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Libro (PDF): Feminismo y ambiente: un campo emergente en los estudios feministas de América Latina y el Caribe

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Entidad por la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres de las Naciones unidas (ONU Mujeres) impulsaron la convocatoria de becas para equipos de investigadoras y activistas denominada “Feminismo y ambiente. Un campo emergente en los estudios feministas en América Latina y el Caribe”. Dicha convocatoria es la que da origen a esta publicación. Las propuestas de investigación seleccionadas tuvieron el propósito de: • Elaborar un estado del arte desde una perspectiva analítica crítica que resalte la producción latinoamericana y caribeña en diálogo con la mundial. • Elaborar un estado del arte desde una perspectiva analítica crítica que releve la práctica de las organizaciones feministas de base vinculada a ambiente, uso de recursos, buen vivir, desarrollo sostenible, etc. • Elaborar un mapeo de las organizaciones feministas vinculadas a ambiente, uso de recursos, buen vivir, desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe.

Autoras(es):  Karina Batthyány. Cecilia Alemany. Karen Lorena Romero Leal. Diana María Suaza Correa. Fany Kuiru Castro. Carolina Gonzaga González. Ana Daniela González Muñoz. Amada Inés Rubio Herrera. María de la Luz Delgado Gómez. Lisset Coba. Mónica Maher. Sofía Zaragocín. Ivette Vallejo. Lígia Amoroso Galbiati. Leila da Costa Ferreira. Márcia Maria Tait Lima. Renata Barbosa Reis. Renata Moreno. Johana Trujillo Terán. Tatiana Carolina Gómez Duque. Juan Carlos Guerrero Bernal. Freddy Eduardo Cante Maldonado. María Camilla Méndez. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. ONU Mujeres.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina. Estados Unidos

ISBN: 978-987-813-196-2

Idioma: Español

Descarga: Feminismo y ambiente: un campo emergente en los estudios feministas de América Latina y el Caribe

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2502&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1651

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Las cifras de violencia en el gobierno Duque: 930 líderes sociales fueron asesinados. Colombia

América del Sur/Colombia/22-07-2022/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Así quedaron las cifras de masacres, excombatientes asesinados y territorios más afectados.

Iván Duque, actual presidente de Colombia, está a poco más de dos semanas de abandonar su cargo para entregárselo a Gustavo Petro, primer presidente de izquierda que tendrá Colombia. Su mandato lo termina con una cifras de violencia que no han podido ignorarse, según un reciente informe de Indepaz.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) publicó lo que serían las cifras que ha dejado el gobierno de Iván Duque en diferentes violencias, como las fijadas hacia líderes sociales y firmantes de paz en el país. Las cifras hacen parte del registro de esta organización y comprenden el período entre el 7 de agosto de 2018, cuando se posesionó el actual presidente y el 4 de junio de este 2022.

Según informó el Instituto, asesinaron a 930 líderes, lideresas y defensores de derechos humanos, de los cuales 126 eran mujeres y 804 hombres. De igual forma, la entidad expuso que 245 firmantes del Acuerdo de Paz entre las antiguas Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos fueron asesinados, de los cuales 11 eran mujeres.

Asimismo, Indepaz publicó que se produjeron 261 masacres, que dejaron un total de 1.144 víctimas, una cifra que deja con preocupación y expectativa ante el nuevo gobierno a la ciudadanía. Además, los cinco departamentos que más se vieron afectados por estas violencias expuestas fueron Cauca (330 eventos), Antioquia (187 eventos), Nariño (142 eventos), Valle del Cauca (112 eventos) y Putumayo (96 eventos).

Ante esto, el periodista Santiago Rivas fue enfático por medio de sus redes sociales, utilizando las cifras publicadas por Indepaz para sugerir que Iván Duque no se ha ganado el respeto. “El respeto hay que ganárselo”, dijo Rivas acompañando la imagen, además haciendo alusión a lo sucedido en la posesión del nuevo Congreso, en donde al presidente no lo dejaron continuar con su discurso llamándolo “mentiroso” en coro.

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“Los gritos de “mentiroso” apelan a su gestión como presidente, versus la versión de su gobierno que dio en su discurso. Respeto que no se ha ganado y que jamás mostró por la oposición, a la que buscó vulnerarle su derecho a la réplica constantemente. Es caótico, pero a lugar”, fue la opinión que ofreció el periodista.

Entre varios de sus argumentos, Rivas también expresó sus descontento con los resultados que el mandatario ha presentado sobre el Acuerdo de Paz y finalizó diciendo que “Duque es un mentiroso y su incompetencia es muy parecida a la maldad, si no igual”.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/noticias/2022/07/21/las-cifras-de-violencia-en-el-gobierno-duque-930-lideres-sociales-fueron-asesinados/
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Colombia y México: más justicia (social) y convivencialidad, menos balazos e impunidad

Por: Pietro Ameglio

En el artículo anterior, acerca de las dos concepciones más dicotómicas de paces y las espirales de la lucha social, intentábamos ejemplificar cómo en la guerra de Ucrania y la lucha de los familiares de desaparecidos en México se expresaban estas espirales contrapuestas (https://desinformemonos.org/las-dos-paces-espirales-de-la-guerra-violencia-y-la-resistencia-noviolencia-en-la-lucha-social/). Desgraciadamente, hace pocos días asistimos a una Cumbre tremendamente peligrosa e incierta sobre el futuro -de la humanidad- de la OTAN en Madrid, donde con una enorme claridad y transparencia las grandes potencias europeas y EU relanzaron explícitamente la guerra fría (¿nuclear?) y la espiral de la guerra-paz armada contra Rusia (“enemigo a vencer”) -¿y China?- con un lenguaje, apoyo militar y amenazas bélicas no vistas antes en las últimas décadas. Gran negocio y salto tecnológico en la industria armamentista de ambos bandos. A su vez, pudimos observar en Colombia, en menos de un mes, a dos actos cívicos de gran envergadura para la construcción de paz positiva-espiral de la noviolencia.

Colombia: “Basta de matarnos los unos a los otros” (Petro)

El 19 de junio pasado fue un día profundamente histórico para Colombia y América Latina, pues, por primera vez, triunfó electoralmente un gobierno de izquierda en ese país asociado a los “nadies, a los de manos callosas, a los de a pie”, bajo el liderazgo de Gustavo Petro y Francia Márquez. Él un ex_guerrillero, economista, senador; ella una abogada, activista social afrocolombiana de base, comprometida en grandes luchas ambientales y por la paz. Dijo bien Petro en su discurso de esa noche: “La paz es que alguien como yo pueda ser presidente, y como Francia vicepresidente”. Fue para que nos salieran hasta lágrimas de emoción con este triunfo -por muy estrecho margen- de un pueblo que ha sufrido y luchado tanto, que salió a votar masivamente, con imágenes muy conmovedoras de su “firmeza moral” yendo a votar en las condiciones más heroicas y precarias, en todo tipo de transportes, haciéndonos evocar en algo las imágenes del pueblo sudafricano cuando ganó Mandela en mayo del 94. El levantamiento social de abril-julio del año pasado en Colombia -con toda su radicalidad principalmente de resistencia masiva noviolenta- sembró condiciones más favorables para este gran cambio que, en parte, es también una prolongación del levantamiento pero en un terreno político-electoral primero.

Este nuevo gobierno se inscribe en un importante cambio político hacia la izquierda en América Latina, más allá de las muchas contradicciones, gestado electoralmente en los últimos años, con López Obrador, Fernández, Arce, Castillo, Boric, Xiomara, y confiamos que se afianzará con Lula en Brasil en octubre. Ha dicho bien la vicepresidenta Francia, que representa la garantía de que se aborden y resuelvan las demandas y base popular más de abajo en el nuevo gobierno: “Es el momento de ir de la resistencia al poder”. Vaya desafío: el lograr realmente -y desde un buen “principio de realidad” de cierta unidad nacional- ejercer el poder real, para avanzar en la paz, en los cambios estructurales y de todo tipo por los que la sociedad colombiana votó masivamente.

En el discurso de ese 19 de junio, destacó mucho el llamado de Petro a la construcción de una “Paz con justicia social y ambiental”, para constituir a Colombia en una “potencia mundial de la vida”. Y profundizando en esa paz, agregó que “basta de matarnos unos a otros, debemos amarnos los unos a los otros”. A su vez, pocos días antes Francia Márquez señalaba cómo “la paz no es sólo el silencio de los fusiles, es inversión y justicia social” (Pedro Anza, La Jornada, 18-6-22).

Unos días después de la elección, el 28 de junio, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, encabezada por el jesuita Francisco De Roux, presentó su Informe Final, después de casi 4 años de trabajo, titulado: “Convocatoria a la Paz Grande”. No se trató sólo de algo puntual para un Informe, sino fue fruto del desencadenamiento de un largo proceso nacional de encuentro y búsqueda de la verdad, de la justicia, en que se construyen una cantidad de “herramientas pedagógicas para la paz”: historia, videos, exposiciones, textos, audios…

Desde noviembre del 2018 en que se estableció la Comisión con 13 comisionados (dos de los cuales fallecieron durante el proceso), en las 22 Casas de la Verdad dieron testimonios víctimas y victimarios, se realizaron 15 mil entrevistas con 28 mil víctimas, con actores armados legales e ilegales, se recibieron 1195 informes de organizaciones con hechos de violencia sufridos, se visitaron 23 países entrevistando a exiliados por el conflicto que alcanzó a 9 millones de víctimas en 50 años analizados. La tarea fue “esclarecer el conflicto, dignificar a las víctimas, alcanzar la convivencia en los territorios y establecer un camino de no repetición”, y si bien los resolutivos no tienen efecto judiciales o penales, se demandó dar una “reparación integral” a esos millones de víctimas, que, según palabras de De Roux: “Nos tomarían 17 años si damos un minuto para honrar a cada víctima”.

Tomaremos textualmente algunas frases centrales en el tema de construcción de paz, en la presentación del Informe, dichas por el padre Pacho De Roux y Petro, que nos pueden ayudar a reflexionar más profundamente al respecto.

Comisión de la Verdad en Colombia: Una Paz Grande con verdad y sin violencia

En el título del Informe apareció ya un nuevo concepto de paz como “Paz Grande”, que Petro complementó como “Integral”. Y en las playeras de todos los comisionados presentes estaba una primera idea clave para dotar de contenido a este concepto: “Hay futuro si hay verdad”. O sea, el primer paso indispensable en esta construcción de paz, es buscar la verdad.

La “verdad” es el nombre principal que adoptó la Comisión colombiana, y es el gran concepto eje que engloba todo el proceso de la construcción de paz desde la noviolencia. Gandhi decía que la “la verdad es dios” (no al revés), pues exploró profundamente en muchas tradiciones religiosas y humanistas acerca de cuál era el término más universal para referirse a dios en el que todas pudieran coincidir mayormente sin ninguna ambigüedad, y encontró que ese concepto era el de “verdad”, con “v minúscula, pues sólo dios puede acceder a la Verdad plena”. Con este concepto-eje de toda la gran investigación social y proceso de encuentros por la paz realizados durante esos años en Colombia, la Comisión evitó polemizar en conceptos, también centrales, pero muy discutibles y complejos, como perdón y reconciliación. Probablemente habían aprendido de la experiencia previa sudafricana (y ruandesa), encabezada por el arzobispo Desmond Tutu, donde la Comisión se llamó “de la Verdad y la Reconciliación” (1995-98).

El presidente Petro fue muy enfático, desde el inicio de su discurso, al afirmar que “la aproximación a la verdad no puede ser considerada un espacio de venganza… Cortar los ciclos de la venganza es lo mismo que cortar los ciclos de la violencia”. Y agregó que “La verdad tiene un sentido…el diálogo, el acuerdo, la convivencia, la reconciliación…Construir los espacios de la verdad en espacios de reconciliación…Lo que sigue a la verdad en el fondo, y depende de las víctimas y de nadie más en Colombia, es la posibilidad del perdón social (filosofía francesa), la posibilidad de una era de paz, la posibilidad de otra historia”.

El padre De Roux, a su vez, enfatizó la necesidad de “hacer de la verdad un derecho público“ y de “la paz un deber y un derecho de obligatorio cumplimiento”. Y agregó: “Que la verdad fuerte y audaz que ustedes entregan, nos lleve a la reconciliación, la reconciliación es que podamos quedarnos juntos en el paisaje rico en ecosistemas y de árboles en este bello país”.

Al profundizar en su concepción de paz noviolenta, De Roux declaró que “No queremos más guerra”. Profundizando en este aspecto clave para el nuevo gobierno, agregó que: “Pedimos a los colombianos no matar por ningún motivo a nadie…Pedimos parar la guerra ya desde todos los lados, ponerse en la ruta del diálogo”.

Particularmente“Al Estado y a la sociedad pedimos establecer una nueva visión de la seguridad para la construcción de paz, una seguridad centrada en las personas y la protección de los seres humanos (“el cuerpo: campo de guerra de miles de mujeres”) y la naturaleza, sobre la base de confiar en el pueblo. Y para un ejército que ponga el honor en la paz, y una policía ciudadana al lado de los ciudadanos”. Asimismo, respecto al narcotráfico se enfatizó la necesidad de “cambiar la política de guerra y resaltar la dimensión de los derechos humanos, la salud pública, con soluciones éticas, educativas y económicas. Poner en marcha una estrategia de regulación del consumo y del mercado”.

Y Petro fue claro al proponer, en esta nueva estrategia: “Desaparecer el uso de las armas como el instrumento que desdice de las posibilidades del Acuerdo de Paz (representa la “paz total”)…las sociedades siempre tendrán conflictos por sus diferencias, pero el conflicto no puede ser sinónimo de la muerte, debe ser sinónimo de la vida, es una forma con que la humanidad ha podido ascender, para convertirse en civilización y cultura. El conflicto dialogado ha permitido que la humanidad crezca, sea cada vez más humanidad…el diálogo es lo específicamente humano”.

México: ¿queremos más justicia (social) o más balazos?

En estos últimos días se ha retomado en México la discusión pública acerca de la estrategia nacional de seguridad y su efectividad, algo que nos parece fundamental de estar continuamente replanteando y revisando, pero, en muchas ocasiones, nos parece que se ha hecho desde un enfoque simplista, descontextualizado sin “principio de realidad” o incluso muy mal intencionado y manipulador desde sectores opositores.

La paradoja es una gran herramienta humana del “pensamiento original y autónomo” y de la espiritualidad cuando permite crear “rupturas intelectuales, epistémicas y morales” en cada persona. Pero también es una herramienta que, sin esas rupturas y toma de conciencia, ayuda a reproducir la ignorancia y el “infantilismo social” en alto grado, al repetir ciegamente lugares comunes genéricos sin historicidad y sin considerar el contexto social. Justamente en México nos atraviesa una paradoja en este segundo sentido, construida en parte por la legítima indignación e impotencia ciudadana hacia la gran violencia social que nos atraviesa, pero también desde los más perversos sectores opositores políticos, económicos y mediáticos de poder: se critica la política oficial de seguridad identificándola caricaturescamente con la frase presidencial “abrazos y no balazos”, calificándola de insuficiente en su determinación armada y justiciera contra el delito organizado, y a la vez se critica al mismo gobierno por la militarización del país, por la creación de la Guardia Nacional, por la relevancia de la Fuerzas Armadas en la vida nacional. ¡Vaya paradoja!

Ello es fruto de una gran confusión y ambigüedad conceptual acerca de qué significa la construcción de paz en un territorio atravesado por una guerra de exterminio masivo y selectivo desde hace más de una década. No cabe duda que el país está totalmente armado con fuerzas legales e ilegales, por lo menos desde la muy mal llamada “guerra contra el narco” que resultó ser una “guerra para el narco”. ¿Cómo actuar entonces cuando nos hallamos ante una lucha armada extendida y continua por casi todo el territorio nacional? A su vez, claro que todos queremos la paz, y si bien hay muchas conceptualizaciones de la paz (imperfecta, gaia, transracional, neutra, holística, buen vivir, grande, desobediente…), los enfoques de fondo pueden categorizarse -como decíamos al inicio- desde la dicotomía de positiva o negativa, con justicia y dignidad o armada. Cómo enfrentar este doble reto es algo inédito, y nadie sabemos bien cómo hacerlo en su integralidad más allá de principios abstractos, aunque muchas comunidades y pueblos sí nos han mostrado algunos pasos seguros.

Este gobierno ha privilegiado la construcción de paz positiva desde que empezó a ocuparse de las causas sociales de la delincuencia, a partir de implementar todo tipo de programas de reconstrucción económica, laboral, educativa, territorial del tejido social en favor de los sectores más desprotegidos y frágiles (jóvenes, niños, mujeres, ancianos; Jóvenes Constructores de Paz), como nunca se había hecho antes. A la vez, se ha privilegiado evitar los enfrentamientos armados y ejercer un trabajo de inteligencia; muy seguido hemos visto cómo se han capturado a jefes narcos, a autores materiales de crímenes, y resuelto algunos asesinatos, así como han bajado ciertas tasas delincuenciales y homicidas, aunque falta mucho por hacer en delitos como son las desapariciones, el asesinato de periodistas, la trata, los levantones de jóvenes, el derecho de piso…Por supuesto que también ha habido balazos en la actual estrategia gubernamental, pero intentando no aumentar la espiral de la guerra y la violencia, y causar el menor número de bajas en todos los bandos.

Nadie niega que la estrategia de seguridad debe revisarse, corregirse donde haga falta, que muchas acciones son insuficientes y lentas en comparación al avance delictual, así como que el nivel de violencia, impunidad y delito no cesan. Pero eso no significa que el enfoque de la actual estrategia de seguridad esté totalmente equivocado. Si no, por qué no preguntarnos sinceramente ¿qué tipo de paz queremos? ¿Por qué mejor no aceptar abiertamente el modelo verdaderamente militarista y de balazos, con reproducción permanente de enfrentamientos armados y masacres con bajas civiles de todo tipo, lleno de manipulaciones mediáticas, que tuvimos en los dos sexenios anteriores? Respecto al tipo de paz armada y a la espiral de guerra que ocasiona, resulta interesante detenernos en la propuesta que acaba de lanzar el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, de ampliar el permiso de portación de armas en el país para que “las familias se defiendan ante la creciente inseguridad e impunidad que se vive en México”. En sentido completamente inverso a las actuales iniciativas políticas en el país de las masacres: Estados Unidos.

Es buen momento, me parece, de ponerse a discutir amplia y colectivamente con más profundidad, principio de realidad y claridad conceptual-teórica acerca del modelo de construcción de paz que queremos para nuestro país, mismo que no puede ser uniforme en todos los territorios nacionales, pero que sí debe tener algunos ejes transversales de principios rectores, y evitar caer en frases simplistas o de medias (pos)verdades, en generalidades sin contexto, temporalidad y espacialidad, que sólo sirven para aterrorizar y des-procesar la reflexión y organización autónoma de la población. Esto nos ayudaría a aclararnos -o definirnos públicamente- hacia dónde y cómo avanzar, y evitar así politizar este tema, y usarlo simplista o ambiguamente a cada rato para atacar al actual gobierno y promover el terror de la “guerra sucia” electoral, quitando siempre de contexto las acciones, las cifras y la reflexión. Podría sin duda discutirse la pertinencia de la falsa dicotomía entre “abrazos y no balazos”, que no es textual ni puede ser tal en la realidad de un país atravesado por condiciones de guerra y que necesita intervenciones y políticas en todos los frentes, pero para quien cree en la construcción de paz desde la noviolencia no se puede discutir el sentido y la política de una paz positiva humanista y no belicista de sólo seguridad armada, como en los sexenios anteriores. Basta leer con atención los discursos que hemos compartido del actual cambio en Colombia, para entender hacia dónde caminar en este tipo de paz.

El concepto de “abrazos”, que puede ser confuso y ambiguo (personalmente no me deja conforme pero lo respeto), en la construcción de paz desde la noviolencia remite a la “humanización del otro y la otra”, a un re-encuentro y una nueva convivencia de todo el tejido social en su conjunto, desde la verdad, la justicia, la reparación y la no-repetición, donde la ley, el perdón y la reconciliación ocuparán el lugar que las víctimas escojan libremente, claramente sólo después de tener verdad y justicia. Esta idea no tiene nada que ver con la impunidad, con “poner la otra mejilla” sin verdad y justicia, y para quien cree verdaderamente en una paz con justicia y dignidad, o en una justicia con paz y dignidad, ¡nunca serán suficientes los abrazos! Al contrario, hay que multiplicar los procesos -como el actual de Colombia y el de México- que los construyan, pero, repito, con verdad y justicia antes.

El nuncio apostólico Franco Coppola, sostenía bien a finales del año pasado que: “la frase abrazos y no balazos es más profunda de lo que parece, y rechazaba rotundamente ‘la guerra contra el narco’ que fue desplegada en sexenios anteriores. No sirve. Recuerda que en Italia tenemos la experiencia de la mafia… abrazos y no balazos es un eslogan, y como tal, no dice toda la riqueza, profundidad y complejidad. Sólo fue una forma de decir no queremos más balazos, pero hay todo un trabajo atrás. El camino que ha iniciado el gobierno es correcto, pero no pienso que en un sexenio se pueda solucionar un problema de años…El gobierno solo no puede. Es necesaria la colaboración de la ciudadanía, de la sociedad civil, de la Iglesia” (Carolina Gómez, La Jornada, 26-12-21).

Fuente de la información: https://desinformemonos.org

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La igualada que se cree con derecho a gobernar

Por Mara Viveros Vigoya

Francia Márquez se convirtió en una de las candidatas más votadas, incluso por encima de políticos tradicionales. Fue nombrada como “el fenómeno político colombiano del momento”. La sorpresa que suscitó ese caudal de votación tuvo que ver con el hecho de que era una persona relativamente desconocida en la escena política tradicional, pero fundamentalmente fue causada por su trayectoria biográfica y propuesta política.

Francia Márquez es una mujer afrocolombiana, líder comunitaria del suroccidente de Colombia, madre soltera, hija y nieta de agricultores y mineros. Trabajó en la minería artesanal, la venta de hortalizas y el servicio doméstico antes de graduarse como abogada. Su labor como defensora medioambiental y representante de las víctimas del conflicto armado en el marco del Proceso de paz le ha valido varios premios nacionales e internacionales como el Premio Nacional a la defensa de los derechos humanos en Colombia en 2015 y el Premio Medioambiental Goldman en 2018, por su lucha en defensa del territorio y contra las actividades de minería ilegal en Cauca. Pese a estos reconocimientos, el establecimiento político, un ámbito tradicionalmente dominado por hombres blancos provenientes de las grandes capitales, ha desaprobado su osadía de pretender, en su calidad de mujer negra y de provincia, entrar en su juego político.

Francia Márquez irrumpió en ese escenario pisando fuerte, enraizada en su propia experiencia como víctima del conflicto armado, hablando claro y con el ánimo de disputarles a estos hombres la victoria en este juego, con cartas muy distintas a las que hasta ahora se habían empleado en él.

Su quehacer político se inscribe en la genealogía de las prácticas “amefricanas”.

Francia encarna el personaje de “la igualada”, una expresión colombiana (clasista, racista y sexista) utilizada para designar a una persona que se comporta como si perteneciera a una clase social más alta o que se toma derechos, privilegios o atribuciones que supuestamente no le corresponden. Caracterizarla con esta expresión es significativo. Da cuenta de la irritación que produce en la clase dirigente del país que una persona como ella se imagine y se asuma como alguien con el mismo derecho a gobernar que ha tenido esta clase, cuyo privilegio ha sido muy poco cuestionado.

Francia Márquez se ganó su lugar como fórmula vicepresidencial del Pacto Histórico, liderado por Gustavo Petro, sin hacer concesiones políticas; radicalizando el alcance del proyecto político de esta coalición electoral, haciendo propuestas en torno a valores y orientaciones políticas que no hacían parte del repertorio discusivo de los círculos de poder.

Nombremos tres de ellas: 1) la gobernanza colectiva recogida en la expresión “Soy porque somos”, un principio que enarbola la importancia de pensar y hacer “en juntanza”, como ella dice, a contrapelo de un ejercicio de gobierno centrado en el individuo, la meritocracia competitiva y la diferenciación. 2) La reasignación de la función del Estado y la economía como puntales del logro del ‘vivir sabroso’ ‒una noción proveniente de las comunidades afrodescendientes del Pacifico que promueve una relación más horizontal y orgánica con la naturaleza, el territorio, la comunidad, y las tradiciones propias. 3) La lucha por la dignidad, sintetizada en la frase “hasta que la dignidad se haga costumbre”, una dignidad que busca devolver a las y los “nadies”. “Aquellos que cuestan menos que las balas que los mata”, como dice Eduardo Galeano, y que encarnan esas vidas que no importan, dentro del modelo racial, patriarcal y social dominante.

Las propuestas de Márquez ‒si bien recogen las banderas de su lucha social y los problemas que enfrenta en su territorio la comunidad negra de la que ella proviene‒ han encontrado resonancia en grupos sociales muy diversos, como las mujeres, las personas lgbtiq+, les jóvenes, les artistes, los pueblos indígenas, campesinos, afrodescendientes, raizales y palenqueros. Grupos a cuyas distintas luchas siempre se refiere en sus discursos. Gran parte de su éxito político ha residido en su capacidad de utilizar toda la potencialidad de una apuesta interseccional. Porque ésta le permite moverse y generar conexiones, entre un pensamiento situado y anclado en realidades y demandas muy específicas, y un proyecto que responde a las inquietudes generales que plantea la profunda crisis socioeconómica, ecológica y del modo de existencia que enfrenta el Planeta.

El respaldo popular al proyecto político de Francia Márquez me permite hablar ahora del “giro antirracista” que se vive hoy en América latina.

Propuestas como la de Francia Márquez rompen con una lógica de competencia entre distintas luchas que no beneficia a ninguna y aportan lo que puede proporcionar un marco interseccional: una base política y un enfoque que posibilita superar la lógica de las “trincheras separadas” y enfrentar la desigualdad, sin fragmentarla.

El respaldo popular al proyecto político de Francia Márquez me permite hablar ahora del “giro antirracista” que se vive hoy en América latina, un momento en que el racismo empieza a ser percibido como una problemática relevante para la región. Esta reorientación, documentada por el proyecto LAPORA, surge a raíz de las deficiencias políticas del proyecto estatal del multiculturalismo, de su negligencia frente al racismo y de la exacerbación de las desigualdades sociales y la violencia ligadas al proyecto económico neoliberal.

Como ha sido reconocido por distintxs autores, el multiculturalismo no significó una transformación radical de la ideología del mestizaje. En él pervivió esa poderosa narrativa de la construcción nacional, que describió a las sociedades latinoamericanas como fundamentalmente mestizas y por lo tanto esencialmente antagónicas al racismo que podía caracterizar a otras sociedades o momentos históricos. La continuidad de esta narrativa propició cierta connivencia entre una ideología multiculturalista y un ordenamiento social racista que ha obstaculizado el reconocimiento social del racismo. Igualmente, ha sometido a quienes señalan su presencia en la sociedad a una deslegitimación académica, política y moral. Utilizar categorías o términos raciales en el discurso político ubica a quien lo hace como signatario de la existencia de las razas biológicas o como persona racista y resentida.

Al igual que muchxs investigadores, con quienes he trabajado desde hace más de diez años en distintos proyectos sobre raza, etnicidad y antirracismo,

considero que usar categorías y conceptos raciales es importante en términos analíticos y útil en términos políticos.

Al mismo tiempo soy consciente de la necesidad de hacer un uso situado de estos conceptos, dando cuenta de las variaciones locales que han tenido en cada país y momento histórico. No sobra recordarlo, en América Latina el racismo no se percibe de la misma manera que en los Estados Unidos, el referente más cercano y contrastante con nuestro modo de percibir la raza. En América Latina el racismo no se ejerce en función de fronteras fijas entre grupos raciales ni de marcas ancestrales detectadas por el sistema institucional de la “gota de sangre”. Se practica en relación con la apariencia, la fisonomía, los gestos, la manera de hablar y el acento del individuo. Además, está profundamente ligado al clasismo ya que como tendencia general las personas y familias con mayores capitales (social, cultural, escolar, económico, simbólico, etc.) son de tez más ‘clara’ e inversamente, las de menores capitales son de tez más oscura’.

Las jerarquías raciales operan de distintas formas en cada país latinoamericano. En el caso colombiano, las relaciones de raza y región se superponen muy fuertemente y además cada región produce una forma propia de crear alteridades. Por eso, al mencionar las especificidades de las culturas regionales —la costeña, la paisa, la santandereana— se está haciendo alusión a categorías, nociones y jerarquías raciales sin nombrarlas.

Su propuestas rompen una lógica de competencia entre distintas luchas que no beneficia a ninguna y aportan la potencia del marco interseccional.

Por otra parte, aunque desde el año 2011 se aprobó una ley contra el racismo y la discriminación, Colombia, como los demás países latinoamericanos, se ha focalizado en la lucha contra la discriminación racial y en el racismo interpersonal sin enfrentar las desigualdades raciales estructurales e históricamente acumuladas. Si conectamos esta reflexión sobre los modos en que opera la raza en Colombia con los elementos que están en juego en la actual disputa electoral colombiana, se hace evidente la imbricación entre blanquidad, masculinidad y modernidad que caracteriza el proyecto político de las élites colombianas. Estas tres categorías convierten a la clase media urbana, masculina y mestiza (en su acepción blanqueada) en el único grupo social que puede hacer, con legitimidad, una propuesta política genuinamente democrática, capaz de superar los lastres asociados a una composición étnica y social heterogénea y a la masculinidad disfuncional que le corresponde.

La participación de Francia Márquez en la escena política electoral colombiana ha sacado a la luz un racismo y un clasismo sistémicos en Colombia, manifiestos en burlas, frases despectivas y amenazas. Muchas de estas expresiones provienen de las clases políticas tradicionales, de figuras públicas e incluso de ciertos académicos que, como en otros países, niegan la existencia del racismo. Su aproximación al racismo, desde el privilegio, les impide percibir que estas jerarquías pigmentocráticas son continuamente reproducidas y naturalizadas a través de la familia, la escuela, las instituciones políticas, el sistema de salud, las políticas públicas, los medios de comunicación y las redes sociales, entre otros.

Francia Márquez ha marcado un nuevo derrotero para el debate político cambiando la idea de que las decisiones nacionales deben provenir de quienes las piensan desde la capital del país, y de que los asuntos regionales son problemas periféricos, y no centrales a la política nacional.

Hasta ahora, el discurso político sobre lo que se denomina como “las regiones” en Colombia (es decir, las zonas racializadas negativamente) provenía de hombres blancos que hablaban de lo que sucedía en ellas de modo paternalista, condescendiente y racista. Este sesgo se asentaba en la convicción de poder hablar mejor que las propias comunidades sobre sus propios problemas, con base en sus mayores competencias académicas y técnicas.

Por el contrario, Francia Márquez ha resignificado a las comunidades racializadas, haciéndolas protagonistas de sus conocimientos y saberes, forjados en la experiencia vivida. De este modo, les ha otorgado lo que la epistemología elaborada por el feminismo negro nombra como el “privilegio epistémico”. Es decir, el potencial que tienen los grupos dominados de tener un entendimiento del mundo menos distorsionado que el que tienen de él los grupos dominantes.

Francia Márquez no solo rompe con la manera convencional de interpretar lo político, es decir las relaciones de poder, autoridad y legitimidad, sino con el modo de hacer política. Su quehacer político se inscribe en la genealogía de las prácticas “amefricanas”, para nombrarlas con el vocabulario que nos legó el pensamiento de Lelia Gonzalez. Estas prácticas tienen la capacidad de volver audible la presencia efectiva, pero encubierta y silenciada, de esas y esos nadies, negados como sujetos con agencia política.

Francia Márquez ha transformado la política colombiana habitando y enarbolando, con orgullo y placer, las banderas de la amefricanidad, con sus epistemologías, historias, estéticas y formas de sociabilidad propias. Ha desarrollado un proceso pedagógico que ha puesto en evidencia la neurosis social que produce la constante negación de la ancestralidad amerindia y amefricana de la historia, cultura y subjetividad colombianas, y más ampliamente latinoamericanas.

Su propuesta ha buscado reparar y sanar esas distorsiones trayendo al presente memorias y prácticas sociales y culturales que se resisten a ser borradas. Y nos ha invitado a percibir esa “explosión creadora de este algo desconocido que representa vincularnos con nuestra amefricanidad, como un posible futuro emancipador. Ojalá atendamos su invitación.

*Discurso de Mara Viveros Vigoya en el marco del Diálogo Magistral “Negritudes, afrolatinidades, racismos y resistencias” (junto a Rita Segato y Rosa Campoalegre) el 9 de junio en la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales “Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe – Saberes, luchas y transformaciones”, organizado por CLACSO en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Revista Anfibia

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La comunidad LGBTI+ es la más preparada a nivel educativo, pero con mayor desempleo en Colombia

América del Sur/Colombia/01-07-2022/Autora: María Angélica García/Fuente: www.publimetro.co

Hablamos con Felipe Cárdenas, presidente de la Cámara de Comercio LGBT+ para conocer por qué las empresas aún no los contratan masivamente.

Este 28 de junio se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBTI+ en el mundo. Una fecha que visibiliza las luchas que aún continúan por sus derechos, pero también para darle espacio a hablar sobre las barreras de acceso en la sociedad, que enfrentan día a día para tener una vida digna.

Dentro de estos obstáculos se encuentra el panorama de la empleabilidad.  Así lo muestran las estadísticas presentadas por el DANE, realizadas en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH).

Según la entidad, entre mayo del 2021 y abril del 2022, el 72,9 % de la comunidad estaban dispuestos a trabajar. Sin embargo, las tasas de desempleo alcanzan el 17 %. Cuatro puntos porcentuales más, frente a quienes no pertenecen a este grupo.

Y si lo evaluamos desde un tema educativo, esto no parece ser un problema. Pues la encuesta Pulso Social, evidenció que entre enero y mayo de 2022, de las personas encuestadas, el 24,4 % son profesionales o tienen un posgrado y pertenecen a la comunidad LGBTI+. Mientras que quienes no hacen parte de este grupo solo alrededor del 22 % cuentan con este nivel de estudio.

Para entender más este panorama y conocer cuáles son esos impedimentos para que ellos puedan acceder a un empleo formal sin razón de su orientación sexual o género, PUBLIMETRO habló con Felipe Cárdenas, presidente de la Cámara de Comercio LGBT+ Colombia.

Esta institución privada nació en el 2012 como una iniciativa dirigida a fortalecer y empoderar económica y socialmente a la comunidad LGBTI+ del país. Además, realizan un acompañamiento a 160 empresas afiliadas para que consoliden sus estrategias de diversidad e inclusión. De estas, la mitad cuenta con el sello ‘Friendly biz’, que las acredita como espacios libres de discriminación.

Publimetro: ¿Cómo está el panorama laboral para las personas LGBTI+ en el país?

Felipe Cárdenas: Los datos que fueron entregados recientemente por el DANE, evidencian la necesidad de seguir trabajando en programas de empleo incluyente o de entornos laborales libres de discriminación.

Frente a esto, se sigue afirmando un indicador complejo que hay respecto a la empleabilidad trans. Donde aproximadamente solo cuatro de cada 100 personas trans tienen un contrato laboral formal. Esta estadística es bastante importante por que lo que quiere decir es que si bien en el país hay mucha informalidad laboral, en audiencias micro segmentadas como las personas trans, esto es muchísimo más alto.

Es decir, no hay oportunidades de empleo concretas que garanticen sus derechos en materia de seguridad social. O de contribución a sus prestaciones sociales, entre ellas la cotización a pensión, que puede ser la única forma de garantía y estabilidad a largo plazo.

¿Y este panorama de no vincularlos formalmente en los espacios laborales por qué se está dando?

Hay dos causas principales para entender por qué la estadística de empleo formal en personas trans es tan baja. La primera es porque muchos han tenido que interrumpir su ciclo de educación desde tempranas edades, por manifestar que tienen una identidad de género diversa. Por ende el desarrollo de competencias y habilidades laborales se ve truncado.

Entonces sistemáticamente la forma de exclusión social que viven las personas trans revictimiza su condición no solamente de persona diversa, sino de talento con habilidades y competencias para acceder a un puesto de trabajo.

Y a eso le sumas una segunda causa, y es que existe todavía, en muchas Mipymes, una desinformación sistemática que llena de prejuicios, juicios de valor y sesgos inconscientes, a la hora de atraer y reclutar talento diverso en las organizaciones.

Entonces podríamos concluir que las personas trans, ¿son la población más vulnerable dentro de la comunidad LGBTI+, al momento de conseguir empleo?

Definitivamente. Dentro de toda la diversidad sexual, los hombres y mujeres trans son quienes presentan mayor vulnerabilidad para el acceso y la retención del empleo formal a lo largo de sus vidas.

¿Cuáles son las barreras con las que se encuentran las personas de la comunidad al momento de pedir empleo?

Hay tres principalmente que hemos identificado como bloqueo al acceso formal.

  1. Si la diversidad sexual de la persona es muy evidente, bien sea por su foto o porque hay un estudio de sus redes sociales (una práctica muy común en los procesos de selección), en el proceso de recepción de hojas de vida, inmediatamente son excluidas.
  2. Específicamente a hombres gays y mujeres trans, se les está exigiendo libreta militar para aplicar a los procesos de selección y posterior contratación laboral. Sin embargo, esto ha venido cambiando sistemáticamente, desde que la Corte Constitucional aprobó vía sentencia (T-099/15), un mecanismo que exime del requerimiento de libreta militar para mujeres trans.
  3. Cuando la diversidad sexual de la persona no es del todo manifiesta, pero hay dudas, en el paquete de exámenes médicos les mandan a realizar específicamente pruebas de VIH. El cual, no se le está exigiendo a otras personas que no hacen parte de la comunidad.

Y peor aún si el examen serológico resulta positivo, inmediatamente es filtrada en el proceso de selección. Aunque la ley cobija esta situación, es absolutamente común que en muchos lugares sigan practicando este tipo de acciones, aún estando por fuera de la normativa.

Si tenemos tasas de desempleo altas y no están vinculadas formalmente, ¿en que se están desempeñando las personas LGBTI+?

No hay una estadística demográfica en cuanto a cantidad poblacional. Lo que sí tenemos muy identificado es que una de las principales actividades económicas informales, sobre todo posteriormente a la pandemia, es en la industria de la gastronomía; de la belleza y la estética, y los conexos servicios alrededor de ella. E incluso al servicio doméstico.

Estas tres fuentes de ingreso, coinciden con las altas tasas de informalidad. Es decir, en el caso de servicios generales, no todas las personas llegan a compañías para desde allí prestar esta labor. Entonces la relación empleador-jefe se hace netamente verbal.

Y quienes sí cuentan con un contrato formal, ¿en qué sector están más presentes?

En servicios asistenciales o de limpieza, los cuales para acceder a ellos acuden a empresas temporales de empleo. Y el sector líder, en volumen de formalidad, los call center.

Allí están reclutando mucho talento diverso que está pudiendo acceder a un empleo formal, en entornos que también ya empiezan a ser libres de discriminación. Sin embargo, una barrera para nuestra población es el bilingüismo. Una limitante de ya carácter de competencias y no de acceso.

Cuándo ocurre alguna situación de discriminación en el espacio laboral, ¿han evidenciado o no una ruta segura para denunciar?

Muchos de los casos de discriminación en los entornos laborales para procesos de selección o dentro de la empresa, no llegan porque los canales de denuncia internos y externos no estaban formalizados.

Desde 2016 hasta mayo de 2022, hemos podido tramitar un poco más de 200 denuncias de malas prácticas en diferentes empresas, (inclusive que son afiliadas a la Cámara) bien sea en su proceso de reclutamiento, de promoción a vacantes de mayor rango, o de despidos injustificados en casos de diversidad sexual.

El mensaje es claro: hasta que no elevemos la visibilidad de estos canales a lo largo y ancho del territorio nacional, y la gente no se sienta más cómoda en denunciar, no vamos a poder erradicar la discriminación laboral.

De esta manera, ¿qué falta para que las personas LGBTI+ pueda acceder a más empleos formales?

Hay dos grandes desafíos para los próximos diez años, mismo tiempo que lleva la Cámara de Comercio LGBT+.

El primero es lograr una masiva difusión de la visibilidad de empresas que están avanzando en ser entornos laborales incluyentes. Hay mucha gente que no sabe que esto ya existe.

Y el segundo desafío es lograr una desbogotanización de estas iniciativas. Porque estas ya funcionan muy bien en la gran empresa extranjera y colombiana, donde el 95 % de estas se encuentran centralizadas con sus oficinas corporativas en la capital y en Medellín.

Sin embargo, el reto es poder llevarle esto a la Colombia de ciudades intermedias y rurales. Es decir, cómo vamos a lograr que esas Mipymes, que son más del 90 % del aparato productivo del país y de las vacantes laborales de los empleos formales, puedan tener esos espacios libres de discriminación.

Si llegamos a zonas más pequeñas del país, vamos a poder tener una economía con un entorno laboral mucho más incluyente con la diferencia.

Quienes deseen denunciar casos de discriminación laboral, pueden escribir anónimamente al correo talentodiverso@cclgbt.co. O a la línea en Bogotá 060-1-9260404.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/noticias/2022/06/28/la-comunidad-lgbti-es-la-mas-preparada-a-nivel-educativo-pero-con-mayor-desempleo-en-colombia/

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Colombia: “Hay un pacto de silencio”: denuncian sobre intento de empalamiento a niño en Manizales

América del Sur/Colombia/06-05-2022/Autor(a): Valeria Arias Suárez y EFE/Fuente: www.publimetro.co

El caso se conoce luego de varios días desde lo sucedido, las autoridades rechazaron el hecho.

Un caso indignante se conoció en las últimas horas en el país, con la revelación de una denuncia de un intento de empalamiento a un niño en medio de un caso de bullying en su colegio, en el municipio de Villamaría, Caldas.

Los padres del menor de edad, de 13 años, denunciaron el caso que respondería a acoso escolar en un colegio del municipio de Villamaría, contiguo a la ciudad de Manizales, capital del departamento. Un grupo de estudiantes habría tratado de empalar a su hijo, quien resultó gravemente herido y tuvo que ser intervenido de urgencia.

El incidente tuvo lugar el pasado 28 de abril en el Colegio Granadino, durante la clase de educación física, cuando sus compañeros instaron al niño a participar en un juego en el cual habría resultado gravemente herido, con una grave afectación en sus genitales.

Por su parte, el secretario de Educación del departamento de Caldas, Fabio Arias, informó este jueves, 5 de mayo, que el niño ya recibió el alta y se encuentra en su casa con una medida cautelar. La ministra de Educación, María Victoria Angulo, rechazó el abuso sufrido en la institución educativa y aseguró que trabajará para “evitar que sucedan estos casos”.

De igual manera, la periodista Johana Fuentes denunció el hecho y también comentó que habría un presunto “pacto de silencio” en el colegio, pues según afirma, ahí estudian los hijos de las familias más poderosas de la ciudad de Manizales.

“Según una madre de familia fue algo premeditado. Obligaron a algunos niños a observar mientras otro estudiante grababa un video. El colegio no ha hecho nada ante las denuncias de acoso y bullying. Los niños tienen miedo de ir al colegio”, expresó por medio de sus redes sociales la comunicadora.

Por su parte, en un comunicado el colegio indicó que “el incidente que se presentó en las instalaciones del colegio en días pasados es materia de investigación”, mientras que la institución educativa “ha activado las rutas de atención establecidas para estos casos”.

La institución no está autorizada para brindar más información de la que ha sido compartida con la comunidad del colegio al tratarse de menores de edad”, agregó el Colegio Granadino.

Al mismo tiempo, y tras el revuelo que ha generado el caso en el país, el colegio ha hecho un “llamado a la mesura y a la prudencia frente al manejo mediático”, pues algunas publicaciones “no guardan relación con la realidad y transgreden la privacidad y derechos de los menores”.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/noticias/2022/05/05/hay-un-pacto-de-silencio-denuncian-sobre-intento-de-empalamiento-a-nino-en-manizales/

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Colombia eliminará uso del tapabocas en centros escolares

América del Sur/Colombia/29-04-2022/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

“Vamos a avanzar de manera rápida en el desescalamiento del uso de tapabocas en niños y niñas colombianas en las escuelas», dijo Fernando Ruiz

El Gobierno de Colombia informó este miércoles que el uso del nasobuco o tapabocas por la enfermedad de la Covid- 19 dejará de ser obligatorio en entornos escolares a partir del próximo 15 de mayo.

La medida, dictada por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, fue anunciada por el jefe de dicha cartera, Fernando Ruiz, quien recomendó a gobernaciones, alcaldías, secretarías de educación, autoridades escolares, y a las familias continuar con los esfuerzos para aumentar las tasas de vacunación en niños y niñas , que aún siguen siendo relativamente bajas.

“Vamos a avanzar de manera rápida en el desescalamiento del uso de tapabocas en niños y niñas colombianas en las escuelas y se ha tomado la decisión de eliminar el uso del tapabocas en los espacios abiertos y cerrados de las escuelas, colegios y universidades de Colombia a partir del 15 de mayo”, indicó el ministro.

Según las estadísticas en Colombia han fallecido como consecuencia de la enfermedad causada por el Sars-Cov-2, unos 358 niños, 549 menores de edad han ingresado a unidades de cuidados intensivos, y se han hospitalizado 3.191.

Asimismo, las autoridades sanitarias colombianas reportan un total de 6.091.959 contagios a la Covid-19 desde el incio de la pandemia; y 139.785 personas fallecidas por la enfermedad. De igual manera la institución anunció 206 nuevos positivos al coronavirus en las últimas 24 horas.

Con respecto a las poblaciones indígenas la Organización Nacional Indígena de Colombia indicó en su última actualización sobre la pandemia que se han producido 2.640 decesos de indígenas por contagio a la Covid-19.Con respecto a los pueblos afectados la organización señaló 79,  con 94.015 infecciones contabilizadas en ellos.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/colombia-eliminara-uso-tapabocas-centros-escolares-20220427-0034.html

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