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Ciencia prefabricada

Por: 

Hacer ciencia con el objetivo de “probar” que ciertas actividades son perjudiciales para el ambiente no es ciencia, es activismo interesado. Lo que hay que construir son buenas hipótesis para evaluar su nivel de inocuidad, que nunca será cero: todo modifica algo.

Crece la modalidad de hacer investigación con los resultados escritos de antemano, escudada en la condición (inobjetable) de que la ciencia no es apolítica y cada marco teórico produce sus preguntas de manera consecuente con un cuerpo de paradigmas. Pero si la contaminación del agua derivada del fracking se presenta aún antes de que haya un proceso de fracking, hay motivos para pensar que los expertos (¿?) están viajando en el tiempo y plantando evidencia, al mejor estilo del Dr. Who. No de otra manera se interpretan los descubrimientos de que las cosas que no gustan a ciertos grupos de opinión sean, curiosamente, coincidentes con la evidencia a la que los encaminan sus prejuicios.

El mundo reclama decisiones basadas en evidencia. Y la evidencia no es lo que se percibe por la calle ni lo que se ha dado por llamar, de manera equívoca, el conocimiento ancestral o popular. Las comunidades tienen derecho a utilizar cualquier mecanismo para defender sus intereses, por supuesto, o exigir claridad acerca de los riesgos a los que eventualmente se exponen, pero hay que establecer un umbral entre lo que “nos parece”, el argumento de hígado o de miedo que usan muchos e imponen desde sus puestos de poder o impotencia, y lo plausible que define la ciencia dentro de sus márgenes de certidumbre. Y si la investigación acción participativa (IAP) generó parámetros para la construcción de conocimiento robusto en este ámbito, nunca pregonó la invención colegiada de opinión para ello.

 La mala ciencia es la peor aliada del ambientalismo (o de cualquier cosa) y por eso hay que ser implacables con el tema de las evidencias y la calidad y consistencia de los procedimientos con los que se juzga la conveniencia de algo. Para tomar decisiones de política nacional, la revelación o las percepciones no son el mecanismo, a lo sumo una fuente de preguntas, la evidencia de una preocupación lícita. La preventa de resultados científicos se está convirtiendo también en un problema de calidad en las instituciones universitarias, donde el “compromiso social” de los investigadores, léase su particular manera de entender la política, se conjuga con la arrogancia para declarar en Yo mayor la Verdad. Y hagámonos pasito, en vez de exponer hipótesis, métodos y discusiones al arbitrio de pares utónomos, no correligionarios.

Hacer ciencia con el objetivo de “probar” que ciertas actividades son perjudiciales para el ambiente no es ciencia, es activismo interesado: lo que hay que construir son buenas hipótesis para evaluar su nivel de inocuidad, que nunca será cero: todo modifica algo. Medir qué tanto, qué tan irreversible, a cambio de qué, quién se ve más o menos afectado es lo adecuado. Hacer ciencia para probar que una empresa, una institución o una comunidad hacen mal las cosas ya ronda en la difamación encubierta, un hecho tan grave como que las mismas empresas, instituciones o comunidades la utilicen para conseguir ventajas en un eventual juicio de responsabilidades. Y utilizar el principio de precaución como excusa para expandir rumores o hechos incompletos es una falla ética muy delicada.
¿Academias: será que la estratagema de los resultados prefabricados no nos pone en alerta?

Fuente: http://www.semana.com/opinion/articulo/la-importancia-de-hacer-buena-ciencia-columna-de-opinion-de-brigitte-baptiste/557890

 

 

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Cuba: La Educación Superior en la agenda 2030

Cuba/10 de Febrero de 2018/Granma

Más de 2.000 participantes extranjeros de alrededor de 60 países, y una cifra superior a los 500 investigadores cubanos, se prevé asistan a Cuba.

Ante los retos de trabajar por el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 en el sector de la educación, y en el contexto del centenario la Reforma de Córdoba, Cuba se convertirá una vez más –y por vigésima ocasión– en la sede del encuentro de investigadores, académicos y docentes universitarios, reunidos en el 11no. Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, que sesionará del 12 al 16 de febrero próximos, en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Diálogo de saberes, actualización de conocimientos e intercambio entre casas de altos estudios de todo el mundo, convergerán bajo el lema La universidad y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, en uno de los eventos principales para la región –al decir del titular de Educación Superior cubano José Ramón SaboridoLoidi– no solo por la cantidad de participantes y calidad de los trabajos presentados, sino por las novedosas temáticas que desarrolla.

Más de 2 000 participantes extranjeros de alrededor de 60 países, y una cifra superior a los 500 investigadores cubanos, se prevé asistan a Universidad 2018; espacio donde además confluirán ministros de Educación; viceministros; secretarios de políticas públicas; más de 300 rectores de las principales universidades del mundo; directivos de organismos internacionales y redes académicas, y más de 100 conferencistas, según apuntó María Victoria Villavicencio Plasencia, directora de Relaciones Internacionales del ministerio de Educación Superior, en conferencia de prensa desarrollada este lunes.

Entre las principales personalidades que participarán, agregó, se encuentran el politólogo argentino Atilio Borón; el periodista español Ignacio Ramonet; Paulo Speller, secretario general de laOrganización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura; David Atchoarena, director de la División de Políticas y Sistemas de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida de la Unesco, entre otros.

Un amplio programa divulgado en el sitio web del evento (www.congresouniversidad.cu) abarca la realización de conferencias magistrales, mesas redondas, paneles, talleres, cursos, visitas y una exposición asociada, que revela el quehacer de organizaciones internacionales y universidades cubanas y extranjeras, según informó el Comité Organizador.

Además del amplio intercambio de rigor científico –dijo Villavicencio– el evento es un espacio para suscribir convenios, identificar oportunidades de cooperación, y establecer alianzas entre distintas instituciones de la Educación Superior.

En la conferencia de prensa se conoció, además, que la selección de las ponencias de los investigadores cubanos tuvo su base en las universidades y talleres provinciales de todo el país; mientras las naciones de mayor participación son Nicaragua, México, Brasil, Ecuador, Argentina, Panamá, Perú, Venezuela, Alemania, España, Francia, Angola y Mozambique, al tiempo que asistirá una representación de más de 70 delegados de Estados Unidos.

Marta del Carmen Mesa, viceministra primera de Educación Superior, comentó sobre la relación entre las temáticas de Universidad 2018 y los objetivos de la Agenda 2030, lo cual demuestra, como apostilló el titular del ramo, la voluntad de Cuba –«uno de los pocos países que se acercó al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio»– para garantizar las metas de desarrollo sostenible.

En el año del centenario de la Reforma de Córdoba, Saborido agregó que Cuba prepara su marco de acción para presentar a la Conferencia Regional de Educación Superior, a celebrarse en junio del 2018 en Argentina, y para el cual sin duda alguna este evento se convertirá en escalón fundamental.

Fuente: http://www.granma.cu/cuba/2018-02-05/la-educacion-superior-en-la-agenda-2030-05-02-2018-21-02-19

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Panamá: Senacyt capacita a 180 estudiantes en obtención y aplicación de tintes naturales

Panamá / 31 de enero de 2018 / Por: Mirta Rodríguez P. / Fuente: http://laestrella.com.pa/

Los talleres «Los colores naturales de la ciencia» se impatieron en seis centros educativos de Chiriquí

Unos 180 estudiantes de seis centros Educativos de Educación Media de la provincia de Chiriquí, participaron en los talleres científicos y tecnológicos «Los colores naturales de la ciencia», auspiciado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), mediante el Programa de Fomento a la Innovación en el Aprendizaje de la Ciencia.

El taller «Los colores naturales de la ciencia» permitió al participante explorar con una variedad de técnicas de extracción de desarrollo de productos con alto valor agregado, luego de la aplicación de tintes vegetales. También se manejaron conceptos y procedimientos prácticos para mostrar reacciones químicas, como una manifestación en el cambio del color, producto de la interacción entre dos sustancias.

“El desarrollo de talleres didácticos dentro del Programa de Fomento en el Aprendizaje de la Ciencia, permite que los estudiantes tengan la oportunidad de experimentar, aprender y vivir la ciencia en forma práctica, colaborativa y con un enfoque central hacia la investigación científica”, señaló María Heller, asesora de Aprendizaje de la Senacyt.

Los estudiantes exploraron y aprendieron técnicas sobre los procesos de extracción y aplicación de los tintes naturales, permitiendo cumplir, con uno de los objetivos establecidos en el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Pencyt) 2015-2019, indicó.

“Lograr una educación equitativa y de calidad en el área científica y tecnológica” donde prime el fortalecimiento de las capacidades de los estudiantes y la facilidad del acceso al aprendizaje, es el logro del plan alcanzado mediante los talleres.

Este taller tiene como objetivo principal demostrar los principios básicos de la ciencia del color, a estudiantes de educación media, mediante procedimientos sencillos para la obtención y aplicación de tintes naturales a partir de especies vegetales, informó la Senacyt en un comunicado.

“Es muy interesante conocer que podemos extraer tintes de plantas naturales y aprendí a recolectar algunas variedades de plantas y flores para iniciar el procedimiento de extraer el color”, expresó Katherine Vargas, estudiante del Instituto David, participante del taller.

Los talleres se dictaron durante el mes de noviembre en seis centros educativos de Educación Media de la provincia de Chiriquí, siendo seleccionados el Colegio Beatriz Miranda de Cabal en Dolega, el Centro Educativo de Llano Tugrí en la Comarca Ngöbe Bugle-Müna, el Instituto David, El Centro Educativo Santo Domingo en Bugaba, El Colegio IPT Abel Tapiero Miranda en San Lorenzo y el Colegio Félix Olivares Contreras en David, beneficiando a más de 180 estudiantes

“Los aspectos científicos que se desarrollaron durante el taller, tiene como propósito que los estudiantes puedan reafirmar muchos conceptos aprendidos durante los años escolares en las diferentes áreas de la ciencia como es la química y la biología”, señalúntualizo Vielka de Guevara, directora del Centro de Investigación de Productos Naturales y Biotecnología (Cipnabiot) de la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi),

Para Viviana Morales, investigadora principal del Proyecto, “esta actividad motivó al participante a compartir sus experiencias con nosotros, dándonos a conocer nombres comunes de otras plantas con capacidad tintórea poco estudiadas y ampliar el catálogo de especies que manejamos. Se despertó la curiosidad por parte del estudiante, sobre los mecanismos que provocan los cambios de los colores, orientándolos a indagar sobre la composición de estos extractos y como pueden alterar su química, con productos caseros que utilizan todos los días, llevando el laboratorio a sus casas y promoviendo la práctica de estas experiencias”.

«Los colores naturales de la ciencia” se dictaron en el mes de noviembre en seis centros educativos de Educación Media de Chiriquí: Colegio Beatriz Miranda de Cabal en Dolega, el Centro Educativo de Llano Tugrí en la Comarca Ngöbe Bugle-Müna, el Instituto David, El Centro Educativo Santo Domingo en Bugaba, El Colegio IPT Abel Tapiero Miranda en San Lorenzo y el Colegio Félix Olivares Contreras en David, beneficiando a más de 180 estudiantes.

Fuente noticia: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/senacyt-capacita-180-estudiantes-obtencion-aplicacion-tintes-naturales/24045960

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Chile: Nicanor Parra: ciencia y antipoesía en un mismo maestro

Chile / 25 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: FayerWayer

El rol científico siempre acompañó al escritor y docente.

Aunque Nicanor Parra destacó por sus aportes en la poesía y antiposeía, e invitó a pensar de un modo crítico en años complejos de la historia de Chile, su rol como científico es uno de los más desconocidos. Fue matemático, físico y cosmólogo, además de su genialidad en las letras.

Parra fue un ejemplo de que avanzar en el pensamiento complejo es elemental para todo ser humano. La tecnificación del conocimiento del acelerado mundo moderno, que parcela la integralidad del entendimiento y simplifica las múltiples dimensiones del estudio, es algo de lo que Parra siempre escapó: pasó de la matemática a las letras, y viceversa.

Nicanor Segundo Parra Sandoval nació en una familia con nueve hermanos, un padre profesor primario y una madre modista. Sin demasiados recursos, llegó a Santiago y tras ser becado por la Liga de Estudiantes Pobres, ingresó al Internado Nacional Barros Arana. Posteriormente entró a estudiar matemáticas y física al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde contribuiría a la ciencia y al laicismo.

“Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona”, dice en uno de sus escritos, aludiendo a la ficción de algunas estadísticas y evidenciando su compromiso social, pero sin apartar su mirada numérica. De hecho, ejerció como profesor de matemática y física en establecimientos secundarios públicos.

Con el tiempo, Parra cursó estudios en Mecánica Avanzada durante tres años en la Universidad de Brown, en Rhode Island, Estados Unidos. Se transformó en un físico especialista en indeterminación y relatividad y posteriormente entró como docente de Mecánica Racional en su alma mater, la Universidad de Chile, donde también fue director interino de la Escuela de Ingeniería.

Parra también estuvo en dos años en la Universidad de Oxford, para especializarse en cosmología, aunque su fijación por la promoción de las ciencias y no le impidió presentar una cátedra de literatura en Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, entre 1972 y 1994.

“La poesía fue un objeto de lujo, pero para nosotros es un artículo de primera necesidad: no podemos vivir sin poesía”, dijo el antipoeta, docente y promotor científico, que hoy nos dejó a sus 103 años de edad.

Fuente de la Noticia:

https://www.fayerwayer.com/2018/01/nicanor-parra-ciencia-poesia-mismo-maestro/

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¿Qué tanto contribuyen la educación y la ciencia al desarrollo?

Por: El Nuevo Diario/Eddy Zepada Cruz

Se considera casi como una verdad absoluta que el conocimiento, la tecnología, la educación y la ciencia garantizan desarrollo a los países que invierten en ellas.

Se considera casi como una verdad absoluta que el conocimiento, la tecnología, la educación y la ciencia garantizan desarrollo a los países que invierten en ellas. Que la calidad de vida de sus ciudadanos es superior al de países que no prestan importancia a tales indicadores. Los países nórdicos, europeos y algunos asiáticos entre los primeros. De África y Latinoamérica los segundos. Verdad relativa. Siempre hay privilegiados y marginados en ambos grupos.

Existe ciencia y educación para hacer bien y para hacer mal. Investigadores que aportan conocimientos para mejorar el estado de seguridad y bienestar de una parte los ciudadanos del mundo, y también para generar enfermedades y desastres a otra parte. A los menos favorecidos, a los marginales, a las minorías étnicas, por ejemplo.

Información reciente da cuenta de la existencia de 400 centros de investigación norteamericanos que buscan códigos genéticos en ciudadanos rusos y ucranianos. Antigua Europa del Este. ¿Para qué? ¿Retorna el fantasma de Menguele? ¿Buscarán información molecular que permita encontrar áreas vulnerables para diseñar armas biológicas y para generar desórdenes cognitivos (conducta, pensamiento)? Esperemos que las Naciones Unidas (ONU) regulen los protocolos a utilizar y no permitan repetir la historia de décadas pasadas donde las poblaciones indefensas eran utilizadas como conejillos de indias para que la industria farmacéutica y bélica abunde en utilidades.

Existe ciencia que genera resultados positivos, pero también negativos. Las armas de destrucción masiva, los microrganismos (virus, bacterias y hongos), las diferentes energías que intoxican y provocan cáncer, todas son creadas por científicos. Genios del bien y genios del mal. ¿Quién regula hacia dónde dirigir los conocimientos, la innovación, la tecnología? Otro tipo de mercado de conocimiento con fines lucrativos es el ideológico. El llamado mediático, donde se mezcla lo político, lo religioso y lo banal (moda) para generar tendencias de consumo en poblaciones amplias. Más del 60% del uso de la tecnología moderna es usada con estos fines. Quienes diseñan y asesoran tales estrategias también son investigadores en las áreas de la conducta y comportamiento humano y saben dónde influir para provocar conductas obsesivas e impulsivas.

Información reciente de estudio de aprobación sobre decisiones políticas que fueron usadas en siglo pasado dan cuenta que la población de países desarrollados que hoy gozan de niveles de vida alto aprobarían el uso de armas atómicas y nucleares nuevamente si se utilizaran para defender su statu quo. Su abundancia material. Lo dijo CNN y no Telesur ni RT. Deshumanización directamente proporcional al llamado desarrollo. ¿De qué ha servido la educación entonces? No abona a la concientización y el compromiso humano y moral? Dicho fenómeno es observado en el lado izquierdo y derecho, sociológica y políticamente hablando. También se observa en los estratos económicos altos, medios, bajos y subterráneos. No existe discriminación alguna.

El llamado opio de los pueblos también cobra relevancia hoy día, vinculado al tema tratado. Mundialmente, cual pandemia, existen grupos que viven bien vendiendo ofertas de vida nueva y paraísos terrenales como sucursales de Bienes Raíces. Son capaces incluso de curar cualquier enfermedad por encima de los grandes centros de investigación que poseen evidencia científica que algunos males todavía ni se conocen, menos aún sus tratamientos. Estafadores? También reciben entrenamiento y educación para hacerlo. Siguen repitiéndose los fenómenos como el de George Mason y su secta suicida, a propósito de su reciente fallecimiento. La leyenda del atol con el dedo y los espejitos a cambio del oro no quedó en la conquista de hace más de 500 años. Como la materia, solo se transforma.

Entonces: ¿Cuánto contribuyen la educación, ciencia, tecnología e innovación al desarrollo humano equitativo y justo? Contestación de grupo, como diría el finado profesor Sandoval. Mientras exista ciencia para el bien y para el mal… Muy poco.

Fuente: https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/451553-que-tanto-contribuyen-educacion-ciencia-desarrollo/

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Dónde están los trabajos de STEM (y dónde no lo están)

10 de enero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Steve Lohr

La prioridad nacional en educación se puede resumir en un acrónimo de cuatro letras: STEM. Y eso es comprensible. 

El dominio de un país en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas es vital para generar crecimiento económico, promover la innovación científica y crear buenos empleos.

La campaña STEM ha estado en marcha durante años, defendida por legisladores de todo el espectro ideológico, adoptados en las escuelas de todo el mundo y por organizaciones que van desde la  Asociación Cristiana para Jovencitas (por sus siglas en inglés YWCA)  hasta los Boy Scouts. Hasta ahora, el término, primero popularizado y promovido por la National Science Foundation, se usa como identificador descriptivo. «Ella es una STEM», que por lo general significa un cumplido, sugiere alguien que tiene una ventaja en los sorteos de admisión a la universidad.

Gran parte del entusiasmo público por la educación STEM se basa en la suposición de que estos campos son ricos en oportunidades de trabajo. Algunos lo son, otros no. STEM es una categoría expansiva, que abarca muchas disciplinas y ocupaciones, desde ingenieros de software y científicos de datos hasta geólogos, astrónomos y físicos.

Lo que los estudios recientes han hecho cada vez más evidente es que la mayor cantidad de trabajos de STEM con altos sueldos se encuentran en la «T» (específicamente informática).

A principios de este año, Glassdoor, un sitio web de la lista de empleos, clasificó el salario base medio de los trabajadores en sus primeros cinco años de empleo por especialidad de pregrado. La informática encabezó la lista ($ 70.000), seguida por la ingeniería eléctrica ($ 68.438). La bioquímica ($ 46.406) y la biotecnología ($ 48.442) se encontraban entre las carreras de menor pago en el estudio, lo que también confirmó que las mujeres generalmente están subrepresentadas en carreras de STEM.

«Existe una gran división entre los roles de la tecnología informática y las ciencias tradicionales», dijo Andrew Chamberlain, economista jefe de Glassdoor.

En LinkedIn, los investigadores identificaron las habilidades más demandadas. Los 10 mejores el año pasado fueron todos los conocimientos informáticos, incluida la experiencia en computación en la nube, minería de datos y análisis estadístico, y la escritura de aplicaciones para teléfonos inteligentes.

En un análisis reciente, Edward Lazowska, profesor de informática en la Universidad de Washington, se centró en las previsiones de empleo de la Oficina de Estadísticas del Trabajo en las categorías de STEM. En la década que finaliza en 2024, el 73%  del crecimiento del empleo STEM será en ocupaciones de computadoras, pero solo el 3% estará en las ciencias físicas y el 3% en las ciencias de la vida.

Una comprensión práctica de los principios de la ciencia y las matemáticas debería ser un conocimiento esencial para todos los estadounidenses, dijo Michael S. Teitelbaum, un experto en educación y política científica. Pero cree que los defensores de STEM, a menudo ejecutivos y cabilderos de compañías de tecnología, hacen un flaco servicio cuando dan la alarma de que Estados Unidos enfrenta un déficit preocupante de trabajadores de STEM, basado en la escasez en un puñado relativo de campos de rápido crecimiento como análisis de datos, inteligencia artificial, computación en la nube y seguridad informática.

«Cuando se generaliza a todo STEM, es engañoso», dijo el Sr. Teitelbaum, investigador asociado del Programa de Trabajo y Vida Laboral en la Facultad de Derecho de Harvard. «Estamos engañando a muchos jóvenes».

Las tasas de desempleo para las especializaciones de STEM pueden ser bajas, pero no todas las que tienen títulos universitarios terminan en su campo de estudio: solo el 13% en ciencias de la vida y el 17% en ciencias físicas, según una encuesta de 2013 de la Fundación Nacional de Ciencias. La informática es el único campo STEM donde más de la mitad de los graduados están empleados en su campo.

Si los físicos y biólogos desean disfrutar de los tiempos de bonanza en la economía digital, unas pocas empresas especializadas las entrenarán y encontrarán empleos como científicos de datos y programadores de inteligencia artificial.

El programa Insight Data Science Fellows Program, que tiene oficinas en Nueva York, Boston, Seattle y Palo Alto, California, comenzó su primer programa de capacitación hace cinco años y ahora cuenta con 900 ex alumnos que trabajan en compañías como Facebook, LinkedIn, Airbnb, Amazon y Microsoft. Jake Klamka, un físico que fundó el programa, escuchó a los ejecutivos de Silicon Valley que habían considerado contratar a científicos tradicionales, pero convertirlos en tecnólogos parecía una tarea lenta y arriesgada. Así que el Sr. Klamka decidió que comenzaría una empresa para proporcionar a los científicos un camino más suave en la industria de la tecnología.

Carlos Faham hizo ese pasaje. Tuvo una carrera académica impresionante, con una serie de premios y becas. Su Ph.D. de la Universidad de Brown estaba en la física de la materia oscura. Después de Brown, fue becario postdoctoral en el Lawrence Berkeley National Laboratory.

El Dr. Faham amaba la investigación, pero después de casi dos años sentía la tensión de esa vida. Para entonces, había pasado 12 años en la universidad, estudios de postgrado e investigación de postgrado. Su siguiente paso sería competir por un puñado de vacantes de enseñanza en la tenencia en todo el país. Para el costoso Área de la Bahía, él no estaba ganando lo suficiente. Un investigador postdoc generalmente gana entre $ 40.000 y $ 60.000 al año.

El Dr. Faham había hecho una programación seria para su investigación de física. Se postuló a empresas de tecnología, pensando que estarían ansiosos por contratar a alguien con su potencia intelectual. No pudo obtener una entrevista en persona. Le dijeron que su formación era demasiado académica. Trató un par de entrevistas de detección telefónica porque los problemas estadísticos y de aprendizaje automático no le resultaban familiares.

«Fue como golpear una pared corriendo a toda velocidad, realmente humillante», recordó.

El Dr. Faham se unió al programa Insight Data Science Fellows de siete semanas en 2015. No hubo un curso formal de trabajo. Aparte de unos pocos tutoriales de personas de la industria, el tiempo se gastó en crear un producto, el suyo era un software para reconocer y seguir caras en video, y capacitación para entrevistas. Eso implicó resolver un problema de programación en una pizarra y explicar su pensamiento. «Entrevistar es un músculo y tienes que ejercitarte una y otra vez», dijo. Después del programa, recibió seis ofertas de trabajo. Él aceptó la oferta de LinkedIn. (La información es gratuita para los participantes, las empresas contratantes pagan una tarifa no divulgada).

Hoy, el Dr. Faham, de 33 años, es un científico de datos senior que trabaja en un equipo que utiliza aprendizaje automático y modelos estadísticos para detectar actividades ilícitas en la red social, incluidos listados de trabajos falsos, fraude publicitario, spam y ataques de robots.

El rango de trabajo detectivesco intensivo en datos, dijo, es «extremadamente rico» y «se mueve mucho más rápido que mi mundo anterior». Hace un «salario bastante bueno de seis cifras», alrededor de cinco veces lo que hizo como investigador postdoctoral.

Alrededor del 90% de los que ingresan al programa Insight obtuvieron empleos como analistas de datos, según la compañía, con una tasa de abandono de alrededor del 3 por ciento.

Anasuya Das hizo una movida profesional similar, pero no tan lejos de su formación académica. Después del programa, el Dr. Das, cuyo Ph.D. en neurociencia, se unió al Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York, donde ahora es una científica de datos sénior. Ella trabaja en un equipo que crea herramientas de software para los médicos, enfermeras e investigadores del centro. Un proyecto actual es un programa para recomendar los ensayos clínicos más prometedores para pacientes con cáncer en particular, en función de su historial médico, edad, sexo y genética.

La ciencia de los datos es claramente diferente de la neurociencia, dijo el Dr. Das, pero algunas de las herramientas que ella emplea, como una técnica de aprendizaje automático llamada redes neuronales artificiales, sí se inspiran en el cerebro. Su experiencia apunta a la tendencia general de que las tecnologías digitales como la ciencia de datos y la inteligencia artificial se utilizan cada vez más en casi todas las disciplinas. Entonces la tecnología y los otros campos de STEM se fusionan.

Ese es el pensamiento detrás de una nueva división de ciencias de datos en la Universidad de California, Berkeley, que comenzó en julio. La división es una respuesta a la demanda de los estudiantes y el avance de la tecnología. El curso «Foundations of Data Science» de Berkeley atrajo a 1.200 estudiantes de más de 50 especialidades en el último año académico.

La elección del término «división» en lugar de «instituto», explicó David Culler, el decano interino de ciencias de la información, subraya su enfoque. «Queremos que esto sea algo fundamental en toda la universidad, innovando con otras disciplinas, sin diferenciarse de ellas», dijo. «Este es el mundo académico reflejando lo que está sucediendo en la economía más grande».

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/actualidad/articulos-informativos/donde-estan-los-trabajos-de-stem-y-donde-no-lo-estan

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2018: ¡Vamos a dos asteroides!

07 Enero 2018/Fuente: El Espectador /Autor: Juan Diego Soler

La Agencia Espacial del Japón y la NASA intentarán otra hazaña de la ingeniería y la ciencia aeroespacial: con una sonda del tamaño de una nevera y otra tan grande como un carro recolectarán muestras de la superficie de dos enormes rocas estelares.

Los asteroides pueden haber sido esenciales para la formación de los océanos. También es posible que arrastraran hasta aquí las primeras semillas de la vida. Pero al mismo tiempo representan una amenaza girando sobre nuestras cabezas a miles de kilómetros de distancia. Las evidencias sugieren que el impacto de un asteroide hace 66 millones de años produjo la extinción de tres cuartos de las especies de plantas y animales en la Tierra, la llamada extinción masiva del Cretácico-Paleógeno o, coloquialmente, el fin de la era de los dinosaurios.

Esas son razones más que suficientes para querer estudiarlos. Las agencias espaciales cuentan con sistemas de monitoreo continuo de asteroides que evalúan las posibilidades de futuros impactos con la Tierra. El sistema Sentry de la NASA ha identificado 680 asteroides cercanos a la Tierra que son potencialmente riesgosos. Nuestra mejor defensa contra esta amenaza no es enviar a Bruce Willis y a Ben Affleck al espacio. Es aprender tanto como podamos sobre los asteroides, y 2018 es un año crucial para hacerlo.

Este año, las sondas Hayabusa 2, de la Agencia Espacial del Japón (JAXA), y Osiris-REx, de la NASA, alcanzarán dos asteroides con el objetivo de recolectar muestras y devolverlas a la Tierra. Esta proeza de la ingeniería aeroespacial está apenas precedida por la misión Hayabusa, también de JAXA, que en noviembre de 2005, después de grandes dificultades, logró recolectar muestras del asteroide 25143 Itokawa, un objeto rocoso de apenas 350 metros de diámetro que se encuentra en la lista de asteroides riesgosos para la Tierra, y las devolvió a nuestro planeta tras un accidentado aterrizaje en el desierto alrededor de la base de Woomera, en el sur de Australia.

En julio de 2018, su sucesora, Hayabusa 2, espera llegar a 162173 Ryugu, un asteroide rocoso de menos de un kilómetro de diámetro que da una vuelta alrededor del Sol cada 473 días en una órbita promedio un poco más grande que la de la Tierra. A bordo de Hayabusa 2 viaja un pequeño módulo de aterrizaje (poco más grande que una caja de zapatos) desarrollado por las agencias espaciales de Francia (CNES) y Alemania (DRL), que efectuará análisis del suelo del asteroide, y tres pequeños vehículos (róvers) Minerva que recorrerán su superficie recolectando imágenes y registrando temperaturas. El sistema de recolección de muestras (SMP) almacenará las partículas de polvo expuestas por un proyectil diseñado para producir un cráter de unos cuantos metros de diámetro en la superficie de Ryugu. Las cámaras en los distintos módulos del proyecto monitorearán el asteroide hasta finales de 2019 y se espera que las muestras regresen a la Tierra antes de finalizar el año 2020.

En agosto de 2018, Osiris-REx alcanzará 101955 Bennu, un asteroide con alto contenido de carbono de poco menos de 500 metros de diámetro. Bennu es célebre porque se estima que tiene una probabilidad de 1 en 2.700 de colisionar con la Tierra hacia finales del siglo XXII, pero también porque su composición indica que se trata de un objeto muy antiguo y precede la época de formación de la Tierra.

Osiris-REx es más pequeño que un automóvil. Cuenta con un avanzado sistema de comunicaciones y una serie de instrumentos para estudiar el asteroide en muchas frecuencias del espectro electromagnético. Su sistema de recolección de muestras (Tagsam) está compuesto por un brazo robótico de tres metros y medio de longitud con un cilindro en su extremo. Osiris-REx está diseñado para acercarse lentamente a Bennu, a 10 centímetros por segundo, menos que la velocidad de una persona caminando. Cuando el cilindro haga contacto con la superficie del asteroide, liberará un chorro de nitrógeno gaseoso, removiendo muestras de polvo y rocas que se almacenarán en su interior.

Osiris-REx cuenta con suficiente nitrógeno para hacer tres intentos de recolección. Cada uno toma menos de cinco segundos. El cilindro será almacenado en una cápsula de retorno que será liberada por Osiris-Rex cuando regrese a la órbita de nuestro planeta en 2023.

Ninguno de los dos asteroides tiene suficiente masa para que la fuerza de gravedad pueda atrapar las respectivas sondas. Por eso cada maniobra será un ballet de ingeniería de precisión que apenas podemos imaginar a través de las imágenes que nos puedan transmitir estas dos misiones. Las muestras que puedan recolectar Hayabusa 2 y Osiris-REx no solamente serán valiosas para descifrar la historia de nuestro sistema solar. También serán la prueba del gran esfuerzo de miles de ingenieros y científicos y del increíble alcance de la creatividad humana.

Contando objetos voladores

Hay más de 750.000 objetos hasta ahora descubiertos que orbitan alrededor del Sol. Su clasificación está regulada por el Centro de Planetas Menores (MPC), una organización bajo el auspicio de la Unión Astronómica Internacional (IAU).

Cuando se descubre un nuevo objeto, la MPC se encarga de comprobar que no corresponde a un objeto conocido, y cuando se comprueba que se puede predecir su trayectoria, el objeto recibe un número de identificación permanente. La persona que hizo el descubrimiento está invitada a sugerir un nombre que se juzga en un panel de astrónomos de la IAU. Estos nombres tienen que ser pronunciables en algún idioma, tener menos de 16 caracteres, no tener un carácter ofensivo y ser diferentes a los nombres ya existentes. No se aceptan nombres de mascotas ni denominaciones con fines comerciales.

Cuando estos objetos se encuentran más cerca del Sol que la órbita del planeta Júpiter, se los llama asteroides. El más grande de ellos es Ceres, un objeto esférico de roca y hielo de aproximadamente 945 kilómetros de diámetro, poco menos que la distancia entre Cali y Riohacha. Los asteroides son importantes para los astrónomos porque constituyen fósiles del proceso de formación del sistema solar y contienen información clave sobre la formación y evolución de nuestro planeta.

Fuente de la noticia: https://www.elespectador.com/noticias/ciencia/2018-vamos-dos-asteroides-articulo-731957

Fuente de la imagen: https://www.elespectador.com/sites/default/files/asteroid-1477065_1280

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