Page 5 of 66
1 3 4 5 6 7 66

Las 12 campanadas de la medianoche

Por: Elisabeth De Puig

¿Qué lanza al destierro a tantos dominicanos que se entregan a redes que los llevan a Chile o a las carreteras de Chiapas? ¿Qué nos espera realmente en estos próximos meses donde en el medio de un tercer año de pandemia la pobreza y sus estragos en la República Dominicana chocan con la imagen del país que queremos proyectar?

Las 12 campanadas de la medianoche del pasado viernes 31 nos propulsaron en el año 2022 y, simbólicamente, nos despojaron por un momento de todas nuestras cargas para abrazar el nuevo año esperanzados de iniciar un periodo más auspicioso que el acabamos de atravesar.

Sin embargo, tal duende travieso, ómicron se apoderó de nuestras mentes y nos acompañó durante la velada. Ahora todos quisiéramos saber si asistimos al principio del final de la epidemia o si estamos en presencia de una trampa del virus que se presta a resurgir, tal ave fénix, bajo nuevas formas de sus cenizas.

Los próximos meses lo dirán. No obstante, venga lo que venga, debemos seguir cuidándonos al máximo. Debemos reforzar las vacunas e invitar a vacunarse a los que no lo han hecho. Participando en el cuidado de los demás aportamos a nuestro entorno.

Para los moradores de la República Dominicana, el año 2021 estuvo marcado por un excelente desenvolvimiento en cuanto al enfrentamiento   de la pandemia. También por el hecho, digno de estudio, de que somos uno de los dos países con más baja letalidad de todo el continente americano.

En otro tenor, estamos siendo testigos de una lucha contra la corrupción sin precedente, y de una recuperación económica que nos coloca como uno de los países de la región mejor preparados para afrontar nuevos retos.

Con estas señales esperanzadoras, una pandemia de por medio y la tremenda amenaza del cambio climático, el presente sería el momento idóneo para reflexionar sobre el modelo de la sociedad que debemos construir para que la recuperación alcanzada y los pasos institucionales que se han dado se traduzcan en una transformación real hacia una sociedad ambiental, social y políticamente sostenible.

En muchos países ha tomado cuerpo el criterio de que la recuperación económica post pandemia no puede ser el mero retorno a las formas de consumir y producir de antes de la COVID-19. Hacerlo así sería reproducir las formas de maltrato a la naturaleza que han generado el cambio climático cuando de lo que se trataría es de revertirlas.

De la misma manera nos podemos preguntar a la luz del resultado de las últimas elecciones en Chile, campeón del neoliberalismo y de la desigualdad, si el modelo económico actual será sostenible políticamente en la República Dominicana a mediano plazo y si no se necesita trabajar desde ahora para lograr una sociedad más inclusiva donde impere la justicia social.

¿Qué lanza al destierro a tantos dominicanos que se entregan a redes que los llevan a Chile o a las carreteras de Chiapas? ¿Qué nos espera realmente en estos próximos meses donde en el medio de un tercer año de pandemia la pobreza y sus estragos en la República Dominicana chocan con la imagen del país que queremos proyectar?

En fin, las oportunidades deben existir para las grandes mayorías. De ahí la pregunta: ¿cómo repartir el maná del crecimiento entre los que más lo necesitan para que este gobierno sea el gobierno del cambio en aspectos fundamentales que tocan la vida misma de las personas?

Alarman las voces de la Sociedad Dominicana de Pediatría llamando la atención sobre el aumento de un 20% en la mortalidad infantil durante el pasado 2021, al igual que la recrudescencia del dengue y otras enfermedades.

Que una niña de 14 años haya dado a luz al primer bebé del año no es casual y solo refuerza la urgencia de la lucha contra las desigualdades y a favor de los derechos fundamentales de la niñez en la cual están envueltos, entre otros, la educación, la salud, la vivienda.

No solamente debemos velar porque no se produzcan desacatos a los derechos humanos en materia de migración, como los atropellos injustificables a las extranjeras que procuran servicios médicos en la República Dominicana, sino también recordar que las mujeres que votaron a favor del PRM esperan un código penal garante de derechos y a la altura del siglo XXI.

Aprovechemos pues el año 2022 para dar un salto hacia políticas públicas que logren cambiar el comportamiento social, propulsen una justa redistribución y aseguren un clima social favorable al crecimiento.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/las-12-campanadas-de-la-medianoche-9020486.html

Comparte este contenido:

Roberto Cuéllar Martínez: Costa Rica, el país sin ejército que lidera la guerra contra el cambio climático

Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, este país con renta baja y pocos recursos sigue impartiendo enseñanzas de vida, humana y natural.

El 1 de diciembre de 1948, poco antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Costa Rica sorprendió al mundo al abolir su ejército y extirpar de un solo tajo cualquier tendencia militarista en la política. Así, sin movilizar ni un tanque de guerra, a lo largo de siete décadas ha sido protagonista de una reafirmación democrática peculiar, a la vez que revolucionaria, en el desarrollo progresivo de sus conquistas sociales y ahora ambientales.

Este acto, genuinamente disruptivo, abrió la senda para reconstruir la ética social y refundar los principios identitarios del pensamiento, la convicción de libertad y la actuación democrática del ser costarricense. Sin duda, esta ha sido la médula que aún sustenta las decisiones transformadoras en paz con la naturaleza, madre y maestra de la convivencia humana.

Al observar lo que sucede en el mundo en términos medioambientales (la insólita devastación de los bosques y las selvas, la contaminación de los océanos, la polución que envenena las sociedades, el deshielo de los glaciares y su influencia en la ralentización de las corrientes oceánicas, la escasez del agua y el riesgo de la reducción en la producción de alimentos, entre otras manifestaciones de terror), se logra inferir que otra guerra no armamentista, aunque igual de devastadora, amenaza a la humanidad.

Desde 1990, el país logró pasar del 47% al 60% de la cobertura boscosa por medio del pago por servicios ambientales. Y es ahora, efectivamente, un territorio más verde con la mayor guarda forestal en Centroamérica. Lo ha hecho sin ejército y con más educación entre el campesinado, a través de excepcionales modificaciones curriculares en el sistema educativo para asegurar una sólida conciencia ambiental entre las actuales y futuras generaciones. Así como a partir de 1950 se canjearon las armas por violines y cuarteles por escuelas, Costa Rica transformó el espacio verde al otorgarle progresión social e imponer gravámenes a los combustibles fósiles en la debida preservación de la masa forestal.

La educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar

En esta obligación erga omnes (contra todos), Costa Rica vuelve a sorprender, porque en medio de la demoledora pandemia no ha dejado atrás los derechos emergentes ambientales, como lo es principalmente el del agua para la vida digna. Hasta 1990 algunos de los países vecinos les calificaron de comunistas por sus avances sociales, y ahora, con severos ajustes fiscales y en medio de la enorme crisis de salud, se empeña progresivamente en proteger más del 25% del territorio en parques nacionales y forestales, meta revolucionaria que emprendió en 1975. Tanto es así que China recién ha puesto atención a la construcción de sistemas de áreas protegidas en referencia a la experiencia costarricense.

En ese sentido, la cultura por la biodiversidad llena de vigor a la escuela. Y aquí cabe destacar el derecho a la educación como eje de sostenibilidad en la preservación de los bienes naturales, antes, durante y después de la pandemia.

Para afrontar esta crisis, Costa Rica una vez más ha puesto en perspectiva su principal bastión revolucionario: la educación como eje democrático, participativo, social, productivo y sostenible. Se han impuesto cambios en la formación integral ambientalista con equidad y en derechos, acciones que acompañamos decididamente la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Una muestra es el proyecto de cambio curricular y participativo orientado a la educación rural y ambiental que se realiza en la periferia del emblemático Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco —15 mil hectáreas bautizadas como la “montaña sagrada del agua”, única en Centroamérica—, justo cuando en este 2022 conmemoraremos el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas. El proyecto contribuye efectivamente al empoderamiento del aprendizaje sobre derechos humanos y el entorno sostenible de la mano de los gobiernos locales y supervisiones educativas de 45 centros escolares aledaños.

Así, cabe destacar que la educación en el país promueve hábitos de consumo diferenciados, fomenta la sensibilidad ecológica y lo hace por medio de prácticas inscritas en los currículos, con adecuada información científica desde la primera edad escolar. Y es que la misma Constitución Política señala el derrotero social, político y económico de una “Costa Rica natural”, al definir con precisión que “toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.

Esta meta humanista muy apremiante y tan propia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (en especial de los Objetivos  y 13º), y de la transformación educativa que proponemos, solo se logrará incluyendo en el centro del currículo una crítica a los mitos de la modernidad: el consumismo y el dinero. Asimismo, replanteando los esquemas pedagógicos sobre la base de una ética ecológica, de manera que la infancia y juventud escolar crezcan en la solidaridad, la responsabilidad y en la necesaria preservación del planeta Tierra. Hay que reeducar ante la infame prioridad del dinero, las artimañas del poder y ante la destrucción degradante a causa del cambio climático. Desde Centroamérica, la pequeña Costa Rica, con renta baja y pocos recursos, sigue impartiendo enseñanzas de vida —humana y natural— que recordaremos siempre, porque cada lección es liberadora, como aquella magistral que dictó la caducidad del ejército en diciembre de 1948.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-12-27/costa-rica-el-pais-sin-ejercito-que-lidera-la-guerra-contra-el-cambio-climatico.html

Comparte este contenido:

Pensar el mundo para transformar la escuela

Por:

  • Educar por el futuro es un proyecto que está dando sus primeros pasos. Una iniciativa que pretende hacer pensar y crear en relación a la emergencia climática. Con esta premisa, centros de primaria, secundaria y adultos de la Comunitat Valenciana están trabajando en participación y creatividad para generar nuevos mundos posibles.

La ubicación del centro educativo obliga al desplazamiento de personas desde diferentes puntos geográficos. Tal vez una buena idea para evitar el impacto ambiental de tanto viaje es que el centro tenga diferentes sedes y así se minimicen. O que cuente con un servicio de préstamo de bicicletas entre el estudiantado para que no se usen medios de transporte contaminantes.

Estas son solo algunas de las ideas que estudiantes de diferentes niveles han podido «inventar» cuando se les ha enfrentado con la necesidad de buscar soluciones a dilemas posibles. Una búsqueda que forma parte del proyecto Educar por el futuro que se está desarrollando durante estos primeros meses de curso y hasta mediados de febrero en diferentes centros de la Comunitat Valenciana dentro de la red Planea.

Un proyecto casi relámpago. Comenzó en octubre y casi cierra sus actividades este mes de diciembre. Todavía quedarán algunas últimas citas en los primeros meses de 2022, pero el trabajo «gordo» ya estará hecho para entonces.

Educar por el futuro, una iniciativa de la Red Planea que se ha estado desarrollando en la Comunitat Valenciana de la mano del Consorci de Museos y de Permea, trata de hacer reflexionar a los claustros y al alumnado sobre la emergencia climática para, desde ese lugar, imaginar futuros posibles; futuros utópicos en los que poder habitar con una mayor armonía con el entorno. Y desde ese pensar futuros positivos posibles, intentar transformar el entorno de los centros educativos y la relación entre ambos.

«El material se plantea como un explosivo que dejas en el centro». Así lo ve Coloma Mestre. Es profesora en el centro de formación de personas adultas Vicent Ventura, en Valencia. Es uno de los que desde hace unos meses se ha embarcado en este proyecto.

Ese explosivo que llega al centro ha sido diseñado por Audrey Lingstuyl y Michael Urrea, diseñadores y expertos en comuncación. Y lo han diseñado para que se utilice en diferentes fases. Como explica Coloma, en la primera hay una serie de «cartas», como si fuera una baraja. En cada una de ellas hay un texto sobre el que el alumnado tiene que realizar una reflexión; por ejemplo, imanginar un mundo en el que no hubiera humanos, o pensar en los millones de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo.

La segunda, cuenta Teresa Rodríguez Maturana, profesora de otro centro de personas adultas, el Giner de los Ríos, en Alicante, tiene que ver con que cada estudiante ha de escribir un relato sobre una base también fijada en una serie de tarjetas que le marcan un «futuro», un «reto» y una «cosa». «La idea es que pienses un futuro en le que tienes un reto que puedes solventar con una cosa», comenta la docente.

Ambos centros, como el resto de los que participan, llevan ritmos diferentes en el desarrollo. En el de Valencia, habían adelantado un poco más, mientras que en el de Alicante, todavía no se habían puesto a escribir del todo. Ambas docentes destacan lo interesante de esta fase de escritura, para fomentar la creatividad, por ejemplo. El objetivo, comentan, es que los futuros de los que hablen los relatos no sean distópicos, sino utópicos; dirigir esa creatividad hacia una acción de mejora y no que se quede en una parálisis provocada por la posibilidad de un futuro negro.

Una vez que se pase esta fase creativa, de redacción de relatos, vendrá el gran acuerdo de tranformación. Una propuesta de cambios posibles en los diferentes centros educativos que respondan a la crisis climática y, también, que modifiquen la relación que tienen cada uno de ellos con el entorno en el que se enmarcan.

El objetivo es que esta fase estuviera terminada en este mes de diciembre. Ambas docentes coinciden en que los tiempos con los que están trabajando son un poco escasos, que una transformación de centro se tarda un poco más en idearla. Aunque, en cualquier caso, están satisfechas con lo que han hecho hasta ahora y con el material del proyecto y ven como una posibilidad seguir desarrollando el proyecto en años venideros, de manera que pudiera ir creciendo.

Desde lugares alejados tienen visiones similares del trabajo que tienen entre manos. Como comenta Natxo Presencio del Diego, director del CFPA Giner de los Ríos, el proyecto del centro que dirige es ser un facilitador, un abridor de puertas para un alumnado que en buena medida viene rebotado de un sistema educativo que no ha podido o sabido darle respuesta o respaldo. Chavales que salieron de la educación en cuanto pudieron y que, pasado cierto tiempo, han vuelto, por ejemplo. Chavales y no tan chavales con historias de vida muy complejas que, principalmente, lo que necesitan es un título que les permita o trabajar o acceder a estudios de siguiente nivel.

«Cualquier estímulo que podamos darles será bienvenido», resume para explicar el porqué se ha metido en este berenjenal. Un motivo nada desdeñable al pensar que el centro tiene 25 docentes, de los cuales cuatro tienen destino definitivo (el resto se irá el próximo curso). Entre todos ellos, unos más que otros, gestionan, además de las materias y las clases, los módulos y los proyectos, toda la burocracia administrativa del centro (tienen a unas 1.400 personas inscritas). La formación de personas adultas no cuenta con la posibilidad de tener personal de administración.

«Intentamos que la gente que pasa por la escuela no lo haga solo con una manera finalista de sacarse un título, sino que la experiencia de estar aquí le aporte experiencias que normalmente, si no pasa por ahí, seguramente por su perfil, no tendría». Así lo entiende Coloma Mestre al hablar del trabajo que hacen desde los CFPA.

Se trata de una tipología de alumnado muy diferente a la que tiene Rosana Soler. Es profesora de filosofía del IES Barri del Carme, de Valencia. En su caso está trabajando casi en solitario, desde la asignatura de Valores Éticos con su alumnado de secundaria obligatoria. Está «encantada», dice, con elementos como el protagonismo que adquieren chicas y chicos, o el trabajo en grupo al que están obligados. Cree, eso sí, que es más fácil trabajar con 3º y 4º curso que con los dos primeros. «Los chavales entienden mejor, les gustra, están motivados y hacen algo fuera de lo normal», explica. «Los materiales artísticos dan otra perspectiva, obligan a situarse en otro lugar», comenta.

Una de las ventajas que tienen los centros de formación de personas adultas es que tienen un mayor margen de maniobra para moldear el currículo y hacer encajar el proyecto en el trabajo que hacen. Algo que para Rosana Soler es más complejo. Esta es la razón por la que ella está trabajando sola en el centro. Otros compañeros, explica, como los de dibujo, lo intentaron, pero no era fácil cuadrar el proyecto con la materia. Sin embargo, el temario de Valores es lo suficientemente amplio como para dar cabida a los temas y técnicas que el proyecto plantea.

En el caso de los CFPA ya habían trabajado y trabajan con las artes de una manera u otra: paseos literarios, cursos de escritura, teatro, música… En el caso del Vicent Ventura, comenta Coloma Mestre, además de la vertiente artística, en el curso pasado ya habían hecho un proyecto anual de sostenibilidad y, de esta forma, la propuesta de Educar por el futuro les encajaba perfectamente.

Para facilitar el proceso, que han de hacer en el centro las y los docentes en solitario con el alumnado, se han desarrollado diferentes reuniones telemáticas en las que han participado todos los centros educativos así como representantes de la red Planea y también las y los artistas que diseñaron los materiales de la caja.

En dichas reuniones los centros han expuesto sus diferentes avances y, además, han recibido formación e información de los siguientes pasos que debían ir siguiendo a lo largo del proyecto.

Allá por febrero o inicios de marzo habrá una reunión presencial en la que estarán las  los docentes de los centros participantes para hacer una puesta en común de los diferentes resultados, de los proyectos de transformación que se hayan acordado en colegios, institutos o centros de adultos. Habrá que ver la forma en la que dichos cambios llegan a materializarse después.

Creación del material

Audrey Lingstuyl y Michael Urrea han sido los encargados de diseñar los materiales que componen el kit que se ha enviado a los centros. Un “detonante”, lo llaman, para generar tiempos y espacios para que las y los chavales, en realidad, la comunidad educativa, pueda pensar, reflexionar sobre los retos que tenemos sobre la mesa en relación a la emergencia climática.

Audrey y Michael son los responsables Äther Studio, una empresa que se dedica, en buena medida, a temas de diseño y comunicación. Se han pasado más o menos un años trabajando en la construcción de los materiales del kit. Primero sobre la premisa de que sería utilizado por un solo centro; después, tras un cambio de planes, para que se utilizara en varios centros de formación de personas adultas. Por último, para que lo pudiera utilizar cualquier centro educativo. De hecho, asegura Audrey, se puede utilizar en contextos que vayan más allá de la educación.

En cualquier caso le han dado las vueltas suficientes al material como para que sea muy versátil y relativamente fácil de utilizar por parte de cualquier docente. Los hay de Filosofía o del ámbito comunicativo. También del científico.

Si algo han sacado en claro en este año de trabajo, así como en las diferentes sesiones que han tenido con el profesorado que ha participado o en las jornadas a las que han podido asistir in situ es que el alumnado demanda, de una manera u otra estos espacios de reflexión. No solo sobre temas ambientales, que también. En general destacan la necesidades de tiempos para hablar de asuntos que les preocupan y que han ido perdiendo en los centros educativos. Centros que, a base de cambios legislativos, también han perdido el peso de las materias relacionadas con la filosofía y el pensamiento.

En cualquier caso, Audrey y Michael se encuentran muy satisfechos. No solo por el trabajo que ellos mismos han desarrollado, sino por cómo se utiliza en cada uno de los centros que participa. Han tenido, hasta la fecha, tres sesiones formativas con los centros. Esa era la idea. Formarles en el uso de cada uno de los materiales. Pero tras la primera de esas reuniones, el resto se han convertido también en las sesiones en las que docentes de diferentes lugares y condiciones han podido intercambiar sus experiencias, saber qué ha funcionado y qué no, hablar sobre qué ideas más o menos locas han desarrollado las y los estudiantes en función de las propuestas.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/arteyeducacion/2021/12/12/pensar-el-mundo-para-transformar-la-escuela/
Comparte este contenido:

Dos profesores españoles conectan a alumnos de Zamora con otros de Groenlandia en un ‘erasmus’ de educación medioambiental

Por: Juan Navarro

Preguntar qué tienen en común Groenlandia, Grecia, Polonia, Lituania, Rumanía, Croacia y Zamora puede parecer el inicio de un chiste malo o la consulta en un examen de un profesor con mala idea. La respuesta, no obstante, es sencilla: variedad en su riqueza medioambiental, entornos rurales despoblados e interés de unos docentes con ganas de intercambiar conocimientos y experiencias. Un proyecto impulsado por dos españoles, Chema Mezquita, maestro de Economía del instituto de Aliste (Zamora, 1.000 habitantes), y Víctor Colino, especialista en ciencias ambientales de la Universidad de Salamanca, aspira a unir al alumnado de siete centros de secundaria de esos países. El objetivo es incorporar transversalmente el cambio climático a las asignaturas convencionales para afianzar la implicación ambiental de los jóvenes.

Groenlandia es un eje clave del proyecto, ya que permitirá a los alumnos conocer detalles sobre el deshielo, una realidad muy lejana a los climas mediterráneos que, según Javier Arnaut, profesor de la Universidad de Groenlandia, resulta esencial para mostrar “una perspectiva del Ártico” que permita a los alumnos estimar más directamente los efectos “de la degradación ambiental”. La profesora croata Tina Cvijanovic, especialista en informática en el instituto Andrija Kačić Miošić, en la ciudad de Ploče, aspira a incorporar “nuevos valores en una transición educativa que añada a los currículos formativos preocupación sobre los recursos naturales y la conservación de la naturaleza”. Estas nociones, mediante este plan continental, aportarán tanto “creatividad” en las aulas como aprendizajes sobre otras culturas y regiones.

La idea se les ocurrió a ambos docentes en un viaje a Moscú. Presentaron el proyecto al plan europeo Erasmus Plus y fueron seleccionados. Han obtenido unos 300.000 euros que destinarán a sufragar el coste del intercambio de alumnos, formación para el profesorado y a financiar la difusión de los “productos intelectuales” que generen, entre otros asuntos. El proyecto de momento se centra en el intercambio de conocimientos y de formación entre los docentes para llevar a las aulas estas consignas. El objetivo es que pronto los alumnos también puedan viajar y conocer en persona esos ecosistemas y constatar las diferencias climáticas entre las regiones europeas.

Para la selección de los países que participarán en el proyecto, el criterio fue tratar de obtener una representación variada de los diferentes climas europeos: mediterráneo, atlántico, alpino, ártico o continental, según indica el ambientalista Colino. El objetivo es enseñar a los jóvenes la importancia del medio ambiente y su cuidado, las diferencias entre países y mostrar cómo las personas se adaptan a estos distintos contextos. Los siete centros de secundaria que participarán en el proyecto están ubicados en pueblos pequeños y cerca de entornos naturales.

Investigadores de las universidades de Salamanca y Groenlandia colaborarán con análisis sobre las consecuencias del cambio climático, así como con material para formar a los docentes de los institutos. Los materiales diseñados por este equipo servirán para crear una plataforma online con actividades, así como una aplicación que cuantifique los beneficios que aportan los entornos naturales, sean gélidos como los polares o con microclimas cálidos como algunas zonas de Zamora.

La elección de localidades despobladas permitirá que los jóvenes hablen con sus mayores y produzcan un libro digital de diálogos intergeneracionales donde compararán la relación actual con el medio natural frente a la que se tenía antes. Las asignaturas tendrán que impregnarse de ese tinte verde. Mezquita, que imparte Economía y hace unos meses logró con uno de sus grupos que la Unión Europea cambiara un texto xenófobo en su página web oficial, plantea que una forma de incluirlo en su materia, llamada Iniciativa Emprendedora, es con ejercicios en los que se analice cómo administrar económicamente los recursos de un bosque. Calcular, por ejemplo, cuántas toneladas de dióxido de carbono pueden neutralizar determinadas hectáreas de árboles. En cursos anteriores ya aprendieron a fabricar jabón con ingredientes de proximidad, en su mayoría hierbas aromáticas.

Sus compañeros de Religión, Matemáticas, Inglés o Ciencias se están uniendo a estas tácticas que triunfan frente a los rígidos y fríos ejercicios de los libros de texto. La zamorana Lydia Martín, de 17 años y que cursa segundo de Bachillerato, aplaude esta iniciativa que cree que le servirá para “valorar el entorno y todas las cosas positivas que nos aporta”. Los ejercicios que se realizarían en las clases, cree, “traerán ventajas como conocer mejor nuestra zona y generar un mayor interés por la asignatura”. Martín expresa sus ganas de conocer otras naciones y “sus peculiaridades” como fuente de “cultura” o incluso para “vivir un tiempo allí”.

Fuente de la información e imagen: https://elpais.com

Comparte este contenido:

Adolescentes ante cambio climático: «No solo criticamos, buscamos soluciones»

En el marco de la COP26 de Glasgow, este miércoles se ha realizado un evento paralelo dirigido a escuchar las opiniones de los adolescentes sobre el cambio climático y en el que algunos de los jóvenes ponentes afirman que ellos no solo se limitan a criticar, sino que buscan soluciones.

«Los jóvenes no se limitan a criticar, nos centramos en las soluciones, las soluciones deben estar conectadas», ha dicho una de las participantes, Julieta Martínez, fundadora de la organización Tremendas, plataforma que visibiliza y conecta a niñas y jóvenes que usan sus talentos para apoyar causas de impacto social.

El evento, denominado «Incrementando la resiliencia adolescente al cambio climático», ha sido organizado por Partnership for Maternal, Newborn and Child Health (PMNCH), alianza para la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y los adolescentes.

El objetivo del panel fue discutir la forma de lograr que los adolescentes puedan adaptarse de mejor manera y combatir la crisis climática.

Durante las exposiciones, se ha expuesto que el cambio climático tiene tres pilares: económico, social y medioambiental y se concluye que es necesario financiamiento, tecnología y un proceso de planificación adaptado a los adolescentes dirigido por cada territorio y país, ya que no hay una solución mágica global.

Otra de las ponentes, Heeta Lakhani, directora de la organización «Youth Partnerships», una organización de voluntariado juvenil internacional, se ha referido a algunas de las dificultades que existen para conseguir que los jóvenes participen en la acción climática a nivel nacional y de asegurar que los jóvenes se comprometan de forma significativa.

También se ha discutido sobre educación y cómo este apartado puede reducir el impacto ambiental.

«Si damos a todas las niñas del mundo acceso a la educación podemos reducir hasta 105 gigatoneladas de CO2 para 2050», ha sostenido Martínez.

PMNCH cuenta con más de 1.000 organizaciones asociadas, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su visión es la de un mundo en el que todas las mujeres, niños y adolescentes puedan ejercer su derecho a la salud y al bienestar, sin dejar a nadie atrás.

En la organización del evento colaboraron también la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina (IFMSA), YOUNGO y la plataforma Tremendas.

La cumbre del clima COP26, que se desarrolla desde la semana pasada en la ciudad de Glasgow (Reino Unido), ha entrado en su etapa final con la negociación de los aspectos más técnicos entre los países.

La COP26 persigue confirmar que se puede evitar que las temperaturas suban más de 1,5 ºC a final de siglo respecto a los valores preindustriales.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/cumbre-clima_adolescentes-ante-cambio-clim%C3%A1tico—no-solo-criticamos–buscamos-soluciones-/47100812

Comparte este contenido:

Colombia: La U. Nacional declara como prioridad las acciones contra el cambio climático

La universidad pública más importante de Colombia declaró como “asunto prioritario de gestión universitaria” las acciones frente a la emergencia climática, reconociendo el cambio climático como una emergencia y apoyando e incentivando medidas urgentes y drásticas para mitigar su impacto y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Así lo determinó el Consejo Superior Universitario (CSU), dando vía libre a 11 acciones que desde la universidad pretenden impulsar cambios frente al cambio climático. Entre dichas acciones destaca la meta de una reducción en la emisión de gases efecto invernadero, siendo carbono cero a 2030. Esto implica transformaciones de políticas y programas claves en el día a día.

La declaratoria toca áreas como la gestión de recursos hídricos y de residuos. En el primero la Unal pretende realizar acciones para motivar una mayor cultura de conservación del agua, el uso eficiente de ese recurso y su reutilización y reciclaje para fines potables o no potables. En cuanto a los residuos, el CSU espera desarrollar una economía circular (reutilización, reventa, reciclaje, compostaje in situ de alimentos y productos orgánicos y posteriormente transformación de residuos en energía).

En ese marco también resaltan las estrategias “cero plástico de un solo uso” y “producción y consumo sostenible”. Siendo la universidad más grande del país, la Unal plantea como un gran reto la movilidad sostenible. “La UNAL planificará las acciones de sostenibilidad en torno a la movilidad en sus campus, con el fin de reducir los gases efecto invernadero e involucrando la infraestructura de movilidad existente (construcción de carriles, estaciones, casilleros, duchas y centros de reparación para bicicletas, implementación de transporte público dentro del campus”, señala la institución en un comunicado.

El transporte, de hecho, ha sido una de las áreas donde la ONU ha pedido mayor acción frente al cambio climático. A mediados de octubre, en la antesala de la Cumbre Climática COP26, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a todos los países a descarbonizar el transporte. “Los gobiernos deben incentivar las opciones de transporte limpio, incluso a través de estándares e impuestos, e imponer una regulación más estricta de las infraestructuras y las ventas”, dijo Guterres.

Las acciones que complementan la ruta planteada por el CSU en la Universidad Nacional son la “Operación y gestión”; “Giro ambiental y cambio cultural” e “Indicadores de sostenibilidad”. “Todo esto es posible si damos un giro ambiental y cultural con estas temáticas ambientales. Necesitamos ese cambio y parte de una declaratoria de este Consejo Superior”, resalta la declaración.

Fuente de la información e imagen: https://www.elespectador.com

Comparte este contenido:

Una mini COP escolar de la relación entre cambio climático y salud

Por: 

Nos encontramos en unos días en los que el cambio climático llega por todos los canales de información. Por fin se celebra la Conferencia sobre el Cambio Climático de Glasgow. La comunidad educativa debe enterarse de qué es, qué se busca y cómo se piensa lograrlo. Hagamos un par de preguntas en cada grupo y anotemos ideas, deseos, posibilidades de lograrlo y opiniones personales. Servirán para ajustar un proyecto educativo reclimatizador. En la misma sesión comentemos en profundidad la frase de Antonio Guterres, el secretario General de la ONU: «Basta de tratar a la naturaleza como un retrete». ¿Será cierto eso? ¿Al menos alguna vez? ¿Lo parece cerca de nosotros? Habrá que dejar claro que el aire también es naturaleza.

Con la excusa de la conferencia se pueden dedicar algunas sesiones a conocer las variables del cambio climático y a descubrir su interacción con las personas, por acción o reacción. Para los cursos más avanzados se podría utilizar el Concurso COP26: ¡Pon a prueba tus conocimientos sobre la conferencia del clima de las Naciones Unidad! No estaría de más que la respondiese previamente el profesorado. En algunas escuelas ya se realizan propuestas didácticas que contemplan esta correlación. En todas debería ser un tema principal durante la elaboración de los Proyectos Educativo y Curricular, también en la programación de las materias. Se trata de consolidar un eje argumental de la vida particular y escolar que persista en el tiempo, porque los años venideros es probable que alcance dimensiones todavía no imaginadas, incluso mayores que ahora. Es de urgencia vital hablar de los llamados bienes ambientales, como de otros intangibles que tanto influyen en la interacción personas y entorno. Debemos entender cómo y por qué se van deteriorando o perdiendo pero también aventurar acciones de mejora. Para centrar los debates del profesorado, como parte propositiva de lo que se hace en las aulas, podríamos elegir temas en donde la relación se ve cotidianamente, de manera más sencilla. Puede servir el Informe de 2021 de Lancet Countdown sobre salud y cambio climático: código rojo para un futuro saludable. Habría que seleccionar aspectos básicos del informe para provocar la búsqueda de causas y consecuencias de cada afección seleccionada. El posterior trabajo en equipo podría servir para descubrir en los debates dónde ocurren más y menos y aventurar por qué razón será. Servirían algunos hechos comprobados -para ello hay que recordar al alumnado el valor de la investigación científica- como:

*Aumentan las desigualdades en un mundo que se calienta.

Identificación de posibles causas y consecuencias; localización en el mapa de los países o regiones más desfavorecidas, avance de posibles soluciones a corto, medio o largo plazo.

*Aumentan las enfermedades asociadas al cambio climático.

Relación de la incidencia de cada enfermedad. Identificación de posibles causas y consecuencias; localización en el mapa de los países o regiones más desfavorecidas, avance de posibles soluciones.

* El cambio climático está revirtiendo los avances que se habían conseguido en la mejora alimentaria.

Identificación de avances anteriores ahora en retroceso; localización en el mapa de los países o regiones que pierden conquistas logradas, planteamiento de posibles actuaciones para resolver el problema.

* Si no hay una respuesta global, coordinada, todos nos veremos perjudicados.

Razones y posibilidades de una acción global, aspectos positivos y negativos, asignación de compromisos por parte de entidades gubernativas, sociales y ciudadanas.

* Lo que no se haga de inmediato va a perjudicar mucho a la larga.

Selección de diez acciones urgentes, otras diez importantes, diez más necesarias pero que pueden acometerse a medio plazo. Priorización para redactar una carta y enviarla al Gobierno central y servicios autonómicos y locales.

* Lo que nos afecta a nosotros frente a lo que impide llevar una vida satisfactoria a otros.

Separar prioridades según sectores sociales, países y continentes. Elaboración de un decálogo de acción prioritaria para mantenerlo presente siempre en el aula.

Cada centro tiene la capacidad de seleccionar recursos que están a su alcance o pueden obtenerse en la Red. Ya hemos hablado de algunos en nuestra Ecoescuela abierta. Hoy seleccionaríamos unos que se apoyan en el juego y la gamificación, además de los que proporciona Climántica. No tienen desperdicio climático sus juegos. También se puede mirar lo que hacen las Escuelas Andaluzas por el clima, que aportan materiales específicos para educación primaria y secundaria.

Hemos presentado suficientes razones para llevar el cambio climático a las aulas. Una vez desarrolladas estas sesiones de trabajo en grupo e intercambio de opiniones queda concretar aquellas acciones que el centro educativo puede llevar a cabo para mejorar la salud colectiva, al día siguiente y a corto plazo. Habrá que concretar y adecuar la contribución de cada curso, en relación con sus capacidades e intereses. Al final quedará una marca sustancial en el espíritu colectivo, una adaptación y, en consecuencia, el cambio climático se verá algo mitigado.

Además de estos materiales, y otros muchos que están disponibles en la web, interesa conocer lo que viene desarrollando el Observatorio de Salud y Medioambiente “Cambio Climático y salud”, una alianza entre DKV y Ecodes. Llevan publicados varios trabajos con propuestas reales para entender la relación entre medioambiente y salud. La última Cambio Climático y salud. La lucha contra el cambio climático, el mayor reto para la salud mundial del siglo XXI está dividida en tres bloques. El primero lleva por título “ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO PUEDE SER LA MAYOR OPORTUNIDAD PARA LA SALUD PÚBLICA GLOBAL DEL SIGLO XXI”. Muestra cómo se produce el calentamiento global que origina el cambio climático, repasa qué es el acuerdo de París y aproxima a entender por qué el cambio climático y la salud interaccionan en un contexto educativo. En el segundo bloque “SEGUIMIENTO DE LAS CONEXIONES ENTRE SALUD PÚBLICA Y CAMBIO CLIMÁTICO” se revisan las últimas investigaciones sobre la incidencia del cambio climático sobre la salud. En el tercero “COVID-19, BOSQUES, NATURALEZA, BIODIVERSIDAD Y SALUD EN RELACIÓN CON EL CAMBIO CLIMÁTICO” se analiza la relación entre la pandemia de la COVID-19 y los bosques; se presentan la naturaleza y la biodiversidad como fuentes de salud en relación con el cambio climático. Incluye un cuarto dirigido al personal sanitario “LA COMUNIDAD SANITARIA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO”.

Si el profesorado desea fundamentar con más conocimientos el trabajo puede acudir a la web de ISGlobal para conocer los proyectos que vienen desarrollando. Lo mismo podríamos decir de la investigación de García Vinuesa y Meira que contiene resultados de indagaciones recientes. Nuestra ecoescuela debe estar cada vez más atenta a lo que se sucede en torno a un problema tan grave como la crisis/emergencia climática. Debería transformar sus desarrollos curriculares en experiencias compartidas para mejorar el estado global del entorno próximo y lejano. Algunos grupos de profesores y profesoras ya se han puesto en marcha, como es el caso de Teachers for future Spain. Con todo, podremos imaginar si los habitantes de nuestra escuela hacen como esos dirigentes a los que acusaba el señor Guterres de haber convertido la tierra/mar/aire en un retrete.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2021/11/05/una-mini-cop-escolar-de-la-relacion-entre-cambio-climatico-y-salud/

Comparte este contenido:
Page 5 of 66
1 3 4 5 6 7 66