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Repensar la pedagogía

Cuba / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Graziella Pologotti / Fuente: Granma

Cuando volvemos la mirada hacia la infancia, el recuerdo personal, preñado de nostalgia, nos devuelve la imagen de un paraíso perdido. Olvidamos asperezas, borramos las huellas de los conflictos que atraviesan el aprendizaje de la vida en las relaciones con los coetáneos y las rivalidades latentes, en los vínculos familiares con las demandas insatisfechas de afecto y consuelo, en el trato con el maestro que no entiende a veces las razones de las pequeñas indisciplinas.

Como cada una de las etapas de la existencia, la infancia constituye un universo con perfiles sicológicos específicos. La cultura occidental comprendió tardíamente las particularidades del ser humano en desarrollo. Durante siglos, el niño, sujeto a un rígido autoritarismo, fue considerado como un adulto en miniatura. Marginados por las clases pudientes, y por necesidades de la subsistencia, los humildes tuvieron que afrontar desde temprano, tal y como sucede lamentablemente en muchos lugares del mundo, los más duros trabajos.

El siglo XIX conoció una expansión sin precedentes en la historia, la sicología, la sociología, la antropología y la pedagogía. El desarrollo de esta última debe mucho al pensamiento herético de Juan Jacobo Rousseau.

Se sentaron entonces las bases conceptuales de la nueva escuela en ruptura con el memorismo y el ­dogmatismo, muy pronto asimiladas por los cubanos, de manera trascendental en la labor formativa emprendida por José de la Luz y Caballero. Desde el maridaje orgánico entre información y formación, en pleno coloniaje, los criollos hicieron de la escuela un espacio idóneo para el crecimiento de valores éticos y la siembra del espíritu de la nación.

La historia transcurre por etapas de ritmo aparentemente reposado, seguidas de otras dominadas por cambios signados por una vertiginosa aceleración. Inmersos en la búsqueda de soluciones para afrontar los problemas concretos que afectan la adecuada cobertura docente, no podemos permanecer ajenos a las realidades que configuran una contemporaneidad de la que formamos parte.

Avanzamos hacia el acceso progresivo a internet, fuente abierta a una información inabarcable, actualizada en el acontecer del instante en que estamos respirando. En extremo útil para investigadores y especialistas aliviados de las cargas de las penosas búsquedas de antaño que devoraban un tiempo precioso, tiene su contraparte negativa en el empleo de fórmulas diseñadas para la manipulación de las conciencias.

La comida chatarra induce a la obesidad, uno de los males de nuestros días. La información chatarra promueve adicciones, fabrica íconos de breve duración, alimenta vanidades que, en virtud de las aspiraciones a un reconocimiento público insustancial, rompen los muros otrora bien resguardados de nuestra inti­midad.

Con la más cándida ingenuidad, entregamos claves esenciales de nuestra personalidad al Gran Hermano que las procesa con fines comerciales y con propósitos políticos, consciente del papel decisivo de la subjetividad, vale decir, de la conciencia, en la conducta de los individuos y de las colectividades humanas.

El problema despierta preocupaciones no solo entre aquellos dinosaurios supervivientes de otras épocas. Se manifiesta ya en sectores académicos del Primer Mundo, sumidos desde hace varios decenios en el contexto de esta realidad virtual. Por eso, el debate en torno a la formación de las nuevas generaciones ha pasado a ocupar un primer plano, articulado al proyecto de sociedad que nos proponemos construir.

Desde la perspectiva neoliberal, se trata de entrenar a los educandos para ofrecer fuerza de trabajo según las demandas de las empresas en el aquí y el ahora. En un mercado laboral restringido, se favorece la adquisición de habilidades en detrimento de la formación integral, a la vez que se estimula el espíritu competitivo.

En otra dirección, considerando las exigencias del batallar histórico en favor de un proyecto emancipador en lo individual y en lo colectivo, se promueve el replanteo del pensamiento pedagógico a tenor de las realidades que configuran el presente y habrán de repercutir, como siempre ocurre en la educación, en el futuro.

No podemos olvidar nunca que el niño que inicia ahora su primer grado en la enseñanza elemental comenzará su práctica profesional dentro de varios lustros. En ese mañana todavía nebuloso, tenemos que pensar en medio de las incertidumbres y los apremios del día de hoy que transcurre de manera inexorable.

Fidel propuso que Cuba fuera un país de hombres de ciencia y de pensamiento. Parecía utópico cuando se libraba el combate contra las secuelas del analfabetismo y escaseaban los bachilleres. Trascendiendo una visión utilitarista, el impulso a empresas de mayor alcance rindió frutos en instituciones de reconocido nivel y se tradujo en resultados económicos tangibles.

La necesaria informatización de la sociedad exige repensar los enfoques pedagógicos con visión transdisciplinaria, sustentada en la filosofía, la sicología y la sociología, sin desdeñar las ciencias de la comunicación.

Ante la avalancha de datos, el énfasis ha de colocarse en la formación de la personalidad y en la adquisición de herramientas para viabilizar el acceso a un amplio espectro informativo disponible en el ciberespacio con el espíritu crítico entrenado para descartar la paja y encontrar lo esencial en el grano.

Hay que despertar el alma dormida en favor del estímulo a la creatividad y la imaginación, indispensables para entender el mundo en que vivimos y construir, de la ciencia y la tecnología,  una producción rentable por su alto valor agregado, afincando así nuestra independencia y nuestra soberanía.

Fuente del Artículo:

http://www.granma.cu/opinion/2018-11-25/repensar-la-pedagogia-25-11-2018-20-11-29

Fuente de la Imagen:

La estafa de la Pedagogía

ove/mahv

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Daniel Mato: una vida de interculturalidad

América del Sur/Colombia/Por Alejandro Maldonado Fermín/Fuente: nomadas.ucentral.edu.co

Daniel Mato: una vida de interculturalidad

Daniel Mato: uma vida de interculturalidade

Daniel Mato: a life of interculturality

Resumen

El presente artículo es una biografía intelectual necesariamente incompleta de uno de los autores latinoamericanos contemporáneos más emblemáticos y polémicos en el campo de los estudios sobre cultura, política y comunicación: Daniel Mato. Mediante el recorrido por algunos momentos clave de su vida y la manera como éstos guardan relación con sus obras, se ofrece una panorámica de este intelectual-activista, como forma de homenajear su trayectoria intelectual.

Palabras clave: Daniel Mato, cultura, política, comunicación, interculturalidad, América Latina, estudios culturales, globalización.

Resumo

O presente artigo é uma biografia intelectual necessariamente incompleta de um dos autores latino-americanos contemporâneos mais emblemáticos e polêmicos no campo dos estudos sobre cultura, política e comunicação: Daniel Mato. Mediante o percurso por alguns momentos fundamentais de sua vida e a maneira como estes guardam relação com suas obras, oferece-se uma panorâmica deste intelectual-ativista, como forma de homenagear sua trajetória intelectual.

Palavras chave: Daniel Mato, cultura, política, comunicação, interculturalidade, américa latina, estudos culturais, globalização.

Abstract

Daniel Mato is one of the most emblematic and controversial authors in the Contemporary Latin American field of culture, politics, and communication. In a necessarily incomplete biography, some key times in his life are analyzed in relation to his work giving a general view of this intellectual-activist, as a tribute to his professional development.

Key words: Daniel Mato, culture, politics, communication, interculturality, latin america, cultural studies, globalization.


Introducción

Describir la trayectoria de Daniel Mato es, sin duda alguna, una tarea compleja por varias razones. La primera tiene que ver con la extensión de su obra, la cual abarca autoría, coordinación y/o edición de más de una veintena de libros o números especiales de revistas, así como más de un centenar de artículos y capítulos en libros colectivos, tanto en español como en inglés, incluso algunos en portugués y francés. Además, su producción intelectual sigue creciendo, pues actualmente prepara al menos dos libros y algunos artículos. La segunda razón es la intensidad de su biografía, con un punto de inflexión que, a mi juicio, marcó su historia personal e intelectual: dejar su país para salvar su vida, la de su hija recién nacida y la de su entonces compañera. Así llegó a Venezuela, país que hizo suyo por más de treinta años, hasta que, desde su interpretación de las perspectivas de desarrollo de la situación de polarización política en el país, así como el deseo de volver para reunirse con sus hijas, hermanos, sobrinos y viejos amigos, entre otras razones, lo llevaron a tomar la decisión de regresar a Argentina. Daniel1 es, tal vez, un nómada contemporáneo. Él mismo me llegó a comentar que, en ocasiones, se sentía un Marco Polo contemporáneo, por la cantidad de viajes que realiza y las largas estancias que algunos de éstos contemplan.

Antes de dar inicio a este recorrido por la historia de Daniel, de la cual sólo participé por algunos años recietemente2, quiero destacar algo que para él era una inquietud: lo relativamente poco apreciado que era su trabajo en Venezuela, situación que consideraba, padecían también otras personas que hacen vida en el campo académico nacional, al punto que, por ejemplo, nunca pudo realizarle un homenaje público a una de las personas que él considera su mentor en el campo de la antropología, y quien fuera además su tutor de tesis doctoral, Esteban Emilio Mosonyi, por más que deseaba hacerlo. Por mi parte, este artículo es, de alguna manera, una forma de honrar mi deuda con Daniel Mato, de homenajear su trayectoria.

A continuación ofrezco una síntesis de su vida y obra construida desde la óptica de uno de los campos problemáticos que, desde mi perspectiva, ha guiado su trabajo: cultura, política y comunicación3. Para Daniel, este campo no es el del análisis de los sustantivos en sí. Es decir, no le interesa definir o problematizar cada concepto, sino que éstos definen tres ámbitos analíticamente fértiles para mirar procesos de construcción de sentido, de poder y formas de circulación y reproducción de estos procesos. Propongo, a continuación, mirar cómo esto ocurre en su vida y obra, a partir de la lectura de las cinco secciones siguientes, cada una de las cuales representa, a mi juicio, hitos dentro de su trayectoria intelectual.

El economista político

La formación de base de Daniel es en economía política: Licenciado en Economía, graduado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1974, una época definitivamente convulsionada en el Cono Sur, que se caracterizó por ser política y socialmente compleja, teniendo como signo distintivo el paso de gobiernos democráticos a una seguidilla de dictaduras represivas y brutales. Estos regímenes autoritarios tuvieron como política común «curar la enfermedad del comunismo», «derrotar toda muestra del peronismo» mediante persecuciones, desapariciones, asesinatos y cualquier clase de despropósitos que aún hoy generan secuelas y resquemores, además de impunidad y, por tanto, ausencia de reconciliación y paz. En otro plano, esta situación coincidió con el cambio de orientación de la carrera que estudiaba, de Economía Política a -simplemente- Economía, paso en el cual se perdió la relación casi inmanente entre economía y política, y se convirtió el programa en uno de corte más técnico, más tecnocrático.

Daniel es fruto de ese tiempo revuelto, movido, cuando militaba activamente en una organización de izquierda. Esto significó al menos dos cosas: primero, un interés académico muy claro por lo que sería la interpretación económico-política de la sociedad, y que se rubricó en la publicación de su primer libro (Características y análisis histórico de la inversión extranjera en la Argentina, 1975) y en la realización de un curso de especialización en comercio exterior en su Buenos Aires natal (ambas cosas en 1975). Y lo segundo, el desarrollo de un sólido pensamiento crítico, que lo fue alejando intelectualmente del pensamiento oficial de la izquierda dominante, y que se fue haciendo vida poco a poco en su trayectoria académica.

Definitivamente, 1975 es un año complejo para Daniel, pues si bien visto su currículum vítae parece un año excepcional, en lo personal debe enfrentarse a un exilio para salvar su vida, la de su compañera y la de su hija recién nacida. Fue víctima de amenazas e intimidaciones por la temible Triple A4. En ese contexto, llegó Daniel a Venezuela5. A partir de entonces, se convirtió en uno de los muchos exiliados políticos que han dedicado su vida a una institución venezolana.

Ser especialista en comercio internacional, con sólida formación en economía política, le abrió rápidamente las puertas en Venezuela, país que para la época estaba comenzando a vivir su boom petrolero6. Así logró hacerse con una plaza como asesor en el Departamento de Investigaciones del Banco Central de Venezuela (BCV) desde su llegada en 1975 hasta 1977, para luego pasar a serlo de la Dirección de Planificación Regional de Cordiplan (la para entonces Oficina Central de Planificación del Estado venezolano) durante el periodo 1978-1979. Como se verá, Daniel ya había vivido intensamente. No obstante, su trayectoria académica aún no despegaba, entre otras cosas, porque hasta el momento su inserción en el ámbito universitario era incipiente. Desde 1976 tenía unas horas de clase en la por entonces novedosa Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), tiempo que le valió para ir conociendo el mundo académico venezolano. De cualquier modo, no faltaba mucho para que todo comenzara a cambiar.

Así fue como en 1979, una vez más por su especialización en comercio exterior, logró una plaza en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en el posgrado en economía internacional y, posteriormente, también en la escuela de administración y contaduría de la misma casa de estudios. Durante más de un año fue coordinador adjunto de dicho posgrado, pero comenzaba el tiempo de la primera mudanza en la trayectoria intelectual de Daniel.

De este primer periodo de su trayectoria, además de su libro, destacan dos artículos publicados por una de las revistas arbitradas más importantes de la época, en el campo del comercio internacional, la mexicana Comercio Exterior. El primero de éstos se tituló «La deuda externa de Amé rica Latina» (1977) y el segundo, «La mundialización de las relaciones capitalistas de producción y el Estado-nación» (1982).

El contador de cuentos que se va haciendo antropólogo

La década de los años ochenta inició para Daniel con aires de renovación, de cambios. Todo nos indica que comenzó a darse cuenta de que su vida no pasaba por desarrollar un espíritu de economista. Tal vez los cambios bruscos que sufrió lo hicieron ver las cosas de forma distinta. Ser un exiliado, padre que se quedaba soltero un tiempo largo, con pocas redes familiares y de amistad en un país marcadamente diferente a su Argentina natal, no fueron limitaciones para el desarrollo de una de sus pasiones: narrar.

En general, Daniel desarrolló durante sus primeros años en Caracas una intensa vida artística, cuya actividad principal fue la de contar y enseñar a contar historias, lo cual combinó con la práctica de la danza experimental, que luego mezcló con teatro. En estos casos, la referencia de Augusto Boal (Técnicas latinoamericanas de teatro popular, 1975 y Teatro del oprimido, 1980) fue importante, pues se constituyó en su base para que estas actividades no fueran sólo una práctica «artística», sino también política, con perspectiva progresista, según la cual, el teatro era un instrumento para la liberación. A esto le agregaba el desarrollo de un muy refinado y amplio gusto por la música, que fue potenciando en la medida en que mutaba en antropólogo y se paseaba por el rock argentino, el son cubano, la cumbia colombiana, la salsa caribeña, el joropo venezolano, el corrido mexicano o el jazz estadounidense. Es decir, para él, ya entonces, se hacía clara la imbricación entre política y cultura. Tal vez por ello, por ejemplo, rápidamente comprendió lo que significaba el movimiento musical urbano caraqueño, que se expresaba principalmente a través de la salsa. Pero también sus similares en las ruralidades del país, que lo acercaron a lo que pudiéramos llamar la Venezuela adentro, conocimientos que le serían muy valiosos para el desarrollo de sus prácticas intelectuales y sin los cuales difícilmente hubiese podido completar su tesis de doctorado.

En 1983 inició las actividades del Taller Permanente de Creación e Investigación en Narración Oral (Tapicno), instancia que le sirvió como núcleo para facilitar la formación de numerosos narradores, incluyendo estudiantes de la UCV, así como para desplegar todas sus acciones como narrador y «maestro» del arte de narrar. Era su pasión por entonces, que combinaba con la crianza de su hija Sol, y sus roles como profesor y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la UCV. En ese contexto fue prefigurando una nueva orientación a su trayectoria, que comenzó a visualizar a partir de su investigación doctoral.

En ese trabajo, precisamente, Daniel puso en debate algunos problemas epistemológicos y teóricos alrededor de la noción de literatura oral.

Esto lo hizo con un trabajo de campo minucioso, que lo acercó a distintos rincones de Venezuela durante más de cuatro años, tiempo durante el cual logró levantar las observaciones que posteriormente darían vida a una de sus obras más importantes: Narradores en acción: problemas epistemológicos, consideraciones teóricas y observaciones de campo en Venezuela, título de su tesis de doctorado presentada en 1990, de la cual obtuvo mención y la publicación del libro homónimo en 1992.

Con este trabajo, Daniel comenzó a discutir con las por entonces visiones hegemónicas respecto a la oralidad, y puso las prácticas concretas asociadas a la par de la escrituralidad. Es decir, consideró que en lo que hace a los cuenteros, cacheros, cuentacuentos hay también una práctica intelectual que resulta fundamental para comprender las sociedades/comunidades que imaginan y narran. De allí que, desde un punto de vista epistemológico, lo central sea lo que hacen quienes narran y no el relato, lo que se cuenta. Con esto discute también con las nociones fetichizadoras de estas prácticas, que bajo la denominación folclore esconden las disputas por la construcción de sentidos alrededor de los narradores y sus cuentos. Y es en este trabajo el lugar donde comienza a aparecer la noción de interculturalidad, que irá acompañando sus futuros aportes. Antes, justo en 1990a, escribió un artículo en el que comienza a darle cuerpo a dicha noción: «Interculturalidad y transposición de lenguajes en la constitución y difusión de la ‘literatura oral'».

Durante ese periodo que va entre 1980 y 1990, Daniel se hizo antropólogo crítico, con el deseo de ser parte central de los debates contemporáneos en el campo de la relación antes mencionada: política-cultura y cultura-política. De allí que su trabajo de investigación también haya sido de activismo político-académico, en tanto cuestionador de posiciones conservadoras en lo teórico, en lo epistemológico, en lo ético, como por ejemplo, aquéllas que invisibilizan a los «informantes» y no les reconocen su estatus dentro de las investigaciones, o que observan las manifestaciones culturales tradicionales como objetos folclóricos, vaciados de contenido y de efectividad simbólica y política. En fin, Daniel trabajó con un programa intercultural, fuertemente influenciado por lecturas de autores fundamentales para la época, de esos que algunos deciden etiquetar con el adjetivoposestructuralistas; de allí que Foucault, Bachelard, Bourdieu pasaron a ser referencias centrales en su trabajo, por tanto, comenzó a desarrollar una línea de crítica epistemológica aguda, bien fundamentada, que lo llevó, no mucho tiempo después, a asumir posiciones político-académicas profundamente latinoamericanistas que le han traído muchas satisfacciones y, también, bastante polémica, pues marcan discusiones políticas en el campo de los estudios sobre procesos sociales de transformación en América Latina, como podrá verse más adelante.

Durante estos años, además de su tesis de doctorado, comenzó a ser un autor, a hacerse de un piso intelectual y de un reconocimiento por su trabajo académico: presentó más de una decena de ponencias, publicó más de una docena de artículos en revistas arbitradas, un par en libros colectivos y cuatro libros de su propia autoría. En 1990b fue publicado El arte de narrar y la noción de literatura oral: protopanorama intercultural y problemas epistemológicos; en 1992, su ya mencionada tesis de doctorado; en 1993a, Cuenteros, cuentahistorias y cacheros del oriente venezolano: Notas etnográficas y discusiones teóricas sobre el arte de narrar; en 1994a, Cómo contar cuentos: el arte de narrar y sus aplicaciones educativas y sociales.

Así como estos libros, una parte significativa de los artículos enumerados fueron publicados durante el primer lustro de la década de los noventa. No obstante, forman parte de la mudanza que comenzó a operar durante la década anterior, y que fue adquiriendo forma, cual viento de cola, hacia finales de ésta y principios de la siguiente.

El antropólogo gregario que se va globalizando

La década de los noventa fue para Daniel un periodo intelectualmente intenso y dinámico. Se convirtió en Doctor en Ciencias Sociales (1990), ganó el Concurso de Oposición que lo convirtió definitivamente en profesor ordinario, categoría agregado, de la Universidad Central de Venezuela7, tras once años de haber trabajado como contratado (1991). En ese mismo año, ganó una beca para realizar una estancia de investigación pos doctoral en el Departamento de Antropología de la Universidad de California-Berkeley, Estados Unidos.

Uno podría imaginarse que haber logrado el más alto título académico, gozar de estabilidad laboral, tener una nueva familia y contar con un piso intelectual propio, le generó a Daniel un ímpetu especial, manifiesto claramente en su trayectoria durante esa década. En ese tiempo contrajo nupcias y, con ello, además de su nueva compañera, Pía, su familia se amplió, pues ella también era madre de una hija, Carla, quien se convirtió en la hermanita de Sol.

En el plano académico comenzó a dar muestras de que tenía mucho por decir, así que es necesario contar que dictó múltiples ponencias y conferencias en diferentes países de América (treinta y seis, para ser más precisos), publicó varios artículos en revistas arbitradas (quince, más ser el coeditor de un número de la revista Identities: Global Studies in Culture and Power), escribió otros tantos capítulos de libros colectivos (nueve, más la coordinación de tres libros colectivos), coordinó eventos nacionales e internacionales (destaca la organización de la comisión de trabajo «Sociedad y Cultura» durante el XIX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología -ALAS-, realizado en Caracas en 1993) y conformó grupos de trabajo en asociaciones internacionales (grupo de trabajo sobre «Cultura y Transformaciones Sociales en Tiempos de Globalización», luego llamado «Cultura y Poder», del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -Clacso-, y de la sección sobre Cultura, Política y Poder de la Latin American Studies Association – LASA-).

Lo anterior sólo ilustra una parte de lo desarrollado por Daniel durante esa década. Falta, a mi juicio, lo más importante, lo que será su producto más distinguido y al que le puso todo su empeño durante dieciocho años: el Programa de Estudios sobre Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales en el Centro de Investigaciones Posdoctorales (Cipost) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, su apuesta más fuerte que pretendía hacer escuela, ser la forma de conformar una tradición intelectual.

Esto bien vale una digresión. Soy parte de esa tradición, tal vez el último formado en el Programa por Daniel. Fui su asistente de investigación e investigador joven asociado. Él fue tutor de mi trabajo final de grado para obtener el título de Sociólogo. Por tanto, me consta que Daniel hizo muchísimos esfuerzos por hacer del Programa un espacio de formación permanente, de allí su reiterado interés por incorporar estudiantes de pregrado a las actividades que desarrollaba principalmente con tesistas de doctorado y doctores en formación posdoctoral. Así llegué. Así llegamos varios8.

A principios de la década de los noventa, en conjunto con otros importantes intelectuales venezolanos, entre quienes destaca Rigoberto Lanz, Daniel formó parte de la fundación de un espacio de discusión y debate académico que pretendía convertirse en un centro de estudios avanzados, cuya organización estuvo fundamentada en programas de estudio -un poco en el sentido de Lakatos- en el que se articularan seminarios de posgrado, investigaciones, producción editorial, coordinación de eventos y talleres. El Cipost estaba llamado a ser un espacio de mucha efervescencia intelectual. Es así como, formalmente, en 1990 inició lo que comúnmente en la UCV se conoció como el Programa Globalización, que luego cambió su nombre al de Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales, esto ya en el siglo XXI.

El nombre inicial del Programa era toda una declaración de principios, pues ofrecía dos ejes transversales para el estudio de las transformaciones sociales contemporáneas, especialmente las que ocurrían en América Latina. Así, la idea de globalización es una excusa para definir un tiempo histórico, según el cual, los procesos que se gestan, que son parte de las agendas de los actores sociales, son vistos y analizados políticamente desde una consciencia de globalización. Estos procesos, además, deben ser entendidos desde una óptica que se interese por las formas en las cuales se expresa el poder y las lógicas o -como lo llamaría más recientemente- interculturalidades que dan cuenta de una política de construcción de identidades y diferencias. Adicionalmente, para Daniel, esos procesos son transnacionales: forman parte de complejos transnacionales de producción de sentido. Es por ello que la idea de cultura no es un sustantivo, sino la excusa para adjetivar procesos en los que se desee hacer énfasis en la producción de sentidos, en lo simbólico-social. Como podrá advertirse, Daniel trabaja con la idea de procesos, lo cual implica un posicionamiento epistemológico, según el cual, la realidad es cambiante y el investigador, en la medida en que pretende ofrecer luces sobre ésta, la va modificando, va interviniendo. En ese sentido, en su trabajo las preguntas para qué (los propósitos), con quiénes (los sujetos que colaboran y son actores principales de nuestras investigaciones) y con qué (el aparato teórico-conceptual y metodológico) son fundamentales. Y aunque ya no le guste mucho su libro de 1995, Crítica de la modernidad, globalización y construcción de identidades, estas preocupaciones están esbozadas allí, además de presentar en ese trabajo lo que constituyó su plan de acción de los siguientes años.

Crítica ha sido hasta ahora su último libro de producción individual, aunque entiendo que tiene al menos dos en camino. No obstante, en Daniel los «estudios introductorios», las «introducciones» o sus capítulos en cada uno de los libros colectivos que ha coordinado han sido una fuente importante de información sobre sus posicionamientos teóricos, epistemológicos, éticos y políticos. Para la década de los noventa, tres de estos estudios fueron centrales para comprender la magnitud de su plan de trabajo intelectual, el cual incluía el trabajo con narradores, con organizaciones indígenas, con grupos subalternos. Estos son: a) «Construcción de identidades pannacionales y transnacionales en tiempos de globalización» (1993b), b) «Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias. Estudio introductorio» (1994b), c) «Procesos culturales y transformaciones sociopolíticas en América Latina en tiempos de globalización. Estudio introductorio» (1996).

Otro elemento que comenzó a nutrir su trabajo fue el de sus viajes. Cada vez fue intensificando su ritmo de visitas a otros países, en los que Estados Unidos tiene un rol fundamental. Desde su primera estancia de investigación posdoctoral en 1991, en Berkeley, Daniel hace de la academia estadounidense un ámbito permanente de debates e intercambios. Entre 1993 y 1996 convierte la Universidad de Texas (Austin) en su «centro de operaciones», con residencias de investigación en los veranos de 1994 y 1995 en la Smithsonian Institution. Posteriormente, va a dictar seminarios, conferencias, a realizar investigación documental, a atender compromisos diversos en muchas universidades estadounidenses, algunas de renombre internacional o de importancia por sus aportes específicos en el campo de la antropología y/o las ciencias sociales.

En esas «idas y venidas», Daniel fue construyendo y consolidando relaciones de intercambio y colaboración que no sólo le fueron dando más prestigio y renombre, sino que le permitieron abrir espacios para continuar con su trabajo crítico, en lo teórico, en lo epistemológico. Hay tres artículos en inglés que permiten visualizar su programa de acción en la academia estadounidense y con ésta, y que contienen los cuestionamientos más importantes en torno a las ideas de culturaprácticas intelectualesconstrucción de identidades y diferenciascolaboración intelectual, entre otras, lo cual forma parte de sus prácticas de activismo político-intelectual. Los artículos mencionados a continuación fueron publicados en revistas arbitradas importantes, pertenecientes al circuito de los llamados cultural studies: a) «On Global-Local Connections, and the Transnational Making of Identities and Associated Agendas in Latin America» (1997), b) «Culture, Development, and Indigenous Peoples in the Age of Globalization: The 1994 Smithsonian’s Folklife Festival and the Transnational Making of Representations» (1998), c) «Not ‘To Study the Subaltern’, but to Study With the Subaltern, or at least To Study the Hegemonic Articulations of Power» (2000).

Con América Latina, sus intelectuales y debates, Daniel también comenzó a construir y consolidar relaciones importantes de intercambios y colaboración. Una muestra de ello se puede apreciar a través del poder de su convocatoria para la constitución del grupo de trabajo sobre Cultura y Transformaciones Sociales en tiempos de Globalización del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), cuyos frutos comenzaron a ser vistos durante los primeros años del siglo XXI. En estas reuniones -y sus posteriores publicaciones- es posible encontrar a intelectuales de la talla de Néstor García Canclini, George Yúdice, Michel Wieviorka, Alejandro Grimson, Gustavo Lins Ribeiro, Nelly Richard, Elizabeth Jelin, Martín Hopenhaym, Virginia Vargas, Arturo Escobar, Evelina Dagnino, Jun Ishibashi, Partha Chaterjee, entre muchos otros.

Redoblando las apuestas por el Programa

La entrada del nuevo siglo fue importante para Daniel, pues obtuvo fondos por parte de la Rockefeller Foundation para desarrollar una agenda de investigación mediante el desarrollo de un subprograma de becas para investigadores residentes en su Programa Globalización. Aún no se había cerrado el capítulo del grupo de trabajo de Clacso cuando este nuevo reto apareció. De este modo, el Programa tuvo una intensa vida intelectual, que incluyó seis reuniones de trabajo internacionales en Caracas entre 1999 y 2004, de cada una de las cuales se obtuvo una publicación9.

Este nivel de actividad en Caracas no fue impedimento para que Daniel continuara su agenda internacional. Para entonces, según lo que él mismo contaba, estaba plenamente consciente de qué significaba circular en la academia estadounidense: era la posibilidad de incidir en los circuitos sociocomunicacionales académicos que influían en otros tantos circuitos, muchos latinoamericanos, y, para entonces, una batalla de ideas era su principal leit motiv: los cultural studies y su variante vernácula llamada estudios culturales latinoamericanos. Un texto es clave para la discusión, el que publicó en el libro producto de la tercera reunión del grupo de trabajo de Clacso, que a partir de ese momento pasó a llamarse Cultura y Poder: «Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder» (2002). En inglés, también esa discusión la enfrentó y está expresada en su texto «Latin American Intellectual Practices in Culture and Power: Experiences and Debates» (2003).

En el texto introductorio de Estudios, Daniel utilizó la noción de prácticas intelectuales para cuestionar ciertas construcciones de sentido común que las asociaban sólo con el trabajo académico institucionalizado, dejando de lado otras prácticas, la mayoría de las veces fuera del campo universitario, con igual fuerza epistémica. Adicionalmente, enfatizó en la conceptualización de un campo teórico-analítico que sirve para comprender los procesos de transformación social al cual denominó cultura y poder. Por último, ofreció su crítica a los así llamados estudios culturales latinoamericanos, pues consideraba que son producto de un uso descontextualizado de la idea de cultural studies, por un lado, pero que, por otra parte, se constituyen en un campo que desconoce -porque las invisibiliza- precisamente a ese conjunto de otras prácticas que suelen cuestionar los estudios disciplinares académicos, además de tener una potencia crítica que vale la pena revalorar.

En estas discusiones, como en todas las otras, pero con la diferencia de que ahora lo hacía más explícitamente, Daniel profundizó sobre la noción de interculturalidad, pues en el fondo es una noción ontológica que contiene compromisos epistemológicos que él asumió con cada vez más claridad y compromiso político. Esto tiene una forma de expresarse en sus prácticas en el Programa: la incorporación de activistas de movimientos y organizaciones sociales de base en sus actividades. Así, gente como Jesús «Chucho» García, María Martha Mijares, Marcia Ochoa, Pablo Ortiz, Virginia Vargas, Soraya El Achkar, Libia Grueso, entre muchos otros, están presentes en los eventos y en las publicaciones que organizó por entonces.

No obstante, el Programa tenía una debilidad: no se había terminado de enraizar puertas adentro de la UCV, ni siquiera de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Cosa que sí había logrado tanto en el seno del Cipost, como parcialmente con un grupo de profesores de la Universidad del Zulia, entre quienes destacan: Gildardo Martínez, Emilia Bermúdez, Emmanuel Borgucci, Thais Gutiérrez y Carlos Luis Villalobos, relación que se construyó cuando Daniel participó como profesor en el Doctorado en Ciencias Sociales de esa Universidad. Daniel siempre estuvo consciente de las debilidades de este proyecto, algunas de las cuales asumía como su responsabilidad individual, y en varias ocasiones trabajó para romper con esta situación, sin que ello tuviera mayores frutos. Durante los años noventa, las relaciones de entrecruzamiento no pasaron de organizar un evento o de incorporar colegas en algún seminario de doctorado. En esta década, contando con la oportunidad que brindaban los fondos de la Rockefeller Foundation, y en coordinación con las autoridades de la Faces, amplió la posibilidad de incorporar profesores de esta facultad al Programa, mediante una semibeca, con el compromiso de que participaran en las actividades por un semestre10. Asimismo, abrió un programa de pasantías de investigación para estudiantes de semestres avanzados de la Facultad, para que también se incorporaran plenamente a las actividades del Programa. Así conozco a Daniel. Siendo honestos, esta estrategia rindió pocos frutos11, lo cual aumentó cada vez más el desánimo y la decepción de Daniel con ciertos sectores de la UCV.

En especial porque la UCV de entonces -aunque valga decir que aún no ha cambiado mucho- representaba lo arcaico en términos de procedimientos y facilidades para que Daniel, u otros como él, pudieran trabajar a la velocidad a la que estaban acostumbrados, sin contar con que debían convivir con prácticas no muy académicas que solían privilegiar las relaciones de amiguismo sobre la calidad y/o pertinencia de los trabajos de investigadores como él. Es decir, la combinación de situaciones institucionales poco claras y dependientes de decisiones no muy académicas, la poca disposición que tenían algunos de los invitados locales al Programa de asumir responsabilidades cotidianas y de envergadura en éste, la velocidad y exigencia de trabajo de Daniel que solía ser incompatible con la de otras personas, y también la sensación que él tenía de no sentirse reconocido en el campo académico-intelectual nacional, fueron cuestiones que tuvieron cierto peso en la decisión de Daniel de irse de Venezuela. Hubo otras, más asociadas con la oportunidad de ampliar sus posibilidades de seguir haciendo de su trabajo un ámbito de formación, así como las familiares antes mencionadas.

Tal vez por ello, fue intensificando su trabajo internacional, así como el desarrollo de su agenda de trabajo individual. Al parecer, la apuesta fue muy alta y las ganancias pocas con el Programa. Lo sentía con más fuerza porque al principio de la década, en 2002, optó por jubilarse de la UCV y mantenerse en lo que en Venezuela, especialmente en esta Universidad, se suele llamar jubilado activo, es decir, que trabaja ad hónorem, con menos ataduras, pero con mucho compromiso, razón por la cual, ver que el potencial y el capital del Programa no eran suficientemente utilizados le resultaba francamente insoportable.

Sin embargo, para esta década, Daniel duplicó, en promedio, su producción intelectual, incorporando otras preocupaciones y otros temas al debate. De allí que comenzó a estudiar, por ejemplo, los think tanks, para lo cual parecía que daba con un «nuevo comienzo», en el sentido de que después de varios años volvía a iniciarse con una problemática. Se sumergió en lecturas y búsquedas, al punto que incluso viajó a Estados Unidos a documentarse directamente sobre esos think tanks que se convirtieron en «objetos» de su análisis. De alguna manera, fue un reencuentro con su formación de base, la economía política. Entiendo que aún está preparando un libro sobre este tema12. Igualmente, de modo sistemático comienza a trabajar con los temas de la diversidad e interculturalidad en la educación superior (Mato, 2008 y 2009b) y la comunicación intercultural. Aquí se nota la influencia de intelectuales indígenas ecuatorianos, especialmente Luis Macas, Mario Bustos y Luis Maldonado, o de la intelectualidad negra-afrolatinoamericana, siendo la relación de amistad y trabajo con Jesús «Chucho» García fundamental, pero también con autores como Pierre Bourdieu, Paulo Freire y Orlando Fals Borda.

Asimismo, asume algunos debates y disputas con cierto teoricismo latinoamericano, que no trabaja con referentes empíricos o bien con prácticas y actores concretos: algunas vertientes de la teoría política latinoamericana son ejemplos de ello, pues pretenden explicar los fenómenos de índole política desde teorías foráneas, sin ni siquiera contextualizarlas, o cierta sociología y antropología que trabaja con teorías extranjeras de moda y sin ponerlas «a prueba», y que evoca como las explicaciones más profundas de lo que en América Latina ocurre. Tal vez, los mejores ejemplos sean sus textos de crítica a la idea de desterritorialización y el de crítica a la noción de industrias culturales (Mato, 2007b y 2007c).

En fin, la agenda de discusiones y debates ha continuado abierta para él, pero así como en la década pasada privilegió algunos espacios para la discusión, como LASA o Clacso, después de 2005 se concentró cada vez más en otros, como por ejemplo, la acción que ha sido capaz de desempeñar como asesor académico del Iesalc-Unesco13.

El porteño que vuelve a su terruño

Daniel vivió treinta y cinco años en Caracas. Es más, le molestaba sobremanera cuando era tratado como argentino en esta ciudad. Sin embargo, sus últimos años en la capital venezolana no fueron muy felices en términos de su relación con el Programa y la UCV. Entre otras cosas, en 2007 me fui apartando del Programa, por diversas razones, unas de carácter personal -deseaba probar «estar solo», gracias a que los años de colaboración y trabajo con Daniel me habían formado y animado a avanzar-, otras relacionadas con cambios en las formas de trabajo en el Cipost y la UCV (un nuevo director y una nueva decana de Faces habían asumido en sus funciones), y otras relacionadas con que las perspectivas de contar con recursos y aliados para continuar con lo que hacíamos se venían reduciendo. Así fue hasta que en 2008 decidí apartarme definitivamente. Por otra parte, él estaba cada vez menos optimista de que la polarización política se resolviera de buena manera.

La apuesta de Daniel se centraría ahora en otras trincheras, que además le significaban en lo familiar y cotidiano mayores satisfacciones. Sin contar con que en Buenos Aires existe un «público» más deseoso de hacer escuela junto con él, que el que podía reunir en ese momento en Venezuela. Así, concretó su partida, su retorno, en enero de 2010.

En concreto, su análisis contaba con una variable de peso: el Programa tenía pocas perspectivas de ser nuevamente ese espacio vertiginoso y rico en debates, lo cual se sumaba a su particular decepción con la UCV, y su preocupación por los posibles desenlaces violentos de la polarizada dinámica chavismo-antichavismo en Venezuela, país en el cual, pese a que llevaba treinta y cinco años y se sentía parte de éste, con frecuencia era tratado como extranjero. En ese contexto decidió volver a Buenos Aires, donde está ahora escribiendo mucho y desarrollando sus proyectos intelectuales personales que abandonó en la década pasada, al privilegiar la construcción de referentes colectivos. Allá ha sido aceptado como investigador principal en el Conicet, e invitado a incorporarse a la Universidad Nacional Tres de Febrero, dos importantes expresiones de reconocimiento académico y posibilidades de formación de jóvenes investigadores que él sentía que en los últimos años le faltaban en Venezuela. Está de nuevo con su familia: hermanos, sobrinas, sobrinos y, aún más importante, con su Sol y su Carla. De vez en cuando pasa por Caracas, donde se le recuerda aún con cariño y donde acaba de recibir la gran alegría de ver publicado el libro resultante del que fue su último proyecto de investigación en la UCV, en el cual tuve el placer de participar; me refiero al libro Interculturalidad y comunicación intercultural (2011).

Para muchos investigadores jóvenes latinoamericanos -como también estadounidenses-, la trayectoria intelectual de Daniel Mato ha sido una referencia importante, desde lo teórico, lo epistemológico y lo ético-político. En ese sentido, creo que ha sido un intelectual orgánico, uno capaz de mantener una coherencia entre lo que piensa y lo que hace, que está consciente de su rol como intelectual y que, además, mantiene un espíritu crítico. Así que, ¡gracias, Daniel!


Notas

1 En adelante, al mencionar a Daniel Mato lo haré sólo por su primer nombre. Esto porque para quienes hemos compartido con él, mencionarlo por su apellido, o con fórmulas como «profesor», «doctor» o «señor» es imposible, pues creemos en las relaciones entre iguales.

2 Advierto que muchas de las situaciones consignadas aquí, provienen de un ejercicio de memoria que intenta dar cuenta de mi profunda amistad con Daniel, lo cual me permitió conocer aspectos de su vida, algunos de los cuales no aparecen mencionados en este texto. Pido disculpas por las omisiones y errores de los cuales asumo la completa responsabilidad.

3 Para una comprensión pormenorizada de este campo, véase: Mato (2007).

4 Alianza Anticomunista Argentina, mejor conocida como la Triple A. Fue un grupo parapolicial y paramilitar que, antes del golpe militar de marzo de 1976, se dedicó a reprimir y matar a personas pertenecientes a grupos de izquierda, peronistas y no peronistas.

5 Sería interesante realizar una investigación sobre la llegada de exiliados del Cono Sur a Venezuela, a pesar de que este país no fue el de mayor acogida, México está muy por delante. No obstante, el rol de la inmigración política de esos años en Venezuela tiene destacados muy relevantes sobre los cuales sería muy importante ofrecer más detalles.

6 Venezuela, durante la década de los setenta del siglo pasado, tuvo su boom petrolero, según el cual, los ingresos a las arcas fiscales por concepto de exportación de crudo se multiplicaron. Nos decían la Venezuela Saudita. Esto hizo que, en términos relativos, la movilidad social fuera claramente ascendente, con buenos sueldos y salarios. Las universidades vivían un gran momento, pues había suficientes recursos para investigaciones, y el profesorado estaba bien pagado.

7 Con sus enormes diferencias temporales y académico-culturales, en Venezuela, en las denominadasuniversidades autónomas, se mantiene el sistema cuasimedieval de ingreso del personal docente y de investigación, según el cual, el aspirante debe demostrar sus conocimientos sobre el área objeto del concurso ante un jurado de tres profesores, todos de categorías y credenciales académicas superiores -al menos nominalmente-, mediante la participación en al menos dos tipos de prueba, una escrita y otra oral, que giran alrededor de un temario previamente preparado, pero cuyos temas por desarrollar son seleccionados momentos antes del inicio de cada prueba. Esto marca una tradición intelectual a la que todos somos sometidos, algunos más pronto, otros más tarde. Daniel fue uno de esos que más tardó en cumplir el ritual y no precisamente porque así lo quisiera, sino a causa de otra de las perversiones de la academia venezolana: ser displicente con muchos de nosotros y convocar el concurso cuando creen que es «conveniente». En todo caso, pasó por el ritual y lo hizo extremadamente bien. Esta acotación es importante en la medida en que muestra elementos que le hacían pensar con mucha frecuencia a Daniel que todo era «cuesta arriba» en la UCV, y forman parte de su relación siempre compleja con esta institución.

8 Aprovecho para agradecerle a Enrique Rey Torres su apoyo para completar algunas informaciones contenidas aquí, y quien también formó parte de la que pudiera ser llamada «la última camada» del Programa. Hecho que celebramos con un libro a tres manos, Interculturalidad y comunicación intercultural. Propuesta teórica y estudio de experiencias de participación social en la gestión de servicios públicos en una comunidad popular de la ciudad de Caracas (2011).

9 Véase el sitio electrónico del Programa Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales, disponible en: <http://www.globalcult.org.ve>, especialmente la sección «Acerca del programa». A pesar de su «inactividad», este sitio sigue siendo una fuente importante de recursos en el campo de cultura, política y comunicación. Allí, además, están disponibles para su descarga gratuita todos los libros coordinados por Daniel durante esta década, asociados con el trabajo del Programa.

10 De la Escuela de Antropología participó la profesora Yara Altez. Después participaron los profesores Andrés Cañizález, de la Escuela de Comunicación social, y Miguel Ángel Contreras, de la Escuela de Sociología.

11 Daniel reconocía que sólo con la Escuela de Sociología pudo tener relaciones más o menos estables de trabajo y colaboración. Antes de mi participación, un par de estudiantes de la Escuela habían frecuentado los espacios del Programa: Jorge Jaimes y Grisell Martínez. Después, cuatro más: Enrique Rey Torres, Nereida Figueroa, Edith Pineda, Jessica Gerdel. También la profesora Ybelice Briceño. Hago mención especial a Gloria Monasterios, de la Escuela de Artes de la UCV, quien fue su asistente en el Programa en una época de mayor efervescencia intelectual que la vivida por mí.

12 Entre tanto, véase: Mato (2005).

13 Para conocer la labor que realiza actualmente en el Iesalc de la Unesco, véase:<http://iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&vie w=article&id=22&Itemid=405&lang=es>.


Referencias bibliográficas

  1. MATO, Daniel, 1975, Características y análisis histórico de la inversión extranjera en la Argentina 1930-1973, Buenos Aires, El Coloquio.
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  6. ________, 1992, Narradores en acción: problemas epistemológicos, consideraciones teóricas, y observaciones de campo en Venezuela, Caracas, Academia Nacional de la Historia.
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  9. ________, 1994a, Cómo contar cuentos: el arte de narrar y sus aplicaciones educativas y sociales, Caracas, Monte Ávila.
  10. ________, 1994b, «Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias. Estudio introductorio», en: Daniel Mato (coord.), Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias: América Latina y el Caribe, Caracas, Unesco/Nueva Sociedad, pp. 13-28.
  11. ________, 1995, Crítica de la modernidad, globalización y construcción de identidades, Caracas, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.
  12. ________, 1996, «Procesos culturales y transformaciones sociopolíticas en América Latina en tiempos de globalización. Estudio introductorio», en: Daniel Mato, Maritza Montero y Emanuele Amodio (eds.), América Latina en tiempos de globalización: procesos culturales y cambios socio-políticos, Caracas, Unesco/Asociación Latinoamericana de Sociología/UCV, pp. 11-47.
  13. ________, 1997, «On Global-Local Connections, and the Transnational Making of Identities and Associated Agendas in Latin America», en: Identities: Global Studies in Culture and Power, Vol. 4, No. 2, pp. 167-212.
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  15. ________, 2000, «Not ‘To Study the Subaltern’, but to Study With the Subaltern, or at least To Study the Hegemonic Articulations of Power», en: Nepantla: Views from the South, Vol. 1, No. 3, pp. 479-502.
  16. ________, 2002, «Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder», en: Daniel Mato (coord.), Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder, Caracas, Clacso/ Faces/UCV, pp. 21-45.
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  18. ________, 2005, «Instituciones privadas, empresarios, dirigentes sociales, economistas, periodistas y otros profesionales en la producción y difusión mundial de ideas (neo)liberales», en: Estudos de Sociologia, Nos. 18-19, Araraquara (Brasil), Unesp-Faculdade de Ciências e Letras, pp. 89-115.
  19. ________, 2007a, «Relaciones transnacionales, cultura, comunicación y cambio social», en: Daniel Mato y Alejandro Maldonado Fermín (comps.), Cultura y transformaciones sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, Clacso, pp. 13-84.
  20. ________, 2007b, «Importancia de los referentes territoriales en procesos transnacionales. Una crítica de la idea de ‘desterritorialización’ basada en estudios de casos», en: Estudos de Sociologia, Vol. 12, No. 23, Araraquara (Brasil), Unesp-Faculdade de Ciências e Letras, pp. 35-63.
  21. ________, 2007c, «Todas las industrias son culturales: crítica a la idea de ‘industrias culturales’ y nuevas posibilidades de investigación», en: Comunicación y Sociedad, nueva época, No. 8, México, Universidad de Guadalajara-Departamento de Estudios de la Comunicación Social, pp. 131-153.
  22. ________, (coord.), 2008, Diversidad cultural e interculturalidad en Educación Superior. Experiencias en América Latina, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  23. ________, (coord.), 2009a, Instituciones interculturales de educación superior en América Latina. Procesos de construcción, logros, innovaciones y desafíos, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  24. ________, (coord.), 2009b, Educación superior, colaboración intercultural y desarrollo sostenible/buen vivir. Experiencias en América Latina, Caracas, Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior.
  25. MATO, Daniel, Enrique Rey y Alejandro Maldonado, 2011, Interculturalidad y comunicación intercultural. Propuesta teórica y estudio de experiencias de participación social en la gestión de servicios públicos en una comunidad popular de la ciudad de Caracas, Caracas, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.

 

Fuente de la reseña: http://nomadas.ucentral.edu.co/index.php/inicio/15-constituciones-politicas-diversidad-y-diferencia-cultural-nomadas-34/163-daniel-mato-una-vida-de-interculturalidad

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Estas son 5 de las mujeres más poderosas de la ciencia mundial

Estados Unidos/07 de Abril de 2018/BBC Mundo

Para estas cinco mujeres, el amor por la ciencia no se limita a la investigación y a los experimentos. Su pasión las ha llevado a posiciones de liderazgo y de toma de decisiones.

Dirigen algunas de las instituciones más importantes del ámbito científico internacional y son ejemplos claros de que la ciencia también es fruto de estrategias, colaboraciones y diálogo.

BBC Mundo investigó quiénes son cinco de las mujeres más poderosas de la ciencia y encontró historias fascinantes.

Fabiola Gianotti, Italia

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«La mujer con la llave de los secretos del Universo». Así describió en 2014 el diario británico The Guardian a la física italiana Fabiola Gianotti.

En 2016, la científica se convirtió en la primera mujer en dirigir el principal centro de física de partículas del mundo, el CERN (siglas en francés de la Organización Europea para la Investigación Nuclear), ubicado en Suiza.

Desde 1994, Gianotti fue una de las físicas investigadoras de ese centro y entre 2009 y 2013 fue la portavoz del experimento Atlas en el Gran Colisionador de Hadrones. El experimento Atlas fue diseñado para encontrar una partícula que explica por qué las partículas fundamentales de la naturaleza tienen masa, un aspecto clave para entender el comportamiento de la materia.

Se trata del bosón de Higgs, una partícula que había sido buscada por décadas. Tras la pista de la elusiva partícula, Gianotti asumió el liderazgo de Atlas y tuvo a su cargo a 3.000 físicos de 38 países.

El 4 de julio de 2012, la científica fue la encargada de anunciarle al mundo que habían descubierto el bosón de Higgs.

Considerada una de las principales noticias científicas del siglo XXI, las imágenes de celebración en el CERN dieron la vuelta al mundo y Gianotti pasó a la historia.

Reina Camacho, física venezolana que empezó a trabajar en Atlas en 2009, recuerda los meses previos al hallazgo.

«Nosotros ya teníamos indicios de que la partícula existía. A medida de que el experimento recogía más información y analizaba los datos recopilados, nos sentíamos más y más seguros de su existencia. Te podrás imaginar la emoción que sentíamos», le cuenta la científica a BBC Mundo desde el CERN en Ginebra.

«Este trabajo es altamente gratificante pero es muy difícil y hay momento de mucho estrés. Por eso lo que más me impresionó (de trabajar con Gianotti) es la calma con la que maneja los desafíos que se presentan en el trabajo del día a día. Tenía muy claras las prioridades de lo que había que hacer».

Su liderazgo es reconocido fuera del CERN.

«Su profundo conocimiento de muchos aspectos de Atlas así como su liderazgo inspirador son reconocidos como factores claves para que el descubrimiento (del bosón de Higgs) se hiciera tan rápido», señala el Instituto de Física británico (IOP, por sus siglas en inglés).

La revista Forbes incluyó a Gianotti en la lista de las mujeres más poderosas en 2015 (posición 83) y en 2016 (posición 84), mientras que en 2012 la revista Time la colocó en la quinta posición de su ranking de «Personaje del Año».

«Encontrar el diminuto bosón de Higgs necesitó de la máquina más grande en el arsenal de la física y la ayuda de una mujer obsesionada con la naturaleza de la realidad», escribió la publicación estadounidense.

Pero además de ser una mujer apasionada por la ciencia, la directora general del CERN es, según Camacho, «amable, con un gran espíritu de colaboración, y está muy pendiente de atender a sus estudiantes y de tener diversidad cultural y de género dentro del CERN».

«Es un orgullo tener a Fabiola como directora y eso muestra que los tiempos están cambiando, que el trabajo de las mujeres en Ciencia y Tecnología está siendo cada vez más reconocidos», señala la física venezolana.

Christiana Figueres, Costa Rica

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«Yo crecí en la finca La Lucha rodeada de cipreses, cabuya, granadillas, fresas y berros. De niña anduve a caballo diariamente con mi hermano mayor por los senderos de la finca. La naturaleza fue mi primer hogar, y sigue siendo mi hogar preferido», responde Christiana Figueres cuando BBC Mundo le pregunta cuándo se enamoró de la ciencia y de la naturaleza.

Esta antropóloga, hija del tres veces presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer, no es una mujer de laboratorios o de experimentos, sino de diálogo y negociaciones.

Entre 2012 y 2016, fue la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC). Venía de dirigir las Conferencias de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Cancún 2010, Durban 2011, Varsovia 2013 y Lima 2014.

Se le considera una de las arquitectas del histórico acuerdo global sobre cambio climático al que llegaron 195 países en París el 12 de diciembre de 2015.

Fue el primer acuerdo en el que tanto las naciones desarrolladas como los países en vías de desarrollo se comprometieron a gestionar la transición hacia una economía baja en carbono y a que el aumento de la temperatura a final de este siglo se quede entre los 2 y los 1,5 grados centígradosrespecto a los niveles preindustriales.

Sólo meses antes del acuerdo de París, The New Yorker publicó un artículo dedicado a Figueres con el título: «La mujer que podría detener el cambio climático».

Días antes de la histórica cumbre en Francia, el periódico The Guardian dijo de ella que era «la mujer con la misión de salvar el mundo del calentamiento global». Sin embargo, Figueres tiene muy claro lo que esa palabra en particular significa: «Imposible no es un hecho, es una actitud», dijo en una charla TedTalk que dictó en febrero de 2016.

«Todos me decían que encontrar una solución (para el cambio climático) era imposible, y cada uno me daba otra razón por la cual era imposible. Dichosamente yo soy testaruda y optimista. Poco a poco pudimos ir difundiendo el optimismo hasta cambiar la actitud frente al reto», le cuenta a BBC Mundo.

En 2015, la revista científica Nature, la colocó en el puesto número 1 en su lista de las personas más importantes del año. La calificó de «la guardiana del clima». En 2016, la revista Time la incluyó en la lista «Las 100 personas más influyentes del mundo».

El año pasado, Figueres le pasó el testigo de la CMNUCC a la mexicana Patricia Espinosa. Sin embargo, su lucha contra el cambio climático continúa, ahora como directora de Mission2020, una iniciativa que busca unir diferentes fuerzas (gobiernos, instituciones y sector privado) para proteger a los más vulnerables del calentamiento global.

«Es osado predecir cómo vamos a progresar en el tema de cambio climático pero haciendo uso de mi inquebrantable optimismo, afirmo que vamos a llegar al punto de inflexión en las emisiones globales (su punto máximo) en el año 2020 y a partir de ahí las veremos descender hasta llegar a la descarbonización de la economía en el 2050».

«Lo digo no porque es un sueño esa transformación sino porque es una necesidad para poder evitar los mayores estragos de las catástrofes climáticas», indica a BBC Mundo.

Kiran Mazumdar-Shaw, India

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Por su aporte a la ciencia, Kiran Mazumdar-Shaw no es ajena a las listas de líderes mundiales.

En 2010, la revista estadounidense Time la incluyó en su ranking anual conocido como «Time 100» dedicado a las personas que «más influyen en nuestro mundo». Su nombre apareció en la categoría de «héroes» por su contribución a la biotecnología.

En 2014, la revista Fortune la nombró como una de las mujeres más poderosas de la región de Asia-Pacífico y en 2015, la publicación especializada Scientific American la seleccionó como una de las visionarias de la biotecnología. En 2016, la revista Forbes la incluyó en las listas de las mujeres más poderosas del mundo (posición 77) y de los más ricos de India (posición 65).

Mazumdar-Shaw nació en India y es la fundadora y presidenta de Biocon, una empresa pionera en el campo de la biotecnología. «La compañía, la mayor productora de insulina en Asia, apunta a tener 10% de la participación del mercado global», indicó Forbes en 2016.

«En julio, lanzó una pluma de insulina desechable en Japón junto a Fujifilm Pharma, mientras que en agosto, fármacos biosimilares (medicamentos de origen biotecnológico) para tratar ciertos tipos de cáncer, codesarrollados con la farmacéutica Mylan, fueron aceptados por los reguladores europeos para su evaluación; las noticias sobre estos hitos impulsaron las acciones (de la empresa en la bolsa)», señala la revista.

Pero más allá de los rankings, los reconocimientos y los mercados, la historia de Mazumdar-Shaw es una historia dedicación a la ciencia. «Mi fascinación por la ciencia, la química y la biología, en particular, empezó desde la escuela», le cuenta la científica a BBC Mundo desde Bangalore, ciudad del sur de India.

Mazumdar-Shaw estudió Zoología en su país e hizo una maestría en procesos de destilación en la Universidad de Melbourne, en Australia. «Regresé a India con mucho conocimiento sobre la ciencia de la fermentación, pero cuando no pude conseguir un trabajo como una mujer master en la elaboración de cerveza, empecé mi propia compañía de biotecnología».

Y lo hizo en la década de los años 70, cuando tenía 25 años. En 2001, la revista británica The Economist la llamó «La reina de la fermentación», el rostro femenino de la biotecnología en India.

Más de 15 años después, Mazumdar-Shaw es, para los expertos, la reina de la biotecnología. «Lo que hago hoy en día me da mucha satisfacción porque estoy desarrollando biofármacos que están respondiendo a un gran número de necesidades médicas globales que no están siendo atendidas», señala.

«Me enfoco en desarrollar insulinas y terapias con insulina que sean realmente asequibles para los diabéticos en todo el mundo. También estamos desarrollando productos (farmacéuticos) contra el cáncer para que sean asequibles. Eso está permitiendo que grandes números de pacientes en las economías en vías de desarrollo puedan acceder a esas medicinas», indica.

Y es que, explica la científica, existen fármacos absolutamente esenciales para salvar vidas pero que también absolutamente son inalcanzables para miles de pacientes en el mundo en desarrollo.

«Esa es mi misión de vida. Viniendo de India es extremadamente importante ver las necesidades globales de los pacientes porque muchas veces las grandes compañías (farmacéuticas) occidentales no incluyen a las economías en vías desarrollo (…) y sólo se concentran en pacientes con dinero y economías ricas que pueden comprar medicinas caras».

«Para mí, un medicamento de gran éxito no es el que genera US$1.000 millones (en ventas anuales), sino el que ayuda a 1.000 millones de pacientes», dice.

Una predicción de Mazumdar-Shaw en su campo: «La personalización de la medicina y del mercadeo es lo que va a cambiar la forma en que vemos la industria farmacológica y la forma en que ese sector verá al mundo».

Gwynne Shotwell, EE.UU.

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«Recuerdo vívidamente, el día que aprendí lo que era ser un ingeniero. Era una chica de 15 años, una adolescente común y corriente, cuando mi mamá me arrastró a un evento de la Sociedad de Ingenieras en el Instituto de Tecnología de Illinois», dijo Gwynne Shotwell en una charla TedTalk ofrecida en 2013.

«Tuve una gran conexión con una ingeniera mecánica que había decidido dedicar su sábado a hablar con muchachas como yo. Me encantó lo que hacía. Además, tenía un traje fabuloso y unos zapatos hermosos. Dije: ‘Quiero ser ingeniera mecánica'».

Shotwell se convirtió en ingeniera mecánica. Su decisión dio frutos: en 2016, la publicación estadounidense Forbes la incluyó en la lista de las mujeres más poderosas del mundo y la ubicó en la posición 76. Fue la única en la categoría «Construcción e Ingeniería». En 2015 había estado en el lugar 90.

Y es que la ingeniera, quien también estudió matemáticas aplicadas, es la presidenta y directora de operaciones de SpaceX, la empresa que fundó el empresario tecnológico Elon Musk con el objetivo de desarrollar tecnologías para reducir los costos del transporte espacial y permitir la colonización de Marte y los viajes turísticos a la Luna, los cuales anuncio para 2018.

Shotwell «está cargo de las operaciones del día a día», indicó la revista Forbes, «incluyendo un cronograma de 40 lanzamientos inminentes, un contrato de US$2.600 millones con la NASA para llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional y preparar una nueva generación de naves espaciales Dargon para su primer viaje a Marte, en 2018″.

El 19 de febrero, la empresa lanzó con éxito el cohete Falcon 9 que llevaba una cápsula no tripulada para la Estación Espacial Internacional, después de haber tenido que posponer la operación un día antes por problemas técnicos.

En septiembre el cohete explotó antes de despegar en Cabo Cañaveral «debido a una anomalía en la plataforma de despegue».

Y es que si alguien en SpaceX tiene claro que la ciencia se basa en múltiples intentos es Shotwell. «Necesitamos renunciar al miedo de fracasar (…) Cuando intentas hacer algo nuevo, de innovar, de desarrollar, no puedes tenerle miedo al fracaso». «Esa es la forma de aprender», indicó en su charla TedTalk.

Margaret Chan, China

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El 21 de septiembre de 2016, la médica china Margaret Chan pronunció, en la sede de las Naciones Unidas, unas palabras que sonaban apocalípticas: «La resistencia a los antimicrobianos es una crisis global, un tsunami a cámara lenta. La situación es mala y está empeorando. Tomando en cuenta las tendencias actuales, una enfermedad común como la gonorrea podría volverse intratable. Los doctores les tendrán que decir a sus pacientes: ‘Lo siento, no hay nada que pueda hacer por ti'».

Tras mencionar una serie de medidas para evitar la catástrofe, Chan pidió actuar de forma urgente y no sólo apuntó hacia las industrias farmacéuticas y de los alimentos, sino a los doctores y a los pacientes.

Y es que si hay alguien que sabe sobre este tema es Chan, la líder de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 2006, Chan fue elegida directora general de esa institución y en 2012, fue escogida para un segundo mandato, el cual terminará en junio de 2017.

La doctora es experta en el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y en gripe aviar.

En 2015, la OMS fue duramente criticada por un panel independiente de expertos en salud por su «lenta» reacción a la peor epidemia de Ébola de la historia, la cual se desató en 2013 y dejó más de 11.000 muertos en África.

Chan prometió cambios fundamentales en la OMS para enfrentar emergencias sanitarias y un ejemplo de ello se demostró en 2016, cuando robusteció el protocolo de respuestas a emergencias del organismo.

En 2016, la revista Forbesla ubicó en la posición 38 del ranking de las mujeres más poderosas del mundo y en 2015, la había puesto en la posición 62. Ese mismo año, Chan estuvo entre las personas más poderosas del mundo (posición 73) de la revista estadounidense.

Además de enfrentar emergencias sanitarias y la crisis de la resistencia a los antibióticos, Chan dirige la organización que también tiene la responsabilidad de erradicar enfermedades transmisibles y enfermedades que pueden ser prevenidas con vacunación.

De hecho, los expertos indican que si se dejan a un lado las críticas a la respuesta a la epidemia del Ébola, a Chan se le reconoce su compromiso con la salud de los niños y las mujeres y con el tratamiento de enfermedades crónicas.

Fuente: http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/1166210-330/estas-son-5-de-las-mujeres-m%C3%A1s-poderosas-de-la-ciencia-mundial

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Uruguay: Cerca de 3.000 personas privadas de libertad cursan estudios curriculares

Uruguay / 9 de noviembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: República.com.uy

Las actividades educativas en el Instituto Nacional de Rehabilitación incluyen a unas 3.000 personas, de las cuales 1.942 cursan en programas de educación formal y 1.006 en educación no formal. Por ejemplo, 45 personas privadas de libertad estudian carreras de nivel terciario. La educación y el trabajo constituyen el pilar de rehabilitación, asevera el Ministerio del Interior.

Dentro de los centros de rehabilitación se desarrollan cursos de acreditación de saberes para culminar la escuela, así como talleres dedicados a actividades artísticas u oficios, a cargo de la División Sectorial de Jóvenes y Adultos del Consejo de Educación Primaria.

Secundaria cuenta con un programa específico para la educación en centros de rehabilitación, denominado Programa de Educación en Contexto de Encierro. Por su parte, el Consejo de Educación Técnico Profesional diseña y ejecuta propuestas educativas de corta duración, flexibles y diferenciadas, como capacitaciones de cocina familiar, huerta familiar, vestimenta, panadería, entre otros.

La Universidad de la República abrió espacios formativos terciarios en la modalidad de tutorías, videoconferencia y a través de salidas transitorias. En el momento, 45 personas cursan carreras como Antropología, Ciencias Políticas, Economía, Educación Social, Deporte, Derecho, Ingeniería, Ingeniería en Riego, Licenciatura en Enfermería, Licenciatura en Nutrición, Licenciatura en Turismo, Medicina, Profesorado de Dibujo, Psicología, Relaciones Internacionales, Veterinaria, Tecnicatura en Carnes, Deporte y Mecánica.

En lo que respecta a la educación no formal, 1.006 internos participan de distintas propuestas desarrolladas por las Usinas Culturales, dependientes de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, en las que participan de talleres audiovisuales. El Programa Aprender Siempre (PAS) de la Dirección de Educación de este ministerio desarrolla desde 2008 talleres de periodismo, animación a la lectura, entre otros. Asimismo, las Fábricas de Cultura dictan talleres de joyería, cerámica y serigrafía y los Centros MEC abren la posibilidad de ingresar a la tecnología de la comunicación.

Según la secretaría de Estado, además de los cursos formales y las propuestas no formales del MEC, se implementan una serie de propuestas de carácter educativo, cultural y laboral gestionadas por Organizaciones No Gubernamentales, distintos organismos del Estado y voluntarios. También generan proyectos funcionarios penitenciarios y personas privadas de libertad.

Por otra parte, 4.090 internos, que representan el 37 % de la población privada de libertad, realizan alguna actividad laboral.

Fuente de la Noticia:

Cerca de 3.000 personas privadas de libertad cursan estudios curriculares

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Universidad cubana y mexicana acuerdan fortalecer estudios de Antropología

Cuba/20 julio 2017/Fuente: CiberCuba

Según informaron hoy medios de prensa de la Isla, la Universidad de La Habana (UH) y La Universidad de Quintana Roo (UQROO), acordaron fortalecer el plan de estudios de la Maestría de Antropología Aplicada del centro de educación superior mexicano.

La Universidad de La Habana (UH) y de Quintana Roo (UQROO) acordaron fortalecer el plan de estudios de la Maestría de Antropología Aplicada del centro de educación superior mexicano.

El convenio fue firmado en La Habana entre la Facultad de Lenguas Extranjeras de la UH y el Cuerpo Académico de Estudios Antropológicos del Circumcaribe de la UQROO por los rectores de la universidad cubana, Gustavo Cobreiro, y la mexicana, Ángel Rivero.

El propósito del convenio es contribuir a la creación del Diplomado en Estudios del Caribe, fortalecer la movilidad internacional de los estudiantes y académicos, además de establecer un vínculo permanente entre ambas universidades, precisó un reporte de la agencia cubana Prensa Latina.

El rector mexicano Ángel Rivero inauguró la participación de la Universidad de Quintana Roo en la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana con la conferencia «El Caribe Mexicano: Un análisis del atractivo del destino y la estrategia para competir globalmente preservando la sustentabilidad».

En ese sentido señaló que esa colaboración permitirá establecer redes para realizar estudios de investigación multidisciplinarios relacionados con los países del Gran Caribe.

Fuente: https://www.cibercuba.com/noticias/2017-07-18-u141144-e129488-universidad-cubana-y-mexicana-acuerdan-fortalecer-estudios

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Libro: La política del ambiente en América Latina

Reseña: Este libro, compilado por María Griselda Günther y Ricardo A. Gutiérrez,  aborda el estudio de políticas ambientales de distintos países latinoamericanos desde el enfoque del cambio ambiental global, es decir, a partir de las transformaciones de ecosistemas como resultado de la acción de los seres humanos, quienes modifican los entornos globales y configuran, individual y colectivamente, el rumbo del planeta y de la sociedad. La forma como se entiende y aborda la crisis ambiental global está vinculada con la atención que se presta a las políticas ambientales locales, nacionales e internacionales orientadas a combatir sus causas y efectos. Esto implica traer a las ciencias sociales al primer plano del campo científico con el doble objetivo de desentrañar las causas antrópicas más profundas de los problemas ambientales y de evaluar las posibilidades de su transformación a partir de la acción del Estado.

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