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En Bruselas, Vladimír Šucha: «El populismo y la ciencia no son ‘muy compatibles»

Europa/Bruselas/sciencebusiness.net

El aumento de los populistas euroescépticos en el Parlamento Europeo podría complicar la toma de decisiones basada en la evidencia, pero el Centro Común de Investigación (JRC), el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, está listo para intensificar sus esfuerzos y ayudar a los eurodiputados recientemente elegidos. evidencia científica disponible e identificar opciones de política viables.

«El populismo y la ciencia no son realmente muy compatibles», dijo a Science | Business Vladimír Šucha, director general del JRC.

Los partidos de centro-izquierda y centro-derecha perdieron un número significativo de escaños ante los populistas y ecologistas euroescépticos en las elecciones europeas. El cambio ha hecho que muchos se pregunten qué impacto tendrán los populistas en los debates sobre ciencia y tecnología, pero también hasta qué punto los nuevos eurodiputados están abiertos a escuchar consejos científicos cuando diseñan políticas.

«Cada nuevo comienzo es una nueva oportunidad», cree Šucha. El JRC está abierto a colaborar con el grupo entrante de políticos en Bruselas y ayudarles a entender las «restricciones y consecuencias» de la toma de decisiones, dijo.

Independientemente de quién gane una elección, Šucha cree que «[la ciencia] debe hacer un esfuerzo para comprender lo que está sucediendo en nuestras sociedades y proporcionar nuevas ideas frescas».

El JRC supervisa una amplia red de científicos que investigan y proporcionan asesoramiento científico independiente a los responsables políticos de la UE y están acostumbrados al funcionamiento de la política europea. «Los científicos del JRC entienden las necesidades y el lenguaje de los políticos y los políticos», dijo Šucha.

El aumento de los partidos ecologistas en el parlamento también hará que los debates sobre el clima y la biodiversidad sean más destacados. A su vez, esto requeriría, al menos en teoría, la experiencia del CCI en el cambio climático y su impacto en la Tierra y la sociedad. «Nos complacerá proporcionarle a cualquier persona interesada un mayor conocimiento y también estamos listos para redoblar nuestros esfuerzos en esta área, si es necesario», dijo Šucha.

Fuente: https://sciencebusiness.net/news/populism-and-science-are-not-very-compatible-says-head-commissions-science-service

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Libro: Procesos de diálogo para la formulación de políticas de CTI en América Latina y España

Procesos de diálogo para la formulación de políticas de CTI en América Latina y España 

Gabriela Dutrénit. José Miguel Natera. [Editores] 

Gabriela Dutrénit. José Miguel Natera. Martín Puchet Anyul. Arturo Torres. Alexandre O. Vera-Cruz. Isabel Álvarez. Melissa Ardanche. Florencia Barletta. Mariela Bianco. Iván de la Vega. Ileana Díaz Fernández. María Goñi. Carlos Mauricio Nupia. Jeffrey Orozco Barrantes. Fernando Prada. Fernando Romero. Lucía Simón. Diana Suárez. Marcela Suárez. Judith Sutz. Víctor Gómez-Valenzuela. Leonie Zapata. Myrna Juan. Celia Torrecillas. Nadia Albis. Romilio Labra. Luis M. Barboza-Arias. Ricardo Torres Pérez. Oscar Fernández Estrada. Mario Bazán. Adriana Martínez-Maestre. Claudia Cohanof. Soledad Contreras. Nydia Ruiz. María Antonia Cervilla. Marcelo Pessoa de Matos. José Eduardo Cassiolato. Helena M. M. Lastres. Gabriel Yoguel. [Autores de Capítulo]

Colección Grupos de Trabajo. 
ISBN 978-987-722-282-1
CLACSO. CYTED. LALICS.
Buenos Aires.
Noviembre de 2017

Este trabajo forma parte de un esfuerzo más amplia de reflexión sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad en América Latina, que viene desarrollando el Grupo de trabajo “Ciencia y Sociedad” de CLACSO. En particular, este libro contribuye a alimentar el pensamiento en torno a la generación de políticas de CTI basadas en la evidencia, a partir de la discusión de estudios de caso sobre los procesos de diálogo de las comunidades para construir política pública. Esperamos que la recopilación de estos casos de estudios, estructurados a través del marco analítico que proponemos, sean considerados como un aporte a la construcción de políticas públicas de CTI, basadas en la participación pública, que logren contribuir al desarrollo de ALC y España.

De la Presentación de Gabriela Dutrénit y José Miguel Natera.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1311&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1249
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Libro: La vida o el capital

La vida o el capital

El grito del sujeto vivo y corporal frente a la ley del mercado. Antología esencial

Franz Hinkelammert. [Autor] 

Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño. 
ISBN 978-987-722-262-3
ALAS. CLACSO.
Buenos Aires.
Septiembre de 2017

Si hubiera que expresar en escasas palabras cuál es la contribución teórica más importante de Hinkelammert, está claro que el concepto fundamental es el de “humanismo”. Su filosofía plantea la permanente tensión entre el sujeto vivo, como fuente de resistencia y de creatividad humanas, y los productos de su trabajo, el mundo de objetivaciones creadas por ese sujeto y luego enfrentadas a él como mecanismos autónomos. En el marco de esa tensión, imposible de abolir (pues es expresión de las condición humana misma), la prioridad la detenta siempre la vida; no la vida individual −pues ésta, tomada en sí misma, es una abstracción que no existe separada del conjunto de condiciones que la hacen posible−, sino la vida de todos y todas, incluida la naturaleza. Por eso parece ajustado resumir esa contribución en la propuesta de un universalismo ético y político de carácter material, esto es: acorde a la condición de un ser humano real, que está corporalmente unido a sus semejantes y a la naturaleza al punto de que no puede vivir sin ellos. De allí que el lema de su filosofía sea “asesinato es suicidio”, tres palabras sencillas, en las que se sintetiza su densa concepción del sujeto.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1285&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1224
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Ghana: Endeavour to embark on research – Professor Dodoo

Ghana/Marzo de 2017/Fuente: Graphic On line

RESUMEN: Un profesor visitante de la Universidad Kwame Nkrumah de Ciencia y Tecnología (KNUST), el profesor Alex Dodoo, ha instado a las instituciones de educación superior, en particular las universidades del país, a crear y compartir conocimientos en apoyo del desarrollo nacional. Según él, la capacidad de crear conocimiento por parte de las instituciones dependía de que se embarcaran en la investigación y utilizaran los resultados para crear un impacto positivo en la economía del país.

A visiting Professor to the Kwame Nkrumah University of Science and Technology  (KNUST), Prof. Alex Dodoo, has urged institutions of higher education, particularly the universities in the country, to create and share knowledge in support of national development.

According to him, the ability to create knowledge by the institutions was dependent on their embarking on research and using the findings to create positive impact on the economy of the country.

Prof. Dodoo was speaking in an interview in the aftermath of the Faculty of Pharmacy and Pharmaceutical Sciences (FPPS) Week celebration at KNUST in Kumasi. The week’s celebration was on the theme; «Collaborative Research and Health – The Way Forward in Ghana.»

He said for universities to continue to enjoy academic freedom, it was pertinent that they influenced socio-economic conditions in the country in a non-partisan way.

He observed that economic trends at the global level in the 21st century were knowledge based, a situation that required that Ghana tapped into the system if it was to make inroads.

He noted further that most developed countries depended so much on collaborating in creating and sharing knowledge among institutions of higher education; and Ghana, being a developing country, could learn from that.

He urged the institutions of higher learning in the country to conduct research into alcoholism and road accidents, as well as other threats that were inimical to national development and put their findings into the public domain.

“Universities must accept the challenge to create and share knowledge while pharmacists in particular tackle head-on problems in education, health care and sanitation,” he said.

Prof. Dodoo said by sharing available research in a collaborative way, universities would be able to lead the way in providing jobs.

Promotion of research vital

The Pro-Vice Chancellor of the KNUST, Rev. Prof. Charles Ansah, emphasised the need for research to impact on the well-being of the people.

Under the circumstances, he said, promoting research was vital and, therefore, called on authorities in institutions of higher education to place premium on research activities.

He said the Office of the Vice Chancellor had increased funding for research for post-graduate students  to enable them to embark on research work without difficulty.

Patient-centred pharmacy practice

The Dean of the FPPS, Prof. Mrs Rita Dickson, said considering the current dispensation in which pharmaceutical practice had become more patient centred than medicine oriented, it was imperative to harness the required knowledge from research.

She said the Pharmaceutical Society would have to be strategic in the use of limited resources available to them in order for them to maximise results.

At the ceremony, 137 graduates made up of 25 doctorate (PhD) and 112 Master’s students were presented with their certificates. Mrs Dickson urged the graduates to endeavour to work hard and impact society positively.

Fuente: http://www.graphic.com.gh/news/general-news/endeavour-to-embark-on-research-professor-dodoo.html

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Lo que todos deberíamos saber y aplicar sobre la teoría general de sistemas

Por: Néstor del Prado

Suele repetirse con alta frecuencia que se debe hacer un enfoque o análisis en sistema; que debemos tener un pensamiento sistémico para resaltar que si dejamos de tener en cuenta una parte del todo indivisible o indesintegrable, el resultado no será ni confiable ni correcto.

Existen sistemas producto de la naturaleza, y otros de la creación humana.   Sistemas determinísticos: interactúan en forma predecible. Sistemas probabilísticos: presentan incertidumbre. También se habla de sistemas físicos o concretos y sistemas abstractos.

Lamentablemente muchas veces se repite algo inconscientemente, como una consigna o una frase hecha, que por lo general anulan su fuerza cognitiva. Intentaremos escribir de manera que todos podamos entender, compartir y sobre todo tratar de aplicar en los diversos ámbitos de la vida.

Conceptualización

Esta teoría surgió con los trabajos del biólogo alemán Ludwing Von Bertalonffy, publicados entre 1950 y 1968.

Un sistema es un conjunto de elementos o procesos que interactúan dinámicamente entre sí, que están sometidos a influencias externas si son abiertos; que se organizan en función de un objetivo.

Entre las propiedades de un sistema podemos citar los siguientes

  • El comportamiento de cada elemento del sistema o del entorno tiene efecto sobre el sistema tomado como un todo
  • Cada elemento depende al menos de otro elemento del conjunto
  • Cada posible subsistema tiene un efecto dependiente sobre el todo, y existe una interdependencia entre estos.

El sistema no es una simple suma de sus partes, aunque sea posible separarlo estructuralmente con fines metodológicos.

Los sistemas son entidades dinámicas y sus principios son: interconectividad, complementariedad, incertidumbre y transformación.

El tema de la dinámica de los sistemas ha generado toda una teoría no acabada y yo diría que inacabable.

Entre las leyes de la dinámica de los sistemas podemos citar las siguientes

  • Si se divide el sistema pierde dinámica
  • Mientras más se presione el sistema, más presionará este en sentido inverso
  • Cuando presionamos un sistema, mejora para después empeorar
  • Existe una demora entre la decisión y el resultado
  • Todo sistema tiene al menos un límite de crecimiento
  • Si eliminamos el límite más potente, el sistema ganará dinamismo en forma significativa

Hay sistemas más complejos que otros, pero no pretendo inmiscuirme en este artículo en la importante teoría de la complejidad. Esto es harina de otro costal, incluso existe una cátedra sobre la complejidad integrada por importantes estudiosos de sus diferentes dimensiones.

Incorrectamente la teoría de los sistemas es también frecuentemente identificada con la cibernética y la teoría del control.

Su importancia universal

Todo en la vida está conectado sistémicamente, desde los procesos primarios de la vida hasta los más desarrollados en la vida natural y social. En algunos casos esa realidad sistémica es fruto de la naturaleza, y otros de la creación humana. En la mayoría de los casos ambos ámbitos se interconectan.

Desconocer la teoría de los sistemas nos lleva frecuentemente a cometer violaciones de sus leyes y principios, y entonces nos preguntarnos: ¿por qué no sucedió lo que esperábamos, o por qué no obtuvimos el resultado previsto?

Una Organización empresarial es un sistema socio-técnico incluido en otro más amplio que es la sociedad con la que interactúa influyéndose mutuamente, en que están presentes artefactos, normas jurídicas y comportamientos humanos.

Violaciones comunes

Es muy común que ante la presencia de un sistema fruto de la creación humana, se produzcan violaciones, bien por desconocimiento de la teoría de sistema o por la imposibilidad de satisfacer sus requisitos, y suponer que el daño no será significativo.

Existen sistemas muy bien diseñados pero lo irrespetamos a la hora de gestionarlos, de modificar algunas de sus partes componentes.

En mi experiencia profesional considero que abunda más el irrespeto al concepto del sistema que la existencia de sistemas chapuceros o mal concebidos o diseñados.

Comentemos algunos ejemplos de la vida cotidiana, tanto del ámbito laboral como familiar.

Eliminar o degradar una parte pretendiendo que no existan cambios significativos.

Por la teoría más aceptada, y la adaptación en nuestro país, el sistema de gestión de capital humano está compuesto por 9 subsistemas o módulos: 1 competencias laborales, 2 organización del trabajo, 3 selección e integración, 4 capacitación y desarrollo, 5 seguridad y salud del trabajo, 6 evaluación del desempeño, 7 estimulación moral y material, 8 comunicación institucional y 9 autocontrol.

Resulta grave y lamentablemente frecuente, que el subsistema de organización del trabajo no se realice con el debido rigor, que no esté actualizado o que se haya copiado de otra organización con características similares. También se maltrata el subsistema de las competencias laborales. En el caso de la evaluación del desempeño suele ocurrir, entre otros males, que se produce una especie de paternalismo para no afectar al trabajador. Finalmente, aunque en los últimos años se ha trabajado con más consistencia tenemos el subsistema de la estimulación moral y material. La estimulación moral está necesitada de una importante reingeniería, para lograr la efectividad requerida; y la material, que ha de ser principalmente por el pago por la cantidad y calidad del trabajo, debe tener la virtud de la sostenibilidad individual, de la organización empleadora y de la sociedad en su conjunto.

Afirmar que hacemos algo para evitar las afectaciones de una parte cuando inevitablemente afectará al todo

Es muy común poner en práctica una medida operacional para proteger una parte de los resultados percibidos y entonces, como dice una colega mía, el chichón sale por otra parte, con menor o mayor significación, pero inexorablemente sale. Voy a poner un ejemplo práctico y actual. Motivado por los problemas financieros ya explicados públicamente, se ha tenido que hacer una reducción en el consumo de energía eléctrica en las organizaciones económicas, para entre otros objetivos minimizar las afectaciones al consumo residencial. Efectivamente esta decisión posibilitó que en los meses de vacaciones, con Olimpiadas por medio, se minimizaran los molestos apagones. Aunque no sea estadísticamente relevante doy testimonio que en mi barrio, en el reparto Antonio Maceo del Cerro, los apagones fueron pocos y cortos. Pero como el sistema de los servicios a la ciudadanía tiene varias partes, reducir el consumo de electricidad a las organizaciones proveedoras de productos y servicios, también afectan a los ciudadanos por razones obvias. Aquí habría que aplicar el saber popular de que “del mal, el menor”. Pienso que la mayoría prefiere mitigar los apagones, aunque sean programados, que la disminución de la oferta en cantidad y calidad, dentro de ciertos límites. El error sería no tener en cuenta que la disminución de la cuota de electricidad también afectará de manera más o menos directa a toda la ciudadanía.

En el mismo terreno de la utilización racional de la energía es importante que las indicaciones que se den o las iniciativas que se generen tengan enfoque sistémico. Podríamos estar ahorrando centavos y gastando miles de pesos. Podríamos estar desconociendo el principio de los pocos vitales y los muchos triviales, también conocido como el 20×80 o diagrama de Pareto.

La teoría de sistema tiene suficiente contenido para impartir un diplomado, e incluso para defender una maestría, especialidad o doctorado, pero nuestro propósito es que mi artículo pueda ser interpretado por todos, sin hacer concesiones al rigor científico.

Para ser consecuente con una de las razones principales del sitio en el que escribo, hago las siguientes preguntas, para motivar el debate culto y la cultura del debate.

Preguntas motivadoras

  1. ¿Todas las partes de un sistema influyen en la misma medida?
  2. ¿Son predictibles y cuantificables los cambios del sistema al realizar modificaciones en sus partes?
  3. ¿Quiénes son los profesionales que se encargan del estudio y la aplicación de la teoría de sistemas?
  4. ¿Qué ejemplo usted podría citar en que se ponga en evidencia la violación a la teoría de sistemas y sus consecuencias?

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/10/14/lo-que-todos-deberiamos-saber-y-aplicar-sobre-la-teoria-general-de-sistemas/#.WB5i2BJGT_t

 

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Sociedad del conocimiento: ¿Ideología o fase del desarrollo?

Por: Roberto Rodríguez

La expresión sociedad del conocimiento ha conseguido instalarse en el lenguaje ordinario aun cuando adolece de una definición precisa o cuando menos una percepción común de sus rasgos generales y condiciones de operación particulares. ¿Qué es la sociedad del conocimiento, cómo y dónde funciona?, ¿es una fase de desarrollo económico que se puede alcanzar, o bien un nuevo orden social asequible a través de acuerdos entre los grupos sociales, las organizaciones productivas y el Estado?, ¿la sociedad del conocimiento reemplaza o se añade a la sociedad de clases basada en la propiedad?, ¿coincide con los límites de los países, o se sitúa en espacios suprarregionales, o bien en ámbitos meramente locales?, en fin, ¿la sociedad del conocimiento es una realidad o una utopía?

Un gran relato

Ian Miles, de la Fundación Europea para el Mejoramiento de las Condiciones de Vida y de Trabajo (EUROFOUND), refiriéndose a las ambigüedades del concepto, explica, en primer lugar, que la propia existencia fáctica de la sociedad del conocimiento está en cuestión: algunos comentaristas argumentan que todas las formas de sociedad han estado basadas en el conocimiento y que, en la actualidad, sólo en algunas áreas específicas son perceptibles cambios de cantidad y calidad significativos. Otros, en contraste, defienden la idea de que la época actual se caracteriza, precisamente, por la emergencia de cambios cuantitativos y cualitativos a partir de la generación y aplicación de conocimientos científicos (Miles, 2003).

Un segundo rasgo de ambigüedad procede de la utilización del concepto con fines descriptivos y valorativos. Es descriptivo el uso de sociedad del conocimiento en, por ejemplo, los estudios que patrocina la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para medir y comparar las capacidades educativas, científicas y tecnológicas de los países, la profundidad de los derechos de protección intelectual, o bien la existencia de  sistemas de innovación, es decir, redes entre la empresa, el Estado y la academia para la transferencia de conocimientos en tecnologías y productos (véase OCDE, 2016). En cambio, es un término valorativo cuando se dirime en el debate político, ya sea para persuadir a los ciudadanos para que asuman determinados compromisos y responsabilidades, o bien para confrontar a los gobiernos por la insuficiencia de recursos destinados a los sectores de educación, investigación científica o promoción cultural (Bohme & Sterh, 1986).

¿Por qué, a pesar de sus ambigüedades, la noción de sociedad del conocimiento ha ganado tal predominancia, al grado de identificar con ella lo que la realidad del siglo XXI debiera alcanzar? Principalmente porque es un término optimista, a diferencia del tipo de expresiones con que la filosofía y la sociología intentaron caracterizar el cambio finisecular. Compárese sociedad del conocimiento con, por ejemplo, sociedad postindustrial (Bell), postmodernidad (Lyotard), modernidad radicalizada (Giddens), sociedad del riesgo (Beck), modernidad contingente (Luhmann) o modernidad líquida (Bauman), por sólo citar algunos ejemplos representativos.

El carácter optimista de la expresión suele acentuarse en el debate sobre la sociedad del conocimiento. Todo el peso cultural del término conocimiento y sus nexos significativos con las nociones de verdad, sabiduría, educación, ciencia, etc. recarga el valor semántico de la expresión. Si hay un consenso implícito sobre el valor del conocimiento, entonces es difícil cuestionar la condición deseable de la sociedad del conocimiento. De entrada, es un juego cargado.

¿Cómo oponerse, por ejemplo, a que el Estado y los particulares otorguen prioridad a las inversiones en educación o en investigación científica y desarrollo tecnológico?, ¿cómo esperar actitudes o movimientos de resistencia a propósitos como la calidad educativa o la universalización de la escolaridad?, ¿quién se atreve a cuestionar que el conocimiento, la educación y los productos de tales actividades son bienes públicos de carácter nacional y aun de carácter global?

El discurso de la sociedad del conocimiento opera, en este sentido, como el gran relato, en la terminología de Lyotard, del siglo XXI. Paradójicamente, justo en el momento en que se había previsto el fin de las metanarrativas. Pero, además, se articula con otros cuerpos conceptuales con gran carga ideológica, política y práctica en el presente: las nuevas teorías del crecimiento económico, en sus distintas variantes; las perspectivas políticas de la universalización democrática y, desde luego, con el discurso de la globalización.

En efecto, hoy existe alto grado de consenso sobre la importancia del conocimiento científico como un elemento que genera valor al entrar en contacto con procesos productivos y servicios. No se trata del consabido diferencial de productividad por uso intensivo de tecnología.

Es una noción más amplia: las economías que incorporan fuerza de trabajo calificada, tecnología de vanguardia, e innovaciones en los procesos de producción, gestión y mercadeo, adquieren ventajas comparativas, mejoran su competitividad, crecen más rápidamente y obtienen mayores ganancias. Si bien esta cadena de factores se vuelve trivial, por conocida, al referirla a la competencia empresarial, su pertinencia resulta menos obvia en el nivel macroeconómico, donde los factores de acumulación y crecimiento del producto, así como los procesos de distribución, suele ser más complejos y diferenciados.

En este último aspecto, un grupo importante de economistas, así como las principales agencias multilaterales y la banca internacional de fomento han establecido correlaciones positivas entre el desarrollo científico y tecnológico, la formación de capital humano, las capacidades de innovación, el grado de competitividad internacional, y el nivel y ritmo de crecimiento macroeconómico. Aún está en debate el orden de los factores, principalmente si la inversión en educación e investigación científica, como tal, genera desarrollo y crecimiento, o si viceversa el nivel de desarrollo conseguido genera oportunidades en esos rubros.

También se discute hasta qué punto el nivel de escolarización afecta positivamente los índices de productividad, de qué manera la inversión en ciencia y tecnología se concreta en competitividad, y cuáles son, en todo caso, los límites del modelo. No obstante, al lado del debate académico, en la mayor parte de los países avanzados y en las regiones con economías más sólidas ocurre una definida percepción sobre la necesidad y ventajas de avanzar hacia un estadio de desarrollo descrito en términos de sociedad del conocimiento (véase Strulik et al., 2012).

Entre las pautas que apuntan en dirección de la sociedad del conocimiento, se identifican entre otras las siguientes:

• La consolidación de la sociedad de la información expresada en términos de la tendencia hacia la integración de redes informáticas, en sustitución del modelo de acceso aislado al poder de cómputo.
• Convergencia digital. Alude a la expansión sobre procesos, productos y medios de tecnologías de base digital e informática.
• Una creciente importancia de las innovaciones como fuente de competitividad y como instrumento para acrecentar la eficiencia y eficacia de organizaciones de todos tipos. La innovación se define, en términos generales, como aplicación de conocimientos para renovar la forma de hacer cosas.
• El desarrollo de economías centradas en servicios. Se subraya el papel del sector servicios en la provisión de bienes intangibles para clientes específicos, particularmente procesamiento de información e interacción humana.
• Aprendizaje social. El concepto involucra inversiones sustantivas para mejorar la calidad de la educación y la capacitación, así como para determinar el orden de destrezas y conocimientos económica y socialmente relevantes. A nivel político, la idea de aprendizaje continuo y permanente se ubica como una prioridad clave, con particular énfasis en moldear sujetos adaptables con capacidad para adquirir nuevas competencias y aprendizajes.
• Los propios retos de la globalización, que estimulan las tendencias apuntadas, las cuales, a su vez, actúan como soporte e incentivo de corrientes globales.

La otra cara de la moneda

Pese al entusiasmo que recubre el discurso sobre la sociedad del conocimiento, conviene reconocer que las transformaciones involucradas no escapan a tensiones y resistencias, aún en el mundo desarrollado.
Entre las fuentes de conflicto identificadas se mencionan, entre otras: las tendencias a la polarización desencadenadas por una injusta distribución de las oportunidades educativas; las pautas de exclusión laboral que provienen de cambios tecnológicos y organizativos, así como el desplazamiento de sectores productivos y laborales con capacidades de reconversión limitadas; la diferenciación entre economías con mayores o menores posibilidades de promoción de innovaciones; la confrontación entre la lógica de la producción de conocimiento en los centros académicos versus su apropiación y uso en las empresas; la presión sobre las universidades en torno a sus ofertas curriculares y agendas de investigación; las tendencias a la privatización de las instituciones de enseñanza superior y de los centros de investigación científica.

En fin, la dualización del espacio social entre quienes tienen capacidades de generación de conocimiento y los excluidos de este proceso.

La innovación continua y redituable exige tres condiciones: el desarrollo del conocimiento, el fértil intercambio de ideas entre personas informadas y, finalmente, un buen gobierno, sobre todo en lo que se refiere a la protección legal de la innovación. En cada uno de estos frentes existe una brecha cada vez más ancha entre países ricos y pobres, brecha que incluso es más desalentadora que las actuales desigualdades de ingresos. En tal sentido, los vectores de desigualdad de la sociedad del conocimiento, es decir, la brecha entre los capaces y los incapaces, los que saben y los que ignoran, los que tienen acceso y los prescindibles, los consumidores sofisticados y los apenas sobrevivientes, da lugar a oposiciones binarias que recuerdan la conocida confrontación de Umberto Eco: apocalípticos o integrados.

En tales condiciones, la dinámica del proceso, digamos la globalización de la sociedad del conocimiento, abre escenario a tensiones inéditas en la historia, las cuales no pueden dejar de enunciarse en sentido paradójico.
En primer lugar, nunca había existido la concentración de riqueza material del presente, conviviendo con el agudo grado de pobreza en que sobrevive la mayoría. La aparente accesibilidad a toda clase de información es contradicha por la tendencia a la concentración, eventualmente la monopolización, de los medios de comunicación de masas.

Contrasta también la presencia de estímulos para generar y diseminar conocimientos con el celo de los derechos de propiedad intelectual y el combate frontal y violento a las prácticas de piratería en todas sus acepciones.
En plena era del desarrollo de las tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, nunca se había mantenido a tantas personas en la incomunicación: la mayoría escucha, mira o se entera, al margen del privilegio de emitir información o tener prácticas de interlocución no triviales.66f2a9f66e48d837f8d9568e3aa7d8b3_l

En el ámbito escolar se viven tensiones semejantes. Se ha convenido, por ejemplo, que el currículum básico se resume en dos competencias fundamentales: la cuantificación y la interpretación de textos. Sólo eso, o lo demás es pretexto para eso. Además, la evaluación de competencias y conocimientos tiende, como tal, a convertirse en el currículum.

Es un franco proceso de inversión: de evaluar lo que se enseña a enseñar lo que se evalúa. La formación media y superior tiende a enfatizar la formación de capacidades acordes a la sociedad del conocimiento, aún en aquellos contextos en que no existe ni el sector productivo, ni el mercado laboral, para colocar a los individuos formados en las mismas. El sincero asombro de los planificadores educativos por la insistencia de los estudiantes o sus familias por acceder a formaciones —saturadas— que, sin embargo, continúan ofreciendo opciones de trabajo en el sector laboral local ilustra este último extremo.

En el ámbito de la investigación científica, particularmente en los países subdesarrollados, incluso las ciencias sociales y las humanidades, se viven paradojas semejantes. ¿Cómo si no calificar el que, por un lado, se adjudique un enorme valor a la producción científica local y, por otro, se estimule, con toda clase de incentivos, la difusión de dicha producción principalmente fuera del entorno nacional y de preferencia en otro idioma?

No en uno ni en dos centros de investigación científica de nuestros países se estimula tal práctica, sino en la mayoría de nuestros ámbitos académicos. ¿Si la producción científica primaria tiene valor, por qué entonces se exporta gratuitamente, es más a costa del proveedor? Sencillamente porque da puntos en la competencia global de los prestigios. Pero, ¿eso genera productividad, competitividad, crecimiento o desarrollo?

Referencias
Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica.
Beck, Ulrich (2002). La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Ediciones Paidós Ibérica
Bell, Daniel (1991). El advenimiento de la sociedad postindustrial. Alianza Editorial.
Bohme, Gernot & Stehr, Nico (1986). Knowledge Society, D. Reidel Publish Company.
Giddens Anthony (1994). Las consecuencias de la modernidad. Alianza Editorial.
Luhmann, Niklas (2006). “La modernidad contingente”, en Las consecuencias perversas de la modernidad. Anthropos.
Lyotard, Jean François (1980). La condición posmoderna, Cátedra.
Miles, Ian (2003). Knowledge Society Foresight, European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions.
OCDE (2016). Measuring Science, Technology and Innovation.
Strulik, Holger; Prettner, Klaus & Prkawetz, Alexia (2012). “The Past and Future of Knowledge-based Growth”. CEGE Discussion Papers, núm. 140.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/sociedad-del-conocimiento-ideologia-o-fase-del-desarrollo/

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Libro: Einstein, el gran cuestionador

América del Sur/Argentina/31 de Julio de 2016/Autor: Bernardo Kliksberg/Fuente: CLACSO

Secretaría Ejecutiva.
ISBN 978-987-722-140-4
CLACSO. Universidad Hebrea de Jerusalem.
Buenos Aires.
Enero de 2016
En este trabajo deseamos centrarnos exclusivamente en varias facetas. En primer término queremos incursionar en el legado humanista de Einstein. Él mismo cubrió los más variados aspectos.  Desde firmes declaraciones acerca de los valores a respetar, hasta una cosmovisión de la sociedad y del mundo. No dejó de pronunciarse sobre todos los grandes dilemas y dramas que aquejaron a su tiempo. Al igual que su obra científica, su humanismo fue visionario; predijo catástrofes sociales, que desdichadamente se dieron y al mismo tiempo construyó con cariño infinito por el ser humano, propuesta tras propuesta, para buscar salidas.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1078&pageNum_rs_libros=4&totalRows_rs_libros=1093
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