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Libro: Aprender la Libertad

Aprender la Libertad

  • Año: 2006
  • Editor: Autoedición
  • Páginas: 113 páginas
  • Idioma: español
  • Desde: 17/02/2016
  • Tamaño: 982 KB

Sinopsis:»Aprender la libertad: El diseño del entorno educativo y la producción colaborativa de los contenidos básicos comunes» es una obra que invita a analizar la relación estratégica que existe entre las tecnologías digitales e Internet y la planificación superior de los sistemas educativos. La obra explora las características más relevantes de esta relación y desarrolla un marco teórico-conceptual para comprender su alcance.

El trabajo caracteriza los bienes intelectuales comunes y describe su potencial para la producción colaborativa de contenidos educativos en la era digital. Finalmente, analiza el Sistema Nacional de Educación de la República Argentina y acerca soluciones para producir colaborativamente estos contenidos. La obra propone el diseño de un entorno educativo de carácter abierto e incluyente que permita aprender la libertad como un elemento vital para la formación de las generaciones futuras.

Para descargar:https://openlibra.com/es/book/download/aprender-la-libertad

Fuente de la reseña:https://openlibra.com/es/book/aprender-la-libertad

Fuente de la imagen:https://olcovers2.blob.core.windows.net/coverswp/2016/02/Aprender-la-libertad-OpenLibra-300×426.jpg

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FECODE Colombia: Escuela, territorio de paz

Fuwntw FECODE / 1 de Enero de 2017

¿Qué es la escuela como territorio de paz, cuál es su sentido? ¿Por qué y para qué hablamos de la escuela como territorio de paz? ¿Con quiénes y cómo construimos las Escuelas como Territorios de Paz? Estas preguntas sitúan la escuela en los territorios regionales y locales concretos y reales, de conflictos y de violencia de todo tipo2, que deshumanizan y deterioran las condiciones materiales y subjetivas de la vida. Estos interrogantes los proponemos para pensar, comprender y aprender de las realidades de las escuelas con relación a los contextos de guerra en donde han sido afectadas por la presencia de las víctimas y victimarios, por las acciones de las fuerzas armadas del Estado, la insurgencia y el paramilitarismo; también por las condiciones de desigualdad económica y social que se han venido profundizando con la implementación de las políticas neoliberales durante los últimos veinte años.

Y sobre todo, para imaginar y edificar la escuela en el posconflicto, con presencia creativa en la formación del pensamiento crítico y del ciudadano comprometido en la lucha política, social, cultural y pedagógica, teniendo en cuenta el reconocimiento de las víctimas, por la construcción de la paz con democracia integral, justicia social, dignidad humana y el Estado social de derecho. La escuela que investiga y aprende caminos alternativos para la resolución de los conflictos con el otro y no a costa del otro, en las posibles formulaciones del buen vivir.

Estas preguntas no tienen respuestas estandarizadas para todo el país, no encajan en las políticas de educación por competencias, ni de derechos básicos de aprendizajes –DBA-, ni de índices sintéticos de calidad –ISCE-. Son provocaciones e invitaciones para que los docentes juntos con las comunidades educativas, conciban la educación que necesitan para una vida digna, mediante el desarrollo de las dimensiones y capacidades humanas que posibiliten la transformación de los contextos en los que actúan las instituciones educativas.

Es importante aclarar que hablamos del posconflicto en el sentido de la terminación del conflicto armado entre las fuerzas del Estado y las guerrillas en Colombia y, en consecuencia, nos soñamos sin guerra, diferente al idealismo ingenuo de soñarnos sin conflictos, sobre todo, teniendo en cuenta los contextos de inequidad, exclusión y limitaciones en que se encuentran muchas comunidades del país. La vida es una sucesión compleja de conflictos en todos los campos de la actividad humana. Un acuerdo de finalización de la guerra, abre puertas para pensar nuestra contribución, como educadores, desde los ámbitos escolares en la transformación del conflicto; asumir la paz en vida la de las escuelas: la democracia escolar, la mediación de conflictos, la reconciliación social, la paz laboral, territorial, las diferencias culturales y todo lo que encierra la asunción integral de la paz en Colombia.

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Vivir en tiempos de incertidumbre

Fuente BID / 1 de enero de 2017

Citando la célebre frase de Borges, “la realidad no siempre es probable ni plausible”. Al menos eso parece en América Latina y el Caribe: de todos los posibles resultados, el que hemos experimentado no es el que muchos habrían predicho. Además, cuando miramos hacia el futuro, las previsiones actuales muestran fuertes diferencias entre países y están sujetas a una elevada incertidumbre.

Acercándonos a fin de año, y con uno nuevo por comenzar, veamos algunas estadísticas. El promedio simple del PIB per cápita a valores de PPA (tipo de cambio con paridad de poder adquisitivo) de los 26 países en América Latina y el Caribe es de aproximadamente USD14.000. Chile, Panamá y Uruguay han tenido notables resultados en los últimos años, y el ingreso per cápita se sitúa actualmente por encima de USD21.000 en los tres países y se prevé que supere los USD25.000 hacia 2020. Debido al fuerte crecimiento en la década de 2000, después de la desastrosa crisis de 2002, Argentina acaba de alcanzar la marca de USD20.000 y suponiendo que se recupere de la actual recesión, según las previsiones, podría llegar a los USD23.000 hacia 2020. Otros países no tienen resultados tan buenos. Por ejemplo, el PIB per cápita de Venezuela ha disminuido de un máximo de USD18.600 en 2013 a sólo USD15.000, según estas estadísticas.

 

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Sin embargo, ¿cómo son los resultados de la región en términos relativos? En el Gráfico 2 hemos normalizado el porcentaje de cada país en el PIB global per cápita según el promedio de cada país a lo largo de todo el período, de modo que si un país mantiene su porcentaje (o, en otras palabras, su ingreso per cápita sigue el ritmo del promedio global), el resultado es una línea horizontal en 1.

 

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Este gráfico ilustra los desastrosos años ochenta, la llamada década perdida, cuando el país típico en la región perdió aproximadamente el 30% de su porcentaje en el PIB global per cápita, pérdida que en algunos casos fue de hasta el 50%. En los años noventa, la región perdió algo más de terreno y la década de 2000, a pesar del auge de las materias primas, fue esencialmente plana. El rasgo destacable a partir de 2010 ha sido una notable divergencia. Panamá, República Dominicana y Costa Rica son los tres países con el nivel final más alto (es decir, la predicción para 2021) en comparación con los promedios del período, seguidos de cerca por Chile (que ha perdido cierto terreno en los últimos años) y Perú, que ha tenido resultados espectaculares desde 2001 según estas estadísticas. Estos países han aumentado su PIB per cápita de manera considerable en comparación con el resto del mundo. En el otro extremo, Venezuela, Brasil y Ecuador son los tres países que previsiblemente habrán perdido más terreno hacia 2021 en relación con sus promedios para el período. Desafortunadamente, se prevé que el promedio simple de los 26 países miembro prestatarios del BID disminuya aún más en relación con el resto del mundo en los próximos años.[1]

Sin embargo, estas predicciones vienen acompañadas de una seria advertencia en materia de salud. Seis países en la región se encuentran actualmente en recesión (Argentina, Brasil, Ecuador, Surinam, Trinidad y Tobago, y Venezuela) y es sumamente difícil prever una expansión cuando el crecimiento actual es negativo. Si bien la mayoría de los analistas prevé que sólo dos de los seis países seguirán en recesión en 2017 (Ecuador y Venezuela), la incertidumbre se cierne sobre sus perspectivas de crecimiento (probablemente negativo) y sobre la fortaleza de la recuperación de los otros cuatro. Si se retrasa la recuperación en Argentina y Brasil de tal manera que ambos países pierden media desviación estándar de su crecimiento a lo largo de los próximos dos años, la pérdida total del PIB en los próximos tres años equivaldría al 3,1% del PIB regional.[2] El crecimiento en 2017 sería de 0,7% en lugar de 1,7% del escenario base. Naturalmente, si la recuperación es más fuerte de lo previsto, el crecimiento regional aumentaría, como se ilustra en el Gráfico 3.

 

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También hay una incertidumbre considerable en relación con las perspectivas económicas en Estados Unidos, que son absolutamente cruciales para México, América Central y el Caribe, e importantes para prácticamente todos los países. El presidente electo de Estados Unidos ha mencionado un conjunto de ambiciosas intervenciones en las políticas de impuestos, infraestructura, comercio, desregulación y reforma migratoria, para nombrar sólo cinco ámbitos potencialmente importantes. Las medidas que impulsan el crecimiento de Estados Unidos deberían ser positivas para América Latina y el Caribe, aunque las mayores tasas de interés resultantes tendrían un efecto negativo. Sin embargo, las medidas que cierran Estados Unidos al comercio de bienes y al movimiento de personas podrían ser muy negativas para la región.

Los países se verán afectados de maneras diferentes. El impacto en México dependerá crucialmente de las futuras relaciones comerciales, dada la enorme importancia de Estados Unidos para las empresas localizadas al sur del Río Grande. En el Caribe, la ventaja podría ser un aumento de la demanda de exportaciones, incluyendo el turismo, versus el costo de tasas de interés más altas que tendrían impacto sobre todo en los países con mayores niveles de deuda. Los precios de las materias primas han aumentado desde la elección en Estados Unidos dada la mayor demanda prevista en este país (y a pesar de la apreciación del dólar y de tasas de interés más altas que tienden a deprimir al sector de las materias primas) y las recientes medidas de la OPEP para disminuir la producción de petróleo. Los precios más altos de las materias primas darán impulso a diversos países de la región, sobre todo en América del Sur.

Sin embargo, la incertidumbre persiste en relación con las políticas que realmente se llevarán a cabo en Estados Unidos. Esta incertidumbre es en sí misma perjudicial. El precio de los préstamos a los mercados emergentes ha aumentado, los flujos de capital han disminuido, las monedas se han depreciado y se ha observado una caída notable en la emisión de bonos soberanos de las economías emergentes en las últimas semanas. Si bien los mercados bursátiles se han disparado al alza en Estados Unidos, lo cual supuestamente anticipa lo mejor, los mercados emergentes han reaccionado muy negativamente, al parecer temiendo lo peor.

A medida que se muevan los engranajes de la compleja máquina de formulación de políticas en Estados Unidos y se definan más claramente las políticas públicas y las medidas, la incertidumbre debería disminuir. Como declaró la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen cuando esa entidad aumentó las tasas de interés el 14 de diciembre, en el futuro la política monetaria dependerá de lo que realmente suceda y, si bien actualmente el miembro medio del FOMC prevé tres subas de las tasas de interés en 2017, el famoso gráfico de “dots” revela diferencias de opinión entre los miembros del FOMC. Al igual que la política monetaria de Estados Unidos, las perspectivas económicas para la región en 2017 y años posteriores serán sumamente “dependientes de los datos”. América Latina y el Caribe está acostumbrada a tratar con la incertidumbre; puede que los próximos años pongan a prueba esa resiliencia, una vez más dependiendo de cuán improbable sea la realidad que se avecina.

 

[1] Si bien no es el objeto de este blog, esto subraya la necesidad de aumentar la inversión y la productividad, sobre todo teniendo en cuenta la desaparición prevista de un fuerte bonus demográfico que aumentó la contribución de la fuerza laboral en los últimos años. Para un debate, ver Anexo A (pp. 65-69) del Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe de 2014.

[2] Media desviación estándar de crecimiento es 3% para Argentina y 1,5% para Brasil. El impacto regional total incluyó el shock en cada país y el impacto combinado en otros países de la región.

 

El autor de esta nota:

The Author

Andrew Powell

Andrew Powell

Andrew Powell es el Asesor Principal del Departamento de Investigación (RES). Llevó a cabo sus estudios de pregrado, maestría y doctorado en la Universidad de Oxford. Hasta 1994 se dedicó a trabajar en la academia en el Reino Unido como becario en el Nuffield College de Oxford y fue profesor asociado (catedrático) en las universidades de Londres y Warwick. En 1995 trabajó en el Banco Central de Argentina donde fue nombrado Economista Jefe en 1996. A finales de los años noventa representó a Argentina como diputado G20/G22 y fue miembro de tres grupos de trabajo G22: resolución de crisis, fortalecimiento de sistemas financieros y transparencia. En 2001 regresó a la academia a la Universidad Torcuato Di Tella ( Buenos Aires, Argentina) como profesor y director del Programa de postgrados en finanzas. El Dr. Powell ha sido investigador visitante en el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Universidad de Harvard. Él se vinculó a RES en 2005 como Economista Investigador Líder y en 2008 se desempeñó como Asesor Económico Regional para los países del Caribe, y luego regresó a RES como Asesor Principal. Ha publicado numerosos documentos académicos en prestigiosas revistas académicas en temas como mercado de materias primas, administración de riesgos, rol de las multilaterales, regulación, banca y finanzas internacionales. Recientemente editó el libro Calidad de vida en las ciudades latinoamericanas: mercados y percepciones. Actualmente su trabajo de investigación se enfoca en las consecuencias económicos de la reciente crisis financiera global, flujo de capitales y regulación macro prudencial y bancaria para las economías emergentes.

 

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¿Será que no soy lo bastante innovador?

Por: Víctor Manuel Rodríguez

Es importante plantearnos de forma colectiva qué entendemos por innovación, qué prácticas lo son realmente y hasta qué punto pueden transformar 

Comparto la idea de que en los últimos tiempos estamos asistiendo a una emergencia de prácticas educativas innovadoras y, también, al incremento de debates centrados en cómo debe ser la educación que queremos y qué cambios o qué procesos de transformación nos parecen necesarios.

Durante algunos años, los drásticos recortes en recursos, las agresiones a la escuela y sus profesionales, y el abandono a su suerte o la condena a la exclusión de miles de niños y niñas y sus familias han conducido el debate educativo, en un marco legislativo y administrativo claramente hostil,  hacia reivindicaciones más ligadas a la propia supervivencia o al mantenimiento de algunas conquistas y avances en equidad a finalZes del siglo XX. Hoy día, además de continuar esa necesaria “resistencia”, son muchos los educadores y educadoras que, de forma individual o colectiva, vuelven -en realidad no creo que hayan dejado  de hacerlo- a pensar en cómo transformar sus propias prácticas o las de sus centros para mejorarlos y adecuarlos a nuevos tiempos, necesidades y demandas sociales.

La noción de “innovación educativa” aglutina en gran medida ese impulso renovador, pero lo hace convirtiéndolo en una especie de mantra que no deja claro a qué se refiere en realidad.  Por eso es importante, desde mi punto de vista, plantearnos de forma colectiva qué entendemos por innovación educativa, qué prácticas son realmente innovadoras y hasta qué punto pueden transformar de manera positiva los entornos educativos. Para centrar un poco ese debate, señalo algunos peros o algunas alertas encadenadas que cuestionan determinadas concepciones de la innovación o la manera en la que llegan a los centros educativos.

La primera tiene que ver con la gran dispersión de propuestas de carácter innovador que a veces se presentan nada menos que como la solución definitiva a todos los males de la escuela o, en palabras de Juan Carlos Tedesco en este medio, el milagro que todas y todos estamos esperando. Ninguna escuela podría dar abasto si pretende encaminar sus pasos en las múltiples direcciones que le indican los adalides de cada una de las supuestas soluciones -incluso con Copyright- y sin las cuales, según sus impulsores, no cabe que un entorno educativo pueda llamarse a sí mismo innovador. El catálogo de “buenas prácticas” que se ofrece a los educadores es hoy más abrumador que inspirador y, lejos de clarificar el horizonte, creo que lo enturbia hasta casi difuminarlo.

La segunda nos remite a quienes están detrás de muchas de estas iniciativas. El mundo educativo es, para algunos, un poderoso mercado que debe mantenerse con la maquinaria de compra y venta engrasada. De ahí que, casi de repente, una buena cantidad de empresas financieras, de seguros, constructoras, editoriales y, sobre todo, tecnológicas, hayan decidido infiltrarse sin más tapujos que utilizando el mecanismo de sus propias “fundaciones” para explicarnos qué debemos hacer, quiénes son los verdaderos innovadores y cómo los que no lo son quedan más o menos excluidos de la modernidad pedagógica. Cada día nos ilustran con una ineludible charla TED; nos ofrecen el top 10 o 100 de los innovadores o emprendedores sociales o educativos e, incluso, se permiten otorgar, desde una sociedad “filantrópica” radicada en Dubai y apoyada en la mayor y más elitista red de escuelas privadas del mundo, un premio al que la prensa y muchos incautos han dado en llamar el “Nobel de la educación”.

El tercer pero o alerta tiene que ver con el hecho de que la inmensa mayoría de las propuestas innovadoras se refiere a aspectos ligados a la metodología o, en alguna medida, a la organización y gestión de los centros y casi nunca o pocas veces al núcleo fundamental de nuestro quehacer educativo, que tiene más que ver con qué estamos enseñando o qué está aprendiendo de verdad nuestro alumnado. Con seguridad, la escuela no es el único entorno en el que debamos trabajar por la emancipación y la transformación de un modelo social, económico y político injusto y depredador -con la naturaleza, con las personas y con las relaciones entre ellas- pero sí es, a buen seguro, uno de los más importantes. Creo que tan innovador o más que el cambio metodológico ha de ser ese cuestionamiento y transformación radical del currículo que muchas y muchos demandamos. Cuando alguien me pregunta si nos estamos planteando que cada alumna o alumno disponga de una tableta o incorpore el móvil como herramienta de trabajo , a mí se me ocurre repreguntarle si están trabajando en sus aulas la estafa financiera, el cambio climático, las migraciones y las guerras o las vallas que rodean a su alumnado y a sus semejantes.

Confío en que de los párrafos precedentes nadie deduzca que no asumo la necesidad de transformar nuestras prácticas, nuestras metodologías, nuestros espacios o la manera de organizar mejor los procesos de enseñanza y aprendizaje. Me gusta cambiar y conocer nuevas formas de hacer. Sé que -aunque no siempre- el medio puede ser el mensaje y, por tanto, entiendo que una metodología más participativa enseña también participación y democracia o que el aprendizaje cooperativo enseña a cooperar y a confiar en el otro también fuera de la escuela. Sé también que las tecnologías pueden ayudar en los procesos de personalización de la enseñanza y que pueden abrir la puerta a nuevos saberes, nuevas formas de investigar o de entender el mundo que nos rodea.

Lo que no comparto en absoluto es que algunos de los “retos” que a veces se le plantean a la escuela deban ser asumidos de forma acrítica como propios, sin tener en cuenta sus implicaciones y costes en el alumnado -por ejemplo en el más vulnerable-, en el propio centro o en su entorno cercano o lejano; malentendiendo que son en verdad los retos que plantea la sociedad del siglo XXI, cuando quizá sean sólo retos derivados de la necesidad de reproducción social desde una óptica puramente capitalista, alejada de las necesidades reales y profundas ligadas a nuestra condición de seres humanos.

Aun suponiendo que la innovación que viene no sea la que responde a una lógica mercantilista sin más y al objetivo de hacer de la educación un negocio sustancioso, considero útil trasladar la distinción que realiza S. Riutort (1) entre la innovación que pretende crear valor social en los confines de la economía de mercado y aquella que se concibe como “un vehículo de creatividad y experimentación ciudadana para iniciar procesos de cambio institucional a favor de la democratización de la sociedad”. La primera nos remite a los emprendedores o innovadores como los nuevos héroes de unas sociedades que necesitan regenerarse sin renunciar en lo esencial al orden social instituido. La segunda nos obliga a emprender con otros y otras, a recuperar nuestra condición de agentes transformadores, a cambiar a partir de las necesidades colectivas como ciudadanos, como educadores y como personas, para llegar a construir sociedades más justas, más igualitarias, menos excluyentes y más libres. Sin duda, me gusta más esta segunda.

Nota: (1) Riutort, S. (2016): Energía para la democracia. Madrid: FUHEM Ecosocial/Catarata (p.47)

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/12/09/sera-que-no-soy-lo-bastante-innovador/

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Endless, el sistema operativo que combate la brecha digital

29 de noviembre de 2016/Fuente: expoknews.com

¿Cómo combatir la brecha digital?

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la educación contemporánea es la brecha digital, es decir, la profunda diferencia entre quienes tienen acceso a la tecnología y quienes se encuentran totalmente desconectados de la red, con todas las consecuencias que ello implica.

Para muchas personas, el acceso a las tecnologías se vuelve muy complicado debido a los precios de los dispositivos o al costo de los servicios. Una familia no sólo necesita contar con los aparatos que permitan conectividad; deben contar con los servicios que permitan entrar a Internet. Y si bien, los costos de telecomunicaciones se encuentran a la baja, no significa que aun se encuentren al alcance de todo mundo.

Además de la problemática de los equipos, existen dos grandes barreras que pueden limitar el acceso a las TIC’s o bien, pueden hacer que la experiencia en educación no sea la mejor: por una parte, la mayor parte de los contenidos educativos gratuitos se encuentran disponibles a través de una conexión a Internet; y por la otra, el software propietario es caro y constantemente debe actualizarse.

Ante tal situación, Endless lanzó al mercado un sistema operativo gratuito basado en Linux que está disponible para su descarga en su página oficial. Dicho sistema cuenta con una interfaz bastante amigable, similar a la de un teléfono celular y no se necesitan conocimientos especializados para instalarlo o manejarlo. Además de ser bastante rápido y funcional, el sistema está libre de virus.

Darío Díaz, representante de la marca en México, explicó que Endless “más que un sistema operativo, se trata de un ecosistema digital pensado para apoyar la educación y facilitar que las personas que no tienen acceso a la red, puedan encontrar contenidos educativos de calidad de forma gratuita”.

Tecnología vía shutterstock

El sistema operativo viene precargado con una serie de aplicaciones educativas que no tienen costo adicional y que pueden usarse sin necesidad de estar conectado a la red. Entre las apps se encuentran, por ejemplo, una enciclopedia digital desarrollada a partir de los contenidos de Wikipedia y que al momento cuenta con más de 80 mil artículos.

Al ser un sistema operativo pensado para la educación, cuenta también con una escuela virtual que incluye videos y actividades de ciencias, matemáticas, economía, biología y otras disciplinas que fueron desarrollados por la Academia Khan. A la par, el sistema operativo viene con una suite de paquetería de oficina que es compatible con Office; de ésta manera, se pueden desarrollar presentaciones, documentos y hojas de cálculo con software libre.

Quizá una de las desventajas que tiene el sistema operativo Endless es que hasta el momento no existe una tienda virtual de aplicaciones y funciona sólo con lo que ya viene precargado. Y si bien se trata de software pensado para la educación, es probable que existan desarrolladores que se encuentren interesados en crear contenido para fortalecer el sistema.

La historia de Endless se remite a 2010, cuando Matt Dalio, CEO de la empresa, viajaba por la India. Al visitar algunas zonas en pobreza, se dio cuenta que en prácticamente todos los hogares había una televisión y un teléfono celular. Ello, le dio la pauta para diseñar un software que les permitiera a las personas de escasos recursos tener un equipo informático que les ofreciera contenidos educativos con calidad sin necesidad de conectarse a la red y utilizar la tecnología con la que ya contaban.

En México, Endless ha lanzado una serie de computadoras de alto rendimiento basadas en software libre a bajo costo, ya que los inician en $135 dólares promedio. Los equipos además de contar con el sistema operativo y todos los contenidos educativos, tienen una amplia gama de conectividad, ya que están pensados para conectarse a prácticamente a cualquier monitor o incluso, televisión, no importa si se trata de equipos viejos u obsoletos, lo que facilita su adopción.

Cerrar la brecha digital no sólo implica que la gente que no tiene acceso a la red, tenga equipos y conectividad. También implica que los contenidos que consulte, sean óptimos para su desarrollo humano y profesional. Por ello, el desarrollo de aplicaciones educativas y de capacitación se vuelve una necesidad que requiere de esfuerzos constantes y permanentes de la población en general.

Fuente: http://www.expoknews.com/endless-el-sistema-operativo-que-combate-la-brecha-digital/

Imagen: www.expoknews.com/wp-content/uploads/2016/04/shutterstock_255600274-e1460478812670.jpg

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Indígenas de Brasil protestan contra el gobierno de Temer por ajustes económicos

Brasil/24 noviembre 2016/Fuente: Acento

En la protesta participaron miembros de las etnias guaraní, avá, pataxó, kayngang, kanela, krikati, gavião y tumbalalá, que a las demandas referidas a su propia situación añadieron esta vez, entre los objetos de su malestar, el ajuste fiscal impulsado por Temer.

Decenas de indígenas se apostaron este martes en el Palacio presidencial de Planalto en Brasilia para exigir una mayor atención, pero también para protestar contra los ajustes propuestos por el Gobierno del mandatario Michel Temer.

Con sus vestimentas típicas, tocados con plumas y algunos armados con arcos y flechas, los indígenas no encontraron resistencia por parte de la guardia presidencial y se plantaron en la puerta principal de la sede del Gobierno, que mantuvieron bloqueada durante alrededor de seis horas.

La manifestación acabó una vez que algunos representantes entregaron a funcionarios de la Presidencia un documento con sus quejas y les fue prometido que serán recibidos  por autoridades responsables de asuntos indígenas.

En la protesta participaron miembros de las etnias guaraní, avá, pataxó, kayngang, kanela, krikati, gavião y tumbalalá, que a las demandas referidas a su propia situación añadieron esta vez, entre los objetos de su malestar, el ajuste fiscal impulsado por Temer.

Según una copia del documento que entregaron a los periodistas, esas etnias consideran “amenazados sus derechos” por una enmienda constitucional propuesta por el Gobierno, que plantea limitar el aumento del gasto público anual a la tasa de inflación del ejercicio anterior durante dos décadas.

Contra esa propuesta, que aún tramita en el Congreso y que en la práctica congelará el gasto público al impedir aumentos reales, se manifiestan desde hace semanas numerosos grupos de estudiantes que mantienen ocupadas decenas de escuelas y universidades.

En el caso de los indígenas, los manifestantes afirmaron que un recorte de esa naturaleza hará “imposible” que se destinen mayores recursos públicos a mitigar sus condiciones de pobreza, la falta de asistencia sanitaria y hasta la demarcación de nuevos territorios indígenas.

El documento también reitera el rechazo de los pueblos indígenas a un proyecto de ley que pretende alterar las normas que rigen para la demarcación de sus tierras, que en muchos casos son objeto de violentos conflictos con grandes hacendados.

El proyecto propone que esa responsabilidad, que hasta ahora es de la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai), sea transferida al Congreso, en el que existen grupos parlamentarios que representan precisamente los intereses de los empresarios del campo.

Por esa razón, los indígenas afirman que esa modificación les daría más poder a latifundistas y empresas mineras, madereras y de otras áreas que operan sobre todo en la Amazonía, donde se sitúa la mayor parte de las reservas indígenas del país.

Esa propuesta tramita en el Congreso desde el año 2000 y ahora cuenta con el apoyo de la base parlamentaria de Temer, que pretende impulsar las discusiones sobre el asunto con el objeto de que sea aprobada en 2017.

En los últimos años, ese proyecto generó ya decenas de protestas de indígenas, que en 2013 llegaron a ocupar durante más de doce horas las oficinas de una comisión de la Cámara de Diputados que se aprestaba a discutir el asunto.

Según el documento difundido, de ser aprobado ese proyecto recrudecerán los conflictos por tierras, que durante el año pasado causaron la muerte de 137 indígenas, de acuerdo a un reciente y detallado informe presentado por el Consejo Indigenista Misionario (CIMI), organismo que depende de la conferencia episcopal brasileña.

En ese informe, el CIMI también responsabilizó al poder público de “omisión” por no brindar asistencia médica o condiciones de saneamiento básico a muchas de las aldeas indígenas de la Amazonía.

Por ese motivo, de acuerdo a ese organismo del episcopado, al menos 599 niños menores de cinco años murieron el año pasado, en su mayoría por causa de enfermedades curables como neumonía, diarrea y gastroenteritis, que aún hoy son “extrañas” para los indios.

Fuente:http://acento.com.do/2016/brasil/8403753-indigenas-brasil-protestan-gobierno-temer-ajustes-economicos/

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Venezuela: Instalaron Congreso Nacional de la Federación Venezolana de Estudiantes de Educación Media en Caracas

Venezuela/19 noviembre 2016/Autor: Deivis Benítez/Fuente: Correo del Orinico

Este viernes se inició el III Congreso Nacional de la Federación Venezolana de Estudiantes de Educación Media (Feveem), con la participación de más de 400 voceros estudiantiles del país, quienes trabajarán durante tres días diversos temas de interés para la juventud venezolana.

El encuentro se realiza en el Liceo Bolivariano Andrés Bello, donde integrantes de la Organización Bolivariana Estudiantil (OBE) y la Feveem abordarán diversos temas a trabajar, entre ellos el Sistema Nacional de Ingreso, el proceso de transformación curricular y la interculturalidad y la elección de la nueva directiva de la federación.

La instalación del congreso contó con la participación de los ministros del Poder Popular para la Educación, Rodulfo Pérez; Juventud y Deporte, Mervin Maldonado; el diputado del Bloque de la Patria y líder de la juventud, Héctor Rodríguez, quien precisó que “los estudiantes son la bandera de lucha de la Revolución Bolivariana en el proceso de transformación del sistema educativo del país”.

A su juicio, “la Feveem es una de las organizaciones que más profundidad social tiene, aparte de los Consejos Comunales, del Poder Popular, por su sistema de elección democrático, sección por sección, donde los mismos estudiantes son los que deciden quién será el que los represente en los diferentes congresos, encuentros, en cualquier actividad”, expresó.

Rodríguez detalló que para la instalación del III Congreso de la Feveem se eligieron 80 mil voceros en más de 26 mil secciones en los más de 4 mil liceos que existen en todo el territorio nacional: “Eso no lo hace cualquier organización o movimiento social”.

TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO

El dirigente revolucionario destacó necesario la transformación del sistema de educativo “para lograr una patria segura, soberana, alegre, una patria donde la educación es un derecho y no un negocio”. Rodríguez precisó que el objetivo de la Federación Venezolana de Estudiantes y la Organización Bolivariana de Estudiantes “es cuidar lo que ya tenemos: el derecho al estudio, gratuito y de calidad”.

“Tenemos que sentirnos orgullosos hoy en día de decir yo vivo en un país donde todo joven que quiere estudiar puede estudiar. Sentirnos orgullosos de decir que no somos perseguidos por defender el derecho al estudio”, expresó el diputado Héctor Rodríguez, al tiempo que señaló que “de volver a gobernar la derecha en Venezuela, difícilmente pasaría esto, y por ello tenemos que defenderlo, tenemos que garantizar la educación pública para toda la vida”.

En este sentido, el ministro Rodulfo Pérez garantizó que la transformación del proceso educativo del país pasa por preservar la Revolución Bolivariana, que a su juicio “es la única garante de continuar con el programa de alimentación escolar, a pesar de la guerra económica. La entrega de Canaimas y tabletas para más de 5 millones de estudiantes venezolanos pasa por organizarnos y producir desde nuestras propias escuelas, con el programa de agricultura urbana, es la construcción de una nueva sociedad”, dijo.

El titular de Educación señaló que ante las adversidades de este año 2016 “el Gobierno Bolivariano no se ha detenido ni un momento y ha mantenido todos los programas que creó el comandante Hugo Chávez para apoyar los procesos de enseñanzas del pueblo y que el presidente Nicolás Maduro hoy los impulsa”.

La Federación Venezolana de Estudiantes de Educación Media es una instancia creada por la Revolución, en 2014, como un espacio para promover la participación de los estudiantes y escuchar, plantear y conversar sus demandas y propuestas.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/instalaron-congreso-nacional-federacion-venezolana-estudiantes-educacion-media-caracas/

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