Karen Kovacs: Enseñanza desde aspectos socioemocionales cambia el futuro de la educación

16 Abril 2017/Fuente: EducaciónFutura/Autor: Adán Magaña

Con diez años trabajando en temas de educación, ciencia y medios infantiles, la especialista dijo que debe haber una integración de aprendizaje socioemocional y cognitivo.

Un ejemplo de ello, explicó, es el trabajo que realizan empresas como Mind Lab, la cual desarrolla habilidad cognitiva a través de la utilización de juegos estratégicos. Esto da una posibilidad de que el profesor pueda explorar otros roles, jugar con sus alumnos y desarrollar nuevas habilidades junto con él.

Durante su presentación en Bett Latinoamérica 2016, la especialista explicó la importancia al abordar una metodología como ésta, donde al infante se le ensaña a aprender y desarrollar el pensamiento fuera del aula. “Los alumnos mediante el juego canalizan la ansiedad, aprenden y lo reflejan en su vida cotidiana. Estudiar y jugar hace una metodología más lúdica”.

Esta metodología se creó hace veinte años en Israel, a partir de la emulación del juego de ajedrez para crear técnicas de aprendizaje. Cerca de una década después se desarrolló en Brasil, donde actualmente varias instituciones educativas han adoptado al día la herramienta.

Por su parte, Eduardo Gabor, Gerente de Relaciones Internacionales para Mind Lab, habló acerca de la importancia de la educación para cambiar a la sociedad. En ese contexto, mencionó que mediante “las competencias cognitivas en el salón, se genera más desarrollo, se logran más retos y se lidia con emociones a fin de obtener éxito”.

La estructura de la metodología que conllevan el modelo está compuesta por el juego de razonamiento, un profesor mediador, los métodos meta-cognitivos y metáforas para aprender y razonar, finalizó.

Fuente de la reseña: http://www.educacionfutura.org/ensenanza-desde-aspectos-socioemocionales-cambiua-el-futuro-de-la-educacion-karen-kovacs/

Fuente de la imagen:  http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/11/educacion-socioemocional-en-colombia.jpg

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Libro: Educación Emocional: Programa y guía de desarrollo didáctico

Educación Emocional: Programa y guía de desarrollo didáctico

Autor: María Dolores Hurtado Montesinos
Año: 2015
Editor: Región de Murcia
Páginas: 226 páginas
Idioma: español
Desde: 27/03/2017
Tamaño: 2.73 MB
Licencia: CC-BY-NC-SA

Reseña:

Todos tenemos capacidad para aprender, pero en ocasiones o no reconocemos o no encontramos el camino apropiado. Aquí, es donde la enseñanza juega su papel protagonista, mostrando a cada persona cuál es el mejor camino para llegar a su meta.

Las emociones envuelven a la persona, por tanto, una enseñanza que parta de las emociones, dará lugar a una educación holística que alcance a toda la persona. Así, ser conscientes de nuestros propios sentimientos nos va a ayudar a controlarlos. De igual modo, conocer nuestros propios sentimientos nos acerca a la comprensión de lo que siente el otro. De este modo, la empatía se consigue cuando somos capaces de ponernos en el lugar de los demás. Las emociones se pueden controlar y dirigir cuando se las conoce. La práctica del autocontrol puede resultar difícil, pero cuando se consigue, nos ayuda a resolver muchos problemas.

Los docentes debemos ser como el hada o el mago que tienen la capacidad de hacer brillar en cada persona lo más valioso que guarda en su interior. Una buena motivación hace sacar lo mejor que hay en cada persona. La transversalidad y la tutoría pueden ser espacio y momento para asegurar el desarrollo de la educación emocional en nuestras aulas.

Las competencias emocionales no se desarrollan al margen de… Se deben integrar en la enseñanza de cualquier tópico o asignatura. Por otra parte, es imprescindible que exista motivación para comenzar a construir los aprendizajes. Y ahí, en el centro de la motivación, está la emoción como motor que la impulsa.

 

Para descargar: https://openlibra.com/es/book/download/educacion-emocional-programa-y-guia-de-desarrollo-didactico

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Colombia ha fracasado en educación ciudadana

América del Sur/Colombia/21 de enero de 2017/Fuente: semana

Cada vez que se quiere solucionar un problema se hace una cátedra, pero lo que ha demostrado la historia que se necesita un cambio estructural.

En cada una de las Constituciones Políticas, en las reformas educativas, en especial, cuando ocurre una guerra se habla de formar los valores. Durante el siglo XIX, cuando la iglesia Católica detentaba casi que mayoritariamente el poder de la educación, hablaban de formación del espíritu y del cuerpo. Pero el siglo XX recibió al país con la Guerra de los Mil Días. Después de cada enfrentamiento, el país se planteaba cómo resolver el problema, cómo educar para no matarnos, pero no había respuestas.

A partir de la violencia desencadenada después del 9 de abril de 1948, empezaron a hablar de la cátedra de ciudadanas; y cuando se enseñaba en las aulas, los partidos políticos se repartían la burocracia en el Frente Nacional, excluían a otros sectores que no fueran Liberales o Conservadores, mientras se formaban guerrillas y surgía el narcotráfico. La clases de ciudadanas fueron una medida que no disminuyó la violencia de los ochenta, ni sirvió para que el país dejara de ser unas de las naciones con mayores índices de homicidios y desplazamiento del mundo. La escuela no enseñó al país a tolerar ni hacer trampa.

La Constitución del 91 hizo del país un Estado Social de Derecho. Habría mayor apertura ciudadana en el país y eso debería reflejarse en las instituciones educativas: los colegios debían incentivar las prácticas democráticas en el gobierno escolar, en la elección de personeros y habría una clase de democracia, vinculada al área de Ciencias Sociales. Pero los años noventa fueron los años del paramilitarismo, de las famosas masacres; también fue la década de los secuestros de las guerrillas, de las tomas de pueblos, de los cilindros bomba y de las minas antipersonales.

Ahora viene otro proceso que le está apostando a acabar el conflicto con las Farc. La solución son las Cátedras para la Paz, como si el país no hubiese aprendido que con una clase no se enseña el respeto. A pesar de que la inversión ha aumentado sostenidamente en los últimos años, el enfoque general ha sido mejorar en las pruebas Pisa y Saber. Las políticas se han concentrado en aprender a llenar bolas en un examen de selección múltiple para mejorar en los estándares internacionales o nacionales y no en formar ciudadanos éticos.

El problema es que contestar una prueba estandarizada no significa ser un país mejor formado, según la doctora en Educación Tessa Jolls. Subir un puesto en un ranking, estar entre los mejores de la región en educación (una de las más rezagadas del mundo), o ser el mejor colegio en Saber no nos sirve si nos nos respetamos. La profesora de la Universidad Pedagógica Elsa Amanda Rodríguez solía decir que a Colombia no le sirve un población más educada que miente y que mata. Si la cátedra de religión, ciudadanas, democracia, no funcionó para formar a una sociedad diferente, la cátedra de paz no necesariamente será la alternativa.

Desde luego, la educación no es la única culpable ni tampoco la responsable de las competencias ciudadanas de las generaciones futuras. Pero es un escenario privilegiado para cambiar las prácticas sociales de violencia y de trampa que han marcado al país. Eso no se resuelve con una clase, ni con una cifra de infraestructura, ni con repartir una becas o construir un índice de calidad.  Hay estrategias transversales y se ha producido una gran bibliografía sobre el tema: hay investigaciones sobre las competencias socioemocionales, la psicología positiva, que hay que incluir dentro del debate educativo.

Según Andrea Ortega, graduada en psicología positiva aplicada de la Universidad de Pensilvania, con maestría en psicología positiva social y organizacional de la London School of Economics, “lo que ha faltado es liderazgo en política pública. La persona a cargo no se debe enfocar Pisa o Saber, sino en qué capacidades socioemocionales se van a enseñar para que los niños del futuro estén preparados para la paz. Esa debería ser la máxima prioridad del gobierno: los niños del posconflicto no pueden ser los mismos que se han formado a lo largo de la historia del país, tienen que tener una sensibilidad diferente. Los futuros líderes no pueden ser corruptos, es necesario formar un carácter diferente y una ética diferente”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/formacion-ciudadana/512592

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/5/18/474093_1.jpg

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