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LGBTIQ: ¿Cambio de mentalidad en Suiza?

Por: Katy Romy

El 26 de septiembre el pueblo suizo votará sobre el matrimonio para todos. De este modo, la Confederación tendrá la oportunidad de ponerse a la par de otros países europeos en materia de derechos de las personas LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer).

En la actualidad Suiza es uno de los pocos países de la Europa Occidental que no permite el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Estas personas solo pueden formar una unión registrada, es decir, una forma de vínculo que no les brinda los mismos derechos que el matrimonio ofrece a las personas heterosexuales. Pero esto podría cambiar el 26 de septiembre, cuando Suiza vote el proyecto de ley de ‘Matrimonio para todos’.

El texto, que el Parlamento aprobó en diciembre de 2020, prevé la apertura del matrimonio a las personas homosexuales. Además, facilitaría a las parejas de mujeres acceder a la donación de esperma, permitiría la adopción conjunta así como que el cónyuge obtenga la nacionalidad.

Un comité entre partidos –compuesto sobre todo por representantes de la derecha conservadora– ha puesto en marcha con éxito un referéndum contra esta ley. Consideran que el “matrimonio para todos equivaldría a abrir una brecha social y política que vaciaría de contenido la histórica definición del matrimonio, entendido como la unión duradera entre un hombre y una mujer”.

El pueblo deberá decidir en las urnas. Se trata de una decisión que las familias arcoíris suizas esperan con impaciencia para poder beneficiarse de una mayor seguridad jurídica.

La última pequeña victoria de la comunidad LGBTIQ tuvo lugar el 9 de febrero de 2020. Ese día la población suiza acordó en las urnas castigar la discriminación basada en la orientación sexual y el racismo.

Aunque todavía queda mucho por hacer para que las minorías sexuales y de género tengan plena igualdad de derechos, advierten los expertos en Suiza y en el extranjero.

No obstante, a pesar de los progresos continuos de la sociedad para aceptar la homosexualidad, la homofobia sigue siendo un problema en Suiza. La discriminación y los ataques verbales y físicos por la orientación sexual o la identidad de género marcan, todavía hoy, el camino de algunas personas.

“La característica de la homofobia y la transfobia es que el rechazo puede provenir de la propia familia”, dice Caroline Dayer, experta en cuestiones de violencia y discriminación, de género e igualdad.

Además, algunos movimientos religiosos ultraconservadores siguen siendo especialmente intolerantes hacia las minorías sexuales y, de manera más o menos transparente, practican a veces las terapias de conversión.

En los últimos años se han puesto en marcha medidas para combatir la homofobia, sobre todo en el contexto escolar. Son, a menudo, iniciativas privadas basadas en el voluntariado, como la de la asociación bernesa ABQ.

En el pasado, Suiza estuvo a la vanguardia de los derechos de las personas LGBTIQ. En 1942 (en un momento en que en los países vecinos la represión contra las personas homosexuales era feroz) Suiza despenalizó la homosexualidad. Y cuando en 2007 introdujo la unión registrada [las parejas de hecho], la Confederación se convirtió en el primer país del mundo en reconocer de forma directa y masiva a las parejas del mismo sexo. El 58% votó a favor.

Desde enero de 2018, las personas homosexuales tienen derecho a adoptar al hijo (o hija) de su pareja. Sin embargo, ser pareja inscrita no pone en el mismo plano de igualdad a las personas homosexuales y a las heterosexuales. Ya que esta unión civil no permite a las parejas del mismo sexo adoptar o beneficiarse de la reproducción asistida. Esto hace que muchas parejas opten por soluciones alternativas, y sobre todo que recurran a bancos de esperma en el extranjero.

Fuente e imagen: https://www.swissinfo.ch/

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Cuba aboga por derechos y visibilidad de personas trans

Multa a mujer transexual genera reacción de activistas e instituciones involucradas en el trabajo por la diversidad sexual y de género.

Los derechos de las personas trans a expresar libremente su identidad de género volvieron a la palestra pública en Cuba, en momentos en que el país se prepara para iniciar la consulta popular del nuevo Código de las Familias y en vísperas de la celebración el 31 de marzo del Día Internacional de la Visibilidad Trans.

“Merlìa tiene el derecho a expresar su identidad de género, tal y como es: una persona trans, protegida constitucionalmente en #Cuba. Sin embargo, aún persisten prejuicios discriminatorios en nuestra sociedad”, aseguró un texto publicado en la página en la red social Facebook por el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

“Desde que conocimos del caso, el #Cenesex se ha ocupado de la coordinación con las autoridades pertinentes y del asesoramiento legal, de conjunto con la Red Nacional TransCuba –asociada a nuestro centro–, para reivindicar los derechos de Merlìa”, añadió la nota, junto al mensaje “(trans)mitimos igualdad, vacúnate contra el prejuicio”.

Tras compartir el caso de Merlìa Somers el pasado día 23 de marzo, el activista por los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans e instersexuales (LGBTI) en Cuba, Alberto Roque Guerra, alertó sobre la necesidad de “una respuesta inmediata, además de la queja que la persona afectada hará por las vías formales”.

La Red Nacional TransCuba, con presencia en todo el país, impulsa una campaña en su página de Facebook por la visibilidad de las personas trans.

Horas después, en la central provincia de Sancti Spíritus, a casi 400 kilómetros de La Habana, la coordinadora del Servicio de Orientación Jurídica del Cenesex, Lisette Fernández Gutiérrez, informó que junto a las partes involucradas en el proceso se están dando todos los pasos legales para apelar la multa ascendente a 1.000 pesos cubanos.

Merlìa Sommers cuenta la historia

Residente en el municipio espirituano de Cabaiguán, Sommers fue interceptada por un oficial en uniforme verde olivo el pasado sábado 20 de marzo, cuando se disponía a hacer una cola para comprar artículos de aseo personal en una tienda de venta en moneda libremente convertible.

“Me preguntó que yo hacía vestido así allí y llamó a un policía de los que estaban controlando la cola y el policía me dijo que yo les estaba faltando el respeto, al yo aparecerme vestida así allí (de mujer) que eso era desacato a la ley y que yo estaba violando un artículo…”, asegura Sommers en el relato compartido por Roque.

Según Sommers, tras intentar defender sus derechos, fue conducida a una unidad de la policía y multada por uso incorrecto del nasobuco en el contexto de la pandemia por la covid-19. “Cuando yo uso dos nadsobucos porque tengo problemas en el corazón y de respiración y mi cuerpo no aguantaría la pandemia”, explicó la mujer trans.

Los servicios de orientación jurídica del Cenesex atendieron en 2020 un total de 165 casos. Solo siete fueron por discriminación y violencia por identidad de género.

La joven trans, que se presenta en Facebook como transformista y bailarina, reconoció que ha tenido el apoyo del Cenesex desde el inicio y, en estos momentos, se encuentra en proceso de apelación de la multa. Adicionalmente, ha recibido manifestaciones de solidaridad de cientos de personas y activistas de diferentes tendencias y causas.

Protección legal

Los derechos de las personas trans quedaron consagrados en el artículo 42 de la nueva Constitución de la República de Cuba, que establece que “todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades, y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades”.

El texto constitucional garantiza la no discriminación “por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana”.

Varias investigaciones realizadas a nivel nacional identifican a la población trans como la más vulnerable ante diversas formas de discriminación y violencias.

Desde hace más de una década, el Cenesex ha trabajado en un proyecto de ley de identidad de género que, entre otros derechos, debería garantizar el cambio de identidad para las personas trans. El nuevo Código de las Familias, esperado durante más de dos décadas, puede traer también novedades para la comunidad LGBTI cubana.

Pero, en ausencia de una ley, avances como la realización gratuita de operaciones de reasignación sexual en instalaciones de salud, cambios puntuales de nombres en el carnet de identidad, el trabajo sistemático de la Red TransCuba y el aumento de la visibilidad y el activismo trans chocan con prejuicios asociados a la sociedad patriarcal.

“Son inadmisibles las manifestaciones de homofobia y transfobia. Tenemos muchos desafíos para cambiar estereotipos y patrones culturales, lo cual lleva tiempo. Seguiremos trabajando en la sensibilización sobre los derechos sexuales y reproductivos para evitar que ocurran actos discriminatorios como este”, afirmó Fernández.

Fuente: https://rebelion.org/cuba-aboga-por-derechos-y-visibilidad-de-personas-trans/

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Hungría blindará el género en la Constitución húngara

Europa/Hungría/Noviembre 2020/lavanguardia.com

La frase dice: “La madre es una mujer, el padre es un hombre”

Al filo de la medianoche del martes, justo antes de que empezara un confinamiento parcial en Hungría por el coronavirus, el Gobierno ultraconservador del primer ministro Viktor Orbán envió al Parlamento propuestas de ley sobre sistema electoral, sexo y adopción de niños, y otros asuntos, que provocaron indignación en la oposición, y alarma entre las personas homosexuales.

Ese mismo martes Orbán había recibido poderes del Parlamento para gobernar por decreto 90 días ante la segunda ola de la pandemia, por lo que los textos se debatirán y votarán cuando regrese la actividad parlamentaria. Pero su futura aprobación se da por segura dada la supermayoría de dos tercios con que cuenta Fidesz, el partido de Orbán.

La ofensiva legislativa de Orbán incluye una reforma electoral que, según sus detractores, debilita a la oposición

La ofensiva legislativa incluye: una ampliación legal de los requisitos de los partidos para concurrir a las urnas, que en la práctica dificulta que la oposición se alíe contra el partido en el Gobierno; y una enmienda a la Constitución para consagrar que “la madre es una mujer, el padre es un hombre”, con el veto definitivo a la adopción de niños por parejas homosexuales y transexuales. Hay también una propuesta de reglas sobre fondos públicos que, según sus críticos, hará más opaco el modo en que se asignan.

El Ministerio de Justicia envió al Parlamento en los últimos minutos del martes el plan constitucional sobre madre y padre, con definición de sexo señalado en el nacimiento. “Hungría protege el derecho de los niños a identificarse sobre la base de su sexo”, dice el texto, que especifica que “la educación se imparte de acuerdo con los valores basados en la identidad constitucional y la cultura cristiana de Hungría”.

La proposición de ley prevé que sólo los matrimonios heterosexuales puedan adoptar niños. La Constitución impulsada por Orbán y en vigor desde el 2011 ya define el matrimonio como la unión de una mujer y un hombre. Por tanto, los homosexuales en Hungría no pueden casarse, pero actualmente una persona sola puede adoptar, vía por la que gais y lesbianas podían acceder a la adopción, haciendo la solicitud sólo un miembro de la pareja.

En un comunicado ayer, el grupo Háttér de defensa del colectivo LGBTQ dijo que “el momento elegido no es casual; las propuestas que limitan severamente los derechos legales y van contra derechos humanos internacionales y europeos básicos se presentan en una época en que las protestas no están permitidas” debido a la pandemia.

Por otra parte, la enmienda a la ley electoral enviada al Parlamento por el Ministerio de Justicia al filo de la medianoche del martes obligaría a los partidos a presentar candidato en al menos 50 circunscripciones (ahora la cifra es de 27) para poder concurrir con una lista a nivel nacional. Según la oposición, esto busca impedir que sus partidos pacten un solo candidato conjunto en cada circunscripción de cara a las elecciones del 2022. Aliándose así, partidos de la oposición lograron arrebatar a Fidesz varias alcaldías en las elecciones municipales de noviembre del 2019, entre ellas la de Budapest, cuyo alcalde es desde entonces el verde Gergely Karácsony.

“En medio de la pandemia, el Gobierno debería centrar sus esfuerzos en la crisis y en salvar vidas, pero en vez de eso toma medidas desesperadas sin consulta”, dijeron los seis partidos de la oposición en un comunicado conjunto. El confinamiento parcial y el toque de queda –desde ayer no se puede salir de casa entre las ocho de la noche y las cinco de la madrugada, salvo causa justificada– imposibilitan que haya manifestaciones en las calles

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20201112/49412618419/hungria-blindara-genero-constitucion-hungara.html

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Colombia: Por desconfianza en las instituciones las mujeres y la población LGBTIQ no denuncian hechos de violencia

América del Sur/Colombia/11-10-2020/Autora: Ariadne Agamez Lombana/Fuente: www.publimetro.co

Las mujeres y la población LGBTIQ no denuncian la violencia de la que son víctimas por temor a la revictimización y a la dificultad a tener justicia.

La revictimización y la dificultad del acceso a la justicia son las principales razones. Por desconfianza en las instituciones las mujeres y la población LGBTIQ no denuncian hechos de violencia.

Las mujeres y la población LGBTIQ no denuncian la violencia

De acuerdo con la Personería de Medellín durante lo corrido del 2020 se ha registrado un aumento en el número de llamadas para reportar hechos asociados a la violencia intrafamiliar.

Por tal motivo, la Personería creó el Observatorio de Mujeres y Diversidades Sexuales y de Género.

Las acciones de seguimiento, vigilancia y atenciones del Observatorio estarán orientadas bajo cinco líneas estratégicas: violencias y acceso a la justicia; salud, derechos sexuales y derechos reproductivos; trabajo y autonomía económica; educación y equidad y mujeres, sectores sociales LGBTIQ y participación política”, indicó Lina María Giraldo, coordinadora del Observatorio de Mujeres y Diversidades Sexuales y de Género de la Personería de Medellín.

Las cifras son contundentes y con corte al 2 de octubre de 2020, según el informe de la Alcaldía de Medellín, en la ciudad se han reportado 4978 casos de violencia intrafamiliar contra las mujeres, lo que representa el 74% de los casos.

En total se han reportado 6772 casos de violencia intrafamiliar, siendo las comunas de mayor incidencia: Manrique, con 788 casos, y Robledo, con 612.

«Si se observan de cerca la cifras de incidentes reportados en la Línea 123 Línea Mujer, los datos reflejan un aumento significativo en la búsqueda de ayuda por parte de las mujeres. Lo que se puede establecer en la lectura de los datos es una disminución en las denuncias que llegan a las Comisarías de Familia, lo que refleja las barreras o dificultades para el acceso a la justicia relacionadas en su mayoría con las realidades propias del confinamiento», señaló Giraldo.

La población LGBTQ

Esta población también demuestra sentir desconfianza en las instituciones del Estado. Es por esto que las mujeres y la población LGBTIQ guardan silencio frente a las agresiones de las que han sido víctimas.

Algunas autoridades no tienen una perspectiva sobre las violencias basadas en género, lo que no les permite brindar una atención clara y pertinente a quienes en un momento determinado tomen la decisión de interponer una denuncia”, agregó la funcionaria.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/10/09/desconfianza-las-instituciones-las-mujeres-la-poblacion-lgbtiq-no-denuncian-hechos-violencia.html

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Opinión: Tres problemas que se acentuarían con un “pin parental”

Por: Sofía García-Bullé

El costo social de restringir el acceso a la educación sexual sería enorme, principalmente para los niños, niñas, víctimas de abuso sexual y la comunidad LGBTQ.

La iniciativa conocida como “pin parental” y presentada en el Congreso del Estado de Nuevo León, México, por el diputado del Partido Encuentro Social, Juan Carlos Leal, se perfila como un propuesta controversial, con el potencial de restringir el derecho a la educación sexual dando poder de veto a las familias.

La iniciativa propone otorgar a las familias control total sobre cómo y cuándo los hijos comenzarían a recibir información de la materia; decidiendo padres y madres de familia, a título personal, lo que consideran temas éticamente y moralmente controvertidos.

En un artículo anterior hemos explicado cómo dicha propuesta puede alterar el delicado balance entre la educación escolar, que representa un derecho básico, y la formación en casa, una primera necesidad para la infancia neolonesa.

Sin embargo, más allá de este balance, si se llegara a aprobar  la iniciativa del pin parental, el impacto que esta tendría sobre minorías sociales como menores de edad, víctimas de abuso sexual, mujeres, niñas y la comunidad LGBTQ, sería enorme.

Tres problemas que se verían agravados con la aprobación del “pin parental” 

1. Detección oportuna del abuso sexual infantil

La educación sexual básica es una herramienta crítica para prevenir y detectar el abuso sexual infantil, como lo sostiene Vicenta Hernández Haddad, psicóloga especialista en educación sexual con 30 años de experiencia. Hernández explica que muchas de las problemáticas que tenemos en México, primer lugar de abuso sexual infantil de acuerdo con la OCDE, tiene que ver con la falta de salud sexual, la cual se deslinda en primera instancia de la escasez de programas de  educación sexual clara y oportuna.

“Muchas veces cuando un menor viene al consultorio por una experiencia de abuso, nos encontramos con que ese niño no sabía los límites que debe haber entre un adulto y un niño”, comenta Hernández Haddad para el periódico La Razón. Hernández reiteró la necesidad de ofrecer recursos educativos sobre el tema inclusive en niveles básicos y no demorar la difícil, pero necesaria, conversación sobre la sexualidad hasta la pubertad o adolescencia.

Parte del problema es que muchos padres y madres de familia deciden hablar de sexualidad con los hijos solo hasta que sus cuerpos se han desarrollado lo suficiente como para ser sexualmente activos. No es común que a los adultos se les ocurra introducir el tema antes, dado que esto los obliga a pensar en la posibilidad de que sus hijos pudieran ser víctimas de abuso a temprana edad. Ninguna madre o padre se sentirían cómodos considerando esta terrible probabilidad.

Pero en un país en el que el 30 % de los agresores de menores son familiares directos y un 13 % adicional son parientes indirectos, la necesidad de una “alfabetización” en materia de educación sexual es imprescindible.  La educación sexual es la primera línea de defensa para combatir estas realidades.  Un estudio del Ministerio Público Tutelar de Buenos Aires, Argentina, reveló que entre el 70 % y 80 % de niños y niñas entre 12 y 14 años solo pudieron comprender que habían sido víctimas de abuso sexual hasta después de recibir clases de Educación Sexual Integral en la escuela.

La Asesora General Tutelar de Buenos Aires, Yael Bendel, enfatizó que fueron los recursos educativos obtenidos en las clases de educación sexual lo que les ayudó a comprender que fueron víctimas, así como abrirles un espacio de confianza en la escuela que les permitió contar lo sucedido.

2. Concientización sobre la salud reproductiva de la mujer y el número de embarazos infantiles y juveniles

Una de las minorías sociales más vulnerables ante la falta de educación sexual son las mujeres. La educación sexual no sólo las protege de la posibilidad de violencia y abuso sexual, sino también de embarazos infantiles, juveniles o no deseados.

El estudio realizado por el Ministerio Público Tutelar de Argentina, también mostró que el 70 % de los menores víctimas de abuso entre 12 y 14 años que acudieron a denunciar eran niñas. En México ocurren 366,000 nacimientos en mujeres menores de 19 años anualmente. El embarazo precoz se califica como de alto riesgo. Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres jóvenes de 15 a 19 años a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS también reveló que en los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo un 50 % superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida, en comparación con los bebés de mujeres mayores de edad, entre los  20 y 29 años.

La educación sexual es clave para reducir estas cifras. Como lo sostiene Margarita Fuster, especialista en ginecología infantojuvenil y directora del Departamento de Ginecología Infantojuvenil de la Maternidad Nacional en Argentina.

“La educación sexual empieza por casa. Los padres deben hablar de sexualidad con sus hijos y deben admitir que el sexo existe en la adolescencia desde edades tempranas. Y también tienen que saber que mientras más informados estén los chicos, más tarde iniciarán las relaciones sexuales y más se cuidarán tanto de un embarazo no deseado como de adquirir una infección de transmisión sexual”, explicó la directora.

La especialista además puntualizó que uno de los principales factores que contribuyen a la alta incidencia de embarazos adolescentes es la negación del mundo adulto de la dimensión sexual en los jóvenes hasta que es imposible evadir el tema. En muchas de esas situaciones, para entonces ya sucedió un embarazo adolescente o una enfermedad de transmisión sexual. Por esto es imperativo una intención educativa que parta de la cooperación entre escuelas y las familias.

3. La invisibilidad de niñxs no heteronormadxs y el acoso escolar

Otro de los sectores más vulnerados por la falta de una educación sexual completa y oportuna, es la comunidad LGBTQ. El acoso escolar con base en la homofobia, es un serio problema a nivel mundial. En México, 61 % de los estudiantes LGBTQ reportan haber sido víctimas de acoso escolar homofóbico en sus escuelas. El 92 % de los estudiantes de la población general han sido agredidos verbalmente debido a su orientación sexual, apariencia física o atuendo.

Si se restringe el acceso a la información sobre la educación sexual más básica, que sería la heteronormada, y se supedita únicamente a las consideraciones de lo que acostumbran en casa las familias, se cerraría la puerta por completo a la enseñanza sobre las relaciones afectivas y manifestaciones de la sexualidad o del género que no entren dentro del espectro heteronormativo.

El golpe para los niñxs y adolescentes que no son heteronormados sería devastador, porque se les negarían los contenidos educativos y la formación tanto ética como emocional, que les ayudaría a comprender si pertenecen a un espectro afectivo, de manifestación de la sexualidad o de género distinto.

Se les negaría, además, el derecho de existir socialmente y definirse a sí mismxs fuera de las estructuras de heteronormatividad. De la misma forma se les negaría a otros niños y niñas el conocimiento necesario para desarrollar empatía, aceptación y la convivencia con sus compañeros de clase no heteronormados.

Si las cifras de acoso escolar con base en la homofobia son altas ahora, estos números perfilan un significativo aumento si la educación sexual básica, y la inclusiva es son una responsabilidad compartida entre familias e instituciones educativas, así como un derecho natural de los niños y adolescentes.

El dictamen para la reforma constitucional que abriría la puerta al pin parental en Nuevo León tenía programado votarse el martes 26 de mayo del presente año, pero se pospuso la votación para la primera semana de junio. Sin embargo, tras un llamado público de la SEGOB a no proceder con la iniciativa, la votación volvió a posponerse hasta nuevo aviso.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/pin-parental-problemas

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Chile: Violencia, hambre y exclusión. Las implicancias de la pandemia en la comunidad LGBTIQ+

Redacción: BiobioChile

El 17 de mayo pasado se conmemoró el Día Mundial contra la Homo, Bi y Transfobia, por primera vez en un contexto de confinamiento. Y si bien las cuarentenas debido a la pandemia del coronavirus afectan a todos, en mayor o menor medida, existen ciertos factores de riesgo adicionales en el colectivo LGBTIQ+ que evidencian la compleja situación de muchas personas que pertenecen a esta comunidad.

Pese a que el odio y la incomprensión hacia la diversidad sexual no es algo reciente, se vuelve aun más dramático cuando muchas de estas personas tienen que lidiar con estar encerrados en lugares donde no se les respeta, se les discrimina y/o se les acosa.

No son pocos los jóvenes, en particular, que deben aguantar el rechazo de su familia en silencio debido a que no pueden moverse a ningún lugar. Esta situación puede generar cuadros de ansiedaddepresión y otros problemas relacionados a la salud mental.

Producto de esta pandemia, además, han aumentado los prejuicios contra la comunidad en relación al virus. Y aunque las posibilidades de contraer o transmitir el COVID-19 no tiene nada que ver con la orientación sexual o identidad de género de las personas, es un hecho que los viejos prejuicios han cobrado fuerza una vez más.

Un sondeo del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), arrojó que el toque de queda y las cuarentenas obligatorias han afectado la realidad de la comunidad LGBTIQ+, en cuanto a que se han registrado un aumento de actos discriminatorios y agresiones.

Lo más preocupante es que estos actos de homofobia y la transfobia ha ocurrido en la propia familia o el barrio, a raíz del mayor tiempo que las personas pasan en sus casas.

De acuerdo a esta encuesta, los ataques denunciados abarcan desde la violencia psicológica (58%) a la violencia verbal (41%) y la física (1%).

Asimismo, el 9,2% señaló que ha sido discriminado por su orientación o identidad de género desde la aparición del primer caso de COVID-19 en Chile. De estos, el 2,2% fue víctima de agresiones físicas; el 62% de ataques verbales y 35,8% de violencia psicológica.

Evidentemente, las cuarentenas y restricciones impuestas por las autoridades producto de la pandemia, también se ha traducido en dificultades para denunciar casos de discriminación por orientación sexual e identidad de género, y así lo aseguró el 45 % de las personas que sufrieron este tipo de ataques.

Recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

En abril pasado la CIDH hizo un llamado a los Estados a “garantizar los derechos de igualdad y no discriminación de las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans, intersex y queer (LGBTIQ+), en las medidas de atención y contención adoptadas, en particular, asegurando el acceso de estas personas a servicios de salud y programas de atención social con una perspectiva de seguridad humana integral”.

Para la entidad, resultó preocupante que algunas de las disposiciones adoptadas en los Estados de la región, como respuesta a la pandemia, incurran en riesgos potenciales para los derechos de las personas LGBTIQ+ o aquellas que son percibidas como tales. Uno de los ejemplos que entregan es el de Perú, donde se determinaron días específicos para la libre circulación de las personas, diferenciando entre mujeres y hombres, lo que afectó de manera directa a las personas trans y de género diverso, quienes vieron vulnerados sus derechos por las fuerzas del orden.

En la misma línea, el organismo destacó la situación de pobreza que afecta a personas LGBTIQ+ de la región, producto de la exclusión social, falta de oportunidades, y escasas políticas públicas. Esta situación empuja a las personas hacia una economía informal como lo es el trabajo sexual.

“Las personas trans, en particular, enfrentan altas tasas de exclusión de las oportunidades de generación de ingresos y de acceso a programas de bienestar social y servicios de salud. En este sentido, la CIDH ha recibido información de mujeres trans y trabajadoras sexuales que continúan desarrollando sus actividades aún el contexto de la contención del COVID-19, debido a que no cuentan con otras fuentes de ingreso”, expresaron.

Un tema no menor considerando que para muchas este el único espacio en el que han podido insertarse laboralmente, y hoy en día ese mismo trabajo está siendo perseguido y eliminado por el tema de las cuarentenas.

Y es que tal como expresa la CIDH, no es solo la discriminación la que está causando estragos en la población LGBTI+, pues es la exclusión social la que está mostrando su peor cara en comunidades que ni siquiera tienen recursos para subsistir, y que un día sin trabajo es un día sin comida.

Ser transexual en Chile y en medio de una pandemia

Al igual que en otras latitudes, la comunidad transexual en Chile ha sido históricamente vulnerada y discriminada. La falta de oportunidades se manifiesta desde que las personas comienzan a vivir de acorde a su identidad de género, lo que viene acompañado de violencia y exclusión social.

Evidentemente, esta situación se agudiza en contextos de crisis como la que estamos viviendo actualmente. Si antes ya era complejo para una persona transexual tener acceso al trabajo formal y remunerado, ahora es casi imposible.

Así al menos lo manifiesta Leonel Catoni, Psicólogo comunitario y coordinador de Salud de la Asociación OTD (Organizando Trans Diversidades), quien comenta que “desde el estallido social muchas personas quedaron sin trabajo y ahora con la pandemia, las que pueden tener un trabajo dentro de la comunidad trans, que antes ya eran pocas, ahora son casi contadas con los dedos de una mano”.

Por lo mismo, han intentado ir en ayuda de algunos compañeros y compañeras pero sus medios son muy limitados.

Esta situación se ve empeorada por el hecho de que muchas personas trans no tienen Ficha de Protección Social (FPS), por lo que no reciben ninguna ayuda del Estado. “Tenemos compañeres que llevan varios días sin comer, incluso que los han echado de sus casas, entonces la situación es crítica”, indica, agregando que como Asociación han intentado brindar apoyo sicosocial, tener actividades comunicativas online y trabajar en recaudación de fondos que, para la magnitud del problema, siempre van a ser insuficientes.

Salud: suspensión de tratamientos y nulas respuestas

El tema de la salud es uno de los aspectos que más preocupa a la población transexual, pues en el contexto de la crisis sanitaria, personas que estaban siguiendo un tratamiento hormonizante, quedaron a la deriva.

Se suspendieron todas las horas médicas y en muchos lugares no se siguió dando la terapia de reemplazo y tampoco mucha información. A las personas les decían que no había hora y punto”, denuncia.

La situación puede ser más compleja, advierte, en parte de la población trans que, por ejemplo, ya no tiene gónadas. Para el sistema de salud, estas personas son enfermas crónicas porque necesitan de un medicamento de por vida.

Entre los riesgos de salud asociados a estos casos, Leonel comenta que una persona sin gónadas y sin tratamiento “se empieza a descalsificar, presenta cambios anímicos, en la energía, dolores articulares, y bajan las defensas”.

En el caso contrario, en una persona que aun tiene gónadas, y no tiene acceso al bloqueador hormonal, “se reactivan todos los cambios, sobre todo en mujeres trans, pues se reactiva la testosterona, y todos los cambios que se pudieron hacer en años de tratamiento, se revierten”.

Por otro lado, los programas de salud mental igual se han suspendido, y son las propias ONGs las que intentan implementar programas de acompañamiento, pero al tener problemas de financiamiento, se vuelve una tarea titánica.

También han recibido denuncias de personas que VIH positivas que han tenido problemas para acceder a su triterapia, pues no les han dado para tres o seis meses, considerando el escenario actual, sino que incluso, comenta, “hay personas a las que le han dado pastillas para días o no se la han dado, derechamente”.

La situación es súper crítica, y así como yo lo veo, de aquí a que termine esto, van a morir demasiades compañeres sin medicamentos, sin comida, sin trabajo. Hay compañeres que han sido diagnosticades con COVID-19 y les mandan para la casa. Compañeres que viven en hacinamiento, entonces al final es ándate a tu casa a morir callado”, lamenta.

Comunidad trans y el comercio sexual

Desde el estallido social que la comunidad transexual que se dedica al comercio sexual, se ha visto sumamente perjudicada. Esto porque con el regreso del toque de queda, no pudieron trabajar durante semanas. Por lo mismo, con esta pandemia por la que llevamos casi tres meses con toque de queda a las 22.00 horas, el panorama se ha vuelto complejo.

Alejandra Soto, presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales de personas trans Amanda Jofré, comenta que para ellas siempre ha sido complicado subsistir. Hace 20 años que vienen luchando por el trabajo sexual y por otra integración laboral trans, y esa lucha continúa aun en condiciones críticas de sobrevivencia.

“Para nosotras siempre ha sido complicado porque cada problema que pasa en el país, la trabajadora sexual se ve involucrada y aproblemada. Además, que muchas de nosotras no tenemos familia, hemos sido excluidas y vivimos siempre solas”, señala.

La discriminación hacia la población trans es mucho peor, incluso, que la que vive la gente que está en situación de calle, porque ellos pueden tener apoyo de hogares y otros grupos, pero a las trans no las apoya nadie”, agrega.

En ese sentido, cuenta que a través de campañas están pidiendo lo mínimo de ayuda, que si bien no es mucho a ellas igualmente les sirve, puesto que muchas ni siquiera tienen dónde vivir, y están siendo expulsadas de los departamentos donde arriendan por no tener dinero para pagar.

“Las trabajadoras sexuales viven el día a día. Hay compañeras viviendo de a ocho, de a cinco, en una pieza pequeña, en una cama, porque se están apoyando ellas mismas. A las que van echando las van apoyando otras”, relata.

Varias que han salido igualmente a trabajar, han sido multadas, agredidas y detenidas.

Otras tantas se encuentran en situación de calle y es ella quien intenta, a través de las pocas redes de apoyo con las que cuenta, conseguir casas de acogida.

La situación es aún más dramática para aquellas viviendo con COVID-19. “Tenemos compañeras con coronavirus y por cuidarse entre ellas se están contagiando todas. En una sola casa tengo a 12 con coronavirus. Les estamos yendo a dejar mercadería porque como no pueden salir, no tienen Ficha de Protección Social (FPS), no reciben ayuda de nadie”, describe Alejandra.

En este último punto, señala que han estado conversando con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, desde donde le indicaron que debían tener la FPS para acceder a cualquier beneficio, incluidos los bonos por contingencia. El tema es que para la comunidad trans la situación es un poco más compleja que rellenar un formulario.

Lo anterior porque no todas las personas tienen regularizada si situación ante el registro civil, por el tema de la cédula de identidad y cambio de sexo registral, por lo que al momento de completar la información, esta no será del todo confiable.

“Si no podemos regularizar ese tema, ¿qué va a pasar cuando vean nuestra ficha? Van a ver que somos un hombre vago, porque no trabajamos, no tenemos carga, no tenemos estudios, pero sí salud. Entonces ellos dicen ‘¿para qué te voy a ayudar si puedes trabajar o es porque no quieres superarte?’. Entonces nos ponen como un tipo que no quiere trabajar, pero no ven que detrás de esa FPS, hay una mujer trans que sí trabaja, pero en comercio sexual, el que no está legalizado; que no ha tenido estudios porque la echaron por su condición de género; que no tienen hijos porque muchas de nosotras somos mujeres binarias que nunca hemos tenido una relación sexual con una mujer; entonces desde ahí viene toda esa dificultad que se nos presenta cuando queremos superarnos”, expresa la activista.

Por lo mismo, ella cree que debería existir un sistema de protección social más específico. “Es difícil vivir así, sin derechos de nada. Los hombres transgénero tienen cambiado su nombre, ellos pasan a ser del patriarcado y pueden conseguir trabajo más fácilmente que una mujer. A nosotras siempre nos han discriminado”, critica.

Dentro de las conversaciones que han entablado desde diciembre pasado con el MinMujeryEG, existen cuatro propuestas que como organización buscan que sean escuchadas. Acceso a trabajo formal y remunerado; oportunidades para que compañeras puedan emprender a través programas del Fosis y/o el Sence; nivelar estudios de trans adultas y, por último, tener una casa en comodato como tienen muchas otras organizaciones no gubernamentales, donde trabajar con la comunidad.

Al igual que Leonel, Alejandra señala que los tratamientos de hormonización están paralizados y en su agrupación solo han podido seguir haciendo testeos rápido de VIH, una realidad que también se ha visto afectada por la pandemia, pues muchas mujeres trans que no se habían hecho el examen por estar asintomáticas, han dado positivo.

Con esto de no tener comida, no alimentarse bien, les bajaron todas las defensas y todas las que vienen me han salido positivas”, revela.

Sabemos que nosotras nos podemos pegar el coronavirus pero no vamos a dejar de ayudar, tal como esas compañeras que saben que la otra puede tener coronavirus, pero igual la llevan a la casa a vivir. Nosotras nos ayudamos entre lo poco que tenemos”, comenta.

En el contexto actual, Amanda Jofré está con una campaña de recolección de alimentos, útiles de aseo y de desinfección, pues tienen 35 compañeras con coronavirus en la región Metropolitana. También tienen una cuenta donde reciben aportes en dinero. Son cerca de 300 compañeras que la asociación está ayudando de manera directa.

Niños, niñas y adolescentes de la comunidad LGBTIQ+ en confinamiento

El confinamiento también se ha vuelto, en muchos casos, una presión extra sobre la comunidad LGBTIQ+, y los menores de edad no son la excepción. La mayoría vive bajo el amparo de adultos, generalmente familiares, los que muchas veces no respetan su orientación sexual y/o identidad y expresión de género.

En ese sentido, la fundación Todo Mejora, que busca “promover el bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren bullying y comportamiento suicida, debido a discriminación basada en orientación sexual, identidad y expresión de género”, ha cumplido un rol vital en el contexto de la crisis sanitaria.

Rocío Faúndez, directora social de Todo Mejora, comenta que a través de uno de los canales de apoyo que tiene la ONG, llamado “La Hora Segura”, han intentado brindar apoyo y contención a niños, niñas y adolescentes que no lo están pasando bien y ven afectada su salud mental producto de la discriminación que enfrentan.

Si bien indica que normalmente brindan 40 horas a la semana de atención, ahora último han reforzado estos canales y se han ido preparando para el incremento de solicitudes que, con seguridad, va a venir. “Como ha dicho la OMS, la situación en salud mental va a ser como una segunda pandemia. Y uno de los grupos que está en mayor riesgo son los adolescentes. Acá en Chile, en el grupo de 15 a 19 años y de 20 a 24 años, el suicidio es la primera causa de muerte, y todo indica que lo que ahora va a ocurrir es que esa situación va a empeorar”, advierte Faúndez.

Asimismo, destaca que ha aumentado la complejidad del tipo de casos que les llega. Por un lado, han recibido consultas de personas que “han visto interrumpidos sus tratamientos habituales, tanto físicos como procesos de hormonización, su acceso a tratamiento de antirretrovirales, y también muchas personas que han visto interrumpidas su terapias sicológicas y espacios de autocuidado”.

Uno de los temas más preocupantes, señala Rocío, es que la pandemia ha aumentado la conflictividad en las casas, principalmente porque los adultos están estresados debido a que están perdiendo su fuente de ingresos y/o porque están viviendo precariedades. Esta situación aumenta la violencia, y en el caso de la comunidad LGBTIQ+, eso no se ha visibilizado.

“Se hablado mucho el tema de la violencia de género, entendida como la violencia hacia la mujer en contexto de cuarentena, lo que me parece muy bien; y lo han podido cuantificar con los aumentos de las llamadas al 1455, por ejemplo, pero todo lo que es la violencia por orientación sexual, expresión e identidad de género, no está registrado, no está visibilizado”, apunta.

Faúndez detalla que “en las denuncias por violencia, en contexto de maltrato infantil, no está cuantificada cuanta de esta violencia está relacionada con familias que no reconocen la orientación sexual, expresión e identidad de género de niños, niñas y adolescentes, por ejemplo, y muchos de esos chiques nos están contactando a nosotros”.

Como parte de su trabajo, Todo Mejora ha intentado transmitir a través de redes sociales y otras plataformas de interacción el mensaje de “no estás solo”, para que los niños, niñas y adolescentes que estén viendo vulnerados sus derechos sientan de alguna u otra forma que la comunidad LGBTIQ+ está entrando en sus casas.

La activista también critica la falta de una interlocución del Estado que esté pendiente de los temas que atañen a la comunidad LGBTIQ+, sobre todo en un contexto de pandemia.

A eso se suma la implementación de más campañas de educación y visibilización, que se comunique que existen otros tipos de violencia que están ahí escondidos, y establecer líneas de ayuda para eso.

“Nosotros tenemos líneas de ayuda, pero si no contamos con la información oficial no podemos darla, y ese es un problema, que la información está súper dispersa. No hay ninguna autoridad del Estado que centralice esto”, plantea.

Cabe señalar que la Red Nacional de Municipalidades con Oficinas de Diversidad, Inclusión y no discriminación de Chile, lanzó a mediados de mayo la “1ra Encuesta Nacional para la comunidad LGBTIQ+”, la que busca conocer la situación actual de la comunidad en el ámbito social, sanitario, laboral y psicosocial.

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Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/sociedad/debate/2020/05/28/violencia-hambre-exclusion-las-implicancias-la-pandemia-la-comunidad-lgbtiq.shtml
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Chile: Las luchas sexuales también son de clase

Las luchas sexuales también son de clase

Fabián Álvarez Muñoz Domingo 17 de mayo 2020 10:08 hrs

Claves: 

Con la actual crisis sanitaria hemos visto las contradicciones sociales reventar y los antagonismos agudizarse. Mientras unos salen a jugar golf a las plazas y se ríen entre ellos diciendo que “los tuertos de la Revuelta de Octubre son puros tongos de los rojos”, muchos de quienes vivimos del trabajo propio debemos hacerlo con los pocos ahorros que nos da el seguro de cesantía –si es que tenemos–, pero quienes somos parte de la comunidad LGBTIQ+ vivimos la discriminación en forma estructural, en todo nivel y peor en los tiempos del COVID-19, porque como dijo nuestro querido Pedro Lemebel “ser pobre y maricón es peor”.

Según el último Informe Anual de DD. HH. del Movilh, entre 2019 y el año anterior hubo un incremento del 58% en los casos sobre discriminación contra la comunidad LGBTIQ+. La discriminación más básica es al buscar trabajo, porque en un Chile homo-lesbo-transfóbico, nos cuesta particularmente más encontrarlo y cuando encontramos generalmente es precario. El mismo estudio del Movilh revela que en 2019 hubo un 157% más denuncias que el 2018 por casos de discriminación laboral, principalmente exclusión, contra personas de la comunidad LGBTIQ+.

El problema de acceso al trabajo tiene como consecuencia gravosos menoscabos en el acceso a otros derechos fundamentales como alimentación, vivienda, educación y especialmente salud, porque el sistema de salud que tenemos es tan deplorable, que en más de tres décadas no ha podido ponerle atajo a la pandemia tabú del VIH/Sida. El último reporte mundial del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida reveló que, mientras a nivel mundial los nuevos reportes sobre esta pandemia disminuyen, entre 2010 y 2018 en Chile hubo un aumento de los casos de VIH+ en un 35% y las muertes relacionadas con el SIDA aumentaron en un 34%, poniéndonos entre las más altas cifras de Latinoamérica.

La pandemia del VIH/Sida, aquella que en el pasado diezmó a nuestra comunidad, aún está vigente, sin embargo, el no reconocimiento de nuestras identidades diversas y disidentes, además de discriminación, es un problema de derechos civiles que nos afecta aún peor.

Cuando me refiero al no reconocimiento de nuestro derecho a la identidad, no hablo solamente del nombre de las personas trans, sino que también de nuestras apariencias, nuestra forma de vestir, el modo en que hablamos y la manera en que concebimos los afectos y el placer. Resulta increíble pensar que esta clase de discriminación totalmente injustificada está muy presente en nuestra comunidad, no solamente porque somos víctimas de ella, sino porque también la ejercemos contra nuestros pares, algunos haciendo uso de sus privilegios otorgados por esta sociedad heteronormada y además capitalista.

Es por lo anterior que quiero traer a colación una cuña muy polémica que dijo años atrás –en 2016– Víctor Hugo Robles (reconocido periodista y activista gay nacional, también conocido como El Che de los Gays). Él dijo que “La primera lucha es siempre la de clases, las sexuales vienen después“ y en general le encuentro razón con que la primera lucha es siempre la de clases.

Mientras en esta sociedad capitalista somos usados como maquillaje de transformación social, la comunidad LGBTIQ+ es una de las más precarizadas y la actual crisis sanitaria nos golpea fuerte, poniendo aún más en evidencia la discriminación en nuestra contra y extremando la precariedad que vivimos muchos. Pero mientras algunos quieren vivir en su «barrio propio con un supermercado gay, con un perrito gay, un lorito gay», como dijo satíricamente Víctor Hugo, lo que realmente queremos los que vivimos la falta de oportunidades y la precariedad a la que nos empuja la discriminación, es reconocimiento y respeto de nuestras otredades.

En un nuevo Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, hago un llamado a todos a que denunciemos la discriminación y a quienes no dudan en valerse de ella para obtener ventaja o deshacerse de nosotros; llamo a que formemos redes de apoyo, que nos hagamos visibles, nos organicemos y luchemos en cada pequeña o gran acción contra la sociedad capitalista y neoliberal, teniendo presente que las luchas sexuales no vienen después, sino que también son luchas de clase.

El autor es miembro de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA (ACCIONGAY) y de ONG CERES Política Social. Refundador y consejero nacional Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles (CODEJU). Activista en Derechos Humanos y Diversidad Sexual.

Fuente de la Información: https://radio.uchile.cl/2020/05/17/las-luchas-sexuales-tambien-son-de-clase/

 

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