Reconstrucción: un videojuego que propone educar desde la memoria en Colombia

Reconstrucción: la guerra no es un juego» es un videojuego disponible para dispositivos móviles que cuenta la historia de Victoria. Mientras ella regresa a su pueblo natal, reconstruye memoria desde la resistencia, la dignidad y, sobre todo, desde el perdón. Colombia Informa logró conversar con Álvaro Triana, su productor,y abordar este proyecto que ya lleva un par de años disponible gratuitamente en las tiendas de aplicaciones móviles.

Trailer de Reconstrucción: la guerra no es un juego

La historia comienza con una mujer que está viajando de regreso a su pueblo natal. Al inicio no se sabe su nombre, por qué regresa, ni por qué tuvo que huir de allí 17 años atrás. Estas son cosas que se van descubriendo a lo largo del desarrollo del videojuego. Reconstrucción le apuesta -desde una ficción con muchas referencias reales del conflicto armado colombiano- a la memoria y al perdón.

Victoria, la protagonista del juego vuelve entonces a “Pueblo Escondido”. Aunque este lugar no se puede ubicar propiamente en un mapa, ni su relato está archivado en los múltiples libros y productos de memoria histórica, no se puede negar que es parecido a los diferentes pueblos de donde han salido las miles de víctimas del conflicto armado.

Este videojuego pertenece al género aventura gráfica. Fue lanzado en enero de 2017 por Pathos Audiovisual y hasta hoy cuenta con más de 10.000 descargas en las tiendas de aplicaciones móviles. Hace parte de un proyecto transmedia que involucra una serie de minidocumentales y una página web que recopila varias de las historias que sirvieron de inspiración.

Busca ofrecer una herramienta pedagógica que permita educar en la empatía y conocer el aspecto humano del conflicto armado. Por eso, el juego le da centralidad a las decisiones del jugador y la manera que estas decisiones tienen repercusiones para la protagonista y para los demás personajes con los que interactúa, ya sean vecinos del pueblo, paramilitares o guerrilleros.

Victoria recuerda la incursión paramilitar que vivió su pueblo y, por supuesto, lo que tuvo que hacer para sobrevivir. Mientras, se debate entre unirse a la guerrilla, ayudar a los pobladores o perdonar a uno de sus victimarios. Como dice Doña Doris, una de los personajes del juego, “perdonar alivia el alma”.

“Lo que queríamos era tensionar un poco más la narrativa del conflicto y eso va orientado a las personas que queremos que jueguen Reconstrucción. Idealmente es para personas no tan relacionadas, quizá un poco ajenas, al conflicto. Intentamos que se sintiera que no hay una respuesta obvia, que no hay una sola solución a todo. No podemos pintar esto en blano y negro”, explica Álvaro Triana.

Desde esta intención parte la decisión de poner a Victoria como protagonista para intentar expresar las formas que el conflicto ha afectado de manera distinta a las mujeres y las infancias, sumando esos elementos a un ejercicio de reflexión.

Triana también explica que, si bien el recibimiento del juego en general ha sido bastante positivo por parte de usuarios y académicos, no se ha podido hacer parte de una iniciativa constante y fuerte de educación en la memoria. Sin embargo, con jóvenes y estudiantes ha sido utilizado como herramienta pedagógica.

“El problema que yo le veo, la parte que a mí me frustra, es que nunca se logró tener un apoyo al respecto. Ni con el Centro de Memoria, ni con la Unidad de Víctimas, la Secretaría de Educación o los Ministerios de Educación. A pesar de que tenemos evidencia que se puede usar como herramienta pedagógica”, declara Triana.

Es indiscutible que los productos digitales presentan un atractivo diferente para trabajar con estudiantes y jóvenes en general. Por eso, el productor Triana afirma que Reconstrucción abre las puertas para que “conversemos qué decisiones tomamos. Qué decisiones tomó mi compañero y mi compañera. Y ¿qué pasó ahí y por qué? Es un tema que genera conversaciones interesantes. Tampoco es pensar que el juego lo va a resolver todo pero si puede abrir conversaciones con una generación que es diferente y ve las cosas de una forma diferente”.

Victoria no es únicamente la protagonista del videojuego. Victoria es la posibilidad de encarnar un relato de violencia -de los muchos que se conocen en los ejercicios de memoria histórica- pero también de perdón, de dignidad y de resistencia al olvido. Sobre todo, Victoria es la resistencia a reproducir las relaciones violentas que han marcado la historia colombiana.

Fuente e imagen:  Colombia Informe

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Crea aplicaciones para móviles en clase

20 de septiembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: María Jesús Cid Rivas

La propuesta de esta unidad didáctica proviene de la necesidad de la utilización de los dispositivos móviles (smartphones y tabletas) en los centros escolares porque la mayoría del alumnado de secundaria dispone de ellos.

Además, los alumnos se introducen en el mundo de la programación haciendo un uso creativo de sus móviles a la vez que se ofrece la oportunidad de conocer de cerca una interesante salida profesional. También aprenden conceptos fundamentales de programación utilizando bloques para construir condiciones, variables, bucles, etc., desarrollando aplicaciones básicas a partir de tutoriales que la propia página web de App Inventor proporciona.

¿Cómo utilizar App Inventor en clase?

Nosotros les proponemos cinco proyectos descritos en la web para que adquieran los conceptos básicos de diseño y programación. Cada alumno gestiona su tiempo y trabaja a su propio ritmo y según sus necesidades o posibilidades, por ello disponen de un amplio abanico de tutoriales muy intuitivos y de un libro guía. Finalmente, desarrollan un proyecto propio creando una aplicación con los conceptos trabajados previamente siguiendo los tutoriales disponibles en inglés en la propia página web.

App Inventor ofrece desarrollar aplicaciones para móviles y tabletas de sistema operativo Android (en la imagen siguiente aparece una app realizada por uno de los alumnos del proyecto), pero también permite ejecutar las aplicaciones creadas en un emulador de manera que no es imprescindible disponer de un teléfono móvil para poder comprobar los proyectos desarrollados. Solamente es necesario entrar en la web de AppInventor con una cuenta Google.

Apps en clase | Tiching

Es una herramienta muy fácil de utilizar sin tener nociones previas de programación. Consta de dos segmentos principales:

  • Diseñador: donde seleccionamos los componentes de la aplicación.
  • Editor de bloques: donde se unen los bloques, clasificados mediante un criterio de colores que indica su función o al componente que hacen referencia. Consiste en encajar las piezas de un puzzle para especificar cómo tienen que comportarse los componentes de la aplicación diseñada.

La valoración por parte de toda la comunidad educativa ha sido muy positiva porque considera que App Inventor es muy atractivo para el alumnado ya que pueden mostrar en sus móviles o tabletas el fruto de su esfuerzo. Ha sido tan positiva la experiencia que se ha decidido incluir App Inventor en la programación de futuros cursos. Además, en nuestro centro educativo se ha instaurado el concurso interno de Creación de Apps para dispositivos móviles.

¡Animaos y animad a vuestros alumnos a crear su propia App!

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/crea-aplicaciones-para-moviles-en-clase/

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Con el móvil enganchado: ¿adicción o apego?

Liliana Arroyo

Si hay alguna expresión que oigo casi a diario es que «vivimos enganchados al móvil». Hay quien lo califica de adicción, pero ello tiene unas connotaciones patológicas serias. Es cierto que hay casos preocupantes y casos patológicos, pero la mayoría sufrimos más apego que adicción. Lo que está claro es que ahí tenemos un reto social a resolver.

Tal es la preocupación, que medir cuántas veces tocamos el móvil se ha convertido en un campo de estudio. Quizá os haga gracia saber que desbloqueamos la pantalla una media de 80 veces diarias -si os apetece probarlo en primera persona, hay decenas de ‘apps’ creadas para eso-. Cada una de estas sesiones quizá dure tan solo unos minutos e incluso segundos. Si sumamos todos esos microratitos, la media son 145 minutos al día. O lo que es lo mismo, cuatro capítulos de esa serie que tenéis a medias.

Diremos, a nuestro favor, que los móviles son como golosinas. Sus colores, sus sonidos y el alud de notificaciones están justamente para eso, para reclamarnos atención constantemente. La distancia entre el estímulo (‘ping’) y la respuesta (¿a ver qué hay?) suele ser corta y la impaciencia mucha, lo que hace que los móviles se unan cuando quedamos a tomar café, o que aprovechemos un semáforo para comprobar que no nos perdemos nada importante. Sea adicción o apego, es evidente que nos falta una reflexión y un pacto de convivencia con los dispositivos.

DESCONEXIÓN TECNOLÓGICA

Esos números, así en frío y sin contextualizar, en realidad funcionan más como anécdota que como información. Y tanta fijación con la cantidad, nos lleva al otro extremo: la reducción drástica, y en ese sentido ya hay respuestas en forma de plan de desconexión tecnológica. Opciones útiles e interesantes seguro, pero si además de apartar el demonio, lo acompañamos de reflexión sobre cómo lo usamos y cómo nos gustaría usarlo, sería mucho más poderoso.

Y es que los hábitos tienen que ver con el sentido que le damos a lo que hacemos, las rutinas que generamos y las motivaciones que nos impulsan a seguirlo haciendo. Olvidar esto deja de lado otras preguntas de mayor calado sobre cómo usamos los móviles y para qué. El móvil, igual que el martillo o la cuchara, son herramientas y no propósitos en sí mismos.

¿Os imagináis si midiéramos todo lo que aprendemos a través al móvil? O lo que llegamos a leer, cuánto nos hace reír, qué fácil es sentirnos cerca de las personas que nos importan, si estamos transmitiendo un «cuenta conmigo» o si estamos cambiando el mundo desde el ciberactivismo.

Decía Einstein que si tuviera una hora para resolver algo, se pasaría 55 minutos identificando el problema y cinco pensando en la solución. Desde luego no tenemos la solución ideal aquí, pero podríamos empezar a integrar más el cómo y el para qué, en lugar de concentrarnos en el cuánto. ¿Quiere decir eso que no abusamos del móvil? En absoluto. Más bien significa que todavía nos falta madurar esa cultura digital, una higiene 2.0 que, en general, nos iría bien pulir.

Fuente del articulo: http://www.elperiodico.com/es/opinion/20170710/con-el-movil-enganchado-adiccion-o-apego-articulo-liliana-arroyo-6158540

Fuente de la imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/2/7/1491305384072.jpg

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Entrevista a Rosa Liarte: “Es un error pensar que el profesor lo debe saber todo”

28 Mayo 2017/Fuente y Autor: blog.tiching

¿Hay asignaturas que dan mas juego que otras para trabajar con las TIC?
Yo creo que las ciencias sociales son fáciles de trabajar con las TIC en la misma medida que las naturales, o que las lenguas. Los contenidos dan mucho juego, pero depende de la actitud del profesor, de cómo se quiera enfrentar a la asignatura. Si la quiere dar de forma memorística, utilizará unos recursos que no serán tecnológicos, seguramente.

¿Qué valor añadido pueden dar las TIC a las ciencias sociales concretamente?
Yo intento trabajar las competencias digitales en todo momento. En nuestro instituto, el IES Cartima, tenemos aprobado el uso de dispositivos móviles dentro del aula e intento que las materias sean más amenas con el uso de los dispositivos. Aportan agilidad y atractivo al contenido.

¿Es imprescindible que haya dispositivos móviles en clase para poder trabajar con TIC, o con los ordenadores ya basta?
Es que en el siglo XXI, donde todo el mundo lleva un móvil en el bolsillo, lo que no se entiende es que se tenga que desconectar el móvil cuando entras en un centro educativo donde se va a aprender. A día de hoy, ya no buscamos las cosas en la enciclopedia, las buscamos en la Wikipedia. Si quieres buscar un punto en un mapa, no coges un atlas, lo buscas en Google Maps. O si quieres buscar un significado en inglés, no coges el diccionario, sino que utilizas Wordreference.  Hay que educar para el siglo XXI con la realidad que tenemos.

La realidad es que los niños están rodeados de tecnología, pero ¿saben utilizarla?
Hay que educarlos en su uso, claro. Hay niños que tienen Snapchat o Instagram, pero luego no saben mandarte un correo, te escriben el texto en el asunto. Hay que educar la competencia digital porque saben utilizarla para su interés, pero no de forma educativa. Hay quien dice que lo de los nativos digitales es una leyenda urbana. En realidad sí que son nativos digitales, porque tienen mucha facilidad e intuición, pero eso no es suficiente para aprovechar el potencial de las TIC.

¿Hubo mucha discusión entre el profesorado a la hora de aprobar el uso de móviles en las aulas?
La verdad es que en nuestro caso es una necesidad imperiosa. Nos dieron el centro hace un año y medio. Cuando empezaron a traernos los muebles y demás vimos que no había ordenadores y cuando los reclamamos nos dijeron que hasta que no tuviéramos cuarto de ESO no nos los pondrían. Al ser un instituto de nueva creación solo teníamos primero de ESO. Así que allí estábamos: un centro nuevo que apuesta por la innovación, que trabaja por proyectos, sin libros de texto… y sin ordenadores. Cuando vimos que no teníamos nada de tecnología y no tenían intención de ponérnosla, aprobamos el uso de dispositivos móviles en las aulas porque todos los niños tenían su propio dispositivo.

¿Con los dispositivos móviles tenéis suficiente?
Hay cosas para las que hace falta el ordenador para poderlas llevar a cabo, sin duda, pero trabajamos a tope con los dispositivos. En lo primero que invertimos fue en una conexión de internet potente, porque era imprescindible.

¿Cómo prepara sus clases?
Yo las clases las grabo, hago vídeos y las cuelgo en Youtube y en mi blog www.leccionesdehistoria.com. Una vez que tengo lo vídeos hechos y subidos, los asigno en Edpuzzle a todos mis alumnos. Esta aplicación es fabulosa, porque entre otras muchas cosas no les deja pasar el vídeo hacia delante. Dentro del vídeo pongo cuestionarios, y los niños tiene hasta una fecha para verlos y resolverlos. Aplico la clase invertida: la lección la hacen en casa y en el aula trabajamos metodologías activas. Así las hora lectiva de clase puedo atender sus dudas.

¿Qué ventajas tiene esto?
De una forma tradicional el alumno escucharía mis lecciones por la mañana y se enfrentaría a los deberes solo por la tarde. De esta forma invertimos los tempos y es mucho más eficaz. Yo en la aplicación puedo ver los fallos que tienen o dónde han rebobinado o qué es lo que no han entendido, y además me saca un análisis de cada alumno. Así, con esta herramienta, puedo ayudar a cada niño de una forma más personalizada.

¿En qué estáis trabajando ahora?
Ahora mismo hemos acabado la Edad Media y el feudalismo y hemos hecho un proyecto de stop motion. Han trabajado el homenaje, los estamentos, etc. A los niños se les ocurren cosas que a los profesores ni se nos pasarían por la cabeza y así enriquecen ellos mismos su aprendizaje.

¿Se parece lo que hace en clase a lo que aprendió en la universidad?
Yo soy licenciada en Historia, por lo que en mis estudios no trabajé nada de pedagogía. Luego hice el CAP, y no, nada de lo que hicimos lo reproduzco ahora en clase. De todas formas, este sistema para el profesorado de Secundaria tiene poco sentido. Yo hice un día de prácticas junto a 6 personas más en un segundo de Bachillerato, cuya única motivación es aprender para sacarse la Selectividad. Por lo que no tuve que enfrentarme a complicaciones pedagógicas.

¿Qué es lo más interesante que han aportado las TIC a las aulas?
En primer lugar, la autonomía del alumnado. Al profesorado nos ha ayudado a entender más al alumno. Podemos conocer mejor a cada uno de ellos y sus dificultades en el aprendizaje. Esto nos facilita el camino para ir más allá en nuestro trabajo. Las TIC llevan al terreno del alumno el contenido.

Pero hay profesores a los que las TIC les abruman.
Bueno, yo creo que abruma para depende que, porque muchos luego tienen Facebook, y todos tienen Whatsapp o Twitter. Lo más importante aquí es la actitud. Yo cuando doy formaciones a profesores lo primero que veo es que muchos no se animan a lanzarse a las TIC porque tienen miedo que los alumnos sepan más que ellos. ¡Y yo he aprendido muchísimo de mi alumnado!

¿Qué ha aprendido?
Hay muchas cosas que no dominaba y ellos me han explicado cómo funcionan. Hay que asumir que estamos en otra época, y que también el alumnado puede enseñar al profesor y no pasa nada. Es un error pensar que el profesor lo debe saber todo. En clase hay que tener siempre un plan A y un plan B. Pero no se puede tirar la toalla a la primera que no sale la actividad. Lo que hay que cambiar es la actitud ante las TIC.

¿Y cómo cree que se puede hacer frente a ese miedo escénico con los alumnos?
En las última formaciones del profesorado que he hecho me he llevado alumnado mío. Yo les explicaba la aplicación y lo que habíamos hecho en clase y luego mis alumnos les enseñaban cómo funciona la aplicación. Para que se les quite el miedo de trabajar con TIC y adolescentes. Al principio pensaba que los docentes se enfadarían conmigo, pero al revés, ha sido una experiencia super positiva. Demasiadas veces no hacemos cosas por miedo a quedar en ridículo delante de los alumnos, pero hay que quitarse el miedo.

¿Hay peligro de centrarse demasiado en la aplicación y perder rigor en el contenido?
En mi caso, damos la materia al completo. A la gente lo que le cuesta es buscar la manera de dar la asignatura de forma interesante. Nosotros pensamos que a lo niños les interesa lo que a nosotros nos gusta, lo que hay que buscar es el fundamento de hacerlo atractivo.

¿Cómo motiva a sus alumnos?
En mis clases los niños ganan insignias y están como locos por desbloquearlas, pero el contenido es el que es, cumplimos con todo el currículum.

¿Qué consejos da para que escojan de forma adecuada las herramientas?
Yo las distribuyo basándome en lo que quieren hacer. Por ejemplo: enseño herramientas para trabajar con el alumnado por proyectos, pero también para la organización del propio profesorado. Nuestro oficio tiene mucho trabajo burocrático que la gente no ve, pero es muy caótico. Enseño aplicaciones para organizar todo esto, para ganar tiempo y poder dedicarlo a los alumnos.

Fuente de la entrevista: http://blog.tiching.com/rosa-liarte-es-un-error-pensar-que-el-profesor-lo-debe-saber-todo/

Fuente de la imagen: http://blog.tiching.com/wp-content/uploads/2016/05/Rosa-Liarte-Tiching.png

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Argentina-México-España: Una ‘app’ conecta ahora el colegio con padres y alumnos

Argentina-México-España/23 de septiembre de 2016/ www.eltiempo.com/Por: María Jesús Ribas

Permite enviar reportes académicos, peticiones y alertas. Ya funciona en Argentina, México y España.

Un colegio ha organizado una excursión para un curso pero necesita la autorización de los padres/tutores de los alumnos.

Para conseguirla, recurre al método tradicional de preparar una circular (nota de papel) y entregársela a los alumnos, para que ellos se la den a sus padres, para que la firmen y luego la autorización vuelva firmada al colegio.

 Pero algunas de esas autorizaciones se pierden por el camino, lo que conlleva un trabajo extra por parte del centro educativo, que debe intentar contactar de nuevo al padre o madre del alumno o, en ocasiones, genera un gasto económico adicional en materiales, ya que debe volver a imprimir las circulares que no tuvieron respuesta.

 

“¿No sería mejor enviar la circular de autorización directamente al teléfono móvil de la madre o padre del alumno y que estos puedan enviar al colegio una respuesta con la misma validez legal que su firma en papel?”, señala Susette Sánchez, portavoz de una empresa que ha lanzado una ‘app’ que permite gestionar la anterior y otras comunicaciones entre el centro educativo y la familia.

Mensajería educativa

Esta aplicación informática, llamada TokApp School, tiene la misma validez legal que un fax, permite a los colegios y profesores comunicarse con padres y alumnos mediante mensajería instantánea, informando en qué fecha y hora el usuario lee el mensaje o comunicado, permitiendo que lo responda solo si el centro o el profesor lo requieren.

Esta plataforma de comunicación no revela el número de teléfono de sus usuarios, garantiza que las respuestas que se envíen a una notificación solo las lean su emisor y receptor, permite enviar cualquier tipo de archivo como fotografías, videos o PDF y programar su lanzamiento, e informa sobre ofertas del sector educativo, como librerías, logopedas y academias de enseñanza.

“Se trata de una ‘app’ gratuita para Android, iPhone y Windows Phone, que está disponible, entre otros idiomas, en español, portugués e inglés y ya funciona en Argentina, México y España, y se prevé que pronto comenzará a operar en Uruguay y otros países de América”, afirmó a Efe la representante de la compañía TokApp (www.tokapp.com), con sede en Vigo (Galicia, España).

Para desarrollar la app, la empresa analizó la comunicación de los centros educativos con los estudiantes y padres para mejorarla, detectando una serie de problemas comunes, como la falta de información periódica por parte de los colegios hacia los padres sobre los progresos académicos de sus hijos.

No más reuniones

Según Sánchez, “muchos centros comunican a los padres sobre los resultados académicos de los alumnos a través de reuniones trimestrales, en lugar de hacerlo regularmente”.

Y para solucionarlo sugiere evaluar al alumno, “como mínimo, una vez al mes”, en lo que respecta a los conocimientos adquiridos y su actitud hacia lo aprendido.

Los creadores también dicen haber detectado, tras unas encuestas realizadas por la empresa, que los centros educativos suelen enviar informaciones “generalizadas, masivas y sin filtros, sin distinguir las relevantes de las que no lo son, haciendo que, a veces, las urgentes se pierdan entre el montón de correos electrónicos o circulares”, ante lo cual aconseja priorizar lo esencial y reducir lo secundario, “para no distraer la atención de los padres”.

Otra deficiencia comunicativa detectada por los estudios de TokApp es que, en ocasiones, los centros no tienen la seguridad de que los comunicados (circulares, notas de papel, correos, SMS) que han emitido hayan sido recibidos por el destinatario, lo que afecta a padres y alumnos y repercute en los propios centros.

“Es imprescindible que padres y alumnos dispongan de la información con suficiente antelación para poder gestionarla, por ejemplo, las peticiones de material escolar, las convocatorias de reuniones o solicitudes de pagos”, explica.

Para solventar este problema recomiendan usar mecanismos tecnológicos que validen la recepción de dichas informaciones, como las plataformas de mensajería instantánea que solicitan confirmación de recepción o respuesta.

También han descubierto que, a pesar de que pueden surgir imprevistos de última hora o de disponer de tiempo suficiente, a veces se emiten comunicados que no dejan margen de actuación a los padres o alumnos.

Para una mejor comunicación

Susette Sánchez, portavoz de la empresa que lanzó la ‘app’, da algunos consejos para mejorar la comunicación familia-escuela. “Los centros educativos deberían facilitar herramientas de comunicación a sus docentes y empleados para que su trabajo se simplifique y se agilice, y los profesores deberían mantener una comunicación fluida y personalizada y una buena relación con alumnos y padres, para mejorar el rendimiento académico y crear un mejor entorno de trabajo y estudio”, indica. Aconseja a los padres “participar de forma activa en la educación de sus hijos en vez de limitarse a recibir información del centro o ser meros espectadores, y a los alumnos estar siempre informados y comunicados sobre lo que ocurre en su clase o centro para poder sacar el máximo provecho de sus estudios”.

Tomado de: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/app-para-padres-y-alumnos/16704509

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