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Concursos y convocatorias: Ambiente, Cambio Climático y Buen Vivir en América Latina y el Caribe

América del Sur/ Argentina/10.12.2019/ Por: CLACSO/ Fuente: www.clacso.org.

 

Cierre de inscripción: 10 de febrero de 2020 a las 24:00hs (Argentina)

El cambio climático y las relaciones del ser humano con el ambiente se han erigido como unas de las temáticas más relevantes del mundo actual, posicionándose como asuntos estratégicos que marcan el desarrollo del siglo XXI a través de su comprensión como fenómeno global.

En este marco, en el cual además se han intensificado las consecuencias ambientales, sociales, económicas y culturales del cambio climático en relación a las diversas dimensiones tanto a nivel global como regional, se ha vuelto necesario generar respuestas científicas y políticas claras a sus múltiples problemáticas.

El incremento de los impactos del cambio climático en los países del Sur global y en determinadas poblaciones que viven en situaciones de desigualdad y vulnerabilidad motiva la exploración de los vínculos existentes entre este y el desarrollo capitalista. La insostenibilidad del modelo de desarrollo, socioeconómicamente desigual y ecológicamente destructivo, demanda una transformación estructural mediante políticas públicas orientadas a la preservación de sociedades y comunidades, y sus relaciones con el ambiente. Las discusiones en torno al extractivismo, así como también las propuestas basadas en el Buen Vivir o Sumak Kawsay en América Latina y el Caribe, constituyen parte de los abordajes que requieren profundizar las investigaciones construyendo nuevas evidencias y visibilizando experiencias sociales poco reconocidas.

Asimismo, en los últimos años hemos evidenciado en América Latina y el Caribe una creciente movilización de amplios sectores de la sociedad por la defensa del medio ambiente denunciando los efectos nocivos de ciertas actividades como la deforestación, la tala, la minería, la contaminación, el desarrollo de una agricultura y ganadería extensivas y de exportación, entre otras,  que debilitan a las comunidades indígenas u originarias, a los biomas y a los ecosistemas. En el mismo sentido, los impactos del cambio climático profundizan las desigualdades multidimensionales ya existentes que configuran las condiciones de vida de la mayoría de las poblaciones latinoamericanas y caribeñas.

A partir de concebir la producción del conocimiento como social, situada y colectiva, en esta convocatoria se promueve la postulación de investigadores y/o equipos de investigación integrados por investigadoras e investigadores de diversas formaciones, trayectorias y experiencias, que puedan incorporar la responsabilidad pública y el trabajo con organizaciones y movimientos ambientales.

Las propuestas deben enfocarse en alguna de las siguientes dimensiones del ambiente, el cambio climático y el desarrollo sustentable:

  • Políticas públicas.
  • Movimientos sociales y resistencias.
  • Discusiones y experiencias sobre desarrollo, alternativas, ambiente y sociedad.

A partir de lo planteado, CLACSO convoca a las Becas de investigación individuales y para equipos “Ambiente, Cambio Climático y Buen Vivir en América Latina y el Caribe” para producir conocimientos rigurosos e innovadores acerca de los temas propuestos, así como generar incidencia pública y social que contribuya a contrarrestar sus impactos en América Latina y el Caribe.


Cierre de inscripción: 10 de febrero de 2020 a las 24:00hs (Argentina)
Publicación de ganadores/as: 2 de marzo de 2020
Realización del proyecto: marzo-diciembre de 2020
Presentación de la versión final: febrero de 2021


Los resultados serán publicados en el sitio web de CLACSO. Los/as ganadores/as serán contactados/as por correo electrónico.

Consultas: ambienteycambioclimatico@clacso.edu.ar

Fuente de la noticia: https://www.clacso.org/ambiente-cambio-climatico-y-buen-vivir-en-america-latina-y-el-caribe/

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El 33% de las ciudades de la UE no tiene estrategias frente al cambio climático

Europa/08-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC

Un estudio internacional, en el que ha participado la Universidad Politécnica de Madrid, ha realizado un estudio exhaustivo de los planes de mitigación y adaptación al cambio climático que existen en 885 ciudades distribuidas en los 28 estados miembros de la UE.

Un equipo internacional de científicos ha realizado un estudio, que se inició en 2011, cuya principal conclusión es que el 33 % de las ciudades de la Unión Europea no cuenta con planes específicos para luchar contra el cambio climático.

El trabajo, en el que participa la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), indica que de las 885 ciudades europeas estudiadas, el 66 % tiene un plan de mitigación, y el 26 % tiene un plan de adaptación, mientras que el 16 % de las ciudades tiene un plan que integra la mitigación y la adaptación al cambio climático. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Journal of Cleaner Production,

Los países del norte de Europa y de Europa Central son los que han implementado más planes de lucha contra el cambio climático

Según Sonia De Gregorio, investigadora de la UPM y coautora del estudio, el trabajo “hace un estudio exhaustivo de los planes de mitigación y adaptación al cambio climático que existen en 885 ciudades distribuidas en los 28 estados miembros de la UE, clasifica los planes de mitigación y adaptación en tres tipos, según su naturaleza, y proporciona conocimiento y estadísticas que pueden servir de punto de partida para futuras investigaciones en el ámbito de la acción climática local”.

El estudio muestra que aunque hay una gran diversidad en la proporción de ciudades con planes de mitigación y adaptación a lo largo de Europa, los países del norte de Europa y de Europa Central son los que han implementado más planes de lucha contra el cambio climático.

El tamaño de las ciudades, su inclusión en redes climáticas internacionales y las normativas nacionales son factores que influyen en el nivel de implementación tanto de planes de mitigación como de adaptación.

Las ciudades más grandes, las más preparadas

“Aproximadamente el 80 % de las ciudades analizadas con más de 500.000 habitantes cuenta con un plan de mitigación o de adaptación. También es importante destacar el papel que juega el Pacto de Alcaldes de la UE para el Clima y la Energía impulsando el desarrollo de planes, especialmente en ciudades como Italia o España, pero también en otros países”, explica la investigadora.

Polonia, Alemania, Irlanda, Finlandia o Suecia son los países que más planes han elaborado de manera individual.  Por otro lado, las ciudades de Dinamarca, Francia, Eslovaquia y Reino Unido, donde los planes de lucha contra el cambio climático son obligatorios a nivel nacional, son 1,8 veces más propensas a tener un plan específico de mitigación y 5.0 veces más propensas a tener un plan de adaptación al cambio climático.

En relación a España, el 10,1 % de las 109 ciudades analizadas cuenta con un plan de mitigación autónomo

Finalmente, en países como Chipre, Dinamarca, Eslovenia, Latvia, Finlandia, Bélgica, Irlanda, Suecia, Italia, Estonia, Portugal, Rumania o España, la mayor parte de los planes desarrollados se han realizado bajo el auspicio del Pacto de Alcaldes de la Unión Europea para el Clima y la Energía.

En relación a España, la investigación ha identificado que el 10,1 % de las 109 ciudades analizadas cuenta con un plan de mitigación autónomo, mientras que el 7,3 % de las ciudades cuentan con un plan de adaptación autónomo, y un 3,7 % de las mismas cuenta con un plan conjunto de adaptación y mitigación.  Estos porcentajes aumentan de manera relevante si se observa el número de ciudades que ha desarrollado sus planes en el marco del Pacto de Alcaldes: el 58 % de las ciudades analizadas han desarrollado un Plan de Acción para la Energía Sostenible en ese contexto.

Según la UPM, han sido las valiosas conclusiones y la exhaustividad de este trabajo, los aspectos que han llevado al jurado, compuesto por representantes de la Universidad de Navarra (Tecnun) y de la Cátedra de Catástrofes de la Fundación AON España, a conceder por unanimidad el premio de Divulgación Científica José María Sarriegi 2019 a este trabajo de investigación.

Referencia bibliográfica:

«How are cities planning to respond to climate change? Assessment of local climate plans from 885 cities in the EU-28”. Journal of Cleaner Production. 191. 207-219. 10.1016/j.jclepro.2018.03.220.

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/El-33-de-las-ciudades-de-la-UE-no-tiene-estrategias-frente-al-cambio-climatico

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Ladrillos de plástico para construir el futuro

África/Costa de Marfil/05 Diciembre 2019/El país

UNICEF y la empresa social Conceptos Plásticos se unen para crear una fábrica en Costa de Marfil que convertirá estos residuos en material de construcción para la creación de escuelas.

La manera en la que gestionamos los residuos plásticos es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. La incapacidad para reciclar un volumen que se acerque a lo que se produce en todo el planeta acarrea consecuencias tan graves a nuestro ecosistema que desde hace tiempo se habla de una “emergencia climática”. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico, mientras que cada año se utilizan unos 500.000 millones de bolsas del mismo material. Ocho millones de toneladas de estos residuos acaban en los océanos al año. Unas cifras que nos obligan a afrontar el futuro desde una perspectiva distinta, y también a encontrar soluciones nuevas.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

Costa de Marfil no es, ni mucho menos, inmune a esta situación. Las estimaciones sitúan en tan solo un 5% el total del plástico que se recicla en todo el país, un hecho que, además de tener un efecto grave en el medio ambiente, está directamente relacionado con problemas de salud como la diarrea, la malaria o la neumonía. Por esa razón, UNICEF se ha unido con Conceptos Plásticos, una empresa social colombiana especializada en proyectos innovadores de reciclaje, para ofrecer una solución imaginativa que, además, ayuda a paliar otro problema, la falta de escuelas. ¿La idea? Convertir ese plástico desechado en escuelas.

Este proyecto es posible con la creación de la primera fábrica de Costa de Marfil especializada en la creación de ladrillos 100% realizados con plástico reciclado. Una iniciativa pionera mediante la cual los residuos salen de las calles y los vertederos y se emplean para proporcionar un futuro mejor a los niños del país. Los ladrillos realizados con este material son incombustibles, son un 40% más baratos y un 20% más ligeros. También presentan una mayor durabilidad que los materiales de construcción tradicionales. Los ladrillos, que se producirán en la ciudad de Abijan, se ensamblan fácilmente, como piezas de Lego, lo que facilita la construcción en zonas en las que la necesidad de aulas para dar cabida a los alumnos es apremiante.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

Y no solo eso, para poder colaborar con iniciativas como ésta que contribuyan a reducir la gestión de nuestros residuos entre otras cosas, UNICEF ha lanzado el programa Unidos por el cambio climático, una nueva forma de colaborar para abordar una de las grandes emergencias de la sociedad global. Durante solo seis meses, todos aquellos que quieran colaborar pueden hacerlo eligiendo la cantidad que quieren aportar, y que irá a parar íntegramente a paliar los efectos del cambio climático en las vidas de los niños y niñas.

Una solución a dos problemas

“Esta fábrica será pionera en la creación de soluciones inteligentes y escalables para las principales dificultades educativas a las que se enfrentan los niños y las comunidades de África”, declara Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Tiene un triple potencial: proporcionar más escuelas para los niños de Costa de Marfil, conseguir que haya menos residuos plásticos en el medioambiente y generar vías de ingresos adicionales para las familias más vulnerables”.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

La primera escuela realizada con ladrillos procedentes de plástico reciclado ya ha sido inaugurada en Sakassou, un pequeño pueblo de una zona remota a dos horas de Abijan. En esa zona, los niños y niñas antes se veían obligados a caminar más de siete kilómetros al día para asistir al colegio. Se espera que en este nuevo centro escolar el año que viene haya 30 clases más que puedan albergar a unos 1.400 alumnos.

Pero no solo los estudiantes se beneficiarán de este material para la construcción. Una vez que la fábrica de Abijan funcione a pleno rendimiento, en ella se reciclarán 9.600 toneladas de residuos plásticos al año, lo que también supondrá una fuente de ingresos para mujeres en situación de pobreza que podrán acceder al mercado laboral. De la misma forma, los ladrillos realizados con plástico reciclado se utilizarán para la creación de otros edificios además de escuelas, proporcionando una alternativa rápida, asequible y duradera para distintas construcciones.

Unidos por el cambio climático

Los niños y niñas no son responsables del cambio climático, pero en muchas ocasiones son los que más sufren sus consecuencias. En muchos lugares del planeta el aire que respiran, el agua que beben y la comida que ingieren está condicionada por los efectos provocados por las generaciones anteriores. En torno al 90% de las enfermedades que se pueden atribuir a esta emergencia global, como el cólera, la malaria o el dengue, afectan a niños y niñas menores de cinco años.

La fábrica de Abiyán es una iniciativa para combatir los efectos de la acción del hombre sobre el medio ambiente, pero no es la única. Gracias a programas como Unidos por el cambio climático UNICEF está paliando las consecuencias que sufren los niños y las niñas. Pequeños que están pagando el precio de una situación que ellos no han provocado.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/11/27/eps/1574871286_552583.html

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Cómo afecta el cambio climático a las mujeres

Por: Leyre Flamarique

La migración masculina, las malas condiciones de trabajo y la pobreza obstaculizan la capacidad de adaptación.

Según la Organización para las Naciones Unidas (ONU), entre los grupos más afectados por el cambio climático se encuentran las mujeres, pues a nivel global son las principales recolectoras, y usuarias y administradoras tanto de agua como de combustible.

Una nueva investigación dirigida por la Universidad de East Anglia (UEA, Reino Unido) sugiere que tanto la migración masculina como las malas condiciones de trabajo junto con el fracaso institucional o la pobreza obstaculizan la capacidad de las mujeres para adaptarse al cambio climático en Asia y África.

Los autores encontraron que el estrés ambiental merma la agencia de las mujeres, definida en el artículo como la capacidad para tomar decisiones significativas y estratégicas. Esto ocurre incluso cuando las estructuras familiares y las normas sociales son favorables, o existen regulaciones legales disponibles.

 

 

 

Mujer salvando sus pertenencias en una de las cada vez más frecuentes inundaciones

Mujer salvando sus pertenencias en una de las cada vez más frecuentes inundaciones (Piyal Adhikary / EFE)

Para los autores, los resultados tienen implicaciones de cara a la implementación efectiva de acuerdos como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de desastres o los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Tanto en la literatura académica como en organismos como la ONU existe una creciente preocupación por la adaptación sostenible y equitativa en regiones críticas donde más puede afectar el cambio climático. Se trata de lugares donde la variabilidad climática, las estructuras sociales y la sensibilidad de los sistemas de subsistencia convergen para exacerbar la vulnerabilidad. Muchas de estas regiones se encuentran en África y Asia.

Según los autores del estudio, publicado hoy en la revista Nature Climate Change , tener en cuenta el género dentro de estos debates ilustra cómo las circunstancias demográficas, socioeconómicas y agroecológicas se combinan de manera compleja para impactar en los resultados del cambio climático.

Una mujer carga a su hijo en Mozambique

Una mujer carga a su hijo en Mozambique (.)

Tras examinar la vulnerabilidad de género y la forma en que se manifiesta en sistemas patriarcales, los autores dieron con la agencia como elemento clave para lograr la capacidad de adaptación de las mujeres. En el artículo la agencia fue caracterizada por presentar dimensiones tanto materiales como sociales, además de incluir la toma de decisiones en el hogar, en las instituciones comunitarias y en los mecanismos de resolución de conflictos.

 

 

Basándose en datos de 25 estudios de casos particulares a lo largo de puntos críticos en Asia (India, Nepal, Pakistán, Bangladesh, Tayikistán) y África (Kenia, Ghana, Namibia, Mali, Etiopía, Senegal), la investigación muestra cómo y de qué manera la agencia de las mujeres, contribuye a las respuestas de adaptación ante los cambios.

Los puntos críticos se clasificaban en tres regiones distintas: regiones semiáridas, montañas y cuencas fluviales alimentadas por glaciares, y deltas. Estas áreas enfrentan una variedad de riesgos ambientales que incluyen sequías, inundaciones, erosión de la tierra y deslizamientos de tierra, olas de calor y ciclones. Los medios de vida predominantes eran la agricultura, el pastoreo de ganado y la pesca, complementados por trabajo asalariado, pequeños negocios e ingresos por remesas.

Puntos críticos

Estas áreas enfrentan una variedad de riesgos ambientales que incluyen sequías, inundaciones, variabilidad de las precipitaciones, erosión de la tierra y deslizamientos de tierra

A partir del análisis cualitativo de los casos los investigadores argumentaron que el estrés ambiental debilita la agencia de las mujeres especialmente a aquellas que son jóvenes, con un nivel educativo inferior y que pertenecen a clases más bajas, o castas y etnias marginales.

“En cierto sentido, las mujeres tienen voz y agencia, ya que participan activamente tanto en la producción como en la reproducción, pero esto no contribuye a fortalecer las capacidades de adaptación a largo plazo o su bienestar”, dijo en un comunicado la autora principal Nitya Rao, profesora de Género y Desarrollo en la UEA. “Nuestro análisis sugiere que algunas condiciones comunes, como la migración masculina y las malas condiciones de trabajo de las mujeres, se combinan con el fracaso institucional o la pobreza, para restringir la capacidad de las mujeres para tomar decisiones”, añade.

 

 

El grupo encontró que, enfrentadas a problemas de supervivencia cotidiana, en ausencia de infraestructura y servicios de apoyo, las mujeres a menudo trabajan más duro, en condiciones más pobres y por salarios más bajos, en los puntos críticos estudiados. Esto supone resultados negativos de bienestar, particularmente por la desatención a su salud y alimentación.

 

Los desastres naturales como los terremotos afectan más a mujeres y niñas según la ONU

Los desastres naturales como los terremotos afectan más a mujeres y niñas según la ONU (AP / Niranjan Shrestha)

Estas barreras a las que se enfrentan ellas a la hora de adaptarse tienen, para el grupo, implicaciones en la implementación adecuada en acuerdos como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y los compromisos de adaptación con perspectiva de género como se describe en el Acuerdo de París.

Pero, según dice Rao, si se abordan de manera creativa podrían potencialmente fortalecer la capacidades adaptativas y por tanto permitir una adaptación más efectiva. La protección social, como el sistema universal de distribución pública para los cereales en la India, o las pensiones y las subvenciones sociales en Namibia, puede contribuir a aliviar las presiones inmediatas sobre la supervivencia.

Una mujer carga un cesto de flores en Indonesia

Una mujer carga un cesto de flores en Indonesia (Getty / Getty)

Rao continúa explicando que tales beneficios universales pueden apoyar procesos que fortalecen la acción colectiva a nivel comunitario. Sin embargo, se necesitan inversiones para permitir una gestión mejor y más sostenible de los recursos.

“Nuestro análisis resalta la necesidad de ir más allá de los estereotipos y los marcos simplistas y pensar creativamente sobre una gama de recursos, oportunidades e instituciones que pueden crear un entorno propicio para que las mujeres, y de hecho los hombres, ejerzan la agencia para una adaptación efectiva, equitativa y sostenible”, concluyen los autores.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/ciencia/20191125/471844999581/como-afecta-cambio-climatico-mujeres.html

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El mundo, dirigido al desastre por la desidia climática

Noticia/27 Noviembre 2019/Viento Sur

Para contener el calentamiento por debajo de 2 ºC sobre niveles preindustriales, la ambición climática global de las naciones deberá triplicarse. Para limitarlo a 1,5 ºC, deberá ser hasta cinco veces mayor. Así lo asevera un nuevo informe de la ONU sobre la brecha de emisiones “The Emissions Gap 2019”, hecho público este martes [ver el enlace al resumen del informe de la ONU al final del artículo] . Es la décima edición de estos documentos que retratan la diferencia entre la acción climática necesaria y la que están llevando a cabo los gobiernos.

Pese a las advertencias científicas, las emisiones globales de gases invernadero se han incrementado en la última década a un ritmo de 1,5% por año. En 2018 se marcó un nuevo récord de emisiones. Ese año, el sector de la energía –el mayor responsable del calentamiento–, aumentó un 2% sus emisiones.

El informe concluye que, incluso si los países cumplieran con sus NDCs —los compromisos de reducción de emisiones que cada nación propone en el marco del Acuerdo de París—, el 1,5 ºC sería sobrepasado antes del año 2030. Esto es: setenta años antes de lo que debería para evitar los efectos más catastróficos de la crisis climática. Para finales de siglo, la temperatura estaría 3,2 ºC por encima de niveles preindustriales.

Y eso en un escenario optimista, en que los gobiernos respeten sus promesas. “Tal y como están las cosas, cabe esperar que las temperaturas aumenten entre 3,4 y 3,9 °C este siglo, lo que traerá consigo impactos climáticos de gran alcance y destructivos”, advierte la ONU.

Pero todavía hay una solución. Para que el calentamiento no supere a 1,5 ºC, en la próxima década las emisiones deberían disminuir en un 7,6% cada año. Para que no sobrepase los 2 ºC, la reducción anual necesaria sería del 2,7%.

Justicia climática

El informe pone también de manifiesto la desigualdad en el reparto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Asegura que los países del G20 —que comportan el 85% del producto bruto mundial— son responsables del 78% de todas las emisiones globales. Sin embargo, siete de estos países ni siquiera cuenta con las políticas para lograr sus compromisos nacionales de reducción (sus NDCs).

Bajo el principio de justicia climática contemplado en el propio Acuerdo, la ONU recuerda que los países en desarrollo todavía “tienen el derecho” de incrementar sus emisiones, aunque también tendrán que reforzar sus promesas. Al mismo tiempo, los países industrializados deberán acelerar su reducción de emisiones, y esto pasa por acabar con la deslocalización de la producción: “Los países desarrollados no pueden limitarse a reducir sus emisiones nacionales exportando la producción de contaminación por carbono a las economías emergentes. Las huellas tienen que caer, lo que implica cambios en el estilo de vida”, sentencia.

Electrificación y renovables

Algunas de las claves para frenar el aumento de temperatura están en la forma en que producimos y consumimos energía. La ONU recalca que cambiar el modelo energético hacia uno basado en fuentes renovables podría reducir las emisiones de CO2 derivadas del sector energético en 8,1 Gt en 2050. También resalta el potencial de la electrificación tanto en el sector de la construcción como en el del transporte. En este sector, la medida podría recortar las emisiones hasta un 72% en 2050.

Por otro lado, destaca el ejemplo de “refuerzo constante de los planes de mitigación” que es la Unión Europea, donde desde el informe de la brecha de emisiones de 2015 se ha observado una tendencia a la baja en las previsiones actuales de emisiones de aquí a 2030. Con todo, recomienda algunas medidas como reformar el Régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) para rebajar las emisiones procedentes de la industria.

La semana que viene las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se darán cita en Madrid (COP25). El objetivo es terminar de cerrar el contenido del Acuerdo de París. El pacto se implementará en 2020 y pretende que, de aquí a finales de siglo, el aumento de temperatura global no supere los dos grados centígrados o, a ser posible, el grado y medio. Si los líderes no multiplican su ambición, tendremos que vivir con las consecuencias del fracaso.

Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article15349

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Puerto Rico: Jóvenes aspiran a cambios en política pública del país

Redacción: Metro

Un grupo de estudiantes expresaron sus preocupaciones en torno a los temas de violencia de género, educación y cambio climático.

Como parte del Día Internacional de la Niñez, un grupo de jóvenes instó a la clase política a realizar cambios en la política pública del país que les afecta de cerca como establecer presupuestos participativos en las escuelas y ampliar las leyes de violencia doméstica para menores de edad.
El encuentro juvenil tuvo como sede la Fundación Popular en Hato Rey y se discutió tres problemáticas del país desde una óptica juvenil: violencia de género en la juventud, cambio climático y educación.

Para el joven Julián Nazario, de 15 años de edad, el sistema educativo del país requiere una amplia transformación que debe incluir la adopción del método de presupuesto participativo en las escuelas y aumentar el alcance de las escuelas Montessori. “Todos sabemos que educación tiene uno de los presupuestos más grandes de Puerto Rico y de alguna manera tenemos los mismos problemas que teníamos hace 10 y 20 años atrás”, comentó el joven oriundo del pueblo de San Germán.

Mientras que Baruc Tort criticó que el gobierno no esté adoptando más mecanismos para detener el cambio climático o lo que catalogó una “crisis climática”.

“Actualmente hay muy pocas leyes que estén ayudando a mitigar los problemas que ejerce el cambio climático”, señaló. El joven de 17 años opinó que hace falta más educación en temas de cambio climático para que las personas puedan exigirle mayor acción a las instituciones gubernamentales. “Cuando tienes un pueblo educado son mas capaces de lograr que la rama ejecutiva haga los cambios que exigen”, precisó.

Por su parte, Deborah Soler, planteó la urgencia que se acojan protocolos en las escuelas del país para combatir con la violencia psicológica en el noviazgo juvenil. “No hay un protocolo que trabaje la violencia psicológica en nuestras escuelas. Eso es una alerta gigante porque nuestros jóvenes aparte que no hay educación en el aspecto de violencia de género, no hay educación de qué términos ellos pueden utilizar para recurrir a ayudas en las agencias gubernamentales”, mencionó.

Asimismo, los tres jóvenes coincidieron en que las discusiones del país no deben limitarse a espacios exclusivamente para adultos y deben procurar las voces juveniles.

“Las personas adultas no consideran que tenemos la capacidad para aportar para erradicar estas problemáticas y nosotros le decimos y le pedimos que no solo somos el futuro, somos el presentes”, sentenció Soler, de 19 años de edad.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2019/11/20/jovenes-aspiran-cambios-politica-publica-del-pais.html

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Millones de jóvenes se movilizan en todo el planeta por la justicia climática

Millones de jóvenes se movilizan en todo el planeta por la justicia climática

7,6 millones de personas de 185 países, y 6.135 acciones con el apoyo de 820 organizaciones. Es el balance de la semana global de huelga y movilizaciones –entre el 20 y el 27 de septiembre de 2019- que reivindicó justicia climática y el fin de la era de los combustibles fósiles. ¿Cómo se explica la potencia de estas manifestaciones, en Nueva Zelanda, Italia, Estados Unidos, Chile o India? Uno de los antecedentes significativos se produjo en el verano de 2018, cuando la estudiante de 15 años, Greta Thunberg, inició una sentada de protesta en horario escolar frente al Parlamento de Suecia; fueron los orígenes del movimiento Fridays For Future.

En la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, de 2018, celebrada en Katowice (Polonia), la joven activista afirmó: “Países ricos como Suecia han de empezar a reducir las emisiones al menos un 15% anual, para alcanzar el objetivo del calentamiento global por debajo de los 2ºC” (respecto a los niveles pre-industriales, según los Acuerdos de París); además recordó que cada día se extinguen 200 especies y que el consumo mundial de petróleo suma 100 millones de barriles diarios. Es “el camino de la locura”, subrayó. El 30 de octubre Greta Thunberg declinó el premio medioambiental del Consejo Nórdico dotado con 47.000 euros.

La huelga mundial por el clima del pasado 15 de marzo movilizó, según fuentes de la organización, al menos a 1,4 millones de jóvenes en 2.418 ciudades de todo el planeta. Tom Kucharz, miembro de Ecologistas en Acción, ha participado en un acto sobre “Crisis climática como consecuencia de la depredación capitalista”, organizado por el Centre de Documentació i Solidaritat amb Amèrica Llatina i Àfrica (CEDSALA)-País Valencià. “Más allá de las manifestaciones –subraya el activista-, están produciéndose acciones de desobediencia civil masiva para forzar a los líderes políticos a la toma de decisiones; es muy importante conectar la justicia climática con la agenda social y la lucha en los barrios”, añade.

Los inicios del movimiento Extinction Rebellion (XR) remiten al 31 de octubre de 2018, cuando 1.500 personas participaron en una acción de bloqueo en Parliament Square de Londres, y formularon una “Declaración de Rebelión” contra el gobierno británico por su inacción “criminal” ante la crisis ecológica; “nuestros mares están envenenados y aumenta la acidificación. Las inundaciones y la desertificación harán inhabitables vastas extensiones de tierra, lo que causará migraciones masivas”, alertaron.

El 15 de abril de 2019 grupos Extinction Rebellion desarrollaron acciones de protesta en 80 ciudades de 33 países. En Londres bloquearon cinco puntos neurálgicos de la ciudad, en los que se organizaron asambleas, actividades artísticas y denunciaron, en la sede de Shell, el “ecocidio” perpetrado por la petrolera (fueron escenario de las reivindicaciones, asimismo, las oficinas de Repsol en Madrid, de la empresa Total en París, el entorno del Parlamento Europeo en Bruselas o calles de Ottawa y Estambul). El 7 de octubre de 2019 se convocaron más actos de desobediencia –bloqueo de carreteras, puentes o nudos de transporte, entre otros- en 60 ciudades de todo el mundo. Como ejemplo de la represión, Extinction Rebellion informa que, en la semana de la rebelión entre el 15 y el 25 de abril, la Policía Metropolitana realizó 1.130 arrestos en Londres. La página Web de XR contabilizaba a primeros de octubre 485 grupos de activistas en 473 ciudades de 72 países.

Asimismo respaldan a By 2020 We Rise Up cerca de 50 organizaciones, la mayoría europeas. La Plataforma-Campaña independiente By 2020 tiene como fin contribuir a una conexión entre las luchas (no planificarlas) por la justicia climática y el cambio de sistema. “Durante los últimos días de septiembre de 2019 y en 2020, Europa vivirá varias oleadas de acciones masivas coordinadas: la gente bloqueará gasoductos, puertos, aeropuertos, minas de carbón, la agroindustria, bancos, fábricas de armas y fronteras”, señalan en la página Web.

En este contexto, By 2020 se define como punto de contacto, difusión de acciones y “esfuerzo de coordinación” que no habla en nombre de los grupos locales ni activistas; la Campaña/Plataforma cuenta con un equipo de difusión, traducción, trabajo legal, además de los encargados de la página Web y las redes sociales. En marzo de 2019, hicieron un llamamiento a la “interrupción civil, coordinada y masiva” de un sistema “que lleva a la humanidad al borde del abismo”. Además convocan a reuniones periódicas para la coordinación de estrategias, por ejemplo entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre en Nuremberg. Entre las acciones difundidas por By 2020, figuran las de la semana por el clima de Viena; las de desobediencia civil del pasado 7 de octubre en Madrid; o en Francia, contra la impunidad de las multinacionales.

“¡Paremos el carbón, que todas las aldeas permanezcan!”. Es la consigna con la que el movimiento internacional Ende Gelände convocó -entre el 19 y el 24 de junio de 2019- a la acción directa no violenta en el área de la minería de lignito de Renania; así, más de 6.000 personas bloquearon puntos estratégicos en las zonas que explota la compañía energética alemana RWE; ocuparon vías férreas para el suministro de combustible a la central eléctrica de Neurath, propiedad de RWE; entraron en la mina a cielo abierto de Garzweiler, cerca de Colonia, y pararon excavadoras de carbón, mientras 8.000 personas convocadas por ONG y colectivos locales se manifestaron en apoyo de las poblaciones amenazadas por la minería; asimismo el 21 de junio, 40.000 jóvenes marcharon en la ciudad de Aquisgrán (Renania del Norte-Westfalia), a 50 kilómetros de la mina, con motivo de la huelga por el clima de Fridays for Future; “durante las acciones de desobediencia la policía violó masivamente los derechos civiles”, informó Ende Gelände en un comunicado. Llegados de diferentes ciudades europeas, los activistas partieron de un campamento de protesta ubicado en la ciudad de Viersen.

Entre el 25 y el 29 de octubre de 2018, Ende Gelände convocó a los bloqueos en la mina carbonífera cercana al bosque de Hambach, en Renania; contra las talas forestales y extracción de lignito por la empresa RWE se movilizaron, según los organizadores, 6.500 personas.

En el acto de CEDSALA, Tom Kucharz también ha destacado la lucha de los jóvenes de Sunrise en Estados Unidos, movimiento surgido en 2017. En las redes sociales se presentan con la siguiente disyuntiva: “Nuestro gobierno ha de elegir: proteger los bolsillos de los ejecutivos del petróleo y sus bonos de millones de dólares” o, por otro lado, “nuestro futuro”. Entre los principios de Sunrise figura la no violencia “que nos permite ganar el corazón de la gente”. Se organizan en nodos, radicados en pueblos, ciudades y escuelas de Alaska, California, Florida, Washington o Nueva York. El movimiento respalda a políticos y candidatos que representen a los ciudadanos y no a la industria de los combustibles fósiles, pero –matizan- “no hay amigos ni enemigos permanentes”. Entre los apoyos recibidos por los activistas, destaca el de la congresista Aleixandra Ocasio-Cortez.

Una de las propuestas centrales y con la que interpelan a la política oficial es el New Deal verde; el nuevo acuerdo verde apunta, con la perspectiva de una década, a la “movilización” de la sociedad estadounidense hacia los objetivos del 100% de energías limpias y las emisión cero de gases de efecto invernadero; también a “crear millones de buenos empleos con salarios altos y garantizar la prosperidad y seguridad económica de toda la población de Estados Unidos”. El 10 de diciembre de 2018 mil activistas de Sunrise reivindicaron el New Deal verde en el Congreso (Washington), donde protagonizaron sentadas en las oficinas de dirigentes del Partido Demócrata y mostraron carteles con las consignas “No más excusas” o “Haced vuestro trabajo”; 143 personas fueron arrestadas. Además la policía practicó más de 40 detenciones cuando, en febrero, estudiantes de Kentucky protestaron en las oficinas del senador Mitch McConnell, del Partido Republicano, en el Capitolio; con el lema “Míranos a los ojos”, los estudiantes y los miembros de Sunrise preguntaron si las donaciones que McConnell recibió -en las tres últimas legislaturas- de las compañías del petróleo, gas y carbón (1.542 millones de dólares) eran más importantes que el futuro de la juventud.

Tom Kucharz ha participado en otro debate en Valencia, en el Centre La Nau de la Universitat, sobre Transnacionales, Derechos Humanos y Tribunales de Arbitraje. El investigador social y activista ha destacado, como uno de los ejes de lucha para los movimientos sociales, el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), firmado el pasado 28 de junio tras más de dos décadas de negociaciones; la asociación entre los dos bloques representa –según cifras oficiales- un mercado (integrado) de cerca de 800 millones de consumidores y un 25% del PIB mundial (el actual comercio bilateral de bienes y servicios entre la UE y Mercosur suma 122.000 millones de euros anuales, según la Comisión Europea). La entrada en vigor del acuerdo requiere la aprobación de los parlamentos nacionales.

Integrada por un centenar de organizaciones, la Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión denuncia que el acuerdo entre la UE y Mercosur tendrá, entre otros efectos, “un impacto negativo incalculable sobre la crisis climática»; según la Campaña, la liberalización comercial “beneficiará principalmente a grandes industrias europeas como la automovilística, química, farmacéutica o la textil; y a los grandes exportadores de productos agropecuarios de los países del Mercosur”; por ejemplo, detallan en un comunicado, “se incrementará el ya descontrolado ritmo de deforestación de la Amazonía y otros ecosistemas como El Cerrado de Brasil o El Chaco de Argentina y Paraguay”, ya muy afectados por la expansión del cultivo de la soja y la ganadería vacuna a gran escala.

Otro punto neurálgico y de batalla, según Kuchard, es el Tratado sobre la Carta de la Energía (TEC), acuerdo comercial y de inversiones que entró en vigor en abril de 1998, y del que son miembros cerca de 50 países, principalmente europeos pero también de Asia. “El tratado permite que los inversores extranjeros puedan demandar a los gobiernos signatarios por cualquier medida adoptada en el sector de la energía que consideren perjudicial para sus ganancias”, resume el informe Un Tratado para gobernarlos a todos, publicado en 2018 por Corporate Europe Observatory (CEO) y el Transnational Institute (TNI); las demandas no se resuelven ante los tribunales ordinarios, sino ante tribunales internacionales de arbitraje entre inversores y estados.

El documento señala que, entre 1998 y mediados de 2018, se habían producido al menos 114 demandas de inversores y multinacionales en virtud del TCE; y que, a finales de 2017, los gobiernos habían sido condenados/accedido a pagar 51.200 millones de dólares en concepto de daños. “El TCE es uno de los obstáculos más importantes para adoptar iniciativas contra el cambio climático por parte de los gobiernos”, concluye la Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión.

El documento de CEO y el TNI cita ejemplos como el de la multinacional sueca Vattenfall, que presentó en 2012 una demanda contra el gobierno alemán (4.300 millones de euros más intereses) en concepto de indemnización, cuando el ejecutivo decidió el abandono paulatino de la energía nuclear (la compañía se basó en la pérdida de ganancias vinculada a dos de sus reactores nucleares); el informe añade que, en 2017, la empresa británica Rockhopper demandó al Estado de Italia, por la negativa a otorgarle una concesión para las perforaciones de gas y petrolíferas en un yacimiento del Mar Adriático (las reclamaciones se basan en gastos irrecuperables y expectativas de ganancias de la petrolera). Por otra parte, en una carta dirigida a la ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera, la Campaña recuerda que el estado español es, en el marco normativo del TEC, el país más demandado del mundo; de las 46 demandas en relación con los recortes a las energías renovables, 13 habían sido resueltas cuando se remitió la carta (septiembre de 2019); 11 de los fallos resultaron favorables a los inversores extranjeros, lo que implica una condena -al estado español- al pago de cerca de 800 millones de euros en indemnizaciones. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Autor: Enric Llopis

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