Argentina / 1 de julio de 2018 / Autor: Thamarkys Ochoa / Fuente: Segundo Enfoque
La gobernación publicó la normativa en el Boletín Oficial de esa instancia
El gobierno provincial de Santa Fe promulgó una ley sancionada por la Legislatura a fin de prevenir y erradicar el acoso escolar bajo la forma de hostigamiento o intimidación física o psicológica.
Es importante resaltar que, si bien la Legislatura venía discutiendo esta ley desde hace mucho tiempo, no había sido posible su promulgación, ya que el Ejecutivo la había vetado parcialmente.
La observación realizada por la gobernación giró en torno a la incorporación en los programas de los institutos de formación docente de una materia sobre acoso o bullying en el ámbito escolar.
En este sentido, la gobernación plasmó entre los considerandos que “resulta ambiguo agregar un espacio curricular destinado al acoso en las carreras de formación docente, porque este tema se encuentra en numerosas unidades curriculares”.
Desde la casa de gobierno de la Provincia de Santa Fe, consideraron que no es el diseño curricular el garante de la buena formación docente, “sino que son las condiciones institucionales, en sentido amplio, las que permiten una buena formación inicial”.
Ante las consideraciones realizadas desde la sede del poder ejecutivo provincial, las cámaras legislativas aceptaron la observación realizada y procedieron a hacer las modificaciones pertinentes, para que finalmente se firmara y fuese publicada en el Boletín Oficial de la gobernación.
Tratamiento del acoso escolar como política de Estado
Una vez promulgada esta Ley en la provincia, el Ministerio de Educación deberá establecer el tratamiento del acoso en ámbito escolar como una política de Estado en materia educativa.
Igualmente, se plantea realizar un protocolo de acción inmediata a seguir ante una situación de acoso en ámbito escolar y crear equipos de profesionales para atender situaciones de acoso para cubrir con inmediatez los requerimientos de todas las escuelas.
«De esta manera, de presentarse un caso de acoso en la escuela, está deberá elaborar una ruta de actuación inmediata, que debe incluir la notificación a padres o tutores y al Ministerio de Educación.»
Al momento de proponer esta ley, los legisladores santafesinos argumentaron la cantidad de casos que se conocen de acoso escolar, no sólo en esa provincia sino en muchas otras.
Argentina / 24 de junio de 2018 / Autor: Eduardo Ledezma / Fuente: El Litoral
“¿Es de equidad que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina llega hoy a la universidad?”, se preguntó hace unos días María Eugenia. La cuestión, además de estructurarse sobre datos falsos, pone de relieve una postura política e ideológica que ataca uno de los valores supremos de este país: la educación pública y gratuita. Y contradice el postulado meritocrático que sostiene, con bastantes recursos, el marketing de Cambiemos. Aquí, la carta de un pobre, correntino, que se volvió universitario.
Hola, María Eugenia. ¿Cómo le va, Gobernadora? Espero que bien. Iba a presentarme, pero creo que no vale la pena, ni que a usted vaya a importarle. Sí creo que resultaría útil y, por lo tanto, me gustaría hacerle llegar una historia que sucedió aquí en Corrientes, provincia lejana a la Buenos Aires que usted gobierna. Una de tantas.
Escuché y leí lo que dijo sobre las universidades públicas. Eso de que no fue justo llenar la provincia de universidades “cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina llega hoy a la universidad”. Eso es falso, ¿sabe?, además de canallezco.
Escuché, también, eso que dijo sobre las licencias de los docentes y sobre algo tan importante en este momento: que no será candidata a la Presidencia.
Qué bueno que lo diga, María Eugenia: tener una presidenta que piense lo que usted piensa sería, al menos, un retroceso. Porque no nos gustaría tener una presidenta que todavía no sabe que esto es Argentina y no el jardín de Noruega, Canadá o Suecia, donde se vive ciertamente mejor. O Finlandia, Singapur o Japón donde están los mejores niveles educativos. El punto de partida mayoritario, aquí, queda un tanto más lejos.
Qué bueno, de todos modos, que esté pensando en la plata de los docentes: en lo que deberían cobrar, María Eugenia. Usted fue votada para pensar en cómo gestionar el financiamiento de la educación pública, porque usted está en un gobierno, ¿sabe?, no en una empresa. Porque podemos estar de acuerdo en lo malo de los abusos y del costo de las licencias extendidas, María Eugenia, pero parece un tanto peligroso, además de demagógico -en ese contexto, claro-, ir a decir ante señoras y señores del Rotary Club que usted piensa que están mal algunos derechos que los trabajadores argentinos han conseguido a lo largo de muchos años de lucha. Las licencias, por mencionar una.
No se preguntó, en todo este tiempo, ¿por qué hay muchos maestros enfermos? ¿Por qué no pueden o no quieren dar clases? ¿Por qué necesitamos tantos reemplazos? O, en todo caso, ¿qué hizo usted para cambiar la matriz del problema que no sea la eliminación de derechos o recortes en el financiamiento?
En fin, María Eugenia. Igual, aquí estamos por otra cosa.
Déjeme contarle una historia que conozco: la de un muchacho pobre que se hizo universitario. Le va a encantar, a usted que es una leona, mamá corazón…
Nació en un pueblo que tenía menos de 10 mil habitantes a finales de la década del 70. En un pueblo chico de Corrientes, o sea, en el interior del interior, donde la igualdad de oportunidades, María Eugenia, no encuentra caminos asfaltados para entrar.
Su padre -el del muchacho-, trabajaba en una fábrica que cerró durante el menemismo. Su madre, ama de casa.
Sumada la miseria de ambos, no llegaba para hacer ni siquiera una pequeña gran miseria.
Con los años -dice el muchacho-, el padre le contó que en la época de Alfonsín conservaba al menos unas monedas que le permitían tener la cabeza despabilada. ¿Sabe por qué? Porque tenían que hacer malabares para gambetearle a la inflación. ¿Le suena?
Con Menem ya no hubo ni eso: ni monedas. El padre tuvo que poner todo su empeño en un oficio que tenía y sabía, porque había estudiado en una de esas misiones monotécnicas con las que el Estado, desde el primer peronismo, trataba de ayudar a la gente de las zonas alejadas o rurales como las nuestras.
El padre, pobre, cuenta el muchacho, hombreaba maderas que labraba en un taller al aire libre, resguardado del sol por la fronda de un naranjo, casi como un artesano, porque se imaginará, María Eugenia, lo que era para esa gente tener una máquina. Y si la tenía, lo que era pagar la energía. Bueno, no se aflija: es más o menos como ahora.
No alcanzaba la plata, claro, por eso el muchacho tuvo que salir a trabajar: tenía apenas 12 años. Vendía quiniela y diarios. Era canillita de El Litoral (como muchos lo fueron para pagarse sus estudios). Y estudiaba. Eso sí. Mucho estudiaba, María Eugenia, porque, ¿sabe qué?, el muchacho tuvo un momento de lucidez, y supo desde entonces que no quería para él eso que le estaba pasando a su familia.
Estudió y trabajó de chico, le hicieron bullying (que entonces no sabía que se llamaba así); algunos docentes lo ayudaban y otros le hacían zancadillas (siempre hubo esas cosas, ¿no?). Pero como el muchacho no se resignaba a que las cosas fueran así y no tenía fuerzas para cambiarlas, viajó a otro pueblo, haciendo dedo, cada semana (todos los lunes y viernes) para seguir estudiando. Los fines de semana volvía a su casa y salía a trabajar para poder costear la comida en el internado de una escuela pública, técnica, que hasta recibía especies como forma de pago. Comprenderá que el muchacho no tenía para bancarse una pensión. Pero el Estado estuvo otra vez allí. Y alguna gente, como la mayoría en Corrientes: gente que sabe dar la mano. ¿Entiende María Eugenia?
El muchacho siguió estudiando, se graduó con honores, fue abanderado, y entonces decidió que seguiría en la universidad. Sabía, por supuesto, que primero tenía que conseguir trabajo, porque no había nada que pudiera sacar de su casa, donde su madre ama de casa y su padre changarín, todavía tenían que alimentar otras 6 bocas. ¿Me sigue?
Pues el muchacho llegó a la Capital, como tantos correntinos del interior. Tuvo un trabajo que le permitió vivir: primero en un cuarto que le prestó un cura caritativo y después en una pensión y después en un departamentito que compartía con otros correntinos y chaqueños, estudiantes todos, pobres también.
Vino la crisis del 99 y tras cartón la de 2001. El Lecop nacional, el Patacón de ustedes, María Eugenia, y el Cecacor nuestro, que valía menos que papel higiénico. Comían salteado, María Eugenia, pero seguían estudiando.
“Teníamos pequeñas alegrías que nos permitían seguir” -me contó el muchacho-: el amor, la amistad, y algo que es casi una obligación entre los pobres: la solidaridad.
Gracias a la universidad pública, Gobernadora, el muchacho pudo salir del infierno. En este caso fue gracias a la Universidad Nacional del Nordeste, que tiene su sede en la Capital, porque Corrientes no tuvo la suerte de que le siembren universidades, ¿sabe?, cosa que evitaría la migración que nos desangra y nos vacía. Gracias a la Unne pudo seguir estudiando y trabajando. Le costó, pero pudo seguir, formar una familia, tener hijos, y hasta proyectar un futuro un tanto mejor para ellos, para sus hijos. No terminó la carrera en tiempo y forma, no, pero después de 14 años volvió, sacó materias y se lió con la tesis. Sigue intentando. Y allí sigue estando la universidad: pública y gratuita.
Sabe qué, María Eugenia: me dicen que el muchacho le mezquina los juguetes a los hijos, pero que gasta la fortuna que no tiene en libros. ¿Se imagina por qué, no?
El muchacho, gracias a la universidad pública, conoció amigos, amigos que le presentaron otros amigos que a su vez le presentaron a otros y fue haciendo una carrera. Le permite vivir, bien a veces: le permite saber que la comida, al menos, no es un problema. ¿Sabe qué?: hasta de vacaciones va. Y sueña con que algún día llevará a sus padres -que no saben lo que es eso-, tal vez a Asunción, que queda cerca. O al Brasil, más distante, pero a la vez más cerca y más barato que Mar del Plata. ¿Se imagina? Sus padres -los padres del muchacho- ¡de vacaciones! De ir, señora, por fin conocerán el mar.
*** El muchacho, María, es primera generación de universitarios en su familia de 7 hermanos. Y decidió quedarse. Porque señora, como usted sabrá bien, uno de cada tres correntinos se va: de su casa, su tierra, de su familia. Se va a Buenos Aires, por ejemplo, porque aquí escasea el trabajo. Aún hoy las oportunidades escasean, María Eugenia, y los sueños andan de a pie, ¿sabe?, y caminan lento, porque la cosa no mejora y cuesta más cada día. A los pobres por pobres, pero también le cuesta a nuestros mejores talentos, y aún a los más pudientes, para quienes esta provincia no tiene las redes de contención suficientes. Ni las necesarias tiene.
No quiero aburrirla, pero deje que le cuente algo: el muchacho trabajaba y estudiaba, y le costaba mucho el inglés. Pero ¿sabe qué?: gracias a la universidad pública pudo hacerlo una y otra vez. Y aprobó. Y gracias a la universidad pública leyó a Arlt, Walsh, Borges, García Márquez y Cortázar; a Hemingway, Capote, Wolf y Dostoievski; a Kafka y a Macedonio. Leyó a Ulrico Schmidl: ¡con eso le digo todo!
Gracias a la universidad pública, un día leyó a Piglia, y este le contó a través de uno de sus personajes que también a Arlt le costaba el inglés, por lo que, para leer literatura de afuera, “ilustrada”, el “maldito” leía traducciones. ¡Qué le parece!
Gracias a la universidad pública, me dijo el muchacho, puede discrepar con usted, María Eugenia. Tal vez no le importe, pero para este muchacho, que haya universidad pública en Corrientes no es una “prioridad equivocada”. Ojalá siembren más universidades en toda la provincia, porque como las carreras están mayoritariamente concentradas en Capital y en Resistencia, se abusan los inmobiliarios. Cuesta mucho alquilar una casa pequeña, un departamento o una pensión. Y ¿sabe qué?: en Corrientes hay cerca de 50 mil universitarios. Este año se inscribieron 21.865. ¿Sabe cuántos alumnos había hace 50 años?: había sólo 1.409. Ahora egresan anualmente cerca de 3.000 profesionales.
La Unne, además, da trabajo a 4.898 docentes y a 1.869 no-docentes. Casi sin presupuesto, en tanto, se las amañaron para crear gabinetes de investigación, con todo lo que eso significa. Pero hay más: unos 7.100 alumnos y alumnas estudian en las universidades privadas.
¿Se imagina lo que es eso para nosotros, María Eugenia, una provincia que aún hoy tiene el 40 por ciento de su población en la pobreza y el 10 por ciento más en la indigencia? Uno de cada dos…
La universidad pública le dio a ese muchacho una oportunidad. Se las da a miles de argentinos. De hecho, en Corrientes y Chaco estudian personas de muchas provincias. En las caras de esa gente se nota cuándo desayunaron y cuándo no, María Eugenia, pero van. Tenemos el mate, que sirve para la mañana, la siesta, la tarde y la noche. Para engañar al estómago y espantar al sueño. Si pueden comprar yerba, habrá para seguir soñando, pero despiertos. Para creer que es posible un mañana mejor.
Tal vez algunos tarden largos años y otros no se reciban nunca, pero ya no serán los mismos.
El muchacho que le cuento, María Eugenia, no fue el mismo después de leer el primer apunte fotocopiado. No fue el mismo después de leer a Tomás Eloy, Caparrós, Guerriero, Licitra, Cabezón Cámara o a Alarcón. No fue el mismo después de Lope de Vega: mire que lo que digo. De García Lorca. O de Godoy Cruz, que además daba clases en la facultad a la que iba. ¿Se imagina un pobre con esos libros? Conocer de Velázquez, saber de Rubens, Da Vinci, Picasso, Van Gogh, Goya, Monet o Manet…
Me contó una vez que sus cuadros preferidos son los románticos y heroicos. Le gusta mucho “La balsa…” de Géricault; “La libertad conduce…” de Delacroix; o Marat pintado por David. Si no fuera por la universidad pública, ese pobre muchacho, o muchacho pobre, no sabría de la Bauhaus, ni de Kandinski, ni de Pollock.
Me contó que una vez viajó a Cachi, Salta, donde estuvo estos días el Presidente. ¿Y sabe qué? Allí, en esa altura rocosa donde el diablo perdió el poncho, vio un par de niños collas con sus computadoras proveídas por el Estado. Estaban estudiando mientras cuidaban sus cabras.
¿Se figura lo que es eso, María Eugenia, para “los caídos” en la educación pública? Si no se hace la idea, sepa que mucha gente antes que usted, María Eugenia, no sólo lo imaginó, sino que lo llevó a la práctica, e hizo de Argentina un país distinto a los demás, donde la educación a secas, y más aún, la educación superior, es una cosa para pocos, como sugiere su pensamiento elitista, un tanto desclasado, que parece querer arrebatarle a los pobres tal vez la única puerta de salida que le ofrece el Estado cuando no llega tarde.
¿Sabe qué pasa cuando el Estado llega tarde, Gobernadora? Traslada a esos pobres en ambulancias o patrulleros a poblar terapias o calabozos.
La educación pública, la universidad, María Eugenia, en Corrientes provee como pocas cosas un aspiracional histórico: la movilidad social de los que no tienen dinero, pero sí tesón e inteligencia y eso que usted dice, citando a Einstein, que es la fuerza más grande del universo: la voluntad.
La historia de este muchacho que le cuento, María Eugenia, se repite por miles en Corrientes, como en toda la Argentina. Casi le diría que en esas historias se condensa el modelo meritocrático del que habla Cambiemos, ¿o eso es puro verso, eso también, María?
Bueno: no me haga caso. Pero, ¿me creería si le digo que aquí hasta los ricos estudian en la universidad pública? Es más, de allí salieron muchos de los dirigentes que integran Cambiemos, ¿sabe? Más aún: de ahí salieron muchos de los votos con los que Macri ganó el país y usted la provincia, María Eugenia. De la universidad pública salieron nuestros gobernadores, ¿sabe?, socios políticos suyos además, y una gran cantidad de funcionarios que cuando eran chicos, señora, eran pobres. Son los nombres propios de la movilidad social ascendente.
En fin. No quiero molestarla más. Usted ya tiene bastante poniéndose botas de goma y jeans y tapados de leona para ir de safari a las zonas carentes de Buenos Aires. Si viniera de safari a Corrientes, María, vería que de esos caseríos marginales salen pibes que van a la universidad, que trabajan y estudian y casi no comen y casi no duermen. Y pibas que, además de todo eso, en algunos casos tienen que criar también a sus chiquitos. Ideal para las selfies que tanto le gustan, señora.
***
P/D: Gobernadora. Me dijeron que sus lecturas favoritas son las novelas de Hosseini, y que le gusta mucho Jeffrey Archer y también Sidney Sheldon.
La lectura del muchacho que le cuento, María, es una especie de biblioteca mínima para las carreras de Comunicación, porque, me olvidé de decirle: siempre soñó con ser periodista, y viajar, conocer gente y lugares, tratar de señalar sandeces, custodiar valores -como los de la educación, por ejemplo-, y eventualmente alguna vez entrevistar a un presidente. ¿Qué le parece? ¿Nada mal, no? Nada mal para el hijo de un carpintero y una ama de casa. Para un muchacho nacido en el interior del interior, en un pueblo pobre de una provincia pobre insertada en una de las regiones más pobres de la Argentina.
Hay mucha voluntad ahí, María Eugenia, pero no sólo eso: también allí estuvo siempre la educación pública. Y gente que supo tender la mano.
Que le vaya bien, Gobernadora. Reciba nuestros pobres saludos desde Corrientes.
Argentina / 24 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Momarandu
Ante maestros y alumnos, el presidente de la Cámara de Diputados Pedro Cassani señaló en Goya la necesidad de actualización de los sistemas de enseñanza
Repitió que en la sociedad hoy “hay currículas del siglo XIX, con docentes que se recibieron en el siglo XX, enseñando a chicos del siglo XXI”
Cassani abrió la Jornada de Capacitación Docente en “Temáticas y Estrategias Innovadoras en Educación Técnica Profesional”, en Goya con la presencia de alumnos de esta ciudad, y Perugorría, Mercedes, entre otras.
“La educación es uno de los grandes desafíos que tenemos en las próximas décadas”, -tanto desde el punto de vista del rol del estado, como de las acciones que provengan de las comunidades educativas, señaló.
En ese sentido, sostuvo que “cuando hablamos en actualización, a veces, pensamos que estamos 20 años atrasados, 30 años atrasados; y la visión que tenemos nosotros es que estamos prácticamente 3 siglos atrasados”.
“Prácticamente 3 siglos han pasado ¿por qué? Porque tenemos en algunas materias currículas del siglo XIX, con docentes que se recibieron en el siglo XX y estamos enseñando a chicos del siglo XXI”, detalló.
Tras dialogar con los presentes, Cassani, reiteró el concepto de que “la educación es una gran igualadora de oportunidades”; instando a potenciar las capacitaciones, y los encuentros –desde la escuela- con padres y tutores, para lograr una participación más activa de éstos, en el proceso educativo.
Argentina / 15 de junio de 2018 / Autor: Josefina De Mattei / Fuente: Ladran Sancho
El intelectual brasileño visitará nuestra ciudad para brindar diversas charlas en la Universidad Nacional de Luján y en el Centro Cultural y Social José Artigas el martes 12 y miércoles 13 de junio.
El reconocido educador popular y teólogo de la liberación Frei Betto llega a diferentes sedes de la Universidad Nacional de Lujan (UNLu) para reflexionar sobre la actualidad que atañe a la universidad pública, organizaciones y educación popular durante el martes 12 y miércoles 13 de junio.
El ciclo de charlas surge a raíz de la visita de Frei Betto a la Argentina invitado por la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (C.E.I.P.) y organizado junto al Departamento de Educación de la UNLu. El escritor brindará una semana de conferencias que inician en Buenos Aires en la fábrica recuperada IMPA.
Frei Betto es co-autor con Paulo Freire del libro “Esa escuela llamada vida” y con Fidel Castro de “Fidel y la Religión”. De origen brasileño, el intelectual estuvo y continúa comprometido en la vida política de su país, cercano a los procesos de lucha de su pueblo: desde los movimientos eclesiales de base, los movimientos obreros y populares pos dictatoriales. Además, colaboró en la fundación del Partido de los Trabajadores (PT), su llegada al gobierno y encabezó el programa contra el hambre en el gobierno de Lula da Silva.
“Como educador e intelectual crítico y comprometido, Betto ha desarrollado la capacidad de ser un profundo analista de los procesos sociales, un sistematizador de los aprendizajes colectivos de los movimientos populares y un problematizador de los dogmatismos de diverso signo. Por ese motivo estamos invitando entusiastamente con la certeza de que se trata de una oportunidad para pensar juntos sobre aspectos sustanciales de nuestra actividad profesional y política”, expresaron desde la institución.
En Luján el primer encuentro comenzará el martes 12 de junio a las 14:00 en el Centro Cultural José Artigas, Mitre 846. El tema será “Actualidad latinoamericana y desafíos para la organización popular”, orientado a organizaciones y cooperativas de nuestro partido y ciudades cercanas con el objetivo de intercambio y reflexión entre el público y el escritor.
En el contexto del centenario de la Reforma universitaria, escenario que dio lugar a la democratización del acceso y a la corriente de pensamiento latinoamericano, el desfinanciamiento que sufre la universidad pública y las declaraciones de María Eugenia Vidal repudiados por la alta casa de estudios de nuestra ciudad, Frei Betto brindará conferencias en distintas sedes de la UNLu sobre la universidad pública en la actualidad.
El martes 12 de junio a las 18:00 en el auditorio de la Sede Central, Ruta 5 y Avenida Constitución, la actividad tratará de “Universidad Pública y Educación Popular”. En la delegación de San Fernando, ubicada en Avenida del Libertador 1700, el miércoles 13 de junio a las 10:00 brindará una charla sobre la “Educación popular en América Latina hoy”.
Finalmente, culminará su exposición el miércoles 13 de junio a las 18:00 en el Centro Regional San Miguel, Avenida Balbín ex-Mitre esquina Farías, orientado a “100 años de la reforma: universidad pública y desafíos populares”.
Argentina / 17 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Página 12
Ya son once los secundarios tomados en apoyo a la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, que mañana se discutirá en el Congreso. A pesar del rechazo de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, que insistió con el protocolo anti tomas suspendido por la Justicia, los estudiantes remarcaron que el debate por la despenalización y legalización del aborto está inmersos en sus colegios desde hace años. Las tomas durarán hasta el miércoles al mediodía, cuando los centros de estudiantes se movilicen a la plaza Del Congreso.
«La ministra intenta descontextualizar el tema del aborto con los secundarios y es un error. Nosotros estamos en contra de que las personas gestantes de entre 13 y 16 años necesiten de una autorización de un adulto para poder abortar, una de las modificaciones que se le hizo al proyecto original”, opinó Tamara Goldzamnd, estudiante del Mariano Moreno, una de las escuelas tomadas.
Para la estudiante, el tema del aborto “va muy acompañado con la educación sexual”, algo que consideró un reclamo histórico del movimiento estudiantil. “Hace diez años reclamamos la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral, es uno de los pilares para que dejen de haber abortos o se reduzcan”, sostuvo Goldzamnd en diálogo con la AM 750.
Asimismo, la estudiante remarcó que es “urgente” en las escuelas la aplicación de un protocolo de género porque “ni los preceptores ni tutores están capacitados para llevar a cabo y solucionar esos problemas”.
Hasta ahora son once las escuelas tomadas por los estudiantes para adherir al aborto legal. Además del Mariano Moreno están tomadas el Carlos Pellegrini, el Nacional Buenos Aires, la Escuela Bellas Artes Rogelio Yrurtia, la Escuela de Cerámica Nº1, los Normal 1 y 6, el Lenguas Vivas, el Rodolfo Walsh, la escuela Osvaldo Pugliese y la Julio Cortázar.
América del Sur/Chile/12.06.18/Fuente: www.mundotkm.com.
Hablamos con jóvenes de entre 14 y 20 años sobre su experiencia en las escuelas públicas y privadas de Argentina.
En la gran mayoría de las aulas del país todavía no se lograron modernizar las herramientas de estudios. Con sistemas que se usaban en otros siglos y programas que no logran abarcar las necesidades educativas de todos los chicos en edad escolar, hay un descontento generalizado sobre el sistema educativo.
La falta de herramientas tecnológicas, la poca o casi nula capacitación docente y las fallas edilicias, también suman inconvenientes a esta problemática.
Esto se evidencia no solo a través de la experiencia real de alumnos y docentes, sino de números otorgados por las Pruebas Aprender, realizada en 2016 en casi 31 mil escuelas de todo el país, tanto públicas como privadas.
Según informó el Ministerio de Educación de la Nación, el 46,4% de los alumnos de 5° y 6° año del secundario no comprende un texto básico, mientras que el 70,2% no puede resolver cuentas o problemas matemáticos sencillos.
Los chicos que asisten al colegio se están animando a manifestarse y contar su visión acerca de la enseñanza actual. Hablamos con jóvenes de entre 14 y 20 años de edad, que asisten a colegios públicos y privados de distintas provincias de Argentina y de Buenos Aires. Nos compartieron su sentimiento sobre el sistema educativo actual y la forma en la que transitan su paso por el colegio.
Frustración, miedo, ansiedad y angustia. Esas son algunas de las sensaciones que los adolescentes nos transmitieron sobre lo que sienten en las escuelas de Argentina.
1- “Particularmente me tocó escuchar a un docente pidiendo proyectos a los alumnos con respecto al Mundial. Una exposición sobre cada grupo. Y lo primero que le dije fue “¿y por qué en vez de plantearnos un proyecto sobre el mundial, no me dan la educación sexual que nunca tuve de parte del colegio?”. Y se quedaron todos callados. Exijo a mis directivos una educación sexual adecuada hace tiempo, ya que en mi colegio estamos viendo embarazos cada vez mas seguidos, y por suerte, ninguna tuvo que recurrir a un aborto. La educación es mediocre, pero al menos está. El sistema de educación es totalmente antiguo y obsoleto, pero los alumnos no tenemos voz ante eso. No tenemos voz ante las injusticias diarias (calificaciones, derechos, malos tratos, bullying, igualdad, entre muchas otras). Es triste, pero es la realidad. Y no nos queda otra que decir ‘ya fue, me queda poco para terminar el colegio y me rajo de acá’”.
-Luca Manchone, 16 años.
2- “A mi en lo personal, no me gusta en lo más mínimo. Dejando de lado el tema de evaluaciones y estudio, yo creo que toda la temática de géneros y abusos se trata de pésima manera (si es que se trata) y no se da el espacio necesario a las chicas para cumplir con sus necesidades cuando sufren una situación de este tipo. Después, yendo para el lado de las materias, vuelvo a decir, para mí, no está bueno que te determinen con un número. Te sacás un 7, listo, aprobás. Te sacás menos que un 7 y te llevás la materia. Si en diciembre, febrero , marzo no aprobás, te quedás libre y te tenes que ir del colegio. ¿Por qué? ¿Por qué una nota me tiene que definir? No le encuentro el sentido a por qué creen que poniendo a les pibes en una situación de estrés y angustia, van a conseguir que puedan expresar todos sus conocimientos. Yo creo que estaría mejor que se evaluara de otra forma y que se analizara mejor el caso de cada persona, porque no todes tienen las mismas capacidades. Si hay algo que rescato del colegio es que es un espacio súper libre donde pude conocer a gente de muchísimos lados, me dieron la posibilidad de informarme sobre temas súper importantes como feminismo, aborto, etc y gracias a esto fui a marchas, pañuelazos. La institución en sí es enorme y me gusta mucho tener el espacio como para poder quedarnos todos los días en la puerta del colegio Ahí sentados charlando, tomando algo, escuchando música”.
-Malena, 14 años.
3- “Pienso que no le dan importancia a muchas cosas que si lo son como el cuidado del chico/a, o sea si la persona necesita el apoyo del colegio cosa que en la casa no se la dan, también a los chicos que viven en las calles poder darle un pupitre para que puedan aprender. En la parte intelectual a muchos colegios le falta mucho y no solo darle importancia a las materias comunes como matemática, lengua, etc. También deberían poner mas materias prácticas como talleres por así decirlo, que los chicos puedas expresarse a través de cosas ya sea como pintar, cantar, carpintería, bailar, etc.”.
-Francisco Ruiz, 20 años
4- “Pienso que la educación en la Argentina es algo que nos afecta diariamente. Muchas veces no nos enseñan a respetar a los demás ni a nosotros mismos (aunque digan que eso se aprende desde la casa). Nos enseñan cosas que para todos los días no nos sirve y creo que a la mayoría de nosotros no nos interesa, pero no nos enseñan a ser buenas personas, tampoco tenemos ESI (Educación Sexual Integral) como corresponde. Fuera de todo esto, creo que también nuestra educación es muy baja y muy básica. En las escuelas nos quieren adoctrinados e ignorantes, no nos enseñan a luchar por nuestros derechos o por lo que nos falta día a día, nuestra educación no merece llamarse educación”.
-Delfina D’alesio, 17 años.
5- “Yo creo que en cierto punto el colegio cada vez nos está apagando más la creatividad a los adolescentes. El otro día vi una entrevista de la productora Cris Morena en la que decía que no necesitamos más la institución del colegio y yo creo que es verdad. Tener que tener un profesor enseñándonos a nosotros, creyéndose superiores cuando quizás no lo son y tener que levantar la mano hasta para ir al baño. Nos convencen de que vos somos una nota o nuestra forma de vestir y esas cosas atrasan mil años. La verdad es que el colegio nos está matando la creatividad y las ganas a algunos”.
-Gonzalo Álvarez, 17 años.
6-“Realmente me parece mala. Las pocas materias, los pocos profesores a lo largo de mi secundaria que realmente nos enseñaban, fueron echados, no les renovaron el contrato, o los “hacían renunciar” o tomar otras medidas. La educación esta estandarizada y estancada en una educación de hace 150 años que hoy día solo desmotiva a la juventud. Las personas que buscan cambiar eso, son removidas. Y ni hablar de la antigüedad de los conceptos. Deberían ser actualizados”.
-Abril Zapia, 17 años.
7- “Es una decepción que haya decaído tanto el nivel educativo tanto en escuelas públicas o privadas. No creo que nunca haya estado 10/10, pero ahora sinceramente siento que es una porquería, nada que ver a la educación de hace 10 años atrás. Los pibes salimos sin saber absolutamente nada, sin saber razonar por nosotros mismos, afrontar situaciones, sin el nivel de conocimiento que necesitamos para cursar una carrera. Es decepcionante que pase esto y es mucho más notorio en provincias del interior, como San Luis. La educación de esta provincia, según lo veo yo, no se asemeja ni un poco a la de Buenos Aires”.
-Lourdes Belén González, 17 años.
8- “La educación secundaria de nuestro país es incompetente en el sentido que se siente como una ‘Primaria Parte 2’ y no como ‘La precuela a la universidad’. Un examen de universidad no se compara a uno del secundario, los contenidos, la cantidad para estudiar. Los 3 trimestres de sexto año no son ni los primeros 2 meses de la universidad. En ese sentido falla ya que no le dan a los alumnos lo que necesitas, que es no ser golpeados en la cara por la universidad. De esa forma se impulsaría el estudio universitario y menos gente dejaría sus carreras”.
-Facundo Perez, 17 años.
9- “El sistema educativo tiene varios errores, pero aún así creo que depende mucho del colegio. El año pasado estuve en uno en el que no me dejaban teñirme el pelo de colores, ni maquillarme,ni tatuarme, ni llevar piercings, ni accesorios, ni nada. Básicamente no nos dejaban tener libertad de expresión,en la mayoría de los colegios privados(en los católicos más que nada)nos adoctrinan demasiado, pero ahora estoy en un colegio en dónde podemos expresarnos como queramos, nos motivan a desarrollar la creatividad y el ingenio, no se basan únicamente en la memorización y saben que cada une tiene capacidades diferentes. Estoy más que conforme con la educación que recibo pero por mi colegio, por la pedagogía que mi escuela tiene, sé que en otros colegios no son así”.
-Luna, 15 años.
10- “Siento que es una educación competitiva. Básicamente ‘enseñan’ con una base más inferior que los que realmente tienen capacidad de aprendizaje. O sea, se debería de separar por capacidades. Porque para los de arriba, al menos en las escuelas públicas, somos todos iguales… y nada que ver. El que aprende aprende…el que no repite…y repetir no le sirve a nadie. Sólo pierden un año”.
-Ulises Pizarro, 18 años.
11- “Siento que las cosas que hicieron con la ‘Nueva Escuela Secundaria” nos quitaron cosas que eran necesarias como algunas materias como Contabilidad en mi caso que voy a una escuela comercial y mi idea es una carrera comercial. En el colegio me siento muy cómoda, no es un colegio muy revuelto. Y esta etapa la vivo pasándola lo mejor posible siempre, disfrutando los últimos años de vagancia y joda”.
12- “Lamentablemente es pésima, no tienen autoridad sobre los alumnos, no enseñan lo necesario para poder estar preparados para una universidad, lamentablemente muchos profesores como también el directivo no se preocupan por la enseñanza ni por el bien estar de los alumnos, a unos colegios de la zona hasta llegaron a sacarle los calefactores en esta época por el simple echo de que gastan energía eléctrica, pienso y creo que alguien debería fijarse también en las condiciones que un alumno está estudiando y ver que tampoco tienen apoyo de un establecimiento educativo como deberían tenerlo”.
-Agostina Troncoso, 17 años.
-Florencia, 16 años.
13- “Es muy malo, un sistema educativo que lo único que hace es que te den ganas de llorar en vez de ganas de estudiar y aprender”.
-Camila Delia, 14 años.
14- “Yo pienso que hoy en día la educación está muy desviada sobre la realidad del país, aprendemos un montón de cosas que son útiles pero no nos educan sobre la realidad que pasa todos los días. Por ejemplo, el tema del aborto o la educación sexual. Yo fui a un colegio privado y no la tuve y es algo re importante. Yo pienso que nos tendrían que educar más sobre la actualidad, que nos eduquen personas con consciencia social. Está bueno tener datos históricos y que nos den todo, porque hay que sumar pero que también algo de realidad, de la vida, de lo que pasa en el país. Que podamos salir a la calle y saber cómo encarar las cosas y ser prácticos. Al enseñar las problemáticas del día a día está bueno porque se pueden llegar a crear soluciones y creo que es la mejor forma de poder hacer un país mejor. Si nos educan ignorantes así va a ser siempre. Se trata del compromiso de los que nos enseñan, que tiene que ser honesto y real para que eduquen a estos chicos para que sepan lo que pasa y que de ellos se cree algo bueno y cosas lindas”.
-Nacho Giacosa, 19 años
15- “Es un fracaso. Yo tengo la capacidad de aprender por otros medios Pero hay gente que no, y el sistema tampoco apoya eso. Tampoco te prepara para una educación universitaria. Salís del secundario creyendo que sabes algo. Mi viejo, en su primer día de universidad tuvo un profesor que le dijo: ‘Lo que aprendieron en primaria y secundaria no les sirve para 3 carajos’ Y eso fue en el 90 y pico”.
-Agustin Cozzella, 17 años.
16- “Hoy en día, a diferencia de otros años, ha empeorado mi experiencia en las clases con respecto a lo que me enseñan los profesores ya que entre otros casos, en vez de enseñarnos, utilizan el tiempo en contarnos que están mal económicamente, que no llegan a fin de mes, que ya no tienen tantas ganas de enseñar como antes, que tienen que poner de su bolsillo el dinero para fotocopias y materiales, a pesar de que mi colegio es privado y mis papás pagan con la cuota una parte para materiales. Después veo que gente grande que solo tiene título primario tiene más conocimientos que hoy en día un chico que sale de la primaria. Cuando entre a la facultad me va a costar mucho más insertarme a ese sistema educativo porque estaré atrasada”.
-Micaela, 14 años.
17- “Siento que la educación de la Argentina nivela para abajo porque si nos educamos somos inalienables y eso no les conviene, porque somos menos manejables”.
Fuente de la reseña: https://www.mundotkm.com/actualidad/2018/06/12/pensamientos-que-tienen-los-adolescentes-sobre-el-sistema-de-educacion-actual/
Seguimos recorriendo caminos de tiza. En esta oportunidad, junto a Mirta Goldberg, conversamos acerca de la planificación en las escuelas. Nos preguntamos: ¿Qué lugar ocupa la planificación en la tarea docente? ¿atenta contra la improvisación? Para indagar sobre este tema, recibimos a Santiago Vázquez, maestro de la Escuela N° 15; Betina Akselrad, Prof. de prácticas y residencia de la Escuela Normal N° 7 y coordinadora del equipo de ciencias sociales del nivel primario de Escuela de Maestros; y a Magalí Martínez, maestra bibliotecaria de la Escuela N° 15. Además, compartimos testimonios de docentes que nos aportan diferentes perspectivas y puntos de vista.
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