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El insoportable peso de las rutinas escolares

Por: Guadalupe Jover

Hay rutinas que solo se mantienen por el peso de la tradición. Es el caso de una enseñanza de la gramática reducida al etiquetado y la clasificación de palabras y oraciones. Por más que el tradicional análisis sintáctico no contribuya a mejorar la competencia comunicativa del alumnado sigue ocupando gran parte del tiempo escolar. ¿Hasta cuándo?.

Cuenta Eduardo Galeano en El libro de los abrazos que, cuando Sixto Martínez hacía el servicio militar en un Sevilla, siempre había un soldado de guardia junto a un banco del patio del cuartel. ¿Por qué? Nadie era capaz de dar una explicación; así se había hecho siempre. Los oficiales daban la orden y los soldados obedecían. Solo al cabo de muchos años a alguien se le ocurrió indagar hasta dar con la orden original: “Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre pintura fresca.”

Cualquier docente medianamente crítico podrá enumerar de manera inmediata algunas de las muchas rutinas vigentes en las aulas a las que no se ve hoy sentido alguno; órdenes más o menos explícitas que se siguen transmitiendo y ejecutando sin rechistar.

¿Cuál es el porqué y el para qué de una práctica que consume un tiempo infinito en los centros de Primaria y Secundaria, monótona y repetitiva, caprichosa y acientífica, y que se ha revelado absolutamente estéril? Me refiero a la memorización y repetición de conceptos gramaticales y al inextricable análisis sintáctico de frases desconextualizadas y absurdas. ¿En qué contribuye a la mejora de las destrezas comunicativas de los estudiantes llenar la pizarra de cajas y etiquetas, asumiendo unas convenciones que tal vez cambien con la nueva edición de la Gramática académica -la última desmonta muchísimas de las arraigadas en la tradición escolar- o asignar rótulos inequívocos a construcciones ante las que ni siquiera avezados filólogos se pondrían de acuerdo?

Vaya por delante que la reflexión gramatical, el conocimiento metalingüístico que nos permite observar la lengua a una cierta distancia, es un aprendizaje esencial. Es un saber del que echamos mano al revisar los propios textos -pues nos ayuda no solo identificar los errores sino a precisar su naturaleza y proponer soluciones-, que nos resulta útil en el aprendizaje de segundas y terceras lenguas, y que nos permite “sostener” en el aire nuestras producciones orales: nuestra mente se anticipa a nuestra voz y procuramos respetar la concordancia con el sustantivo que quedó atrás en el discurso, mantener la consecutio temporum de los verbos o controlar que la oración que arrancamos con una subordinada se cierre con la proposición principal. La reflexión metalingüística es la que nos pone en condiciones -o debiera hacerlo- de ajustar nuestras palabras a nuestra intención comunicativa y de proceder a una lectura crítica de enunciados ajenos (al contrastar, por ejemplo, dos titulares de periódico con intenciones comunicativas antagónicas).

A nada de esto contribuyen las clases de gramática dominantes en las aulas. Rara vez se invita a chicas y chicos a la reflexión sobre los propios usos, cuando lo cierto es que todos tenemos un caudal inmenso del que echar mano. Rara vez se favorece la reflexión interlingüística entre las distintas lenguas que conoce el alumnado. Rara vez se pide a los estudiantes que comparen enunciados, aventuren hipótesis, dialoguen entre ellos… Se les exige que memoricen un algoritmo y que lo apliquen. Poco más.

El origen de estas prácticas es bien conocido. El afán de la Lingüística de legitimarse como disciplina científica llevó a priorizar la descripción del sistema abstracto de la lengua por encima del análisis del habla de las personas, de los usos comunicativos reales y contextualizados. Eran los años 60 del siglo pasado y los tiempos de gloria del estructuralismo y el generativismo. Pero de entonces aquí ha llovido. Y no solo porque décadas ya de investigación didáctica atestigüen que el estudio del sistema formal de la lengua tal y como se viene haciendo en las aulas en nada contribuye a la mejora de las capacidades expresivas y comprensivas del alumnado. Es que además las nuevas disciplinas lingüísticas como la Pragmática, la Sociolingüística o el Análisis del discurso, orientadas al fin al estudio de los usos lingüísticos, a lo que las personas hacemos con las palabras, tienen mucho que aportar a la formación de hablantes competentes y críticos. ¿Por qué, entonces, la insólita pervivencia de la “vieja gramática” en el sistema educativo español, hasta el punto de que el análisis sintáctico acaba siendo una de las llaves que da acceso (o no) al título de Secundaria y Bachillerato, la llave de acceso incluso a la carrera que un joven o una joven desea cursar?

Puede aducirse que es porque lo dice el currículo, pero esta es solo una verdad a medias. Durante los años de vigencia de la LOE, y pese a la sobreabundancia en ella de contenidos gramaticales, estos habían de evaluarse exclusivamente en función de su contribución a la detección de problemas de comprensión y expresión oral y escrita. Pero las pizarras y los exámenes siguieron llenándose de cajas.

Puede aducirse también que porque lo piden en Selectividad. Es cierto que cuando un docente se ve en la tesitura de poner en condiciones o no a su alumnado de acceder a los estudios de sus sueños, aun a costa de estafarle un tiempo preciosísimo con unos aprendizajes que no tienen ningún valor de uso en sus intercambios comunicativos pero si un inmenso valor de trueque en el mercado educativo, no tiene más alternativa que claudicar o retirarse. Pero son mayoría aún quienes no lo discuten y cuya mayor preocupación es conocer de primera mano las instrucciones dictadas por el coordinador de la Universidad de turno. Resulta inexplicable el poder absoluto conferido en muchas comunidades a quien apenas tiene contacto alguno con la educación secundaria más allá del ritual de la reunión anual. Y como para esquivar los problemas lo más socorrido es perpetuar las rutinas, seguiremos dedicando una infinidad de horas al análisis sintáctico en bachillerato porque lo piden en la PAU -ahora EvAU-; en la ESO porque lo piden en el bachillerato; y en Primaria porque lo necesitarán en Secundaria.

Una tercera razón suele aducirse. Aquello que se exige a los futuros docentes en las pruebas de acceso al ejercicio de la profesión es interiorizado por estos como una saber indispensable que han de transmitir a su alumnado. Causa estupefacción ver a futuras maestras y maestros de Primaria rompiéndose la cabeza con los valores del “se” en centones de oraciones, y pánico imaginar que algunos de ellos pudieran luego trasladar a sus aulas este formidable sinsentido.

Pero probablemente la razón última de la pervivencia de esta rutina escolar es mucho más desoladora. El análisis sintáctico da prestigio. Posee el aura de un cierto cientificismo, un lenguaje abstruso y una gran complejidad. Crea la ilusión de “calidad” en el aprendizaje: cuanto más larga y complicada sea la oración, más “nivel” tiene la clase; más competencia el docente.

El análisis sintáctico refuerza la zona de confort del profesorado. No hay necesidad de ponerse al día; de estudiar, de formarse. No hay tampoco mechas que prender ni contextos que crear para suscitar el deseo de aprender. Basta un encerado y una tiza y da igual que en la clase haya ocho que ochenta estudiantes: frase, solución, corrección. Sonrisa condescendiente ante el error mil veces repetido. Guiño cómplice al intercalar una referencia irónica a la actualidad.

El análisis sintáctico crea además el espejismo de asepsia y justicia en la evaluación. Revisar y mejorar un texto escrito es complejo y delicado: requiere un diálogo cara a cara entre experto y aprendiz. Diseñar secuencias didácticas que estimulen la reflexión metalingüística y el diálogo entre los estudiantes, y calibrar luego en qué medida ese trabajo ha redundado en una mejora de los usos lingüísticos requiere, qué duda cabe, de otras herramientas de evaluación. La sintaxis en cambio se corrige con calculadora. Y hasta puede expresarse en decimales. La pregunta esencial
es qué diablos estamos evaluando.

Y entiéndaseme bien: no estoy proponiendo la eliminación de la reflexión sobre la lengua en la educación primaria y secundaria. Lo que defiendo es la necesidad de repensarla a fin de orientarla a los usos lingüísticos reales, a aquello que las personas hacemos con las palabras: informar o manipular, persuadir o seducir, elogiar o halagar, discrepar o zaherir. En caso contrario, lo de menos es que nuestro alumnado no aprenda nada verdaderamente relevante y dilapide un tiempo que podría ser enormemente fecundo si se dedicara a otros quehaceres. Lo verdaderamente inquietante es que chicas y chicos aprenden a ser fieles ejecutores de órdenes por cuyo sentido ni siquiera se preguntan. Como tantos docentes.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/23/el-insoportable-peso-de-las-rutinas-escolares/

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Entrevista a Francisco Mora “Sólo se puede aprender aquello que se ama”

España/06 febrero 2017/Fuente: Educación 3.0

Mora es doctor en Medicina, doctor en Neurociencias y catedrático de Fisiología Humana. Autor del libro ‘Neuroeducación, sólo se puede aprender aquello que se ama’.

Qué hace que en una clase llena de alumnos atentos, en la que el profesor está explicando un tema determinado, los alumnos, sin ex­cepción, cambien su foco de atención desde el profe­sor y lo que explica, hacia una jirafa que entrara en la clase por una puerta, y tras pasearse por detrás de él, saliese por otra? ¿Qué despierta la jirafa que no tenga el profesor? Despierta simplemente curiosidad, uno de los ingredientes básicos de la emoción. La curiosidad, lo que es diferente y sobresale en el entorno, encien­de la emoción. Y con ella, con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación de conocimiento.

Hoy comenzamos a saber que nadie puede aprender nada, y menos de una manera abstracta, a menos que aque­llo que se vaya a aprender le motive, le diga algo, posea algún significado que encienda su curiosidad. Para aprender se requiere ese estímulo inicial que re­sulte interesante y nuevo. Y es entonces cuando se enciende la atención de un modo poderoso. Precisamente el juego es, en los primeros años, la conducta que desarrolla el niño para aprender con el estímulo de la curiosidad. Todos los maestros y educadores, particularmente de escuela primaria pero también profesores de secundaria o de más altos nive­les de docencia, buscan encontrar la fórmula docente que les permita encender, captar la curiosidad de los alumnos en la clase. ¿En qué medida la neurociencia podría descubrir esta forma curiosa de aprender en la estructura de los propios colegios?

Tribuna Francisco MoraLo cierto es que en el ser humano la curiosidad, ese deseo de conocer cosas nuevas, es el que lleva a la bús­queda de conocimiento no sólo en general, sino en el contexto del colegio, las universidades o en la inves­tigación científica. Así pues los circuitos cerebrales que se activan ante ciertos estímulos que encienden la curiosidad son aquellos que anticipan y adelantan la recompensa, o si se quiere el placer, y por tanto re­siden en el sistema límbico o emocional.

Hoy sabemos que una buena educación produce cambios profundos en el cerebro que ayudan a me­jorar el proceso de aprendizaje posterior y el propio desarrollo del ser humano. Hoy también sabemos la importancia que tiene proyectar mejores escuelas con mucha luz, control de la temperatura y del ruido, es decir el diseño del colegio mismo (neuroarquitectura), lo que rodea su entorno y desde luego la cultura en la que se vive. En este contexto, ya se empieza a hablar de la necesidad de extraer los conocimientos que apor­ta la neurociencia cognitiva y la psicología cognitiva y llevarlos a las aulas con la finalidad de aprender y enseñar mejor, es decir, hacerlo de una manera más eficiente, nueva y diferente de como hasta ahora se ha hecho utilizando nuevas estrategias.

Neuroeducación de Francisco MoraPorque, ¿qué sabemos del cerebro cuando apren­de y cómo lo hace? ¿Qué sabemos del cerebro cuando enseña y cómo lo hace? ¿Qué funciones cerebrales conocemos hoy esenciales en la transmisión del conocimiento, es decir, aplicables a la enseñanza? ¿Qué daños psicológicos cerebrales siquiera suti­les impiden o dificultan el aprendizaje de los niños? Son preguntas que todavía no se pueden contestar con propiedad, pero sí esbozar algunas respuestas nuevas. En cualquier caso, hoy es bien cierto que la neurociencia comienza a aclarar los ingredientes neuronales de lo que conocemos como emoción, cu­riosidad, atención, conciencia, procesos mentales, aprendizaje, memoria y consolidación de la memoria. Por ejemplo, sabemos que lo que llamamos atención no es un fenómeno singular y único sino que se refiere a procesos cerebrales diferentes según los estímulos que se reciben y a los que prestamos interés. Conocer todos esos ingredientes de la atención en términos neurobiológicos y educativos puede ayudar a conocer los tiempos reales y los componentes reales necesarios para poder adecuar las enseñanzas a cada edad y hacerlas más efectivas y eficientes.

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Entrevista a César Bona: «El fin de la educación no es crear seres empleables, sino íntegros»

29 Enero 2017/Fuente: eldiario/Autor:

El maestro César Bona, experto en innovación pedagógica, asegura que todos hablan de la necesidad de una reforma educativa, pero la cuestión es si la sociedad está preparada para ese cambio

Bona promueve un cambio educativo basado en el aprendizaje competencial, donde se ponga al centro al niño, no las notas ni el currículo educativo ni el maestro

César Bona (Zaragoza, 1972) se ha pasado 18 meses recorriendo España en busca de otra forma de enseñar. Fruto de ese periplo es el libro Las escuelas que cambian el mundo. Escuelas que no están en Finlandia (reconocida universalmente como el modelo educativo a seguir), pero que, de alguna manera, están contribuyendo a cambiar la forma de entender la educación en España.  Bona, quien estuvo entre los 50 finalistas al Mejor Profesor del mundo en la primera convocatoria del premio Global Teacher Prize (una especie de premio Nobel del profesorado),  asegura que «se habla de que es necesaria una reforma educativa, pero ¿la sociedad está preparada para cambiar?».

¿Se ha declarado una especie de estado de emergencia educativa en España?

Si echas la vista hacia atrás, hace unos años en los medios de comunicación siempre había una noticia negativa sobre educación cada día. Ahora, muchas veces sale alguien que está realizando un proyecto educativo interesante o una escuela que está innovando… Es interesante e importante el hecho de que por fin los medios de comunicación estén dando importancia a la educación en positivo. El hecho de que los partidos hablen de que es necesario un pacto también es importante. Ahí, los dirigentes deben pensar y reflexionar que las decisiones afectan a todo el país. Y, además, tienen que pensar que los pasos que den deben estar por encima de las ideologías porque la educación lo está.

¿Ese es uno de los grandes males de la educación: el hecho de que cada partido quiere imponer su impronta cuando llega al poder?

Los partidos deben evaluar la situación. Evaluar es algo que hacemos a diario todas las personas. Si voy por una acera y tropiezo con una piedra seguro que al día siguiente no me pasará porque habré evaluado la situación. Eso deben hacer los políticos: evaluar. Ver lo que no se ha hecho bien y hacerlo de otra manera. Está claro que por muchas reformas que se han hecho en los últimos años no hemos ido a mejor. He tenido la suerte de viajar durante 18 meses por España y he visto que hay miles de maestros y maestras que tienen pasión por lo que hacen y están deseando dar lo mejor. Y ser formados.

¿Hacia dónde debe dirigirse la formación de los futuros maestros y maestras?

Somos seres sociales, pero educamos a entes individuales. Cuando entras en un aula y ves los pupitres de uno en uno mirando hacia la pizarra ya sabes qué tipo de interacción va a producirse. Los alumnos escucharán al profesor y repetirán en su mente lo que dice, si es posible sin hablar. Eso debe cambiar. Es decir, hay que estimular el trabajo en equipo, el compromiso social. Ser maestros es un gran privilegio y una gran responsabilidad cada día. Tenemos que tener la mente abierta y dispuestos a aprender de todos los que nos rodean: compañeros, niños, padres… El gen de aprender de los compañeros es fundamental. Crear un vínculo con las familias también es fundamental. La formación debe ir dirigida tanto a los docentes en activo como a los futuros maestros. En junio, se licenciarán miles de maestros con las mismas bondades que los docentes en activo, pero también con múltiples carencias. Cada día los profesores tienen que ser conscientes de la gran responsabilidad que tienen cuando cruzan la puerta del aula y que van a marcar la vida de los chicos y chicas que tengan la suerte de tenerlos como maestros.

Hay que poner en el centro al niño, no las notas ni el currículo educativo ni el maestro

Se carga la responsabilidad en la escuela, pero la sociedad tiene un papel fundamental.

Todos parecen pendientes de los movimientos que se producen en Finlandia. Por ejemplo, tiran los muros de una escuela para dar clase de otra manera. Pero, que pruebe alguien a hacer eso en España y a ver qué pasa. Todo el mundo habla de que es necesaria una reforma educativa, pero la cuestión es si la sociedad está preparada para ese cambio que todos pedimos.

La consideración social que tiene el profesorado en Finlandia no tiene nada que ver con la que existe en España.

No sé cuál es la razón, pero siempre tendemos a valorar lo que tenemos más lejos. Y nos cuesta valorar lo que tenemos más cerca, justo al lado nuestro. Hay escuelas en todos los sitios de España que hacen cosas muy bonitas y funcionan a nivel académico y social. Esos tienen que ser nuestros grandes referentes. ¡Pero si hay gente que lleva haciendo cosas innovadoras desde 40 años! Cuando se habla de innovación no se trata de cambiarlo absolutamente todo, sino de repensar las cosas. Se trata de poner en el centro al niño, no al currículum educativo ni al maestro. Y a partir de ahí, ver si queremos educar entes individuales o entes sociales que sepan usar el conocimiento.

Su último libro versa sobre las nuevas escuelas y la forma en que están cambiando la educación en España. Pero da la sensación de que no existe una política uniforme detrás que las respalde, sino que es el esfuerzo de unos pocos especialmente motivados.

Es verdad que detrás de esas escuelas hay equipos directivos y de profesorado motivados y perseverantes, que saben que les va a costar cambiar las cosas y convencer a los padres. Cuando hablo de que hay miles de maestros y maestras que desean ser formados, esa misma formación debería ir a las universidades y a la administración. De lo contrario siempre caminaremos por senderos paralelos y no se cruzarán. Si todos miramos en la misma dirección sí se podrán cambiar las cosas.

PISA valora la empleabilidad, la competitividad, deja al margen otro tipo de formación.

Si se miden las competencias de lengua, matemáticas y ciencias habría que mirar también cómo se está enseñando en las escuelas. Los informes de PISA no tienen en cuenta otro tipo de cosas que sí se enseñan. Si pudiéramos recoger los titulares de los periódicos una semana después de salir PISA parece que todo se limita a establecer una clasificación de países. Se vuelve a perder la esencia de lo que es la educación. Algunos titulares señalan que unas comunidades están a un curso escolar de distancia de otras… El fin de la educación no es ese y el de PISA tampoco debería ser. Si PISA valorará el sistema memorístico, España estaría bastante más por encima. Hay competencias que no mide, como el respeto a las diferencias, la cooperación, las emociones…El fin de la educación no es crear seres empleables. Hay gente que solo piensa que hay que formar para trabajar, pero de lo que se trata es de crear seres íntegros. Cualquier jefe o compañero requiere gente que vea retos en lugar de problemas, que sean creativos, que sepan trabajar en equipo, respetuosos… Todo eso es lo que debe trabajarse.

Pero los padres solo tienen en cuenta las notas, que la escuela sea más o menos inclusiva no es algo que les llame la atención.

Cambiar la educación depende del conjunto de la sociedad. Las notas son simplemente una ayuda para ver cómo van los alumnos. Muchas veces se asocian únicamente al conocimiento. Y si seguimos asociando la escuela al conocimiento exclusivamente nos vamos a perder muchas otras cosas. Si fuera padre, más que unas notas lo que me importaría es que mis hijos fuesen íntegros. Tampoco podemos olvidar que los niños tienen que ir felices a la escuela. Eso no significa que no haya exigencia ni que no haya buenos resultados. Es justo al contrario.

Es decir, que se queden con ganas de volver al colegio.

Es una obviedad. Si va con ganas de aprender ya tenemos la mitad del camino recorrido. Si alguien está saturado no tiene ganas de volver a lo mismo, pero eso es algo que nos pasa a los adultos también. Queremos educar a nuestros hijos como nosotros fuimos educados. ¿Por qué? Pues porque hay cierto temor a cambiar las cosas, pero si no se cambian van a seguir siendo de la misma manera.

Es decir, dejar de dar importancia al resultado y mucha más al proceso

En el sistema memorístico todo se resume en que lo que da el profesor el alumno se lo devuelve a través de un examen. Falta la participación, que los alumnos se sientan implicados tanto en la escuela como en la sociedad. Una de las destrezas de un maestro debe ser encontrar el talento de cada chico. Y no me refiero a lo que se ve en los programas de televisión. Hay que parar de tanto conocimiento e invitar a la reflexión a los niños también y dar importancia a cuestiones como la autoestima. El factor que más influye en el éxito académico es el autoconcepto y las expectativas que tienen los demás de ti. Para formar seres íntegros, el conocimiento es una de las partes que hay que tener en cuenta, pero es preciso educar en la frustración, en la resiliencia, en la autoexigencia, en el respeto a las diferencias… Y todo eso no se tiene en cuenta en PISA.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/educacion-crear-seres-empleables-integros_0_604039977.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/sociedad/Bona-candidato-Nobel-educacion-aprender_EDIIMA20160918_0208_4.jpg

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La escuela que queremos para todos desde el inicio

Julieta Guzman

¿Para qué van las niñas y niños a la escuela? Tal vez la respuesta más común a esta pregunta sería: “para aprender”. Si preguntáramos, ¿cuándo comienzan a ir a la escuela? algunos responderían “cuando ya están grandecitos” (caminan solos, ya no usan pañal, ya pueden construir oraciones simples, etc.). Entonces, si van a la escuela hasta que “están grandecitos” y van para “aprender”, ¿comienzan a aprender en el momento en que inician la escuela?

La respuesta es NO. Las niñas y niños inician su proceso de aprendizaje desde que nacen. Es durante los primeros tres años de vida cuando el cerebro humano crece a mayor velocidad, pero sobre todo es el periodo en el que las estructuras base, todas las que sostendrán el desarrollo posterior, se consolidan. ¿Cómo podemos aprovechar este periodo para que las niñas y niños alcancen su máximo potencial? Conociendo su contexto y situación social para desde ahí detectar y entender sus necesidades para poder enriquecer su entorno con más oportunidades de aprendizaje y las condiciones para que las aprovechen.

Las personas más cercanas a las niñas y niños y/o las que están más tiempo con ellos son las que más capacidades deben tener para brindarles lo necesario y crear ambientes propicios para el desarrollo.

Sin embargo, como reza el antiguo proverbio africano, se necesita una aldea para criar a un niño. A lo largo de nuestras vidas, desde que nacemos y hasta que somos adultos, tenemos diferentes necesidades -educativas, de salud, sociales, psicológicas- que requieren de una atención multidisciplinaria.

Una atención integral -aquella que conoce y entiende la diversidad de infancias que existen en una sociedad y las diferentes necesidades de cada una- debe comenzar desde el día uno y continuar a lo largo de la vida. El Estado como guardián y garante de los derechos debe consolidar un sistema articulado de atención que debe comenzar con:

1. Modelos de formación inicial y continua para las y los adultos responsables del cuidado de las y los más pequeños. No sólo los miembros de la familia (madres, padres, abuelos, tíos, hermanos, etc.), o los agentes educativos, o el personal de los servicios de salud, sino TODOS aquellos que estén a cargo o en contacto con las niñas y niños deben tener acceso a programas de formación. Además, la sociedad debe poder confiar en los procesos de selección de personal. Debemos asegurarnos que las personas que brindan la atención en el sector educativo, de salud, etc., sean las mejores para ello. El proceso de selección de personal debe estar acompañado de un programa de seguimiento, asesoría, y evaluación integral y periódica del desempeño de la función.

2. Un proyecto incluyente, al cual obedecen los diversos servicios de atención, que asegure que todas y cada una de las niñas y niños tienen acceso a lo que necesitan, lo aprovechan y participan de manera activa en los diversos procesos que su desarrollo implica.

3. Recursos financieros para: la inversión adecuada y transparente en la formación de equipos multidisciplinarios; la creación o mejora de los espacios; la adquisición y desarrollo de materiales; la investigación, el seguimiento y la evaluación continua de los servicios de atención; el seguimiento censal del desarrollo de cada niña y niño; y la creación de un sistema de información, que permita la adecuación y la mejora continua de los diversos componentes de los modelos de atención, así como para la detección y atención oportuna a las necesidades de todas las niñas y niños.

4. Espacios para idear y proponer soluciones entre los diversos actores, sectores, e instituciones involucradas o interesadas en los diferentes modelos de atención.

5. Una instancia que regule y asegure la calidad en los servicios de atención, la transparencia y la rendición de cuentas a la sociedad.

Es necesario que de manera conjunta – estado y sociedad- trabajemos en la consolidación de un sistema de atención a la primera infancia que tenga todos estos elementos para contribuir a la transformación de esa idea que se tiene de la escuela, en la que un maestro es el único responsable del aprendizaje de las niñas y niños a su cargo. Juntos podemos lograr la escuela que queremos para todas las niñas y niños desde el día uno de vida, esa comunidad en la que las niñas, niños y jóvenes aprenden, y crecen en autoestima, con la participación activa de las familias y el compromiso de toda la sociedad.

La autora es investigadora en Mexicanos Primero.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/la-escuela-que-queremos-para-todos-desde-el-inicio.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2016/10/21/5809a119f2bee.jpg

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Entrevista: Diana de Horna y Diego Gutiérrez (Esto no es una escuela): “La escuela tiene que abrirse al mundo”

Entrevista a Diana de Horna y Diego Gutiérrez 

Esto no es una escuela es un proyecto puesto en marcha por Diana de Horna y Diego Gutiérrez que quiere acercar a la comunidad educativa y a las familias las escuelas innovadoras que han tenido oportunidad de visitar en diferentes países del mundo.

Su experiencia se podrá ver en un documental que se financia a través de una campaña de crowdfunding, en la que aún estáis a tiempo de colaborar. Hablamos con ellos sobre esta experiencia y sus impresiones.

Desde Educación 3.0 hemos tenido la oportunidad de contar vuestro proyecto ‘Esto no es una escuela’. ¿Cómo surgió la idea de embarcaros en esta iniciativa y buscar escuelas innovadoras?

Cuando nació nuestra hija hace 4 años empezamos a conectar otra vez con la infancia, volvimos a recordar cómo la habíamos vivido nosotros, pero no tanto desde lo racional sino desde las emociones. Y al recordar la escuela, el instituto o incluso la carrera, nos dimos cuenta de que queríamos otra cosa para nuestra hija, sobre todo porque redescubrir la curiosidad inmensa de una niña y su afán de aprender nos hizo replantearnos para qué y cómo educamos. Fuimos investigando y encontramos autores como John Holt, Alice Miller, María Montessori, Paulo Freire, John Dewey… que nos fascinaron. Así, al tirar del hilo nos topamos con experiencias educativas fantásticas que son muy poco conocidas y quisimos divulgarlas. ¿Qué mejor manera de hacerlo que con un viaje en familia y en bici compartiéndolo en redes sociales? De esta manera nació nuestro blog y también la idea deproducir un documental que reflejara esta experiencia y las iniciativas y personas que hemos conocido, y que forman parte de un cambio profundo en la forma en que educamos a nuestras hij@s.

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¿Qué ha sido lo más llamativo de esta experiencia?, ¿es posible una escuela alejada de los métodos de enseñanza tradicionales?

Lo más llamativo ha sido encontrar espacios de aprendizaje en medio del bosque (lasWaldkindergartens  de Alemania), donde las niñ@s pueden correr y jugar al aire libre todo el día, sin más instalaciones que una simple cabaña, sin juguetes o sillas; o conocer una escuela pública con cerca de 1.500 estudiantes y una larga tradición que apuesta por eliminar los deberes y los exámenes, y aprender haciendo (St. John’s, en Inglaterra). También hemos encontrado una escuela pública donde los alumn@s, a partir de los 5 años, pueden votar en asamblea decisiones sobre el presupuesto, el currículum, las disputas y otras cuestiones que normalmente están reservadas a los adultos (Bealings, Inglaterra). Ver escuelas donde las chicas y chicos aprenden desde hace décadas siguiendo su propia curiosidad, sus intereses, sin asignaturas ni exámenes, y relacionándose en un plano de igualdad con los docentes, es posible como las iniciativas llevadas a cabo en el centroSands de Inglaterra o De Vallei en Holanda.

esto no es una escuelaTambién nos gustaría hablar de la escuela norteamericanaTinkering Scholl: está ubicada en una nave industrial y en ella los estudiantes aprenden a usar casi solos herramientas pesadas como taladros y radiales, recuperando la sensación de control y de confianza en sí mismos En nuestro país hemos tenido la oportunidad de conocer escuelas libres que llevan décadas funcionando como cooperativas, y escuelas públicas que están siendo pioneras en aplicar una metodología “viva y activa” que cambia por completo la experiencia de ir al cole.

Todas estas escuelas se alejan mucho de lo que habitualmente se hace en los colegios e institutos, no sólo por la metodología que emplean, sino por cómo y con qué objetivo están diseñados los espacios, la importancia que se da al juego y la iniciativa de los chic@s, así como el tipo de relaciones humanas que se promueven y que están basadas en la colaboración y la participación. Algunas de ellas llevan muchos años funcionando con éxito, pero no sin dificultades, porque desgraciadamente esta visión de la educación sigue encontrando desconfianza y mucha incomprensión.

¿Cómo son las escuelas innovadoras que os habéis encontrado en vuestro camino?, ¿y sus alumn@s?

Hemos visitado cerca de 30 escuelas en España, Alemania, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos. Algunas son centros públicos, otras son iniciativas privadas. Unas tienen ‘profesores’, otras tienen ‘acompañantes’ o ‘facilitadores’. Las hay que están en grandes ciudades, y otras han querido instalarse en plena naturaleza. Lo que todas comparten es un sentimiento de confianza en las capacidades de los chic@s, y donde la responsabilidad no nace de la obediencia sino de la confianza y la participación en la comunidad.

Entre los alumn@s, lo que más nos ha llamado la atención es la madurez de algunos de ellos, su sentido crítico y cómo son capaces de reflexionar acerca de su propia educación. Much@s son personas que han podido recuperar la autoestima y la esperanza gracias a la posibilidad de experimentar otro modelo de escuela más libre y menos basada en la competitividad.

Cada vez se está oyendo hablar más de nuevas metodologías de enseñanza: aprendizaje basado por proyectos, inteligencias múltiples, la clase al revés… ¿Cuáles son vuestras favoritas y por qué?

esto no es una escuelaCreemos que la mayor aportación de estas metodologías reside en poner en cuestión la forma en que la escuela viene funcionando desde sus orígenes, en obligarnos a replantearnos qué es aprender, para qué aprendemos y cómo hacerlo de forma que no anulemos la curiosidad, la motivación y el espíritu crítico de los estudiantes. No sirve de nada aplicar estas metodologías sin un cuestionamiento de la propia escuela, de sus fundamentos y de las relaciones humanas en que se basa, y esto nos obliga a revisar nuestros valores y forma de actuar. Hay que romper con esas ‘tradiciones educativas’ malsanas y con esa pedagogía tóxica que venimos arrastrando y que aún está muy basada en la obediencia, en los premios y los castigos, en los juicios y críticas. Esto no ayuda a aprender ni nos hace mejores personas, sino al contrario.

Es decir, aplicar las inteligencias múltiples es muy interesante siempre y cuando ello no nos lleve a encasillar a los estudiantes, a generar un nuevo corsé que les impide fluir con sus intereses, que pueden ser eclécticos y cambiantes; o ensayar el modelo de la clase al revés. Está bien, pero no debe impedirnos darnos cuenta de que es el alumn@ quien debería poder dirigir su aprendizaje desde lo que le motiva, porque es la única forma de que aprenda de verdad.

Una propuesta que nos parece muy interesante, precisamente por esa puerta que abre a una nueva concepción de la escuela, es la comunidad de aprendizaje. Creemos que la escuela tiene que abandonar las cuatro paredes del aula y abrirse al mundo, a las familias, al barrio, a las iniciativas sociales punteras, a la universidad, a los intercambios y diálogos con centros de otros lugares… al mundo de hoy en definitiva. Un aspecto que debería incorporarse más a la escuela (y a la vida en general) es el juego, el juego espontáneo como base del aprendizaje, como fuente de estímulo, de descubrimiento y de creatividad. El énfasis en la evaluación, en los exámenes y en las clasificaciones, echa por tierra el espíritu de juego que es requisito para querer aprender algo.

Por otro lado, el ser humano es ante todo un ser emocional: las emociones condicionan cómo y qué aprendemos, además de ser la base de la convivencia social y un elemento clave en la felicidad de una persona. La educación no puede seguir descuidando esto, y es necesario que los docentes tengan una formación adecuada en este sentido también, no como formación teórica sino desde la práctica cotidiana de herramientas como la comunicación no violenta. Y algo que echamos muy en falta en la escuela es la mezcla de edades, que los estudiantes no estén separados por cursos ni clases de forma rígida. Las posibilidades que brinda esto al desarrollo social y al aprendizaje (un aprendizaje significativo desde la perspectiva constructivista) son muchísimas y están relacionadas con el aprendizaje entre iguales (hay que recordar que el hecho de que dos estudiantes tengan la misma edad no implica que tengan el mismo nivel de habilidades en un área concreta).

Habéis estado trabajando en un documental donde habláis de las escuelas que habéis visitado, la gente que habéis conocido y entrevistado… La financiación es a través de crowdfunding. ¿Qué les diríais a los docentes y padres para que se animen y con sus aportaciones contribuyan al proyecto?

Les diría que hay muchísimas personas que quieren avanzar hacia una escuela y una educación diferentes. Lo que necesitamos es una base sólida de información contrastada pero también una inyección de moral y de esperanza, algo que nos impulse a conseguir ese cambio. ‘Corriendo por las olas’ es un documental independiente y cofinanciado por ya por más de 300 personas que aúna la razón y la emoción, y que podrá verse de forma gratuita.

Esto no es una escuelaNuestra iniciativa no tiene afán comercial ni ánimo de lucro, pero para poder producir un documental independiente como éste, sin patrocinadores ni subvenciones, necesitamos apoyo, porque los costes de un proyecto así son altos (sobre todo si quieres hacer un trabajo profesional que aspire a tener una difusión importante). Por eso quienes colaboren estarán aportando su granito de arena para que estas iniciativas educativas tengan más visibilidad, que sean mejor entendidas, para que más docentes y familias se impliquen en esta revolución silenciosa.

¡Encima tenemos una sorpresa para quien participe! Además de aparecer en los créditos del documental, a quienes colaboren con la campaña les ofrecemos varios regalos: la edición en castellano del libro ‘Aprender en libertad’ de Peter Gray (un libro imprescindible para entender cómo debería ser la escuela del futuro), y el cuento ilustrado ‘Los náufragos de Tonga’, relato basado en un hecho real que cambiará la forma en que vemos a los niñ@s y que les ayudará a confiar en sí mismos. Os mostramos a continuación el vídeo de dos minutos con el que lanzamos la campaña.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/diana-de-horna-y-diego-gutierrez-esto-no-es-una-escuela-la-escuela-tiene-que-abrirse-al-mundo/31683.html

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Nicaragua: Los niños que transforman su pueblo a golpe de noticias

Centro América/Nicaragua/18 Septiembre 2016/Fuente: elpais /Autor:Melissa Silva Franco/Jinotega 

Un programa de radio y televisión es la principal herramienta de un grupo de jóvenes periodistas para combatir los problemas que ensombrecen Nicaragua

Keyling se resistía a ir a la escuela. Con sus ocho años a cuestas, ella prefería ir a vender tortillas al mercado que enfrentarse a la aventura de aprender a leer y escribir. Su destino apuntaba a que sería una de las alrededor de 120.000 niñas que no asisten a la escuela en Nicaragua cada año, para después convertirse en una pieza más dentro de la economía informal que abunda en este país centroamericano.

Pero un cartel en la calle que ofertaba gratis una lista de actividades extraescolares abrió a Keyling un nuevo camino. Se trataba de la Asociación Infantil Tuktan Sirpi, una organización que enfoca sus proyectos a mejorar la vida de los niños y adolescentes trabajadores en Jinotega, una ciudad al norte de Nicaragua, con una población mayoritariamente rural y campesina.

El mismo día que visitó la sede del Club Infantil, Keyling se plantó frente a un micrófono para hablar sobre su experiencia como niña trabajadora. Esta escena ocurrió hace ocho años y desde entonces no ha dejado de crecer como comunicadora.

“Llegué al club sin saber leer, ni escribir. Entonces a través del área de comunicación comencé a asistir al refuerzo escolar, volví a estudiar y empecé a trabajar como periodista en el programa de televisión y radio. De lo contrario, lo más seguro es que me hubiese quedado vendiendo lo que sea en el mercado. Hoy estoy por terminar mi secundaria y luego iré a la universidad”, cuenta.

La vida de Keyling es un reflejo de la influencia que ha tenido el club infantil en Jinotega. “Nosotros apostamos por construir una sociedad donde los niños, niñas y adolescentes sean los protagonistas de sus propios cambios, y del cambio del entorno donde viven. Ellos son los actores participativos”, explica Lidya Palacios, directora de Asociación Infantil Tuktan Sirpi.

Alrededor de 120.000 niñas no asisten a la escuela en Nicaragua cada año. Normalmente  se convierten en una pieza más dentro de la economía informal

Esta participación tiene su eje central en dos programas: TVChaval@s y Hablando de la Niñez. Los niños comunicadores son los encargados de producir cada segundo de estos espacios en la televisión y en la radio, con una mínima participación por parte de los adultos. Entre los temas que tratan en estos espacios audiovisuales se encuentran aquellos que más preocupan al grupo, o el que solicita alguna escuela. Los pequeños periodistas se asesoran con abogados, psicólogos y expertos en Jinotega para luego comenzar a trabajar los guiones.

“Nosotras trabajamos junto a los niños y adolescentes la incidencia política y social a través de los medios de comunicación social. Nuestro objetivo es que la población infantil desarrolle ese sentido de la participación ciudadana, de la necesidad del cumplimiento de sus derechos”, agrega Lidya Palacios.

Este largo camino comenzó hace dos décadas, un período en el que más de 450 niños y adolescentes han formado parte de los grandes cambios en Jinotega.

“Yo voy a la escuela, luego me paso por el Club Infantil y me quedo trabajando, aprendiendo nuevas cosas, haciendo sondeos. Y luego me voy a mi casa para hacer los deberes de la escuela, y ayudar a mi hermanito. No tengo tiempo de estar en la calle o perdiendo el tiempo, eso me gusta”, comenta Kenneth, un niño que sigue los pasos de sus padres, quienes fueron pequeños comunicadores.

Yader Chavarría es el coordinador de este grupo de periodistas. Él comenzó hace 15 años como niño comunicador. “Los chavales hoy generan un cambio en la ciudad. Ellos hacen programas orientativos para frenar la violencia en los hogares, del Estado hacia sus ciudadanos, del incumplimiento de los derechos. Hoy usted puede salir a la calle y preguntar a cualquier adulto y le dirá que hay que escuchar a los niños. Pero en 1995, en Jinotega había otra mentalidad, y esa mentalidad era que había que pegarle a los niños, porque para los adultos, los niños sólo entendían a través de golpes, gritos, castigos”.

La metodología de trabajo que da vida a este proyecto se basa en dos programas. Uno de ellos se llama De par en par y consiste en que los niños y adolescentes aprendan de los adultos y entre ellos como iguales. “Aquí no viene ningún adulto u otro niño con más experiencia a decirte qué hacer, sino que es un trabajo más colectivo, una transferencia de conocimiento entre iguales”, explica Francis Zea, una comunicadora del Club Infantil que a comienzos de año recibió el galardón de mejor periodista joven en Nicaragua, un premio otorgado por el gobierno nacional.

El segundo programa Un paso atrás busca que los niños más experimentados cedan espacios a los nuevos talentos para que desarrollen sus aptitudes en los programas que realizan en la tele y en la radio. Es así como los técnicos de cámaras, de la radio y los periodistas se van rotando paulatinamente para que el nivel de participación sea igualitario.

Una escuela, un vertedero, y unas políticas

A comienzos del 2000, Jinotega ocupaba el cuarto puesto en la lista de las regiones con más actos delictivos en el país, pero en el 2015 ya había descendido hasta el undécimo puesto, convirtiéndose en la región que más ha disminuido la violencia en Nicaragua durante los últimos 15 años. Un dato que se complementa con que es el departamento con mayor participación ciudadana de sus niños y adolescentes, por datos suministrados por la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de la Presidencia del Estado.

Para las autoridades no es un secreto que el trabajo del Club Infantil es una de las claves del éxito. Los niños comunicadores tienen una larga lista de trofeos sobre sus logros sociales en Jinotega. Estos periodistas comunitarios no sólo disminuyen las estadísticas de violencia familiar y embarazos de adolescentes, a través de las secciones de prevención y denuncia que producen en sus programas en los medios de comunicación, sino que además trabajan con los concejales municipales para proponer programas que aseguren el cumplimiento de sus derechos.

¨Las autoridades municipales nos escuchan con respeto. Yo misma he hecho una exposición ante ellos sobre la importancia de incluir en sus programas de Gobierno nuevas políticas que incluyan a las personas con discapacidad física e intelectual. Les recordamos a las autoridades que tenemos unos derechos y hay que cumplirlos”, explica Elgyng, una comunicadora que ha tenido que abandonar la escuela por padecer retardación de retina.

Más de 450 niños han pasado por un Club Infantil que ha conseguido reducir los niveles de violencia de la zona

Otro de los logros de este club está en la mejora de la infraestructura del pueblo. Un breve recorrido por los parques centrales, algunas escuelas y zonas recreativas de Jinotega son suficientes para detectar que se encuentran en condiciones óptimas. “Nosotros hacemos campañas, denuncias y reportajes hasta que la municipalidad deja todo muy bonito”, dice Francis Zeas.

Un grupo de 50 familias que vive en el vertedero de basura de Jinotega abrió las puertas a los niños comunicadores, quienes hicieron un especial de entrevistas y reportajes hasta que lograron un gran paso: junto a la comunidad, los comerciantes y las escuelas crearon un programa de reciclado municipal. Esta política consiste en que los niños y adolescentes de este vertedero recorren escuelas y comercios dando charlas sobre el reciclado y buscando los residuos para así no tener que trabajar en condiciones inhumanas entre los escombros. Por un lado, este eco club incentiva el respeto por la naturaleza, y por otro genera mejoras en la vida de sus habitantes.

“Yo trabajaba en ese lugar feo (el vertedero) y ahora vengo a la ciudad para reciclar en las escuelas, en las tiendas. Con el dinero que gano puedo comprar golosinas y útiles escolares” cuenta Britney, de nueve años.

Sin fronteras

Desde comienzos del 2016, el Club Infantil multiplica la experiencia en escuelas situadas en zonas rurales y campesinas del norte de Nicaragua. El objetivo de este programa –impulsado por la ONG Educo y con apoyo de los ayuntamientos de San Cugat y Sabadell– es incentivar la participación ciudadana de niños y adolescentes que no tienen fácil acceso a los medios de comunicación social.

“El club infantil es una referencia de cambio en Jinotega, y en Nicaragua. Es un hecho innegable. Por eso no dudamos en sumarnos al trabajo para que cada día más niños sean los hacedores de sus propios cambios”, añade Juan Mauricio Castillo, director de Educo en Nicaragua.

De esta experiencia surgen dos nueva líneas de trabajo, con el objetivo de multiplicar la participación de los niños, niñas y adolescentes a través de la comunicación. La primera de ella es en las zonas rurales de Jinotega. Es así como en grupo de seis niños comunicadores viajan hasta estas comunidades lejanas para hacer actividades con los estudiantes, a través de las metodologías De par en par y Un paso atrás.

“Esto da voz a los niños que nunca la han tenido en los medios, y de esta manera comenzarán a tener acceso a la participación, a la libertad de expresión, a decir sin miedo lo que les gusta y lo que no, lo que quieren que mejore en su entorno, en su vida como ciudadanos”, asegura Keyling, una de las participantes de este programa.

Bryan tiene 10 años, y vive en Datanlí, una de estas zonas rurales. Él nunca había tocado una cámara, ni sabía que los niños podían “salir por la tele”, pero cuando se presentó la oportunidad de participar en el Club Infantil no dudó en ser parte de ello. Ya han pasado tres meses desde su primera clase, y a la hora de definir lo que significa esta experiencia para él, suelta con total convencimiento: “Es autoestima”.

En España, la ONG Educo produjo en trabajo multimedia en conjunto con los niños del Club Infantil que se titula Protagonistas del cambio, en el que se recoge la experiencia, y que busca incentivar a que niños de distintos países se sumen a la participación ciudadana.

Fuente de la noticia: http://elpais.com/elpais/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Fuente de la imagen:http://ep02.epimg.net/elpais/videos/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017_28336000_fotograma_3.jpg

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La escuela y sus orillas

Alberto Sebastián Barragán

En el centro está la escuela, en el centro del discurso. Hay elementos educativos fundamentales que no pudieron acomodar en el centro, y se quedaron en las orillas. En este “año clave” nos prometieron que aterrizaría la reforma en las escuelas y en las aulas, pero parece ser que nos darán lo que falta de la reforma educativa en abonos chiquitos.

Como hemos visto, las prioridades de la secretaría de Nuño parecen tener un orden de importancia. Con la “escuela al centro” se percibe lo que por decreto secretarial se ha considerado como el centro de la atención; y lo demás es de prioridad secundaria, o terciaria. Las líneas de acción, como refiere Carlos Ornelas (Excélsior,  27/01/2016), no tienen mucha novedad, ya que son las recomendaciones que hace la OCDE  a sus países miembros. Recordemos que el 2012 se publicó Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación en Educación. México, trabajo coordinado por Paulo Santiago, Isobel McGregor, Deborah Nusche, Pedro Ravela y Diana Toledo.

Dichas revisiones se realizaron de igual forma en varios países. Pero para el caso de México, establecieron que la evaluación opera en cinco niveles clave: (i) el sistema nacional; (ii) subsistemas estatales; (iii) la escuela; (iv) el maestro; y (v) el alumno. En el capítulo dos, se advierte que el marco de la evaluación parece estar fragmentado, debido a que “los componentes individuales se han desarrollado de manera independiente en el tiempo” (Santiago, McGregor, Nusche, Ravela y Toledo, 2014, p. 39).

Pareciera que no se aprende la lección, o que se actúa con negligencia. El sistema educativo mexicano se ha caracterizado por realizar sus reformas a través de diferentes entregas, con tanta distancia temporal que parecieran no estar relacionadas entre sí.

En una orilla, los maestros

Este año “clave”, pudo haber sido la diferencia, pero no. Mucho menos ahora que vemos que la prioridad 3. Desarrollo Profesional Docente, queda congelada. Recordemos que a mitades del 2015 se suspendió la evaluación por parte de la SEP, y semanas después se reactivó. Pues ahora la evaluación del segundo grupo de profesores se posterga para noviembre, si es que no llega la ocurrencia de volver a cambiar la fecha.

Pero en esa misma prioridad 3, está la preparación docente; tanto la formación inicial que se adjudica a programas de universidades y escuelas normales, como la formación continua que realizan los maestros en servicio. Ahora que se publiquen los resultados de los docentes evaluados (si existen áreas de oportunidad en los docentes) también se tendrá que poner en marcha, al mismo tiempo, la estrategia de fortalecimiento de los profesores en servicio.

Desde mitades del 2015 ya se asomaba un nuevo modelo para la formación docente en normales públicas, como acuerdo de la XXXVII Reunión de la CONAEDU, y por poco se presentaba oficialmente en agosto (según su “dinámica general”), pero no fue así. Poco después del cambio de secretario de educación, en septiembre de 2015, el INEE publicó las directrices para la formación docente, y hay oficios al respecto, pero no ha salido todavía el Modelo oficial de formación docente 2016.

Sin embargo, desde octubre de 2015, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación organizó cinco Encuentros Regionales de Escuelas Normales para la Consulta sobre el Modelo Educativo 2016. En dichos foros se presentó la información que ya se ventilaba como acuerdos de la CONAEDU, previos a las directrices del INEE. Pero no se han publicado las relatorías de las propuestas del SNTE a la SEP.

En la otra orilla, los Planes

La Prioridad 4. Revisión de Planes y Programas de estudio, resulta necesaria en la implementación de la reforma, para que pueda ser “educativa”. Si el modelo curricular se ha agotado, o nunca funcionó, o proponen otro mejor, tienen que demostrarlo. Tienen que publicar los resultados de la revisión y evaluación del Plan 2011 para educación básica, y diseñar la gran estrategia que implica su implementación. Si los maestros y los Planes de estudio no están en el centro, es posible que la escuela naufrague. Los resultados esperados requieren la participación de todos los actores educativos. Todos remando para el mismo lado, y al mismo tiempo.

Para acabarla

El plan “la escuela al centro” se monta en los Planes de estudio que no se han validado como pertinentes; y la nueva estructura de personal, supone que los profesores llegarán preparados para la nueva escuela, y que los excomisionados serán excelentes subdirectores. Las líneas de acción de la escuela al centro, parecen estar bien intencionadas, y se anuncian como la panacea que cura todo tipo de padecimiento.

Hace poco Antonio Gershenson publicó “¿Queremos más sexenios PRI-PAN-PRI-PAN?” (La Jornada, 31/01/2016), la nota advierte que a estas alturas la izquierda está dividida. Porque este gobierno anda en su segunda mitad, y ya se acerca el otro sexenio. Pero más que pierda un partido, o que gane otro, los principales afectados son los estudiantes y los docentes. Porque ya sabemos que cada nuevo presidente y su secretario, traen su solución para disolver la educación en México.

Twitter: @pluralidad

Jefe de redacción de Voces Normalistas
Conductor de “Dimensión Educativa”, en Radio Ciudadana, 660 AM.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-escuela-y-sus-orillas/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/09/conaedu-nu%C3%B1o3-300×200.jp

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