momento de ostentación de poder económico está en las fiestas infantiles y la ropa de marca, en estar informado de los nuevos avances tecnológicos (computadoras, celulares, televisores, sistemas de audio, juegos). Lo cultural es reemplazado por el saber como destreza y habilidad para desarrollar un emprendimiento profesional10.

Si las «viejas» clases medias están integradas por empleados en trabajos no manuales (especialmente funcionarios públicos), citadinos, occidentalizados, que viven en barrios tradicionales cerca de clases altas, las «nuevas» clases medias incorporan a trabajadores manuales, que viven en las afueras de la ciudad o en nuevos barrios y tienen gustos occidentales matizados por un toque cultural y racial reivindicativo. El componente racial indígena está mucho más presente que en las clases medias tradicionales.

Buena parte de la nueva clase media creció a espaldas de los gobiernos y, por tanto, se conforma con que se la deje funcionar a su manera. No existe para quienes la integran diferenciación entre obrero y empleado, son multitareas y se ven como «dueños» más que como empresarios, a la vez que utilizan aporte de trabajo vía trueque entre amigos y vecinos.

En Bolivia, las investigaciones sostienen que la nueva clase media tiene la aspiración de tener un negocio propio (66,3%) y poco deseo de un empleo formal (17,2%) o con alta remuneración (16,5%). La gran mayoría de quienes se definen como de clase media se consideran mestizos (78,3%) y 13,2% se autoidentifican como indígenas; el rasgo colectivista los distingue de la clase media tradicional, más individualista11.

Tanto los ponchos, las polleras y las wiphalas que inundaron las instituciones y espacios públicos como la arquitectura «con identidad propia» que combina iconografía, colores y diseños ancestrales en El Alto (los llamados cholets) reflejan visualmente la hibridación de estilos y códigos que caracteriza a las nuevas clases medias andinas o pequeña burguesía chola12. Ello deriva en criterios musicales, modas y formas de convivencia específicas. Hay un acceso a la cultura global que les permite seguir patrones de moda y comportamiento internacional, a la vez que tradiciones y modos de ser más colectivistas heredados de padres que se combinan. Integran esta clase media «divergente» tanto los migrantes rechazados, esto es, personas que al llegar a la ciudad se sienten despreciadas por las clases medias tradicionales y los gobiernos y se instalan en las periferias, como sus hijos, a los que cabe llamar mestizos citadinos, en tanto se educan bajo dos influencias: la tradicional de sus padres y la moderna de la ciudad13.

Como prueban estudios en Brasil, la «clase c» (capas medias emergentes) puede ser más conservadora respecto a muchos de los puntos de la agenda posmaterialista, como el aborto, el divorcio o la homosexualidad14. Ahora bien, en términos de percepciones sociales, existe un notable parecido con las clases medias tradicionales, como veremos más adelante.

El segundo rasgo característico y diferencial de quienes integran la nueva clase media en relación con la clase media tradicional es la sensación de vulnerabilidad. Sus integrantes han expandido su capacidad de compra y mejorado su bienestar, pero su capacidad de ahorro es baja (en el mejor de los casos) y su acceso a servicios básicos, muy relativo. Esta sensación de que su regocijo pende de un hilo y en cualquier momento todo puede esfumarse resulta de la interrelación de factores estructurales y coyunturales.

El contexto de emergencia de las nuevas clases medias es el crecimiento económico vivido en la región en la primera década del siglo xxi y está asociado al valor internacional de los commodities. Los modelos productivos siguen siendo poco competitivos y su ganancia deriva de estrategias primario-exportadoras. Las nuevas clases medias dependen más que las otras de que los recursos naturales sean demandados y bien pagados internacionalmente15. El modelo primario-extractivista como clave del crecimiento económico y de las nuevas clases medias de ciudades como Quito generará nuevas tensiones en el seno de sociedades multiculturales que aspiran a integrar el «buen vivir» en sus modelos productivos16.

El crecimiento económico recorta las tasas de desempleo, pero la informalidad laboral sigue predominando en el mercado de trabajo17. Los integrantes de las nuevas clases medias desarrollan en la mayoría de los casos una ocupación manual que depende del autoempleo (autónomos o emprendedores precarios), o bien tienen un empleo que no está regido por contrato ni goza de cobertura de seguridad social (puede que solo coticen por una parte de su jornada laboral y el resto se les pague «en negro», o que no coticen en absoluto). Sus ingresos per cápita están por encima de la línea de pobreza, pero por debajo del umbral de 10 dólares diarios18.

Aunque los nuevos clasemedieros atribuyen su bienestar a su esfuerzo y dedicación, y no a las políticas sociales de los Estados, las transferencias sociales condicionadas implementadas por los gobiernos progresistas de la región han sido claves a la hora de explicar la salida de la pobreza de millones de latinoamericanos19. Estas políticas sociales redistributivas y el mayor crecimiento económico experimentado elevaron el piso de la expectativa social y son responsables de la salida de la pobreza de muchas familias. Ahora bien, lo urgente es el paso de las políticas sociales focalizadas a políticas universales. Quienes han escapado de la pobreza no pueden ya recibir las transferencias destinadas a los hogares pobres, pero sin algún tipo de apoyo pueden ser incapaces de mantener y consolidar su nuevo estatus. No obstante, solo con el apoyo de las clases medias puede pensarse en la creación de una coalición social a favor de políticas públicas redistributivas20.

Sostener políticas focalizadas o implementar políticas universales supone varios dilemas en términos de sostenibilidad si el crecimiento se ralentiza. Las fuentes fiscales de los programas dependen de la bonanza de los precios internacionales y de que siga entrando dinero vía exportaciones. Los sistemas impositivos siguen siendo regresivos y capturando buena parte de los ingresos de las mismas clases bajas y medias mediante impuestos indirectos al consumo. Se necesitan más impuestos directos a las rentas y al patrimonio para redistribuir mejor y no cargar en aquellos que están saliendo de la pobreza21.

Parecidos en percepciones sociales: desconfianza, desesperanza y enojo generalizado

Como es evidente, son necesarios cambios que alteren la estructura productiva y los sistemas fiscales, transformaciones profundas y lentas que no se ajustan a los ciclos electorales y reclaman políticas de Estado. Experimentar vulnerabilidad se traduce en fragilidad y debilidad, y la capacidad de resiliencia es muy limitada. Sentirse «clase a medias» se traduce en una serie de demandas por servicios públicos de calidad que no alcanzan a verse satisfechos en la familia o por el mercado. En esto las nuevas clases medias se parecen a las clases medias tradicionales: ambas manifiestan una profunda insatisfacción con los servicios públicos.

En promedio, y salvo para el caso de la educación, la satisfacción con cualquiera de los servicios públicos es siempre inferior a 50%. La media para la región indica que solo 52% de los latinoamericanos que se identifican como clase media-baja estaba satisfecho con la educación, 44% con el funcionamiento de los hospitales, 45% con el servicio de transporte público, 32% con el funcionamiento de la policía y solo 29% con el funcionamiento de los tribunales de justicia en 201122. La desconfianza hacia las instituciones es también llamativamente similar entre las clases medias tradicionales y las emergentes, aunque un poco mayor entre quienes se autoidentifican como clase media-baja. Si tomamos en cuenta los datos de Latinobarómetro de 2011, 65% de quienes se autoidentifican como de clase media tiene poca o ninguna confianza en el Congreso, y en el caso de quienes se autoidentifican como de clase media baja el porcentaje alcanza el 68%; y lo mismo sucede con el Poder Judicial (67% y 71%), los partidos políticos (76% y 78%) o la administración pública (43% y 68%).

La preocupación por la inseguridad tiene un comportamiento semejante: 64% de quienes se identifican como clase media considera que la inseguridad ha aumentado, mientras que es 85% entre quienes se identifican como clase media baja. Con la corrupción, las brechas tampoco son tan amplias y existe una mayoría muy enojada: 54% de quienes se consideran de clase media considera que las instituciones del Estado en los últimos dos años han progresado poco o nada en reducir la corrupción, mientras que entre quienes son de clase media-baja el total es de 39%.

Estos tres conjuntos de datos permiten intuir un descontento social generalizado con el funcionamiento de las instituciones públicas y una evaluación negativa de la eficacia y capacidad de los gobiernos para proveer servicios públicos esenciales y responder a las demandas y los problemas concretos de la gente, a su vida de todos los días. Las ineficiencias del sistema de salud, la baja calidad de la educación pública, el caos del transporte y el miedo a salir de la casa (e incluso la sensación de inseguridad dentro del hogar) enfadan a la ciudadanía. Las condiciones de vida son mejores, pero no se cree que la sociedad funcione mejor.

Lo observado ha conducido a pensar que la participación en las protestas sociales de los últimos años podría estar asociada a una demanda de las nuevas clases medias por servicios públicos que permitan estabilizar su estatus. En otras palabras, las protestas reflejarían una reivindicación de derechos que garanticen los logros económicos alcanzados (lucha por la significación y el sentido de la clase media emergente, que quiere consolidarse), así como una demanda de apertura del sistema de gobierno (un reclamo en pos de la transparencia y un juicio sobre el desempeño, la eficiencia y la capacidad de respuesta de los gobiernos bajo el esquema de democracia representativa). Si esto fuera así, podríamos pensar en las nuevas clases medias como ciudadanos críticos que interpelan a las instituciones en busca de su mejora.

Ahora bien, lo que se observa es que sentirse de clase media no es un factor que anticipe la participación en protestas, aunque sí lo es el mayor nivel educativo. En otras palabras, quienes se sienten de clase media no tienen mayor participación en las protestas que quienes se sienten de clases altas o bajas, pero tener más educación aumenta la probabilidad de que eso ocurra. Es de notar además que quienes participan en protestas no disputan la democracia y el sistema sino que, por el contrario, buscan perfeccionarlos, ya que también participan en canales políticos formales como el voto y son quienes confían en los gobiernos y en instituciones como los sindicatos23.

En cuarto lugar, toca referir al comportamiento político: ¿en qué medida las clases medias emergentes se alinean con los partidos o gobiernos cuya gestión ha contribuido a, o simplemente ha presidido, su proceso de emergencia? Los autores coinciden en que las preferencias políticas de las nuevas clases medias no son predecibles: pueden apoyar a la izquierda como a la derecha, estar de acuerdo en que la democracia es el mejor sistema de gobierno, pero estar en contra de extender derechos civiles como el matrimonio igualitario o el aborto. El apoyo con que contaron los gobiernos asociados a la izquierda en la región disminuye, a la par que el apoyo al sistema democrático, si las clases medias se sienten insatisfechas y los que están abajo ven limitadas o reducidas sus oportunidades de ascender.

Ambas cuestiones estarían relacionadas con el efecto túnel de Albert Hirschman y Michael Rothschild24 y con la frustración de expectativas de los estratos medios. En etapas de crecimiento económico, la tolerancia a la desigualdad puede ser alta. La frustración de aquellos que se quedaron atrás durante una primera fase de crecimiento no se hace presente inmediatamente, pues avizoran un futuro ascenso y ello los mantiene contentos. Sin embargo, en una segunda fase, quienes no lograron ascender pierden sus esperanzas y se convierten en enemigos del orden. El paso del tiempo es el factor clave en este asunto y aumenta la sensación de privación relativa.

La mayor disponibilidad de crédito o el consumo subsidiado de las nuevas clases medias podrían ser insuficientes si la presión inflacionaria o las intervenciones del gobierno en la vida económica y social se perciben como amenazas a un estilo de vida, si los perjudican como consumidores, ahorradores y pensionistas, o si no se concretan políticas públicas que mejoren la calidad de vida del día a día ofertando servicios públicos elementales como seguridad y transporte. Liliana de Riz sostiene que en Argentina, aunque no se afilian a partidos, las nuevas clases medias son pragmáticas y tienden a «tomar partido» por liderazgos desideologizados, en un contexto en el que la proporción de personas que dicen estar afiliadas o tienen simpatía por los partidos disminuye25. Entre sus integrantes se diferencian aquellos que aspiran a un futuro mejor peleando para ascender en la escala social de aquellos que reivindican conservar lo adquirido. Los primeros, para la autora, votan por Mauricio Macri, los segundos apoyan al kirchnerismo. El énfasis en la gestión, una agenda flexible de gobierno sin respuestas ideológicas predefinidas y un uso innovador de las redes sociales dieron la victoria a Propuesta Republicana (pro) en 2015. A la luz de los resultados de las elecciones de 2019, podría suponerse que la hipótesis mantiene vigencia, y a la vista de que la inflación y el desempleo aumentan, las clases medias cambiaron sus perspectivas y preferencias políticas y buscan resistir apoyando la alternancia y confiando en el peronismo.

En Brasil, las capas medias jamás se manifestaron como una fuerza social y política unificada. Estuvieron en las manifestaciones que clamaron por el impeachment y también en las que defendieron la permanencia de Dilma Rousseff en la Presidencia. Sin embargo, y más allá de las diferencias políticas e ideológicas, compartieron con los manifestantes y los grupos organizados la misma desconfianza y ambigüedades respecto a la política institucional, sus reglas y formas de proceder26. En Bolivia se afirma que las clases medias pueden no tener una ideología política preconstituida, pero tienen una posición de centro, actitudes políticas moderadas y son medianamente conservadoras, lo cual es consistente con su estatus relativamente privilegiado en la sociedad boliviana27.

Resumiendo…

Todo aquel que ha vivido largo tiempo dentro de una determinada cultura y se ha planteado repetidamente el problema de cuáles fueron los orígenes y la trayectoria evolutiva de la misma, acaba por ceder también alguna vez a la tentación de orientar su mirada en sentido opuesto y preguntarse cuáles serán los destinos futuros de tal cultura y por qué avatares habrá aún de pasar.28

Con este párrafo inicia Sigmund Freud su trabajo intentando entender el origen y el papel que cumplen las ilusiones religiosas en las sociedades actuales. La ilusión, sostiene el autor, no es un error ni tiene que ser falsa o irrealizable. La ilusión parte del impulso a la satisfacción de un deseo que prescinde de su relación con la realidad y que tiene reminiscencias históricas, resultando una acción conjunta del pasado y el porvenir.

Hay quienes sostienen que la clase media es una ilusión estadística que esconde una profunda heterogeneidad en su seno. Una ilusión que parte de un deseo de bienestar y que aspira a dejar atrás la lacra de la pobreza, aunque esa operación pueda derivar en una construcción discursiva que invisibiliza diferencias estructurales como las de género, las étnicas o las territoriales, desalienta la toma de conciencia popular y desarticula la lucha. Los gobiernos se alegran cuando los indicadores reflejan el aumento de las clases medias, y los ciudadanos no dudan en autocalificarse de clase media cuando existe algún atisbo de serlo. Ambos se aferran a la ilusión.

Sentirse de clase media tiene una importancia clave en términos individuales, supone estar cubierto en la satisfacción de ciertas necesidades básicas de alimentación y vivienda, tener acceso a bienes de consumo que conectan con el resto del mundo, como un teléfono móvil, o bienes que permiten desplazarse en menos tiempo por la ciudad. Ser de clase media libera del estigma de pobre y otorga una identidad que adquiere conciencia de ciertos derechos por los que demandar política y socialmente. Supone soñar con la movilidad social, albergar esperanzas de futuro para los hijos, imaginar que la desigualdad podría dejar de heredarse. El pobre y excluido que siempre se ha sentido fuera, a partir de autocalificarse como de clase media, tiene la ilusión de ser parte del presente y del futuro. Claro que todas estas expectativas se ven amenazadas por cambios en la economía global o un giro de los gobiernos, y la ilusión se torna en frustración y enojo.

Todo parece indicar que el foco superador de la ilusión debe ponerse en redistribuir la capacidad de consumo y en repartir mejor las oportunidades, rentas y riquezas. Se trata de imaginar un nuevo pacto social y político que no se enfoque solo en sacar a la gente de la pobreza, sino también en atacar la desigualdad y la creciente vulnerabilidad del precariado y en construir relatos colectivos inclusivos desde la aceptación de la diferencia.

  • 1.

    A la clase media se la asimila por una parte a los obreros (por estar excluida de los medios de producción), pero también a los capitalistas (por ejercer autoridad supervisora y, por tanto, participar en la función global del capital) y se destacan sus «posiciones contradictorias» en las relaciones de clase. Val Burris: «La síntesis neomarxista de Marx y Weber sobre las clases» en Zona Abierta NO 59-60, 1992; Eric Olin Wright: «Reflexionando, una vez más, sobre el concepto de estructura de clases» en Zona Abierta NO 59-60, 1992.

  • 2.

    L. Paramio: presentación del seminario internacional «Clases medias y agenda política en América Latina», Centro de Ciencias Sociales y Humanas-Consejo Superior de Investigación Científica, Madrid, 14/2/2013; y L. Paramio: Clases medias y gobernabilidad en América Latina, Fundación Pablo Iglesias, Madrid, 2010.

  • 3.

    Se consideraba de clase media a todos aquellos que tenían un consumo de entre 10 y 50 dólares por día. Francisco H. G. Ferreira, Julian Messina, Jamele Rigolini, Luis-Felipe López-Calva, Maria Ana Lugo y Renos Vakis: La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina, Banco Mundial, Washington, dc, 2013.

  • 4.

    La Cepal considera de clase media los hogares en los que el ingreso supera cuatro veces la línea de pobreza per cápita urbana y es inferior al valor del percentil 95. Los datos reflejan la media de los diez países incluidos en el informe: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, México, Panamá, Perú y República Dominicana. Rolando Franco y Martín Hopenhayn: «Las clases medias en América Latina: historias cruzadas y miradas diversas» en R. Franco, M. Hopenhayn y Arturo León (coords.): Las clases medias en América Latina: retrospectiva y nuevas tendencias, Cepal – SEGIB / Siglo Veintiuno, Ciudad de México, 2010.

  • 5.

    Alberto Minujin y Gabriel Kessler: La nueva pobreza en la Argentina, Planeta, Buenos Aires, 1995; Maristella Svampa: «Clases medias, cuestión social y nuevos marcos de sociabilidad» en Punto de Vista NO 67, 2000; Manuel Mora y Araujo: «La estructura social de la Argentina: evidencias y conjeturas acerca de la estratificación actual», Serie Políticas Sociales NO 59, Cepal / Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2002.

  • 7.

    Liliana de Riz: «El apetito de progreso de las clases medias: un tiempo de reformas para Argentina» en L. Paramio y C. Güemes: Las nuevas clases medias: ascenso e incertidumbre, CEPC, Madrid, 2017.

  • 8.

    Sergio Visacovsky y Enrique Garguin (eds.): Moralidades, economías e identidades de clase media. Estudios históricos y etnográficos, Antropofagia, Buenos Aires, 2009.

  • 9.

    C. Güemes: «Aurea mediocritas: crecimiento, características y papel de las nuevas clases medias en Latinoamérica» en L. Paramio y C Güemes: Las nuevas clases medias latinoamericanas: ascenso e incertidumbre, cit.

  • 10.

    Ana Wortman: «Las clases medias argentinas, 1960-2008» en R. Franco, M. Hopenhayn y A. León (coords.): ob. cit.

  • 11.

    Roberto Laserna: «Clases medias en la Bolivia urbana» en Daniel Moreno et al.: Chicha y limonada. Las clases medias en Bolivia, CERES / Plural, La Paz, 2018.

  • 12.

    María Teresa Zegada: «Clases medias emergentes» en D. Moreno et al.: ob. cit.

  • 13.

    Rolando Arellano Cueva: «Valores e ideología: el comportamiento político y económico de las nuevas clases medias en América Latina» en Alicia Bárcena y Narcís Serra (eds.): Clases medias y desarrollo en América Latina, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2010.

  • 14.

    María Hermínia Tavares de Almeida y Emmanoel Nuñes de Oliveira: «Nuevas capas medias y política en Brasil» en L. Paramio: Clases medias y gobernabilidad en América Latina, cit.

  • 15.

    OCDE-CEPAL: Perspectivas económicas de América Latina 2013. Políticas de PYMES para el cambio estructural, LC/LG 2545, OCDE / Cepal, 2012.

  • 16.

    Jorge Resina: «Clases medias en Ecuador: Entre la ilusión del Buen Vivir y el mito del desarrollismo» en L. Paramio y C. Güemes: Las nuevas clases medias: ascenso e incertidumbre, cit.

  • 17.

    OCDE: Latin American Economic Outlook 2011: How Middle-Class Is Latin America?, OECD Publishing, París, 2010.

  • 18.

    R. Franco y M. Hopenhayn: ob. cit.; Glenita Amoranto, Natalie Chun y Anil Deolalikar: «Who are the Middle Class and What Values do they Hold? Evidence from the World Values Survey», Working Paper No 229, Asian Development Bank, Manila, 2010.

  • 19.

    Miguel Székely Pardo: «Transferencias condicionadas y cohesión social en América Latina» en Guillermo Fernández del Soto y Pedro Pérez Herreros (coords.): América Latina: sociedad, economía y seguridad en un mundo global, IELAT/ CAF / Marcial Pons, Madrid, 2013.

  • 20.

    L. Paramio: «Conclusiones» en L. Paramio y C. Güemes: Las nuevas clases medias latinoamericanas: ascenso e incertidumbre, cit.

  • 21.

    Cepal: Panorama social de América Latina 2014, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2014.

  • 22.

    María Esther del Campo, C. Güemes y L. Paramio: «‘I Can’t Get No Satisfaction’. Servicios públicos, democracia y clases medias en América Latina» en América Latina Hoy vol. 77, 2017.

  • 23.

    John A. Booth y Mitchell A. Seligson: The Legitimacy Puzzle in Latin America: Political Support and Democracy in Eight Nations, Cambridge UP, Nueva York, 2009; C. Güemes y L. Paramio: «‘Knockin’ on Heaven’s Door?’ Desempeño de las democracias, protesta social y clase medias en América Latina» en El impacto electoral de las clases medias emergentes en América Latina, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2015; Jaime Fierro: «Clase media y democracia en América Latina» en Perfiles Latinoamericanos vol. 23 NO 46, 2015.

  • 24.

    A. Hirschmann y M. Rothschild: «The Changing Tolerance for Income Inequality in the Course of Economic Development» en The Quarterly Journal of Economics vol. 87 NO 4, 1973. El efecto túnel refiere a la sensación que experimenta un individuo en contextos de crecimiento económico respecto a su posibilidad de movilidad social. El individuo que tiene poca información sobre su futuro mientras sus familiares, conocidos y amigos mejoran su posición económica y social se siente como si estuviera atascado en un túnel y viera los coches de la fila de al lado avanzar. Frente a esto, el sujeto tiene expectativas de que en algún momento le tocará el turno, por tanto se alegra del crecimiento de los otros y esta gratificación de momento suspende la envidia. Si al cabo de un tiempo la persona no logra avanzar, mientras que las otras ya lo hicieron, esto la coloca en peor posición, ya que durante un periodo se sintió alegre pero ahora se siente mucho peor. Su posición relativa ha empeorado, perderá esperanzas y se convertirá en un enemigo del orden.

  • 25.L. de Riz: ob. cit.
  • 26.

    M. H. Tavares de Almeida: «Capas medias, protesta y agenda pública» en L. Paramio y C. Güemes: Las nuevas clases medias latinoamericanas: ascenso e incertidumbre, cit.

  • 27.

    D. Moreno: «Aspiracionales, reales o imaginarias: las clases medias en Bolivia» en D. Moreno et al.: ob. cit.; M. T. Zegada: ob. cit.

  • 28.

    Sigmund Freud: El porvenir de una ilusión [1927], Biblioteca virtual Omegalfa, 2016.

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 285, Enero – Febrero 2020, ISSN: 0251-3552
Fuente e imagen: https://nuso.org/articulo/el-porvenir-de-una-ilusion-clases-medias-en-america-latina/
Comparte este contenido:

Libro: Academias asediadas. (pdf)

Reseña:

Alain Basail Rodríguez. [Coordinador]

Ricardo Pérez Mora. César Guzmán Tovar. Veronika Sieglin. Ramón Abraham Mena Farrera. Alain Basail Rodríguez. Estela Quintar. [Autores de Capítulo]
…………………………………………………………………………

ISBN 978-987-722-573-0
CLACSO. UNICACH – Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. CESMECA – Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica.
Buenos Aires. Chiapas.
Enero de 2020

Academias asediadas efectúa una reflexión punzante sobre los ataques sistemáticos lanzados por el neoliberalismo contra los campos académicos, científicos e intelectuales en América Latina.

Este libro compone una mirada colectiva que ausculta las tramas de las ciencias sociales partiendo de sus condiciones de posibilidad, de sus materialidades precarizadas, sus angustias cotidianas y sus arrinconamientos interiores. Los trabajos reunidos indagan tanto las dinámicas que modulan los marcos institucionales -habilitadores o no del quehacer de los científicos sociales-, como las directrices que propician o no la innovación, la creatividad y la socialización académica tan necesarias para la reproducción de comunidades académicas y la producción de conocimientos.

«Los autores y las autoras buscamos cuestionar cómo se ha naturalizado y normalizado en las situaciones reales de vida un modelo dominante de ciencia, de filtrado o colado de las prácticas académicas, que ha generado más inseguridades, incertidumbres y exclusiones que las seguridades, certidumbres e inclusiones pretendidas discursivamente bajo los imperativos de los ideales empresariales de ‘calidad’ y ‘excelencia'».

Descarga en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200210034630/Academias-asediadas.pdf
Comparte este contenido:

Libro(PDF): «Academias asediadas. Convicciones y conveniencias ante la precarización»

Reseña: CLACSO

Academias asediadas efectúa una reflexión punzante sobre los ataques sistemáticos lanzados por el neoliberalismo contra los campos académicos, científicos e intelectuales en América Latina.

Este libro compone una mirada colectiva que ausculta las tramas de las ciencias sociales partiendo de sus condiciones de posibilidad, de sus materialidades precarizadas, sus angustias cotidianas y sus arrinconamientos interiores. Los trabajos reunidos indagan tanto las dinámicas que modulan los marcos institucionales -habilitadores o no del quehacer de los científicos sociales-, como las directrices que propician o no la innovación, la creatividad y la socialización académica tan necesarias para la reproducción de comunidades académicas y la producción de conocimientos.

«Los autores y las autoras buscamos cuestionar cómo se ha naturalizado y normalizado en las situaciones reales de vida un modelo dominante de ciencia, de filtrado o colado de las prácticas académicas, que ha generado más inseguridades, incertidumbres y exclusiones que las seguridades, certidumbres e inclusiones pretendidas discursivamente bajo los imperativos de los ideales empresariales de ‘calidad’ y ‘excelencia'».

Autores (as): Alain Basail Rodríguez. [Coordinador]

Ricardo Pérez Mora. César Guzmán Tovar. Veronika Sieglin. Ramón Abraham Mena Farrera. Alain Basail Rodríguez. Estela Quintar. [Autores/as de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. UNICACH – Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. CESMECA – Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica.

Año de publicación: 2020

País (es): Buenos Aires, Argentina; Chiapas, México

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-573-0

Descarga: Academias asediadas. Convicciones y conveniencias ante la precarización

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1814&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1364

Comparte este contenido:
Page 25 of 63
1 23 24 25 26 27 63