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Puerto Rico: Nuevo uso para las escuelas cerradas

Puerto Rico/Agosto de 2017/Autora: Laura Quintero/Fuente: El Vocero de Puerto Rico

El gobernador Ricardo Rosselló celebró ayer que su administración haya comenzado el traspaso de las escuelas públicas cerradas en mayo a organizaciones sin fines de lucro y municipios que arrendarán al costo de $1.

Se trata de las primeras diez propuestas aprobadas por el “Comité de Evaluación y Disposición de Bienes Inmuebles”, creado por virtud de la Ley 26 de 2017.

Ese comité tiene la tarea de hacer un listado de todos los bienes inmuebles del gobierno, y está en proceso de hacer visitas de campo a cientos de propiedades de las agencias del gobierno. La asesora del gobernador en asuntos de infraestructura, María Palau, dijo que la meta es incluir todos los bienes “disponibles para arrendamiento o venta” en el mapa de activos, que se prepara para atraer a inversionistas.

La disposición de los bienes inmuebles del Estado se da simultáneamente a la evaluación de proyectos de inversión y privatización de infraestructura eléctrica, transportación, hospitales, entre otros. Palau tuvo su primera reunión con el coordinador de revitalización nombrado por la Junta Federal de Control Fiscal, Noel Zamot, quien vive en Boston, pero próximamente retornará a Puerto Rico, para continuar los trabajos bajo el Título V de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (Promesa, por sus siglas en inglés), que dispone un proceso acelerado de permisos para adquirir y desarrollar infraestructura del gobierno catalogada como en estado crítico.

Aunque el listado de bienes inmuebles del gobierno no se ha completado, el comité ya aprobó 10 propuestas de entidades interesadas en arrendar los planteles escolares que quedaron abandonados. La administración de Rosselló cerró 167 escuelas, a cuyo personal y estudiantado transfirió a escuelas receptoras.

El comité -compuesto por miembros del gabinete fiscal y económico- autorizó a cinco corporaciones y cinco municipios, a hacerse cargo de 10 escuelas en San Juan, Cataño, Coamo, Bayamón, Aguada, Camuy, Maricao y Ponce.

Las corporaciones privilegiadas son Caras of the Americas, la Universidad Interamericana, la Fundación Puertorriqueña de Síndrome Down, la Alianza de Autismo de Puerto Rico y el New Earth Music Academy.

En el caso de los ayuntamientos, se han aprobado las propuestas del Municipio de Humacao, el Municipio de Aguada, el Municipio de Maricao, el Municipio de Camuy y el Municipio de Ponce.

Palau aseguró que están en proceso de completar el inventario de escuelas, para incluir aquellas desalojadas en años anteriores, pues desde 2007 se han comenzado a cerrar escuelas. La licenciada dijo que actualmente se están redactando los contratos de arrendamiento, los cuales serán por el término de un año a un costo nominal de $1.

“En vez de hacer como en el pasado de tener escuelas abandonadas, las estamos activando tanto con actores municipales como de organizaciones no gubernamentales, para que puedan ofrecer servicios de calibre a nuestra sociedad”, anunció Rosselló.

Tendrán diferentes usos

El alcalde de Aguada, Manuel Santiago Mendoza, anunció que el plan del municipio es convertir el plantel en una corporación municipal para producción y venta de cacao, además de una escuela de agricultura y ecología. Ponce, por otro lado, pretende dar servicio a víctimas de violencia de género. Camuy y Maricao establecerán centros de servicios integrados, mientras Humacao utilizará dos escuelas como sedes del programa Head Start.

Fuente: http://www.elvocero.com/educacion/nuevo-uso-para-las-escuelas-cerradas/article_c668919e-7d62-11e7-8974-77cefabbed12.html

 

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Puerto Rico: Educación arrastra el cierre de escuelas desde hace 20 años

Puerto Rico/Mayo de 2017/Fuente: El Nuevo Día

En cuanto se enteró que su escuela iba a ser cerrada, un director escolar en Utuado sostuvo que el Departamento de Educación estaba desenfocado y debía concentrar sus recursos en proveer educación individualizada a los estudiantes, en vez de llevarlos hacia el hacinamiento en planteles más grandes. Un día después, una madre de Guaynabo cuestionaba por qué mudarían a su hija a una escuela donde había más problemas de disciplina que en el pequeño plantel donde había estado estudiando.

Estas expresiones se pudieron haber recogido perfectamente esta semana, pero realmente provienen de recortes de prensa de hace 20 años. En abril de 1997, el Departamento de Educación anunció el cierre de 42 escuelas públicas con escasa matrícula, y el malestar de comunidades, maestros, alcaldes y legisladores no se hizo esperar.

Hoy, la historia es la misma, pero con una cifra de escuelas que hace dos décadas habría sido difícil de comprender. Hace poco más de una semana se supo que 179 planteles dejarían de existir a finales de este mes, si se concreta el plan anunciado por la secretaria de Educación, Julia Keleher.

La baja matrícula estudiantil en decenas de planteles sigue siendo la razón principal detrás del cierre de escuelas. En 1998, se dio a conocer un estudio que identificó 125 escuelas con menos de 150 estudiantes. En febrero pasado, Keleher anunció que había 370 escuelas con menos de 250 alumnos. Mantener abiertas escuelas con pocos niños no es costoeficiente.

“Hay que cerrar escuelas. Pero es un asunto que hay que respetar y manejar con mucho cuidado, porque en todo eso no se puede permitir que los muchachos se desanimen”, expresó el exsecretario de Educación, Rafael Aragunde.

En la última década, el sistema público de enseñanza ha perdido 157,000 estudiantes. En ese mismo período, se han cerrado unas 230 escuelas.

En los años entre la publicación del Censo del 2000 y el Censo del 2010, se pensaba que la población en Puerto Rico estaba en aumento, recordó el demógrafo Raúl Figueroa, razón por la cual la construcción de escuelas era considerada una necesidad.

“Las proyecciones, las estimaciones de población tanto de la Junta de Planificación como del (Negociado federal del) Censo tenían la población de Puerto Rico llegando a 3.9 millones en el 2010. Eso no tenía sentido, porque la tasa de nacimiento estaba bajando, pero esas eran las proyecciones”, señaló Figueroa.

En el 2000, la Isla tenía 3,808,610 habitantes; cifra que bajó a 3,725,789 para el 2010, según datos del Negociado federal del Censo. La población de Puerto Rico llegó a los 3.4 millones en el 2016, según estimados de Censo dados a conocer por el Instituto de Estadísticas.

La baja tasa de natalidad de la Isla, unida al aumento en la migración, son los principales responsables de esta reducción poblacional, detalló Figueroa.

“Los nacimientos van bajando desde la época de los ‘babyboomers’, pero el bajón en la población aumentó con las migraciones. En Estados Unidos, ves que los nacimientos de personas de origen puertorriqueño es el doble que en la Isla. Las personas se están yendo de Puerto Rico en edades reproductivas y, cuando se van, se llevan a sus niños en edades escolares. Es por eso que las escuelas se están quedado sin estudiantes”, explicó Figueroa.

Más edificios, menos niños

Por primera vez, en el 2015 el Departamento de Educación reportó una menor cantidad de estudiantes entrando al kínder que los que estaban matriculados en duodécimo grado. Esto implica un cambio en la tendencia de clases y grupos más grandes cada año.

Esta tendencia fue la que impulsó en la década de 1990 la construcción de escuelas grandes, en su mayoría en áreas urbanas, diseñadas para atender a matrículas altas de estudiantes.

En 1992, bajo la administración de Rafael Hernández Colón, la Autoridad de Edificios Públicos concretó una emisión de bonos de $210 millones para construir nueva infraestructura gubernamental. De estos, $131 millones serían utilizados para la construcción de 31 escuelas.

Posteriormente, la administración de Pedro Rosselló anunció en 1994 la construcción de 14 planteles nuevos a un costo de $52 millones. En 1997, el Departamento de Educación invirtió $125 millones en la construcción de nuevos salones y hacer mejoras en escuelas vocacionales. Casi al fin del segundo cuatrienio del gobierno de Rosselló, padre, se anunció un plan de dos años y medio para la construcción de 194 escuelas -que debían estar listas para el año 2000- a una inversión de $625 millones. Para marzo de 1999, se habían construido siete escuelas vocacionales y 48 planteles de corriente regular.

La última gran inversión en infraestructura escolar se hizo durante la administración de Luis Fortuño, cuando se destinaron $756 millones para la modernización de 103 escuelas como parte del programa Escuelas para el Siglo 21, así como la construcción de cinco nuevas escuelas.

Asimismo, en medio de la evaluación del posible cierre de 100 escuelas, en el 2014 se anunció que se destinarían $101 millones para la construcción de cinco escuelas nuevas y para realizar mejoras en otros 1,460 planteles.

Es difícil contabilizar cuántas de estas escuelas realmente fueron construidas, debido a los tropiezos que enfrentaron los planes gubernamentales.

En principio, muchos de estas construcciones se diseñaron como una alternativa para manejar la deteriorada infraestructura de las escuelas en la Isla; aún están en uso planteles que fueron construidos en la década de 1950 o 1960 y era más viable crear nuevas escuelas que darle mantenimiento a las viejas.

“Cuando yo era secretario, ya se empezaba a ver esa reducción de estudiantes. Pero en esos años, es cierto, las escuelas que se cerraban casi siempre estaban relacionado al asunto de las condiciones precarias en las que se encontraba la infraestructura”, sostuvo Aragunde.

No obstante, la situación de las escuelas cambió. A mediados de la década pasada, cuando Puerto Rico entró en recesión económica en 2006, los salones se fueron quedando cada vez más vacíos.

Las escuelas que durante años se habían “salvado” de ser cerradas gracias al activismo de sus comunidades, o por lo lejos que quedaban de otros planteles, se ven una y otra vez con el cuello en el picador. De hecho, en 1997 el entonces secretario de Educación, Víctor Fajardo, anunció el cierre de la escuela Secundino Díaz de Toa Alta, una decisión que se revirtió días después. La semana pasada, la escuela volvió a aparecer en una lista de escuelas a consolidar. La baja matrícula estudiantil vuelve a colocarla en la mirilla.

Las evaluaciones

Todos los directores escolares de escuelas públicas deben trabajar sus planes anuales de organización escolar a base de los estudiantes que esperan atender, los maestros que tienen disponibles y el espacio que hay en sus planteles. Es con estos informes que la jefatura del Departamento de Educación determina cuántos recursos económicos y personal asigna a cada plantel.

La planificación y la toma de decisiones a base de estadísticas confiables deberían ser elementos cruciales al momento de decidir cómo y cuando se cierran escuelas públicas, pero estos aspectos siempre han sido debilidades de la agencia más grande del Gobierno, sostuvo la exsubsecretaria de Educación y profesora universitaria, Ana Helvia Quintero.

El presupuesto de Educación se ha reducido consistentemente en los últimos cinco años, tanto las partidas que asigna el Estado como las que recibe del Departamento de Educación federal han ido bajando.

Ante esto, el cuatrienio pasado inició el proyecto más agresivo de cierre de escuelas. Aunque se proyectó que la agencia cerraría cientos de escuelas basado en un estudio preparado por la firma The Boston Consulting Group -que recomendó el cierre de 580 escuelas para el año 2020-, la administración pasada cerró y consolidó administrativamente 177 planteles.

Las distancias que tendrían que recorrer los estudiantes para llegar a otra escuela, el alto porcentaje de estudiantes de Educación Especial en cada aula, o la posibilidad de introducir ofrecimientos especializados permitieron que decenas de planteles evitaran se cerradas el año pasado, según las explicaciones que ofreció cada secretario de Educación al dar a conocer las revisiones que hacían de sus anuncios.

Y aunque nadie lo dice de frente, las presiones políticas también se reconocen como uno de los factores que en los últimos años han impacto la decisión de cuáles escuelas se cierran.

Pero, en vez de ser vistos como sucesos negativos, los cierres de escuelas deberían aprovecharse como oportunidades para mejorar los servicios que reciben los niños y adolescentes en las escuelas restantes, sostuvo Quintero.

“Ahora hay una falta de maestros de arte, las clases de arte sehan ido eliminando y con estos cierres se pueden fortalecer las áreas de arte, música y educación física en las escuelas. Se pueden buscar formas de ayudar a los posibles desertores, para que puedan encontrar lo que les apasiona. Se puede aprovechar para crear más escuelas especializadas en cosas que no sea solo lo académico, como la agricultura. Son muchas cosas las que se pueden aprovechar”, expresó Quintero.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionarrastraelcierredeescuelasdesdehace20anos-2320740/

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LA EDUCACIÓN EN EL CAPITALISMO Y SOCIALISMO

Por: Perspectiva internacional / Alex Chamán Portugal[1]

“El deber de la inteligencia es un deber revolucionario. Los únicos intelectuales insensibles a este deber son los `intelectuales de panteón´ que exhiben su ramplona bisutería ideológica en los escaparates de las librerías de lujo. Los intelectuales decadentes, intoxicados de una literatura morbosa y palúdica y enamoradas de la torre de marfil y de otras quimereas astrales y estúpidas”

José Carlos Mariátegui

¿Educación para el progreso y la emancipación o para el atraso y la opresión?

Cuando conceptualizamos a la educación, en cualquier parte del planeta, coincidimos en precisar que ante todo es un proceso de formación integral de la personalidad humana en lo que hace al desarrollo de capacidades y potencialidades intelectuales, morales, artísticas y físicas en un determinado contexto económico, social y político y en aras de contribuir a la misión de la ciencia: El progreso y bienestar de la humanidad. Cuando contrastamos lo enunciado con el proceso de “formación” en un contexto social, sea cual sea este, concluimos que lo definido no es asi, por cuanto la “educación” suele viabilizarse en forma incompleta, ya que no ensambla la integralidad que hace al ser humano, y, al ser subordinada a la sociedad mercantilizada-consumista pierde su esencia humana. Así entra en conflicto con el progreso y bienestar de la sociedad, pues se pone al servicio de la clase dominante en contra de las otras, es más, deviene en una poderosa y destructiva arma contra las demás clases sociales dominadas. Eso es lo que acontece en casi todo el mundo. La realidad, con creces, se encarga de ponerla de manifiesto. La educación capitalista, quiérase o no admitir, en su esencia lleva al atraso y con ella a la opresión. Expresión irrefutable de esto lo constituye la crítica realidad que agobia a la mayor parte de la humanidad.

La alienación y enajenación aherroja al ser humano llevándolo a pasmosos niveles de insensibilidad social y carencia de solidaridad humana ante crueles hechos. En pleno tercer milenio e impresionante desarrollo científico-tecnológico la humanidad entera enfrenta inauditas atrocidades. Destacamos algunas de ellas:

– Más de la mitad de la población mundial se encuentra entra la pobreza y la indigencia.

– La cuarta parte de los seres humanos -casi 1,700 millones- carece de servicios básicos como salud, educación, vivienda, agua potable, alcantarillado y energía eléctrica.

– La quinta parte es analfabeta y la tercera es analfabeta funcional.

– Las potencias capitalistas más “desarrolladas” junto a sus minúsculos grupos de poder económico diseñan y ejecutan el presente y futuro catastrófico de la humanidad. Los guía el reparto del mundo, las conquistas de nuevos mercados y el saqueo de recursos naturales. Esa avaricia y la decadencia en la que se encuentran los obliga a suministrarse de recursos energéticos gravitantes por lo que desatan “sanciones”, “campañas”, “coaliciones internacionales” que desembocan en guerras injustas como invasiones flagrantes contra naciones oprimidas. He ahí los casos de África, Irak, Afganistán y en perspectiva inmediata Irán, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, etc. Lo acontecido en Honduras es una advertencia y ejemplo. La injusticia e irracionalidad es tal que acontecimientos sórdidos como los que periódicamente se ejecutan contra Palestina son considerados “justificables” por la “Comunidad Internacional” y por organizaciones que deberían “precautelar” la paz mundial.

– Muchos gobernantes e individuos de poder económico y político están comprometidos con mafias de tráfico de drogas y armas, con paramilitares, sicarios, con empresas contaminadoras y destructoras del medio ambiente, etc. Además suelen ser impulsores de la violación indiscriminada de los derechos de los pueblos convirtiéndose en coautores de genocidios y otros crímenes de lesa humanidad. Ejemplos los hay en abundancia, baste señalar: Estados Unidos, México, Colombia, Perú, etc.

– Mientras el mexicano Carlos Slim, es el hombre más rico del mundo, paradójicamente ese pueblo arrastra un nivel de pobreza y extrema pobreza que fácilmente supera el 70%. El sistema está tan corroído en ese hermano país que las mafias forman parte de las instituciones del Estado y produce vastas matanzas, secuestros a lo largo y ancho del país. Miles de mexicanos arriesgan su vida diariamente por cruzar el “muro de la vergüenza” de EE.UU. y conseguir mejores condiciones de vida.

Las anteriores referencias nos obligan a preguntar: ¿Qué sucede con la educación que ante la tormentosa realidad descrita poco o nada sirve para transformarla? La educación en tanto expresión dinámica del conocimiento científico, insoslayablemente debería servir para diagnosticar la adversa realidad, para luego interpretarla, identificar sus causas primigenias y solucionar lo inicuo. Eso es una educación creadora, científica, democrática y esencialmente humanista. Lo conocido hoy como “educación”, es en los hechos instrucción; en tanto portadora de ciertos saberes pragmáticos, cultivadora y exacerbadora de individualismo enfermizo y gestora de ciertas habilidades psicomotoras para formar individuos tecnocráticos funcionales al orden existente y sus iniquidades, por ende desprovistos de humanidad. En consecuencia, se tiene una educación en severa crisis que deshumaniza al hombre y con ello lo hace proclive al salvajismo globalizador.

¿Qué implica la educación en una u otra sociedad?

La educación es una herramienta que sirve a determinados intereses de tal o cual sistema, ya que impone y propaga la ideología de la clase que detenta el poder en función de sus objetivos económicos, sociales y políticos. En consecuencia, mientras la educación capitalista prepara los recursos humanos que la sociedad de consumo demanda, de igual forma la educación socialista forma a los recursos humanos que su revolución social necesita. El capitalismo concede honores, grados y títulos a aquellos que se alinean en su dinámica; en tanto el socialismo concientiza, moviliza y organiza a las masas para vencer la explotación, opresión, miseria, injusticias y sufrimientos que heredaron. En suma, el capitalismo oprime y deshumaniza; el capitalismo emancipa y humaniza. El primero crea hombres caducos; el segundo forja hombres de nuevo tipo.

La educación en el discurrir de la historia

El correr de la historia muestra la creciente importancia que reviste la educación en la marcha de la humanidad, sea en su atraso o progreso. Esto corrobora el inapreciable papel de la educación al servicio de las clases dominantes durante los modos de producción cimentados en la propiedad privada y, por ende, en las sociedades escindidas en clases sociales contrapuestas, a saber: El Esclavismo, Feudalismo y el Capitalismo.

En el capitalismo la educación ha devenido, por su eficacia, en un decisivo aparato para la reproducción del sistema y sus relaciones imperantes en la enajenación objetiva-material y alienación subjetiva-mental de buena parte de quienes son sujetos de la misma. Quienes no acceden formalmente a ella no se protegen, pues también son participes a través de los “medios de comunicación social” y el conglomerado de telecomunicaciones electrónicas que resultan más prolíficas gracias a su cobertura, contenidos sugestivos -rigurosamente diseñados- y el lenguaje subliminal del que se valen.

En la construcción del socialismo la educación también devino en un poderoso instrumento de concientización rumbo a los objetivos históricos de la nueva sociedad. Así, fueron ineludibles los procesos de desenajenación y desalienación.

Hasta hoy, por ejemplo, queda al desnudo que en el capitalismo la educación, en tanto una de las formas de la conciencia social, ha sido cuasi perfectamente subordinada a los objetivos de la estructura económica de la sociedad y sus relaciones de desigualdad que se desprenden, y, que se manifiestan como relaciones de explotación que conlleva, a su vez, a relaciones de opresión política y discriminación sociocultural.

El siglo XX es fecundo y aleccionador por sus vastas experiencias económicas, sociales jurídicas y políticas y científico-tecnológicas. Por supuesto que también en lo ideológico, específicamente en lo filosófico, educativo, cultural, artístico, etc. Este siglo deja de manifiesto, por una parte, que el modo de producción capitalista (1) en su esencia se muestra como depredador de la humanidad. En ese contexto se tiene el desarrollo y consolidación del capitalismo. Nos referimos a la época del imperialismo -era de los monopolios, las multinacionales- que implica colusión y pugna entre las potencias capitalistas. Intereses atizados entre las mismas que conducen a injustas y devastadoras guerras mundiales por el reparto del mundo, así como a la apropiación y despojo de los recursos naturales de las naciones oprimidas y pueblos del mundo. A decir de Lenin, para fines del siglo XIX se sientan las bases de la etapa superior del capitalismo: el Imperialismo que se encumbrará en el siglo XX y entrará inevitablemente a su crisis y decadencia en el siglo XXI. Asimismo, por otra parte, las primeras experiencias socialistas se forjaron poco después de la primera y segunda guerras mundiales, la rusa gestora de la Ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (hoy desintegrada y devenida en Rusia capitalista) y la revolución China creadora de la China socialista (desde los 77 en franca restauración del capitalismo) respectivamente. Estamos considerando estas dos experiencias en razón de la trascendencia y dimensión que adquirieron en el escenario nacional, regional e internacional.

Tanto el capitalismo como el socialismo han removido no sólo las estructuras de la sociedad sino también su superestructura. Ambos sistemas comprendieron bien la preponderancia de la educación y la asumieron como vehículos de “deformación” y “formación” de los seres humanos en función de sus objetivos inmediatos y mediatos. Aquí se ajusta el enunciado que “en una sociedad de clases todas las ideas sin excepción llevan un sello de clase”, es decir que al estar las sociedades divididas en clases sociales y al regirse en las mismas, la dominación se presenta en todos los espacios de una sobre las otras; por ende, necesariamente las ideas y opiniones se orientan a lo que esgrime una u otra clase social, es decir no habría neutralidad o apoliticismo. Esto, en buena medida, estaría respaldado en lo sostenido por Aristóteles, a decir de Marx: el “pensador más grande de la antigüedad”, que “el hombre es un animal político” en la medida que su pensar y actuar es social, puesto que está asociado a la política en tanto se involucra con otros y se orienta a la satisfacción de sus múltiples necesidades y resolución de problemas de diversa índole. Esta última parte nos ayuda a comprender mejor el papel de los intelectuales, quienes en su mayoría, en tanto pequeña burguesía, suelen ser oscilantes según el momento político y la correlación de fuerzas. La realidad es que los letrados tienden a aspiraciones acomodaticias y suelen amoldarse al sistema y eso a la postre los hace conservadores y funcionales acérrimos al sistema. Una minoría de ellos, los más conscientes y sensibles a las clamorosas necesidades de la época y provistos de posición de clase, es la que asume posiciones y compromisos más resueltos. La historia de nuestros países y la del planeta respalda irrebatiblemente lo aseverado hasta acá.

La educación socialista

En ambas naciones, Rusia y China, antes de sus procesos revolucionarios la mayor parte de la población lo constituía el campesinado principalmente pobre, mientras que el proletariado se encontraba en ascenso y ocuparía ascendentes espacios ideopolíticos en tanto última clase de la historia. El nivel de explotación, opresión y exclusión era formidable, por consiguiente la miseria y pobreza atormentaba a la mayor parte de la población. La educación al tener carácter de clase, en la medida que servía a quienes ejercían el dominio, fue convertida en un “derecho” para unos pocos y un “privilegio” para las mayorías. Los grados de analfabetismo sobrepasaban fácilmente el 60% en Rusia en tanto en China superaba el 85%. La educación estaba orientada a statu quo, por lo que viabilizaba una escuela tradicional que soslayaba el estudio crítico de la realidad objetiva, cultivaba el teoricismo por encima de la práctica, centraba en el conductismo autoritarista para someter y domesticar al estudiante, legitimaba el atraso y el oscurantismo, etc. Así, procuraba moldear individuos dóciles, acríticos y conformistas. Ante eso se forjó una pedagogía revolucionaria sustentada en el amor de clase y el servicio a los intereses y aspiraciones de las mayorías populares. ¿En qué se respalda esta nueva educación? Esencialmente en la necesidad de revertir las injusticias manifiestas en la problemática humana y social y la necesidad de resolverlas vía un alternativo proyecto. Contextualizando con el momento político actual diríamos: En tanto prosiga la agresión de una naciones contra otras, mientras grupos de poder económico se hagan del poder político de naciones y desaten injusticias por doquier y de múltiples formas (armamentismo, invasiones, paramilitarismo, narcotráfico, trata humana, tráfico de órganos, etc.), mientras aumente la feroz explotación entre una clase social contra otras, mientras la mujer sea oprimida y reducida a artículo de consumo y objeto sexual, mientras se acreciente la mortalidad y morbilidad materno-infantil, mientras la miseria material conlleve a precarias condiciones de vida y lleve a miseria espiritual con problemas de existencia, mientras la corrupción sea parte de la cotidianidad y lo normal en cualquier parte del mundo, mientras se mercantilicen las relaciones humanas y cosifiquen a los seres humanos; los ejemplos ruso y chino se constituyen en baluartes que marcan el horizonte de la nueva sociedad. ¿Por qué? Porque muy a pesar de la barbarie social y humana en la que nos encontramos –hoy más que ayer el hombre es lobo del hombre- es indispensable alentar esperanzas de transformación para reconciliar al hombre con el hombre, con la sociedad, con la naturaleza, en suma con el mundo. Esta nueva educación, además, trataba de forjar una nueva conciencia y compromiso social encaminando nuevos valores. Los renovados escenarios de reeducación y concientización lo compusieron las fábricas, granjas, comunas populares, hospitales, centros recreativos, mercados, etc., que permitieron recabar ideas, criterios, así como percibir actitudes y posiciones de los obreros, campesinos, soldados, maestros, políticos, médicos, comerciantes, incluso de los desclasados. Se requería el desarrollo individual y colectivo, para ello se incentivó a que el individuo participe activamente en el trabajo colectivo, demuela progresivamente la insensibilidad, la indiferencia, el individualismo y cultive una férrea conciencia ideológica y convicción política-social. Esto implicaba que el “hombre de nuevo tipo” tendría que distinguirse ante todo por su inquebrantable moral, desbordante entusiasmo, elevado optimismo, indoblegable voluntad, valentía, laboriosidad, humildad y desinterés personal. En suma, la educación socialista forjó su compromiso de servir al pueblo de todo corazón.

En términos principistas, metodológicos y didácticos se planteo que la nueva educación socialista necesariamente debería hacerse de cardinales aspectos, como:

– Partir de lo superficial a lo profundo, lo próximo a lo lejano.

– Trabajar de lo unilateral a lo multilateral.

– Hacer las clases motivadoras e interesantes.

– Repetir incansablemente lo primordial hasta llegar a la comprensión total.

– Resumir lo trabajado, destacando lo más importante,

– Desarrollar la práctica de discusiones y debates.

– Practicar la crítica y autocrítica.

– Cultivar y practicar nuevos valores humanos y sociales.

Esta nueva educación contribuyó ostensiblemente a la formación ideológica, política, moral y física del hombre que necesitaba el socialismo en construcción; basada en valores de la justicia y expresado en un estilo de vida justo y correcto, acorde a las nuevas relaciones sociales.

El proceso de enseñanza-aprendizaje socialista

Este proceso exigió que tanto el educador como el educando se compenetren con la realidad circundante. La enseñanza adquirió valor a condición de fundirse con el trabajo productivo. Los saberes adquiridos fueron aplicados en la vida y en la práctica social. Al establecerse iguales derechos y deberes a hombres y mujeres, éstas no sólo accedieron a la educación y trabajo sino también participaron en igualdad de condiciones en la actividad política. La educación al ser altamente política tiende a la transformación honda del ser humano y su consagración a los supremos intereses del progreso y bienestar de la humanidad. Asimismo el PEA socialista se complementó con:

– Los medios de comunicación estaban al servicio de la conciencia ideológica y compromiso político sirviendo a la educación del pueblo.

– Los actores de la educación participan en acciones de trascendencia social, batallando contra los valores individualistas, primando la colaboración y ayuda mutua.

– Un ser humano no puede ser objeto de compra-venta ni suponer a las mercancías como elemento vital de su existencia.

– Elevada autoestima expresada en ser superiores a los problemas y adversidades.

– Sé renunció a las clases y se convirtió en colectivos de trabajo, debate y reflexión.

– Supresión de notas y exámenes porque comparaban, frustraban y relegaban a los estudiantes. Se ponderó actitudes como: Espíritu de servicio, sensibilidad y solidaridad, voluntad de trabajo, espíritu de sacrificio, abnegación, etc. las “buenas notas” y los grados académicos no garantizaban idoneidad. Las evaluaciones devinieron en dinámicas de polemizar, experimentar y crear.

– Los educadores fueron facilitadores de trabajos prácticos, gestionaban lecturas analíticas y críticas e incentivaban la plena participación de los estudiantes. Unos a otros trabajaban en equipo. Los más avanzados auxiliaban a los rezagados.

– Se priorizó conocer la realidad contactándose con ella. Los actores de la educación, en su conjunto, se trasladaban a los centros de trabajo. Los laboratorios, bibliotecas, talleres y centros de práctica fueron las fábricas, cooperativas, granjas, comunas populares, los jardines, museos y otros recursos de la comunidad. Los educadores asumieron su labor como asesores y guías de acciones educativas. Maestros y estudiantes analizan, debaten, experimentan, reflexionan y aprenden juntos. Así, los talleres de mecánica, carpintería, electricidad, imprenta y laboratorios se convirtieron en escenarios de aprendizaje industrial. Los niños aprendían siendo pequeños obreros, campesinos y técnicos.

– En sus relaciones afectivas la transformación de valores permitió que los jóvenes preferían impresionar por su espíritu de sacrificio, subordinación de los intereses personales a los del colectivo, desprecio a los bienes materiales, mucho más que por su belleza o apariencia física.

LA EDUCACIÓN EN EL CAPITALISMO

Carlos Marx(2) criticó a la educación capitalista afirmando que si bien en un primer momento se presentó como “civilizatoria y democratizadora” del conocimiento científico, con el correr del tiempo, debido a los mezquinos intereses que perseguía, se convirtió en alienante y deshumanizadora. Asimismo, sostuvo que la educación al ser un instrumento de la lucha de clases, viabiliza saberes impregnados de un hondo carácter de clase. En la marcha de la historia las clases dominantes monopolizaron la educación en función de sus objetivos e intereses, despojando a las otras clases explotadas de su pleno derecho a la educación. El siglo XXI remacha esta situación.

El sistema capitalista y su expresión neoliberal considera que la explotación y opresión, así como sus efectos: La pobreza, miseria y exclusión son cuestiones “atribuibles a cada individuo”(3) eximiendo, por consiguiente, a las imperantes condiciones materiales de existencia y sus injustas relaciones sociales. Sin duda que toda esta parte está enmarcada en el ya supuestamente superado darwinismo social que se sustenta en la «supervivencia del más apto». A decir del capitalismo neoliberal “supervivencia del más competitivo», es decir, del más oportunista, astuto y servil.

En términos generales el capitalismo ha reducido la educación a cuestiones operativas básicas como leer y escribir; sumar, restar, dividir y multiplicar; ciertas habilidades y destrezas domésticas y técnicas; conocimientos generales conocidos como “cultura general”. A nivel superior ha logrado incorporar nuevos conocimientos y prácticas científicas pero en forma sesgada, ya que son direccionadas a la “formación” de los técnicos y profesionales para insertarse al cada vez más competitivo mercado y cumplan tareas funcionales al sistema. Hasta acá esto resulta hasta cierto punto lógico, sin embargo ha soslayado, premeditadamente, una serie de cuestiones vitales que caracterizan a una verdadera educación orientada a la integralidad del ser humano. Esa es la esencia del problema. ¿De qué sirve que se cuente con letrados cuando estos asumen posiciones retrogradas ante la injusta realidad circundante?, ¿Cuán importante puede resultar el desarrollo científico-técnico si es convertida en una mercancía distante de las necesidades del progreso y desarrollo de la humanidad? ¿Qué tipo de formación educativa es esa cuyos “recursos humanos capacitados” resultan indiferentes a la crítica realidad? ¿Será posible hablar de “educación”, “desarrollo intelectual”, “comportamiento científico”, “excelencia académica”, etc., cuando en la práctica casi la totalidad de los “educados” o “instruidos” asumen prácticas complacientes con el orden establecido y las monstruosidades de éste a nivel nacional y mundial? Ojo, estamos cuestionando esa jactanciosa “formación” porque suele estar al margen no sólo de valores humanos sino también de compromisos sociales. ¡El capitalismo no sólo depreda al hombre de su humanidad, sino también pone es ascuas a la sociedad y al mismo planeta! Todo esto se ve facilitado por la contundencia de “Los aparatos ideológicos del estado”(4), puesto que todos quienes formamos parte de una sociedad, de una u otra manera, acabamos sumergidos en lo que se digita para con nosotros, por lo que seremos moldeados sutilmente acorde a lo que requiere el sistema. Acá, todo es motorizado por la línea ideológica y política de la clase dominante, así como se instala toda la maquinaria de instituciones, organizaciones –estatales y no- de individuos para garantizar el logro de esta gigantesca y preciada labor. Por cierto que no sólo concurren los letrados sino también los iletrados. Los denominados poderes del Estado, a la cabeza de su columna vertebral: Las Fuerzas Armadas y Policiales, quienes coercitivamente se encargarán de su puesta en marcha. Eso es lo que ocurre en nuestras sociedades. Todo está muy bien organizado, mejor dicho digitalizado. Así, las injusticias acontecen como algo natural, por tanto, se presentan como inevitables e inherentes a la sociedad humana. Así, todos los efectos producidos por las crecientes desigualdades resultan legítimas y necesarias, pues ¡cada quien forja su presente y futuro! Como si los seres humanos no fueran eminentemente sociales. Se pretende cercenar su esencia de ser social y reducirlo a ser gregario. Eso se hace a diario con los luchadores sociales también conocidos como los mejores hijos de los pueblos.

El quehacer educativo, suele estar acompañado por nociones supersticiosas, esotéricas y fatalistas con lo que se aliena y enajena a los individuos.

¿Cómo se concreta y viabiliza lo anteriormente afirmado? Así como los mal llamados medios de comunicación trabajan con sutileza sus contenidos y mensajes alienantes; la educación formal hace lo propio a través del «Curriculum Oculto», por cuanto su estructura de formación “manipuladora” y “domesticadora”, es ejecutada para encubrir los verdaderos objetivos de la clase expoliadora.

POSICIONES EDUCATIVAS DE MARIÁTEGUI Y FREYRE

Dos grandes personajes latinoamericanos también se encargaron de abordar el problema de la educación. Lo hicieron tanto en el contexto capitalista como en el socialista. Ambos, consecuentes con sus concepciones del mundo y posiciones, esgrimen importantes planteamientos, así como tareas. Precisemos algunas de ellas:

Mariátegui(5) es categórico al manifestar que “El Estado… no puede renunciar a la dirección y al control de la educación pública”. Además de poner en claro que El Estado se constituye en un órgano de opresión al servicio de la clase dominante, ineludiblemente también debe hacerse cargo de la educación en “función de conformar la enseñanza con las necesidades de esta clase social”(6). Así, tanto la educación pública como la privada han dependido de la burguesía.

Mariátegui asigna un decisivo y trascendente papel a los maestros comprometidos con la historia y su progreso ¿Cuál? Sostiene que los educadores deberían reorganizar la nueva enseñanza y para aquello necesariamente tienen que saber, moverse y funcionar como un sindicato. Además deben comprender la solidaridad histórica por lo que deben unir sus fuerzas y acciones con otros sindicatos para transformar todo el orden social. En esa dirección el maestro no debería reducir su existencia y accionar a la mera supervivencia sino que, ante todo, debería servir a la edificación de una nueva sociedad.

Al analizar las condiciones de vida a la que es sometido el maestro, en nuestras sociedades, precisa que éste es condenado a una “condición miserable y humillada”, así lo condicionan para conservar su puesto y renunciar a su dignidad intelectual y espiritual.

Mariátegui, consecuente con su confesión de ser marxista-leninista, plantea: “Sólo el socialismo puede resolver el problema de una educación efectivamente democrática e igualitaria… El régimen educacional socialista es el único que puede aplicar plenamente y sistemáticamente los principios de la escuela única, de la escuela del trabajo, de las comunidades escolares y, en general, de todos los ideales de la pedagogía revolucionaria contemporánea, incompatibles con los privilegios de la escuela capitalista, que condena a las clases pobres a la inferioridad cultural y hace de la instrucción superior el monopolio de la riqueza”(7).

Freyre(8) al igual que Marx y Mariátegui asume expresivamente una posición y elocuentemente deja en claro que «la educación es una práctica de naturaleza política». Sus planteamientos se sintetizan en que la educación tal como está organizada y se desenvuelve es ejercida sobre la conciencia dominada. He ahí su carácter opresivo. ¿Ante eso qué corresponde? Liberarse a través de la concientización, el diálogo y comprometerse con una nueva educación para servir a las masas populares y construir una sociedad más justa.

Para él la educación debería permitir conocer reflexivamente la realidad y asumir compromisos rumbo a su transformación. ¿Qué se requiere? Hacer de la educación un instrumento para concientizar y movilizar individuos que sirvan al cambio.

En consecuencia, la educación debe contribuir a que maestros y estudiantes sean concientes de su realidad y forjadores de su propia historia. La educación debe estar al servicio del fortalecimiento de las organizaciones populares. Las injusticias son a causa del capitalismo y el sistema escolar sirve como reproductor del injusto orden social. Sostiene que el socialismo será superador de las injusticias e inequidades.

Notas:

(1) Si bien en una primera instancia el capitalismo representó lo más avanzado para la sociedad humana, con el correr del tiempo lo progresista, condensado en las bondades e implicancias históricas germinadas por la Revolución Francesa, devino en conservador en tanto en vez de llevarnos al progreso humano hace lo contrario, es decir conducirnos inexorablemente a la barbarie.

(2) En el 2000 la transnacional de las comunicaciones, la BBC de Londrés, realizó una encuesta mundial para nominar al “pensador más grande del milenio”. Carlos Marx fue el ganador. Esto no sólo demuestra un visible reconocimiento a su celebridad intelectual sino también práctica. Marx, quien en su obra monumental “El Capital” realizó un análisis crítico del sistema capitalista, se encargó de poner las bases científicas del Materialismo Dialéctico e Histórico.

(3) Fernández, Enrique. “Reflexiones acerca del Neoliberalismo”.

(4) Althusser, Lois. Los aparatos ideológicos del Estado se manifiestan en instituciones y prácticas religiosas, escolares, familiares, jurídicos, políticos, sindicales, de información, culturales.

(5) Mariátegui, José Carlos. Autor de “Los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana”, “Temas de educación”, entre otras obras. Fue fundador del Partido Comunista del Perú (PCP), la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) y sentó las bases del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación Peruana (SUTEP).

(6) José Carlos Mariátegui. Temas de Educación. Editorial Minerva. Lima, 1980.

(7) En el Programa del Partido Comunista del Perú.

(7) Freyre, Paulo. Autor de “Educación como práctica de la libertad”, “Pedagogía del oprimido”, entre otras. Participó en el Movimiento de Cultura Popular, creador de un aleccionador método de alfabetización. Debido a su práctica política-educativa fue víctima de persecución por gobiernos y grupos de poder, por lo que fue exiliado en varios países.

Bibliografía utilizada:

Calero, Mavilo. Metodología activa para aprender y enseñar mejor. Editorial San Marcos. Lima, 2000.

Lenin, Vladimir. – El Estado y la Revolución. Edit. Progreso. Moscú, 1952.

– El imperialismo fase superior del capitalismo. Edit. Progreso, 1956.

Marx, Carlos. – El Capital, tomos I, II y III. Edit. Cartago. Buenos Aires, 1973.

Introducción General a la crítica de la Economía Política. Fondo de

– Cultura Popular, Lima, 1983.

Politzer, George. Principios elementales y Fundamentales de Filosofía. Editorial San

Marcos, Lima 1985.

RAMOS, S. Pablo.El Neoliberalismo en acción. Edit. Liberación. La Paz, 1996.

Quintana y Cámac. Corrientes Pedagógicas Contemporáneas. Editorial San Marcos.

Lima, 2003.

Rosental – Iudin. Diccionario Filosófico. Ediciones Pueblos Unidos. La Habana, 1980.

Zeitlin, Irving. Ideología y teoría sociológica. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1998.


[1] Alex Chamán Portugal. Docente universitario y conferencista.

Fuente:https://perspectivainternational.wordpress.com/2010/07/22/la-educacin-en-el-capitalismo-y-socialismo/

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Características de la Educación Capitalista

Por: Idol Gallardo

El sistema capitalista esta sustentado por una superestructura que generan las condiciones para darle continuidad al mismo. Esta superestructura gracias al carácter globalizador del sistema es general en todo el mundo exceptuando las naciones en las cuales existe una experiencia socialista.

En Venezuela como en todo país capitalista, la educación forma parte de la superestructura que le da continuidad al sistema, es decir, que la educación sirve como plataforma para implantar en los estudiantes y la sociedad en general la ideología burguesa la cual esta destinada a la alienación de los individuos (la negación de sí mismos). La estructura del sistema educativo venezolano en general es la de una pirámide, cuya estructura escalonada esta integrada por los tres niveles de la educación correspondiente a nuestro país.

Dadas la característica piramidal de nuestro sistema educativo podemos asemejar a la base con la educación inicial y la educación básica ya que posee un gran tamaño y en ella se concentra la gran mayoría de la población estudiantil; un segundo escaño de menor tamaño es el de la educación media esto se debe a que en la escuela básica se generan mecanismos de exclusión (los mismos pueden ser de índole, social, económico etc.) trayendo como resultado que del número de estudiantes que ingresan a la educación básica obligatoria, sólo la mitad o menos ingresan a la educación media, por ultimo para completar y terminar la estructura piramidal que caracteriza el sistema educativo venezolano y más que venezolano capitalista, conseguimos en el escaño más pequeño a la educación superior. Decimos que es el más pequeño ya que a él sólo acceden las clases pudientes y de cada 10 jóvenes de bajos recursos que logran acceder en lo que a los estratos educativos inferiores se refieren (Educación básica y media) solo dos o tres logran ingresar a la educación superior,(los cuales por las características de la educación terminan en muchos de los casos alienados, ya que se sienten superiores a sus semejantes porque lograron conquistar la cúspide educativa a diferencias de los demás individuos explotados por el sistema trayendo como consecuencia que en vez de avocarse por tratar de transformar el barrio, su objetivo principal es conquistar el estatus quo, estatus de privilegio de la clase burguesa para sentirse uno más de esta clase) esto se debe a los diferentes mecanismos de exclusión que alrededor del aparato universitario se ciernen.

¿Cómo excluye el sistema educativo?

Generando mecanismos pedagógicos unidireccionales, es decir la interacción entre Profesor-Alumno resulta nula, ya que el profesor es presentado como “ser supremo” conocedor de todo, planteando la educación como un proceso de vació de información en los cerebros de niños, niñas y jóvenes sin darle la menor importancia a la capacidad de critica y análisis que puedan generar estos individuos en la sociedad, promoviendo el falso apoliticismo, el individualismo y la competencia innecesaria entre los estudiantes, para demostrar quien puede lograr mejor nota coaccionando así cualquier iniciativa de solidaridad entre los seres sociales que interactúan entre sí dentro de las diversas instituciones educativas.

Presentando la división social del trabajo en la cual el mismo es separado entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; asumiendo que los estudiantes que siguen los patrones de conducta implantados por el sistema en la educación desarrollaran el trabajo intelectual y los que se resisten a seguir dichos patrones desarrollaran el trabajo manual; resultando estos últimos excluidos del sistema educativo porque la escuela, el liceo o la universidad no se adapta a sus necesidades sino que por el contrario estos individuos son los que se tienen que adaptar a las necesidades de los claustros educativos y por ende trae como resultado el abandono de la educación y su inserción en la vida socio-productiva de la nación.

En conclusión las instituciones educativas sirven en este y todos los sistemas educativos ligados al capitalismo, como simples entes en los cuales se les muestra a los ciudadanos a seguir patrones de producción es decir que desde el pre-escolar y la escuela básica cuando se nos indica que la hora de recreo llegó con un timbre, tal cual como se les indica a los trabajadores de las empresas que su hora de descanso ha llegado.

Cuando se nos impone competencias dentro del aula de clase y se premia gracias a las mismas a los estudiantes capaces de aprender sin ningún tipo de análisis los textos y contenidos que el profesor y el programa educativo plantean, (así, como se inicia una competencia entre distintas fabricas por la dominación de un mercado planteando la teoría darwiniana de “la supervivencia del más fuerte sobre el más débil”, es decir el más apto) implementando el egoísmo egocéntrico entre los individuos que interactúan en las aulas frustrando todo sentimiento de compañerismo y solidaridad que en el compartir diario puede surgir.

Generando que los profesores se avoquen más hacia los estudiantes que responden a un patrón de conducta, queriendo decir con esto, que los profesores buscan desarrollar más a los alumnos que tienen cierto conocimiento “Textual” en vez de avocarse a los demás para lograr así una nivelación entre todos y potenciar el desarrollo de todos como futuro inmediato de la sociedad.

Es decir que el papel de la escuela en el sistema capitalista es en todo caso reconocer a los individuos que le pueden y le van a dar continuidad al sistema para desarrollarlos y garantizarle su supremacía por encima de otros que se plantean desde el inicio educativo como seres críticos capaces de transformar las contradicciones y desigualdades sociales, porque consideran al ser humano como lo primordial para que exista un desarrollo armónico entre los individuos y la naturaleza.

Esbozando los mecanismos de exclusión del sistema educativo en su fase superior, nos conseguimos con la prueba de actitud académica mecanismo que se pone en práctica para la selección de los individuos que aspiran ingresar a las universidades y se viene implementando en Venezuela desde el año 1987, la misma está desfasada ya que en ella se contemplan temas como el de las probabilidades (en el caso de matemáticas) el cual fue excluido del programa de educación media en el año 1993. Otras de las grandes trabas que se implementan a la hora de ingresar a las universidades autónomas son las pruebas internas en las mismas, ya que estas a la hora de publicar los resultados sólo se informan quienes son las personas admitidas o no admitidas pero los resultados de las diversas pruebas no son publicados para que los aspirantes sepan en cuales de los ejercicios fallaron y lo que los llevó a no ser admitidos. Dadas las características antes mencionadas podemos definir a la educación superior venezolana como una cofradía a la cual acceden los burgueses, hijos de los rectores y otras personalidades como lo son los empresarios y personas pudientes, generando como consecuencia la privatización sistemática de la educación.

Es necesario señalar que estos desniveles sociales en la educación, son gracias a las características del estado burgués que rige a la sociedad venezolana, ya que el mismo esta diseñado para privilegiar a la clase adinerada de nuestro país.

Dada la caracterización anterior sobre el sistema educativo ligado al capitalismo, los estudiantes y el pueblo revolucionario en general estamos llamados a transformar esta superestructura capitalista, como uno de los pasos para lograr transformación de la sociedad y avanzar con un rumbo fijo EL SOCIALISMO.

“Cada generación, dentro de una relativa opacidad tiene que descubrir su misión cumplirla o traicionarla”.

Franz Fanon

Fuente:https://www.aporrea.org/educacion/a40756.html

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Singapur: Education system should be aligned with needs of the economy: Ong Ye Kung

Singapur/Mayo de 2017/Fuente: The Strait Times

Resumen: El sistema educativo debe estar alineado con la estructura de la economía, para que la gente continúe armada con las habilidades necesarias para encontrar trabajo en la era actual, dijo el Ministro de Educación Ong Ye Kung e Jueves (4 de mayo). En Singapur, esto significa limitar la proporción de graduados en una cohorte de alrededor del 30 al 40 por ciento, mientras que la formación del resto debe destinarse para las vocaciones en diversas industrias. Este enfoque, añadió, asegura que no haya exceso de graduados en Singapur, y ma el desempleo graduado bajo, a diferencia de  algunos países asiáticos.

The education system needs to be aligned with the structure of the economy, so that people will continue to be armed with the required skills to find jobs in the current age of disruption, Minister for Education (Higher Education and Skills) Ong Ye Kung said on Thursday (May 4).

In Singapore, this means capping the proportion of graduates in a cohort at about 30 to 40 per cent, while training the rest for vocations in various industries.

This approach, he added, has ensured there was no glut of graduates in Singapore, and kept graduate unemployment low, unlike in some Asian countries.

Mr Ong was a member of a panel discussing politics and education in the age of disruption at the 47th St. Gallen Symposium in Switzerland.

Also on the panel were Mr Johann Schneider-Ammann, a federal councillor of Switzerland, and Mr Anders Samuelsen, Denmark’s Minister for Foreign Affairs.

During the discussion moderated by Al Jazeera English presenter Mehdi Hasan, Mr Ong said Singapore had an over-emphasis on academic qualifications in education.

But to successfully deal with disruption, the education system needed to shift and adopt a «dual-education track», in which young people can become craftsmen in a wide range of fields. In this, Singapore can learn from countries such as Switzerland, Denmark and Germany, Mr Ong added.

«Today there is a strong emphasis on skills, and there is a logic to that,» he said. «Information and knowledge are all on the Internet. You can Google everything in the world, but skills you get from experience, you can’t Google for skills.»

Mr Ong cited the SkillsFuture initiative as an example of what the Government was doing to encourage people to learn new skills.

An education system focusing on skills will help people find jobs and improve their lives, Mr Ong said.

In doing so, it will help governments address one of today’s key challenges: rebuilding the social compact between political elites and the masses.

Politics is about giving people a better life, he said, adding: «And that has to do with employment and education, (helping people find) a sense of self even in a very globalised world.»

Mr Schneider-Ammann said «one of the medicines» to disruption was maintaining a first-rate education system.

Panellists were also asked about political disruptions, such as Brexit and the Trump presidency, which have led both Britain and the United States to look inwards.

Mr Samuelsen said the problem the poor face in this age of disruption is not globalisation, but not being part of it. «That is a big problem because that is what’s keeping people in poverty,» he said.

The symposium is an annual conference attended by business and government leaders, as well as students and young professionals.

Mr Ong arrived in Switzerland on Tuesday for a four-day working visit. He also met Mr Schneider-Ammann, who heads Switzerland’s Federal Department of Economic Affairs, Education and Research, and visited various institutions of higher learning and companies.

Fuente: http://www.straitstimes.com/singapore/education-system-should-be-aligned-with-needs-of-the-economy-ong-ye-kung

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Capitalismo y educación

Por: Armando Gonzalez

Una de las responsabilidades fundamentales de los padres es la educación de sus hijos. En primaria, secundaria y en educación superior o universitaria.

Dos siglos de capitalismo han probado que la competencia es un elemento esencial. No hay actividad en nuestra época que ejemplifique ese principio como el sistema educacional. En el lado positivo está el sistema de educación superior, a la altura de cualquiera en el mundo. En el otro lado está el deficiente ejemplo del sistema de escuelas públicas de primaria, junior y secundaria. La gran diferencia entre las dos es competencia.

El capitalismo requiere varias características para operar bien: la propiedad privada es una. El sistema legal para regir contratos es otra. El dinero estable es también importante. Más aún, si no todas las condiciones existen, el capitalismo incipiente puede funcionar. Si hay límites sociales en la posesión de propiedad privada, el capitalismo puede aferrarse, furtivamente, en sectores donde esos límites sean más débiles. Los mercados negros en sistemas comunistas han probado eso por años.

Sin embargo, no hay sustituto para la competencia en el capitalismo. Sin competencia, los otros elementos del capitalismo no pueden existir. La propiedad privada, impedida de competir por un monopolio, deja de existir en esa esfera, la ley es limitada y el dinero deja de tener efecto.

Donde existe la competencia, el capitalismo puede surgir en subsectores de sociedades no capitalistas. En subsectores donde no existe la competencia, el capitalismo deja de existir.

No hay mejor prueba de la importancia de la competencia que una comparación entre el sistema universitario americano y el sistema de escuelas públicas. Ambas comparten importantes similitudes. Gobiernos –federal, estatales y locales– están estrechamente involucrados y aportan cantidades sustanciales de dinero a ambos sistemas. Lo que los dos sistemas no comparten es competencia. Comparado con el sector privado, el sistema universitario americano no es el mejor ejemplo de competencia. Pero sí lo es comparado con el sistema de escuelas públicas. El sistema universitario encara competencia en muchos aspectos. El sistema de escuelas públicas, por otra parte, busca refugio contra la competencia.

En el sistema universitario los estudiantes escogen a qué college o universidad desean asistir. Los colleges y universidades, por lo tanto, tienen que competir para atraerlos. Los estudiantes transfieren regularmente. La movilidad es característica en el sistema universitario.

El contraste no puede ser mayor con los sistemas de escuelas públicas. La elección de la escuela, disponible para todo universitario, es virtualmente inexistente en el sistema de escuelas públicas. Es el mayor enemigo de los sindicatos de maestros. La selección de la escuela, vouchers, educación en la casa y escuelas charter –cualquier forma en que el estudiante pueda moverse libremente– es anatema para ellos. La única forma que un estudiante pueda cambiar de escuela es que sus padres se muden.

La diferencia en la movilidad de los estudiantes trae a colación otro aspecto donde la competencia diferencia a los dos sistemas: fondos. Colleges y universidades compiten por fondos en todas sus formas. Los estudiantes y sus tuition dollars son el ejemplo más claro. Porque los estudiantes gozan de completa movilidad, su dinero se mueve con ellos.

Colleges y universidades también compiten por asignaciones gubernamentales. Los sindicatos de maestros de escuelas públicas se oponen también a eso. Cada escuela y distrito escolar –independientemente de la calidad de su trabajo– debe recibir la misma cantidad. Aquí, fallar es siempre excusado por “fondos inadecuados”, así que lo que se recompensa es fallar y no buen rendimiento.

El capitalismo tiene muchos facilitadores pero un solo conductor. La diferencia entre el sistema de educación universitaria y el sistema de escuelas públicas es una lección en eficiencia y una condena de su ausencia.

AGonzalez03@live.com

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article147245294.html

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Ser anticapitalista hoy: una cuestión de sentido común

Por: Mateo Aguado.  

Hace poco más de un año tres reputados científicos de la NASA publicaron un impactante estudio en el que, basándose en complejos modelos matemáticos, pronosticaban el posible colapso de la civilización humana para dentro de pocas décadas. Las causas que se aludían como determinantes para llegar a tales conclusiones eran principalmente dos: la insostenible sobreexplotación humana de los recursos del planeta y la cada vez mayor desigualdad social existentes entre ricos y pobres (1).

Más allá de analizar la gravedad de esta predicción, me gustaría hacer notar que los dos motivos que –según estos investigadores– podrían acabar provocando el derrumbe de nuestra civilización son precisamente dos de las más claras características que posee el sistema capitalista: una insensibilidad total hacia la sostenibilidad ecológica del planeta y una abrumadora despreocupación hacia la (des)igualdad y la (in)justicia social.

En consecuencia –y como se verá en mayor profundidad en las líneas que siguen– no resultaría demasiado descabellado afirmar que el capitalismo es, a día de hoy, una de las mayores amenazas que se ciernen sobre la continuidad de la cultura humana en el planeta Tierra.

Evidencias de un sistema insensato

En las sociedades modernas de hoy en día nos hemos acostumbrado a asociar el poder adquisitivo con la capacidad de alcanzar una vida feliz. Es decir, se asume que –más que menos– nuestro nivel de renta determina la felicidad que podemos llegar a alcanzar en nuestra vida (o, como se suele decir, que el dinero da la felicidad).

Esta engañosa forma de concebir la vida (basada en los aspectos materiales y monetarios como medida a través de la cual lograr una vida buena) representa, probablemente, la mayor herramienta moral que posee el capitalismo en la actualidad. Sin embargo, y como veremos a continuación, esta concepción ofrece al menos dos evidencias que la hacen insostenible.

I) La evidencia social

Desde el punto de vista social el capitalismo es insostenible en tanto en cuanto promociona una sociedad global de poseedores y desposeídos en donde el sobre-consumo innecesario de unos pocos se produce a costa de las carencias vitales de la mayoría. Y es que una de las características que ha demostrado tener el capitalismo moderno es la construcción de sociedades en las que tienden a crecer las desigualdades sociales (lo cual sucede tanto si pensamos a una escala planetaria, a nivel de países, como si lo hacemos dentro de un mismo país bajo el prisma, cada vez más simplificado, de clases).

Paralelamente a esta estratificación económica de la sociedad en dos claros grupos (unas élites muy ricas y unas masas pobres), el capitalismo no ha logrado tan siquiera cumplir su clásica promesa de traer la felicidad a un creciente número de personas. Son cuantiosos los estudios que en este sentido han cuestionado rotundamente el axioma tan fuertemente instaurado en el ADN capitalista (y en el imaginario colectivo) de que el dinero da la felicidad. Estos estudios vendrían a mostrarnos cómo la correlación entre los ingresos y la satisfacción con la vida sólo se mantiene en etapas tempranas, cuando el dinero es usado para cubrir las necesidades más básicas. A partir de este punto entraríamos en una situación de “comodidad” en donde más dinero ya no significa necesariamente más felicidad. Es más, una vez ha sido alcanzada esta situación, seguir buscando obstinadamente el crecimiento económico (en el plano macro) y el aumento de la renta y el consumo (en el plano micro) puede resultar incluso contraproducente, pues tiende a hacernos descuidar otros aspectos de nuestra vida –intangibles pero igualmente esenciales para la felicidad– como las relaciones sociales o el buen uso del tiempo (2).

Así pues, parece claro que el capitalismo es un sistema que chirría tanto con la justicia social como con la felicidad humana. Como pusieron de manifiesto hace unos años Richard Wilkinson y Kate Pickett –en su magnífica obra Desigualdad: Un análisis de la (in)felicidad colectiva– estas dos cuestiones (justicia social y felicidad humana) son dos asuntos íntimamente relacionados. Parece ser que las desigualdades sociales tienden a hacernos más infelices: en aquellas sociedades en donde son mayores los niveles de desigualdad, mayores son también los niveles de infelicidad (3).

De todo esto se puede extraer la acertada conclusión de que una sociedad preocupada por maximizar sus niveles de felicidad debería ser una sociedad centrada en rebajar al mínimo sus niveles de desigualdad (lo cual, dicho sea de paso, parece una tarea incompatible con las actuales políticas de desarrollo occidental). Por ello, como sostiene Jorge Riechmann en su libro ¿Cómo vivir? Acerca de la vida buena, el capitalismo es “un enemigo declarado de la felicidad”. Y por esta misma razón “los partidarios de la felicidad humana no pueden ser sino anticapitalistas”.

II) La evidencia ecológica

Por otro lado, el axioma del crecimiento indefinido que el capitalismo defiende, a la vez que (como hemos visto) un sinsentido social, es una inviable biofísica. La constante demanda de materiales y energía que conlleva una economía como la que tenemos no puede mantenerse de forma indefinida en el tiempo sin acabar chocando con los límites biofísicos de nuestro planeta (un lugar éste, no lo olvidemos, finito y acotado). Este hecho, a pesar de ser firmemente ignorado por los economistas convencionales (y por la inmensa mayoría de los políticos), constituye una realidad absolutamente incontestable, tal y como nos enseña la segunda ley de la termodinámica. Se podría afirmar, por lo tanto, que el capitalismo es, desde el punto de vista ecológico, biofísico y termodinámico (desde el punto de vista científico al fin y al cabo) un sistema imposible abocado al desastre.

Es por razones como ésta que en política y en economía, al igual que sucede con el resto de aspectos de la vida, se hace imprescindible poseer un mínimo de cultura científica para poder ejercer como ciudadanos responsables y comprometidos (o lo que es lo mismo a efectos termodinámicos, para acomodar nuestro comportamiento a los límites biofísicos del planeta).

Me resultan muy interesantes en este sentido las sabias palabras de Wolfgang Sachs, quien sostiene que, en el futuro, el planeta ya no se dividirá en ideologías de izquierdas o de derechas, sino entre aquellos que aceptan los límites ecológicos del planeta y aquellos que no. O dicho de otro modo, entre aquellos que entiendan y acepten las leyes de la termodinámica y aquellos que no. No se trata por lo tanto de arreglar o refundar el capitalismo (como algún político sostuvo hace no mucho) sino de entender que nuestro futuro como especie en este planeta será un futuro no-capitalista o, sencillamente, no será (4).

Hacer comprender al común de los mortales que la esfera económica no puede crecer por encima de la esfera ecológica (al menos no sin comportarse antes como un cáncer) es, por sencillo que pueda parecer de entender, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la ciencia y la educación del nuevo milenio.Esferas concéntricas

Sin embargo, esta cuestión de las esferas concéntricas –cual muñecas rusas– y de los límites del planeta es (pese a los reiterados mensajes ilusorios en pro del gasterío insensato que el capitalismo se empeña en difundir) un asunto sencillo de concebir para todas las personas. Y aquí reside –precisamente– nuestra esperanza: la esperanza de un cambio social en aras de poder alcanzar otro mundo posible, más justo y sostenible.

Como argumentaba recientemente Juan Carlos Monedero, es mucho más factible hacerse anticapitalista a día de hoy desde posiciones ecologistas que desde posiciones marxistas. La inviabilidad de un sistema que aboga por el crecimiento constante en un mundo que es limitado es algo mucho más fácil de comprender para la gente normal que la tendencia descendente de la tasa de ganancia o el fetichismo de la mercancía de la que nos hablaba Marx.

Por lo tanto, y a modo de corolario, urge entender que ser anticapitalista a día de hoy no es ya una cuestión de ecologistas o de marxistas aislados, sino que es algo de sentido común; algo directamente relacionado con la lógica de supervivencia. Esperemos que este asunto sea entendido –más temprano que tarde– por la inmensa mayoría de individuos que pueblan la Tierra hasta convertirse en una evidencia popular. Nuestra continuidad sobre el planeta y nuestra felicidad de ello dependerán.

Notas

(1) Motesharrei, S., Rivas, J., & Kalnay, E. (2012). A Minimal Model for Human and Nature Interaction.

(2) Para profundizar algo más sobre este tema se recomienda leer este artículo.

(3) La obra de Wilkinson y Pickett (2009) muestra minuciosamente como el incremento en las desigualdades tiene significativas repercusiones negativas sobre otros aspectos de la vida que afectan directamente al bienestar y a la felicidad. Tal sería el caso de la educación, la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la incidencia de enfermedades mentales, el consumo de drogas, las tasas de obesidad y sobrepeso o el número de homicidios; variables todas ellas que presentan peores valores en aquellos lugares en donde mayor es la desigualdad.

(4) Defender desde la argumentación socio-ecológica el “suicidio” social que supone seguir enfrascados en la lógica del capitalismo es un imperativo vital a la vez que uno de los grandes objetivos de este blog: crear conciencia anticapitalista a través de las Ciencias de la Sostenibilidad.

(5) EME: Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España (2011). Síntesis de resultados. Fundación Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.

Fuente: http://iberoamericasocial.com/ser-anticapitalista-hoy-una-cuestion-de-sentido-comun/

Autor Fotografía: mundolibertario

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