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España: Móviles en las aulas ¿sí o no?

Por: Saray Marqués 

España se plantea seguir los pasos de Francia y prohibir los móviles en los centros educativos. Analizamos, con la ayuda de diferentes expertos, la pertinencia y efectividad de que se materialice esta medida.

En Francia el 2018-2019 está siendo el curso de la desconexión. Una ley nacional impide desde junio que los menores de 16 años usen sus móviles en sus centros educativos. Ni en horario lectivo, ni en el recreo, ni en la pausa para comer. Y a la ministra Isabel Celaá la medida no le parece mal. En una entrevista con la agencia Efe, la titular de Educación y FP la veía como “una cuestión interesante y a estudiar, porque tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología” y se planteaba “reflexionar si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción”. En esa misma entrevista reconocía la ministra, eso sí, la existencia de “opiniones fuertemente encontradas”, aunque insistía en su posición en este debate: “En algunos casos el móvil ayuda, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo”.

La OCDE, por su parte, está incluyendo en sus nuevos cuestionarios preguntas acerca de la regulación del uso de los móviles dentro de la escuela, pero todavía no cuenta con resultados. Sabe, eso sí, según los datos de PISA 2015, que en España hay un 22% de chicos y chicas de 15 años usuarios extremos de internet –que pasan más de seis horas al día conectados al salir de clase– y que, precisamente en ese sector el rendimiento en ciencias se reduce en 35 puntos. Aparte, se sienten menos satisfechos con su vida, menos contentos con su centro educativo, y suelen faltar más a clase (donde, por otra parte, un 22% reconoce no desconectar). Ya en 2013, el estudio de la Comisión Europea EU NET ADB alertaba de que en España un 21,3% de los adolescentes estaban en riesgo de sufrir adicción a internet. Y no hace falta que vengan de fuera a decírselo. Los propios jóvenes son conscientes de que abusan de las pantallas.

¿Justificaría esto la prohibición del móvil en la escuela a escala estatal? En realidad, pocos países acompañan a Francia en este frente, aunque los hay más estrictos, como Singapur, y los hay que están analizando la medida, como Rusia. Dentro de Alemania, Baviera también se ha decantado por la prohibición, pero lo más habitual es que, como en España, sea el reglamento de régimen interno de cada centro el que determine cómo se usan los smartphones en el entorno escolar. Cataluña, por su parte, ya ha avisado de que la prohibición no es el camino: “Somos contrarios a dar la espalda a los avances tecnológicos”, ha proclamado el conseller de Enseñanza Josep Bargalló.

Sí al veto

Pese a las reacciones inmediatas en contra –en un país en que el 25% de los niños y niñas de 10 años usa el teléfono móvil; un 45,2% con 11; un 75% con 12 y un 94% con 15, según el INE– también las hay, y muy efusivas, a favor. Es el caso de Marc Masip. Desde hace siete años coordina el programa Desconecta, que actualmente cuenta con un ambulatorio, un hospital de día y un colegio para secundaria y bachillerato en Cataluña. Un colegio, por otra parte, que incorpora una asignatura de competencias tecnológicas en que se trabaja cómo realizar búsquedas adecuadas y elaborar un trabajo sin copiar. Fuera de ella, el móvil está desterrado del aula. Y lo está, según Masip, que se declara “a favor del móvil y la tecnología, en contra de su mal uso y abuso, que pueden llevar a la adicción”, “porque no se necesita un teléfono en el aula para aprender, y este solo sirve para perder concentración y distraerse, así como entorpecer las relaciones interpersonales entre alumnos, su desarrollo como personas, en un entorno, el centro educativo, abonado para hacer amigos, aprender de las buenas y las malas experiencias, tener las primeras parejas…Está demostrado que los chicos no se relacionan tanto en los patios cuando hay teléfonos”.

Habla Masip cómo los chicos que se matriculan en su colegio mejoran en un 10% su rendimiento académico –con grupos reducidos y una mayor personalización de la enseñanza– y menciona cómo distintos institutos en Baleares ya están imitando a Francia: “Cala la idea de que aprender a estar en clase y a estudiar sin teléfono móvil es necesario”. “Y que no teman los padres que sus hijos no vayan a saber usar el móvil. Es un falso temor, porque móvil y adolescente están hechos para entenderse. Es un amor a primera vista”, añade.

Si este temor es falso, para él, también lo es el mito de la persona multitarea: “No están preparados los adolescentes y no estamos preparados los adultos: nos distraemos, somos menos efectivos. Y un profesor con 30 alumnos no es capaz de controlar lo que estos están haciendo con sus dispositivos”.

Le preguntamos a Masip si esta desconexión en horario escolar no puede ser incluso contraproducente: “Nosotros trabajamos para cambiar hábitos. Este tiempo amplio de no consumo puede hacernos pensar que el adolescente cogerá el móvil aún con más ganas… pero durante casi todo el día no habrá habido feedback, así que tendrán menos cosas que ver cuando lleguen a casa”, explica Masip, que reconoce que el aumento de la demanda del programa, que involucra de un modo a otro a 300 familias, ha sido espectacular desde se creó. No le sorprende. Según sus propias investigaciones, un 63% de los adolescentes en nuestro país afirman que no podrían vivir sin su móvil, y la mitad confiesa manipularlo más de 275 veces al día, esto es, cada cinco minutos. “Hace siete años constaté que había una necesidad social. Entonces nos tildaban de locos, pero el tiempo nos ha dado la razón”, concluye Masip, partidario de una norma estatal para fomentar el buen uso del móvil: “¿Verdad que estamos hartos de la eterna discusión en casa “Quiero un móvil, todos mis amigos lo tienen”? Pues si hubiera una ley estatal que no permitiera que ningún menor de 16 años tuviera móvil se acabaría con esto. Hay normas que facilitan la convivencia y mejoran la vida”.

No a la prohibición

Al contrario de Masip, Charo Sádaba, profesora de la Universidad de Navarra, se manifiesta “en el no a la prohibición del móvil en el centro educativo”. “Yo entiendo que se pueda usar dentro de un orden, sin que sea disruptivo en la dinámica del aula, y creo también que hay clases en las que el móvil no pinta nada, pero prohibiéndolo se pierde una oportunidad y se lanza el mensaje de que está proscrito, negándole cualquier posibilidad de educación que, en realidad, con una adecuada formación del profesorado, sí tiene”, analiza.

Otro problema, para Sádaba, es cómo se materializa la prohibición -¿examinando las mochilas a la entrada?- y a qué se expone quien la incumple: “Creo que se corre el riesgo de equiparar el ir con móvil a clase con otros comportamientos no equiparables y, peor, de hacerlo más deseable aún a los ojos de los adolescentes, al transmitirles que a los adultos no les gusta”.

Sádaba entiende cómo los móviles, la gestión de la tecnología que los alumnos portan en sus mochilas, complica muchas veces la existencia de los centros, pero prohibir le parece la “solución fácil”. “Cuanto más cerca esté la situación educativa de la realidad, mejor. Prohibiendo los móviles no estaremos atendiendo la competencia digital desde las aulas, cuando se ha demostrado que es posible”, zanja. Una desatención que llegaría precisamente cuando la Comisión Europea acaba de revisar su Marco de Referencia de Competencias Clave entre otras razones porque “una sociedad cada vez más móvil y digital reclama nuevos modos de aprender”.

César Poyatos es profesor en un centro concertado de Madrid. Coincide en que prohibir es “perder una oportunidad para educar en el buen uso de estos dispositivos”. “Nosotros nos adaptaríamos a la normativa vigente, pero, como en muchos centros no muy dotados tecnológicamente, el modelo que hemos seguido hasta ahora es el BYOD”, explica. El bring your own device (trae tu propio dispositivo) cuenta con numerosos adeptos. Entre ellos, el Instituto Nacional de Nuevas Tecnologías Educativas (INTEF), que ha editado una guía para aplicarlo en las aulas. “Nosotros hemos venido usando los móviles con fines didácticos y educativos, con la supervisión y dinamización del docente, mostrando a los alumnos que sirven para algo más que para hacerse selfies, entrar en redes sociales o jugar al Fortnite. Trabajando con ellos en clase hemos aprendido a categorizar la información, producir contenidos multimedia o hemos podido explicar mejor la lección de física”, explica Poyatos, que subraya la contradicción que supondría prohibirlo desde un ministerio que, a través de INTEF, sigue ofreciendo cursos tutorizados de Mobile learning.

De todas formas, Poyatos pide no reducir el debate al blanco o negro: “Hay un espectro de grises”. Con él, “Ni en el sí ni el en no”, está Carlos González, profesor de geografía e historia en secundaria en un instituto de Palencia: “Yo llevo tres años usando los móviles en el aula y creo que aportan. En mi centro actual la normativa dicta que en principio no se traen, salvo que algún profesor los requiera para alguna actividad concreta. Hay un peligro, que hagan una foto o graben en el centro y lo empleen para hacer bullying, pero la solución no debería ser la prohibición total. Es demasiado tajante, y me parece la solución fácil”.

Junto con otros docentes de otros centros, González ha encabezado proyectos que, por ejemplo, convirtieron el hashtag #EpocadeRevoluciones en trending topic cuando sus alumnos estudiaban la revolución francesa y la americana. “Yo sé que a veces, usando el móvil en el aula, me la juegan, pero asumo que lo que lo que gano es más que lo que pierdo”, reconoce. Por otra parte, no obvia el problema de la adicción al móvil: “Un porcentaje bastante alto de mis alumnos reconoce dormir con el móvil en la cama, y creo que es interesante abordar este fenómeno trabajando con las familias, desde el Ministerio, desde las consejerías de Educación… pero empezar por el uso indebido del móvil en el aula… Me parece una gota de agua en el mar”.

Frente a la prohibición estatal, aboga González por revisar la normativa de uso del móvil en los centros. En cuanto a sus prácticas de aula concretas, asegura que, de desterrarse este, no serían imposibles, pero sí se le complicaría un poco la vida: “Cuando empleamos Kahoot!, de preguntas y respuestas, tendríamos que ir al aula de informática, que quizá no esté lista, o esté ocupada, o no cuente con ordenadores para todos… Igual que para realizar rastreos de un tema concreto a través de internet, o para actividades como #EpocadeRevoluciones: Los alumnos redactarían los tweets en un cuaderno y los lanzaríamos desde el aula de informática o bien como tarea para casa”, ejemplifica.

Manuel Jesús Fernández Naranjo es profesos de ciencias sociales en un instituto de Sevilla, instituto en que los móviles están prohibidos, “salvo si se presenta un proyecto que justifique su uso educativo bajo el paraguas del BYOD”. “El problema no es la tecnología y los dispositivos para su uso”, plantea, “sino entender qué posibilidades me ofrecen para que el alumno aprenda”. En las clases de Fernández Naranjo los alumnos emplean el móvil para grabar audios, hacer vídeos, participar en debates, realizar auto y coevaluación, buscar información, elaborar infografías, presentaciones o documentos, calcular, viajar por el mundo o jugar para aprender… “sintiendo que la escuela acepta sus lenguajes y, por tanto, a ellos mismos, convirtiéndose en alumnos cada vez más autónomos, responsables y participativos”. ¿Se podría hacer esto de otra manera? “Seguramente, no”, responde Fernández Naranjo, que acusa a los partidarios de la prohibición de “falta de reflejos” y se muestra muy pesimista si esta finalmente se materializa: “El problema más importante de la escuela es que está muy alejada de la realidad que le rodea. Prohibir los móviles sólo haría que esta brecha fuera mayor y que la escuela como institución perdiera la poca influencia que le queda”.

¿Adicción?

Xavier Carbonell es psicólogo y catedrático de la facultad de Blanquerna. También está en el no a la prohibición: “El móvil es un instrumento muy potente como para no usarlo en educación. Esta debería incluir vivir en un mundo digital del que el móvil forma parte. Que la escuela pierda la oportunidad de enseñar a los estudiantes cómo usarlo me parece un posicionamiento arcaico”.

Experto en adicciones, explica que no existe en realidad una adicción al móvil per se. Sería a las apuestas a través del móvil, por ejemplo: “El móvil hace más accesibles, por proximidad y privacidad, conductas que, de no ser privadas, sería más difícil llevar a cabo, pero eso no es adicción al móvil, sino que es a través de él, de ciertas webs o apps, como se materializan”, zanja Carbonell. Para él, no se trata de prohibir sino de enseñar a usar el móvil como instrumento, respetando a los demás: “Son casi medidas higiénicas, de educación, para hacer un uso consciente de este aparato. Ya los hay que ofrecen sistemas de control, para que sepas en qué lo estás usando, si te estás pasando cuatro horas al día en redes sociales, por ejemplo”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/24/moviles-en-las-aulas-si-o-no/

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Educación es la clave de la prosperidad, destaca Unión Africana

Redacción: Prensa Latina/26-09-2018

El desarrollo docente es primordial no sólo para lograr una revolución de habilidades educativas sino para alcanzar la visión de un continente integrado, pacífico y próspero, destacó hoy la Unión Africana (UA).

Para ello, es primordial, en opinión del bloque, brindar a los maestros la atención necesaria, desde la garantía de un salario acorde con su labor hasta la disponibilidad de recursos logísticos para el adecuado desempeño de la misma.

Con miras a analizar esos y otras desafíos, la UA organizó una reunión de dos días con la participación de representantes del departamento de Ciencia y Tecnología de Recursos Humanos de la Comisión del ente, así como diversos especialistas regionales e internacionales.

La cita destacó además la importancia de trabajar en lo adelante por lograr una cada vez mejor calificación del profesorado, consecuentes con alcanzar un reconocimiento universal de las calificaciones del estudiantado africano.

En ese sentido, la UA también señaló que es necesario implementar rápidamente la Estrategia Educativa Continental para África (CESA16-25), diseñada con miras a reorientar los sistemas de educación y formación de la región.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=209678&SEO=educacion-es-la-clave-de-la-prosperidad-destaca-union-africana
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Por qué España se está quedando sin profesores de Matemáticas

Por Berta González de Vega

 

Ya no hay matemáticos que quieran ser profesores. Se han quedado plazas sin cubrir y, según el CSIF, faltan 300 docentes de la materia pese a que la carrera se estudia en 34 facultades

Los cuarentones recordarán que en COU se decía que la única salida para los licenciados en Matemáticas era convertirse en profesores. Hoy, en cambio, la realidad ha cambiado radicalmente: ya no hay matemáticos que quieran dar clase. Quizás porque están demasiado ocupados ganando dinero en el sector tecnológico y gozan de pleno empleo en un país que aún lucha contra el paro.

Uno de los datos más impactantes que dejan las oposiciones a profesor en toda España es que se han quedado plazas sin cubrir. Según el sindicato CSIF, faltan 300 docentes de matemáticas, pese a que la carrera ya se estudia en 34 facultades. Así que no hay cantera para formar a los niños que, en el futuro, deberían aspirar a los grados con mejores salidas en ciencia y tecnología.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Las respuestas son complejas, pero todos los expertos coinciden en que la situación es tan preocupante como para organizar una mesa nacional con representación de los decanos de Matemáticas, los profesores de secundaria, los sindicatos, el Ministerio, la Real Sociedad Española de Matemáticas y las comunidades autónomas. Muchos de ellos, por cierto, podrían recurrir a aquello de «os lo dijimos». Porque así ha sido. Ya comparecieron en el Congreso en el fallido Pacto de Estado por la Educación y dieron la señal de alarma. Nadie les hizo caso.

Agustín Carrillo, portavoz de la Federación Española de Profesores de Matemáticas (FESPM), certifica la tendencia: «La enseñanza está siendo la última opción para muchos ingenieros o arquitectos, que ya no lo hacen por vocación». Coincide Francisco Marcellán, presidente de la Real Sociedad Matemática de España (RSME): «Dan clase de matemáticas como descarte de otras opciones».

Casi no hay rastro en las aulas de matemáticos o de físicos, dos grados que, ahora mismo, atraen a los alumnos más brillantes del Bachillerato. Ninguno quiere acabar sus días en una clase de instituto: tienen la sensación de que la docencia no está valorada por la sociedad como debería. «La empresa privada reclama matemáticos por la forma de pensar, de abordar los problemas, de razonar», cuenta Mario Fioravanti, presidente de los decanos de matemáticas de España.

Lucas Górtazar, experto en análisis de sistemas educativos, pone el acento en el sistema de oposiciones, al que tacha de «poco útil» para calibrar la competencia de razonar que sería necesaria en un aula. La empresa privada premia a los matemáticos por virtudes que no se valoran en las oposiciones, con un temario que no cambia desde hace 25 años. Por eso -explican los detractores del sistema- sería necesaria una comisión nacional para alinear los planes de los grados, los másteres, el Bachillerato y las oposiciones.

¿Cómo es posible que ingenieros, arquitectos o químicos no puedan con el temario de la oposición? «El peso de las matemáticas en estos grados ha disminuido mucho con Bolonia», explica Marcellán. Por su parte, Carrillo advierte que esos profesores, aun teniendo el máster de Aprendizaje, llegan al instituto y piden no impartir matemáticas en Bachillerato porque no están cómodos. Además, algunos a los que llaman desde las bolsas de interinos aguantan apenas unos días dando clase. «Todo está relacionado», explica Mario Gutiérrez, encargado de Enseñanza en CSIF, sindicato que también ha pedido el cambio de las oposiciones.

«Es verdad que, de entrada, los sueldos en la docencia no son malos comparados con los primeros que se reciben en el sector privado», dice Gutiérrez. «Pero en Matemáticas, ingenierías o Física, la cosa cambia con el tiempo. ¿Qué perspectivas de promoción hay en la docencia? ¿Por qué se han dejado de convocar plazas de catedrático de instituto?».

Agustín Carrillo añade otra nota pesimista: en Andalucía, se están cerrando líneas de bachilleratos tecnológicos. Sin esa materia prima, ¿qué será de la cantera que nutre al banquillo de profesores de Matemáticas?

De momento, no se han tomado medidas. El círculo vicioso sigue su curso: faltan profesores que encarrilen a los alumnos a los perfiles más demandados por el mercado. «En el Pacto Educativo ya dijimos lo que estaba pasando. Hay un déficit en el mercado laboral de perfiles tecnológicos, como ha avisado la Unión Europea», concluye.

Frente a tanto pesimismo, aún resisten veteranos como Joaquín Hernández, profesor del IES San Juan Bautista de Madrid. «Desde que tenía 12 años, supe que quería ser profesor de Matemáticas», dice. Ha entrenado a olímpicos de matemáticas. Ha animado a los que se creían incapaces de aprobar. Tras 40 años de docencia, ya se podría jubilar, pero no quiere. Cada vez quedan menos como él.

Fuente del artículo: http://www.elmundo.es/papel/futuro/2018/09/20/5ba1369022601de4198b4595.html

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Carta los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades, y Educación, Cultura y Deporte

Por: Juana M. Sancho

Les invito a lanzar una GRAN MISIÓN, convertir la investigación educativa en la base de un conocimiento para la comprensión de quiénes somos, cómo nos influye entorno y educación y quiénes podríamos llegar a ser.

Estimados Ministra y Secretario de Educación y Ministro y Secretaria de Ciencia o viceversa.

Este comienzo de curso académico, siempre tan previsiblemente imprevisible y apasionante para la mayoría de los educadores e investigadores, casi coincide con la andadura de sus ministerios en una legislatura, como todas, por devenir. Quizás porque considero que cuanto más difícil parece una situación, más podemos y tenemos que activar nuestras energías e imaginación, me atrevo a plantearles en esta carta la necesidad de una GRAN MISIÓN, de un programa transversal de investigación educativa, que vincule todas las ciencias (naturales, sociales, humanas y posthumanas), y nos permita no solo descubrir sino construir mundos inimaginables aquí, en el planeta Tierra. Unos mundos que, ni un astronauta como el Dr. Pedro Duque, ni el replicante de Blade Runner, hayan podido no solo ver, sino incluso imaginar.

Casi al comienzo de su nueva etapa de responsabilidades quisiera compartir con ustedes y los ciudadanos en general, algunas reflexiones y preocupaciones con relación a la ciencia y la educación. Primero, quisiera poner de manifiesto que, sin la educación, sin esa labor de transmisión del pasado, comprensión del presente y configuración del futuro llevada a cabo por millones de educadores a lo largo de la historia, ni yo podría escribir esto, ni ninguno de ustedes leerlo e interpretarlo. Segundo, quisiera argumentar que tener acceso a la educación, disponer del tiempo, la mirada de cuidado y la seguridad afectiva para reconocerse, pensarse y desarrollar la capacidad de ser, para poder entender la vida mirando al pasado y poder vivirla mirando al futuro es algo que, desgraciadamente, no todo el mundo está en condiciones de hacer. Así que los que sí hemos estado y luchamos para que “todo el mundo” pueda estarlo, hemos recibido un gran regalo y una gran responsabilidad.

Estoy segura, así lo quiero creer porque la esperanza nos ayuda caminar, que harán todo lo que esté en sus manos para mejorar nuestro acervo de conocimiento y nuestra educción. Pero, por favor, no reduzcan la “ciencia” a las ciencias “duras” (o “fáciles” como diría el profesor David Berliner). Aquellas que “prometen” mundos mejores y la mejora de la vida de los seres humanos, aunque paradójicamente cuenten cada vez menos con nosotros y al final acaben llenando de “basura” nuestro planeta, mientras se preparan para “dominar” y “contaminar” el espacio exterior. Aquellas que buscan ganancias millonarias, sin considerar las consecuencias colaterales para la vida de todos los seres que habitamos el planeta. Lo que les quiero sugerir es que inviertan en aquellas áreas de conocimiento que realmente valen la pena. Las que se enfrentan a problemas profundos y complejos de un gran calado social, como es el caso de la educación.

La investigadora Mariana Mazzucato, profesora en el University College de Londres, en una tribuna publicada en El País, argumentaba que tenemos “la oportunidad de orientar la innovación hacia la solución de problemas concretos, en proyectos tan audaces como la misión de llegar a la Luna, pero dirigidos a resolver nuestros retos sociales y tecnológicos”. Aunque reconocía que las “misiones actuales son más complejas y perversas que ir a la Luna” y haciéndose eco de la obra The Moon and the Ghetto, de Dick Nelson, se preguntaba “cómo era posible que el hombre hubiera ido y vuelto de la Luna y, sin embargo, no hubiéramos podido resolver determinados aspectos de las desigualdades como la aparición de guetos”. Y afirmaba que “los problemas perversos requieren prestar más atención al nexo entre las cuestiones sociales, políticas y tecnológicas, la necesidad de una regulación inteligente y los procesos de retroalimentación en toda la cadena de innovación”.

Y aquí viene el principal argumento de la necesidad de LA GRAN MISIÓN, que les propongo considerar. Centrarse en los problemas “perversos”, aquellos que nos rodean y que nos llegan a constituir de tal manera que ya “no los vemos”. Porque parece que nos pasa lo que les sucedería a los peces si estudiasen su entorno, que lo último que descubrirían sería el agua, cuando es lo fundamental para su existencia. Y la educación es un problema profundamente perverso o “endiablado”, como la mayoría de los del “sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles” (columna del 13/1/2017).

Mariana Mazzucato, fija “cinco criterios para escoger misiones: que sean audaces y tengan valor social; que tengan objetivos concretos, para saber cuándo se han alcanzado; que impliquen investigación, innovación y preparación tecnológica en un plazo determinado; que fomenten colaboraciones entre sectores, entre participantes y entre disciplinas, y que permitan múltiples soluciones distintas y desde la base”. ¿Se imaginan cómo podrían avanzar “todos” los campos disciplinares, desde la neurociencia a la lingüística, desde la química a la filosofía, desde la física de partículas a la arquitectura o la literatura si se plantease una GRAN MISIÓN para la investigación educativa? El problema de los “tres cuerpos” por el que parece fascinado el Ministro de Ciencia, se podría convertir en algo tan complejo y apasionante que nadie pudiera dejar de interesarse. En definitiva, a lo que les invito como actuales responsables de estos dos ministerios es a atreverse a lanzar una GRAN MISIÓN que convierta la investigación educativa en la base de un conocimiento que conlleve una mejor comprensión de quiénes somos, cómo nos influye el entorno y la educación que recibimos y quiénes podríamos llegar a ser.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/13/carta-los-ministerios-de-ciencia-innovacion-y-universidades-y-educacion-cultura-y-deporte/

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Fujitsu lleva la educación digital a las áreas rurales de Sudáfrica

África/Sudáfrica/13 septiembre 2018/Fuente: Interempresas

Fujitsu está ayudando a las comunidades locales y rurales de Sudáfrica a garantizar un mejor futuro para sus hijos, a través de un proyecto desarrollado con su Select partner, Sizwe Africa IT Group, destinado a proporcionar aulas autosuficientes equipadas con tecnología de Fujitsu. Cada unidad está integrada dentro en un shipping container, funciona con energía solar y cuenta con 27 asientos, todos ellos con una pantalla y un Futro Thin Client de Fujitsu, con contenido educativo que llega a los estudiantes a través de un servidor Fujitsu Primergy RX2530.

En Sudáfrica, hay pocas escuelas u oportunidades de educación en áreas rurales remotas, lo que significa que un gran porcentaje de niños que comienzan en el Grado 1 se enfrenta a enormes desafíos para alcanzar su certificado nacional senior de Grado 12. Para lograr que el Departamento de Educación de Sudáfrica lleve el aprendizaje a estas comunidades, Fujitsu y Sizwe Africa IT Group diseñaron el ‘Edu-Smart Green Center. Un aula segura e innovadora, con ordenadores y para un uso flexible, escalable y totalmente autosuficiente. La clase puede ser construida, entregada y es completamente funcional en solo 10 semanas, eliminando demoras significativas en comparación con la construcción de ladrillo y mortero. Las aprobaciones para tales proyectos también son significativamente más fáciles de obtener que para una estructura permanente.

Cada aula eco-friendly está equipada con nueve filas de escritorios para acomodar hasta 27 estudiantes y un educador. Los alumnos se sientan frente a pantallas de Fujitsu usando thin client Futro, mientras que el educador tiene una pantalla táctil interactiva inteligente como una pizarra para complementar los materiales de aprendizaje adicionales. El contenido se almacena localmente y se envía a través de un servidor Fujitsu Primergy RX2530 M4, ubicado en una parte segura dentro del container. A pesar de su diseño optimizado, los thin client y el servidor son altamente robustos y están desarrollados para soportar un amplio rango de temperatura, asegurando un funcionamiento fiable, incluso en ambientes muy calurosos.

Todas las aulas tienen conectividad a internet, pero están diseñadas para funcionar sin acceso web, ya que la conectividad a redes móviles es irregular o inexistente en las áreas remotas y en muchas comunidades rurales no hay acceso a internet. Esto también elimina el coste de los datos móviles, ya que todo el contenido principal, incluidos los módulos de lecciones, los datos de evaluación y los informes, está disponible localmente en el servidor. Todas las unidades están alimentadas por paneles solares ubicados en el techo y tiene baterías de back-up.

Fuente: https://www.interempresas.net/Tecnologia-aulas/Articulos/223364-Curso-de-Programacion-de-Drones-Parrot-con-Tynker.html

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“Las competencias digitales deberían enseñarse desde la escuela hasta la formación docente” Entrevista a Jane Secker

Entrevista/23 Agosto 2018/Autora: Leticia Castro/Fuente: La diaria

La especialista inglesa Jane Secker señaló ventajas y amenazas del mundo digital en la educación.

Ni bueno ni malo: diferente. El mundo digital es una parte intrínseca de la educación actual; las plataformas virtuales de aprendizaje y los cursos en línea son una realidad cotidiana a la que se deben enfrentar los docentes y los estudiantes. Para hablar de estos desafíos, que ya no son tan nuevos, llegó desde Londres Jane Secker, especialista en desarrollo educativo basado en la mejora y el desarrollo del aprendizaje. Para la educación hay un gran potencial en el mundo digital, pero también aparecen ciertos riesgos relacionados con el exceso de información. Durante su visita a Montevideo, Secker habló con la diaria sobre cómo manejarlos y explotar las muchas ventajas de la virtualidad.

En el marco de los festejos por los diez años del Programa de Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA) de la Universidad de la República (Udelar) y con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Secker dio una conferencia abierta y varios talleres para docentes, estudiantes de maestría y bibliotecólogos.

“Internet es una herramienta asombrosa. Hay un amplio acceso a una gran cantidad de recursos, se pueden hacer investigaciones desde el hogar y con gente de alrededor del mundo. Pero creo que este exceso de información es lo que la hace difícil de usar, o al menos hace necesario habilidades diferentes de las que se precisaban antes. Hay que aprender a evaluar más las fuentes, por la corriente de información falsa o imprecisa, para entender en quién se puede confiar”, comentó la especialista.

Para Secker, el ingreso del mundo virtual a la educación marcó un cambio de roles. Por un lado, los docentes dejaron de ser el centro del conocimiento para ser cuestionados por sus alumnos; por otro, los jóvenes debieron convertirse en estudiantes más independientes, capaces de dudar y criticar. En este punto la inglesa ve un nudo: los adolescentes tienen en sus celulares la herramienta para poner en duda al profesor pero deciden no hacerlo: todavía necesitan la guía de un adulto en la búsqueda de conocimiento.

Una de las mayores ventajas de los entornos virtuales de aprendizaje –y la más explotada en Uruguay– es que les permite a los estudiantes tener todas las lecturas necesarias para aprobar el curso digitalizadas en un solo lugar. Esto genera, de hecho, que los estudiantes lean más: “En Reino Unido sabíamos que muchos estudiantes no accedían a las lecturas simplemente porque no iban hasta la biblioteca. Con la digitalización se lo facilitamos, está a su alcance con un clic. Además, es más barato, porque no deben comprar libros ni fotocopias, ni deben trasladarse a ningún lugar”, comentó Secker. Sin embargo, al colocar todo el material en las plataformas se limita al estudiante a esas lecturas específicas: “Cuando debían ir a la biblioteca y hacer investigación, veían todos los recursos que estaban alrededor y a veces encontraban cosas que no sabían que iban a buscar; si tienen que hacerlo leen, pero no lo piensan demasiado”, agregó.

De cara al futuro

Secker sostiene que la presencialidad no será derrotada por los cursos virtuales. “Hacer toda la carrera en línea es una opción para algunos estudiantes, pero sobre todo para aquellos que trabajan y no tienen tiempo”, aclaró la especialista. Según su entender, a futuro se necesitará más flexibilidad en los cursos que dicten las universidades, pero hay muchas ventajas de estudiar con compañeros yendo a clase. Asimismo, subrayó que todas las tecnologías deberán pensarse “siempre en clave de pedagogía y con miras en la educación. Hay que evitar pensar que la nueva y brillante tecnología va a resolver todos los problemas por sí sola, pero a su vez estar siempre atentos a lo que se viene desarrollando en el mundo”.

En el corto plazo, Secker visualiza algunos cambios en los entornos virtuales para hacerlos más accesibles a las nuevas generaciones. “Estuve hablando con estudiantes que, al tener un foro en la plataforma, decidieron comunicarse por Whatsapp. Les preguntamos por qué lo hacían y nos respondieron que era más fácil, porque obtenían una respuesta inmediata en su teléfono”, ilustró. Para ella es importante que la tecnología se amolde continuamente a las exigencias de los usuarios y, con eso en la mira, impulsar los próximos cambios.

No nacen sabiendo

Hay una tendencia a decir que los adolescentes, al ser nativos digitales, saben desenvolverse con soltura en el mundo virtual. Secker sostuvo que esto es verdad hasta cierta punto: saben editar videos y manejan las redes sociales a la perfección; sin embargo, a la hora de enfrentarse a un ensayo académico con las herramientas digitales dudan y, en muchos casos, fallan. “Los nativos digitales no tienen, de por sí, una alfabetización digital. Es bastante problemático, porque en muchas universidades encuentro que los docentes no desarrollan las competencias digitales, porque creen que sus estudiantes ya las tienen: muchos sobrestiman a los alumnos en esas áreas”, afirmó la especialista. Agregó: “La mayor dificultad está en el ambiente académico, los estudiantes tienen ciertas carencias, sobre todo en el uso de la información que está en línea. Si alguien va a escribir un ensayo, debe entender cómo se puede buscar varias fuentes para informarse, y recién ahí ponerse a escribir. Muchos estudiantes piensan que como la información ya está redactada en línea deben copiar y pegar, sin citar a las fuentes”.

Este problema no es nuevo. Cuando los estudiantes iban a las bibliotecas también copiaban y pegaban lo que decían los libros; sin embargo, ahora el problema se acentuó porque es mucho más fácil copiar sin siquiera leer lo que se está desarrollando o cómo está quedando el producto final. Por eso, para Secker es fundamental que se desarrolle la alfabetización digital de la forma más amplia posible, porque la mayoría de las habilidades no son digitales, tienen que ver con el pensamiento y el proceso de buscar información.

En relación con el desarrollo de nuevas competencias, resaltó que no es algo limitado al ámbito universitario. Secker ejemplificó: “En Reino Unido, los niños empiezan a trabajar con proyectos desde muy pequeños y les piden que busquen en internet. No creo que en ese punto muchos maestros les den consejos sobre cómo hacerlo, entonces los estudiantes tienden a copiar y pegar. Creo que ya en estos primeros proyectos deberíamos hacer una investigación independiente. Además, los docentes no necesariamente tienen una buena alfabetización digital ellos mismos, así que algunas veces no entienden y, por lo tanto, no lo enseñan; las competencias digitales deberían enseñarse desde la escuela hasta la formación docente”.

Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRFnY89UhZbTS8DBYloeNkuRCk3bMzMbq1FbzleGSyiQyDawn2i

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/8/las-competencias-digitales-deberian-ensenarse-desde-la-escuela-hasta-la-formacion-docente/

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