Divide y reinarás. Resultados de la Investigación «Las técnicas de cálculo de la división de números naturales en la transición entre la escuela primaria y secundaria»

Revista Saberes

Preocupadas por la dificultad que manifestaban los estudiantes a la hora de dividir, ya sea como ejercicio o en el contexto de una situación problemática, cuatro profesoras de ISFD realizaron una investigación diagnóstica sobre las diversas técnicas de resolución de esa operación matemática, en el primer año de la escuela secundaria. Las diferentes metodologías y la falta de articulación con la enseñanza primaria, temas de indagación.

“La idea surge a partir de una inquietud común ya que algunas de nosotras trabajábamos en primer año del secundario y cuando abordábamos la división podíamos visualizar diversas técnicas de resolución, algunas de las cuales no eran conocidas por otras docentes”, señala Mariel Mondino, autora junto a Silvana Rainero, Pamela Demaria y María Laura Magliano, de la investigación realizada en el marco de un proyecto de articulación entre la Dirección General de Educación Superior de la cartera educativa provincial y la Universidad Nacional de Córdoba. “Las cuatro integrantes del equipo somos profesoras de Matemática y nos interesaba comprender el trabajo que se hace, en la construcción del cálculo de la división, en primaria y qué sucede con ello en la secundaria”, señala Mondino, acerca de la indagación realizada en el marco de la línea “Entramando la matemática y las prácticas educativas para el fortalecimiento de la enseñanza e investigación en Matemática y Educación Matemática”.

Las docentes de los profesorados que conformaron el equipo de investigación.

Para el estudio Las técnicas de cálculo de la división de números naturales en la transición entre la escuela primaria y secundaria, se seleccionaron tres cursos de primer año de dos instituciones educativas de la ciudad de San Francisco, como muestra. Lo interesante de esta elección radica en que ninguno de los dos establecimientos educativos cuenta con nivel primario. De allí que la población estudiantil que albergan proviene de diferentes barrios de la ciudad y de distintas localidades de Córdoba y Santa Fe.  Las variadas trayectorias escolares de los alumnos permitirían anticipar posibles diferencias didácticas y pedagógicas, a la hora de resolver esta operación matemática, que es una de las más complejas de enseñar y que requiere ser abordada a lo largo de toda la primaria.

Figura 1
Algoritmo convencional.

En relación con la metodología, el primer paso consistió en diseñar un instrumento de evaluación diagnóstica, para acceder a las distintas técnicas empleadas por los estudiantes. Luego se realizaron entrevistas semiestructuradas a los docentes de cada uno de los cursos participantes, donde se incluyó una evaluación que permitiera documentar, según sus experiencias, qué técnicas de cálculo esperaban encontrar en los chicos, cuáles eran las decisiones pedagógicas que habitualmente tomaban a partir de ello y qué cambios realizarían en las consignas, tras el diagnóstico inicial presentado.

Figura 2
Variación del algoritmo convencional por explicitación de la resta y cálculos auxiliares (4 x 2 y 4 x 3).

Con posterioridad, las investigadoras llevaron a cabo dos talleres con los profesores en los que se analizaron algunos aspectos del trabajo realizado: distintas resoluciones de los alumnos y la relación del docente con la enseñanza de la división. A partir de la lectura de material bibliográfico y la sistematización de los diagnósticos, se elaboró una primera categorización que posibilitó agrupar dichas técnicas.

De todo, como en botica

Figura 3
Técnica por descomposición o cocientes parciales (aquí no se consideran las decenas, centenas, etc., sino que se toma el número como una cantidad global).

Luego de analizar todas las formas de resolución realizadas tanto por los chicos como sus profes, se pudieron reconocer ciertas técnicas de cálculo de la división de números naturales que variaron entre divisiones con el algoritmo  convencional (figura 1) y con la explicitación de la resta y cálculos auxiliares (figura 2), la técnica por descomposición o cocientes parciales (figura 3) y otra que combina distintos métodos. “En relación a las resoluciones del problema que presentamos a los chicos, también se observaron técnicas multiplicativas y combinación de técnicas aditivas, sustractivas y multiplicativas (figura 4).  Tenemos la idea de profundizar en esto más adelante”, señala Rainero.

Figura 4
Resolución del problema donde combina técnicas aditivas, sustractivas y multiplicativas (se observa: adición, sustracción y producto. Obtiene la respuesta al sumar mentalmente, ya que no está registrado, 10 + 8 = 18 cuotas).

En una primera instancia, los docentes plantearon que, por una cuestión de dominio, el método convencional (el del algoritmo, expresado en la figura 1) les resulta el más fácil y rápido y es hacia donde tratan de “empujar” a sus estudiantes por entender que es el más sencillo. Luego, a través de los talleres, los docentes pudieron observar las diferentes “convenciones” presentes en las distintas técnicas de cálculo (realizadas por ellos, por los estudiantes y a través del tiempo: la división egipcia, el método Gerbert, y por galera).  “Esta aproximación histórica les permitió redescubrir sus técnicas personales de resolución y también la de los alumnos”, señaló Rainero. “Más allá de cada método, lo más significativo, −explica Magliano− es que los profesores pudieron advertir el carácter relativo y variable de las técnicas de cálculo a lo largo del tiempo y reconocer así que son convenciones sociales y no tan diferentes unas de otras: las históricas de las nuestras, de las de los chicos y que detrás de cada una de ellas existe matemática puesta en juego”. “Su carácter convencional es una valoración vinculada al modo en que aprendimos a resolver la división en la escuela, a lo que nos resulta familiar porque así nos los enseñaron o porque lo usamos habitualmente”, afirma Magliano, lo que implica que esas maneras no son ni absolutas ni para todos iguales, porque dependen de nuestras trayectorias.

En el aula

Cuando los chicos ingresan a primer año se espera que resuelvan correctamente las divisiones, tengan control en los pasos que realizan y que progresivamente puedan realizar estas operaciones del modo más económico. No obstante, “en las prácticas áulicas observamos frecuentemente las dificultades que manifiestan los estudiantes cuando se enfrentan a la resolución de la división como ejercicio o en el contexto de un problema”, señala Silvana Rainero.

“Ante el panorama de diversidad de técnicas encontradas, la investigación nos permitió ver que el docente de primer año toma decisiones que influyen directamente en la gestión de sus clases, que van desde aceptar todo tipo de técnicas para la resolución de la división hasta imponer la unificación en el método o algoritmo convencional que asegure una base de cálculo eficaz en contenidos de mayor complejidad”, explica Mondino. “Pero la dificultad no radica en la diversidad de técnicas de cálculo de la división, sino en el nivel de dominio de cualquiera de ellas”, indica Pamela Demaria al tiempo que Magliano amplía: “Algunos estudiantes no lo tienen y cuentan con escasos recursos de control y análisis de los procedimientos”. En este sentido, la variedad no debería ser un inconveniente sino una oportunidad, en la medida que muestra diferentes caminos que cargan de sentido al cálculo para que este no sea solo una regla a memorizar. De lo que se trata es de implementar estrategias de enseñanza que permitan a los chicos desarrollar las operaciones adecuadas para llegar a un método abreviado, desde distintas vías.

Así, el trabajo de investigación —según señala entre sus conclusiones— permitió, además de descubrir ciertas técnicas de cálculo, “el aporte a la concientización de la matemática que ellas presentan y que muchas veces no son tenidas en cuenta por la naturalización a través de la cual se trabaja dicho contenido en las horas” de clase.

Así, el estudio pretende servir de insumo —tanto a los docentes que enseñan matemática en primaria o en secundaria, como quienes están en los profesorados— para presentar situaciones problemáticas contextualizadas, que tengan en cuenta los conocimientos previos de los chicos y fomenten la socialización de los diversos procedimientos de resolución. Se propone el trabajo con desafíos matemáticos desde primer grado, la presentación de actividades resueltas para que los estudiantes corrijan y así poder analizar las diversidad de técnicas, y finalmente, la realización periódica de reuniones de articulación entre niveles, a fin de acordar los saberes básicos que deben alcanzar los estudiantes, el vocabulario específico a utilizar, criterios de evaluación, además de compartir material de trabajo.

En definitiva, de lo que se trata es de lograr ­—cuestión que todo docente quiere— que  “los alumnos puedan disponer de una técnica eficaz en el cálculo de la división”, tal como resume Demaria.

Fuente:https://revistasaberes.com.ar/2019/10/divide-y-reinaras/

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Qué hace que un colegio tenga éxito en matemáticas

Por Javier Arroyo

En Australia se han propuesto saber qué hace que un colegio sea bueno en matemáticas. La posibilidad de tener un examen nacional con resultados y ganas de estudiar los datos hace posible hacer un estudio como el que ha acometido la Universidad de Tasmania bajo el liderazco de un cargo que se llama el Chief Scientist Officer (consejero delegado de ciencia).  Con los resultados filtrados, los investigadores se fueron a los colegios que habían conseguido sobresalir por encima de la media. ¿Qué estaban haciendo en las clases para conseguirlos? ¿Cómo eran los profesores?

Los investigadores se fueron a estudiar a fondo 52 colegios de distintas etapas educativas. Lo que encontraron los investigadores en esos colegios fue «un propósito muy decidido a todos los niveles para mejorar la enseñanza  y el aprendizaje de las matemáticas. Había un énfasis en llegar a un nivel de maestría en el aprendizaje, que pretende desarrollar una comprensión profunda en las clases de matemáticas y tenían a profesores que dominan las matemáticas y saben cómo los estudiantes las aprenden.Los profesores de esos colegios eran unos entusiastas de la enseñanza de las matemáticas y los colegios tenían políticas de apoyo explícito a las matemáticas».

Además, en un 84% de los  casos se usaron datos para seguir el progreso individual de cada alumno. También se mandaron encuestas a muchos colegios por toda Australia y se concluyó que los alumnos de clases donde el foco estaba puesto en entender bien las matemáticas más que en las notas de los exámenes lo hacían luego mejor.  Eso requiere, según el informe, tener al frente de las clases a  profesores que sean unos verdaderos enamorados de la asignatura, que no se aburran ellos mismos impartiendo esas clases.

Otros hallazgos clave es que los profesores de primaria y de los primeros cursos de secundaria son los que más deben beneficiarse de tener entrenadores de matemáticas. El nivel de los maestros de primaria con las matemáticas es un asunto que preocupa en todo el mundo, entre otras cosas por lo bien estudiado que está cómo se contagia la angustia ante la asignatura a los alumnos. Francisco Marcellán, presidente de  Real Sociedad de Matemáticas de España, (RSME), ya ha explicado en varios foros cómo es necesaria una mejora en esta formación y en Smartick estamos trabajando en un proyecto para conseguirlo con la Facultad de Educación de la Universidad de Valladolid. Como dice el informe: «Los profesores muy seguros con las matemáticas tienen alumnos más seguros con las matemáticas». Fácil  o no tanto.

Otra recomendación del informe es la toma de decisiones basada en los datos individuales de los alumnos. Sólo así se podría personalizar un poco la enseñanza de la asignatura de tal manera que se viera quién se puede estar quedando atrás y, por el contrario, con quién se está corriendo el riesgo de que se pueda aburrir por no encontrar que la clase sea un reto suficiente. Fue justo la necesidad de personalizar más el aprendizaje de las matemáticas lo que animó a que fundáramos Smartick hace ya siete años.

Entre las recomendaciones, está la de impulsar un programa para directores que sean también líderes en matemáticas, además de poner en marcha un portal, que ya tienen, con la Sociedad Australiana de Matemáticas con muchos recursos para los profesores. En ese portal, además, están los recursos que ya se han investigado como válidos en los colegios que son más exitosos en matemáticas, o sea, no se experimenta con humo y sí con métodos basados ya en la evidencia.

El informe no ignora que hay factores ajenos a los colegios que pueden influir: «Si reciben ayuda de clases extraescolares o el perfil socioeconómico de los alumnos. Los factores familiares también pueden tener un impacto pero menos de lo que influye el colegio».

Los autores, además, han hecho una recopilación de la literatura de investigación en matemáticas y recuerdan que muchos alumnos no les gustan las matemáticas pero reconocen su importancia y que, a los que sí les interesa, los suelen hacer mejor en los exámenes. Las diferencias entre niños y niñas son evidentes en Australia, «donde menos de la mitad de las niñas de 12 años dicen que les gustan las matemáticas», lo que tiene una influencia directa luego en las elecciones de carreras que hacen. En definitiva, las creencias de los alumnos sobre las matemáticas tienen un impacto claro. Y eso puede depender, como ya ha dicho PISA alguna vez, también del ambiente que se respira en una casa sobre las matemáticas, del » a mí se me daban fatal, son un rollazo», al «son el verdadero lenguaje universal», por ejemplo.

Otro de los factores que se encontraron como decisivos fue que el entusiasmo de los profesores por enseñar matemáticas tenía más impacto que sólo el entusiasmo por la asignatura, lo que nos recordó a Joaquín Hernández, el profesor premiado con la Mejor Historia Docente, cuando nos dijo que él había querido ser profesor de matemáticas desde que tenía doce años. El problema ahora es ¿dónde encontramos a esos profesores? Sabemos que existen, ¿cómo les ayudamos, cómo les apoyamos? 

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2018/07/26/que-hace-que-un-colegio-tenga-exito-en.html

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Entrevista: Un niño que no es bueno en matemáticas no es inferior al resto.

Por: J. G. Stegmann. DIARIO ABC. 21/02/2018

El prestigioso científico y pediatra suizo Remo H. Largo presenta el libro «Ìndividualidad humana» en el que insiste en la idea de que no hay dos seres humanos únicos, que no podemos ampliar nuestro potencial y que hay convivir y aceptar las diferencias.

«No es posible ampliar por ningún medio el potencial de una persona». Con esta idea, el prestigioso científico y pediatra suizo Remo H. Largo sostiene que es indistinto si los niños dedican más o menos horas a actividades extracurriculares, van clase de ballet, piano, fútbol o artes marciales…«Nunca tendrá en casa a Steve Jobs o Rafa Nadal. No se puede puede convertir a los hijos en lo que no son, eso es malísimo para ellos».

Largo ha creado el «Principio de ajuste» (Fit-Prinzip), una teoría que «asume las diferencias entre los individuos, la singularidad de cada uno y la interacción entre individuo y ambiente como base de la existencia humana». Con esta teoría y 40 años de investigaciones sobre el ser humano, desde la niñez hasta la adultez, ha escrito una gran obra «Individualidad humana, qué nos hace diferentes y cómo aprovecharlo» (Debate) en la que explica que aunque nos quieran hacer creer que todos somos iguales y podemos lograr lo mismo, cada ser humano es diferente.

-Su libro parte de la frase de Albert Einstein que dijo que, si juzgáramos a un pez por su habilidad de escalar un árbol, viviría su vida entera creyendo ser estúpido. ¿Cómo se aplica al ser humano?

-Voy a poner un ejemplo. Usted funda un zoo. Se trae animales de todas partes del mundo y se pregunta: ¿Cómo vivía el elefante antes de traerlo? Entonces, intenta crarle un hábitat similar al que tenía…¿Cómo vivía el pez? Entonces, intenta proporcionarle un acuario. Es decir, intenta adaptar el entorno a cada uno de los animales porque sabe perfectamente que el pez no va a sobrevivir en la estepa o el elefante en un acuario.

Esa reflexión se aplica al ser humano. No podemos tener cualquier entorno o hábitat aunque lo creemos. De hecho, queremos ir a Marte, una locura. Voy a poner otro ejemplo. Hace 150 años, los zoo confinaban a los animales en jaulas. Después, la gente se dio cuenta de que eso no funcionaba y se adaptó el hábitat. Eso es lo que el ser humano no ha hecho consigo mismo. En otras palabras, lo normal sería vivir en la naturaleza. En el pasado, los seres humanos siempre han vivido en comunidad, de entre 100 y 300 personas y todas ellas se conocían bien, conocían las fortalezas y debilidades del otro. Ahora, estamos en ciudades masificadas como Madrid en la que apenas hay personas de nuestro entorno que conocemos, ajenas a nosotros y eso nos hace enfermos.

-Pero volver a ese estado es difícil, ¿cómo busco el entorno ideal, huyendo de la gran ciudad, de Madrid?

-A lo mejor es una opción salir de la ciudad. Solo como individuos podemos decidirlo. Yo, por ejemplo, me fui de Madrid. Pienso que lo que no podemos cambiar es el Estado. Tenemos un sistema educativo, sanitario, social…Eso está bien y no se puede cambiar. Pero lo que sí podemos cambiar es encontrar dentro de ese sistema modos de convivencia comunitarias y eso también se podría hacer en Madrid.

-La idea de que todos somos diferentes, con más o menos capacidades, apunta a que no hay alguien mejor o peor que otro. ¿Nos puede hacer llegar a la conclusión de que no existe la gente tonta o inepta?

-El ejemplo de la lectura puede ayudar a responder. Tenemos niños fabulosos en lectura y otros que apenas saben leer. En España, por ejemplo, hay tres millones de personas que no saben leer pero tienen inteligencia normal, con nueve años de escolarización. Pero eso no ocurre solo en España. En Suiza hay medio millón. Lo que deberíamos hacer es aprender a vivir con esa realidad, aceptarla. Y no decir: «Esos son los tontos». A lo mejor lo que ocurre es que saben manejarse bien con los números o dibujan de maravilla pero no saben leer.

-¿El que no tiene una capacidad siempre desarrolla otra?

-Podemos pensar en el esquema de aptitudes de una persona: puede tener muy buenas aptitudes sociales, mientras que las lingüísticas no son buenas. A su vez, es muy musical, en Matemáticas va bien, pero su motricidad no es buena y tampoco dibuja bien. Otra persona puede tener una constelación completamente diferente de esas mismas capacidades.

-Señala que la sociedad comete el grave error de pensar que todos somos iguales y que todos podemos conseguir lo mismo. ¿El individuo no es también responsable de creer que puede conseguir cosas que jamás tendrá? ¿No es el artífice de su propia frustración?

-No, no es la persona la responsable. Cuando valoramos o evaluamos a una persona como individuo hay que conocerla. Si ves a alguien en la calle no puedes hacerlo. En eso estriba el problema. Solo cuando convivimos con personas a las que conocemos, en una comunidad en la que hay un conocimiento mutuo, solo entonces sabremos cuáles son las fortalezas del otro. Así es como se acepta a los demás tal y como son. Por ejemplo, en el ámbito laboral.

-¿Ser consciente de estas diferencias podría ayudar a los padres a aceptar que en casa no tendrán a un Steve Jobs? A veces presionan más los padres que la sociedad…

-¡O a Rafa Nadal! Es cierto. Pero también es verdad que todos los padres conocen perfectamente a sus hijos y sus perfiles. Si se les pregunta por las aptitudes motrices que tienen sus hijos lo sabrán perfectamente. El problema está en si quieren reconocerlo o no. Y la presión procede de su deseo de convertir a los hijos en una cosa que no es. Y eso es malísimo para el niño.

-Dice en su libro que cada uno de los ocho mil millones de seres humanos que viven en la Tierra es único. Repetir la idea de que somos diferentes ¿no podría de alguna manera justificar la injusticia social?

-No, para nada. Es lo contrario: la definición de una sociedad justa radica en el hecho de que cada individuo tenga la oportunidad de desarrollar sus capacidades individualmente. Durante la Ilustración y la Revolución Francesa se decía que todos éramos iguales pero para eliminar la sociedad de clases, eliminar al Rey, por ejemplo. Podríamos decir que estamos en un punto en el que podríamos iniciar una segunda Ilustración en el sentido de aceptar la diversidad individual, es decir, que no considere inferior a una persona que no sepa leer o no sea buena en Matemáticas.

-¿Cómo evitar que la aceptación de las diferencias no termine convirtiéndose en una renuncia a la mejora o superación personal?

-No es renunciar, es volver a la razón. Voy a poner un ejemplo con el crecimiento físico. Si alimentamos bien a un niño va a alcanzar su potencial de crecimiento, su altura prevista, el potencial se cumple y se agota. Si le alimentamos mal ese potencial no se alcanzará y tendrá menir estatura. Pero si lo sobrealimentamos no crecerá más, engordará. Eso ocurre con todo, Lengua, Matemáticas, Música…Se trata de realizar el potencial que tenemos, no más.

-Si un niño dice sentirse niña o una niña quiere ser varón. ¿Cómo deben actuar los padres? ¿Eso también es aceptar las diferencias?

-Hay muchos niños que experimentan esa fase entre los 4 y los 7 años y luego desaparece. Si un hijo manifiesta que se siente hombre siendo mujer no se le puede quitar la idea porque es lo que siente, tiene que vivir esa fase. Ese hijo, posteriormente, puede que cambie la percepción de sí mismo a través de las experiencias que vaya teniendo, por ejemplo, relacionándose con otros niños, viéndose aceptado o no, etc.

Existe, por un lado, lo que uno es físicamente y luego tenemos otro componente que es cómo se percibe o siente uno como hombre o mujer. Y no tienen por qué coincidir ambas cosas. Luego tenemos otro componente que es el comportamiento. Seguramente conocerá a hombres que tienen una actitud femenina pero no son homosexuales. Y ahora podemos mezclar esos aspectos y crear diferentes combinaciones.

-Dice que el reto del ser humano es la armonía, aceptarse a uno y al entorno. ¿Cómo se hace para llegar a ese reto o fin en la vida?

-Una posibilidad sería preguntarse en qué situaciones de mi vida me sentí feliz y en cuáles infeliz, tanto en el pasado como ahora. A continuación hay que preguntarse por qué en determinadas situaciones era feliz o no lo era, qué propicia ese sentimiento.

Puede ocurrir que comprobemos que necesitamos un elevado reconocimiento social, por ejemplo, en el ámbito profesional. Para mí es importante ese aspecto, tener una determinada posición en el entorno laboral. Si ese es el caso y se consigue, me siento bien. Si no lo consigo, no me siento bien. Con independencia de lo que yo haga en el trabajo, es la posición lo que cuenta. Esa reflexión se puede hacer con todas las necesidades básicas que tenemos e intentar contestar a esa pregunta en relación a cada una de las capacidades.

-Entre 1974 y 2005 dirigió un enorme proyecto de investigación en el Hospital Infantil de Zúrich en el que evaluó a más de 700 niños desde su nacimiento hasta la vida adulta. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones de ese gran estudio?

-Lo más importante es que cada niño es único. No se puede convertir al niño en lo que no es. Lo mejor que se puede hacer como padre o profesor es configurar el hábitat del niño de tal forma que pueda cosechar, hacer, tener las experiencias que necesita. En el caso del crecimiento está claro que tiene que comer, en el caso del aprendizaje está claro que tiene que oír el lenguaje y comunicarse con otros niños, mucho más importante que hacerlo con adultos.

-Donald Trump usa, de alguna manera, el discurso de la diferencia: americano frente al que no lo es, negro frente a blanco… ¿No hay que tener cuidado con perpetuar las diferencias?

-Son las personas débiles las que son racistas. Trump lo único que pretende es hacerse más fuerte diciendo que es mejor que los negros, hispanos o inmigrantes. Una persona fuerte no tiene necesidad de hacerlo. Obama no lo ha hecho nunca. Lo que nosotros tenemos que hacer es procurar que una persona como Trump no llegue jamás a ser presidente. Y eso es en España, Suiza o cualquier país del mundo.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-nino-no-bueno-matematicas-no-inferior-resto-201802162102_noticia.html

Fotografía: ALBERTO FANEGO

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Entrevista a Javier Arroyo: «Inteligencia artificial, la nueva forma de enseñar matemáticas»

17 Diciembre 2017/Fuente:eltiempo /Autor: Simón Granja Matias

Las matemáticas, la lectura y la escritura son los conocimientos fundamentales y básicos que deben adquirirse desde el colegio. Sin embargo, según estudios y expertos, la forma como se están enseñando no es la más adecuada. Así lo reflejan también las pruebas internacionales (Pisa) y nacionales (Saber). Aunque Colombia ha logrado avanzar en las dos últimas ramas, en matemáticas aún hay mucho terreno por recorrer.

Según los últimos resultados de las pruebas Pisa, elaborado por la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que evalúa a niños de todo el mundo, el 66,55 por ciento de los estudiantes colombianos no pudieron resolver los cálculos de la prueba. Estos bajos resultados llevan a que la sociedad se esté preocupando por cambiar prácticas pedagógicas en torno a las matemáticas.

Entre las iniciativas que buscan revolucionar el sistema educativo está Smartick, un método en línea de matemáticas extraescolar que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y, según estadísticas de la misma plataforma, ya ha ayudado a mejorar sus calificaciones al 83 por ciento de los estudiantes entre los 4 y los 14 años que la han usado. El método utiliza inteligencia artificial (IA) para identificar las características de cada estudiante. EL TIEMPO habló con el español Javier Arroyo, cofundador de Smartick, que cuenta con un equipo de 45 ingenieros, matemáticos, pedagogos, psicólogos y educadores.

Usted conoce varios modelos educativos, ¿cómo ve la educación? ¿Se está enseñando bien?

He tenido la fortuna o la desgracia de haber estudiado en cuatro países diferentes: Alemania, Estados Unidos, España y Bélgica. Hay muchas diferencias, obviamente. Lo que sí es algo habitual en muchos países es que la burocracia está frustrando a profesores y que no se ha conseguido reclutar y formar como se merece a los maestros de primaria. Ellos ponen los cimientos, crean los hábitos, pueden motivar a aprender, pueden ver el potencial de cada niño. En gran parte del mundo necesitamos hacer lo que han conseguido en Finlandia y Singapur.

¿Cómo cree que se debe revolucionar el sistema educativo?

No creo que haya que hacer una gran revolución. Las grandes revoluciones suelen acabar mal en política y también en educación. De hecho, muchas de las grandes propuestas disruptivas que escuchamos hoy se intentaron ya a principios del siglo XX. Me parece que hay una pequeña revolución obvia y no tan fácil de conseguir: tener altas expectativas para todos los niños. Debería haber recursos para que ningún niño se quede en el camino. Y eso, en parte, muchas veces es culpa de las matemáticas, a las que ven aburridas, difíciles y con poca utilidad en el mundo real.

Las pruebas Pisa evidencian que a Colombia no le va bien en esta área. ¿Los niños (no todos, claro) odian las matemáticas?

Está estudiado que la actitud de los mayores que rodean a un niño con las matemáticas se contagia. Se cree que es algo genético, cuando no lo es. También está comprobado que si los maestros de primaria tuvieron malas experiencias con las matemáticas, lo transmiten. También ocurre que muchos niños, millones, se empiezan a quedar un poco atrás en el aula. Por eso, algo como Smartick, que se adapta al nivel de cada niño, es capaz de reflotarlos, volverlos a subir a la superficie.

¿Cómo ve a Colombia frente a España?

Colombia está peor que España en Pisa, pero ninguno de los dos sale bien parado. Hace falta poner más entusiasmo desde que son pequeños, hacerles ver que el mundo de los números puede ser fascinante. Y, como pasa en Finlandia o en zonas de España, como Castilla y León, enseguida que se ve que un niño se está perdiendo, pueda tener refuerzo; como una tabla salvavidas matemática que lo rescate.

¿Cuál cree que debe ser el rol de las nuevas tecnologías en la enseñanza de las matemáticas?

Hay dos aspectos importantes. El primero, la posibilidad de usar inteligencia artificial, como hace Smartick, para situar a cada niño en su nivel exacto y, desde ahí, ‘cocinarle’ un plato de matemáticas especialmente con los nutrientes que necesita cada uno. Esa misma inteligencia artificial nos permite estudiar miles de datos para comprobar, por ejemplo, que los niños pueden empezar a practicar potencias antes de lo que pensábamos o que no se asustan con el álgebra si se les introduce como lo hacemos nosotros. Lo segundo es poder gamificar parte de la experiencia. Los niños rinden mejor en un entorno amable donde pueden, por ejemplo, ganar estrellas dependiendo de sus resultados.

¿Qué es la inteligencia artificial? ¿Cómo se aplica a la educación y a la enseñanza de las matemáticas?

Nuestra algoritmia permite estudiar el estilo de aprendizaje de cada niño y saber cómo lo está haciendo, y así se adapta, al punto de que si falla una serie de ejercicios, le salta un tutorial o se le rota de concepto; pero, además, dependiendo de cómo lo ha hecho ese día, esos 15 minutos, le propone los ejercicios del día siguiente. También analizamos miles de ítems de información de 10.000 niños, para ver patrones y, con los expertos en didáctica, matemáticos y desarrolladores, interpretarlos y anticiparnos al comportamiento individual de cada niño. Esto nos permite ir guiando a cada uno, sin frustraciones.

¿Cuál es el futuro de la educación? ¿Todo será con inteligencia artificial?

No lo creo. El factor humano sigue siendo muy importante. Vemos la inteligencia artificial como herramienta poderosa, pero el factor humano es vital. Lo vemos también en Smartick. A los niños les encanta tener amigos en su entorno social y a los padres, interactuar con nuestro equipo por correo o por teléfono cuando tienen dudas. Pero, indudablemente, no aprovechar la inteligencia artificial para ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial me parecería un error incomprensible.

Fuente de la entrevista: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/cofundador-de-smartick-habla-de-la-ensenanza-con-inteligencia-artificial-160162

Fuente de la imagen:  http://images.etn.eltiempo.digital/files/article_main/uploads/2017/12/09/5a2c9b2fe7ece

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La didáctica de la matemática vista por profesores de didáctica

Salvador López Arnal

El título puede dar pie a alguna confesión: no estamos ante un libro que señale o apunte las probables tendencias de investigación y/o resultados de la aritmética a lo largo de este siglo. Estamos en otras coordenadas: un libro e didáctica de las matemáticas. Los autores son profesores del área de didáctica de las Matemáticas de la Universidad de Córdoba y doctores en Educación por esa misma universidad.

La estructura del libro: Introducción 1. Numeración. Sistemas de numeración. Evolución. 2. Algoritmos de cálculo. 3. Algoritmos transparentes. Cálculo pensado. Bibliografía.

En la introducción se señalan algunas de las tesis u orientaciones de los autores. Se hace necesaria, señalan, «una transformación metodológica en lo relativo a la matemática escolar que se centre en un aprendizaje significativo del sistema de numeración decimal y en el fomento del cálculo mental o razonado y flexible, algo en que lo que se está avanzando considerablemente en los últimos años» (p. 13). En la presente trabajo, añaden, «nos planteamos un análisis histórico que nos ayude a entender la evolución de la aritmética en el mundo desde al rededor del 4000 a.C. cuando encontramos las primeras referencias, hasta nuestros días, siguiendo con más atención la trayectoria de las civilizaciones que más nos han influido». El análisis anunciado, en 100 páginas, no puede ser sino muy, muy sucinto, muy esquemático.

Presentan también un «planteamiento del cálculo basado en el conocimiento profundo del sistema de numeración decimal y orientado hacia el desarrollo de la competencia matemática que se demanda en la actualidad» (¿por parte de quién?,. ¿de los mercados?, ¿de las corporaciones?) y un estudio comparativo de «los algoritmos tradicionales y otras alternativas, tanto históricas como actuales» (p.13).

El primer capítulo, como no podía ser de otro modo, es un resumen de lo aportado por grandes investigaciones. El segundo es un aproximación a los algoritmos de cálculo. Algunos pasos de interés, algunas curiosidades. Por ejemplo, las páginas dedicadas a la multiplicación rusa o campesina (pero no explica el fundamento del algoritmo, la suma de los sumandos con asterisco, los valores generados en la primera columna cuando el segundo factor es impar y restamos una unidad). Algunas reflexiones sobre política educativa se encuentran al final de este apartado. Esta por ejemplo: «A nivel nacional, se están desarrollando iniciativas muy interesantes en el uso de algoritmos transparentes, es decir, el uso de procedimientos de resolución que nos dejen ver qué está pasando con los números con los que estamos operando» (p. 60). Las iniciativas señaladas tienen en común una serie de características. Una de ellas -«En todo momento se trabaja con números y no con cifras»- es enigmática. ¿Cómo se trabaja directamente con números y no las cifras que los representan?

El último capítulo, el 3, «Algoritmos transparentes. Cálculo pensado», es acaso el que muestra más originalidad. El sentido numérico es el protagonista. Con algunos pasos mejorables. Este por ejemplo: «El objetivo principal de la aritmética debería ser que la persona conozca en profundidad el sistema de numeración decimal y las operaciones con los números, así como sus propiedades, de forma que pueda aplicarlas de manera conveniente al cálculo». ¿De la aritmética o del aprendizaje de la aritmética? Los ABN, los algoritmos abiertos basados en números, se presentan en las páginas 70-83.

En la reflexión final, pp. 90-91, hablan, muy razonablemente, de hacer ver las matemáticas como una materia más amigable y señalan que una parte importante de los sentimientos negativos hacia ellas tienen que ver, tienen sus raíces en la mayoría de los casos, «cuando se establecen los cimientos del pensamiento matemático». Si se consigue cambiar la forma en que se aborda la materia en las escuelas a esas edades, probablemente se conseguirá mejorar la relación con las matemáticas. Es una conjetura más que razonable.

Otros pasajes causan inquietud. Este por ejemplo: con lo expuesto, creen que se pone en valor la utilidad «de nuestro sistema de numeración, la conveniencia de aprender unos algoritmos que nos permitieron hacer operaciones forma rápida en otras épocas, así como la necesidad de un cambio de paradigma en la escuela en lo referente a la aritmética escolar ante la demanda de la sociedad actual». No me queda los contornos definidos del cambio de paradigma que proponen pero, sea como fuere, la expresión «ante la demanda de la sociedad actual» permite diferentes interpretaciones, algunas de ellas poco científicas y nada didácticas, y extremadamente peligrosas, las que confunden sociedad con necesidades de las grandes corporaciones y la economía desarrollista.

Bernardo Gómez y su Numeración y cálculo es una referencia importante para los autores. Resulta raro encontrar en la bibliografía una referencia a una publicación de la OCDE y ninguna referencia a Morris Kline o a un libro reciente sobre el descubrimiento del cero: Amir D. Aczel, En busca del cero. La odisea de un matemático para revelar el origen de los números.

Sería bueno conocer, en todo caso, qué piensan los profesores de Matemáticas a los que va dirigido este libro. Mucho tienen que decir. La práctica también ese esencial en estas temáticas. De hecho, tanto el cálculo ABN como el cálculo táctico han surgido del trabajo didáctico y de investigación de Jaime Martínez Montero y M.ª Teresa García Pérez, ambos maestros de primaria.

Fuente del articulo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233923

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España: Snappet presenta un nuevo método para aprender Matemáticas

España / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

La enseñanza en grupos de alumnos es compleja, especialmente en asignaturas como Matemáticas, en las que las diferencias de nivel son evidentes.

Para resolver este problema, Snappet propone el sistema Snappet Maths, que diseña patrones de respuesta y crea predicciones para proporcionar al alumno el contenido más adecuado según sus capacidades y la forma en que aprende. Así, las bases de Snappet Math son el Mastery Learning (aprendizaje para el dominio), el Big Data y el aprendizaje adaptativo. Gracias a la estrategia de aprendizaje Mastery Learning, los alumnos pasan de reproducir operaciones a entender los conceptos. De ahí que Snappet Math haya dividido el currículo oficial de 1º a 6º de Primaria en un árbol de 600 objetivos de aprendizaje que tiene un orden coherente y sigue el progreso ‘lógiconatural’ de los temas de Matemáticas. Así se garantiza que los alumnos dominen un temario antes de avanzar hacia la información siguiente (consolidando, además, el entendimiento global de la asignatura a largo plazo).

Big Data

Cada semana, los usuarios de Snappet realizan más de 50 millones de actividades. Esta información permite que la plataforma desarrolle secuencias de aprendizaje y tiposde ejercicios cada vez más eficaces. Con los resultados y estadísticas de respuesta, Snappet crea predicciones y ajusta periódicamente los ejercicios y las lecciones. Y para conseguir el aprendizaje adaptativo, en las lecciones de Snappet Maths se descomponen los temas para que los alumnos aprendan conceptos a través de ejercicios visuales. Así, incluyen una parte de instrucción (con ejercicios para que el profesor pueda poner ejemplos), una parte de práctica para el alumno (acompañada de la correspondiente explicación) y, por último, ejercicios adaptativos para los estudiantes que lo necesiten. Es posible solicitar una prueba en www.snappet.org

Fuente de la Noticia:

http://www.educaciontrespuntocero.com/novedades2/snappet-maths-metodo-matematicas/52880.html

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