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Aprender a movilizar conocimientos, destrezas, actitudes y valores

Por: Carlo Magro 
Comparto una versión un poco más larga de la entrevista que me hicieron hace unos días desde Santillana Global sobre las competencias y habilidades que es necesario trabajar y desarrollar en las aulas para enfrentar los retos y desafíos de la sociedad actual.
Es cierto que gran parte de estas habilidades y competencias están ya en nuestra legislación educativa(Orden ECD/65/2015, de 21 de enero) bajo el concepto de competencias clave y que, por tanto, ya se están trabajando. Pero también es cierto, que no todas se trabajan por igual (qué evalúamos condiciona mucho qué y cómo trabajamos) y que en muchas ocasiones nos sigue resultando difícil entender el concepto de competencia.
Pero la misma legislación hace explícito de manera muy clara qué entiende por conocimiento competencial cuando dice que “integra un conocimiento de base conceptual: conceptos, principios, teorías, datos y hechos (conocimiento declarativo-saber decir); un conocimiento relativo a las destrezas, referidas tanto a la acción física observable como a la acción mental (conocimiento procedimental-saber hacer); y un tercer componente que tiene una gran influencia social y cultural, y que implica un conjunto de actitudes y valores (saber ser)” (Orden ECD/65/2015, de 21 de enero). Y fija claramente los objetivos de este aprendizaje competencial cuando afirma que “este aprendizaje implica una formación integral de las personas que, al finalizar la etapa académica, serán capaces de transferir aquellos conocimientos adquiridos a las nuevas instancias que aparezcan en la opción de vida que elijan. Así, podrán reorganizar su pensamiento y adquirir nuevos conocimientos, mejorar sus actuaciones y descubrir nuevas formas de acción y nuevas habilidades que les permitan ejecutar eficientemente las tareas, favoreciendo un aprendizaje a lo largo de toda la vida.”.

Ser competente, dice la Orden, “supone movilizar los conocimientos, destrezas, actitudes y valores para dar respuesta a las situaciones planteadas, dotar de funcionalidad a los aprendizajes y aplicar lo que se aprende desde un planteamiento integrador.” Por lo que la misma Orden hace recomendaciones claras sobre metodologías, estrategias e instrumentos de evaluación adeacuados para trabajar el conocimiento competencial:  “El profesorado debe utilizar procedimientos de evaluación variados para facilitar la evaluación del alumnado como parte integral del proceso de enseñanza y aprendizaje, y como una herramienta esencial para mejorar la calidad de la educación. Asimismo, es necesario incorporar estrategias que permitan la participación del alumnado en la evaluación de sus logros, como la autoevaluación, la evaluación entre iguales o la coevaluación. Estos modelos de evaluación favorecen el aprendizaje desde la reflexión y valoración del alumnado sobre sus propias dificultades y fortalezas, sobre la participación de los compañeros en las actividades de tipo colaborativo y desde la colaboración con el profesorado en la regulación del proceso de enseñanza-aprendizaje. En todo caso, los distintos procedimientos de evaluación utilizables, como la observación sistemática del trabajo de los alumnos, las pruebas orales y escritas, el portfolio, los protocolos de registro, o los trabajos de clase, permitirán la integración de todas las competencias en un marco de evaluación coherente.”

El documento sobre el que trata la entrevista “21 habilidades Ventiuno*”, está escrito con el único objetivo de ayudar en la difícil y compleja transición desde una cultura de la enseñanza muy centrada en la transmisión y en solo tipo de conocimientos (los más conceptuales), a otra orientada al desarrollo integral de las personas y, por tanto, orientada al desarrollo de la capacidad de transferir y utilizar el conocimiento adquirido en situaciones diversas y reales. El texto trata de aunar los desafíos de la sociedad actual, los retos que enfrente la educación en este contexto de cambio acelerado, las demandas de nuestra propia legislación (y la de gran parte de los sistemas educativos del mundo), lo que sabemos sobre el complejo proceso de enseñanza/aprendizaje según las ciencias del aprendizaje y los distintos marcos de competencias y habilidades existentes en la actualidad.

*Si quieres disponer del informe 21 habilidades Veintiuno ¿Qué te gustaría aprender en el colegio? o más información sobre el programa SET VEINTIUNO, ponte en contacto con:  setveintiuno@santillana.com

¿A qué retos están haciendo frente los alumnos de hoy y cómo está respondiendo el sistema educativo actual?

Decía Guy Claxton a mediados de los años 90, que la primera función de la educación en un mundo inciertodebería ser dotar a la juventud de las habilidades y la confianza en sí misma necesarias para afrontar bien la incertidumbre, o en otras palabras, dotar a nuestros alumnos de la capacidad de aprender a lo largo de la vida. Es lo que otros han denominado la habilidad adaptativa, es decir, la capacidad de aplicar con flexibilidad y creatividad los conocimientos y las habilidades adquiridas en una variedad de contextos y de situaciones.

Hoy vivimos en un mundo abundante, veloz, incierto, frágil, caracterizado por la globalización, la digitalización, la diversidad, donde todo cambia y nada permanece. Ni siquiera el ritmo de cambio es estable y cada día se acelera más. Vivimos en un mundo incierto como decía Claxton. Una época en la que lo único que podemos predecir es que en el futuro se necesitará aprender aún más. Y, en este contexto, se hace más necesario que nunca el desarrollar la capacidad de aprender que decía Claxton.

Desarrollar la capacidad de aprender a aprender es conseguir ser mejores a la hora de saber cuándo, cómo y qué podemos hacer cuando no sabemos qué hacer.

Si algo nos han enseñado las ciencias del aprendizaje en las últimas décadas es que desarrollar la facultad de aprender tiene mucho que ver no solo con la adquisición de unos contenidos concretos, sino también con actitudes, creencias, tolerancia emocional y valores. Tiene que ver, como decíamos, con fomentar la confianza, con creer que se pueden resolver los retos, con saber gestionar con calma la incertidumbre que rodea cualquier problema relevante de la vida, con no desanimarse cuando las cosas no salen como pensábamos, con mantener el esfuerzo. Lo que coloca en primer plano todo un nuevo repertorio de habilidades que van desde la resolución de problemas, a la comunicación y a la gestión de la información, pasando por la gestión de riesgos, la capacidad de anticipación y la toma de decisiones.

Pensar de manera crítica es más importante que nunca. Saber utilizar el conocimiento que tenemos también. Aprender se ha vuelto una actividad imprescindible.

Richard Elzey. Hitting the tracks. https://flic.kr/p/rcMnfC

Richard Elzey. Hitting the tracks. https://flic.kr/p/rcMnfC

¿Cuáles son los desafíos del mañana? 

En realidad los desafíos del mañana son, en realidad, desafíos del presente. En primer lugar porque no debemos olvidar, como decía John Dewey, que la educación es un proceso vital y no solo una preparación para la vida futura, y que, por tanto, la escuela debe ocuparse de la vida de hoy y preparar para la vida de hoy de los alumnos. Gran parte de los problemas que tiene la escuela hoy derivan de la distancia que existe entre los aprendizajes escolares (tanto los contenidos como las formas) y la vida actual de los niños y jóvenes.

Por otro lado, los cambios que ya estamos viviendo afectan prácticamente a todos los parámetros del proceso de enseñanza/aprendizaje: dónde, cuándo, con quién y de quién, cómo, qué e incluso para qué se aprende. Nunca, como hasta ahora, había habido tanto interés social por la educación, ni tanta demanda de formación. Sin embargo, las necesidades sociales de aprendizaje han evolucionado mucho más que las formas que tenemos de organizarlo (principalmente los sistemas formales de educación).

Y se está produciendo una brecha creciente entre esas necesidades sociales de educación y los resultados que los sistemas educativos son capaces de generar.

Al menos desde mediados de los años 90, cuando UNESCO publica el informe Delors (ya antes en 1972 se había publicado en la misma línea el informe Fauré), hay un consenso establecido en torno a la idea de que la escuela debe apoyar el desarrollo global e integral de las personas. Y eso supone trabajar por desarrollar las competencias y las habilidades necesarias para desenvolverse en diversos escenarios vitales (personal, social, académico y el profesional).

Entre otras muchas cosas, la escuela tiene entonces el enorme reto de formar alumnos activos, participativos, con autoconfianza, autónomos, curiosos, adaptados al cambio, independientes, reflexivos y más capaces de planificar y evaluar su propio aprendizaje. Personas capaces de construir su plan de vida contribuyendo a su plan personal pero también participando de forma activa y solidaria con otros. Ciudadanos que sean capaces de cumplir sus deberes y ejercer sus derechos.

Todo esto supone cambios profundos no solo en qué se enseña sino también en el cómo se enseña.

¿Cómo pueden saber los docentes y las escuelas que están escogiendo el mejor camino en sus métodos de enseñanza?

Nunca es fácil saber si se ha elegido el buen camino pero si ese camino se orienta hacia lo que estamos hablando y si además, ese camino se inicia no solo sino acompañado de compañeros del centro o de otros docentes,respondiendo a un proyecto educativo reflexionado y participado, es más probable que estemos en el buen camino y, sobre todo, será mucho más fácil de sobrellevar la incertidumbre que estamos describiendo que si lo hacemos de manera individual.

De los diferentes marcos pedagógicos sobre las habilidades del siglo XXI, ¿Cuál consideras que es el más ajustado a los nuevos desafíos?

En los últimos 25 años prácticamente todos los sistemas educativos del mundo han transitado desde una enseñanza centrada casi exclusivamente en la adquisición de contenidos conceptuales a otra preocupada también por el desarrollo de conocimientos procedimentales y actitudinales. En ese contexto, efectivamente, desde múltiples organizaciones e instituciones, públicas y privadas, con y sin ánimo de lucro, locales y supranacionales, se han presentado propuestas y marcos que han tratado de recoger los conocimientos procedimentales y actitudinales necesarios para este siglo XXI.

Hay diferencias entre unos y otros pero todas las propuestas incluyen en sus listas recursos cognitivos (pensar, comprender, decidir, dialogar, comunicarse oralmente y por escrito, buscar y valorar la información, utilizar las nuevas tecnologías); emocionales (asumir responsabilidades, superarse, formular proyectos personales); de relación interpersonal (cooperar, trabajar en equipo, gestionar conflictos, empatizar); y de actuación en entornos sociales (compartir, ciudadanía, interactuar y comunicarse con miembros de otras culturas).

En esa misma idea se encuentra la propuesta de SET XXI.

El objetivo principal es identificar un conjunto de habilidades que nos permita dar respuesta e intervenir de la forma más apropiada posible con respecto a problemas y cuestiones que nos plantea y planteará la vida en todos sus ámbitos de actuación y en todos sus escenarios.

Las hemos agrupado en cuatro escenarios vitales que recuperan, en cierta manera, los cuatro aprendizajes básicos del Informe Delors que mencionábamos antes, pero acentuando el carácter contextual y situacional de estos aprendizajes: escenario personal, que recoge las habilidades relacionadas con la autoestima y el ajuste personal, el escenario comunitario, con las habilidades que favorecen la convivencia y las relaciones sociales; el escenario académico, que recoge las habilidades relacionadas con la gestión del conocimiento y el aprendizaje y escenario profesional, que incluye aquellas que facilitan el acceso al mundo del trabajo.

Son escenarios que se encuentran en constante interacción e interrelación entre ellos y por los que transitamos, movilizando saberes y habilidades, sin línea de continuidad. Trabajadas de manera interrelacionada y conjunta con el resto de conocimientos curriculares, las habilidades de estos escenarios deben contribuir al desarrollo integral de la persona en todos los ámbitos de la vida (personal, social, cívica y laboral), fin último de la educación, como decíamos.

La realidad de las aulas hace que los profesores se enfrenten a diario a más de 20 alumnos por clase, con personalidades diferentes y vivencias y ritmos de aprendizaje también distintos. ¿Cómo podemos conjugar eficientemente la preocupación de las familias en los conocimientos que adquieren sus hijos y la responsabilidad de los docentes frente a los resultados cada vez más exigentes?

Efectivamente una de las paradojas actuales es que vivimos, como decíamos, en uno de los mejores momentos para la educación. En lo que en los años 60 se denominó una sociedad del aprendizaje pero una sociedad, que paradójicamente, nos está pidiendo un cambio profundo en las maneras de enseñar y de aprender y que nos desafía a repensar la educación.

Sabemos que la enseñanza por sí sola no produce aprendizaje. Y que enseñar no es tanto proporcionar información como ayudarnos a desarrollar los criterios y adquirir los procesos y las formas de pensar que nos permitan digerirla y transformarla en verdadero conocimiento.

Nuestro objetivo debe ser promover aprendizajes profundos y significativos lo que implica establecer relaciones entre lo que ya se sabía y lo nuevo. Establecer estos vínculos es una actividad mental costosa y no se realizará si no existe una actitud favorable hacia el objeto de aprendizaje. Son aprendizajes difíciles de aprender y complejos de enseñar. El aprendizaje siempre supone un cambio.

Aprender es cambiar lo que ya somos. Aprender es ser capaces de apropiarnos de nuevos conocimientos que nos permitan interpretar el mundo de otra manera, relacionando lo nuevo con lo que ya sabíamos.

Por otro lado, es importante recordar que cualquier nuevo aprendizaje debe hacerse teniendo en cuenta los conocimientos previos. Toda actuación competente requiere movilizar simultáneamente conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Las habilidades aportan sentido a los aprendizajes y nos permiten constatar lo que los alumnos saben o pueden hacer más allá de su capacidad para exponer de manera pasiva los saberes.

Uno de los principales retos que tiene la escuela es, por tanto, el de crear entornos de aprendizaje que apoyen el desarrollo de estas competencias y habilidades teniendo en cuenta todos los principios que acabamos de describir (conocimientos previos, relación de conocimientos, motivación y actitud, autoestima, práctica contextualizada y reflexión metacognitiva) y que permitan al mismo tiempo a los alumnos transferir lo aprendido a nuevas situaciones y nuevos problemas.

Conjugar eficientemente el aprendizaje en la sociedad del aprendizaje nos está demandando cambios importantes en la organización escolar, los elementos del currículo, y las prácticas docentes, entre otras cosas. Centrándonos en los aspectos más metodológicos, debemos apostar por poner realmente en el centro a los alumnos; por procesos didácticos que partan de situaciones reales o lo más reales posibles; por la interdisciplinariedad como manera de organizar los contenidos; y por la incorporación de metodologías diversas.

¿Cómo se pueden detectar las habilidades de cada uno de nuestros alumnos? ¿Existe algún tipo de escenario que las diagnostique?

No se trata tanto de detectar las habilidades de nuestros alumnos como de ser capaces de trabajar todas ellas en todos nuestros alumnos.

Uno de los problemas de la concepción más tradicional de la educación escolar es que está centrada fundamentalmente en formas de enseñar excesivamente transmisivas que fomentan, en muchos casos, un aprendizaje memorístico y superficial de conocimientos que dificulta su transferencia a la vida real, y que son efectivas solo para unos pocos, por lo que dejan fuera y excluyen del sistema a muchos alumnos.

El paradigma de las habilidades exige, por tanto y como decíamos hace un momento, una diversidad de estrategias y metodologías que nos garanticen que estamos trabajando no solo los componentes conceptuales (conocimientos declarativos), sino también los componentes procedimentales y actitudinales de toda acción. Y en este proceso de diversificación metodológica y flexibilidad pedagógicacobran especial relevancia el centro con su proyecto educativo y la figura del docente.

*Fuente: https://carlosmagro.wordpress.com/2018/02/15/aprender-a-movilizar-conocimientos-destrezas-actitudes-y-valores/
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El legado del educador brasileño Paulo Freire en la historia

Brasil/05 de Mayo de 2018/Telesur.

Freire es recordado por defender una concepción de la educación que favorece al estudiante y lo estimula a desarrollar una conciencia crítica.

Este miércoles se cumplen 21 años del fallecimiento del educador y pedagogo brasileño Paulo Freire, quien fue uno de los teóricos más influyente en el ámbito de la educación durante el siglo XX.

El educador brasileño será recordado principalmente por su obra Pedagogía del Oprimido (1968), en la que defendía una concepción de la educación en favor de la liberación de los desfavorecidos a través de una revolución cultural.

Entre sus trabajos destacan Pedagogía de la esperanza y Pedagogía de la autonomía. Sus investigaciones han sido traducidas a 35 idiomas, y se ha convertido en un referente educacional en el mundo.

Teorías educativas y pedagógicas

Freire impulsó su propio método de alfabetización, que tuvo influencia en las renovaciones pedagógicas de América Latina, África y Europa durante la segunda mitad del siglo XX y se ha seguido utilizando en la actualidad en muchas sociedades del mundo.

«Mi visión de la alfabetización va más allá del mero ba, be,bo, bu, porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado», indicó Freire en una ocasión.

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El método Freiriano se opone al sistema unidireccional de educación, que es concebido como un instrumento de opresión, y plantea la generación de un nuevo vínculo entre profesores y alumnos.

De acuerdo con lo expuesto en su libro “Pedagogía del oprimido” (1968), existen dos tipos de educación, la domesticadora y la libertadora, que se contraponen directamente.

En la primera, se posiciona al profesor como figura central del proceso de enseñanza, por lo que el docente posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al alumno, mientras este adopta una postura pasiva y se limita a memorizar mecanicamente la información suministrada.

La educación libertadora fue la propuesta de Freire a la primera opción, con la intención de destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. En este contexto, el dialogo cobra una gran importancia, ya que funciona como instrumento de liberación y construcción de la conciencia crítica de los alumnos.

El método de enseñanza de la alfabetización que propone Paulo Freire consiste, inicialmente, en el estudio del contexto, para determinar y registrar el vocabulario utilizado en el medio cultural de los alumnos.

Posteriormente, se seleccionan palabras “generadoras” o “generativas” entre el vocabulario descubierto. Es decir, aquellas que poseen mayor contenido emocional, y que además, son capaces de generar otras.

Finalmente, ocurre el proceso real de alfabetización, que para Freire ocurre, inicialmente, en sesiones de motivación (para estimular debates entre ambas partes), el desarrollo de materiales de aprendizaje y la decodificación, en la que los alumnos promueven nuevas combinaciones a partir de las palabras “generadoras”.

Contraste con el modelo actual

Desde que el mandatario de facto Michel Temer asumió las riendas de la nación suramericana, acometió una serie de reformas y regulaciones en diversos sectores como la salud y la educación, principalmente abocadas al recorte de presupuesto público, lo que repercute en este rubro.

En 2016, tomando una de sus decisiones mas controversiales, Temer decidió eliminar la obligatoriedad de enseñar en escuelas secundarias asignaturas como educación física, filosofía, artes y sociología, al tiempo que dio prioridad a la enseñanza del inglés sobre el español.

Las decisiones tomadas con respecto a las asignaturas contrastan con el modelo de Freire, que siempre buscó promover una educación humanista que generara la transformación total de la sociedad, a través de la liberación del individuo y el desarrollo de su conciencia crítica, por lo que exalta la promoción de materias como filosofía o artes para el desarrollo integral del individuo.

Desde Brasil vislumbran la reforma educativa de Temer como una amenaza para la construcción progresista que se han construido desde hace décadas y de la que Freire fue uno de los principales impulsores.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/legado-educador-brasileno-paulo-freire-historia-20180501-0041.html

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Las series se convierten en una escuela de sexualidad

Estudios constatan que las escenas sexuales son positivas para los jóvenes cuando son realistas

Las escenas que tienen el sexo o la sexualidad como protagonistas pueden convertirse en el mejor maestro para los adolescentes. Algunos ejemplos: uno de los episodios de Friends gira alrededor de un preservativo que se rompe y que deriva en un embarazo no deseado; en el caso de la serie Urgencias, se dedican un par de capítulos a hablar de las enfermedades de transmisión sexual y los anticonceptivos de emergencia. Según el libro El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores, de Editorial UOC y Aresta, los jóvenes estadounidenses encuestados demostraron que tenían más conocimiento de los temas relacionados con la sexualidad después de ver estos capítulos.

En el ámbito estatal, hay otro ejemplo claro con la serie Merlí. En uno de los episodios, el personaje de Tània es la única chica del grupo de amigos que es virgen y, cuando lo confiesa, recibe el apoyo de sus amigas, quitándose de encima el peso de una etiqueta que la perseguía desde hacía tiempo. Merlí también ha dedicado capítulos a cuestiones como las relaciones gais, los tríos, los desengaños y las infidelidades, para destacar algunas.

Para Amalia Gordóvil, doctora en Psicología, profesora colaboradora de la UOC, los medios de comunicación son «agentes socializadores a partir de los cuales los adolescentes toman modelos y normalizan patrones de conducta». Por lo tanto, «es positivo que en las series aparezcan personajes con los que los adolescentes se puedan sentir identificados».

El estudio Televised Sexual Content and Parental Mediation: Influences on Adolescent Sexuality, elaborado por científicos del Instituto del Pacífico para la Investigación y la Evaluación (PIRE), de Estados Unidos, concluye que el contenido erótico de buena parte de las series y las películas que se proyectan en la televisión influye directamente en los pensamientos, los comportamientos y las expectativas sexuales de los adolescentes. El trabajo, publicado en Media Psychology y dirigido por Deborah Fisher, ha contado con la participación de 1.012 jóvenes de entre 12 y 16 años.

Esta investigación alerta también de las consecuencias negativas que pueden tener algunas escenas sexuales para los jóvenes sin experiencia, sobre todo a la hora de exagerar los resultados positivos de las relaciones y cuando se omiten los mensajes sobre los riesgos potenciales, las precauciones y la responsabilidad. Estas representaciones que no son realistas pueden desembocar en actitudes y comportamientos de riesgo de los adolescentes, alertan los investigadores. En cambio, constatan que las escenas sexuales son positivas para los chicos y las chicas cuando son historias realistas, con personajes, por ejemplo, que toman medidas y luchan con las consecuencias negativas de las malas decisiones que han tomado.

En la misma línea está el estudio Presuming the influence of the media: teenagers’ constructions of gender identity through sexual/romantic relationships and alcohol consumption. Fruto del trabajo con grupos de discusión formados por adolescentes de entre 13 y 15 años, los autores concluyen que los medios de comunicación influyen sobre su concepción de las relaciones sexuales y románticas, en la medida que las toman como modelos de identidades de género.

PERSONAJES FEMENINOS HIPERSEXUALIZADOS

El libro mencionado anteriormente, El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores, también alerta de la hipersexualidad con la que se presentan algunos personajes femeninos, que son descritos con «connotaciones excesivamente sexuales». Las autoras advierten que este fenómeno puede llevar a los más jóvenes a sentirse «descontentos con sus cuerpos» y a acabar sufriendo trastornos alimentarios.

Para Gordóvil, estos contenidos audiovisuales son «transmisores de falsas creencias», puesto que vinculan el uso del cuerpo y de la imagen con determinados resultados en cuanto a la relación con las otras personas, tales como tener poder, éxito o control sobre los demás, a la vez que promueven el culto al cuerpo.

FOMENTAR LA CONCIENCIA CRÍTICA DESDE NIÑOS

«La falta de autoestima», añade Gordóvil, «ocurre si la valoración que hago de mí misma depende únicamente de mi imagen y no de lo que tengo dentro», aclara. Por eso es necesario «fortalecer el espíritu crítico» de lo que se ve desde muy niños. Según la psicóloga del centro GRAT, la escuela y la familia son los principales pilares para que los niños y los jóvenes crezcan con conciencia crítica y lleguen a la adolescencia con una buena base de autoestima. Revalorizar atributos de la personalidad de los niños y de los jóvenes más allá de lo físico es una herramienta de trabajo para los padres y los maestros que la psicóloga da.

Las autoras del libro El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores exponen la misma solución y sugieren que los profesores pueden tener un papel importante por medio de la alfabetización mediática. Concluyen que la escuela debe ayudar a los alumnos a «desarrollar un pensamiento crítico» a la hora de consumir estos contenidos y evitar así que lo hagan en un «estado letárgico».

 Fuente: https://ocio.levante-emv.com/tv/noticias/nws-661057-las-series-convierten-una-escuela-sexualidad.html
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Gritos en el silencio: ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!

 

40 meses han pasado desde el trágico suceso de Ayotzinapa. Del paradero de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” nada se sabe. La verdad histórica de un exprocurador general de la república; la participación del grupo interdisciplinario de expertos independientes; las constantes falacias y esquivos por parte de las autoridades de la Secretaría de Gobernación; la miopía e hipoacusia, convertida en ceguera y sordera, de un Presidente que no ve ni escucha lo que sucede en el país que gobierna; las constantes expresiones de organismos internacionales que refieren la constante violación de los derechos y garantías individuales de los ciudadanos mexicanos; las incesantes manifestaciones que han realizado normalistas de las escuelas normales rurales del país en su sana exigencia de que aparezcan con vida sus compañeros desaparecidos; los decididos posicionamientos de académicos, investigadores e intelectuales sobre este lamentable asunto; la desesperación de 43 padres de 43 jóvenes que no aparecen por ningún lado; sí, todas y cada una de estas cuestiones, al gobierno le han valido un bledo.

¿Es un asunto de desaparición forzada? Por los hechos y de lo que de éstos se han desprendido, así es, todo lo confirma ¿Importan las leyes si los jóvenes no aparecen por ningún lado? Algunos le llámanos a éstas letras muertas, y es cierto… pero para los padres de los normalistas, ¿qué representan?

Se dice que la sociedad o las sociedades hemos creado a las instituciones con el propósito de que éstas coadyuven en el bienestar de los individuos pero, ¿acaso los hombres nos hemos equivocado en la toma decisiones?, ¿no deberían representar éstas la posibilidad, la grandísima posibilidad, de contar con instancias que atiendan con sensibilidad y en estricto apego a derecho sus encomiendas?, ¿quién está fallando entonces?, ¿la sociedad en depositar la confianza a través de su voto para que haya representantes – de esas instituciones – que actúen conforme a ciertos códigos de ética y valores, o son los mismos representantes de esos espacios los que han dado al traste a la legitimidad y credibilidad que son tan necesarias para el logro de los propósitos sociales?

Disidente es una palabra que suele emplearse para etiquetar aquel que cuestiona el actuar de las autoridades y la pertinencia de las instituciones. Fuera de lugar o del propio sistema también se emplea para clasificar a quien hace uso de sus facultades naturales para analizar, reflexionar y criticar con argumentos lo que desde su perspectiva es correcto, aceptando lo que el otro pueda ofrecerle. No obstante, ¿qué etiqueta o clasificación merece aquella autoridad que no ha dado respuesta a una demanda tan sentida de los padres de familia como lo es el que aparezcan sus hijos con vida?, ¿qué etiqueta o clasificación merece quien hasta el momento en que cierro estas líneas ha hecho oídos sordos a tales reclamos ciudadanos y de buena parte de la sociedad?

Con seguridad, por el trajín de la vida al que estamos acostumbrados, puede ser que muchos mexicanos se hayan olvidado del peregrinar de los padres de familia de los alumnos normalistas o de ciertas organizaciones civiles que se han pronunciado sobre este hecho; es más, puedo pensar que hasta cierto hartazgo les pudiera generar el que éstos se manifiesten en diversos espacios públicos, lo cual altera el orden y el sentido de lo que es público para ellos, y es normal, es natural todo ello. Sin embargo, bien se dice que cuando muchos nos equivocamos, es porque estamos en lo correcto, y también es cierto.

Nos equivocamos por seguir pugnando por el esclarecimiento de los hechos; nos equivocamos por exigir que aparezcan con vida los normalistas de Ayotzinapa; nos equivocamos por escribir sobre este y otros asuntos. ¡Pero que belleza hay en tal equivocación! La posibilidad de discernir entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, entre lo legal y lo ilegal, abren la puerta a infinitas posibilidades de análisis, reflexión y crítica con sustento.

¿Acaso no somos seres humanos? ¡Desde luego! Seres humanos imperfectos, pero con la perfecta posibilidad de ser más humanos, más perfectos. ¿Acaso no es lo que pretende toda educación en el mundo entero?

Sí, estás líneas son un grito en silencio: ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!

Y es que al normalismo mexicano le siguen haciendo falta 43 estudiantes que están vivos en el corazón de un pueblo.

Un pueblo que reclama con ansia desmedida, justicia y la aplicación irrestricta de un estado de derecho. Un pueblo que ante la indiferencia del gobierno, ha buscado la manera de exigir lo que puede exigir en un país democrático como el nuestro.

40 meses han pasado y cientos de gritos en silencio siguen retumbando en México.

Claro, no podría ser de otra forma, porque mientras las autoridades y los responsables de tal siniestro sigan escudándose ante una ley que los cobija, las palabras, los gritos, las marchas, lograrán que el mundo sepa que estos jóvenes siguen vivos.

Podrán callar ciertas bocas, eso no lo dudo, pero jamás la maravillosa posibilidad que nos brinda la libertad de pensamiento, y eso, créanmelo, nadie, absolutamente nadie podrá coartar, aún y cuando sea un alto funcionario del gobierno.

40 meses han pasado, y seguiremos en la lucha, porque:

¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

¡Ayotzi vive! ¡La lucha sigue!

Por: Bernardo, Felipe, Benjamín, Israel, José Ángel, Marcial, Jorge Antonio, Miguel Ángel, Abel, Emiliano, Dorian, Jorge Luis, Alexander, Saúl, Luis Ángel, Jorge, Magdaleno, José Luis, Jesús, Mauricio, José Ángel, Jorge Aníbal, Geovanni, Jhosivani, Carlos, Israel, Adán, Abelardo, Christian, Martín, Cutberto, Everardo, Marco Antonio, César Manuel, Christian Tomás, Luis Ángel, Leonel, Miguel Ángel, José Eduardo, Julio César, Carlos Iván, Antonio.

Con especial cariño para mi padre, normalista egresado de tenería.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/gritos-en-el-silencio-vivos-se-los-llevaron-vivos-los-queremos/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/10/6c5523b94331684a3a59faa10c0

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La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación

Por: Fernando Navarro. Kaos en la Red. 01/12/2017

Para conseguirlo, el poder se vale del entretenimiento vacío, con el objetivo de abotagar nuestra sensibilidad social, y acostumbrarnos a ver la vulgaridad y la estupidez como las cosas más normales del mundo, incapacitándonos para poder alcanzar una conciencia crítica de la realidad.

En el entretenimiento vacío, el comportamiento zafio e irrespetuoso se considera valor positivo, como vemos constantemente en la televisión, en los programas basura llamados “del corazón”, y en las tertulias espectáculo en las que el griterío y la falta de respeto es la norma, siendo el fútbol espectáculo la forma más completa y eficaz que tiene el sistema establecido para aborregar a la sociedad.

En esta subcultura del entretenimiento vacío, lo que se promueve es un sistema basado en los valores del individualismo posesivo, en el que la solidaridad y el apoyo mutuo se consideran como algo ingenuo. En el entretenimiento vacío todo está pensado para que el individuo soporte estoicamente el sistema establecido sin rechistar. La historia no existe, el futuro no existe; sólo el presente y la satisfacción inmediata que procura el entretenimiento vacío. Por eso no es extraño que proliferen los libros de autoayuda, auténtica bazofia psicológica, o misticismo a lo Coelho, o infinitas variantes del clásico “cómo hacerse millonario sin esfuerzo”.

En última instancia, de lo que se trata en el entretenimiento vacío es de convencernos de que nada puede hacerse: de que el mundo es tal como es y es imposible cambiarlo, y que el capitalismo y el poder opresor del Estado son tan naturales y necesarios como la propia fuerza de gravedad. Por eso es corriente escuchar: “es algo muy triste, es cierto, pero siempre ha habido pobres oprimidos y ricos opresores y siempre los habrá. No hay nada que pueda hacerse”.

El entretenimiento vacío ha conseguido la proeza extraordinaria de hacer que los valores del capitalismo sean también los valores de los que se ven esclavizados por él. Esto no es algo reciente, La Boétie, en aquel lejano siglo XVI, lo vió claramente, expresando su estupor en su pequeño tratado Sobre la servidumbre voluntaria, en el que constata que la mayor parte de los tiranos perdura únicamente debido a la aquiescencia de los propios tiranizados.

El sistema establecido es muy sutil, con sus estupideces forja nuestras estructuras mentales, Y para ello se vale del púlpito que todos tenemos en nuestras casas: la televisión. En ella no hay nada que sea inocente, en cada programa, en cada película, en cada noticia, siempre rezuma los valores del sistema establecido, y sin darnos cuenta, creyendo que la verdadera vida es así, nos introducen sus valores en nuestras mentes.

El entretenimiento vacío existe para ocultar la evidente relación entre el sistema económico capitalista y las catástrofes que asolan el mundo. Por esto es necesario que exista el espectáculo vacuo: para que mientras el individuo se autodegrada revolcándose en la basura que le suministra el poder por la televisión, no vea lo obvio, no proteste y continúe permitiendo que los ricos y poderosos aumenten su poder y riqueza, mientras las oprimidos del mundo siguen padeciendo y muriendo en medio de existencias miserables.

Si seguimos permitiendo que el entretenimiento vacío continúe modelando nuestras conciencias, y por lo tanto el mundo a su antojo, terminará destruyéndonos. Porque su objetivo no es otro que el de crear una sociedad de hombres y mujeres que abandonen los ideales y aspiraciones que les hacen rebeldes, para conformarse con la satisfacción de unas necesidades inducidas por los intereses de las élites dominantes. Así los seres humanos quedan despojados de toda personalidad, convertidos en animales vegetativos, siendo desactivada por completo la vieja idea de luchar contra la opresión, atomizados en un enjambre de egoístas desenfrenados, quedando las personas solas y desvinculadas entre ellas más que nunca, absortas en la exaltación de sí mismas.

Así, de esta manera, a los individuos ya no les queda más energía, para cambiar las estructuras opresoras (que además no son percibidas como tales), ya no les queda fuerza ni cohesión social para luchar por un mundo nuevo.

No obstante, si queremos revertir tal situación de enajenamiento a que estamos sometidos, solo queda como siempre la lucha, solo nos queda contraponer otros valores diametralmente opuestos a los del espectáculo vacuo, para que surja una nueva sociedad. Una sociedad en que la vida dominada por el absurdo del entretenimiento vacío sea tan solo un recuerdo de los tiempos estúpidos en que los seres humanos permitieron que sus vidas fueran manipuladas de manera tan obscena.

Fuente: kaosenlared.net/la-idiotizacion-la-sociedad-estrategia-dominacion/

Fotografía: kaosenlared

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La educación después de Paulo Freire

Por: elnuevodiario/Ezequiel D’león Masís*/06-10-2017

La vigencia de las propuestas de Freire está cimentada en su visión evolutiva de la vida, en el respeto profundo a los saberes y sentires tanto de individuos como colectividades.

El 19 de septiembre de 1921 nació el pedagogo brasileño Paulo Freire; murió el 2 de mayo de 1997. Entre otras causas, una de las razones de su influjo inspirador -todavía hoy en el siglo XXI- radica en que su legado partió del paradigma libertario revolucionario, pero no se quedó ahí. Freire era un buscador tenaz. Buscaba desprivatizar el conocimiento con metodologías participativas basadas en el diálogo de la vida cotidiana, con un elevado ideal de justicia social.

Desde la “educación popular” cuestionó la “educación bancaria” o memorística. Invitaba constantemente a los docentes a tener autocrítica con respecto al abuso de poder que se puede ejercer desde el rol de educador. Además, acuñó la idea simbólica de que “el maestro debe morir” cuando el alumno (palabra que significa “sin luz”) lo decida. El maestro “muere” cuando participa de un proceso vivencial entre pares. El binomio acción-reflexión siempre mueve a quien aprende a educar y viceversa.

Paulo Freire indagó acerca del tema educativo como un fenómeno antropológico. En sus ensayos hay un acercamiento profundo que no entiende a la educación encerrada en las aulas. Su modelo socrático de la pregunta se empeñaba en insistir que la educación es algo que está sucediendo ahora mismo; ahí donde las personas somos dueñas de nuestro propio aprendizaje y, más que eso, somos autónomas para generar conocimientos en respuesta a lo que realmente necesitamos aprender.

En los últimos años de su vida, Freire promovió procesos pedagógicos que incluían la diversidad humana, incluyendo la diversidad de clases sociales y, por ende, empezó a palpar el abordaje del conflicto. Llegó a valorar la indignación como un motor de transformación dentro de las experiencias de aprendizaje.

Hubo teóricos contemporáneos suyos que fueron más radicales y extremistas, entre ellos Paul Goodman e Ivan Illich, con quienes fue interlocutor en el Centro Intercultural de Documentación de Cuernavaca, México. Otros pedagogos posteriores a Freire tienen enfoques integrativos y sistémicos: se nutren de la física cuántica, de fuentes taoístas, enfatizan el trabajo corporal y onírico o emplean las artes sensoriales. Jane Vella, Arnold Mindell, Rolando Toro o Carlos Bayod Serafini, por mencionar algunos, han ampliado significativamente los puntos de partida de Freire.

La vigencia de las propuestas de Freire está cimentada en su visión evolutiva de la vida, en el respeto profundo a los saberes y sentires tanto de individuos como colectividades.

Parece inevitable que el título de este artículo me lleve a terminar preguntándome: ¿qué retos tenemos quienes facilitamos hoy espacios formativos o de diálogo? Numerosos retos, pero hay dos medulares: primero, observar honestamente la vida personal como un camino de aprendizaje y, desde ese autoconocimiento, asumir la práctica de aquellos valores de la educación alternativa que coincidan con nuestra naturaleza individual.

La verdadera escuela es la vida y es posible habitarla con conciencia crítica.

*Activista de derechos humanos y artista multidisciplinario. 

*Fuente: www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/442347-educacion-despues-paulo-freire/

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El hermoso relato de la historia

Por: Graziella Pogolotti

Soñé que, solitaria en una gran ciudad, buscaba inútilmente las placas indicativas de los nombres de las calles. No podía encontrar tampoco el número de las casas alineadas a lo largo de avenidas rectilíneas. La falta de referencias me producía una extraña sensación de desasosiego. Sin embargo, no sentía la angustia propia de quien anda perdido. De algún modo, el ordenamiento de la urbe, similar a tantas otras, me ayudaba a percibir su horizonte y me auxiliaba al descifrar la orientación que presidía el trazado de sus grandes avenidas. A pesar de la falta de ciertas indicaciones precisas, libre de angustia, seguí durmiendo plácidamente, segura de no perder el rumbo.

Tan singular sueño regresa a mi memoria motivada por los temas recurrentes en las conversaciones de estos días de fin de curso y de exámenes de ingreso a la Universidad. Pendientes de los resultados, todos comentan acerca de las preguntas formuladas en las pruebas concentradas en tres asignaturas de carácter formativo: Matemática, Español e Historia. En estas se practica el ejercicio del pensar y se contribuye a la maduración de la conciencia. La matemática entrena en la capacidad de estructurar un pensamiento lógico. La lengua materna es factor decisivo en la adecuada comunicación entre las personas, permite el acceso al conocimiento y viabiliza el disfrute de la literatura, determinante en el indispensable aguzamiento de la sensibilidad. La función de la historia consiste en ayudarnos a entender el mundo que nos rodea y nos ofrece las coordenadas que explican el origen y la razón de las cosas y también nos ofrece claves para transitar de modo adecuado desde el presente hacia el porvenir.

El formulario de examen se circunscribe a procurar respuestas a la solicitud de algunos datos precisos. Sin embargo, para que resulte atractiva y aleccionadora, la enseñanza de la historia tiene que utilizar los hechos como referencia en el contexto de un relato. Es entonces cuando la información adquiere sentido.

Poco importa la sustitución de Antonio Maceo en ocasión de su caída en un combate menor. Lo verdaderamente dramático fue la orfandad de los cubanos al producirse la intervención norteamericana y el nacimiento de la república neocolonial, ausentes ya Martí y Maceo, porque en el complejo entramado de la historia intervienen factores económicos, políticos, culturales, junto al papel de las personalidades. Desaparecido el Maestro, la voz  y la presencia de Maceo hubiera gozado de autoridad indiscutible para contrarrestar el influjo de los representantes del ala más conservadora de la oficialidad insurrecta.

Vista desde la perspectiva actual, imprescindible para la formación de las nuevas generaciones, la gran novela de nuestra historia habrá de contarse teniendo en cuenta la complejidad de los factores nacionales e internacionales que intervienen en cada caso. La pequeña isla que habitamos no está sola en el mundo.

Así, por ejemplo, la revolución haitiana tuvo una repercusión de primera importancia en nuestro devenir. Suele recordarse el papel de la emigración francesa en la cultura santiaguera. Existe el testimonio de los cafetales y todavía hoy se conservan tumbas de los esclavos que acompañaron a sus amos. El acontecimiento tuvo un alcance aun mayor. Abrió mercados al azúcar cubano que nos hizo sucumbir ante la tentación monoexportadora y monoproductora. Alentó el papel de la sacarocracia e impulsó la monstruosa trata negrera a gran escala en el siglo XIX. Generó el fantasma del peligro negro e incentivó el racismo. Estimuló las tendencias reformistas y anexionistas que postergaron el inicio de la guerra grande. Al mismo tiempo, como las ideas no reconocen fronteras, la sacudida libertaria haitiana perforó la censura y alcanzó a capas significativas de negros y mestizos.

De tanto andar cuesta arriba, la conciencia nacional arraigó profundamente. Lastrada por la intervención norteamericana, la república neocolonial atravesó una breve etapa de desilusión y desesperanza. Pero las fuerzas de resistencia fueron tomando cuerpo y emergieron cuando apenas habían transcurrido dos décadas desde su nacimiento. Fue una singular convergencia de nuevos actores políticos y culturales que se manifestó en el reagrupamiento de obreros, mujeres, jóvenes e intelectuales. Aunque la vida les durara poco, surgieron los protagonistas de la etapa. Mella, Martínez Villena, Antonio Guiteras. La república de los tiburones parecía tocar fondo y la dictadura de Machado precipitó los acontecimientos. El brevísimo tránsito del gobierno Grau-Guiteras mostró la vulnerabilidad derivada de las contradicciones insalvables entre los revolucionarios y, al mismo tiempo, las medidas audaces de Guiteras dejaron siembra de futuro. Trunca la Revolución del 30, dejó un legado en el plano de las ideas que traspasó los sectores minoritarios y alcanzó al pueblo, portador desde entonces de un grado de politización superior al de la América Latina de entonces, a pesar del tremendo sacudón producido por la Revolución mexicana.

La Constitución del 40 fue el resultado de una negociación. Pero las posibilidades del reformismo habían terminado. La crisis estructural de la economía era irreversible. La corrupción se hizo galopante. Los grupos gansteriles ajustaban cuentas en las calles. El golpe de Batista frustró la convocatoria a elecciones. En el desconcierto consiguiente, los partidos políticos, inoperantes, perdieron legitimidad. La mafia extendió sus tentáculos y el país parecía condenado a convertirse en un gran casino. En esas circunstancias, la apuesta insurreccional de Fidel contaba con las reservas morales latentes del pueblo, al cabo de un largo aprendizaje histórico. Por eso, después del desembarco del Granma, al contar con un puñado de hombres armados supervivientes de la expedición, dio por segura la victoria final. Así fue, ante el asombro del mundo, la consolidación de un poder que, después de haber vencido a un ejército profesional bien armado, demostró la capacidad de resistir ante las embestidas del imperio.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/05/28/el-hermoso-relato-de-la-historia/#.WStA97jau00

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