Entrevista a Pamela Molina: “La discapacidad es una construcción social e ideológica, exactamente igual que el concepto de género”

Entrevista/16 Julio 2020/Autora: Meritxell Freixas Martorell/eldiariolaeducacion.com

La experta de la OEA, Pamela Molina, habla de los desafíos de la educación inclusiva en América Latina (y el mundo) y el rol de la comunidad educativa para transformar un sistema basado en la educación segregadora.

Pamela Molina tenía 13 años y vivía en Chile cuando quedó sorda y tuvo que aprender a convivir con una discapacidad auditiva. Hoy lleva 11 años trabajando en temas de inclusión y derechos humanos de las personas con discapacidad en la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington. Desde 2004 y hasta 2006 fue parte del comité de expertos que redactaron la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad en Naciones Unidas.

Su mirada sobre la discapacidad sitúa la educación inclusiva en el centro. Apuesta por la “pedagogía de las diferencias” y defiende la basada en el concepto de “interseccionalidad” para visibilizar todas las identidades de una persona. Las de ella las define así: “Soy mujer, soy persona sorda, soy migrante y soy heterosexual”. Ninguna, dice, está por encima de la otra.

¿Cómo podemos educar de forma inclusiva cuando los aprendizajes de los estudiantes se evalúan bajo la lógica de lo que usted llama “capacitismo”, en referencia a la lógica de la “normalidad” entre las personas?

Para poder educar de forma inclusiva hay que transformar el sistema de enseñanza porque lo que hoy tenemos no es inclusivo. Se basa en la lógica de “lo normal”, en un paradigma excluyente y competitivo que selecciona al estudiante excepcional. No incluye los propios ritmos y maneras de aprender de todas y todos los estudiantes, la elección de lo que quieren o necesitan aprender, según sus habilidades. Hay que construir un nuevo sistema y eso significa trabajar en todos los ámbitos del sistema educativo: estudiantes, familias, comunidad educativa, directores de colegios, profesores, autoridades públicas… No puede ser un parche, tiene que ser una transformación real, estructural y basada en la pedagogía de las diferencias.

¿Qué dice la pedagogía de las diferencias?

Apunta a revertir la dirección desde donde fundamos la pedagogía, la enseñanza, el conocimiento. Desde inicios de la historia, para definir al ser humano, se ha buscado lo que hay «en común” entre nosotros para identificar características supuestamente «representativas de lo humano» y –de ahí– generalizar una definición. Sobre estas concepciones antropológicas se funda la pedagogía. Pero, ¿y si la característica que nos define como seres humanos no es la que homogeneiza al ser humano, sino la que atiende a la diferencia? Desde ahí no hablamos de «las personas diferentes», sino de la diferencia en la humanidad, la diversidad humana como esencia de la definición de lo humano. Esta pedagogía apunta a concentrarse en lo que es diferente para fundar la enseñanza o el conocimiento, no en lo que es común. Si nos concentramos en las diferencias de quienes estudian, podemos diseñar currículums y procesos de aprendizaje que sirven a cada una y cada uno.

¿Cómo abordar la inclusión de las personas que conviven con una discapacidad en contextos educativos marcados por la desigualdad, como ocurre en países como Chile, por ejemplo, y otros en América Latina?

La desigualdad marca toda la región de América Latina. Para abordarla hay que atacar a la brecha de desigualdad y enfocarnos en quienes están fuera del sistema, los grupos en situación de vulnerabilidad. Hay que priorizarlos a ellos y preguntarnos ¿por qué están fuera?, ¿quiénes son?, ¿dónde están?… A partir de ahí, diseñar e implementar una educación que los incluya. Hemos naturalizado la posición que ocupa ese grupo por sus características y por eso los mantenemos ahí, donde están. Tenemos que atacar la naturalización de la desigualdad y eso implica una transformación cultural, actitudinal, social.

Precisamente, usted habla de la “barrera cultural” como obstáculo de la educación inclusiva.

Hay paradigmas conceptuales heredados de la familia y de la sociedad que vienen del patriarcado, del machismo, del capacitismo y de todos los ismos culturales e ideológicos que son parte de estructuras de discriminación y desigualdad múltiples. La teoría del género está muy vinculada con la teoría de la discapacidad porque en ambos casos la diferencia y la discriminación están basadas en una corporeidad distinta. Aquí entra en juego el concepto de interseccionalidad: las personas no pertenecemos a una sola categoría social, sino a múltiples. Yo tengo, al menos, cuatro identidades que coexisten al mismo tiempo y no las puedo dividir: soy mujer, soy persona sorda, soy migrante y soy heterosexual. No soy más mujer que persona sorda o más persona sorda que migrante. Sin embargo, no actuamos y pensamos interseccionalmente.

¿A qué se refiere?

Los distintos grupos defienden los derechos basándose en una sola etiqueta y de forma homogénea. Incluso los mismos colectivos de personas con discapacidad (las personas sordas o ciegas, personas con discapacidad física, o intelectual…) defienden sus espacios y derechos de manera aislada. También, el movimiento feminista defiende y lucha por la igualdad de género, pero no piensa en las afrodescendientes de las zonas rurales que ni siquiera tienen acceso al concepto de igualdad de género; ni en las mujeres y niñas con discapacidad que tenemos falta de acceso a los derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo. No sabemos cuántos indígenas con discapacidad hay, cuántos son, dónde están. Y no lo sabemos porque no pensamos bajo la lógica de la interseccionalidad.

Habla, también, de la “segregación” como una medida de “pseudo-protección”. ¿A qué se refiere?

Una forma de justificar la segregación es el paternalismo. No es una cuestión nueva o de la época moderna: el código civil de la época romana ya era paternalista. Existía la interdicción, es decir, el reemplazo en la toma de decisiones por causa de discapacidad. Se piensa que de esa manera se está protegiendo el interés de la persona con discapacidad, que no sabe o no puede tomar decisiones. La idea del “pobrecito” que no puede, que tiene que ir a un sistema segregado porque sufrirá en un sistema regular. Pero las personas que vienen de un sistema segregado después tienen muchas dificultades para incluirse en la sociedad y vivir autónomamente, porque no se les han entregado las herramientas para eso. El paternalismo también es una discriminación. Mientras exista un sistema de educación especial, no habrá educación inclusiva. Los recursos de educación especial deberían estar en el sistema regular para apoyar a todo el sistema, a que las personas aprendan juntas. No se trata de forzar que una persona con discapacidad aprenda lo mismo que la que persona sin discapacidad porque el objetivo de la educación es aprender para la vida y eso se puede hacer a distintos ritmos y de diferentes maneras.

Usted es muy crítica con el “paradigma médico” y dice que delimita las posibilidades de aprendizaje. ¿Cuál debería de ser el rol de la ciencia y la medicina en el ámbito de la educación inclusiva?

La ciencia puede ayudar en la tecnología para la autonomía del estudiante, pero la medicina no debería tener ningún rol en el ámbito de la educación inclusiva. No deberíamos definir a nuestros estudiantes por un diagnóstico. El problema no es el estudiante, es el sistema el que discrimina, la escuela y a sus políticas educativas. La discapacidad es una construcción social e ideológica de la sociedad, exactamente igual que el concepto de género. No es una característica individual de la persona.

¿Qué características debiera tener una escuela verdaderamente inclusiva?

Enfocada en los que se quedan atrás del sistema; muy enlazada con la comunidad que la rodea, donde las familias también sean parte de la toma de decisiones; con una jerarquía más horizontal y un currículum flexible, que incluya a los estudiantes para diseñarlo; basada en la pedagogía de la diferencia. El diagnóstico queda fuera de la escuela. Todas y todos los alumnos están en la misma aula, con profesores con lenguas de señas, tecnologías de la información y comunicación distintas y materiales en braille. Con rampas y no escaleras, con intérpretes de lengua de señas. Que incluya profesores sordos (50% sordos y 50% oyentes) y que todos los docentes sean bilingües o multilingües y que todos también aprendan braille. Las escuelas deberían ser inclusivas desde el parvulario. De esta forma, ya no entenderíamos la exclusión, la discriminación y el paternalismo porque no habríamos sido formados bajo ese esquema.

¿Qué porcentaje de avance en materia de educación inclusiva ha habido América Latina en los últimos años? ¿Quiénes lideran en ese ámbito?

Todavía no tenemos una evidencia suficiente de cómo está eso porque no hay recolección de datos suficientemente fiables en la región. Estamos buscando apoyo para realizar proyectos que nos permitan recolectarlos. Desde la Convención de la ONU, casi todos los países han elaborado leyes que promueven la educación inclusiva, el problema es que algunas se contradicen con otras que mantienen los sistemas segregados. Eso impide implementarlas de manera efectiva. Pese a eso, diría que –desde la Convención– los países han avanzado un 10%. Todavía falta muchísimo y hay un tremendo desconocimiento de lo que significa la educación inclusiva.

¿Alguna experiencia de buenas prácticas que pueda destacar?

La Red Regional de Educación Inclusiva (RREI) ofrece webinarios de capacitación para todos los actores clave dentro y fuera de la escuela. La escuela puede tomar decisiones para hacerse inclusiva, no depende solo de las autoridades o de las leyes. Todas y todos los actores cuentan

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/15/la-discapacidad-es-una-construccion-social-e-ideologica-exactamente-igual-que-el-concepto-de-genero/

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Libro(PDF): «Puentes, no muros. Contribuciones para una política progresista en migraciones»

Reseña: CLACSO

La migración internacionalse ha convertido en un punto de articulación política de movimientos y partidos políticos de derecha y extrema derecha en diversas sociedades, tanto en Estados Unidos y Europa como en países del Sur global.

En este contexto, Puentes, no muros aborda dos retos principales: tanto la crítica a la radicalización de las políticas y los discursos antiinmigrantes, que se expresan en conceptos como securitización, externalización de fronteras o racialización de quienes dejan sus países de manera forzada; como contribuir a dar contenido y forma a una política migratoria progresista.

Este libro aspira a pensar y actuar más allá de las fronteras de las disciplinas y los territorios, y teje puentes entre colegas de Canadá, Estados Unidos, Centroamérica y Europa.

Autores (as): Carlos Sandoval García. [Editor]

Mauricio Gaborit. Yajaira Ceciliano-Navarro. Tanya Golash-Boza. María del Carmen García Aguilar. Daniel Villafuerte Solís. Tanya Basok. Koen Voorend. Megan Rivers-Moore. Carlos Sandoval García. Stefanie Kron. Henrik Lebuhn. Juan Carlos Velasco. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. Fundación Rosa Luxemburg.

Año de publicación: 2020.

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-582-2

Descarga: Puentes, no muros. Contribuciones para una política progresista en migraciones

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1839&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1377

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Entrevista: Los racistas intentan presentar sus argumentos con ciencia para que su retórica funcione

Sergio Ferrer
Agencia Sinc

 

La periodista de ciencia Angela Saini analiza en su nuevo libro, Superior, el resurgimiento de la ciencia racial y del racismo científico. Teme que esta ‘resurrección’ sea debida al auge de la ultraderecha y el nacionalismo y considera que la raza es, ante todo, una cuestión de poder.

En 2017 la periodista de ciencia Angela Saini (Londres, 1980) publicó Inferioruna crítica al sexismo que ha afectado a la ciencia desde Darwin. Dos años más tarde la británica completa la serie con Superior, en el que analiza la ciencia (y pseudociencia) que ha estudiado las diferencias humanas y el racismo que las rodea.

Superior muestra el yin y el yang del estudio de las razas humanas. Por un lado, Saini habla con prestigiosos investigadores de la talla de Svante Pääbo, David Reich, Robert Plomin y Jonathan Marks. Por otro, se adentra en el lado oscuro de la academia, donde un círculo endogámico publica ideas del siglo anterior en revistas sin impacto y de sospechosa financiación.

Quedamos con Saini en una cafetería del centro de Londres, a escasos metros del Museo Británico con el que comienza Superior. La periodista teme que la ciencia racial esté aprovechando el resurgimiento de los nacionalismos y la ultraderecha para regresar de los rincones más tenebrosos del siglo XX. No es para menos: dos días antes de la entrevista la escrirora había borrado sus perfiles en redes sociales, frustrada ante el acoso racista sufrido en Twitter. Precisamente esta semana volvía a tuitear desde su cuenta, agradecida por las denuncias de acoso de miles de usuarios.

“Páginas racistas y neonazis hablaron de mi libro. Reporté los insultos más atroces a Twitter, pero en la mayoría de casos no hicieron nada”

¿Ha sufrido más acoso que cuando publicó Inferior?

Sí, en parte porque era menos conocida entonces. Además, en Superior llamo por su nombre a neonazis, que se comunican entre ellos y estaban listos para atacar. Tienen una visión política muy fuerte. El sexismo aparece en todas las sociedades, pero el racismo tiene otro tinte político.

¿Por qué dejó Twitter?

En las últimas semanas páginas racistas y neonazis hablaron de mi libro. Reporté los insultos más atroces a Twitter, pero en la mayoría de casos no hicieron nada. También había comentarios sexistas, está siempre conectado. Me fui porque hay que darles el mensaje a estas empresas de que si se van a quedar sentadas permitiendo el acoso, entonces nos iremos.

¿Se refiere a Quillette? Lo digo porque además de hablar de su libro, han recibido críticas recientes por señalar a periodistas.

Me refiero a webs más oscuras, aunque hoy está todo mezclado. Es muy difícil saber dónde están las fronteras, mira quiénes comentan. ¡Son los mismos! La gente que habla de mí en 4chan es la misma que habla de mí en Quillette.

Usted habla del “retorno de la ciencia racial”, en la misma línea que un artículo de The Guardian que advertía de su “resurrección”. ¿De verdad se había ido?

Su popularidad va y viene, según la política del momento. Ahora, con el ascenso de la ultraderecha y los nacionalismos, esta gente se ha vuelto poderosa e intenta proteger su visión del mundo. Algunos están muy bien educados e intentan encajar su racismo con lo que saben. Eso implica retorcer y manipular los hechos.

Su arrogancia intelectual les hace pensar que entienden cosas que a la ciencia mayoritaria se le escapan. Intentan presentar sus argumentos con ciencia para reforzar la idea de que somos diferentes y que su retórica funcione. Por eso ahora tiene una popularidad que quizá no tenía antes, aunque es verdad que nunca se fue.

Hubo gente que malinterpretó Inferior asegurando que usted negaba las diferencias entre hombres y mujeres. ¿Teme que pase algo parecido con Superior?

Se asume que soy algún tipo de negacionista de la raza, que digo que no hay variación entre humanos. ¡Por supuesto que la hay! No digo eso en absoluto, es una malinterpretación deliberada. Lo que planteo es que la variabilidad humana no casa bien con nuestra visión de las categorías raciales. Esto no es algo controvertido, lo afirman los científicos todos los días. Hay variaciones estadísticas entre las poblaciones; no profundas, sino sutiles y no muy significativas.

Entonces, ¿sí existen las razas?

La raza es un constructo social, lo que quiere decir que existe. Que algo sea cultural no implica que no exista. De hecho, tiene repercusiones biológicas, como las tiene el género, por la desigualdad. La esperanza de vida de los afroamericanos es inferior a la media; no es por genética, es porque la raza tiene poder en nuestra sociedad. Por eso se investiga como una entidad cultural. Como entidad biológica tiene mucho menos significado que las diferencias socioeconómicas y la dieta.

Me sorprendió el capítulo sobre la medicina racial. Entonces, ¿no funciona?

“Decir que la ciencia está libre de ideología es cada vez menos sostenible, el estudio del comportamiento humano fue político desde el principio”

A mí también me sorprendió. En India hay una alta tasa de diabetes. Puede ser en parte por la genética, pero sobre todo se debe a que los ricos abusan de la mantequilla, la sal y el azúcar, y asocian vivir bien con el sedentarismo. ¡Así por supuesto que va a haber diabetes! Es fatalista pensar en estas cosas en términos raciales, pero lo hacemos porque resulta fácil.

Ya existen casos de personas a las que la ciencia ha dicho que no pertenecen a la raza con la que se han identificado toda la vida. ¿Veremos más casos conforme los test genéticos se popularicen aún más?

Sí, y conforme las sociedades se hagan más mixtas. Ya tenemos problemas para colocarnos en estas categorías ‘duras’, lo que muestra su arbitrariedad. En América ser negro significa algo muy diferente que en Sudáfrica, Australia, Reino Unido o India. Tienen un significado diferente según el lugar, siempre lo han tenido y siempre lo tendrán. Tenemos que aceptar que la raza es un constructo social.

En Superior conecta el racismo científico con Trump y el brexit. ¿Se pueden separar ciencia e ideología?

Decir que la ciencia está completamente libre de ideología es cada vez menos sostenible. Algunas disciplinas como la física teórica quizá [ríe], pero el estudio de los seres humanos y su comportamiento fue político desde el principio. Sugerir lo contrario es negar que tenemos sesgos. Cualquiera que estudie las diferencias humanas y diga “estoy libre de sesgos, soy completamente objetivo” se engaña a sí mismo. De hecho, hacen más daño, porque a menos que sean conscientes de sus prejuicios serán incapaces de controlarlos.

“Quien estudie las diferencias humanas crea que está libre de sesgos se engaña a sí mismo”

¿Qué responsabilidad ha tenido la ciencia en la supervivencia del racismo científico?

Tu visión del mundo depende de las lentes con las que lo mires. Los humanos vivimos de formas muy diferentes y cambiantes. Al observar quiénes somos solo capturas una instantánea de ese momento y lugar, de ese grupo de gente y de su cultura. El estudio de la naturaleza humana intenta ver quiénes somos si quitamos todas las capas. Lo que yo argumento es que es imposible quitarlas todas, porque la cultura nos da forma desde el segundo en el que nacemos. No se pueden separar unas cosas de las otras.

Dice al final del libro que, en lo que respecta a las razas, “la historia tiene las respuestas, la ciencia no puede ayudar”. ¿No puede?

No podemos asumir que la raza tenga un significado biológico porque sabemos que no es verdad. No hay dudas sobre eso, la ciencia es clara. Uno de los argumentos que expongo en Superiores que los científicos necesitan conectar con las ciencias sociales para conseguir una imagen más completa de quiénes somos. No podemos estudiar a los seres humanos en el vacío. Podemos [investigar sobre las razas] si somos humildes, reconocemos nuestros sesgos y leemos las investigaciones en ciencias sociales.

Es imposible tratar este tema sin hablar de genes e inteligencia. Si hay diferencias poblacionales en cuestiones como la tolerancia a la lactosa, ¿por qué la inteligencia debería ser diferente?

Las diferencias entre grupos son estadísticas, no existen ‘genes de raza’. Además, si hablamos de tolerancia a la altitud, no significa que el resto de características de ese grupo sea también diferente. Por último, estas variaciones tienen que ver con la supervivencia, como la capacidad de aguantar la respiración. La inteligencia depende de miles de genes ¿Por qué estarían más concentrados en ciertos grupos? No hay evidencia genética ni evolutiva que lo sugiera. Da igual la sociedad en la que vivas: ser inteligente es beneficioso.

“Ya sea por razones de género, raza o clase, cuando se esgrimen ciertos argumentos genéticos siempre es para defender el poder”

Pero todavía hay gente que insiste en que los resultados de cociente intelectual (CI) difieren entre razas y culturas por motivos genéticos.

En primer lugar [los tests de CI] no son muy de fiar para medir la inteligencia. En segundo lugar, ¡tienen una carga cultural tan grande! No puedes coger a un grupo de gente que no ha crecido en la misma cultura ni tenido el mismo nivel de educación y luego compararlos con niños cuyas circunstancias son diferentes. Robert Plomin me lo dijo. Él, que defiende el hereditarianismo, no ve valor en esto ni sabe cómo hacerlo.

Existe un submundo bastante oscuro al margen de la academia que defiende, por ejemplo, que el ser humano está perdiendo inteligencia por culpa de los pobres y los inmigrantes. ¿Está todo conectado?

Durante cientos de años han defendido que en lo más profundo de nuestro interior somos diferentes. Lo interesante es que este debate no siempre ha sido con razas, sino con clases. Al comienzo de la historia de la eugenesia, se temía que los pobres fueran congénitamente incapaces y mentalmente débiles. Si no mejoraban a lo largo de las generaciones era porque pasaban su debilidad a sus hijos. Esto se aplica a los debates raciales, con la idea de que hay grupos que no cumplen los estándares genéticos del resto y que no deberían entrar en el país y reproducirse.

Por eso al final del libro llego a la conclusión de que todo esto trata sobre poder. Va de un grupo de gente que tiene poder diciéndole a otros que ellos no merecen tenerlo, que deberían ser controlados, que tienen menos derecho a vivir. Ya sea por razones de género, raza o clase, cuando se esgrimen estos argumentos genéticos siempre es para defender el poder.

Poder y también la necesidad de crear el mito de una nación. Usted relaciona el colonialismo con el origen del concepto moderno de raza. ¿Tenemos todavía esta mentalidad en países como Reino Unido y España?

La retórica paternalista de la civilización benevolente que cuida de otra más débil todavía se ve aquí con el Brexit, como resultado de lo mal que se ha enseñado la historia del imperio británico. ¿Asumimos que el final de la historia ya está escrito y no habrá otros ganadores en el futuro? Claro que los habrá, ya lo estamos viendo con países como China e India.

“Ser imparcial con el racismo es lo mismo que serlo con los negacionistas del cambio climático y los terraplanistas. ¿Por qué alimentar esa idea de que hay dos bandos opuestos y equivalentes?”

El orden mundial está cambiando y eso provoca inseguridad por perder un control que sentimos que se nos debe de forma natural. Y suponemos esto porque las ideas de superioridad e inferioridad han calado en el subconsciente. Puede que algún día haya museos en Singapur con artefactos europeos, como sucede con el Museo Británico. La arrogancia hace pensar a los constructores de imperios que el suyo durará para siempre.

En ese sentido, también critica los test de ancestros. ¿Aumentarán los nacionalismos su popularidad?

Ya hay gente que se los hace para reforzar su idea de quiénes son. En Israel los están usando para determinar si alguien es judío o no, imagina que esa tecnología hubiera existido en la década de 1930. Me parece muy oscuro que todos, no solo la extrema derecha, hayamos comprado esta idea que biologiza la raza de forma inapropiada y refuerza en nuestras mentes que debe haber genes raciales. En realidad, los test muestran con quién puedes estar relacionado vagamente, pero no encuentran ‘genes europeos’ o ‘genes asiáticos’ porque no existen.

En Superior señala la Ilustración, un periodo que muchos reivindican hoy, como origen del problema del racismo científico. ¿Por qué?

La Ilustración reforzó ideas políticas que ya estaban ahí y las endureció con ciencia. Pasó lo mismo con el colonialismo y los genocidios que vimos en el siglo XIX. ¿Habrían ocurrido sin la ciencia occidental? Probablemente, pero la ciencia dio fuerza a estas ideas y legitimidad a estos constructos raciales, que hizo parecer más rígidos de lo que eran antes.

“No hay una conspiración: si la ciencia racial tiene problemas para publicar su trabajo, se debe a que no es muy bueno”

Me divirtió leer que, hace 70 años, ya se hablaba de cómo la censura y la corrección política estaban dañando la ciencia por culpa de “irracionales negacionistas de la ciencia”. Quienes repiten eso hoy, ¿son tan novedosos como piensan?

Les gusta presentarse así. Lo que me fascinó fue ver qué inteligentes habían sido al manipular el discurso usando eufemismos, hablando de libertad de expresión, libertad académica y diversidad de opiniones, para acomodarse en el discurso mayoritario. Hoy universidades y medios los apoyan sin darse cuenta de que son los herederos intelectuales directos de la eugenesia nazi. Han cambiado su forma de hablar, pero dicen lo mismo. Los hemos dejado entrar y ahora hay políticos que usan la misma retórica de hace 70 años.

Me recuerda a los ‘debates’ entre evolucionistas y creacionistas, o entre médicos y homeópatas. ¡No hay punto intermedio entre ser racista y no serlo!

Acabo de hacer una entrevista en la BBC y, tras contar el racismo que he vivido online, el entrevistador me dijo “voy a poner mi imparcialidad a un lado y decir que eso es terrible”. Yo pensaba: “¿Cómo puedes ser imparcial con el racismo?”. Es lo mismo que con los negacionistas del cambio climático y los terraplanistas. ¿Por qué seguimos alimentando esta idea de que hay dos bandos opuestos y equivalentes? Nunca los hubo. Solo hay hechos que están bajo escrutinio y siempre deberían estarlo. El poder contra el que luchamos aquí es la ideología de extrema derecha, no la ciencia. Si no podemos reconocerlo, entonces les estamos facilitando el trabajo.

¿Es tan preocupante? Me da la impresión de que es un círculo endogámico, que publica en sus revistas sin impacto y carecen del respecto del resto del mundo académico.

Es un círculo rígido, pero en sus bordes hay profesores de universidad y políticos. El velo se está levantando sobre ellos, mucha gente ha investigado y les está resultando más difícil mantener las apariencias. Es estremecedor que haya revistas serias que permitan a esas gentes estar en sus comités editoriales. Por ejemplo, Gerhard Meisenberg y Richard Lynn estaban en el comité editorial de Intelligence y contacté con el editor de la revista, que lo defendió por motivos de libertad académica. Después de escribir un artículo en The Guardian, a finales de 2018 habían quitado a Meisenberg. Pero el problema no se ha solucionado, otros no han hecho nada.

“Los estereotipos culturales han dado un significado a las etiquetas y una vez le hemos puesto una a alguien, sentimos que ya sabemos algo sobre esa persona”

Hoy, como dice uno de los investigadores en Superior, ¿“miramos a la ciencia como una racionalización de las ideas políticas”?

La ciencia tiene un poder en la sociedad que nada más tiene. Se considera objetiva, racional y legítima. Si parece un hecho científico, entonces no puede ser racista. Es lo que los racistas dicen en internet: “a los hechos no les importan tus sentimientos”, ignorando que los hechos no están de su lado. Lo venden como si estuvieran reprimidos por una conspiración que intenta silenciarles, mientras que ellos defienden la buena ciencia y son como Galileo o Copérnico.

Es extraño que alguien compre este argumento y lo que me impresiona es que mucha gente lo hace. No tengo problemas con los hombres blancos, lo tengo con quienes aseguren que la ciencia está de su parte, cuando no lo está. No hay una conspiración: si la ciencia racial tiene problemas para publicar su trabajo, se debe a que no es muy bueno.

Al final, como ellos dicen, “a los hechos no les importan tus sentimientos”.

No, pero no podemos usar eso con ellos, ¿verdad? [ríe].

Parece que el ser humano que necesita pensar en categorías como razas o naciones. ¿Qué podemos hacer?

Yo intento tratar a cada persona como un individuo, porque más del 95 % de las diferencias entre personas son individuales. Es algo difícil, yo también tengo muchos sesgos y estereotipos, pero no se me ocurre otra forma de actuar. Los estereotipos culturales han dado un significado a las etiquetas: una vez le hemos puesto una a alguien, sentimos que ya sabemos algo sobre ese alguien. En lugar de ver a cada persona como crees que es, hay que darle la oportunidad de que muestre quién es de verdad.

Autor: Sergio Ferrer

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258117&titular=los-racistas-intentan-presentar-sus-argumentos-con-ciencia-para-que-su-ret%F3rica-funcione-

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Escuela y construcción social del sujeto pedagógico: la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales

Por: María Figueredo Burgos

RESUMEN:
La presente investigación tiene como finalidad develar la dinámica educativa de la escuela en la construcción del sujeto pedagógico, en el marco de la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales. La misma se origina de la reflexión profesional, del acompañamiento pedagógico como profesora de la UBV responsables de las aldeas Universitarias del Distrito Escolar Nº 1, donde se desarrolla el Programa Nacional de Formación de Educadores y del trabajo que venimos desarrollando en la Parroquia Sucre-Catia, en las escuelas del Distrito Escolar Nº 5, desde el Núcleo Académico de Investigación “Gestión Educativa Local” adscrito al Centros de Estudios Sociales y Culturales. Esta investigación se aborda desde la perspectiva socio construccionista, con una aproximación etnográfica desde el contexto local. La pertinencia de la investigación radica en los aportes que desde la UBV podemos hacer para construir la escuela que queremos, para la refundación de la República. En función de los hallazgos encontrados en la investigación se puede decir que la Escuela hoy sigue configurando socialmente al sujeto pedagógico encadenado a un modelo de subordinación, sumisión y obediencia al enmarcarlo en los mismos parámetros de la colonialidad/modernidad y que la ciudadanía no se está formando como expresión geohistórica de las identidades locales. Se contribuye con algunos aportes para la construcción de la escuela que queremos, en el área académica Innovaciones educativas, emancipación y desarrollo humano.

Palabras Clave: Escuela; sujeto pedagógico; formación ética; geohistórico; identidades locales.

El trabajo investigativo lo desarrolle desde el Centro de Estudios Sociales y Culturales (Cesyc), en el Núcleo Académico de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel), en el área académica: Diversidad cultural, derecho social y poder popular articuladamente con el área académica del Doctorado Ciencia para el desarrollo estratégico Innovaciones educativas, emancipación y desarrollo humano, ambas son necesarias para el estudio, comprensión e interpretación del problema de la identidad y la ciudadanía, en el marco del programa de investigación: Gestión escolar, practicas socioeducativas y producción de identidad.1.

1. Introducción

Para ello partí del enfoque que desde el Cesyc-Nigel busca producir una ruptura epistemológica-cognitiva con el monismo de la racionalidad-técnica, realizando el trabajo de campo que emerge en el contexto geohistórico de lo local, desde la realidades y particularidades de la vida cotidiana, diálogo de saberes con el otro desde el otro, a fin de producir teorías que sostenga en lo ontológico, epistemológico, teórico, metódico otros modos de pensar, de dignificar al ser humano y donde los ideales de la revolución bolivariana sean el marco de referencia de las configuraciones de los nuevos imaginarios y las nuevas alteridades.

En el desarrollo del mismo participó el colectivo conformado por los estudiantes del Curso de Ampliación Profesional “Gestión Educativa Local”, que estuvo constituido por varios sujetos, unos con la experiencia de haberse formado y trabajado bajo el paradigma de la colonialidad/modernidad que está en crisis y otros que se encuentran formado bajo el nuevo modelo de educador/a egresados del Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE), en especial los ubicados en cuarenta y cuatro escuelas de la Parroquia Sucre-Catia, en el distrito escolar Nº 5, creando un escenario que permitió el debate crítico, reflexivo del proceso histórico del papel de la escuela venezolana en la construcción social del sujeto pedagógico y la formación de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales, en estos momentos de gran trascendencia y significado, donde vivimos un proceso de transición del capitalismo hacia el socialismo.

Lo que me permitió pensar desde nuestras propias referencias locales comenzar a impensar el ámbito de las nuevas ciencias sociales y sus diferentes expresiones metódicas, entre ella la investigación educativa desde su quehacer cotidiano.

Uno de los aspectos que invita a realizar el esfuerzo por compartir la experiencia investigativa, es poder, a partir de ella aportar elementos que coadyuven en la construcción de nuevas subjetividades investigativas desde los espacios de la UBV, que conduzca a la ruptura epistemológica-cognitiva con las prácticas tradicionales, que genera un sujeto universal, dominado, dependiente, inconsciente y separado de la realidad.

El trabajo está organizado en cuatro dimensiones partiendo de la ideación del tema de investigación, la perspectiva teórica, la construcción del método de investigación ruta metodológica y el pensar desde la realidad el sujeto pedagógico.

2. IDEACIÓN DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN

El proceso de acompañamiento académico a las aldeas universitarias del Distrito Escolar Nº 1 y el trabajo articulado a través de Nigel con las escuelas del distrito escolar Nº 5 de la parroquia Sucre de Catia, abre espacio para la reflexión permanente sobre la escuela y la construcción social del sujeto pedagógico: la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales; me sumerjo en la perspectiva socio construccionista que brinda la oportunidad de conocer, comprender e interpretar la realidad, a partir de las vivencias de sus protagonistas, dentro de un contexto como un todo unificado y no como partes aisladas. Lo cual permite establecer una estrecha relación, con los fundamentos ontológicos y epistemológicos de manera de ser coherente y congruente. Por ello, inicié la construcción del sujeto de estudio a través, de un acercamiento al trabajo de campo en el cual, según González, tendría “presencia y participación constante dentro de la institución comunidad o grupo de persona que está investigando, lo que le da acceso a fuentes importantes de información informal[1].

Es a partir, de este acercamiento  que construyo el tema de estudio, basado en los tres elementos, expuestos a continuación: 1.- Mi experiencia y memoria como docente en diferentes niveles del sistema educativo, desarrollando un proceso de reflexividad,  crítica,  autocrítica y sobre mi praxis socio pedagógicas. 2.- El ámbito de lo real, desde las visitas y observaciones realizadas a diferentes instituciones educativas, donde está presente un discurso educativo homogeneizante y prevalece el texto único enciclopédico, además de las entrevistas informales realizadas a dos maestras con cinco años de experiencia. 3.- El sistema de enunciado en el cual inicio la revisión teórica de algunos autores críticos de la escuela que me permite hacer una primera aproximación teórica a ésta y a construir el horizonte cognitivo.

El abordaje condujo, a la realización de un análisis crítico y reflexivo sobre la complejidad de la vida cotidiana de la escuela, representada por sus prácticas educativas. En el contexto de los años de investigación que abarcan desde el 2010 hasta el 2014.

Este proceso de reflexión me conduce a plantearme que los maestros utilizan las mismas estrategias para todos los niños y contextos. La escuela se centra en replicar un saber generalizado y poco pertinente con su entorno, que muta los mundos propios de las culturas locales, los niños inquietos son catalogados como hiperactivos y la mayoría sufre del famoso déficit de atención, la escuela no genera ninguna motivación para que los niños regrese al día siguiente.

Lo que me permite formular los siguientes nudos críticos:

  • Las contradicciones entre la escuela y la construcción del sujeto pedagógico que responda a un hecho incuestionable de las diversas formas de enseñar y aprender, de los diferentes actores del proceso educativo en los múltiples contextos del espacio escolar. La escuela conspira contra la diversidad y la interculturalidad.
  • La relación poder-saber, genera un marco jerárquico, donde el saber está en manos de maestros, directivos y supervisores.
  • La fragmentación y atomización del conocimiento impregnan los contenidos curriculares, los planes de estudios, las estrategias metodológicas, didácticas. La escuela. está plagada de contradicciones y conflictos cotidianos donde el maestro tiene dificultades para asumirlas y dar respuestas.

Ante esta dialógica permanente, surgen otras inquietudes que me conllevan a pensar, repensar y replantearme nuevas interrogantes: ¿La dinámica educativa que se fragua en el interior de la escuela da cuenta de un ejercicio de poder y saber que construyen un sujeto pedagógico que responde a las exigencias de su tiempo o más bien refuerzan la reproducción de un sistema normativo que forma un sujeto obediente y dócil? ¿La dinámica educativa forma éticamente a la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales o más bien que desde la cotidianidad se manifiesta claramente un ejercicio que no responde a nuestro propio contexto? ¿La escuela puede construir un sujeto pedagógico desde las diferencias o por el contrario será que le conviene mantener un sujeto universal, dependiente, dominado e inconsciente?

Frente a estos escenarios, es necesario develar las acciones de la Escuela venezolana antes los desafíos que debe afrontar, de manera que sus tareas, puedan responder a las exigencias de la nueva República y por ende al sujeto pedagógico, a fin de dar una nueva lectura a la realidad desde una óptica fundamentada en el ser como centro de todo proceso.

Para conocer, comprender e interpretar la vida cotidiana en la escuela venezolana planteo un objetivo general, que de su descomposición emergen lo ontológico, las categorías, la perspectiva epistemológica, el sistema de enunciados, las premisas de la investigación y los objetivos específicos.

Objetivo General.

Develar la dialéctica educativa de la escuela en la construcción del sujeto pedagógico en el marco de la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales.

Objetivos Específicos.

  • Identificar los factores que en sus interacciones cotidianas configuran la dialéctica pedagógica y didáctica de la escuela.
  • Analizar la vida cotidiana de la escuela a partir de las interacciones entre sujetos, contextos y hechos a fin de determinar los presupuestos éticos de la formación.
  • Evaluar críticamente el hacer de la escuela venezolana en la construcción del sujeto pedagógico como expresión ética de las identidades locales.
  • Reflexionar desde la pedagogía crítica los factores constitutivos inmersos en la construcción del sujeto pedagógico para la transformación política de la sociedad.

Para la construcción de la reflexión teórica hago la revisión de algunos críticos de la escuela como: Vasconi, Foucault, Kincheloe, Reinoso, Giroux y los planteamientos de la Ley Orgánica de Educación[2] que nos presenta la escuela como un espacio abierto para producción, desarrollo endógeno, el quehacer comunitario, formación integral, entre otros aspectos, destacando que la escuela pasa por una multitud de significado, porque para los estudiosos críticos de la misma se asocia con violencia y represión, rodeada de panoptismo, pero para la sociedad en general hay una aceptación mayor hacia este último aspecto, aunque de manera acrítica, pues se concibe como una institución imprescindible para la formación en “bien del individuo y de la sociedad”

Todo esto me permite construir el horizonte cognitivo, que enrumba el hilo conductor coherente entre las dimensiones: ontológica donde la realidad es versionada, parafraseando a Ibáñez Tomás[3], constituye la manera particular de enfocar la construcción social de la realidad que concierne a la manera en que nosotros aprendemos los acontecimientos de la vida diaria, es por ello que se desdibujo la escuela en su propia realidad para aprehender sus características, su vida cotidiana, su dinámica pedagógica y didáctica.

Para ser coherente y congruente con los planteamientos anteriores esbozo desde la dimensión epistemológica la investigación desde el paradigma socio construccionista. Entendemos por este tal como lo señala Gergen “como un conjunto de elementos teóricos en progresión, laxo abierto y con contornos cambiantes e imprecisos más que como una doctrina teórica fuertemente coherente y bien estabilizada”[4]. Ahora bien por cualitativo-interpretativo asumo la perspectiva de González[5], al explicar la acción social en términos de los motivos de los individuos inmersos en ella tratando de comprender la realidad circundante en su carácter específico.

En lo epistemológico construyo los epítemas como los criterios de verdad de análisis del ámbito de lo real, emergiendo las categorías que implicó el hacer un proceso de deconstrucción para cimentar en los albores de la segunda década del siglo XXI, una concepción que responda a nuestra realidad y permita caracterizar su lenguaje, códigos, perspectivas y relaciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje, emergiendo la hermenéutica de las categorías dentro de los cuales tenemos: educación, escuela, enseñanza y aprendizaje, geohistórico, identidad, dialéctica pedagógica y didáctica, diálogo de saberes, educador dialógico problematizador y sujeto pedagógico, configurando el ámbito teórico para interpretar, comprender y explicar la naturaleza que define el problema de investigación, a fin de generar los elementos o procesos esenciales de una teoría crítica de la educación.

Las ideas y reflexiones me permiten conceptualizar al sujeto pedagógico  como el conjunto de interacciones socioeducativas que se establecen entre los diferentes actores sociales que hacen vida en la institución escolar. Conceptualizando una manera de construir la ciudadanía, expresadas a través de las identidades asociadas a los procesos culturales y a su condición histórica que dan direccionalidad a una estética que lo vincula con una forma de producir la vida cotidiana basadas en relaciones éticas. Sujeta a prácticas socio culturales y a los discursos de la época histórica que se constituyen a partir de las coincidencias valorativas de las personas, pero también de las resistencias que se manifiesta en lo “simbólico” (lenguaje y valores) y en el accionar concreto entre las personas (prácticas sociales). Lo que permite señalar que el sujeto pedagógico no puede ser entendido como un individuo.

Sobre la base de las ideas expuestas planteo algunos atributos para caracterizar al sujeto pedagógico en el ámbito de las interacciones educativas que se fraguan en los diferentes espacios escolares y coadyuvan a la construcción de nuevas subjetividades. Partiendo del encuentro pedagógico como espacio desde donde se crean y comparten códigos y significados, desarrollando una participación conjunta a través de la acción educativa, que apuntala a romper con la imposición como plantea Barbero de “un saber que no encuentra resonancia en el alumno, pero que se ve obligado a reproducir”[6]. Lo que genera un quiebre con las estructuras academicistas que mantiene secuestrado el conocimiento, el cual es impuesto al maestro quien lo acepta pasivamente, sin cuestionarlo, atrapado en la rutinización de su quehacer cotidiano y respondiendo a las exigencias institucionales que le indica qué hacer y cómo hacerlo. Encargándose de trasmitirlo al estudiante, siendo un sujeto pasivo que se limita a cumplir las normas y reglas establecidas.

En esta dirección los encuentros pedagógicos se orientan a la reflexión interdisciplinaria y transdisciplinaria con el fin de superar el axioma enseñanza y aprendizaje como acumulación de la tríada educabilidad-educatividad-enseñabilidad. De manera que sea la construcción de una práctica que analiza y expresa un proceso real que fortalece la crítica sobre las formas de construcción del conocimiento y sobre la manera en que se convierte en fuerza social.

Lo que demanda de un diálogo ético que desarrolla la comprensión mutua, así como la elaboración de formas de convivencia y el compromiso para realizar lo acordado. Asumiendo el encuentro pedagógico desde una postura crítica como reflexión sistemática del hecho pedagógico de manera dialógica de cara a la sociedad del conocimiento. Analizando el saber social y el escolar en su interacción teórico-prácticas donde se construye el sujeto pedagógico y se legitima.

La dinámica educativa como proceso de interacciones que se fraguan en los diversos y complejos espacios educativos que posibiliten el intercambio permanente entre los actores sociales que hacen vida en ella. Dentro de la multidimensionalidad del mundo que representa, acompañado de una pedagogía y didáctica que coadyuve a dar lectura al quehacer cotidiano.

Hay que poner en tensión los encuentros pedagógicos para reinscribir la realidad educativa como compleja, variable, en la cual no existe una fórmula mágica o receta única para abordar la multiplicidad y complejidad que representa el hacer en la escuela.

Como destaca Gómez y Zemelman “el surgimiento de nuevos sujetos pedagógicos y espacios de interpelación para la configuración de identidades y proyectos alternativos”[7]. Lo que conduce a escenarios que habilitan a instituir un sujeto pedagógico que emerge de un entorno donde hay lugar a la apertura de múltiples procesos para producir nuevos espacios pedagógicos dentro y fuera de las instituciones educativas.

Sin duda es necesario contar con un maestro cuyos atributos lo caractericen por despertar el interés de los diferentes actores sociales que hacen vida en la institución escolar. A partir de su sensibilidad y de sus necesidades particulares; además de desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud científica que posibilitar la formación del estudiante como sujeto social preparado para la vida y asuma responsabilidades en el desarrollo.

Por otra parte, de la descomposición del objetivo general emerge un conjunto de premisas  y dinámicas de las relaciones escuela-comunidad. Supuestos teóricos que sirven de orientación para estudiarla en su contexto, tal como sucede. Lo que refuerza la dirección investigativa, que para la misma, es la vida cotidiana de la escuela, representadas por sus prácticas educativas en su día a día. Las cuales me sirvieron de punto de partida para la construcción de la perspectiva teórica, en la cual, se da la discusión con los referentes existentes, desde una postura reflexiva crítica, decolonial, poniéndolos en tensión. Con el fin, de desmontar la racionalidad técnico-instrumental, aportando elementos para la decolonización del saber-hacer desde lo local, y forman parte de la construcción, resemantización, resignificación de los referentes teóricos y hacen referencia a:

Premisa 1.- El proceso de enseñanza-aprendizaje se basa en la transmisión de saber-hacer caracterizado por el esquema de un pensamiento único, donde el pensar y actuar están guiados por directrices previamente establecidas que configuran la relación sujeto-conocimiento-contexto. Obviando las relaciones de intersubjetividad, dejando a un lado el vínculo idea-creación, que posibilita la construcción del aprendizaje a través del diálogo de saberes.

Este enunciado nos ubica en el punto donde hay que producir una ruptura epistemológica con la subsunción de la pedagogía modernista

Premisa 2.- El sujeto pedagógico en el marco de la modernidad es un sujeto universal y homologado a cualquier geohistoria, cuya racionalidad integra toda la diversidad y complejidad humana existente en una forma única de pensar y explicar los acontecimientos humanos. Fundada en la pretensión de objetividad de la realidad y de los datos que la conforman, constituyendo un modelo único de ver los eventos humanos como reiterativos en cualquier contexto cultural, que era sustituida por datos con una visión parcelada que indicaba que era válido o no.

Esta relación impide cualquier intento por configurar y democratizar al sujeto pedagógico.

Premisa 3.- La escolaridad impone normas que establecen un orden y relaciones reproductivas que nos obliga a asimilar y repetir los saberes establecidos por la racionalidad hegemónica. Castigando a quien se atreva a cuestionar los saberes instituidos. La escuela reproduce la noción de mito-rito pedagógico.

Esta premisa nos ubica en el punto donde hay que desarrollar capacidades de autonomía y pensamiento crítico, lo que supone potenciar la actitud dialógica en el sentido de lo intersubjetivo y lo intrasubjetivo donde el sujeto sea capaz de fomentar y estimular el proceso de transformación política y cultural.

Premisa 4.- El proyecto de la modernidad nos impuso una manera única de pensar e interpretar el mundo; así como una moral universal y una ley regulada por las lógicas propias. La constitución colonial de los saberes, de los lenguajes, de la memoria y del imaginario. La modernidad infundo un relato sobre lo que somos en tanto historia tributaria a la relación capitalista mundial negadora de la diversidad y la interculturalidad.

Esta premisa nos induce a deconstruir la narrativa universal que estipula un pensamiento único aunado a una visión única del mundo, con el fin de recrearnos desde nuestras raíces reconociéndonos como parte de cosmos diversos y complejos, posicionando otros lugares de enunciación geohistóricamente.

A todo esto surge el por qué de la investigación la cual abordo desde múltiples aristas:

  1. A nivel de las instituciones que definen las políticas educativas, permite conocer las prácticas educativas cotidianas orientadas hacia la construcción del nuevo ciudadano, además de estudiar las contradicciones y conflictos cotidianos de la vida en la escuela donde se reproducen los modelos de dominación o emancipación-liberación.
  2. Delinear programas y políticas en la trilogía Estado-sociedad-territorio.
  3. Desde la UBV desmontar la racionalidad tecno-científica y producir nuevos conocimientos desde una postura crítica.
  4. Para el Cesyc-Nigel abrir espacios para abordar algunas líneas de trabajo para construir plataforma teórica que nos permita interpretar, comprender y explicar la naturaleza de los cambios como sujeto activo.
  5. En las áreas académicas los resultados de la investigación son producto de un trabajo colectivo, además las categorías que emergieron surgen de la dinámica de la comunidad.
  6. En lo social potenciación del sujeto pedagógico, para que tome las riendas de su propio desarrollo y comprenda las necesidades de construir una ciudadanía activa, autónoma que no espere fórmula mágica o receta para empoderarse del imaginario de liberación.

2.1. PERSPECTIVA TEÓRICA

De las premisas emerge la arquitectura teórica que sirve de sustento a la investigación y permite dar el debate para poner en tensión los referentes existentes, producir nuevos o resemantizarlos toda vez que se avanza en el análisis crítico reflexivo de la pedagogía y la educación, desmontando la racio-técnica de la modernidad, como lógica epistémica de producir un tipo de conocimiento a partir del cual todo se interpreta, comprende y explica, para ello se asume una postura decolonial, creando escenario para la reflexión crítica orientada al cuestionamiento, transformación, intervención y acción y creación de condiciones radicalmente distinta para decolonizar el saber-hacer, saber-poder y construir conocimiento desde lo local, donde confluya lo científico apuntalando hacia otras lógicas que conlleve a la producción del conocimiento desde lo geohistórico local.

En este proceso de reflexión y debate construyó cuatro ensayos que son el soporte teórico de la investigación y hacen referencia a:

  • El proceso enseñanza y aprendizaje en el marco de la modernidad. Se caracteriza por el pensamiento unidimensional donde el pensar y el actuar están guiados por directrices previamente establecidas que configuran la relación sujeto-conocimiento-contexto destacando el transmisionismo caracterizado por una forma de actuar y pensar atrapados en directrices indicadoras de fines, objetivos, reglas y principios proclamados en un pensamiento único que genera una relación vertical. El sujeto es pasivo, receptor y transmisor de los conocimientos dados como una donación a través del proceso de enseñanza que no permite una construcción colectiva del saber.
  • El sujeto pedagógico de la modernidad. El sujeto pedagógico en la perspectiva de la modernista es universal y homologado a cualquier geohistoria, concebido como un individuo, forjado al calor del ideario iluminista, basado en un racionalismo universal, abstracto y ahistórico. La escuela tiene clara su misión de transmitir un corpus de saberes, conocimientos, valores y formas de apropiarse de los productos simbólicos generados por la cultura con la finalidad de conformar al sujeto social requerido por la lógica de la sociedad capitalista que conocemos como la colonialidad/modernidad, que se constituye en el espacio decisivo en la construcción de subjetividades. La misma se caracteriza por la masificación de la práctica de los valores morales de la burguesía. Toda práctica educativa es en sí productora de sujetos a partir de la mediación de otros sujetos, desde el entramado de significaciones que suponen las acciones concretas que dinamizan las relaciones entre el sujeto, el sujeto mediador y el mundo.
  • La escuela: contexto de formación de la ciudadanía. El discurso escolar se ha caracterizado por ser selectivo, encadenado a una historia lineal que justifica la escuela atada a un hacer que niega cualquier posibilidad de nuevas formas de interpretaciones y de organizarla. Su accionar esta normado por medio de la imposición de pautas que permiten establecer un orden porque impone como obligante los saberes constituidos. El saber-poder disciplinado en que se basa construye individuos y subjetividades (sujetos que han interiorizado los valores y normas propias del capitalismo)
  • Identidades locales y expresión geohistórica: la escuela como mediación. Hay que deconstruir el modelo único identitario impuesto por la colonialidad/modernidad tras la búsqueda de posicionarnos geohistóricamente de otros lugares de enunciación desde las identidades locales. Asimismo cuestionar la definición de identidad que intenta ser totalitaria, absoluta y homogeneizadora porque anula el ser ontológicamente. Es abrir espacios de confrontación dialógica para desmontar la lógica de la racionalidad hegemónica que nos unifica y anula.

Las premisas de la investigación permitieron crear el escenario para la reflexión crítica, orientada al cuestionamiento, transformación, intervención y accionar para poner en tensión los referentes existentes en el ámbito de lo real con relación a la teoría existente. En la medida en que fui avanzando en el análisis reflexivo y crítico de la educación y la pedagogía al desmontar la lógica epistémica de la colonialidad/modernidad he podido plantear otras alternativas de pensar, construir el horizonte cognitivo que permite manejar un discurso coherente y congruente entre lo ontológico, epistemológico y metodológico.

 2.2.  CONSTRUCCIÓN DEL MÉTODO

Todo esto implicó un proceso de construir la ruta metodológica, que se inicia desde el mismo momento que se comienza la aproximación al sujeto de estudio, construcción de las premisas, discusión teórica para cimentar la arquitectura teórica que sirve de soporte a la investigación, que se encuentra presente en la metódica del trabajo de investigación, que en la expresión metodológica: es la forma de pensar la racionalidad, ordenar el sentido de la búsqueda y el factor estructurante de la investigación, permite para efecto de hilvanar la organización, presentar el socio construccionismo como un enfoque alternativo que permite generar diálogo, condiciones y conservaciones, otorgando valor a las interacciones sociales y procesos culturales, donde el conocimiento se construye desde las prácticas socio culturales, entrelazada con la corriente del pensamiento Interaccionismo simbólico que permite generar un diálogo hermenéutico interpretativo de los procesos vividos en el quehacer cotidiano de la escuela en la dialéctica educativa en el día a día, aproximándome desde la etnografía como una metódica que permitió estudiar, comprender, explicar e interpretar la escuela en su contexto real, su vida cotidiana y las interacciones que en ella se generan en la construcción social del sujeto pedagógico y la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales.

A  partir de la armonía con la racionalidad y forma de pensar partiendo de la etnografía se realizaron un conjunto de visitas a las escuelas, donde se desarrollaron observaciones participantes que coadyuvo en establecer contacto directo con los sujetos que hacen vida en ella, en especial los maestros que son las personas que por sus vivencias, capacidad de empatía y relaciones que tienen en el campo se convirtieron en una fuente importante de información a través de entrevistas en profundidad, además de abrir el acceso a otras personas y nuevos escenarios.

3.     PENSAR DESDE LA REALIDAD: SUJETO PEDAGÓGICO

El proceso de pensar e interpretar desde la realidad escolar al sujeto pedagógico a través del socio construccionismo en el marco de una tarea activa, aportó información que desafío los patrones de la investigación tradicional y configuró diferentes opciones para abordar la realidad de la escuela venezolana, en la que se pudo develar la dinámica educativa y su relación con la construcción social del sujeto pedagógico y con la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales.

Estos se fueron fraguando de manera flexible lo que me permitió ir avanzando en los recorridos y regresarme, para ir nutriendo cada una de las fases, conduciendo hacia el pensar de la realidad escolar la construcción social del sujeto pedagógico y la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales, dándose el proceso de interpretación a través del análisis crítico interpretativo, argumentativo de las entrevistas, observaciones participantes, encuesta y grupos de discusiones. Lo que coadyuvó desde una postura crítica a reflexionar a partir de cada una de las premisas de la investigación los hallazgos de la misma, destacando que en la configuración de la relación sujeto-conocimiento-contexto es donde mejor se revela la tradición escolástica de la educación venezolana, al  mantenerse  ajustada a una sola manera de ver y pensar la educación, pedagogía y didáctica. La gestión escolar es vista por los maestros como la administración del calendario escolar y el cumplimiento de los lineamientos establecidos por los entes rectores de la educación que automatiza la rutina escolar.

Lo que supone, direccionar lo pedagógico, donde el otro tiene que hacer una serie de rutinas, que no permiten ir más allá de lo que esta preestablecido, encadenándose así, a un tareismo: pasar la asistencia, registrar el número de niños que asisten en las carpetas, enviadas  desde la dirección de la escuela, buscar en el comedor el desayuno/merienda/almuerzo, del programa de alimentación escolar, formar y llevar a los niños al baño, vigilar el desarrollo del receso, elaborar y entregar la planificación del momento, realizar los ejercicios de atención que están previamente diseñados por las editoriales en los cuadernos, revisar las actividades y tareas asignadas, controlar la disciplina del grupo, cumplir las guardias asignadas, entre otras. En fin, rutinas que agotan el tiempo escolar.

De ahí, que el cumplimiento de múltiples actividades desestructuradas y fragmentadas, no tienen nada que ver, con una plataforma bien pensada, reflexionada, intencionada de los referentes valorativos. Lo que hace es contradecir, precisamente la noción sujeto-conocimiento-contexto. Es un grave problema que presenta  la escuela  cuando fragmenta la relación de la unidad ontológica en la construcción del aprendizaje. Hay que romper con la noción del tiempo escolar porque imposibilita la concreción de la acción pedagógica emancipadora y liberadora.

Como puede verse, la escuela hoy se mantiene centrada en su quehacer cotidiano,  procesos, que aunque forman parte del quehacer pedagógico, pudieran diluirse dentro del desarrollo de los contenidos programáticos, manteniendo así, tanto el cumplimiento  de normas y la disciplina, que solo representan: el estar callado, transcribiendo del texto  de la pizarra, o del cuaderno, mientras el maestro se dedica a la revisión de los ejercicios y tareas asignadas previamente, prescritos en los libros de textos oficializados, bien por la escuela, por cada maestro adscritos, inducidos por determinadas editoriales, Santillana, Caracol, Girasol (considerados textos únicos) que tienen invadida la escuela, donde permanece y se mantiene una sola visión del mundo, o bien, las tareas de textos establecidas por el Estado. Es decir, los maestros pensantes y creativos, son pocos.

En la compleja realidad, de la escuela actual, sigue presente el sujeto pedagógico que nos dibujo la colonialidad/modernidad, al considerarse que el mismo, es un individuo que tiene la responsabilidad de transmitir los conocimientos a las generaciones más jóvenes. Tarea que recae sobre el maestro, encargado de mantener la relación con el estudiante, tal como está, establecido en los programas educativos. Sustentado en una práctica de enseñanza repetitiva, rutinaria, memorística, descontextualizada, sin pertinencia, que deja a un lado la complejidad del contexto donde se produce las experiencias producto de la rutinización, que se da en el interior de ella.

Bajo este esquema, destaco que la escuela no está formando ciudadanos para la independencia, libertad, emancipación, liberación, valoración, defensa de la soberanía, cultura de la paz, justicia social, respeto de los derechos humanos y fortalecimiento de la identidad nacional. Al no brindar las herramientas y los espacios de interacción que le permitan al estudiante, ejercer plenamente sus derechos y deberes, desarrollen sentido de pertenencia con la comunidad y puedan adquirir competencias que le coadyuve a ver diferentes formas de vivenciar la ciudadanía. Teniendo una clara conciencia de la dinámica que se da en su contexto social y político y sea capaz de sustentar sus demandas, necesidades sociales y entender los razonamientos de los demás.

De tal manera, que la escuela que nos legó la colonialidad/modernidad, no nos sirve para formar éticamente al ciudadano, como expresión geohistórica de las identidades locales. Su enfoque educativo, no permite superar la narrativa universal, que estipula un pensamiento único, con una visión única del mundo. No potencia y no activa la conciencia del sujeto pedagógico, al encontrarse encadenada a un saber-hacer que direcciona y define una dinámica pedagógica y didáctica, que se centra en la domesticación, repetición, memorización de contenidos programáticos, desvinculados del contexto de la vida cotidiana, sin sentido y sin significado.

A pesar, de todos los intentos por mejorar las condiciones geohistóricas e identitarias, nuestra escuela no escapa de la realidad del proyecto colonialidad/modernidad, al asociar la formación de las identidades locales, con la celebración de efemérides que llegan a sus pasillos y aulas a través, de carteleras sin trascender de un simple recordatorio. Lo que nos indica, que estamos en presencia de un modelo univoco, que no tiene sentido de pertenencia con la comunidad, interacción con el contexto y  generación de un imaginario divorciado de nuestra realidad, que no reivindica las particularidades de nuestra historia, sino incorpora continuos elementos que son extraños a las tradiciones y especificidades de las localidades.

Desde el contexto generacional, divorciada de la realidad, la escuela hoy, no está formando las identidades desde lo local, cuando permite que se hagan celebraciones, que no contribuyen al reconocimiento, valoración de nuestra historia, creencias y tradiciones. Lo que significa, que no hay un arraigo con la comunidad, sentido de pertenencia. No tenemos una historia en común, nos vemos como un viajero que está de paso en ella y no hay vínculos que nos permita identificarnos.

Todo ello, nos deja claro que la formación ética de la ciudadanía, como expresión geohistórica de las identidades locales, continúa al margen de la formación del ciudadano de acuerdo a los atributos definidos en la CRBV y que la racionalidad instrumental hegemónica colonizadora, mantiene sus tentáculos para garantizar, que persista la visión unificada de la identidad y la ciudadanía, siendo fundamental decir, que la Escuela hoy sigue configurando socialmente al sujeto pedagógico encadenado a un modelo de subordinación, sumisión y obediencia al enmarcarlo en los mismos parámetros de la colonialidad/modernidad y que la ciudadanía no se está formando como expresión geohistórica de las identidades locales.

4.     reflexión final

El proceso de reflexión final es inacabado y se hace para cerrar un ciclo, para la formulación de nuevos nudos críticos y pensar desde otros referentes éticos los problemas asociados al devenir histórico de la educación en relación al Estado-sociedad-eticidades.

Para lograr desmontar toda la lógica de la colonialidad/modernidad, es necesario formar un ciudadano con conciencia social, nacionalidad y soberanía, valorando sus raíces, saberes populares, ancestrales, que lucha por la ciudadanía desde identidades locales como expresión geohistórica y asume postura crítica ante los problemas ecológicos, recalentamiento global y el saqueo de los recursos naturales.

La clave está en una escuela basada en un pensamiento decolonial, que aliente permanentemente a cuestionar las formas dominantes de conocimiento, que tenga maestros críticos, reflexivos, investigadores, participativos, protagónicos, emancipadores y liberadores, que se ven, se sienten y se reconocen como ciudadano, que tiene sentido de pertenencia con su comunidad y se identifica con ella desde lo común y lo diferente.

Esa es la escuela que queremos, la posible donde se establezca una deconstrucción del tipo de formación de las relaciones pedagógicas intersubjetivas, que nos permita recuperar la convivencia escolar que es expresión de las identidades que generan la nacionalidad y que haga posible la refundación de la República como Estado democrático y social de derecho y justicia, cuyo centro sean los procesos sociales y la expansión de las libertades humanas.

La escuela comunal, como espacio de tensión que da lugar al nacimiento de prácticas escolares que construyen un imaginario social propenso a valorar el sentido y significado del poder político y democrático, así como a estimular y potenciar capacidades para la toma de decisiones y la formación de la ciudadanía.

Con una arquitectura con múltiples y diversos ambientes de aprendizaje (talleres, huertos, bibliotecas, salas de lecturas, de computación, laboratorios, proyección), sitios donde se pueda intercambiar ideas con personas de diferentes edades y puntos de vista, donde exista la libertad de escoger y ejercer democráticamente su derecho a una educación de calidad, cuyo currículo tenga un enfoque ecológico-geohistórico que integre los saberes comunes, científicos y la cultura popular, con una práctica educativa basada en la pedagogía y didáctica de la participación, donde la investigación sea el factor estructurante para profundizar en el conocimiento y la reflexión, con una visión humanista para el desarrollo integral del ser humano y valoración de los derechos humanos, con maestros que se sientan y se reconozcan como ciudadanos y como estudiantes para toda la vida, capaz de sistematizar su praxis socio pedagógica para la construcción de referentes desde nuestras latitudes.

Referencias

Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2009). Ley Orgánica de Educación. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela 5.929. Extraordinario del 15 de agosto de 2009.

Barbero, J (2003). Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades. En: Revista Iberoamericana de Educación. Nº 32, pp. 17-34. p. 30

Figueredo, M (2014). Escuela y construcción social del sujeto pedagógico: la formación ética de la ciudadanía como expresión geohistórica de las identidades locales. Tesis Doctoral. Caracas: UBV.

González, A (2003). “Los paradigmas de investigación en las Ciencias Sociales”. En Revista Isla. Cuba: Universidad Central “Marta de Abreu” de las Villas. Nº 138.pp. 125-153. Octubre-diciembre.

Ibáñez, T (2003). La construcción social del socio construccionismo: retrospectiva y perspectivas. En Política y sociedad. Vol. 40. Núm.: 155-160. España: Universidad Autónoma de Barcelona. Facultad de Psicología.

Ibáñez, T (1998). Ideología de la vida cotidiana. Barcelona: Sendai.

SCHOOL BUILDING SOCIAL AND EDUCATIONAL SUBJECT: THE ETHICS OF CITIZENSHIP EDUCATION AS AN EXPRESSION OF LOCAL IDENTITIES GEOHISTORICAL

 

ABSTRACT:

This research aims to reveal the dynamics of school education in the construction of the teaching subject as part of ethical education of citizens as geohistorical expression of local identities. It originates from the professional reflection, educational support as professor at the University UBV villages responsible for the No. 1 School District, which develops the National Teacher Training Program and the work we have been developing in the Sucre parish Catia in schools School District No. 5, from the Academic Research Nucleus «Local Education Management» attached to the Department of Social and Cultural Studies. This research is approached from the social constructionist perspective, with an ethnographic approach from the local context. The relevance of the research lies in the contributions from the UBV can do to build the school we want, for the foundation of the Republic. Based on the findings from the research we can say that the School today continues to shape socially to the pedagogical subject shackled to a model of subordination, submission and obedience to frame it in the same parameters of coloniality / modernity and that citizenship is not being geohistorical form as expression of local identities. It contributes some contributions for the construction of school we want, in the academic area Educational innovations empowerment and human development. Keywords: School; pedagogical subject; ethic formation; geohistorical; local identities. 

* Profesora María Figueredo de la Universidad Bolivariana de Venezuela, adscrita al Centro de Estudios Sociales y Culturales, miembro fundadora del Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local”, desarrollo en la actualidad la línea de investigación: Gestión Escolar y la construcción social del Sujeto pedagógico en el marco del Programa de Investigación Gestión escolar, prácticas socio educativas y producción de identidades. Dra. En Ciencias para el desarrollo estratégico, docente del PFG Gestión Social del Desarrollo Local, PFG Gestión de Salud Pública, PFA Doctorado y Maestría Ciencias para el desarrollo estratégico. Premio Nacional Ciencia y Tecnología 2015, como Grupo de Investigación Consolidado en la especialidad de Educación y Justicia Comunal. Correo electrónico kielita19@hotmail.com.

[1]  González, A (2003). “Los paradigmas de investigación en las Ciencias Sociales”. En Revista Isla. Cuba: Universidad Central “Marta de Abreu” de las Villas. Nº 138.pp. 125-153. Octubre-diciembre, p. 63.

[2] Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2009). Ley Orgánica de Educación. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela 5.929. Extraordinario del 15 de agosto de 2009.

[3] Ibáñez, Tomás (1998). Ideología de la vida cotidiana. Barcelona: Sendai. p. 58.

[4] En Ibáñez, T (2003) La construcción social del socio construccionismo: retrospectiva y perspectivas. En Política y sociedad. Vol. 40. Núm.: 155-160. España: Universidad Autónoma de Barcelona. Facultad de Psicología, p.157.

[5]  González, A (2003). Los paradigmas de investigación en las Ciencias Sociales. En Revista Isla. Cuba: Universidad Central “Marta de Abreu” de las Villas. Nº 138. pp. 125-135. Octubre-diciembre, pp.129-130.

[6] Barbero, J (2003). Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades. En: Revista Iberoamericana de Educación. Nº 32, pp. 17-34. p. 30.

[7] Gómez, M y Hugo Zemelman (2006). La labor del maestro formar y formarse. México: Pax México, p. 58.

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Acoso escolar, juego didáctico del patriarcado

Por: Alexis Bolívar

En mi adolescencia sufrí acoso y maltrato en la escuela por no cumplir los parámetros de masculinidad impuestos por la sociedad. Recibí hostigamiento de algunos profesores, de muchos compañeros y compañeras de clases y del entorno familiar. La causa de todo esto me llevó en algún momento de mi vida a sufrir de depresión que fue ocultada por pena y por miedo. El discurso familiar era reiterativo, pelea como un macho, habla como un macho, camina como un macho, pero siempre fui un fracasado en esa área porque nunca supe ser un macho.

El acoso escolar es una forma de maltrato psicológico, verbal y físico que se produce de manera frecuente en las escuelas y liceos. El acoso escolar puede tornarse homofóbico y está determinado por la constante violencia hacia las personas que parecen ser homosexuales sin que necesariamente lo sean. Estos acosos se ejercen muchas veces por el amaneramiento de los cuerpos en caso de los chicos o por la robustez en caso de las chicas. Mayormente este acoso se destaca por el hostigamiento a través de insultos, apodos, imitaciones y muchas veces llegan a la agresión física.

Cuando se sufre de acoso escolar es difícil obtener excelentes calificaciones, por nada del mundo te logras concentrar en tus estudios y poco a poco vas perdiendo interés en asistir a clases, mayormente vives solitario y careces de poco interés de cualquier actividad escolar.

El acoso escolar es un juego didáctico del patriciado y es la manera como educa para sobrevivir en el futuro. Este sistema está basado en la autoridad y el liderazgo del macho, en el predominio del hombre sobre las mujeres, del hombre “fuerte” hacia el hombre “débil”, del padre sobre la madre y los hijos.

Simone de Beauvoir en su libro “el segundo sexo” decía que una mujer no nace sino que esta se hace, a través de una serie de prácticas educativas que abarca la familia, el Estado, la religión, el arte, la cultura, entre otras. Así mismo debemos asumir que el hombre es una construcción social.

Según Robert Moore y Douglas Gillette, “el patriarcado es un ataque a la masculinidad plena, así como la feminidad plena. Aquellos que se encuentran atrapados en las estructuras y en la dinámica del patriarcado buscan dominar no solo a las mujeres sino también a los demás hombres. El patriarcado se basa en el temor, en el miedo que sienten los hombres ante las mujeres, el miedo del adolecente y del varón inmaduro a las mujeres y los hombres de verdad”

Para cesar el acoso en las escuelas, es imprescindible la deconstrucción del sistema patriarcal desde la raíz, a través, de la incorporación de la perspectiva de género en la educación que contribuya en el aprendizaje y el desarrollo integral de las niñas y niños desde el ingreso a la educación básica, aunque esta lucha no es aislada, es necesaria la transformación y la integración de la familia, movimientos sociales y la sociedad misma.

En Venezuela gozamos de un privilegio, estamos en una etapa de transformación donde estos cambios son oportunos para la despatriarcalización de la enseñanza. Tenemos una gran responsabilidad en el aporte y incorporación del nuevo curriculum de educativo.

Fuente: http://www.albatv.org/Acoso-escolar-juego-didactico-del.html

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