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Entrevista a Jaime Saavedra: “Educación de calidad es tener los mejores maestros”

Colombia/30 de Octubre de 2017/Semana Educación

 Semana Educación habló con Jaime Saavedra, actual director senior de educación en el Banco Mundial y exministro de educación de Perú, en el marco el Teach For All, sobre las fórmulas que deben implementar los países para lograr la combinación perfecta entre los elementos académicos y el desarrollo socioemocional.

¿Cómo define usted la educación de calidad?

Una de las cosas que hablé esta semana con la ministra colombiana Yaneth Giha Tovar, es que la educación tiene que combinar dos elementos muy importantes. Se tiene que mezclar, de una manera eficaz, las competencias académicas con el desarrollo socioemocional (competencias que un niño necesita para ser feliz en la vida. Por ejemplo, aprender a creer en sí mismo, definirse retos, creer que puede cumplir esos retos, ser perseverante, buscar la excelencia, trabajar en equipo, respeto por el prójimo y tener poder de determinación). No podemos darle más importancia a uno que otro. La educación tiene que incorporar ambos elementos.

En el caso de Colombia, veo que ya la sociedad está tomando en serio el desarrollo de estas competencias para los chicos, son competencias para la vida.

Hay muchos puntos claves para garantizar una educación de calidad a la primera infancia. Pero ¿cuáles son los pasos iniciales que debe dar un Gobierno?

El elemento fundamental para que cualquier país tenga una educación de calidad es asegurarse de tener los mejores maestros. Hay un montón de cosas que hay que hacer bien. La misión de los países es darle una buena experiencia todos los días del año a millones de niños. Es proveer un servicio muy difícil, muy complicado.

Debe tener una buena infraestructura, un colegio que esté bien manejado, insumos, libros, computadores. Pero el elemento fundamental, en definitiva, es el maestro. Tiene que haber una focalización de los gobiernos y asegurarse de tener a los mejores maestros, son las personas que están durante horas, todos los días del año, trabajando con nuestros niños, nuestros hijos.

¿Hay algún país referente en liderazgo con los profesores?

Los países que siempre se mencionan como historias de éxito: Singapur, Corea, Finlandia. Son sociedades que valoran la profesión del maestro y no solamente están bien remunerados.

Pero, por otro lado, configuran la carrera del maestro como un reto, se tienen oportunidades de desarrollo profesional, es difícil estudiarlo, es un carrera prestigiosa. O sea si usted es maestro es una persona talentosa que ha pasado por barreras y varios filtros. Por ejemplo, en Finlandia es muy difícil ser maestro de una escuela pública. Es prestigioso. Tenemos que preguntarnos: ¿esta sociedad valora realmente la profesión del maestro?

¿Cómo ve usted la formación docente en Latinoamérica ? ¿Cuales son los retos ?

El elemento fundamental del proceso educativo es el maestro y ahí es donde uno se da cuenta de las deficiencias que tenemos en América Latina. Hay países donde no se está invirtiendo lo suficiente y no se está poniendo la prioridad política en los centros de formación de docentes.

Hay que asegurarnos que sean los mejores quienes entran a la carrera docente, que los procesos de nombramiento de maestros se dé después de procesos complicados, exigentes, retadores, duros.

El maestro es el elemento fundamental en que la sociedad invierte en sus niños. Tengo que asegurarme de que sean los mejores. Ahí tengo muchísimo que avanzar: en la formación de los profesores, en su selección y mecanismos de formación.

¿Qué tan importante el salario en esa ecuación?

Hay que atraer gente que, por un lado, le interese una carrera retadora y difícil. Pero por otro lado, una persona que tenga un costo oportunidad alto en el mercado de trabajo. No se puede tener una carrera docente con un salario muy bajo. Si una sociedad valora a alguien tiene que asegurarse de que esa persona pueda mantener a su familia. También importa que los incentivos, algunos monetarios y otros no monetarios, premien a la persona que tiene una sana ambición.

¿Qué importancia tiene la tecnología en la educación de calidad?

La tecnología es parte de la vida. Si se tienen tablets y computadores, la experiencia educativa es mucho más rica, entretenida y eficaz. Pero para que se pueda usar esta tecnología es necesario una persona hábil, un ciudadano digital. Poner tecnología en el aula solo sirve y es fundamental si se tienen maestros que son ciudadanos digitales, que usan de manera efectiva la tecnología. La tecnología no es una varita mágica.

Tenemos que ser muy maduros en cómo enfrentamos el tema de la tecnología. Si decidimos introducirla en el aula, se debe tener el hardware, software, las instalaciones eléctricas para poder poder tener conectados 30 computadores al mismo tiempo. Acceso a internet. Esa es la parte fácil porque se soluciona con plata. Lo más difícil es asegurarse de que el profesor pueda utilizar de manera eficaz la tecnología. Hay que trabajar muchísimo con ellos.

La educación de calidad, además de disminuir la desigualdad, qué otros aportes le puede traer a un país

Los países que son exitosos piensan: nos tenemos que ocupar de la educación de los chicos. Vemos en muchas sociedades, por ejemplo, en los países donde la gente con más dinero, dice voy a matricular a mi hijo en una escuela privada, que muchas veces es una buena educación, y el resto no sé. Ese no es mi asunto. No es mi problema.

Los países nórdicos han acordado: nosotros queremos que todos los niños tengan una educación de buena calidad y la misma educación. Allí el sistema público tiene el 99% de los estudiantes. Nos tenemos que asegurar como sociedad que todos, no importa si se tiene plata, donde nació, si es niña o niña, acceda a la educación. Estos países dicen: mi contrato social es que los chicos tengan acceso a una educación de buena calidad.

¿Frente a latinoamérica cómo está Colombia? ¿Qué ha encontrado el Banco Mundial?

Colombia, como varios países de la región, está en el camino correcto pero yo creo que es un camino largo todavía, en el que hay que seguir avanzando. Hay que seguir en esa ruta de manera tenaz y persistente.

Es un esfuerzo que requiere un compromiso de toda la sociedad, invertir más en educación, no solo desde el punto de vista financiero sino tenerlo como un compromiso político. Hay que asegurarse que eso siempre se mantenga porque el esfuerzo educativo en cualquier país debe ser persistente.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-de-calidad-jaime-saavedra-educacion-en-el-banco-mundial/544995

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La deuda de Colombia con la educación de los docentes

Revista Semana Educación

La esperada reforma de las licenciaturas trajo consigo el sueño de empezar a configurar un país referente en excelencia docente. Para lograrlo, es importante tener en cuenta que el atraso en esta cuestión es enorme y los esfuerzos deben redoblarse.

La lógica es la siguiente: si lo que se busca es garantizar que la educación que reciben los estudiantes sea la mejor, hay que asegurarse de que quienes los forman también sean los mejores.

Colombia ha eludido esta premisa desde hace décadas, casi el mismo tiempo que países tan dispares como Finlandia o Singapur la integraban como piedra angular de sus sistemas de educación. No hace falta mencionar que los dos estados son referentes cuando se habla de calidad educativa y excelencia docente.

Muchos profesores colombianos no son los mejores a los que debería aspirar un país que quiere ser el más educado de Latinoamérica en 2025, meta del presidente Juan Manuel Santos. En promedio, los estudiantes que ingresan a la carrera docente lo hacen con unos resultados Icfes por debajo de los que obtiene el resto de bachilleres. Lo mismo sucede con los puntajes de las pruebas Saber Pro una vez salen con su título. Pero, además, la retribución que reciben por su trabajo en el aula tampoco los alienta a ser los mejores: reciben menos de lo que ganan sus pares en otras partes del mundo trabajando, en muchas ocasiones, más horas.

En otras palabras, ni entran bien preparados ni salen bien preparados de la universidad, y el problema de este círculo vicioso es que son ellos quienes forman a esos niños y jóvenes que en 2025 confirmarán —o no— si Colombia es, efectivamente, la más educada de la región o sigue a la cola de sus vecinos.

Con el objetivo de revertir esta situación, el gobierno tomó la decisión de reformar los programas de las licenciaturas. Lo hizo por medio del Decreto 2450 del 17 de diciembre de 2015 y la Resolución 02041 de febrero de 2016, por la que se establecieron ciertas características de calidad que deben tener estas carreras.

Ahora, las exigencias son claras. Las prácticas son obligatorias, por lo que la opción de matrícula virtual llega a su fin. Los profesores tendrán que salir de las instituciones con un buen manejo del inglés. Finalmente, ordena la amplia gama de nombres que tenían los programas que ofrecían un título de licenciatura en el país y redujo las 295 denominaciones existentes a 47.

El espíritu de la reforma sin duda es positivo y necesario: hay que poner reglas claras del juego para que las instituciones de educación superior empiecen a formar profesores competentes y conscientes de su importantísimo rol de cara al progreso de la sociedad. Sin embargo, la reforma no soluciona todos los problemas estructurales que se asocia con la formación docente.

Por un lado, el gobierno debe garantizar un acompañamiento efectivo a las universidades con el fin de que los requisitos de la reforma se vean reflejados en la excelencia docente de sus futuros egresados. Por otro, y quizá el punto más importante, hay que buscar el modo de revalorizar la labor docente. Hacerla más atractiva en términos de reconocimiento, oportunidad de crecimiento y sueldo para que los mejores quieran ser profesores.

En caso contrario, Colombia seguirá en las mismas: quedada en la formación docente. Muy quedada.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/editorial-la-reforma-de-las-educacion-docente/537288

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/8/22/537228_1.jpg

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Los riesgos del mérito.

Por: Manuel Gil Antón.

“En memoria de Víctor Manuel Cárdenas, poeta. ¡Estamos!”

Supongamos, sin conceder, que el modelo de asignación de plazas docentes, vía el resultado en la evaluación para el ingreso que establece el Servicio Profesional Docente, es perfecto: implica, sobre todo, que los exámenes, en efecto, miden con precisión milimétrica quién es mejor para el ejercicio de la docencia y se puede hacer una lista de prelación exacta.

Suspendiendo cualquier duda, admitamos que se ordenan los aspirantes de acuerdo al dominio del conocimiento, así como la destreza para poner en práctica estrategias pedagógicas adecuadas. Además, aceptemos, sin chistar, que esto es resultado, exclusivo, de su esfuerzo y dedicación: las variaciones se deben a distinto empeño en prepararse.

Asumamos que los supuestos de una estrategia de distribución de los puestos, basada en el mérito individual se cumplen de manera incuestionable. Y que de ello se sigue, con total certidumbre, que quien sea “más meritorio” favorecerá, per se de forma directamente proporcional e inmediata, el aprendizaje de sus alumnos. Imaginemos, por un momento, que podemos asegurar de manera indiscutible todas estas condiciones al máximo nivel: el cielo de la meritocracia.

Si de acuerdo al lugar ocupado, cada persona elegirá la ubicación y tipo de la escuela, turno incluido, donde trabajará, es muy probable que quien sea “mejor” opte por una “plaza de mayor calidad”. Esta última frase no es de mi autoría, sino del Presidente de la República: hace cuatro días afirmó que estos exámenes “permiten acreditar mejores conocimientos, el poder tener un mejor ingreso y, además, una plaza de mayor calidad”.

¿Qué significa que haya plazas mejores? ¿Qué implica que los muy diestros vayan a ellas y ganen más, y los menos aventajados, en orden descendente, ocupen las regulares o peores sin ingresos adicionales? Una consecuencia es que la reforma, por su estrategia basada en la medición de méritos diferenciados, incremente la desigualdad de condiciones para el aprendizaje en el sistema educativo.

Dar clases en una escuela urbana, de organización completa (un profesor para cada salón y que ofrezca todos los grados) ubicada en una zona con baja o nula marginalidad, en el turno matutino, seguramente estará en los primeros lugares del ordenamiento de mayor a menor calidad de las vacantes disponibles. Si ocurre que está cerca de su casa, o de una vivienda confortable accesible al sueldo, será preferida por quien haya resultado ser más idóneo que otros.

En el polo de la distribución de la idoneidad perfectamente medida en este experimento mental, no en la cima sino en la sima, habrá un maestro y, sin titular, un sitio laboral en una escuela multigrado, situada en un lugar donde predomine la pobreza y abunde la escasez hasta de vías de acceso rápidas, lejos de su vivienda, en la que los pobladores han construido, con sus medios, la escuela, la casa del maestro y los pupitres. A ella será asignado quien, supuestamente, es poco idóneo en comparación con los primeros.

Si la meritocracia es perfecta, a quien requiere “más calidad docente” se le dará menos, y los ya privilegiados por condiciones sociales, serán atendidos por los mejores. Señalar este riesgo no implica defender la obtención de la plaza por medios inaceptables, que fueron pactados, siempre, entre las burocracias sindicales y las del gobierno para beneficio de ambas camarillas. De ninguna manera. La vía del mérito tiene este riesgo. A su vez, no es trivial, ni fácil, resolver de manera progresiva la asignación de tareas docentes, hay que reconocerlo.

Por eso, entronizar al mérito es incorrecto, y no está bien, señor Presidente, que usted diga sin rubor que hay “plazas de mayor calidad”: es reconocer inmutable la relación entre la desigualdad social y la educativa. Eso es una vergüenza, no un mérito de su reforma.

Fuente: https://www.debate.com.mx/opinion/Los-riesgos-del-merito-20170812-0351.html

Imagen: http://eldiariodechihuahua.mx/imagesnotas/2016/05/EST1224553c76ca703_0.jpg

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Calidad docente: 21 aspectos a revisar para el maestro del siglo XXI

09 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

Mucho se habla de la calidad educativa pero es importante aclarar qué aspectos hacen que un docente sea un profesional de calidad para alcanzar dicha meta.

“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.” 
Pitágoras

La calidad es un tema de moda que hoy en día es muy mencionado en la Educación, bajo el nombre de calidad educativa. Aunque la calidad es un aspecto muy macro, para poder hacer parte de ese andamiaje es indispensable que uno de los actores principales para que esto se dé, en este caso los docentes, estén comprometidos con la causa. Es por ello que se requiere hacer un análisis más profundo, que podría ser denominado calidad docente, con el fin de conseguir escuelas efectivas.

Al estar en la docencia, no hay distinción si es pública o privada, si es formal o informal, es una opción de vida. Para ser docente requiere tener vocación. Esta es la que hace que día a día esté motivado y motivando al estudiante con un sentir social y con una capacidad de inspirar para que ellos hagan parte de una forma activa en el proceso educativo. No cabe duda que si queremos calidad en la educación, el docente requiere tener calidad en su labor diaria y una alta motivación. Aquí el punto es determinar si definitivamente quien se dedica a esta labor es consciente del rol tan importante que representa y que hace parte del desarrollo de una sociedad. Lo más significativo es garantizar que exista un compromiso individual, del yo, en primera instancia, donde se influya en el desarrollo de competencias en el ámbito personal y profesional a través de formación permanente, tal como se da con las TIC, el mundo está cambiando, por ende los que se dedican a esta gran profesión, también.

Esta afirmación planteada, lleva a quien se dedica a la docencia a cuestionarse si en realidad realiza su profesión con calidad, para ello es indispensable hacer un proceso de reflexión sobre 21 aspectos que encierra ciertas características que son necesarias para llevar a la efectividad de los procesos formativos, ellos son:

1. ¿Sabes los que significa la palabra docente o maestro?: Según el diccionario de la Real academia de la Lengua, docente se define como: “Individuo preparado y capacitado con estudios superiores que ejerce o enseña una disciplina, asignatura o ciencia”. De esta manera se puede afirmar que ser docente es una acción individual que se enfoca en actividades de tipo pedagógico, con un compromiso imprescindible el de educar verdaderamente y eso solo se consigue si se tiene un conocimiento previo. Querer ser docente viene de una convicción, la de ser maestro, y esto contribuye a que se den varias acciones de tipo social, intelectual, afectivo, que día a día se debe perfeccionar.

Lo anterior lo podemos complementar con lo que dice Gibran, Khalil: “Aquel que desee convertirse en maestro del hombre, debe empezar por enseñarse así mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de que lo haga verbalmente. Pues aquel que se enseña a sí mismo y rectifica sus propios procedimientos, merece más respeto y estimación que el que enseña y corrige a otros, eximiéndose a él mismo”. 

2. Eres un docente comprometido: en realidad eres consciente de la gran responsabilidad que tienes con el rol docente. Un docente comprometido lo primero que debe hacer es reflexionar sobre su práctica, si se esfuerza con sinceridad en ser cada día mejor, si se  preocupa por su estudiante, por sacar lo mejor de él, por preparar sus clases sin ir a improvisar, si se renueva y tiene la capacidad de involucrar al estudiante al proceso formativo con pasión.  Si su compromiso con la enseñanza le permite admitir que se equivocó e inclusive que desconoce algo.

3. Sabes leer: muchos dirían que es absurdo hacer este tipo de reflexión, si se “supone” que haber terminado una secundaria o una profesión, lo mínimo requerido es que se sepa leer, pero esto va más allá, el problema no es que sepa que la m con la a es ma, la real preocupación es que tanta comprensión lectora tengo. Es alarmante que un docente no sepa interpretar el pensamiento de otros, y peor aún, se le dificulte el leer un libro o un artículo que sea de  interés, no solo a nivel profesional, sino a nivel personal.  ¿Cómo queremos inspirar a nuestros estudiantes para que lean y comprendan si nosotros no somos ejemplo?

4. Sabes escribir: al igual que el aspecto anterior, se “supone” que escribimos. La pregunta va más allá: ¿redactamos bien? ¿hacemos un escrito que tenga hilo conductor? Exigimos y criticamos a los estudiantes, pero que tanto doy yo con mi ejemplo. Y lo más impactante que tan buena ortografía tengo: ¿sabe la diferencia entre ves y vez? Suena que es lo obvio y las personas que estén leyendo este escrito, pensarán que estoy desenfocada al plantear estos aspectos, pero lo anterior  está basado en la realidad de algunos docentes. No son todos pero es importante que nos cuestionemos y garanticemos que nuestra labor está enfocada en lograr la efectividad en el aprendizaje.

5. Estoy comprometido con el saber convivir: al ser docente no es solo enseñar y lo que me toca, hay un aspecto de índole transversal que hace parte del proceso enseñanza – aprendizaje y es el saber convivir. Se debe fomentar el sentido de los valores como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la humildad, la solidaridad que hoy en día son tan necesarios y que se están perdiendo. No es hacer una asignatura que los trabajes, es que todos estemos comprometidos por fomentar el saber convivir desde mi práctica.

6. Soy puntual: como estoy en la posición de formar a otros, ser impuntual podría generar indisciplina y mala disposición del estudiante para su proceso de aprendizaje.  El ser puntual genera certidumbre en el estudiante, proyecta respeto hacia él y no se debe dar el lujo de permitir que se piense lo contrario.

7. Evalúo o califico: que tanto estoy comprometido con el proceso de aprendizaje, si lo más importante es que se dé un resultado cuantitativo o si estoy comprometido con ‘cualificar’ el aprendizaje y la comprensión de cada uno de los conceptos. El evaluar no debe ser sinónimo de terror o de coacción.

8. Mejoro mis estrategias pedagógicas: me preocupo por un aprendizaje autónomo que me permita actualizarme en cuanto a las estrategias pedagógicas que puedo aplicar y ser innovador a la hora de transferir el conocimiento.

9. PHVA para los ambientes de aprendizaje: utilizo el ciclo PHVA (Planear – Hacer – Verificar – Actuar) a la hora de desarrollar la práctica pedagógica en ambientes de aprendizajes, propicios e indicados que permitan una mejor aprehensión.

10. Formación: me preocupo por actualizarme sea a través de formación constante y continua o de manera autónoma, desarrollando competencias profesionales que promoverán más adelante en el estudiante el experimentar, indagar,  construir un pensamiento crítico y reflexivo.  Si tengo una profesión diferente a la educación y soy docente, debo preocuparme por aprender aspectos esenciales de la pedagogía, que me van a permitir ejercer mejor mi rol y no desmeritarme frente a la calidad educativa.

11.  Soy ecológico: valoro el medio ambiente, promuevo la responsabilidad ambiental que tenemos con el planeta y la vida misma en armonía con la naturaleza. Por ejemplo: qué hago con un papel que deseo botar  y no hay una caneca cerca. La respuesta que me dé a este interrogante, promoverá el hecho de la enseñanza que imparto a través del ejemplo.

12. Uso de las TIC: qué tan comprometido, actualizado y responsable soy con el uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y qué promuevo con mis estudiantes estando en el aula. Me apoyo en las TIC con videos, internet, documentales, evaluaciones virtuales para el proceso de enseñanza – aprendizaje.

13. Promuevo proyectos: con mis estudiantes promuevo nuevos proyectos que trabajen el conocimiento de una forma didáctica, que trasversalmente promuevan el sentido de responsabilidad y emprendimiento.

14. Hago reconocimiento individual: reconozco y valoro el desarrollo individual, observando comportamientos y procesos de aprendizaje.

15. Me preocupo por el bienestar integral: todos debemos estar comprometidos con el bienestar integral, no con el protagonismo y el yo-ismo, que tal vez produzca una satisfacción personal, pero no contribuye para nada en el bien común y por ende en entregar calidad al proceso educativo.

16.  Me preocupo por aprender o saber una segunda lengua: es imprescindible que en la actualidad nos enfoquemos en desarrollar esta competencia que es muy necesaria para las condiciones de globalización.

17. Equilibrio: debemos preocuparnos por estar en armonía con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestro hogar, con nuestros compañeros, con los estudiantes y con la misma comunidad educativa. Si no consigues esto, no puedes dar, lo que no tienes y lo que puedes proyectar y enseñar es incertidumbre y angustia. Recuerda que tú haces un aporte al estudiante, no importa si es grande o pequeño, lo que importa es que ese aporte influye en la vida de alguien, de manera positiva o negativa.

18. Comunicación asertiva: debemos lograr que el contenido del mensaje no se pierda. A la hora de querer transmitir un mensaje, debemos ser coherentes con lo que queremos decir y expresar, sin atacar o que la persona se sienta atacado. Es llegar a la solución del aspecto que se quiera tratar.

19. Saber para servir: nuestro conocimiento no es para medir a la hora de ser docente que se más que otro, es de lógica que es así, sino no podrías ser docente. Nuestro saber es una oportunidad de impactar de manera social a alguien. De servir (dar algo en beneficio de otro) y nuestra vocación no debe permitir que esto se olvide. No soy docente para demostrar qué tanto sé, soy docente para servir, inspirar, convocar, al llamado de alguien sediento de conocimiento.

20. Tolerancia: un buen docente mantiene la calma o serenidad en situaciones difíciles. Ser tolerante en ningún momento te hace perder la autoridad. Lo importante es dejar las reglas claras. El punto es ejercer una práctica docente donde se dé calidez, consejos, comprensión, el saber reflexionar y mostrar caminos.

21. Disposición para enseñar: no es solo que sea una persona culta o que sepa expresar sus conocimientos de forma verbal. Un docente con calidad debe ir más allá, debe estar ligado a la vocación y al sentimiento, su disposición a la enseñanza es la que define su práctica. Se logran mejores resultados con pasión, placer al realizar la práctica y compromiso.

A modo de conclusión, nuestra profesión docente es un gran compromiso social, no es fácil, en especial si te propones cumplir con cada uno de los aspectos que aquí se mencionan. Es preciso que edifiquemos en primera instancia nuestro futuro, pensando siempre que inspiramos a otros para que edifiquen el suyo. Un buen docente, educa, descubre, investiga, se sorprende, reconoce y sabe convivir. Pensemos en ser recordados por la pasión que transmitimos, las estrategias que aplicamos, la vocación que impartimos y el extraordinario profesional que podemos ser despertando en nuestros estudiantes y compañeros, cariño, respeto y admiración, convirtiéndonos en un docente con calidad, lo que nos llevaría a la calidad educativa.

Bibliografía

Gracia, D. La vocación Docente, Universidad Complutense de Madrid.
Diccionario de la Real Academia española: lema.rae.es
Fuentes, T. La Vocación Docente: Una experiencia vital. Ars Brevis 2001
Larrosa Martínez, Faustino (2010). Vocación docente versus profesión docente en las organizaciones educativas. REIFOP, 13 (4). (Enlace web: www.aufop.com)

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/calidad-docente-21-aspectos-revisar-para-el-maestro-del-siglo-xxi

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Costa Rica: Director de Educación de la OCDE: ‘La calidad de la educación no excederá la de los maestros’.

Centro America/Costa Rica/08.08.2017/Autor y Fuente:http://www.elfinancierocr.com/

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio el visto bueno a las políticas educativas de Costa Rica el pasado 31 de julio.

Andreas Schleicher (director de Educación de la OCDE y coordinador de las pruebas PISA) y su equipo, examinaron el perfil educativo de Costa Rica y evaluaron favorablemente al país, pero resaltaron extensos retos en la calidad docente, la oferta educativa y la equidad en el acceso.

Aquí un resumen de la conversación que EF mantuvo con el investigador.

¿Es cuantiosa nuestra inversión educativa? ¿Es suficiente?

—Hay áreas en las que la inversión todavía no es suficiente. En edades tempranas –niños de dos o tres años– ahí no se está haciendo el nivel de inversión necesaria.

“En la educación primaria creo que se gasta lo suficiente, pero deben encontrar vías para gastar mejor: atraer los maestros más talentosos a las zonas con más desventaja. Muchas escuelas son muy pequeñas, y eso hay que cuestionarlo. En educación superior, Costa Rica gasta mucho más que cualquier otro país: 1,5% del PIB. La pregunta es cómo encontrar más equidad. Si usted obtiene un buen título de colegio, tienes acceso a la universidad y el Gobierno te da más dinero. Si no lo logras, debes ir al sector privado y pagar enormes sumas”.

Los incentivos para estudiar se han multiplicado cinco veces en los últimos quince años. ¿Qué evaluación hace de ellos?

—En escuelas, las becas no están llegando a los niños más brillantes de las familias pobres. Se necesita más esfuerzo en asegurarse de que son los más brillantes, y no los más adinerados, los que tendrán las mejores oportunidades. Los niveles de becas son buenos, pero la forma en que se distribuyen debe pensarse más.

“En secundaria creo que ha sido un gran éxito. La participación ha mejorado muchísimo y ha ayudado mucho para avanzar a un acceso universal”.

Pero aún la deserción sigue siendo muy importante…

—Creo que no es una pregunta sobre becas sino sobre cómo diversificar mejor la educación secundaria. La gente aprende de forma diferente y, algunas veces, se aprende diferente en diferentes etapas de la vida.

“Hoy, la única ruta para el éxito es que obtengas todas las calificaciones de un bachillerato. Así que no es un problema de dinero, es que los colegios solo valoran un tipo de habilidades académicas. Tener un mejor grupo de estudiantes con potencial y talentos pasa por reconocer diferentes acercamientos para aprender.

“Sabes, la deserción es también un fenómeno sobre qué tan ‘relevante’ es, para mí, estudiar . La gente de los ambientes más desventajosos puede no encontrar el sentido de aprender muchas cosas para su futuro y sus vidas. Diversificar es clave”.

¿La educación dual y técnica sería clave?

Lo creo. Ofrecer a los estudiantes diferentes caminos. Hoy no hay mucho de dónde elegir.

Se gradúan 10.000 docentes por año y no hay mecanismos para conocerlos. No hay pruebas, entrevistas o perfiles de contratación. ¿Cuán grave es eso?

—La calidad de la educación no puede nunca exceder la calidad de los maestros. El problema es que la mayoría de las carreras no están siquiera acreditadas. No sabemos la calidad de los cursos que llevan. Sin embargo, antes de hablar de la evaluación de maestros, deberíamos hablar de la evaluación de los programas de enseñanza para maestros. Si lo logran, harán una mejora enorme.

“El segundo punto es que, aunque hay mejoras de competitividad, tiene que haber mejor retroalimentación para los profesores y más liderazgo. Los directores de los colegios y escuelas son administrativos y no son líderes sobre cómo enseñar”.

¿Hay mucha burocracia y control alrededor de los maestros? ¿Se necesita más autonomía?

Muchísima, lo creo. Pero más autonomía requiere de más capacidad. Si quieres que las escuelas sean más autónomas necesitas buenos directores. Costa Rica tiene que aumentar la autonomía y, tienes razón, el país está al final de la lista en eso. Pero también debe aumentar la capacidad de liderazgo en términos de enseñanza, no de administración.

Nuestros estudiantes no son buenos leyendo, no saben resumir y no les gustan las matemáticas, según PISA. ¿Qué nudos impiden mayor calidad educativa?

—Hay que responder a la pregunta sobre cómo hacer el aprendizaje un proceso más relevante. Uno de los pasos más grandes que han hecho es crear un currículo que pone énfasis en la aplicación y competencia del conocimiento. Eso está muy bien, pero es un pedazo de papel, y aún no se ha logrado transformar en una mentalidad de los profesores, que no deben transmitir conocimientos preconstruidos, sino que deben coconstruir el conocimiento con sus estudiantes. Aprender debe ser un proceso relevante.

Algunos candidatos presidenciales plantean eliminar las pruebas de bachillerato. ¿Qué impacto tendría hacerlo?

Eliminar el bachillerato será como cerrar los ojos: ustedes se quedarán ciegos si lo hacen. El examen es muy importante para decirle a los estudiantes qué es relevante y para enseñarle a los profesores qué pueden mejorar. Incluso los empleadores pueden conocer qué saben los estudiantes. Pero hablábamos antes de hacer la educación más amplia, para que si los estudiantes que tenían un gran éxito, pero solo en algunas materias, pudieran obtener un reconocimiento por eso. Hay que hacer el bachillerato más diverso, más abierto para que pueda reconocer diferentes fortalezas y debilidades, en lugar de decir que todos tienen que pasar el mismo examen.

La crisis de los años 80 tuvo unos efectos devastadores en nuestra educación. De esa generación, un 68% no logró graduarse del colegio. Ellos son la fuerza laboral de hoy en día. ¿Qué podemos hacer para ayudarles?

Creo que este es uno de los más grandes retos que Costa Rica enfrenta. La gente que tiene más años casi no tiene oportunidades. En teoría, el sistema permite a la gente volver a la secundaria, pero –de nuevo– el sistema es muy rígido y académico. Si, realmente, quieres incentivar que vuelvan a estudiar, tienes que darles las herramientas relacionadas con su vida, con su trabajo. Hay que traer más de ese aprendizaje en el espacio de trabajo, integrar el mundo del trabajo en el mundo del aprendizaje, e impulsar a los empleadores a incorporarlas.

Incluir a las mujeres en la economía es uno de nuestros mayores retos. ¿Qué hacemos bien y mal al respecto?

—Costa Rica tiene una de las tasas más bajas de participación estudiantil en niños de dos o tres años. Para cualquier mujer, eso es una barrera para participar en el mercado laboral. Proveer a las mujeres mejores oportunidades para avanzar en los empleos es importante, pero es más fácil proveer buenos espacios de educación temprana que permita combinar trabajo y familia.

¿Cómo nos evalúa en educación sexual, interpersonal y financiera? ¿Debería estar la educación sexual en manos de las familias o de las escuelas?

—La educación (y el sistema educativo) existe para que las personas tengan más éxito en la vida. Las habilidades para la vida son realmente lo que hace falta. Creo que hacer el aprendizaje relevante es incorporar las habilidades socioemocionales.

Hoy son centrales preguntas como: ¿puedes trabajar con otras personas que piensan distinto a ti? ¿puedes colaborar en un mundo cada vez más diverso?

La economía y el mundo de trabajo cambia y un país como Costa Rica no está inmune a ello. Así: ¿cómo pueden las personas lidiar y aprovechar los cambios?

“En sexualidad, aún no tenemos muchas comparaciones, pero las escuelas tienen una enorme responsabilidad. Si vienes de una familia rica, tendrás probablemente toda la educación que necesites y la escuela no será tan importante. Si vienes de una familia pobre, solo tienes una oportunidad y esa única oportunidad es la educación… Por eso, los retos de la vida no deben dejarse fuera de la escuela”.

Usted hablaba sobre el alto gasto en educación superior. ¿Qué tal lo hacemos en términos de equidad?

El sistema de ustedes trabaja así: tienes una buena nota en el colegio y accedes a las mejores universidades. Si puedes pagar por un colegio privado tienes muchas más probabilidades de llegar. El sistema está muy parcializado hacia los privilegiados. Las personas pobres no están logrando tener las oportunidades que merecen.

El segundo reto es, simplemente, la calidad. Las más prestigiosas universidades de Costa Rica están bien. Pero mire las universidades privadas: nadie sabe lo que ofrecen. Como persona joven no sabes cuán buena es una universidad. Como gobierno deberías saberlo y deberías asegurarte de que cada estudiante escoja lo mejor.

Por último, hay que hacer la educación universitaria más asequible. No creo que se requiera de más dinero para eso. No creo que esté mal darle préstamos a la gente, no es un mal sistema. ¿Quieres estudiar? Estudia, pero cuando tengas un buen salario, devuelve el dinero. Es una de las mejores formas para recortar la brecha financiera, pero la más importante es la de equidad.

¿Cuáles fueron las principales recomendaciones que dan a Costa Rica a corto y largo plazo?

—En el corto plazo, la educación superior tiene que acreditarse. Hay que asegurarse de eso. No es tan difícil. En el Congreso hay una propuesta para eso, debe hacerse rápido, tendrá un impacto enorme.

“En el mediano plazo, hay que verificar la eficiencia en el gasto, ver que el acceso es equitativo.

“En el largo plazo, ¿puede Costa Rica soportar escuelas tan fragmentadas?, ¿es sostenible, en términos de calidad, tener escuelas de un solo maestro?

“Por último, también, se necesita más inversión en la educación temprana. Al momento, la educación temprana no es el negocio de nadie, pero ese debe ser el negocio de todos”.

Fuente:http://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/educacion-OCDE-pruebas_PISA-MEP-escuelas-colegios-universidades-estudiar_0_1224477559.html

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España: Brecha educativa

Europa/España/8 de diciembre d e2016/Fuente: el pais

Los alumnos españoles han subido posiciones en las pruebas PISA 2015, pero no tanto porque hayan mejorado mucho los resultados —ocho puntos más en lectura (496) y dos más en matemáticas (486)—, sino porque algunos de los países que iban por delante han empeorado. Es lo que ha ocurrido en la prueba de ciencias, en la que pese a retroceder tres puntos (493), nos hemos situado por primera vez por encima de la media de los 72 países que participan. El informe muestra aspectos positivos que hay que valorar, por ejemplo, que haya menos repetidores y menos alumnos que no alcanzan las competencias básicas, aunque los porcentajes siguen siendo aún demasiado altos.

Si PISA es un barómetro del estado de la educación, sus resultados aportan algunos elementos para la reflexión y la acción política. El primero es que hemos reducido la distancia respecto a los países avanzados, pero seguimos teniendo una brecha interior intolerable. Es alarmante que en algunas pruebas, la diferencia entre las comunidades mejor y peor situadas equivalga a dos cursos escolares. Particularmente preocupante es que la brecha tenga un componente geográfico y social tan marcado, en el que cuatro comunidades del sur —Canarias, Andalucía, Extremadura y Murcia— presentan los peores resultados. El pacto de Estado sobre Educación debe abordar con prioridad esta cuestión.

Otra conclusión del informe es que mejorar el nivel educativo requiere medidas transversales y de largo alcance. Pese a la ligera mejora de esta edición, el nivel de los alumnos españoles permanece estancado desde hace 15 años. Eso significa que los cambios legislativos —cuatro leyes generales de educación desde que se inició la prueba— apenas han incidido sobre los elementos estructurales.

Otro dato significativo es que la cuantía de la inversión, a partir de un determinado nivel, no influye sobre los resultados tanto como se creía. Depende de cómo se invierte. Especialmente significativo es el caso del vecino Portugal, que con una renta media inferior y menor inversión que España, ha escalado 30 puntos, el equivalente a un curso escolar, en seis evaluaciones. Ahí están también los sorprendentes resultados del País Vasco, que se sitúa por debajo de la media española pese a tener una mayor inversión por alumno. O el caso inverso de Castilla y León, que con menor renta e inversión, consigue los mismos resultados que Finlandia. Lo que sí parece demostrado es que lo que más influye en la calidad educativa es invertir en equidad y en calidad docente, justo los dos parámetros en los que nuestro país está peor.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/06/opinion/1481050792_152554.html

Imagen: ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/12/06/opinion/1481050792_152554_1481052011_noticia_normal_recorte1.jpg

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Uruguay: OCDE ve desgobierno, falta de dinero y baja calidad en la educación

Uruguay/24 noviembre 2016/2016/Fuente: El Observador

El informe internacional vuelve a sacar a la luz las dificultades estructurales del sistema educativo uruguayo.

Escasa valoración de la profesión docente, problemas en el gobierno de la educación –con roles poco definidos–, y poca autonomía de los centros educativos son tres de los principales problemas que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) encontró en el sistema educativo uruguayo, tras cuatro años de investigación. En base a eso elaboró una serie de recomendaciones a las autoridades nacionales.
Las conclusiones a las que llega el informe –divulgado ayer por el Instituto de Evaluación y Estadística (Ineed)– vuelven a sacar a la luz los problemas estructurales que presenta el sistema educativo uruguayo. Más relevancia toman sus recomendaciones si se tiene en cuenta que son hechas por el organismo internacional que cada tres años organiza las pruebas PISA, en las cuales Uruguay se mide desde 2003.
El próximo 6 de diciembre, se darán a conocer los resultados de la edición 2015 de esa evaluación internacional.

«Ambigüedad»

En el informe «Revisión de políticas para mejorar la efectividad en el uso de los recursos educativos», la primera observación que realizó el organismo internacional fue la necesidad de definir con claridad cuál es la institución encargada de orientar la educación del país, dado que al estudiar el sistema se encontró con una «ambigüedad» de roles en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) entre el Consejo Directivo Central (Codicen) y sus consejos desconcentrados (Primaria, Secundaria, UTU y Formación en Educación).
«Las líneas de responsabilidad no están claras, existe falta de liderazgo en el sistema educativo en su conjunto y competencia entre los consejos de educación por los recursos», detalló el informe.
El estudio señala la necesidad de que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) defina mejor su papel con respecto a la enseñanza y «reforzar su rol de coordinación y consulta». La multiplicidad de organismos involucrados lleva a que exista una «duplicación innecesaria de esfuerzos», por lo que la recomendación de la OCDE fue que sea el Codicen el organismo que dirija el desarrollo de las políticas educativas y que los consejos desconcentrados funcionen en función de sus lineamientos.
Hoy el rol poco claro que desempeña el MEC lleva muchas veces a rozar con sus acciones la violación de la autonomía de la ANEP, que consagra la Constitución. Es un reclamo permanente de sindicatos y representantes docentes en los organismos de enseñanza.

Descentralización e inspecciones

Otra de las recomendaciones de la OCDE fue dotar de mayor descentralización a los centros educativos para que puedan tomar decisiones en función de sus necesidades.
Los directores de los locales de enseñanza «cuentan con limitada flexibilidad respecto al funcionamiento de los centros, tienen pocas oportunidades de construir su capacidad para guiar y dirigir el desarrollo del centro», expresó el estudio. Un ejemplo es que no pueden elegir el perfil de los docentes que quieren.
El programa Promejora, impulsado en el período pasado por el consejero de la oposición en el Codicen, Daniel Corbo, tenía este propósito. Sin embargo, en esta administración, el Codicen desarticuló el programa y solo se conservaron algunas herramientas.
El estudio también cuestiona el modo en el que se realizan las inspecciones, ya que, si bien reconoce que tienen un rol importante para conectar la realidad local con los organismos de toma de decisiones, el modelo de inspección «no fomenta el desarrollo educativo» debido a que realiza evaluaciones individuales a los docentes y a los directores, pero no transmite el desarrollo de la comunidad educativa. Para la OCDE, los procedimientos de evaluación que realizan los inspectores «carecen de claridad, transparencia y objetividad» y no se centran en el liderazgo pedagógico de los actores.

El gasto «insuficiente»

En cuanto al gasto en educación, el organismo reconoce el incremento de la inversión en los últimos diez años, aunque señala que sigue siendo insuficiente si se compara con los países miembros de la OCDE o incluso con la región. Actualmente en Uruguay se destina el 4,5% del Producto Bruto Interno (PIB) a la educación, mientras que en los países de la OCDE el promedio de inversión llega al 6,5%.
«El gasto público resulta ser particularmente bajo en los programas generales de segundo ciclo de enseñanza secundaria.», algo que se traduce en «un gasto insuficiente en los salarios de los docentes», advierte el estudio, y agrega que los bajos sueldos «tienen evidentes efectos negativos» en la motivación de los trabajadores, lo que hace que se limite la capacidad del sistema para atraer docentes de «alta calidad».
Otra de las debilidades que encontró la OCDE en el sistema educativo uruguayo fue un déficit en la oferta para niños menores de tres años así como también «jornadas escolares relativamente breves» que hacen que quienes pertenecen a entornos vulnerables «corran el riesgo de fracasar». La advertencia cae en momentos en que la ANEP trabaja para alcanzar la universalización para niños de tres años.

Calidad docente en duda

Otro cuestionamiento que se desprende del estudio es el hecho de que no haya una definición compartida sobre qué implica una docencia de buena calidad, de qué se espera de los educadores, ni referencias que sirvan de guía para su desarrollo profesional. Aún así, la OCDE advierte sobre «graves problemas» con respecto a la falta de titulación de los docentes, sobre todo en educación media. En 2014 el 42% de los profesores del primer ciclo no tenía título mientras que en el segundo ciclo la porción de docentes sin titularse era del 31%.
Por otro lado, si bien se reconoce que la formación docente ha tenido avances, como la unificación de los estudios curriculares en todo el país, el estudio remarca que las tasas de finalización de estudios son muy bajas. Además, advierte que «los docentes reciben poca preparación para atender las necesidades especiales en los centros educativos tradicionales», para «enseñar en grupos multigrado» y en la enseñanza que se ofrece en los locales educativos del medio rural.
Según la OCDE, a eso se suma la concepción limitada que existe sobre el trabajo de los docentes, que no reconoce en su salario las horas de labor que no están destinadas a dictar clases. Como consecuencia, los profesores se ven obligados a tomar una gran cantidad de horas o tener un segundo empleo.
«Existe una clara necesidad de que el desarrollo profesional se convierta en una práctica regular entre los docentes de Uruguay, con una habilitación de tiempo adecuada, mayor diversidad de actividades», recomienda el organismo internacional. A su vez, señala la necesidad de que los programas de formación docente en educación media deberían ser menos especializados y que los egresados tengan herramientas para enseñar «una gama más amplia» de disciplinas.

Falta de transparencia

Los centros educativos reciben un importe todos los meses para que puedan atender sus necesidades más urgentes, pero para la OCDE la distribución de esos recursos «carece de transparencia», dado que «no existe información disponible a nivel público sobre los recursos que se asignan a cada centro».
También resalta limitaciones en el monitoreo de los fondos públicos destinados a la educación. El documento pone como ejemplo el hecho de que no se divulgue información sobre el cómo se gastó el dinero destinado a cada centro.

Las claves

Gobernanza. Se recomienda definir con claridad qué organismo está a cargo de la educación, que debería ser el Codicen.
 
Descentralización. Se señala la necesidad de que los centros tengan más autonomía.
 
Docencia. Se recomienda aumentar el profesionalismo docente, con mejor formación inicial, reconocer horas de trabajo no destinadas a la docencia y un cambio en el sistema de contratación.
 
Dinero. A pesar del aumento, el gasto en educación sigue estando por debajo de los parámetros de la OCDE y de la región.

Fuente:http://www.elobservador.com.uy/ocde-ve-desgobierno-falta-dinero-y-baja-calidad-la-educacion-n1002234

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