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¿Conoces la dislexia matemática? Se llama discalculia, y es más común de lo que crees

Por: Nacho Meneses

Este trastorno del aprendizaje se caracteriza por la dificultad en la comprensión y el manejo de números y cantidades, y afecta a alrededor de tres millones de personas en España

Es tan frecuente como la dislexia, tiene consecuencias graves y, sin embargo, poca gente la conoce, ya que se confunde frecuentemente con un bajo cociente intelectual, desidia en el estudio, Trastorno por Déficit de Atención (TDA/TDAH) o la propia dislexia. La discalculia alcanza en España a entre el 5 y el 7 % de la población (unos tres millones de personas), y quienes la sufren lidian con mucho más que posibles suspensos en su etapa escolar (no solo en Matemáticas, sino también en asignaturas como Física, Química, Dibujo Técnico u otras que incorporen datos económicos); se trata de un trastorno que, en la vida real, implica dificultades en situaciones tan cotidianas como leer un reloj de agujas o la matrícula de un coche, memorizar teléfonos o secuencias numéricas, estimar distancias en el transporte público, controlar las dosis de las medicinas e incluso calcular la vuelta de la compra.

A pesar de todo, la discalculia ha sido muy poco diagnosticada, “debido a una falta de conocimiento sobre lo que implica esta dificultad de aprendizaje, y de herramientas adecuadas para su diagnóstico, que no debe basarse en la evaluación de contenidos curriculares, sino de las habilidades numéricas básicas”, argumenta Javier García Orza, doctor en Psicología y profesor titular de la Universidad de Málaga. “Un niño sin diagnosticar sufre, se siente torpe y no entiende el porqué de sus dificultades para tareas numéricas que otros niños hacen con facilidad. Una persona adulta con discalculia nos decía que su madre la llamaba “subnormal”, porque no era capaz de hacer operaciones sencillas”. Para estas personas, a las que de otra forma se etiqueta de “torpes” o “vagos”, el diagnóstico representa no solo una explicación, sino una liberación, y permite rebajar los niveles de ansiedad que sufren, que pueden afectar a su autoestima y llegar a provocar el abandono escolar.

¿Cómo detectarla?

Los problemas con los números y las cantidades son detectables ya en edad preescolar, dentro o fuera de la escuela, cuando el pequeño está jugando con los amigos o con su familia: “Los niños con discalculia emplean estrategias simples para contar, como los dedos; muestran lentitud a la hora de comparar cantidades (saber si, por ejemplo, 55 es más o menos que 99); normalmente no automatizan las reglas aritméticas (como que 3 + 6 equivale a 3 x 3) y tienen problemas con fracciones y divisiones simples”, explica la doctora Flavia Santos, neurocientífica, profesora del University College en Dublín y autora de Developmental Dyscalculia (Pearson, 2017). Los menores pueden manifestar un componente emocional a través de la ansiedad a las matemáticas, “que combina respuestas cognitivas (como la preocupación o el miedo), fisiológicas (sudor, taquicardia) y conductivas (como la procrastinación)”, añade.

Sin embargo, no se debe caer en el alarmismo: tener dificultades con las matemáticas, algo relativamente frecuente, no implica necesariamente la presencia de este trastorno. “Hay factores extrínsecos como el absentismo escolar, una enseñanza inadecuada, fatiga, enfermedades relacionadas e incluso ingresos bajos. Todos estos pueden intensificar los síntomas, pero nunca causar el problema”, afirma.

En aproximadamente la mitad de los casos, la discalculia viene acompañada de otros trastornos del aprendizaje como la dislexia, el trastorno específico del lenguaje, problemas del desarrollo motor o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), apunta García Orza. “Estas comorbilidades dificultan el diagnóstico, pues no siempre es fácil saber si el mal rendimiento en una tarea matemática es culpa de la discalculia o de una deficiente atención”.

Lillie Rodríguez, hoy profesora de Primaria, tuvo desde pequeña una discalculia que vino acompañada de disgrafia, un trastorno del aprendizaje que dificulta la coordinación de los músculos del brazo y de la mano: “Por la disgrafia, me permitieron hacer los exámenes en voz alta en vez de por escrito. En Matemáticas, tenía problemas al apuntar los números. Sufría más con las multiplicaciones y divisiones largas; leía los números al revés y confundía el 6 con el 9, y el 5 con el 2”. Nunca la diagnosticaron oficialmente y tampoco recibió ayudas, excepto en su primer año de universidad, y hoy aún le afecta, sobre todo al apuntar números de teléfono.

Los tratamientos, a medida

Con el objetivo de conseguir una detección temprana y tomar medidas que favorezcan la inclusividad de quienes sufren este trastorno, expertos de las universidades de Málaga y Valladolid han colaborado recientemente con Smartick, una plataforma online de aprendizaje de matemáticas, para crear un test estandarizado y gratuito que permitirá identificar, de una manera sencilla, a los menores en riesgo de padecer discalculia. Dirigido a los niños y niñas de entre primero y cuarto de Primaria, y validado con la ayuda de más de 800 estudiantes de distintas zonas de España, consta de 11 tareas en torno a tres áreas fundamentales: la comparación y el reconocimiento de números; los números arábigos y los ejercicios de procesamiento numérico; y la aritmética (suma, resta, multiplicación y división).

¿Qué se necesita? Tan solo una tableta, conexión a Internet y 15 minutos de tiempo en los que las diferentes tareas medirán no solo el nivel de aciertos, sino también los tiempos de respuesta de los niños. Al finalizarlo, se genera y envía un informe con las fortalezas y debilidades del menor en cada una de las áreas evaluadas. Es necesario insistir, eso sí, en que el test se limita a detectar el riesgo (alto o bajo) de discalculia; para confirmarlo, los padres o tutores deberán acudir a un profesional para efectuar una evaluación completa que incluya pruebas psicológicas de inteligencia, atención y lectura, a añadir a las específicas de matemáticas. “Un psicólogo especialista debe descartar que no hay ninguna otra condición (por ejemplo, un bajo coeficiente intelectual, TDA, problemas específicos de psicomotricidad fina… Trastornos o condiciones que en nuestro test no se miden”, sostiene Daniel González de Vega, cofundador de Smartick. La posibilidad de realizarlo desde el móvil quedó descartada ya que su tamaño dificulta pulsar, con precisión y a una velocidad normal, sobre los iconos correspondientes.

¿Qué hacer una vez confirmado el diagnóstico? Puesto que la discalculia es bastante heterogénea, las intervenciones han de variar en función del patrón concreto, pero siempre en sesiones cortas y al menos tres días a la semana: “En general, se considera que los tratamientos deben ir dirigidos a trabajar el sentido numérico y las relaciones entre los números (por ejemplo, que 8 pueden ser 2 y 6 o 1 y 7)”, recuerda García Orza, también uno de los autores del proyecto. “La base es la comprensión por encima de la memorización, y el uso de diferentes materiales como regletas, cubos, etcétera, que permitan hacer visibles las relaciones numéricas que normalmente describimos de forma abstracta”. En estos casos, añade González de Vega, es importante que la enseñanza de las matemáticas sea muy pautada y con secuencias de aprendizaje muy estructuradas; “que los niños avancen al ritmo que les marca su propia capacidad de aprendizaje, sin dejar huecos o lagunas en conceptos anteriores”.

Por otro lado, conviene recordar que los tratamientos convencionales que han demostrado una alta efectividad con los niños con dificultades de aprendizaje no suelen ser efectivos con aquellos que padecen discalculia: “Aunque no hay todavía una regla dorada para el tratamiento de estos menores, la evidencia científica sugiere unas pocas intervenciones que sí son efectivas, como los juegos de ordenador (desarrollados específicamente por científicos), la tutorización de la cognición numérica y la formación musical”, puntualiza Santos.

No se refiere a aprender a tocar un instrumento, sino a una serie de sesiones (14 o 16, de una hora semanal) especialmente diseñadas por científicos en colaboración con músicos, y que «producen una estimulación multisensorial (táctil, auditiva, visual…) que se combina con movimientos motores. Las actividades musicales guiadas provocan cambios en la activación cerebral, que a su vez facilitan un funcionamiento más integrado de las habilidades cognitivas», explica Santos. «Tanto la música como las matemáticas usan proporciones y activan la memoria del trabajo, un tipo de memoria vital para la adquisición de información nueva. Estas actividades musicales activan circuitos cerebrales relevantes para las matemáticas».

Desafortunadamente, los centros públicos no suelen disponer de las herramientas necesarias para atender este tipo de necesidades, por muchos motivos: “La formación que se recibe sobre discalculia en las universidades es escasa; los profesores están obligados a seguir unos contenidos curriculares (mientras que la discalculia suele requerir ir a contenidos más básicos que deben abordarse de distinta forma); y los medios personales disponibles son, a pesar del esfuerzo por parte del profesorado, habitualmente escasos”, esgrime García Orza.

Discalculia en adultos

Al igual que con los niños, la discalculia puede diagnosticarse en los adultos. Sin embargo, el test diseñado en esta ocasión por Smartick no es apto para ello, “ya que ha sido baremado específicamente para la población infantil y no sería riguroso (…). Además, es típico que los adultos con discalculia hayan desarrollado, a lo largo de su vida, ciertas estrategias en su manejo de las matemáticas que enmascararían la fiabilidad de los resultados”, explica González de Vega.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/02/04/actualidad/1580852305_938251.html

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Cubanos colaboran en Sudáfrica en sector educacional

África/Sudáfrica/21 Octubre 2017/Fuente: Prensa Latina

Un grupo de profesores cubanos especializados en matemáticas, física y química labora en el Departamento de Educación de Sudáfrica, como parte de una renovada cooperación en ese sector para brindar sus conocimientos metodológicos.
Yadileydis Hernández Collot, coordinadora de estos 10 especialistas, todos con títulos de master y adjuntos a universidades cubanas, dijo que esta es una avanzada de otros 14 maestros que llegarán a Sudáfrica el año venidero para trabajar directamente en las provincias.

La primera tarea en la que están enfrascados estos especialistas, seis de matemáticas y cuatro de ciencias (tres de física y uno de química), es la de revisar los libros de textos destinados al próximo curso escolar, a iniciarse en enero venidero.

Los especialistas cubanos colaboran como parte del equipo de trabajo del Departamento sudafricano de Educación en la revisión de la bibliografía relacionada con el proceso docente de física y matemática en los grados desde el noveno hasta duodécimo.

El objetivo, explicó Hernández Collot, es el de perfeccionar los materiales que van a llegar a las escuelas para el próximo curso, con la instrumentación de las actividades de ayuda metodológica a quienes implementan los currículos con el consecuente impacto en los estudiantes.

La intención expresa, subrayó, es elevar el aprendizaje de las Matemáticas y las Ciencias en Sudáfrica.

Agregó que a partir de las peticiones realizadas por ese Departamento figura también la elaboración de materiales de trabajo que servirán de referencia para la enseñanza de la física y la matemática desde el punto de vista metodológico, didáctico y de contenido y que parten de la experiencia cubana en el contexto de la realidad de la educación en Sudáfrica.

Esta colaboración cubana en el sector educacional tiene su antecedente en 2002 cuando por primera vez, gracias a la firma de una carta de intención entre los dos países, 24 educandos universitarios y de nivel medio laboraron en las provincias sudafricanas para fortalecer el estudio de la física y las matemáticas.

Al respecto dijo que debido al régimen del apartheid, derrocado en las elecciones democráticas de 1994, los alumnos negros se encontraban en gran desventaja porque esas asignaturas no eran impartidas en las escuelas públicas.

Eso quiere decir que los que llegaban a las universidades con la intención de ingresar en carreras vinculadas no podían por carecer de esos conocimientos.

Para solucionar ese problema, las autoridades locales crearon un proyecto denominado Estrella destinado a potenciar esas asignaturas y escogieron determinadas escuelas que fueron convertidas en centros de referencia para promover la física y la matemática.

A partir de ese momento, dijo la profesora, se empezaron a rediseñar los programas, dándole paso a esas asignaturas.

En su conversación con Prensa Latina, Hernández señaló que en Sudáfrica existía entonces un déficit de profesores con preparación en esas ramas y los cubanos llegaron en 2002 a siete de las nueve provincias para preparar docentes y potenciar metodólogos en el proyecto Estrella. Su estancia se extendió cuatro años.

La llegada a Sudáfrica hace un mes de estos 10 especialistas encabezados por Hernández Collot da continuidad a aquella intención de cooperación bilateral.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=124359&SEO=cubanos-colaboran-en-sudafrica-en-sector-educacional
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Mates chinas en aulas inglesas

Europa/Reino Unido/20 Agosto 2017/Fuente:lavanguardia /Autor: CARINA FARRERAS

En el informe de PISA 2015, publicado este año por la OCDE, los estudiantes ingleses habían bajado la puntuación en matemáticas, situándose en una discreta posición de 492, en la media, pero alejados de la cabecera claramente marcada por países de origen asiático además de Estonia, Suiza, Canadá y Finlandia. Los asiáticos, además de estar en un buen lugar en conjunto, tienen una gran proporción de alumnos “excelentes” (uno de cada cuatro).

En un marco de preocupación por el descenso de la competencia matemática de los niños ingleses, considerada una competencia clave para el futuro del país, el gobierno británico apuesta por introducir cambios en la escuela importando metodologías como la china. Según The Guardian, el próximo curso la editorial Harper Collins traduciría del chino 36 libros de matemáticas de primaria. Oxford University Press ya publica Inspire Maths, basado en material de Singapur.

El Ministerio de Educación británico está dispuesto a pagar la formación en matemáticas chinas de profesores de apoyo de primaria y liberar a los maestros para que aprendan la nueva metodología. Los expertos creen que este esfuerzo puede ser vano porque resulta difícil trasladar a las aulas anglosajonas lo que sucede dentro y fuera de las chinas.

En la metodología china, según The Guardian, cada lección se concentra en un solo concepto matemático, que se trabaja en gran profundidad

En la metodología china, según The Guardian, cada lección se concentra en un solo concepto matemático, que se trabaja en gran profundidad, y la clase no se mueve hasta que cada niño ha dominado bien la lección. Si aún así queda algún rezagado, los profesores se ocupan fuera de la clase de enseñarle la materia hasta que aprende de modo que a la siguiente clase todos parten de la misma base. De hecho, los profesores de primaria, a diferencia de los maestros generalistas de España, son especialistas en la materia que se han formado cinco años en enseñanza de primaria de matemáticas. Su horario laboral se divide entre las horas de clases (pocas), la evaluación de los resultados obtenidos, generalmente realizada con otros compañeros que han asistido como observadores al aula, y la preparación de materiales y retos motivadores creados en función de las aficiones de los alumnos.

A diferencia de Europa, que enseña la mecánica de las matemáticas (la fórmula) en China se explica su significado y se usan todo tipo de material manipulativo o tan antiguos como el ábaco. Para el matemático Claudi Alsina, el tablero con bolas, que dejó de utilizarse en Europa en la edad media, es fundamental porque se sabe que en la mente del que aprende se activa con la visualización, “ver el movimiento del ábaco facilita el cálculo mental”.

A su juicio, no sirve sólo traducir los libros porque es un tema de actitud de los alumnos, de las familias y de la sociedad. “Las familias orientales aprecian al máximo el aprendizaje de las matemáticas hasta el punto que se ve bien dedicar clases extraescolares a esta materia cuando aquí el tiempo libre se conciben para otro tipo de aficiones”, añade. Los profesores son buenos, los alumnos aplicados y las familias apoyan. “En España, depende del profesor”, continúa, “si tienes suerte, puedes aprender de forma fabulosa, pero si no la tienes…”. No obstante, destaca que actualmente existe un amplio movimiento de innovación docente, que hace uso de las nuevas tecnologías, que enseña por competencias, para no sólo saber sino saber cómo aplicar.

La metodología canadiense o finlandesa coincide con la china en tratar de captar el interés del alumno y en proponer retos atractivos. Difiere de la china en la exigencia y expectativa puesta en el alumno y en la menor importancia de los deberes. El canadiense John Might, creador del programa Jump Math, premiado como uno de los mejores proyectos del mundo, apunta a los profesores como la clave del todo el proceso. Su interés es terminar de una vez por todas con la fortuna o desgracia de que “toque” un buen profesor, como manifestaba el doctor Alsina.

“Todos los profesores deben estar bien formados para atraer a los alumnos y proponer que resuelvan problemas desafiantes”, explica Might. A su juicio, la enseñanza debe ser más conceptual, “para que el aprendizaje tenga sentido” y, como los asiáticos, se debe procurar la progresión de todo el alumnado. “A un edad tan temprana como 10 años sólo el 50% de los alumnos está al nivel que pensamos que es normal y eso no hace reflexionar a los profesores que siguen creyendo que la culpa es de los niños”. Por ello aboga por desmenuzar los conceptos, no querer ir rápido, dar poca información en cada clase y repetir mucho. Aprender de forma cooperativa mediante retos. “Es un aprendizaje progresivo, aparentemente lento pero, sin duda, sólido”. Como define Carlos Dorce, profesor de la UB, la enseñanza de las matemáticas debería ser como la de la música, que llega a toda la clase aunque sólo los más aventajados terminan afinando el violín.

Fuente de la noticia: http://www.lavanguardia.com/vida/20170818/43623030339/colegios-britanicos-utilizan-libros-texto-orientales.html

Fuente de la imagen: http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p4/WebSite/2017/08/18/Recortada/img_tperez_20170815-174247_imagenes_lv_getty_gettyimages-452995672-007-kE0E-U435

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Los juegos matemáticos en preescolares de India favorecen la comprensión matemática

India/27 julio 2017/Fuente:Noticias de la Ciencia

Un grupo de investigadores que trabajaron con niños de más de 200 centros de educación preescolar en India descubrieron que aquellos que participaron en juegos de matemáticas durante un período de cuatro meses, estaban preparados para un razonamiento matemático similar al que habrían alcanzado en la escuela primaria, efecto que permaneció hasta un año.

Este estudio representa uno de los primeros ensayos de campo para comprobar una suposición importantísima en la psicología moderna: que el aprendizaje de las matemáticas simbólicas que se enseñan en la escuela primaria se vería facilitado mediante actividades que ejercitan las capacidades cognitivas e intuitivas de los niños durante los años de educación preescolar.

Los niños de los países en vías de desarrollo suelen estar poco preparados para el exigente currículum de la escuela primaria, especialmente en matemáticas, caso este en el que se cree que parte de la culpa descansa en la propia insuficiencia del currículum. Décadas de investigación de laboratorio acerca del desarrollo del razonamiento matemático en la infancia han intentado demostrar qué necesita aprender el niño antes de estar listo para abordar esta disciplina, concluyéndose que el entrenamiento de sus capacidades numéricas básicas durante el nivel preescolar guiado por adultos con conocimientos básicos de aritmética podría ser de gran ayuda.

En esta investigación, para comprender si dicho enfoque sería eficaz fuera del laboratorio, Moira Dillion y sus colegas han llevado a cabo un estudio con más de 1500 niños de 214 centros de educación preescolar de bajos recursos en Delhi, India. Algunos de los niños recibieron instrucción en matemática por parte de adultos, otros recibieron instrucción social y otros, ningún tipo de instrucción.

Los investigadores informaron que los niños que participaron en juegos matemáticos mejoraron en áreas como el conocimiento de palabras y símbolos numéricos, mientras que sus compañeros (que recibieron instrucción social o ningún tipo de instrucción) no mejoraron de forma visible. Las mejoras del primer grupo persistieron durante un año, explican los investigadores, aunque no se vieron reflejadas en una mayor comprensión de los conceptos matemáticos aprendidos durante la escuela primaria. Aun así, estos descubrimientos podrían utilizarse para mejorar el currículo escolar utilizando ciencia básica. (Fuente: AAAS).

Fuente:  http://noticiasdelaciencia.com/not/25212/los-juegos-matematicos-en-preescolares-de-india-favorecen-la-comprension-matematica/

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La educación matemática en Iberoamérica: entre las TIC y el reciclaje

16 Julio 2017/Fuente y Autor:EFE

Las nuevas tecnologías se imponen en la enseñanza de las matemáticas en Iberoamérica, aunque las escuelas con menos recursos aguzan el ingenio y optan también por los materiales reciclados para acercar esta ardua materia a los alumnos.

Poliedros hechos con latas, formas geométricas de papiroflexia o los tradicionales ábacos se han convertido en los últimos años en los mejores aliados para las escuelas más modestas, donde, en muchas ocasiones, no hay acceso a ordenadores, aplicaciones móviles o tabletas.

Encontrar una hoja de ruta para la enseñanza de matemáticas en la región se ha convertido en una de las principales tareas de los cerca de 1.600 asistentes al VIII Congreso Iberoamericano de Matemáticas (CIBEM), que se celebra estos días en Madrid.

Los docentes, que proceden de dieciséis países iberoamericanos, se dan cita en este foro para la reflexión y el debate, que busca mostrar la belleza de las matemáticas y hacerlas así accesibles al público.

«Es fundamental incorporar la tecnología en la sociedad, pero evidentemente, cuando las condiciones no son favorables hay que convivir con el resto de recursos», cuenta en una entrevista con Efe el secretario general de la Federación Iberoamericana de Profesores de Matemáticas, el español Agustín Carrillo de Albornoz.

Para Carrillo de Albornoz, el reto al que se enfrentan los docentes de esta asignatura es el de «encontrar materiales accesibles para cualquier país independientemente de su nivel económico».

El libro de texto ha sido tradicionalmente el principal apoyo de estos profesores, ya que, según el catedrático, «da la seguridad de tener una guía a seguir, aunque deja poco lugar a la imaginación de los profesores».

La investigadora peruana María del Carmen Bonilla es un ejemplo de docente que se aleja de los manuales para encontrar nuevas formas de enseñar matemáticas a las comunidades indígenas del país.

Desde el año 2014, Bonilla trabaja en un programa de educación dirigido a estudiantes de los pueblos originarios del Perú, a los que enseña esta materia, en la que, según constató, tenían «muchas deficiencias por los procesos de enseñanza de las comunidades rurales».

Para esta tarea, a la docente se le ocurrió usar la Geometría Dinámica, un software con el que los alumnos se mostraron muy hábiles y que les permitió reproducir los diseños de sus culturas usando conceptos matemáticos, según explica a Efe.

A raíz de esa experiencia, diseñó un proyecto de investigación con el que viajaron a las comunidades para identificar dentro de sus actividades diarias cuáles eran las nociones matemáticas que utilizaban.

«En general, las comunidades usan conceptos matemáticos de manera inconsciente, tanto para elaborar sus diseños, como para tejer o construir sus casas», afirma.

El profesor de matemáticas e investigador mexicano Eduardo Basurto Hidalgo apuesta por las nuevas tecnologías para motivar a los estudiantes y hacer que superen «sus inseguridades y falta de autoestima en esta materia».

«La enseñanza de las matemáticas en Iberoamérica está cambiando y busca formas más eficientes de llegar a los alumnos», señala Basurto, quien propone sistemas de enseñanza más centrados en los estudiantes y útiles para sus actividades diarias.

«Los cálculos muy grandes o muy engorrosos han quedado obsoletos y ahora se busca desarrollar ideas relacionadas con la variación, que permitan entender un poco mejor el contexto que rodea a los individuos», afirma.

No obstante, y a pesar de los avances en la metodología de enseñanza de las matemáticas, todos los docentes consideran que se ha producido un importante descenso en las vocaciones científicas, una brecha que se acentúa en el caso de las mujeres.

Carrillo de Albornoz culpa de esta caída a las leyes educativas que «no forman a los alumnos» y a la falta de inversión en programas de ciencia.

«No estamos haciendo que los alumnos vean a las matemáticas útiles y además son difíciles, por lo que se decantan por otras vocaciones», concluye. Edurne Morillo García

Fuente de la noticia: https://www.efe.com/efe/america/sociedad/la-educacion-matematica-en-iberoamerica-entre-las-tic-y-el-reciclaje/20000013-3324677

Fuente de la imagen: https://estaticos.efe.com/efecom/recursos2/imagen.aspx?lVW2oAh2vjPujFnBLNDB4Hf78zPoffeIQ4TncnkXVSTX-P-2bAoG0sxzXPZPAk5l-P-2fU5UUVKmAQPgWJ5

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«La educación es la economía del futuro en España» entrevista al profesor Jaime Martínez Montero

Europa/España/21 Enero 2017/Fuente: La Opinión Zamora

«En Castilla y León hay mayor tradición de escuela que en Andalucía y cambiar eso no se logra con una acción de gobierno, sino con un cambio de la sociedad»

Su método está revolucionando la manera de impartir las matemáticas, primero en Andalucía, en la actualidad en más de media España. «Pasa a ser una asignatura «maría»», reconoce Jaime Martínez Montero, el profesor que ha ideado el método ABN (algoritmos basados en números) que presenta una nueva forma de que los alumnos se enfrenten a las tradicionales cuentas. Esta semana llegaba al Campus Viriato para, de la mano del Centro de Formación de Profesores e Innovación Educativas (CFIE), explicar su método a más de un centenar de docentes interesados en «revolucionar» la manera de enseñar los números.

-¿Cómo surge la idea de elaborar una nueva forma de enseñar matemáticas en las escuelas?

-Me he preocupado toda mi vida por el tema de la didáctica de las matemáticas y en mis años de maestro intenté hacer innovaciones, porque veía que los chicos aprendían con mucha dificultad y además terminaban odiando las matemáticas. Tenían una actitud negativa hacia ellas, cuando en principio no tenía que ser así. El primer artículo sobre este tema lo publico en 1977 y el primer libro sale al mercado en 1984. Pero el cascarón de todo esto se rompe un poco más adelante, cuando me doy cuenta de que lo que impide el progreso del alumno es el cálculo tradicional. Y si un plato es indigesto, por más guarnición que lleve, lo seguirá siendo, así que lo que hay que hacer es cambiar de comida. En 2000 se publica el libro donde está el germen del método, centrado en la numeración y primeras operaciones. Ahí duerme el sueño de los justos, porque aunque doy cursos y lo predico, la gente no lo pone en marcha. Finalmente, una profesora de un colegio de Cádiz con la que había trabajado decidió implantarlo con sus alumnos y nos llevamos la enorme sorpresa de que a los chicos les gustaba mucho las matemáticas, avanzaban más deprisa. Al curso siguiente, otros tres colegios de Cádiz se unieron.

-¿Cuáles fueron las primeras satisfacciones?

-Nosotros queríamos que los chicos entendieran y mejoraran en la resolución de problemas, pero no pensamos que iban a adquirir un cálculo mental tan asombroso, haciendo operaciones mentalmente. El lanzamiento total vino a través de un reportaje de un periodista y ahí comenzó verdaderamente la difusión y el interés por el método. En el curso 2010-2011 había más de una veintena de colegios que lo practicaban y fue cuando creamos el blog y la página web, con nuevos materiales.

-¿Era necesario romper con el aprendizaje tradicional de las matemáticas?

-Totalmente, esa fue mi iluminación, el descubrir que donde está el problema real era en la forma de aprender las matemáticas. Fue de lo que fui consciente, a través de una investigación que estaba haciendo era con chicos de 1º y 2º de la ESO. Con ellos veía qué sabían del cálculo tradicional pero no sabían absolutamente nada si los sacamos del procedimiento que estaban acostumbrados de hacer, se encontraban perdidos. Así que decidimos romper con el modelo y en vez de trabajar con cifras hacerlo con números y en vez de calcular de derecha a izquierda, que fuera de izquierda a derecha.

-¿Se interesaron los alumnos desde el primer momento?

-Por supuesto, porque cuando entiendes algo te gustan más las cosas. Una persona repite y se vuelve experta en aquello que le gusta, pero solo le gusta lo que le sale bien, porque lo que no le sale no le gusta a nadie. Al salir mejor le gusta más y se convierte en un círculo virtuoso.

-¿Su método ayuda a que las matemáticas deje de ser la asignatura más temida del currículo?

-Se convierte en una «maría» y sacan mejores notas que en educación física, música o plástica. Es muy curioso, porque tras las pruebas de contraste que se hacen en Andalucía en los resultados es un cambio espectacular. El colegio en el que empezamos subió en más de 180 puntos y pasó de ser un centro hundido, porque era muy humilde, a ser el mejor colegio de la bahía, por encima de otros de renombre. Eso era lo esperanzador.

-¿Este método facilita también el aprendizaje a alumnos con necesidades especiales?

-Sobre todo a ellos, porque el principio el método lo que persigue es descubrir cómo vencer las necesidades que puedan tener esos alumnos. Al tratarse de un método abierto, es decir, al poder hacer los cálculos y ejercicios de formas diferentes, cada uno de acuerdo con sus posibilidades, hace que se adapte a las características de cada sujeto. La misma división se puede hacer de diez formas diferentes y el chico más lento emplea más pasos, pero existe esa flexibilidad y hace que se pueda adaptar para que nadie quede descolgado. Por otra parte, sustituimos lo que es abstracto por cosas muy concretas y los chicos matematizan aquello que conocen bien. A partir de esa realidad es cuando comienzan a hacer abstracciones y no al revés, que es como se hace en el cálculo tradicional. Además, tenemos un proyecto muy progresivo y pautado, por lo que no les resulta difícil a los alumnos seguirlo y siempre están progresando.

-¿Es más complicado que los alumnos aprendan el método o que los profesores sepan cómo impartirlo?

-El obstáculo con el que nos encontramos es que los propios profesores valoran muy poco lo que ellos pueden hacer en matemáticas. Tienen el trauma de que como les fue muy mal en matemáticas, ellos mismos se minusvaloran. Así que cuando consiguen estos logros con los alumnos, se sorprenden de lo que son capaces de hacer. Yo les animo y descubren los enormes progresos que hacen en seguida. Hay profesores que se vuelven auténticos entusiastas del método, porque ellos mismos se han dado cuenta de que han dado otra dimensión a lo que ellos saben y de que lo que les parecía tan terrible lo dominan, controlan y es apasionante, con una nueva visión y camino.

-¿Alcanzan entonces tantos logros como los propios estudiantes?

-La comunión que se genera con los alumnos es muy grande, porque se conectan experiencias de aspectos comunes a los dos y muchas veces son los niños quienes sorprenden a los profesores con alternativas. Es una forma de retroalimentación. Además, como están los chicos tan interesados, se acaban los problemas de disciplina y demás. Otra cosa buena que ha tenido es que hemos recuperado alumnos repetidores. Prácticamente no suspende nadie y sacan muy buenas notas, porque como hay que ponerlas en función del currículo oficial y este se nos queda muy corto, sacan sobresaliente fácilmente.

-¿Es la del docente una profesión que tiene que estar en permanente formación?

-Debería ser así, como pasa con el resto de profesiones, aunque sean fontaneros o electricistas. Todos deben adaptarse a los nuevos tiempos y la profesión del docente, al ser quizá más noble y con más trascendencia social, tiene mayor necesidad de ello. Además, en nuestro campo, con la neurociencia se está descubriendo realmente cuáles son los mecanismos del aprendizaje y si los profesores son los encargados del aprendizaje, tendrán que conocerlo y actualizarse. Es como si en medicina, con los nuevos fármacos y tratamientos, un médico no leyera ni se actualizara.

-¿Tiene la sociedad una buena visión del profesorado español?

-He sido inspector 37 años y antes otros ocho como maestro. Aunque hace casi tres años que me jubilé, he tenido mucha relación con padres y creo que, en general, tienen muy buena valoración y confianza en los centros escolares. El problema es que la imagen que se pueda tener sea distorsionada porque lo que es noticia es el padre que chilla y protesta, mientras que el que tiene buena relación no lo es. En algunos sitios tienen más tradición escolar y eso se nota, como ocurre por ejemplo entre Andalucía y Castilla y León. Aquí se aprecia más la escuela, entre otras cosas porque hay más tradición de escolarización. En los años 40, mientras en Andalucía el 60% de la población era analfabeta, esa cifra en Castilla y León era el 5%. Convertir esa masa es un handicap que se tiene de Madrid para abajo y eso no se arregla de un año para año ni con una acción de gobierno, sino que son cambios de la sociedad.

-¿Qué opinión le merecen entonces los continuos cambios de las leyes educativas?

-Eso es un desastre, ahora mismo en la actual nadie sabe qué está en vigor o no. Es la primera cosa que se tienen que poner a arreglar los políticos. En otros países existe un marco general consensuado, que no se toca, y un ámbito en el que pueden variar más o menos según el partido político que esté en el poder. En España no da tiempo a desarrollar el diseño, porque a medio camino del ciclo educativo del alumno, se cambia. Aun así, los chicos aprenden, así que son unos auténticos supervivientes. Deberían tomárselo más en serio, porque la educación es la economía del futuro en España, donde no tenemos ni petróleo ni minas de oro, sino que nuestro primer recurso es el capital humano. Y el recurso fundamental del futuro son nuestros niños. Igual que se toman en serio las normas que rigen la economía e inversiones, deberían tomarse en serio la educación.

-¿Es una quimera en España un pacto educativo entre políticos, profesores y familias?

-Confío plenamente en que se alcance, aunque en España nunca hemos tenido un pacto educativo y se puede comprobar desde la historia del siglo XX. En la República, la derecha y la izquierda se separa educativamente, así que nada de acuerdos y más aún cuando prohiben la educación religiosa. Con Franco tampoco hubo pacto y cuando llegó la democracia, la primera ley que quiso sacar la UCD, la del estatuto de centros escolares, el PSOE se declaró en contra y dijo que cuando llegara al poder la derogaría, como así hizo. Con la mayoría absoluta en la segunda legislatura de Aznar, se impuso la LOCE, que no se llegó a poner en marcha y Zapatero trajo la LOE. Ahora llega la Lomce, que sin una mayoría no se mantendrá. Creo que no debemos ser tan distintos de los alemanes, franceses, daneses o ingleses. Se dice que a veces la gente se vuelve razonable cuando le han fallado todos los recursos, así que confío que este pueda ser un buen momento para ese pacto tan necesario.

-¿Qué puntos básicos debería tener?

-Primero, darse tiempo, porque si no, solo se va a legislar sobre opiniones y criterios. Reformar el sistema educativo para que dure treinta años requiere hacer un análisis muy detallado para saber lo qué tenemos, saber en qué se falla. Pero no por lo que opine la gente, sino haciendo una verdadera auditoría en los centros escolares, que sería el segundo aspecto. España se pondría a la cabeza de Europa con el Informe PISA si Andalucía, Murcia y Canarias sacaran las mismas notas de Castilla y León, pero todavía nadie se ha metido a analizar el por qué de estas diferencias tan grandes.

¿Cuáles son los principales escollos para que no tengamos ese ansiado pacto educativo?

-El problema de la reforma educativa está primero en la influencia del poder, en quién manda en ese momento y qué participación tiene las instituciones privadas como colegios religiosos. Esa es una fuente de peleas enorme. Preocupan sobre todo los temas corporativos de los funcionarios de cara a la reforma, pero el que funcione bien el sistema, que los centros sean agencias de aprendizaje, que los chicos aprendan y si no lo hacen que se investigue por qué, en eso no se preocupan. Ninguna reforma se ha ocupado de verificar si lo que manda la ley se cumple o no se cumple en las aulas. Para eso hace falta hacer ese gran diagnóstico del que hablaba antes.

-¿Hay preocupaciones más banales que ocupan un lugar que debería ostentar la atención a los alumnos y familias?

-En educación a veces se rompen los pactos por auténticas tonterías. Por ejemplo, la enseñanza laica, impedir que la religión sea parte del currículo. Discutir eso es una tontería, porque el horario de religión es mínimo con respecto a otras asignaturas. Y además constato que los colegios donde sigue la religión no provocan un aumento de vocaciones religiosas o que la gente frecuente más los sacramentos o que se llenen las iglesias. De hecho, se da la paradoja de que tenemos más profesores de religión respecto a los alumnos que sacerdotes respecto a los fieles. Son una especie en extinción. En Alemania tienen clase confesional y es una democracia. Y en los países nórdicos y en Holanda y Bélgica. Lo contrario pasa con la educación cívica, una hora de esa asignatura en quinto de primaria no hace daño, no tiene repercusión real en la enseñanza, así que dejemos de pelearnos por ello y centrémonos en lo que realmente importa.

-¿Y qué opina sobre la enseñanza concertada?

-Los señores de Podemos dicen que hay que acabar con ella pero no cómo hacerlo. No se puede quitar sin más, porque en algunos lugares copa el 50% de los centros, así que a ver dónde metemos a los alumnos y a los profesores. Lo único que se conseguiría sería crear un cabreo enorme a los padres que están contentos con esos colegios y los chicos que están ahí a gusto en esos centros. En todo caso, que se ponga un marco legislativo para que no abusen esos centros concentrados, pero nada más. Discutamos mejor qué pasa en los centros concertados que sacan mejores resultados que los públicos, aun con las mismas características. Eso es lo que hay que solucionar, porque la potencialidad de los alumnos es muy grande. Vamos a ocuparnos en serio lo que pasa en los centros y evaluarlos, no para suspender a los profesores, sino para poner remedio y que los centros que funcionan mal cambien, porque al fin y al cabo para esto es para lo que se monta la educación, que cuesta mucho dinero al país. Si se hace un esfuerzo tan grande, hay que pedirle rendimiento.

-¿Hay esperanza en que se conseguirá al final?

-Está claro que todo eso requiere medios y que los partidos estén dispuestos a estar años desarrollándolo. Es una inversión en tiempo, pero que luego nos va a lucir mucho, si tienen una visión de futuro. Los políticos verdaderos son aquellos que se preocupan por las próximas generaciones y el futuro, no por los resultados inmediatos.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/01/15/educacion-economia-futuro-espana/977823.html

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Australia: why school funding is the Rorschach test of Australian politics

Australia/Diciembre de 2016/Fuente: The Guardian

RESUMEN: La disminución de los resultados escolares se ha convertido en la prueba de Rorschach de la política australiana: la Coalición y el Trabajo ambos ven lo que quieren en cada conjunto de cifras decepcionantes. Hubo la noticia de que el desempeño de Australia en matemáticas y ciencias se ha reducido en los últimos 20 años y ha disminuido en comparación con los países comparables. Luego, el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes mostró una disminución a largo plazo en los resultados de los estudiantes del año 9 de Australia en matemáticas, ciencias y alfabetización en lectura. Las estadísticas publicadas por el ministro federal de Educación, Simon Birmingham, mostraron que el gasto educativo por estudiante había aumentado en un 49,6% entre 2003 y 2015, y un 11,9% entre 2011 y 2015, pero no había conseguido mejores resultados. Birmingham ha utilizado las cifras para reforzar su argumento de que un «alto nivel de financiación para nuestras escuelas es obviamente importante», pero el gobierno debe centrarse en la reforma escolar para ayudar mejor a los estudiantes. Pisa resultados no se ven bien, pero vamos a ver lo que podemos aprender antes de entrar en pánico.

Declining school results have become the Rorschach test of Australian politics: the Coalition and Labor both see what they want in each set of disappointing figures.

There was the news that Australia’s performance in maths and science has flatlined for the past 20 years and slipped relative to comparable countries. Then the Programme for International Student Assessment showed a long-term decline in Australian year 9 students’ results in maths, science and reading literacy.

Statistics released by the federal education minister, Simon Birmingham, showed that per-student education spending had increased by 49.6% between 2003 and 2015, and by 11.9% between 2011 and 2015, but had failed to buy better results.

Birmingham has used the figures to bolster his argument that a “strong level of funding for our schools is obviously important”, but the government must focus on school reform to best help students.

The deputy opposition leader and shadow education minister, Tanya Plibersek, on the other hand, is persuaded that more funding is needed.

Birmingham cites OECD research that found higher expenditure on education did not guarantee better student performance. Among high-income economies, the amount spent on education is less important than how those resources are used.

Plibersek points out that less than 10% of needs-based funding had been distributed when students sat tests that turned in the flagging results.

The debate is heating up because the nation’s education ministers will meet on 16 December and discuss a new funding model for 2018 onwards. Demands for higher funding will be top of the states’ list.

But the federal government won’t make a formal proposal until 2017, when the Council of Australian Governments must approve it.

Plibersek says there is a false dichotomy between more funding and school reforms.

“This idea that money doesn’t matter, it’s all about the reforms – we agree it’s all about the reforms, but you need extra money to deliver them,” she tells Guardian Australia.

“If you want to do continuing professional development for teachers and have them spend a day with a highly qualified peer leader teacher in their classroom, you’ve got to pay for that teacher’s relief day.

“If you’re going to send them to do a coding workshop at university, an intensive day or week, you’ve got to pay for a relief teacher. All of this costs money.”

The experience of Glenroy Central primary school in Victoria illustrates Plibersek’s argument.

Its principal, Jo Money, says the school spent its $321,152 in equity funding in 2016 on maths education, including online assessment tools and teacher training.

The school got an injection of equity funding because of its high proportion of students from low socio-economic backgrounds and high proportion students for whom English is not their or their parents’ first language.

“To actually provide the time for teachers to observe each other is very expensive,” Money says. “We invested in technology so kids can get online results immediately and it all costs money we just don’t have.”

She says Glenroy Central didn’t have “the sort of community that we could ask to pay” for those improvements. The school had to buy computers for kids who otherwise wouldn’t have access to them, and it teaches a number of refugees who need everything provided, including uniforms.

The school got a boost in its Naplan maths results and Money speaks glowingly of the “snowballing confidence” the schools’ teachers and students experienced.

Labor does not want to be pigeon-holed as the party that just wants more money. Plibersek rattles off reforms that Labor has agreed to in principle: better entry standards for teaching courses, greater principals’ autonomy, continuing education for teachers and evidence-based policies.

The Coalition released its quality school reforms in May, including measures to reward more experienced teachers, improve teacher quality and test phonics skills in year one students.

Plibersek says the reforms Australian schools needed are already contained in the previous Labor government’s national education reform agreement, but blames the former education minister Christopher Pyne for stripping conditions out to allow schools to chart their own course to improvement.

She says Birmingham can talk the talk of boosting school standards, but since that decision, Australia has been spinning its wheels and wasting time that should have been spent improving teacher quality.

Birmingham has said he welcomes Labor to the school reform debate, which he suggests the Coalition is leading while Labor “muddied the waters” with “lies” about cuts to funding – which is still growing.

Which brings us back to the funding debate. At the 2013 election the Liberal leader, Tony Abbott, promised no cuts to education.

After the Coalition won the election, Pyne announced the government intended to renegotiate Labor’s needs-based funding agreements, arguing the Coalition had only agreed the total amount of funding would be the same, not that every school would get the same.

The Coalition backed down, but then in the 2014 budget the government cut $29bn from schools’ projected funding growth over 10 years, arguing Labor had never properly funded it.

The Coalition stuck to the same funding levels for the first four years of Labor’s needs-based funding deals, but did not guarantee the fifth and sixth years of funding despite some states signing six-year deals.

This drew the battle lines for the 2016 election. Labor promised a further $37.3bn over 10 years for the “full Gonski” needs-based funding.

The Coalition promised less for schools than Labor, but that federal funding would still grow from $16bn in 2016 to around $20.1bn in 2020. Funding would also be allocated on need, but the model for how that is distributed is still up in the air.

Birmingham tells Guardian Australia he “wouldn’t pre-empt discussions on the specific details of a new model”, which won’t be finalised until the first half of 2017.

“Everyone agrees that funding needs to be distributed according to need and we all want to help boost student outcomes,” he says.

“I’m looking forward to working with my state and territory colleagues to iron out the problems with the current distribution of funding and to implement reforms in our schools that are proven to lift student performance.”

“Ironing out” problems means revisiting the agreements Labor struck to implement needs-based funding, then parcel it up differently, while still adhering to the principle that the most disadvantaged students get more funding.

Birmingham has taken up the argument that Labor’s plan is a “corruption” of Gonski principles, as it was labelled by one of its architects, Ken Boston. The minister argues Labor struck 27 “inconsistent” deals with states, territories and their public, Catholic and independent school sectors.

Birmingham gave an example that under the current arrangements “a disadvantaged student in one state receives up to $1,500 less federal funding than a student in another state in the exact same circumstance”.

“Contrary to some claims, these gaps actually get worse with time, where in 2019 the difference blows out to more than $2,100,” he said.

Birmingham says Labor’s school funding deal “fails their own fairness test, where a child’s postcode or the state they live in is determining the different federal funding they receive, or where special deals from years ago are entrenched for decades to come”.

Plibersek says Birmingham’s talk of 27 different agreements and “corruption” of Gonski principles is “an attempt to distract” from the cuts in the 2014 budget, which she says were a broken promise because states and voters expected the same funding from both sides.

She says the education minister is “pitting state against state, saying some states are doing better than others, school against school and system against system”.

The states are also pushing back against plans to renegotiate deals that could leave them worse off.

Victoria calculates that not implementing the deals will cost its education system almost $1bn a year every year from 2018, although the federal government criticises the state for not confirming it will fund its part of the deal.

The Victorian education minister, James Merlino, has said the federal government “has no formal policy” to replace existing funding agreements, and the slated funding increase was inadequate and only amounted to an increase to indexation.

As Guardian Australia reported on Saturday, Merlino wants states to have more say in the new funding model and has rejected federal conditions that, he says, interfere with operational issues that are state responsibilities.

The New South Wales premier, Mike Baird, and its education minister, Adrian Piccoli, have called for the federal government to honour its six-year deal with the state and will do so again next week.

In October Baird said there was “absolutely no doubt” that needs-based funding benefited students.

“The extra support students are receiving is showing real results,” he says. “Funding now follows students and their needs, and principals have the flexibility to make local decisions based on the specific needs of their students.”

Piccoli says NSW is on board with the federal reform agenda, which mirrors its own efforts, and would push for higher entry standards for teachers.

Western Australia supports renegotiation of funding agreements, which Plibersek attributes to the fact that the state signed a “dud deal” with Pyne rather than signing up under the previous Labor government.

In late November the Grattan Institute lent support to the idea that the Julia Gillard-era deals were not implementing needs-based funding as quickly as possible.

It found current trajectories for growth of funding entrenched disparities between schools because all schools receive annual funding increases between 3% and 4.7%

Restructuring the funding agreements could see the neediest schools reach the funding standard sooner by cutting taxpayer support for “overfunded” schools.

In a blitz of interviews to defend higher levels of school funding, Plibersek was repeatedly drawn into debates about whether some private schools were overfunded as a result of Labor’s promise no school would go backwards.

She called the argument “a distraction” because, even if the Grattan Institute reforms were implemented, cutting “overfunded” private schools’ allocation would raise just $200m compared with a $4bn cut in years five and six of Gonski funding.

Plibersek has previously said there was “no compelling case” to cut the funding. Now she delivers a crisper formulation: she doesn’t want to give the idea any oxygen.

Asked whether Labor will keep its pledge for $37.3bn over 10 years, Plibersek says it will stick with a “very significant financial commitment”, but will “accept there might be changes [the government may] make along the way”. It leaves wiggle room to accept cuts to “overfunded” schools, if they come.

Plibersek accuses Birmingham of not having developed a concrete proposal for how schools should be funded from 2018.

“It’s very easy to say you don’t like this system or what we inherited, but he hasn’t put any positive suggestions yet,” she says. “There’s the suggestion some private schools are overfunded, without saying whether he intends to take their money away.”

For Plibersek, the education minister has to answer and answer quickly: what comes next?

She says there were different agreements because each state and territory came from a different starting position, and there is a public, Catholic and independent system in each.

“The idea that you’d have one agreement meeting all this is nonsense – it’s always been nonsense,” Plibersek said.

A “cookie cutter” funding model is not possible overnight, but by 2020 states and territories will hit 95% of the school resourcing standard, she says.

“Share the better model with schools if you think there is one,” Plibersek challenges Birmingham.

State and territory education ministers don’t expect a concrete proposal on 16 December. But the lines have been drawn between a federal government determined to push for much better performance from a system with modest increases in funding, and an opposition keen to argue you get what you pay for and significant improvements will require significant investment.

Fuente: https://www.theguardian.com/australia-news/2016/dec/11/this-costs-money-why-school-funding-is-the-rorschach-test-of-australian-politics

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