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Las inundaciones en Alemania impulsan una investigación sobre los suelos

Las inundaciones en Alemania impulsan una investigación sobre los suelos

El 14 de julio, el río Ahr en Alemania comenzó a subir mientras seguía cayendo una lluvia sin precedentes. No dejó de aumentar hasta que casi 200 personas murieron, en inundaciones repentinas que alcanzaron los siete metros de altura y causaron daños estimados en $ 10 mil millones.

“La inundación en los valles del Eifel fue mucho más violenta, más rápida y más impredecible de lo que habíamos supuesto anteriormente para un evento de este tipo en el centro de Europa”, dice Michael Dietze del Centro Helmholtz de Potsdam – Centro Alemán de Investigación de Geociencias de GFZ.

Dietze, un científico postdoctoral, estaba en la región sur de Eifel ese día haciendo trabajo de campo con colegas. Recientemente, había colocado monitores sísmicos en un sitio a lo largo del Ahr para monitorear los patrones de movimiento del suelo y los sedimentos cuando ocurren las inundaciones. Dietze supo de inmediato que el evento del 14 de julio no era una inundación “normal” y, como se vio después, su equipo de monitoreo también se había ido con el río embravecido.

Una cosa que le quedó clara es que en un mundo de clima cambiante, es posible que sea necesario modificar los modelos para predecir tales inundaciones. Eso es porque no están tomando en cuenta algunas de las condiciones del mundo real.

Dietze y su colega Ugur Ozturk discutieron sus observaciones y preocupaciones en una carta publicada el viernes en la revista Science . Señalaron que algunas de las causas de las inundaciones se ven con mayor frecuencia en el desierto o en las regiones tropicales, pero no en Europa Central.

En lo más alto de su lista estaba la forma en que los árboles muertos, los escombros y los sedimentos del río contribuyeron a la catástrofe al causar “presas” en el río y hacer que el agua detrás de ellos subiera más.

Hubo otros factores además del diluvio y las represas también

La lluvia cayó sobre suelos ya saturados y comenzó a correr por las laderas del valle mucho más rápido de lo previsto, unas 100 veces más rápido, dijeron Dietze y Ozturk.

“El agua desarrolló un enorme poder erosivo”, dijeron los autores. “Por un lado, cavó canales en las laderas y pudo fluir aún más rápido (en ellas). Por otro lado, movilizó cantidades considerables de sedimentos y madera muerta. Una vez en los valles principales, los troncos y ramas de los árboles se desviaron hacia los puentes”.

Otras preocupaciones incluyeron impactos en carreteras y casas que colapsaron en la ciudad de Blessem, así como la estabilidad de la presa de tierra Steinbach a unos 35 kilómetros río arriba de la inundación.

La presa inundada se erosionó y, en última instancia, nunca se produjo una brecha temida, pero la amenaza para aún más aldeas debajo de la presa puso de relieve cuán interconectados están los impactos climáticos.

Inundaciones en aumento constante

Este tipo de eventos es probable a medida que el cambio climático continúa calentando el planeta y los episodios de lluvias extremas se vuelven más frecuentes. Es por eso que estos otros factores “acoplados”, como los flujos de escombros, deben tenerse en cuenta.

Entonces, GFZ, en asociación con el Grupo de Capacitación en Investigación NatRiskChange en la Universidad de Potsdam, está lanzando un nuevo proyecto de investigación para mapear todos los impactos de las inundaciones de julio de 2021 en Alemania.

Están utilizando escaneos láser aéreos para producir modelos 3D de cómo ha cambiado el paisaje en comparación con la escena anterior a la inundación, de modo que puedan integrar los datos en mejores modelos climáticos.

“La investigación debe comenzar ahora a comprender las inundaciones inducidas por precipitaciones no solo como un fenómeno de flujo excesivo de agua”, dice Dietze. “También tenemos que incluir los efectos de autorreforzamiento asociados, algunos de los cuales también se ven favorecidos por el cambio climático”.

Por Laureen Fagan. Artículo en inglés

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/las-inundaciones-en-alemania/

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Informe del Banco Mundial: El 6% de la población norteafricana se verá obligada a migrar como consecuencia de la crisis climática

Un informe del Banco Mundial estima que 216 millones de personas serán migrantes climáticos en 2050. África será el continente más afectado por el cambio climático: 115 millones de personas se verán afectadas por los fenómenos asociados al calentamiento global.

Los pasos atrás en la lucha contra la erradicación de la pobreza y las consecuencias de la pandemia del covid-19 han impactado en las previsiones sobre la crisis climática y el efecto que tendrá en las subregiones más afectadas por los fenómenos asociados al calentamiento global.

El Banco Mundial ha publicado esta semana su segundo informe Groundswell (“Mar de fondo”), que se plantea para “Actuar sobre la migración climática interna”. Los modelos empleados por este organismo han calculado que en el año 2050, 216 millones serán migrantes climáticos en seis regiones: África del Sur, Norte de África, Asia del Sur, Asia oriental y Pacífico, América Latina y Europa Oriental y Asia central.

En algunos lugares, recuerda el informe, se pone en riesgo la habitabilidad, lo que incrementará esos desplazamientos y la situación de pobreza y carencia material. El África por debajo de la línea del Sáhara podría generar hasta 85,7 millones de migrantes climáticos internos; Asia oriental y el Pacífico, 48,4 millones; Asia meridional, 40,5 millones; África del Norte, 19,3 millones; América Latina, 17,1 millones; y Europa del Este y Asia Central, 5,1 millones.

Algunos países acumularán las peores consecuencias en términos de desplazamiento. Es el caso de Bangladesh, donde casi una de cada cuatro personas se verán obligadas a migrar.

Las sequías en el norte de África tendrán un efecto importante. Sin medidas paliativas, el Banco Mundial estima que hasta el 6% de la población de Marruecos, Argelia, Libia, Túnez y Egipto se verá obligada a la migración.

Eso concentrará a mitad de siglo aun más población en los núcleos urbanos: Tanger, Casablanca, Trípoli, o El Cairo serán receptores de la población migrante desde los campos yermos por la falta de agua.

En gran parte de la subregión, explica el informe, “la precipitación media durante la temporada de lluvias (octubre a marzo) ha disminuido en las últimas décadas, con los descensos más fuertes en las partes mediterráneas de Marruecos y Argelia y en partes de Libia”.

Controversias y reducción de daños

Pese a que no existe oficialmente la figura del refugiado climático, el informe del Banco Mundial añade nuevos puntos de vista para que la migración en base a estos fenómenos, tanto aquellos de aparición repentina —DANA, olas de calor—, como de aparición lenta —sequías o subida del nivel del mar— comience a hacerse un hueco en la legislación internacional.

“El Comité de Derechos Humanos de la ONU”, explica el informe reconoció en el año 2020, en el caso de Teitiota v. Nueva Zelanda, que los Gobiernos deben tener en cuenta las violaciones de derechos humanos causadas por la crisis climática al examinar casos de deportación de solicitantes de asilo.

Ese estatus del refugiado climático, necesaria en los protocolos internacionales, se verá reflejado en los tres escenarios que plantea el Banco Mundial que, significativamente, toma el escenario pesimista como el de referencia para el informe. Esos 216 millones de personas obligadas a migrar se darán en el caso de que persista la tendencia actual de emisiones globales de gases de efecto invernadero combinado con los niveles de desigualdad actuales.

La reducción de las emisiones y un desarrollo más igualitario pueden reducir hasta un 80% las previsiones bajo el marco de referencia pesimista, haciendo que el desplazamiento por motivos de clima solo afecte a 44 millones de personas en lugar de a 216 millones.

“Si no se adoptan medidas, se prevé que la potencia del cambio climático para impulsar la migración aumentará hasta mediados de siglo y los años posteriores”, alerta el informe, que presenta cuatro tipos de medidas para evitar los peores escenarios: reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero, integrar la migración interna provocada por impactos climáticos en la planificación del desarrollo verde, la estrategia de adaptación para favorecer el desarrollo sumando a las personas migrantes y focalizar políticas.

Fuente: https://rebelion.org/el-6-de-la-poblacion-norteafricana-se-vera-obligada-a-migrar-como-consecuencia-de-la-crisis-climatica/

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Mundo: Cambio climático podría provocar migración interna de 216 millones de personas a nivel global para 2050, según Banco Mundial

Mundo/17-09-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

El cambio climático podría obligar a 216 millones de personas en todo el mundo a reubicarse dentro de sus países para 2050, advirtió el Banco Mundial en un informe publicado el lunes.

El cambio climático es un poderoso impulsor de la migración interna debido a su impacto en los medios de vida de las personas y la pérdida de habitabilidad en lugares altamente expuestos, reza el informe, y prevé que los puntos críticos de la migración climática interna pueda surgir ya en 2030 y «continuar extendiéndose e intensificándose» hasta 2050.

Para 2050, continúa el texto, el África subsahariana podría recibir hasta 86 millones de migrantes climáticos internos; Asia oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; África del Norte, 19 millones; América Latina, 17 millones; y Europa del Este y Asia central, cinco millones.

En opinión del vicepresidente de desarrollo sostenible del Banco Mundial, Juergen Voegele, el informe es un «duro recordatorio» del costo humano del cambio climático, en particular para la gente más pobre del mundo, que a su vez es la que menos contribuye a sus causas.

«También establece claramente un camino para que los países aborden algunos de los factores clave que están causando la migración impulsada por el clima», apuntó.

Según el informe, acciones inmediatas y concertadas para reducir las emisiones globales y apoyar el desarrollo verde, inclusivo y resiliente podrían reducir la escala de la migración climática hasta en un 80 por ciento.

Fuente e Imagen: http://spanish.news.cn/2021-09/14/c_1310187095.htm

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Jóvenes de todo el mundo consideran, de forma unánime, que el cambio climático es “la mayor amenaza global”

Por: Rocío Barrie | Soziable.es

Jóvenes de todo el mundo consideran, de forma unánime, que el cambio climático es “la mayor amenaza global” a la que nos enfrentamos como sociedad, pero encuentran dificultades para participar en proyectos significativos que den cabida a su visión sobre esta problemática. Es una de las principales conclusiones del Informe Global de la Carta de la Juventud, que forma parte del programa The Climate Connection, del British Council, una plataforma cuyo objetivo es reunir a personas de todo el mundo para abordar los retos del cambio climático.

En este contexto, el informe destaca que las nuevas generaciones quieren realizar aportaciones significativas para luchar contra el cambio climático, pero perciben una falta de oportunidades para hacerlo. Así, el 75% de los encuestados afirma contar con habilidades para abordar esta temática, pero un 69% no ha participado nunca en este tipo de acciones.

Así, entre las barreras a la participación, los encuestados apuntan un acceso a internet limitado, estructuras sociales jerárquicas que excluyen a los jóvenes y la falta de acceso a programas de capacitación en la materia; mientras que, en cuanto a las oportunidades, identifican las redes sociales como una destacada plataforma de intercambio sobre esta temática con otros jóvenes o, en su defecto, la televisión y la radio para zonas con digitalización limitada.

En materia de liderazgo en la urgencia climática, el 67% de los jóvenes piensa que los líderes de sus respectivos países no pueden abordar solos esta problemática y se muestran preocupados por el hecho de que las voces de las mujeres y de los grupos minoritarios se pasan por alto en las actuales políticas sobre el cambio climático. 

Las conclusiones de este informe se emplearán para escribir una Carta Global de la Juventud (The Global Youth Letter), que sugerirá un plan de acción basado en las opiniones y aspiraciones de los jóvenes. Según informa British Council, la versión final de esta carta se compartirá con los responsables políticos y líderes mundiales que participen en la COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebra entre el 1 y el 21 de noviembre de Glasgow y en la que el Reino Unido ejerce como país anfitrión.

Los países que han participado en este informe han sido Alemania, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Irlanda, Italia, Kenia, México, Myanmar, Nepal, Nigeria, Reino Unido, Sudáfrica, Turquía, Vietnam y Zimbabue. Voces incluidas en la investigación sobre la percepción de los jóvenes en Afganistán, Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka.

Las demandas de los jóvenes sobre la Acción Climática

En la Carta Global de la Juventud, redactada a partir de las conclusiones del informe, los jóvenes muestran su “profunda” preocupación por los efectos a largo plazo del cambio climático, tales como las erosiones costeras en los Emiratos Árabes Unidos, la deforestación en el Amazonas, la fragmentación de bosques en México o las inundaciones en zonas rurales de Bangladesh y Sudáfrica.

Según afirman, además de destruir nuestro entorno natural, la crisis climática también está disminuyendo sus futuras oportunidades de empleo. “Debido a que el crecimiento económico está directamente relacionado con el cambio climático, si no se aborda, no habrá crecimiento económico a largo plazo, y muchos menos puestos de trabajo, y eso nos afecta a todos”, aseveran.

Las emisiones de carbono han aumentado un 60% en los últimos 30 años.

Dentro de este escenario, instan a los líderes mundiales a que sean más proactivos en la respuesta a este desafío global, al tiempo que piden que les escuchen. “Pedimos acceso a las instituciones, que nos dejen entrar en los espacios de toma de decisiones, que nos proporcionen recursos y que trabajen con nosotros para abordar la crisis climática en conjunto”, solicitan.

Asimismo, demandan que los gobiernos aprovechen sus conocimientos y creatividad, que refuercen sus oportunidades de educación y formación, que inviertan en tecnologías verdes que reduzcan el impacto medioambiental y que creen nuevos puestos de trabajo para las generaciones actuales y futuras.

Otra de las demandas de los jóvenes que firman la Carta es una educación que les inspire, que promueva el empleo y que les dé las herramientas necesarias para tomar acciones climáticas.

“Queremos tanto garantías y compromisos para frenar las emisiones de carbono como brindar mejores soluciones a los problemas sociales de nuestras poblaciones”

Las propuestas

En cuanto a las recomendaciones que recoge la Carta Global de la Juventud para una participación efectiva en la Acción Climática, destacan el desarrollo de foros adecuados para que los jóvenes expresen sus opiniones y sentimientos sobre el futuro de nuestro planeta y su lugar en él; animar a un mayor número de jóvenes a ponerse al frente de estas conversaciones; crear diversas estructuras de consulta para garantizar que los jóvenes sean escuchados; o establecer canales de comunicaciónpara los jóvenes de difícil acceso y las comunidades remotas.

También plantean sensibilizar sobre el cambio climático en las zonas rurales que tienen un acceso limitado o nulo a los medios digitales por otras vías, como los materiales impresos, las organizaciones de la sociedad civil y los centros educativos; o apoyar a los desempleados y a los jóvenes para que se conviertan en formadores con el fin de mejorar sus conocimientos y habilidades sobre el cambio climático y apoyar el desarrollo sostenible en las zonas rurales.

Otras de las recomendaciones que destacan son la organización de minicumbres o microcumbres trimestrales o bianuales de la COP en zonas rurales y remotas para garantizar que los jóvenes estén bien equipados con las habilidades necesarias para adaptarse al cambio climático de forma eficaz; integrar el cambio climático a los programas escolares; utilizar los eventos escolares y comunitarios para sensibilizar a los jóvenes; o apoyar el desarrollo de planes de acción colectivos para jóvenes, en colaboración con la sociedad civil y otras organizaciones.

Además, proponen crear infraestructuras prácticas y eficaces en las redes sociales para promover un compromiso inclusivo y positivo y apoyar el desarrollo de planes de acción pertinentes; desarrollar medidas claras y comprensibles para hacer frente al cambio climático y para que los jóvenes puedan ver los avances y ganar confianza en las soluciones; y reforzar los esfuerzos de sensibilización y creación de capacidades para hacer frente al impacto del cambio climático en la salud de los jóvenes.

https://www.soziable.es/jovenes-preocupacion-cambio-climatico

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Mundo: Más de 200 revistas científicas reclaman acciones urgentes contra el cambio climático

Publicaciones de primer nivel mundial como ‘The Lancet’ o ‘Nature’ publican un artículo editorial conjunto en el que se advierte de los problemas sanitarios del calentamiento global.

La comunidad científica internacional -en especial, la de primer nivel- no tiene dudas sobre los peligros asociados al cambio climático y la necesidad de actuar en defensa del medio ambiente.

Para demostrarlo, más de 200 publicaciones médicas y científicas de todo el mundo publican este lunes 6 de septiembre un artículo editorial conjunto en el que piden a los líderes internacionales que tomen medidas urgentes para luchar contra la crisis climática.

El artículo (Call for emergency action to limit global temperature increases, restore biodiversity, and protect health) está firmado por 20 científicos de prestigio internacional y recuerda la base documental acumulada en los últimos años sobre la realidad del cambio climático y su origen asociado a actividades humanas como la combustión de derivados del petroleo y carbón.

Los vehículos de combustión, diésel o gasolina, son la causa más importante de la contaminación en las ciudades .

Los vehículos de combustión, diésel o gasolina, son la causa más importante de la contaminación en las ciudades .

iStock / Akhararat _Wathanasing

Tras la exposición histórica, los expertos avalados por estas 200 revistas científicas apremian a los responsables políticos, de estados e instituciones de todo el mundo acelerar la transformación de las sociedades hacia modelos de desarrollo más sostenibles, capaces de restaurar la biodiversidad, limitar el aumento de la temperatura y proteger la salud.

Los autores confían en que su mensaje tenga eco en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, que arrancará el 21 de septiembre, la última gran reunión global antes de que la ciudad escocesa de Glasgow acoja en noviembre la Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP26).

El editorial, recogido en más de 220 publicaciones, insiste en que éste es un momento crucial para el planeta porque, a pesar de que la pandemia de covid acapara ahora esfuerzos y recursos, la mayor amenaza para la salud pública global en el futuro, advierte, es que los líderes mundiales no cumplan con el Acuerdo de París, que recomienda limitar la subida de la temperatura a 1,5 grados centígrados.

La misiva celebra que se hayan logrado avances para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aplicar políticas conservacionistas, pero recuerda que son insuficientes ya que deben estar acompañados de planes creíbles a corto y largo plazo.

Acción climática y natural

«La acción urgente sobre la crisis climática y natural no puede esperar por la pandemia», subraya un comunicado difundido por la Alianza Sanitaria para el Cambio Climático del Reino Unido (UKHACC), el organismo que ha coordinado la publicación conjunta del citado editorial.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, coincide en que los riesgos que presenta el aumento de la temperatura global, provocada por la acción del hombre, pueden «empequeñecer a los que plantea cualquier enfermedad».

«La pandemia de covid-19 terminará, pero no hay una vacuna para el cambio climático. El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) demuestra que cualquier aumento mínimo de la temperatura pone en peligro nuestra salud y futuro. Igualmente, cada medida que limita la emisiones y el calentamiento nos acerca a un futuro más seguro y saludable», declaró Tedrosen la nota de la UKHACC.

El editorial, expone este grupo, sostiene que la cooperación global solo será posible si los países más ricos efectúan más esfuerzos «para reducir su consumo y apoyar al resto del mundo», al tiempo que aumentan su contribución económica a la causa, en línea con su compromiso para aportar 100.000 millones de dólares cada año.

Ese dinero, precisa el texto, debe ofrecerse en forma de subvenciones, en lugar de préstamos, y se debería acompañar de una condonación de deudas más cuantiosas, las cuales limitan la capacidad de acción de los países más pobres.

«Aunque, históricamente, los países de ingresos bajos y medios han contribuido menos al cambio climático, soportan los efectos adversos de manera desmesurada, incluida la salud», denuncia Lukoye Atwoli, editor jefe del East Africa Medical Journal y uno de los 19 coautores del editorial.

RTIVContaminación

. AFP

Fiona Godlee, editora jefa del British Medical Journal, también opina que «2021 debe ser el año en el que el mundo cambia de rumbo», pues «nuestra salud depende de ello».

«Los profesionales sanitarios han estado en primera línea de la crisis de la Covid. Y están unidos para advertir que superar los 1,5 grados y permitir la constante destrucción de la naturaleza traerá la siguiente crisis, una crisis mucho más letal», señaló la coautura.

Esta misma urgencia es, además, una de «las mayores oportunidades» que tiene la humanidad «para promover el bienestar de las personas en todo el mundo», agregó Richard Horton, editor jefe de la revista The Lancet.

La Covid no es una excusa

«La comunidad sanitaria -agregó- debe hacer más para alzar su voz crítica y responsabilizar a los líderes políticos por sus acciones para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1,5 grados».

Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20210906/7701822/mas-200-revistas-cientificas-reclaman-acciones-urgentes-cambio-climatico.html

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Entrevista a Gustavo Lahoud del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas «De cara a la crisis climática, el ‘gran acuerdo verde’ sería plantear una estrategia de integración regional en materia energética»

Sobre planes energéticos en Argentina.

***

M.H.: “Apuntes sobre la situación energética”, un trabajo de Claudio Lozano y Gustavo Lahoud. ¿De qué se tratan estos apuntes? que escribiste con tu colega, compañero de militancia, director del Banco Nación. Un miembro crítico del gobierno.

G.L.: Sí, porque en los temas que tienen que ver más directamente con su trabajo, política laboral, empleo, análisis económico general, Vicentín, ha sido muy importante y ha puesto en debate un aspecto central que tiene que ver con la recuperación de un rol inteligente y realmente fiscalizador del Estado en una actividad que está encarada por pequeños grupos que generan a la vez grupos concentrados tanto privados como nacionales y extranjeros, como ha sido el caso de Vicentín y con enormes criterios de opacidad para el manejo de los propios negocios, lo cual incluye offshorización y evasión permanente de capitales de la Argentina. Así funciona en parte la economía argentina.

En cuanto a la publicación “Apuntes sobre la situación energética” surgió a partir de que en los últimos meses se han dado a conocer distintos borradores de un proyecto de inversiones hidrocarburíferas en las que estaría trabajando el gobierno de Alberto Fernández y la verdad es que hemos podido acceder a un material bastante completo de lo que se está trabajando y una de las cuestiones que nos llamó la atención es que se trata de un esquema de promoción de inversiones a gran escala, tanto para gas y petróleo, pero fundamentalmente centrado en Vaca Muerta y con perspectiva de trabajar en nuestro Mar Argentino, en la plataforma continental del Atlántico Sur. Con inversiones que iban en función de los distintos tipos de proyectos porque había distintos regímenes promocionales, un total de cuatro, que iban de los 200 a los 1.200 millones de dólares.

Y los regímenes promocionales, tanto para gas como para petróleo, se establecerían por veinte años. Imaginate que amén de todas estas cuestiones, en el contexto en el que necesitamos discutir una agenda propia, de la región, de transición energética, descolgarse con un esquema de estas características.

M.H.: Y con una impronta productivista exportadora tengo entendido.

G.L.: Así es, lo marcamos en el documento, y además tiene otra característica que entronca con esta situación en la que nosotros caracterizamos con la que funciona la Argentina permanentemente, exportadora de dólares y de nuestros propios bienes a partir de la fuga cuya contracara es el endeudamiento.

Hay una serie de inversiones que están apalancadas o incentivadas a partir de la posibilidad de que aquellos que las realizan puedan acceder a importantes porcentajes de liberación de la tenencia de divisas por posibles importaciones.

Es decir, divisas que no se ingresarían al sistema, al mercado de cambios nacional y de las que podrían disponer libremente los posibles inversores en estos esquemas que se están pensando, con niveles que van del 40 al 60%, según los proyectos y los capitales que se inviertan.

A la vez que exenciones impositivas de todo tipo, bajas en los propios cobros de las regalías, que son los derechos que le cabe cobrar a las provincias productoras por la explotación de sus recursos hidrocarburíferos y también a la Nación en el caso de las explotaciones que están a más de 12 millas marinas y que son de jurisdicción nacional. Reducción de regalías como un incentivo más para propiciar ese esquema inversor a gran escala.

Esto es lo más remarcable de este proyecto. Uno se pregunta a partir de esto, en primer lugar, si este es un esquema que podría ser de una manera u otra relacionado con lo que la Argentina tiene como objetivo fundamental a encarar que es la disponibilidad, acceso, con sostenibilidad ambiental, que son los ejes centrales sobre los que hay que trabajar en el sistema energético, para garantizar precios justos y accesibles en un marco de funcionamiento de la energía.

Que tiene que estar en línea con darle competitividad al resto de la economía. Y no generar en el contexto de la discusión en la que estamos, cambio climático de por medio, aumento de las tensiones por la falta de compromisos adecuados para la baja de emisiones de los principales contaminadores del mundo.

No se puede propiciar un esquema por veinte años que implicaría que nosotros incorporemos nuevas e irreversibles zonas de sacrificio. No solo Vaca Muerta, sino otras zonas de la Patagonia y lo que hoy plantea un escenario de ciencia ficción como es la posible explotación de nuestro Atlántico Sur. En donde, ha habido a principios de julio una audiencia convocada por el ministerio de Ambiente para presentar los informes iniciales de la proyección sísmica en tres bloques de la Cuenca argentina norte, que es una de las cuencas que había sido licitada durante el último año de Macri.

Y esto terminó en un escándalo, no ha trascendido públicamente. Participaron más de 500 personas, muchas de ellas de los frentes marítimos desde Mar del Plata hasta la Patagonia, muy preocupadas las comunidades por las posibles implicancias que podría tener liberar una explotación a gran escala en condiciones no solo climáticas, sino también ambientales muy complejas, porque ahí tenemos una diversidad marina.

M.H.: Se mezclan varios temas, medio ambiente, transiciones productivas energéticas, cambio climático. El denominado “nuevo acuerdo verde”. ¿Qué podés comentarnos al respecto? Y quiero mencionar a Vaca Muerta porque hay denuncias por la reiterada situación sísmica que se ha producido en la zona.

G.L.: Esto ocurre hace años, nos vamos enterando por la población local y esto ha desaparecido de cualquier tipo de reporte que hagan las empresas, con YPF a la cabeza, que están delante de la producción en Vaca Muerta y esto plantea una preocupación muy importante, porque los registros de este tipo de situaciones como consecuencias directamente relacionadas con la explotación masiva, vía fracking, en los EE UU tiene antecedentes muy importantes de costa a costa y en el interior del país.

Como sabemos es el único gran país que ha encarado experiencias de producción masiva a través de la técnica del fracking. Cuando me consultabas por el llamado “nuevo acuerdo verde” que se viene tratando hace algunos años, y que el ministro Kulfas al parecer hace ya varios meses, lo ha presentado como uno de los caminos que debería emprender la Argentina, ahí lo que hay que advertir es que no se trata solamente de incluir fuentes renovables en una matriz energética más diversificada, sino de lo que se trata es de cambiar el tipo, la modalidad y el paso del patrón productivo de crecimiento.

Porque el problema es que cuando se planifica en materia energética, la falta de una planificación sistémica, hace que se piensen desvinculados los fenómenos de la producción, por otro lado, los de la transformación y, por otro, los de distribución y consumo.

Y todos forman parte de la economía política de la energía hidrocarburífera y de la energía en general. Quiero decir que la Argentina puede incorporar con criterios de descentralización regional desarrollo de fuentes renovables, combinadas con otras. Pero esto tiene que partir de un criterio nacional y tendiente a la integración regional con los países limítrofes. Y a esta altura de la crisis mundial en la que estamos, el gran acuerdo verde que yo vería por delante es que planteemos una estrategia de integración regional en materia energética.

M.H.: Algo de eso había planteado el Comandante Chávez.

G.L.: Chávez lo planteó cuando se puso en marcha uno de los instrumentos más importantes, que fue liquidado en los años neoliberales, que fue la UNASUR. Esto se trabajó en el Consejo de energía sudamericano, en los primeros esbozos y lamentablemente luego del 2013/4 no se siguió por esa línea.

Esa estrategia verde no puede ser nunca confundida con la estrategia de transición que las corporaciones hoy ya están planteando. Porque las corporaciones llevan movilidad sustentable con litio de por medio, hasta la posibilidad de introducir otra variante como hidrógeno verde asociado a la producción renovable a gran escala.

Todos esos proyectos están pensados sin tener en cuenta adecuadamente los cambios que vamos a tener que hacer en el funcionamiento a gran escala de la economía y en el comportamiento de los patrones de consumo de todos los sectores.

Son visiones que se ponen en juego como para patear la pelota hacia adelante del contexto de crisis climática en el que estamos y a través del cual los grandes capitales buscan lavarse la cara a través de esta estrategia verde que implica, por otro lado, volver a generar una dinámica de endeudamiento a gran escala, que es otro de los fenómenos que yo veo asociado a esto.

A partir de la reedición de los “bonos verdes” que estuvo vinculado al famoso acuerdo de Kioto de 1999 que quedó en la nada finalmente. Pero que sirvió para encarar que los países centrales tuvieran carta libre para seguir encarando proyectos contaminadores en el hemisferio sur y para, por otro lado, frenar nuestros procesos de desarrollo desde otro lugar.

Entonces, hoy en un contexto como el actual, la única agenda climática, o verde, de desarrollo que tenemos que plantear tiene que estar en línea con recuperar una visión sistémica de la energía, para un modelo de crecimiento nacional que tiene que reocupar inteligentemente nuestro país, poner en producción sostenible zonas que hoy no lo están.

Lo mismo pasa respecto del mapa energético. La Cuenca del Noroeste con eje en Salta y la de Cuyo con eje en Mendoza están prácticamente abandonadas, porque todos los capitales hidrocarburíferos nacionales e internacionales están yendo en búsqueda de mayor rentabilidad a Vaca Muerta o poniendo la perspectiva en la posible explotación futura del Atlántico Sur.

M.H.: Me consta lo de Salta, porque he hablado mucho el tema con “Pepino” Fernández, de la UTD de Mosconi. ¿A “Apuntes…” se puede acceder por internet?

G.L.: Se puede acceder a través de www.ipypp.org.ar

Fuente: https://rebelion.org/de-cara-a-la-crisis-climatica-el-gran-acuerdo-verde-seria-plantear-una-estrategia-de-integracion-regional-en-materia-energetica/
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Latinoamérica en brasas

“El cambio climático se ensañará con el continente”

En 2020 la Amazonia perdió una superficie de selva igual a siete Londres

Si la Tierra arde, América Latina y el Caribe son como brasas: son de las regiones del planeta más afectadas por el cambio climático. Las prevenciones anti-riesgo regionales sufren de insuficiencia crónica.

Solo una semana después de que el Grupo de expertos internacionales (IPCC, en inglés) publicara su informe sobre la dramática situación mundial, el tercer martes de agosto la alarma sonó con decibeles latinoamericanos

La radiografía continental del nuevo estudio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado el 17 de agosto revela un diagnóstico grave.

2020 fue uno de los tres años más calientes –desde que existen mediciones– en México/América Central y el Caribe. Y el segundo más cálido en América del Sur. Las temperaturas se situaron en 1°C, 0.8°C y 0.6°C, respectivamente, por encima de la media de las décadas 1980-2010.

En el sur de la Amazonia y el Pantanal, donde confluyen las aguas de nueve países de América del Sur y se concentra una décima parte del carbono terrestre, los incendios explotaron exponencialmente como resultado de la intensa sequía que azotó esa región. Sequía que no es inocente, sino el resultado del talado a gran escala de los bosques con el propósito de generar tierras para la cría del ganado y los cultivos de agroexportación. Fue la peor sequía de los últimos 60 años.

Según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), la Amazonia brasileña registró en junio del año en curso 2.308 focos de incendios, su peor cifra desde 2007.  Superó en un 2.6% los del año pasado, los cuales, según el informe de la OMM, ya habían sido récord.

La reducción de la selva amazónica en tan solo un año equivale aproximadamente a un área siete veces el tamaño de la ciudad de Londres. A este ritmo, la Amazonia corre el gran riesgo de no poder jugar más su rol de pulmón del planeta. La pérdida de vegetación selvática podría convertirse, a corto plazo, en una fuente aún mucho más grande e intensa de emisión de carbono. En la actualidad, América Latina y el Caribe reúnen más del 55% de los bosques primarios del mundo, los cuales almacenan unas 104 gigatoneladas de carbono. Entre el 40% y el 50% de la biodiversidad mundial y un tercio de todas las especies botánicas se encuentran allí.

El estudio de la OMM indica que la sequía generalizada en esa región tuvo un impacto considerable en las rutas de navegación interior, el rendimiento de los cultivos y la producción de alimentos, debido a lo cual se agravó la inseguridad alimentaria en muchas zonas. Fenómeno que se visualiza, en particular, en la región del Caribe, con una vulnerabilidad muy alta. Varios de sus países integran la lista de territorios con mayor estrés hídrico del mundo, con menos de 1.000 m3 de recursos de agua dulce per cápita. En el centro de América del Sur, en 2020, los totales de precipitación se aproximaron al 40 % de los valores normales. El período de precipitaciones estacionales de septiembre de 2019 a mayo de 2020 estuvo marcado por un déficit de lluvias que se agravó, particularmente, entre enero y marzo.

En la Argentina, 2020 fue un año seco, con una anomalía nacional estimada del −16.7 % con respecto a la media de 1981-2010. Fue uno de los peores años desde 1961 y el más seco desde 1995. Los totales de precipitación por debajo de lo normal fueron el resultado de la misma sequía que afectó a la región del Pantanal.

Este calentamiento sistemático repercutió en los glaciares andinos de Argentina y Chile. Según el estudio de la OMM, la pérdida de masa ha ido en aumento desde 2010, en consonancia con el incremento de las temperaturas y de la reducción considerable de las precipitaciones.

Cataclismos de un carácter muy diferente, aunque igualmente devastadores, los huracanes Eta e Iota, con una intensidad 4, golpearon en rápida sucesión a Centroamérica. Siguieron trayectorias igualmente destructivas por Nicaragua y Honduras acentuando así los impactos acumulativos de una región tan interconectada. Los daños estimados en ambas naciones y en Guatemala abarcan a casi 1 millón de hectáreas cultivadas.

Los ecosistemas marítimos y litorales, así como las comunidades humanas que dependen de ellos, en particular en los pequeños Estados insulares, se confrontan hoy a las crecientes amenazas derivadas del calentamiento y la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del agua y una mayor intensidad y frecuencia de las tormentas tropicales. En la región, el 27% de la población vive en áreas costeras. Y entre un 6 y un 8% habita en zonas amenazadas gravemente por eventuales inundaciones.

Con un promedio de 3.6 milímetros de incremento anual en los últimos treinta años, el nivel del mar en la región del Caribe ha superado el promedio mundial, que fue de 3.3 milímetros. El estudio recuerda que el océano absorbe cerca del 23 % de las emisiones antropogénicas anuales del CO2 presente en la atmósfera, y es, por lo tanto, un elemento esencial que contribuye a mitigar los efectos del aumento de las emisiones en el clima de la Tierra. Sin embargo, el CO2 reacciona con el agua aumentado su acidez. Este proceso en paulatino incremento afecta a muchos organismos y ecosistemas marinos y amenaza la seguridad alimentaria al poner en peligro la pesca y la acuicultura.

Doble condena: clima y deuda

El Informe El estado del clima en América Latina y el Caribe elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (https://library.wmo.int/doc_num.php?explnum_id=10765), reúne los aportes multidisciplinarios de 40 expertos. Sus conclusiones se basan en una metodología estándar que evalúa los aspectos físicos del sistema climático a partir de datos de 1.700 estaciones meteorológicas de toda la región.

Sus conclusiones preliminares crean alarma y producen escalofríos. Las medidas de adaptación — en particular los sistemas de alerta temprana multirriesgo– no están lo suficientemente preparadas para hacer frente a los cataclismos. El apoyo de los gobiernos, así como de la comunidad científica y tecnológica, sería fundamental para reforzarlas y también para mejorar la recopilación y el almacenamiento de datos. De este modo, podría integrarse mejor la información sobre el riesgo de desastres en la planificación del desarrollo. No se puede subestimar el costo de la prevención: es fundamental contar con un apoyo financiero sólido para lograr esos objetivos.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anticipa malas noticias. El cambio climático se ensañará con América Latina, donde se batirán récords en concepto de huracanes, se sufrirán sequías severas, seguirá aumentando el nivel del mar y habrá más incendios. Todo podría empeorar si no se logra detener urgentemente la emisión de gases de efecto invernadero.

El futuro ya es presente. Las peores sequías en 50 años en el sur de la Amazonia y el récord de huracanes e inundaciones en Centroamérica durante 2020, constituyen la nueva normalidad que le espera a América Latina. El continente se proyecta como una de las zonas donde los efectos e impactos del cambio climático serán más pronunciados: olas de calor, disminución del rendimiento de los cultivos, incendios forestales, agotamiento de los arrecifes de coral y eventos extremos relacionados con el aumento del nivel del mar.

Los expertos son contundentes. Aseguran que es de vida o muerte poner límites al calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados en una región que ya enfrenta asimetrías económicas y sociales para su desarrollo sostenible.

Y algunos ejemplos hablan por sí mismos: en el Caribe, los desastres naturales se triplicaron en los últimos 30 años y las pérdidas económicas asociadas se quintuplicaron. La destrucción causada por los huracanes Irma y María en 2017 produjo pérdidas equivalentes al 250% del Producto Interno Bruto (PIB) en países como Dominica (https://www.cepal.org/es).

Adicionalmente, en el terreno financiero internacional, entre los efectos inesperados del cambio climático se encuentra la actitud nefasta de las agencias calificadoras dedicadas a evaluar los riesgos de inversiones. Las mismas consideran que la vulnerabilidad climática es un criterio para rebajar la calificación de seguridad y beneficio. Lo que produce, según la CEPAL, consecuencias gravísimas porque aumenta, injustamente, el costo de la deuda soberana y el pago de intereses para aquellos países en desarrollo altamente vulnerables ante el cambio climático. Según el organismo continental, esto agrava, por ejemplo, las capacidades del Caribe, de Argentina y de Ecuador los cuales ya tienen una “carga muy pesada por los altos niveles de deuda enraizada en los shocks externos agravados por el impacto de los desastres y las debilidades estructurales, sociales y económicas”.

La protesta se consolida

América Latina y el Caribe se confrontan con un laberinto casi sin salida. A pesar de ser responsables solamente del 8.3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, pagan uno de los precios más altos por el deterioro climático global. Y lo pagan con su vulnerabilidad cotidiana, que incluye la fragilidad de sus sistemas de prevención de riesgos.

Realidad planetaria compleja, donde la descripción fáctica del drama climático esconde, muchas veces, los diferentes niveles de responsabilidad por continentes, regiones y países, así como por sectores de actividades y formas y lógicas de producción. De ahí que sean cada vez más potentes las voces sociales que se escuchan a lo largo y a lo ancho del mundo entero, especialmente las juveniles, que no se contentan de constatar la crisis climática mundial. Y que exigen que se hable también de la necesidad de una verdadera justicia climática planetaria.

Fuente: https://rebelion.org/latinoamerica-en-brasas/
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