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Manuel Area-Moreira: “La legislación prohibicionista de la tecnología móvil en las aulas es un error”

Por: Regina de Miguel

Prohibir el uso de la tecnología en el aula no protegerá a los menores de sus efectos dañinos; es necesario formar en su uso para que los estudiantes desarrollen una actitud crítica y responsable. Así lo cree Manuel Area-Moreira, que ha hablado de este y otros temas en esta entrevista.

El uso de las pantallas en las aulas ha ocasionado en los últimos tiempos una importante división entre aquellos que las defienden y los que que están en contra de ellas: mientras que los primeros destacan que se fomenta un aprendizaje personalizado, se desarrollan habilidades digitales o se garantiza el acceso a una mayor cantidad de recursos educativos, los segundos hablan de que los dispositivos tecnológicos afectan a la concentración o generan dependencia. Manuel Area-Moreira, catedrático de Tecnología Educativa de la Universidad de La Laguna (Tenerife) e investigador principal del Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías (EDULLAB), defiende que lo que hay que hacer es formar a los estudiantes para que desarrollen un espíritu crítico, y sean capaces de interactuar con la tecnología, en especial con la inteligencia artificial, de un modo eficaz y seguro.

Pregunta: ¿Qué opina del acalorado debate que ha habido en redes y medios de comunicación en los últimos meses sobre el uso de tecnología en las aulas?

Respuesta: Hay demasiado ruido mediático y mucha confusión en este debate. Es comprensible el malestar y preocupación de las familias y de los docentes ante los efectos nocivos provocados por la sobreutilización de las pantallas por niños y adolescentes, pero considero que es un error la legislación prohibicionista de la tecnología móvil en las aulas. Lo preocupante (y criticable) es que este conjunto de regulaciones administrativas se plantea sin que ofrezcan simultáneamente medidas de actuación educativa ante los problemas enunciados. Subyace la creencia, ingenua a todas luces, que vetando o proscribiendo la presencia de las tecnologías móviles en los espacios escolares se protegerá, de forma casi mágica, a los menores de edad de los efectos dañinos de dichos dispositivos. Tampoco existe ninguna evidencia científica que impidiendo el uso de la tecnología en las aulas el alumnado mejorará su aprendizaje, o que evitará sus efectos negativos como son la tecnoadicción, el consumo de contenidos inapropiados o el ciberbullying. Estas prácticas nocivas de uso de la tecnología por adolescentes ocurren en el tiempo extraescolar, no en los centros educativos. En otras palabras, prohibir los móviles en las aulas no es la solución pedagógica más adecuada.

«Los docentes deben formar a los estudiantes como personas que tienen un equilibrio emocional para usar de manera consciente y autorregulada las redes sociales»

P: ¿Qué habilidades necesita desarrollar el profesorado ante la progresiva digitalización de las aulas? 

R: Todo docente, además de dominar el contenido o conocimiento que enseña, debe ser competente didácticamente, es decir, ser capaz de crear las condiciones para facilitar la adquisición del conocimiento por el alumnado. Tiene que ser, asimismo, competente digitalmente y poseer los saberes y las capacidades para utilizar la tecnología con fines pedagógicos. Esta competencia digital consiste en crear materiales didácticos en formato digital, planificar y desarrollar proyectos y actividades de aprendizaje a través de los recursos de Internet, tutorización y evaluar a su alumnado empleando las herramientas tecnológicas, autoformarse y colaborar online con otros colegas docentes, entre otras.

P: ¿Y los desafíos a los que se enfrenta?

R: El principal desafío docente es formar a su alumnado para que sean personas competentes, cultas y críticas que sepan desenvolverse exitosamente en la complejidad cultural y técnica de la sociedad digital. Esto es lo que se conoce como la formación o alfabetización para el desarrollo de la competencia digital del alumnado. Esta competencia no consiste solo en que los estudiantes aprendan a manejar aparatos tecnológicos y software, sino en desarrollar las habilidades intelectuales de alto nivel cognitivo (crear, analizar, comparar, seleccionar, reelaborar) que les permitan interactuar con la información y el conocimiento disponible en el ciberespacio. También debe formarse al alumnado para que sea un sujeto con actitudes, valores y compromiso con los demás. Paralelamente también implica formarles como personas con equilibrio emocional para el uso consciente y autorregulado de las redes sociales y tecnológicas.

Manuel Area-Moreira

P: ¿Qué limitaciones percibe en el uso de las tecnologías en estos momentos?

R: Más que limitaciones, diría que existen usos disfuncionales de la tecnología como son la excesiva dependencia y cantidad de tiempo conectados a la misma por parte de los menores de edad, el acceso a contenidos perniciosos o nocivos (violencia, pornografía, apuestas, acosos, etc.), difusión acelerada del narcisismo o exhibición pública de la vida privada, el consumo y aceptación acrítica de ideas y noticias falseadas… Todo esto son fenómenos preocupantes ante el sobreuso de las redes tecnológicas y necesitan respuestas educativas tanto desde las escuelas como desde los hogares.

P: ¿Cómo introduciría las TIC para garantizar un aprendizaje significativo y personalizado? 

R: Hace ya tiempo que sabemos que las TIC, por sí solas, no generan automáticamente aprendizaje en los estudiantes. Ocurre si detrás de la introducción de las TIC en el aula, el docente tiene un planteamiento pedagógico que estimule que el alumnado aprenda de forma activa, constructiva y experiencial. Esto supone articular planificaciones y metodologías didácticas donde se le pida al alumnado que sea un creador de objetos digitales de conocimiento (en formato texto, vídeo, audio…) que pueden compartirse y difundirse en Internet, favoreciendo el trabajo colaborativo y grupal tanto con sus compañeros de clase como con estudiantes de otros centros.  Las TIC deben ser utilizadas, didácticamente como recursos que facilitan y permiten al alumnado ser creadores del conocimiento y no meros consumidores del contenido que les proporcionen las pantallas.

«Las TIC garantizan un aprendizaje significativo y personalizado si el docente tiene un planteamiento pedagógico que estimule que el alumnado aprenda de forma activa, constructiva y experiencial»

P: ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir plataformas y herramientas digitales?

R: En la selección de plataformas o herramientas digitales para ser empleadas educativamente debemos estar atentos a que las mismas cumplan una serie de requisitos básicos de respeto a la privacidad de los datos e informaciones personales. Necesitamos plataformas y herramientas digitales que no se apropien y exploten comercialmente los datos generados por los agentes educativos, sino que las mismas sean transparentes y estén al servicio de las necesidades del profesorado y alumnado.

P:¿Qué tecnologías tendrán un impacto mayor en la educación en los próximos años?

R: No soy profeta, pero es predecible que las tecnologías denominadas inteligentes son las que se extenderán e impactarán en los próximos años tanto en nuestra sociedad como en el ámbito educativo. Conceptos como las analíticas del aprendizaje, la tutorización automatizada, la personalización o individualización del aprendizaje, la automatización de los procesos instructivos… probablemente empezarán a estar generalizados en el campo educativo. Asimismo, creo que se producirá un aumento de las modalidades formativas híbridas que supongan una mezcla o combinación de situaciones de enseñanza presencial con espacios de aprendizaje virtuales.

P: En el caso de la inteligencia artificial. ¿Cómo puede esta tecnología mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje? ¿Cuáles son los retos más inmediatos que debe abordar?

R: Actualmente existen numerosas promesas, expectativas y herramientas sobre las aplicaciones de la Inteligencia artificial (IA) en la educación. De hecho, es muy fácil localizar actualmente en Internet cientos de apps que permiten a los docentes y al alumnado de forma automatizada y fácil crear imágenes, generar videos e infografías, traducir idiomas, elaborar resúmenes, redactar ensayos, planificar proyectos, etc.

«El peligro está en que los estudiantes plagien y asuman de modo acrítico lo que les digan las máquinas»

Mi punto de vista es que nos falta o carecemos de un planteamiento o modelo de actuación educativa para integrar didácticamente estas herramientas inteligentes en los procesos de enseñanza. No tiene sentido pedir a los estudiantes las mismas tareas intelectuales que se les solicitaba en los tiempos previos a la IA, ya que estas máquinas se las resuelven en poco tiempo y no suponen un esfuerzo cognitivo relevante en el aprendizaje.

El peligro está en que los estudiantes plagien y asuman de modo acrítico lo que les digan las máquinas. Por ello los nuevos retos formativos son que el alumnado aprenda a formular preguntas y sepa dar las instrucciones necesarias a la IA para que les ofrezca respuestas necesarias y apropiadas para resolver problemas específicos. Que el alumnado aprenda a desarrollar una actitud y de análisis crítico ante las respuestas que proporcione una IA y dialogue con la misma; que sepa que esta tecnología comete errores y por tanto debe verificarse la información que proporciona; y tome conciencia que es una herramienta de apoyo, pero que lo relevante son las personas quienes generan el conocimiento.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/manuel-area-moreira/

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Iris Roch: «El objetivo es conocer los riesgos que conllevan Internet y las redes sociales»

En la última década, la tecnología y las redes sociales han puesto patas arriba nuestra sociedad y nuestro sistema educativo. “Cafè i Social Media” proporciona respuestas a todas esas personas que quieren entender toda la atmosfera de las redes sociales y sus derivados.
Por: Roger Valldosera 

Según estudios hechos por We are social y Hootsuite, de la población mundial, 2.789 millones de personas son usuarios activos en las redes sociales. ¿Eso significa que todas estas personas saben hacer un buen uso de estas y son conscientes de la magnitud de las plataformas en las que son partícipes?

Iris Roch, junto a una compañera, detectó que no había una formación ante un fenómeno tan global y gigantesco. Es por eso por lo que nos cuenta cómo fundamentaron las bases de su proyecto, Cafè i Social Media, y como se ha desarrollado.

¿A partir de qué y cuándo nace Cafè i Social Media?

Cafè i Social Media nace en diciembre de 2013 juntamente con una compañera del Máster de Dirección de Redes Sociales. En ese momento analizamos que se hablaba mucho de redes sociales a un nivel muy técnico y profesional, lejos del nivel de comprensión de personas con nivel usuario y de pequeñas empresas que no sabían muy bien cómo gestionar sus redes sociales.

En un principio, Cafè i Social Media nació con un carácter comunitario donde la gente interesada se pudiera reunir para hablar sobre el mundo de las redes, entenderlas y ver de qué manera las podían incorporar en su vida cotidiana y también profesional.

¿Cuáles son los perfiles profesionales que configuran este proyecto?

Ahora mismo somos dos, una pedagoga y yo, que llevo más la parte técnica, todo lo relacionado con las redes.

Y sois las mismas que impartís las dinámicas, talleres, charlas…

Sí, sí, las dos.

En la escuela, como en la vida, es imprescindible alfabetizarse de manera oral y escrita. Actualmente, hemos presenciado como la alfabetización mediática es igual de necesaria. ¿Sois vosotras estas docentes 2.0 que ayudan a alfabetizarse y a comprender la importancia de esta alfabetización?

Por una parte, sí que pensamos que estamos supliendo esta necesidad. Si nos paramos a ver cómo ha sido la implementación y llegada de las redes, vemos que ha sido rapidísima y nosotros, la sociedad, hemos ido siempre un poco detrás de ellas. Por lo tanto, es posible que el sistema educativo, en ciertos momentos, no haya logrado esta rapidez de adaptación y actualización, y esto provoca que, actualmente, en los currículums escolares las nuevas tecnologías se trabajen muy poco, aunque exista una voluntad de cambio.

Es cierto que esta voluntad existe, por ejemplo cuando se implementaron proyectos con tablets y ordenadores, pero se podría cubrir mejor esta necesidad si el equipo docente recibiera una formación específica de la temática para poder acompañar al alumnado. A raíz de este fenómeno muchas escuelas nos piden que expliquemos temas de configuración, de privacidad, de las consecuencias que pueden existir si se hace un mal uso de las redes, o de las pautas a seguir en caso de que exista ciberacoso, entre otros.

Es cierto que los Mossos [la policía catalana] también imparten un programa de formación para escuelas que se llama Internet segura, cuyo proyecto consiste básicamente en explicar a los adolescentes los peligros que pueden tener las redes sociales y cómo han de reaccionar cuando se detectan indicios de ciberacoso u otros indicadores. Nuestro servicio es complementario, ya que trabajamos la parte de toma de consciencia y mantener la coherencia desde un punto de vista más pedagógico y menos técnico.

«El problema recae en la ausencia de formación de los docentes respecto a esta temática»

Vuestro aspecto, a primera vista, parece muy informal, como si se tratase de un café de barrio, pero al darle un vistazo a la web, se observa que os presentáis como una empresa de formación. ¿Cómo definirías la labor de Cafè i Social Media?

Como he comentado, nacimos como una comunidad que quería hablar y debatir sobre temas relacionados con las redes, pero durante el transcurso de estas charlas, y hablando con usuarios y usuarias, vimos que realmente lo que buscan es formación en estos temas. Como yo ya venía del mundo formativo y la otra persona que trabaja conmigo tiene formación pedagógica, vimos que las dos queríamos movernos por una línea educativa.

Actualmente nos movemos únicamente y exclusivamente en una vertiente educativa debido a nuestra motivación por este ámbito. Esta vertiente nace en 2014 cuando una agrupación escolta nos pide una formación específica para ellos, y a partir de aquí vi que esto me gustaba y se empezó a probar una línea específica que se consolida hoy como el programa educativo en el que nos centramos.

 Y si hablamos de la relación con el café, este concepto viene de la idea de charlar de las redes sociales mientras tomamos un café, creando así un espacio distendido con la finalidad de desestresar a aquellas generaciones que no han nacido en esta era tan tecnológica y les es más difícil entender este fenómeno. De hecho, este proyecto nació en cafeterías donde íbamos y tomábamos un café hablando sobre estas temáticas.

Por lo que aparece en vuestro programa educativo, concienciáis y sensibilizáis mucho a los jóvenes, equipo docente y familias del peligro de las redes y cómo hacer un buen uso de ellas. ¿Les mostráis también el gran abanico de oportunidades que nos ofrece la tecnología, Internet y las redes?

El objetivo es ser conocedor de los riesgos que conlleva Internet y las redes sociales, ya sea dirigido a jóvenes, familias o a la comunidad educativa. Yo siempre lo digo, las redes sociales son muy atractivas y te abren un mundo de posibilidades y si, además, se utilizan de manera adecuada, pueden llegar a ser muy beneficiosas, y pongo como ejemplo los influencers, estas personas que están motivadas a dedicarse al marketing y a la moda y abren su canal de difusión en Instagram. Estos son casos de cómo podemos usar las redes para que se conviertan en un motor de salida para hacer eso que nos interesa y nos motiva.

Para utilizar las redes sociales, en esto caso Instagram, de forma adecuada, antes se ha de ser conocedor de cuáles son los riesgos y las oportunidades de estas redes. Quizás es por eso por lo que suele coger más importancia la parta más negativa de las redes, la cual no es propiamente negativa, pero como cualquier aspecto en la vida, has de saber que es el ying y que es el yang.

¿Las formaciones que vosotras impartís suelen ir de la mano de los intereses de los agentes que reciben dichas formaciones?

Todas las formaciones las adaptamos a las necesidades de los colectivos a los que vamos a intervenir, y está claro que cada grupo de adolescentes tiene diferentes motivaciones y utilizan redes diferentes, pues hay generaciones que tienen Snapchat como la aplicación madre, mientras que otras generaciones ya utilizan otra aplicación que es más moderna y que suple totalmente a las otras. Nosotras hacemos el trabajo de conocer los contextos y las necesidades de los grupos a los que vamos a hacer la formación, y a la vez saber también qué preocupa a cada grupo, pues las preocupaciones de los adolescentes y la de las familias normalmente suelen ser totalmente distintas.

En el caso de los padres y madres, lo que preocupa más son las posibles brechas que se puedan generar entre ellos y los adolescentes, ya que ven que no entienden por qué los jóvenes están tan pegados a las redes cuando ellos no tienen esa necesidad de estar conectados todo el día. También les preocupa el tema de los límites, ya que ellos, en este aspecto, no tienen un precedente. A menudo vemos que las familias no tienen la motivación personal de aprender qué redes existen y como es su correcto uso. Tampoco tienen tiempo para destinarlo a estos aprendizajes, posiblemente porque lo infravaloran y no encuentran lógico desperdiciar su tiempo en esto.

Y en cuanto a la escuela, vemos como es un tema que les viene de rebote, porque, en sí, los alumnos no pueden utilizar el teléfono móvil en la escuela, lo que no significa que no lo usen. El problema proviene de fuera de las instituciones educativas, pero acaba repercutiendo en las mismas, ya que cualquier problemática en las redes acaba salpicando a la escuela, por lo que los docentes quieres que los alumnos estén alfabetizados mediáticamente para así evitar todo tipo de peligros.

En las instituciones educativas se prohíbe de antemano el uso de dispositivos móviles en el aula. ¿Qué opinión tenéis vosotras, como profesionales, del tema?

Yo creo que en este caso no hay una preparación suficiente, el docente no puede estar controlando que uso hacen 30 alumnos de sus dispositivos móviles. Si, por ejemplo, dicho docente pide hacer una búsqueda en Google sobre el tema que se está tratando, no puede asegurarse de que todos hagan la búsqueda y no haya alguno que se ponga a jugar o a chatear.

Con las tablets sí que se ha regulado el uso de Internet y los alumnos no pueden entrar en ciertas webs o aplicaciones. Han de ser conscientes de los usos que puede tener un móvil en el aula y fuera de ella. Ellos deciden para qué lo quieren utilizar y cuál es su finalidad.

«Las redes sociales son muy atractivas y te abren un mundo de posibilidades y si, además, se utilizan de manera adecuada, pueden llegar a ser muy beneficiosas»

Como ya sabemos todos, la tecnología, así como la sociedad del siglo XXI, es cambiante, de modo que no se pueden establecer unas bases didácticas sólidas y el contenido de aprendizaje tiene que estar actualizado en todo momento. ¿Creáis dinámicas, charlas y talleres adecuados al ritmo frenético de la tecnología o las realizas con el objetivo de educarlos para que sepan vivir en una sociedad cambiante?

En principio creo que todo el mundo es consciente de que el mundo de las redes evoluciona muy rápido y ahora mismo, por ejemplo, los adolescentes ya no utilizan Facebook porque ya está obsoleto. Viendo esto, te planteas que de aquí diez años el panorama tecnológico será totalmente distinto y las aplicaciones que ahora son punteras, en unos años caerán en el olvido y saldrán otras mejoradas.

Cuando hablas y trabajas con adolescentes, sí que ves que no lo visualizan, es decir, ellos están viviendo el presente y no se preocupan sobre como cambiará el futuro tecnológico. En cambio, si hablas con las familias, su reacción es de saturación. Cuando les planteas que ahora les explicas una aplicación pero que de aquí unos meses les tendrás que explicar una nueva totalmente distinta, debido a que la primera ya no se utiliza, es aquí donde muchos pierden la motivación para formarse en este mundo y otros ven este cambio constante como un factor estresante más que tranquilizador.

Finalmente, no se trata de explicar el funcionamiento de cada una de las redes, se trata de que conozcan como se usan y con qué finalidad, ya que las redes, sea la que sea, tienen el mismo funcionamiento, es decir, la privacidad es la misma, la configuración es la misma y todos los parámetros son los mismos.

Formar, pues, la actitud con la que han de entender las redes sociales, ¿no?

Exacto.

Vuestro target, y si no es así corrígeme, son los jóvenes, las familias y el equipo docente. Entiendo que creáis la formación adaptadas a cada uno de estos colectivos, ¿no? ¿No os habéis planteado hacer formaciones dirigidas a los tres colectivos a la vez? Quizás sería enriquecedor crear debates con entidades tan diferentes, ¿no creéis?

Hacemos formaciones adaptadas a cada colectivo, pero sí, hemos realizado talleres dirigidos a más de un colectivo y de hecho yo potencio mucho esa tipología de talleres.

Tenemos una actividad que es un vídeofórum que consiste en juntar familias y adolescentes, visualizar una recopilación de ciertos materiales y al final de estos se realiza una dinámica. Los grupos que conforman esta dinámica no son las familias con sus respectivos hijos e hijas, sino que se mezclan para así ir separados, de modo que haya libertad por parte de los dos colectivos.

La hemos llevado a cabo en dos ocasiones, ya que es una tipología de taller muy laboriosa. De hecho, la combinación más complicada no es la de los adolescentes con el equipo docente sino con las familias, ya pueda ser por temas de conciliación o por temas de identidad, es decir, que los adolescentes quieren encontrar su propio espacio.

Las veces que lo hemos hecho se ha realizado en ayuntamientos, y es muy curioso porque los adolescentes adoptan la voz de las familias, es decir, los hijos y las hijas terminan dando respuesta a las preguntas provenientes de madres y padres. Esto quiere decir que ellos tienen la consciencia de saber cuál sería su reacción ante el planteamiento de un caso externo, pero cuando se les habla de sus propias actuaciones, es aquí donde el discurso varía y ya no son tan objetivos y férreos como antes. Pero, tal y como te digo, son propuestas muy enriquecedoras pero que difíciles de ejecutar.

«No se trata de explicar el funcionamiento de cada una de las redes, se trata de que conozcan como se usan y con qué finalidad»

Para ir concluyendo, y mirando al futuro, ¿cuáles crees que son los siguientes pasos que dará la tecnología, así como las redes sociales y todo lo que le rodea? ¿Como actuará Cafè i Social Media con respecto a los posibles cambios imprevistos que pueda dar la sociedad de la información y la comunicación?

Ahora mismo la tecnología está muy evolucionada en cuanto a las redes sociales, así como cada vez queremos más inmediatez, y la tecnología está evolucionando hacia esa vertiente. Detrás de este fenómeno tecnológico también viven las grandes marcas que utilizan estrategias de marketing en las que acabamos todos mojados.

¿Las tecnologías son una ayuda o acabaran siendo una necesidad que suplir?

Es por eso por lo que nos hemos de sensibilizar y saber qué uso le damos a las tecnologías, Yo creo que poco a poco acabaremos haciendo un uso más crítico de ellas, pero no podemos olvidar que vivimos en una sociedad de consumo.

Todo depende de la conciencia que coja cada uno. Creo que las necesidades de primera mano tal y como se entendían antes han quedado renegadas, es por eso por lo que ahora la responsabilidad recae en la sociedad, en la moral de cada uno y en qué valores queremos seguir perpetuando a les generaciones futuras.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/iris-roch-objetivo-conocer-los-riesgos-conllevan-internet-las-redes-sociales/

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Sin pensamiento critico no eres nadie | Pablo Perez-Paetow

Pablo, 17 anos, en este valiente e inspirador TEDxTalk revisa el tradicional triangulo mágico del éxito que funciona en el sistema educativo actual y propone romperlo y cambiarlo por la formula basada en el pensamiento critico, una necesidad personal que aunque no la enseñen y mientras la tan ansiada transformación educativa llega, se debe tener para construir tu propio criterio, tu propia vida y ser tú mismo.

Pablo, canario 17 anos. Estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de Granada. Aunque ya mucho antes coqueteaba con su tema, la transformación del sistema educativo, comenzó su andadura con la critica y el estudio de la sociedad al cursar en 1º y 2º de Bachillerato el Bachillerato Internacional. No muy disciplinado. Dinámico, activo y decidido con los proyectos que se propone. No sabe que sera de su futuro, ni quiere saberlo. Espera trabajar fuera de España durante un tiempo y volver con la experiencia adquirida. This talk was given at a TEDx event using the TED conference format but independently organized by a local community. Learn more at http://ted.com/tedx

Fuente; https://www.youtube.com/watch?v=WxC4RfTiOsM

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La nueva tesis once

Por Boaventura de Sousa Santos

En 1845, Karl Marx escribió las célebres Tesis sobre Feuerbach. Redactadas después de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, el texto constituye una primera formulación de su propósito de construir una filosofía materialista centrada en la praxis transformadora, radicalmente distinta de la que entonces dominaba y cuyo máximo exponente era Ludwig Feuerbach. En la célebre undécima tesis, la más conocida de todas, declara: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. El término “filósofos” se utiliza en un sentido amplio, como referencia a los productores de conocimiento erudito, pudiendo incluir hoy todo el conocimiento humanista y científico considerado fundamental en contraposición al conocimiento aplicado.

A principios del siglo XXI esta tesis plantea dos problemas. El primero es que no es verdad que los filósofos se hayan dedicado a contemplar el mundo sin que su reflexión haya tenido algún impacto en la transformación del mundo. Y aunque eso haya sucedido alguna vez, dejó de ocurrir con el surgimiento del capitalismo o, si queremos un término más amplio, con la emergencia de la modernidad occidental, sobre todo a partir del siglo XVI. Los estudios sobre sociología del conocimiento de los últimos cincuenta años han sido concluyentes en mostrar que las interpretaciones del mundo dominantes en una época dada son las que legitiman, posibilitan o facilitan las transformaciones sociales llevadas a cabo por las clases o grupos dominantes.

El mejor ejemplo de ello es la concepción cartesiana de la dicotomía naturaleza-sociedad o naturaleza-humanidad. Concebir la naturaleza y la sociedad (o la humanidad) como dos entidades, dos sustancias en la terminología de Descartes, totalmente distintas e independientes una de la otra, tal como sucede con la dicotomía cuerpo-alma, y construir sobre esa base todo un sistema filosófico es una innovación revolucionaria. Choca con el sentido común, pues no imaginamos ninguna actividad humana sin la participación de algún tipo de naturaleza, comenzando por la propia capacidad y actividad de imaginar, dado su componente cerebral, neurológico. Además, si los seres humanos tienen naturaleza, la naturaleza humana, será difícil imaginar que esa naturaleza no tenga nada que ver con la naturaleza no humana. La concepción cartesiana tiene obviamente muchos antecedentes, desde los más antiguos del Antiguo Testamento (libro del Génesis) hasta los más recientes de su casi contemporáneo Francis Bacon, para quien la misión del ser humano es dominar la naturaleza. Pero fue Descartes quien confirió al dualismo la consistencia de todo un sistema filosófico.

El dualismo naturaleza-sociedad, en razón del cual la humanidad es algo totalmente independiente de la naturaleza y esta es igualmente independiente de la sociedad, es de tal manera constitutivo de nuestra manera de pensar el mundo y nuestra presencia e inserción en él que pensar de modo alternativo es casi imposible, por más que el sentido común nos reitere que nada de lo que somos, pensamos o hacemos puede dejar de contener en sí naturaleza. ¿Por qué entonces la prevalencia y casi evidencia, en los ámbitos científico y filosófico, de la separación total entre naturaleza y sociedad? Hoy está demostrado que esta separación, por más absurda que pueda parecer, fue una condición necesaria de la expansión del capitalismo. Sin tal concepción no habría sido posible conferir legitimidad a los principios de explotación y apropiación sin fin que guiaron la empresa capitalista desde el principio.

El dualismo contenía un principio de diferenciación jerárquica radical entre la superioridad de la humanidad/sociedad y la inferioridad de la naturaleza, una diferenciación radical que se basaba en una diferencia constitutiva, ontológica, inscrita en los planes de la creación divina. Esto permitió que, por un lado, la naturaleza se transformara en un recurso natural incondicionalmente disponible para la apropiación y la explotación del ser humano en beneficio exclusivo. Y, por otro, que todo lo que se considerara naturaleza pudiera ser objeto de apropiación en los mismos términos. Es decir, la naturaleza en sentido amplio abarcaba seres que, por estar tan cerca del mundo natural, no podían considerarse plenamente humanos.

De este modo, se reconfiguró el racismo para significar la inferioridad natural de la raza negra y, por tanto, la “natural” conversión de los esclavos en mercancías. Esta fue la otra conversión de la que nunca habló el padre António Vieira (famoso jesuita portugués, 1608-1697), pero que está presupuesta en todas las demás de las que habló brillantemente en sus sermones. La apropiación pasó a ser el otro lado de la superexplotación de la fuerza de trabajo. Lo mismo ocurrió con las mujeres al reconfigurar la inferioridad “natural” de las mujeres, que venía de muy atrás, convirtiéndola en la condición de su apropiación y superexplotación, en este caso consistente en la apropiación del trabajo no pagado de las mujeres en el cuidado de la familia. Este trabajo, a pesar de tan productivo como el otro, convencionalmente se consideró reproductivo para poderlo devaluar, una convención que el marxismo rechazó. Desde entonces, la idea de humanidad pasó a coexistir necesariamente con la idea de subhumanidad, la subhumanidad de los cuerpos racializados y sexualizados. Podemos, pues, concluir que la comprensión cartesiana del mundo estaba implicada hasta la médula en la transformación capitalista, colonialista y patriarcal del mundo.

En ese marco, la tesis once sobre Feuerbach plantea un segundo problema. Es que para enfrentar los gravísimos problemas del mundo de hoy –de los chocantes niveles de desigualdad social a la crisis ambiental y ecológica, calentamiento global irreversible, desertificación, falta de agua potable, desaparición de regiones costeras, acontecimientos “naturales” extremos, etcétera– no es posible imaginar una práctica transformadora que resuelva estos problemas sin otra comprensión del mundo. Esa otra comprensión debe rescatar, a un nuevo nivel, el sentido común de la mutua interdependencia entre la humanidad/sociedad y la naturaleza; una comprensión que parta de la idea de que, en lugar de sustancias, hay relaciones entre la naturaleza humana y todas las otras naturalezas, que la naturaleza es inherente a la humanidad y que lo inverso es igualmente verdadero; y que es un contrasentido pensar que la naturaleza nos pertenece si no pensamos, de forma recíproca, que pertenecemos a la naturaleza.

No será fácil. Contra la nueva comprensión y, por tanto, nueva transformación del mundo militan muchos intereses bien consolidados en las sociedades capitalistas, colonialistas y patriarcales en que vivimos. Como he venido sosteniendo, la construcción de una nueva comprensión del mundo será el resultado de un esfuerzo colectivo y de época, o sea, ocurrirá en el seno de una transformación paradigmática de la sociedad. La civilización capitalista, colonialista y patriarcal no tiene futuro, y su presente demuestra eso de tal modo, que ella solo prevalece por la vía de la violencia, de la represión, de las guerras declaradas y no declaradas, del estado de excepción permanente, de la destrucción sin precedentes de lo que continúa asumiendo como recurso natural y, por tanto, disponible sin límites. Mi contribución personal en ese esfuerzo colectivo ha consistido en la formulación de lo que denomino epistemologías del sur. En mi concepción, el sur no es un lugar geográfico, es una metáfora para designar los conocimientos construidos en las luchas de los oprimidos y excluidos contra las injusticias sistémicas causadas por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, siendo evidente que muchos de los que constituyen el sur epistemológico vivieron y viven también en el sur geográfico.

Estos conocimientos nunca fueron reconocidos como aportes para una mejor comprensión del mundo por parte de los titulares del conocimiento erudito o académico, sea filosofía, sea ciencias sociales y humanas. Por eso, la exclusión de esos grupos fue radical, una exclusión abisal resultante de una línea abisal que pasó a separar el mundo entre los plenamente humanos, donde “solo” es posible la explotación (la sociabilidad metropolitana), y el mundo de los subhumanos, poblaciones desechables donde es posible la apropiación y la superexplotación (la sociabilidad colonial). Una línea y una división que prevalecen desde el siglo XVI hasta hoy. Las epistemologías del sur buscan rescatar los conocimientos producidos del otro lado de la línea abisal, el lado colonial de la exclusión, a fin de poder integrarlos en amplias ecologías de saberes donde podrán interactuar con los conocimientos científicos y filosóficos con miras a construir una nueva comprensión/transformación del mundo.

Esos conocimientos –hasta ahora invisibilizados, ridiculizados, suprimidos– fueron producidos tanto por los trabajadores que lucharon contra la exclusión no abisal (zona metropolitana), como por las vastas poblaciones de cuerpos racializados y sexualizados en resistencia contra la exclusión abisal (zona colonial). Al centrarse particularmente en esta última zona, las epistemologías del sur dan especial atención a los subhumanos, precisamente aquellos y aquellas que fueron considerados más próximos de la naturaleza. Los conocimientos producidos por esos grupos, pese a su inmensa diversidad, son extraños al dualismo cartesiano y, por el contrario, conciben la naturaleza no humana como profundamente implicada en la vida social-humana, y viceversa. Como dicen los pueblos indígenas de las Américas: “la naturaleza no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la naturaleza”. Los campesinos de todo el mundo no piensan de modo muy diferente. Y lo mismo sucede con grupos cada vez más vastos de jóvenes ecologistas urbanos en todo el mundo.

Esto significa que los grupos sociales más radicalmente excluidos por la sociedad capitalista, colonialista y patriarcal, muchos de los cuales fueron considerados residuos del pasado en vías de extinción o de blanqueamiento, son los que, desde el punto de vista de las epistemologías del sur, nos están mostrando una salida con futuro, un futuro digno de la humanidad y de todas las naturalezas humanas y no humanas que la componen. Al ser parte de un esfuerzo colectivo, las epistemologías del sur son un trabajo en curso y todavía embrionario. En mi propio caso, pienso que hasta hoy no alcancé a expresar toda la riqueza analítica y transformadora contenida en las epistemologías del sur que voy proponiendo. He destacado que los tres modos principales de dominación moderna –clase (capitalismo), raza (racismo) y sexo (patriarcado)– actúan articuladamente y que esa articulación varía con el contexto social, histórico y cultural. Pero no he dado suficiente atención al hecho de que este modo de dominación se asienta de tal modo en la dualidad sociedad/naturaleza, que sin la superación de esta dualidad ninguna lucha de liberación podrá ser exitosa.

En tal escenario, la nueva tesis once debiera tener hoy una formulación del tipo: “los filósofos, filósofas, cientistas sociales y humanistas deben colaborar con todos aquellos y aquellas que luchan contra la dominación en el sentido de crear formas de comprensión del mundo que hagan posible prácticas de transformación del mundo que liberen conjuntamente el mundo humano y el mundo no humano”. Es mucho menos elegante que la undécima tesis original, cierto, pero tal vez nos sea más útil.

Fuente: http://democraciaglobal.org/boaventura-sousa-santos-la-nueva-tesis-once/

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En busca del pensamiento crítico perdido

Por: Aram Aharonian

En los últimos años, América Latina y el Caribe ha sido una región con enorme dinamismo, originalidad en bregar contra políticas neoliberales y ajustes políticos y sociales regresivos, aun en un mundo con notorios retrocesos globalizadores, y sufriendo la negativa y desmoralizadora influencia de radicalismos superficiales enunciativos que, al frustrase, configuran un escenario sin salida, sin otra alternativa que resignarse.

No cabe duda que lo ha hecho con vaivenes y, en gran medida no solo debido a que se generaron cambios de escenarios y posicionamientos con fuertes polarizaciones. Los procesos populares no fueron acompasados – como sí ocurrió en otras épocas en la región- por imprescindibles análisis de fondo y debates críticos originales y propuestas firmes y consistentes, no repetitivas, y por supuesto no basados en recetas dogmáticas envasadas. Hubo una llamativa distancia entre los enunciados y las acciones concretas.

Fue a partir de 1492 cuando Europa logra ponerse como centro y constituir discursivamente a las demás culturas como periferias, y usó la conquista de Latinoamérica y el Caribe para sacar una ventaja comparativa determinante con respecto a sus antiguas culturas antagónicas (turco-musulmana).

Las diferentes formas de conocimiento eurocéntrico se construyeron ‒ y lo peor es que aún hoy lo hacen ‒ bajo una concepción de modernidad excluyente. Desde la llegada a América, Europa se erige como modelo único de toda la civilización, entonces se torna necesario poder vislumbrar qué se se derivó de un eurocentrismo dominador e impositivo y, a partir de allí, cómo no fue posible controlar la economía, la autoridad, el género y la sexualidad, y en definitiva, la subjetividad.

Llamativamente, numerosos teóricos, académicos, “expertos”, desembarcaron en la América latina del nuevo milenio para ayudar a los gobiernos progresistas de la región a encauzar sus procesos liberadores y socialmente justicieros, de acuerdo con su idiosincrasia, conocimientos, memoria e ideología europeas (a veces presentados como marxistas o gramscianos), tomando posiciones terminantes en relación a ricas pero complejas experiencias en América Latina inexistentes en el viejo continente, desplegando la “teoría de los posible”, contra las posibilidades de revoluciones, o siquiera de cambios o medidas imprescindibles para priorizar la defensa de los intereses sociales o nacionales.

Algunos de los expertos “desembarcados” en los últimos tres lustros en la región han aportado sus conocimientos a los procesos progresistas, muchos otros quisieron imponer su “debe ser”, basados por supuesto en la priorización de otros intereses. Éstos, aún pudiendo ser genuinamente solidarios o de perfil progresista, actuaron por preconceptos ideológicos y la superficialidad, descontextualización de opiniones, posiciones y propuestas.

A no dudar, debemos repudiar terminantemente la estigmatización de los extranjeros en cualquier lugar del mundo, pero para ello es imprescindible partir del reconocimiento de que se trata de una problemática común a la relación, sino que la problemática es común a la relación de países centrales y periféricos o aún entre países mayores y menores subalternos, en forma paternalista, de hecho habitualmente degradante aun vestidas con las mejores intenciones.

Hoy siguen, en muchos casos, condicionando el desarrollo de las políticas de reformas estructurales en nuestros países, a veces con buena intención, otras representando a sus patrocinadores, entre ellos bancos, trasnacionales financieras, calificadoras de riesgo, partidos políticos del establishment y, sobre todo, paralizando progresos impensables en la realidad de países centrales.

El pensamiento crítico quedó atrapado en la disyuntiva de dar su apoyo a los gobiernos progresistas por sus logros en materia social o señalar las contradicciones y límites de su proyecto, contradicciones manifiestas en la peculiar forma que adopta la dominación, señala el uruguayo Raúl Zibechi. Debe señalarse que muy a menudo los nuevos temas no llegaron de la mano del aporte de pensadores ya reconocidos e institucionalizados, sino que provienen de pensadores/activistas o investigadores/militantes, añade.

En el congreso del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en Bogotá, la socióloga mexicana Beatriz Stolocwicz señaló que el desconcierto que se observa actualmente entre los científicos sociales de la región es, en buena medida, resultado de que durante varios años los análisis serios fueron desplazados u opacados por la propaganda.

Añadió que el “mainstream de izquierda” en las ciencias sociales opera como una zona de confort, con algunas ideas de las que se echa mano para todo, usadas casi como consigna, lo que es cómodo para mantenerse en el candelero de la opiniología, pero no explica adecuadamente la realidad, y tampoco las importantes transformaciones ocurridas en este nuevo siglo en la reproducción del capitalismo en América Latina.

Hay que tener una mirada más larga que capte las lógicas de la estrategia dominante y sus adecuaciones tácticas en las últimas cuatro décadas. El humanista Javier Tolcachier plantea una autocrítica política, ya que en la división internacional y nacional del trabajo, a algunos, por tradición y acumulación histórica, les toca pensar y a la inmensa mayoría no.

Y pensar todos –o pensar entre todos- significa no repetir los cánones de una academia anquilosada elitista decadente, que tiende a reproducirse y permanecer, como todo statu quo. “Pensar es casi siempre pensar originalmente, al menos intentarlo, aunque lo pensado ya haya sido masticado con salivas ajenas. Es el mismo hecho de pensar el que libera”, señala.

El diálogo, la democratización del debate significa sobrepasar los límites de la academia o de los ilustrados, para anclarse en la realidad y en las vivencias, en las opiniones diversas de quienes hablan de otras cosas y de modos diferentes a los de la academia.

El subcomandante insurgente Moisés, del Frente Zapatista de Liberación Nacional, señaló este primero de enero, al cumplirse 24 años su lucha: (…). vamos a ver si se puede vivir con dignidad sin malos gobiernos, sin dirigentes y sin líderes y sin vanguardias, que mucho Lenin y mucho Marx y mucho trago, pero nada de estar con nosotros. Mucho hablar de lo que debemos o no hacer, y nada de práctica. Que la vanguardia, que el proletariado, que el partido, que la revolución, que échate una cervecita, un vinito, un asado con la familia”.

“Pues ni modos, pensamos, creo que la vanguardia revolucionaria está ocupada en probarse trajes y palabras para el triunfo, así que tenemos que darle según nuestro modo, como indígenas zapatistas (…) Falta saber qué vas a hacer”.

Para crear o remodelar el nuevo instrumento político hay que cambiar primero la cultura política de la izquierda y su visión de la política, que no puede reducirse sólo a discursos, consignas, a las disputas políticas institucionales por el control del parlamento, por ganar un proyecto de ley o unas elecciones, peleas donde los sectores populares y sus luchas son los grandes ignorados.

La política no puede limitarse al arte de lo posible, debe convertirse en el arte de hacer lo “imposible” –que es factible e imprescindible–, construir fuerza social y política capaz de cambiar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular. Y para eso se necesita una hoja de ruta basada en n pensamiento crítico renovado, acorde con nuestras realidades.

Para ello es necesario que las organizaciones políticas expresen un gran respeto por el movimiento popular, que contribuyan a su desarrollo autónomo, dejando atrás todo intento de manipulación e imposición. Los movimientos populares rechazan, con razón, las conductas hegemonistas que intentan imponer intelectuales y académicos con una soberbia que oculta, en general, mediocridad, inseguridad o descalificación impositiva, con variados intereses, jugando muchas veces el papel de guionistas de gobiernos progresistas.

¿Una nueva teoría crítica?

Los análisis sobre la teoría crítica latinoamericana comparten un núcleo de interrogantes que van definiendo la naturaleza de la teoría. ¿Qué tipo de transformaciones necesita el proyecto de la “teoría crítica” para posicionar temas como el género, la raza y la naturaleza en un escenario conceptual y político? ¿Cómo puede ser asimilada la “teoría crítica” en el proyecto latinoamericano de modernidad/colonialidad, liberado del discurso academicista y eurocéntrico?

Según Enrique Dussel, Europa se autoproclama desde 1492 “centro” de la Historia Mundial, constituye de ese modo, por primera vez en la historia, a todas las otras culturas como su “periferia”, y torna a la modernidad una justificación de una praxis irracional de violencia sobre la periferia, ya que su autoproclamación como “centro” está basada en varias premisas que componen, precisamente, el “mito de la modernidad”:

Entre ellas, Dussel señala que la civilización moderna se autocomprende como más desarrollada, superior (lo que significará sostener sin conciencia una posición ideológicamente eurocéntrica), que la superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos, rudos, bárbaros, como exigencia moral. El proceso propuesto por Europa es unilineal, lo que determina una falacia desarrollista, indica.

Todo por fuera del modelo de civilización de Europa es considerado bárbaro, por ello, en último caso se habla de una guerra justa colonial donde se legitima la violencia si fuera necesaria, para destruir los obstáculos de la tal modernización y, al estar basada en la alteridad, esta visión produce víctimas y victimarios, colonizados y colonizadores; donde el héroe civilizador inviste a sus mismas víctimas del carácter de un sacrificio salvador (el indio colonizado, el esclavo africano, la mujer, la destrucción ecológica de la Tierra, etcétera).

Es a partir de la década del 1960 que las ciencias sociales se han visto repensadas por diferentes corrientes de pensamiento crítico que buscan analizar el mundo actual, la política global y las relaciones sociales desde paradigmas y epistemologías que sirvan para interpretar las concentraciones del poder. En un contexto histórico de particular impulso y creatividad, América Latina brindó enormes aportes vitalizadores.

El debate crítico de las ciencias sociales, supera las áreas de economía, sociología, historia para alcanzar las relaciones internacionales, y hoy se hace necesaria la configuración desde Latinoamérica de otro conocimiento, de un pensamiento postcolonial, que debe incorporar no solo lo producido académicamente sino nutrido de las experiencias de resistencia, lucha y construcción de nuestros pueblos.

Aníbal Quijano señala que el pensamiento decolonial tiene como razón de ser y objetivo la decolonialidad del poder, es decir, de la matriz colonial de poder: Pues nada menos racional finalmente, que la pretensión de que la específica cosmovisión de una etnia particular sea impuesta como la racionalidad universal, aunque tal etnia se llame Europa occidental.

Para lograr una perspectiva latinoamericana se debe pensar por un momento desde el otro lado de las carabelas de Colón: ¿qué implicó la modernidad para aquellos que ya habitaban el territorio de la actual América Latina? La llegada de la modernidad a América Latina, lejos de reconocernos como un otro, implicó la imposición de una ideología eurocéntrica legitimadora de las prácticas político-sociales y económicas que se dieron posteriormente.

El portugués Boaventura de Sousa Santos admite que las ciencias sociales atraviesan un momento de crisis reflejada en la renovación y expansión con respecto a la visión eurocéntrica o de cualquier centro de poder hegemónico, crisis que se ha hecho posible gracias a las luchas sociales de los últimos treinta o cuarenta años en varios continentes (campesinos, feministas, indígenas, afrodescendientes, trabajadores urbanos, pequeños productores, ecologistas, de derechos humanos, contra el racismo y la homofobia, etc.), en muchos casos con demandas fundadas en universos culturales no occidentales.

Por ello se hace necesario el desprendimiento de la retórica vacua de una modernidad copiada y de su imaginario imperial articulado en la retórica de la democracia a la europea o estadounidense, hoy por cierto muy deteriorada y vulnerada por la creciente peligrosa regresividad y marginación que se observa en sus sociedades.

El nuevo pensamiento crítico debe surgir desde la diversidad (étnica, cultural) y de las historias locales que por más de cinco siglos se enfrentaron con la visión eurocéntrica como la única manera de leer la realidad.

Es comenzar a vernos con nuestros propios ojos, para superar los estrechos márgenes impuestos por la visión totalizadora de la modernidad excluyente, para indagar en otros saberes, otras prácticas, otros sujetos, otros alternativos a este orden. Latinoamérica ha demostrado que tiene la capacidad ética, política e intelectual de responder al reto de contribuir con sus saberes y sus prácticas a una sociedad equitativa, incluyente y democrática, y a un modelo de vida sostenible para la mayoría de los presentes y futuros habitantes del planeta.

El pensamiento crítico latinoamericano es, a pesar de sus críticas al eurocentrismo, muy eurocéntrico y monocultural. La riqueza del pensamiento popular, campesino e indígena ha sido reiteradamente desperdiciada. No se trata solamente de un nuevo pensamiento crítico, se trata de una manera diferente de producir pensamiento crítico.

El pensamiento crítico no ha sabido hasta hoy teorizar las posibilidades de superar las contradicciones, las separaciones, las tensiones entre las subjetividades de ciudadanos organizados, mujeres, indígenas, migrantes, campesinos, afrodescendientes, y promover alianzas estratégicas y sustentables entre estos movimientos, esto es, alianzas que no escondan la exclusión de algunas subjetividades bajo la apariencia de su inclusión.

En nuestra región, muchos de los movimientos que luchan contra la injusticia social no se consideran ni en el capitalismo ni en las versiones conocidas del socialismo. Se debe pensar también en estas concepciones contrahegemónicas de democracia y de derechos humanos más allá del modelo liberal y occidental.

Se debe pensar la democracia como la transformación de todas las relaciones de poder (explotación, patriarcado, diferenciación étnico-racial, fetichismo de las mercancías, comunitarismo excluyente, dominación cultural y política, intercambio desigual entre países) en relaciones de autoridad compartida, teniendo en cuenta el cuadro de situación: navegamos en las aguas de la crisis del capitalismo como sistema histórico, primordialmente especulativo, rentista y expropiador, que sólo puede reproducirse agudizando contradicciones incurables.

Los éxitos que ya ha tenido el neoliberalismo es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda o un progresismo que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; y que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes, señala la mexicana Stolowicz.

La estrategia capitalista tiene como uno de sus ejes la seguridad para el capital sobre la propiedad: sí garantiza las condiciones de su reproducción basadas en formas de acumulación originaria (expropiación, saqueo, control territorial directo sobre las materias primas y los recursos energéticos, el agua, la biodiversidad, además de imponerle a las regiones más débiles sus desechos tóxicos).

Otro de los ejes es la seguridad frente a la pérdida irremediable de la cohesión social, lo que implica domesticar a los oprimidos, proclives cada vez más a la protesta y la rebeldía.

Lo opuesto del pensamiento crítico es el conformismo, cínico o resignado. La conciencia social latinoamericana respalda una voluntad del cambio social, con una crítica al orden capitalista que abre posibilidades para una superación de las relaciones de explotación y subalternidad. Los que están en deuda son la academia y la llamada intelectualidad, ancladas en el pasado, sordas a la realidad de nuestros pueblos, muchas veces funcionales a gobiernos pero no a procesos emancipadores y populares .

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236252&titular=en-busca-del-pensamiento-cr%EDtico-perdido-

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Reseña de libro: Ecología política latinoamericana.

Pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. Volumen 1.

Héctor Alimonda. Catalina Toro Pérez. Facundo Martín. [Coordinadores]

Catalina Toro Pérez. Gabriela Merlinsky. Héctor Alimonda. Arturo Escobar. Ana Patricia Noguera de Echeverri. Omar Felipe Giraldo. Guillermo Castro Herrera. Germán Palacio Castañeda. Enrique Leff. Gian Carlo Delgado Ramos. Melissa Moreano. Francisco Molina. Raymond Bryant. Leonardo Boff. Henri Acselrad. Carlos Walter Porto Gonçalves. Felipe Milanez Pereira. Carlos Bittencourt. María Cecilia Roa García. Tatiana Roa Avendaño. Alberto Acosta. Mario Pérez-Rincón. Zulma Crespo-Marín. Julieth Vargas-Morales. Luis Humberto Hernández. [Autores de Capítulo]

Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-722-270-8
CLACSO. Universidad Autónoma Metropolitana.
Buenos Aires.
Octubre de 2017

La Ecología Política de América Latina desde su emergencia se viene constituyendo en una relación activa de permanente intercambio y retroalimentación con los muy diversos movimientos y luchas que protagonizan conflictos en diferentes escalas y circunstancias, recogiendo las críticas a los modelos de desarrollo de vigencia hegemónica y delineando con ellos otros futuros posibles.

En este sentido, los dos volúmenes que presentamos mantienen el diálogo sobre los debates epistemológicos de la Ecología Política latinoamericana a la vez que se entrocan con las prácticas teóricas, políticas y territoriales, que han caracterizado a nuestra región. Esta marca de origen, se basa en la convicción del vínculo, por momentos tenso y conflictivo pero también creativo y productivo, entre el imperativo del refinamiento de las herramientas teórico-políticas para asumir el análisis crítico y la construcción sostenida de alternativas frente al saqueo, el despojo y la devastación socio-ambiental.

Fuente:  http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20171030111951/GT_Ecologia_politica_Tomo_I.pdf
Imagen: https://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1303_Tapa.jpg
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