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Alemania: Un nuevo informe indica que la educación para la ciudadanía es fundamental para consolidar la democracia

Un sindicato educativo alemán ha alertado sobre las noticias falsas y la fragmentación social, además de exigir la inclusión de la educación para la ciudadanía en la formación profesional y superior.

Europa/Alemania/PrensaIE

Un sindicato educativo alemán ha alertado sobre las noticias falsas y la fragmentación social, además de exigir la inclusión de la educación para la ciudadanía en la formación profesional y superior.

La crisis del COVID-19 y sus consecuencias, además de la continua agitación social, enfrentan a la sociedad a una serie de desafíos de dimensiones sin precedentes, según afirmaba el Gewerkschaft Erziehung und Wissenschaft (GEW), un sindicato alemán afiliado a la Internacional de la Educación, en su último informe titulado “Consolidar la democracia, más educación para la ciudadanía en la formación profesional y superior”.

En el Informe de Schwerin, el sindicato educativo también señaló que “las fantasías conspiratorias y los bulos no paran de crecer, y nuestra sociedad se está fragmentando cada vez más”.

Pruebas de amenazas a la democracia

Además, se hizo eco de otras situaciones alarmantes que demuestran que “nuestra coexistencia democrática da señales de fragilidad”. Entre ellas, se encontrarían:

  • La profunda división entre ricos y pobres
  • El aumento del racismo, la xenofobia, el antisemitismo, el sexismo y la hostilidad frente a la democracia
  • La falta de solidaridad y el aislamiento de estados individuales
  • Cambios en el entorno mediático y pérdida de medios de comunicación con el consiguiente debilitamiento de la libertad de prensa

La importancia de la educación cívica

Según el GEW, estos retos no se pueden alcanzar con una educación centrada en materias específicas únicamente en la formación profesional y superior. Valores como la paz, la libertad, los derechos humanos, la participación, la gestión compartida, la justicia social y la diversidad se están cuestionando cada vez más y, ahora más que nunca, deben transmitirse a través de la educación para la ciudadanía.

El GEW sostiene que esta última ha de tener en cuenta las tendencias antidemocráticas y garantizar el diálogo social al respecto. Debe convertirse en componente natural de todos los procesos educativos en los que los jóvenes adquieren las destrezas necesarias para evaluar las consecuencias e interdependencias de las decisiones políticas, técnicas y sociales. Los valores básicos de la democracia y los derechos humanos no solo tienen que incorporarse sino también ponerse en práctica.

Educación para la ciudadanía global

El sindicato considera que las oportunidades que ofrece la educación, según se recoge en el concepto de Educación para la ciudadanía mundial de la UNESCO, se han utilizado poco en los centros de formación profesional o de educación superior o para adultos. El sindicato se refiere al hecho de transmitir conocimientos y destrezas para entender los desafíos globales y participar activamente en su definición, de modo que los estudiantes desarrollen un sentido de pertenencia a una comunidad global. Esto traería consigo la implicación y adopción de una postura activa en la sociedad y, por tanto, contribuiría a un mundo pacífico e igualitario en el que los recursos ecológicos se preservarían. “Es el momento de incorporar con firmeza la educación para la ciudadanía a la rutina diaria del sistema en todas las instituciones educativas”, declararon fuentes del sindicato.

Actividades del GEW

El GEW ya ha tomado medidas con respecto a la educación para la ciudadanía. En su Congreso de 2017, adoptó una resolución en la que destacaba que esta debe adoptar un enfoque interdisciplinar en el currículum de todos los tipos de centros educativos de los estados federados.

En su Declaración de Schwerin, reconoce con claridad que la educación para la ciudadanía forma parte de la educación pública como componente independiente y principal de la formación continua, y que debe integrarse en todas las áreas de la educación y formación profesional, superior y para adultos. Además, ha de consolidar facultades críticas y debatir sobre funciones para poner en práctica los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

La educación para la ciudadanía en la formación profesional

Para desarrollar una misión educativa holística en los centros de formación profesional, el GEW señala que, ahora más que nunca, hay que:

  • Incorporar la educación para la ciudadanía sistemáticamente y con una equivalencia razonable a la carga docente correspondiente en la programación de los campos de enseñanza relevantes y en distintas situaciones de aprendizaje.
  • Entender los centros de formación profesional como entidades de calidad en el sistema formativo y educativo.
  • Ampliar la formación de los docentes universitarios para que incluya la educación para la ciudadanía en centros de formación profesional, de modo que se reduzca de forma significativa la elevada proporción de docentes no familiarizados con este aspecto.
  • Tomar medidas para atraer a personal júnior del sector de la educación para la ciudadanía a campos técnicos y científicos, y exigir que los centros de formación profesional contraten a docentes con preparación en dicho campo.
  • Ampliar de forma urgente la oferta de cursos de formación superiores y avanzados para docentes en el área de la educación para la ciudadanía.
  • Establecer programas de financiación para investigación sobre educación cívica y socialización política en el ámbito de la formación profesional.

 

La educación para la ciudadanía en la formación superior y para adultos

Para el GEW, la educación y la formación profesional también deben “abandonar el espacio confinado del fortalecimiento funcional y, en una nueva integración de la formación profesional y la educación para la ciudadanía, permitir que la gente entienda los antecedentes y coherencias, así como fomentar la definición del mundo laboral y de la sociedad de una manera humana y justa”.

Para hacer frente a estos desafíos en un futuro, el sindicato educativo identifica las siguientes necesidades:

  • Personal cualificado, formación continua y cooperación
  • Relaciones laborales cubiertas por convenios colectivos
  • Progresión profesional fiable
  • Equipamiento espacial y técnico actualizado
  • Apoyo para el desarrollo de redes, sobre todo en las áreas políticas, profesionales y educativas

El papel de los sindicatos

Finalmente, la Declaración de Schwerin reconoce que “los sindicatos son aliados fundamentales en este sentido porque pueden impartir conocimientos de contextos y dar apoyo a las estructuras necesarias para desarrollar la educación para la ciudadanía”.

La Declaración de Schwerin del GEW se puede consultar aquí.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16843/alemania-un-nuevo-informe-indica-que-la-educaci%C3%B3n-para-la-ciudadan%C3%ADa-es-fundamental-para-consolidar-la-democracia

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La relación que hay entre la decadente calidad de la educación y el plan de la “Agenda 2030” de la ONU

ONU / 5 de agosto de 2018 / Autor: La Gran Época / Fuente: BLES

¿Puede ser que la calidad de los maestros haya caído? Los roles en la enseñanza son más disciplinarios y están más enfocados en adoctrinar a los estudiantes en las últimas tendencias en educación. ¿Será que los graduados de la universidad en educación generalmente no son tan fuertes en las artes y ciencias, como evidencian los resultados de los Exámenes Nacionales de Maestros, pero que igualmente se les da licencia para enseñar?

¿Cuál es la razón de esta tendencia mundial? No hace falta buscar más que en la Agenda 21 de la ONU y su descendiente, la Agenda 2030 de la ONU. Entre los 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS), el eje central de la Agenda 21 promovida por los globalistas, es la ODS número 4: “asegurar la educación de calidad igualitaria e inclusiva y promover oportunidades de aprendizaje para todos durante toda la vida”. Nadie puede objetar oportunidades de aprendizaje y educación para todos durante toda la vida. ¿Pero qué es exactamente “educación de calidad igualitaria e inclusiva”?

Según el sitio web, es asegurar que “para 2030 […] todos los que aprenden, adquieran el conocimiento y habilidades necesarias para promover el desarrollo sostenible, incluyendo entre otros, a través de la educación para el desarrollo sostenible y estilos de vida sostenibles, derechos humanos, igualdad de género, promoción de la cultura de la paz y no violencia, ciudadanía global y apreciación por la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible”. Se recomienda aumentar las becas para países en desarrollo. En ningún lado el documento hace mención de enseñar a los estudiantes la historia y cultura de su propio país, como también ciencia y matemática.

Los estadounidenses son culturalmente bastante diversos pero no están interesados en una ciudadanía global y el desarrollo sostenible diseñado por la ONU.

La currícula Pearson, con los libros de lo que se ha denominado common core (núcleo común) y que han sido ampliamente adoptados en Estados Unidos, se enfoca en la ciudadanía global, adoctrinamiento en el islam y el colectivismo, y todo tipo de literatura que se oponga a lo clásico. La nueva matemática del common core baja el nivel de los logros y la habilidad de los estudiantes para competir en las ramas de ciencia y tecnología.

Alex Newman describió a la Agenda 2030 de la ONU con sus 17 objetivos de desarrollo sostenibles, una receta para el “socialismo global y el corporatismo/fascismo” impuesta al mundo por las Naciones Unidas.

Organizaciones no gubernamentales patrocinadas por ciertos multimillonarios ayudaron a escribir la currículas y los libros de texto para las escuelas, luego de la caída del comunismo en 1989 en Europa del Este.

¿Cuál es la forma más directa de transformar fundamentalmente y “armonizar” al mundo? La educación globalizada. Para lograr el objetivo de desarrollo sostenible #4, la ONU organiza ahora seminarios en línea para maestros que llevarán a las aulas el adoctrinamiento del desarrollo sostenible que recibieron.

Según el Informe 2016 de Vigilancia a la Educación Global, los “maestros necesitan ser entrenados para enseñar el desarrollo sostenible y la ciudadanía global”. Los niños deben ser enseñados desde temprano a ser buenos mayordomos ambientales y los adultos deben ser empujados en esa misma dirección.

La Junta de Educación del Estado de Maryland anunció en junio de 2011 que los estudiantes debían ser alfabetizados en el medio ambiente antes de salir de la escuela secundaria. No importaba que sus calificaciones en matemática, ciencia y lectura fueran terribles siempre y cuando estén preparados para una economía verde y para los empleos verdes que nunca se materializaron.

El Acta “No dejar atrás ningún niño” enfatizó el “juego verde” ya que ayudaba a los niños a sobrellevar los desórdenes de atención (ADHD) y tasas de obesidad. ¿Alguien sabe que es el juego verde?

El ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, repetía orgulloso en el día de la Madre Tierra, el mantra de mayordomía que “solo a través de exponernos a la naturaleza y con educación sobre nuestro frágil ecosistema podremos crear la próxima generación de mayordomos”.

Otro método de adoctrinamiento en ciudadanía global es la Escuela Internacional de Bachilleratos, una fundación suiza sin fines de lucro en Ginebra, en asociación con la UNESCO desde 1970. La Organización Internacional de Bachilleratos (IBO) opera en 48 estados de EE. UU., incluido Washington DC, y planea tener 10.000 escuelas y 2,5 millones de estudiantes para 2020.

La fundadora de la IB, Therese Maurette, dijo que “es importante estar dispuesto psicológicamente a subordinar la superioridad nacional propia al hablar con otra persona, por más imperfecto que sea, en su lengua natal”. El concepto de “nacionalidad” debe ser minimizado con el fin de alentar a los estudiantes a desarrollar un cuadro del mundo. “La historia no debería ser enseñada hasta bastante entrada la adolescencia porque para un estudiante más joven, inevitablemente consiste en una serie de historias y mitos que glorifican la violencia y tergiversan los hechos con un sesgo nacionalista”.

Las escuelas que adoptan el caro programa de la IB deben también adoptar la moral y valores éticos internacionales. Son valores diversos de diferentes culturas contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada por la ONU en 1948. Estos no son valores estadounidenses; son valores que alientan el cambio social en el cual los “derechos del individuo están enlazados con los del colectivo”, a través de la justicia social, la protección ambiental y el desarrollo sostenible.

El artículo de mayo de 2008 “IB mostrando el camino” publicado por IB World decía: “Los jóvenes necesitan sentirse primero que nada ciudadanos globales, segundo ciudadanos nacionales y tercero ciudadanos locales. En mi generación era lo contrario. El cambio será difícil, pero las escuelas están ya pensando en cambios curriculares”.

Con becas y dólares de los impuestos, a los estudiantes se les lava la cabeza con la “ciudadanía global, la justicia social y el entendimiento y respeto intercultural”, en otras palabras, sumisión al gobierno socialista mundial.

Justin Blough describió así el programa de la IB a la que asistió: no aprendimos sobre los presidentes de EE. UU. o sobre buenos valores, nada de historia americana, canciones patrióticas u obras. Los maestros tenían que usar el color celeste de las Naciones Unidas y estar preocupados con la “implicancia moral, ética, social, económica y ambientales de la producción y el consumo global”.

El programa IB promueve la Misión Rescate Planeta Tierra como la versión de los estudiantes en la Agenda 21 de la ONU. El primer director de la UNESCO, Julian Huxley, dijo que la “UNESCO está para ayudar la emergencia de una cultura de mundo único, con su propia filosofía y trasfondo de ideas, y con sus propios amplios propósitos”.

Puedo ver ahora por qué el multiculturalismo, la diversidad, los estudios étnicos y la competencia o aptitud intercultural para promover la justicia social ha brotado por todo el mundo al mismo tiempo y por qué frases colectivistas como ética del servicio, servicio planetario, ciudadanía global y sirviente global se encuentran ahora en muchos idiomas.

Y la historia occidental es enviada al tacho de basura permanente de la civilización, catalogada como colonialista y malvada, mientras que las ruinas arquitectónicas son usadas como basurales y algunos artefactos de museo se cubren de polvo.

Fuente de la Noticia:

La relación que hay entre la decadente calidad de la educación y el plan de la “Agenda 2030” de la ONU

ove/mahv

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El Ministro Msaka dice que Malawi introducirá la Educación Ciudadana Mundial en las escuelas públicas

Africa/Malawi/maravipost.com/

El ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Bright Msaka, ha dicho que el gobierno de Malawi tiene la intención de introducir la educación cívica global en las escuelas del país para garantizar que los alumnos sean responsables de la paz local y global, el medio ambiente y el respeto a la diversidad cultural. Msaka reveló esto en el Colegio de Capacitación de Maestros Domasi en Zomba el lunes durante el inicio de un taller de formador de formadores sobre educación ciudadana global.

«La educación para la ciudadanía global es un programa que ahora presentamos además de lo que tradicionalmente hemos enseñado», dijo el ministro y agregó que el ministerio estaba tratando de capacitar a los seres humanos como ciudadanos responsables de las comunidades, el país y el mundo. .

El taller apoyado por la UNESCO se titula «Fortalecimiento de la capacidad para capacitadores de instructores en pedagogía transformadora sobre educación para la ciudadanía global, educación para el desarrollo sostenible y la agenda de educación 2030».

Quince colegios de formación docente públicos y privados en el país están participando en el taller para garantizar que los participantes adquieran conocimientos y habilidades para desarrollar y publicar materiales de capacitación sobre el aprendizaje participativo transformador.

En este sentido, el ministro dijo que la educación debe ser responsable de las habilidades, valores y actitudes que deben responder a los desafíos globales.

El Director Ejecutivo interino de la Comisión Nacional de Malawi para la UNESCO, David Mlera, expresó la esperanza de que Malawi se beneficie del Taller de Educación Global de Ciudadanía y de que los conocimientos adquiridos en la sesión se transfieran a los estudiantes.

«La Educación para la Ciudadanía Global se trata de la paz, el diálogo intercultural, la tolerancia y el respeto mutuo, de manera que queremos desarrollar una nación que pueda establecerse sobre la base de la paz», agregó Mlera.

La pedagogía transformadora ayudará a transferir el conocimiento a los estudiantes de una manera efectiva, según Mlera, quien agregó que la Ciudadanía Global en Educación se implementaría en el plan de estudios primario y secundario.

La directora de Domasi College Education, Florida Banda Kumwembe, dijo que la institución es capaz de capacitar a profesores sobre Educación para la Ciudadanía Global, ya que la universidad ya realizó sesiones similares que ahora se están implementando en el país, citando Educación Amigable con los Niños.

Fuente: http://www.maravipost.com/minister-msaka-says-malawi-to-introduce-global-citizen-education-in-public-schools/

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Educación para la ciudadanía global : significados y espacios para un cosmopolitismo transformado

Alejandra Boni Aristizábal

El presente artículo tiene como objetivo profundizar en los significados de la ciudadanía global con el fin de caracterizar las prácticas pedagógicas de lo que se conoce como educación para la ciudadanía global. Tras una breve análisis de las distintas etapas por las que ha pasado la educación para el desarrollo, desde el planteamiento asistencialista de los años 50 hasta la educación para la ciudadanía global, nos detenemos en diferentes perspectivas del cosmopolitismo: la visión desde la ética, fundamentalmente a través de la obra de Martha Nussbaum que nos habla de las habilidades cosmopolitas, desde la política, que contiene propuestas de democracia como las de David Held y perspectivas más críticas como las de Boaventura de Sousa Santos, y la perspectiva sociológica que nos permite identificar los procesos de comunicación intercultural donde se produce la mirada cosmopolita, según palabras de Ulrick Beck o Gerard Delanty. Tras ello, concluiremos con una discusión sobre cómo potenciar espacios de educación para el desarrollo desde donde contribuir a la formación de ciudadanos globales.

  1. Introducción

Es indudable que los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI, tales como el cambio climático, la pobreza, la seguridad global, etc. requieren de soluciones que trascienden el ámbito nacional (Held, 2010; O’Brien et al, 2010). Si además queremos que las personas más desfavorecidas y con menos oportunidades no sean las que sufran las consecuencias de estos desafíos, hemos de pensar en soluciones globales que no beneficien únicamente a las personas más poderosas sino que contribuyan a una mayor justicia social en el mundo. En la búsqueda de estas soluciones la educación, juega un papel crucial (Camps, 2000; Cortina, 1996; Martínez Bonafé, 2003; Martínez Martín, 2011, Naval, 2001). La educación para la ciudadanía global o educación para el desarrollo (EDCG de ahora en adelante) de quinta generación se ocupa especialmente de este tema buscando promover un tipo de ciudadanía generadora de una cultura de la solidaridad, comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión, así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible (Ortega, 2007). En el ámbito europeo, en general, y en el Estado español, en particular, la ED para la ciudadanía global ha ido ganando espacios sobre todo en el ámbito formal. Son destacables las iniciativas auspiciadas por el Development Research Centre en el Reino Unido (Bourne, 2008) y, en España, las iniciativas promovidas por ONGD (como IO, 2009, o InteRed, 2011), por la Agencia Española de Cooperación Internacional a través de los premios nacionales de ED (AECID, 2009; 2010) o mediante la difusión de propuestas educativas como el aprendizaje-servicio. Este último, en claro auge en las propuestas de ED para la CG consiste en la realización de actividades que combinan el servicio a la comunidad con el aprendizaje reflexivo de conocimientos, habilidades y valores (Puig et al, 2011: 52).

En este artículo queremos presentar una experiencia de investigación cooperativa (IC de ahora en adelante) desarrollada recientemente en la ciudad de Valencia. Durante más de un año, este grupo investigó sobre dos cuestiones: por un lado sobre qué significa la ciudadanía global y sobre cuáles serían las características de un o una ciudadana global. Por otro lado, el grupo se preguntó sobre qué tipo de prácticas educativas pueden contribuir a la creación de ciudadanía global y cómo mejorarlas a partir de espacios colaborativos entre profesorado y ONGD.

Se trata de un estudio cualitativo de carácter exploratorio que, tal y como propone la metodología de la IC, más que buscar respuestas generalizables pretende recoger las reflexiones de un grupo interdisciplinar de profesionales y presentar propuestas prácticas basadas en las experiencias de las personas participantes que puedan ser aplicadas en el campo donde realizan su trabajo (Heron y Reason, 2006). La IC se ha aplicado a otros contextos profesionales (Traylen, 1994) y en ámbitos geográficos diferentes (Ospina et al, 2008a y Yorks et al, 20081) pero no había sido usada en el ámbito de la educación para la CG en España. Dado lo novedoso de esta temática, queremos dedicar una parte de este artículo a describir en que consiste la metodología y cuales han sido las características del proceso seguido en nuestro proyecto de investigación. Asimismo, en las dos primeras partes de este texto reflexionaremos sobre algunos de los significados de la CG y los rasgos de la ED de quinta generación o educación para la ciudadanía global (Mesa, 2000; Boni, 2006; Ortega, 2007; Argibay et al, 2009). Ambos temas son pertinentes y nos servirán para ilustrar la discusión de las evidencias del proceso de IC seguido y que analizamos en este articulo. Concluiremos planteando futuras líneas de trabajo e investigación que se han dibujado a partir de los resultados del proceso seguido.

2. La ciudadanía global o cosmopolita

Desde la tradición estoica en la cual se formula por primera vez el concepto de ciudadano del mundo, son muchos los autores y autoras que han discutido cual es el significado y cuales son las prácticas de la CG. En este apartado queremos ilustrar brevemente tres de las reflexiones que están más relacionados con la temática de nuestro proyecto: la universalidad del concepto de CG, su dimensión intercultural y la visión transformadora de la misma.

En primer lugar, queremos destacar que, desde el punto de vista filosófico, ser un o una ciudadana del mundo implica reconocer a las personas como moralmente iguales. Como sostiene Appiah (2006), un ciudadano del mundo es una persona que reconoce que las obligaciones hacia los demás van mas allá de las obligaciones que se tienen con aquellas personas con las que se tienen relaciones (la familia, los amigos) e incluso con aquellas con las que nos une una ciudadanía compartida. Esto no significa que las diferencias no existan, de hecho son una fuente de aprendizaje, sino que son moralmente irrelevantes (Nussbaum, 1999). Partiendo de esta tradición filosófica, otros autores, como Held (2010), han profundizado más en la dimensión política de la CG y la han relacionado con el ejercicio de los derechos y las obligaciones a nivel local, nacional y transnacional. La CG implica que los seres humanos son iguales en su estatus moral, tienen iguales libertades e igual participación en las oportunidades en los diferentes niveles (Held, 2010).

Esta visión de la CG ha sido acusada de ser un proyecto occidental y de hacer referencia a un modelo de democracia eurocéntrico y no respetuoso de las diversidades culturales (Barber, 1999; Walzer, 1999). Sin embargo, autores tan poco sospechosos de defensa de modelos de democracia occidentales como Sousa Santos (2005) afirman que para desarrollar la democracia que el define como de alta intensidad (la que se basa en relaciones de autoridad compartida), es necesario incorporar el elemento trasnacional, es decir, articular las democracias locales con actores nacionales y globales. Estos actores pueden ser no solo estatales, sino también movimientos y otro tipo de organizaciones que deben ser, a su vez, altamente democráticos.

Otro autor que ha destacado el papel de la diversidad cultural y del contexto en la construcción de la CG es Delanty (2006) el cual diferencia entre diferentes proyectos de CG o cosmopolita alertando que no todos son transformadores. Delanty apunta que el cosmopolitismo realmente transformador concierne procesos de auto-transformación en donde nuevas formas culturales se estructuran y donde nuevos espacios de discurso se abren y nos conducen a la transformación del mundo social. Esta auto-transformación tiene lugar cuando se encuentran lo local y lo global siempre y cuando se lleve a cabo un proceso reflexivo y crítico. Otra idea de Delanty (2006) que nos parece subrayable es que el proyecto cosmopolita es algo que puede ser llevado a cabo por individuos, colectivos, organizaciones, etc., y que puede surgir en cualquier parte del mundo, mientras se trate de cosmopolitismo auténtico, es decir, orientado a la transformación social. Este matiz nos parece esencial, ya que, como subraya Pietersee (2006), cosmopolitismo no significa lo mismo que globalización o trasnacionalismo y no todos los cosmopolitismos incorporan el elemento de la transformación. La educación para la CG se basa en un cosmopolitismo transformador, no superficial, basado en las necesidades de las personas, contextual, experiencial y multiétnico (Boni, 2011). El cosmopolitismo transformador actúa en el vacío entre lo local y lo local, conectando las dos realidades y creando, por tanto, espacios trasnacionales que promueven los cambios sociales. Puesto que los intereses nacionales hacen que el diálogo sea difícil, los discursos y las prácticas cosmopolitas crean puntos de conexión entre las sociedades, promoviendo la comprensión mutua y creando las capacidades necesarias para entendernos los unos a los otros (Delanty, 2006).

3. La ED de quinta generación o educación para la ciudadanía global

La ED ha ido cambiando su enfoque desde visiones asistenciales mas propias de los inicios del sistema de cooperación al desarrollo en España hasta la educación para la CG o ED de quinta generación. No es el objetivo de este artículo referirnos a la evolución que ha sufrido la ED2; lo que queremos presentar aquí son algunas de las características de la ED de quinta generación y algunos de los desafíos que aquella tiene planteados y que hacen especialmente pertinente nuestra investigación.

Según Celorio (2007), la ED de quinta generación tiene cuatro diferentes dimensiones: política, ética, pedagógica e intercultural. Estas dimensiones se plasman en diferentes características, algunas de las cuales son las siguientes: 1) Coloca a la persona en el centro de la acción educativa y como protagonista de los procesos de enseñanza-aprendizaje, no sólo para contribuir a su formación personal sino sobre todo para capacitarla en la acción colectiva. 2) Concibe la interculturalidad como propuesta de convivencia pero, principalmente, como marco de aprendizaje y cambio cultural. 3) Se basa en la concientización de Freire (1970) entendida como herramienta emancipadora, como proceso que permite tomar conciencia de la realidad y de las capacidades individuales y colectivas para actuar sobre la misma. 4) Incorpora la CG como concepto clave para acoger las demandas y las necesidades más acuciantes de las sociedades actuales en el convencimiento de que la educación no puede ya sólo organizar su sentido con una mirada estrecha y localista, sino que debe ser capaz de incluir una dimensión global, mundialista, como instrumento para capacitar a las personas a desenvolverse en un medio político y social afectado por la interrelación de fenómenos con orígenes diversos y explicaciones complejas.

Todos estos rasgos inciden no sólo sobre la formación de la ciudadanía en los aspectos relacionados con el “civismo” sino, sobre todo, en su preparación para la participación política activa y responsable en la construcción de sociedades plenamente democráticas. La ED en su dimensión política está orientada a la transformación social, busca concienciar a las personas sobre las injusticias y desigualdades en el mundo y prepararlas para actuar conjuntamente revertiendo el orden establecido y trabajando a favor del desarrollo humano, contribuyendo a generar modelos de desarrollo justo y equitativo, tanto en el Norte como en el Sur. La práctica de la ED, desde esta dimensión política, es una forma de enseñanza-aprendizaje que reconoce al otro como sujeto portador de saberes y cultura, con quien se teje conjuntamente, una red de nuevos conocimientos a partir del diálogo. Este modelo de educación dinámica e interactiva se completa con la elaboración de un marco interpretativo, que permite una visión más profunda y global de los fenómenos (Mesa, 1999).

Sin embargo, esta visión de la ED no se comparte y practica por todos los actores. Como sostienen Mesa y Escudero (2011) en un reciente estudio, las practicas de la ED son limitadas e insuficientes debido, entre otras causas, a la diversidad de actores que financian y ejecutan acciones de ED, de una manera descontextualizada y carente de referencias territoriales. También se destaca la falta de definición clara de prioridades o estrategias de ED, aplicándose en un grado muy incipiente la reciente Estrategia de Educación para el Desarrollo (Ortega, 2007). Se apunta también que existe muy poco espacio para el análisis y la reflexión sobre las prácticas de ED y sobre su concepto llevando que, en ocasiones, se sigan repitiendo las mismas actividades por inercia, falta de tiempo, y por desconocimiento o bien se recurra a los formatos clásicos (charla, conferencia, etc.) por la falta de capacidad para elaborar otras propuestas educativas.

Otro estudio de alcance europeo encargado por el DEEP3 subraya la importancia de potenciar la integración y la generalización de la ED en la educación formal, puesto que la mayoría de las acciones de ED en España se han realizado en el ámbito no formal, más propio de la actuación de entidades no gubernamentales. También se insiste en la importancia de una mayor investigación y reflexión conjunta entre la academia y la práctica que permita clarificar conceptos, buscar un entendimiento común y estándares de calidad.

A partir de estas recomendaciones y partiendo de anteriores reflexiones y experiencias (como las que se recogen en Baselga et al, 2004) se ha perfilado el proyecto de IC objeto de este articulo. La elección del tema, de los participantes y de la metodología no ha sido casual. Por un lado, se ha buscado profundizar en la ED formal que es el sector menos explorado de la ED. Asimismo, se ha querido hacerlo trayendo experiencias y saberes de diferentes profesionales pertenecientes tanto al campo educativo como al de la cooperación. Además, ha tenido un componente de investigación apoyado en un tipo de metodología que permite que un grupo de personas se conviertan en co-investigadores y usen su experiencia para generar conocimiento alrededor de un tema que es de interés común a todas las personas participantes. En la siguiente parte del artículo veremos algunas de las características principales de este tipo de investigación para posteriormente describir el proceso y los resultados obtenidos.

4. La investigación cooperativa

La IC forma parte de la familia de Investigación-Acción Participativa y nace en 1968-69 como propuesta de John Heron. Este tipo de investigación busca generar conocimiento y respuestas prácticas desde la experiencia de los y las participantes que puedan ser aplicadas en el campo donde realizan su trabajo. Así mismo, la IC busca generar agentes transformadores que a través de sus organizaciones puedan propiciar procesos de cambio social (Heron y Reason, 2006).

La IC se diferencia de otros modelos de Investigación-Acción Participativa por tres razones principales: en primer lugar porque en la IC la investigación se hace en grupos pequeños, no más de 8-12 participantes, quienes de manera conjunta definen la pregunta, la cual tiene que tener relevancia para todos y todas las participantes. Facilitadores/as externos/as familiarizados con la metodología apoyan al grupo para asegurar que sus miembros utilicen el proceso efectivamente, promoviendo el diálogo, la reflexión y el aprendizaje, así como ofreciendo metodologías prácticas que puedan validar este proceso.

En segundo lugar el grupo identifica la pregunta que guía la investigación y que debe estar directamente relacionada con la práctica de los y las participantes y con un problema o preocupación. Ésta es compartida por todas las personas del grupo y estas deben sentir que la respuesta a la pregunta les podrá ayudar a abordar los desafíos del trabajo a nivel individual o institucional. Después de formular la pregunta, los y las co-investigadores/as acuerdan acciones para llevar a cabo en sus respectivos trabajos. Sus experiencias de la vida real se convierten en datos que luego comparten con el grupo para encontrarles significado de manera colectiva.

En tercer lugar, la noción de reflexión/acción de una manera sistemática es un concepto importante en el que ambos términos se complementan. El grupo usa su experiencia para generar conocimiento y formula acciones basadas en ese conocimiento. A su vez cada acción permite a los participantes aplicar los conocimientos y recopilar más información, la cual nutre las discusiones y reflexiones posteriores. Todas las partes de la investigación son realizadas cooperativamente por el grupo (recolección de datos, análisis de datos, propuestas de acción etc.).

En otros modelos de Investigación/Acción, el grado de implicación entre investigadoras/es profesionales y grupos comunitarios puede variar dependiendo de la etapa, la tecnicidad y la disponibilidad de las partes. En este sentido se puede decir que el principio de horizontalidad de la IAP llega a su grado máximo con la IC (Paino et al, 2011).

Cuadro 1: La Metodología de la Investigación Cooperativa

Fuente: Paino et al., 2011 (basado en Heron y Reason, 2006)

La IC contribuye a que las personas recobren la capacidad de crear su propio conocimiento práctico (Reason, 1998) lo que significa comprometerse a tratar y a equilibrar las relaciones de poder y renunciar a los privilegios que se confieren de forma automática a los académicos como “expertos” (Ospina et al, 2008b). Por último hay que señalar que la metodología de la IC permite sistematizar experiencias y generar conocimientos sobre un tema en particular, documentando el proceso de conocimiento y aprendizaje del grupo a través de un informe u otro documento (visual, audio) tal como el grupo lo defina.

A modo de ejemplo, en el cuadro 1 se exponen las principales características de una IC

5. Investigando cooperativamente sobre educación para la ciudadanía global. El proceso seguido

El grupo ha sido conformado por dos maestras y un maestro de educación primaria, una profesora de secundaria de la asignatura de economía, dos profesoras de universidad de asignaturas de cooperación al desarrollo e idiomas y cinco profesionales de cinco ONGD dedicadas a la ED (de Intermon-Oxfam, InteRed, Entreculturas, Educación Sin Fronteras y Entrepueblos), cuatro de ellas mujeres. Los integrantes del grupo se seleccionaron porque, en los diferentes espacios, todos ellos y ellas están desarrollando actividades relacionadas con la ED. Algunas personas se conocían entre ellas y participaban en redes conjuntas (por ejemplo la Coordinadora de ONGD de la Comunidad Valenciana) mientras que para otras fue la primera experiencia de trabajo en común. Lo que sí compartían los integrantes del grupo era el desconocimiento sobre la metodología de la IC.

Sus motivaciones para participar han sido diferentes, aunque la novedad de la metodología, la temática de la ciudadanía global y el hecho de que el grupo fuera tan diverso son elementos comunes que se perciben en los testimonios de las personas participantes4. El Research Center for Leadership in Action de la Wagner School of Public Service de la New York University (véase nota 1) ha acompañado el proceso, co-facilitando dos reuniones, proporcionando los lineamentos de la metodología y materiales sobre IC y dando asesoramiento técnico al grupo cuando ha sido necesario.

El primer encuentro del grupo se realizó los días 27 y 28 de Febrero de 2010. Durante esta primera sesión se produjo el primer contacto entre las personas participantes, se trabajaron los fundamentos de la IC y se consensúo la pregunta de investigación. Se decidió que esta iría acompañada de otra pregunta, quedando ambas preguntas con la siguiente redacción: ¿Qué prácticas educativas y experiencias contribuyen a la creación de ciudadanía global y cómo mejorarlas a partir de espacios colaborativos entre diferentes agentes sociales? ¿Cómo a partir de esta pregunta podemos redefinir (desempacar, deconstruir, reflexionar) sobre la ciudadanía global?

Tras esta primera reunión y hasta el final del proyecto en marzo de 2011 el grupo se reunió cinco veces más en las instalaciones de la Universidad Politécnica de Valencia, en sesiones de un día de trabajo. La última sesión se celebro en marzo de 2011 y sirvió para evaluar la experiencia a través de la puesta en común de las impresiones de los y las participantes. Al final de esta sección ofrecemos algunos testimonios en relación con la valoración del proceso.

Durante los 13 meses y como resultado de las reuniones se definieron y llevaron a cabo 5 acciones de características diferentes. En la primera, el objetivo fue reflexionar sobre la propia identidad y sobre las prácticas personales como ciudadanas y ciudadanos globales. Esta primera acción se apoyo en la lectura de tres textos sobre la temática de la identidad, la CG y la globalización. La segunda acción consistió en observar y participar en prácticas y experiencias de CG ciudadanía global con el resto de integrantes del grupo. Se realizó un trabajo conjunto entre alumnado de Ingeniería Agrónoma y alumnado de Primaria; varios integrantes del grupo participaron en un seminario de profesorado dedicado a la CG impulsado por unas de las ONGD participantes de la investigación. Otras tres integrantes realizaron un intercambio de experiencias entre una de las ONGD y un grupo de madres de un colegio de Primaria y, por ultimo, otra acción consistió en una visita a una cooperativa educativa donde trabaja uno de los participantes de la investigación. La tercera acción tuvo como objetivo incorporar otras voces al proceso, y por ello los y las integrantes del grupo hicieron entrevistas a otras personas relacionadas con el mundo de la enseñanza en España, en Perú, Brasil y Paraguay sobre los significados de la CG, sus actitudes, las prácticas educativas y el trabajo en red. Las dos últimas acciones estuvieron centradas en la sistematización de lo aprendido.

Hay que señalar que todos los encuentros han contado con la colaboración de diversos relatores que han utilizado diversos métodos (transcripción, fotos, videos, recopilación y análisis de escritos y materiales producidos etc.) para registrar la evolución de la investigación tanto en su forma como en el contenido. Cabe resaltar que en la CI, el rol de relatora tiene que ser desempeñado por una persona que no ha de ser parte del equipo de investigación ya que debe anotar y registrar todo lo que sucede, por lo que no puede participar activamente en las discusiones y reflexiones.

Por otro lado, también se ha destacar el rol de facilitación de los encuentros presenciales de la IC. En este tipo de investigación, este rol ha sido asumido por personas externas al grupo y también, en menor medida, por integrantes del mismo. Las técnicas empleadas han sido altamente participativas y de diferente tipo: técnicas de proceso o energizantes que sirven para mantener el grupo unido y la energía alta (como por ejemplo el baile de las frutas o el juego de las sillas), técnicas de contenido de tipo expansivo, usadas para crear datos o abrir procesos (como debates, dinámica de tarjetas, grupos discusión, reflexión individual, escritura reflexiva, teatro, el río de la vida, etc)., y técnicas sintéticas, usadas para resumir datos, cerrar procesos y obtener conclusiones (dinámica de nubes, dinámica objetos, bombillas, árbol, semáforo, El periodista, Los soles, El parlamento, etc. (para más información puede consultarse Paino et al, 2011).

Respecto a la valoración que del proceso hacen los y las participantes, podemos destacar que entre los aspectos más valorados esta el poder haber escuchado a otros sectores que tienen miradas diferentes sobre la ED. Por ejemplo, una de las participantes, profesora de universidad, manifiesta que “La posibilidad de participar y colaborar con la ONGDs y conocerlas personalmente me ha sido muy enriquecedor […] el contacto con la escuela supone un punto de partida fundamental para un trabajo futuro de colaboración estrecha entre la escuela y la Universidad”.

Asimismo, otro de los impactos positivos del proyecto ha sido la eliminación de preconcepciones y prejuicios erróneos sobre otros agentes. La investigación ha sido positiva para desarrollar una actitud de escucha más abierta, y en algunos casos un intercambio de roles. Como destaca una de las participantes: “La posibilidad de participar y colaborar con la ONGD y conocerlas personalmente me ha sido muy enriquecedor […] el contacto con la escuela supone un punto de partida fundamental para un trabajo futuro de colaboración estrecha entre la escuela y la Universidad”.

Otro aspecto positivo del proceso de IC ha sido el trasladar los aprendizajes del mismo, tanto en relación con la metodología como en los contenidos a otros proyectos e iniciativas diversas como el diseño de materiales curriculares o las actividades en las aulas. Tal y como afirma uno de los miembros del grupo: “Con este proyecto espero poner en práctica la herramienta (IC) en mi espacio escolar donde cada día vivo situaciones que requieren de respuestas colectivas”.

Como veremos en el apartado siguiente, se han producido reflexiones importantes en torno a la CG que han generado interés por este tema y otros relacionados. Estas han supuesto clarificar y entender conceptos, releer prácticas personales y profesionales con una nueva visión, redefinir prácticas pedagógicas e incluso generar reflexiones que van más allá de la práctica cotidiana.

Sin embargo la metodología de IC en algunas ocasiones puede suponer un reto y es necesario trabajarla con el suficiente tiempo y profundidad para que los participantes mantengan el interés y experimenten resultados que puedan aplicar en sus prácticas diarias. Es también muy importante que el proceso no resulte demasiado largo para el grupo. Es muy recomendable que los participantes en la investigación, especialmente los facilitadores internos conozcan y practiquen correctamente la metodología, aspecto que en algunos momentos constituyó un reto en la presente investigación y que ha supuesto en ocasiones una sensación de poca claridad sobre los objetivos del proceso.

Por otro lado, la excesiva duración del proceso de IC, comparada con otras experiencias del mismo tipo (Ospina et al, 2008) ha contribuido a que la energía el interés decayeran sobre todo en la ultima parte del proceso. En la evaluación final del proceso se coincidió en que, para hacer frente a las anteriores carencias, hubiera sido más recomendable buscar más la implicación de los integrantes del grupo, incrementar el número de acciones entre los y las integrantes del grupo y hacer que éstas lleguen a más gente externa al grupo.

6. Reflexiones sobre la idea de la ciudadanía global y los espacios educativos

En este apartado queremos plantear las principales reflexiones que se dieron a lo largo de la IC. Se trata de reflexiones de todas las personas participantes que fueron recogidas utilizando técnicas grupales de carácter sintético, tal y como se ha expuesto en el apartado anterior. Las reflexiones giraron en torno a la idea de ciudadanía global y a los espacios educativos pensados para potenciar esta visión de la ciudadanía.

Una de las preguntas de la IC consistió en repensar el concepto de CG, que, como hemos ilustrado al comienzo de este artículo, no es ajeno a controversias, las cuales afloraron en el primer encuentro de la IC. Las críticas al concepto de CG se plantearon desde dos perspectivas: por un lado porque el adjetivo global puede ser identificado con globalización, la cual en ámbitos propios de la ED suele generar rechazos por las consecuencias sociales que conlleva y también porque se identifica con un proyecto eurocentrista. Por otro lado, otro elemento de debate que afloró en la investigación es que para muchas organizaciones del Sur, el concepto de ciudadanía está más relacionado con la participación a nivel local y nacional, mientras que las visiones más globales o internacionales se dan en otros contextos, como el de las ONGD europeas. Por tanto, se constato que la terminología CG no tiene ese potencial universal que ella misma pretende, siendo necesario encontrar una denominación diferente, más integradora.

Tras numerosas discusiones, el grupo acordó referirse a las diferentes ciudadanías globalizadas evidenciando la importancia del contexto. La definición que se propuso es la siguiente; “Las Ciudadanías (comunes y múltiples) son procesos de construcción (susceptibles de ser educados) de personas (con sus principios, valores, anhelos, reflexiones, emociones). Estas personas comparten colectiva y cooperativamente acciones locales y/o globales a favor del logro de derechos hacia sí mismos, hacia los demás y hacia la tierra para alcanzar la transformación dinámica de la realidad de tal forma que esta transformación canalice nuevos procesos. Estos procesos son cíclicos, repetidos” (Paino et al, 2011: 40).

En esta nueva redefinición de las CG, se enfatiza la conexión que se establece entre lo local y lo global a través de las diferentes prácticas que se encuentran en las ciudadanías, diversas, múltiples y conectadas. Vemos, por tanto, como se destaca el carácter contextual, pero a la vez la importancia de la conexión en red en el nivel local y global, interpretación similar a la que realiza Delanty (2006) cuando se refiere a que el cosmopolitismo auténtico no es sinónimo de globalización o trasnacionalismo y que puede ser llevado a cabo por individuos, colectivos, organizaciones, en cualquier parte del mundo, no siendo patrimonio únicamente de proyectos occidentales.

Asimismo, queremos destacar la cuestión de las identidades que fue largamente abordada en la investigación, llegándose a consensuar algunos elementos que, a juicio de los y las participantes, pueden contribuir a potenciar un sentimiento de CG. Por ejemplo, se constato que la doble ó múltiple identidad cultural es un factor que, a pesar de ser en algunos casos foco de incertidumbre y conflictos personales, predispone para apreciar los elementos de la CG. También la militancia en movimientos sociales de diferente naturaleza es un aspecto clave para la configuración de la persona como ciudadana de un mundo global. Se trata de experiencias que hacen formar parte de un grupo, que a su vez se enmarca en realidades locales con conexiones globales. Asimismo, los viajes, el contacto con otras personas, culturas y realidades, el poder hablar varios idiomas es un aspecto que se considera, no suficiente pero sí necesario, en la formación de la CG. Podríamos decir, refiriéndonos a la diferencia entre los diferentes tipos de cosmopolitismo que realiza Pietersee (2006) que el cosmopolitismo estético, el que se refiere a la cultura global (viajes, el inglés como lengua de comunicación, la comida internacional, etc.) no es condición suficiente para un cosmopolitismo transformador pero si es un elemento potenciador de la CG.

Otro tema central de la investigación fue la reflexión sobre las prácticas educativas colaborativas que pueden potenciar la CG. Como hemos visto en la sección tercera del artículo, la ED de quinta generación o educación para la CG adolece de mayor trabajo conjunto entre los diferentes actores que la practican.

Hemos de decir que, en la investigación, hubo más reflexión y discusión sobre las características de las prácticas educativas que sobre los espacios colaborativos. El énfasis se puso más lo que cada agente educativo puede hacer para potenciar la CG, en cuáles son sus limitaciones y cómo pueden ser superadas, más que en pensar en prácticas educativas conjuntas entre diferentes actores. Esta, sin duda, ha sido una de las principales limitaciones de la investigación que han sido recogidas y planteadas en la segunda parte de la misma la cual, recientemente financiada, pondrá el énfasis en este aspecto.

En relación con las características de los espacios educativos, algunas de las reflexiones que se apuntaron fueron las siguientes:

– El grupo de docentes universitarias identificó el aula como uno de los espacios privilegiados para trabajar la ED, sobre todo con el uso de prácticas pedagógicas basadas en una tradición humanista y con uso de lenguajes y metodologías diversas (artes plásticas, poesía, metodologías creativas etc.). Esta ampliación en las prácticas pedagógicas de las y los docentes no siempre es fácil ya que implica más trabajo y en ocasiones salir de la “zona de confort” del profesorado, teniendo en cuenta que la formación recibida en ocasiones no es suficiente para que se den estos procesos. Asimismo, la creciente presencia de estudiantes internacionales puede fomentar un sentido de cosmopolitismo cultural. Sin embargo, se detectan barreras para un cosmopolitismo transformador en la propia estructura piramidal de la universidad, con espacios cerrados, poco participativos y, en ocasiones, poco democráticos para la toma de decisiones. En este contexto, las redes (académicas y no académicas) adquieren una gran importancia por diferentes motivos: las académicas pueden incentivar movilidades y abrir espacios de colaboración. Por otro lado, las redes no académicas proveen un contacto más directo y vivencial, desde la práctica.

– El grupo de los y las docentes de primaria y secundaria apuntó interesantes temas de reflexión; el primero hace referencia a la interculturalidad de las aulas, sobre todo en la escuela pública, debido fundamentalmente al proceso migratorio. Esta nueva realidad supone una clara oportunidad para practicar la ED de quinta generación pero a la vez se plantean dificultades. Por una parte, no existen recursos suficientes en los centros, a la vez que el profesorado, a pesar de su preocupación e implicación (no siempre compartida en todo el claustro) se ve desbordado y no se puede abarcar el trabajo con la calidad educativa conveniente. Otros factores como la intermitencia en la asistencia del alumnado, la desestructuración familiar, las dificultades económicas y sociales, los problemas de identidad y falta de comprensión entre culturas se suman y hacen que, en ocasiones, el sistema educativo se convierte en una obligación para el alumnado con dinámicas de vigilancia y control no tan positivas.

– Otro elemento que se añade a lo anterior es la segregación en los centros educativos producida por el bilingüismo de la Comunidad Valenciana; en los programas en valenciano se hace más necesario el apoyo de educación compensatoria para alumnado con dificultades con el idioma y es aquí donde se agudiza la falta de recursos que hay en los centros escolares públicos. Asimismo, en ocasiones, se puede dar que la elección del programa lingüístico esté relacionada con la procedencia del alumnado, yendo a parar a la línea en castellano la mayoría de los y las estudiantes migrantes, pudiendo aparecer actitudes xenófobas entre el alumnado e incluso el profesorado de los centros educativos.

– Otros temas tratados que no podemos mas que apuntar en este articulo son la importancia de los claustros como estructuras de funcionamiento, organizativas y de oportunidad en la práctica de la ciudadanía global, la implicación de los padres y madres del alumnado que tendría que ser potenciada y, por ‘ultimo, la poca utilidad que tiene la asignatura de Educación para la Ciudadanía ya que se introduce únicamente en tercer ciclo de primaria y se trabaja como asignatura aislada.

Por último queremos destacar algunas reflexiones que surgieron en torno al potencial de las redes para crear espacios de intercambio de saberes y prácticas entre lo local y lo global, para fomentar el diálogo permanente y los aprendizajes mutuos a partir del éxito y del fracaso, así como para potenciar la empatía y el trabajo cooperativo. También se apuntó que las redes pueden jugar un papel relevante para romper la soledad, el aislamiento y la sensación de impotencia que suele acompañar el trabajo de los y las educadores y de los técnicos de las ONGD generando “espacios verdes” o seguros. Asimismo, las redes se gana poder y se aumenta la incidencia, por lo que la red se convierte también en una opción estratégica que articula luchas democráticas, normalmente, contra hegemónicas. Desde el punto de vista instrumental, la red se percibe al principio como un espacio al que hay que dedicar tiempo y energía pero a la larga economiza las energías y tiene un gran efecto multiplicador.

8. Conclusiones

En este artículo hemos querido presentar diversas reflexiones que giraron en torno a las experiencias de todas las personas participantes. Es importante destacar que esta metodología ofrece un espacio cualitativamente diferente de donde normalmente trabaja el profesorado y los profesionales de las ONGD. Se proporciona, de esta manera, un espacio para pensar y trasladar las reflexiones colectivas en propuestas útiles con las cuales informar las prácticas.

Asimismo, con una metodología como la IC, no sólo se trabaja para lograr resultados tangibles como pueden ser las reflexiones conceptuales sobre la ciudadanía global o sobre las prácticas educativas que hemos presentado en el apartado anterior. Lo que puede ser destacado en mayor medida es que las personas participantes cambian a través y durante la investigación. La IC les ofrece la oportunidad de desarrollar dos habilidades de manera especial: la habilidad de participar con otras personas en un proceso de aprendizaje y la habilidad de prestar una atención especial al propio comportamiento, de estudiarse a sí mismas y de traer este estudio al grupo de manera abierta. Esta combinación presenta un desafío considerable. Este método invita a desarrollar la curiosidad hacia las prácticas de los otros a la par que se pone el foco, con la misma intensidad, sobre la propia acción (Charles y Glennie, 2002). Es lo que Reason (1994) denomina la subjetividad crítica:

La subjetividad crítica significa que no suprimimos nuestra experiencia subjetiva primaria, que aceptamos que nuestro conocimiento proviene de una perspectiva: también significa que somos conscientes de esta perspectiva, y de su sesgo, y que la articulamos en nuestras comunicaciones. La subjetividad crítica conlleva una atención reflexiva sobre el terreno que pisamos (Reason, 1994:237).

Asimismo, esta investigación ha tenido el objetivo de contribuir a unas prácticas investigadoras más democráticas. El respeto y la apreciación de los diferentes puntos de vista en el abordaje de la investigación es un requisito de la IC. Dada la dificultad que en el ámbito académico la opinión de los y las profesionales encuentre espacio, nos parece que un proceso como el que se ha seguido tiene un valor ejemplificador y abre posibilidades de trabajo en el futuro. Una de las reflexiones que anima el trabajo de las autoras de este artículo es la pregunta que se hace Robert Chambers (2008): ¿Cuál es el conocimiento que cuenta? Con todas las limitaciones señaladas, este proyecto es un primer paso en esta dirección.

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1 Para ampliar la información sobre la metodología de la investigación cooperativa y sobre distintos proyectos de investigación realizados con la misma, puede consultarse la web del Research Centre for Leadership in Action, centro con sede en la Wagner Graduate School of Public Service de la University of New York especializado en este tipo de investigación: http://wagner.nyu.edu/leadership/resources/ [fecha de consulta 13 de julio de 2011].

2 Para ello puede verse Mesa, 2000; Ortega, 2007; Boni, 2006; Argibay et al, 2009.

3 Grupo de Educación para el desarrollo y sensibilización del Concorde, plataforma europea que agrupa a las diferentes coordinadora de cooperación al desarrollo de los países de la Unión Europea que realizan acciones de ED http://www.deeep.org/ [fecha de consulta 13 de julio de 2011].

4 Para profundizar en los detalles del proceso de IC seguido puede consultarse Paino et al, 2011.

Fuente: http://revistas.uned.es/index.php/REEC/article/view/7545

Imagen tomada de: https://s3.amazonaws.com/s3.timetoast.com/public/uploads/photos/9064541/images_%281%29.jpg?1477492773

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Cuando los niños franceses y alemanes empezaron a jugar pacíficamente

IGNACIO CEMBRERO

Los luxemburgueses, incrédulos, se concentraban ante el patio de la primera Escuela Europea a la hora del recreo. Querían comprobar con sus propios ojos que niños franceses y alemanes eran capaces de jugar sin pelearse, pacíficamente. Hacía tan solo ocho años que había acabado la II Guerra Mundial y acababa de abrir en Luxemburgo la primera escuela que acogía a los hijos de los funcionarios de la primera institución europea, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero(CECA). Más tarde, en 1967, se fusionaría con las otras dos instituciones para convertirse en la Comunidad Europea.

Llegué tarde a Luxemburgo para ver a los transeúntes apiñados ante el patio, pero sí recuerdo que mis profesores nos lo contaban en clase para imbuirnos del espíritu europeo. Era un niño que venía de una España en la que esporádicamente aún se cantaba el ‘Cara el Sol’, elhimno de la Falange, en los colegios católicos de Madrid. Quedé deslumbrado ante una escuela multilingüe y multicultural, en cuyas clases mezclaban a alumnos de seis nacionalidades y en él que no enseñaban la historia de una nación sino la de una Europa que empezaba a escribir un nuevo capítulo de su historia. Además, en Luxemburgo no se cantaban himnos sino villancicos en vísperas de la Navidad.

Alumnos de la Escuela Europea de Luxemburgo.
Alumnos de la Escuela Europea de Luxemburgo.

Fui el primer español en sentarme en los pupitres del 21 del Boulevard de la Foire. Mi padre, Carmelo Cembrero, democristiano, participó en 1962 en el “Contubernio de Múnich”. Al regresar a España por La Junquera, la policía le denegó la entrada. Tras unos vaivenes por Europa, fue contratado por la CECA en 1963. Cuando se produjo la fusión de las instituciones nos trasladamos a Bruselas y se convirtió en el primer funcionario español de la Comunidad Europea junto Josep Sans Arrufat, miembro de Esquerra Republicana de Catalunya. Fueron dos excepciones achacables a la solidaridad política de sus correligionarios europeos cuando faltaban todavía 19 años para que España se subiese al carro europeo.

De todos esos años sentado en los bancos de dos escuelas europeas, de las conversaciones en familia y con algunos de los padres de mis amigos, especialmente con el sindicalista belga de origen polaco Jan Kulakowski, recuerdo el regocijo por la reconciliación entre europeos y una difusa ilusión colectiva. Tenían, teníamos incluso los más pequeños, la sensación de estar haciendo historia uniendo a naciones antaño enfrentadas. Había incluso quienes se consideraban una avanzadilla que miraba por encima del hombro a todas aquellas democracias europeas que no se habían querido subir al carro de esta segunda Ilustración.

Mis profesores recordaban agradecidos su papel en la lucha contra el III Reich, pero describían a veces a los británicos como “bichos raros”

El Reino Unido había sido el primero en apartarse y por eso el inglés no era la ‘lingua franca’ de aquella nueva Europa. Su ausencia suscitaba sentimientos contradictorios. Mis profesores recordaban agradecidos su papel fundamental en la lucha contra el III Reich, pero describían a veces a los británicos como “bichos raros”, sometidos a los dictados de EE UU que no les dejaba participar en la fiesta de la reconciliación europea. Al final, en 1973, Londres se sumó a la marcha emprendida por Europa, pero puso tantas piedras en el zapato que la ralentizó.

Dejé Bruselas al acabar el bachillerato en la Escuela Europea para estudiar en París, pero regresé en dos ocasiones para ser corresponsal del diario El País y trabajar más tarde en un programa de la Comisión Europea dedicado a los vecinos árabes del Mediterráneo. Sabía que la construcción europea pasaría por altibajos, pero siempre pensé que no tenía vuelta atrás, que al final del largo camino estaban nada menos que los Estados Unidos de Europa.

Ahora sí temo que sea reversible aunque los líderes del Viejo Continente reiterasen el sábado en Roma su compromiso de seguir adelante con el proyecto que nació hace 60 años con la firma delTratado de Roma. La UE se enfrenta a una combinación de problemas de difícil solución. Uno de sus principales socios, el Reino Unido, la abandona; la crisis económica que empezó a golpearla a finales de la década pasada ha propagado el euroescepticismo en parte porque los gobiernos nacionales achacan a Bruselas la culpa de sus políticas de austeridad; el arribo masivo de inmigrantes y refugiados y la amenaza terrorista han incitado a un puñado de Estados miembros, muchos de ellos recién llegados, a levantar fronteras ignorando, a veces, los compromisos suscritos.

Permanecer unidos es como mejor podremos competir en un mundo que, pese a las trabas de Trump, seguirá por la senda de la globalización

Es ahora, sin embargo, cuando más necesitamos cerrar filas. Permanecer unidos es como mejor podremos competir en un mundo que, pese a las trabas que pondrá Donald Trump, seguirá por la senda de la globalización. Es además así la mejor forma de hacer frente a la creciente inseguridad, sin precedentes desde la II Guerra Mundial, en la frontera sur de Europa y también en la del norte donde Rusia vuelve a ser percibida como una amenaza. Por algo el Ejército españoldesplegará en junio, por primera vez, carros de combate Leopard a Letonia.

El proyecto europeo ha zozobrado en la última década. Si echamos la vista atrás, desde aquel año 1953 en que los niños franceses y alemanes empezaron a jugar juntos en el patio de la Escuela Europea, la construcción europea ha sido, sin embargo, todo un éxito. Por algo millones de inmigrantes y refugiados han llegado estos últimos años a la UE y otros muchos millones repartidos por el norte de África, Oriente Próximo y Asia Central anhelan con poder entrar en Europa. Son en su mayoría sirios porque en ese país los niños suníes, alauíes y cristianos ya no pueden jugar juntos en el patio de su colegio.

Fuente: http://blogs.elconfidencial.com/mundo/tribuna-internacional/2017-03-25/ninos-franceses-alemanes-escuelas-educacion-paz_1355196/

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España: Convocadas ayudas para programas de educación para el desarrollo y ciudadanía global

España/10 de Abril de 2017/ Sorianoticias.com

La Consejería de Presidencia publica en el Bocyl tres anuncios con el fin de fomentar el valor de la solidaridad y consecuencias de la pobreza.

El Bocyl publicó el jueves pasado tres convocatorias de subvenciones en materia de educación para el desarrollo y ciudadanía global que tienen como fin fomentar en la sociedad de Castilla y León el valor de la solidaridad y la sensibilización sobre las causas y consecuencias de la pobreza tomando como destinatarios tres públicos clave: los centros educativos, por su gran efecto multiplicador; los jóvenes castellanos y leoneses; y los empleados públicos de la administración de la Comunidad interesados en conocer y dar a conocer los proyectos que se desarrollan en el terreno.

Año tras año se incrementan las solicitudes en estas convocatorias, lo que demuestra el interés de la sociedad por conocer y participar en proyectos dirigidos a erradicar la pobreza en todas sus manifestaciones. Estas líneas de trabajo forman parte de la estrategia de educación para el desarrollo de la Junta de Castilla y León que cumple con lo previsto en el III Plan Director de Cooperación para el Desarrollo 2017-2020, elaborado por todos los agentes de cooperación, y que incide en la importancia del papel de la educación para el desarrollo y la ciudadanía global para informar y contribuir al cambio de actitudes y valores de las personas, así como para generar en los ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes, una conciencia crítica y comprometida con la solidaridad.

Estas convocatorias, además, siguen las orientaciones de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y están dirigidas a la transformación social facilitando cambios en las propias vidas de los ciudadanos de Castilla y León, haciéndoles conscientes de su corresponsabilidad en la modificación de las situaciones de desigualdad y de vulneración de los derechos humanos.

Centros educativos por la educación para el desarrollo y la ciudadanía global

Esta línea de trabajo quiere reconocer el esfuerzo de muchos centros educativos de Castilla y León en la promoción de la solidaridad, así como dar a conocer y apoyar aquellas iniciativas y proyectos que han ido realizando, desde las distintas etapas del sistema educativo, en el ámbito de la educación para el desarrollo.

Los premios podrán ser de hasta 2.500 euros en el caso de que el proyecto se lleve a cabo únicamente en un nivel educativo y de un máximo de 4.000 euros en el caso de que se lleve a cabo simultáneamente en más de uno.

El trabajo con los centros educativos es fundamental por el efecto transformador y multiplicador que puede tener en su entorno: profesores, padres, madres, trabajadores de los centros educativos y, por supuesto, alumnos, que son los actores esenciales para lograr una sociedad consciente, solidaria y comprometida con el desarrollo humano sostenible. En Castilla y León existe una importante red de centros que trabaja en educación para el desarrollo, gracias a la desinteresada implicación y compromiso de los equipos docentes de los centros.

En esta edición se valorará de forma especial la difusión y los trabajos en relación con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por Naciones Unidas, junto a cuestiones como la igualdad, la equidad, la interculturalidad o la cultura de la paz.

Voluntariado en cooperación para el desarrollo

Los programas de voluntariado permiten conocer in situ el desarrollo de las acciones de cooperación en países empobrecidos a través de la colaboración en proyectos de desarrollo que ejecutan ONGD y que han sido apoyados por la Junta de Castilla y León.

Las convocatorias cuentan con dos procedimientos diferenciados, uno dirigido a las Organizaciones no Gubernamentales con sede en Castilla y León, a fin de que oferten plazas de voluntariado en los proyectos que llevan a cabo y, por otro lado, la selección de los jóvenes o empleados públicos que se incorporarán a dichas plazas.

La selección de los voluntarios se hará en relación a sus cualidades y a la adecuación de sus perfiles a las plazas que presenten las organizaciones, teniendo en cuenta la formación, experiencia y motivación que tengan, así como su participación en movimientos asociativos y su capacidad de adaptación.

Las experiencias que vivirán los participantes serán fundamentales para ampliar su visión de la realidad del mundo y fomentar su conocimiento sobre las interrelaciones económicas, políticas, sociales o culturales existentes en la actualidad, promoviendo así el compromiso solidario en la erradicación de la pobreza, la promoción de los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible.

El programa de voluntariado en cooperación al desarrollo de los empleados públicos de la Administración de la Comunidad de Castilla y León financia con 2.500 euros la estancia en un proyecto de cooperación para el desarrollo durante un periodo mínimo de tres semanas.

Desde que se inició este programa, 47 empleados públicos de la Administración autonómica han tenido la oportunidad de conocer de primera mano el trabajo que se desarrolla en países empobrecidos, tales como Guatemala, Perú, República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Colombia, Bolivia, India, Tanzania o Kenia, promoviendo a su regreso actividades de sensibilización y poniendo en valor la experiencia personal que han vivido en el terreno.

En el caso del ‘Programa Jóvenes Solidarios’, se financia con 3.000 euros la participación como voluntario en un proyecto de cooperación para el desarrollo durante un periodo mínimo de tres meses.

Desde la puesta en marcha del programa, 289 jóvenes han tenido la oportunidad de colaborar con más de 35 ONGD en proyectos de cooperación para el desarrollo que se llevan a cabo en países como Guatemala, Perú, República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Bolivia, Senegal, Tanzania o Etiopía.

NOTA: Las convocatorias pueden ser consultadas en los archivos adjuntos que figuran más abajo.

Documentos adjuntos

Fuente: http://sorianoticias.com/noticia/2017-04-06-convocadas-ayudas-programas-educacion-desarrollo-ciudadania-global-38814

 

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OREALC UNESCO : Aprender para un mundo mejor. Especialistas discutieron en Brasil la educación para la ciudadanía global

Fuente OREALC UNESCO / 13 de junio de 2016

El Seminario Internacional Educación para la Ciudadanía Global fue organizado por la UNESCO y la Fundación Santillana y se inserta en iniciativas de nivel mundial sobre el tema. El próximo evento en la agenda mundial será el Primer Taller Mundial para el Fortalecimiento de Capacidades en Educación para la Ciudadanía Global que tendrá lugar en Seúl, Corea, entre el 19 de junio y el 2 de julio de 2016.

  • En el encuentro en Brasil fue distribuida la primera publicación de la UNESCO sobre el tema: Educación para la ciudadanía mundial: preparar a los educandos para los retos del siglo XXI.

¿Cuál es la educación que necesitamos para el siglo XXI? ¿Qué es la educación para la ciudadanía mundial? ¿Cómo introducirla en los programas escolares? En Sao Paulo, Brasil, especialistas brasileños e internacionales debatieron en mayo de 2016 acerca de estas interrogantes, analizando las competencias ciudadanas, la importancia de la formación integral y el desarrollo de políticas públicas que valoricen el aprendizaje para toda la vida. Esta discusión fue la columna vertebral del Seminario Internacional Educación para la Ciudadanía Global, organizado por la Oficina de la UNESCO en Brasilia y la Fundación Santillana.

Expertos, gestores educativos y profesores se reunieron el 12 de mayo de 2016 en el Teatro Fecomercio de la capital paulista alrededor de mesas de debate. Los intercambios giraron sobre todo en que no basta con adquirir conocimientos e informaciones, la educación necesita también colaborar para construir un mundo mejor. Es así como en esta cita se tocaron temáticas relacionadas con el desarrollo de habilidades bajo la óptica de la transformación social hacia un mundo más justo y equitativo, la importancia de las competencias socioemocionales en los docentes para no sólo promover el aprendizaje de contenidos cognitivos, sino también construir valores y competencias sociales.  Asimismo, otros temas estuvieron presentes, tales como la formación para el mercado del trabajo, la inclusión social, las políticas públicas y el papel de la escuela y del educador para estos nuevos desafíos.

Entre los oradores y facilitadores en las mesas de trabajo estuvieron Cecilia Barbieri, especialista senior  de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), quien abrió la conferencia con su presentación “Educación para la Ciudadanía Mundial”; Jun Morohashi, especialista de programa de la UNESCO en Puerto Príncipe con “Desafíos de la implementación de políticas para la educación ciudadana”; André Lázaro, director de la Fundación Santillana en Brasil; Cesar Callegari, miembro del Consejo Nacional de Educación de cicho país; el representante del Consejo Nacional de Secretarios de Educación de Brasil (Consed); Alessio Costa Lima, presidente de la Unión Nacional de Dirigentes Municipales de Educación (Undime); Ricardo Paes de Barros, economista jefe del Instituto Ayrton Senna y profesor de la casa de estudios superiores Insper; David Saad, director presidente del Instituto Natura y Priscila Cruz, directora ejecutiva de Todos Pela Educação, entre otros personeros.

La Educación para la Ciudadanía Global (ECG)

Para la UNESCO, la educación para la paz y para el desarrollo sostenible forman parte de los principales objetivos de su programa de educación. En este marco, la ECG busca empoderar a los estudiantes con conocimientos, habilidades y valores que se necesitan para crecer como ciudadanos globales en el siglo XXI, desarrollando las competencias necesarias para encontrar soluciones a los desafíos mundiales.

Rebeca Otero, coordinadora de Educación de la UNESCO en Brasil explica al respecto: “La UNESCO piensa la Educación para la Ciudadanía Global en la perspectiva del aprendizaje a lo largo de la vida, para formar ciudadanos que contribuyan con el desarrollo sostenible. El proceso educacional trasciende el modelo formal y abre espacio para innovaciones en la educación equitativa, inclusiva y de calidad para todos”.

Cecilia Barbieri, especialista senior de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) indicó a su vez: “Los profesores son un actor trascendental en este proceso en general y en particular en la entrega de ECG. Para ser capaces de hacerlo de forma efectiva los maestros también necesitan estímulos apropiados, apoyo, formación y orientación. La educación para ciudadanía global no se trata sólo de aprender sobre ella, sino también de aprender a pensar y actuar de manera diferente. Los maestros son, asimismo, una parte integral de las comunidades en las que viven, su opinión y puntos de vista son esenciales y deben ser tomados en consideración.

En esta senda, como apoyo a este proceso, durante el seminario fue presentada la publicación Educación para la ciudadanía mundial: preparar a los educandos para los retos del siglo XXI, primera publicación de la UNESCO sobre el tema, ofrecida con el objetivo de fomentar el debate sobre el papel de la educación como catalizador de cambios para solucionar problemas globales en áreas estratégicas, justamente en el marco de la nueva agenda de desarrollo sostenible para el 2030. “Al preparar a los alumnos para que desplieguen su potencial en un mundo cada vez más globalizado, estamos promoviendo sociedades transformadas que además estén mejor equipadas para hacer frente a los desafíos del siglo XXI y aprovechar las oportunidades que éste brinda”, sintetiza la publicación que está disponible para libre descarga en:

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El Seminario Internacional Educación para la Ciudadanía Global fue organizado por la UNESCO y la Fundación Santillana y se inserta en iniciativas de nivel mundial sobre el tema, entre ellas el Primer Taller Mundial para el Fortalecimiento de Capacidades en Educación para la Ciudadanía Global que organiza el Centro Asia-Pacífico de Educación para la Comprensión Internacional (organismo que cuenta con el auspicio de la UNESCO), y que  tendrá lugar en Seúl, Corea, entre el 19 de junio y el 2 de julio de 2016.

Más información sobre el evento en Brasil:

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