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La nueva táctica del poder es crear una doble versión de los hechos

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez

Se ha convertido en común denominador invertir el sentido de las cosas para tratar de posicionar una verdad contraria a la que explica realmente una situación. La táctica política del poder (empresarios, directivas de instituciones, gerentes, financistas), es imponer “su” verdad (posverdad) creando una doble versión de los hechos, orientada a aislar la situación e impedir que la realidad de lo que ocurre sea entendida fácilmente. Crear una doble versión le sirve al poder para confundir y oscurecer, y aunque no es nueva, justo ahora, cuando el país oficialmente esta sin guerra, reaparece, para ocupar el espacio sin enemigos a los que antes se responsabilizaba de estar detrás de toda lucha para desvirtuarla. La doble versión es útil al poder para ocultar, negar y, desfigurar la verdad.

Como lo muestra la tendencia, la ausencia de guerra, empieza a ser cubierta con dobles versiones que dificulten establecer rápidamente la verdad de las cosas. En el régimen Uribe al amparo de la guerra la formula fue crear duplicidades de organizaciones (indígenas, sindicales, colectivos de abogados, asociaciones de victimas). En esta nueva etapa la formula es de dobles versiones para confundir, inclusive sobre asuntos venideros como el de candidatos presidenciales atados a partidos de sobrada ilegitimidad y cuestionamientos, que con una doble versión afirman no pertenecer a el pero contar con sus votos y maquinaria (Vargas Lleras, otros); así mismo los casos de magistrados, congresistas y jefes políticos acusados de paramilitarismo y corrupción que se declaran victimas y dilatan los procesos; exfuncionarios criminales que declaran persecución política (entorno del C.D).

Los ejemplos de las dobles versiones de lo que ocurre, ponen en evidencia que aunque cambie la percepción del presente, el control del poder y sus practicas sigue vigente, sostenida con el espíritu de guerra al que habrá que derrotar mas pronto que tarde. La ultima situación de doble versión corresponde directamente a la intervención del estado en un presumible crimen de lesa humanidad, que comprometería al presidente de la republica en su condición de jefe de las fuerzas armadas y nobel de paz, con el agravante de que la masacre ocurre en democracia y en ausencia de guerra. Se trata según la versión de las victimas, de la masacre ejecutada en Tumaco, Nariño, Sur de Colombia, contra civiles campesinos productores de hoja de coca (no de cocaína). Los campesinos, según su propia versión, fueron atacados y asesinados en estado de total indefensión por uniformados pertenecientes a las fuerzas armadas (ejercito y policía). Indican que hay de 8 a 15 muertos y mas de 20 heridos por impacto de bala. Los campesinos están movilizados reclamando, en justa causa, contra la erradicación forzada de cultivos de coca, y contra la represión desmedida de militares en su territorio, lo que resulta en los dos casos, contrario a lo pactado en el acuerdo de Paz de la Habana, que establece, que solo de manera consensuada entre el gobierno y los cultivadores se realizaría una erradicación manual y la sustitución de cultivos de coca por otros cultivos con garantías de comercio justo, a la vez que se entendía al campesinado como victima de un sistema de explotación mafiosa que los convierte en el eslabón mas débil de la cadena de narcotráfico.

La otra versión, la anuncio el presidente Santos, asumiendo la defensa de las fuerzas armadas acusada de este abominable suceso de barbarie. El presidente rodeado de la cúpula militar entregó el incuestionable libreto y sin mayor explicación pero con interés en aislar, señaló que los responsables estaban identificados y que se trataba de los alias Guacho y David, de quienes dijo que eran exguerrilleros, explosivistas y disidentes, que lanzaron cilindros bomba contra la multitud. La fiscalía y la procuraduría apenas llegan al territorio pero aun no aventuran conclusiones. La personera del municipio, precisó que todos los muertos y heridos tenían impactos de bala y que ninguno tenia rastros de esquirlas ni explosivos, y que tampoco se oyeron explosiones, además insinuó que curiosamente ningún militar de los que reprimía la movilización de campesinos resulto afectado, ratificando la indefensión de las victimas. Siguiendo la alocución del presidente ¿porque alias Guacho y David acusados de obligar y empujar a los campesinos a impedir la erradicación, tendrían interés en asesinarlos si justamente estarían haciendo bien la tarea?… Dos días después de la masacre, medicina legal informó que los asesinatos y las heridos fueron provocadas con proyectiles de alta velocidad.

El penúltimo asunto de doble versión es la existencia material de una huelga de pilotos de la aerolínea Avianca, quienes reclaman seguridades de vuelo, es decir, garantías para la seguridad de todos los pasajeros y, piden equilibrio de salarios entre los pilotos colombianos y los de otras nacionalidades pagados por el mismo holding, violando el principio de reciprocidad laboral y de que a igual trabajo, igual salario. La versión de los pilotos en huelga, corresponde al interés de un grupo de trabajadores, que aunque vayan con vestido de paño, quepis y corbata son explotados como todos los trabajadores del mundo y expuestos a la indolencia y voracidad de los empresarios capitalistas que propenden por mejorar sus propias ganancias y hacer crecer sus acumulados personales de capital a costa de lo que sea. Para los pilotos no hay medios de comunicación abiertos, ruedas de prensa, ni comentarios de expertos en su favor. Del otro lado esta la versión del empresario Aframovich, que controla la aerolínea y otras empresas insistentemente señaladas de exitosas. Su poder le sirve de patente de intimidación para afirmar que los huelguistas actúan como criminales y promete hacerles pagar cara la osadía de levantarse contra el. Las otras aerolíneas, el gobierno y los gremios se ponen de su lado, tratando de aislar a los huelguistas y algunos expertos analistas de su staff recaban sobre lo dicho y reproducen datos de vuelos cancelados y pasajeros afectados. Los medios repiten de memoria el libreto en noticieros, avances informativos, periódicos, hashtag, twitter y propagandas del “yo no paro”, yo quiero a mi país. La consigna es una sola: aislarlos, repetir hasta el cansancio que la huelga es ilegal y que los pilotos son responsables de toda desgracia previsible, que por su culpa caen las ventas por turismo, aumenta el desempleo informal, se reducen las carreras de taxis y hasta se destruyen las unidades familiares de quienes no logran volar.

Las dos versiones, una de pilotos (trabajadores) y otra del empresario (inversionista) quedan claras: Trabajadores reclamando mínimas garantías al derecho al trabajo cada vez mas degradado Vs Empresarios negando esos mínimos, aunque ahora son mas ricos y poderosos. El gobierno ofrece mediar con neutralidad, imparcialidad y objetividad, pero su ineficiencia, incapacidad y dependencia le impide separase del interés del capital, vende la idea de que es un paro ilegal, lo dice la ministra, lo repite el viceministro, lo titulan los diarios y los pilotos son presionados. Inversionistas y Gobierno acuden al poder judicial para utilizarlo como el esquirol de la contienda, con la misión de romper la huelga, sembrar miedo a la judicialización y culminar el proceso de criminalización de la protesta, con mensaje para todos los que luchan. El plan previsto es declarar ilegal la huelga para despojarla del sentido político de esta, como de toda lucha de los trabajadores contra el capital. La declaratoria de ilegalidad se dio, basada en una tesis rebuscada, imprecisa y carente validez teórica, al señalar que el transporte aéreo es un servicio esencial, lo que no resulta cierto primero porque viajar en avión carece de universalidad (no es para todos, como lo es por ejemplo el agua potable o caminar por un parque publico) y, segundo porque tampoco es un bien necesario como los alimentos o la vivienda.

Las dos versiones están en tensión, existe una huelga que reivindica derechos enfrentada al interés del capital empeñado en sostener sus niveles de explotación laboral. Ojala los tribunales llamen al empresario a responder por las amenazas contra los pilotos y por los intentos de impedir y quebrantar el derecho de huelga, que es derecho humano ratificado constitucionalmente. Es buen momento también para que la empresa sea monitoreada en el compromiso efectuado de que a cambio de que le suspendieran una investigación por presunta tercerización laboral ilegal, vincularía con contrato indefinido a tres mil empleados directos a partir de febrero de 2017, y ratificaba su compromiso de no volver a incurrir en formas de tercerización laboral ilegal violando derechos de los trabajadores y a eliminar otras conductas prohibidas en la normatividad.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232526

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México: Sugieren más planes de retiro a empresas

México / www.elpulsolaboral.com.mx / 23 de Agosto de 2017

Para poder alcanzar una tasa de remplazo en las pensiones de al menos 60% del último sueldo, como propone la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), es necesario implementar en todas las empresas planes privados de retiro, aseguró José Méndez Fabre, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB).

En entrevista detalló que esto forma parte de una iniciativa impulsada por la AMIB, los bancos, compañías de seguros, afores, casas de bolsa y fondos de inversión, por el objetivo de impulsar el ahorro voluntario para el retiro.

«La propuesta va avanzando bien en las conversaciones con Hacienda y tiene cuatro pilares fundamentales: que todas las empresas tengan un plan privado de pensiones, que nos pongan a todo el sector financiero a competir, que el ahorro sea portable; es decir, que el dinero entre afores y otros intermediarios pueda tener portabilidad, y que todos estemos homologados desde el punto de vista regulatorio y fiscal», explicó.

Más competencia en el sector

De esta manera, dijo, todo el sector financiero estaría compitiendo por el ahorro voluntario para el retiro a través de los planes privados de pensiones, de forma adicional al ahorro obligatorio que ya los trabajadores realizan en las afores.

De ser aprobada la iniciativa, se podría alcanzar una tasa de remplazo más cercana a los niveles recomendados por la OCDE, pero de forma paralela, se debe gestionar un aumento alas contribuciones obligatorias que se hacen al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), ya que claramente éstas son insuficientes para alcanzar una pensión digna.

Agregó que desde el origen del sistema de pensiones de cuentas individualizadas que dio origen a las afores y al SAR se habló de que el ahorro voluntario iba a ser muy importante, ya que el ahorro forzoso con un 6.5% de aportaciones era muy bajo.

«Sabemos que en Chile andaban en 10% de contribuciones obligatorias y ahorita están ya en 15%. Nosotros cuando iniciamos el diseño de ésta propuesta nos enfocamos al ahorro voluntario, pero esto no va a ser suficiente, tendremos que hacer modificaciones para poder llegar a una tasa de aportaciones forzosas de probablemente 12 o 13%, más el voluntario para que la tasa de remplazo suba a niveles objetivo de largo plazo de alrededor de 60 por ciento».

Mínimo ahorro voluntario

Recalcó que hoy en día el ahorro voluntario en las afores representa sólo 1.0% del total de los recursos que administran; de ahí la necesidad de impulsar nuevos canales para que la gente realice aportaciones voluntarias para su retiro.

Asimismo, detalló que actualmente sí hay gente ahorrando de forma voluntaria en fondos de inversión, casa de bolsa, bancos o alguna compañía de seguros, sin embargo estos recursos no están dirigidos a la pensión y en su mayoría se trata de depósitos de corto y mediano plazo.

En este sentido, agregó que al tener más alternativas de ahorro a largo plazo, además de favorecer el acceso a una pensión, se generará mayor ahorro interno en el país, dándole mayor solidez y reduciendo vulnerabilidades que podrían derivar en crisis.

Fuente:http://www.elpulsolaboral.com.mx/mercado-laboral/11335/sugieren-mas-planes-de-retiro-a-empresas

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La era de la ingobernabilidad en América Latina

Por: Raúl Zibechi

La desarticulación geopolítica global se traduce en nuestro continente latinoamericano en una creciente ingobernabilidad que afecta a los gobiernos de todas las corrientes políticas. No existen fuerzas capaces de poner orden en cada país, ni a escala regional ni global, algo que afecta desde las Naciones Unidas hasta los gobiernos de los países más estables.

Uno de los problemas que se observan sobre todo en los medios, es que cuando fallan los análisis al uso se apela a simplificaciones del estilo: Trump está loco, o conjeturas similares, o se lo tacha de fascista (que no es una simple conjetura). Apenas adjetivos que eluden análisis de fondo. Bien sabemos que la locura de Hitler nunca existió y que representaba los intereses de las grandes corporaciones alemanas, ultra racionales en su afán de dominar los mercados globales.

Del lado del pensamiento crítico sucede algo similar. Todos los problemas que afrontan los gobiernos progresistas son culpa del imperialismo, las derechas, la OEA y los medios. No hay voluntad para asumir los problemas creados por ellos mismos, ni la menor mención a la corrupción que ha alcanzado niveles escandalosos.

Pero el dato central del periodo es la ingobernabilidad. Lo que viene sucediendo en Argentina (la resistencia tozuda de los sectores populares a las políticas de robo y despojo del gobierno de Mauricio Macri) es una muestra de que las derechas no consiguen paz social, ni la tendrán por lo menos en el corto/mediano plazos.

Los trabajadores argentinos tienen una larga y rica experiencia de más de un siglo de resistencia a los poderosos, de modo que saben cómo desgastarlos, hasta derribarlos por las más diversas vías: desde insurrecciones como la del 17 de octubre de 1945 y la del 19 y 20 de diciembre de 2001, hasta levantamientos armados como el Cordobazo y varias decenas de motines populares.

En Brasil la derecha pilotada por Michel Temer tiene enormes dificultades para imponer las reformas del sistema de pensiones y laboral, no sólo por la resistencia sindical y popular sino por el quiebre interno que sufre el sistema político. La deslegitimación de las instituciones es quizá la más alta que se recuerda en la historia.

El economista Carlos Lessa, presidente del BNDES con el primer gobierno de Lula, señala que Brasil ya no puede mirarse al espejo y reconocerse como lo que es, perdido el horizonte en el marasmo de la globalización (goo.gl/owd24y). El aserto de este destacado pensador brasileño puede aplicarse a los demás países de le región, que no pueden sino naufragar cuando las tormentas sistémicas acechan. En los hechos, Brasil atraviesa una fase de descomposición de la clase política tradicional, algo que pocos parecen estar comprendiendo. Lava Jato es un tsunami que no dejará nada en su sitio.

El panorama que ofrece Venezuela es idéntico, aunque los actores ensayen discursos opuestos. De paso, decir que atender a los discursos en plena descomposición sistémica tiene escasa utilidad, ya que sólo buscan eludir responsabilidades.

Decir que la ingobernabilidad venezolana se debe sólo a la desestabilización de la derecha y el imperio, es olvidarse que en la prolongada erosión del proceso bolivariano participan también los sectores populares, mediante prácticas a escala micro que desorganizan la producción y la vida cotidiana. ¿O acaso alguien puede ignorar que el bachaqueo (contrabando hormiga) es una práctica extendida entre los sectores populares, incluso entre los que se dicen chavistas?

El sociólogo Emiliano Terán Mantovani lo dice sin vueltas: caos, corrupción, desgarro del tejido social y fragmentación del pueblo, potenciados por la crisis terminal del rentismo petrolero (goo.gl/DW8wkQ). Cuando predomina la cultura política del individualismo más feroz, es imposible conducir ningún proceso de cambios hacia algún destino medianamente positivo.

En suma, el panorama que presenta la región –aunque menciono tres países el análisis puede, con matices, extenderse al resto– es de creciente ingobernabilidad, más allá del signo de los gobiernos, con fuertes tendencias hacia el caos, expansión de la corrupción y dificultades extremas para encontrar salidas.

Tres razones de fondo están en la base de esta situación crítica.

La primera es la creciente potencia, organización y movilización de los de abajo, de los pueblos indios y negros, de los sectores populares urbanos y los campesinos, de los jóvenes y las mujeres. Ni el genocidio mexicano contra los de abajo ha conseguido paralizar al campo popular, aunque es innegable que afronta serias dificultades para seguir organizando y creando mundos nuevos.

La segunda es la aceleración de la crisis sistémica global y la desarticulación geopolítica, que pegó un salto adelante con el Brexit, la elección de Donald Trump, la persistencia de la alianza Rusia-China para frenar a Estados Unidos y la evaporación de la Unión Europea que deambula sin rumbo. Los conflictos se expanden sin cesar hasta bordear la guerra nuclear, sin que nadie pueda imponer cierto orden (aún injusto como el orden de posguerra desde 1945).

La tercera consiste en la incapacidad de las élites regionales de encontrar alguna salida de largo aliento, como fue el proceso de sustitución de importaciones, la edificación de un mínimo estado del bienestar capaz de integrar a algunos sectores de los trabajadores y cierta soberanía nacional. Sobre este trípode se estableció la alianza entre empresarios, trabajadores y Estado que pudo proyectar, durante algunas décadas, un proyecto nacional creíble aunque poco consistente.

La combinación de estos tres aspectos representa la tormenta perfecta en el sistema-mundo y en cada rincón de nuestro continente. Los de arriba, como dijo días atrás el subcomandante insurgente Moisés, quieren convertir el mundo en una finca amurallada. Probablemente, porque nos hemos vuelto ingobernables. Tenemos que organizarnos en esas difíciles condiciones. No para cambiar de finquero, por cierto.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/28/opinion/018a1pol

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“Para que la escuela pueda servir realmente a la sociedad debe estar protegida de los intereses corporativos que insisten en infiltrarla” Entrevista a Carlos Fernández Liria, Olga García Fernández y Enrique Galindo, autores de Escuela o barbarie (II)

Carlos Fernández Liria es profesor de filosofía en la UCM. Entre sus numerosos libros cabe citar En defensa del populismo (2015), Para qué servimos los filósofos (2012) y El orden de El Capital (2010, con Luis Alegre Zahonero. Olga García Fernández es profesora de enseñanza secundaria. Milita en las Marea por la Educación Pública de Toledo. Enrique Galindo Fernández es también profesor de enseñanza secundaria. Activista de la Marea Verde.

Nos centramos, en esta conversación, en algunas de las temáticas desarrolladas en su libro Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda, publicado por Akal, Madrid, 2017.

***

Estábamos aquí. Habláis en vuestro libro de Daniel Noya, un ejemplo para la escuela pública afirmáis. ¿Quién es Daniel Noya?

Carlos.- Aparte de ser un gran poeta que vive y da clase de filosofía en el valle del Tiétar, es un hombre normal (lo que no es tan habitual), un hombre noble y honrado que lleva toda su vida dedicado a la enseñanza en el mundo rural. Le he citado en el libro como un ejemplo más de esos millares de profesores que aman su profesión, que han instruido a generaciones y generaciones de alumnos de una forma bella y desinteresada, muy por encima de sus obligaciones laborales. Son estos profesores, a los que yo calificaría de verdaderos héroes anónimos, los que han convertido la escuela pública en un milagro ilustrado de la humanidad. La propaganda neoliberal y el delirio izquierdista, en cambio, los denigran día a día, cada vez más, con calumnias lobotomizadas sobre el desempeño de su profesión, con controles delirantes que limitan su libertad de cátedra, llegando incluso a sugerir, desde no se sabe qué tribunas académicas de élite, que deben ser «enseñados a enseñar», vigilados y disciplinados para una continua innovación suicida, reciclados en entrenadores del gimnasio laboral que reclaman los mercados cada día de forma más imprevisible. Y este diagnóstico lo hacen tecnócratas que jamás han pisado un aula.

Para aclararnos de aquí en adelante. ¿De qué deberíamos hablar, de educación o de instrucción?

Olga.- De las dos. En el parágrafo titulado «Instrucción vs. Educación» lo explicamos. Instruir, en tanto que ejercicio de la filomatía (amor por aprender) es una dinámica en la que el profesor enseña conocimientos que le han sido costosos de aprender y en los que es experto. Y los enseña para que el alumno los haga propios a través de la reflexión y de la crítica, para que en esa dialéctica, realmente «piense por sí mismo». Esta forma de enseñar y aprender exige el reconocimiento de la diferencia entre el profesor y el alumno. Una diferencia «geométrica», entre el que posee el conocimiento y el que se hace con él. Y fundamentalmente exige «respeto»: del que aprende por el que sabe, por la pasión con la que lo enseña, y del que enseña por el que aprende, por la capacidad que tiene para ello. Ese respeto exige esa previa distancia, garantía del reconocimiento entre uno y otro a través de lo aprendido, y nunca a través de lo afectivo. Es esencial que esto quede claro: educar, en el sentido de acompañar (lo que hace el pedagogo), de identificarse afectivamente, es lo contrario que aportar herramientas al alumno para la crítica y la emancipación. Esto no significa dejar de lado la educación del corazón por la del intelecto, como decía Aristóteles en la Política, sino entender esa educación del corazón como respeto hacia una persona en formación, que aun está por ser adulto. La educación de lo afectivo es paidocentrismo, es educar en la consideración de que el alumno es un ente acabado como niño o adolescente, y no un ser humano emancipable en potencia.

Enrique.- Lo que intentamos es salir de la falsa polémica entre instrucción y educación que considera que la primera es algo así como rellenar las cabezas de los alumnos con contenidos que les son completamente ajenos. Hay que decir que la instrucción, que, como acaba de explicar Olga, entendemos como filomatía (término este que tomamos de la excelente tesis doctoral de José Sánchez Tortosa), es en sí misma educativa. A este respecto hay un dato que me parece significativo: la II República mantuvo el nombre de Ministerio de Instrucción Pública y fue el primer gobierno de Franco, en fecha tan temprana como 1938 el que lo cambió por Ministerio de Educación Nacional. Este cambio de nomenclatura no es inocente, pues implica privilegiar los elementos de guía y conducción, haciendo del pedagogo (conductor de niños) el preparador del terreno para el éxito del demagogo (conductor de pueblos o, en este caso concreto, Caudillo).

Carlos.- A veces hay que educar para poder instruir, pero la pretensión de hacer cargar a la escuela con todos callejones sin salida sociales es una barbaridad. La escuela no puede dar trabajo a los padres de los alumnos que están en paro, por ejemplo. En esta sociedad hay problemas gravísimos que tienen que ser resueltos políticamente. Y los profesores, que son los primeros en vivirlos cotidianamente, al convivir con alumnos de todas las edades a diario, se están comportando, en general, como verdaderos héroes, desplegando una generosidad de gran sensibilidad social. Pero en lugar de agradecimiento (que suelen tenerlo, en cambio, y muy sincero, por parte de los alumnos), se encuentran con que los poderes fácticos les responsabilizan por no lograr solucionar lo que esos mismos poderes deberían estar solucionando por otros vías. Los medios de comunicación, manejando además tópicos pedagógicos execrables, no han parado de difamar y calumniar, echando basura mediática sobre la profesión de profesor. De este modo, los profesores han perdido el prestigio y el respeto de la sociedad en general. Esto es un desastre de la civilización.

No parecéis muy entusiastas de la pedagogía. Pero personas muy entrañables y muy reconocidas en las tradiciones de izquierda e ilustradas fueron pedagogos. Pienso, por ejemplo, en Ferrer i Guàrdia o en Makarenko. ¿Dónde se ubican vuestras principales críticas a la Pedagogía?

Olga.- En primer lugar, en su autoproclamación de ciencia experta en el arte de enseñar a enseñar, cuando no tiene cuerpo teórico alguno. Postularse como la metaciencia que enseña cómo enseñar más allá de los contenidos específicos de cada disciplina es grotesco desde un punto de vista científico. Como mucho, la pedagogía es una técnica o conjunto de recomendaciones formales. En segundo lugar, precisamente, el discurso pedagógico moderno (de origen jesuita) es «forma vaciada de contenidos». Es lo que se denomina «formalismo pedagógico»: el progresivo vaciamiento de los contenidos en favor de sucesivas metodologías cuyo fin es, exclusivamente, el reajuste del aprendizaje en términos rentables, en la producción de determinado tipo de persona, del «hombre nuevo» necesario en cada momento. En tercer lugar, al formalismo pedagógico le acompaña como sustituto del conocimiento, el establecimiento del afecto, de lo emocional. El discurso actual de la pedagogía está transido de estructuras biensonantes y, por lo tanto, muy difíciles de desmontar como «democratizar la enseñanza», «educar en la autoestima y en lo emocional», «construir el propio aprendizaje», «iniciativa emprendedora»….. Es un lenguaje a favor de los intereses neoliberales que requieren un ciudadano adaptable a todo tipo de circunstancias. Por lo tanto, no se trata tan sólo de que, en origen, la Pedagogía se considere a sí misma indispensable para las disciplinas que sí son científicas, sino que en su labor de «tutela» desacredita la importancia de los conocimientos aportados por las mismas, promueve el vaciamiento de contenidos de la escuela frente a lo afectivo y obedece históricamente a los intereses y tendencias innovadoras de reforma de los «agentes sociales».

Enrique.- Fíjate que tanto Ferrer i Guàrdia como Makarenko son pedagogos en tanto que reflexionaban sobre su propia práctica como maestros; se enfrentaban directamente en su día a día con los problemas que surgían en sus escuelas y en el trato directo con los alumnos y a partir de ahí hacían una teorización, por así decir, enraizada en su propia praxis. Eso es enteramente diferente de erigirse en los detentadores de una presunta (e imposible) «ciencia de la educación» que exacerba el formalismo del que habla Olga. Las teorías pedagógicas se van alejando de la práctica concreta y de los contenidos concretos y se convierten en prescriptivas e invasivas del principio fundamental de la libertad de cátedra, además de puramente formales. Al concebirse como una ciencia positiva más pretende ocupar un lugar autónomo e independiente en la ciudad científica, pero eso la lleva al formalismo y este al delirio pedagogista del que hablábamos antes. Esto lo localizó muy bien Hannah Arendt en los años 50 del siglo pasado, cuando decía aquello de que bajo la influencia del pragmatismo y la psicología la pedagogía se separó de los contenidos a transmitir y con ello de las normas básicas de la sensatez. Por ello, nuestras críticas se centran en las pretensiones cientificistas de la Pedagogía, que terminan sirviendo a intereses espurios legitimándolos.

Carlos.- Por mucho que tengo fama de antipedagogo, yo no tengo nada contra la pedagogía. Siempre y cuando, por supuesto, sea cosa de profesores. Cuando los profesores reflexionan sobre su propia práctica docente tienen, sin duda, cosas importantísimas que decir, en el terreno de la didáctica y en el de la pedagogía. Yo sería partidario, incluso, de que se reservara una porción importante del tiempo de trabajo de los profesores para estas reflexiones. Pero lo que es un idea disparatada es instituir una carrera universitaria en la que se pretende enseñar como «enseñar a enseñar» a los profesores y eso, además, sin haber enseñado nunca. Yo no sé cómo puede parecer sensata una cosa así. Luego, ocurre lo que ocurre. Cada vez que hay que hacer un plan educativo o implementar un política para la enseñanza, se convoca a los «expertos en educación» en lugar de a los profesores. Hasta en Podemos ha pasado esto. Es así como el destino de la educación en este país ha quedado en manos de tecnócratas que jamás o apenas han pisado un aula, pero que se han pasado la vida elaborando libros blancos para los ministerios. Se trata, además, de una estafa que ha sido muy interesadamente ocultada. A los egresados de Ciencias de la Educación, hace ya décadas, se les regaló el CAP, un cursillo ignominioso del que jamás ningún profesor ha dicho nada bueno (quizás haya alguna excepción, vale). Ese cursillo jamás se evaluó, jamás se hicieron públicos los datos sobre su aceptación entre el profesorado que tenía obligatoriamente que pasar por él. Y luego, aprovechando el revuelo del Plan Bolonia, el CAP se transformó en un flamante Master de Formación del Profesorado, diez veces más caro y cinco veces más largo. Es curioso ver que, por ejemplo, el MFP de la UCM es el único máster sobre el que no hay manera de encontrar los datos de su autoevaluación, que son obligatorios. No sé cómo será en otros sitios, pero me temo que pasará algo parecido.

Se suele hablar de una educación, de una Universidad, de una escuela a favor de la sociedad. ¿Os parece razonable una finalidad formulada en estos términos?

Carlos.- En los tiempos de la lucha contra el Plan Bolonia, escribí, junto con mis alumnos, dos libros contra ese pernicioso lema: una escuela, una universidad, «al servicio de la sociedad». Decía Humboldt que en la enseñanza secundaria el profesor debe estar al servicio del alumno, y que en la enseñanza superior, en cambio, ambos dos, el profesor y el alumno, se deben a la verdad. Esto me parece una manera adecuada de plantear las cosas. Pero una Escuela o una Universidad al servicio de la sociedad es un lema envenenado, sobre todo si se trata de una sociedad tan mala como esta. En una sociedad en la que ni siquiera los parlamentos pueden nada contra la dictadura de los corporaciones económicas, poner la enseñanza al servicio de la sociedad es una estrategia suicida, que sólo sirve para acelerar el molino de la destrucción turbocapitalista que se avecina. Supongo que nadie aceptaría un lema que alentara poner el derecho al servicio de la sociedad. Porque no es el derecho el que debe estar al servicio de la sociedad, es la sociedad la que debe estar en «estado de derecho». ¿No es así? Pues lo mismo pasa respecto al uso teórico de la razón. No hay que considerar verdad lo que la sociedad opina a través de sus aparatos mediáticos e ideológicos, sino que la sociedad debe aprender a distinguir la verdad de la basura ideológica. Para eso se inventó la escuela pública. La sociedad no es quién para opinar sobre la verdad o la falsedad del teorema de Pitágoras. En resumen, bajo el lema «una enseñanza al servicio de la sociedad» lo que se esconde es el proyecto de poner las instituciones estatales al servicio de las necesidades mercantiles. Es un plan muy astuto para que las empresas puedan aspirar dinero público para sus propios negocios, logrando, para empezar, que todo un ejército de becarios trabaje para ellas sin pagarles nada, cobrando con el dinero estatal, es decir, con el dinero que pagan otros trabajadores con sus impuestos. En resumen, es el plan perfecto del neoliberalismo: que el sueldo de los trabajadores lo paguen otros trabajadores.

Olga.- La única posibilidad de que la escuela, en cualesquiera de sus niveles, pueda servir realmente a la sociedad, es si está protegida de los diferentes intereses corporativos que insisten en infiltrarla. Una escuela que sirva a la sociedad es aquella que, de alguna forma, está aislada de la misma, a la que no se exige que enseñe algo aplicable en términos de «impacto social», «trasferencia de activos» o rentabilidad económica. Es una escuela que forma ciudadanos «útiles» en el sentido ilustrado: personas instruidas en profundidad en el corpus teórico de la carrera elegida y aptas para el ejercicio de la ciudadanía; es decir, críticas con las instituciones.

¿Dónde creéis que es más clara y más enérgica la privatización de la escuela preuniversitaria?

Enrique.- Si te refieres a en qué comunidades autónomas se percibe más claramente creo que hay que decir que la Comunidad de Madrid es la campeona de la privatización con diferencia. Es el laboratorio privilegiado de este tipo de políticas. Aunque creo que en Cataluña o la Comunidad Valenciana (al menos hasta el cambio de gobierno) tampoco se han quedado mancos en ese sentido. En otro orden de cosas hay que atender también a dimensiones de la privatización que van más allá de favorecer descaradamente a la privada-concertada en detrimento de la pública, lo que llamaríamos privatización exógena. Los cambios, por ejemplo, que la LOMCE introduce en el modelo de gobierno y gestión de los centros públicos significan un tipo de privatización endógena, al implantar en los centros públicos los principios de la gestión empresarial con el objetivo de ponerlos a competir en el cuasi-mercado educativo que se está creando. Y esto es igual para todas las regiones. Si preguntamos por ese «dónde» en el terreno ideológico, la retórica de la igualdad de oportunidades (en vez de hablar, como se debería, de igualdad de derechos) y de la libertad de elección (o el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, cosa muy discutible tal y como se suele plantear), con su corolario de defensa del cheque escolar, son ejemplos de que la ideología privatizadora se ha naturalizado hasta convertirse en hegemónica.

Conviene preguntar lo mismo pensando en la Universidad pública.

Carlos.- Si entiendo la pregunta en el mismo sentido que ha respondido Enrique, hay que decir que es un fenómeno absolutamente global. Viajando a Colombia, a México, a Grecia, a Holanda, te das cuenta de que en todas partes se manejan los mismos tópicos, la misma jerga pedagógica, los mismos lemas. Los objetivos son los mismos en todas partes. Esto me ha sorprendido muchísimo. Parece una conspiración global. Me recuerda a los comienzos de la lucha contra el Plan Bolonia, cuando se trataba de luchar contra el Informe Bricall. En el año 2000, hubo unas manifestaciones multitudinarias contra un documento, el Informe Bricall, que ni siquiera había sido todavía publicado. El propio artífice del informe declaró su sorpresa porque se protestara tanto contra un texto que todavía no existía oficialmente. ¿Qué había pasado? Pues que una generación de estudiantes, entre los que se contaban, según recuerdo, Miguel Urban, Luis Alegre y algunos protagonistas más de Podemos, se habían encerrado en la Universidad para traducir del inglés las ponencias sobre educación de la última cumbre de la OMC, en Nueva Zelanda. Y antes de que se publicara el famoso «Informe», ellos ya sabían lo que iba a decir. Lo malo ha sido que esas directrices han sido un destino insoslayable a nivel mundial. Una verdadera apisonadora. Si no se hubiera presentado resistencia, sin duda que el resultado habría sido mucho peor. Pero, de todos modos, el destino ha sido el destino, no ha habido forma de pararlo. De un lado a otro del planeta, las autoridades académicas de derechas y de izquierdas se han plegado a los planes de la OMC.

Seguimos en breve.

Cuando quieras. Tomémonos un descanso.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226467

Fuente de la Imagen: https://i.ytimg.com/vi/kZMrO3fR9ps/maxresdefault.jpg

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Lo que el ‘big data’ sabe de las mujeres

23 Abril 2017/Fuente: El país/Autor:GLÒRIA PALLARÈS

Satélites, móviles y redes sociales visibilizan los problemas con un nivel de detalle sin precedentes. Así lo revela el primer estudio global sobre macrodatos y género

Poner medios, no excusas. También cuando se trata de rellenar los enormes vacíos de información sobre el bienestar de las mujeres a escala global para diseñar políticas y programas de ayuda eficaces. Si hace falta, recurriendo al torrente de datos digitales —anonimizados— que ofrecen las imágenes por satélite, las redes sociales y el uso de móviles y tarjetas de crédito. Con esta filosofía, expertos internacionales bajo el paraguas de la Fundación ONU han puesto a prueba durante dos años el potencial de los macrodatos para arrojar luz sobre el estatus social, económico y de salud de las mujeres en cuatro continentes. De aquí han emergido unos retratos en tiempo real y con un nivel de detalle geográfico sin precedentes. ¿Cuánta precisión es esta? Tanta, que «nos preguntamos si los responsables de la toma de decisiones serán capaces de aprovechar el nivel de granularidad que ofrecen los mapas”, apunta Rebecca Furst-Nichols, vicedirectora de la iniciativa de la Fundación ONU para los datos de género —Data2X—.

El estudio se inició en 2014, en vista de que «nadie estaba investigando de qué modo el big data puede aumentar el rango, cantidad y calidad de los datos sobre las vidas de las niñas y mujeres», explica Furst-Nichols, al frente de los programas de macrodatos de Data2X. Con este objetivo, pusieron en marcha cuatro proyectos piloto para evaluar las grandes categorías de macrodatos. «También seleccionamos cuestiones con una falta de datos persistente y que suponen un riesgo desproporcionado para las mujeres». Por ejemplo, problemas de salud mental y acceso a la educación. La premisa era sencilla: las fuentes de datos convencionales, como las estadísticas oficiales y encuestas de hogar, no cubren todo el territorio y se realizan con poca frecuencia —a menudo, cada cinco años—. Los datos digitales pueden complementar a los tradicionales porque se generan de forma continua y se recolectan pasivamente, cubriendo zonas, temas y grupos de población que a día de hoy son invisibles para sus propios Gobiernos.

El big data también es útil para comprender grandes conmociones —desde desastres naturales hasta recesiones, pasando por vuelcos en políticas macroeconómicas—. «Por definición, los choques son imprevisibles. Planificar y realizar encuestas convencionales con presteza para evaluar sus impactos es difícil, tanto desde un punto de vista logístico como financiero», señala el economista de salud pública y coordinador de la investigación, Bapu Vaitla. «Además, la posibilidad de desglosar los macrodatos permite analizar el impacto en diferentes territorios y sub-grupos de población». Un matiz fundamental, puesto que los efectos de una inundación, por ejemplo, pueden ser moderados en el conjunto de un país, pero devastar sus comunidades más marginalizadas.

Paisajes de desigualdad

Cuatro de cada cinco países sí producen de forma más o menos periódica estadísticas desglosadas por sexo, apunta el informe Big data y el bienestar de mujeres y niñas de Data2x. Sin embargo, estos datos no tienen la precisión geográfica suficiente para orientar políticas o planes de ayuda a escala local —programas sobre cuestiones de tanto calado como el analfabetismo y el acceso a contraceptivos por parte de las mujeres—. Los encuestadores gubernamentales no llegan a todas las aldeas de Kenia, Tanzania, Nigeria, Bangladesh y Haití, pero las imágenes de satélite sí. ¿Y qué tienen que ver el clima, la producción agrícola o la distancia a carreteras que muestran estas capturas con el estatus social y de salud de las mujeres? Lo suficiente para inferir su bienestar en territorios que nunca ha pisado un funcionario.

De hecho, los mapas generados en el estudio para cuestiones como el analfabetismo revelan paisajes de desigualdad —tanto de género como entre regiones de un mismo país— que estaban ocultos hasta la fecha, y abren la puerta al diseño de intervenciones dirigidas a las mujeres más vulnerables. Aunque la correlación entre fenómenos geoespaciales y el estatus de las mujeres varía en cada país, ya hay resultados prometedores. En Nigeria, se han visualizado zonas de clara desigualdad entre niños y niñas en cuanto a retraso en el crecimiento. «Lo revelador es que esta desventaja de las niñas frente a los niños en Nigeria no se puede generalizar», remarca Vaitla. «Lo que se observa es un complejo patchwork de desigualdades relacionadas con la zona geográfica, la densidad de población, los sistemas agrícolas y otros factores geoespaciales».

Otro hallazgo destacado parte de los datos sobre uso de móviles y tarjetas de crédito —en concreto, de las gestiones anonimizadas de 150.000 usuarios en México D.F.—. Los investigadores analizaron el tipo de compras, en qué orden se hacían y cómo eran los patrones de movilidad de los usuarios. Ello permitió identificar siete grupos diferentes según el estilo de vida económico. Los que se ocupan del hogar, por ejemplo, realizan la mayoría de sus compras en verdulerías, tienen menos movilidad, disponen de una red social menos diversa y gastan menos con tarjetas de crédito. Las mujeres no solo están sobre-representadas en este grupo, sino que tienen peores indicadores que los hombres en la misma categoría. Las «fuertes diferencias de género» se repiten en todos los grupos, destaca Vaitla. En el caso de Los que viajan para ir al trabajo, los hombres se desplazan a más lugares y viven mucho más cerca del centro de la ciudad, lo que indica un mayor acceso a oportunidades económicas. En el grupo Jóvenes, «las mujeres tienen un radio de movimiento mucho menor, lo que vuelve a evidenciar un mundo social y económico reducido».

Este conocimiento tiene aplicaciones prácticas porque los subgrupos tienen necesidades sociales y económicas diferentes. Identificarlos «permite analizar los costes y beneficios relativos de las políticas dirigidas a mejorar el acceso a comida, transporte o servicios de información», apunta el estudio. Analizar el comportamiento de la población en tiempo real también puede alertar del deterioro en la calidad de vida de algunos sectores, y ayudar a diseñar sistemas de protección social efectivos. El desplome de la movilidad en un grupo con niveles bajos de gasto, por ejemplo, podría indicar que los más pobres ya no pueden costearse el transporte necesario para acceder a los mercados y a los servicios gubernamentales. «A largo plazo, este enfoque podría revelar cómo las mujeres enfrentan factores de estrés como desastres ambientales y recesiones».

Ideas y emociones

Interesa saber cómo subsisten las mujeres, pero también qué piensan y cómo se sienten —empezando por su salud mental—. Las mujeres se ven afectadas por condicionantes sociales y psicológicos diferentes a los de los hombres y sufren un mayor riesgo de trastornos vinculados a la pobreza, desigualdad y expectativas culturales. La mayoría de datos sobre salud mental no están desglosados por sexo, sobre todo en países en vías de desarrollo. Las consecuencias son graves: abundan los diagnósticos y tratamientos erróneos, y las pacientes carecen de apoyo para buscar ayuda. Frente a esta realidad, los expertos han desarrollado un método basado en el aprendizaje computacional automático: el sistema ha aprendido a rastrear actualizaciones de Twitter en busca de indicios de trastorno mental como la propensión al suicidio. ¿Índice de aciertos?: del 96%.

Este método, que se ha probado en medio millón de usuarios y 1,5 millones de actualizaciones de India, Sudáfrica, Reino Unido y EE UU, tiene aplicaciones a dos niveles. En el plano individual, la propia red social podría conectar automáticamente a la usuaria con servicios de apoyo psicológico. A nivel de población, el sistema permite seguir tendencias de salud mental en tiempo real y ver el impacto diferencial que las grandes crisis tienen en mujeres y hombres.

Un último proyecto explora las prioridades e ideas de las mujeres a través de Twitter de mano de la Universidad de Leiden (Países Bajos) y Global Pulse ONU, iniciativa dedicada al aprovechamiento de macrodatos para el desarrollo y acción humanitaria. Sus expertos han desarrollado una herramienta que infiere el sexo de los usuarios de la red social con una precisión del 74% —cifra que confían en aumentar—. Para probarla, rastrearon 50 millones de cuentas en busca de 25.000 palabras clave. El objetivo era cuantificar las preocupaciones de las mujeres en materia de desarrollo sostenible y comprender como difieren de las de los hombres. En Nepal, por ejemplo, ellas hablaban más sobre igualdad de género y ellos, sobre protección ambiental.

Cuestión de voluntad

Los firmantes del estudio hacen ciencia, no magia. Por ello, admiten las limitaciones de los métodos testados: los proyectos basados en redes sociales se centran en los usuarios anglófonos de una sola plataforma; los pagos con tarjeta de crédito excluyen a los individuos de menor poder adquisitivo, y no siempre se dispone de datos de telefonía desglosados por sexo. En este último caso, tampoco existen algoritmos que predigan con fiabilidad el sexo del usuario —menos aún en países en desarrollo en los que se comparten aparatos y tarjetas SIM—.

La mayoría de datos sobre salud mental no están desglosados por sexo, sobre todo en países en vías de desarrollo

La falta de acceso a tecnologías digitales también puede sesgar los resultados, de modo que «es crítico utilizar fuentes de datos convencionales para validar las conclusiones», subraya Vaitla. «No obstante, los móviles y otras tecnologías digitales son cada vez más vitales para el sustento de los hogares empobrecidos. Por ello, pueden ser fuentes de datos valiosas para comprender su bienestar». Los avances científicos son un paso adelante, pero no bastarán para mejorar la calidad de vida de las mujeres en el mundo.

«La invisibilidad de las mujeres en las colecciones de datos es un problema político, no solo técnico», advierte el informe, y aboga por reformas que incluyan a las féminas en todas las esferas de la vida económica y social. «Queda mucho trabajo por hacer en torno a la gobernanza de datos, la privacidad y la protección de los usuarios más vulnerables», constata la vicedirectora de Data2X. Por este motivo, su equipo trabajará con socios públicos y privados «para garantizar que los diálogos sobre privacidad tienen en cuenta las cuestiones que atañen a las mujeres —como una voz o libertad de acción limitadas en muchos contextos—». La colaboración público-privada es imprescindible porque buena parte de los macrodatos y de los métodos para analizarlos tienen propietario. Para Furst-Nichols, se deben acordar fórmulas para proteger la innovación, al tiempo que se permite el uso de estos recursos para el bien social.

Los expertos han demostrado el potencial de los macrodatos para visibilizar los problemas y prioridades de las mujeres. «Ahora debemos asegurarnos que los responsables de la toma de decisiones y los profesionales del desarrollo utilizan estos recursos para promover la igualdad de género», señala la participante en el informe y especialista en comunicación de Global Pulse ONU Felicia Vacarelu. Para lograrlo, Data2X se centrará en explorar cómo los macrodatos se pueden aplicar al diseño de políticas concretas. «Nuestro próximo paso será concentrarnos en un país. Queremos ver si es posible montar un sistema basado en datos para monitorizar el bienestar de las mujeres en tiempo real», informa Furst-Nichols. Vaitla contempla un futuro en el que las agencias nacionales de estadística incorporen estas técnicas en sus procedimientos habituales. Un futuro en el que se pongan medios y voluntades —no excusas— para que esta mitad de la población mundial que son las mujeres afronte la vida en igualdad.

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Desvelando el lado obscuro del nuevo modelo educativo: la imprecisión de sus fundamentos pedagógicos

Por: Marisol Silva Laya

Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE)

Universidad Iberoamericana Ciudad de México

nuño modelo educativoSon ya varias las críticas hechas al nuevo modelo educativo propuesto por la SEP. En acuciosas notas Roberto Rodríguez y Carlos Imaz han señalado las insuficiencias de interpretación (o de plano errores) en conceptos pedagógicos que serían pilares del nuevo modelo. Destacan, por ejemplo, las inconsistencias en el tratamiento de conceptos claves como “aprender a aprender” y “aprender a conocer”, así como el manejo desorientado de las competencias separadas de sus elementos constitutivos: los conocimientos, las habilidades, las actitudes y valores[1]. Por su parte, Olac Fuentes en un análisis global del modelo y de su propuesta curricular hace notar contradicciones fundamentales entre sus objetivos y la programación curricular de los mismos, que en el fondo refleja “una nueva versión del enciclopedismo”[2] tantas veces criticado.

En este texto me interesa atender otras contradicciones contenidas en dos de sus principales ejes “El planteamiento curricular” y ” La inclusión y la equidad” donde se supone precisan el sustento pedagógico del modelo. La primera tiene que ver con su base filosófica y su propuesta curricular, así como con el discurso para justificarla. Se afirma que éste se basa en una perspectiva humanista y se precisa que:

(…) la educación tiene la finalidad de realizar las facultades y el potencial de las personas para que éstas, a su vez, se encuentren en condiciones de participar activa y responsablemente en las grandes tareas que nos conciernen como sociedad. Por ello, es indispensable identificar los conocimientos, habilidades y competencias que los niños y adolescentes precisan para alcanzar su plena realización (p.39).

Como en torno a otros principios del modelo, se aprecia a simple vista un intento por recurrir a fórmulas difícilmente cuestionables debido a que refieren a aspiraciones de nuestra cultura. La educación humanista es una de ellas. ¿Quién podría cuestionar que la educación debiera tener entre sus fines el de formar “un ser que se posee a sí mismo por su inteligencia y su voluntad, capaz de envolver el mundo entero por su conocimiento y de entregarse libremente a los otros por amor? (J.J. Alvarez, retomando a Jacques Maritain)[3].nuño-osorio-convenio4

Sin embargo, al detenernos en el fraseo del modelo, salta a la vista un discurso forzado, desarticulado, pobre. ¿Cómo puede la educación realizar las facultades y el potencial de las personas? Dicho de ese modo se releva a la persona de su propia responsabilidad. El desarrollo de las facultades sólo puede hacerlo la persona misma, en libertad y aprovechando las oportunidades que le ofrece su entorno.

La segunda parte del párrafo citado materializa la formación humanista en la selección de ciertas competencias que son necesarias para la “plena realización” y “útiles para llevar a cabo las tareas que la sociedad requiere”. A pesar de la pretensión de poner en el centro la realización personal, de fondo lo que se percibe es una visión instrumental de la educación. Nada más lejos de las reflexiones de muchos filósofos de la educación, por ejemplo, Savater afirma que “la educación no es una simple preparación en destrezas laborales; no es simplemente amaestrar a los niños o jóvenes a que no hagan daño y para que trabajen y para que obedezcan. Sobre todo, es para cada uno de nosotros para, a lo largo de la vida, ir despertando y produciendo la mayor cantidad de libertad humana”[4].

Es imprescindible preguntarse ¿a qué humanismo se remiten los autores del texto que describe el nuevo modelo educativo? ¿Dónde están los elementos definitorios de una visión humanista en educación, dónde queda el cultivo de la libertad y cómo la escuela puede jugar un papel clave para ello?

Otro referente utilizado para explicar las bases pedagógicas del modelo son los desafíos de la sociedad del conocimiento. Éste resulta un apartado lleno de imprecisiones. Se confunde, la información con el conocimiento y se afirma que la característica central de la sociedad del conocimiento es el volumen de información que crece constantemente. Se establece que México debe participar de ese modelo social fundamentalmente aprendiendo a seleccionar y procesar tal información. Se afirma que:

Es necesario generar las condiciones para que las personas adquieran las habilidades del pensamiento cruciales para el manejo y procesamiento de la información, del uso responsable de las TIC, y de actitudes compatibles con la responsabilidad personal y social (pp.40-41).

Las aspiraciones del nuevo modelo refuerzan un papel pasivo, de consumo de información (como el que nos ha caracterizado hasta ahora). Sería deseable que el nuevo modelo educativo replanteara este papel e impulsara, desde la escuela, la participación decidida en la generación de los conocimientos que pueden ser valiosos en el ámbito global, pero también en el local, y que contribuirían a solucionar los problemas particulares que aquejan a nuestra sociedad.

Para estar a la altura de los desafíos de este modelo de sociedad, preconizan que la escuela debe atender prioritariamente “las capacidades de comprensión lectora, expresión escrita y verbal, entendimiento del mundo natural y social, razonamiento analítico y crítico, creatividad y, de manera destacada, la capacidad de aprender a aprender”. Una tarea que ciertamente debe asumir con toda profundidad la escuela, pero que no resulta nada novedosa. Pero, pareciera que los autores del texto temían que la declaración de objetivos resultara limitada, y rematan ese apartado haciendo mención de que la tarea educativa debe abocarse a la formación integral de los alumnos. Sostienen que “incluye, necesariamente, el desarrollo de habilidades socioemocionales, la incorporación adecuada del deporte, las artes y la cultura como elementos indispensables de su desarrollo personal y social” (p.42). Esta mezcla de dimensiones de distinta naturaleza no hace sino poner de manifiesto la poca comprensión que se tiene de principios educativos fundamentales. Una cosa es la definición y otra los medios para lograrlo. Esta cita mezcla ambas cosas. La formación integral busca no sólo impulsar el desarrollo cognitivo de la persona, sino todas sus dimensiones (corporal, afectiva, emocional, ética, estética, espiritual, relacional…). Hay para ellos varios medios, pensaría que para la dimensión corporal el deporte es uno magnífico, pero no el único.

Por otra parte, las orientaciones sobre los contenidos que debieran nutrir el currículo de la educación obligatoria (básica y media superior) ameritan un análisis más detenido, por razones de espacio sólo anoto algunos aspectos que llamaron mi atención:

  • Se toma como referente los cuatro pilares propuestos por la comisión de la UNESCO encabezada por Jacques Delors: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. No abundaré en las observaciones que hizo Roberto Rodríguez acerca de la confusión sobre el primer pilar, el cual en reiteradas ocasiones es sustituido por “aprender a aprender”. Pero sí quiero llamar la atención sobre el hecho de que el segundo pilar (aprender a hacer) se reserva sólo para la educación media superior y se le relaciona las competencias profesionales de su marco curricular. Omito entrar a discutir si es preciso introducir este principio en la primaria, sólo me pregunto ¿qué pasará con la educación secundaria técnica, en cuya identidad este pilar resulta medular?
  • Se señala que el currículo de la educación media superior debe favorecer el ingreso al nivel superior. De esta manera pareciera que se refuerza el papel propedéutico del bachillerato y se deja de lado su potencial para formar para el trabajo.
  • En un intento por abarcar a toda la educación obligatoria, se delinean orientaciones pedagógicas que terminan por desdibujar la especificidad de cada uno de los niveles. Esto es particularmente notorio para el caso de la educación media superior que aparece como un apéndice, un satélite que se adecua al currículo nacional de la educación básica.

Por último, se establece que en el nuevo modelo educativo la inclusión y la equidad deben ser principios básicos y generales que conduzcan el funcionamiento del sistema educativo. Así se preconiza que estarán presentes en todos los elementos involucrados en el sistema a saber:

(…) normatividad, infraestructura, presupuesto, becas, valores y actitudes, planes, programas, métodos y materiales, ambiente escolar y prácticas educativas, gestión escolar, evaluación, capacitación, sistemas de información, maestros, directores, supervisores, padres y madres de familia (p. 66).

Por decreto, estos principios estarán presentes lo mismo en las cosas que en las personas, en la materia física y en la intangible, en las becas y en los valores, lo mismo en los sistemas de información que en los padres y madres de familia. Esto realmente resulta un absurdo. Se vacía de contenido y sentido a estos principios que forman parte medular del derecho a la educación.

En suma, la apresurada construcción y publicación del modelo educativo tenía como finalidad hacer notar que la reforma emprendida durante este sexenio también tenía una dimensión netamente educativa. “La reforma educativa es pedagógica” afirmó la Directora General de Desarrollo Curricular de la Subsecretaria de Educación Básica de la SEP[5]. Sin embargo, lo que nos entregan es un documento impresentable, lleno de imprecisiones, errores, mezcolanza de términos carentes de sustento, que de ninguna manera puede responder a las altas y legítimas expectativas que la sociedad mexicana tiene sobre su sistema educativo. En este contexto, la consulta sobre el modelo, el debate, el análisis y la construcción de un modelo legítimo es un imperativo. Evidentemente esto no se resuelven en dos meses mediante foros apresurados que corren el riesgo de legitimar un modelo que definitivamente no es relevante para el momento histórico que vive México.

[1] Roberto Rodríguez. “Aprender a aprender o aprender a conocer”, Educación Futura 04/08/2016 en http://www.educacionfutura.org/aprender-a-aprender-o-aprender-a-conocer/?platform=hootsuite / Carlos Imaz, El modelo educativo 2016 ¡es un esperpento!, La Jornada, 08/08/2016

[2] Olac Fuentes. “Es ´Dr. Jeckyll’ y ‘Mr. Hyde’ el nuevo modelo educativo”, La Jornada, 08/08/2016

[3] Álvarez, Juan Jesús. Una filosofía verdaderamente humanista para una educación personalista: la visión de Jacques Maritain, Comunicación y Hombre, núm. 3, 2007, pp. 51-60.

[4] Savater, Fernando (2006). Fabricar humanidad, Revista Prelac, pp. 26-29 en http://www.unesco.cl/revistaprelac/esp/

[5] Elisa Bonilla Distancia por Tiempos, 25/07/, en http://educacion.nexos.com.mx/?p=286

 

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/desvelando-el-lado-obscuro-del-nuevo-modelo-educativo-la-imprecision-de-sus-fundamentos-pedagogicos/

 

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Pachamamistas y pachapapistas: el camino y el caminante

Por: Atawallpa Oviedo Freire

A la retorcida utilización y manipulación del conocimiento, la espiritualidad, la filosofía, y sistema de vida de los pueblos originarios de los Andes, se la ha calificado como “pachamamismo”. Sin embargo, estos críticos por falta de ecuanimidad, profundidad y conocimiento han caído en el otro extremo, sin que hagan la diferencia para que sus posturas sean valorables y rescatables. Si bien es cuestionable el “pachamamismo” no se puede caer en el otro lado a pretexto de combatirlo, por lo que los vamos a bautizar como “pachapapistas”. En última instancia, ambas posturas resultan perspectivas degradantes de la pachamama o madre tierra como de lo indígena o pueblos originarios. “Pachamamismo” y “pachapapismo”, dos caras de la misma moneda.

No se puede confundir al caminante con el camino. Los “pachamamistas” confunden al caminante y los “pachapapistas” al camino. Una cosa es cuestionar al camino y otra a los caminantes. No porque ciertos caminantes hagan mal uso de un camino milenario se puede decir que el camino está equivocado, a menos que también estén en desacuerdo con ese camino. Y esto último, es lo que se puede observar de los “pachapapistas”, quienes al criticar al caminante terminan al mismo tiempo criticando al camino, distorsionando el legado epistémico y modo de vida milenario de los pueblos indígenas. Crítica –que por cierto- no se diferencia mayormente de la que hicieron los conquistadores, o a como lo han hecho los criollos y lo siguen haciendo los neo-colonialistas en nuestros días.

Los “pachapapistas”, resultan en muchos casos más papistas que el Papa. Obviamente, no somos ilusos en creer que el indígena de la colonia y de la actualidad es igual al indígena precolombino, pero es obvio que hay trazas y líneas rectoras que guían el entendimiento de un pasado cognitivo. Y por otro lado, leyendo críticamente a los cronistas españoles de la época, podemos colegir los lineamientos generales de una cosmovisión. Aunque muchos de esos principios y postulados, no hayan sido, ni son aplicados en su total magnitud por los indígenas; pero, ¿acaso los marxistas son plenamente marxistas?, ¿acaso los cristianos lo profesan al 100% su cristianismo?, ¿acaso los antiguos conservadores no son los liberales de ahora?

Los colonialistas, desde un principio criticaron al sistema y forma de vida de los pueblos amerindios, mientras los actuales neo-colonialistas, de derecha e izquierda, académicos y políticos, lo siguen haciendo de la misma manera. Tanto, conservadores y marxistas siguen diciendo que el pensamiento indígena es atrasado, que solo el pensamiento liberal y el materialismo dialéctico sirven para entender la vida y la historia social y su devenir.

Pero lo que más extraña, es que quienes se dicen defensores de lo indígena, ancestral u originario, y se autocalifican de indianistas o kataristas, comulgan y asimilan posturas positivistas y desarrollistas para hacer sus críticas a los “pachamamistas”, y no lo hacen desde concepciones y epistemes propias de los indígenas.

Los “pachamamistas” dicen defender a la pachamama, pero al mismo tiempo la folclorizan y paralelamente apoyan políticas extractivistas. A su vez, los “pachapapistas” dicen también defender lo indígena, pero cuestionan el concepto y visión vitalcéntrica de la pachamama, pues para ellos la tierra no es “madre dadora de vida” sino tan solo recurso natural. Es decir, no hay mayor diferencia con la visión materialista, cosificadora y utilitarista de la naturaleza del pensamiento antropocentrista colonial y republicano, pero irónicamente dicen que están por la descolonización del pensamiento y del saber.

Por lo tanto, tenemos dos extremos, los que se han desviado del camino (pachamamistas) y los que desconocen el camino (pachapapistas).

Entre los “pachamamistas”, tenemos principalmente a los autodenominados “nueva izquierda” o progresistas o socialistas del siglo XXI (que están actualmente en el gobierno) y a un sector de las izquierdas que los apoyan; como además a grupos new age (Freddy Ehlers), esotéricos, espiritualistas, neo-chamánicos, ecologistas. Entre los “pachapapistas”, tenemos a socialistas, comunistas, indianistas, kataristas, indigenistas, liberales, conservadores, socialdemócratas, cristianos, católicos, positivistas, ateos, académicos, etc., quienes califican al concepto animista de pachamama, como: “atrasado”, “arcaico”, “esotérico”, “mágico”, “new age”, “irracional”, “subdesarrollado”, “poético”, “de ciencia ficción”, “romántico”, “esencialista”, y demás calificativos provenientes de la mentalidad analítica divisionista, problemática y sectaria. De esta manera, coincidiendo posiciones extremas, desde científicos hasta religiosos, desde neoliberales hasta marxistas, desde indianistas hasta burgueses. A la postre, resulta entre occidentalismo/patriarcalismo y andinismo/feminismo. Siendo esa la contradicción de fondo, esto es, la crisis del sistema-mundo civilizatorio, piramidal, antropocéntrico; una de cuyas partes es el capitalismo.

Aquí cabe hacer referencia a ciertos académicos, la mayoría de éstos nacidos en occidente u occidentalizados (Altmann, Bretón de Solón, Manosalvas), aglutinados en corporaciones y revistas (Iconos) dedicadas a investigar (desde sus escritorios) el “Buen Vivir” en nuestras tierras y para quienes los únicos referentes válidos son los de la academia, especialmente aquellos que guardan una irrestrictica ortodoxia logocrática y el método cartesiano de fragmentación y demás existentes (FLACSO).

Se asustan, cuando escuchan de espiritualidad o de chamanismo y se hace referencia a personajes como Carlos Castaneda, Masaru Emoto, Osho, Chopra. Quienes, según ellos, “no responden a la lógica occidental de pensamiento y de investigación, y por ende no son válidos”. Y dentro de los pensadores indígenas, los únicos reconocidos son aquellos con título académico y que responden o actúan dentro de la rigurosidad de los marcos teóricos delimitados por sus pares académicos occidentales, caso contrario –sin más- son excluidos de la academia.

La academia es occidental y solo puede medirse desde ahí, todo lo demás es “esotérico” “periférico”, “subjetivo”, “intrascendente”. La perspectiva indígena deberá ser (para ellos), irrestrictamente aquella que proviene de la Academia (de libros que hablan de otros libros), no de las propias sabidurías y conocimientos indígenas, no de quienes acogen o estudian responsablemente el legado epistémico ancestral, sino de aquellos que han leído académicamente a los indígenas. Seguramente, estos “pachapapistas” nunca han leído a José Maria Fericla, Alberto Villoldo, Jeremy Naiby, y muchos otros PhDs, que tienen posturas totalmente diferentes.

Lo que se puede observar, es un fundamentalismo de lado y lado. Los “pachamamistas”, con posturas culturalistas, ecologistas, indigenistas, socialistas, comunitaristas, puestos cada uno – o un grupo de ellos –, como entes céntricos, y sin que haya una mirada transversal, integral, relacional. Pero lo más cuestionable de ellos es su práctica, llena de domesticaciones, romanticismos y manipulaciones, que han sido muy evidentes en los gobiernos de Morales y Correa. Hablan de Buen Vivir/Vivir Bien, pero lo único que han hecho es reforzar y modernizar el capitalismo, a pesar de ciertos nacionalismos y actos de soberanía.

Y por el lado de los “pachapapistas”, tenemos otro tipo de dogmas y sectarismos, como el patriarcalismo, el materialismo, el desarrollismo, el racionalismo, el antropocentrismo, el productivismo, el economicismo, el cosifismo, etc. Al igual, con las mismas falencias de falta de complementariedad, reciprocidad, completud, continuidad histórica, entre cada uno de esos elementos. Por ende, ambas visiones son sectoriales y aisladas, aunque algunos de izquierda crean que sus posiciones sean revolucionarias y verdaderamente indianistas, y que ciertos académicos crean que sus teorías sean la realidad objetiva e inobjetable.

Al “pachamamista” de Evo Morales jamás se le había conocido como alguien que participe de rituales ancestrales o de que practique la espiritualidad indígena. En realidad, ha sido, y es, más creyente católico que espiritual andino. Tan solo se lo vio por primera vez, cuando fue investido en tan alta magistratura de presidente de Bolivia siguiendo el ritual de posesión de la tradición aymará. Pero, los que estuvieron a cargo de este acto y que manejaban la “Asociación de Amautas de Tiwanaku”, no eran los más idóneos ni los más consecuentes con la espiritualidad indígena, pues hace tiempo que la habían comercializado y folclorizado, frente a tanto turista que llega hasta Tiwanaku. Es más, quién le envistió con el poder de mando resultó ser un narcotraficante.

Si bien todo esto es criticable y rechazable, no se puede meter a todos en el mismo costal y en ello a la espiritualidad indígena, viéndolo todo en blanco y negro. A menos, que en el fondo se quiera cuestionar la espiritualidad como tal y se utilicen estos ejemplos para mal interpretarla y desmontarla, lo cual es otra cosa. Siendo eso lo que hacen los “pachapapistas”, cuando se puede criticar pero al mismo tiempo diferenciar entre folclorismo y profundidad, o entre maquillaje y enraizamiento.

Habría que preguntar a los “pachapapistas” si rechazan el ritual espiritual como tal, sea cual sea y sin importar la tradición, o lo aceptan como otra expresión simbólico-cultural. Si lo menosprecian, es que han elegido otro camino, que puede ser laico, ateo, seglar o cualquier otro, y por lo tanto no es el camino de la cultura indígena que es espiritual, aunque no religioso. Y esto es fundamental entender, pues luego de la influencia católica hay en la mayoría de los indígenas una mezcla de lo milenario con lo colonial, a través de la cual se ha ido desnaturalizando y deformando la concepción y visión ancestral andina. Pero no por ello, se trata de negar y peor rechazar la espiritualidad y cosmovisión o conciencia andina, como lo hacen los “pachapapistas”.

Los “pachapapistas” no pueden diferenciar entre religión y espiritualidad, calificando a todos como esotéricos o new age o paganos. Incluso, la creencia en la divinidad, ya es un absurdo para algunos de ellos y terminan rechazando toda expresión sagrada. Con lo cual, coinciden con visiones ateas o laicas en el mismo orden que algunos positivistas y materialistas colonialistas. Lo que significa que el “pachapapismo” no es una propuesta descolonizadora sino otra forma patriarcal de lo mismo.

De otra parte, el camino indígena milenario no entiende a la naturaleza como cosa, sino como un ser viviente y por lo tanto sintiente y pensante. Muy diferente a las visiones antropocentristas del materialismo histórico y del positivismo, para quienes la vida es la continuación de la evolución de la materia. En cambio, para los pueblos milenarios andinos desde su visión tetrádica (o tawantin en quechua o tiwanaku en aymará): la vida, es la fuente de la vida misma o la expresión de la existencia, y sin que nadie o algo fuera de ella la haya creado.

Bajo todas estas circunstancias señaladas, los “pachapapistas” son virulentos y dicen que se quiere regresar al pasado, que no se quiere el desarrollo/progreso, que se defienden posturas irracionales, retrorevolucionarias (Sánchez Parga), etc. Si bien, los “pachamamistas” reivindican el pasado y tienen posiciones idealistas sobre el pasado, tampoco se trata de minimizar y denostar la experiencia acumulada. Es obvio, que no se trata de idealizar ni de volver al pasado, pero sí de tomarlo de referente o de experiencia. Como también existe la posibilidad de que el caminante pueda constituirse parte de un encadenamiento histórico, o el de continuar tejiendo el camino milenario en estos nuevos tiempos y circunstancias diferentes, pero sin desviarse del camino. Y no, el de crear una mixtura poscolonial como es la propuesta del socialismo antropocentrista o del “poder indio” de los “pachapapistas” indianistas.

Es indudable que se quiere un cambio, mejorar las condiciones de vida, un nivel más alto de conocimientos, pero para ello, no se trata de recurrir o de plegarse a los paradigmas antropocentristas del desarrollo y el progreso, que justamente han provocado lo contrario. Por lo que resulta falso y maniqueista decir que no se quiere el desarrollo y el progreso, y que en el fondo se quiere continuar en la pobreza o mantener el actual estado. Una cosa es el sustantivo desarrollo/progreso, y otro, el paradigma o concepto del desarrollismo/crecimiento ilimitado. Confundir lo uno con lo otro, es simplemente un acto de deshonestidad y arribismo.

En todo caso, ambas posiciones, encierran –unas más que otras- nociones marxistas, indigenistas, comunistas, desarrollistas, liberales, que más se acercan a uno y otro extremo de la filosofía positivista colonial que a la vitalcéntrica y armonista de lo indígena. En el fondo (especialmente el “Poder Indio”) lo que quieren es virar la tortilla contra los blancos y los mestizos (q´haras). Hay que terminar con el capitalismo, pero no recrear un patriarcalismo y un desarrollismo indio.

Con esto, no defendemos purismos ni chauvinismos ni aislamientos ni esencialismos, pero sí, el entender que la raíz principal es la ancestral, y a la cual, hay que agregar los elementos y las situaciones que sean necesarias para que se manifieste en su misma expresión dentro de las nuevas realidades, y no al revés, como propenden los “pachapapistas” indigenistas. Es decir, un proceso de descolonización implica pensar de una manera propia o desde sus propias epistemologías, la misma que tiene un recorrido de miles de años y que no empieza con la resistencia a la colonización (la independencia) ni se termina con las generaciones actuales. No se trata de quedarse en el pasado, como tampoco de tan solo idealizar el futuro.

Entonces, con “pachamamismos” y “pachapapismos” no hay descolonización alguna sino, nuevas formas de dominación. De ahí, que sus extremismos los diferencian pero también los asemejan.

Cuando se habla de armonía con la naturaleza, significa entender que la vida funciona por la polaridad de fuerzas opuestas o contradictorias, pero las cuales no se anulan sino que se complementan las unas con las otras para hacer posible la vida. Lo contrario, es la visión dicotómica de la lucha de contrarios y la anulación o superposición de uno sobre otro, que es lo que ha guiado el pensamiento antropocentrista del eurocentrismo en la supuesta lucha del bien contra el mal. Hablar de armonía -antes de la invasión española- no quiere decir que se vivía en un paraíso o en mundo rosa sino, que se buscaba el equilibrio o el punto medio (taypi) entre las diferentes disputas o controversias sociales que se daban. Algo que no siempre se lograba, pero había la intención de practicar conceptos como el consenso, la conciliación, el equilibrio, la reciprocidad, la integralidad, la espiralidad. Definitivamente, no eran “buenos salvajes” ni pueblos bárbaros, eran pueblos en la búsqueda del equilibrio y la armonía (que eso significa sumak kawsay/suma qamaña).

No porque los pachamamistas con su buen vivir/vivir bien hayan desnaturalizado al modo y concepto de vida indígena, se pueda despreciar y rechazar al sumak kawsay/suma qamaña o sistema comunitario de vida andino. Se puede criticar al prostituido Buen Vivir/Vivir Bien, pero al mismo tiempo trabajar por profundizar el milenario sistema comunitario y no criticar a los dos como que fueran lo mismo.

Esto es lo que tampoco puede ver Pablo Stefanoni[1], cuando critica a intelectuales y académicos que desde esa condición hablan de la pachamama, como que ella solo estuviera reservada para los indígenas y que un intelectual por ese hecho ya está impedido de sentir y pensar con la tierra inteligente, como diría James Loveloock. El problema no es racial o académico sino epistemológico y conciencial.

Asimismo, es típico escuchar o leer a Pedro Portugal[2] mofándose de los que hablan con los pajaritos. No sé si se refiere a Nicolás Maduro o a partir de él reírse de quienes hablan seriamente con la naturaleza, como un ser viviente y por ende inteligente. Si Portugal se ríe porque no se hable en castellano o en aymará con los animales para que le puedan demostrar a él que si es posible la comunicación con ellos, pues debe saber que hay muchos experimentos científicos[3] a nivel mundial, que señalan que las plantas o los animales reaccionan a los sentimientos y actitudes de los hombres, y por ende viceversa.

Les invito a Pedro Portugal, Carlos Macusaya[4], y otros pachapapistas no-indigenistas, a que cojan una planta y le comiencen a insultar y enviar odio por varios días para ver qué pasa. O que apliquen algunas de las investigaciones de Masaru Emoto con respecto a la memoria del agua. Luego de que hagan eso, podremos hablar seriamente. Si los animales, plantas y minerales reaccionan a los seres humanos, es obvio que los seres humanos también pueden sentir y percibir lo que pasa en ellos, para lo cual hay que saber cómo hacerlo. No porque algunos falsos chamanes hagan “teatro” con la comunicación con la naturaleza, se puede decir que no existe comunicación entre los seres humanos y la naturaleza en su conjunto. Y a partir de ello, decir que eso es una irracionalidad y defender una posición racionalista-positivista propia del pensamiento antinatural que nos ha conducido al cambio climático y a la crisis global actual, lo cual es un claro “pachamamismo”. Una cosa es lo irracional, otro el racionalismo, y otro lo racional. No por criticar lo irracional se puede ir al otro extremo, que es el racionalismo. El pensamiento indígena es racional pero no racionalista y peor irracional.

Si queremos una descolonización profunda, ello implica no caer en ningún dualismo, como el “pachamamismo” y el “pachapapismo”, u otros de diferente tipo, y que sean reproducción o consecuencia de la influencia del pensamiento antropocentrista patriarcal, sino, el saber guardar armonía y equilibrio en todo, como convoca y enseña la racionalidad indígena milenaria. Lo fundamental es manejarse con categorías y valores que han sobrevivido en el tiempo por cientos de años, para diferenciar lo uno y lo otro. Caso contrario podemos caer en neo-colonialismos de nuevo cuño, que es lo que más abunda actualmente.

Ello implica limpiarse de toda concepción patriarcal, antropocentrista, racionalista, logocrática, positivista, ilustrista, idealista, romántica, dogmática, etc. Todas ellas, cargas provenientes del colonialismo civilizatorio y que han sido asimiladas en diferentes formas por “pachamamistas” y “pachapapistas”, de los andes y de todo el mundo. La descolonización no implica borrar todo lo sucedido en estos 500 años ni de reproducirlo, sino de asimilar todo lo vivido para transmutar todo aquello que sirva para aprender/reaprender a vivir en armonía y equilibrio en el presente.

Todo esto nos dice, que no todo caminante que habla del camino, camina por ese camino; como también, no todo aquel que camina por el camino lo hace de forma perfecta, sino que está aprendiendo. No intentar caminar y solo criticar desde afuera, es realmente porque camina por otro camino, que en el fondo, es un camino neo-colonialista que se quiere mantener o imponer.

Notas

[1] http://www.sinpermiso.info/textos/adnde-nos-lleva-el-pachamamismo
[2] http://www.amigo-latino.de/indigena/noticias/newsletter_5/331_pachamamiso_PP.html
[3] Le invito a leer los siguientes artículos: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20101229/54095622430/las-plantas-tienen-neuronas-son-seres-inteligentes.html y,http://www.elcomercio.com/tendencias/cancer-perros-inglaterra-diagnostico-salud.html
[4] http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-116.pdf

Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=211409

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