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República Dominicana: Un 18 por ciento de niños dominicanos ausentes del preescolar

Centro América/República Dominicana/16 Febrero 2018/Fuente: Prensa Latina

El 18 por ciento de los niños dominicanos de cinco años están ausentes de la educación inicial, según un estudio del Ministerio de Educación y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia presentado hoy aquí.

De acuerdo con una nota de prensa, el titular Andrés Navarro participó este martes en la presentación del estudio Niños fuera de la escuela: la exclusión educativa en la República Dominicana, el cual aportó el mencionado dato acerca de la educación inicial.

La investigación también confirmó la deserción escolar al encontrar que el 60 por ciento de los dominicanos con edades entre los 18 y 20 años no finalizaron la escuela en el período educativo encuestado.

Otro dato importante que arrojó el informe es que el 25 por ciento de los estudiantes de 15 a 17 años asisten a la educación de adultos cuando debían estar concluyendo la educación media superior o bachillerato.

Durante la presentación el ministro expresó que es necesario profundizar en los programas de investigación como elemento fundamental para identificar con rigor las debilidades y las fortalezas en el sistema educativo dominicano.

Los datos expuestos en el estudio indican que debemos desarrollar políticas asertivas con las evidencias logradas pues muestran las vulnerabilidades las cuales van más allá de razones limitadas al sistema educativo, tienen sus raíces en la histórica estructura social del país, agregó.

Asimismo, Navarro señaló que el reto en la educación dominicana, tal y como lo refleja el estudio, está en mejorar la gestión en los centros educativos, con un concepto más inteligente y estratégico para facilitar identificar las vulnerabilidades, e incluso, prevenirlas.

Por último, dijo que resultados como los vistos en esta ocasión, ‘debemos asumirlo con humildad y como una valiosa oportunidad para la autocrítica que coadyuvará en el propósito de alcanzar una transformación sincera del sistema educativo’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=152410&SEO=un-18-por-ciento-de-ninos-dominicanos-ausentes-del-preescolar
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México: Ausentismo escolar por alta inseguridad

México / 11 de febrero de 2018 / Autor: Héctor García / Fuente: Diario Basta

En Cuautepec Barrio Alto, delegación Gustavo A. Madero, la inseguridad es de tal magnitud que hasta los estudiantes que viven cerca de la Universidad de la Ciudad de México (UACM) plantel Cuautepec, lo piensan para acudir a clases.

Es decir que el ausentismo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, es por temor de los estudiantes a ser asaltados, lastimados o hasta  con el riesgo de perder la vida de manos de los malandrines, sostuvo el legislador morenista por esa demarcación, Paulo César Martínez López.

Los delitos de alto impacto, como robo a casa habitación, comercios y transeúntes, se debe a la falta de un trabajo de prevención por parte de las autoridades delegacionales, quienes, dijo, solo se han dedicado a simular y a no reportar mapas de la incidencia delictiva a la SSP, para que ponga en marcha operativos policíacos con el objetivo de perseguir y poner tras las rejas a delincuentes que traen en jaque a muchas colonias de la GAM.

“Imagínate a qué niveles se registra la inseguridad en Cuautepec Barrio Alto, por citar solo un caso, que hasta los estudiantes prefieren no ir a la UACM para evitar que sean despojados de sus pertenencias”, alertó.

Lamentó que mientras el actual delegado Víctor Hugo Lobo Román, sueña con una senaduría, los habitantes de la GAM, se las arreglan solos para repeler a los amantes de los ajeno.

“Hoy en esa delegación, todos futurean políticamente. Se ven en el Senado de la República, por lo que los problemas de la ciudadanía deberán esperar hasta que pasen las elecciones el próximo primero de julio”, apuntó.

SAID

Un estudio de Semáforo Delictivo, indica que durante 2017, se dispararon los delitos de alto impacto en la GAM, como robos a negocios, casas habitación y lesiones dolosas, colocándola en tercer lugar en este rubro, solo atrás de las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

Fuente de la Noticia:

Ausentismo escolar por alta inseguridad

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Venezuela: Educación en Jaque por Inasistencias

Venezuela/30 de enero 2018/Por: Roselis de Leca /Fuente: http://www.laprensalara.com.ve

La paralización del transporte interno por falta de cauchos y mantenimiento, sumado los altos precios de las rutas colectivas, son la principales causas de las inasistencias estudiantiles en las escuelas de niños especiales, en Barquisimeto, cuya cifra gira entre 40 y 50% de ausentismo.

“De una matrícula de 52 alumnos, vienen entre 25 y 35 niños, unas tres veces por semana”, comenta Dania Rodríguez, directora del Instituto Centroccidental Bolivariano de Audición y Lenguaje (Icoal), quien explica que la mayoría son provenientes de municipios foráneos como: Tamaca, Villa Crepuscular, Quíbor, Yaritagua, Sabana de Parra, entre otros, por lo que se les complica mucho más cubrir los gastos de movilización diaria por sus propios medios.

La misma situación se registra en la Unidad Educativa Especial Bolivariana María Meléndez de García, según Ana Valera, directora del plantel.

Autoridades de ambos institutos han solicitado al Ministerio de Educación que sean otorgados los insumos para poner operativas las unidades de transporte interno pues de esta manera se podría evitar el ausentismo, sin embargo están a la espera de respuesta.

Mientras tanto, los respresentantes hacen de tripas corazón para poder llevar a sus niños a clases. “Yo vivo en el kilómetro 12 vía Quíbor, debo agarrar mínimo tres buses. Mi esposo no tiene trabajo estable y diario debo disponer al menos de 10 mil bolívares para pasaje”, expresa Yumaira Medina, madre de un niño con discapacidad auditiva.

Representantes aseguran hacer todo lo posible para que sus hijos no pierdan clases, por lo que han llegado a acuerdos con los docentes para que sean más flexibles. “Yo hablé con la profesora, porque ahora agarro Transbarca que es más barato, pero por la cola a veces llegamos un poco tarde”, narra Lenny Lizardo, quien resalta la importancia de la educación de estos jóvenes con condiciones especiales.

A pesar que las inasistencias entorpecen o retrasan los procesos de enseñanzas, madres y docentes trabajan de la mano con la asignación de tareas para cubrir las faltas, “yo estoy muy pendiente de lo que les dan, o las tareas que mandan, para que el día que no lo pueda traer, lo refuerzo yo desde casa”, comenta Yanneth Ocanto, madre de un niño de ocho años.

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Educación en jaque por inasistencias

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Argentina: La formación docente, la apuesta de 2018 para mejorar el aprendizaje.

Este año se esperan los resultados de las evaluaciones a maestros que ayudarán a rejerarquizar el papel de los institutos que los preparan; creen que el nuevo rol es fundamental para modernizar el secundario.

América del Sur/Argentina/09.01.2018/Autor y Fuente: http://www.lanacion.com.ar

En el país se necesitan cada vez más maestros y mejor preparados. Sin embargo, el 55% de los estudiantes que ingresan en los centros de formación docente abandonan la carrera durante el primer año de cursada y la tasa de graduación no alcanza el 30%. «Este es el año de la construcción de la formación educativa», señala la secretaria de Innovación y Calidad Educativa de la Nación, Mercedes Miguel, al anticipar los desafíos del área para revertir el mal desempeño en el aula.

«Hay una distorsión entre la teoría y la práctica en el aula. Falta capacidad para hacer un seguimiento de los resultados del aprendizaje, por ejemplo. Con los resultados de la prueba Enseñar [tomada a más de 24.000 futuros docentes de los 510 institutos de formación del país], que se conocerán en abril, se podrá saber mejor cómo cambiar la práctica en el aula», añadió Miguel.

La prueba Aprender de 2016 también confirmó estas deficiencias y desnudó las dificultades del primario. El 70,2% de los alumnos de 5º y 6º año del secundario no puede resolver cuentas o problemas matemáticos muy sencillos y el 46,4% no comprende un texto básico. En el primario, el 41,6% no logró niveles satisfactorios ni avanzados en matemática y el 33,2% estuvo en el escalón básico o por debajo del básico en lengua.

Con la reforma de la secundaria a nivel nacional que empezará a aplicarse en 2019, el salto cualitativo está en mejorar la capacidad de los docentes de estar al frente del aula y de los equipos directivos en liderar los proyectos.

«Los institutos de formación docente están muy centrados en la teoría y el éxito futuro será centrarlos en hacerlos generadores de aprendizaje. Los docentes tienen que pasar del foco de sus disciplinas a poder desarrollar proyectos transversales», sostuvo la secretaria nacional.

Para atender las necesidades de la Secundaria 2030, el foco de la política educativa tiene que centrarse en los centros de formación docente. No sólo deben ser formadores de maestros, sino mejorar otras capacidades y hacer acompañamiento de los docentes en las escuelas y realizar investigación específica.

En ese sentido, por ejemplo, el gobierno porteño ya presentó en la Legislatura el proyecto para crear la Universidad de Formación Docente, con el propósito de jerarquizar la carrera, modernizarla y adaptarla a las necesidades de este siglo. Se estima que el debate llevará buena parte del año; de aprobarse, empezará a funcionar recién en 2019 y reemplazará los centros de formación docentes públicos porteños.

Ausentismo escolar

Sin llegar a hacer una reformulación tan fuerte, la provincia de Buenos Aires aplicará a partir de este año la ley de 2004 por la que quienes no tengan título habilitante ni estudien en un profesorado actualmente no podrán ocupar cargos como docentes suplentes. Y, además, amplió el plan piloto de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), que el año pasado se realizó en 10 escuelas por iniciativa del programa Muy Bien 10, que impulsa Educar 2050, a 2000 escuelas secundarias.

En Córdoba, en tanto, el cambio más significativo de la secundaria será subir de 6 a 7 la nota para aprobar las materias.

La «nueva secundaria» que girará en torno del aprendizaje basado en proyectos, donde más que asignaturas habrá trabajos multidisciplinarios y transversales entre docentes y alumnos, busca mejorar los niveles de conocimiento de los adolescentes, prepararlos para el trabajo, el salto a la educación superior y reducir el abandono escolar.

Hace años que la deserción escolar del nivel medio es alarmante: prácticamente el 50% de los alumnos deja la secundaria, especialmente en los dos primeros años. La provincia de Santa Fe desarrolla desde 2013 el plan Vuelvo a Estudiar. Con ayuda de trabajadores sociales, se identifica a los alumnos que se ausentan con frecuencia. Se acercan a sus domicilios para ayudarlos a volver al aula y atender las necesidades de sus hogares. En la ciudad de Buenos Aires hay un programa, Terminá la Secundaria, que va en esa línea.

El gobierno nacional pondrá en práctica el programa Asistiré, inicialmente en 220 escuelas secundarias de 43 municipios bonaerenses. Las autoridades escolares tendrán una app que les indicará cuáles son los alumnos que no concurren a clases e irán a buscarlos con ayuda de trabajadores sociales.

Otro de los problemas de aprendizaje está dado por la duración del ciclo lectivo. Aunque en 2011 hubo un acuerdo político para progresivamente ampliar de 180 a 190 los días de clases, casi ningún distrito pudo completar el tiempo mínimo. Santa Cruz lidera por segundo año seguido el ranking de menos días de clases porque tuvo 117 jornadas de huelga; de hecho, todavía ni siquiera terminó el ciclo 2017. Se estima que este año, sin contar ningún problema gremial, habrá 177 días de clase.

Expertos en innovación y gestión como Juan María Segura sostienen que uno de los temas «críticos» es contar «con un ciclo escolar corto, de 720 horas por año, en comparación con países vecinos como Chile (1083 horas), Perú (900) o Brasil (800).

La diferencia más significativa, medida en horas más que en días, es la cantidad de tiempo que el estudiante pasa en la escuela. Por ejemplo, en Chile es mayoritaria la jornada completa aunque el ciclo lectivo oscila entre 195 y 200 días. En la Argentina, en el nivel primario solamente el 5,6% de los colegios de todo el país, entre los de gestión pública y privada, brindan más de cuatro horas de clases diarias.

El diagnóstico de las aulas

Según las pruebas Aprender 2016

El 46,4% no puede leer ni comprender un texto básico

El 70,2% no logra resolver cuentas ni problemas sencillos de matemática10.000.000 de adultos sin secundario

Según las pruebas PISA 2012

El 53,6% de los estudiantes no supera el nivel mínimo de lectura

El 50,9% no alcanza el nivel mínimo en ciencias El 66,5% no supera el nivel mínimo en matemática

Respecto del mundo

Horas de clases al año

En la Argentina: 720

En Chile: 1083

En Perú: 900

En Brasil: 800

Días de clases al año

En la Argentina: 180

En Costa Rica: 205

En Chile, Perú y Brasil: entre 195 y 200

Cantidad de institutos de formación docente

En la Argentina: 1500

En Finlandia: 8

En Francia: 40

Fuente:  http://www.lanacion.com.ar/2098018-educacion-la-formacion-docente-la-apuesta-de-2018-para-mejorar-el-aprendizaje

Imagen: http://bucket1.glanacion.com/anexos/fotos/49/educacion-2604649w620.jpg

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El Salvador: Casi 40 de cada 100 jóvenes desertan de la educación formal

El Salvador/14 diciembre 2017/Fuente: Estrategia y Negocios

El estudio ‘¿Y si no termino la escuela?’ plantea la urgencia de enfilar baterías para llevar a cero la deserción escolar. En el caso de mujeres la tasa es del 39.4 % y para hombres del 36.5 %.

A pesar de que en las últimas décadas se han lanzado varios planes y programas educativos, con el discurso de incrementar la cobertura escolar y retener a los alumnos en las aulas, la realidad de la deserción escolar sigue como piedra de tropiezo para el sistema de enseñanza y por consiguiente para el desarrollo del país.

Eso es lo que pone de nuevo en evidencia el documento “¿Y si no termino la Escuela? La deserción escolar de la juventud salvadoreña entre 15 y 19 años”, el segundo cuadernillo sobre la situación educativa que produce la Fundación para la Educación Superior (FES), de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).

La investigación, elaborada por la doctora Carolina Rovira, señala que la deserción en ese sector de la población ronda el 37.9 %. Esto implica que cuatro de cada 10 jóvenes que están en ese rango de edad han desertado de la escuela.

“Según los cálculos realizados para esta publicación, al 2016, más de 250,000 jóvenes entre 15 y 19 años, de un total de 682,932, son desertores, no terminarán el bachillerato y sumarán a la mano de obra cuya inserción laboral es precaria”, advierte la investigadora. Tal como muestra, el problema es marcado en el caso de las mujeres con una tasa de deserción que asciende al 39.4 %, comparada con la tasa de los hombres del mismo rango de edad que es de 36.5 %.

Rovira, quien es economista y especialista en educación, explicó que para desarrollar esta investigación utilizó las estadísticas de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples que la Digestyc hizo en 2016 y publicó en 2017, y le aplicó una metodología que propuso la Cepal, la cual permite ver qué es lo que está pasando en términos de educación en un grupo de edad, durante el año.

Esa metodología de estudio, que ha sido avalada por la Unesco, es diferente a la que mide la deserción de forma intra – anual, es decir en términos de la cifra de alumnos que ingresó al sistema educativo al inicio del año y la cifra de los que terminaron al final del año. Esta última forma de medición es la que más enfoca el Ministerio de Educación Mined (Mined) y las cifras que arroja están por debajo de las que se evidencian en el análisis por sector.

En enero de este año el viceministro de Educación, Francisco Castaneda, reportó que en 2016 la deserción rondó entre el 2.1% y 2.2 % con lo que se habrían desertado unos 35 mil estudiantes.Mientras, en octubre pasado estimó que 2017 cerraría con un 2 % y reportaba que a esa fecha ya se habían retirado 17 mil alumnos.

“Ha sido (un año) muy satisfactorio porque se está cerrando con la tasa de deserción más baja en la historia del país”, aseguró Castaneda.

Sin embargo, el estudio que Rovira elaboró, con apoyo del equipo técnico del FES, llaman a la reflexión de que la situación al enfocarla desde un segmento clave de la población no es tan favorecedora, y que como sociedad se debe dirigir acciones para superar este problema.

Las cifras del estudio de Rovira sí coinciden con lo que dicen otras estadísticas, en relación a que de cada 10 niños que entran a primaria sólo tres llegan y terminan el bachillerato.

Además, el abandono de la escuela por parte de quienes tienen entre 15 y 19 años también destaca más en la zona rural: esta tasa alcanza el 52.4 %, versus el 27.8 % en lo urbano.

De los catorce departamentos los que están a la cabeza en la deserción para este rango de edad es La Unión con 52.6 %, seguido de Chalatenango con 51.2 %y Cabañas con 50.8 %.

Es así como en el estudio ¿Y si no termino la Escuela? plantea que hay variables socio demográficas que determinan mayor probabilidad de que un joven abandone el sistema educativo antes de culminar el bachillerato, entre ellas: vivir en la zona rural; que el hogar no reciba remesas; que en casa no haya presencia de adultos escolarizados, lo cual genera poca valoración de la educación; la violencia y el embarazo adolescente.

La radiografía que Rovira hizo sobre la deserción en este sector no se limitó al estudio de las cifras, sino también fue más allá con entrevistas a profundidad con escolares desertores, un ejercicio que le permitió dar una visión más integral de la problemática.

La especialista, quien fue entrevistada en vísperas de la presentación del estudio, sostiene que a pesar de las diferencias y particularidades de las historias que escucharon, concluyeron que hay dos grandes elementos escondidos detrás de esas decisiones.

El primero de esos elementos que mueve a los escolares a dejar su formación académica de lado, sobre todo a los del área rural, es que no le encuentran sentido al hecho de educarse. En parte eso se debe a que en su entorno empobrecido no se valore la educación, porque consideran que la gente igual ha salido adelante; y por otra parte, aunque tenga apoyo para educarse la oferta que tienen disponible no está acorde a sus necesidades personales, no es práctica, no responde a su realidad y entonces se decepciona.

Un segundo elemento es que en el entorno los patrones culturales pesan mucho, sobre todo para las niñas que en ciertas regiones del país tienen “una presión invisible” para que tengan familia de forma precoz, e incluso sufren de acoso por parte de hombres mucho mayores, tras lo cual también vienen los embaraces precoces, la obligación de empezar a trabajar y como consecuencia se alejan del camino educativo.

La sombra de la violencia

Rovira afirma que la violencia también ejerce una presión fuerte entre los jóvenes, desde el tercer ciclo hasta bachillerato, para interrumpir su educación. Un factor que los directores de los complejos educativos e institutos nacionales también han señalado en los últimos años.

“Los jóvenes están desertando cada vez más en secundaria y aquí el tema de la violencia y el embarazo adolescente son los temas que prevalecen como razones”, detalló la especialista.

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En secundaria la deserción de los hombres es de 26.5 % y de las mujeres de un 30.9 %, indicó.

La investigadora de la FES detalló que, además, analizaron las razones que los jóvenes han expuesto en las encuestas de hogares y propósitos múltiples para abandonar los salones de clase, antes de concluir una formación que les asegure un cambio de vida. Al respecto, señala que una de las principales razones para los hombres es lo económico, y eso los lleva a dedicarse a trabajar, pero en el caso de las mujeres la razón más importante está vinculada con asumir las tareas del hogar y el cuido de hermanos.

Sin embargo, la doctora Rovira sostiene que se debe poner atención al argumento de que se van de la escuela con la justificación de que no les interesa, porque bajo ese motivo se pueden estar escondiendo problemas de aprendizaje y el temor a la violencia.

A la luz de las estadísticas y las historias sobre la deserción, Rovira subrayó que este es un indicador al que el país debería de ponerle más atención, porque el que un joven salga del sistema sin tener las competencias necesarias para aprender solo trae grandes costos en términos económicos y sociales.

Fuente: http://www.estrategiaynegocios.net/centroamericaymundo/1134600-330/el-salvador-casi-40-de-cada-100-j%C3%B3venes-desertan-de-la-educaci%C3%B3n

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Más de 6,000 estudiantes salieron de Puerto Rico

Puerto Rico/13 de Noviembre de 2017/Telemundo

Miles se marcharon del País tras el paso del huracán María.

La Secretaria del Departamento de Educación (DE), Julia Keleher, informó este lunes que la agencia elabora un mecanismo de envío de transcripciones de crédito para los estudiantes que, tras el paso de María, han tomado la difícil decisión de irse de la Isla.

Este mecanismo, que consistirá de un portal en la web, busca facilitar el intercambio de información entre distritos escolares para seguir apoyando a los estudiantes en sus nuevas escuelas. La solicitud podrá ser peticionada por el padre, madre o encargado del estudiante y/o la institución educativa. Próximamente se informará cuándo estará disponible.

 “A pocos días del huracán, en el DE comenzamos a recibir notificaciones de bajas de manera oficial. Reconocemos que sus padres, madres o encargados tomaron la decisión por la difícil situación que vive la Isla tras el desastre natural y no los juzgamos, pero queremos dejar claro que los apoyaremos completamente en esta transición”, dijo Keleher en comunicado de prensa.

“Agradecemos la ayuda del Departamento de Educación de los Estados Unidos (USDE) y del Council of Chief State School Officers (CCSSO) para poder tener contacto con los distritos escolares y compartir información sobre cantidad de estudiantes matriculados en sus instituciones educativas”, agregó.

Al momento se ha recibido información de estudiantes en los siguientes estados:

• Florida – 4,631 estudiantes

• Pennsylvania – 462 estudiantes

• Massachusetts – 524 estudiantes

• Georgia – 63 estudiantes

• Arkansas -3 estudiantes

• Kansas – 40 estudiantes

• Luisiana – 3 estudiantes

• Nueva York – 679 estudiantes

Esto equivale a un total de 6,405 estudiantes matriculados en estos estados al día de hoy, 6 de noviembre de 2017. Los números serán actualizados de acuerdo con los canales de comunicación que se han establecido con estos estados.

Fuente: https://www.telemundopr.com/noticias/destacados/Mas-de-6000-estudiantes-menos-en-escuelas-publicas-455645543.html

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India: Schools Mount Fight Against Chronic Absenteeism

India/Octubre de 2017/Autor: Evie Blad/Fuente: Education Week

Resumen: La escuela primaria en el distrito de Willamina de Oregon estableció el año pasado para separar un problema complicado que en última instancia requeriría una solución igualmente complicada: muchos de sus estudiantes nativos americanos no se presentaron de manera regular. Abordar ese ausentismo crónico fue como desenredar una cuerda, aflojar los hábitos establecidos, los problemas culturales y las persistentes barreras de la pobreza que pueden mantener a los niños fuera de la escuela, dijeron los líderes del distrito de 835 estudiantes. No hubo una sola respuesta. El trabajo incluye visitas a los hogares con los padres, aliento constante para los estudiantes y mucha escucha. A medida que el distrito ingresa al segundo año de su proyecto para combatir altas tasas de absentismo, y se expande al nivel secundario, los líderes reconocen que el trabajo será aún más difícil.

The elementary school in Oregon’s Willamina district set out last year to pick apart a complicated problem that would ultimately require an equally complicated solution: Many of its Native American students failed to show up on a regular basis.

Addressing that chronic absenteeism was like untangling a rope, loosening knotted-up, long-established habits, cultural issues, and the persistent barriers of poverty that can keep children out of school, leaders in the district of 835 students said.

There was no one answer. The work includes home visits with parents, constant encouragement for students, and lots of listening.

As the district goes into year two of its project to combat high rates of absenteeism, expanding to the secondary level, leaders recognize that the work will get even more difficult.

In Oregon, chronic absenteeism is defined as missing more than 10 percent of school days. The Willamina district’s initial efforts had the most effect on young students who exceeded that threshold by a few days. The next phase will confront more extreme levels of absences, Superintendent Carrie Zimbrick said.

«We’re still not where we want to be, but this isn’t something we’re going to backtrack on,» she said.

And the district has extra motivation as Oregon—a forerunner in tracking chronic absenteeism at the state level alongside Hawaii and New Jersey—has added it to its school accountability plan under the new federal education law, the Every Student Succeeds Act.

As many other states take the same step, districts across the country will be faced with the same challenge as Willamina: figuring out what keeps so many students from showing up for school consistently.

Researchers have found that students who rack up absences score lower than their peers on achievement tests, are less engaged in the classroom, and are at a higher risk of dropping out as they get older. Some argue absenteeism data can be a good barometer of school quality, helping school leaders zero in on problems like unfair discipline policies that might keep students out of class.

Measuring School Quality

ESSA requires states to track at a school level how many students miss 15 days or more in excused or unexcused absences. The federal law also requires states to expand their accountability systems—used to determine which schools need intervention and support—to include at least one additional indicator that differs from traditional measures such as student-test scores.

In plans already submitted for federal review, 34 states and the District of Columbia chose chronic absenteeism as their «additional indicator,» or as part of an index of measures they’ll use to meet that requirement. States used a variety of definitions of chronic absenteeism. Many hewed closely to the threshold suggested by national research and advocacy groups like Attendance Works, which recommends students miss no more than 10 percent of days in a school year for any reason, including discipline, illness, or otherwise «excused» absences.

Chronic absenteeism is an important measure of school quality, many education groups say, because it is based on objective attendance data that states already measure and because it is affected by a wide variety of factors linked to student success. Those include student engagement, school climate, use of exclusionary discipline like suspensions, and how well schools address students’ nonacademic needs by providing their charges access to supports like food pantries.

Chronic-absenteeism data give schools a more focused view of which students need help, Attendance Works officials say. Schools have typically tracked daily attendance, which may mask higher concentrations of absences among a group of students.

«It’s really important to have indicators that are directly connected to academic achievement,» said Hedy Chang, the executive director of Attendance Works. «There’s now a growing level of evidence that proves what we know from common sense, which is that if kids aren’t in the classroom, they can’t benefit.»

More than 7 million students nationwide missed 15 or more days during the 2013-14 school year, the most recent federal data show. At 11 percent of public schools—about 10,000—more than 30 percent of students missed at least 15 days that year for any reason, including suspensions and excused absences, an analysis by Attendance Works found. At an additional 10,000 schools, between 20 percent and 29 percent of students missed at least 15 days. The problem is most severe in high schools, and high-poverty schools are more likely to struggle with chronic absenteeism, the report found.

Schools have tackled absences in a variety of ways. After a group of Texas districts analyzed data and found students were missing excessive days because of acute illnesses, they partnered with a community organization to offer free flu shots to students. In Grand Rapids, Mich., schools started a public-awareness campaign to inform families about the importance of attendance. It has since been copied by other districts.

In Maine, some schools send teams of teachers and volunteers through neighborhoods to help walk young students to school, addressing safety concerns and helping them feel motivated to get to school on chilly winter days. And districts like Baltimore have used mentorship programs and the community schools model, which coordinates student services such as health care, to help confront especially high rates of concentrated absences.

Groups like the Coalition for Community Schools believe the more careful monitoring of chronic absenteeism will lead schools to focus more on «whole child» out-of-school factors and take a collaborative, «all-hands-on-deck approach to supporting our students,» said José Muñoz, the organization’s director.

Statewide Effort

Willamina’s efforts started after Oregon’s nine federally recognized Native American tribes identified school attendance as a key issue for the academic success of their children, and state data backed up their concerns. In 2015-16, 33 percent of American Indian/Alaska Native students missed at least 10 percent of school days in Oregon, the worst rate of chronic absenteeism among any racial or ethnic group. The state average was 19 percent.

So two years ago, as part of a larger plan to address school attendance, the state awarded funds to the tribes through a Tribal Attendance Pilot Project. Those tribes worked with schools that served large numbers of their students to hire coordinators who would monitor attendance, identify problem spots, and work with families to address the issues that kept students out of school.

Between 2015-16 and 2016-17, 10 out of 17 schools participating in the pilot project saw a drop in chronic absences. That includes Willamina, which worked with the nearby Confederated Tribes of Grand Ronde to help reduce its rates of chronic absenteeism at the elementary level from 43.2 percent to 36.5 percent among American Indian students and from 38.4 percent to 29.9 percent overall.

At the center of successful tribal attendance strategies were efforts to build a sense of trust and belonging for native families in Oregon schools, state education officials said.

First grader Logan Kneeland works on a math exercise with teacher Shannon Mode at Willamina Elementary School in Willamina, Ore. The school has partnered with local tribes to lower rates of absence among its Native American students.

First grader Logan Kneeland works on a math exercise with teacher Shannon Mode at Willamina Elementary School in Willamina, Ore. The school has partnered with local tribes to lower rates of absence among its Native American students.
—Leah Nash for Education Week

Native Americans have a troubled history with the education system dating back to a time when their children were forced into boarding schools that sought to assimilate them into white culture and strip them of their native customs and languages.

«A lot of people think that’s historical, but I always say that both of my parents were in boarding school so I’m a product of boarding school myself,» Ramona Holcomb, the Indian education specialist at the Oregon education agency, said in a recent online presentation.

So participating schools took steps to build stronger relationships with tribes. They incorporated native handcrafts, like basketweaving, into classroom work and brought native drumming into school assemblies. One school changed its signs to the tribe’s native language as a show of respect. Willamina worked closely with tribal leaders to get buy-in for its strategies.

«So much of it was showing the families that they mattered, that their part in education mattered,» said Audra Sherwood, the education director for the Grand Ronde tribes.

Rebecca Arredondo, the school attendance coordinator hired by the district in consultation with Grand Ronde leaders, visits students and families at home, and she holds some parent-teacher meetings at the tribal headquarters for families who are hesitant to come to school. Arredondo worked with parents of students in danger of tallying up too many tardies and absences to craft contingency plans. Who could they call to help them out if they were having car trouble? What if their child misses the bus?

«A lot of it is listening for me,» she said. «What have you tried? Who is around who can support you? Do you need an alarm clock? I can order you an alarm clock.»

In a pinch, Arredondo has made the 15-mile drive to tribal housing to pick up students in her Toyota Prius and drop them off at school herself.

Some students needed to be connected to community resources. Still others needed help with issues at school, such as bullying, so Arredondo worked with groups of students to talk through problems and make them more comfortable with their peers.

She rewarded students with prizes like e-book readers and gas cards for their families when they had especially good attendance and did cheers with classrooms that had every student present. Last year, Willamina Elementary held an assembly at the tribe’s headquarters for students who’d had exceptional attendance and their families, attracting some non-native families.

«Some of them said, ‘I’ve never been out here before,’ » Arredondo said. «It was kind of a neat way to bridge some of that, too.»

There’s not a silver bullet for attendance, Willamina leaders said; it takes hard work and cooperation from all sectors of a school to communicate to families that «we want you here, no matter what,» said Zimbrick, the superintendent.

«I think we make an assumption about how much families know that we care about their child,» she said, adding that parents don’t always have that certainty. And the collective nature of attendance work—the notion that it isn’t «owned» exclusively by teachers or principals or school nurses—is one of the reasons advocates support it as a school accountability indicator. Everyone in the school is responsible for it, they say.

But the complicated nature of chronic absenteeism—and the host of out-of-school factors that affect it—are also a cause of concern for some.

Solving ‘Underlying Reasons’

Before Hawaii included absenteeism in its ESSA plan, it surveyed 458 people—more than half of them teachers—about its proposed accountability system. Fifty-four percent of respondents disagreed or strongly disagreed that chronic absenteeism is an appropriate measure of school quality or student success.

«We need to solve underlying reasons before we can demand student attendance,» one respondent commented. «Homelessness and other socioeconomic issues that impact attendance can’t be easily fixed by state mandates.»

Joshua Starr, the CEO of Phi Delta Kappa International and a former school superintendent, said it’s important for schools to mine attendance data on an ongoing basis. But he’s concerned that using year-end data for accountability won’t take into account that some schools lack such resources as counselors and that students may skip school for reasons outside of a school’s control, safety concerns in their neighborhoods, traumatic family situations, and a lack of reliable transportation, among them.

«If schools are held accountable for attendance data … without understanding what the resources are and the strategy to support good attendance, is that appropriate accountability?» he said.

Chang of Attendance Works said that the data should be used to inform states about which schools need the most help and that states should respond appropriately, by providing funding, guidance, and other resources to help bring down the numbers of students who fail to come on a regular basis.

«I got into this work because I want to create more opportunities for all of our children, especially the most vulnerable, to succeed,» she said. «My biggest worry is blame. Blaming isn’t going to help us. We all have to take responsibility. … If we blame each other rather than using the data to unpack why kids aren’t in school and what would change those conditions, we will miss that opportunity.»

Fuente: http://www.edweek.org/ew/articles/2017/10/18/schools-mount-fight-against-chronic-absenteeism.html

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