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La ofensiva del gran capital y las amenazas para Latinoamérica

Por: Theotonio dos Santos

La discusión en marcha en el mundo hoy se concentra en comprender la profundidad de la crisis financiera iniciada en 2007 y su relación con el conjunto de graves limitaciones del actual sistema mundial para garantizar la sobrevivencia de la humanidad. Estaríamos en una crisis final del capitalismo que hasta 2016 no ha alcanzado una recuperación suficiente, por lo menos en sus centros más importantes. En este contexto general, las economías hoy llamadas “emergentes” se desprenden de una posición subordinada del sistema mundial y conducen al surgimiento de muchos grupos de investigación que trabajan sobre la crisis mundial.

Como resultado de este giro de preocupaciones, emergen nuevos temas antes menospreciados en los centros de investigación conservadores, como la importancia de la concentración de la producción, del ingreso y de las riquezas, así como del intercambio mundial de bienes y valores. Podría deducirse que sería casi imposible prever e interpretar estos fenómenos antes despreciados o, inclusive, suprimidos del centro de las preocupaciones científicas.

No creo que debamos hacer un trabajo demasiado grande para localizar las principales tendencias que se están desarrollando en la economía mundial para tener una capacidad de previsión y de identificación de sus posibles direcciones. La verdad es que la crisis iniciada en 2007 era relativamente previsible, pero su profundidad y duración sí se hizo más difícil de prever, debido a la existencia de muchos factores condicionantes de la misma. Si analizamos globalmente las últimas estadísticas macroeconómicas, veremos que emergen nuevos poderes económicos, sobre todo en Asia y, particularmente, China e India. El gobierno chino, principalmente, está activando sus reservas (de cerca de 400 billones de dólares, o trillones en inglés) que representan un enorme volumen de liquidez en un mundo donde prevalecen las deudas en los antiguos centros de poder. El antiguo grupo de las siete mayores economías y la Trilateral (Estados Unidos, Europa y Japón) son cada vez más incapaces de pagar sus deudas que son, por lo general, mayores que el valor de sus Productos Internos Brutos (PIB), pues se trata de economías donde prevalecen los déficits comerciales externos y los déficits fiscales internos.

De esta manera prevalece la tendencia a la valorización del yuan. Al valorizarse el yuan, China gana el poder de emitir su propia moneda con circulación internacional. Esto se multiplica cuando el gobierno de China busca fortalecer su economía creando “fondos soberanos” juntamente con otras potencias superavitarias con el objetivo de ampliar mundialmente sus inversiones. El gobierno chino ya lo viene haciendo desde algún tiempo atrás, mientras el yuan tiene circulación internacional creciente (del 2% de las divisas en el mercado internacional en 2012 el yuan alcanza el 8% en 2016). Es así como países de la OPEP y de Asia que están actuando en la misma dirección pueden aumentar su preferencia por la divisa China. Venezuela, como veremos, disminuyó mucho su capacidad de influencia internacional con la drástica caída del precio del petróleo y perdió mucha capacidad de crear un fondo soberano poderoso, porque ya no tiene reservas importantes en este momento. Pero esta situación provisoria debe cambiar. Se hace necesario que economías poderosas como la brasileña se liberen de la dictadura ejercida por sus bancos centrales que impiden la creación de estos fondos, además de sabotear la creación del Banco del Sur y del Banco de los BRICS, que los pondrían en el centro del desarrollo de las Américas del Sur y Central, del Caribe y del Atlántico Sur. Sin despreciar una audaz política de aproximación del comercio con el Pacífico —centro privilegiado de los cambios de la economía mundial—.

Los cambios en el cuadro mundial y el destino de la humanidad

Después de un período de confrontación con estos cambios tan perjudiciales para los antiguos centros de poder hegemónico, se inició una ofensiva comandada por los Estados Unidos de presión sobre las economías del antiguo Tercer Mundo con un movimiento concentrado en la baja del precio internacional del petróleo. Este cuadro llevó a intentos de golpes e invasiones contra los centros alternativos al poder de estas potencias. Es así que Estados Unidos desata una situación de caos en el Oriente Medio, centrándose en Irán, Irak, Siria, Libia y extendiéndose a Paquistán y Afganistán, pero perdiendo poder en toda la región. Al naufragar en sus intentos de dominar el Oriente Medio, intenta frenar el crecimiento de Rusia y su influencia creciente en la región que históricamente se vinculó con la Unión Soviética. Su intento de arrinconar a Rusia a través de un golpe en Ucrania desemboca en la pérdida de Crimea. Pero todo se hará más grave con el fin de la debacle petrolera, con la dificultad de integrar Turquía en un frente fracasado en el Oriente Medio y en Siria, en particular. Toda la ofensiva desatada en la región está en grave crisis en razón del aumento del precio del petróleo. Si Venezuela consigue estar aún bajo la dirección de la izquierda, en los próximos años, seguramente va a entrar en ese esquema de aprovechamiento productivo de las reservas ya descubiertas y su utilización como fondo de inversión que sirva de base, incluso, para fondos de inversión privados y compra de empresas mixtas. Es muy interesante anticipar esta situación porque, como veremos, el uso estratégico de estas reservas puede revertir rápidamente los impases de la presente coyuntura.

El mundo latinoamericano (incluido Brasil) y caribeño se encuentra en este momento sobre-determinado por la amenaza de la rebaja de las inmensas reservas que aún posee en este momento. Sin embargo, estos países han vivido, desde inicios de este siglo hasta hace tres o cuatro años, una situación de aumento espectacular de sus reservas monetarias que contrastan con las enormes deudas internacionales con que convivían en los años 80 y 90 del siglo pasado. Un mundo de países debilitados por deudas colosales y que no tenían dinero para impulsar una política de desarrollo debido a una deuda paralizante, se encontraban con grandes excedentes financieros, que permitían instalar gobiernos capaces de unir crecimiento económico y redistribución de renta, aunque moderada. Pero la miseria en que vivía y aún vive un tercio de la población de estos países permite que la reorientación de 2 a 3% de sus Productos Internos Brutos hacia estas poblaciones produzca cambios radicales en las vidas de millones de personas.

Es difícil aprender a convertir sus propios títulos de deuda en fuerzas para el desarrollo. Claro que hay poca gente dispuesta a comprar, en ese momento, los títulos de deuda sin ningún respaldo en producción de bienes o inclusive, valores ligados a servicios públicos o privados. Sin embargo, los Estados Unidos se mantienen con la emisión de títulos de deuda estatales que no tienen ninguna perspectiva de ser pagados por un gobierno que no tiene posibilidades de cubrir sus deudas, ya que no tiene ninguna propuesta a la vista de obtener un superávit fiscal que pueda permitir la disminución de su deuda. Con esta aventura, los Estados Unidos están recorriendo un camino muy peligroso porque se aguarda una gran devaluación que derrumbaría los valores del dólar masivamente. Podríamos prever que no solamente se trata de una hipótesis, sino que se siente, se sabe, que vamos a tener una gran devaluación del dólar. En un país que paga 0% de intereses por sus títulos públicos, comprar estos títulos que se emiten en una moneda en devaluación es un claro suicidio económico, cuyo costo solo puede ser asumido por países que tienen poderosos intereses geopolíticos comunes con el país de moneda decadente.

Esta situación nos muestra que tenemos que repensar mucho y estudiar mucho, no solamente con una visión regional del mundo, sino con una visión que se aproxime más a la realidad. Este fenómeno global, si lo analizamos con lo que está pasando en 2016, indica que estamos viviendo una alteración en la correlación de fuerzas dentro del sistema económico mundial, en el cual los centros de poder económico mundial están convirtiéndose en países comandados por grandes concentraciones financieras que dependen cada vez más de poderosas empresas estatales y colosales transferencias de recursos estatales. Este es un fenómeno realmente inesperado para aquellos economistas formados por el discurso neoliberal, e influenciados por una campaña contra las empresas públicas y por las ventajas de la privatización que predominaron desde la década del 80 hasta inicios del siglo XXI, cuando esta ofensiva entra en decadencia.

Las mayores empresas

A pesar de la campaña privatista, estas ideas fueron rápidamente reconvertidas a partir de los años 2000. Si nos basamos en las 10 primeras empresas, según el valor de sus acciones, veremos que la primera empresa en el mundo, en 2007, era Petro China con una diferencia bastante grande en relación a la segunda empresa. Mientras Petro China se acercaba a un trillón de dólares de acciones, (en inglés, un billón, en español), la Exxon de Estados Unidos, que es una empresa privada, pero muy relacionada al sistema estatal y particularmente al Pentágono, aparecía en segundo lugar. La demanda de los productos de esta empresa proviene de instituciones estatales, financiados con recursos públicos.

La General Electric se colocaba en tercer lugar, según el valor de sus acciones. Empresa muy ligada también al Pentágono y toda la estructura militar de EEUU, con inversiones a nivel global también. Luego se coloca la China Mobil e Industria y en quinto lugar la Microsoft, seguida de Gazprom, empresa estatal de Rusia. Habría que destacar que el Estado ruso retoma recientemente esta empresa que había sido privatizada por políticas de conversión de empresas públicas en privadas, generando súbitamente grandes riquezas, que promovió que los especuladores empezaran a comprar la Gazprom. No queda claro cómo fueron exactamente privatizadas esta y varias otras empresas.

Al re-nacionalizarla, el presidente Putin logró retomar el eje principal de la economía rusa, cambiando drásticamente la correlación de fuerzas de la economía mundial. No solamente por la situación del petróleo y gas, la presencia rusa inaugura una fase muy complicada, porque su participación aumentó mucho la competencia en la explotación petrolera y gasífera mundial. La presencia de Gazprom permitió, por ejemplo, que en ese momento se realicen reuniones de Rusia con Arabia Saudita, que es una acción fuera de lo común, excepto por los intereses comunes en relación a los hidrocarburos.

China también se ubica en este juego de poder en el Oriente Medio, y probablemente esto tiene que ver con una estrategia petrolera que no se administra solamente desde la OPEP, sino que articula el apoyo de otros centros petroleros para conseguir, realmente, tener una posición de fuerza mundial. La obsesión de los Estados Unidos de mantenerse como líder incontestable de la economía petrolera mundial lo pone en confrontación con casi todos los países del mundo.

En el caso de América Latina, estas ambiciones desmedidas de los grupos dominantes en Estados Unidos llevaron al gobierno de ese país a forzar situaciones políticas en la región. Frente al decisivo hecho de que no cuentan más con apoyo militar para sus aventuras totalitarias, tienen que promover golpes de Estado apoyados fundamentalmente en congresos deslegitimizados, leyes absurdas improvisadas para servir a sus intereses, intervenciones jurídicas que convierten a la policía y a los tribunales en poderes medievales, así como en el dominio y monopolio absoluto de los medios de comunicación.

Es grave observar cómo las fuerzas de izquierda latinoamericanas se ablandaron con los pocos años de ejercicio del poder. Frente a la ofensiva general del gran capital en decadencia, se acomodan a su propuesta de retroceso ideológico y cultural que pretende transformar estas acciones desesperadas en fuente de una nueva legalidad que confunde la democracia con la movilización monopólica de los medios de comunicación y la restricción a los poderes populares que venían acumulándose en el siglo XXI, para desespero del gran capital en general.

El intento de “restringir” la cuestión democrática a una posibilidad de escoger un candidato entre los ya definidos por partidos sin participación popular; una incorporación formal de los pueblos sometidos desde las colonias, negándoles las cuotas para integrarse en los verdaderos centros de decisión; unas restricciones a la moral patriarcal que se restringe a la libertad y realización parcial de las mujeres sin darles el derecho de decidir sobre su propio cuerpo. En fin, transformando conquistas parciales en objetivos finales y buscando ocultar la radicalidad del moderno ideal democrático según el cual la plena realización de los individuos no solamente debe ser “reconocida” socialmente, sino que debe buscar el pleno ejercicio de su condición de ser humano y de su poder para orientar los destinos de la humanidad, liberándola del sometimiento a las fundamentales contradicciones sociales que la oprimen. Se trata, en fin de cuentas, de restringir la plenitud del ideal democrático a simulacros de democracia.

Además, está claro que no se puede aceptar la reducción del concepto de democracia a los principios liberales que contradicen históricamente los principios democráticos. La libertad de los explotadores y violentos dominadores no puede ser un principio ordenador de un mundo cada vez más interactivo. No podemos aceptar como principio el de explotar a las grandes mayorías y acumular el 50% de la riqueza en manos del ya famoso 1% de la población mundial, en nombre de una eficiencia económica muy discutible. Si no fuera por el terror organizado y promovido por un sistema de poder en crisis profunda, sería jocoso pretender que la humanidad deba someterse a un mundo marcado por colosales desequilibrios económicos, crisis humanas y ambientales, permanentes amenazas de violencia y amenazas dramáticas a la sobrevivencia de la humanidad y del propio planeta tierra.

Está, pues, al orden del día una batalla de ideas que se dibuja en el planeta con fuertes colores. Nuestra capacidad de movilización contra la ofensiva del gran capital es crucial. Pero ésta debe reivindicar la defensa de una nueva sociedad, de una nueva economía y de una nueva cultura, así como la creación de los instrumentos necesarios para que cada ser humano se convierta en el dueño de su propio destino.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-ofensiva-del-gran-capital-y-las-amenazas-para-latinoamerica/

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Inventamos o erramos

Por: Alí Ramón Rojas Olaya

Inventamos o erramos, es la conclusión de un estudio comparado que hace Simón Rodríguez a la relación que tiene Estados Unidos con Inglaterra respecto a la de Suramérica con España. Consideramos a Estados Unidos, dice, “como el país clásico de la libertad”, y creemos que hasta “podemos adoptar sus instituciones, sólo porque son liberales”. En efecto lo son, indica, pero “¿el suelo, su extensión, sus divisiones, su situación, los hombres, sus ideas, sus costumbres, las razas, las clases, las creencias, las necesidades, la industria, la riqueza, dónde están?”. Rodríguez sabe la forma gangrenal en que crece ese país. Conoció la sociedad esclavista porque vivió allí entre 1798 y 1800 y vivió en la Inglaterra de la Revolución Industrial: “Cada una conserva su carácter; pero el dominante es el inglés”.

En cambio, “los hijos de los españoles, se parecen muy poco a sus padres: la lengua, los tribunales y los templos engañan al viajero; no es España; aunque se hable español, aunque las leyes y la creencia religiosa sean las mismas que trajo la conquista. La única analogía que hay, entre las dos Américas, es la noble idea, que ambas tienen, de la utilidad de la esclavitud. Los angloamericanos han dejado, en su nuevo edificio, un trozo del viejo, sin duda para contrastar, sin duda para presentar la rareza de un hombre mostrando con una mano, a los reyes el gorro de la libertad, y con la otra, levantando un garrote sobre un negro que tienen arrodillado a sus pies”.

Sobre la diferencia entre ambas relaciones, Rodríguez, en un ejercicio cultural de excelsa filigrana, expone: “los angloamericanos tienen a sus esclavos a distancia -los suramericanos se rozan con ellos, y con ellas… se casan”. Previo al final, Robinson se hace (o nos hace) una pregunta para cuestionar la forma en que culturalmente se aborda el momento histórico: ¿Dónde iremos a buscar modelos? Su respuesta es contundente: “La América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”.

Si esta máxima bifurcada la citamos fuera de contexto, pareciera que Rodríguez, lejos de ser un planificador, tomaba decisiones improvisadamente, lanzaba una moneda al aire y se preguntaba ¿inventamos o erramos? Sobre esto es categórico: “la posibilidad es el país de las vanas observancias, con ella fraguan los hombres limitados sus enredos, y los imaginativos sus ficciones”.

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/ali-rojas-olaya-inventamos-erramos/

Imagen de archivo

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El capitalismo contra los pueblos originarios de Estados Unidos

Por:  Ilka Oliva Corado

Hace unas semanas en Estados Unidos como en la mayoría de países de Latinoamérica se celebró el día de Cristóbal Colón, se realizaron actividades en las escuelas y fue día feriado. En Estados Unidos, noviembre es el mes de los Pueblos Nativos desde 1990. Como el papel aguanta con todo, se dice que es para conmemorar el aporte de los estadounidenses provenientes de los Pueblos Originarios.

El Gobierno federal ha reconocido a 566 tribus y a 326 reservaciones de indígenas. Ahora bien, ¿para qué los tienen en reservaciones? ¿No es otra modalidad de esclavitud y encarcelamiento acaso?

Lo más cercano a nosotros latinoamericanos es el genocidio que sufrieron los Pueblos Originarios cuando españoles ladrones, traficantes y asesinos invadieron el continente. Nos contaron la historia patriarcal de La Malinche pero no la de Juana Azurduy y Bartolina Sisa. A Malinche la reivindicó Laura Esquivel, en su novela Malinche. Pero ha podido más el patriarcado y seguimos cantando La maldición de la Malinche, de Gavino Palomares. ¿La reivindicará algún día la historia verdadera que nunca es la oficial?

De éste lado de la frontera que también nos fue impuesta para dividir Latinoamérica de invasores europeos, también hay Pueblos Originarios, no han podido exterminarlos por más que lo intenten. A ellos nos los han pintado en las películas del oeste al estilo Hollywood: como violentos, con arcos y flechas atacando carretas de anglosajones que pasan entre montañas y ríos. Los mártires; hombres caucásicos de ojos verdes y azules, robustos y de cabello rubio. Mujeres altas y esbeltas, de tez blanca y con sirvientas indígenas. De modales y paladar refinados. Ahí están las películas de Jhon Wayne, el Gran Chaparral y Bonanza, con las que crecimos muchos, porque el papel de la televisión en la desinformación es vital.

Esa misma televisión está ocultando lo que sucede con los Pueblos Originarios de Estados Unidos. La opresión que viven es brutal, como la que viven los afro descendientes en las urbes industrializadas y la comunidad latina indocumentada. Sin embargo lo que viven los latinos no lo cubre ningún medio de información, en el caso de los afros y los Pueblos Originarios tienen el respaldo de los medios de comunicación alternativos y es gracias a ellos que nos hemos enterado de lo que está sucediendo en Dakota del Norte, donde pretenden construir un oleducto.

Es el mismo petróleo por el que México está como está y fue el Golpe en Brasil y la insistencia en derrocar a Maduro en Venezuela. El mismo petróleo por que el que mataron a Gadaffi y se vino abajo la Revolución Árabe. El mismo por el que invadieron Irak y están bombardeando Siria. El mismo capitalismo que ha mutilado África con los Diamantes de Sangre y sigue invadiendo pueblos en desarrollo por el agua de sus ríos y la belleza natural que la tierra guarda en sus entrañas. El mismo capitalismo que tiene el bloqueo en Cuba. El mismo que aplica la versión renovada del Plan Cóndor en América Latina. Ajá, el mismo que tiene millones de pobres en Estados Unidos y miles de parias en las cárceles. El mismo que realiza limpiezas sociales en barrios latinos y afros. El mismo que mata negros y latinos como perros rabiosos en las calles.

En Estados Unidos, nativos que se oponen y defienden el agua de sus ríos han sido reprimidos al estilo las películas del oeste hollywoodenses, el Gobierno ha gastado ya 10 millones de dólares en reprimirlas desde que comenzaron las manifestaciones pacíficas, Amy Goodman fue la periodista en ir al paredón, la utilizaron como escudo para silenciar a los Pueblos Originarios pero no lo lograron, aunque le impusieron cargos inexistentes e inventados.

Han utilizado gases lacrimógenos, los han atado como a perros y metido a perreras, literal, de esas mismas perreras utilizan en la frontera con México para atrapar indocumentados. Los han golpeado y acusado de romper el orden, muchos están en la cárcel acusados de cosas que nunca hicieron.

La pregunta, ¿en dónde están los millones de ciudadanos estadounidenses defendiéndolos y uniéndose a las manifestaciones y a la denuncia? El agua es vida, se toma, el petróleo no, nadie puede bañarse con petróleo, cocer sus alimentos, lavar su ropa, atender emergencias de hospital, regar las plantas. Una lluvia de petróleo no hace crecer los árboles, las hortalizas.

Las protestas de los pueblos originarios sirvieron de idea para que en la noche de Halloween muchos anglosajones se disfrazaran de Nativos para sus fiestas. Y otros en específico con los Nativos que están protestando defendiendo sus ríos. Una falta de respeto total. En noviembre también se celebra el Día de Acción de Gracias, historia mal contada, donde dicen que Nativos dieron de comer a los peregrinos que llegaron a tierras americanas como muestra de hospitalidad y de recibimiento.

La verdad es otra, pero la ocultan, no se las dicen a los niños en las escuelas, no la dicen en los medios de comunicación, no la dicen en las obras de teatro de Broadway, no lo dicen en las películas de Hollywood, no lo dicen en la poesía que gana eventos literarios, no la cuentan los escritores que reciben medallas de honor en la Casa Blanca. No está expuesta murales en los grandes museos. No, está oculta y solo la cuentan los que tienen Memoria Histórica. Desgraciadamente poquísimos en este país de masas manipuladas por el consumismo.

Sin embargo a pesar de la opresión capitalista, los pueblos nativos de Estados Unidos, como los pueblos nativos del mundo, siguen despiertos, luchando, defendiéndose del ataque brutal de un imperio que cree que acabando con la naturaleza sobrevivirá cuando el agua se acabe, y podrá comer dólares y beber petróleo. Hay tanto por aprender de los Pueblos Originarios. Por si quedaba alguna duda, si así actúa el gobierno estadounidense contra los Pueblos Originarios dentro de su propio territorio, imaginemos qué es capaz de hacer en las injerencias extranjeras. Digo, por si nos queda duda…

Y una más, imaginemos qué es capaz de hacer la Patrulla Fronteriza con los migrantes  indocumentados en la frontera entre México y Estados Unidos. ¿Alguna duda de por qué los indocumentados no denuncian lo que viven en la travesía al llegar a territorio estadounidense? Sería bueno que vieran la película Machete, para tener noción. Y como guinda del pastel, reprimiéndolos es como Estados Unidos celebra el Mes de la Herencia de los Pueblos Originarios. Belleza…

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/10/30/las-ninas-desaparecidas-de-guatemala/

 

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Ética de la Paz y de los Derechos Humanos

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

Los Medios de Comunicación deben ser garantes de la Paz y de los Derechos Humanos.

Nada debería ser más importante en la agenda de la comunicación emancipadora, que el conjunto de las luchas sociales que se despliega por el mundo a estas horas. Eso incluye la lucha por los significados y la lucha por enraizar las praxis más avanzadas como nuevas fuentes culturales y transformadoras. En un mundo donde reina la industria de la guerra, las industrias el espectáculo y el crimen organizado… la Paz y los Derechos Humanos no pueden ser paraísos de anfibologías, ambigüedades ni dobles raseros. “Por el engaño nos han dominado más que por la fuerza” decía Bolívar.

No queremos la Paz de los sepulcros ni los Derechos Humanos bajo las bayonetas. No queremos parafernalias filantrópicas ni hipocresía de propagandas “pacifistas”. No queremos recitales de plañideras. No queremos una Paz hueca, amorfa ni acomodaticia. Paz no significa inacción. No queremos treguas camaleónicas disfrazadas de Paz ni queremos Derechos Humanos individualistas, de pose, de moda o a espaldas de la realidad que margina, excluye, persigue, explota y humilla a la clase trabajadora en todo el mundo. No queremos Paz ni Derechos Humanos secuestrados por la palabrería de burócratas o de sus cómplices serviles al neoliberalismo.

En un mundo en el que el capitalismo financia sin control “películas de guerra”, series televisivas empapadas con sangre y crueldad, noticieros ideologizados por la lógica del miedo y el terrorismo de mercado.. en un mundo plagado con pantallas donde desfilan -sin control- asesinatos y humillaciones contra los seres humanos… la Paz no tiene lugar verdadero si no se lo gana como producto de las luchas sociales que emergen de los pueblos y van hacia los pueblos. No queremos “medios de comunicación” tributarios del estereotipo ideológico que tienen como proyecto de masas imponernos, sin salidas, la idea de una realidad ensangrentada por siempre. No se olvida Hiroshima o Nagasaki, no se olvida Vietnam, no se olvida el “Plan Cóndor”, no se olvida el Apartheid, no se olvidan “Las Torres Gemelas”, no se olvidan las crisis humanitarias producto de hambrunas, plagas y genocidios. No se olvida, no debe olvidarse.

Tiene razón Ana Jaramillo en insistir siempre sobre la necesidad de trabajar en el significado, en el contenido de los conceptos de Paz y Derechos Humanos. Tiene razón porque en su nombre se han cometido las peores canalladas y porque en nombre de la Humanidad y de la Paz, proliferan horrores antihumanos y apocalípticos. Han ensayado silogismos de todo tipo los “tratadistas” sobre la Paz y los Derechos Humanos pero los resultados, lo concreto, la praxis… están muy lejos de haber resuelto el problema. Visto lo visto, el primer paso hacia la Paz debería ser desarmar todo lo que ataca a los pueblos con todo tipo de armas, es decir, las armas convencionales, las no convencionales… y las armas de guerra ideológica: universidades mercantilizadas, monopolios mass media, iglesias alienantes y antivalores oligarcas.

Debería madurar, globalmente, una corriente Ética para la comunicación emancipadora, capaz de convertir en agenda prioritaria lucha de los pueblos por la Paz y por los Derechos Humanos. Definir y construir la Paz sin entelequias y sin cursilerías. No toda lucha anti-guerra es sinónimo de Paz. Si la Paz implica desarmar a los pueblos (sin tocar los arsenales de la oligarquía) o negarles su derecho a “la crítica de las armas”; estamos condenándonos a repetir errores terribles. Lo que necesitamos es una lucha verdadera contra la industria de la guerra. La Paz por la Paz misma es un callejón sin salidas en el que los pueblos avanzan hacia un encierro ideológico con consecuencias objetivas monstruosas.

Deberíamos consolidar una movilización comunicacional -teórico-práctica- contra el negocio de la guerra (sea del tipo que sea) entender su naturaleza, sus características, sus ofensivas objetivas y subjetivas. Las guerras son el comercio por otros medios. Deberíamos consolidar una corriente crítica y científica para frenar el agobio, con todo género de violencias, que se despliegan en contra de los seres humanos. Es fundamental la acción comunicacional desplegada con un programa ético de nuevo género por esa Paz que sólo tiene sentido si aporta tiempo, espacio y condiciones concretas para protegernos de los juegos de palabras y los espejismos. Nada debe distraernos una agenda ética hacia la Paz verdadera sin el gran circo del sentimentalismo pacifista que la burguesía despliega en sus escenarios mediáticos. Deberíamos luchar contra lo que silencia a los pueblos y anestesia su capacidad crítica.

Nos urge una corriente comunicacional ética y científica para conquistar la Paz que la humanidad anhela y ese anhelo de Paz debe ser realizado por los pueblos y no por sus enemigos. Corriente ética para integrarnos a toda iniciativa de Paz, ir a todo movimiento de masas a favor de la Paz para defender y apoyar el camino con acciones revolucionarias. Porque el problema no es la Paz, el problema sigue siendo la industria de la guerra desplegada para seguir adueñándose de los recursos naturales, la mano de obra y la conciencia de los pueblos. El colmo es que el burocratismo, aliado con la burguesía, trata de engañar a los pueblos trabajadores haciendo pasar como “programa de social pacifismo” sus “acuerdos” de negocios. La defensa de la paz en abstracto es siempre una manera de engañar a la clase trabajadora.

No se trata sólo de ideas. Un programa por la Paz debe ser dictado por el curso de la historia y de la lucha de clases; debe reflejar y expresar las necesidades históricas de la Humanidad. Debe proporcionar respuestas vivas y concretas. La Paz no es oponerse, únicamente, a la guerra, no se limita a luchar contra los ataques burgueses y todas las locuras depredadoras de sus ofensivas mercantiles. Reconocer la disputa por el significado concreto de la Paz y de los Derechos Humanos nos obliga a impulsar a una Revolución Semántica también en esos campos. Hasta no triunfar no estaremos en Paz.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216379

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La democracia en disputa. Una entrevista con Boaventura de Sousa Santos

La crisis económica

Emma Faviola & Roque: Parece evidente que el capitalismo mundial vive una crisis permanente de crecimiento y de agotamiento del modelo basado en el aumento continuo del consumo. ¿Cree usted que el decrecimiento económico y el agotamiento de los recursos va a influir en la construcción de cambio hacia una economía menos salvaje, menos utilitarista?

Boaventura de Sousa Santos: Hoy es evidente que el desarrollo capitalista toca la capacidad límite del planeta Tierra. Se rompieron varios récords de riesgo climático en Estados Unidos, en la India, en el Ártico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten con cada vez mayor frecuencia y gravedad. Ahí están las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la creciente escasez de agua potable, el desvío de terrenos destinados a la agricultura para desarrollar agro-combustibles, la deforestación de bosques… Se va constatando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, al final, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria.

Todo está vinculado: la crisis alimentaria, la crisis ambiental, la crisis energética, la especulación financiera sobre los bienes y los recursos naturales, la apropiación y la concentración de tierras, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y la privatización del agua, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para abrir camino a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por un medioambiente degradado, dramáticamente evidentes en la mayor incidencia del cáncer en ciertas zonas rurales, los organismos genéticamente modificados, los consumos de agro tóxicos, etcétera.

En varios países de América Latina, la valorización internacional de los recursos financieros permitió una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados), que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente, permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de ese fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para realizar políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron incrementado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente, hasta el punto de que algunos analistas vieron la emergencia de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista, el neo-desarrollismo, sobre la base del neo-extractivismo.

Sea como fuere, este neo-extractivismo se basa en la explotación intensiva de los recursos naturales y, por lo tanto, plantea el problema de los límites ecológicos (para no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto es tanto más preocupante en cuanto este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social, pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que se interponga en su camino y obstruya su trayecto tiende a ser arrasado como obstáculo al desarrollo.

¿Qué pasará cuando el boom de los recursos naturales termine? ¿Y cuando sea evidente que la inversión en los recursos naturales no fue debidamente compensada por la inversión en recursos humanos? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, ribereñas y de los quilombos (afro-brasileños) que fueron expulsadas de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado?

Estas preguntas son consideradas por la ideología económica y política dominante como escenarios distópicos, exagerados o irrelevantes, fruto de un pensamiento crítico entrenado para dar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y de ningún atractivo para los grandes medios de comunicación.

Solo una conciencia y una acción ecológica robusta y anticapitalista pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” hay que contraponer el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad, vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.

E&R: ¿En qué momento las asociaciones voluntarias no gubernamentales sustituyen las obligaciones del propio Estado?

BDSS: El conjunto de políticas sociales que hacen efectivos los derechos sociales y económicos, y consolidan en el imaginario popular la idea de soberanía, fue ahora convertida en un anatema, vista como un obstáculo para el libre comercio y la globalización. Tal vez, para sorpresa de muchos, hay que señalar que esta actitud conservadora y antidemocrática fue apoyada por los activistas internacionales de derechos humanos que surgieron en ese periodo, defensores de que el Estado dejara de invertir en las prestaciones sociales, al considerarlo ineficiente, corrupto y abusivo, y de transferir la administración de esas prestaciones a la sociedad civil, a través de organizaciones no gubernamentales locales vinculadas a otras  igualmente internacionales, que a partir de entonces proliferaron como hongos. El 90 % de las organizaciones no gubernamentales internacionales que existen fueron creadas después de 1970. De ahí a la aparición de Estados fallidos, una de las creaciones más perversas del neoliberalismo, sólo hay un paso.

E&R: ¿Podemos replantear la cartografía económica global en términos de luchas por la deslocalización de hegemonías de poder?

BDSS: Hay una lucha entre poderes de la Unión Europea y Estados Unidos que han descubierto que expresan intereses distintos, pero tienen intereses comunes cuando se trata de Rusia y China. Entonces, habrá que unirse para impedir que la dinámica del capitalismo pase desde ese eje Europa-Norteamérica hacia un eje Rusia-China-India-Brasil. Por tanto, claro que hay una lucha por la hegemonía dentro del sistema mundial.

Por otro lado, Estados Unidos está haciendo lo que hacen siempre las potencias que están en declive, que es arrastrar a los otros, por eso se crean estas parcerías Transpacíficas y Transatlánticas (El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, TPP y TTIP respectivamente, por sus siglas en inglés): para retardar su decadencia uniéndose a países más débiles. Esa es la lógica de los tratados.

E&R: En ese contexto, ¿cómo podemos pensar una descolonización de la economía?

BDSS: Para empezar es necesario des-mercantilizar. Esto significa mostrar que usamos, producimos e intercambiamos mercancías, pero que no somos mercancías ni aceptamos relacionarnos con los otros y con la naturaleza como si fuésemos una mercancía más. Somos ciudadanos antes de ser emprendedores o consumidores y, para que lo seamos, es imperativo que ni todo se compre ni todo se venda, que haya bienes públicos y bienes comunes como el agua, la salud, la educación.

Des-mercantilizar a partir de las epistemologías del Sur es el despensamiento de la naturalización del capitalismo. Consiste en sustraer vastos campos de actividad económica a la valorización del capital (la ley del valor): economía social, comunitaria y popular, cooperativas, control público de los recursos estratégicos y de los servicios de que depende directamente el bienestar de los ciudadanos y de las comunidades. Significa, sobre todo, impedir que la economía de mercado extienda su ámbito hasta transformar la sociedad en una sociedad de mercado (donde todo se compra y todo se vende, incluyendo valores éticos y opciones políticas), como está sucediendo en las democracias del Estado de mercado. Significa, además, dar credibilidad a nuevos conceptos de fertilidad de la tierra y de productividad de los hombres y de las mujeres que no colisionan con los ciclos vitales de la madre tierra: vivir bien a la vez que vivir siempre mejor.

La crisis de derechos humanos

E&R: Parece que la crisis económica está también apareciendo con fuerza en América Latina, y vemos como reacción un peligro de regresión democrática y marcha atrás en algunos logros recientes. ¿Cómo articulamos la crisis de representatividad y la crisis de derechos humanos en la región?

BDSS: Hoy no se pone en tela de juicio la hegemonía global de los derechos humanos como discurso de la dignidad humana. Sin embargo, esa hegemonía convive con una realidad perturbadora: la gran mayoría de la población mundial no constituye ser sujeto de los derechos humanos, sino más bien el objeto de los discursos sobre derechos humanos. Hay siempre una parte de nuestras poblaciones – sean las mujeres, sean los indígenas, sean los afro-descendientes –  que son objeto de discursos de derechos humanos, porque no están en condiciones de ejercer sus derechos. Si llegan, por ejemplo, a un tribunal a representar una causa una indígena en México – y estoy hablando de experiencias concretas – en Veracruz, si eres una indígena, y vas a hablar con un oficial o un funcionario, seguramente que te vas a quedar para el fin de la cola. Todos van hablar primero, los blancos, los mestizos, por último quizás, hablará la mestiza. Ella no tiene derechos. Vive en una sociedad civil, incivilizada que no es una sociedad de derechos. Es tolerada por el derecho.

Cuando menos fuerte sea la democracia representativa, mayor será la exclusión social.

E&R: Ante la crisis de derechos humanos y la ausencia de derechos, ¿cuál es el desafío a la hora de tejer redes globales de solidaridad internacional?

BDSS: Fue eso lo que intentamos desde el 2001 cuando creamos el Foro Social Mundial. A pesar de sus limitaciones y de las críticas internas y externas, el Foro se ha constituido como un modo creíble de espacio global abierto, un grupo de encuentro para los movimientos y organizaciones más diversos, procedentes de los lugares más distantes del planeta, implicados en las luchas más diversas, ahora, ¿Esta mezcla de debilidad y fortaleza que ofrece el Foro como respuesta es sostenible a la larga? ¿expresándose en una cantidad babélica de idiomas, anclados en filosofías y formas de conocimiento occidentales y no occidentales, defendiendo diferentes concepciones de la dignidad humana, exigiendo una variedad de otros mundos que tendrían que ser posibles?

La respuesta es: el Foro no responde a la cuestión del por qué de dicha diversidad, ni para qué, en qué condiciones y en beneficio de quién. Pero ha tenido el acierto de hacer esta diversidad más visible y más aceptable para los movimientos y las organizaciones; las ha hecho conscientes del carácter incompleto o parcial de sus luchas, de sus políticas y sus filosofías; ha creado una nueva necesidad de inter-conocimiento, inter-reconocimiento e inter-acción; ha fomentado coaliciones entre movimientos hasta entonces separados y que sospechaban unos de otros. En suma, ha convertido la diversidad en un valor positivo, una fuente potencial de energía para la transformación social progresiva.

Después el foro perdió un poco su ánimo pero hubo muchas organizaciones de mujeres indígenas, de afros, de campesinos, que se organizaron en articulaciones internacionales. Por ejemplo, la Vía Campesina, es una de las organizaciones campesinas más fuertes del mundo. Yo mismo estuve con ellos en Zimbabwe y participamos en un taller de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales, entonces realmente sí hicieron cosas.

E &R: ¿Estamos ante el fin del Estado-nación?

BDDS: Pienso que en el momento en que vivimos en América Latina, hay un contexto que es necesario tener en cuenta y que tiene que ver con la emergencia del concepto de plurinacionalidad. La idea de plurinacionalidad es hoy consensual en bastantes estados del mundo. Existen bastantes estados que son plurinacionales. Canadá es plurinacional, Suiza es plurinacional, Bélgica es plurinacional. Entonces, históricamente, hay dos conceptos de nación. El primer concepto de nación es el concepto liberal que hace referencia a la coincidencia entre nación y Estado; es decir, nación como el conjunto de individuos que pertenecen al espacio geopolítico del Estado y por eso en los Estados modernos se llaman Estados-nación: una nación, un Estado. Pero hay otro concepto, un concepto comunitario no liberal de nación, que no conlleva consigo necesariamente el Estado.

Por ejemplo, sabemos cómo los alemanes fueron, en Europa central y oriental, durante mucho tiempo, una nación sin Estado porque su identidad era una identidad cultural y no una identidad política. Aquí podemos ver que esta segunda tradición de nación, la tradición comunitaria, es la tradición que los pueblos indígenas han desarrollado. Este concepto de nación conlleva un concepto de autodeterminación, pero no de independencia. Nunca los pueblos indígenas han reivindicado, ni en el mismo Canadá, la independencia. Han reivindicado formas más fuertes o más débiles de autodeterminación. Entonces está aquí la idea de que la plurinacionalidad obliga, obviamente, a refundar el Estado moderno, porque el Estado moderno es un Estado que tiene una sola nación, y en este momento hay que combinar diferentes conceptos de nación dentro de un mismo Estado.

E&R: Entonces, ¿las reivindicaciones de las culturas minoritarias responden a un Estado débil?

BDSS: Primero tienes que saber qué es una cultura minoritaria. Durante mucho tiempo se consideró, por ejemplo en Bolivia, que los indígenas eran una cultura minoritaria cuando ellos son 62 por ciento de la población. ¿Qué es minoritario? Minoritario es una construcción social. No puedes decir que la cultura africana es una cultura minoritaria porque 54 por ciento de la población brasileña se considera negra o mulata.

Pienso que la sociedad, el capitalismo, tienen en su origen un elemento de barbarie muy fuerte, de destrucción muy grande, que fue de alguna manera domesticada a través de luchas sociales. Y es que el Estado liberal y la democracia liberal son contradictorios. Hay muchas cosas en el Estado, en la democracia, que están en proceso de lucha, como éste al que asistimos hoy en día, y es que el neoliberalismo está intentando desvincular el capital de los lazos políticos, que son todos nacionales. Nosotros no tenemos lazos políticos que sean transnacionales. Hay un derecho internacional, pero es muy débil; lo hemos visto en Afganistán, en Irak.

Entonces, la barbarie es la destrucción cada vez más grande de esos lazos políticos, que frenan de alguna manera el poder del más fuerte. Cuando el poder del más fuerte no tiene frenos, tenemos barbarie. Barbarie es cuando tenemos un contrato de trabajo entre un trabajador y un empresario, pero no hay un derecho laboral que proteja al trabajador. Pienso que ésta es una situación de barbarie a la que yo llamo fascismo social. Estamos caminando hacia sociedades que son políticamente democráticas y socialmente fascistas, porque los más fuertes tienen cada vez más poder para dominar al más débil, pues se están sobrepasando las reglas que existían. Por eso es necesario reinventar el Estado, la democracia y la emancipación social.

E&R: ¿Qué lugar ocupa la ciudadanía en la construcción de los derechos humanos?

BDDS: Desde el principio, los derechos humanos producen la ambigüedad de que su creación pertenece a dos grandes colectividades. Una de ellas es supuestamente la más incluyente, la humanidad, y de ahí los derechos humanos. La otra es una comunidad mucho más restringida, la de los ciudadanos de un Estado concreto. Esta tensión ha recorrido desde entonces los derechos humanos.

El propósito de adoptar declaraciones internacionales de derechos humanos y regímenes internacionales e instituciones de derechos humanos fue garantizar un mínimo de dignidad a las personas cuando no existieran derechos de pertenencia a una comunidad política o cuando estos fueran violados. Durante los últimos doscientos años los derechos humanos se han incorporado a las constituciones y prácticas jurídico-políticas de muchos países; fueron re-conceptualizados como derechos ciudadanos, garantizados de forma directa por el Estado y aplicados de manera coercitiva por los tribunales: derechos civiles, sociales, políticos, económicos y culturales.

Pero la verdad es que la eficacia de la amplia protección de los derechos de ciudadanía siempre fue precaria en la mayoría de los países. Y la evocación de los derechos humanos se produjo con mayor frecuencia en situaciones de erosión o de violaciones particularmente graves de los derechos de la ciudadanía. Los derechos humanos surgieron como el nivel más bajo de inclusión, como un movimiento descendente proveniente de la más densa comunidad de ciudadanos hacia la comunidad más diluida de la humanidad. Con la llegada del neoliberalismo y su ataque al Estado como garante de los derechos, y en particular a los derechos económicos y sociales, la comunidad de ciudadanos se diluye hasta el punto de llegar a ser indistinguible de la comunidad humana y de los derechos de la ciudadanía, tan trivializados como derechos humanos.

En el contexto actual, la prioridad atribuida a los derechos de la ciudadanía en materia de derechos humanos, antes llena de significado, se desliza hacia el vacío normativo. En este proceso los inmigrantes, y en particular los trabajadores inmigrantes indocumentados, descienden aún más abajo, a la “comunidad” de subhumanos. Para mí esto representa una derrota histórica.

Fuente: https://opendemocracy.net/democraciaabierta/boaventura-de-sousa-santos-fabiola-navarro-roque-urbieta-hernandez/la-democracia-e

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Libro: Tiempos violentos Neoliberalismo, globalización y desigualdad en América Latina

Tiempos violentos
Neoliberalismo, globalización y desigualdad en América Latina

Atilio A. Boron. Julio C. Gambina. Naum Minsburg. [Compiladores]

Julio Sevares. Naum Minsburg. Julio C. Gambina. Aldo Ferrer. Emir Sader. Ismael Bermudez. Raúl Cuello. Marcelo Lascano. Fabián Bosoer. Santiago Leiras. Mabel Thwaites Rey. José Castillo. Atilio A. Boron. Héctor Valle. Pierre Salama. Pablo Caruso. Sabrina González. [Autores de Capítulo]

Secretaría Ejecutiva.
ISBN 950-9231-43-6
CLACSO.
Buenos Aires.
Abril de 2004

Sin llegar a los horrores qeu hoy abruman a Yugoslavia, y nos recuerdan aquello que alguna vez dijera García Lorca, Europa está una vez más, «en guerra con sus propias entrañas». En ésta, nuestra parte del mundo, también vivimos «tiempos violentos». Violentos por la gravedad de la crisis social que afecta al conjunto de América Latina, y que se expresa en cruentos procesos de desintegración social y fractura de redes colectivas de solidaridad. Violentos por la disolución de las formas más elementales de convivencia que alimentan el círculo vicioso de la impunidad, el crimen, la corrupción, el narcotráfico, la exclusión social y la marginación. Violentos, en definitiva, en vistas de la extrema intemperancia de esta nueva fase de acumulación originaria mediante la cual se produce una inédita concentración de poder, riqueza e influencia social en manos de un grupo cada vez más reducido de la población, mientras que vastas mayorías nacionales son relegadas a la marginación y a la desesperanza, a la exclusión y la pobreza. La presente publicación intenta ser una contribución a la impugnación del «pensamiento único», ése que nos aconseja conformarnos con lo que existe y que ciega nuestros ojos ante la búsqueda de alternativas. En algunos países, especialmente Francia, esta crítica al «pensamiento único» ya ha adquirido una fuerza considerable. No es el caso de los países de América Latina, en especial Argentina, en donde la fidelidad a las recomendaciones del Consenso de Washington hace que toda crítica al «modelo» sea equiparada a la sinrazón y la locura. Ante una clase política que parece estar empeñada en preservar a todas costas el presente modelo, este libro pretende ser estímulo e insumo para la imperiosa «puesta en discusión» del mismo y las deplorables consecuencias que la globalización y la respuesta neoliberal han suscitado.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=221&campo=autor&texto=boron

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Pedagogía y educación pública ante el oscurantismo y la barbarie capitalista

Por Cristian Galvan

La defensa de los contenidos sobre derechos humanos y las ciencias junto a la práctica pedagógica y la lucha política como campos de disputa frente a la formación de un sentido común reaccionario y conservador.

Como ha sucedido en numerosas situaciones mientras las naciones imperialistas intervienen militarmente en otros países generando miles de muertes y millones de refugiados, los medios de comunicación capitalistas dedicaron sus programas de TV, noticieros y diarios a destilar xenofobia y a alimentar el relato nacionalista, de la mano de las políticas racistas y anti-inmigrantes de los gobiernos que aumentaron la violencia y el desplazamiento de familias a vivir en la miseria. O bien como pasa ante cada caso de gatillo fácil o de asesinatos por racismo a manos de la policía, los medios y los políticos de la burguesía generan una intensa campaña reaccionaria y de criminalización a los sectores populares.

Incluso ante el avance de las empresas imperialistas como las petroleras, mineras o las agroquímicas, que saquean y contaminan el agua y las tierras de los pueblos en complicidad con los gobiernos nacionales, las mismas son visibilizadas como parte de un supuesto “progreso”, que gracias a la justicia capitalista y a la maquinaria estatal garantizan impunidad. Ni hablar de cómo se reproduce el machismo y el sexismo, naturalizando distintas formas de opresión en la sociedad.

La iglesia por su parte viene intentando frenar jornadas por la diversidad sexual y mediante su vocero principal el papa presiona para que se deroguen leyes a favor del matrimonio igualitario y sobre políticas de salud sexual y reproductiva. Para la iglesia los jóvenes no pueden ni deben decidir sobre su sexualidad, y ni siquiera pueden informarse en un ámbito educativo o acceder a métodos de prevención en escuelas y hospitales.

Eso además de oponerse en todo el mundo a que el estado garantice el aborto legal y gratuito para evitar que miles de mujeres mueran al año. Sumado a la homofobia, al lucro y a la opresión sobre las libertades individuales que la iglesia lleva adelante día a día en su actividad política-religiosa desde hace más de dos mil años.

Contra el culto oscurantista y la hipocresía capitalista

La visión distorsionada del mundo y las formas tendenciosas de comunicación son incluidas en distintos niveles por el estado y el sistema educativo en los contenidos curriculares y en las reformas educativas privatizadoras, que también se expresa en las evaluaciones externas y estandarizadoras delineadas por el banco mundial, rechazadas fuertemente por los docentes y la comunidad educativa; evaluaciones por cierto elaboradas por un grupo de “técnicos” que no trabajaron dentro del aula y que incorporan en los contenidos las formas empresariales y el relato de las clases dominantes.

Todo en sintonía con la intromisión de la iglesia que está en contra de la educación sexual y que los diseños curriculares contengan contenidos sobre género o que los docentes realicen talleres de capacitación en educación sexual; así como con los intereses de los bancos y el imperialismo que intentan reproducir las formas de explotación capitalista y una historia falseada sobre el terrorismo de estado, las guerras imperialistas y el exterminio de los pueblos originarios. Como parte de la estrategia de los gobiernos para mantener una ideología y profundizar las políticas neoliberales y capitalistas en el ámbito educativo, tratando de avanzar en la idea de una educación mercantilista y meritocrática.

Lo que implica una disputa constante para cada docente que se plantea a cada instante en las relaciones laborales, en la democracia interna y en la práctica pedagógica a la hora de pensar que se transmite y reproduce en cada escuela, como se desarrollan los procesos educativos y hacia donde se orientan los conocimientos producidos por la clase trabajadora y los sectores populares.

Educación del pueblo

La lucha por una educación pública, laica y científica para el pueblo tiene una profunda relación con oponer y contrarrestar tanto la lógica capitalista como la de la iglesia y la de toda forma de opresión en la educación de las masas trabajadoras y populares. En ese marco, la pelea para que la educación sexual sea un hecho concreto en cada escuela y en cada barrio, va en el sentido de exigir la separación de la iglesia del estado y contra el estado capitalista. Por los derechos de la juventud, y la clase trabajadora a acceder a la información y a las condiciones necesarias para decidir libremente y poder dirigir sus propios destinos.

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Del mismo modo el desafío por abrir el debate en cada escuela y por transmitir las experiencias de los pueblos en la conquista por sus derechos, es parte de una pelea política como trabajadores de la educación en respuesta al enfoque tradicional y al sentido común conservador impulsado por las clases dominantes. Que debe ir en defensa ante cada injusticia, que impulse la solidaridad entre oprimidos y oprimidas de todo el mundo en contra de la discriminación y el racismo, la explotación del hombre por el hombre, las guerras imperialistas, la destrucción del medio ambiente, el terrorismo de estado y la violencia infantil, sobre las mujeres y LGTBI. Con la perspectiva de que la clase trabajadora organizada en sus organismos junto al partido revolucionario pueda conquistar el poder político para así basar la sociedad en la igualdad y en las necesidades de los pueblos oprimidos del mundo.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Pedagogia-y-educacion-publica-ante-el-oscurantismo-y-la-barbarie-capitalista

Imagen: www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH396/arton56938-62982.jpg?1476708415

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