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América Latina: En 15% podría aumentar el aprendizaje al reducir alumnos por clase

América Latina / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Espectador

América Latina destina, en promedio, casi el mismo porcentaje de su PIB a educación y capacitación técnica que naciones más desarrolladas. Sin embargo, sus estudiantes poseen más de un año de retraso respecto de lo esperable para el nivel de desarrollo económico de la región. Solamente el 30% de los niños en tercer y cuarto grado alcanzan el criterio mínimo de competencias matemáticas, en tanto lo logra el 66% en naciones con similar nivel de desarrollo, y el 93% en países desarrollados.

En un intento por comprender mejor los errores y aciertos en las políticas y programas educativos de la región, un grupo de investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo llevaron a cabo un amplio análisis cuyos resultados acaban de ser presentados bajo el título Aprender Mejor: Políticas públicas para el desarrollo de habilidades.

“Una persona que ha tenido acceso a una adecuada estimulación durante los primeros años de su vida, buenas escuelas, universidad y empleo en una compañía formal, posee grandes ventajas en la vida”, afirmó a través de un comunicado el Vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, Santiago Levy. “Los gobiernos pueden hacer mucho más por mejorar la calidad de vida de aquellos que no han contado con estas ventajas. Es un gran desafío, pero también ofrece una gran recompensa en términos de crecimiento y patrimonio si hacemos las cosas bien”, agregó.

El estudio señala durante la primera infancia, los niños de familias de escasos recursos se ven expuestos a un vocabulario más escaso y a más comentarios negativos que sus pares de familias más pudientes. “Los programas de crianza han demostrado ayudar a cerrar esta brecha sin ser costosos: la diferencia en habilidades cognitivas puede reducirse a la mitad por tan solo US$600 anuales por niño”, concluyeron los investigadores.

Al comparar diferentes variables en los sistemas de educación, los investigadores del BID concluyeron que reducir la cantidad de alumnos por clase de 25 a 20 puede aumentar el aprendizaje anual en 15 por ciento y extender la jornada escolar de 4 a 7 horas puede hacerlo en un 10 por ciento. Reconocen que ambas estrategias son costosas y podrían elevar el gasto en aproximadamente 20 y 60%, respectivamente. “Por otra parte, los programas que ofrecen planes de clases para los docentes y motivan a los alumnos de manera directa son eficientes en cuanto a la promoción de habilidades y a la vez económicos”, anotaron.

En cuanto a la educación durante la adolescencia, el informe concluye que los programas que ofrecen incentivos para evitar la deserción escolar resultan efectivos. “En líneas generales, cada año escolar adicional se traduce en salarios 9,6% más elevados (el rendimiento extra por cada año de educación superior es del 16,6%)”, dicen.

Contratar docentes competitivamente y ofrecer incentivos para mejorar las prácticas pedagógicas también hace parte de los consejos que se derivan del trabajo del BID. En cuanto a educación superior, se propone a los gobiernos buscar el equilibrio entre acceso y calidad. Y, cuando no es posible ofrecer programas de educación a una parte de la población, una solución que arroja buenos resultados son los programas de pasantías.

Fuente de la Noticia:

https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/en-15-podria-aumentar-el-aprendizaje-al-reducir-alumnos-por-clase

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Argentina: Las siete claves de la inminente reforma educativa en la Ciudad de Buenos Aires

Argentina – Buenos Aires / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: BigBang!News

Los alumnos deberán trabajar en el último año de estudio, no se podrá repetir y se cambiará la forma de brindar los contenidos. 

El próximo año una profunda reforma educativa se implementará en las escuelas públicas porteñas. La reforma contemplará cambios en la forma de enseñar contenidos y en la manera de evaluar. Incluso, contemplará una inserción laboral en el último año de estudio.

 BigBang resume siete claves de los cambios que impulsará el ministerio de Educación porteño, que buscará, según las autoridades, adaptar las escuelas a los nuevos tiempos y combatir la deserción.
  • Los alumnos deberán trabajar en el último año. El flamante diagrama incluye dos años de ciclo básico, dos años de ciclo orientado y un quinto año que será “integrador y formativo más allá de la escuela”. Para este último año se contempla una parte del tiempo escolar destinado a aprendizajes dentro de empresas y otro al desarrollo de habilidades relacionadas al emprendedorismo.
  • El contenido de la currícula será el mismo, pero cambia el modo de transmitirlo. Se agruparán en cuatro áreas de conocimiento: ciencias sociales y humanidades, científico-tecnológico, comunicación y expresión, y diferentes orientaciones
  • Las notas numéricas serán reemplazadas por un sistema de «créditos».
  • No se podrá repetir, sino “recuperar” contenidos.
  • En el 30 % de las clases, el docente introducirá los contenidos y el 70 % restante será para «trabajo autónomo y colaborativo»
  • Los alumnos del último año tendrán la opción de estudiar las dos materias comunes del CBC de la UBA u otras de institutos terciarios o profesorados.
  • Las modificaciones arrancarán gradualmente el año que viene en 17 escuelas públicas y se completarán en las 143 del distrito para  2021.

Fuente de la Noticia:

http://www.bigbangnews.com/actualidad/Las-siete-claves-de-la-inminente-reforma-educativa-en-la-Ciudad-de-Buenos-Aires-20170829-0014.html

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Libro: El Fraude de la Reforma Educativa, Reflexión Crítica

México / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Manuel Bartlett Díaz y Luis G. Benavides Ilizaliturri / Fuente: Dominio Ciudadano

En su libro los autores presentan una reflexión crítica de la más reciente Reforma Educativa utilizando argumentos asociados a la concepción de la propia Educación, a la fundamentación del modelo educativo, al papel que juegan los organismos internacionales en su orientación, y a los procesos seguidos para su legitimación política y social.

El Dr. Manuel Bartlett es Doctor en Ciencias Políticas por la UNAM; fungió como secretario de Gobernación (1982-1988), Secretario de Educación Pública (1988-1992) y Gobernador del Estado de Puebla (1993-1999). Actualmente se desempeña como Senador de la República. Mientras que Luis Gonzaga Benavides Ilizaliturri, es Doctor en Pedagogía por la Universidad de Salamanca (España) y en Ciencias Religiosas por la Universidad Lateranense de Roma, así como, asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Organización de los Estados Americanos y de la Secretaría de Educación Pública.

Fuente:

http://iide.ens.uabc.mx/index.php/477.php

Fuente de la Imagen:

http://dominiociudadano.org/el-fraude-de-la-reforma-educativa/

Link de descarga:

http://dominiociudadano.org/wp-content/uploads/2016/11/FRAUDEcif.pdf

 

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¿Cómo está la calidad de la educación superior en Colombia?

América del sur/Colombia/02 Septiembre 2017/Fuente: Semana

MinEducación lanzó los resultados de medición de calidad en educación superior. El Modelo de Indicadores de Desempeño de Educación (Mide) evaluó 226 de las 292 instituciones que hay en el país.

Ministerio de Educación Nacional presenta  nuevos resultados de medición de calidad en Educación Superior

Este lunes, las instituciones de educación superior (IES) conocieron los resultados del Modelo de Indicadores de Desempeño de la Educación (Mide), que permite conocer cómo están en materia de calidad. De acuerdo con la ministra de Educación, Yaneth Giha, el Mide se aplicó a 226 de las 292 Instituciones de Educación Superior que hay en el país.

Este modelo se construye teniendo en cuenta los datos de los diferentes sistemas de información que existen en la actualidad, relacionados con la educación superior como el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), el Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (Spadies) y los resultados de las Pruebas Saber 11º y Saber PRO del Icfes, entre otros.

“Hemos avanzado mucho en calidad de la educación, sin embargo, debemos ir más allá y para lograrlo es necesario contar con información que nos permita tomar las decisiones correctas, tener indicadores claros para saber dónde estamos, en qué hemos mejorado y en qué nos falta mejorar”, precisó Giha.

De hecho, hace tres años, el Ministerio de Educación Nacional presentó por primera vez el Modelo de Indicadores de Educación Superior (Mide). Para las Instituciones de Educación Superior, esta herramienta ofrece un marco de referencia para que revisen aspectos puntuales en su gestión y avancen en sus procesos de mejora continua. Al mismo tiempo, para los estudiantes y padres de familia les permite conocer el estado de las diferentes instituciones de educación superior, por ejemplo, a la hora de elegir dónde estudiar.

Por su parte, la información del Mide les permite al Ministerio de Educación y al gobierno nacional diseñar, ajustar e implementar programas y políticas públicas encaminadas a elevar la calidad de la educación superior en el país.  “El modelo reconoce que en Colombia las instituciones de educación superior no son iguales, ni pretendemos que sean iguales. Por ejemplo, no todas las IES atienden a la misma población, tienen los mismos objetivos y ofrecen programas en las mismas áreas de conocimiento”, explicó Giha.

Es por eso que ‘El MIDE ‘U’‘ evalúa el desempeño de las IES que ofrecen programas universitarios de pregrado. Este año la herramienta tuvo en cuenta 174 instituciones de educación superior, de las cuales 48 son públicas y 127 privadas; fueron clasificadas en siete grupos, teniendo en cuenta las áreas del conocimiento y los niveles de formación, así:

• Instituciones universitarias con 2 a 4 áreas de conocimiento.
• Instituciones universitarias de 5 a 8 áreas de conocimiento.
• Universidades de 2 a 4 áreas de conocimiento.
• Universidades de 5 a 8 áreas de conocimiento.
• Instituciones de educación superior especializadas en un área de conocimiento.
• Instituciones de pregrado con enfoque de maestría.
• Instituciones de educación superior con enfoque doctoral.

Así mismo, la cartera educativa lanzó también el modelo para las áreas Técnico Profesional y Tecnológico, denominado MIDE ‘T’, que evaluó 149 Instituciones de Educación Superior –algunas de ellas también evaluadas en el MIDE U–, de las cuales 49 son públicas y 100 privadas. El modelo agrupa las IES de la siguiente manera:

• Instituciones Técnico Profesionales.
• Instituciones Tecnológicas.
• Instituciones Universitarias.
• Y universidades que ofrecen programas de formación técnica y tecnológica.

Principales conclusiones del Mide
De acuerdo con el Mide, estos son algunos de los avances que se han dado en materia de educación superior para el país.

Aumento en número de graduados
En los últimos cinco años ha aumentado en un 30% el número de graduados de programas de pregrado y en un 90% los de posgrado.

Reducción en la deserción
En programas universitarios, la deserción bajó 1 punto porcentual en los últimos dos años, mientras que en programas de formación técnica o tecnológica disminuyó 5 puntos. Esto significa que se logró que alrededor de 48.000 jóvenes permanecieran en el sistema educativo, en el nivel superior.

Formación docente
En los últimos tres años se han registrado 1.950 docentes adicionales con doctorado y 7.171 nuevos docentes con maestría.

Empleabilidad de egresados
De acuerdo con la cartera educativa, la empleabilidad formal de los egresados de programas universitarios de las instituciones evaluadas es del 81,28%. Al mismo tiempo, la empleabilidad formal de los egresados de programas Tecnológicos y Técnicos Profesionales de las instituciones evaluadas es del 73%.

Investigación
En los últimos tres años se observa un incremento del 19% en los artículos registrados anualmente en Web of Science y del 22% en Scopus. En investigación de instituciones con programas de formación técnica o tecnológica, es de resaltar que las instituciones medidas registraron ante Colciencias 384 patentes de utilidad y 84 empresas de base tecnológica. Si bien hay algunos avances en investigación, también es importante avanzar en el cierre de brechas. Diez de las 174 instituciones evaluadas en MIDE U generan el 50% de la producción científica, según datos de Colciencias.

La realidad sobre la educación superior en Colombia
En el país se han alcanzado importantes logros en materia de educación superior. En cobertura, por ejemplo, en los últimos diez años, el país aumentó en 20 puntos porcentuales su tasa de cobertura, al pasar de 31,6% en 2007 a 51,2% en 2016. Además, se destaca como una de las naciones de América Latina con el mayor crecimiento de matrícula en educación superior, desde el año 2000.

Hoy en día Colombia cuenta con 49 instituciones de educación superior y 1.093 programas académicos que cuentan con acreditación en alta calidad. De esta manera 730.000 jóvenes, es decir el 16,9% de los estudiantes matriculados en programas de pregrado, se encuentran estudiando en programas o Instituciones acreditadas.

Sin embargo, el país debe seguir avanzando en materia de calidad y cobertura; para lograrlo es necesario contar con información que permita a las instituciones tomar las decisiones correctas, tener indicadores claros para saber dónde están, en qué han mejorado, y en qué les falta mejorar. De ahí la importancia del Mide. “Este es un instrumento en permanente construcción que debe seguir mejorando en la medida que los sistemas de información también mejoren y el sistema de educación siga evolucionando”, concluyó Giha.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/ministerio-de-educacion-nacional-presenta–nuevos-resultados-de-medicion-de-calidad-en-educacion-superior/537962

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Finlandia: las principales organizaciones educativas crean una institución para unos estándares de cultura y educación elevados

Europa/Finlandia/PrensaIE

Juntos, el sindicato de educación Opetusalan Ammattijärjestö, el Ministerio de Educación y Cultura y la Agencia Nacional Finlandesa para la Educación han creado una institución educativa destinada a garantizar en el país unos estándares de educación elevados.

Coincidiendo con la celebración del centenario de Finlandia, las tres principales organizaciones del sector educativo finlandés han creado la Academia, también llamada Sivistysakatemia, para salvaguardar los estándares para el aprendizaje, la educación y la cultura en Finlandia durante los próximos 100 años.

La primera sesión de esta Academia de alto nivel está prevista para octubre de 2017. Se invitará a participar a un grupo de líderes de opinión social y responsables de la toma de decisiones cuidadosamente seleccionado. Se les informará, de una forma completamente nueva, acerca del sistema educativo finlandés —considerado piedra angular de la sociedad finlandesa— desde la educación de la primera infancia hasta la universidad. También se hablará sobre cómo mantener y reforzar los elevados estándares educativos y culturales de Finlandia durante los próximos 100 años, a fin de mejorar el nivel de la enseñanza, la formación y la investigación. La Academia se reunirá de forma anual y todos los años se invitará a participar a unos 30 líderes de opinión de distintos sectores de la sociedad.

El logo de Sivistysakatemia, una huella dactilar, sirve como recordatorio de que la educación y la cultura pertenecen a todos y se componen de distintas partes. Simboliza también la huella que dejarán en el futuro de Finlandia aquellos que participen en la Academia.

OAJ: los docentes y la educación juegan un papel fundamental en la creación de una sociedad civilizada

El presidente de Opetusalan Ammattijärjestö (OAJ) Olli Luukkainen espera que los participantes de Sivistysakatemia se posicionen claramente a favor de la educación y la cultura, ya que «necesitamos portavoces firmes que entiendan el valor de la educación y la civilización  a fin de fomentar un mayor diálogo y proponer acciones concretas que destaquen la importancia de la educación, la formación y la investigación».

También ha subrayado que la educación tiene un valor intrínseco que crea una vida plena: «No debemos separar la educación de su misión de civilizar a las personas. Tampoco debe tomarse como una mera herramienta para la producción de recursos humanos al servicio del mercado laboral».

También ha subrayado que el desarrollo continuo de las competencias docentes jugará un papel importante en futuras soluciones. «Los docentes juegan un papel fundamental en la creación de una sociedad civilizada», afirma Luukkainen, que señala que «Sivistysakatemia debe contribuir a que sigamos siendo una sociedad de bienestar civilizada y culta en el futuro».

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15333/finlandia-las-principales-organizaciones-educativas-crean-una-instituci%C3%B3n-para-unos-est%C3%A1ndares-de-cultura-y-educaci%C3%B3n-elevados
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Medimos lo que valoramos #CalmarEdu

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Desde hace años, nuestro sistema educativo, los sistemas educativos en general de todo el mundo, nuestros centros, nuestros docentes y sobre todo nuestros alumnos y alumnas están sujetos de manera regular y creciente a pruebas externas, a múltiples estadísticas y a informes promovidos por organismos transnacionales, nacionales y regionales. Centros educativos y docentes se encuentran también sometidos a un creciente escrutinio por parte de una sociedad (empresas y familias principalmente) que se considera con razón un actor importante del proceso educativo.

Nuestros alumnos y alumnas además se enfrentan a la evaluación periódica que tiene lugar en sus aulas y con la que sus docentes tratan al mismo tiempo de mejorar su aprendizaje, certificar unos conocimientos, acreditar niveles y responder a las demandas de sus administraciones y de la legislación educativa. Tareas que todas juntas no están exentas de tensiones y contradicciones.

Pruebas censales, diagnósticas, con y sin efectos académicos, certificadoras, con carácter de reválida o selectivas, clasificatorias o informativas, evaluaciones sumativas y formativas, continuas y finales podemos hablar de un gran y complejo sistema que actúa e influye en todos los niveles del sistema educativo: el macro de las políticas educativas, el meso del centro educativo y el micro del aula. Y que en última instancia repercute en los principales protagonistas de la educación: los alumnos y las alumnas.

No se puede decir que nos falten datos. Todo lo contrario. Tenemos tantos que podríamos decir, tomando el término popularizado hace unos años por Alfons Cornellá, que estamos infoxicados. Experimentamos tal indigestión de datos que, más que movernos hacia la acción, nos sume en un letargo adormecedor. Sufrimos en cierta manera una parálisis por exceso de análisis. Son tantos los datos que tenemos que finalmente conforman una especie de cortina que filtra nuestra percepción de la realidad amplificando ciertas cosas y ocultando muchas otras. Datos que, por cierto, la mayor parte de la comunidad educativa no utiliza pero que cada vez condicionan más su quehacer diario.

“Si no queremos entregar la responsabilidad de nuestros procesos y prácticas educativas a abstractos sistemas de medición y aspiramos a mantener un control democrático sobre nuestras iniciativas educativas y sobre las maneras en las que evaluamos su calidad”, decía hace unos años Gert Biesta.

Urge abrir un debate sobre aquello que nuestros esfuerzos educativos deberían tratar de conseguir. Urge recuperar el debate sobre los fines de la educación. Debatir sobre cuáles deben ser los parámetros de una buena educación; qué entendemos que es educativamente deseable. Urge porque, a pesar de que se podría argumentar que tales sistemas solo miden lo que ya se encuentra ahí, su impacto real va mucho más lejos.

Y urge también debatir sobre cómo evaluamos los aprendizajes de los alumnos. Sabemos que la evaluación no sólo mide los resultados, sino que condiciona profundamente lo que se enseña y cómo se enseña y, por tanto, determina qué aprendemos y cómo aprendemos y puede limitar o promover los aprendizajes efectivos y profundos. No son pocos los profesionales de la educación que sostienen, desde hace años, que la clave para la transformación educativa radica en modificar la actual cultura de la evaluación revisando cómo evaluamos, repensando los objetivos de la evaluación, fomentando una evaluación formativa y experimentando con nuevas maneras de evaluar. Sin un cambio en nuestra cultura de la evaluación no habrá cambio educativo.

La evaluación no debe ser nunca el momento final de un proceso. La evaluación no es el objetivo sino el medio. El fin de la evaluación no es ser el fin de nada. No debe ser el producto sino el comienzo de un proceso más rico y fundamentado. La evaluación debe ser una oportunidad para el aprendizaje. No debemos limitar la evaluación a la calificación. Calificar no es evaluar. Debemos pasar de una evaluación del aprendizaje a una evaluación para el aprendizaje.

En educación hemos dedicado mucho tiempo a los métodos y poco a reflexionar sobre las metas. Reflexionar y dialogar sobre evaluación es pensar en los fines de la educación. Reflexionar sobre la evaluación que queremos es una forma de reflexionar sobre la educación que queremos.

“Para que las mediciones sean un impulsor positivo en las formas de responsabilidad democrática y en la que sus miembros tengan poder, es importante que no nos centremos en lo que se valora en el sentido abstracto, sino que demos la palabra a todas las partes interesadas en articular que es aquello considerado como deseable “ (Gert Biesta)


Dar voz a todos, darnos la palabra, escucharnos, debatir tranquilamente fue el principal objetivo de la Jornada #CalmarEdu que organizamos el pasado 17 de junio en Medialab Prado y en el que participaron más de 100 personas entre alumnos, padres, profesores, directores de centros, profesionales de la educación, responsables educativos, académicos, representantes de empresas.

En la Asociación Educación Abierta pensamos que ha llegado el momento de hablar realmente de educación. Que ha llegado el momento de abrir un debate pausado, razonado y con datos que nos permita ampliar el campo de diálogo e incorporar voces y experiencias diversas al debate educativo. Que ha llegado el momento de la educación.

La jornada del pasado 17 de junio estuvo dividida en dos partes. Una primera, descriptiva, en la que el objetivo fue identificar la situación actual en torno a la evaluación y una segunda, propositiva, en la que tratamos de hacer propuestas de trabajo sobre evaluación, respondiendo al eje temático “Medimos lo que valoramos”.

Para comenzar la reflexión y empezar a debatir, planteamos una serie de preguntas iniciales¿Es evaluar un elemento imprescindible del sistema educativo?; ¿Tenemos claro su finalidad principal?; ¿Establecemos estos objetivos y fines de manera compartida?; ¿Cómo estamos seguros que conseguimos los objetivos establecidos?; ¿Es evaluar un proceso objetivo?; ¿Es evaluar un proceso técnico o ético?; ¿Somos conscientes del poder de la evaluación?; ¿Somos conscientes de cómo condiciona cualquier evaluación al proceso enseñanza/aprendizaje?; ¿Quién debe participar en el diseño de la evaluación?; ¿Qué ocurriría si a nuestros alumnos les evaluásemos por su capacidad para evaluar y evaluarse?; ¿Estamos midiendo lo que valoramos o medimos aquello que es fácilmente medible, llegando a la situación de que valoramos solo lo que podemos medir?; ¿Qué ocurriría si les evaluásemos por su capacidad para transformar sus entornos?; ¿Qué ocurriría si evaluásemos su capacidad para vivir y trabajar en la incertidumbre?; ¿Pueden mejorar los resultados en las evaluaciones sin mejorar los aprendizajes?; ¿Cómo se miden las competencias?; ¿Cómo podemos medir competencias sociales y emocionales, como la empatía y la responsabilidad, o competencias y valores como el respeto a la multiculturalidad o la dignidad humana?.


El tema era complejo y multidimensional y el debate fue rico y diverso. Estuvimos de acuerdo en muchos aspectos pero también, como no, hubo numerosos desacuerdos y discusiones de intensidad. Los siguientes 10 puntos, sin ánimo de ser exhaustivos de todo lo que se dijo, recogen las principales conclusiones a las que llegamos en las 3 sesiones de la mañana. Su intención, como ya hemos dicho, era describir la situación actual.

Dibujan el mapa de un territorio en el que hay acuerdos claros pero también zonas de oposición y conflicto. No es una cartografía abstracta elaborada en un gabinete cerrado, sino el mapa que resulta de darnos la voz y escucharnos, de manera abierta y sincera. Es el mapa que resulta de ponernos juntos a valorar la educación.

  1. En general tendemos a valorar lo que medimos. Tenemos una evaluación muy reduccionista.
  2. Medimos. Confundimos evaluación con calificación. La evaluación no ayuda al proceso de mejora. No apoya los procesos formativos. No hay realmente una evaluación para la mejora.
  3. La evaluación sobredimensiona ciertos aspectos e infravalora y oculta otros. De alguna manera la evaluación oculta e inmoviliza.
  4. Nos faltan “herramientas” que nos permitan evaluar de una manera más rica, más profunda y más variada.
  5. En nuestro sistema, conviven distintas culturas de la evaluación. Hay mucha diversidad de opinión sobre cuál el valor y la utilidad de la evaluación y, por tanto, también hay mucha diversidad de opiniones sobre cómo debemos evaluar y para qué evaluamos.
  6. La evaluación de la educación responde a nuevas formas gerenciales e impone una cultura de la no confianza.
  7. Puede ayudar a la mejora pero hay una resistencia generalizada a que nos evalúen.
  8. En la evaluación de los aprendizajes se declaran unas intenciones (por parte de la administración o de los profesores) pero se hacen, miden y exigen otras.
  9. El proceso de evaluación está muy condicionado por las administraciones, las familias, los propios alumnos, la falta de formación.
  10. Hay muy poca diversidad. Son en general procesos muy unidireccionales y en el caso de la evaluación del aprendizaje con un excesivo peso en la hetero-evaluación del profesor.

Partiendo de estos 10 puntos, en la sesión de la tarde pasamos de describir a proponer. No buscábamos soluciones sino orientación para navegar por nuestro mapa. No hay recetas. Estas son las 8 propuestas que resultaron de esta última sesión de diálogo y sobre las que trabajaremos en las próximas semanas.

Propuesta 1: Definir conjuntamente los resultados del aprendizaje esperados.
Propuesta 2: Evaluar lo que valoramos y no solo lo que sabemos o podemos medir.
Propuesta 3: Personalizar la evaluación e ir hacia una evaluación solicitada.
Propuesta 4: Pasar de una cultura del dolor y el sufrimiento a una del placer y el aprendizaje.
Propuesta 5: Promover una evaluación no jerárquica y multidireccional.
Propuesta 6: Convertir la evaluación en un acto compartido.
Propuesta 7: Evaluar lo diferente.
Propuesta 8: Hacer de la evaluación un proceso que valore lo compartido.

Solo queda agradecer a todos los participantes la enorme generosidad que demostraron durante toda jornada compartiendo, debatiendo y proponiendo ideas. Construyendo, al fin y al cabo, entre todos la educación y la escuela que queremos.

Fuente: http://educacionabierta.org/medimos-lo-que-valoramos-calmaredu/?utm_content=bufferb9bb1&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

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Canadá es un éxito educativo y las razones son sorprendentes: qué podemos aprender

Por: Hector G. Barnés

Cuando ojeamos los primeros puestos de ‘rankings’ educativos como el de PISA, solemos encontrar entre los consabidos Singapur, Finlandia y otros países orientales un convidado de piedra: Canadá, que destaca no tanto por sus resultados concretos como por su constancia en distintas materias. El ministro de Educación Doug Currie calificó de “trabajo soberbio” al realizado por el sistema educativo de su país a propósito de los resultados de PISA 2015, donde solo fueron superados por Japón, Estonia y Singapur. Tan solo esta última superó a Canadá en lectura.

No es un país que suela aparece en los listados de los países “milagrosos”, a pesar de que, en muchos sentidos –sus alrededor de 36 millones de habitantes se reparten por una gran extensión, su tasa de inmigración per cápita es la más alta en el mundo– tiene aún más mérito. Quizá ello se deba a la dificultad para identificar cuáles son los elementos diferenciales, principalmente por la organización de su sistema educativo, uno de los más descentralizados del mundo y que, por lo tanto, presenta grandes variaciones entre regiones. Como recordaba un reportaje de la ‘BBC’, si fuesen países independientes, Alberta, Columbia Británica y Quebec superarían en ciencia a Hong Kong o Finlandia.

No solo los estudiantes lo hacen bien, sino que es algo independiente de su estatus socioeconómico o de si son nativos o inmigrantes

“Canadá es relativamente un recién llegado a lo alto de los ‘rankings’ internacionales”, explicaba un informe de la OCDE sobre su rendimiento educativo. “Al revés de Japón y Corea, no era un líder claro en las evaluaciones internacionales de los 80 y los 90, y solo fue después de la publicación en 2000 de PISA que se vio convertida en uno de los líderes el grupo”. El veredicto es claro: no solo el país americano obtiene resultados muy altos, sino que la diferencia entre los mejores y peores estudiantes es muy pequeña. En ciencia, por ejemplo, la variación es de apenas un 9%, mientras que en Singapur es del 20. En España se encuentra en el 13%.

“Desde 2000, Canadá se ha convertido en un líder mundial en su estrategia sostenible de reforma del sistema educativo con profesionales”, señala dicho informe. “No solo los estudiantes lo hacen bien, sino que lo hacen independientemente de su estatus socioeconómico, su primer idioma o si son canadienses nativos o inmigrantes recién llegados”. A pesar de los éxitos, hay una curiosa razón que explica por qué no se habla más de ello: ya que este tan solo ha salido a la luz en los últimos 20 años, no hay mucha literatura académica, profesores visitantes ni periodistas que la visiten o se fijen en Canadá como modelo educativo. Y, sin embargo, su peculiar caso nos puede enseñar muchas cosas.

Confiar en las provincias

El sistema educativo canadiense se organiza alrededor de 10 provincias y tres territorios muy diferentes entre sí y que, por lo tanto, tienen su propia historia y sus propias necesidades. El informe de la OCDE considera esta descentralización como el “rasgo más sorprendente” de dicho sistema, ya que es el único país de todo el mundo que no tiene un departamento de Educación como tal, sino que las competencias están transferidas casi por completo a cada una de las provincias, que desde hace 20 años, son quienes aportan el 100% del presupuesto.

Los currículos se desarrollan junto a los profesores, la financiación es equitativa y la selección de docentes, muy exigente

Entre ellas, las más importantes son las de Ontario (dos millones de estudiantes), Québec (un millón), Columbia Británica (610.000) y Alberta (530.000), que suman un 80% de estudiantes, y que por lo general son las que obtienen las mejores calificaciones. Al mismo tiempo, las provincias delegan parte de su responsabilidad en los municipios y, sobre todo, los colegios; las primeras fijan el currículo, las políticas generales y la financiación, pero los segundos contratan a los empleados y eligen a los directores de los centros.

No obstante, a pesar de las diferencias, hay ciertas pautas que se repiten entodas las regiones por asimilación entre ellas, y que matizan estas supuestas diferencias. Hay tres principios que se repiten: el desarrollo de currículos a partir de la consulta con profesores y expertos en las diferentes materias, con distintos niveles de libertad para los profesores; un proceso muy selectivo de elección de los docentes (por lo general, entre el 30% de los mejores de la promoción); y financiación equitativa, que ha conseguido solucionar los problemas de algunas de las regiones y alumnos más pobres otorgando más dinero a los centros que lo necesitan.

Dalton McGuinty fue Primer Ministro de Ontario entre 2003 y 2013. (Reuters/Mark Blinch)
Dalton McGuinty fue Primer Ministro de Ontario entre 2003 y 2013. (Reuters/Mark Blinch)

Uno de los grandes éxitos de la educación canadiense ha sido su capacidad de integrar a los niños inmigrantes. Ya no provienen de Europa, como había ocurrido hasta los años 70, sino de Asia (China o India) y otros países en vía de desarrollo, como Argelia o Colombia. En apenas tres años, estos alumnos alcanzan niveles educativos superiores a la media. Las razones son tres, según el informe: aparte de que muchos de los niños inmigrantes provienen de familias de alto nivel cultural, la forma de integrar a los alumnos, con apoyo fuera del colegio (a veces a través de ONG) las y decisiones políticas para ayudar a los más desfavorecidos, por ejemplo, recibiendo refuerzo lingüístico (como ocurre en la Columbia Británica) son clave.

Los profesores, unidos

El informe destaca una de las características más peculiares del sistema educativo canadiense, y que contradice la popular idea de que los docentes suelen ser elementos de resistencia frente a los cambios promovidos desde la política o por agentes externos. Su caso es más “complejo”, señala elinforme: “Los profesores son un grupo crucial que pueden participar en una agenda de reforma mucho más amplia”. Esto se traduce a través de su organización no solo como asociación de profesionales, como ocurre en otros países, sino como sindicatos con gran influencia en la negociación.

Aunque la misión y el objetivo provenían de arriba, había un claro reconocimiento de que era a nivel de cada colegio donde debían tener lugar los cambios

Es lo que ocurre en Ontario, el caso analizado por la OCDE, donde entre 2003 y 2010 se llevaron a cabo distintas reformas promovidas por el Primer Ministro Dalton McGuinty. Este intentó revertir la tendencia del gobierno conservador antecedente, “extremadamente impopular entre los profesores”, y que había conducido a un abandono en masa de los colegios públicos. Se aprobaron 65 medidas, entre las que se encontraban la reducción del tamaño de las clases (lo que creó 5.000 nuevos puestos de trabajo) y que tenían ante todo dos objetivos: mejorar los niveles de habilidad lingüística y aumentar la cantidad de graduados en secundaria.

Para ello fue de radical importancia el apoyo de los profesores, quienes iban a realizar el esfuerzo en las aulas. Para ello, decidieron “darle menos importancia a la publicación de resultados y centrarse en que los colegios con mayores dificultades recibiesen un apoyo adicional y apoyo externo en lugar de ser castigados o cerradas”. 100 personas (profesores, directores, expertos) formaron parte de la secretaría que se encargó de aplicar las reformas. “Aunque la misión y el objetivo provenían de arriba, había un claro reconocimiento de que era a nivel del colegio donde debían tener lugar los cambios, y que el rol de otros actores en el sistema era el de apoyar el aprendizaje y los cambios que se estaban produciendo en los colegios”.

Los propios canadienses son, no obstante, muy críticos con los resultados obtenidos por su sistema educativo. A raíz de la publicación de los últimos resultados de PISA, hubo quien planteó el problema de que las calificaciones de matemáticas no hubiesen mejorado. A pesar de que los resultados son buenos, lamentaban los canadienses, el progreso no es positivo, y hay ciertas regiones (Manitoba, Saskatchewen o Newfoundland) que obtienen resultados muy inferiores a otras. En todas partes cuecen habas, pero ser capaces de identificar los problemas es uno de los factores decisivos del éxito.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-21/canada-exito-educativo_1429440/

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