Por: Animal Político
La organización Oxfam lanzó un cortometraje con videos reales de la jornada laboral de los habitantes de la región con mayor desigualdad social y económica del mundo: Latinoamérica.
Una joven mujer salió un día de su casa en Guatemala para buscar una vida mejor. Descalza y con la muda de ropa que vestía en ese momento, sin saber hablar español, salió para no volver y se instaló en México. Muchos años después, siendo ya una mujer mayor, se dedica a bolear zapatos en la capital, labor que puede ser sencilla pero que si no se hace con cariño, no sale bien, según sus propias palabras. “¿Cómo aprendí a bolear? El hambre me enseñó”, cuenta la señora en un video que forma parte del cortometraje ‘Trabajo’ de la organización Oxfam.
La bolera guatemalteca es una de los trabajadores latinoamericanos que protagonizan esta obra, junto con mineros, campesinos, vendedores de alimentos o de comida ya preparada, estudiantes, zapateros y oficinistas, entre otros. Mujeres, hombres, jóvenes, mayores cuentan cómo es un día típico de su trabajo, en videos que fueron recopilados por Oxfam en el cortometraje que busca divulgar la realidad de la región con mayor desigualdad salarial en el mundo: Latinoamérica.
“Uno de los indicadores más fuertes de la desigualdad económica es la manera en que la gente se gana la vida”, explicó a Animal Político Annie Thériault, asesora de Oxfam en América Latina. “En la región, el 16% de las personas asalariadas están en pobreza. Son personas que se ganan un sueldo con prestaciones de ley, y eso significa que hay muchos países donde el salario mínimo ni siquiera alcanza a cubrir el gasto básico de una familia, la canasta básica. Son sueldos de hambre, de miseria”, expresó la activista.
Los números de la desigualdad salarial y económica en Latinoamérica y el Caribe que registra Oxfam ya eran contundentes: el 10% más rico de la población concentra el 68% de la riqueza total de la región, mientras el 50% más pobre solo accede al 3.5% de esta riqueza; el 95% del aumento de la riqueza que tuvo la región en el último año se lo embolsó el 10% más rico; para 2017 había 89 multimillonarios en América Latina y el Caribe, de los cuales sólo 16 son mujeres; y de 2016 a 2017, la riqueza de los multimillonarios latinoamericanos creció en 155 billones, suficiente para acabar con la pobreza monetaria de la región casi dos veces por año. Con el cortometraje de 11 minutos, la organización puso rostro y dimensión a las cifras.
Porque la idea de que para dejar de ser pobre hay que trabajar y esforzarse, en Latinoamérica es una falacia, de acuerdo con Thériault. Tanto a nivel documental como en investigación de campo, según Oxfam, las evidencias prueban que no todos tienen las mismas oportunidades de crecer en esta región del mundo. “No puede ser que teniendo un salario tú continúes en pobreza. Las personas que heredan sus fortunas, que ya poseen riqueza, lo que hacen es multiplicarla durante su vida; y quienes ganan un salario mínimo viven en situación de pobreza. Ese es el panorama que nos refleja el cortometraje”, puntualizó la asesora.
La obra es producto de una convocatoria que lanzó la organización entre octubre y noviembre de 2017 para que los trabajadores latinos enviaran videos de su día laboral. Recibieron unos 620 videos de 10 países y su criterio de elección para el cortometraje fue la diversidad: de empleos, de edades, de estratos sociales y de nacionalidades, incluso tiene algunas escenas de trabajo del hogar. Todo recopilado en una notable sincronización entre música e imagen.
“Nos interesaba mucho que en el corto se reflejara cómo todos en América Latina seguimos sufriendo desigualdad laboral en base al salario. Y cómo hay ejecutivos que ganan sueldos de 200-250 mil pesos al mes y otras personas que tienen un puesto de champurrado en la Cuauhtémoc”, apuntó Thériault. Esta producción fue lanzada el pasado 29 de enero, una semana después de que presentaran el informe internacional sobre desigualdad extrema en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
Entre las historias que muestra el cortometraje, la constante es que los trabajadores se levantan de madrugada para hacer sus labores, ya sea porque su actividad requiere buena luz -como la agricultura- o porque el traslado hacia su lugar de trabajo tomará varias horas. También domina el discurso la premisa de que para ellos no hay otra alternativa más que trabajar muy duro, incluso bajo condiciones de riesgo, porque de no hacerlo sufrirán hambre.
“La contaminación aquí es fuerte pero ¿qué vamos a hacer? Para vivir, para llevar pan a la casa hay que trabajar”, dice resignado un minero.
Esta desigualdad en el salario que perciben los latinos no es atribuible a un bajo nivel escolar, de acuerdo con Oxfam, pues en varios países hay profesionistas con estudios concluidos que no logran aumentar su ingreso durante varios años de su carrera. “No creemos que la educación sea un indicador porque a pesar que los niveles educativos en la región han ido mejorando desde hace 20 años de forma muy estable, lo que hemos visto es que la desigualdad se mantiene”, afirma Annie Thériault.
La verdadera causa, de acuerdo con la experta, son las políticas públicas de los gobiernos para establecer un salario mínimo legal, que suelen estar contaminadas por intereses del sector empresarial, industrial y comercial, quienes “hacen mucho lobby” para que los gobiernos no cambien esta situación.
A pesar de ello, los trabajadores sobreviven aun sin estudios ni las mismas oportunidades que otros: “Lo que yo he conseguido ha sido con mi sudor y mi inteligencia (…) Si yo hubiera tenido estudios, yo fuera una diputada, pero desgraciadamente no estudié, no tuve oportunidades, porque a lo mejor fuera yo Rigoberta Menchú”, dice orgullosa la bolera guatemalteca cuya historia abre y cierra el cortometraje de Oxfam.
Fuente: http://www.animalpolitico.com/2018/02/trabajadores-latinoamerica-desigualdad/