Page 1 of 2
1 2

La crisis de salud mental: Los estudiantes de posgrado necesitan ayuda

Paulette Delgado

Invertir económicamente ya no es suficiente, se necesita un cambio cultural para apoyar la salud mental de los alumnos de posgrado.

A pesar de estar en un momento de gran tensión financiera e incertidumbre, las universidades no deben de dejar de invertir recursos para abordar la salud mental de sus estudiantes. Según un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, los estudiantes de posgrado están en riesgo de sufrir una crisis de salud mental en todo el país. Alan Leshner, quien presidió el comité detrás del informe, dice que “el problema es tan grande o más grande que nunca, y no está mejorando. A menos que haya una atención concertada, la situación empeorará sustancialmente, porque las presiones no desaparecerán».

Los estudiantes de posgrado muchas veces sienten que no tienen acceso a una buena atención de salud mental y que su único apoyo u orientación son sus supervisores, los cuales no son suficiente recurso. Además, muchas veces estos jóvenes se sienten presionados por adaptarse al mundo laboral y cumplir con expectativas familiares, empeorando su situación. Para que el panorama realmente mejore, se necesita un cambio cultural que va más allá de invertir dinero, se debe involucrar desde el rector hasta los estudiantes. Los educadores y demás miembros de las universidades deben recibir capacitación formal para saber cómo apoyar y abordar el bienestar de los alumnos, quienes también deben aprender sobre distintos problemas de salud mental como parte de su formación introductoria.

En una encuesta realizada en diciembre del 2020 por el Consejo Estadounidense de Educación, el 68 % de los rectores de universidades reconocen que la salud mental de los estudiantes es de sus problemas más urgentes. La tasa de abandono de los alumnos con problemas de este tipo oscila entre el 43 % y el 68 %, haciendo el conflicto no sólo de salud mental, sino también sobre la efectividad y la economía de las instituciones.

Además, la pandemia ha aumentado enormemente la necesidad y demanda de apoyo para los servicios de rubro psicológico y psiquiátrico. Según Sara Oswalt, científica de salud pública de la Universidad de Texas en San Antonio, quien rastreó las tasas de salud mental y el uso de servicios para mantenerla en los campus desde el 2009, dice que “los servicios de salud mental están abrumados. Los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes ahora son diferentes a los que tenían en el pasado. Es difícil cuantificar lo que le está haciendo a su salud mental”. Los recursos son especialmente escasos en pequeñas instituciones privadas y universidades de carreras de dos años.

Lamentablemente, los efectos de la pandemia podrían permanecer mucho tiempo después de que se controle el virus, ya que este provocó un brote de ansiedad y depresión que algunos estudiantes no supieron manejar y cayeron en mecanismos de escape que no son saludables, como el alcohol.  Según una investigación que estudió el cambio del consumo del alcohol durante el cierre de universidades por COVID-19, antes de la pandemia el mayor consumo de alcohol informado por los alumnos era de 63 bebidas por semana y ahora es de 98 (el número promedio aumentó de tres y medio a más de cinco). El autor, William Lechner, advierte que el cambio en el consumo podría durar años y que puede traer consecuencias neuronales y psicológicas duraderas.

La presión de la academia

Otro sector con problemas de salud mental son los jóvenes investigadores ya que son presionados para obtener fondos, publicar y conseguir trabajos en un mercado brutalmente competitivo, donde el fracaso parece no ser una opción. Una encuesta realizada el año pasado a 13 mil académicos por Cactus Communications, mostró que más de un tercio (38 %) de los participantes se sienten abrumados constantemente por su situación laboral.

La incertidumbre profesional ha detonado gran parte de la ansiedad y depresión en la comunidad académica ya que muchos miembros cuentan con contratos temporales que los hace siempre pensar en el futuro sin tener ninguna seguridad de que las cosas mejoren. Esta situación los lleva a trabajar muchas horas y priorizar su carrera a costa de su salud mental.

En una encuesta de Nature del 2019, el 76 % de los graduados contestaron que trabajan más de 40 horas a la semana y casi el 40 % dijo que está insatisfecho con su equilibrio entre el trabajo y la vida. Otro problema es que no sienten que cuentan con el apoyo necesario para salir adelante. Aunque tienen mentores y colegas con quienes deberían poder compartir sus labores, un 21 % de ellos experimentan acoso o discriminación por parte de ellos, especialmente las mujeres o los participantes que forman parte de grupos étnicos minoritarios.

Otra razón por la cual no todos los investigadores buscan apoyo es por el estigma percibido y la falta de conciencia de los recursos que existen. Muchos ni siquiera saben qué opciones tienen ni que apoyo ofrecen sus universidades, hace falta mucha difusión. Y cuando los estudiantes si conocen los recursos, no siempre están disponibles. En un informe del Consejo de Escuelas de Posgrado y la Fundación Jed descubrieron que muchos alumnos de doctorado describieron problemas para recibir apoyo. Una de estas dificultades es el horario de los centros de asesoramiento que cierran después de las cinco de la tarde y los fines de semana, limitando el acceso para aquellos que llevan clases, trabajan y están investigando. Además, muchos temen encontrarse con alumnos de sus clases o compañeros de trabajo, o los recursos se encuentran fuera de su alcance económico.

Hace falta un cambio estructural, no individual

Algunas instituciones han optado por implementar programas enfocados en el bienestar integral como talleres de yoga, meditación y administración del tiempo, ya que muchos de los estudios sostienen que tanto estudiantes como investigadores tienen problemas para poner límites entre el trabajo y la vida personal. Estos recursos planean impulsar la resiliencia, hacer que recuperen la motivación y planeen mejor su trabajo. Sin embargo, Katia Levecque, investigadora de psicología y derecho en la Universidad de Gante en Bélgica, argumenta que estas medidas, aunque sí ayudan, no abordan las causas estructurales de los problemas de salud mental, sólo se enfocan en los síntomas. Además, son programas dirigidos al individuo, lo que según la psicóloga puede crear una mentalidad de “culpar a la víctima”. Hacen que parezca que el problema es individual y no estructural, se necesita cambiar la cultura y el sistema.

Levecque advierte que de continuar esta mentalidad, las instituciones de educación superior no podrán retener a estudiantes afectados por el problema. «Perderán la guerra de los talentos, es tan simple como eso. Si otros trabajos (fuera de la academia) están mejor pagados, tienen más perspectivas y permiten el equilibrio entre el trabajo y la vida privada, ¿por qué deberían quedarse?».

Otro aspecto importante es que muchos estudiantes de posgrado a menudo reciben becas, por lo que su ingreso está comprometido a su condición de estudiantes, lo que evita que tomen vacaciones o tiempo para dedicarse a mejorar su salud mental. Por eso es necesario que las instituciones mejoren sus políticas internas para permitir que aquellos alumnos comprometidos con sus estudios puedan enfocarse en su bienestar sin temer quedarse sin el apoyo económico.

Además, las universidades deben promulgar políticas que aborden el acoso y la discriminación, ya que es otro factor importante que afecta la salud mental. Retomando la encuesta de Cactus, el 23 % de los participantes pide a las organizaciones académicas implementar medidas para promover la igualdad y prevenir el acoso, la discriminación y la intimidación.

Para mejorar las condiciones de los alumnos y los académicos, se debe de preparar a las personas a adquirir habilidades de comunicación, liderazgo, resolución de conflictos y espíritu empresarial, dice Suzanne Ortega, la presidenta del Consejo de Escuelas de Posgrado. Además, un buen equilibrio entre la vida y el trabajo alejaría a los académicos de la cultura de “publicar o perecer«. Normalizar las vacaciones, tiempo libre, jubilarse o crear una cultura de trabajo en la que no se tiene que ser productivo todo el tiempo. Los líderes de laboratorio pueden comenzar el cambio brindando una mayor flexibilidad de horario para permitir más tiempo libre. Queda mucho camino por recorrer.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-crisis-de-salud-mental-en-estudiantes-de-posgrado

Comparte este contenido:

Venezuela: Racismo en la Praxis Educativa: Comunitaria e Institucional en “La Carrizalera” (estado Aragua) en la Escuela “Ciudad de Barcelona” (Distrito Capital)

La discriminación racial es considerada como una problemática social relacional, en consecuencia, el racismo, toma como entre sus bases ideológicas, la xenofobia, y el Estado a través de sus políticas no ha logrado combatirlo en su totalidad, sino más bien se disfraza de aceptación. Sin embargo, el Estado venezolano ha promulgado leyes que tienen como norte el combate contra formas discriminatorias, así, por ejemplo, la Ley Orgánica contra la Discriminación Racial, en el artículo 1 expresa la siguiente:

La presente ley tiene por objeto establecer los mecanismos adecuados para prevenir, atender, erradicar y sancionar la discriminación racial en cualquiera de sus manifestaciones, garantizando a toda persona y grupos de personas, el goce el goce y ejercicio de sus derechos y deberes consagrados en la Constitución, leyes, tratados, pactos y convenios internacionales relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por la República.

E inclusive, el artículo 2, de dicha Ley, es de obligatoria exposición en los negocios, comerciales y en general donde hay atención pública.

Esta investigación se emprendió con la finalidad de comparar las diversas situaciones de racismo en la praxis educativa dentro de la comunidad y dentro de la institución escolar, siendo ambos contextos de estudio característicos de albergar una población con marcados rangos étnicos afrodescendientes, así como poseer estructuras organizativas comunales y educativas. (Introducción; p. 11)

Para consultar este trabajo, acceda a través del siguiente enlace

Comparte este contenido:

CLADE: Violencia contra la niñez es tema de III Foro Panamericano de organizaciones de la sociedad civil

Por: CLADE.

El evento fue realizado en Cartagena (Colombia), en el marco del XXII Congreso Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes

La persistencia de una mirada patriarcal y adultocéntrica en la sociedad; niños y niñas que siguen siendo vistos como personas que “van a ser” y no que “están siendo” y la naturalización de la violencia de las personas adultas contra las niñas, niños y adolescentes fueron algunos de los puntos que se destacaron en un balance y debate respecto a los 30 años de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) de Naciones Unidas, realizado este lunes (28) durante un panel de alto nivel, que reunió a autoridades y sociedad civil en Cartagena, Colombia. 

El panel cerró el III Foro de Organizaciones de la Sociedad Civil realizado en el marco del XXII Congreso Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes. La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) estuvo presente en el debate.

Cambio cultural

Según Najat Maalla M’jid, representante especial del Secretario General de la ONU sobre la violencia contra la niñez, desde la creación de la Convención, se ha avanzado en marcos legales y políticas, producción de datos y evidencia, pero es necesario un mayor compromiso político de los gobiernos y autoridades en todos lo niveles, y desde el más alto nivel de las políticas, para la garantía de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y para superar la violencia contra la infancia y la adolescencia.

“Se necesitan más financiamiento y datos desagregados sobre el cumplimiento de los derechos que tengan calidad y sean fiables. Se necesitan políticas desde un enfoque multisectorial y que alcancen a los niños, niñas y adolescentes que más necesitan”, dijo.

La experta señaló como desafíos importantes de la actualidad: la situación de violencia contra niñas, niños y adolescentes refugiadas/os y migrantes, el reclutamiento de adolescentes y jóvenes por pandillas y grupos criminosos, la falta de acceso a la justicia, la corrupción y la impunidad.

“No es solo un tema de cambiar leyes, es cambiar la cultura, la mente de las familias sobre cómo disciplinar de manera positiva a los niños y las niñas. Es necesario fortalecer los roles de la sociedad civil para presionar y vigilar por los cambios, avances y políticas. Se necesita articular diferentes actores, sectores y niveles de gobierno para garantizar la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, por ejemplo con la articulación entre salud, educación, protección de las familias, etc.”, subrayó.

Convención de los Derechos del Niño como un tema central del currículo de educación básica

Victor Giorgi, director general del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN) también defendió que, más allá de la creación de leyes, es necesario un cambio cultural para que los derechos de las niñas y niños sean garantizados.

Afirmó que es necesario cuestionar el lugar que tienen los niños, niñas y adolescentes en los procesos decisorios de las organizaciones de la sociedad civil, e instó por el fortalecimiento de una sociedad civil comprometida con los derechos humanos, que actúe de forma coordinada, desde una mirada estratégica y de capacidad propositiva.

“Se necesitan conocimiento, interpretación y aplicación de la Convención de los Derechos del Niño. El contenido de la Convención debería ser un tema central del currículo de educación básica, para que las niñas, niños y adolescentes se apropien de estos derechos y los exijan. Además, se necesita formación de las personas adultas que trabajan con la infancia y la adolescencia, para que respeten estos derechos y aseguren la convivencia intergeneracional y la participación de las niñas, niños y adolescentes”, destacó.

Giorgi también señaló algunos desafíos y amenazas para la garantía de los derechos de la niñez y la adolescencia en la región, como: la violencia de Estado y las violencias cotidianas e invisibilizadas contra niñas, niños y adolescentes; el discurso de la seguridad y sus efectos en términos de criminalización y represión contra niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza y vulnerabilidad; políticas que argumentan ser necesario disminuir el rol de los Estados y recortar recursos públicos en derechos sociales; y los fundamentalismos religiosos que contribuyen para profundizar la discriminación.

“Es necesario incrementar la inversión en los derechos de la infancia, desde los presupuestos de los Estados, de la cooperación internacional y de la OEA [Organización de Estados Americanos]”, añadió.

Falta de datos y transparencia sobre la situación de niños, niñas y adolescentes

La gerente de Programas de la organización Child Rights Connect, Ilaria Paolazzi, presentó el rol de su organización en acompañar la presentación de informes por los Estados al Comité de los Derechos del Niño de la ONU (CDN), y hacer incidencia ante relatores especiales de la ONU y Consejos de Derechos Humanos, para hacer que se cumplan los derechos de las niñas y niños.

Afirmó que faltan informes desde la sociedad civil, conducidos por las niñas, niños y adolescentes, que aborden la situación de sus derechos. Señaló como otro desafío el cierre de espacios de participación de la sociedad civil en las políticas públicas en diferentes países y contextos.

“Los Estados fueron invitados por el Comité de los Derechos del Niño a presentar propuestas concretas para poner en práctica la CDN, hasta el 20 de noviembre. De la OEA, apenas Canadá, Chile y Ecuador respondieron hasta ahora. Unicef también ha solicitado estos compromisos; 14 Estados de la región respondieron, pero no hay información pública al respecto”, explicó.

Además, la representante de Child Rights Connect apuntó como desafíos para la garantía de los derechos de niñas, niños y adolescentes: la trata y explotación, la violencia contra niñas, niños y adolescentes en situación de calle, la violencia sexual y doméstica, el castigo y la punición corporal, y la violencia contra niñas, niños y adolescentes que son defensores de derechos humanos.

Sobre el congreso

El Congreso Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes es uno de los tres órganos que integran el IIN (junto al Consejo Directivo y la Dirección General), y su objetivo es promover el intercambio de experiencias y conocimientos entre los Estados miembros del Sistema Interamericano.

Desde el año 1916, los Congresos Panamericanos han sido instancias de diálogo, reflexión y comunicación, en las que se hacen visibles los diversos niveles alcanzados por los países americanos en el desarrollo de sus políticas hacia la niñez y la adolescencia. En esta edición del Congreso, se abordan como ejes centrales: la superación de la violencia contra la niñez y la adolescencia, la participación de las niñas, niños y adolescentes, y sistemas integrales de protección y garantía de derechos para la niñez y la adolescencia.

Fuente de la reseña: https://redclade.org/noticias/violencia-contra-la-ninez-es-tema-de-iii-foro-panamericano/

Comparte este contenido:

Nuestros jóvenes merecen un modelo educativo de excelencia

Por: Ricardo B. Salinas.

 

La semilla de Plantel Azteca se sembró hace 22 años y este árbol ha dado grandes frutos: gente comprometida y destacada a nivel internacional

La apuesta es llevar esta revolución educativa a todo el país para transformar a México a través de un verdadero cambio cultural

La semana pasada tuve el privilegio de asistir a la ceremonia de cierre de cursos de Plantel Azteca, la institución donde se desarrolla y evoluciona el modelo educativo de Grupo Salinas que busca generar un verdadero cambio cultural a través de una educación de excelencia y con valores.

En Plantel Azteca sabemos que las ideas importan: las buenas ideas construyen porque son como semillas que dan frutos con el tiempo. Este proyecto es hoy un árbol frondoso y robusto. Su semilla se sembró hace 22 años y este árbol ha dado grandes frutos: gente comprometida y destacada a nivel internacional, como la alumna de Mario Molina, un consultor de clase mundial o un egresado que desarrolló todo un sistema operativo especializado en informática forense, entre muchos otros egresados sobresalientes.

Como árboles robustos, que en conjunto forman un bosque fabuloso, cada uno de nuestros 12,000 egresados esparcen las ideas que transforman comunidades enteras. Una gran proporción de nuestros graduados obtuvo becas para estudiar en las mejores universidades públicas y privadas del país y, posteriormente, maestrías y doctorados en muchas de las mejores universidades del mundo.

Siempre he pensado que la educación debe formar seres humanos en equilibrio, y en este sentido, año tras año, Plantel Azteca se supera a sí mismo, ubicándose entre las mejores escuelas de México, no sólo en lo académico, por su modelo educativo que privilegia el razonamiento sobre la memoria, sino por proyectos que buscan una formación integral como nuestros programas de robótica —reconocidos a nivel mundial—, computación, inglés, horticultura, la Orquesta Esperanza Azteca o el modelo de Naciones Unidas.

Nuestra apuesta es llevar esta revolución educativa a todo el país para transformar a México a través de un verdadero cambio cultural que se enfoque en aspectos como la cultura de la legalidad, la relación entre esfuerzo y riqueza, educación, familia y la urgente necesidad de fortalecer una cultura emprendedora para aumentar nuestro capital emprendedor.

Hemos llegado mucho más lejos de lo que imaginamos, pero nunca debemos conformarnos. Además de Plantel Azteca, hoy tenemos dos escuelas de talentos en Puebla y Guanajuato que están basadas en el mismo modelo. Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar nuestro plantel en León, donde quedé sorprendido por el gran avance que ha logrado la Escuela de Talentos Guanajuato en dos años.

El éxito que vemos en Guanajuato y Puebla es fruto de la colaboración entre empresas, sociedad y gobierno. Estos proyectos requieren de la coordinación de muchas personas y organizaciones para convertir un sueño en realidad. Porque Plantel Azteca surgió de un sueño: dar la oportunidad de una educación de excelencia a jóvenes sobresalientes con grandes deseos de aprender y superarse.

Plantel Azteca nos enseña que todo es posible. Me considero un optimista racional: creo que juntos —empresas, sociedad y gobierno— podemos darle a cientos de miles de jóvenes la oportunidad de prepararse para ser parte activa de la evolución de México. Queremos al menos un Plantel Azteca en cada estado de la República.

En mi opinión, una vida exitosa consiste en esforzarse para crear lo que nos gusta y nunca tener miedo. Ésta es la visión que hemos hecho realidad en Plantel Azteca: nuestra juventud merece un mejor modelo educativo que le permita alcanzar todos sus sueños, sólo así México accederá al nivel de desarrollo que tanto anhelamos.

Fuente del artículo: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Nuestros-jovenes-merecen-un-modelo-educativo-de-excelencia-20190627-0149.html

Comparte este contenido:

Movimiento feminista chileno lidera lucha en la región, según ONU Mujeres

Autor: Radio Montecarlo

La coordinadora de ONU Mujeres en Chile, María Inés Salamanca, indicó hoy que el movimiento feminista que ha surgido en las universidades chilenas en los últimos meses va «un paso por delante» de la región, ya que aspira a lograr un «cambio cultural y de paradigma desde la educación».

«Existen movimientos similares en América Latina, pero el liderado por las estudiantes chilenas va un paso por delante al decir que necesitamos una transformación cultural. Ello implica un desafío mayor y responde a entender que la educación es una ventana estratégica para lograr ese cambio», explicó Salamanca.

La representante de las Naciones Unidas atendió a Efe en el marco de unas jornadas sobre educación no sexista que organizó la Universidad de Santiago de Chile esta semana, donde analizó el contexto en el que se encuadran las multitudinarias marchas feministas que han sacudido al país en los últimos meses.

Para Salamanca, el movimiento estudiantil, que nació como reacción a la «violencia machista», supo seguir evolucionando e incluyó más reclamaciones con las que aspiran a lograr un cambio en la forma en la que «funcionan las instituciones educativas».

En este sentido, continuó, no se trata solamente de «cambiar los roles de género», sino de realizar «cambios curriculares», revisar el modo en que se «educa» y repensar cómo «funcionan los espacios universitarios y secundarios».

«En algunos de los petitorios que las estudiantes entregaron a los rectores se incluyeron políticas de corresponsabilidad entre hombres y mujeres, la necesidad de tener salas de lactancia para alumnas y funcionarias embarazadas, o la urgencia de modificar cómo se dirigen los centros», añadió la representante de Naciones Unidas.

Al mismo tiempo, Salamanca destacó que, bajo su punto de vista, el liderazgo que han tomado las universidades en la lucha por la igualdad «sorprendió» a la sociedad chilena, ya que tomó de manera natural el relevo del movimiento Ni Una Más, surgido en 2016, que centró su mirada en acabar con los feminicidios.

«El llamado que nace desde los centros educativos representa un cambio, ya que ha logrado tener un gran impacto y permear a muchos otros espacios de la sociedad. Lo que sin duda va a permitir avanzar en muchos temas de agenda de género», dijo la coordinadora de ONU Mujeres en Chile.

En aras de lograr dicho objetivo, Salamanca indicó que es necesario que el Gobierno de Sebastián Piñera sepa jugar un buen papel, al igual que lo hizo su predecesora, Michelle Bachellet, quien impulsó una fuerte política de igualdad de género, algo en lo que confía dados los últimos movimientos del Ejecutivo.

«A partir de la ola feminista el actual Gobierno anunció que piensa llevar a cabo 12 medidas legislativas. Muchas de ellas ya estaban registradas en el Congreso, a la espera de ser debatidas, pero también se han incluido algunas nuevas que responden a un contexto más actual», detalló la diplomática.

Entre ellas destacó la modificación de «ley de administración de la sociedad conyugal», que antes solo podía controlar el hombre, o la creación de una «ley para una vida libre de violencia».

«Desde ONU Mujeres y Naciones Unidas recomendamos crear leyes integrales para poder eliminar la violencia. No solo la intrafamiliar, sino de todo tipo: el acoso callejero, la violencia en los espacios públicos, en el plano económico, en el conyugal y muchos otros», concluyó Salamanca.

El pasado 6 de junio, decenas de miles de personas se manifestaron en Santiago y otras ciudades de Chile, convocadas por agrupaciones feministas para demandar la reivindicación de los derechos de la mujer, el término de la educación sexista y el fin de la brecha de género y un vocabulario inclusivo.

En esta línea, los estudiantes, tanto universitarios como secundarios ya comienzan a utilizar en su lenguaje las palabras «compañeres», «todes», «elles» y «nosotres» y, además, no es extraño observar en redes sociales gente que escribe con «x» o «@» para evitar usar el género masculino cuando se quiere referir a ambos sexos.

Asimismo, una veintena de universidades de Santiago y otras ciudades, además de colegios secundarios e institutos profesionales permanecen ocupados por alumnas que exigen a las autoridades de los planteles y al Gobierno adoptar medidas para terminar con el acoso machista y abusos sexuales y castigos para los responsables.

Fuente: http://www.radiomontecarlo.com.uy/articulos/articulos_masinfo.php?secc=articulos&id=47851&path=0.2292

Comparte este contenido:

El largo camino para la participación de los niños, niñas y adolescentes en la inclusión educativa.

Por: Mexicanos Primero.

Durante el pasado mes de julio el secretario de Educación Pública Aurelio Nuño presentó los planes y programas de estudio del Nuevo Modelo Educativo, así como las estrategias para cada uno de sus componentes. En el documento correspondiente a la Estrategia de Equidad e Inclusión, se plantea que para enfrentar la exclusión y la discriminación, es necesario contar con una perspectiva que avance hacia:

• Un sistema educativo que atienda de manera adecuada las necesidades específicas de los distintos grupos de población.

• Una educación inclusiva, que implica que el sistema escolar debe adaptarse a las necesidades de todos los alumnos y simultáneamente reconocer sus distintas capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, sin distinción de ningún tipo (SEP, 2017).

Bajo este esquema, las escuelas deben fortalecerse para que sean ambientes capaces de responder a las necesidades individuales de todos los estudiantes, sin importar su condición socioeconómica, su origen étnico o cultural, el género, sus capacidades o sus preferencias religiosas o de otro tipo.

Los resultados de la Encuesta OpiNNA, realizada en los meses de abril y mayo del presente año por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), muestran que aún hay mucho trabajo por hacer para lograr la inclusión, no sólo en la escuela, sino también en nuestra sociedad.

En esta encuesta participaron 27,640 niños, niñas y adolescentes, entre 6 y 17 años. De los encuestados, 8% se encuentra cursando la primaria baja, 78% se ubica en los últimos tres años de primaria y los tres de secundaria, mientras que 13% está estudiando en el nivel medio superior. Todos estos estudiantes, en cada nivel, muestran el largo camino que se debe recorrer para que la participación en inclusión sea una realidad.

El 56% de los encuestados señala que todos los días se discrimina en la escuela, principalmente a aquellos que tienen un color de piel diferente (40%) y a quienes viven con alguna discapacidad (24%) o son indígenas (16%). ¿Cómo es posible la existencia de una escuela inclusiva, cuando la discriminación está presente en su cotidianidad? En la estrategia presentada por la SEP se proponen acciones para lograr la inclusión de personas con discapacidad, alumnos con aptitudes sobresalientes o de atención a la diversidad étnica, lingüística y cultural, pero no se explicitan las actitudes, prácticas y políticas que requieren las escuelas para lograr la inclusión integral. Si no se arranca toda la estrategia comenzando por abordar la exclusión generalizada desde las prácticas y las políticas, los ajustes a “grupos de población” tiene el riesgo de etiquetar, y por ello de reiterar y cristalizar la lesión constante a sus derechos.

Otro de los aspectos que también dejan ver los resultados de OpiNNA es que ni en la sociedad en general ni al interior de las escuelas se está trabajando en una verdadera cultura de inclusión para las personas en condición de discapacidad. El 45% de los encuestados considera que a los niños con discapacidad se les trata mal porque no se les ha enseñado a los demás a convivir con ellos, mientras que el 24% dice que no hay interés en estas personas. De nuevo, aquí el punto no es sólo qué intervención se puede pensar para el grupo afectado, sino en la formación general sobre las actitudes, las prácticas y las políticas; las barreras más graves no son la falta de rampas o de materiales en Braille, sino los prejuicios y la indiferencia de la comunidad que los circunda.

Inclusive en la misma estrategia sólo se menciona que es necesario fomentar la actitud de respeto a los derechos de las personas con discapacidad tanto dentro del sistema educativo como fuera de él, pero no se explicitan metas ni acciones concretas para alcanzarlas; tampoco se explica cómo obtener evidencia para medir dicho avance ni se plantea una estrategia de evaluación. Una pregunta que surge de estos planteamientos es ¿cómo eliminar la discriminación por tener un color de piel diferente o por tu origen étnico? ¿cómo creas conciencia en los niños, niñas y adolescentes (NNA) de la diversidad que existe en el país y que es constitutiva de su historia y su realidad presente?

La solución no la tiene sólo el sistema educativo, sino que es necesario establecer una estrategia social y cultural en la que todos estemos involucrados. Debe quedar claro que no basta con adecuar los espacios físicos para las personas con capacidades diferentes, es decir, que no se resuelve con mejorar la infraestructura o construyendo rampas, simplemente porque hay distintos tipos de discapacidad. Se necesita un cambio cultural, que sólo ocurre con acciones deliberadas y mensajes específicos.

En esta Estrategia de Inclusión y Equidad presentada por la SEP se prioriza la atención y mejora de las escuelas indígenas, pero no hay un plan de trabajo para la inclusión de los alumnos indígenas que están en las escuelas “regulares”. Tampoco se propone una estrategia para incorporar elementos relevantes para el respeto y promoción de la identidad de estos niños en este tipo de escuelas ni a su derecho de aprender en su lengua materna, como ocurre por ejemplo con los niños mazahuas que asisten a escuelas en la zona urbana de Toluca o Lerma, o los niños nahua, ñahñú o zapotecas en la Ciudad de México.

Una acción que sí puede hacerse al interior de las escuelas es crear conciencia en los NNA de la diversidad que existe en nuestro país, no sólo mostrando los grupos étnicos que existen, sino integrando al currículum la enseñanza de lenguas indígenas, así como los rudimentos del sistema Braille o el lenguaje de señas para todos los NNA. Para que esto se lleve a cabo es necesario empezar con la formación inicial –y continua- de los maestros en estas formas de aprendizaje y apoyarlos para que puedan crear ambientes de aprendizaje incluyente, eliminando las barreras que enfrentan los NNA con capacidades diferentes.

La encuesta OpiNNA busca garantizar el derecho de los NNA a participar y ser escuchados y a colocar la voz de la niñez y adolescencia como parte de la opinión pública. Sin embargo, no hay que asumir que la participación se reduce a esto; es sólo un primer paso. Es claro que la encuesta es poco conocida en la opinión pública, y no desató la discusión abierta que el asunto amerita. Hay que recordar que la participación auténtica implica escuchar a los NNA para conocer su realidad, pero también involucrarlos en la toma de decisiones sobre los ámbitos que competen su vida cotidiana y en los procesos de construcción de acciones y estrategias que les afectan.

Necesitan ser protagonistas de la inclusión la propia y la ajena  pues es un ambiente empobrecedor para todos una escuela en la que no se superan los prejuicios, no se respetan las identidades y no se activa la colaboración en la diversidad. Todos perdemos así. Todos ganamos tus hijos, los míos, los de todos- con la inclusión verdadera.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/el-largo-camino-para-la-participacion-de-los-ninos-ninas-y-adolescentes-en-la-inclusion-educativa.html

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/10/11/59deea93c4b7c.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista a Katerina Sergidou: “ Ningún cambio puede ser posible si no se inscribe en la cultura, en la educación ”

18 septiembre 2017/Fuente: Educaweb

Katerina Sergidou (Chipre, 1981) es licenciada en Historia y  Arqueología. Residente en Atenas, actualmente trabaja como investigadora en Comunicación, Cultura e Historia en la Universidad Panteión de Atenas. También es miembro de los grupos de Historia Oral en Atenas. Participa en los movimientos sociales de solidaridad hacia los refugiados. Colabora con diarios de Grecia y  España como periodista y forma parte del consejo de redacción de Rproject.gr. Forma parte de la Unidad Popular y Red Roja. Es  miembro de la Organización griega Deport Racism y participa activamente en el movimiento feminista. Es nuestra última invitada y ponente de Barcelona InclusivaCongreso Internacional de orientación para la inclusión. 

Algunas voces han comentado que el fenómeno de los refugiados ha puesto en cuestión la imagen de Europa como defensora de los derechos humanos. ¿Está de acuerdo? ¿Se puede hablar entonces de la existencia de una Europa inclusiva?

Quienes hablan de una Europa Fortaleza, de una Europa de exclusión, xenofobia y racismo, desafortunadamente tienen razón. Miles de personas huyen de sus países, fuera de las guerras. Guerras de las cuales no son responsables. Llegan a Europa en busca de una vida digna. En este viaje, muchos no logran llegar a sus destinos. El mediterráneo se ha convertido en la mayor fosa común del mundo. Pero las guerras no acaban cuando uno llega a Europa. Entonces, los y las refugiadas tienen que enfrentarse otra vez a muros, centros de concentración, cárceles, la policía de fronteras, barcos interceptados, etc. Por no  hablar de las condiciones inhumanas en que encuentran en los países que les acogen.

En Grecia, por ejemplo, el año pasado muchos refugiados murieron de frío en los campamentos. También la inestabilidad constante tiene repercusiones negativas para su salud mental. Son las personas sin futuro, quienes tienen que demostrar que son débiles y enfermos para ganar el derecho al asilo, quienes, aunque estén enfermos o posean ciertas discapacidades, tienen que vivir en tiendas, en lugares donde hay un medico para centenares de personas.

Estas imágenes nos recuerdan el pasado más oscuro de Europa. En realidad vivimos una distopía constante; en un estado de excepción, como diría Agaben. El acuerdo de la vergüenza de Europa con Turquía ha atrapado a miles de refugiados y ha demostrado de la manera más clara que vivimos en la Europa de la violación de los derechos humanos.

Afortunadamente, en este viaje los refugiados pueden ver también la Europa de la solidaridad. Una Europa de ciudadanos y colectivos solidarios que acogen a los refugiados y que construyen espacios inclusivos, que rompen las fronteras. Esa gente forma parte de lo que hoy llamamos Europa inclusiva. Un nuevo paradigma está emergiendo en el aquí y en el ahora y creo que con esto podemos arriesgarnos a decir que una Europa inclusiva no es algo tan lejano.

¿Por qué deberíamos aspirar a una Europa inclusiva y qué significaría en la práctica?

Una Europa inclusiva significa muchas cosas. El asunto de los refugiados es lo más importante ahora pero no es lo único. Se trata también de cómo vivir con dignidad, cómo participar en procesos democráticos. En Grecia hemos vivido de la manera mas trágica la exclusión, y lo que llamamos la Europa autoritaria, cuando el OXI (el «NO») del pueblo griego y la voluntad colectiva no han sido escuchados. Junto con el sexismo, el machismo y el racismo, nuevos muros se elevan contra los pueblos del sur, donde la juventud que emigra y trabaja a cambio de salarios famélicos.

Una Europa inclusiva es el cuerpo de ciudadanos que no aceptan esa realidad. Iniciativas de los municipios, de profesores, de organizaciones políticas, colaboraciones internacionales, etc., pueden abrir nuevos caminos en cada espacio para eliminar las exclusiones.  En muchos casos esos nuevos paradigmas ocurren dentro de actos de solidaridad y desobediencia.

En Grecia la lucha de las escuelas abiertas -como la hemos llamado- ha sido muy importante. En este caso la demanda de inclusión no era algo abstracto sino una apuesta concreta. Teníamos que organizar y defender la decisión que permitió a los niños refugiados ir a las escuelas. En el ultimo año esa demanda era fundamental porque grupos fascistas y xenófobos prohibieron la entrada de estos niños a las escuelas. Los medios de comunicación trataron de convencer a la opinión publica de que los niños eran un peligro para los niños griegos, ya que podrían contagiar enfermedades en las clases. La sociedad civil se organizó. Pasamos muchos días fuera de las escuelas con maestros y médicos hablando y explicando, y al final ganamos. Esa experiencia queremos  llevarla hasta  Barcelona en la conferencia de Barcelona inclusiva. Ha sido un paradigma fuera y dentro de la clase. Las escuelas que han nacido en los campamentos, en los barrios, en las costas. Nuevas prácticas que demuestran que la educación inclusiva es asunto urgente y no algo secundario.

¿Dónde residen las principales dificultades?

Las dificultades que enfrentamos en cada paso para construir ese paradigma son enormes. Tenemos que superar todos los tipos de racismo institucional y extra-institucional, el obstáculo del idioma, la ignorancia. En mi opinión, el problema más grande son las políticas europeas que siguen poniendo freno a la libre circulación de las personas y que aplican programas de austeridad. Esa situación de crisis y de pobreza ha perjudicado más a los refugiados, las mujeres, los jóvenes y los grupos más vulnerables de la sociedad.  Hoy en Grecia muchos niños no tienen la posibilidad de terminar la escuela y al mismo tiempo el estado social está cargando el peso sobre las espaldas de las mujeres.

¿Cuáles serían los pasos a seguir?

En Grecia la apuesta es lo que llamamos escuelas y ciudades abiertas. Grecia es un país que cada año acoge millones de turistas. Objetivamente, puede gestionar el alojamiento de 50.000 refugiados. Hoy Grecia, con tantos edificios abandonados, tiene la capacidad de acoger muchos refugiados que no pueden seguir viviendo atrapados en la temporalidad, en campamentos fuera de las ciudades, en las montañas. En ciudades provisionales donde el frío mata.

La segunda apuesta son escuelas abiertas donde los niños refugiados estén en las mismas clases -no en diferentes horarios- donde los niños griegos participan, aprenden y conviven. Y también escuelas para adultos. Además, en este nivel hemos tomado muchas iniciativas. Es importante ver qué puede aprender la sociedad de los refugiados, de sus culturas y sus historias. No estamos hablando de un punto de » superioridad».  Son sus voces  las que tenemos que escuchar y no hablar en su nombre. El diálogo, la coordinación y el intercambio de experiencias son necesarios en torno a todas esas experiencias. Por eso la conferencia Barcelona inclusiva es una iniciativa excelente. Y este año venimos con muchas cuestiones y ganas de escuchar. Creo que hemos de ser conscientes de que ningún cambio puede ser posible si no se inscribe en la cultura, en la educación, y el adn cultural es el primer paso.

¿Qué se puede hacer desde el punto de vista político?

Necesitamos la coordinación de todos los colectivos y las personas que desde su punto de vista están luchando por lo que llamamos Europa inclusiva: arte inclusivo, educación inclusiva, sociedad inclusiva etc. Necesitamos regresar a lo político y no solamente a la política. Necesitamos que  los argumentos de los especialistas se mezclen con las experiencias de la sociedad civil, de los solidarios, de las instituciones, especialmente en el nivel local. Necesitamos un discurso que pueda inspirar, que pueda unir las diferentes culturas, que en medio de la crisis pueda ilusionar a la gente y transformar nuestros espacios en espacios de educación y creatividad.  Y por supuesto, también necesitamos un discurso claro que no acepte la realidad de una Europa fortaleza, que dice no a la guerra y al racismo. En todas las ocasiones, con todas las practicas, en el ámbito científico, a nivel institucional, en la calle, la escuela, el barrio, necesitamos prácticas que abran caminos.

¿Puede concretar en el ámbito educativo?

Creo que el campo de educación es clave. Necesitamos un nuevo paradigma educativo, necesitamos una transformación profunda donde la gente participe y aprenda, y cambie su vida. Quizás parece un oxímoron y una contradicción hablar de una educación inclusiva y transformativa en una Europa que sufre la crisis, en países que están tan golpeados. Vivir en Grecia me lleva a creer que, en estas condiciones, la educación, los maestros y nuestros nuevos vecinos, los refugiados, nos están enseñando que sin estos esfuerzos por tener una educación diferente no tendríamos nada.

¿Qué puede hacer un ciudadano europeo?

Conectarse con un red de apoyo, luchar, desobedecer, pensar que todo es posible. Abrir la puerta de su casa, su barrio y acoger a los y las que están excluidos de la supuesta normalidad.

¿Conoce algún país europeo que esté avanzando al respecto y en el que podamos inspirarnos?

Creo que el país que hoy construye un paradigma diferente es España. Tenemos mucho que aprender de sus movimientos, de la gente normal, de los intelectuales, de los voluntarios, de toda esa gente maravillosa. Dice Galeano que mucha gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo. Y es más que verdad. Escogería esa frase para describir mucha de la gente y las iniciativas que hoy en día en España, en Catalunya, en el País Vasco, están construyendo parte de la solución y la inspiración que necesitamos.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2017/09/13/ningun-cambio-puede-ser-posible-si-no-se-inscribe-cultura-educacion-15099/

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2