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Una huelga indefinida de educadores por pagos atrasados debido a fallas en el sistema informático recibió a la ministra de Educación, Sonia Marta Mora, hace cuatro años.
La manifestación duró 21 días y le costó al país ¢154.000 millones. Durante la administración de Mora no se registró un evento similar.
La ministra achaca esta «paz laboral» a un proceso de diálogo que tuvo con los sectores. Sin embargo, este año será el primero en que el Ministerio de Educación Pública (MEP) va a pagar a los funcionarios más pluses y recargos que salario, a pesar del déficit fiscal.
Además, durante esta administración, se comenzó a negociar el nuevo plus por «peligrosidad» que otorgaría dinero adicional a los funcionarios por trabajar en zonas con riesgo de desastre, dengue o crímenes.
También, los sindicatos y el MEP acordaron prorrogar la convención colectiva sin que mediara revisión de una posible cláusula abusiva en este acuerdo laboral.
Para la ministra, todo esto es resultado de un proceso de diálogo y acuerdo entre las partes y niega que haya sido condescendiente con los sindicatos.
Este fue el análisis que hizo Mora de sus cuatro años de gestión al frente del MEP:
-¿Qué balance hace de su gestión?
-Este es un ministerio altamente complejo que requiere una capacidad para tomar decisiones con rapidez, para dialogar y escuchar, y hay que tener mucha fortaleza para enfrentar despidos porque todos los días están ahí. Mi balance de estos cuatro años es que me sirvió mucho ser educadora porque creo que conocía bien el espíritu de la gente con la que yo trabajaba.
«A nivel personal, siento que yo como persona he crecido, que me he hecho más comprensiva, más humilde, con más confianza en el destino de un país que puede mejorar y, a nivel de la gestión, me voy satisfecha porque se hicieron cambios en áreas que yo considero relevantes que creo que marcan un rumbo del país y que ubican la educación nacional en una nueva era».
-Usted inició su gestión con el sector sumido en una huelga y después ya no hubo más durante estos cuatro años ¿Cómo lo hizo?
-Creo que el logro de cuatro años de paz laboral fue fundamental. Eso hay que reconocerlo y me parece a mí que la clave ha sido una combinación entre firmeza y espíritu de diálogo, los que no se contraponen; eso se puede armonizar perfectamente.
«Como jerarca, tuve claro cuál era mi misión y mis deberes, pero también que solo se construye y se avanza si hay espíritu de diálogo y capacidad de escuchar y hemos mantenido las puertas abiertas al diálogo; yo, atendiendo mis obligaciones y los sindicatos, atendiendo la misión que ellos han definido, lo que ellos consideran sus luchas. Y creo que con ese respeto recíproco, el resultado está a la vista, que es paz laboral y un sistema educativo que ha avanzado porque no nos hemos quedado administrando la rutina».
¿Ha sido condescendiente el MEP con los sindicatos para que no hubiera manifestaciones ?
-Este año, el MEP por primera vez va a pagar más pluses que salario.
-Hay que tener en cuenta que el tema de los componentes salariales y los pluses es algo que se vino configurando a lo largo de la historia, a lo largo de décadas, es un proceso muy complejo que no depende de un jerarca o de un ministerio.
«Este es un proceso que se ha venido desarrollando a lo largo del tiempo y que requiere el análisis y la intervención de muchas instituciones. Además, no creo yo que sea el único reto del MEP. Yo pienso que el problema no son en sí los pluses, sino cómo cualquier inversión que se hace en cualquier componente ligado a la educación se orienta hacia los mejores resultados».
-¿Usted considera que los pluses o recargos al salario cumplen con su objetivo?
-No hemos promovido nuevos recargos y hemos sido muy exigentes al interior del Ministerio para que cualquiera de esos recargos que habían sido definidos cumplan una misión, porque, repito, dentro de los cambios fundamentales que hemos promovido hemos necesitado mucho compromiso del sector educación, mucho trabajo del sector educación y yo siento que el sector educación nos ha respondido en estos cuatro años.
-Durante su gestión, se negoció el plus por peligrosidad..
-Lo que se hizo fue que en esta administración se ha analizado el componente que se llama IDS (Índice de Desarrollo Social Relativo) para zona de menor desarrollo y lo que se ha hecho es trabajar con los sindicatos para replantear ese incentivo, porque la forma en que ha venido funcionando no responde a las necesidades actuales.
«Las unidades de análisis para definir el IDS son muy amplias, entonces a veces un centro educativo de alta vulnerabilidad queda fuera; por ello, ha habido un análisis, no solamente del Ministerio sino más general, de que el IDS hay que replantearlo y lo hemos estado trabajando con las organizaciones laborales, pero no se ha puesto en ejecución ningún incentivo adicional».
-El 99,94% de los funcionarios del MEP tienen una calificación excelente, lo que les permite recibir la anualidad. ¿Usted cree que todos son excelentes?
-Sin duda, los instrumentos de evaluación son algo que siempre es mejorable, el tipo de instrumento y de protocolo que se utiliza. Ahí, sin duda, probablemente haya campos de mejora.
-La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Estado de la Educación coinciden en que el país gastó mucho en educación, pero no obtiene resultados acordes. ¿Por qué ocurre? ¿Dónde está el problema?
-Para nadie es un secreto que Costa Rica vivió una verdadera crisis en el sistema educativo en la década de 1980 y yo, de manera taxativa, puedo decir que esa crisis no la hemos superado.
«Nosotros llegamos al Ministerio y todavía faltaba una transformación curricular integral de todos los planes de estudio, hemos renovado y generado programas nuevos, más de 30. Ahí está el verdadero salto de la educación memorística a la construcción de aprendizajes, es decir, el salto de la nueva era. Esos planes de estudio están empezando… 2016, 2017 y 2018. Los resultados hay que esperarlos».
-El MEP tenido muchos problemas para concretar obras de infraestructura, prueba de ello es la baja ejecución de fideicomiso. ¿Qué debe hacer el próximo ministro para mejorar?
-Quiero mencionar que, efectivamente, los retos para concretar infraestructura educativa y obra pública son muy grandes. En este cuatrienio, hemos mostrado avances relevantísimos en materia de buena gestión que nos han permitido enfrentar y superar muchísimos de estos problemas.
«No hay un problema con el fideicomiso, al contrario, esta administración va a dejar más de un 90% de los fondos del fideicomiso ya ejecutados, en proceso de ejecución, o asignados, de manera que, más bien, en los próximos dos años se verán florecer esas obras.
«No es que los problemas no han existido, pero es que los hemos superado muy buena parte y hemos dado muestras de resultados. Se debe, en parte a las mejoras que hemos hecho en los procesos. Uno de ellos, que queda muy avanzado para la próxima administración, tiene que ver con la precalificación de profesionales, lo cual nos permitirá liberar las juntas, que tienen muy buena voluntad, pero representa demasiada carga para ellos el asumir algunos componentes de los procesos constructivos. Que existan procesos de precalificación va a liberar a estos ilustres ciudadanos de tales responsabilidades, va a permitir acortar los tiempos, va a abrir el camino para una mayor transparencia en los procesos, y, sin duda, a fortalecer la calidad en el desarrollo de las obras».
-Usted libró una fuerte lucha por los Programas de Educación para la Afectividad y la Sexualidad. ¿Está satisfecha de haberse comprado ese pleito? ¿Qué lecciones le dejó esto? ¿Se sorprendió de las reacciones?
-Puedo decir que, efectivamente, mucha de la discusión que se generó estuvo contaminada por el contexto electoral que llevó a que circulara información falsa y alarmista hacia los padres de familia. Eso influyó definitivamente en la discusión y la mala información que se generó.
«También influye y, eso no me sorprende, que medidas innovadoras como estas encuentran resistencia porque en la sociedad sigue habiendo el interés de perpetuación de algunas estructuras de poder de privilegios y sigue habiendo prejuicios y estereotipos que resisten mucho al cambio. Creo que no encontrar del todo alguna resistencia nos hubiera sorprendido, porque hubiera significado que tal vez nos quedamos cortos en esta reforma.
«Me parece que los atendimos con respeto, con firmeza, y eso sí, con información científica y con convicción de que estábamos haciendo lo correcto. Estoy satisfecha con la lucha que di y si tuviera que volver a darla, la daría con la misma fuerza, porque yo tengo claro que defender la integridad, la dignidad, la seguridad y el derecho a un proyecto de vida feliz de las personas menores de edad es mi deber fundamental como ministra de Educación».
-¿Aprueba la eliminación de dos contenidos del programa acordados por el próximo presidente, Carlos Alvarado, y Rodolfo Piza?
-Quiero enfatizar mi profundo respeto al criterio del señor presidente electo y a los acuerdos a los que él llegó; mi profundo respeto como ministra saliente, pero sí puedo decirle que analicé esos cambios y me parece que en nada debilitan los programas, que son realmente componentes que pueden mejorarse y que no les quitan ninguna fuerza ni sustento a los programas.
-¿Cuál es el principal reto del próximo ministro?
-A mí me parece que un gran desafío sigue siendo mantener un política de Estado en educación, que sea una línea de desarrollo del sistema educativo que supere los ciclos electorales. Que haya objetivos que trasciendan los ciclos electorales.
«Otro gran desafío es lograr que la transformación curricular llegue al aula y cambie la calidad educativa, mantenga y fortalezca la inversión tanto en infraestructura física y tecnológica, equipamiento y conectividad».
Fuente: https://www.nacion.com/el-pais/educacion/ministra-de-educacion-publica-no-fuimos/F2WN5R3D5BERZBR7MUZDKRZEAY/story/