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La nueva educación según Sugata Mitra

Por: Pablo García de Vicuña

Orientarse adecuadamente en el complejo mundo actual requiere más de compañeros/as de viaje que de omnipotentes guías. La pasada semana hemos conocido las ideas del ingeniero y profesor de la Universidad de Newcastle, Sugata Mitra [1] sobre la necesidad de prescindir de los exámenes como sistema evaluador del alumnado. Su “revolucionario” método –se nos informa- es seguido en 50 países y fue en 2013 merecedor del prestigioso TED Prize. Ha pasado por España para explicar su programa SOLE (siglas en inglés de aprendizaje colaborativo) en tres centros madrileños.

En opinión de Mitra “la época de las trincheras ha terminado y los estudiantes  ya no necesitan aprender con la amenaza y el miedo como una constante”. En su charla, ‘Construyendo una escuela en la nube’, señala la importancia de  situar Internet en el centro de aprendizaje y de sustituir definitivamente unos programas académicos que responden a la época de las naciones-imperio por otros en los que el alumnado sea capaz de responder mediante la búsqueda internauta a las preguntas inteligentes que proponga el profesorado. Una metodología anticuada que se base únicamente en el aprendizaje memorístico de los interminables programas escolares, convenientemente examinados por el profesorado, estará condenada al fracaso, según este profesor hindú. Es necesario, por tanto, recuperar el interés del alumnado, eliminar su miedo y sustituirlo por su afán de conocer.

Sin  sumergirnos demasiado en teorías pedagógicas, recordamos algunas que buscan un fin tan noble como la expuesta. El método Montesori, por ejemplo, fue una propuesta entre fines del XIX y comienzos del XX de la propia María Montesori que buscaba unos objetivos loables: liberar el potencial de cada niño/a para que se desarrolle en un ambiente adecuado (integral, con sus máximas capacidades intelectuales, físicas y espirituales) coincidente con el propio desarrollo físico y psíquico del educando. Para conseguirlo, en opinión de la educadora, era necesaria una escuela transformada, distinta al lugar de transmisión de conocimientos específicos del profesorado y que se abriese al trabajo libre con material especializado.

Más recientemente, a partir de los años 80 del siglo pasado (en nuestro país, los 90, apoyada en los cambios que propuso la LOGSE), se desarrolla otra metodología que busca un revolcón educativo: la de las comunidades de aprendizaje, proyecto basado en la transformación social y educativa de un colectivo, gracias a actuaciones educativas de éxito. Para conseguirlo, las interacciones y  la participación de la sociedad serán claves. De ahí que sea común en los centros educativos que se decantan por esta metodología colaborativa la presencia constante de familiares, amigos/as, vecinas/os del barrio, voluntarias/os, asociaciones junto a profesorado y alumnado. El bilbaino, Ramón Flecha, catedrático de Sociología por la Universidad de Barcelona, ha sido uno de los principales impulsores de esta metodología que continúa creciendo anualmente en los centros vascos.

Es justo reclamar para las y los docentes un reconocimiento explícito de su profesión

¿Dónde está, por tanto, la novedad en la propuesta del hindú  Sugata Mitra? En mi opinión, en dos cuestiones: en la importancia que concede a Internet y las redes sociales en su proyecto de aprendizaje y en el papel secundario que otorga en todo el proceso al profesorado.

Sobre la primera cuestión, el profesor Mitra es un convencido propagandista más de las ventajas educativas de Internet (instantaneidad de la información, comodidad en el acceso, autoaprendizaje,…), que no cuestiona ninguna de las críticas que desde la educación se hacen (segregadora, elitista, escasez de filtros de accesibilidad, “aisladora social”, …). Se plantea este profesor un aprendizaje del conocimiento a través de una herramienta menos extendida de lo que las grandes multinacionales nos quieren hacer creer y con evidentes tintes de fomentar la brecha digital entre sus propios usuarios/as. Un aprendizaje que tiene por valor máximo el ser autodirigido, pero que olvida la importancia de la procedencia familiar, social y económica del entorno vecinal del educando en la configuración de las propias preguntas que dirigirán su aprendizaje y condicionarán su conocimiento.

Probablemente sin más relación que la que mi cerebro produce, he recordado un artículo leído sobre  las fantasías políticas de una educación urgente, consecuencia de la aplicación a ésta de las características de la “Política urgente”[2], ahora en boga: contratos externos que recaban la recogida y el análisis de datos realizados desde una educación internacional basada en el negocio (la editorial Pearson, por ejemplo) y cómo se traducen así preocupaciones más localizadas (las de los propios centros educativos, se entiende) con la mejora del rendimiento escolar a nivel estatal-internacional.  ¿Debemos entender como casual que parte de los datos que la OCDE recoge de su prueba PISA sean traducidos al banco de datos de Pearson Learning Curve para, desde allí, ofrecerse específicamente como solución a los problemas educativos locales? Difícil de creer tal casualidad. Más aún cuando la relación Pearson-OCDE está llevando a buscar técnicas de estudio que a través de análisis informáticos de recogidas de datos conducirán a una personalización y optimización del aprendizaje.

Estas nuevas técnicas, en opinión de la analista estadounidense Heather Roberts-Mahoney, supondrán la transformación del profesorado en “recolector de datos”, dado que  “ ya no se deben tomar decisiones pedagógicas, sino más bien gestionar la tecnología que será la que las tomará por él, dado que las decisiones de los planes de estudio, así como las prácticas de enseñanza, se reducirán a algoritmos determinados por sistemas basados en análisis informáticos de adaptación que creen un aprendizaje personalizado, permitiendo con ello que la toma de decisiones se realice de modo externo al aula.”

Lo que nos devuelve al razonamiento de Sugata Mitra sobre el papel del profesorado en el aprendizaje. Si no le interpreto mal, al colectivo docente le cuestiona la capacidad de enseñar y le adjudica tan solo la de acompañamiento en el aprendizaje.

En su opinión, el alumnado tan solo necesita al profesorado para que le ayude a abrir su mente; el resto, dependerá únicamente del proceso colaborativo que este alumnado realice entre sí, de cómo se organice y de las ganas de investigar que tenga.

Compartiendo que orientarse adecuadamente en el complejo mundo actual requiere más de compañeros/as de viaje que de omnipotentes guías, es justo reclamar para las y los docentes un reconocimiento explícito de su profesión, más allá de los estrechos límites que le confiere Sugata Mitra. Ese acompañamiento en el aprendizaje siempre deberá  ser entendido en el sentido más amplio del concepto acompañar: asistirle en ese proceso, agregar su conocimiento y experiencia, participar de sus sentimientos, coincidir con sus objetivos.

Referencias:

[1] http://economia.elpais.com/economia/2016/09/18/actualidad/1474226496_636542.html [2] Jamie Peck y Nick Theodore “Fast Policy”: decisiones políticas hechas en una jurisdicción influenciada por el eco de otros lugares y “modelos” globales de política, ejercen a menudo un poder normativo a pesar de provenir de lugares a una distancia considerable.

Consulta la nota en: El Diario España

Fuente: http://redesib.formacionib.org/blog/la-nueva-educacion-segun-sugata-mitra?xg_source=msg_mes_network

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Educación y cultura

Por: Juan E. Daroqui

Creo que la mayoría podríamos estar de acuerdo en que la educación y la cultura es la base de la libertad de las personas. Al menos intelectualmente hablando.

Asimismo, es la base del progreso y del avance de las sociedades. Un buen sistema educativo, que inculque cultura y valores a las personas, hace que los países avancen y que sus ciudadanos sean más libres.

Muchos de los problemas actuales estarían resueltos con una buena base educativa. Si desde niños se inculcaran los valores de respeto e igualdad entre hombres y mujeres, el problema de la violencia de género, por ejemplo, sería muchísimo menor. Seguro.

La educación y la cultura no solo propician los avances tecnológicos, también suponen avances sociales. Consecución de mayores derechos y por lo tanto progreso.

Los países que no se preocupan por la educación de sus niños, no solo están condenando a estos a una vida peor, sino que el mismo país está arruinando su propio futuro.

¿A qué viene todo esto?.

A que recientemente se publicó un informe del Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en el que se dice que al menos unos 263 millones de niños se encuentran sin escolarizar en todo el mundo, 61 millones de niños de entre seis y once años no tienen acceso a la educación primaria, una cifra a la que se suman 60 millones de menores de entre doce y catorce años y al menos 142 millones de entre quince y diecisiete años.

“Unos 124 millones de niños y niñas en todo el mundo no van a la escuela a causa de la pobreza, la discriminación, los conflictos o la falta de infraestructuras y maestros” según UNICEF.

Lógicamente esto ocurre, sobre todo, en países subdesarrollados (África subsahariana) o en zonas en conflicto, con los niños desplazados y refugiados. Además en todos los casos las niñas están más afectadas que los niños.

La educación, además de un derecho humano, es la base del buen desarrollo de las personas y las sociedades. Como dice UNICEF en su Web:

“La educación contribuye a mejorar la vida y es una pieza clave para acabar con el círculo de pobreza que amenaza a muchos niños de países en desarrollo.

Permite a los niños y niñas adquirir el conocimiento y las aptitudes necesarios para adoptar formas de vida saludables y asumir un papel activo en la toma de las decisiones que les van a afectar en el futuro.

Una niña que va a la escuela, se casará más tarde, tendrá menos hijos. Además, sus hijos tendrán más posibilidades de sobrevivir, porque estarán mejor alimentados y recibirán una educación.

Una educación basada en los derechos es la vía para acabar con algunas de las desigualdades más arraigadas en la sociedad.”

Pero mucho han de cambiar las cosas para reducir considerablemente la cifra de niños sin escolarizar.

Los países en esta situación necesitan ayuda ya que solos no pueden hacerlo, y puede que, en algunos casos, no quieran hacerlo. Las autoridades de muchos países se han propuesto ofrecer ayuda para que todos los niños reciban una educación primaria y secundaria en 2030. Está muy bien ponerse objetivos y metas, pero lo que hay que poner es recursos para conseguirlo. Solo con ilusión no vale.

Parafraseando a mi amigo José, en filosofía impura, donde la haya, lo mejor para un sátrapa es un pueblo inculto.

Fuente: http://www.informavalencia.com/2016/09/28/educacion-y-cultura/

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Argentina: Nuevos cursos de capacitación para docentes sobre bulimia y anorexia

Argentina/ Septiembre de 2016/Aimdigital

Aluba Fundación Centro Paraná, desarrolla en la capital provincial cursos de capacitación sobre anorexia y bulimia nerviosa en niños y adolescentes: Herramientas para la prevención y detección, destinados a la formación profesional para docentes, directivos de las instituciones educativas, estudiantes y público en general en todo el territorio provincial, como así también a profesionales del área de la salud y estudiantes de las mismas, registró AIM. En este caso, las fechas previstas son 16 y 30 de septiembre.

El curso está orientado a la capacitación en el conocimiento de trastornos alimentarios, bulimia, anorexia y otros desordenes de la alimentación, con el objeto de ofrecer las herramientas para la detección, prevención y atención de la enfermedad.

Lo recaudado en este curso se utiliza para financiar tareas de prevención en escuelas de toda la provincia y sostener el Centro de Atención de la fundación, donde se brinda tratamiento gratuito a pacientes sin recursos y derivados de hospitales públicos de toda nuestra provincia.

Según destacaron desde la organización, el curso está avalado por el Consejo General de Educación (CGE), bajo la resolución 1684/16, otorgando un puntaje de 0,30.

Asimismo, comentaron que las fechas programadas en cada ciudad se pueden consultar a cursofundacioncentrootmail.com o a los teléfonos 0343 4223873/ 4221264. A los mismos medios se pueden comunicar para inscribirse.

Este curso, se lleva a cabo en dos encuentros presenciales, y dos virtuales, donde se les envía material de estudio, y el trabajo práctico. El costo del mismo es de 250 pesos o dos cuotas de 125 pesos.

Los cursos están destinados a docentes de nivel primario, secundario y de nivel superior, estudiantes de profesorados Psicológicos, Psicopedagogos de instituciones educativas y público en general.

En Paraná, Aluba funciona en una sede ubicada en Courreges 456. Aquí se dictan cursos y atienden a pacientes a diario. Se trata de una casa amplia con dos salones de usos múltiples que serán prestados sin ningún costo a otras organizaciones que no cuenten con lugar para poder funcionar.

La casa cuenta también con cuatro consultorios y una sala de terapeutas donde trabajan psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos, además de un terreno donde hay lugar para practicar deportes y producir una huerta orgánica en la que de acuerdo a lo que se produzca, se donará a gente que lo necesite.

En Argentina, Aluba fue fundada en el año 1985 por iniciativa de la Dra. Mabel B. Bello.

Inicialmente su sede estaba registrada en la ciudad de La Plata y tramitó y obtuvo su Personería Jurídica en el mes de julio de 1986.

En el año 1989 –tras cumplimentar con todas las formalidades legales pertinentes- traslada su Sede a la Capital Federal.

A lo largo de su intensa y fructífera vida institucional, Aluba no sólo exhibe su condición de ser la entidad pionera y líder en el campo de las Patologías Alimentarias en la Argentina, sino que logra trascender las fronteras, ya que opera con éxito en Uruguay y es reconocida en Europa por el alto índice de recuperación de sus tratamientos.

Fuente: http://www.aimdigital.com.ar/2016/09/09/nuevos-cursos-de-capacitacion-para-docentes-sobre-bulimia-y-anorexia/

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¿Tiene sentido hablar de la apropiación del conocimiento tecnológico?

Santiago José Roca

Generalmente, cuando se habla de «apropiación del conocimiento», suelen entretejerse al menos tres nociones del concepto: como divulgación, como transferencia y como construcción social del conocimiento.

La apropiación del conocimiento, como divulgación, supone un conjunto de actividades para difundir unilateralmente contenidos sobre alguna rama del saber. La «apropiación» se supone como un efecto de la recepción de los contenidos, y puede equipararse a la transmisión de saberes a través de algún medio de difusión. Esta perspectiva incluye aquellas actividades orientadas a la «popularización» o «divulgación» del saber, realizada con técnicas propias de la comunicación formal o informal.

La apropiación del conocimiento, como transferencia, incluye un conjunto de actividades para el «traslado» de conocimientos de una comunidad cognitiva a otra. La introducción de un conjunto de conocimientos e infraestructura provenientes de un contexto cultural y territorial, en otro, y su asimilación en el discurso y las prácticas tecnológicas del receptor, es lo que permitiría dar cuenta del proceso de «apropiación». Desde esta perspectiva es que se comprenden los programas de adopción de nuevas tecnologías en general, particularmente en ciertos ámbitos de políticas públicas.

La apropiación del conocimiento, como construcción social, es de seguro la perspectiva idealmente más ambiciosa. Supone un conjunto de actividades para que la apropiación forme parte de un proceso de construcción colectiva de un sistema técnico / tecnológico de producción. La apropiación sería observable por la adaptación crítica de nuevas tecnologías, y por la generación de capacidades para abordar la formulación de problemas técnicos y darles respuesta propia. Esta perspectiva favorece la conformación de unidades productivas de escala humana, la puesta en marcha de empresas liberadas, la creación de cooperativas de base tecnológica, la formación de redes de innovación… Es decir, todas aquellas experiencias de producción que involucren un componente tecnológico y cuya constitución no se comprende como un hecho definido verticalmente (el determinismo de la racionalidad funcional, el poder fáctico de los agentes tecnológicos hegemónicos) sino horizontalmente (la razón comunicativa, la construcción del saber entre pares-productores).

Las tipologías de este tipo suelen ser contrastantes. Por ejemplo, cuando Mario Kaplún habla de tres tipos de comunicación: orientada a efectos, a conductas y a procesos (Kaplún, 1998), está estableciendo una diferenciación entre dos perspectivas dominantes y una apuesta política. También es el caso de la tipología que acabamos de presentar. Pero por ello es necesario indagar sobre los fundamentos de la perspectiva constructiva y sus posibilidades de expansión.

A diferencia de las primeras dos categorías, cuando hablamos de apropiación como construcción social no entendemos la técnica y la tecnología sólo como contenidos (susceptibles de “transmisión” con cierta lógica bancaria, siguiendo a Freire), ni solamente como un instrumento (“transferible”, como infraestructura y paquetes de saber-hacer). Vemos en la tecnología el conjunto de saberes individuales y colectivos, explícitos y tácitos; así como también el lugar funcional – y político – que asumen los sujetos en un sistema de producción – cuya base es necesariamente cognitiva e incluye artefactos.

Además, aunque el saber puede mostrarse como un conjunto de contenidos comunicacionales, y también puede estructurarse como un cuadro de contenidos epistémicos, prácticas técnicas y patrones de actuación tecnológica, el concepto de “tecnología” no puede restringirse sólo al conjunto de relaciones funcionales, y la vemos, en un nivel más general, como una manifestación de las relaciones políticas y socioculturales imperantes.

Pero exploremos el primer nivel. Tengamos en cuenta que todo sistema (socio)técnico puede describirse por la interrelación entre una dimensión socio-cognitiva y una dimensión físico-funcional. La interacción que tiene lugar entre estas dimensiones, que es una dinámica de producción, puede comprenderse como una dinámica sociotécnica (Thomas y Fressoli, 2009). Por lo tanto, la «apropiación» en los sistemas técnicos / tecnológicos concretos puede verse como la manera en que un conjunto de saberes, prácticas técnicas e infraestructura se integran en una dinámica de este tipo. En otras palabras, si caracterizamos una dinámica sociotécnica como un proceso de producción, la «apropiación» se presentaría como la manera en que determinados conocimientos y dispositivos se incorporan conscientemente en el mismo, modificándolo.

Cuando hablamos de un sistema de producción no nos estamos refiriendo de forma restringida a un sistema lineal que sólo produce bienes tangibles, sino más bien buscamos una forma de caracterizar a los sistemas sociotécnicos en general. Tomemos en consideración tres ejemplos de sistema sociotécnico: una unidad administrativa de planificación, un aula de clases y un cultivo bajo techo. Recordemos que lo que describe al sistema sociotécnico es la integración entre la dimensión socio-cognitiva y la dimensión físico-funcional o, por representarlas de algún modo, la dimensión organizacional y la infraestructura tecnológica.

En una unidad administrativa de planificación se procesa información y se producen actos de decisión que tienen como soporte registros concretos. En un espacio de enseñanza-aprendizaje, se gestiona la información a través de la relación entre profesores y alumnos, tomando en cuenta que el aprendizaje puede apreciarse a través de productos. En un cultivo bajo techo, como un invernadero, se procesan insumos como las semillas y los nutrientes, y se cosecha la producción agroalimentaria. Cada uno de estos casos, mutatis mutandis, puede verse como un sistema sociotécnico en el que existe cierto modo de integración entre las dos dimensiones antedichas.

Podemos imaginarnos una situación 1 y una situación 2 como los momentos “inicial” y “final” del proceso de apropiación de una nueva tecnología. La distancia entre la situación 1 y 2 podríamos describirla como la trayectoria del proceso de apropiación. La dinámica sociotécnica es el modo en que sujetos y sistemas funcionales interactúan entre sí, a través de conocimientos explícitos, tácitos, roles funcionales y respuestas instrumentales. La trayectoria sociotécnica es cómo este proceso cambia a lo largo de un período de tiempo. Supongamos que la nueva tecnología es un software o un hardware adecuado para el cumplimiento de los fines de cada sistema organizacional. La integración del software o del hardware en el sistema funcional y organizacional sería el resultado del proceso de apropiación.

Pensemos, claro está, en implementaciones tecnológicas cuyo impacto cognitivo e instrumental tenga posibilidad de ser significativo para el sistema: una metodología de planificación que se apoya en un sistema de información; un programa educativo de enseñanza a través de las TIC con sus respectivos contenidos y aplicaciones; un dispositivo electrónico de automatización de riego u otros procesos. En la unidad administrativa de planificación sería de esperarse que, desde una perspectiva constructiva, la apropiación integral de la herramienta modifique el modo de producción y genere cambios organizacionales; es decir, que las decisiones comiencen a tomarse de otra forma. En el caso de aula de clases, la incorporación de computadoras con software educativo en el programa pedagógico debe generar cambios en la dinámica de enseñanza-aprendizaje. En la unidad de producción agrícola podrían observarse también cambios en los procesos de producción.

En ocasiones, algunos cambios organizacionales se realizan solamente para ajustarse a las nuevas herramientas, pero no se dan conscientemente ni logran afectar la dinámica como un todo (por ejemplo, se le da a los niños una hora dentro de la rutina diaria para estudiar con la computadora, pero la herramienta no se integra orgánicamente en el proceso de aprendizaje), lo que quiere decir que sigue teniendo peso la dimensión físico-funcional, y que la relación entre el dispositivo y el ser humano está mediada por el uso y el rol técnico asumido. La apropiación se da integralmente, en sentido constructivo, cuando la herramienta se incorpora en la dinámica socio-cognitiva y funcional del sistema sociotécnico. Es decir, cuando la adopción de nuevos conocimientos y aplicaciones permite la reformulación consciente del sistema sociotécnico de producción, al asumirse los individuos como sujetos del construcción del mismo desde las dos dimensiones.

La diferencia entre la apropiación como transferencia y como construcción social también avanza por otro lado. La transferencia supone el ajuste del receptor a las indicaciones socio-cognitivas y funcionales del modelo tecnológico importado a su sistema de producción. Aquí entendemos la relación entre sujetos y dispositivos / sistemas tecnológicos como determinada funcionalmente. La construcción del sistema sociotécnico, así sea idealmente, supone el conocimiento y la toma de consciencia en torno a las variables del sistema de producción, y propicia la oportunidad para la transformación creativa. Si en la primera se adoptan los patrones técnicos / tecnológicos de forma automática, en la segunda se hace de forma crítica y reflexiva.

Claro está, esta perspectiva asume que, en un contexto instrumentalista, los sujetos técnicos ordinarios sufren un proceso de reducción de su capacidad creativa para adecuarse a un sistema funcional. Supone, también, que pueden voluntariamente participar en procesos de decisión colectiva que permitan crear consciencia sobre los fines concretos y últimos de un sistema particular de producción. Por lo mismo, esta perspectiva puede resultar atractiva para quienes se sienten llamados a apoyar la conformación de unidades tecnológicas y de producción de otro tipo, más conscientes de sus relaciones con los seres humanos y con el ambiente, menos restringidas por la vinculación entre lo funcional y el producto, el cual a la larga se concreta socialmente sólo como mercancía.

Entre estas dos concepciones existe otra diferencia. Si la transferencia invita a entender el sistema tecnológico desde la perspectiva instrumental (la relación entre el ser humano y el dispositivo se da a través de la instrumentación del uso y de los roles técnicos), entonces el problema del desarrollo tecnológico es meramente técnico y se encuentra subordinado a la racionalidad funcional. Pero si se abre el espacio para el aprendizaje en torno al sistema – y el proceso de “apropiación” es eminentemente educativo – se encuentra la posibilidad de debatir políticamente no sólo sobre las particularidades del sistema técnico, sino también sobre sus fines como sistema de producción y sobre su propósito en el contexto político y social. En otras palabras, la construcción deliberada de los sistemas sociotécnicos a partir de procesos conscientes de apropiación, representa una ocasión para cerrar la brecha entre la política y la técnica, o entre los fines sociales y los medios cognitivos para alcanzarlos. Representa, en suma, otra oportunidad para democratizar la innovación y el desarrollo tecnológico.

Referencias

Kaplún, M. (1998). Una pedagogía de la comunicación. España, Ediciones de la Torre.

Thomas H. y Fressoli, M. (2009). “En búsqueda de una metodología para investigar Tecnologías Sociales”. Dagnino, D. (comp.) Tecnologia social: ferramenta para construir outra sociedade. Brasil, IG/UNICAMP.

Fuente del articulo: http://www.aporrea.org/tecno/a206696.html

Fuente de la imagen:https://pixabay.com/es/los-libros-estudiante-estudio-1012088

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Icfes Pruebas Saber 11: consejos para preparar la prueba de sociales y ciudadanas

Colombia/08 de Julio de 2016/Universia

Entrevista a: Andrés Gutiérrez

Aplica estos consejos para afrontar las principales dificultades que presenta la Prueba Saber 11 de sociales y ciudadanas.

El director de evaluación del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes), Andrés Gutiérrez, compartió con Universia Colombia las principales dificultades que se presentan a la hora de realizar la Prueba Saber 11 de sociales y ciudadanas. Si estás preparando la prueba que te permitirá ingresar a la universidad, es conveniente que tengas en cuenta estos consejos para superarla con éxito.

¿Qué estructura posee la Prueba Saber?

La mayoría de las preguntas de sociales y ciudadanas presentan la modalidad de múltiple selección, donde elegirás la respuesta que consideres correcta entre un menú de cuatro opciones. Además, te formularán unas pocas preguntas abiertas que contestarás en pocas palabras.

¿Cuáles son las principales dificultades que se detectaron en los estudiantes cuando enfrentan la prueba de sociales y ciudadanas?

1. Respecto de la interpretación

Una de las dificultades detectadas es consecuencia de la mala interpretación que se hace de la prueba misma. A pesar de que existen especificaciones claras sobre las competencias que evalúa la prueba, en muchos escenarios se la conceptualiza como una prueba de “desarrollo moral” y del “deber ser” (forma socialmente correcta de actuar o pensar) y en esta medida, el estudiante no realiza el análisis o el ejercicio que se plantea.

Adicionalmente, se piensa que la evaluación competencias ciudadanas, indaga sobre la opinión del estudiante y su perspectiva frente a las problemáticas que se le plantean, generalmente temas polémicos y altamente debatibles. Este problema se hace aún más evidente con las preguntas abiertas, en tanto que se las considera como espacios para desarrollar la posición propia, lo que impide que el estudiante cumpla con el ejercicio específico que se le solicita.

2. Respecto de las habilidades y conocimientos que involucra la prueba

La localización en el tiempo y el espacio de procesos, sucesos o prácticas sociales, así como el uso de modelos conceptuales de las ciencias sociales (modelos como democracia, desarrollo sostenible, globalización, liberalismo económico, entre otros), son las principales dificultades a la hora de enfrentar la evaluación.

¿Qué competencias se evalúan en la prueba?

  • Pensamiento social.
  • Interpretación y análisis de perspectivas.
  • Pensamiento reflexivo y sistémico.

 1. Pensamiento Social

¿Qué habilidades y conocimientos de deberán manejarse para rendir la prueba de sociales y ciudadanas?

En la competencia pensamiento social se evalúa si el estudiante identifica y utiliza conceptos básicos de las ciencias sociales que sirven para analizar, comparar y explicar situaciones económicas, políticas, culturales y geográficas. Además, se espera que el estudiante localice en el tiempo procesos, sucesos o prácticas sociales y que comprenda la dimensión histórica de dichos procesos

Aunque no se pide que memorice fechas o datos puntuales, se espera que reconozca las principales características de eventos históricos del siglo XX y que, a partir de ello, pueda realizar ejercicios tales como establecer relaciones entre eventos históricos interconectados o ubicar fuentes primarias en su contexto histórico.

También se evalúa que el estudiante conozca los principios básicos de la Constitución política de Colombia y sepa identificar situaciones donde se vulneran o respetan los derechos ciudadanos. Asimismo, es deseable que el estudiante comprenda el modelo del Estado Social de Derecho para aplicarlo en diferentes situaciones.

Conceptos puntuales que se incluyen en la competencia de pensamiento social

  • Oferta y demanda.
  • División del trabajo.
  • Democracia.
  • Monarquía.
  • Federalismo.
  • Centralismo.
  • Colonización.
  • Migración.
  • Segregación espacial.
  • Representaciones sociales.

¿Cuáles son las principales dificultades que se enfrentan en esta competencia?

Resulta difícil para los estudiantes precisar y utilizar conceptos básicos de las ciencias sociales (económicos, políticos, culturales y geográficos). Esta dificultad puede estar asociada con el grado de abstracción de los conceptos (migración forzada, nación, identidad, etc.), con el hecho de que para entenderlos, es necesario conocer conceptos relacionados y comprender sus usos en contextos específicos que pueden resultarle ajenos. Por ejemplo, la discriminación en Colombia es diferente a la discriminación en un país como Estados Unidos.

Del mismo modo, es difícil para los evaluados conocer la organización del Estado colombiano, sus funciones y alcances de las ramas del poder y de los organismos de control. Lo anterior requiere no solo de la capacidad de entender conceptos abstractos que sustentan principios como la división de poderes, sino comprender modelos conceptuales relacionados con el funcionamiento del Estado.

2. Interpretación y análisis de perspectivas

¿Qué habilidades y conocimientos de deberán manejarse para afrontar la evaluación?

En la competencia de interpretación y análisis de perspectivas se evalúa si el estudiante puede inscribir fuentes primarias (discursos, documentos históricos) y secundarias (libros, artículos) en contextos económicos, políticos y culturales. De igual forma, se valora si el estudiante es capaz de analizar las posibilidades y limitaciones de dichas fuentes. Por otra parte, se requiere identificar y contrastar las perspectivas de diferentes actores y grupos sociales, frente a problemas y temas sociales, políticos, culturales y económicos.

Conceptos puntuales que se incluyen en la competencia de interpretación y análisis de perspectivas

  • Partidos políticos.
  • Sindicatos.
  • Actores armados y el conflicto en general.
  • Problema agrario en Colombia.
  • Pobreza.
  • Narcotráfico.
  • Fuentes primarias y secundarias.

¿Cuáles son las principales dificultades que se presentan en esta competencia?

En este caso, las habilidades y conocimientos más difíciles para los evaluados se vinculan con la capacidad de ubicar una fuente primaria en un contexto económico, político o cultural. También resulta dificultoso evaluar posibilidades y limitaciones del uso de una fuente para apoyar argumentos o explicaciones.

La dificultad en este tipo de preguntas podría estar asociada a dos factores: las características de las fuentes utilizadas en los contextos, y el desconocimiento de eventos históricos incluidos en los estándares de competencias de los grados décimo y undécimo en Colombia.

3. Pensamiento reflexivo y sistémico

¿Qué habilidades y conocimientos de deberán manejarse para superar la prueba de sociales y ciudadanas?

En la competencia de pensamiento reflexivo y sistémico se evalúa si el estudiante puede analizar modelos conceptuales y sus usos en escenarios sociales. Por otra parte, se espera que reconozcan un problema o propuesta de solución que involucran diferentes aspectos y ámbitos como el económico, social o cultural, entre otros.

Conceptos puntuales que se incluyen en la competencia de pensamiento reflexivo y sistémico

  • Democracia.
  • Proteccionismo.
  • Apertura económica.
  • Capitalismo.
  • Desarrollo sostenible.

¿Cuáles son las principales dificultades que se despliegan en esta competencia?

Resulta arduo analizar modelos conceptuales y sus usos en decisiones sociales, lo cual puede estar relacionado con la dificultad de procesar conceptos abstractos. Este ejercicio implica, no solo identificar conceptos básicos de las ciencias sociales, sino relacionarlos entre sí, a partir de conocimientos previos de los mismos, para entender un modelo conceptual más complejo y su posible aplicación en un determinado contexto social e histórico.

Gutiérrez recomienda que los estudiantes tengan en cuenta que en las preguntas de la prueba de Sociales y competencias ciudadanas NO se piden opiniones ni juicios de valor sobre los temas planteados

Tips para superar con éxito la prueba de sociales y ciudadanas de Saber 11

Antes de presentar la prueba de sociales y competencias ciudadanas, es fundamental que el estudiante lea los documentos de orientación y se familiarice con los temas que se evalúan y tipos de preguntas que se plantean

Se recomienda tener en cuenta que en las preguntas de la prueba de sociales y ciudadanas no se piden opiniones ni juicios de valor sobre los temas planteados. Por lo tanto, las respuestas deben enfocarse en contestar o cumplir con lo solicitado en el enunciado o pregunta.

Es importante recalcar que los temas evaluados corresponden a los estándares del Ministerio de Educación, de modo que la prueba se ajusta a lo que se espera que sepan los estudiantes en cada grado.

Fuente: http://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2016/07/08/1141614/icfes-pruebas-saber-11-consejos-preparar-prueba-sociales-ciudadanas.html

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¿Puede nuestro futuro estar mejor hecho que nuestro presente?

Carlos Magro

No solo están los cambios tecnológicos alterando las formas en que producimos y distribuimos los frutos de nuestro trabajo, sino que además esos cambios están alterando la propia textura de la vida humana”, escribía Jerome Bruner en 1997 en el prefacio a la edición española de La educación, puerta de la cultura (Antonio Machado Libros, 2012).

Diez años después, el 29 de junio de 2007, salía a la venta el primer iPhone y seis meses antes, el 9 de enero de 2007, Steve Jobs se había subido al escenario del Moscone Center de San Francisco para decir:

“Hoy estaremos presentando tres productos revolucionarios, el primero es un iPod con una gran pantalla táctil el segundo es un teléfono móvil revolucionario y el tercero es un dispositivo de comunicación por internet sin barreras. Estos no son 3 dispositivos separados, este es un solo dispositivo y lo llamaremos iPhone.”

El iPhone no fue ni mucho menos el primer teléfono móvil, ni tampoco el mejor. Los primeros son de los años 80 y en 2007 el mercado estaba dominado por los HTC, las Palm y, por supuesto, las BlackBerry. El iPhone estaba, además, lleno de fallos. La presentación de Jobs ese día fue un éxito a pesar del dispositivo pero debemos reconocer que también supuso un cambio de paradigma en muchos aspectos de nuestra vida, incluida la educación.

Dos años antes, entre enero y junio de 2005, las búsquedas en Google del término mobile learning pasaron de 1.240 a 22.700. La vinculación entre aprendizaje y movilidad se estaba cuajando, haciendo evidente el creciente interés por aprovechar al máximo las oportunidades de las entonces incipientes tecnologías móviles; por explorar cómo aprendemos cuando el conocimiento es ubicuo; por saber qué pasa con el aprendizaje cuando éste sale fuera de las aulas y puede suceder en cualquier parte y en cualquier momento; por entender qué ocurre cuando el estudiante puede remezclar, crear, publicar y compartir su propio conocimiento a la vez que se beneficia de conocimiento creado por otros (Tíscar Lara y Mar Camacho, Scopeo 2011). En definitiva, por entender qué pasa con el aprendizaje hoy, en nuestro tiempo, que es un tiempo de redes, un tiempo de líquida abundancia, de conectividad ubicua y movilidad constante. Por entender ¿cómo podemos repensar la educación en el contexto de las nuevas y poderosas tecnologías?

En su corta existencia, el término m-learning ha sufrido numerosos intentos de definición. Desde las más sencillas de un aprendizaje mediado por una palm hasta las más completas que hablan de cualquier tipo de“aprendizaje que se produce cuando el alumno no está en una ubicación fija y predeterminada, o del aprendizaje que se produce cuando el alumno aprovecha las oportunidades de aprendizaje que ofrecen las tecnologías móviles” (Claire O’Malley et al. 2005. Guidelines for learning/teaching/tutoring in a mobile environment p.7)

En casi todas estas definiciones aparecen cuatro dimensiones: la pedagogía, los dispositivos tecnológicos, el contexto y lo social, de manera que el m-learning sería el aprendizaje “a través de múltiples contextos, de las interacciones sociales y de contenido y del uso de dispositivos electrónicos personales.” (Helen Crompton,A historical overview of mobile learning: Toward learner-centered education. 2013. p.83).

Cuando Bruner escribió la frase que abre este post llevaba cerca de 30 años trabajando en la intersección entre la psicología cognitiva y las teorías del aprendizaje. Tratando de comprender cómo funciona nuestra mente y trazando puentes entre lo que él denominaba el computacionalismo y el culturalismo, entre el mundo de lo pre-existente y lo contingente, lo dado y lo construido, lo interno y lo externo, el yo y los otros, la naturaleza y la cultura. O como Richard Rorty diría entre el conocimiento y la esperanza.

Jerome Bruner, recogiendo los trabajos de los pedagogos progresistas (y  las pedagogías activas) de principios del siglo XX y las investigaciones en psicología del aprendizaje de Jean Piaget (constructivismo) yLev Vigotsky, entre otros, sentó parte de las bases de la visión actual sobre el aprendizaje: un aprendizaje atento al contexto y centrado en el alumno quien deja de ser un sujeto pasivo para convertirse en el protagonista de su propio aprendizaje.

Para Bruner el aprendizaje se producía por descubrimiento. Para aprender es necesario “sumergir” a los estudiantes en situaciones de aprendizaje problemáticas y reales, con la finalidad de que aprendan descubriendo, involucrándose de manera activa en la construcción de su aprendizaje y a través de la acción. Poner el foco en cómo los estudiantes buscan, adquieren, guardan y reutilizan el conocimiento supone una transición desde un enfoque conductista de estímulo-respuesta hacia una constructivista.

Desafortunadamente, en esa década de los 60, la tecnología educativa “dominante” respondía sobre todo aun enfoque conductista del aprendizaje. El mejor ejemplo es sin duda, la Máquina de enseñar desarrollada por F.B. Skinner (Teaching Machines. Science. 1958).

Entre 1970 y 1980, la situación cambió. Conviene recordar también que, a pesar de la amnesia que caracteriza muchos de los relatos actuales sobre tecnología educativa, fue en esa década cuando encontramos los mejores intentos por desarrollar tecnologías que favoreciesen nuevas maneras de aprender. El desarrollo de ordenadores cada vez más potentes, del concepto (como ahora veremos) de ordenador personal y de la multimedia en los ordenadores significó que éstos ya no tenían por que ser solo instrumentos para trasladar información y conocimiento a los estudiantes sino que también podían convertirse en herramientas para la manipulación activa de esa información y, por tanto, para la construcción activa de conocimiento.

En 1972, Alan Kay publicó el artículo A Personal Computer for Children of All Ages, en el que describía con gran detalle un dispositivo para “usar en cualquier momento y cualquier lugar”, del tamaño de un cuaderno, con un peso algo menor de 2 kg, conectado a una red y un precio que no debía superar los 500 dólares. Quería crear un ordenador personal para niños. Un dispositivo móvil, con pantalla plana recargable, con un teclado y un lápiz para dibujar y vinculado a una red inalámbrica. Y con el objetivo principal de “cambiar la forma de educar. Ir más allá de la educación tradicional basada en la transmisión de datos y hechos para animar a los niños a observar el comportamiento del mundo real por ellos mismos.”

Los trabajos de los tecnólogos educativos de los 70, Kay entre ellos, estaban muy influenciados por elconstructivismo de Jean Piaget y por el aprendizaje por descubrimiento del propio Jerome Bruner. Estaban muy interesados por explorar cómo los ordenadores podían transformar nuestra formas de pensar y aprender y cómo podíamos utilizarlos para mejorar el aprendizaje de los niños. También fue en esos años cuando se presta atención a dos de las metodologías activas más extendidas hoy: el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje basado en proyectos. Parecía que todo confluía. Se estaba produciendo la convergencia entre unas pedagogías que apostaban por la dimensión activa del aprendizaje y unas tecnologías que por primera vez también permitían desarrollar las facetas creativas y de construcción.

Uno de las consecuencias más interesantes de este cambio fue, sin duda, el construccionismo de Seymour Papert. En 1971, Papert se quejaba de que el uso de los ordenadores en educación se hubiese limitado paraenseñar lo mismo de siempre en versiones apenas disfrazadas de las mismas viejas maneras. Para Papert, “el conocimiento es construido por el que aprende. El construccionismo expresa la idea de que esto sucede particularmente cuando el aprendiz se compromete en la elaboración de algo que tenga signficado social y que, por tanto, pueda compartir; por ejemplo: un castillo de arena, una máquina, un programa de computación” (Adolfo Obaya Valdivia. El construccionismo y sus repercusiones en el aprendizaje asistido por computadora. UNAM. 2003).

Pero la historia de la tecnología educativa tomó otra dirección como tan bien nos ha relatado Audrey Watters(The Monsters of Education Technology).

En 1991, Seymour Papert decía:

en los 80 mucha gente se unió al hecho comprando computadoras. El fenómeno más importante en esa época era el poder de la escuela para asimilar cualquier cosa nueva que apareciera. La escuela es como un organismo viviente. Un cuerpo extraño se acerca -la computadora- y el sistema inmunológico y mecanismo de defensa del organismo se ocupa de él. Así vimos el cambio en los 80. Antes de esta asimilación las computadoras se usaban en forma estimulante. Se hallaban en manos de maestros visionarios quienes usaban las computadoras porque no estaban satisfechos con la forma en que las escuelas hacían las cosas. Pero al final de los 80, las computadoras estaban en manos de la burocracia escolar y de las escuelas como instituciones. Todavía existían maestros visionarios, pero estaban siendo neutralizados. Previamente los maestros estaban usando unas pocas computadoras en las clases para alejarse de la separación por materias y de la interrupción diaria. Cuando la administración toma el control, crea una sala especial, y pone las computadoras en esa sala con un horario con el profesor de informática. En vez de convertirse en algo que socavara estas formas anticuadas de las escuelas, las computadoras fueron asimiladas. Es inherente a las escuelas, no porque los maestros sean malos o porque las escuelas sean malas, sino a todo organismo que ha alcanzado un equilibrio que éste tiende a mantener. Así las escuelas tornaron lo que pudo haber sido un instrumento revolucionario en uno conservador. La escuela no desea cambiar radicalmente. El poder de las computadoras no implica mejorar la escuela sino cambiarla por un tipo de estructura diferente.

Mucho más recientemente, en 2005,  afirmó que “la razón del fracaso de la educación progresiva fue la falta de una infraestructura tecnológica para un genuino y profundo aprender haciendo y sostenía que “uno de los papeles que la tecnología digital ha de jugar en la educación es darle una segunda oportunidad a la educación progresiva”.

Hace apenas un año, Larry Cuban decía que a pesar de que las nuevas tecnologías han encontrado un lugar en la mayoría de las aulas, su impacto es mucho menor que lo que se prometió inicialmente. Las nuevas tecnologías han fortalecido, sin cambiar, los enfoques tradicionales de la enseñanza.

Hace unos meses, en diciembre de 2015, la OCDE publicó un informe titulado Alumnos, Ordenadores y Aprendizaje: haciendo las conexiones en el que basándose en los datos de las pruebas PISA 2012 se hacían una serie de preguntas: ¿Hay ordenadores en las aulas? ¿importa que los haya?.

El informe analizaba cómo había cambiado en los últimos años el acceso y uso de tecnologías de la información por parte de los estudiantes y exploraba también cómo los sistemas educativos y las escuelas estaban integrando estas tecnologías en la experiencia de aprendizaje de los alumnos. Y entre sus conclusiones destacan frases como que la tecnología puede amplificar las prácticas de enseñanza innovadoras y que las tecnologías digitales se pueden usar para fomentar el aprendizaje experiencial, las pedagogías activas, el aprendizaje cooperativo y las pedagogías interactivas.

El titular del informe reclamaba “una nueva aproximación para conseguir todo el potencial de las tecnologías en las escuelas” y Andreas Schleicher sostenía en su presentación que “los sistemas educativos deben encontrar formas más efectivas para integrar la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Deben proporcionar a los docentes con entornos de aprendizaje que apoyen las pedagogías del s.XXI y a los estudiantes con las habilidades necesarias para tener éxito en el mundo del mañana”.

Ni el titular de la noticia de la propia OCDE, ni lo dicho por Andreas Schleicher suena extraño a los docentes y profesionales de la educación que llevan décadas ocupándose de la relación entre tecnología y educación. No difiere en nada de la experiencia a pie de aula de muchísimos docentes, ni de lo que sostienen desde hace décadas profesionales como Michael Fullan y Neil Selwyn, por citar solo dos.

Aunque es cierto que faltan estudios cuantitativos que demuestren el impacto positivo o negativo sobre el uso de las tecnologías de la información sobre el aprendizaje parece haber un consenso claro entre la comunidad educativa, tras más de cuarenta años de ensayos y en muchas ocasiones fracasos, que el problema surge cuando pensamos que incorporar tecnologías en el aprendizaje es lo mismo que incorporar tecnologías en las aulas. Ya hemos dicho en numerosas ocasiones que no se trata de tecnificar las aulas sino escolarizar las tecnologías.

La situación, sin embargo, parece que ahora sí está cambiando. La combinación de años de investigación y práctica en el ámbito de las tecnologías educativas y la pedagogía. Los cambios producidos en las propias tecnologías (ubicuidad, conectividad, movilidad) pero también en la sociedad en general y en los profesionales de la educación y los centros educativos están provocando que hoy podamos hablar cada vez más de proyectos educativos que han comprendido que la transformación y el cambio deben ser algo sistémico.

Hemos aprendido de nuestros errores. Hemos aprendido que debemos hacer cambios simultáneos en las metodologías de aprendizaje y de enseñanza, en los currículos, en las maneras de evaluar, en las maneras de organizarnos y en las  liderar las escuelas, en la formación, en las tecnologías y en las infraestructuras (verInnovating Learning: Key Elements for Developing Creative Classrooms in Europe).

El resultado es que cada vez hay más proyectos de transformación educativa que están incorporando de manera natural las pedagogías activas y centradas en los alumnos y las tecnologías que nos rodean (ver por ejemplo los posts etiquetados bajo la categoría ABP del blog de Fernando Trujillo o el blog de educacontic por poner solo dos ejemplos).

El pasado 29 de junio, cuando se cumplían 9 años exactos de la salida a la venta del primer iPhone, mantuve una conversación con Elena Díaz Alejo de Samsung EspañaJosé Luis Fernández de INTEF y Mar Camacho de la Universitat Rovira i Virgili, tres de los responsables del proyecto Samsung Smart School. Uno de esos proyectos que han sabido entender qué es lo que hay que hacer y qué no para mejorar el aprendizaje con tecnología. Qué han sabido dar respuesta a preguntas del tipo: ¿cómo podemos mejorar la educación con las TIC ? o ¿cómo podemos repensar la educación en el contexto de las nuevas y poderosas tecnologías?.

Fue una buena oportunidad para hablar sobre pedagogías activas, ABP, tecnologías educativas y mobile learning y para mezclar miradas: la de una empresa tecnológica, la de la formación del profesorado y la de la investigación en pedagogía y en tecnologías educativas.

Afortunadamente el proyecto Samsung Smart School no es el único buen ejemplo que existe hoy. Hay muchos otros, llevados adelante por profesores individuales, por centros educativos y por organismos y instituciones que están trabajando en la misma línea. Y aunque la batalla por entender que en educación no hay recetas fáciles ni únicas no está ganada, el camino empieza a estar señalado.

Ahora entendemos mucho mejor lo que querían decirnos Jerome Bruner y Steve Jobs. Hoy todos tenemos asumido que la movilidad lo ha cambiado todo. Todos sabemos que “hemos cambiado para siempre la forma en que nos comunicamos, nos informamos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o protestamos” (Manuel Castells). Que hemos cambiado para siempre nuestras formas de relacionarnos con el conocimiento y, en consecuencia, con el aprendizaje. Y que “la tarea de las nuevas generaciones es aprender a vivir no solo en el amplio mundo de una tecnología cambiante y de un flujo continuo de información, sino ser capaces al mismo tiempo de mantener y refrescar también nuestras identidades locales”, como dice también Bruner en La educación, puerta de la cultura.

Parece que por fin, estamos cerca de aquello que reclamaban Larry Cuban y Seymour Papert, de aquello que soñaba Alan Kay y de aquello que nos anticipó Jerome Bruner. Parece que por fin estamos cerca de la escuela tantas veces soñada por tantos. Parece que por fin estamos en el camino para responder afirmativamente a las preguntas de Richard Rorty: “¿podemos hacer mejor las cosas?, ¿puede nuestro futuro estar mejor hecho que nuestro presente?” (Esperanza o conocimiento. Buenos Aires. 1994 p.78).

 

Fuente del articulo: https://carlosmagro.wordpress.com/2016/07/02/puede-nuestro-futuro-estar-mejor-hecho-que-nuestro-presente/

Fuente de la imagen: https://carlosmagro.files.wordpress.com/2016/07/metropolis_1_1.jpg?w=610&h=352

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Ya está en marcha el Premio Clarín-Zurich a la Educación

Argentina/18 Junio 2016/Fuente: Clarín 

Los ganadores recibirán 440.000 pesos

El jurado analizó la propuesta de este año, que promueve proyectos de escritura y lectura en la escuela secundaria.

Con frecuencia se habla de las dificultades que tienen los estudiantes cuando escriben, cuando leen y cuando se expresan oralmente. Las causas de este problema y cómo enfrentarlo fueron tema de análisis de la reunión del jurado del Premio Clarín Zurich a la Educación que, en esta octava edición, está dedicado a la promoción de prácticas de lectura y de producción escrita y oral en las distintas disciplinas de la escuela secundaria.

“Lo que quizás no se advierte es que, muchas veces, las dificultades en la escritura están originadas en lecturas inadecuadas. Por este motivo, se impone la necesidad de que la interpretación de los textos de estudio ocupe un espacio en las prácticas docentes de todas las disciplinas y se establezcan relaciones más explícitas o más estrechas entre la lectura de la bibliografía y la producción de los propios textos”, sostuvo María Marta García Negroni, doctora en Ciencias del Lenguaje, directora del Centro de Escritura Universitaria de la Universidad de San Andrés e investigadora principal del Conicet.

En sintonía con su colega, Beatriz Hall –lingüista especialista en lectura y escritura académicas y profesora e investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora–, se distanció de ciertas posturas tradicionales respecto de la lectura y la escritura. En este sentido enfatizó que la lectura no es una práctica que los estudiantes adquieren de una vez y para siempre en la primera etapa de su formación y que la escritura no es una simple transcripción de lo que se quiere decir o una mera traducción de las ideas que “se tienen en la cabeza”.

“La lectura –argumentó Hall– requiere de un aprendizaje permanente, porque los textos que se leen en cada etapa tienen sus particularidades, y los modos de leer que los docentes solicitan suelen variar. En cuanto a la escritura, es un proceso que exige poner en palabras las ideas y, al hacerlo, el conocimiento se transforma. En el desarrollo de un texto escrito se establecen relaciones entre diferentes conceptos, entre conceptos y ejemplos. Para esto, hay que ordenarlos, tomar distancia, y también tratar de ser claros y precisos. Se trata de un trabajo que incluye revisar el texto, es decir leer lo que se ha escrito para identificar los segmentos pocos claros y luego volver a escribirlos. En otras palabras, la práctica de escritura exige reescritura”.

Además de García Negroni y Hall, integran el jurado de este premio Guillermo Jaim Etcheverry, doctor en Medicina, decano y ex rector de la UBA y miembro de las academias nacionales de Educación y de Ciencias de Buenos Aires; Pablo Miguel Jacovkis, doctor en Matemática, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, ex presidente del CONICET y actual secretario de Investigación y Desarrollo de la UNTREF y Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, profesor y director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes, investigador principal del CONICET y coordinador del Programa Nacional de la Popularización de la Ciencia y la Innovación. Los jurados estuvieron reunidos en la sede de Clarín.

El objetivo del premio es contribuir a la concientización de que los obstáculos que encuentran los estudiantes para avanzar en su formación académica residen no solo en la ausencia de conocimientos disciplinares, sino también en lo que concierne al uso del lenguaje.

Como esta convocatoria se busca llamar la atención acerca de la importancia que tienen la lectura, la producción oral y la escritura en el desarrollo de todas las asignaturas que se dictan en la escuela media. Y aunque no constituye un requisito obligatorio, se incentiva la presentación de proyectos interdisciplinarios, es decir que puedan ser implementados -en forma conjunta- por parte de docentes a cargo de distintas asignaturas.

Los participantes podrán presentar proyectos pedagógicos a desarrollar o que se encuentren en etapa de implementación, pero la condición es que se pueda implementar en una o más secundarias públicas de gestión estatal.

En esta oportunidad se otorgarán 440.000 mil pesos en premios. El primer premio recibirá 230.000 pesos: 40.000 pesos el autor/es del proyecto y 190.000 pesos estarán destinados a su puesta en práctica. También habrá tres Menciones de Honor de 70.000 pesos cada una para financiar las propuestas seleccionadas. La fecha límite para la entrega de proyectos es el 31 de agosto. Bases y condiciones en premioalaeducacion.clarin.com.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/marcha-Premio-Clarin-Zurich-Educacion_0_1597640392.html

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