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Jóvenes del País Vasco participarán en septiembre en la conferencia de regiones sobre cambio climático y economía verde en Carintia

País Vasco/11 agosto 2016/Fuente: Econoticias

Según detalla la Consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, Ana Oregi, “como preparación para la conferencia, el País Vasco gestiona la recopilación de casos de éxito de la diferentes regiones ENCORE en el marco de la Alianza 4 dedicada a gestión de residuos”.
ENCORE es una plataforma y un foro para que líderes de las regiones de Europa adopten decisiones en relación a los temas ambientales y de desarrollo sostenible, contribuyendo a la aplicación efectiva de la política medioambiental de la Unión Europea.Por medio de esta plataforma, las regiones europeas presentarán en la cumbre deCarintiasu visión, preocupaciones, análisis y retos específicos relacionados con el cambio climático y la economía verde.
Según detalla la Consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco,Ana Oregi,“como preparación para la conferencia, el País Vasco gestiona la recopilación de casos de éxito de la diferentes regiones ENCORE en el marco de la Alianza 4 dedicada a gestión de residuos”. Estas buenas prácticas se incluirán en una publicación que se dará a conocer en la Conferencia con las presentaciones de la SailburuAna Oregi y de Rolf Holub,copresidente de ENCORE y Ministro de Medio Ambiente, Energía, Sostenibilidad y Transporte Público de Carintia.
La representación vasca se verá fortalecida por la participación de tres jóvenes en el YouthCORE 2016 del 18 al 23 de septiembre, un encuentro juvenil de las regiones europeas para dar voz a las preocupaciones y los compromisos de las nuevas generaciones con el cambio climático y el desarrollo sostenible. Las personas seleccionadas para representar al País Vasco son: Miren Ioar de Guzmán Martínez, Ion Cereceda García y Germán Velayos Gainza.

Fuente noticia :http://www.ecoticias.com/medio-ambiente/125689/Jovenes-Pais-Vasco-participaran-septiembre-conferencia-regiones-cambio-climatico-Carintia

Fuente imagen: https://ambienteprotegido.files.wordpress.com/2012/02/derecho-ambiental_ciclo-conferencias-salamanca_brasil_sarah-abilleira_movidabrasilena.jpg

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Continúa la capacitación de profesional de ICAA en Japón

Japón/11 agosto 2016/Fuente: Corrientes Hoy

Control de Inundaciones, cambio climático, son alguno de los temas desarrollados en el curso que la profesional del Instituto Correntino del Agua y del Ambiente(ICAA) se encuentra realizado en Japón, en el marco de la beca programa de Co-Creación de Conocimiento de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA).

La ingeniera agrónoma Olga Mariana Sosa, profesional del área ingeniería del ICAA, participa del curso Gestión Adaptativa de Cuencas para el Cambio Climático: Control de Inundaciones y Conservación de Ecosistemas.

La ingeniera Sosa, junto al Dr. Diego Hernán Pons de INTA Manfredi de la Provincia de Córdoba, son los representantes Argentinos seleccionados beneficiarios de la beca, presentada a través de la Dirección de Relaciones Internacionales del Ministerio de Coordinación y Planificación del gobierno de Corrientes.

La profesional, graduada en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) en el año 2005, se desempeña en la Gerencia de Ingeniería del organismo provincial, es parte del equipo de trabajo de Derechos de Uso de Agua Pública del Código de Aguas de la Provincia de Corrientes; realiza además tareas vinculadas a la gestión integrada de los recursos hídricos; en el año 2015 obtuvo el título de Magister en Gestión Integrada de Recursos Hídricos de la Universidad Nacional del Litoral.

Temario

El curso que se desarrolla en Japón desde el 20 de junio, incluye temas de cambio climático global, adaptación, taller de análisis de problemas, ecología de paisajes y actividades de educación ambiental y recursos hídricos en la escuela de educación elemental Kaisei de Obihiro (Hokkaido, Japón).

Así también, se desarrollan temas relacionados con la función de bosques desde los recursos hídricos y conservación de suelos y biodiversidad, manejo de la vida silvestre, incluye además, la capacitación in situ de proyectos de reforestación en diferentes ambientes, saneamiento y recuperación de ambientes degradados.

En lo que va del desarrollo de la capacitación de los profesionales, se analizaron las obras para el control de inundaciones, adaptación y desarrollo de modificaciones en obras para mejorar el control de inundaciones en la cuenca del río Tokachi, Humedal Kushiro, Patrimonio Mundial Shiretoko y Cabo Erimo.

En las siguientes clases se desarrollarán capacitaciones y actualizaciones en Sistemas de Información Geográfica (SIG), Sensores Remotos, SIG para el Análisis y Manejo de Cuencas en la Universidad Rakuno Gakuen de la ciudad de Sapporo (Hokkaido, Japón).

La representante del ICAA realizará la presentación de un reporte para la aplicación de técnicas de adaptación al cambio climático en la cuenca del río Miriñay, de la provincia de Corrientes.

Fuente: http://www.corrienteshoy.com/inicio/basicamovil/155147

 

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República Dominicana: Los 40 años del Jardín Botánico Nacional

Centroamérica/República Dominicana/05 de Agosto de 2016/Autora: Yaniris López/Fuente: Listin Diario

El próximo 15 de agosto se cumplen 40 años de la inauguración del Jardín Botánico Nacional (JBN). A lo largo de estas cuatro décadas, su maqueta de casi dos millones de metros cuadrados no solo ha aumentado en infraestructura y vegetación: las labores de investigación científica, educación ambiental y conservación de la flora nativa y endémica que allí se realizan le han merecido el reconocimiento internacional y la inclusión en la lista de los 10 mejores jardines botánicos del mundo, una selección hecha por el Real Jardín Botánico de Kew, institución británica encargada de crear el banco de semillas del milenio.

De los años que siguieron a 1976 quedan recuerdos de cuando los botes de recreación surcaban la Gran Cañada y los coches arrastrados por caballos recorrían con calma los senderos aún despoblados. Hoy no hay botes ni coches, pero sí mucho verde, senderos temáticos, proyectos ecológicos y culturales y una familia de 260 trabajadores que se encargan de que las miles de personas que lo visitan cada año vivan una experiencia lúdica maravillosa. Tan maravillosa como las postales fotográficas que se toman en todos los rincones del Jardín.

Compromiso y entrega
Detrás del verde y de las facilidades que brinda el JBN al público hay un grupo de botánicos, agrónomos, educadores, jardineros, personal administrativo y obreros repartidos en tres departamentos (Horticultura, Educación Ambiental y Botánica) enfocados en aumentar cada día la colección de plantas vivas y promover una conciencia ambiental responsable.

HORTICULTURA
Es el departamento que se encarga de que el jardín se vea bien. Esto incluye que las plantas estén sanas y que se siembre en los lugares correctos; de que todo esté en orden y limpio. Tomando en cuenta lo grande del lugar,  es una tarea bastante ardua, dice Pedro de Jesús García, encargado de Horticultura, en la que participan biólogos, agrónomos, obreros y jardineros entrenados.

Aquí se encargan también de las labores de fertilización, de los cerquillos y de la poda tanto de formación como de levantamiento, es decir, la poda que permite que, al extender la vista, el visitante obtenga una buena visión del espacio. El vivero, con una capacidad para producir un millón de plantas, es dependencia de este departamento.

“Tenemos un programa de capacitación para el personal tanto para los que hacen labores técnicas como para los obreros y jardineros”.

Claritza de los Santos, bióloga recién graduada, asistente en la sección de registro de plantas y de la colección de plantas vivas, resalta la labor fitosanitaria del departamento de Horticultura. “Tenemos un especialista, biólogo especializado en fitopatología, que se encarga de la cura de las plantas; como médico de las plantas, hace un levantamiento de las enfermedades que se presentan, identifica las plagas, el problema, y nos hace las recomendaciones de lugar. Este trabajo es imprescindible en un jardín botánico”. De los Santos trabaja las estadísticas de la fenología y floración de las plantas del parque: cómo les impacta el cambio climático y cuándo florecen.

BOTÁNICA
Es el área “científica del Jardín”, explica Yuley Encarnación, estudiante de Biología y asistente del Herbario.

“Aquí investigamos acerca de la flora y la vegetación de nuestra isla, porque no solamente nos limitamos a República Dominicana, sino que también hacemos investigaciones en Haití”.  Uno de los fuertes del departamento es la publicación científica a través de la revista Moscosoa, una de las más importantes publicaciones anuales donde se dan a conocer los resultados de los trabajos que hacen los botánicos a lo largo del año.

“Tenemos el Herbario Nacional, que es como un museo botánico, con más de 140,000 especímenes, sin contar muestras no trabajadas. Es el más grande, el más activo y actualizado del país”, indica.

Encarnación destaca que el departamento se mantiene realizando proyectos de investigación y buscando fondos en cooperación con otras instituciones nacionales e internacionales.  “Las ciencias, y más la Botánica, son colaborativas. Los científicos de fuera están muy interesados en investigar la flora del Caribe pero necesitan personas de aquí que les instruyan cómo van a hacerlo, necesitan de una interacción constante con el herbario”.

Uno de los proyectos futuros del herbario es digitalizar el material y ponerlo en línea, de manera que no sea necesario acudir al edificio para consultar sobre las especies.

“En el herbario trabajan y colaboran varios estudiantes de Biología y no solo los botánicos formados. Esta es la gran escuela de formación de todos los botánicos dominicanos; todos los botánicos que tenemos aquí han pasado, en algún momento, por el herbario”.

Además, señala Ricardo García, por tratarse del Herbario Nacional “cualquier investigador que venga a hacer trabajos botánicos aquí, de colección, debe dejar una muestra antes de sacarla. Es el protocolo”.  En el departamento laboran siete botánicos formados y dos agrónomos.

EDUCACIÓN AMBIENTAL
El trabajo de este departamento, que coordina Olga Lidia Rojas, es contribuir a la formación de una conciencia ambiental responsable. Más de 150,000 estudiantes de escuelas públicas y privadas visitan el jardín cada año (187,000 el año pasado entre estudiantes y maestros).

“Muchos de los estudiantes que nos visitan vienen con una formación no muy adecuada sobre el medio ambiente. Nuestra función es sensibilizar a este grupo que no entiende que los recursos hay que cuidarlos, que tenemos que tener una relación armónica con el medio ambiente”, dice Rojas.  Para alcanzar este objetivo realizan charlas, talleres, maratones, huertos pedagógicos y campamentos dirigidos a maestros y estudiantes, así como instalaciones de pequeñas reservas ecológicas en los centros que lo soliciten.  Según Olga, el uso excesivo de los recursos naturales y su demanda ha hecho imprescindible la educación ambiental.

“Aprovechamos las situaciones de las malas prácticas ambientales para hacer talleres de sensibilización; para educar, concientizar, cambiar actitudes y valorar el medio ambiente”.  Por eso, sostiene, el JBN ofrece un paquete educativo que tiene como objetivo obligar a los estudiantes a que vayan al departamento de Educación, porque “voluntariamente no van”.

“Allí toman una charla, ven un vídeo, recorren el museo ecológico y pasean en tren. En la actualidad la percepción ha cambiado y ahora los estudiantes exigen que les den su charla e ir al museo. La demanda de recursos naturales está promoviendo la necesidad de educarnos y sensibilizarnos y a veces no damos abasto”, comenta.  Este departamento también se encarga de dar a conocer el trabajo que realizan los botánicos a través del programa “La flora de la isla Española y sus investigadores”.

TRES DIRECTORES
El Jardín Botánico solo ha tenido tres directores: el arquitecto Benjamín Paiewonsky y los biólogos botánicos Milcíades Mejía y Ricardo García. Con 33 años laborando en el parque García es, de hecho, el empleado más antiguo del Jardín. Iniciando el tercer semestre de la carrera de Biología en la UASD comenzó como técnico auxiliar de investigación en el departamento de Botánica, como parte de un programa de investigación implementado en toda la isla para la formación del Herbario Nacional.

 “Nos íbamos semanas  y semanas por  las montañas para colectar muestras científicas, que es lo que nos permite saber hoy qué hay en cada lugar y dónde vamos a buscar las semillas y las plantas”.

DE INTERÉS
• En el JBN crecen unas 800 especies de plantas registradas y cultivadas. Incluyendo el área virgen de la reserva y la maleza, la cifra podría alcanzar las 2,000 especies en todo el parque, dice su director, Ricardo García.  Se estima que alrededor del 70% de todas las especies corresponde a plantas endémicas y nativas. En el área del Arboretum hay unas 1,500 plantas entre nativas, endémicas e introducidas.

• Las visitas al Botánico se incrementaron en un 25% en 2015. Exactamente 307,000 personas visitaron las instalaciones, sin contar las entradas diarias del Club  de Caminadores, que ya alcanza los 7,700 miembros. El 5% de las visitas correspondió a turistas, informa Luis Carrasco, encargado de Planificación y Desarrollo.

Este último dato es una buena noticia, agrega Marggi Reynoso, encargada de Servicio al Público, “porque estamos trabajando con los operadores turísticos para que nos tomen en cuenta cuando traen grupos a la ciudad”.

• Las plantas manejadas del JBN tienen una especie de acta de nacimiento donde queda registrado de dónde llegan y cuándo y quién las siembra. “Estamos creando poco a poco una buena base de datos y una pequeña fototeca del árbol, porque llegan continuamente, y nuestro fuerte y mayor interés es aumentar la colección de plantas en peligro”, dice García.

• Las especies más comunes son palmas real, “una ventaja porque es la fuente de alimento de la mayoría de las aves que están aquí” (García);  samán,  cigua (sobre todo en la reserva), caracolí y almendra.

• En los últimos años han aumentado las siembras simbólicas en el parque, especialmente de personas que honran la muerte de algún familiar plantando un árbol y esparciendo en el lugar las cenizas. Personalidades locales y extranjeras han plantado árboles en el parque. “Estas actividades reflejan la conexión de las personas con la naturaleza y serán en un futuro no lejano una actividad frecuente en todas las áreas verdes dominicanas, y es algo que debemos promover no solo  por motivos tristes, sino alegres, de identificación con el verde”, indica García. • Inaugurado en 2014, el mariposario del Jardín recibió en 2015 unas 12,000 visitas.  •  El JBN cuenta con un centro de reproducción de abono orgánico.

• Muchos estudiantes de media cumplen aquí las 30 horas de labor social que les exige la ley 179-03. Realizan especialmente labores de siembra y de limpieza. El jardín recibe también estudiantes extranjeros interesados en la investigación de la flora local y del Caribe.

• Próximamente será inaugurado el banco de semillas del JBN, que albergará entre 3,500 y 4,000 especies de las 6,100 registradas en la isla. También abrirá el laboratorio de cultivo in vitro, “un punto clave del Jardín en el que actualmente se reproducen orquídeas endémicas y nativas”, explica la bióloga Claritza de los Santos.

Fuente: http://www.listindiario.com/la-vida/2016/08/04/429825/los-40-anos-del-jardin-botanico-nacional

Fuente de la imagen: http://www.jbn.gob.do/

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La batalla ecológica de los pueblos originarios

Por.  Carlos Ruperto Fermín

El modo de vida establecido por nuestros queridos hermanos indígenas se ha convertido en una historia llena de antagonismo. Sus corazones bañados en sabiduría celestial, no pueden evitar que los gobiernos y las transnacionales se adueñen de los ancestrales recursos naturales. Parece ser un pecado, venerar los milenarios territorios que evocan la fertilidad del planeta Tierra, dejando en un mar de tinieblas el hermoso legado de la cultura aborigen.

No podemos vivir ajenos a esa trágica realidad. Los latinoamericanos somos los hijos predilectos de la Pachamama. Nacimos del amor que florece en el campo, de la semilla que aviva la ilusión del fruto fresco, y de la brisa que asolea el claroscuro de la mañana. Pero, se nos hace difícil reconocernos como hombres y mujeres de estirpe criolla, mulata y mestiza. Cada década se magnifica la pérdida del sentido de pertenencia y se agudiza el grave proceso de transculturación. El respeto hacia las comunidades indígenas se deteriora por culpa de una inhumana Sociedad Moderna que rechaza la paz, la armonía y la tolerancia.

Nos preguntamos: ¿Por qué si los pueblos originarios defienden los ecosistemas y la biodiversidad universal, tienen que vivir presos del miedo ante la persistente amenaza de los megaproyectos neoliberales extractivos? Vemos que el fuego, el aire, el agua y la tierra, ya no representan los cuatro genuinos elementos de la Naturaleza, debido a que la horda genocida y etnocida del dios dinero, sólo piensa en lucrarse gracias a prácticas ilegales que deforestan, contaminan y polucionan el Medio Ambiente. Es una batalla muy injusta, que oprime la voluntad y el deseo de los pueblos originarios, en seguir disfrutando del milagro fortuito de la vida, sin caer en la legendaria tentación del sueño americanizado.

Domar la razón requiere de esfuerzo, y por eso los latinoamericanos no somos capaces de volvernos empáticos con los problemas ambientales que aquejan a las tribus indígenas. Encontramos la felicidad en un atractivo Iphone 6, en un famosísimo muro en Facebook, en un blooper subido a Youtube, en una impresionante Playstation 4 y en un poderoso Peugeot 208. Pero cuando el precio del materialismo se paga con el historial de valores aprendidos en la vida, nos quedamos endeudados, de brazos cruzados y con la cabeza gacha a punto de presionar el gatillo.

No es fácil recobrar la conciencia ecológica, y ser solidarios con el glorioso clamor de los incas, de los mayas y de los aztecas. Sabemos que los ciudadanos no aprovechan la apertura del conocimiento devenida con la tecnología del siglo XXI, para dedicarse a investigar con entusiasmo sobre nuestra rica identidad cultural, y así exigir respeto por la soberanía indígena y sus chamanes.

Vivimos esclavizados al pin del Blackberry, a los mensajitos por WhatsApp y a las conversaciones vía Skype. Por eso, cada día enfatizamos el sistemático aislamiento social, que se incrementa a causa del exagerado crecimiento urbanístico, el cual nos aleja más y más de las raíces autóctonas de los indígenas, destruyendo la posibilidad de convivir dentro de un modelo de sostenibilidad y sustentabilidad ambiental.

A nadie le importa que la industria de las telecomunicaciones asalte la laguna de Sinamaica, la comuna de San Pedro de Atacama o el departamento del Valle del Cauca, para colocar una gigantesca torre WiFi, una antena parabólica de TV y un transmisor de señal FM, en medio de las proverbiales zonas rurales que pertenecieron a los pueblos originarios. No obstante, todos los clientes foráneos gozarán con la alta conectividad inalámbrica, con los miles de canales satelitales y con los divertidos programas radiales, a expensas de menguar la calidad de vida de las familias campesinas e indígenas que allí habitan, por las constantes vibraciones electromagnéticas y las células cancerígenas que asfixian sus espacios naturales.

Probablemente sentimos muchísima rabia citadina, al ver que la esperanza de vida de los indígenas verdes y silvestres, es mayor que la percibida por los individuos fashion de las metrópolis. Aunque los pueblos originarios no son adictos a las pastillas de Bayer, Novartis y Pfizer, ellos emplean las plantas medicinales que nos regala la Naturaleza para curar las dolencias, sin tener que pagar grandes sumas de dinero en clínicas, operaciones, consultas y récipes médicos.

Se enferman menos y viven más. Una paradoja que invita a reflexionar sobre la neurosis desencadenada a nivel global, por un irracional estilo de vida que somatiza el embotellamiento vehicular, las discusiones de pareja, el bombardeo publicitario, la competitividad laboral, los berrinches de los niños y los inconvenientes personales.

Es común que nos quedemos ciegos, sordos y mudos, si se trata de vocalizar la herencia recibida por la lengua quechua, ya que tenemos un complejo de inferioridad producto del consumismo, de la televisión basura y de los antivalores adquiridos con el paso de los años. Surgen las interrogantes. ¿Será que somos cobardes, inmaduros o simplemente una manga de ignorantes? ¿Por qué rechazamos con tanta frialdad la sangre que corre por nuestras venas?

Pese a que los indígenas no usan zapatos Converse, perfumes de Armani y camisas de Tommy Hilfiger, se ven mucho más elegantes y originales con un precioso Huipil, Guayuco, Cushma o Quechquémel. Tampoco visten uniformes militares plagados de cascos, insignias y medallas a los costados, que aprueban las bombas, los tanques y las granadas de la guerra estadounidense. Y ni siquiera se inyectan botox, colágeno o ácido hialurónico para ocultar las arrugas y las manchas del rostro, pues los pueblos originarios ensalzan la presencia de los ancianos por la vasta experiencia alcanzada en sus trayectorias de vida, y no terminan envejeciendo en la soledad de los fríos centros geriátricos.

Si fuéramos un poquito más inteligentes, tal vez comprendiéramos que al rechazar el tambor de crioula, la trutruka o la flauta de caña que musicaliza una colorida danza precolombina, por el capricho de lucir un teléfono androide, una MacBook o una llave USB que boicotea una fiesta de cumpleaños, estamos negando la constelación generacional que todos llevamos por dentro, ya que luego de nacer, crecer y desarrollarnos en una región planetaria específica, adoptamos un rasgo bioquímico distintivo que no puede ser borrado de nuestro ADN, por el simple hecho de expatriarnos y vivir frente a la corrosiva Estatua de la Libertad.

No hay duda que el Imperialismo yanqui y sus tentáculos hispanoparlantes convirtieron el incansable espíritu de lucha de un valiente “indio”, en una palabra despectiva, ofensiva y denotativa de la errática idiosincrasia que ostenta el Nuevo Orden Mundial. Salimos de la casa llenos de envidia, resentimiento e hipocresía, mientras nos atosigamos en la calle con hamburguesas de McDonald ‘ s y gaseosas de Coca Cola, para después regresar al hogar y dormir un par de horas, en espera de repetir la misma deprimente rutina hasta el cansancio. Por el contrario, el mal llamado “indio” supera las adversidades del destino siendo fiel a su ideología pacifista, altruista e introspectiva, en la que se comparten las alegrías y se lloran las desgracias, nunca guardando rencores que envenenan los confines del Universo, y siempre resplandeciendo junto a la cálida luz del Sol.

Una enseñanza holística que pocos se atreven a meditar en silencio, ya que nuestro acelerado ritmo de vida no permite detenernos por un instante, y separar la verdad de las peligrosas mentiras que coexisten en el entorno. Quizás sentimos una gran envidia por el coraje de Kukulkán, que carcome el cuerpo y el alma de los lacayos más débiles. Lo afirmamos, pues existen muchísimos compatriotas latinoamericanos que suprimieron por completo las costumbres y las tradiciones de los pueblos originarios, eligiendo festejar el 4 de julio al ritmo de los brillantes fuegos artificiales.

Para ellos, los indígenas son parte de civilizaciones extintas yacidas en las aburridas páginas de los libros de antropología, que jamás se atrevieron a leer durante la formación académica obtenida. No olvidemos que la cultura indígena ha sido menospreciada y eliminada del pensum de estudio que cursan los jóvenes en América Latina, refiriéndonos a todos los centros educativos privados que prefieren enseñarle a los niños el pensamiento capitalista del Tío Sam, por encima del valor humanista que resalta las virtudes de la Madre Tierra.

Es escalofriante observar el grado de indiferencia que demuestra la colectividad, en quebranto del patrimonio cultural nativo. Muchas veces viajamos por estados, ciudades y municipios de nuestros países, cuyos nombres se relacionan directamente con ilustres caciques indígenas (Arecibo, Guairá, Maracaibo, Arichuna, Capiatá, Baruta, Tabasco, Arauco, Guaicaipuro, Caricuao, Tonaya, Manaure, Guamá, Chacao, Maturín, Abayubá, Yaracuy, Guayaquil). Ellos defendieron hasta la muerte la territorialidad de esos pueblos y evitaron en lo posible, que los colonizadores españoles y los invasores extranjeros saquearan el oro y la plata.

Pero, somos incapaces de estimar ese invaluable sacrificio de antaño y seguir honrando a quien honor merece. Es por tanta apatía del prójimo, que en pleno siglo XXI se continúa facilitando la entrada de empresas mineras, petroleras y gasíferas, que saben la ubicación exacta de esos anecdóticos territorios, para empezar sin titubeos con la intromisión, el despojo y la aniquilación de las comarcas indígenas.

Una sangrienta calamidad que las agencias de noticias oligarcas soslayan en los contenidos informativos que transmiten a diario, pero que nosotros explicaremos con objetividad basándonos en sucesos acaecidos recientemente, en aras de reivindicar los derechos y pedir justicia a favor de la resistencia indígena latinoamericana. Por ejemplo, las comunidades nativas de Pampa Hermosa, de Nueva Jerusalén y de Pichanaki, han tenido que ejercer acciones de protesta en Perú para aplacar el despotismo de la empresa argentina Pluspetrol, que con sus actividades exploratorias en busca de gas, con sus derrames de hidrocarburos y con sus tácticas dilatorias, está afligiendo el equilibrio ecológico de la Amazonía peruana.

Es tan espinoso el desastre ambiental que provoca la codicia de las transnacionales, que los indígenas ecuatorianos tuvieron que acudir a la Corte Penal Internacional, para denunciar el archiconocido ecocidio perpetrado por Chevron-Texaco, que sigue socavando los recursos naturales de las casi desaparecidas tribus originarias. Una situación similar se vive en Colombia, donde la guerrilla, el narcotráfico y las multinacionales, se encargan de destruir las tierras con la complicidad del gobierno neogranadino, que otorga las licencias sin pensar en la vida de los pueblos ancestrales, tal como lo hizo la Concesionaria Yuma para empezar a construir la Ruta del Sol sector III, la cual ya arremetió contra más de 50 espacios sagrados que adoraban los indígenas Kankuamos, Arhuacos, Wiwas y Koguis en la Sierra Nevada de Santa Marta.

En paralelo, el gobierno paraguayo tuvo la osadía de respaldar la prospección geológica impulsada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, que tiene como hipocentro el paisajístico Cerro León enclavado en el Parque Nacional Defensores del Chaco, donde habita el aguerrido pueblo Ayoreo que sufre por todos los abusos cometidos dentro de su majestuosa territorialidad. Mientras que la tribu Yaqui en suelo mexicano remó contra la corriente para frenar el proyecto del Acueducto Independencia, el cual ha trasvasado millones de metros cúbicos de agua desde la cuenca del río Yaqui a la del río Sonora, sin considerar el derecho fundamental de acceso a fuentes de agua limpia que tienen los habitantes indígenas, quienes podrían quedar sin una gota del mercantilizado vital líquido.

Recordemos que la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP20), desarrollada en Perú durante el mes de diciembre del 2014, fue un total fracaso para el porvenir de los pueblos autóctonos, ya que desde el rebuscado “pabellón indígena” utilizado como puente comunicacional para escuchar las voces de las tribus nativas, no se atendieron en absoluto los reclamos expresados por los grupos étnicos que asistieron al lugar. Vale aclarar que la descomunal quema de combustibles fósiles por parte de los consorcios internacionales, viene intoxicando el modus vivendi de las comunidades indígenas, pues se afecta la calidad del Medio Ambiente debido a las emisiones de gases de Efecto Invernadero.

De hecho, ninguna de las exigencias presentadas por los pueblos originarios fueron plasmadas en los célebres “diez campanazos” dados a conocer tras la mencionada conferencia, y que supuestamente demuestran el rotundo éxito conseguido en la financiada cita empresarial.

Además, los líderes indígenas están siendo asesinados en varias provincias de Latinoamérica, porque intentan salvaguardar los recursos naturales de sus territorios. En países como Venezuela, Perú, Brasil, Guatemala, Colombia, Nicaragua y México, se intensifican los secuestros, las agresiones físicas y los sicariatos de figuras indígenas, que no dan su brazo a torcer por el gran amor que sienten hacia la Pachamama. Tenemos el lamentable caso del pueblo Garifuna en Honduras, que visualiza como los sembradíos de droga, el contrabando, los agro-combustibles, el desalojo forzado de tierras, el turismo genocida, las mafias sindicales y el crimen organizado, han matado la sonrisa de la bella mujer afrodescendiente.

A su vez, en febrero del 2015 los indígenas Ngäbe en Panamá refutaron el proyecto Hidroeléctrico Barro Blanco, debido a que violaba los principios de la constitución panameña, que resguarda los territorios indígenas e impide que sean privatizados o enajenados. Cabe destacar que Panamá es el país centroamericano que ha perdido con mayor rapidez su identidad cultural, siendo el resultado de un atroz proceso de transculturación, que convierte la semilla del Sterculia Apetala en kilométricas infraestructuras comerciales, edificios y autopistas.

Por otro lado, una serie de estancieros en la Patagonia ocuparon tierras de los mapuches de forma ilegal, perjudicando a los indígenas de Comallo y Zapala que padecen la transgresión a la Ley Nacional 26.160, la cual se halla vigente en la geografía argentina y prohíbe desalojar a los pueblos originarios de sus tierras. De igual manera, el Consejo Autónomo Ayllus Sin Fronteras que labora en Chile, denunció la profanación del cementerio indígena prehispánico de Topáter durante el mes de enero del 2015, tras la irrupción de una motoniveladora a cargo de la empresa Aguas Antofagasta, que causó un profundo daño arqueológico en la hierática zona que data de hace 2.500 años AP.

Hasta la fecha, ningún ente gubernamental chileno ha condenado públicamente ese delito socio-ambiental, y no se enjuiciaron a los seres inescrupulosos que llevaron a cabo la degradación de la superficie, evadiendo el marco reglamentario de la Ley 17.288 que deja bajo tuición y protección del Estado a los cementerios aborígenes. ¿Por qué no se cumplen las leyes que defienden el legado de los pueblos originarios? ¿Qué pasaría si la motoniveladora en vez de romper el arte de los indígenas, hubiera tumbado una enorme torre WiFi que interconecta a millones de chilenos? Seguro que la nefasta noticia sería un “trending topic” en Twitter, y todos los cibernautas del resto del Mundo, se burlarían de la mala suerte que envuelve a los usuarios chilenos.

A lo largo del artículo vimos que los indígenas son engañados y traicionados por los corruptos gobiernos de turno, que le dan la espalda a sus propias raíces culturales. No son tomados en cuenta por los organismos ministeriales al aprobar o rechazar los megaproyectos extractivos, evitando realizar los estudios de impacto ambiental y las consultas públicas necesarias, para evaluar la opinión de los pobladores antes de iniciar los trabajos con maquinaria pesada. Son considerados una “minoría étnica” que entorpece los jugosos contratos que traen consigo las transnacionales, los inversionistas y su macabro escuadrón de ataque.

Queda claro que la cosmovisión tiene sus días contados en el planeta Tierra, por la agresiva globalización del orbe y la salvaje desidia ambiental, que deja ardiendo los ojos, las lágrimas y el llanto del indígena. Esta noche prendamos una vela aromática de optimismo, e iluminemos el futuro conservacionista de los victoriosos pueblos originarios.

Fuente original: http://ekologia.com.ve/

Imagen tomada de: http://hechoecologico.weebly.com/uploads/1/8/5/3/18533360/3510231.jpg?507

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La humanidad vivirá el 8 de agosto el «Día del Sobregiro»

Ambiente/4 de agosto de 2016/Fuente: telesur
Informe anual sobre el estado del clima sostiene que la humanidad habrá consumido la totalidad de los recursos, por ello las emisiones de CO2 representan el 60 por ciento de nuestra huella ecológica global.

El lunes 8 de agosto marcará para la Tierra el «Día del Sobregiro», cuando la humanidad habrá consumido la totalidad de los recursos que el planeta puede renovar en año. Ahora, el ser humano vivirá «a crédito» hasta el 31 de diciembre, según un informe anual de la ONG Global Footprint Network y WWF.

Ambas organizaciones sostienen que «para satisfacer nuestras necesidades, actualmente necesitamos el equivalente a 1,6 planetas» por año.

Señalaron que «el costo de este sobreconsumo ya es visible: penuria de agua, desertificación, erosión del suelo, caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, deforestación, desaparición de especies».

>> Firma del acuerdo sobre cambio climático

«Vivir a crédito solo puede ser provisional porque la naturaleza no es un yacimiento en el que podamos extraer indefinidamente» los recursos, subrayan.

Para el levantamiento de los cálculos, Global Footprint, tiene en cuenta la huella de carbono, los recursos consumidos para la pesca, la ganadería y la agricultura, así como la construcción y el uso de agua,  por ellos las emisiones de CO2, el principal gas de efecto invernadero, son el factor más importante de rebasamiento: representan el «60 por ciento de nuestra huella ecológica global», precisa el WWF y Global Footprint.

>>NASA investigará al asteroide Bennu, que impactaría la Tierra

450 científicos del mundo entero participaron en el levantamiento de los cálculos para el informe anual sobre el estado del clima ante  la organización internacional de investigación que proporciona herramientas de contabilidad de la Huella Ecológica para impulsar las decisiones políticas informadas en un mundo con recursos limitados (ONG Global Footprint Network).

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/La-humanidad-vivira-el-8-de-agosto-el-Dia-del-Sobregiro-20160803-0063.html

Imagen: http://www.telesurtv.net/__export/1470273502750/sites/telesur/img/multimedia/2016/08/03/climatico.jpg_1718483346.jpg

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Anfibios

03 de agosto de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/

La carta de navegación con que ahora cuenta la humanidad para detener la crisis del clima es el Acuerdo de París. Y como este se limita a pedirles a los gobiernos “hacer esfuerzos” para que la temperatura no suba de 2 ºC, lo que todos esperan es que la ciencia confirme si esta petición resultará suficiente para detener la catástrofe. La ciencia ha dicho que no tenemos mucho tiempo. Actuar antes del 2030 puede no ser suficiente, y posponer la actuación para después del 2050 está claro que sería demasiado tarde. Ambos horizontes incluyen el tiempo de nuestros hijos y nietos. Son demasiados cercanos como para no enterarnos de los riesgos, pero el acuerdo omite la urgencia y opta por el giro “lo antes posible”.

Nadie quiere ir al fondo, los modelos mentales que dominan nuestros estilos de vida. En Colombia estamos ad portas de un racionamiento de energía eléctrica debido a factores relacionados con el Niño y la desestabilización del clima global, pero nadie dice que estos son los escenarios que enfrentaremos en adelante. Sí o sí. Cuando la crisis acelere y se acentúen los efectos del cambio climático.

Nadie plantea la posibilidad de controlar el crecimiento o modificar los patrones de consumo. Por el contrario, nos empecinamos en propalar la equivocada idea de que el crecimiento es el resorte único del progreso. La ciencia hace, esa sí, sus mejores esfuerzos, para mostrarnos realidades comprobadas, pero nosotros preferimos avanzar en medio de la noche hacia el abismo, pasajeros de un tren suicida con un conductor con los ojos vendados. Navegar entre eufemismos nos resulta más cómodo. La realidad podrá ser inaudita, pero es sagrada: haya o no riesgos climáticos comprobados por la ciencia los gobiernos del mundo le seguirán apostando al crecimiento per se.

El Acuerdo reconoce que los compromisos de países “no serán suficientes”. No importa. Aplaudiremos los “esfuerzos” de la diplomacia internacional como si fueran suficientes. Un reciente estudio reveló que en el mejor escenario de cumplimiento de París (léase reducción de las emisiones propuestas “lo antes posible”) el nivel del mar aumentará de 20 a 60 centímetros en el 2100 (PNAS, 2015). No importa. Actuaremos como si nuestras costas, Cartagena, Buenaventura, Tumaco, estuvieran protegidas por una barrera mágica e indestructible. Y si falla nos convertiremos en seres anfibios.

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/anfibios-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16527237

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Dirigentes comunitarios nicaragüenses llaman a actuar ante el cambio climático.

Centro América/Nicaragua/02.08.2016/Autor y Fuente:http://www.nodal.am/

Dirigentes comunitarios de algunos departamentos del país llamaron para que se actúe con urgencia ante los embates de los fenómenos climáticos, pero sobre todo, pidieron priorizar la elaboración de un Plan Nacional de Adaptación con lineamientos y financiamientos que contribuyan a su implementación.

Según la Alianza Nicaragüense ante el Cambio Climático, la gravedad climática y ambiental está afectando con mayor fuerza la costa Caribe, Pacífico y Centro Norte de la nación.

“Se deben definir estrategias de financiamiento público y privado. Esto deberá garantizar que las políticas, estrategias y planes tengan asegurado el presupuesto para las acciones climáticas nacionales, principalmente para los territorios con más niveles de vulnerabilidad”, expresó Denis Meléndez, secretario ejecutivo de la Mesa de Gestión de Riesgo (MNGR).

A criterio de Silver Borgede Bluefields, y de Sergio Sánz de Matagalpa se deben adoptar mecanismos transparentes y efectivos de participación ciudadana en la implementación de políticas públicas para la gestión de los recursos hídricos.

“Los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades, por su conocimiento ancestral, cosmovisión y espiritualidad, tienen un papel fundamental para incorporar estos saberes en la gestión de alternativas ante los efectos del cambio climático”, acotó Silver Borge.

Fuente: http://www.nodal.am/2016/07/dirigentes-comunitarios-nicaraguenses-llaman-a-actuar-ante-el-cambio-climatico/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/07/cambio_climatico-1-600×350.jpg

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