España: Una nueva investigación demuestra que el aprendizaje es más eficaz cuando es activo

Por: Europapress

La participación de los estudiantes mediante actividades interactivas, debates, comentarios y tecnologías mejoradas por la IA dio lugar a una mejora del rendimiento académico en comparación con las clases magistrales, las lecciones o las lecturas tradicionales, según concluyen los profesores del Instituto de Interacción Persona-Ordenador de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, tras recopilar investigaciones sobre el aprendizaje activo.

La investigación, publicada en la revista ‘Science’, también descubrió que los métodos eficaces de aprendizaje activo no sólo utilizan enfoques prácticos y mentales, sino también proporcionando un mayor apoyo emocional y social.

El interés por el aprendizaje activo creció cuando la pandemia de COVID-19 desafió a los educadores a encontrar nuevas formas de involucrar a los estudiantes. Las escuelas y los profesores incorporaron nuevas tecnologías para adaptarse, mientras los estudiantes se enfrentaban a los efectos psicológicos negativos del aislamiento, la inquietud y la falta de atención provocados por la cuarentena y el aprendizaje a distancia.

La pandemia dejó claro que los enfoques tradicionales de la educación pueden no ser la mejor manera de aprender, pero persistieron los interrogantes sobre qué es el aprendizaje activo y cuál es la mejor manera de utilizarlo para enseñar e involucrar y entusiasmar a los estudiantes.

Nesra Yannier, profesora del HCII, y Ken Koedinger, profesor de interacción persona-ordenador y de psicología, colaboraron con investigadores de varias universidades, como Stanford, Harvard y la Universidad de Washington, para resumir los importantes hallazgos en torno al aprendizaje activo.

Los estudios recientes recopilados por Yannier y Koedinger abarcan desde niños hasta adultos en edad universitaria, demuestran cómo y cuándo los diferentes enfoques del aprendizaje activo pueden ser eficaces y atractivos, y sugieren formas de incorporar las lecciones aprendidas de la escolarización durante el apogeo de la pandemia de COVID-19.

“Queríamos ver lo que habíamos aprendido de la enseñanza y el aprendizaje durante COVID y lo que podía llevarse a las aulas –señala Yannier–. El COVID obligó a los educadores a involucrar a los alumnos de formas novedosas, y los profesores estaban experimentando con nuevas tecnologías”.

Los estudios recopilados demostraron que el aprendizaje activo puede poner a los alumnos al frente de sus clases. Las técnicas de aprendizaje activo animan a los estudiantes a producir pensamientos y obtener retroalimentación a través de entornos interactivos, en lugar de recibir información de forma pasiva, como es habitual en los enfoques educativos omnipresentes, como las conferencias y las lecturas.

Un estudio incluido en la colección mostró los beneficios de la actividad física para la creatividad y la generación de ideas. Otro descubrió que, aunque los estudiantes universitarios creen que aprenden más con las clases tradicionales que con los enfoques de aprendizaje activo, no es así. El aprendizaje activo produce mejores resultados.

Yannier y Koedinger incluyeron su propia investigación, realizada con Scott Hudson, profesor del HCII, que descubrió que la incorporación de un ayudante virtual basado en la inteligencia artificial para interrogar a los estudiantes, animarles a pensar de forma crítica y hacerles participar en debates aumentaba el aprendizaje en las actividades prácticas, al tiempo que apoyaba a los profesores.

Realizaron experimentos controlados para ver cuánto aprendían los niños al interactuar con NoRILLA, una plataforma de aprendizaje de realidad mixta en la que los niños realizan e interpretan experimentos del mundo real con información interactiva personalizada en una mesa de terremotos, rampas u otros aparatos físicos, con la inteligencia artificial activada y desactivada. Cuando estaba apagada, los alumnos aprendían mucho menos.

“Hemos investigado mucho sobre esto –señala Yannier–. Si no tenemos la guía de la IA encendida, los niños no son capaces de entender los conceptos subyacentes, y el aprendizaje no se traslada al mundo real”.

Tanto Yannier como Koedinger subrayan que los estudios que resumieron dejaron claro que hay muchos enfoques del aprendizaje activo y de cómo investigarlo. Esperan que su estudio mueva a los educadores a incorporar más aprendizaje activo en sus clases y a pensar en cómo pueden participar en la investigación sobre el mismo.

“Queda bastante claro en esta colección que incluso entre personas de ideas afines hay siete o más aplicaciones del aprendizaje activo que funcionan y a veces lo hacen de forma contradictoria –añade Koedinger–. Hay tanta riqueza en este campo que podemos introducir continuamente mejoras para hacerlo más eficaz y agradable durante mucho, mucho tiempo”.

Fuente de la información e imagen:  https://www.europapress.es

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Regreso a clases: Propuestas

Por: Pedro Flores

 

A mi papá por sus 90 años

¿Será que la burocracia universitaria, creada por nosotros mismos, es mucho más fuerte que un virus proveniente de la naturaleza? ¿Llegará primero la vacuna contra el Covid-19 antes que el cambio educativo verdadero?

No me atrevería a decir que la pandemia ha sido una “oportunidad” para cambiar, pues en México han muerto más de 45 mil personas y miles de doctoras, enfermeros y compatriotas están padeciendo. Es mas bien una tragedia que nos ha puesto a prueba. Las universidades públicas somos autónomas. Organizar el regreso a clases virtuales, mostrará si somos capaces de actuar libremente para renovar la manera en que hemos operado. ¿Estaremos dispuestos a reescribir nuestras reglas, códigos y conductas ante la emergencia? Éste será un ciclo escolar donde el compromiso por formar integralmente al universitario no debe menguar, al contrario. Pero, ¿qué hacer?

En primer lugar, estar conscientes de que las tres funciones principales de la universidad (docencia, investigación, vinculación) no podrán realizarse como si nada hubiera pasado. Será difícil –incluso prohibido– trasladarse a ciertos lugares para recabar datos, hacer etnografía o realizar alguna práctica como establecía el plan de estudios. La vinculación, por otra parte, es contraria al connamiento y se complica con la “sana distancia”.

Por tanto, quizás es un buen momento para que parte del tiempo en investigación y vinculación se concentre, solo por este semestre, en el ejercicio docente. Esto debe, por supuesto, ser reconocido por las instancias de evaluación dentro y fuera de las universidades. Segundo, dado que la exposición presencial no es recomendable, la estructura de la clase podría cambiar. Al ya no haber salones, sino espacio virtual, televisivo o radiofónico, sugeriría organizar “clases magistrales” con algún académico o académica destacada sobre un tema en específico y alcanzar a más jóvenes de los que normalmente ocupan un salón. Luego de grabar la sesión y asegurarse de que llegue a los jóvenes de áreas más alejadas y empobrecidas, se pueden organizar grupos de discusión reducidos sobre ese tema.

La participación del estudiante y del académico en esta “nueva normalidad” será central. Es momento de variar los objetivos de aprendizaje. Estamos ante el reto de que los jóvenes desarrollen la capacidad de auto aprendizaje y mantengan el interés por aprender. Para ello, habrá que ofrecer clases estimulantes en términos intelectuales, independientemente del tiempo que pasemos frente a la computadora, celular o tablet. Que regrese la confianza y la buena educación.

Fuente:  http://www.educacionfutura.org/regreso-a-clases-propuestas/

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Entrevista a Eric Mazur: “La educación formal acaba con nuestra motivación intrínseca por aprender”

Entrevista/04 Junio 2020/Autor: Nacho Meneses/elpais.com

Eric Mazur, experto en innovación educativa, apuesta por un aprendizaje interactivo que se aleja de los modelos tradicionales basados en clases magistrales y memorización de datos

Escuchar, tomar notas, memorizar y reproducir información en exámenes que, más allá de la pandemia, apenas han cambiado con el paso del tiempo: así son las líneas generales de muchos de los sistemas educativos actuales y pasados. Pero ¿cuánto recordamos, a medio y largo plazo, de lo que aprendemos en una clase? La respuesta, en la mayoría de los casos, es que poco, y gran parte de la culpa tiene que ver con la manera en que se transmite ese conocimiento: “La educación es uno de los sectores que más innovación necesitan, porque básicamente seguimos enseñando de la misma manera en que lo hacíamos hace cientos de años”, afirma Eric Mazur, catedrático de Física y Física Aplicada en la Universidad de Harvard, y creador del método interactivo denominado Peer Instruction, o instrucción entre pares.

Un sistema perfeccionado a lo largo de 30 años que, ante todo, se aleja de las sempiternas lecciones magistrales que tienen al profesor como protagonista: aquí, los estudiantes se preparan el material antes de acudir a clase, y esta se articulará después a través de las preguntas del profesor y del debate de los propios estudiantes, de manera que se priorice la comprensión por encima de la memorización. Mazur, asesor del Simposio de Educación del Programa Académico Internacional de la Universidad Autónoma de Madrid, ha compartido ya su peer instruction en más de un millar de charlas alrededor de todo el mundo.

Pregunta. ¿De qué manera se diferencia la instrucción entre pares de una clase tradicional?

Respuesta. Enseño a través de las preguntas para ayudarles a desarrollar modelos mentales y a que extraigan información de ellos. Cuando empecé a implementar este método, no teníamos ningún tipo de tecnología; yo solo hacía una pregunta y les pedía a mis alumnos que, usando sus dedos en el pecho (más tarde empezamos a usar dispositivos contadores), escogieran de entre varias opciones la que ellos creían que era la correcta. Ahora, con las clases virtuales, ellos escriben su respuesta en la plataforma.

Intentaba formular mi pregunta para que, aproximadamente, la mitad de los alumnos acertaran la respuesta. Luego les pedía que buscaran un compañero o compañera cerca que tuviera una distinta, para intentar convencerle de que la suya era la buena. Por unos minutos, todo se volvía muy caótico, y después les pedía que votaran otra vez. Con el paso del tiempo, llegué a la conclusión de que debíamos alejarnos del auditorio; y en mis clases de ahora los estudiantes se sientan en grupos de cinco, alrededor de una mesa, y yo facilito sus debates.

P. Usted sostiene que la pandemia de coronavirus es también una oportunidad. ¿En qué sentido?

R. Con respecto al cambio y a la innovación. Al principio de mi carrera, me di cuenta de que los estudiantes no estaban aprendiendo realmente nada de mis clases, porque lo único que sacaban de ellas eran unos apuntes que intentaban memorizar y luego regurgitar en los exámenes, pero que nunca podían traducir en conocimientos en ningún otro campo. Si les proponía un problema que no habían visto antes, no eran capaces de resolverlo; y el motivo era que me había centrado exclusivamente en la transferencia de conocimiento, más que en hacer que este tuviera sentido. Y la educación ha de comprender ambos pasos.

En el siglo XXI, cuando la información es abundante y ubicua, ¿por qué no dar a los estudiantes la responsabilidad sobre la parte fácil, que es la transferencia de información, y en clase enseñar por medio de preguntas y proyectos, trabajando para que tenga sentido, con la guía del profesor? La pandemia ha dejado claro que este es el mejor momento para el cambio: cuando los profesores empezaron a dar clase con programas como Zoom, vieron que solo un 40 % de los estudiantes las sigue en directo, porque pueden verla en otro momento que quizá sea más conveniente para ellos. Ello demuestra que la interacción entre el profesor y el alumno no necesita ser síncrona, porque el profesor puede dar la clase y mandar después el enlace; si no estás muy interesado en algo, puedes avanzar en la grabación o reproducirla más rápido; o verla de nuevo si, por el contrario, te interesa mucho. Y no puedes hacer nada de esto en directo.

La pandemia proporcionó el momento perfecto para pensar en tres cosas: una, si el foco ha de situarse en el educador o en el estudiante; dos, si deberíamos trasladar todo lo que podamos del proceso educativo a actividades asíncronas, para hacer un mejor uso del tiempo síncrono; y tres, si el instructor ha de fijar el ritmo de las actividades, o si cada alumno debería marcar su propio ritmo, y decidir si quieren hacer algo más despacio o más rápido. Lo que hemos visto en estas circunstancias es que cuando más nos movamos hacia lo asíncrono, hacia un enfoque centrado en el alumno en el que este marque su propio ritmo, más mejoramos la educación.

P. ¿Qué tiene de malo la memorización?

R. Memorizar nunca funciona del todo, porque tendemos a recordar las cosas que usamos, no las que memorizamos. Hay muchas investigaciones que muestran que, si optamos por memorizar algo, usando flashcards o cualquier otra técnica, acabamos por recordarlo bien durante unos pocos días, pero al dejar de usarlas y de reciclar esa información, esta desaparece. En mi opinión, no solo debemos cambiar la forma de enseñar, sino también la de evaluar los contenidos. La mayoría de las evaluaciones – exámenes en particular – fuerzan a los estudiantes a memorizar y regurgitar, lo que no sirve para absolutamente nada. Y aquí es donde tenemos otra oportunidad, porque con todos los estudiantes online, es muy difícil dar un examen, porque lo hacen en sus ordenadores, y tienen acceso a Google.

Piensa en ello: cualquier pregunta para la que puedas encontrar la respuesta en Internet no es una pregunta auténtica de evaluación, porque no estás midiendo si un estudiante puede resolver un problema real; solo mides si el estudiante puede memorizar algo. Por otro lado, más que esforzarnos en que la gente no copie, habría que hacerlo por conseguir que los exámenes sean más significativos, de manera que reflejen el tipo de habilidades que nosotros queremos que los estudiantes desarrollen para el siglo XXI.

P. ¿Qué papel debe jugar la tecnología?

R. Me encanta la tecnología, pero, cuando se trata de la educación, me vuelvo muy escéptico, porque muchos de sus usos en educación son como poner vino viejo en odres nuevos; nuevas formas de hacer lo de siempre. Muchas compañías que desarrollan tecnología educativa estudian primero lo que hace típicamente un profesor y se preguntan si pueden hacer lo mismo digitalmente. En mi opinión, más que de tecnología, se trata de pedagogía, de si hay una aproximación al aprendizaje que no se haya dado antes.

P. ¿Dónde queda la pasión por aprender?

R. En el prólogo de su libro Who Owns the Learning?, el autor Alan November escribe lo que le ocurrió al inicio de los años 80, cuando enseñaba en Secundaria. Él estaba a cargo del aula de informática, que por aquel entonces era una novedad, y recibió una llamada un domingo por la mañana, diciéndole que alguien se había colado en el aula, y que si podía ir a la escuela. Cuando llegó, vio que las ventanas no estaban rotas, las puertas no estaban forzadas y que no faltaba ningún equipo. Solo había una cosa extraña: un alumno sentado frente a uno de los ordenadores. Se dirigió a él: “¡Gary! ¿Qué haces aquí?”, y este le respondió: “Quiero aprender a programar un ordenador”. Y en ese momento se dio cuenta de que, si alguien quiere aprender algo de verdad, hará lo que sea necesario, incluso incumpliendo la ley. Y que, más que castigar al alumno, debía recompensarlo.

Cuando los niños tienen dos, tres o cuatro años, se mueren por conocer el porqué de las cosas. El cerebro humano ansía esos momentos de aprendizaje; hay una necesidad intrínseca, en la manera en que nuestros genes están programados para entender el mundo que nos rodea… Si acaso, la educación formal acaba con nuestra motivación intrínseca por aprender. Y en vez de responder con el porqué, decimos: “Tienes que aprender esto porque, si no, te voy a castigar”. Solo cuando finalizamos la educación formal, redescubrimos la belleza del aprendizaje, y lo que aprendemos lo hacemos porque queremos, ya sea sobre historia, cocina o fotónica. Y aprendemos mucho mejor.

P. ¿Cómo hacer que los estudiantes redescubran esa pasión por aprender?

R. Yo tengo alumnos de Ingeniería, Medicina o Ciencias Biológicas, y muchos de ellos no quieren realmente aprender Física; solo la cursan porque es un requisito [de sus grados]. Solía intentar motivarles diciéndoles que esas habilidades les serían útiles en sus carreras profesionales. Pero decidir dejar el libro aparte, y en su lugar trabajar en proyectos realmente interesantes, en los que incluir algún componente de empatía o bien social y que, en algún momento, requieren de la física.

Por ejemplo, uno de los proyectos en mi clase tiene que ver con El Sistema (un movimiento que empezó en Venezuela en 1965 con el economista José Abreu, para dar educación musical a los niños de barrios pobres, después de la escuela, y mantenerles alejados de las actividades delictivas; Gustavo Dudamel es un ejemplo de este programa). En grupos de cuatro o cinco, los estudiantes tienen que construir para ellos instrumentos musicales a partir de componentes reciclados, y usar su conocimiento de la física para mejorarlos. Cuando están realmente enganchados con el proyecto, entonces sí les digo: “Quizá os vendría bien mirar este libro; puede que os ayude con el proyecto”.

Más que hacer que el contenido sea el principal objetivo del curso, lo convierto en un vehículo con el cual los estudiantes podrán llegar a un objetivo que tenga un significado mayor para ellos. Y eso ha transformado radicalmente mi clase, porque ahora los alumnos están involucrados en proyectos que les gustan, y para hacerlo bien en esos proyectos, para conseguir instrumentos baratos para esos niños pobres de Venezuela, necesitan aprender la física, y saber cómo se genera el sonido. Al final, tendrán que presentar el instrumento a un panel de jueces, y explicar cómo usaron la física para que el instrumento sonara bien. Es increíble cómo aprenden los estudiantes de esta manera, sin las evaluaciones tradicionales.

P. Trabajando en común, alcanzarán un objetivo significativo para los propios estudiantes.

R. Sí, bajo la orientación del profesor. Mi papel como educador no es el del hombre sabio que está al frente de la clase, sino más bien el de un entrenador que les orienta acerca de cómo mejorar. Piénsalo: un entrenador escolar de fútbol, por ejemplo, no se pondría a jugar haciendo que los estudiantes vieran cómo juega; son los alumnos que quieren aprender los que practican el deporte, bajo la guía del entrenador. De la misma manera, no aprendes a tocar el piano yendo a un auditorio y escuchando a un concertista; tienes que tocarlo tú mismo.

P. ¿Qué otras ventajas presenta la instrucción entre pares?

R. En Estados Unidos y otros muchos países ha habido, durante bastante tiempo, un estereotipo que dice que las ciencias son para los hombres, y no para las mujeres, y por tanto estas tienden a estar menos seguras y a tener menos confianza, lo que al final redunda en un menor rendimiento. La instrucción entre pares aumenta el rendimiento de ambos géneros, aunque el de ellas crece mucho más, hasta el punto de anular cualquier diferencia hacia el final del semestre.

Ello, en parte, se debe a que las mujeres tienden a ser mucho más verbales que los hombres, y a que suelen rendir peor en un entorno normalmente competitivo como el de las asignaturas de ciencias, donde los estudiantes quieren sacar las mejores notas y poder así acudir a las mejores facultades de Ingeniería o Medicina, por ejemplo. Pero con la instrucción entre pares, los estudiantes hablan, trabajan y se enseñan unos a otros, ya sean hombres o mujeres, y eso elimina la competitividad. Por otro lado, al centrarse en la comprensión más que en la memorización, se facilita la retención del conocimiento a medio y largo plazo.

P. ¿De qué manera puede esta forma de aprender impactar el bienestar personal de la persona, a lo largo de su vida?

R. Estoy convencido de que la sociedad mejoraría considerablemente si enseñáramos a las personas a ser mejores pensadores. De hecho, uno de los objetivos del peer instruction es enseñar a la gente a pensar, no a recordar y regurgitar algo que alguien más dijo. En el fondo de mi corazón, creo que una mejor manera de pensar nos llevaría a una sociedad mejor y a unos seres humanos mejores.

Además, la educación está completamente enfocada en el individuo. Vas a la escuela, te sientas y miras al profesor, y aunque hay otros sentados alrededor tuyo, no interactúas con ellos; así que, en esencia, estás solo. Te vas a casa y haces tus tareas (a menudo solo), y finalmente, en el examen, te sientas, y estás completamente aislado de los demás. También se te evalúa individualmente: rendimiento individual, comportamiento individual, evaluación individual. Y, si luego vas a la universidad, todo esto continúa. Pero cuando las personas se incorporan a la sociedad, descubrimos que lo que de verdad importa no es el rendimiento de cada uno, sino el cómo se trabaja con los demás. Eso provoca grandes problemas, porque la gente nunca ha aprendido a trabajar con otros que tienen opiniones distintas, piensan o creen de diferente manera, o tienen una apariencia distinta. Y en esto debe cambiar también la educación.

Fuente e imagen: https://elpais.com/economia/2020/06/03/actualidad/1591148852_706097.html

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Alfredo Corell: “Los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase”

España / 10 de marzo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Yo Soy Tu Profe

Alfredo Corell recientemente ha recogido el premio al mejor docente universitario de España. En esta entrevista para nuestro portal nos cuenta cómo se siente tras recoger este galardón otorgado en los II Premios Educa Abanca.

En una charla donde se muestra muy tranquilo, se recoge la gran experiencia que trasmiten sus palabras. Nos habla, entre otras cosas, de las trabas burocráticas a las que se enfrentan los docentes universitarios, de la necesidad de encontrar un pacto educativo e incluso del “repunte de crispación social”en el que, según él, andamos inmersos.

Les dejo aquí la entrevista a Alfredo Corell para que conozcan mejor su trabajo:

Saltó al foco mediático por una charla TED que se hizo viral. En ella cuestionaba el inmovilismo de los docentes frente a la innovación, ¿cuáles crees que son los motivos que llevan a ello?

Bueno, creo que hay varios motivos. Tal vez uno de los más fuertes es el sistema por el que las universidades nos conceden la mejora en la escala profesional. Tenemos un sistema que en principio puntúa la parte investigadora como la docente. Hay una tercera actividad universitaria que hasta ahora no se ha puntuado, la transferencia de conocimientos a la sociedad. Los sexenios son muy exigentes. En algunas áreas probablemente más que en otras, pero son muy exigentes.

Nos evalúa una agencia nacional externa a la propia universidad y se evalúa si en esos seis años se ha hecho la investigación de calidad suficiente. No siempre se consigue. A pesar de lo cual se ha publicado recientemente en “El País” que cerca de un 50% de los profesores no hacen investigación. Lo cierto es que, si eres docente y quieres mejorar tu sueldo, necesitas investigar. Para los quinquenios, te evalúa la propia universidad y la exigencia es menor.

Existe un inmovilismo, hablamos de la libertad de cátedra y evidentemente, el docente es libre de hacer y ejercer su ejercicio como quiera. Pero hay mucha gente que se ha quedado atascada. Hay clases magistrales muy buenas, pero hay otros docentes que se sientan y leen diapositivas llenas de texto. Eso no tiene ningún sentido y hay muchas mal llamadas clases magistrales así. Todos, tanto estudiantes como docentes, nos tenemos que adaptar a las necesidades de este siglo. Ahora las cosas funcionan de otra manera.

Ten en cuenta que los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase. Si quieres dar clases en primaria, necesitas un grado, si eres docente de secundaria, necesitas, al menos, un máster que te capacita. Sin embargo, para ser docente de universidad no necesitas nada. Con tener tu carrera ya es suficiente. Se entiende que con el conocimiento es más que suficiente. Ni siquiera te enseñan a hablar en público, no hay una formación reglada para saber hacerlo. Al menos, se entiende que si has investigado y has ido a congresos, habrás aprendido a hablar en público a base de golpes.

En este caso habla de funcionarios de carrera, entiendo. Aunque en la universidad el espectro es amplio, ¿no? Se puede ser docente sin ni siquiera tener el doctorado, ¿me equivoco?

Depende del tipo de profesor. Te refieres a los asociados, es una figura que en origen era muy bonita, pero que se ha pervertido mucho con la crisis. En principio el profesor asociado es un profesional externo al que contratas no a tiempo completo, sino unas horas para que te cuente su experiencia profesional. Eso es muy interesante. Pero en este momento, a falta de profesores funcionarios y de contratos laborales, hay asignaturas, hay áreas que se sostienen con asociados. Pero este no debería ser el objetivo principal. Se debería tener una plantilla estable y el asociado debería venir a dar su visión profesional, no a dar las clases. Se ha pervertido esa figura, es la más barata. Hay muchas universidades que se basan en asociados.

“Yo soy un profesional serio, no doy clases espectáculo. ”

Recibiste el premio al mejor docente del año, ¿qué ha supuesto para ti?

Sinceramente no me considero el mejor docente de España. He conseguido llegar a la máxima puntuación en un proceso muy concreto y ha supuesto para mí una enorme satisfacción. Es un proceso muy bonito porque te tienen que proponer los estudiantes. No es, además, una propuesta fácil. Tienen que rellenar un cuestionario donde se detallan los motivos. En estos momentos de inmediatez, es algo a destacar.

Por otro lado, una vez han aceptado la propuesta, se ponen en contacto contigo y eres tú quien tiene que entregar la documentación que acredite los méritos. Se evalúan distintos aspectos y hay que dedicarle un tiempo a la realización de este dossier. La verdad es que cuando vi mi puntuación sentí que bueno, no lo estaba haciendo mal. Al darme un premio de estas características te ves incentivado. Soy bastante autocrítico y este premio me motiva a hacer cosas nuevas y no quedarme donde estoy. No puedo ser conformista.

Ahora siente la responsabilidad…

Sí.

“La educación es uno de los bienes más preciados y en España la tenemos muy maltratada.”

A pesar de esto, sabe que hay muchos docentes que critican este tipo de eventos, bien porque consideran que influye en la mercantilización de la educación o bien porque creen que el resto de los docentes también hace bien su trabajo, ¿cómo afronta estas críticas o, tal vez, es ajeno a ellas?

No soy ajeno, pero tampoco les presto mucha atención. Estamos en un país donde la virtud principal muchas veces es la envidia. Yo creo que, si estos premios tienen una cosa positiva, es que han conseguido algo que no han conseguido ni los políticos, han conseguido que se hable todos los días de educación. Para mí eso es una alegría. La educación es uno de los bienes más preciados y en España la tenemos muy maltratada.

El banco al final patrocina estos premios, pero quienes están detrás organizándolo son asociaciones de profesores. Hace poco decía uno que en España valía cualquiera para entrenar la selección, aquí cualquiera vale para médico, para profesor o para cualquier profesión.

En una de las situaciones que más se me ha criticado es por un artículo que salió en El Mundo, a nivel nacional, tanto en digital como en papel y tuvo mucho impacto. ¿Y qué pasó? Pues que en el último minuto en la versión digital cambiaron el titular, pusieron un titular muy sonoro. Y causo que ese mismo titular fue lo que criticaron sin llegar a leer el artículo. Eso está muy mal hecho por parte del medio. Buscaban el sensacionalismo. También por parte de la gente que no lee el artículo y me critica por un titular. Yo soy un profesional serio, no doy clases espectáculo. Soy muy serio en mi carrera. Soy consciente de que los medios trivializan y cogen las ideas que pueden tener más impacto y esa no es la esencia de lo que estamos haciendo en la docencia. Es un poco el juego del lenguaje periodístico actual.

El buscar el clic, ¿no?

Sí, hay muchas veces que se quedan en eso. El titular hablaba de deberes en YouTube y clases en bares. A ver, ni doy clases en los bares ni les pongo deberes en YouTube. Eso es una deformación de la entrevista. Tengo un canal de YouTube, una colección de micro píldoras de gran calidad que ya tienen más de 1 millón de reproducciones. Eso no son deberes. Y clases en un bar, eso no es cierto. Una vez al año hacemos una actividad divulgativa que es una maravilla “Tus defensas salen de cañas”.

En ella explicamos a la gente con una caña delante o lo que quieran tomar, para qué hay que vacunarse, qué es la alergia…Hablamos de cosa de inmunología. Es una actividad muy atractiva donde los estudiantes aprenden muchísimo. Si se quedan con la coletilla de clases en un bar, pues claro, se me echa encima todo el mundo. Muchas veces los medios intentan convertir todo en un circo, en un espectáculo.

He visto que en una entrevista pedía un pacto nacional para una ley de educación, ¿por qué considera que es algo fundamental?

Todos somos conscientes que durante una temporada, según llegaba un partido u otro había cambios en la ley. Esto no permite una estabilidad que alcance logros. La educación hay que planificarla a largo plazo.

¿Qué crees que no puede faltar en ese pacto?

Los profesores. Creo que muchas de esas leyes se han hecho con expertos teóricos, imprescindibles también, pero sobre todo deben estar los docentes. Para las etapas de primaria y secundaria es fundamental que estén los docentes implicados. Otra cosa es que no se puede hacer una ley de espaldas a la sociedad, tiene que ser una ley propia de este siglo.

Cambiando un poco de tema, a finales de 2018 denunció una cadena de insultos en su trabajo, “Corell maricón y socialista” . En relación a esto, ¿cree que sigue existiendo homofobia en el mundo estudiantil?

Esto que ha pasado es una prueba de ello. Lo que ocurre es que no sabemos si ha sido un estudiante o un compañero o compañera. No hay pruebas que me haya comunicado la policía. Pero sí que es una prueba de que existe homofobia. Me atrevería a decir intolerancias múltiples, a mujeres, a personas extranjeras. Sinceramente, pensé que se había superado, pero cada día ocurren hechos que demuestran lo contrario. Estos actos no se deben consentir y lo peor es que hacen mucho ruido.

“Hay un repunte de la intolerancia, una cierta crispación social. ”

Hablando de la vigilancia, ¿crees que hay un repunte, que el ambiente político invita a que vuelvan a surgir estas actitudes que parecían dormidas?

Sí, creo que sí. Hay un repunte y no se salva nadie. Antes se pensaba que esto ocurría solo en sitios más pequeños, en las grandes ciudades ya no. Pero hace poco han dado una paliza a un enfermero en Barcelona…No se libra nadie. Hay un repunte de la intolerancia, una cierta crispación social. Y como no sabemos hacia donde nos vamos a mover, estas personas se están haciendo fuertes. Durante años se han sentido mal vistas y ahora mismo nadie les levanta la voz. Yo creo que han estado siempre ahí, en silencio, pero ahora son más visibles.

Una pregunta un poco más personal, un pequeño homenaje a los docentes, ¿hay alguno que le haya marcado en su carrera? Si es así, ¿por qué?

Primero no es un docente, es una fuente que es etérea que te la quiero comentar. Durante muchos años fui monitor de un grupo scouts. Y, hoy en día, he descubierto que muchas cosas de las cosas que se denominan innovadoras yo ya las experimentaba en la educación no formal. Por ejemplo, lo que hoy se llama “gamificación”, yo ya lo hacía hace muchos años. Le estoy muy agradecido a todo ese aprendizaje.

Luego hay dos personas que me marcaron en la universidad. Estudié en la Universidad Complutense de Madrid. Uno que me impactó mucho fue José Gavilanes, que imparte todavía Bioquímica. Yo creo que no he visto pizarras mejores en mi vida. La gente hace foto a las pizarras para llevarse los esquemas y las explicaciones a su casa. Otro es José Luis Tellería de Zoología y transmitía mucha pasión por la docencia. Les recuerdo muchísimo.

Por último, si tiene que recomendar un libro, ¿cuál sería?

Pues diría dos. “La Historia Interminable”, marcó mucho mi etapa adolescente, fue muy rompedor en su momento. Y luego más madura, “El nombre de la Rosa”, hay mucho de docencia en él, de aprendizaje.

Para finalizar, si nos hemos dejado algo que le gustaría decir…

Destacar que mi metodología se centra en poner a los estudiantes en el centro del proceso. Son los protagonistas de su aprendizaje. Durante el año están muy conectados con la asignatura a través de las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter). Y una cosa más básica que llevamos haciendo ya muchos años, es el trabajo en grupo. Exponen en público, hacemos un congreso de inmunología y los estudiantes tienen que hablar en público. Son competencias necesarias. Para terminar decir eso, que los estudiantes son el centro del proceso.

Fuente de la Entrevista:

Alfredo Corell: «Los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase»

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 10 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

10 de marzo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 10 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Cuestionan mensajes de Bolsonaro sobre educación en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303520

01:00:00 – Narodowski: “Hace muchos años que la Argentina no tiene un proyecto educativo” (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303138

02:00:00 – La primera ministra de Noruega aboga por el aprendizaje a lo largo de toda la vida

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303603

03:00:00 – Fomentar la lectura… ¡y la lectura! (bis) (Artículo de Manuel Pérez Rocha)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303123

04:00:00 – República Dominicana: Auspician libro “Neurociencias y Aprendizaje”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303606

05:00:00 – Stella Villarmea: ¿Por qué la ética y la filosofía son fundamentales en la educación?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303390

06:00:00 – Libro: Sobre la educación en un mundo líquido (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303270

07:00:00 – CENTURY, una plataforma de enseñanza y aprendizaje basada en la inteligencia artificial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303600

08:00:00 – Libro: Calmar la Educación. Palabras para la acción (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303277

09:00:00 – León Trahtemberg: «El alumno vive en el siglo XXI y su profesor en el siglo XX»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303401

10:00:00 – Maestros de Maestros: Paulo Freire (1921-1997) -PDF-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303623

11:00:00 – Huelga UAM (Artículo de Hugo Aboites)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303132

12:00:00 – Esta experta estadounidense cuenta 4 claves para enfocarse en la innovación pedagógica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303614

13:00:00 – Colombia: 44° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa VI)

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14:00:00 – México: Tarea sobre Porfirio Díaz plantea a otros maestros a estar a la altura

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15:00:00 – Bolsonaro contra el pensamiento crítico en Brasil

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16:00:00 – Dislexia matemática: ¿has oído hablar de la discalculia?

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17:00:00 – Alfredo Corell: “Los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase”

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18:00:00 – Estados Unidos: Cómo aplicar a una charter, en la voz de una madre experta

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19:00:00 – “Meritocracia”, “Calidad” y Compromiso Educativo (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

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20:00:00 – Titular Educación de Puerto Rico niega despedir maestros para próximo año escolar

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21:00:00 – Especial: California: la educación en juego (Cartas sobre la mesa) -Video-

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22:00:00 – Cuba y Guinea Ecuatorial por afianzar nexos en materia educativa

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23:00:00 – Sergio Belmonte: “Con doce alumnos por clase haríamos magia de verdad”

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ove/mahv

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