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Las prácticas de los grupos estables en Ciudad Caribia Venezuela

María Figueredo*

RESUMEN

El reflexionar críticamente sobre las prácticas de los grupos estables en el Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, en el acompañamiento académico que hacemos desde el Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel) adscrito al Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, permite abordar los avances y desafíos que en el marco de la transformación pedagógica brinda la experiencia, en la conformación de una cultura de grupos estables y en la emergencia de la dimensión estética.

Este proceso de reflexión-acción sintetiza lo que llamamos las prácticas de los grupos estables en Ciudad Caribia, y tiene como propósito el socializar la metódica de trabajo colectivo que hemos construido como artesanos del conocimiento, que hilvanamos una urdimbre que entreteje la caja de herramientas desde la pedagogía de contexto, aportando elementos en la transformación de las prácticas pedagógicas, y rompiendo con los manuales y recetas en donde todo hay que hacerlo de manera preestablecida, creando zonas de significación colectiva desde el ámbito de lo real.

Los elementos referenciados son producto de la integración socioeducativa comunitaria Nigel, que adelantamos en la Ciudad socialista ecológica Caribia, desde una hermenéutica interactiva crítica, con una aproximación desde el contexto local con un enfoque etnográfico. Entre los hallazgos encontrados podemos resaltar que la experiencia de los grupos estables abre puertas y compuertas para pensar, debatir, reflexionar y profanar la lógica del confort que representa llegar con un plan de trabajo estructurado sin la participación y protagonismo de los diferentes sujetos del proceso enseñanza y aprendizaje. Por otra parte, que de la conformación de grupos de trabajo colectivo voluntario y de interés compartido emerge una cultura de solidaridad, respeto, comunicatividad y reconocimiento del Otro, así como su dimensión estética como patrimonio cultural.

Palabras clave: Prácticas grupos estables, cultura, dimensión estética.

A MODO DE INTRODUCCIÓN

El hilo conductor del artículo es la reflexión crítica sistemática y sistémica de las prácticas de los grupos estables de Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, desarrollada desde la experiencia del Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel), en el proceso de acompañamiento académico a los estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, en el marco de los procesos de transformación curricular, pedagógica y de gestión escolar que se adelante en el sistema educativo de la ciudad, en especial en educación media, coadyuvando a plantearnos algunos elementos relevantes que emergen de la praxis cotidiana en el ámbito de la pedagogía de contexto.

En una primera aproximación podemos destacar la resistencia de abrir puertas y compuertas para construir otra manera alternativa de abordar los encuentros de aprendizajes, negando la posibilidad de que el sujeto pedagógico aporte en el trazado de la ruta de enseñanza y aprendizaje; lo que ha implicado el quebrantar las fronteras del confort que representa llegar con un plan de trabajo estructurado sin la participación y protagonismo de los diferentes, actores, sujetos y agentes del proceso. Para profanar esta lógica consideramos a los adolescentes como sujeto de derecho y conocimiento, así como prioridad absoluta y la relevancia de hilvanar los nexos que se entretejen entre los grupos estables y las áreas de formación.

Un segundo aspecto en la reflexión que abona el debate es la cultura de los grupos estables, que va nutriendo y construyendo un enfoque alternativo en lo que representa el trabajo colectivo, solidario, responsable, comunicativo, que nos plantea como desafío el abrir espacios para la multidiversidad de pensamiento, al trabajo por el bien común en el marco de una realidad compleja que impulsa la reflexividad y reconocimiento del Otro, en una dinámica inacabada.

El tercer elemento bosqueja la categoría que ha emergido de los grupos estables como lo es su dimensión estética como patrimonio cultural y los aspectos que la constituyen. El intento por reflexionar y socializar las prácticas y experiencias vividas por el colectivo tiene como propósito aportar insumos en el proceso de transformación pedagógica que se da en el sistema educativo de la ciudad en especial en educación media, así como abrir el debate sobre los alcances y avances de los grupos estables entendidos como colectivos de aprendizaje colaborativo, voluntario y servicio.

EXPERIENCIA DE LOS GRUPOS ESTABLES: ARTES Y PATRIMONIO Y ACCIÓN CIENTÍFICA, SOCIAL Y COMUNITARIA

El sumergirnos en las prácticas de los grupos estables Artes y patrimonio, y Acción científica, social y comunitaria nos permite significar y resignificar las experiencias vividas en el marco del acompañamiento académico a los estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, quienes forman parte de dos colectivos de trabajo1 que apuntan a la conformación y consolidación como estables que se mantienen invariables o inalterables, que reivindica la ecología del saber comunitario en la ciudad. Es una experiencia formativa que asumimos desde una visión holística, desde la pedagogía de contexto y la teoría fundamentada.

La experiencia vivida en los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, en su primera fase nos permitió construir colectivamente la hoja de ruta que partió de romper con la lógica de imponer a los estudiantes una planificación concebida sin su participación, lo que demandó pensar de forma diferente y organizar los encuentros de aprendizaje partiendo de procesos de investigación, mesas de trabajo, valoración de los procesos, elaboración de informes, socialización y reflexión colectiva; acciones que tuvo resistencia de parte y parte (estudiantes y algunos profesores) por sacarlos de su zona de confort .

Sin embargo, en la medida en que los diferentes sujetos, agentes y actores se fueron apoderando de los procesos que implican el pensar, reflexionar y trabajar en colectivo por el bien común se fue mermando dicha resistencia por parte de los estudiantes, que se asumieron como protagonista de sus procesos. A lo que cabe destacar lo que plantea Robinson y Aronica:

Es necesario que cada uno encuentre su propio elemento como lugar donde convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien… no solo porque nos sentimos más realizados, sino porque, a medida que el mundo evoluciona, el futuro de nuestras comunidades e instituciones dependerá de ello2.

Todo este proceso nos permite dibujar el horizonte cognitivo construyendo una racionalidad que supera el reduccionismo estructurante hegemónico, a lo que podemos decir que la tarea ha sido rompe con los esquemas del saber-hacer impuesto por la lógica epistémica hegemónica occidental, que configura una única manera de desarollar el proceso de enseñanza y aprendizaje. En la búsqueda de quebrantar esta racionalidad hemos tenido altos y bajos que ha representando vencer nuestro propios fantamas y construir colectivamente prácticas pedagógicas de contexto coherentes con dichos planteamientos. De aquí que a continuación abordamos la ruta que se fue configurando progresivamente con la participación de los adolescentes.

Las prácticas están signadas por la investigación en campo para la exploración del territorio y el levantamiento del mapeo de las instituciones, actores, agentes y sujetos que pueden acompañar en el proceso de formación de los grupos estables, de acuerdo con sus fortaleza y los intereses de los adolescentes, quienes en su diario de campo registraron la información obtenida en las diferentes visitas, explorando aquellas cosas que les interesan, así como a tomar decisiones en cuanto a la planificación de su proyecto de aprendizaje determinando con quiénes podían contar en la comunidad para desarrollar algunas acciones concretas en su plan de acción.

La importancia de la investigación en campo como parte del proceso enseñanza y aprendizaje en los grupos estables nos permite aclarar que el marco de la transformación pedagógica es indispensable que los estudiantes tenga, manejen y se apropien de las herramientas necesarias para hacer aportes significativos que impacten el hacer cotidiano de la vida escolar, social y comunitaria, así como sus estructuras mentales y de conocimiento, dando fuerza como plantea García Linera:

El conocimiento tiene que ser de carácter colectivo. La mejor forma de producir conocimiento es en las asociaciones pequeñas, medianas, utilizando las redes locales, utilizando redes internacionales, continentales. Esta intercomunicación de conocimiento enriquece el pensamiento, conocimiento en colectivo, investigación en colectiva, pero muy afincada, piando con firmeza nuestra propia realidad y nuestras propias necesidades3.

La investigación desarrollada por los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica social y comunitaria como se destacó anteriormente, aportaron los insumos para la construcción colectiva de los proyectos de aprendizajes desde la particularidad e intereses de cada uno, partiendo del ámbito de lo real según el contexto de Ciudad Caribia.

Todo ello desde la perspectiva que nos planteamos desde el Cesyc-Nigel de resignificar las prácticas investigativas en un esquema flexible, que redibuja los limites indeterminados de forma continua, sobre el conocimiento para el ejercicio de la libertad, denunciando el saber congelado, profundizando en la inflexión ética crítica. 4

Lo que constituye la formación de grupos de trabajo en donde se debate en colectivo las diferentes aristas que se pueden abordarse en los proyectos de aprendizajes servicio, como diría el maestro Bigott: “en este momento y para siempre el que sepa algo que lo enseñe y el que no lo sepa que lo aprenda”5. Es el momento en que se define de común acuerdo los puntos de encuentros y desencuentros de los proyectos de aprendizajes servicio.

Por otra parte, las mesas de trabajo representaron las relaciones e interacciones entre los diferentes sujetos, que en una dialogicidad abrieron puertas y compuertas para dialogar con su par y llegar por consenso a acuerdos que fueron socializados con el resto del colectivo en plenarias, al presentar sus papeles de trabajo en un marco de respeto de las ideas aportadas por el Otro, como plantea Romero:

Empujar al estudiante ante los desafíos de nuevas situaciones donde exponga sus propias actuaciones, disponga de su capacidad creativa, oriente sus experiencias para afirmar sus explicaciones, y planificar los dispositivos cognitivos en el intercambio con otros, adquiere entonces sus aprendizajes significativos, quienes constituyen formas de pensar y valorar conocimientos con sentimientos propios6.

Es a partir de la dialogicidad que se construye los proyectos de aprendizaje, basado en tres elementos: el interés de aprendizaje servicio de los adolescentes según su grupo estables, el ámbito de lo real a partir del desarrollo del trabajo en “in situ” en el contexto de Ciudad Caribia y los principios y fundamentos del grupo estable que permite hacer una primera aproximación a las temáticas a estudiar como a construir la metódica de trabajo.

En principio el salto del trabajo individual al colectivo demando participación, disciplina, cooperación, responsabilidad, respeto, honestidad, transparencia, ser justo y crítico entre otros valores compartidos por los adolescentes, en donde había momentos de “bochinche y chalequeo”, que eran sustituidos por una seriedad completa en donde se sumergían en el trabajo aportando todos, y asumiendo cada uno una acción a desarrollar hasta tener la totalidad del trabajo con la mayor pulcritud, claridad, roles y vocería, siendo críticos con elementos de argumentación al momento de emitir su valoración, creando una objetividad sobre lo que representa trabajar en grupo desarrollando una conciencia consciente crítica. Como señala Romero:

Realizamos en cada reunión del grupo estable, un proceso donde el aprender esté vinculado de manera directa al hacer individual y a la construcción colectiva, ocupar las manos, ocupar la mente, ocupar el corazón y convivir; desde el respeto y el reconocimiento a la diversidad y a la diferencia; desde la solidaridad, el trabajo cooperativo, el apoyo mutuo, la complementariedad, la colaboración y la aceptación mutua; superar el individualismo, la intolerancia, la competencia. Favoreciendo siempre espacios de compartir, de encontrarse, de intercambiar y de aprender conviviendo7.

De aquí que un elemento relevante a destacar es el trabajo solidario, respetuoso, colectivo y participativo de los adolescentes al momento de asumir la tarea de debatir y reflexionar, así como de la elaboración y presentación de los informes y avances de las investigaciones realizadas, lo que genera una ruptura con el individualismo potenciando el trabajo por el bien común, asumiendo responsabilidad en su proceso formativo.

Todo este proceso estuvo acompañado de la estructuración colectiva del proyecto de aprendizaje servicio elaborado por cada grupo estable, con la participación de cada uno de sus integrantes a partir de sus intereses, lo que demando de investigación, mesas de trabajo, reflexión-acción-reflexión, organizar las ideas a partir de las orientaciones dadas que representaban una guía que al final fue alimentada y nutrida con sus aportes, considerando el proyecto como: estrategia experiencial de múltiples desempeños, que se anclan en situaciones reales y emergen en el marco de los intereses y necesidades de los estudiantes…8

Cada grupo construyó su proyecto de aprendizaje servicio destacando los ejes de interés, acciones concretas a desarrollar en la segunda fase, así como quiénes serían los responsable de cada una, estableciendo el tiempo de duración, cómo querían aprender, los resultados y productos esperados, además de darle un nombre con el cual se sienten identificado (#Caribia city y Ayudando a salvar vida) y de precisar con quienes podían contar en la comunidad para el desarrollo de acciones concretas.

Es relevante destacar que entre los resultados esperados se tiene la creación del Himno de la ciudad9, su simbología y la conformación de brigadas de artes y patrimonio y la de riesgos y primeros auxilios.

En el marco de todas estas acciones se realizaron procesos de valoración de las tareas desarrolladas y de cada uno de los encuentros, incluyendo la actuación de los profesores de Nigel-UBV, que lo hemos estado acompañando en esta primera fase.

El valorar su propia actuación, la de su par y la de los profesores les permitió ser crítico, transparente, justo y con argumento asumir con responsabilidad el juicio emitido, como sujeto con voz propia, capaz de aportar en la construcción de sus proyectos de aprendizajes, pensando de forma creativa y explorando sus propias capacidades y valorando la del Otro, entretejiendo en una urdimbre de reconocimiento y solidaridad desde la acción como sujeto de derecho que ejerce la dignidad en términos del respeto, y visibiliza la otredad a partir de su afirmación y legitimación, en la armonía que representa la dialéctica social que genera relaciones de compromisos.

El romper con la lógica de la racionalidad hegemónica del saber-hacer congelado ha representado el abrir espacio de creación de símbolos y significados a partir de la acción conjunta desde el hecho educativo, rompiendo como dice Barbero con “un saber que no encuentra resonancia en el alumno, pero que se ve obligado a reproducir10. Desde este ámbito los espacios de socialización permanente en los encuentros de los grupos estables representan lo que desde Nigel hemos llamado asambleas cognitivas:

Espacios de producción cognitiva que incentiva y fortalecen la participación y protagonismo de los sujetos que interactúan, al establecer un diálogo sin intermediarios que interpreten que fue lo que quiso decir, experimentando la práctica de la democracia participativa11.

Estos espacios de diálogo, reflexión e intercambio contribuyen a romper con el monologo con uno mismo, lo que conduce al encuentro del Otro en una dialogicidad que hace posible como diría el maestro Bigott “la doble vehiculación entre saberes académicos y populares”12, estando presente la coexistencia de la comunicación como reflexividad crítica, ambiente de aprendizaje, de encuentro y desencuentros que dieron paso a que los estudiantes que conforman los diferentes grupos de estables socializaran y presentaran los avances de sus diferentes trabajos, dentro de los cuales podemos destacar tres momentos significativos: a.- Socialización de los proyectos de aprendizajes, b.- Participación en el Congreso Pedagógico Circuital de la ciudad y c.- Presentación de su proyecto de aprendizaje en la feria de proyectos del liceo.

En un primer momento de socialización los grupos estables presentaron al colectivo en general su trabajo estructurado y organizado en un proyecto de aprendizaje servicio, exponiendo los aspectos relevantes y de su interés, con la intervención y aportes de cada uno de sus integrantes, respondiendo a las interrogantes planteadas por los presentes, siendo espontáneos, abiertos y seguro de sí mismo, con capacidad propia para pensar y actuar al momento de hacer su participación, respetando los aportes de su par, así como argumentando las respuestas sobre las preguntadas formuladas.

En un segundo momento los estudiantes de los grupos estables participaron en el Congreso Pedagógico Circuital de la ciudad13 en donde expusieron su proyecto de aprendizaje servicio, durante la misma como plantea Romero:

se observó una alta tensión por parte de los estudiantes, respecto de sus expresiones estéticas, dialógicas y reconstructivas que permitió reconocer, como primera expresión de los grupos estables en contexto comunitario, las potencialidades explicativas y argumentales que poseen adolescentes de 12 años a 16 años respectivamente, provenientes de hogares con ingresos modestos, y residentes en la ciudad14.

A pesar de las tensiones15 que desde mi mirada son creativas, el encuentro fue fluido, espontáneo, libre, lleno de confianza, con una expresión oral que daba cuenta del trabajo realizado y de los aprendizajes logrados, así como del compromiso adquiridos por los estudiantes en el trabajo del grupo estable y su interés porque los mismos perduren en el tiempo y pueda la ciudad contar con ellos, asumiendo dentro de los compromisos el componer y presentar el Himno de la ciudad. Por otra parte Romero destaca:

El diálogo entre el grupo estable exponiendo en la asamblea circuital16 propició un intercambio de significatividad sobre el valor y el rol que tienen los grupos estables para el circuito educativo de la ciudad, y para el sistema educativo en sus diversas modalidades, puesto que otros grupos también participaron, otros culturales, quienes permitieron un clima de mucha alegría para los integrantes del congreso circuital17.

En este contexto los adolescentes recibieron felicitaciones por el trabajo que vienen desarrollando en los grupos estables, generando expectativas sobre el proceso de transformación pedagógica y curricular que se adelanta en la ciudad, al abordar problemas reales, plantearse retos y desafíos en los productos esperados en su proyecto y los aprendizajes logrados, lo que dirige su mirada hacia procesos de enseñanza y aprendizaje donde está presente lo estético-lúdico, el pensamiento crítico, la lógica, la solución de problemas, así como la iniciativa, la creatividad e innovación. Favoreciendo el uso de los instrumentos propios de la intuición de la razón sensible en lugar de la memorización.

Un tercer momento estuvo signado por la intervención de los grupos estables en la Feria de proyectos de Aprendizaje del Liceo, donde confluyeron los dieciséis grupos que hacen vida en él y socializaban los avances y logros de cada uno. En expresión de Romero se destaca:

Vimos como al expresarse los estudiantes de grupos estables lo hicieron desde sus propias estructuras mentales por una parte, pues solo cuando se refirieron a los textos que tenían elaborados, acudieron a ellos para referenciar procesos, situación que nos hizo evidente el conocimiento no memorístico, es decir el conocimiento significativo, tal como lo subraya David Ausubel cuando al referirse a los aprendizajes previos o conocimientos iniciales, los estudiantes pudieron exponerlos, a veces sin apoyo de las láminas, es decir, mediante los aprendizajes adquiridos. Mostraron comprensión y recuerdo, procesos intelectuales que presuponen aprendizajes adquiridos integrados a las estructuras mentales contenidas en su pensamientos18.

Como se refleja en lo dicho por el autor los estudiantes de los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria expusieron delante de sus pares y de sus profesores de las áreas de formación, su proyecto de aprendizaje servicio, de manera espontánea, con fluidez, seguro de sí mismo y con confianza en los pasos dados.

Al hacer este recorrido por las prácticas y experiencia de los grupos estables y profundizar mirando al interior de los encuentros surge un elemento que no podemos obviar, como fue el desarrollarlos en diversos espacios que incluyeron la Casa Parroquial, el salón de uso múltiples de la Escuela Ecológica Nacional Bicentenaria “Samuel Robinson”, el centro de formación e investigación en el simoncito Gual y España y el comedor del propio Liceo “Gran Cacique Guaicaipuro”, apuntando a los planteamientos de Figueredo

Una escuela que arquitectónicamente tenga una estructura sin aulas, tal como la conocemos… laboratorios, diversos sitios donde intercambiar ideas con personas de diferentes edades y puntos de vistas. Con diversos ambientes de aprendizajes, donde los niños como sujetos de derecho y principales actores del proceso enseñanza y aprendizaje tengan la libertad de escoger y el ejercer democráticamente su derecho a una educación de calidad19.

La movilización que representó el transito a pie por la ciudad compacta permitió observar y valorar que los adolescentes al tener que salir de los espacios del liceo se mantenía unidos, en un clima de camaradería, diálogo, respeto e incluso no entraban en los diferentes espacios sin la respectiva autorización. Lo que denota de acuerdo con Figueredo:

La emergencia de grupalidades entre sujetos distintos y plurales que demandan mutuamente su reconocimiento en su propia voces, transformándose en sujetos en el proceso de construir historia, creando nuevos espacios de discurso para reescribir y escribir narraciones culturales pluridiversa y definir los términos desde la perspectiva de la cotidianidad de su quehacer diario20.

Todo ello genera interacciones y relaciones sociales que abonan y construyen una convivencia armónica del buen vivir en el metabolismo social de la ciudad, en la proximidad con el otro que es su par, como dice Freire:

La existencia en tanto humana no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras, sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir humanamente es “pronunciar” el mundo… Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra…, decirla no es privilegio de algunos, sino derecho de todos los hombres. El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo21.

Lo que demanda reflexión, aceptación del Otro, y el respeto por las diferencias que se genera en la dinámica donde se produce los intercambios, en los procesos de interacción que transita en los distintos espacios de convivencia. La tarea es continuar abriendo espacios para la consolidación de los grupos estables en la convivencia cotidiana que generan prácticas de solidaridad, respeto, tolerancia, permeando las formaciones colectivas y que exista coherencia entre el discurso y el accionar para el fortalecimiento de la cultura que emerge de ellos.

LA CULTURA DE LOS GRUPOS ESTABLES

En la experiencia vivida con dos grupos estables (Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria) del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia que están bajo nuestro acompañamiento académico (Nigel-UBV), ha emergido una cultura que tiene relación con su hábitat, hábitos, comunicación y los valores que se manifiesta en su accionar cotidiano, potenciando la capacidad del trabajo colectivo por el bien común, en un ambiente de respeto, justicia, equidad, reconocimiento del Otro y su valoración.

En este marco de ideas, es de particular relevancia que el enfoque pedagógico de la pedagogía de contexto que orienta los encuentros de aprendizajes de los grupos estables, permite sintetizar en esta primera aproximación que la cultura: es la combinación de los sueños y de los procesos de transformación en el esfuerzo por desarrollar una praxis que encamina hacia la potenciación y el desarrollo de las capacidades de los adolescentes que forman parte de los diferentes grupos, que en un esfuerzo conjunto allanan la frontera del individualismo dando paso al trabajo colectivo por el bien común. En donde se combinan los sueños, los deseos humanos, la pasión y el creer en lo que hace.

La cultura que emerge encuentra asidero en un proceso de transformación pedagógica y curricular que asume compromisos sobre el cuestionamiento de las prácticas reproductoras de un saber-hacer como destaca Figueredo:

Caracterizado por el esquema de un pensamiento único, donde el pensar y actuar están guiados por directrices previamente establecidas que configuran la relación sujeto-conocimiento-contexto. Obviando las relaciones de intersubjetividad, dejando a un lado el vínculo idea-creación, que posibilita la construcción del aprendizaje a través del diálogo de saberes22.

En este sentido, la pedagogía de contexto abre un abanico de posibilidades a racionalidades diferentes y a considerar las creencias y prácticas generales de los diferentes integrantes de los grupos estables, que configuran relaciones e interacciones sociales bajo una lógica del respeto por su par y por el Otro, capaz de inventar, innovar, defender y argumentar sus compromisos ejerciendo su libertad.

El esfuerzo apunta a la educación con libertad, donde las normas que rigen los encuentros de aprendizajes son de común consenso, lo que le permite asumir su rol protagónico, reglamentar su acciones, aportar en la construcción del conocimiento, el tomar decisiones y hacer propuestas concretas de cómo piensa, ve las cosas y qué podemos hacer, rompiendo con el modelo de disciplinamiento de la mente y el cuerpo como señala Castro-Gómez23 que el comportamiento de los niños era reglamentado, vigilado y sometido a la imposición de conocimientos, hábitos, valores y modelos culturales que le permitieran asumir su rol productivo en la sociedad.

El quebrantar está lógica genera una cultura del respeto, una ética de valoración del Otro, del trabajo en colectivo por bien común, distinguiendo una formación donde cada uno de los sujetos, agentes y actores aporta elementos significativos en la producción de conocimiento, abiertos a una disertación permanente, impactado las acciones reales.

El apreciar y comprender el valor y significado del trabajo en grupo, construyendo un enfoque alternativo en lo que representa la labor colectiva, solidaria, responsable, comunicativa, nos plantea como desafío el abrir espacios para la multidiversidad de pensamiento, al trabajo por el bien común en el marco de una realidad compleja que impulsa la reflexividad y reconocimiento del Otro, en una dinámica inacabada.

Todo esto nos reafirma que no podemos prescindir de la cultura, vivimos en ella y tiene un cariz sencillo y cotidiano cuando emerge de la cotidianidad que representa los grupos estables y otorga una identidad propia construida con el Otro, en el marco de la libertad planteando transformaciones permanentes.

DIMENSIÓN ESTÉTICA DE LOS GRUPOS ESTABLES

El hablar de la dimensión estética como categoría que nace de las relaciones e interacciones que se generan entre los grupos estables permite plantearla como patrimonio cultural, entendido como los rasgos distintivos, afectivos, intelectuales que los caracteriza como emergente de una cultura que reside en la capacidad de transformación que anima los intercambios entre pares (adolescentes), que aportan en la construcción de un modelo alternativo educativo-pedagógico que engloba el derecho a tener voz propia, así como el respetar las diferencias, trascendiendo lo que comúnmente conocemos como lo estético.

Los grupos estables en el espíritu de su cultura se han organizado por voluntad propia, intereses compartidos, afinidades, generando empatía en lo que Ramírez llama el cerebro social:

la cognición o más bien, el cerebro social marca la pauta en las relaciones de unos con otros. Me refiero entonces a la capacidad de interactuar en grupos, tal vez no homogéneos, en cuanto a sus necesidades y prioridades como sociedad24.

Ello supone capacidad para establecer relación e interacción armónica en una sociabilidad que avanza hacia la consciencia de sí mismo y la del Otro, como seres con quienes se comparten algunos intereses, pero que a su vez tienen su propia individualidad que tributa hacer el grupo heterogéneo y enriquece el debate y la reflexión al expresar y exponer su punto de vista, potenciando el diálogo y la producción de conocimiento.

El espíritu de la cultura de los grupos estables se enriquece y se nutre en el encuentro con el Otro para ser un nos-Otro, en la medida en que cada uno de los sujetos, agentes y actores asumen su rol protagónico a través de pensar y resignificar las acciones que se dan en su cotidianidad, en el proceso de la acción que conduce a la reflexión-acción permanente, enraizada en una práctica de libertad en el ejercicio de la autonomía y emancipación del pensamiento que se revela y enfrenta contra las imposiciones haciendo uso de su conciencia crítica.

En este marco de ideas, la dimensión estética de los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria ha emergido en el seno de las relaciones e interacciones entre pares, estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, adolescentes cuyas edades oscilan entre los 12 y 16 años, y la misma está cargada de sus sistemas de creencias, eticidades, valores del contexto geohistórico de la ciudad socialista, ecológica sustentable, siendo el resultado del trabajo colectivo en grupo y de los procesos dinámicos, flexibles y actividades secuenciales en complejidad creciente que representa la pedagogía de contexto, en el marco de la transformación pedagógica que se adelanta en el sistema educativo de la ciudad, en especial en educación media.

De aquí que podemos decir, que la dimensión estética se sale de los parámetros tradicionales que la asocian exclusivamente con el artes y la belleza, dejando a un lado los procesos naturales de la vida cotidiana donde tienen múltiples miradas, esta dinámica nos conduce a una legitimidad simbólica que reconoce el trabajo por el bien común como centro de los procesos de transformación que generan una identidad y sentido de pertenecía con el grupo estable.

Lo que promueve una dimensión estética cargada de nuevas objetividades enmarcada en un proceso reflexivo, crítico y dialógico, que reflexiona críticamente las prácticas que se desarrollan cotidianamente en los encuentros de aprendizajes de los grupos estables para la teorización, que permite construir nuestros propios referentes en una realidad compleja.

A MODO DE REFLEXIÓN FINAL

El reflexionar críticamente las prácticas de los grupos estables desde la experiencia en Ciudad Caribia, en especial en Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, promueve un espacio de diálogo y debate en torno al proceso de transformación pedagógica que demanda la creación de una paidós que dé respuestas a las exigencias del siglo XXI, cónsona con el contexto geohistórico de una ciudad con características socialista, ecológicas y sustentable, así como la promoción del desarrollo de una cultura de nuevas eticidades, valores y criterios culturales orientados a la génesis de proximidad de un nuevo sistema de relaciones sociales.

Todo este proceso ha demandado sacar a los sujetos, agentes y actores del hecho educativo de su zona de confort, lo que ha representando resistencia a otra forma de actuar y de pensar desde otras lógicas cognoscitivas, metódica y ética en la especificidad que representa procesos creadores, en una dinámica del reconocimiento mutuo, generando una cultura de los grupos estables sustentada en el respeto, la solidaridad y el trabajo por el bien común.

Por otra parte la dimensión estética como patrimonio cultural rompe con los cánones tradicionales de artes y belleza, abriendo un abanico de posibilidades que nos conduce al autoconomiento y reconocimiento que permite construir identidades y sentido de pertenencia, a mirarnos desde diversos ángulos que generan transformaciones internas que tiene que ver con la educabilidad del ser y nuestra capacidad de autorrealización y de hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Romero, Lenin, María, Figueredo y Mildred, Heredia (2016). Grupo estable: acción científica, social y comunitaria. Mimeografiado. Caracas: UBV-NIGEL.

* Profesora María Figueredo de la Universidad Bolivariana de Venezuela, adscrita al Centro de Estudios Sociales y Culturales, miembro fundadora del Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local”, desarrollo en la actualidad la línea de investigación: Gestión Escolar y la construcción social del Sujeto pedagógico en el marco del Programa de Investigación Gestión escolar, prácticas socio educativas y producción de identidades. Dra. En Ciencias para el desarrollo estratégico, docente del PFG Gestión Social del Desarrollo Local, PFG Gestión de Salud Pública, PFA Doctorado y Maestría Ciencias para el desarrollo estratégico. Premio Nacional Ciencia y Tecnología 2015, como Grupo de Investigación Consolidado en la especialidad de Educación y Justicia Comunal. Correo electrónico kielita19@hotmail.com.
1 En el Liceo se conformaron dieciséis grupos estables (año escolar 2016-2017) y para efecto de esta socialización abordaremos Artes y Patrimonio que se denomina #Caribia City, y el de Acción científica, social y comunitaria que se centra el Primeros Auxilios que se llaman “Ayudando y salvando vida”.
2 Robinson, Ken y Lou Aronica (2010). El elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo. Colección maestros espirituales. Colombia: Debolsillo. p. 18.
3 García Linera, Alberto (2011). Foro mundial por la transformación universitaria. Caracas: MPPPEU/ CIM. Colección para la transformación universitaria. p. 324.
4 Figueredo, María (2016a). La naturaleza de la investigación de contexto NIGEL. Mimeografiado. Caracas: UBV-NIGEL. p. 18.
5 Ibídem. p. 62.
6 Romero, Lenin (2016a). Congreso pedagógico en el circuito educativo de Ciudad Caribia y el Liceo “Guaicaipuro”: Experiencia en grupos estables. Mimeografiado. Caracas: UBV-NIGEL. p.9.
7 Ibídem. p. 12.

8 Romero, Lenin, María, Figueredo y Mildred, Heredia (2016). Grupo estable: acción científica, social y comunitaria. Mimeografiado. Caracas: UBV-NIGEL. p. 9.

9 El estudiante Anderson Lozada de cuarto año asumió la responsabilidad de coordinar el equipo de trabajo de todos aquellos que quieran sumarse a su elaboración, asimismo el estudiante de segundo año Cristian Huiza el de hacer algunas propuestas para simbología de la ciudad.
10Barbero, Jesús Martín (2003). Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades. En Revista Iberoamericana de Educación. Nº 32, pp.17-34. p. 30.
11 Figueredo, María (2016b). Construcción de una pedagogía de contexto propia Nigel: Aportes y desafíos. Mimeografiado. Caracas: Nigel-UBV. Pp. 9-10.
12 Bigott, Luis Antonio (1992). Encrucijada educativa. Caracas: Los Heraldos Negros. p. 6.
13 Celebrado el 1 y 2 de diciembre de 2016 en la sede de la Escuela Ecológica Integral Nacional Pedro Pérez Delgado “Maisanta”. Sector 2. Ciudad Caribia. Con la participación de los docentes de la ciudad, padres y representantes, estudiantes del liceo Gran Cacique Guaicaipuro, Nigel-UBV y representantes de la zona educativa del Distrito Capital.
14 Romero, Lenin (2016a). Congreso pedagógico en el circuito educativo de ciudad Caribia y el liceo “Gran Cacique Guaicaipuro”: Experiencia en grupos estables. Mimeografiado. Caracas: Nigel-UBV. p. 10.
15 En lo expresado por los estudiantes que intervinieron en el Congreso Pedagógico Circuital señalaron que nunca pensaron que fuera en un auditorio con tanta gente y que los nervios se apoderaron de ellos, pero que cuando comenzaron hablar se les fue pasando.
16 Es bueno hacer notar que la mayoría de grupos culturales que aplicaron su experiencia al análisis del público, estuvieron acotados por estar vinculados al Movimiento de Teatro “Cesar Rengifo”, así como otros que presentaron sus experiencias, en este caso ellos pertenecen a grupos estables sobre “Todos a la Siembra”, movimiento social impulsado por el Estado y en particular por el Ministerio del Poder Popular para la Educación. Tan solo algunas experiencias tributan a la formación de grupos estables de la ciudad, para la ciudad.
17 Romero, Lenin (2016a). Congreso pedagógico en el circuito educativo de ciudad Caribia y el liceo “Gran Cacique Guaicaipuro”: Experiencia en grupos estables. Mimeografiado. Caracas: Nigel-UBV. p. 11.
18 Ibídem. p. 10.
19 Figueredo, María (2014). Escuela y construcción social del sujeto pedagógico: La formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales. Tesis doctoral en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Caracas: UBV. pp. 371-372.
20 Figueredo, María (2016a). La naturaleza de la Investigación de contexto Nigel. Mimeografiado. Caracas. Nigel UBV. p. 10.
21 Freire, Paulo (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI. p. 98.
22 Figueredo, María (2014). Escuela y construcción social del sujeto pedagógico: La formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales. Tesis doctoral en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Caracas: UBV. p. 75.
23 Castro-Gómez, Santiago (2000). Ciencias Sociales, violencia epistémica y el problema de la “invención del otro”. En: La colonialidad del saber eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas Edgardo Lander (Comp.) CLACSO-UNESCO: Caracas: Ediciones FACES/UCV. p. 208.
24 Ramírez, Carlos (2016). Cerebro social e implicaciones cognoscitivas en la comunidad. Mimeografiado. Encuentros de Núcleos Académicos de Investigación 2016. Caracas: Nigel-UBV. p. 7.
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Aprobar o aprender

Carlos Magro

Con tantas guías, pruebas parciales, globales y de coeficiente dos, era imposible que no aprendiéramos algo, pero casi todo lo olvidábamos rápido y me temo que para siempre. Lo que aprendimos a la perfección, sin embargo, lo que nunca olvidaríamos, fue a copiar en las pruebas. No sería difícil improvisar un elogio del torpedo, con su letra ínfima pero legible, que reproducía toda la materia en un minúsculo boleto de micro. Pero de poco servía esa obra admirable si no contábamos con la destreza y la audacia necesarias en los momentos clave: con el talento para captar el instante en el que el profesor bajaba la guardia y comenzaban los diez, los veinte segundos de oro“, escribe Alejandro Zambra en su estupendo libro Facsímil (Sexto Piso, 2015).

Puestos ante la disyuntiva de elegir entre aprobar o aprender (Elena Cano), la práctica totalidad de nuestros alumnos, nosotros mismos, optarían (optaríamos) por aprobar y después, si se puede, aprender.

En aprobar, además, siempre nos hemos esforzado más que en aprender. Tal y como sugiere Zambra, podríamos escribir fácilmente una historia de la educación que recogiera los múltiples e innovadores métodos que hemos desarrollado para aprobar. Y en paralelo, claro, deberíamos escribir otra con los métodos utilizados para evaluar, aunque mucho me temo que ésta segunda sería sensiblemente más corta, estaría muy centrada en la calificación y resultaría, desde luego, mucho menos innovadora que la primera.

Cada uno de nosotros podría escribir un capítulo de esa enciclopedia del escamoteo en la que no faltarían el bolígrafo BIC cubierto de una preciosa escritura milimétrica; la lección completa escrita en apenas dos centímetros cuadrados de papel delicadamente enrollado; las tintas invisibles; ni nuestro brazo cuidadosamente tatuado. Tampoco podría faltar un capítulo dedicado a los dispositivos tecnológicos con los que muchos hemos fantaseado y en los que, sin duda, el reloj-chuleta ocuparía un lugar destacado.

¡Quién no ha soñado alguna vez con un reloj capaz de almacenar toda la información necesaria para aprobar!. ¡Quién no ha imaginado alguna vez un dispositivo discreto que nos permitiera saber todas las respuestas conectándonos con un confidente en el exterior y que, ante la llegada del profesor, se quedase mudo y mostrara tan solo unos inocentes dígitos!. ¡Quién no ha soñado con un reloj inteligente, no sólo resistente al agua sino también al olvido, que nunca se quedase en blanco!

Pues resulta que ese reloj ya existe (y aquí) y sus 4GB de memoria le permiten almacenar mucha más información de la que necesitaríamos para superar todos los exámenes de nuestra vida.

Hace unos meses asistimos a una explosión de relojes que se publicitaban abiertamente como relojes-chuleta con fuertes medidas de “seguridad” para evitar precisamente ser “pillados” (botones bloqueantes, pantallas invisibles, gafas polarizadas,…). Enseguida surgieron páginas exclusivas para su venta y su éxito fue tal que no tardaron en aparecer copias de “los relojes para copiar”.

El asunto no es menor y generó un interesante debate entre quienes reclamaban más regulación en las aulas para prohibir estos dispositivos y castigar a los tramposos y quienes sostenían que quizá el problema no estaba en los relojes, ni en la tecnología, ni siquiera en los alumnos que los utilizaban, sino en un sistema educativo rígido, desconectado de la realidad, basado en la transmisión de datos y contenidos y en una evaluación acreditativa, sumativa y retributiva, confundida muchas veces con la simple calificación, y muy alejada de la necesaria evaluación formativa y continua.

Un sistema que no responde ni a las necesidades de la sociedad ni a las de los estudiantes de hoy. Un sistema que no parece tener claro que evaluar no es lo mismo que examinar o calificar, y que aprender no es lo mismo que aprobar exámenes.

Un sistema que afirma una cosa pero hace otra y en el que sigue siendo válido lo que afirmaba hace unos años Miguel Ángel Santos Guerra en un recomendable texto titulado 20 paradojas de la evaluación: Aunque la finalidad de la enseñanza es que los alumnos aprendan, la dinámica de las instituciones hace que la evaluación se convierta en una estrategia para que los alumnos aprueben.

No son pocos, sin embargo, los profesionales de la educación que sostienen desde hace años que la clave para el cambio educativo se encuentra en modificar nuestra manera de evaluar. Que no es posible una transformación educativa sin cambiar los sistemas de avaluación y que tampoco tiene sentido abordar la evaluación separadamente del resto de procesos de enseñanza/aprendizaje.

Sabemos que la evaluación no sólo mide los resultados, sino que condiciona profundamente lo qué se enseña y cómo se enseña y, por tanto, determina qué aprendemos y cómo aprendemos (Neus Sanmartí. 10 ideas claves. Evaluar para aprender) y puede limitar o promover los aprendizajes efectivos (Gordon Stobart. Tiempos de pruebas).

Ante los relojes-chuleta podemos reaccionar prohibiendo su uso en las aulas, igual que hemos prohibido otros dispositivos y hemos puesto barreras y filtros a otros servicios de la web. Pero cada día que pase la tecnología será más barata, más potente y ocupará menos. Es solo cuestión de tiempo que un nuevo dispositivo nos desafíe (wearables, implantes,..) y vuelva a poner en jaque nuestro actual sistema.

El tema de los relojes-chuleta no es un problema coyuntural con un dispositivo, ni su solución pasa por desarrollar tecnologías de prevención, filtro y vigilancia. Lo que necesitamos es actuar simultáneamente sobre el modelo pedagógico, el tecnológico y el organizacional (Michael Fullan). Necesitamos un cambio de modelo.

La relación entre tecnología y educación nunca ha sido sencilla. Su historia muestra la tensión que siempre ha existido entre tecnoutópicos y neoluditas tecnológicos pero también entre quienes han usado las tecnologías para renovar las prácticas de enseñanza/aprendizaje y quienes las han utilizado para perpetuar viejas prácticas.

A la vista de los resultados obtenidos hasta ahora podríamos decir que son los segundos los que han dominado. Es verdad que la tecnología ha encontrado un lugar en muchas aulas, pero su impacto es menor de lo esperado. En la mayoría de las ocasiones las tecnologías han fortalecido, sin cambiar, los enfoques tradicionales de enseñanza (Larry Cuban. On School Reform & Classroom Practice).

El reto que tenemos no es, por tanto, prohibir o combatir unas tecnologías sino desarrollar un modelo pedagógico que cambie las prácticas tradicionales y genere nuevas dinámicas de aprendizaje.

El debate en torno a los relojes ni es nuevo, ni es un debate tecnológico. Es un debate pedagógico. Y es también un debate de política educativa y de responsabilidad ante el futuro de nuestros hijos.

El asunto de los relojes nos obliga a preguntarnos si realmente hacemos las cosas que hacemos porque estamos convencidos de que son mejores para nuestros alumnos o porque son más fáciles para nosotros (Will Richardson. We’re Trying To Do “The Wrong Thing Right” in Schools). A preguntarnos si estamos seguros de que aprenden más cuando les ofrecemos a todos lo mismo, con un curriculum normalizado y dividido en materias; cuando les agrupamos por edad; cuando ignoramos o prohibimos en clase la tecnología con la que viven a diario; cuando solo nosotros decidimos lo qué deben aprender y cómo lo deben aprender; cuando ignoramos su voz y no les dejamos espacio para decidir sobre su aprendizaje; cuando les evaluamos a todos de la misma manera.

¿Qué ocurriría si en lugar de exigirles que repitan lo que han memorizado, les pidiéramos que resolvieran problemas, realizaran proyectos significativos y nos demostraran su autonomía y su sentido crítico?. ¿Qué ocurriría si en lugar medir la adquisición de conocimientos que quedarán obsoletos rápidamente les evaluáramos por su capacidad de aprender a aprender y trabajáramos para favorecer grandes capacidades que puedan recrearse, adaptarse y actualizarse a lo largo de la vida? (Elena Cano. Aprobar o aprender. Estrategias de evaluación en la sociedad en red. 2012). ¿Qué ocurriría si les permitiésemos poner en práctica estrategias de autoevaluación y de evaluación entre iguales?

El aprendizaje no es solo una cuestión transmitir información. No se trata de verter información en la cabeza de nuestros alumnos. Aprender es un proceso activo. Construimos nuestro entendimiento del mundo mediante la exploración activa, la experimentación, la discusión y la reflexión (Mitchel Resnick. Rethinking Learning in the Digital Age). Un buen sistema de evaluación es además aquel “del que el estudiante no puede escapar sin haber aprendido” (Elena Cano. Aprobar o aprender. Estrategias de evaluación en la sociedad en red. 2012).

¿Qué ocurriría si pensáramos en las tecnologías digitales no como instrumentos peligrosos a combatir o como simples herramientas para hacer lo mismo de siempre de manera más eficiente sino como poderosos dispositivos de comunicación y producción con los que darle una segunda oportunidad a la educación progresiva (Seymour Papert. Colombia aprende), a las pedagogías activas, centradas en hacer, experimentar y crear y a los aprendizajes cooperativos, sociales y colaborativos.?

Quizá entonces, como ha señalado Steve Wheeler, los relojes-chuleta dejarían de ser un problema para ser parte de la solución (Steve WheelerThe ‘cheating watch scandal’ – time for a change in our exams system).

Vivimos un momento extremadamente importante para la educación. Un momento de profunda crítica y enorme ilusión como ya ocurrió a principios del siglo XX y en las décadas de los 60’s y 70’s. Transformar este impulso en un cambio real dependerá, como decía Paulo Freire, de nuestra capacidad para disminuir la distancia entre lo decimos y lo que hacemos.

El mundo nos reclama hoy imaginación, osadía y coherencia. Imaginación para soñar nuevos futuros, osadía para plantearlos y coherencia para llevarlos a la práctica.

El mundo nos reclama, más que nunca, el optimismo crítico y realista del que hablaba Freire y al que en cierta manera apelaba la escritora francesa Francoise Giroud cuando afirmó aquello de que “nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas.” No olvidemos que no hay datos de futuro, que el “futuro no se puede predecir, sino que se tiene que construir, y nuestra actitud debe ser la de afrontarlo de una manera activa” (Maija BerndstonSoñando el futuro. Ideas funky en la gestión de bibliotecas públicas).

El mundo nos reclama acción. No olvidar que el planteamiento de preguntas es más importante que la búsqueda de las respuestas correctas. Transitar desde una pedagogía de las respuestas hacia una pedagogía de la preguntas (Paulo Freire. Hacia una pedagogía de la pregunta. Conversación con Antonio Faundez).

El futuro nos reclama no solo que formemos personas más y mejor informadas sino ciudadanos críticos y autónomos capaces de actuar en un mundo incierto y variable con la combinación justa de ética, coherencia, capacidad y conocimientos.

Al fin y al cabo, “las cosas no son así, están así” (Paulo Freire) y nosotros podemos cambiarlas.

Fuente del articulo: https://carlosmagro.wordpress.com/2016/12/22/aprobar-o-aprender/

Fuente de la imagen: https://carlosmagro.files.wordpress.com/2016/11/12698500024_1cf9d7a98a_o.jpg?w=610&h=42

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Libro: New Left Review

New Left Review

Malcolm Bull. Kees Van der Pijl. Kheya Bag. Tony Wood. Achin Vanaik. Alexander Zevin. Thomas Michl. Jurgen Habermas. [Autores de Artículo]

Revista.
ISSN 1575-9776-70
Akal.
Madrid.
Octubre de 2011

Fundada hace cuarenta años, la New Left Review es una herramienta crítica indispensable de análisis, teoría y debate para la izquierda mundial, enfrentando a los apologístas del capitalismo contemporáneo con artículos sobre una gran variedad de temas -política y economía global, movimientos alterblobalistas, teoría social, historia, filosofía, arte y estética, cine y literatura. Desde enero de 2000, una edición castellana de la New Left Review se publica cada dos meses por Akal Ediciones en Madrid.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/pais_autor_libro_detalle.php?id_libro=646&campo=autor&texto=3067&pais=49

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La ceguera ante el mal.

Vivimos en un mundo y una realidad que acostumbramos colorear con las intenciones más sanas…

Por: Felipe Mendoza Milan.

Vivimos en un mundo y una realidad que acostumbramos colorear con las intenciones más sanas, vamos transitando por nuestras vidas intentando demostrar a los demás y a nosotros mismos que somos personas sensibles, educadas y preocupadas por el bien y la justicia; por supuesto, esa sería una agradable noticia para todo el género humano. La verdad es que, en muchas ocasiones, nuestro comportamiento y vida no se guían por tan recomendables conductas, lo más interesante de todo esto es la inaudita capacidad que tenemos para engañarnos a nosotros mismos y acallar nuestra conciencia firmemente convencidos de vivir una vida justa e intachable.

En realidad esto no es una conducta privativa de una persona, sino más bien un elaborado autoengaño social, en el que un gran número de instituciones se coordinan de manera tal que la conciencia particular resulta adormecida ante el dictado de la mayoría. La opinión de los múltiples sectores e instituciones que dan forma a la sociedad contribuye en muchas ocasiones a ocultar con una máscara de bondad acciones y actitudes mucho más cercanas al mal que al bien; en este enmascaramiento del mal pueden participar tanto la familia como las leyes vigentes, el sector empresarial, las instituciones educativas, el gobierno e incluso algunos grupos de la ciencia.

Nos encontramos con legislaciones como la del salario mínimo que le da un barniz de legitimidad a la explotación laboral, ya que, respetando estrictamente la ley y actuando dentro de la legalidad, es perfectamente posible contratar a una persona pagándole una cantidad que todos sabemos no permite cubrir las necesidades básicas de una persona, mucho menos es posible cubrir con tan escaso ingreso los requerimientos de una familia; no obstante lo obvio que esto resulta, muchos de nosotros andamos muy tranquilos por la vida, a pesar de pagar salarios mínimos; seguramente no lo estaríamos tanto si los recibiéramos. Escudándonos en la ley cerramos los ojos ante el mal.

Nuestras familias pueden también contribuir a esta situación cuando desde ellas formamos seres humanos que consideran que únicamente lo útil es lo adecuado, que la realización de la persona está determinada sólo por su productividad laboral, creyendo que la misión exclusiva de los padres es brindar cada vez más y mejores satisfactores materiales a los hijos; cuando lo emocional y lo espiritual quedan subordinados a la satisfacción de las necesidades materiales castramos parte de la humanidad de nuestros hijos, les enseñamos que somos cuerpo, mente y espíritu, pero los impulsamos a trabajar y satisfacer privilegiadamente nuestro mundo material, cerramos los ojos al ser humano integral y lo reducimos al mundo de los sentidos.

Innumerables empresas se dicen responsables socialmente, pero en realidad atentan contra la sociedad, ya sea inundando el mercado de productos que lejos de alimentar adecuadamente a la población los atiborran de azúcares, grasas y conservadores que sólo contribuyen a atentar contra la salud de quienes los consumen, o incentivando el consumo de alcohol o tabaco, eso sí, recomendando su consumo responsable, manipulando la realidad para adecuarla a sus intereses a través de radio, televisión, internet o prensa, creando campañas perfectamente diseñadas psicológicamente para convencernos de la gran importancia de poseer este o aquel nuevo producto, aunque la verdad no sea así.

La estructura educativa está enfocada a brindar conocimientos, habilidades y actitudes que permitirán a los estudiantes ser exitosos en el mundo laboral; esta intensa preparación brinda herramientas para sobrevivir en la jungla laboral, en la que darwinianamente sobrevive el más apto; desgraciadamente esto no garantiza que todo el bagaje educativo recibido por el alumno sea utilizado para el bien. Contra lo que aseguran las escuelas no necesariamente lo que hayan enseñado a sus estudiantes será utilizado para impulsar el bien y el desarrollo social, sino las más de las veces lo será para impulsar los muy limitados intereses personales.

Es así como trazamos nuestro derrotero por el mundo, sintiéndonos en muchas ocasiones buenos por cumplir por delante de nuestra máscara con los parámetros que la sociedad dictamina como adecuados; mientras por debajo de ella tratamos de ocultar ante los demás y ante nuestra conciencia el mal que nos corroe, acabamos ciegos ante el mal por propio convencimiento.

Fuente: http://sipse.com/opinion/ceguera-ante-mal-columna-felipe-mendoza-milan-228267.html

Imagen: http://www.lahuelladigital.com/wp-content/uploads/2015/11/067ee-ciegas1-1024×739.jpg

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Educación crítica y protagonismo cooperativo

Frei Betto

La educación escolar tiene un papel fundamental en el proceso de transformación social. A semejanza de la política y la religión, la educación sirve para liberar o alienar; despertar protagonismo o favorecer el conformismo; propiciar en los educandos una visión crítica o legitimar el status quo, como si fuera insuperable e inmutable; promover una praxis transformadora o sacralizar el sistema de dominación.

En estos inicios del siglo XXI, la educación escolar difiere mucho de la que predominó en el siglo XX. Hoy en día, nuestra vida cotidiana se ve invadida por nuevas tecnologías que nos brindan, en tiempo real, informaciones capaces de incidir en nuestra forma de vivir y de relacionarnos (ciberespacio, relaciones virtuales, crisis de las ideologías libertarias, nuevos perfiles familiares y sexuales, monopolio y manipulación de la información, etc.).

Como vivimos un cambio de época y navegamos entre la modernidad y la posmodernidad, estamos amenazados por una crisis de la identidad teórica. El instrumental teórico que tanto nos confortaba e incentivaba en el siglo XX, y que nos parecía tan sólido, se desplomó con el Muro de Berlín. Al contrario de lo que pregonaban los manuales de vulgarización del materialismo histórico, la historia retrocedió en Europa del Este.

Setenta años de socialismo en Rusia no fueron suficientes para formar los tan anhelados hombres y mujeres nuevos, dotados de inquebrantables valores éticos, disposición revolucionaria y menosprecio a las seducciones del capitalismo. Hoy Rusia es uno de los países más corruptos del mundo, y en él impera una brutal desigualdad económica.

¿Qué faltó en la Unión Soviética? Faltó una educación que, más allá de la escolaridad, de la transmisión cultural del país y de la humanidad, inculcara en los educandos una visión crítica de la realidad y un protagonismo social transformador.

De hecho, en muchos de nuestros países, capitalistas y socialistas, la educación escolar se ha convertido en una prisión de la mente, donde las disciplinas curriculares se repiten sucesivamente, con vistas a la calificación de la mano de obra destinada al mercado de trabajo. No se ha reflexionado sobre la prioridad de formar ciudadanos y ciudadanas revolucionariamente comprometidos con el proyecto social emancipador.

Vivimos hoy una era de impasse con respecto al futuro emancipado. Estamos en el limbo del proceso libertario. Los movimientos, grupos y partidos de izquierda, cuando existen, parecen perplejos en lo que toca al futuro. Muchos ceden a la fuerza cooptadora del neoliberalismo y cambian el proyecto de liberación social por el mero usufructo del poder, aunque eso implique traicionar las esperanzas de los oprimidos y los fundamentos teóricos que originaron esas fuerzas sociales y políticas.

La hegemonía capitalista ejerce un poder tan avasallador que muchos abdican del propósito de construir un nuevo modelo civilizatorio. Poco a poco, como si se tratara de un virus incontrolable, el capitalismo se impone en nuestras relaciones personales y sociales. Nos vamos adhiriendo a la creencia idolátrica de que “no hay salvación fuera del mercado”. En la esfera personal, abandonamos nuestra ideología libertaria a cambio de una zona de comodidad que nos permite acceder al poder y la riqueza, lo que nos libra de la amenaza de integrar el contingente de 2,6 miles de millones de personas que sobreviven hoy con un ingreso diario inferiores a los 2 dólares.

Formación de conciencia crítica y de protagonistas sociales

La educación crítica es nuestro gran desafío en este mundo hegemonizado por el capitalismo neoliberal. Su principio es no formar meros profesionales calificados, sino ciudadanos y ciudadanas que sean protagonistas de transformaciones sociales. Por eso trasciende los límites físicos de la escuela y vincula a educadores y educandos a movimientos sociales, sindicatos, ONG, partidos políticos; en fin, a todas las instituciones que realizan actividades de transformación social. La educación crítica solo se desarrolla en sintonía con los procesos reales de emancipación en curso y las reflexiones teóricas que los fundamentan.

La educación que busca la formación de conciencia crítica y de ciudadanos militantes comprometidos con la transformación social debe tener en cuenta la intercalación de tres tiempos: el tiempo de las estructuras (más largo); el tiempo de las coyunturas (más inmediato y factible de cambiar a mediano plazo); y el tiempo de lo cotidiano (en el cual vivenciamos el conflicto permanente entre la satisfacción de nuestros intereses personales y la conciencia de las demandas altruistas, que nos exigen ser para los demás, o simplemente, ser capaces de amar).

El tiempo de las estructuras debe ser objeto de la educación escolar. Es él el que nos remite a la historia de la historia, a los grandes procesos sociales con sus avances y retrocesos, a los triunfos y las derrotas, a las virtudes y las contradicciones.

Mientras más conscientes son educadores y educandos del tiempo estructural, más se contextualizan y se entienden a sí mismos como herederos de una historia que avanza, en medio de dificultades, de la opresión a la liberación.

Tener conciencia del tiempo de las estructuras es tener conciencia histórica y no dejarse ahogar en el mar de contradicciones de los tiempos coyuntural y cotidiano. Cada uno de nosotros es un pequeño eslabón en la vasta corriente del proceso social. Solo si tenemos conciencia de la amplitud de esa corriente comprendemos la importancia del eslabón que somos. Una educación que no se abre al tiempo de las estructuras corre el grave riesgo de ser cooptada por la estructura mundialmente hegemónica.

El tiempo de las coyunturas es el de los cambios cíclicos que producen inflexiones en las estructuras, aunque sin alterarlas sustancialmente. Es la acumulación de coyunturas la que influye en el cambio del tiempo de las estructuras. El gran desafío consiste en saber cómo comportarse en determinada coyuntura para mejorar o transformar la estructura. La coyuntura es el presente, el aquí y ahora, mientras que la estructura, que condiciona las coyunturas, no es fácilmente perceptible, a menos que se tenga conciencia histórica para poder encuadrar la parte en el todo, el detalle en el conjunto, el presente en las causas del pasado y en las alternativas de futuro.

El tiempo de lo cotidiano es el del día a día, en el cual transitamos o tropezamos, movidos por ideales altruistas, solidarios, y, a la vez, atraídos por las seducciones del acomodo y el individualismo. Es en el tiempo de lo cotidiano que la educación actúa, permite una comprensión crítica de la coyuntura y despierta el imperativo de comprometerse con la transformación de la estructura.

Vivimos inmersos en ese tiempo cotidiano, muchas veces movidos por utopías libertarias y, al mismo tiempo, desanimados al percatarnos cada día de que la materia prima del futuro es humana, siempre frágil, ambigua y contradictoria.

La formación de conciencia crítica y protagonismo social es resultado de un proceso pedagógico que intercala los tres tiempos para evitar que nos perdamos en un idealismo cuyo discurso no se adecua a la realidad, o en la mezquindad de un cotidiano que no siempre refleja los valores en nombre de los cuales lo asumimos. Ese es el caso de los militantes supuestamente revolucionarios que hacen de su función de poder un nicho de acomodo burgués y provecho personal. Y ello se aplica al director de la escuela, al obispo de la iglesia, al gerente de la empresa, etc.

Es importante tener siempre presente que nuestro cotidiano transita bajo la hegemonía de un determinado proceso civilizatorio, el de la burguesía europea, y de un único sistema económico globalizado, el capitalista, aunque vivamos en un país socialista.

Por tanto, nuestro tiempo cotidiano debe aspirar a incidir en el tiempo coyuntural para poder modificar el tiempo estructural global. Para eso no bastan los principios teóricos y las prácticas colectivas. Es preciso que a los principios y las prácticas los oriente una ética que tenga en su centro los derechos de los pobres, los oprimidos y los excluidos. Sin esa alteridad amorosa, todo proyecto emancipatorio o revolucionario corre el riesgo de congelarse, aprisionado por sus propias estructuras de poder, emitiendo un discurso desvinculado de la práctica, abriéndole paso a la esquizofrenia de crear en el imaginario colectivo, en nombre de la emancipación, la expectativa de un futuro burgués para cada ciudadano y ciudadana…

Comparados con el tiempo veloz de los aspectos coyunturales y el tiempo aparentemente caótico de lo cotidiano, los cambios estructurales son lentos, procesuales, y solo se pueden evaluar debidamente sus avances cuando se ponen lado a lado las conquistas del presente con los atrasos del pasado.

De la educación individualista a la educación cooperativa

Desde Marx hasta la Teología de la Liberación, todos sabemos que no existirá emancipación plena sin la superación del sistema capitalista. Una educación crítica y liberadora no debe perder de vista esa meta. Debe despertar en los educandos una visión crítica que no se limite a consignas repetitivas, que más que profundizar la razón exacerban la emoción.

Aunque se viva en un país socialista como Cuba, todos estamos sometidos a la hegemonía del pensamiento único neoliberal y de la economía capitalista centrada en la apropiación privada de la riqueza. El neoliberalismo, como un virus que se propaga casi imperceptiblemente, se introduce en los métodos pedagógicos y las teorías científicas, en resumen, en todas las ramas del conocimiento humano. Así, instaura progresivamente ideas y actitudes que fundamentan la ética de las relaciones entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza.

En la lógica neoliberal, la inclusión del individuo como ser social se mide por su inserción en el mercado como productor y consumidor. La posesión de mercancías revestidas de valor determina las relaciones humanas. Es el fetiche que denunciara Marx. Esa inversión de la relación –según la cual la mercancía tiene más valor que la persona humana, y la persona humana es valorizada en la medida en que hace ostentación de mercancías de valor– contamina todo el organismo social, inclusive la educación y la religión, como denunciara el papa Francisco el 22 de diciembre de 2014 al señalar las “15 enfermedades” que corroen a la curia romana.

De ello se deriva una ética perversa que subraya como valores la competitividad, el poder de consumo, los símbolos de riqueza y poder, la supuesta mano invisible del mercado. Esa perversión ética debilita a los organismos que fortalecen a la sociedad civil, como los movimientos sociales, los sindicatos, las asociaciones barriales, las ONG, etc. El patrón que se debe adoptar ya no es el de la alteridad y la solidaridad, sino el del consumismo narcisista y la competitividad.

¿Cómo superar hoy ese patrón de vida capitalista que, si no rige nuestro estatus social, muchas veces predomina en nuestra mentalidad? En eso a la educación le corresponde el papel preponderante. Entre otras cosas, porque la actual coyuntura no es proclive a los cambios estructurales por la vía del “asalto” al aparato del Estado. Eso no significa, como supone cierta parcela de la izquierda, que las revoluciones son hechos irrepetibles del pasado y, por tanto, ya no hay alternativa sino adaptarse al nuevo “determinismo histórico”: la hegemonía del mercado.

La historia demuestra que han ocurrido cambios estructurales significativos sin un “asalto” al Estado, como fueron el paso del esclavismo al feudalismo y del feudalismo al capitalismo. Hoy, una de las armas más poderosas para superar el capitalismo es una educación crítica y cooperativa, capaz de crear nuevos parámetros de conocimiento y promover nuevas praxis emancipadoras.

Es mediante la educación que se moldean las subjetividades que le imprimen significado a los fenómenos sociales. Con frecuencia sucede que se vive un antagonismo entre lo microsocial (pautado por la subjetividad) y lo macrosocial (pautado por las estructuras). En Cuba se encuentra un buen ejemplo: en la década de 1950, un grupo de jóvenes revolucionarios (microsocial) se hizo consciente, gracias a la educación política (subjetividad) de la importancia de modificar la estructura del país (macrosocial). Hoy Cuba es un país de estructura socialista, pero no todos los cubanos disciernen lo que eso significa, y algunos sueñan con disfrutar, bajo el socialismo, de un estilo de vida capitalista (microsocial).

La educación crítica y cooperativa es capaz de superar ese antagonismo al formar protagonistas o militantes que reproduzcan las bases materiales y espirituales del socialismo, cuyo sustento es la solidaridad.

Para ello, es necesario que la educación sepa situar a educadores y educandos en relación con el pasado y el futuro. Ello solo es posible a partir del aquí y el ahora, del presente. Es nuestro modo de pensar y actuar en el presente lo que resignifica nuestra manera de encarar el pasado y el futuro.

La educación tiene el poder necesario para destronar una racionalidad dominante e introducir otra, siempre que no sea meramente teórica y se vincule a procesos efectivos de producción material de la existencia. Resulta siempre oportuno recordar la observación de Marx de que no nos diferenciamos de los animales por nuestra capacidad para pensar (tal vez las abejas, por ejemplo, posean una lógica algebraica más depurada que la nuestra…), sino por la capacidad de reproducir nuestros medios de subsistencia.

Una educación crítica, liberadora, es la que aspira a conquistar la hegemonía mediante el consenso, mediante prácticas efectivas, y no mediante la coerción ideológica. Debe abarcar todas las disciplinas escolares, desde las ciencias exactas hasta la educación física, superando las relaciones fundadas en la economía del intercambio en aras de una economía solidaria, cuya base sea la cooperación.

Todos sabemos que las relaciones mercantilistas influyen en las concepciones de quienes las adoptan o se dejan regir por ellas. Para citar solo algunos ejemplos, esas relaciones acentúan el individualismo e inciden sobre los mecanismos de relacionamiento en el trabajo, la física moderna, la biología darwinista de la sección natural, etc. Ni siquiera la concepción mecanicista del marxismo, que profesaba la fe en un “irrefrenable determinismo histórico” logró escapar de su influencia. Es eso lo que índuce a los educandos a creer que el mercado obedece a una “ley natural”, y que fuera de él no hay alternativa… Es eso lo que nos lleva, literalmente, a torturar a la naturaleza para que nos suministre sus frutos cuanto antes.

Por tanto, debemos preguntarnos, ¿para qué sirve la educación? ¿Para adaptar a los educandos al status quo? ¿Para transmitir el patrimonio cultural de la humanidad como si fuera el resultado de la acción intrépida de héroes y genios? ¿Para formar mano de obra calificada para el mercado de trabajo? ¿Para adiestrar individuos competitivos?

Una educación crítica y solidaria engloba a todos los actores de la institución escolar: los alumnos, los profesores, los funcionarios y las familias de todos ellos. Y trasciende los muros de la escuela para vincularse participativamente con el barrio, la ciudad, el país y el mundo. Las puertas de la escuela permanecen abiertas a los movimientos sociales, los actores políticos, los artistas, los trabajadores. Y la óptica de su proceso pedagógico enfatiza esta verdad que la lógica mercantilista intenta encubrir: los fundamentos de la evolución de la naturaleza y de la historia de la humanidad están mucho más centrados en la cooperación, en la solidaridad, que en la selección natural, la competitividad y la exclusión.

Una educación crítica y cooperativa es deliberadamente contrahegemónica, y procura ubicar el destino de sus educandos en el destino global de la humanidad. El valor de la escuela se evalúa por su capacidad para insertar a los educandos y los educadores en prácticas sociales cooperativas y liberadoras. Por eso es indispensable que la escuela tenga claridad acerca de su proyecto político pedagógico, en torno al cual debe prevalecer el consenso de sus educadores. Sin esa perspectiva, la escuela corre el peligro de convertirse en rehén de la camisa de fuerza de su currículo, como un mero aparato burocrático de reproducción bancaria del saber.

Si queremos atrevernos a reinventar el futuro, debemos comenzar por revolucionar la escuela, transformándola en un espacio cooperativo en el cual convivan la formación intelectual, científica y artística; la formación de conciencia crítica; la formación de protagonistas sociales éticamente comprometidos con los desafíos de construir otros mundos posibles, fundados en la compartición de los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano.

Fuente del articulo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=194907

Fuente de la imagen: http://www.radiomundial.com.ve/sites/default/files//styles/618×468/public/field/image/Frei-Betto5.jpg?itok=yMYrMEIM

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Protegiendo el mundo submarino

Por Antonio Quezada Pavón

Era un guagua, como decimos en la Sierra, y ya soñaba con el océano lleno de color y vida y de fantásticas criaturas. Tuve la suerte de tener una tía viviendo en la hermosa ciudad de Manta y muy temprano aprendí a amar y a explorar nuestro mar. Mi primer descubrimiento fue darme cuenta de que el mar sabía salado, nada extraño para un longuito interandino como yo. Con el tiempo quise hacerme marino -como mi venerable primo mayor, que era el héroe familiar-, pero finalmente estudié ingeniería y me alejé de las olas marinas. Cuando me establecí hace casi cuatro décadas en Guayaquil, nuevamente se despertó mi secreta pasión por el mar.

Y ya grande en mi vida tomé la decisión de hacerme buzo hace más de 15 años en las que he acumulado medio millar de inmersiones en muchos lugares de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. Como Master Scuba Diver he tomado numerosas especialidades de buceo, pero la que más me ha cautivado es la fotografía submarina. Debo reconocer que no soy un fotógrafo submarinista, simplemente soy un buzo con una cámara submarina, lo cual me ha dado el gran privilegio de explorar algunos de los más increíbles paisajes sumergidos, como son los tiburones en nuestras islas Galápagos, que es uno de los sitios de buceo más importantes del mundo, o los de Jardines de la Reina en Cuba, o los más agresivos en la Bahía de Sodwana en Sudáfrica; los pequeños y hermosos peces tropicales en Bonaire, en Bali, en las Maldivas o en la Gran Barrera de Coral de Australia.

He aprendido que todo en este planeta afecta o es afectado por el océano y las aguas prístinas en las que yo soñaba de pequeño son ahora muy difíciles de encontrar, siendo cada vez más escasas y amenazadas. Los seres humanos nos mantenemos como los líderes depredadores en la Tierra y fui testigo y he fotografiado sus consecuencias. He tratado de conmover a mis lectores y alumnos, sacándoles de su indiferencia con impactantes imágenes de cómo se destruye el coral y se agrede al océano. Pero si bien esto tiene algún mérito, doy vueltas en círculos. Por eso creo que la mejor manera de generar un cambio es vender amor. Sí, voy a transformarme en un casamentero que una a mis paisanos de todas las regiones del país con el mar.

Con mis fotografías y las perfectas imágenes de mis amigos fotógrafos submarinistas profesionales tenemos la oportunidad de revelar los animales y el ecosistema que está escondido debajo de la superficie del océano. Ustedes no pueden enamorarse y defender algo que no conocen que existe. Esa es la misión de la fotografía conservacionista. Este año la costa ecuatoriana se ha beneficiado de una larga temporada de mantarrayas gigantes  y ballenas jorobadas, que migran anualmente atraídas por el abundante plancton que viene con la corriente fría de Humboldt. El avistamiento de ballenas es un negocio turístico recientemente explotado y que atrae a miles de visitantes de todo el país y del exterior. Desde este año ya está regulado y las lanchas han sido inspeccionadas y ofrecen alguna seguridad.

Pero lo más hermoso es bucear con las mantas birostris -mantarraya diablo- y el bajo más cercano con abundantes animales es el Cope, de 52 km² y una profundidad promedio de 15 m, localizado a 32 km de Ayangue, Santa Elena. Con el incremento de la densidad del plancton las mantas se alinean formando una larga cadena de alimentación y su curiosidad hace que las burbujas de los buzos las atraigan, transformando la inmersión en un verdadero ballet submarino, donde los bailarines son mantas de 7 m de largo y tonelada y media de peso, y los buzos somos unos maravillados espectadores. Esto ha hecho que yo tenga una larga y apasionada relación con el océano y lo defienda tenazmente. Ojalá ustedes caigan también en este lazo amoroso. (O)

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/protegiendo-el-mundo-submarino
Imagen de uso gratuito tomada de: https://pixabay.com/p-14787/?no_redirect

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Defending public education in Canada and throughout the Americas

América del Norte/Canadá/16 de Septiembre de 2016/Autor: Scott Neigh/Fuente: Rabble.ca

RESUMEN: En el programa de esta semana en «Habla Radio Radical», Scott Neigh habla con Steve Stewart. Él es el Secretario Técnico de la Iniciativa para la Educación Democrática en las Américas, también conocida como la Red SEPA, que reúne a organizaciones de todo el hemisferio que están comprometidos con la defensa y la mejora de la educación pública.

On this week’s episode of Talking Radical Radio, Scott Neigh speaks with Steve Stewart. He is the technical secretary for the Initiative for Democratic Education in the Americas, also known as the IDEA Network, which brings together organizations from across the hemisphere that are committed to defending and enhancing public education.

You can make a case that all struggle is local. No matter the issue, no matter the strategy, no matter how many other people and places and groups are also involved, the actual doing of it always comes down to you and those you are immediately with, in whatever circumstance you find yourselves, making choices and taking action. Still, while some struggles are only local, most are either already broader in scope, or could be if people had the opportunity and will to come together across difference and distance to do the work of making common cause.

Take, for example, the education sector. No matter what jurisdiction you live in, the last twenty years have no doubt seen your school system face some or even all of the following: cuts; at least partial privatization, whether that is direct or through the reallocation of resources away from the public system and towards non-public alternatives in less visible ways; rhetorical attacks on teachers; legal attacks on teachers’ collective bargaining rights; the imposition of standardized testing and other pedagogically dubious corporate-backed changes that get touted as «reforms»; and various other manifestations of the cut/privatize/deregulate agenda captured by the term «neoliberalism.» At various times and in various places, teachers, parents, and students in different places have all acted to oppose this agenda — unfortunately, it’s not uncommon for these groups to be dividied in all sorts of ways (often because of debliberate efforts to keep them apart by those trying to impose this agenda), but sometimes they succeed in working together and forging a common resistance.

The IDEA Network emerged in the late 1990s out of precisely this recognition of common threats to public education spanning not one or two jurisdictions, but all of North, Central, and South America. The network «brings together organizations that share a commitment to protecting and improving public education,» particularly teachers’ organizations and students’ organizations, and also encompasses a network of education researchers and a network of Indigenous educators. In the moment of its founding, the main threat to public education in this hemisphere took the form of negotiations to create a Free Trade Area of the Americas that would have, among other things, opened the door to the neoliberal restructuring of education systems from Canada to Chile. In those years, mobilizing against the FTAA both directly and at various international gatherings formed the centre of the network’s work. Since the defeat of that agreement, attacks on public education have not abated but have become less centralized, so the IDEA Network has focused on research, on sharing resources and strategies among members for defending public education in their respective contexts, and on mobilizing solidarity actions when member organizations are facing repression or crisis. In the Canadian context, a number of teachers unions have been involved at various points, and occasionally student groups, but the main force behind it in this country has been the British Columbia Teachers Federation, which has a long and remarkable history of international solidarity work. Stewart talks about the ongoing, hemisphere-wide threats to public education, and about the work of the IDEA Network to support struggles to defend it.

To learn more about the IDEA Network, click here.

Fuente: http://rabble.ca/podcasts/shows/talking-radical-radio/2016/09/defending-public-education-canada-and-throughout-americ

Fuente de la imagen: http://www.cbc.ca/news/canada/first-nations-education-needs-fresh-ideas-leaders-say-1.2255180

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