María Figueredo*
RESUMEN
El reflexionar críticamente sobre las prácticas de los grupos estables en el Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, en el acompañamiento académico que hacemos desde el Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel) adscrito al Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, permite abordar los avances y desafíos que en el marco de la transformación pedagógica brinda la experiencia, en la conformación de una cultura de grupos estables y en la emergencia de la dimensión estética.
Este proceso de reflexión-acción sintetiza lo que llamamos las prácticas de los grupos estables en Ciudad Caribia, y tiene como propósito el socializar la metódica de trabajo colectivo que hemos construido como artesanos del conocimiento, que hilvanamos una urdimbre que entreteje la caja de herramientas desde la pedagogía de contexto, aportando elementos en la transformación de las prácticas pedagógicas, y rompiendo con los manuales y recetas en donde todo hay que hacerlo de manera preestablecida, creando zonas de significación colectiva desde el ámbito de lo real.
Los elementos referenciados son producto de la integración socioeducativa comunitaria Nigel, que adelantamos en la Ciudad socialista ecológica Caribia, desde una hermenéutica interactiva crítica, con una aproximación desde el contexto local con un enfoque etnográfico. Entre los hallazgos encontrados podemos resaltar que la experiencia de los grupos estables abre puertas y compuertas para pensar, debatir, reflexionar y profanar la lógica del confort que representa llegar con un plan de trabajo estructurado sin la participación y protagonismo de los diferentes sujetos del proceso enseñanza y aprendizaje. Por otra parte, que de la conformación de grupos de trabajo colectivo voluntario y de interés compartido emerge una cultura de solidaridad, respeto, comunicatividad y reconocimiento del Otro, así como su dimensión estética como patrimonio cultural.
Palabras clave: Prácticas grupos estables, cultura, dimensión estética.
A MODO DE INTRODUCCIÓN
El hilo conductor del artículo es la reflexión crítica sistemática y sistémica de las prácticas de los grupos estables de Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, desarrollada desde la experiencia del Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel), en el proceso de acompañamiento académico a los estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, en el marco de los procesos de transformación curricular, pedagógica y de gestión escolar que se adelante en el sistema educativo de la ciudad, en especial en educación media, coadyuvando a plantearnos algunos elementos relevantes que emergen de la praxis cotidiana en el ámbito de la pedagogía de contexto.
En una primera aproximación podemos destacar la resistencia de abrir puertas y compuertas para construir otra manera alternativa de abordar los encuentros de aprendizajes, negando la posibilidad de que el sujeto pedagógico aporte en el trazado de la ruta de enseñanza y aprendizaje; lo que ha implicado el quebrantar las fronteras del confort que representa llegar con un plan de trabajo estructurado sin la participación y protagonismo de los diferentes, actores, sujetos y agentes del proceso. Para profanar esta lógica consideramos a los adolescentes como sujeto de derecho y conocimiento, así como prioridad absoluta y la relevancia de hilvanar los nexos que se entretejen entre los grupos estables y las áreas de formación.
Un segundo aspecto en la reflexión que abona el debate es la cultura de los grupos estables, que va nutriendo y construyendo un enfoque alternativo en lo que representa el trabajo colectivo, solidario, responsable, comunicativo, que nos plantea como desafío el abrir espacios para la multidiversidad de pensamiento, al trabajo por el bien común en el marco de una realidad compleja que impulsa la reflexividad y reconocimiento del Otro, en una dinámica inacabada.
El tercer elemento bosqueja la categoría que ha emergido de los grupos estables como lo es su dimensión estética como patrimonio cultural y los aspectos que la constituyen. El intento por reflexionar y socializar las prácticas y experiencias vividas por el colectivo tiene como propósito aportar insumos en el proceso de transformación pedagógica que se da en el sistema educativo de la ciudad en especial en educación media, así como abrir el debate sobre los alcances y avances de los grupos estables entendidos como colectivos de aprendizaje colaborativo, voluntario y servicio.
EXPERIENCIA DE LOS GRUPOS ESTABLES: ARTES Y PATRIMONIO Y ACCIÓN CIENTÍFICA, SOCIAL Y COMUNITARIA
El sumergirnos en las prácticas de los grupos estables Artes y patrimonio, y Acción científica, social y comunitaria nos permite significar y resignificar las experiencias vividas en el marco del acompañamiento académico a los estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, quienes forman parte de dos colectivos de trabajo1 que apuntan a la conformación y consolidación como estables que se mantienen invariables o inalterables, que reivindica la ecología del saber comunitario en la ciudad. Es una experiencia formativa que asumimos desde una visión holística, desde la pedagogía de contexto y la teoría fundamentada.
La experiencia vivida en los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, en su primera fase nos permitió construir colectivamente la hoja de ruta que partió de romper con la lógica de imponer a los estudiantes una planificación concebida sin su participación, lo que demandó pensar de forma diferente y organizar los encuentros de aprendizaje partiendo de procesos de investigación, mesas de trabajo, valoración de los procesos, elaboración de informes, socialización y reflexión colectiva; acciones que tuvo resistencia de parte y parte (estudiantes y algunos profesores) por sacarlos de su zona de confort .
Sin embargo, en la medida en que los diferentes sujetos, agentes y actores se fueron apoderando de los procesos que implican el pensar, reflexionar y trabajar en colectivo por el bien común se fue mermando dicha resistencia por parte de los estudiantes, que se asumieron como protagonista de sus procesos. A lo que cabe destacar lo que plantea Robinson y Aronica:
Es necesario que cada uno encuentre su propio elemento como lugar donde convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien… no solo porque nos sentimos más realizados, sino porque, a medida que el mundo evoluciona, el futuro de nuestras comunidades e instituciones dependerá de ello2.
Todo este proceso nos permite dibujar el horizonte cognitivo construyendo una racionalidad que supera el reduccionismo estructurante hegemónico, a lo que podemos decir que la tarea ha sido rompe con los esquemas del saber-hacer impuesto por la lógica epistémica hegemónica occidental, que configura una única manera de desarollar el proceso de enseñanza y aprendizaje. En la búsqueda de quebrantar esta racionalidad hemos tenido altos y bajos que ha representando vencer nuestro propios fantamas y construir colectivamente prácticas pedagógicas de contexto coherentes con dichos planteamientos. De aquí que a continuación abordamos la ruta que se fue configurando progresivamente con la participación de los adolescentes.
Las prácticas están signadas por la investigación en campo para la exploración del territorio y el levantamiento del mapeo de las instituciones, actores, agentes y sujetos que pueden acompañar en el proceso de formación de los grupos estables, de acuerdo con sus fortaleza y los intereses de los adolescentes, quienes en su diario de campo registraron la información obtenida en las diferentes visitas, explorando aquellas cosas que les interesan, así como a tomar decisiones en cuanto a la planificación de su proyecto de aprendizaje determinando con quiénes podían contar en la comunidad para desarrollar algunas acciones concretas en su plan de acción.
La importancia de la investigación en campo como parte del proceso enseñanza y aprendizaje en los grupos estables nos permite aclarar que el marco de la transformación pedagógica es indispensable que los estudiantes tenga, manejen y se apropien de las herramientas necesarias para hacer aportes significativos que impacten el hacer cotidiano de la vida escolar, social y comunitaria, así como sus estructuras mentales y de conocimiento, dando fuerza como plantea García Linera:
El conocimiento tiene que ser de carácter colectivo. La mejor forma de producir conocimiento es en las asociaciones pequeñas, medianas, utilizando las redes locales, utilizando redes internacionales, continentales. Esta intercomunicación de conocimiento enriquece el pensamiento, conocimiento en colectivo, investigación en colectiva, pero muy afincada, piando con firmeza nuestra propia realidad y nuestras propias necesidades3.
La investigación desarrollada por los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica social y comunitaria como se destacó anteriormente, aportaron los insumos para la construcción colectiva de los proyectos de aprendizajes desde la particularidad e intereses de cada uno, partiendo del ámbito de lo real según el contexto de Ciudad Caribia.
Todo ello desde la perspectiva que nos planteamos desde el Cesyc-Nigel de resignificar las prácticas investigativas en un esquema flexible, que redibuja los limites indeterminados de forma continua, sobre el conocimiento para el ejercicio de la libertad, denunciando el saber congelado, profundizando en la inflexión ética crítica. 4
Lo que constituye la formación de grupos de trabajo en donde se debate en colectivo las diferentes aristas que se pueden abordarse en los proyectos de aprendizajes servicio, como diría el maestro Bigott: “en este momento y para siempre el que sepa algo que lo enseñe y el que no lo sepa que lo aprenda”5. Es el momento en que se define de común acuerdo los puntos de encuentros y desencuentros de los proyectos de aprendizajes servicio.
Por otra parte, las mesas de trabajo representaron las relaciones e interacciones entre los diferentes sujetos, que en una dialogicidad abrieron puertas y compuertas para dialogar con su par y llegar por consenso a acuerdos que fueron socializados con el resto del colectivo en plenarias, al presentar sus papeles de trabajo en un marco de respeto de las ideas aportadas por el Otro, como plantea Romero:
Empujar al estudiante ante los desafíos de nuevas situaciones donde exponga sus propias actuaciones, disponga de su capacidad creativa, oriente sus experiencias para afirmar sus explicaciones, y planificar los dispositivos cognitivos en el intercambio con otros, adquiere entonces sus aprendizajes significativos, quienes constituyen formas de pensar y valorar conocimientos con sentimientos propios6.
Es a partir de la dialogicidad que se construye los proyectos de aprendizaje, basado en tres elementos: el interés de aprendizaje servicio de los adolescentes según su grupo estables, el ámbito de lo real a partir del desarrollo del trabajo en “in situ” en el contexto de Ciudad Caribia y los principios y fundamentos del grupo estable que permite hacer una primera aproximación a las temáticas a estudiar como a construir la metódica de trabajo.
En principio el salto del trabajo individual al colectivo demando participación, disciplina, cooperación, responsabilidad, respeto, honestidad, transparencia, ser justo y crítico entre otros valores compartidos por los adolescentes, en donde había momentos de “bochinche y chalequeo”, que eran sustituidos por una seriedad completa en donde se sumergían en el trabajo aportando todos, y asumiendo cada uno una acción a desarrollar hasta tener la totalidad del trabajo con la mayor pulcritud, claridad, roles y vocería, siendo críticos con elementos de argumentación al momento de emitir su valoración, creando una objetividad sobre lo que representa trabajar en grupo desarrollando una conciencia consciente crítica. Como señala Romero:
Realizamos en cada reunión del grupo estable, un proceso donde el aprender esté vinculado de manera directa al hacer individual y a la construcción colectiva, ocupar las manos, ocupar la mente, ocupar el corazón y convivir; desde el respeto y el reconocimiento a la diversidad y a la diferencia; desde la solidaridad, el trabajo cooperativo, el apoyo mutuo, la complementariedad, la colaboración y la aceptación mutua; superar el individualismo, la intolerancia, la competencia. Favoreciendo siempre espacios de compartir, de encontrarse, de intercambiar y de aprender conviviendo7.
De aquí que un elemento relevante a destacar es el trabajo solidario, respetuoso, colectivo y participativo de los adolescentes al momento de asumir la tarea de debatir y reflexionar, así como de la elaboración y presentación de los informes y avances de las investigaciones realizadas, lo que genera una ruptura con el individualismo potenciando el trabajo por el bien común, asumiendo responsabilidad en su proceso formativo.
Todo este proceso estuvo acompañado de la estructuración colectiva del proyecto de aprendizaje servicio elaborado por cada grupo estable, con la participación de cada uno de sus integrantes a partir de sus intereses, lo que demando de investigación, mesas de trabajo, reflexión-acción-reflexión, organizar las ideas a partir de las orientaciones dadas que representaban una guía que al final fue alimentada y nutrida con sus aportes, considerando el proyecto como: estrategia experiencial de múltiples desempeños, que se anclan en situaciones reales y emergen en el marco de los intereses y necesidades de los estudiantes…8
Cada grupo construyó su proyecto de aprendizaje servicio destacando los ejes de interés, acciones concretas a desarrollar en la segunda fase, así como quiénes serían los responsable de cada una, estableciendo el tiempo de duración, cómo querían aprender, los resultados y productos esperados, además de darle un nombre con el cual se sienten identificado (#Caribia city y Ayudando a salvar vida) y de precisar con quienes podían contar en la comunidad para el desarrollo de acciones concretas.
Es relevante destacar que entre los resultados esperados se tiene la creación del Himno de la ciudad9, su simbología y la conformación de brigadas de artes y patrimonio y la de riesgos y primeros auxilios.
En el marco de todas estas acciones se realizaron procesos de valoración de las tareas desarrolladas y de cada uno de los encuentros, incluyendo la actuación de los profesores de Nigel-UBV, que lo hemos estado acompañando en esta primera fase.
El valorar su propia actuación, la de su par y la de los profesores les permitió ser crítico, transparente, justo y con argumento asumir con responsabilidad el juicio emitido, como sujeto con voz propia, capaz de aportar en la construcción de sus proyectos de aprendizajes, pensando de forma creativa y explorando sus propias capacidades y valorando la del Otro, entretejiendo en una urdimbre de reconocimiento y solidaridad desde la acción como sujeto de derecho que ejerce la dignidad en términos del respeto, y visibiliza la otredad a partir de su afirmación y legitimación, en la armonía que representa la dialéctica social que genera relaciones de compromisos.
El romper con la lógica de la racionalidad hegemónica del saber-hacer congelado ha representado el abrir espacio de creación de símbolos y significados a partir de la acción conjunta desde el hecho educativo, rompiendo como dice Barbero con “un saber que no encuentra resonancia en el alumno, pero que se ve obligado a reproducir”10. Desde este ámbito los espacios de socialización permanente en los encuentros de los grupos estables representan lo que desde Nigel hemos llamado asambleas cognitivas:
Espacios de producción cognitiva que incentiva y fortalecen la participación y protagonismo de los sujetos que interactúan, al establecer un diálogo sin intermediarios que interpreten que fue lo que quiso decir, experimentando la práctica de la democracia participativa11.
Estos espacios de diálogo, reflexión e intercambio contribuyen a romper con el monologo con uno mismo, lo que conduce al encuentro del Otro en una dialogicidad que hace posible como diría el maestro Bigott “la doble vehiculación entre saberes académicos y populares”12, estando presente la coexistencia de la comunicación como reflexividad crítica, ambiente de aprendizaje, de encuentro y desencuentros que dieron paso a que los estudiantes que conforman los diferentes grupos de estables socializaran y presentaran los avances de sus diferentes trabajos, dentro de los cuales podemos destacar tres momentos significativos: a.- Socialización de los proyectos de aprendizajes, b.- Participación en el Congreso Pedagógico Circuital de la ciudad y c.- Presentación de su proyecto de aprendizaje en la feria de proyectos del liceo.
En un primer momento de socialización los grupos estables presentaron al colectivo en general su trabajo estructurado y organizado en un proyecto de aprendizaje servicio, exponiendo los aspectos relevantes y de su interés, con la intervención y aportes de cada uno de sus integrantes, respondiendo a las interrogantes planteadas por los presentes, siendo espontáneos, abiertos y seguro de sí mismo, con capacidad propia para pensar y actuar al momento de hacer su participación, respetando los aportes de su par, así como argumentando las respuestas sobre las preguntadas formuladas.
En un segundo momento los estudiantes de los grupos estables participaron en el Congreso Pedagógico Circuital de la ciudad13 en donde expusieron su proyecto de aprendizaje servicio, durante la misma como plantea Romero:
… se observó una alta tensión por parte de los estudiantes, respecto de sus expresiones estéticas, dialógicas y reconstructivas que permitió reconocer, como primera expresión de los grupos estables en contexto comunitario, las potencialidades explicativas y argumentales que poseen adolescentes de 12 años a 16 años respectivamente, provenientes de hogares con ingresos modestos, y residentes en la ciudad14.
A pesar de las tensiones15 que desde mi mirada son creativas, el encuentro fue fluido, espontáneo, libre, lleno de confianza, con una expresión oral que daba cuenta del trabajo realizado y de los aprendizajes logrados, así como del compromiso adquiridos por los estudiantes en el trabajo del grupo estable y su interés porque los mismos perduren en el tiempo y pueda la ciudad contar con ellos, asumiendo dentro de los compromisos el componer y presentar el Himno de la ciudad. Por otra parte Romero destaca:
El diálogo entre el grupo estable exponiendo en la asamblea circuital16 propició un intercambio de significatividad sobre el valor y el rol que tienen los grupos estables para el circuito educativo de la ciudad, y para el sistema educativo en sus diversas modalidades, puesto que otros grupos también participaron, otros culturales, quienes permitieron un clima de mucha alegría para los integrantes del congreso circuital17.
En este contexto los adolescentes recibieron felicitaciones por el trabajo que vienen desarrollando en los grupos estables, generando expectativas sobre el proceso de transformación pedagógica y curricular que se adelanta en la ciudad, al abordar problemas reales, plantearse retos y desafíos en los productos esperados en su proyecto y los aprendizajes logrados, lo que dirige su mirada hacia procesos de enseñanza y aprendizaje donde está presente lo estético-lúdico, el pensamiento crítico, la lógica, la solución de problemas, así como la iniciativa, la creatividad e innovación. Favoreciendo el uso de los instrumentos propios de la intuición de la razón sensible en lugar de la memorización.
Un tercer momento estuvo signado por la intervención de los grupos estables en la Feria de proyectos de Aprendizaje del Liceo, donde confluyeron los dieciséis grupos que hacen vida en él y socializaban los avances y logros de cada uno. En expresión de Romero se destaca:
Vimos como al expresarse los estudiantes de grupos estables lo hicieron desde sus propias estructuras mentales por una parte, pues solo cuando se refirieron a los textos que tenían elaborados, acudieron a ellos para referenciar procesos, situación que nos hizo evidente el conocimiento no memorístico, es decir el conocimiento significativo, tal como lo subraya David Ausubel cuando al referirse a los aprendizajes previos o conocimientos iniciales, los estudiantes pudieron exponerlos, a veces sin apoyo de las láminas, es decir, mediante los aprendizajes adquiridos. Mostraron comprensión y recuerdo, procesos intelectuales que presuponen aprendizajes adquiridos integrados a las estructuras mentales contenidas en su pensamientos18.
Como se refleja en lo dicho por el autor los estudiantes de los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria expusieron delante de sus pares y de sus profesores de las áreas de formación, su proyecto de aprendizaje servicio, de manera espontánea, con fluidez, seguro de sí mismo y con confianza en los pasos dados.
Al hacer este recorrido por las prácticas y experiencia de los grupos estables y profundizar mirando al interior de los encuentros surge un elemento que no podemos obviar, como fue el desarrollarlos en diversos espacios que incluyeron la Casa Parroquial, el salón de uso múltiples de la Escuela Ecológica Nacional Bicentenaria “Samuel Robinson”, el centro de formación e investigación en el simoncito Gual y España y el comedor del propio Liceo “Gran Cacique Guaicaipuro”, apuntando a los planteamientos de Figueredo
Una escuela que arquitectónicamente tenga una estructura sin aulas, tal como la conocemos… laboratorios, diversos sitios donde intercambiar ideas con personas de diferentes edades y puntos de vistas. Con diversos ambientes de aprendizajes, donde los niños como sujetos de derecho y principales actores del proceso enseñanza y aprendizaje tengan la libertad de escoger y el ejercer democráticamente su derecho a una educación de calidad19.
La movilización que representó el transito a pie por la ciudad compacta permitió observar y valorar que los adolescentes al tener que salir de los espacios del liceo se mantenía unidos, en un clima de camaradería, diálogo, respeto e incluso no entraban en los diferentes espacios sin la respectiva autorización. Lo que denota de acuerdo con Figueredo:
La emergencia de grupalidades entre sujetos distintos y plurales que demandan mutuamente su reconocimiento en su propia voces, transformándose en sujetos en el proceso de construir historia, creando nuevos espacios de discurso para reescribir y escribir narraciones culturales pluridiversa y definir los términos desde la perspectiva de la cotidianidad de su quehacer diario20.
Todo ello genera interacciones y relaciones sociales que abonan y construyen una convivencia armónica del buen vivir en el metabolismo social de la ciudad, en la proximidad con el otro que es su par, como dice Freire:
La existencia en tanto humana no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras, sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir humanamente es “pronunciar” el mundo… Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra…, decirla no es privilegio de algunos, sino derecho de todos los hombres. El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo21.
Lo que demanda reflexión, aceptación del Otro, y el respeto por las diferencias que se genera en la dinámica donde se produce los intercambios, en los procesos de interacción que transita en los distintos espacios de convivencia. La tarea es continuar abriendo espacios para la consolidación de los grupos estables en la convivencia cotidiana que generan prácticas de solidaridad, respeto, tolerancia, permeando las formaciones colectivas y que exista coherencia entre el discurso y el accionar para el fortalecimiento de la cultura que emerge de ellos.
LA CULTURA DE LOS GRUPOS ESTABLES
En la experiencia vivida con dos grupos estables (Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria) del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia que están bajo nuestro acompañamiento académico (Nigel-UBV), ha emergido una cultura que tiene relación con su hábitat, hábitos, comunicación y los valores que se manifiesta en su accionar cotidiano, potenciando la capacidad del trabajo colectivo por el bien común, en un ambiente de respeto, justicia, equidad, reconocimiento del Otro y su valoración.
En este marco de ideas, es de particular relevancia que el enfoque pedagógico de la pedagogía de contexto que orienta los encuentros de aprendizajes de los grupos estables, permite sintetizar en esta primera aproximación que la cultura: es la combinación de los sueños y de los procesos de transformación en el esfuerzo por desarrollar una praxis que encamina hacia la potenciación y el desarrollo de las capacidades de los adolescentes que forman parte de los diferentes grupos, que en un esfuerzo conjunto allanan la frontera del individualismo dando paso al trabajo colectivo por el bien común. En donde se combinan los sueños, los deseos humanos, la pasión y el creer en lo que hace.
La cultura que emerge encuentra asidero en un proceso de transformación pedagógica y curricular que asume compromisos sobre el cuestionamiento de las prácticas reproductoras de un saber-hacer como destaca Figueredo:
Caracterizado por el esquema de un pensamiento único, donde el pensar y actuar están guiados por directrices previamente establecidas que configuran la relación sujeto-conocimiento-contexto. Obviando las relaciones de intersubjetividad, dejando a un lado el vínculo idea-creación, que posibilita la construcción del aprendizaje a través del diálogo de saberes22.
En este sentido, la pedagogía de contexto abre un abanico de posibilidades a racionalidades diferentes y a considerar las creencias y prácticas generales de los diferentes integrantes de los grupos estables, que configuran relaciones e interacciones sociales bajo una lógica del respeto por su par y por el Otro, capaz de inventar, innovar, defender y argumentar sus compromisos ejerciendo su libertad.
El esfuerzo apunta a la educación con libertad, donde las normas que rigen los encuentros de aprendizajes son de común consenso, lo que le permite asumir su rol protagónico, reglamentar su acciones, aportar en la construcción del conocimiento, el tomar decisiones y hacer propuestas concretas de cómo piensa, ve las cosas y qué podemos hacer, rompiendo con el modelo de disciplinamiento de la mente y el cuerpo como señala Castro-Gómez23 que el comportamiento de los niños era reglamentado, vigilado y sometido a la imposición de conocimientos, hábitos, valores y modelos culturales que le permitieran asumir su rol productivo en la sociedad.
El quebrantar está lógica genera una cultura del respeto, una ética de valoración del Otro, del trabajo en colectivo por bien común, distinguiendo una formación donde cada uno de los sujetos, agentes y actores aporta elementos significativos en la producción de conocimiento, abiertos a una disertación permanente, impactado las acciones reales.
El apreciar y comprender el valor y significado del trabajo en grupo, construyendo un enfoque alternativo en lo que representa la labor colectiva, solidaria, responsable, comunicativa, nos plantea como desafío el abrir espacios para la multidiversidad de pensamiento, al trabajo por el bien común en el marco de una realidad compleja que impulsa la reflexividad y reconocimiento del Otro, en una dinámica inacabada.
Todo esto nos reafirma que no podemos prescindir de la cultura, vivimos en ella y tiene un cariz sencillo y cotidiano cuando emerge de la cotidianidad que representa los grupos estables y otorga una identidad propia construida con el Otro, en el marco de la libertad planteando transformaciones permanentes.
DIMENSIÓN ESTÉTICA DE LOS GRUPOS ESTABLES
El hablar de la dimensión estética como categoría que nace de las relaciones e interacciones que se generan entre los grupos estables permite plantearla como patrimonio cultural, entendido como los rasgos distintivos, afectivos, intelectuales que los caracteriza como emergente de una cultura que reside en la capacidad de transformación que anima los intercambios entre pares (adolescentes), que aportan en la construcción de un modelo alternativo educativo-pedagógico que engloba el derecho a tener voz propia, así como el respetar las diferencias, trascendiendo lo que comúnmente conocemos como lo estético.
Los grupos estables en el espíritu de su cultura se han organizado por voluntad propia, intereses compartidos, afinidades, generando empatía en lo que Ramírez llama el cerebro social:
… la cognición o más bien, el cerebro social marca la pauta en las relaciones de unos con otros. Me refiero entonces a la capacidad de interactuar en grupos, tal vez no homogéneos, en cuanto a sus necesidades y prioridades como sociedad24.
Ello supone capacidad para establecer relación e interacción armónica en una sociabilidad que avanza hacia la consciencia de sí mismo y la del Otro, como seres con quienes se comparten algunos intereses, pero que a su vez tienen su propia individualidad que tributa hacer el grupo heterogéneo y enriquece el debate y la reflexión al expresar y exponer su punto de vista, potenciando el diálogo y la producción de conocimiento.
El espíritu de la cultura de los grupos estables se enriquece y se nutre en el encuentro con el Otro para ser un nos-Otro, en la medida en que cada uno de los sujetos, agentes y actores asumen su rol protagónico a través de pensar y resignificar las acciones que se dan en su cotidianidad, en el proceso de la acción que conduce a la reflexión-acción permanente, enraizada en una práctica de libertad en el ejercicio de la autonomía y emancipación del pensamiento que se revela y enfrenta contra las imposiciones haciendo uso de su conciencia crítica.
En este marco de ideas, la dimensión estética de los grupos estables Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria ha emergido en el seno de las relaciones e interacciones entre pares, estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro de Ciudad Caribia, adolescentes cuyas edades oscilan entre los 12 y 16 años, y la misma está cargada de sus sistemas de creencias, eticidades, valores del contexto geohistórico de la ciudad socialista, ecológica sustentable, siendo el resultado del trabajo colectivo en grupo y de los procesos dinámicos, flexibles y actividades secuenciales en complejidad creciente que representa la pedagogía de contexto, en el marco de la transformación pedagógica que se adelanta en el sistema educativo de la ciudad, en especial en educación media.
De aquí que podemos decir, que la dimensión estética se sale de los parámetros tradicionales que la asocian exclusivamente con el artes y la belleza, dejando a un lado los procesos naturales de la vida cotidiana donde tienen múltiples miradas, esta dinámica nos conduce a una legitimidad simbólica que reconoce el trabajo por el bien común como centro de los procesos de transformación que generan una identidad y sentido de pertenecía con el grupo estable.
Lo que promueve una dimensión estética cargada de nuevas objetividades enmarcada en un proceso reflexivo, crítico y dialógico, que reflexiona críticamente las prácticas que se desarrollan cotidianamente en los encuentros de aprendizajes de los grupos estables para la teorización, que permite construir nuestros propios referentes en una realidad compleja.
A MODO DE REFLEXIÓN FINAL
El reflexionar críticamente las prácticas de los grupos estables desde la experiencia en Ciudad Caribia, en especial en Artes y patrimonio y Acción científica, social y comunitaria, promueve un espacio de diálogo y debate en torno al proceso de transformación pedagógica que demanda la creación de una paidós que dé respuestas a las exigencias del siglo XXI, cónsona con el contexto geohistórico de una ciudad con características socialista, ecológicas y sustentable, así como la promoción del desarrollo de una cultura de nuevas eticidades, valores y criterios culturales orientados a la génesis de proximidad de un nuevo sistema de relaciones sociales.
Todo este proceso ha demandado sacar a los sujetos, agentes y actores del hecho educativo de su zona de confort, lo que ha representando resistencia a otra forma de actuar y de pensar desde otras lógicas cognoscitivas, metódica y ética en la especificidad que representa procesos creadores, en una dinámica del reconocimiento mutuo, generando una cultura de los grupos estables sustentada en el respeto, la solidaridad y el trabajo por el bien común.
Por otra parte la dimensión estética como patrimonio cultural rompe con los cánones tradicionales de artes y belleza, abriendo un abanico de posibilidades que nos conduce al autoconomiento y reconocimiento que permite construir identidades y sentido de pertenencia, a mirarnos desde diversos ángulos que generan transformaciones internas que tiene que ver con la educabilidad del ser y nuestra capacidad de autorrealización y de hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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