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La Formación Docente como problema

(Educación 2020-2050: un debate urgente Parte II)

 

Elementos del problema

Si algo expresa la actual crisis educativa es el terrible desenfoque epocal de la formación docente (inicial y continua). Esta situación se oculta detrás de un discurso que culpa a los docentes de aula de los problemas y atascos educativos, exonerando de ello a quienes forman a los educadores.  Claro está, todo ello es funcional al modelo de desmontaje de la educación pública que impulsa el neoliberalismo.

 

La inmensa mayoría de las reformas educativas en el mundo comienzan en la educación inicial, básica o en la secundaria. Esto es contradictorio con la imagen de poder del saber que tiene la educación universitaria o superior, que suele estar vinculada a las escuelas y centros de formación docente. Es decir, se pretenden cambiar los efectos y no la impronta de origen. Veamos algunos cuellos de botella al respecto:

 

  1. Subsiste una odiosa separación entre trabajo manual e intelectual en la formación. Los maestros hacen la práctica pedagógica y los formadores de formadores, la piensan, la teorizan. Muchos(as) de quienes trabajan en la formación docente hace ya años, década, que trabajaron en un aula real de educación inicial, primaria o bachillerato, otros nunca lo han hecho y, en muchos casos esa realidad se procura ocultar con turismo investigativo en las aulas. Con ello no pretende negar ni ocultar la presencia de compañeros y compañeras en las universidades, muy contados(as) por cierto, que combinan praxis en las aulas de los primeros niveles educativos con reflexión teórica, que se hibrida con esa praxis y encuentro dialógico;
  2. Esta realidad ha generado en muchos preescolares, escuelas y liceos, espacios de debate y reflexión sobre el saber pedagógico existentes en las aulas. Los colectivos pedagógicos constituyen una forma de resistencia y de construcción de alternativas para la ruptura entre trabajo intelectual y trabajo material. Pero allí surge otro problema, la presencia de los “pastores pedagógicos”, unos compañeros que sin ser docentes de aula ni formadores de formadores asumen no solo la animación cultural del movimiento pedagógico, sino que se convierten en especies de “gurus” caídos del cielo. Una cosa distinta y positiva, es cuando los colectivos pedagógicos se apoyan entre sí, comparten experiencias, pero creo que llegó el momento de revisar el papel de los coaching educativos;
  3. En algunos casos, al abordar e intentar corregir estas situaciones se entra en un terreno fangoso, el neo empirismo. Un discurso que pone de relieve que lo importante es la praxis y que desecha la tradición y el saber pedagógico construido en las aulas entre estudiantes, docentes y familias. Esta dinámica, aún con discursos muy radicales es una puerta abierta para generar el cambio de paradigma que requiere el capital para imponer su cultura evaluativa. El neo empirismo conduce a la pérdida de sentido y horizonte del hecho educativo. El caos de una escuela que se desdibuja en su endogamia practicista suele terminar en un giro hacia el eclecticismo y utilitarismo que fundamenta la epistemología de las iniciativas centradas en indicadores y evaluaciones estandarizadas como PISA;
  4. La integración de los maestros pueblo en los centros de formación docente, desde una perspectiva dialógica, puede contribuir a mover el foco, tensionando prácticas y saberes docentes. Pero es falso que el maestro pueblo puede sustituir al docente, al profesional de la docencia, visto este como un científico social. En ese sentido, debemos tener cuidado en no avalar el discurso de destrucción de la profesión docente que impulsa el neoliberalismo educativo con la intención de convertir los espacios educativos en lugares para trasmitir simplemente conocimiento operacional.
  5. La neo colonización cultural del hecho pedagógico tiene un capítulo especial en la literatura que se usa para orientar la formación teórica de los y las futuros docentes. Se suele tener como experticia la producción editorial foránea, desvalorando las producciones generadas por los y las docentes locales. Por supuesto que, en este momento, producto de esta desvaloración son escasas las producciones en formato de libros elaborados desde los colectivos pedagógicos, pero ello puede cambiar con una política correcta. No se trata de promover el localismo cognitivo, sino de generar dinámicas de reflexión pedagógica de carácter comparativo que permita, valorando lo propio y teniendo como lugar de enunciación la praxis del lugar, ir al encuentro de otras experiencias, de otros saberes pedagógicos. Esta hibridación pedagógica suele resultar potente, pero no es lo que caracteriza a la formación docente hoy;
  6. El desconocimiento del cambio de imaginario y narrativas del sujeto central del hecho educativo, los niños, niñas y jóvenes. La “experticia” sobre la cual se fundamentó la formación docente esta caduca, se corresponde a los paradigmas de la primera y segunda revolución industrial. Tenemos formadores de formadores que siguen viendo el mundo con los lentes de las dos primeras grandes transformaciones tecnológicas de los últimos doscientos años, pero que no entienden el impacto en la cotidianidad, el empleo, los modelos de aprendizaje que traen la tercera y augura la cuarta revolución industrial. Los maestros y maestras, los profes que trabajan con niñas, niños y adolescentes aprenden más rápido los nuevos paradigmas por la cercanía con los más chicos, que lo que lo hacen los formadores de los formadores, quienes oscilan entre recetas morales y un snobismo sin límites por la innovación tecnológica;

 

Maestros(as) a la hoguera

A los y las maestras(os) se les exige que hagan algo diferente a la “experticia” con la cual fueron formados, mientras que las instituciones de formadores de formadores hacen los posible por adaptar las interpretaciones de las transformaciones en curso a su visión del cambio, para que éstas les impacten lo menos posible en su modo de hacer lo propio.

Los centros de formación docente suelen construir narrativas sobre la crisis educativa en las cuales el ambiente queda impregnado con la certeza inducida que el saber pedagógico está en la universidad o centro de formación docente, y que los docentes o son unos desobedientes o unos testarudos que no entienden lo que se les enseña, lo cual es simplemente estúpido.

Quienes pueden saber mejor las expresiones de la crisis educativa son los y las docentes, fundamentalmente aquellos(as) que han roto con el adultocentrismo pedagógico. Entonces, ¿por qué no se construyen las reformas educativas dialogando con los y las docentes?  Por una razón política desde el poder. Aún, los sistemas educativos, especialmente en sus niveles inicial, primaria y bachillerato constituyen la red institucional más extendida en los territorios de todo el aparato gubernamental. Si esta red institucional comienza a operar con “cabeza propia”, no solo dejaría de cumplir con su rol reproductor de la cultura dominante, sino que se constituiría en un lugar de enunciación de los cambios radicales.  Por eso, mejor no dejar que los y las maestras opinen, reflexionen y tomen conciencia de su poder real.

En consecuencia, mientras los Estados con las iniciativas propias y las recetas de los organismos multilaterales y bancas de desarrollo, tratan de hallar la lámpara de Diógenes para resolver los “problemas educativos”, socialmente se destruye la profesión y el prestigio docente.  En el mundo, la desinversión en materia salarial de los docentes, la precarización del trabajo de los y las educadores constituye parte de la tarea de evitar que el magisterio se convierta en un sujeto político de transformación radical.

 

¿Qué es primero el huevo o la gallina?

Entonces, ¿las reformas educativas por donde deben comenzar?  En esta serie de artículos y en otros he insistido en señalar que una reforma educativa que procure avanzar de manera estructural en un cambio y no solo con gestos gatopardianos, debe iniciarse en las universidades, centros de formación docentes, en las escuelas pedagógicas, valorando y repensando lo que se hace ahí.  Estas instituciones son el molino qué lleva agua al rio, por ello, por mucho que se limpien las acequias si no se trabaja en las nacientes el cauce se enturbia.

Por ejemplo, el modelo de enseñanza y aprendizaje que se le pide poner en marcha en la escuela y el liceo para cambiar la educación, no se suele colocar en práctica en los centros de formación de educadores, convirtiendo cualquier bien intencionada reforma educativa en un ejercicio de sisifo.

De muy limitado alcance resultan las hermosas construcciones de colectivos pedagógicos desde la escuela, si la máquina que forma semestre a semestre, año tras año a los futuros docentes sigue egresando maestros(as) y profesoras(es) con lo viejo y caduco. Al final, los centros de formación docente y las universidades dirán que el problema del sistema educativo está en sus “raíces” la educación inicial, la primaria, el liceo, como si ellos no educaran a esos docentes. La expresión cínica de “haga lo que yo digo y no lo que yo hago”, pareciera conducir este ciclo vicioso de entropía.

Es urgente construir un nuevo lugar de enunciación para estas transformaciones. Localizarlo en un primer momento en las universidades, pero eso si en otro modelo de universidad docente, escuela pedagógica y centro de formación docente.

. No se trata de colocar en primer orden el practicismo, sino de construir de manera colectiva y participativa una nueva relación dialéctica entre praxis, reflexión, acción reflexiva, práctica transformadora, sistematización del saber pedagógico, pensamiento crítico, construcción de pedagogías críticas, apropiación consciente y radical del conocimiento, enfoque comunicacional de lo aprendido y capacidad de construir lo nuevo; es lo que llamamos el enfoque T (transformador). Se trata de relacionar de manera dialéctica la escuela y los centros de formación docente. Esto tiene dimensiones operacionales concretas, con sus dimensiones jurídicas, institucionales y de carrera que les corresponde operacionalizar y construir viabilidad a los operadores políticos.

 

Invertir la pirámide, iniciar el giro de 180 grados

Una universidad docente, escuela pedagógica, un centro de formación docente de nuevo tipo debe construir una lógica de rotación de sus formadores “arriba”-“abajo”, en la escuela, en la universidad, por intervalos largos.

Es decir, un formador de formadores que gane concurso o se incorpore a un centro de cuarto nivel destinado a formar educadores, debería provenir del aula de los primeros niveles, con experiencias significativas en ella y con trabajo permanente en colectivos pedagógicos que trabajen el enfoque transformador (ET).

Que maravilloso sería contemplar que cada cinco años esos formadores de formadores, cumplan ciclos de tres años en las aulas de preescolares, escuelas y liceos, poniendo en práctica su experticia abierta, aprendiendo haciendo, trabajando de manera permanente (no como refuerzo) sino directamente con grupos de estudiantes.

Si construimos una nueva lógica de la carrera docente, que integre el “arriba” y el “abajo”, es decir, que establezca qué a los diez años de trabajo docente en el aula (preescolar, primaria, secundaria), el maestro, la maestra, el profesor puede optar a entrar en el ciclo de rotación de los centros de formación de formadores (universidad, centros, escuelas pedagógicas), esto puede contribuir a relanzar el cambio estructural en la materia.

Pero ello implica repensar e integrar el sistema educativo, romper la odiosa diferenciación entre niveles. Significa volver a entender a los centros de formación docente como el albergue de científicos educativos ansiosos de ir al campo de experimentación y no como eruditos, a quienes se les agradece bajar de vez en cuando del olimpo.

Por otra parte, la formación de formadores tiene que combinar las experiencias colectivas y personales, esa interacción dialógica hace mucho más intersubjetiva la renovación de la praxis pedagógica. Una universidad, un centro de formación docente de nuevo tipo trabaja con lógica de colectivos pedagógicos. Pero no como colectivos para implementar ordenes, sino para pensar y recrear lo educativo.

 

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Educación 2020-2050: un debate urgente

Luis Bonilla-Molina[1]

 

 El marco

La tempestad política en América Latina y el Caribe en los últimos siete años, expresada por el emerger del neoconservadurismo, la crisis de praxis y horizonte transformador del llamado progresismo, así como la incapacidad de una parte importante de la izquierda revolucionaria para entender lo nuevo que debería llevar a construir nuevas formulaciones teóricas y prácticas, han tripolarizado[2] los debates llevándonos a un no lugar de la reflexión educativa constructiva, visto desde una perspectiva de cambio radical.

En el caso de Venezuela la situación adquiere características dramáticas debido al escenario económico generada por el criminal bloqueo norteamericano que afecta directamente las fuentes de ingreso financiero y presupuestario nacional, los desaciertos de conducción de una política económica históricamente centrada en el rentismo, el freno de la iniciativa socialista y la prolongada crispación política, que han tenido un impacto negativo directo en los distintos componentes del sistema educativo, especialmente en materia de remuneraciones y condiciones de trabajo de los y las docentes.

En este contexto, la necesidad de generar un debate constructivo de coyuntura y prospectivo, de interés nacional sobre la educación, más allá de la propaganda inherente a la dicotomía gobierno-oposición, resulta una tarea urgente y necesaria. En este sentido colocamos a disposición de los y las interesadas(os) en esta materia el portal “Otras Voces en Educación” para que desde este espacio florezcan todas las opiniones interesadas y por sobre todo para intentar construir lugares de encuentro y una agenda mínima común. Los y las venezolanas(os) necesitamos consensuar una agenda educativa para las tres próximas décadas.

La serie de artículos que seguirán a éste, también procuran dar un humilde aliento a un debate pedagógico que está de capa caída, en muchos casos fuera de las escuelas, y que amenaza con crear angustia en los docentes ante las limitaciones para comprender muchas de las tensiones y realidades locales, pero también por la imposibilidad de acceder a las claves para resistir y adaptarse al giro de 180 grados que comienza a operarse en materia educativa a escala mundial.

Soy maestro y como tal reflexiono. Por ello, trato de llamar la atención respecto a que mientras sostenemos un diálogo de sordos sobre un presente que corre el riesgo de convertirse rápidamente en pasado, el mundo sigue su curso y las exigencias para los sistemas educativos no siempre llegan de la mano de la burocracia educativa.

Me interesa destacar el impacto que comienza a tener en la educación la reestructuración del modo de producción capitalista mundial, producto de la aceleración de la innovación tecnológica, con expresiones concretas en el mundo laboral, empleo, consumo y en las necesidades de formación.  Venezuela es un país capitalista que trató de transitar hacia el socialismo, al cual esta reestructuración del mundo del capital le afectará más temprano que tarde, con su expresión muy visible en la agenda educativa. Por ello, no podemos esperar a resolver los problemas de entendimiento político entre la oposición y el gobierno para comenzar a pensar los problemas de la educación en el presente y el futuro cercano. En nuestro caso lo haremos desde la perspectiva de las pedagogías críticas, consciente que existen otras posturas al respecto. Bienvenido el debate.

 

Imagen: personaje tricéfalo dinámico de Ezequiel Eduardo Calleja Pérez

[1] Pedagogo e investigador educativo. Dirige el portal mundial de los y las educadores “Otras Voces en educación” httpp://otrasvoceseneducacion.org Director del Foro Venezolano por el Derecho a la Educación. Coordina el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) y la Red Global/Glocal por la calidad educativa. Es un pedagogo crítico de influencia en la región en América latina y el caribe.

[2] Opiniones en (a) defensa de lo actuado por los gobiernos progresistas; oposición restauradora, neoliberal y neoconservadora que desconoce los avances alcanzados en materia de agenda social en este periodo y amenaza con desarrollar una política centrada en el capital, en detrimento del mundo del trabajo; (c) una izquierda radical anticapitalista, contraria am los gobiernos progresistas pero con debilidades para constituirse en referencia de masas.

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Uruguay: La académica e investigadora Judith Sutz presentó una propuesta tan osada como practicable de política de ciencia, tecnología e innovación basada en evidencia

https://ciencia.ladiaria.com.uy/ 29-12-2019

Judith Sutz es coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República (Udelar). Se recibió de ingeniera electricista, pero luego se centró en temas vinculados con el desarrollo y el conocimiento, y obtuvo un doctorado en Socioeconomía del Desarrollo en la Universidad de París. En la última jornada del ciclo de charlas abiertas organizado por el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (Conicyt), la Secretaría de Ciencia y Tecnología y la Dirección para el Desarrollo de la Ciencia y el Conocimiento (D2C2), el martes 10 Sutz dio una disertación titulada “Elementos y propuestas para una política de ciencia, tecnología e innovación basada en evidencia”. A diferencia de muchas otras ocasiones en las que se señalaban debilidades de nuestro sistema científico y se trazaban horizontes a alcanzar, la propuesta de Sutz incluye una idea concreta que puede ponerse en marcha con muy poco dinero y que podría poner al país en carrera para eso que todos invocan pero nadie sabe cómo hacer: lograr que el conocimiento, la ciencia y la innovación contribuyan al desarrollo del país.

Un análisis más completo de la evidencia

La conferencia estuvo basada en un texto de igual título que Sutz elaboró hace unos meses y que me envió antes de nuestro encuentro en la sede de la CSIC, a metros de la casa central del PIT-CNT. “Lo escribí en un momento en que me dio la impresión de que si bien teníamos evidencia sobre la situación de la ciencia, la tecnología y la innovación, estábamos mirando aspectos parciales de la evidencia y derivando ciertas sugerencias desde esa mirada incompleta”, dice Sutz cuando le pregunto por el momento en que concibió su propuesta, deslindándose de cualquier coincidencia con el ciclo electoral o la coyuntura de transición actual.

En su trabajo se deja claro que con frecuencia se utilizan dos indicadores para ver qué tan bien vamos en lo relativo a ciencia, tecnología e innovación o en investigación y desarrollo (I+D). Uno es la relación entre la inversión en I+D y el Producto Interno Bruto (Uruguay destina casi 0,4% del PIB a I+D, y ya es un reclamo conocido el de subir esta inversión a 1%), y otro la generación de un índice entre la cantidad de investigadores por millón de habitantes. Al comparar esos datos con los de países que consideramos que están haciendo mejor la cosas, por lo general no salimos bien parados. “Es cierto que tenemos pocos investigadores en comparación con Holanda, Estados Unidos o Nueva Zelanda. También tenemos una inversión muy baja en I+D en relación con el PIB, también comparándonos con Holanda, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón y Corea. Pero eso es sólo la mitad de la historia”, dice Sutz. Veamos un poco los datos en el cuadro 1.

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Al observar la cantidad de investigadores por millón de habitantes, en su texto Sutz señala que “Uruguay está en una posición intermedia en América Latina: por debajo de Argentina y Brasil, por encima de Chile, Colombia y México”, y agrega que, en cambio, con los países ricos de la OCDE la distancia es muy marcada. Ese dato nos muestra cuán lejos estamos de otras realidades. Pero mirar sólo eso sería incompleto. “La otra mitad de la historia consiste en ver en esos otros países de los que decimos que tienen muchos más investigadores que nosotros dónde trabajan esos investigadores y quién contribuye a la inversión en I+D respecto del PIB. ¿No serán preguntas que también es importante hacerse?”, dice Sutz, y señala que “el número frío es apenas una parte”.

Frecuentemente nos aferramos al poder mágico de los números. 6% del PIB para la educación. 1% para I+D. Pero además, hace tiempo que varios actores vienen alertando que en los países que tomamos como modelo a seguir la inversión en I+D no corre sólo por cuenta del Estado. En la evidencia que muestra Sutz, eso queda patente.

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Como ya dijimos, la inversión en I+D de Uruguay ronda el 0,4% del PIB. Se “compara así pobremente con varios países de América Latina y con los países ricos de la OCDE”, señala Sutz en su texto, para luego hacer una observación nada menor respecto de cómo invierten los países modelo: “No es sólo la proporción de su PIB destinado a I+D, que en general está por encima de 2%, sino la parte minoritaria que en ella ocupa la inversión pública”, afirma, y agrega que gran parte de esa inversión corresponde a las empresas privadas y públicas. Si Uruguay invierte en I+D 0,41% del PIB, 88% de esa inversión proviene de fondos públicos, es decir, 0,36% del PIB. Ese guarismo en países como Dinamarca, Estados Unidos o Corea, no supera jamás el 0,35%.

“Me pareció que valía la pena plantear que las diferencias no son solamente de números, sino también de estructura. Cuando uno mira solamente los números, la recomendación es invertir más, tener más investigadores, más, más, más. Pero cuando uno mira la estructura, la recomendación pasa más por ver dónde están acá los actores que en esos países están pidiendo conocimiento, requiriendo conocimiento, usando conocimiento. ¿Quién pide conocimiento en Uruguay? ¿Quién les pide conocimiento a los investigadores que creamos? Ahí nos damos cuenta de que hay una debilidad muy grande”, comenta Sutz.

“Cuando una decisión tomada en el ámbito público le cierra la puerta a la investigación nacional o a las empresas nacionales, generalmente por aversión al riesgo, el futuro nacional retrocede, a veces por décadas”.

“En nuestro país hay una demanda muy escasa de conocimiento, tanto del sector productivo privado como del Estado”, señala, y descarta que eso se deba a que no se requiera conocimiento en el país. “El asunto es de dónde se saca, a quién se le pide y a quién se le compra. A partir de estas inquietudes me pareció que valía la pena mostrar que a la evidencia había que agregarle algunos elementos, y a partir de eso decir cómo hacemos”, afirma.

¿Cómo enfrentar los desafíos?

“El desafío para el país, reconocido hace ya décadas, resulta así ser triple, aunque de dispar dificultad: incrementar la inversión en I+D, diversificar su origen y mejorar su eficiencia. El interrogante para la política de ciencia, tecnología e innovación es cómo hacerlo, puesto que las cifras más recientes no muestran avances”, señala la investigadora en el documento. En caso de querer mirarnos en ese espejo de los países desarrollados que hacen bien las cosas, si el Estado invirtiera ese deseado 1% en I+D, lo que correspondería sería que el sector privado invirtiera otro 2%. Saltaríamos así de la inversión actual de 0,41% del PIB a una cercana a 3%.

“Si nosotros invirtiéramos 1% en I+D, en la estructura actual de la inversión, con casi la totalidad proveniente del sector público, estaríamos cerca de lo que invierte Holanda por parte del sector público”. Sutz es enfática en aclarar que “no se trata de ir en contra del 1%”, y pide que no se la malinterprete, pero afirma que “el 1% es un número mágico, como también sería una solución mágica imaginar que por decreto los privados van a aportar 0,5% u otro 1% o hasta 2%. Tenemos que analizar los grados de libertad que se tienen en la política, que puede decir que le dará prioridad a determinadas cosas, pero que no le puede decir a las empresas privadas en qué invertir”, señala, abriendo la puerta para las empresas públicas.

El Estado no puede decirles a los privados en qué invertir, pero puede dar incentivos o castigos económicos. “Puede, pero también puede hacer algo que no es lo uno ni lo otro”, agrega. “El Estado puede ayudar a crear mercados. Somos un país pequeño y si queremos exportar, tenemos que aprender en casa. No hay un solo ejemplo de exportación de alta tecnología, salvo el caso específico y muy particular del software, en el que las empresas exporten sin haber aprendido en casa”.

“Apelando a la fácil, lo seguro, y al conocimiento que tienen otros no es como se desarrollan los países”.

Sutz pone un ejemplo de esto para que no quede como una cuestión despegada de la realidad –precisamente, si hay algo que tiene el planteo de la académica es que es tan concreto como la piedra contra la que estamos a punto de darnos la cabeza– y habla del caso de la empresa Eriksson. “Suecia, en su momento, tendría que haberle comprado a Siemens, era la opción lógica”, señala, pero el gobierno sueco tomó una decisión estratégica y le encomendó el desarrollo de las telecomunicaciones a la empresa nacional en lugar de comprar el paquete del gigante alemán. “Hubo una decisión del gobierno sueco de comprar sueco. Comprarle a Siemens era mucho más fácil y seguro, pero apelando a lo fácil, lo seguro y al conocimiento que tienen otros no se desarrollan los países”.

Por este motivo, en su charla hizo énfasis en que para aprender es necesario tener oportunidades de aprender. “Hay que crear oportunidades para que uruguayos y uruguayas científicos, ingenieros, tecnólogos lidien con problemas complejos, aprendan a resolverlos, y de esa manera hagan nuevas preguntas y empiece el círculo virtuoso de la investigación”, afirma, aun cuando ello pueda implicar perder un poco de tiempo y plata. “Para eso no hay que temerle al riesgo y hay que premiar la confianza en las capacidades nacionales, premiar a quien compró una solución uruguaya. A esos incentivos, de los cuales casi nunca se habla, habría que darles un poco de espacio”.

Una propuesta modesta y osada al mismo tiempo

En su texto Sutz afirma que una joven o joven investigador, con un doctorado reciente, experiencia académica y vocación por investigar “debiera encontrar un espacio donde ejercer su creatividad al servicio de los objetivos de la institución en la que se inserta”. Luego de recordar que el PIB de Uruguay en 2018 fue cercano a los 60.000 millones de dólares, Sutz hace una propuesta concreta tan sencilla como contundente: “Supongamos que la remuneración de una persona con esas condiciones es el equivalente de un Grado 3 de la Universidad de la República con Dedicación Total: su costo anual, con las cargas sociales incluidas, es del orden de los U$S 54.500. 150 contrataciones de ese tipo tendrían un costo de U$S 8.175.000, lo que representaría 0,013% del PIB de 2018. Imaginemos que 100 contrataciones van para el ámbito académico y 50 a formar equipos de dos personas trabajando en 25 instituciones del ámbito público”.

Luego Sutz estima que cada uno de esos equipos con dos investigadores, en 25 instituciones del ámbito público, “al cabo de un año de trabajo habrá explorado en profundidad su ámbito, confeccionado una agenda de investigación e innovación aprobada por las autoridades correspondientes, identificado y contactado tanto personal interno como investigadores y empresas capaces de llevar dicha agenda adelante”. En el mano a mano, Sutz se explaya sobre el potencial transformador de su plan, que, recordemos, se sustenta con 0,013% del PIB de 2018: “Dos jóvenes investigadores trabajando durante un año hablando con la gente, desenterrando los problemas, dándoles formato, podrán proponer investigaciones para aproximarnos a las respuestas a los problemas que encontraron. Creo que eso dinamiza al país”.

Así como en conservación se habla de lo difícil que es mantener lo que no se conoce, en investigación, desarrollo e innovación podríamos decir que es difícil saber lo que a uno le falta si no lo conoce. “También puede pasar que se identifique el problema y que en este país no haya quién pueda resolverlo. Y eso le va a trasladar una demanda muy concreta y directa al sistema educativo. Hay que tener paciencia, porque estas cosas llevan tiempo”, agrega.

Y vaya si llevan tiempo. En esta sección, donde comentamos las investigaciones que nuestros científicos publican, es frecuente que los datos que sustentan sus trabajos de este año se hayan recolectado entre 2014 y 2016. Y al adentrarse más en lo que hacen, es frecuente que el investigador o investigadora haya trabajado en esa temática por años o décadas. La ciencia no es café instantáneo. Uno entiende que lo que plantea Sutz no producirá un efecto tal que en un año se resolverán todos los problemas: será el inicio de algo que, confía, tendrá un efecto contagio.

“En ciencia es falso que la oferta crea su propia demanda. No es cuestión de hacer ciencia de calidad y, por añadidura, todo lo demás vendrá y seremos ricos y felices”.

“No es cierto que la demanda cognitiva está en el aire esperando a que los investigadores elijan qué investigar. La demanda cognitiva es una cosa compleja que hay que detectar y construir. En ciencia es falso que la oferta crea su propia demanda. No es cuestión de hacer ciencia de calidad y, por añadidura, todo lo demás vendrá y seremos ricos y felices para siempre”. Y ese mediador entre la demanda y la oferta es, uno intuye, la política. “Exactamente. Pero muchos piensan que la política es sólo poner plata. Por supuesto que hace falta poner plata, pero no sólo eso. Ahí viene todo lo demás”.

Sutz pone como ejemplo de ese “todo lo demás” lo que hace el Centro de Extensionismo Industrial, cuya dirección recae conjuntamente en la Udelar, la Cámara de Industrias del Uruguay, el Ministerio de Industria, Energía y Minería y la Agencia Nacional de Desarrollo. “Al preguntarnos por qué las pequeñas y medianas empresas quedaban tan por fuera de la I+D, detectamos que cerca de 80% no tienen profesionales, y ese es un dato de la década de 1980 que no ha cambiado hasta ahora, por lo que no tenían ni tienen cómo hacerse las preguntas. El Centro de Extensionismo Industrial trabaja un poco con la filosofía del extensionismo agropecuario: acá están los que saben algunas cosas y acá están los que hacen cosas y necesitan ese conocimiento. Demoró 30 años en concretarse este centro, que partió de detectar que las pequeñas y medianas empresas no tenían la capacidad de hacer emerger la demanda tecnológica”.

Sutz reconoce una debilidad del plan: requiere trabajar para que sea efectivo. “Eso es lo que puede hacer fracasar todo. Hay que estar dispuesto a hacerles un terreno fértil a estos investigadores, hay que ayudarlos a dialogar, hay que abrirles la puerta a la conversación. Y después hay que tener formas de coordinación”. Lo que propone la académica es, de cierta manera, un experimento. Y, como ya vimos, es un experimento bastante económico. “Hay que tener ganas de experimentar”, reconoce, y se pregunta: “¿Qué es lo peor que nos puede pasar? La gente que trabaja con capital de riesgo dice que pone diez huevos en una canasta y que si sale un solo pollito ya paga los nueve restantes”.

Sutz dice con orgullo que es posible generar estos ámbitos, y da cuenta de los éxitos que ha obtenido la Udelar haciendo acuerdos con ANCAP, UTE, el PIT-CNT, y ahora con UNICEF. “Todo 2018 trabajamos con el Sistema Nacional Integrado de Cuidados, haciendo emerger la demanda de conocimiento. Fue una cosa muy trabajosa y muy compleja, pero salió bien. Hemos aprendido a preguntar”, dice, y agrega que “está la idea de que las demandas tecnológicas y cognitivas están ahí flotando, pero no es así”. Sutz pone el ejemplo de Horacio Failache, del Instituto de Física de la Facultad de Ingeniería, que desarrolló una lámpara led mucho más económica y sencilla que las que se vendían en el mercado para tratar a bebés que nacen con ictericia, a la que bautizó BiliLED, y que hoy se está usando en varios hospitales públicos. “Un día hablando con Failache le preguntamos qué necesitaba para seguir haciendo más cosas como las que había hecho. ‘Yo necesito una góndola de problemas’, fue su respuesta, porque dijo que él no sabía salir a buscarlos. ‘Yo me acerco a la góndola y veo si es para mí. Y si no es para mí, puedo saber para quién podría ser’, dijo”. Sutz cierra su anécdota con una moña: “Yo creo que la política tiene que construir la góndola”.

“Avanzar en el sentido de superar la frontera del conocimiento es muy importante. Pero no es lo único. Modestamente lo que digo es que tener pocos investigadores es malo, pero no es lo único malo que nos pasa. Invertir poco en I+D es malo, pero no es lo único malo que nos pasa. Trato de ver cómo del otro lado se pueden hacer ciertas cosas”, reflexiona. “La propuesta es lo suficientemente modesta como para que capaz, en una de esas…”, sueña Sutz. Deberíamos hacer lo que está a nuestro alcance para demostrar que, al igual que Lennon, puede que sea una soñadora, pero no es la única. Y no está sola.

Documento: “Elementos y propuestas para una política de ciencia, tecnología e innovación basada en evidencia”

Conferencia: Ciclo de charlas abiertas del Conicyt, la Secretaría de Ciencia y Tecnología y la D2C2 del Ministerio de Educación y Cultura (10 de diciembre 2019)

 

 

El enlace original es:  https://ciencia.ladiaria.com.uy/articulo/2019/12/la-academica-e-investigadora-judith-sutz-presento-una-propuesta-tan-osada-como-practicable-de-politica-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion-basada-en-evidencia/

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Libro: La promesa de las evaluaciones de aprendizaje a gran escala: reconocer los límites para generar oportunidades. (PDF)

UNESCO / 30-12-2019

Por lo general, las pruebas estandarizadas se asocian a los exámenes escolares de fin de curso orientados a la certificación y selección de estudiantes para su avance a niveles educativos superiores. Más recientemente, los resultados de las pruebas estandarizadas se han utilizado para evaluar el funcionamiento de los sistemas educativos, como se refleja en la creciente relevancia de las evaluaciones de aprendizaje a gran escala (LSLA). Estas iniciativas, emprendidas a escala nacional o transnacional, no solo han llamado la atención sobre ciertos aspectos relacionados con los niveles de aprendizaje, sino también sobre los determinantes del aprendizaje, entre ellos la cualificación del profesorado, la calidad de los entornos escolares, el apoyo y la orientación parental, así como la salud social y emocional dentro y fuera de los centros educativos. Nunca antes había habido tanta demanda de LSLA. Estas evaluaciones son hoy percibidas como fundamentales para mejorar la calidad educativa, y han contribuido en gran medida a fortalecer las políticas y estrategias orientadas a la mejora de un aprendizaje efectivo y pertinente. Siendo cada vez más usadas para asegurar la excelencia educativa, las LSLA están al centro de los debates nacionales, regionales y globales sobre la calidad y eficacia de los sistemas educativos. Pero nuestra búsqueda de la excelencia y la calidad educativas no puede realizarse a expensas de la equidad. La Agenda 2030 es clara al definir la equidad y la inclusión como perspectivas normativas centrales para el desarrollo educativo. Es un compromiso para asegurar que todos los niños, jóvenes y adultos tengan el derecho a un aprendizaje efectivo y pertinente. Si bien las LSLA son una herramienta central e indispensable para progresar hacia estas nuevas metas, en algunas circunstancias podrían socavar de manera accidental los compromisos de la agenda Educación 2030, centrados en garantizar un aprendizaje pertinente, igualitario y de calidad para todos. La promesa de las evaluaciones de aprendizaje a gran escala: reconocer los límites para generar oportunidades aborda los aspectos más polémicos de estas evaluaciones estandarizadas. Sobre la base de la amplia experiencia de la UNESCO en esta esfera (desde su participación directa en la aplicación de las evaluaciones hasta su papel como transmisora de conocimientos y coordinadora de redes), esta publicación presenta la mirada crítica de la Organización respecto de estas iniciativas. Su objetivo es lograr un equilibrio en el debate sobre las LSLA examinando sus beneficios y concienciando al mismo tiempo sobre sus posibles riesgos y dificultades. Los debates de esta publicación se centrarán en las LSLA llevadas a cabo en el marco de la educación formal y en la etapa escolar. Se espera que sean muchos los actores que puedan beneficiarse de las reflexiones contenidas en este documento. En particular, los gobiernos que efectúan LSLA o planean llevarlas a cabo; las organizaciones internacionales y regionales que prestan asistencia técnica para la planificación y la ejecución de dichas iniciativas; los académicos que se encargan de analizar críticamente estos

4La promesa de las evaluaciones de aprendizaje a gran escalaprocesos; los gobiernos donantes, que cada vez demandan más este tipo de evaluaciones; y las empresas privadas a las que podría interesar introducirse en este nicho de mercado. Los debates planteados en esta publicación tienen por objetivo analizar y comprender las LSLA a partir de la exploración de una serie de cuestiones. ¿Por qué han adquirido importancia a lo largo del último decenio? ¿De qué manera podrían contribuir a cumplir los compromisos para 2030 de asegurar un aprendizaje inclusivo, igualitario y de calidad para todos? ¿Podrían perjudicar dichos compromisos? ¿Merece la pena invertir tiempo y recursos en ellas? ¿Están realmente dirigidas a todos los niños y sirven para promover la equidad? ¿Evalúan los conocimientos y las aptitudes pertinentes, o las competencias necesarias para desarrollarse en la sociedad actual? El actual aumento de la participación en las LSLA se mantendrá en el futuro, no solo en cifras, sino también en sofisticación, a medida que aumenta su digitalización y adaptabilidad. Aunque esto suena prometedor, debemos estar atentos a los posibles riesgos que esto conlleva. ¿Cómo será el futuro de la evaluación y el uso de los datos resultantes? ¿Cómo garantizamos que los LSLA no continúen obstaculizando, de forma accidental, el progreso respecto de los compromisos de calidad para todos, o peor aún, exacerben las desigualdades sociales en términos de aprendizaje? Mirando al futuro, necesitamos asegurar una comprensión plena de las limitaciones de las LSLA (en relación con su diseño y posibles usos) y aplicar estos conocimientos al desarrollo de evaluaciones futuras. Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO
A continuación podrá descargar este libro:

la promesa de las evaluaciones

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Biología sintética: una fábrica de vida en favor del medioambiente

TyN Magazine / Dra. Graciela Salas / 30-12-2019

Los organismos personalizados revolucionarán la forma en la que fabricamos todo. Científicos del MIT forman parte de Ginkgo Bioworks, una startup de biología sintética, valuada en 1.400 millones de dólares, que está elaborando los pilares para nuestro futuro en bioingeniería.

Estos son tiempos muy fértiles para compañías como Ginkgo, impulsadas por los avances tecnológicos y económicos, en particular por el desplome del costo de la secuenciación del ADN y herramientas de edición genética como Crispr.

Hoy más de 600 empresas trabajan en este sector de la industria según SynBioBeta, una firma californiana que mantiene la base de datos de startups de biología sintética. Este universo tiene un crecimiento del 5% al 10% cada año a medida que el dinero se invierte en estas empresas, recibiendo solo el año pasado 3.800 millones de dólares, según John Cumbers, fundador de SynBioBeta.

“Estamos viendo una demanda creciente de grandes y sofisticados actores estratégicos en industrias multimillonarias que se dan cuenta de que la biología sintética transformará sus campos”, dijo Jason Kelly , CEO y cofundador de Ginkgo Bioworks.

La promesa del campo no es solo la proliferación de nuevos productos, sino también una reducción del daño ambiental que proviene de nuestra fuerte dependencia de productos petroquímicos. Estas nuevas empresas abarcan toda la gama de venta de moléculas de ADN, que son los componentes básicos de vida para las firmas de consumo de alto perfil.

Ejemplos de estas compañías son Beyond Meat, la startup de hamburguesas de origen vegetal, que salió a la bolsa en mayo y ahora vale casi 10.000 millones de dólares. Su competidor más cercano es Impossible Foods, un unicornio respaldado por una compañía que recientemente comenzó a vender las hamburguesas a Burguer King.

La carne artificial a partir de plantas como las que ofrecen compañías como Beyond Meat e Impossible Foods (Bill Gates es inversor de ambas compañías) tienen mejores propiedades medioambientales. Esta ‘carne’ utiliza proteínas de guisante, soja, trigo, patatas y aceites vegetales para imitar la textura y el sabor de la carne de animal. Beyond Meat tiene una nueva fábrica de 2.400 metros cuadrados en California (EE.UU.) y ya ha vendido más de 25 millones de hamburguesas en 30.000 tiendas y restaurantes. Según un análisis realizado por el Centro de Sistemas Sostenibles de la Universidad de Michigan (EE.UU.), una hamburguesa de Beyond Meat probablemente generaría un 90 % menos de emisiones de gases de efecto invernadero que una hamburguesa convencional hecha de una vaca.

El enlace original de esta información es:

http://www.tynmagazine.com/biologia-sintetica-una-fabrica-de-vida-en-favor-del-medioambiente/

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La OMS presenta un nuevo informe sobre las tendencias mundiales del consumo de tabaco

OMS 

El número de hombres que consumen tabaco en todo el mundo está disminuyendo, lo que demuestra que los esfuerzos de control dirigidos por los gobiernos sirven para salvar vidas, proteger la salud y vencer al tabaco

Por primera vez, la Organización Mundial de la Salud observa que el número de hombres que consumen tabaco está disminuyendo, lo que refleja un poderoso cambio en la epidemia mundial de tabaquismo. Esta conclusión, publicada hoy en un nuevo informe de la OMS, demuestra que la acción gubernamental puede proteger a las comunidades del tabaco, salvar vidas y evitar que las personas sufran daños relacionados con el tabaco.

«La disminución del consumo de tabaco entre los hombres marca un punto de inflexión en la lucha contra el tabaco», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Durante muchos años hemos sido testigos del aumento constante del número de hombres que consumen productos de tabaco mortales. Pero ahora, por primera vez, estamos viendo una disminución en el consumo masculino, impulsado por el hecho de que los gobiernos están siendo más duros con la industria tabacalera. La OMS seguirá colaborando estrechamente con los países para mantener esta tendencia a la baja.»

Según el Informe mundial de la OMS sobre las tendencias de la prevalencia del consumo de tabaco en 2000-2025 (tercera edición), durante casi las dos últimas décadas el número total de consumidores de tabaco a nivel mundial ha disminuido de 1 397 000 millones en 2000 a 1 337 000 millones en 2018, lo que supone aproximadamente una reduccción de 60 millones de personas.

Esto se ha debido en gran medida a la disminución del número de mujeres que consumen estos productos (346 millones en 2000, frente a 244 millones en 2018, lo que supone una reducción de alrededor de 100 millones).

Durante el mismo período, el número de hombres consumidores de tabaco aumentó en unos 40 millones, pasando de 1 050 000 millones en 2000 a 1 093 000 millones en 2018 (es decir, el 82% de los 1 337 000 millones de consumidores de tabaco del mundo).

Sin embargo, como dato positivo, el nuevo informe muestra que el número de hombres que consumen tabaco ha dejado de crecer y se prevé que disminuya en más de un millón en 2020 (esto es, 1 091 000 millones) en comparación con los niveles de 2018, y en 5 millones para 2025 (1 087 000 millones).

Para 2020, la OMS prevé que habrá 10 millones menos de consumidores de tabaco —tanto hombres como mujeres— en comparación con 2018, y otros 27 millones menos para 2025, lo que equivale a 1 299 000 millones. Alrededor del 60% de los países han experimentado una disminución del consumo de tabaco desde 2010.

«Las reducciones del consumo mundial de tabaco demuestran que los gobiernos, cuando introducen y refuerzan sus acciones integrales basadas en la evidencia, pueden preservar el bienestar de sus ciudadanos y comunidades,» dijo el Dr. Ruediger Krech, Director de Promoción de la Salud de la OMS.

A pesar de estos avances, los progresos en el cumplimiento de la meta mundial fijada por los gobiernos de reducir el consumo de tabaco en un 30% para 2025 siguen sin estar bien encaminados. Sobre la base de los progresos actuales, se logrará una reducción del 23% para 2025. Solo 32 países están actualmente en vías de alcanzar la meta de reducción del 30%.

Sin embargo, la disminución prevista del consumo de tabaco entre los hombres, que representan la inmensa mayoría de los consumidores de tabaco, puede aprovecharse para acelerar los esfuerzos encaminados a alcanzar la meta mundial, dijo el Dr. Vinayak Prasad, Jefe de la Unidad de Control del Tabaco de la OMS.

«Ha disminuido el número de personas que consumen tabaco, lo que constituye un paso importante para la salud pública mundial», dijo el Dr. Prasad. «Con todo, queda mucho por hacer. Si no se intensifican las medidas nacionales, la reducción prevista del consumo de tabaco seguirá sin estar a la altura de las metas mundiales de reducción. No debemos cejar en la lucha contra las grandes tabacaleras.»

Otras conclusiones importantes del informe son:

  • Niños: Aproximadamente 43 millones de niños (de 13 a 15 años) consumían tabaco en 2018 (14 millones de niñas y 29 millones de niños).
  • Mujeres: El número de mujeres consumidoras de tabaco en 2018 era de 244 millones. Para 2025, debería haber 32 millones menos de mujeres que consumen tabaco. La mayoría de los avances se están logrando en los países de ingresos bajos y medios. Europa es la región que progresa más lentamente en la reducción del consumo de tabaco entre las mujeres.
  • Tendencias en Asia: La Región de Asia Sudoriental de la OMS tiene la tasa más alta de consumo de tabaco, que es de más del 45% de los hombres y mujeres de 15 años o más; sin embargo, se prevé que para 2025 la tendencia disminuirá rápidamente a niveles similares a los observados en las Regiones de Europa y el Pacífico Occidental (alrededor del 25%). Se prevé que la Región del Pacífico Occidental, incluida China, supere a Asia Sudoriental como la región con la tasa media más alta entre los hombres.
  • Tendencias en las Américas: Quince países de las Américas están en vías de alcanzar la meta de reducción del consumo de tabaco en un 30% para 2030, lo que la convierte en la región con mejor desempeño de las seis regiones de la OMS.
  • Medidas normativas: un número creciente de países están aplicando medidas eficaces de control del tabaco que están teniendo el efecto deseado de reducir el consumo de tabaco. Los impuestos al tabaco no solo ayudan a reducir el consumo de tabaco y los costos de la atención de la salud, sino que también representan una corriente de ingresos para la financiación del desarrollo en muchos países.

Cada año, más de 8 millones de personas mueren a causa del consumo de tabaco, lo que representa aproximadamente la mitad de los consumidores. Más de 7 millones de esas muertes se deben al consumo directo de tabaco, mientras que alrededor de 1,2 millones se deben a la exposición de no fumadores al humo ajeno. La mayoría de las muertes relacionadas con el tabaco se producen en países de ingresos bajos y medios, áreas que son objeto de una intensa injerencia y actividad de comercialización por parte de la industria tabacalera.

Notas de los editores

El informe de la OMS aborda el consumo de cigarrillos, pipas, cigarros, pipas de agua, productos de tabaco sin humo (como bidischeroots y kretek) y productos de tabaco calentados. El informe no abarca los cigarrillos electrónicos.

El informe apoya el seguimiento de la meta 3.a de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la que se pide que se fortalezca la aplicación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS). Las medidas «MPOWER» de la OMS están en consonancia con el CMCT de la OMS y han demostrado que salvan vidas y reducen los costos al evitar gastos sanitarios. Estas medidas son las siguientes:

  • Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención.
  • Proteger a la población del humo del tabaco.
  • Ofrecer ayuda para el abandono del tabaco.
  • Advertir a las personas de los peligros del tabaco.
  • Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio.
  • Aumentar los impuestos al tabaco.

El informe completo (en inglés) está disponible en este enlace: WHO global report on trends in prevalence of tabacco use 2020-2025

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¿Qué es la nanotecnología?

concepto.de/ 30-12-2019

A grandes rasgos, la nanotecnología es la manipulación y manufactura de materiales y artefactos a una escala atómica o molecular, es decir, nanométrica. Se trata de un campo muy amplio de investigaciones y aplicaciones todavía en consolidación.

La nanotecnolegía involucra la materia subatómica, así como los saberes específicos de disciplinas científicas como la química orgánica, la biología molecular, los semiconductores, la microfabricación y la ciencia de las superficies, entre otras.

Dicho de manera muy simple, la nanotecnología parte de la idea de construir máquinas microscópicas con las que a su vez producir materiales novedosos, de una configuración molecular única y particular.

Sin embargo, la naturaleza de muchas de dichas “máquinas” no es semejante a las que empleamos en nuestro día a día, sino que bien pueden consistir en virus “reprogramados” genéticamente y otros medios biotecnológicos. En consecuencia, esta tecnología es una fuente infinita de posibilidades y, naturalmente, de peligros.

Además, a través de la nanotecnología se han construido nanomateriales, que son elementos inexistentes en la naturaleza y de propiedades asombrosas. Fueron creados a partir de la modificación de las moléculas de los materiales ya existentes.

Así, se ha abierto un gigantesco campo de investigación con aplicaciones virtualmente infinitas, que se encuentran aún bajo definición y experimentación. La nanotecnología promete traer consigo una nueva revolución industrial y científico-tecnológica.

Ver además: ÁtomoMolécula

  1. Historia de la nanotecnología

En 1959 se habló por primera vez de la posibilidad de la nanotecnología y la nanociencia. El primero en hacer referencia a ellas fue un Premio Nobel de Física (1965), el estadounidense Richard Feynman (1918-1988), durante su discurso en Caltech (California, EEUU), en el que teorizó sobre la síntesis por manipulación directa de los átomos.

Sin embargo, el término “nanotecnología” fue acuñado en 1974 por el japonés Norio Taniguchi (1912-1999). Desde entonces, muchos han sido los que han soñado o han teorizado con la posibilidad de este tipo de máquinas y materiales de avanzada.

Por ejemplo, el ingeniero estadounidense Kim Eric Drexler (1955-) participó en la popularización del término y de este tipo de investigaciones, siendo en gran parte responsable del inicio formal del campo de estudio de la nanotecnología en la década de 1980. Ello, además, responde a los adelantos de la época en microscopía y al descubrimiento de los fullerenos en 1985.

A partir del año 2000 los nanomateriales comenzaron a emplearse industrialmente. En respuesta los gobiernos del mundo comenzaron a invertir enormes sumas en la investigación y desarrollo de la nanotecnología.

Sus aplicaciones al campo de la bioquímica, medicina e ingeniería genética se hicieron patentes poco después. Hoy en día se trata de uno de los campos científicos de mayor vigencia y demanda incluso en países del llamado Tercer Mundo.

  1. ¿Para qué sirve la nanotecnología?

En términos básicos, la nanotecnología es un tipo de ingeniería de materiales a escala atómica o molecular. Eso significa que permite manipular la materia a una escala infinitamente pequeña, de entre 1 y 100 nanómetros, es decir, más o menos entre el tamaño de una molécula de ADN (2 nm) y una bacteria del género Mycoplasma (200 nm).

Por lo tanto, las utilidades de la nanotecnología son virtualmente infinitas: desde intervenir la composición química de los seres vivos, permitiendo así modificar el ADN de seres vivos microscópicos y “programarlos” para llevar a cabo ciertas tareas bioquímicas, hasta la manufactura de materiales novedosos y de propiedades únicas, llamados nanomateriales.

  1. Aplicaciones de la nanotecnología

nanotecnologia aplicaciones diseño agricola
La nanotecnología elabora plaguicidas o fertilizantes que colaboran con la agricultura.

Algunas de las aplicaciones actuales de la nanotecnología tienen que ver con:

  • Industria textil: la creación de tejidos inteligentes, capaces de comportamientos pre-programados en chips u otros instrumentos electrónicos, pudiendo así ser autolimpiantes, repelentes de manchas o pudiendo cambiar de coloración y de temperatura.
  • Diseño agrícola: elaboración de plaguicidas, pesticidas y fertilizantes de bioquímica controlada que permitan el mejoramiento de los suelos, así como de nanosensores para detección de aguas subterráneas, concentración de nutrientes, etc.
  • Apoyo a la ganadería: fabricación a través de nanopartículas de vacunas y fármacos para cuidar la salud del ganado, o nanosensores capaces de alertar sobre la presencia de enfermedades, parásitos, etc.
  • Industria alimenticia: en esta área se desarrollan desde sensores alimenticios, o sea, elementos que puedan comprobar la viabilidad de los alimentos, hasta nanoenvases para ella, diseñados especialmente para retardar el proceso natural de descomposición de la comida.
  • Nanofármacos: se trata de una primera generación de productos farmacológicos diseñados con nanosistemas, capaces de distribuir de manera eficiente y específica los compuestos activos de las medicinas, obteniendo mejores y más rápidos resultados y minimizando los daños colaterales.

Por otro lado, la industria vislumbra como campos futuros de investigación los siguientes:

  • Nanoinformática, el diseño de sistemas computarizados de enorme potencia y rapidez a través de nanosistemas.
  • Nanotermología, aplicación de nanomáquinas para regular de manera eficiente y rápida la temperatura local.
  • Nanoenergías, que bien pudieran ser eficientes, seguras y de bajo impacto ambiental, como una solución a la crisis energética con que inicia el siglo XXI.
  • Soluciones ambientales, como sistemas nanotecnológicos de eliminación de residuos peligrosos o de eliminación de basura.
  1. Ejemplos de nanotecnología

Un par de ejemplos de la aplicación nanotecnológica actual a problemas humanos son los siguientes:

  • Silicio negro bactericida. Científicos australianos y españoles anunciaron la creación de un material conocido como “silicio negro”, cuya composición molecular impide, sin necesidad de productos añadidos, la proliferación de numerosas especies de bacterias grampositivas y gramnegativas, además de disminuir la efectividad de ciertos tipos de endosporas.
  • Nanocirugía mediante un robot. El laboratorio suizo ETH Zürich se preparan para probar su primer microrobot guiado magnéticamente, conocido como OctoMag, con el cual se espera poder llevar a cabo microcirugías sin abrir al paciente, simplemente inyectándolo dentro del cuerpo mediante una pequeña aguja. También en EEUU se han probado modelos semejantes de microbombas, que liberan fármacos en el ojo cuando es necesario.
  1. Nanotecnología en medicina

nanotecnologia ejemplos vacunas
Las nanovacunas pueden ayudar al sistema inmunológico a luchar contra enfermedades.

Las promesas de la nanotecnología para el adelanto de la medicina son, cuando menos, asombrosas. Arriba dimos un par de ejemplos de ello, pero aún resta mucho por descubrir, como:

  • Nanotratamientos para enfermedades incurables. Soluciones nanotecnológicas al cáncer, al VIH/SIDA o al mal de Alzheimer podrían llegar de la mano de robots bioquímicos inyectados en el cuerpo humano.
  • Enlentecimiento nanotecnológico del envejecimiento. Algún día podríamos, mediante nanopartículas, combatir el envejecimiento a un nivel molecular y alargar todavía más nuestras expectativas de vida útil, retrasando la senilidad.
  • Nanovacunas. Sistemas de protección ante enfermedades basados en la introducción de nanosistemas al organismo, los cuales se ocuparían de asistir al sistema inmunológico en la lucha contra todo tipo de nuevas enfermedades.
  • Reprogramación genética. Mediante nanorobots sería posible modificar nuestro ADN y eliminar de manera paulatina los genes portadores de enfermedades congénitas, de deficiencias y otros males. Así mejoraría la calidad de vida de la especie en general. Esto, claro, exige también repensar las leyes morales de la ciencia hasta cierto nivel.
  1. Nanotecnología y biotecnología

La biotecnología es la aplicación de soluciones tecnológicas a problemas de índole biológico. La misma adquiere todo un nuevo nivel gracias a la introducción de las nanociencias.

La posibilidad de programar o reprogramar seres vivos mediante la intervención nanotecnológica del ADN podría permitirnos conducir la vida hacia senderos más convenientes. Sin embargo, la combinación de biotecnología y nanotecnología implicará importantes riesgos éticos y biológicos.

La humanidad sabe de sobra lo que ocurre cuando intenta jugar a ser Dios. Por ejemplo, la producción de vacas más lecheras y con más carne, cultivos resistentes a las plagas, etc., deberá siempre ir de la mano con la reflexión sobre nuestro lugar en el orden natural del mundo.

Sigue con: Organismos genéticamente modificados

Referencias:

Última edición: 12 de diciembre de 2019. Cómo citar: «Nanotecnología». Autor: María Estela Raffino. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/nanotecnologia/. Consultado: 26 de diciembre de 2019.

Fuente: https://concepto.de/nanotecnologia/#ixzz69H5yXKrY

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