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La ruina de los trabajadores autónomos africanos contada por ellos mismos

Por: Lola Hierro

La covid-19 se llevará por delante al menos 20 millones de empleos en el continente. Varios emprendedores de diversos países nos cuentan cómo les ha cambiado la vida y cuáles son sus miedos

Nunca han protagonizado noticias sobre hambrientos o pobres. Como mucho, las han leído en sus teléfonos móviles o las han visto por televisión en casa. Pero el nuevo coronavirus le ha dado la vuelta a sus vidas y se han convertido, sin quererlo, en ejemplos con nombre y apellidos de aquellos que forman el grueso de los trabajadores informales, por cuenta propia, autónomos, emprendedores y pequeños empresarios de África. Esos a los que los Gobiernos, los organismos internacionales importantes y los medios de comunicación se refieren cuando mencionan el daño que las restricciones para contener la covid-19 pueden causar a los bolsillos y medios de vida de millones de personas.

Mophete Thebe no tiene ahora ni para recargar el móvil. Lizzy Jowo se pregunta qué va a hacer para alimentar a sus cuatro hijos cuando se acaben las provisiones que compró antes de empezar la cuarentena. Benedict Muindi piensa en enviar a su mujer y su hijo al pueblo, con su madre, para que, al menos ellos, vivan con un poco más de desahogo. Moussa Ndoye se da con un canto en los dientes porque tiene trabajo hoy, pero mañana, no sabe. Y Yasmeen Helwani está venga a pensar cómo proceder para que ella y las decenas de artesanos que dependen de su mercadillo sigan teniendo sustento.

En África, la situación es compleja porque la mayoría de sus habitantes está empleado en el sector informal: son un 85% de los trabajadores de una población de 1.300 millones de personas que viven al día, con lo que ganan aquí y allá, que no pueden permitirse ahorrar, ni comprar para dos semanas de cuarentena, y que residen en países donde —salvo excepciones— no existe Seguridad Social, ni prestaciones por desempleo. A esto hay que sumar dificultades anteriores como los efectos del cambio climático, los conflictos y el difícil acceso a zonas remotas.

En países de África Subsahariana como Senegal, Ghana, Sudáfrica, Kenia y Zimbabue, ese problema ya ha estallado de lleno. «No estamos hablando de asalariados; son personas que dependen de realizar actividades diarias con las que obtienen ingresos para satisfacer sus necesidades las de su familia», describe mediante vídeo llamada Abebe Haile-Gabriel, subdirector General de la Agencia de la ONU para la Agricultura y Alimentación (FAO) y representante regional para África. Las previsiones de la Unión Africana son pesimistas: calculan que la epidemia puede costar hasta 20 millones de empleos, la economía caerá hasta un 1,1% y los gobiernos africanos pueden perder hasta un 30% de sus ingresos fiscales, estimados en 500 mil millones en 2019. Estos datos brutos se traducen en problemas y temores concretos para personas como Lizzy, Benedict, Mophethe, Moussa y Yasmeen, cinco africanos, cada uno de una esquina del continente, que han accedido a hablar con EL PAÍS a pesar de que no están en su mejor momento para explicar qué les está ocurriendo.

Kenia: Benedict Muindi, empresario en el sector hostelero

Benedict Muindi, empresario keniano de negocios de catering.
Benedict Muindi, empresario keniano de negocios de catering. CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

Benedict Muindi, de 27 años, comenzó a trabajar de chico para todo en un pequeño hotel de Nairobi y con el tiempo y los años se pasó al negocio del catering. No le ha ido mal, pero ahora se han cerrado fronteras y se ha impuesto un periodo de cuarentena en Kenia que ha echado por tierra los negocios turísticos y relacionados con los eventos. Incluidos los suyos. «Casi todos los hoteles han cerrado, la situación es terrible: no hay comida, no he pagado el alquiler…», se queja. Muindi vive con su esposa, ahora desempleada, y su hijo de tres años, pero piensa en mandarlos a casa de su madre, en el pueblo, si la situación no mejora. Cree que allí se las arreglarán mejor porque la vida es más barata.

Ninguna de las medidas de apoyo anunciadas por el Gobierno se ha traducido en una ayuda real para Muindi. Por ahora, él tiene que pensar en cómo salir del apuro por sí mismo, y para ello tiene un plan: «Quiero comprarme una motocicleta; aprovechando que tengo el carné de conducir en regla quiero intentarlo como repartidor para tiendas y negocios pequeños», cuenta. El principal bache es que la inversión supone como mínimo 1.200 euros y él tiene ahorrados unos cien. «Estoy buscando algún tipo de préstamo, tengo que hacer algo diferente. Y si en la ciudad no me va bien, puedo hacerlo desde el campo, donde vive mi madre», confía.

SITUACIÓN EN KENIA

Kenia ha registrado 296 contagiados y 14 muertos hasta ahora. Cuando se informaba de los primeros casos, el presidente Uhuru Kenyatta impuso en Nairobi y otros tres condados, identificados como de alto riesgo, la prohibición de salir durante 21 días, comenzando el 6 de abril. Poco antes decretó un toque de queda nocturno a partir de las siete de la tarde. Y también se han aprobado ayudas: una reducción de la tasa del IVA del 16% al 14% y la eliminación del impuesto sobre la renta de los trabajadores que ganan menos de 24.000 chelines, unos 225 euros, aunque esto aún es una propuesta. El Banco Mundial ha anunciado que destinará un fondo de emergencia de 50 millones de dólares.

Zimbabue: Lizzy Jowo, comerciante con cuatro hijos en casa

Lizzy Jowo, de 37 años, acostumbraba a viajar por Mozambique, Sudáfrica y Zambia para irse de compras. Pero no para ella, sino para su negocio. Es importadora: adquiere telas, ropa y perfumes que luego vende en el mercado de su barrio, Hatcliffe Consortium, en el norte de Harare (Zimbabue). Ella y su familia son ahora un gran ejemplo de los damnificados por las medidas de restricción impuestas para tratar de contener la expansión del coronavirus. Con las fronteras cerradas y el periodo de cuarentena en vigor, Jowo no puede ganarse la vida. «No se nos permite ir al mercado donde suelo vender; se supone que tenemos que estar en casa y no puedo ganar dinero para alimentar a mi familia, para pagar las tasas escolares de mis hijos…», protesta. Esta mujer tiene cuatro vástagos de entre seis y 17 años, todos escolarizados, y un marido que es barbero y que no está en mejor situación que ella, porque también es autónomo.

Por ahora, a Jowo no le ha llegado ninguna clase de ayuda. «No tengo ahorros, y no tengo ningún plan, no tengo comida suficiente, y no sé cómo va a acabar todo esto, pero espero que sea pronto y podamos volver a salir a trabajar. Por ahora, estamos sobreviviendo con lo que compré antes de que empezara la cuarentena» dice, y antes de despedirse indica que prefiere no enviar su fotografía. que declina enviarla. «¡Podría acabar en las redes sociales!», se excusa.

SITUACIÓN EN ZIMBABUE

Zimbabue cuenta con 25 casos confirmados de coronavirus y tres muertos. Su precarísima situación, inmerso en una honda crisis económica y con un sistema sanitario muy débil, llevó al Gobierno a decretar medidas como un periodo de confinamiento que empezó el 30 de marzo y sin fecha de fin en un país donde al menos el 80% de la población se gana la vida en el sector informal.

Organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos están brindando ayuda humanitaria no solo en el campo, sino en núcleos urbanos empobrecidos. De hecho, esta organización de la ONU hizo recientemente un llamamiento: hacen falta 130 millones de dólares, pues unos 7,7 millones de habitantes (la mitad del país) necesita ayuda después de la dura sequía y los ciclones del año pasado. La inflación, de un 540% en febrero, está elevando tanto los precios de los alimentos básicos que mayoría de los zimbabuenses se están viendo obligados a comer menos y vender sus pertenencias o endeudarse para sobrevivir.

Sudáfrica: Mophethe Thebe, un productor sin clientes

El periodista sudafricano Mophethe Thebe.
El periodista sudafricano Mophethe Thebe. CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

«Estoy bien, tratando de sobrevivir y tomando cada día como viene. Perdona por hablarte por Facebook, es que es gratis». Así contesta Mophethe Thebe desde su casa en Johanesburgo, Sudáfrica. Lleva en cuarentena tres semanas muy duras porque su actividad laboral ha sido completamente interrumpida, y es tajante con la situación en la que se ha visto inmerso de la noche a la mañana: «Esto es frenético, ya no puedo mantenerme. Las cosas esenciales se han convertido en un lujo».

Thebe, de 36 años, es reportero, guía de viajes y productor para periodistas y medios de comunicación extranjeros cuando visitan Sudáfrica. Es un conseguidor de cualquier cosa que alguien pueda necesitar para llevar a buen término un reportaje, un documental o una película. Pero sus clientes se han marchado y sus proyectos se han cancelado. «Tenía que empezar a filmar con un canal de televisión francés a principios de este mes, pero se ha suspendido», lamenta.

Ahora mismo está viviendo en una habitación de un piso compartido con otros dos inquilinos y una anciana casera, y cuenta con una mezcla de perplejidad y amargura que las cosas que antes estaban al alcance casi de cualquiera, ahora son difíciles de encontrar. «Alimentos, artículos de higiene y hasta datos para el móvil para intentar conseguir algo de trabajo. Tengo que arriesgarme a enfrentarme cara a cara con la Policía o el Ejército cuando quiero acudir a mis amigos para pedirles una comida o que me dejen usar el wifi», describe. Y no tiene ahorros, porque se le agotaron al pagar la nueva escuela de su hijo. Nadie podía vaticinar la que se venía encima.

SITUACIÓN EN SUDÁFRICA

Sudáfrica es el país con más casos registrados del continente: 3.465 y 58 muertos. El periodo de cuarentena inicial, de 21 días, se ha extendido un mes más, y hay penas de hasta 10 años de cárcel para quien se lo salte. El país ha cerrado sus fronteras salvo para permitir el paso de corredores humanitarios, los hospitales hacen acopio de respiradores, guantes y mascarillas, las autoridades han ordenador ayudas alimenticias y habitacionales a personas sin hogar y con bajos recursos, pero la necesidad sobrepasa los medios: ya antes del brote, el 29% de la población estaba en paro, una de las tasas más altas del mundo.

Senegal: Moussa Ndoye, obrero rascando trabajos en el barrio

La Asociación Quartier La 2, que preside el senegalés Moussa Ndoye, está repartiendo jabones entre los vecinos de Camberene, en Dakar, e instalando grifos en las calles del barrio para ayudar a prevenir el nuevo coronavirus. QUARTIERE LA 2

«Lo estamos viviendo como todo el mundo, vemos las noticias y es verdad que hay menos casos que en Europa». Moussa Ndoye está tranquilo. De momento. El coronavirus no ha golpeado a su barrio, Camberene, en los alrededores de la capital senegalesa, Dakar. Esto para él tiene una ventaja primordial: aunque con dificultades, se puede trabajar. «Ahora es más difícil ir y venir porque han limitado los horarios y muchas empresas han cerrado, explica. Ndoye se refiere al toque de queda impuesto en el país hasta, al menos, el 3 de mayo: a partir de las ocho de la tarde y hasta las seis de la mañana nadie puede estar en la calle, comenta este obrero experimentado.

A Ndoye, de 39 años, no le contratan solo para poner un ladrillo sobre otro; él emprende reformas integrales de viviendas, tanto si hay que añadir una planta entera a una vivienda como rehabilitar un viejo edificio. Lleva toda su vida en el oficio, le conocen en el barrio y quizá, gracias a eso, aún tiene de dónde tirar. «Ahora trabajo justo detrás de mi casa, estoy arreglando la de un vecino que me ha contratado», cuenta a través de una video llamada de WhatsApp. «Estaré con él hasta el fin de semana que viene», calcula. Luego, tendrá que esperar a dar con otra cosa, pero confía en encontrarla pronto. «Creo que voy a poder coger la obra de otro vecino que me ha llamado».

Aunque el impacto del coronavirus está siendo algo menor en Senegal, eso no quita para que sus habitantes no permanezcan alerta. «Estoy algo preocupado por lo que pasará el mes que viene si no consigo trabajo, ya que el Gobierno habla de aumentar la cuarentena, pero parece que la gente se está curando y la cosa mejora», dice Ndoye. Este hombre vive en pleno Camberene, un barrio donde muchas calles aún son de arena en vez de asfalto y donde todos los residentes se conocen. En su amplia casa, de cuatro plantas levantadas con sus propias manos, viven ocho adultos y siete niños: él, su esposa, su madre, sus hijos, hermanos, cuñadas, sobrinos… Todos siguen trabajando por ahora menos Medun, uno de sus hermanos, que es profesor. «Y como se han suspendido las clases, no tiene empleo y no cobra», afirma.

Los miembros de esta familia no han dudado a la hora de apoyar a otros vecinos que lo están pasando peor y por eso han emprendido una campaña desde Quartiere La 2, la asociación que Ndoye preside. «Para ayudar a todo el mundo y comprar cosas que hagan falta». Tiene solo cinco meses de vida, pero con el dinero que han reunido sus miembros en ese tiempo han hecho una inversión: comprar e instalar grifos en varias esquinas del barrio «para que la gente se cuide, se lave las manos y haga bien las cosas», dice. También reparten pastillas de jabón entre los vecinos y comercios abiertos.

SITUACIÓN EN SENEGAL

La pandemia ha llegado a Senegal y de momento hay registrados 412 casos y cinco muertos. Aquí también se ha establecido el estado de emergencia y, pese a que no se ha ordenado una cuarentena total, el país prevé daños en su economía, aunque no tan graves como otros. De hecho, el Banco Mundial calcula que su PIB será de los pocos que crezca un poco en 2020, hasta un 3%. Pero, aun así, fue de los primeros en pedir ayuda internacional, y también ha sido de los primeros en obtener respuesta: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial van a destinar sendos fondos de emergencia. El primero enviará 442 millones de dólares y el segundo, otros 20 millones.

Ghana: Yasmeen Helwani, preocupada por decenas de artesanos

Yasmeen Helwani posa frente a una de las tiendas del mercado Green Butterfly que organiza en Accra desde hace una década.
Yasmeen Helwani posa frente a una de las tiendas del mercado Green Butterfly que organiza en Accra desde hace una década. GREEN BUTTERFLY

Yasmeen Helwani es una mujer multitarea de 37 años, empresaria, cantante, artesana, madre de dos críos y activista por el medio ambiente. Ha estado un mes encerrada en casa, como todos los ghaneses, y aunque se acaba de levantar el confinamiento, como todas las actividades y reuniones siguen prohibidas, ni ensayar puede con su banda de música. Aún así, su actividad frenética no cesa ni en tiempos de pandemia. «Perdona que haya tardado en contestar, estoy tratando de organizarme en casa con los niños y todo», saluda a través de WhattsApp. Lo que sí se ha detenido son sus ingresos, pues esta emprendedora organiza desde hace diez años un mercado al aire libre de artesanía, alimentos saludables y productos ecológicos en Accra, la capital de Ghana. «Por desgracia, la covid-19 nos ha afectado muy severamente porque durante el mes pasado no he podido organizar el mercadillo; hice un evento virtual, pero fue muy estresante, ¡aún estoy tratando de recuperarme! —exclama—. Tuve que lidiar con muchos envíos de productos de distintos vendedores y, bajo las condiciones de cuarentena en las que estamos, no fue nada fácil».

Green Butterfly es la empresa que Helwani fundó hace una década, al regresar a su país después de una estancia en Canadá. «Quería contribuir al desarrollo socioeconómico de mi comunidad y me interesaba mucho el trabajo de los artesanos y artistas a pequeña escala», cuenta esta autónoma. Hoy en día, el negocio tiene el éxito suficiente para que varias decenas de creadores vivan de él. «Mucha gente hace dinero en las fechas del mercado; la mayoría somos familias con pequeños negocios y con hijos, y este es el medio gracias al que nos mantenemos», comenta. Ella participa también como comerciante: fabrica jabones y productos de baño ecológicos, y ahora que no puede salir de casa, está pensando en desarrollar más esta faceta suya hasta que la situación mejore y pueda empezar de nuevo, dado que sus productos sí que pueden ser muy necesarios en este momento. «Ahora que el virus está aquí, es importante que nos mantengamos lo más limpios posible. Espero que las restricciones se suavicen pronto porque ahora es muy difícil moverse y realizar cualquier envío», comenta.

SITUACIÓN EN GHANA

Ghana entró cuarentena a mediados de marzo y el 19 de abril el Gobierno anunció el fin del confinamiento, aunque otras restricciones siguen vigentes y eso impide la reactivación de la actividad laboral: colegios, universidades, bares, discotecas permanecen cerrados, y se han suspendido todas las conferencias, talleres, eventos deportivos, manifestaciones y entierros en el caso de que haya más de 25 asistentes.

Este país del Golfo de Guinea, con unos 30 millones de habitantes, ha registrado por ahora 1.042 casos y nueve muertes. El presidente Akufo-Addo ha declarado que el Gobierno cubrirá todas las facturas de electricidad de los más pobres y el 50% para el resto de ciudadanos y para empresas durante tres meses.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/04/06/planeta_futuro/1586176607_933556.html

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República Dominicana: Expertos aseguran año escolar avanza a pesar de crisis sanitaria por COVID-19

Centroamérica/República Dominicana/23 Abril 2020/elnuevodiario.com.do

La suspensión de docencia presencial en el país, debido a las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno para contrarrestar la propagación del Coronavirus (COVID-19), ha roto con la percepción de que el sector educativo no estaba preparado para educar de manera virtual, afirmó Antón Tejeda, presidente Asociación de Instituciones Educativas Privadas (AINEP).

Al participar en el webinar “Implicaciones de COVID 19 para el sistema de educación dominicano”, organizado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Tejeda consideró que la pandemia ha producido un proceso de desarrollo de un sistema de educación virtual en las instituciones de educación privada y estos aprendizajes pueden colocarse al servicio del sistema educativo público propiciando que niños, adolescentes y jóvenes, de provincias con menor desarrollo económico, accedan a educación de mayor calidad de forma virtual.

“Los colegios privados estamos en la disposición de compartir mejores prácticas, tecnologías, entrenamientos de profesores, lo que sea necesario para que podamos desarrollar esa educación virtual y tenerla ahí, aunque sea un 10, un 15 o un 20% del sistema educativo dominicano, tanto público, como privado para atender esas zonas rurales que no tienen profesores e instalaciones educativas”, expresó Tejeda.

Además, consideró que se necesita que varios actores se involucren, entre ellos el sector de las telecomunicaciones, República Digital, instituciones líderes como INICIA, y así será una forma de disminuir la inequidad educativa de República Dominicana”, argumentó.

De su lado, Antonio Caparrós, director ejecutivo de Fundación INICIA Educación, aseguró que las escuelas son mucho más que infraestructura y que esta es solo una variable de la ecuación que no define la calidad de lo ofrecido por los centros educativos.

Caparrós resaltó que, a su consideración, a pesar de las múltiples dificultades la educación ha continuado y lo que ha sucedido es una suspensión de asistencia a los centros educativos, pero la educación ha continuado desde múltiples maneras y el sistema educativo está entrando en un periodo de mejoras.

“El desafío principal debe ser mantener el interés de los niños y los jóvenes, mantener cualquier herramienta que tengamos a mano para su motivación, y tener la esperanza de que esto es una etapa que va a pasar y de la cual se aprenderá muchísimo”.

Apuntó que un gran aprendizaje que deja la pandemia del coronavirus COVID-19, es que, a pesar de la importancia de la infraestructura, la educación no se circunscribe a ella y esto es una demostración de que la educación continua.

En ese sentido, la rectora del Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda, Dinorah García Romero, consideró que el sistema educativo dominicano está inmerso en un sistema de aprendizaje, que incluye aprender a gestionar contextos complejos.

“Estamos dando pasos en cómo educar en tiempos difíciles y también tomando conciencia de que al hablar de educación se debe hacer de manera integral. Nos interesa mucho el desarrollo de los estudiantes, de los docentes, gestores y el desarrollo del personal de apoyo”, apuntó García.

Para la rectora, la misión y las practicas del sistema educativo deben ser mucho más integrales y mirar más ella de lo inmediato, de la cotidianidad escolar o de la universidad. “Este tiempo nos dice que el sistema educativo dominicano y la sociedad tienen que moverse, porque nosotros de prácticas tradicionales y habituales tenemos que avanzar hacia otra manera de pensar la educación, de hacerla y de sentirla”.

En el encuentro virtual participaron, además, Xiomara Guante, presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y Víctor Sánchez, viceministro de Planificación del Ministerio de Educación (MINERD), y estuvo moderado por Elisa Elena González, directora del Centro de Estudios Educativos del INTEC.

Evaluación estudiantil y aprendizajes

La presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Xiomara Guante, dijo que los docentes conocen a sus estudiantes y las evaluaciones, aunque son un requisito no son determinantes. “Como maestra de aula les puedo decir que cada docente sabe cuál es el estudiante que está preparado para hacer su promoción, la prueba es más bien un requisito que es importante, pero no es determinante”.

Guante dijo que el sistema está en capacidad de que este año escolar siga avanzando y darlo por concluido sin suspender el acompañamiento que puede jugar un papel fundamental. Además, resaltó que otro desafío es el inicio del próximo año escolar, porque se debe pensar en un propedéutico que permita tomar las cosas a modo de repaso, de retroalimentación y replantearse el reenfoque de República Digital, para optimizar los recursos.

Calificó de “una envestida muy fuerte” el impacto de COVID-19 en la población docente e informó que 11 maestros han fallecido en el país por Coronavirus, entre ellos cuatro jubilados, y otros 22 casos confirmados. Indicó que aparte hay otra cantidad que no especificó que presentan síntomas muy marcados de la enfermedad, pero que espera por la analítica que confirme o descarte la infección.

De su lado, Víctor Sánchez, viceministro de Planificación del Ministerio de Educación (MINERD), resaltó que los gobiernos han optado por establecer respuestas alternas a la educación durante el periodo de distanciamiento social, las cuales apuntan hacia las TICs y la virtualidad. Puntualizó que se ha creado el portal enlinea.minerd.gob.do, a través de República Digital se asignará un computador a cada estudiante de secundaria y se han distribuido 300 mil notebooks y unos 27 mil laptops a profesores, además se avanza la licitación para dotar de conectividad a 800 centros educativos que reciben a 880,000 alumnos de secundaria.

Resaltó que la idea es convertir la crisis sanitaria en una oportunidad para superar los problemas que aquejan el sistema educativo y asegurar el desarrollo de oportunidades de aprendizajes efectivas para los niños, niñas y adolescentes.

“Además, y esto debe ser objeto de mayor estudio, se observa mayor nivel de autonomía por parte de los estudiantes para gestionar su propio aprendizaje; tenemos mayor conocimiento en la brecha que existe sobre el acceso, la conectividad en el país, y estas brechas sino son atendidas de forma apropiada pueden convertirse en amplificadores de las desigualdades y limitantes a las oportunidades de aprendizajes de nuestros estudiantes”, consideró Sánchez.

Fuente e imagen tomadas de: https://elnuevodiario.com.do/expertos-aseguran-ano-escolar-avanza-a-pesar-de-crisis-sanitaria-por-covid-19/

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Nicaragua: Ministerio de Educación busca estrategia para enfrentar ausencia escolar

Centroamérica/Nicaragua/23 Abril 2020/confidencial.com.ni

Maestros: Tras dos semanas de vacaciones, la asistencia escolar subió un poco respecto a la semana previa a Semana Santa, pero sigue siendo poca.

Aunque el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo insiste en aparentar que la pandemia del coronavirus no ha tenido ningún impacto en Nicaragua, el Ministerio de Educación (Mined) ya está preparando la estrategia a implementar si los estudiantes continúan faltando a clases en los colegios públicos, mientras los colegios privados continúan con sus clases en línea, tras las extendidas vacaciones de Semana Santa.

Una maestra de primaria consultada por CONFIDENCIAL afirmó que en el regreso a clases, este lunes, después del periodo de vacaciones de Semana Santa, la asistencia en colegios públicos no llegó ni a la mitad, aunque sí fue algo mayor a la semana previa a las vacaciones, cuando la mayoría de los padres de familia dejaron de enviar a los estudiantes a la escuela.

La fuente aseguró que, si las inasistencias continúan, los maestros “no van a poder desarrollar los planes de clases”. Actualmente el Mined se encuentra en una disyuntiva porque existe la posibilidad de implementar clases en líneas, como se está haciendo en los colegios privados, pero los colegios púbicos no están preparados para eso.

Un documento del Mined, filtrado al medio digital Artículo 66, dice que las herramientas que podrían utilizarse serían: WhatsApp, para organizar grupos de aprendizaje; Facebook y Twitter para “asignar a cada estudiante una cantidad de tweets semanales donde compartan con sus compañeros enlaces interesantes”, y el Canal 15 de TV, en el que transmitirán clases en vivo.

Por otro lado, la fuente explicó que también existe la posibilidad de “anticipar las vacaciones intercemestrales y de fin de año”, de forma que tengan sus vacaciones mientras dura la emergencia sanitaria causada por el coronavirus.

Hasta el momento el régimen no ha implementado medidas de distanciamiento social como recomienda la Organización Mundial de la Salud para frenar la infección por coronavirus. Este lunes la mayoría de los estudiantes que regresaron a las aulas lo hicieron sin medios de protección, como mascarillas o guantes, según constató la agencia.

El asesor presidencial en temas de educación, Salvador Vanegas, dijo a medios oficiales que en los colegios públicos activaron los protocolos del Ministerio de la Salud relacionados con las medidas de prevención ante la covid-19, entre ellos el lavado de manos.

Una cantidad considerable de estudiantes no acudieron al reinicio de clases por decisión de sus padres, que prefieren que sus hijos pierdan clases en vez de exponerlos a un posible contagio del coronavirus.

Universitarios también

Los estudiantes de las universidades públicas también fueron citados por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) para reanudar las clases este lunes.

Los estudiantes de Nicaragua, en todos sus niveles, salieron de vacaciones el pasado 3 de abril, con motivo de la Semana Santa, y la mayoría fue citada para regresar este lunes, sin embargo, los alumnos de diferentes facultades de universidades estatales advirtieron que no harían presencia hasta que la pandemia esté controlada.

La actitud de los estudiantes ha sido tomada por las autoridades del CNU como un acto de rebeldía política, según han advertido algunos integrantes de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), compuesta por alumnos que exigen se respete la Ley de Autonomía Universitaria frente a los intereses del presidente Daniel Ortega en los centros de estudio.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos, así como médicos y otros científicos, han expresado su preocupación por la forma en que Ortega maneja la crisis sanitaria, con base en que no es posible que el coronavirus SARS-coV-2, que causa la enfermedad de covid-19, se comporte en Nicaragua de una manera distinta a la del resto del mundo.

El régimen de Ortega hasta ahora únicamente reconoce diez casos de covid-19, incluyendo dos muertos, niega que haya transmisión local comunitaria y sigue sin precisar el número de pruebas que ha realizado hasta ahora.

Nicaragua, a diferencia del resto de países de Centroamérica, no ha decretado ningún tipo de emergencia por la pandemia, ni ha ordenado la suspensión de las clases.

Tampoco ha restringido de forma oficial la entrada ni movilidad en su territorio a ningún viajero y sus autoridades han dicho que no establecerán ningún tipo de cuarentena.

Fuente e imagen tomadas de: https://confidencial.com.ni/ministerio-de-educacion-busca-estrategia-para-enfrentar-ausencia-escolar/

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Colegios rurales de Uruguay retoman clases presenciales luego de un mes suspendidas

América del sur/Uruguay/23 Abril 2020/elperiodista.cl

La iniciativa involucra a 4.000 estudiantes y 500 profesores. En estos momentos, se registran 543 casos y 12 fallecidos en tierras charrúas.

Uruguay dio a conocer que más de la mitad de sus escuelas primarias rurales volvieron a clases durante este día, luego de un mes de suspensión debido al COVID-19.

“Ante un momento histórico, es la educación primaria la que, con sus maestros y funcionarios, asume el desafío”, dijo el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva.

En concreto, fueron 500 los recintos educacionales que retomaron sus quehaceres, de un total de 973. Esta medida abarca a alrededor de 4.000 estudiantes y más de 500 profesores.

En estos momentos, Uruguay registra 543 casos y 12 fallecidos por coronavirus.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.elperiodista.cl/colegios-rurales-de-uruguay-retoman-clases-presenciales-luego-de-un-mes-suspendidas/

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La perspectiva del género ante la covid-19

Por: Susan Papp y Marcy Hersh

Las excusas para no tener en cuenta el género en emergencias sanitarias han entorpecido las respuestas durante demasiado tiempo. Esta vez debe ser diferente.

Cuando hay una pandemia, los líderes del mundo y los servicios de emergencias sanitarias deben adaptarse rápidamente a la amenaza en ciernes. A menudo, el último factor que consideran —si es que en algún momento llega a formar parte de sus listas— es el género.

Como defensoras de los derechos y la salud de las niñas y mujeres, escuchamos las mismas excusas una y otra vez: «En este momento, el género no es una prioridad», dicen los líderes. «Tal vez, cuando se calmen las aguas», afirman. «No es el momento», insisten. Si la intención es encontrar las respuestas más eficaces contra la covid-19 —o cualquier emergencia de salud— esto debe cambiar.

Las niñas y mujeres sufren los brotes de forma diferente que los niños y los hombres. Una mirada de género resalta los riesgos y vulnerabilidades específicos que enfrentan ellas debido a desigualdades y roles de género tradicionales profundamente arraigados. Y los hechos que esa perspectiva revela pueden salvar vidas y garantizar que nadie sea dejado de lado en nuestras respuestas ante las emergencias.

Para replantear nuestra respuesta ante la pandemia a partir del género, primero tenemos que proteger y apoyar a los especialistas en salud en el mundo, el 70% de los cuales son mujeres. Es fundamental que reciban capacitación, equipamiento y cuenten con recursos, lo que implica cubrir la escasez mundial de elementos de protección, como máscaras y guantes, para que tanto ellos como los pacientes estén adecuadamente protegidos.

También implica atacar la brecha de género del 28% en la remuneración en los profesionales de la salud en el mundo y asegurar entornos laborales decentes y seguros, con equipamiento de protección adecuado. Esto evitará las interrupciones en la provisión de servicios, porque los propios profesionales de la salud no se enfermarán, y fomentará la retención mientras trabajan día y noche para combatir la covid-19. Además, debemos desmantelar el sistema discriminatorio que excluye a las mujeres profesionales de la salud de los organismos donde se toman las decisiones que inician los protocolos de emergencia para salvar vidas en entornos atención sanitaria.

De igual modo, será imposible proporcionar evidencia confiable sobre esta nueva enfermedad para los profesionales de la salud, los responsables de las políticas y los medios sin invertir en la obtención de datos desagregados por género y edad en todas las tareas de vigilancia y control. Las emergencias sanitarias como la epidemia del ébola en 2014-16 y el brote del cólera en 2012 en Sierra Leona muestran que la ausencia de datos desagregados por género dificulta fuertemente la toma de decisiones inteligentes, las respuestas firmes y la rápida recuperación. Aunque esas emergencias sanitarias pueden habernos presentado desafíos distintos de los de la covid-19, la necesidad de soluciones basadas en la evidencia respaldadas por información de calidad sigue siendo la misma.

También debemos preguntar por la forma en que los roles de género tradicionales moldean la manera en que la gente con diversas identidades de género y procedencias la experimenta. Esto implica ir más allá de los datos iniciales de China, que sugieren que las infecciones por coronavirus son ligeramente mayores entre los hombres que entre las mujeres. También implica que tenemos que evaluar qué lleva a que las niñas y mujeres, los niños y hombres, y las personas no binarias resulten vulnerables en primer lugar.

Por ejemplo, las emergencias de salud anteriores demuestran que el papel tradicional de las mujeres en la atención de los familiares enfermos suele aumentar su exposición a las enfermedades infecciosas a través del contacto con otras personas. Esto ocurrió durante el brote del ébola en 2014-16, la epidemia de SARS en 2002-03 y la lucha de la India contra el virus Nipah en Kerala en 2018. En todos esos casos, gran cantidad de niñas y mujeres que atendieron a enfermos resultaron infectadas. Saber esto permite que quienes cuidan a los infectados hoy comprendan la importancia de reforzar las medidas preventivas en sus hogares, como se indica en la guía de prevención de la OMS para la covid-19, e informar los casos cuando aparecen los síntomas.

Mientras reforzamos nuestra respuesta médica y epidemiológica, también debemos asegurarnos de que no se interrumpan los servicios básicos de salud materna, sexual y reproductiva. El brote del ébola en África Oriental demostró que las actividades para limitar la enfermedad pueden desviar al personal y los recursos de otros servicios que necesitan las mujeres. Esto puede tener consecuencias desastrosas: la mortalidad materna en la región aumentó el 75% durante la epidemia y la cantidad de mujeres que daban a luz en hospitales y clínicas cayó el 30%.

La necesidad de asistentes expertos para los partos, protección contra la violencia de género, anticonceptivos y abortos seguros suele aumentar durante los brotes. La pandemia de hoy no difiere en este sentido. Se informaron aumentos de la violencia doméstica en Wuhan (China), durante el confinamiento de dos meses en esa ciudad. Y la gente sigue teniendo relaciones sexuales, transita la pubertad, menstrúa, se embaraza y pare durante las emergencias de salud pública, por lo que cubrir esas necesidades debe seguir siendo una prioridad.

Eso requiere que las mujeres asciendan a roles de liderazgo. Ellas son expertas proveedoras de servicios, epidemiólogas, cuidadoras de enfermos, líderes comunitarias y más. Sobre todo, son las mayores expertas respecto de sus propias vidas y deben participar equitativamente en todos los esfuerzos de preparación y respuesta. Esto implica garantizar su participación en todos los grupos de expertos locales, nacionales, regionales y mundiales sobre la covid-19. Las mujeres deben participar en los consejos comunitarios locales y los organismos legislativos donde se toman decisiones importantes. Internacionalmente, los desequilibrios de género en el liderazgo sanitario mundial, donde los hombres ocupan el 72% de los cargos más importantes, se debe solucionar con urgencia.

Con recursos suficientes, podemos evitar los errores del pasado y diseñar respuestas con una perspectiva de género desde el primer momento. Si bien los 15 millones de dólares y los 14.000 millones de dólares de ayuda para emergencias, comprometidos respectivamente por las Naciones Unidas y el Banco Mundial, son un gran comienzo, debemos hacer inversiones adicionales para implementar las políticas que requiere una estrategia eficaz contra la covid-19. Las excusas para no tener en cuenta el género durante las emergencias sanitarias han entorpecido las respuestas que más necesitamos durante demasiado tiempo. Para que todos estemos protegidos, esta vez debe ser diferente.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/04/01/planeta_futuro/1585743351_097387.html

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Argentina: Educación analiza eliminar los recreos tras el regreso

América del sur/Argentina/23 Abril 2020/cronica.com.ar

N icolás Trotta, titular de la cartera de Educación de Nación, resaltó el caso de Dinamarca, donde la vuelta a clases se proyecta, entre otras opciones, con la eliminación de los recreos. El funcionario, que expuso ante los senadores virtualmente, dijo que hay que pensar «un diálogo entre el ciclo lectivo 2020, 2021 y 2022».

El regreso a las aulas es una incógnita. «Hasta que no tengamos la certeza de cuándo volver a las escuelas no podemos dar el debate del calendario académico. Hay que sostener el compromiso y valorizarlo», dijo el ministro de Educación a través de una videoconferencia ante los senadores nacionales. Si bien el ministerio está en permanente contacto con especialistas de la salud, el ministro mencionó el caso danés.

«Hay un artículo interesante -en Dinamarca- que cuenta cómo se proyecta la vuelta a las escuelas, lo cual implica la eliminación de los recreos, cierta distancia, disminución de la cantidad de estudiantes en las aulas», señaló. De todas maneras, Trotta aclaró que «algunas cuestiones en nuestro país son de difícil resolución por lo que es nuestra estructura digamos, no hay colegio que tenga la capacidad de duplicar su espacio físico o su equipo docente para poder reducir el trabajo en cada una de las aulas, la cantidad de estudiantes en cada una de las aulas».

«Por eso creo que son cuestiones que nos interpelan, para ir buscando un camino, pero siempre priorizando el cuidado de la salud, que es la orientación clara que tenemos», agregó.

Para el regreso «no tenemos escenarios posibles, al igual que el mundo», y ejemplificó con Francia: «El presidente anunció el regreso para el 11 de mayo y no fue una decisión bien recibida». En el panorama del gobierno nacional, hasta septiembre es una opción. «El momento de regresar va a ser cuando no haya riesgo para la salud de la comunidad educativa».

Al igual que gran parte del gabinete, Nicolás Trotta -cámara mediante- expuso en comisión del Senado, donde respondió las preguntas de los legisladores.

«El momento en que se tome cualquier decisión debemos toda la dirigencia argentina generar las condiciones de tranquilidad», sentenció el funcionario, para quien «no es un momento de evaluar el impacto de este esfuerzo colectivo».

En ese sentido reiteró que «el momento va a ser el momento al regresar a nuestras aulas, cuando vamos a encontrar mayor desigualdad de trayectoria educativa, se va a dar en todos los niveles sociales, porque sabemos los que somos padres la realidad de cada hogar».

Para Nicolás Trotta se realizará un «proceso de reorganización y de diálogo entre el ciclo lectivo 2020, 2021 y 2022», por lo cual pidió «poner el foco en la trayectoria educativa». En su exposición manifestó el profundo estrés que vive el sistema educativo, y que «la desigualdad no nació con el Covid-19». En ese sentido, Educación empezará a repartir el viernes unas 135.000 notebooks y tablets. «Comenzar por los últimos para llegar a todos, como plantea Alberto Fernández», añadió.

El titular del Palacio Sarmiento resaltó que «bajo ningún punto de vista el ciclo lectivo se pierde, porque hemos llevado con mucho esfuerzo la escuela a los hogares en esta Argentina desigual. Cuando la Argentina logre transitar esta estrés, va a necesitar un respiro, y mucho más porque no estamos de vacaciones».

En cuanto a los comedores escolares, el ministro resaltó que en comunicación con distintas carteras (Desarrollo Social y Defensa, entre otros) buscamos «garantizar derechos básicos como desayuno, almuerzo y merienda».

Dijo que se duplicaron los recursos girados a comedores y a su vez ampliaron la asistencia en aquellos lugares donde se distribuyen viandas o módulos de alimentos.

Fuente: https://www.cronica.com.ar/edicionimpresa/Educacion-analiza-eliminar-los-recreos-tras-el-regreso-20200422-0111.html

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España: Mitigar el impacto educativo por el coronavirus requerirá 5.000 millones de euros

Europa/España/23 abril 2020/elpais.com

El 75% de los directores de la enseñanza privada aseguran que sus profesores manejan las herramientas ‘online’ frente al 45% de la pública

La Fundación Cotec calcula que paliar el impacto educativo de la epidemia del coronavirus en las redes de enseñanza no universitaria pública y concertada costará 5.000 millones de euros. El importe incluye escuelas de verano (250 millones), programas de refuerzo (3.000 millones), ampliaciones del número de horas lectivas el próximo curso (1.675 millones), así como planes de préstamos de dispositivos tecnológicos para los alumnos que no disponen de ellos (entre 125 y 250 millones). “Es caro porque un refuerzo educativo de esta clase requiere inversión. Estamos hablando de varios millones de alumnos”, afirma el experto en educación Lucas Gortázar, autor del trabajo junto a Ainara Zubillaga. El informe, titulado Covid-19 y educación: problemas, respuestas y escenarios abarca las medidas que deben desplegarse, en concreto, para atender a un total de 6,7 millones de alumnos de 3 a 18 años. La cifra final, señala el informe, se basa en “estimaciones aproximadas basadas en datos del Ministerio de Educación, el INE y otros”. Y con ella, añade Gortázar, se persigue evitar caer en “el hábito de proponer cosas y no saber cuánto cuestan”. El estudio refleja que mientras la privada asegura que el 75% de sus docentes dominan las herramientas online, en la pública el porcentaje cae al 45%.

La educación ‘online’ en España

Centros que disponen de una plataforma eficaz en Internet

de apoyo a la enseñanza

Media España: 52%

0%

10

20

30

40

50

60

70

80

Castilla y León

Baleares

Canarias

País Vasco

Cataluña

Murcia

Galicia

La Rioja

Madrid

Castilla-La Mancha

Navarra

Cantabria

Andalucía

C. Valenciana

Extremadura

Asturias

Aragón

71

70

66

63

63

58

55

54

51

49

45

43

40

40

40

37

35

Directores que están dacuerdo o mude acuerdcon las siguientes

afirmaciones sobre sus centros:

En %

Público

Concertado

Privado

75,5

73

71,4

69,9

68,9

54,9

48,8

48,3

45,5

Se dispone de una plataforma online eficaz de apoyo a la enseñanza

Los docentes tienen recursos profesionales eficaces disponibles para aprender a utilizar dipositivos digitales

Los docentetienen las habilidades técnicas y pedagógicas necesarias para integrar dispositivos digitales en la enseñanza

Fuente: COTEC.

EL PAÍS

La factura sería todavía mayor, en torno a 6.000 millones, si se optara por una “escuela de verano universal” dirigida a los seis millones de alumnos de 3 a 16 años. Es un escenario, contemplado en el informe, que requeriría hacer trabajar a la plantilla de profesores. Sería políticamente más complicado y ya fue descartado la semana pasada en la conferencia sectorial que reunió al Ministerio de Educación y a las comunidades autónomas.

El estudio se centra por ello en “escuelas de veranos focalizadas”, dirigidas a un millón y medio de alumnos “en riesgo de desventaja educativa”, con un coste estimado de 225 millones de euros. «Con ONG, profesores interinos, estudiantes de prácticas y docentes voluntarios se podría hacer esta opción”, afirma Gortázar. La escuela de verano tendría como objetivo fortalecer contenidos académicos, pero también realizar actividades “de ocio y deportivas”, cubrir las necesidades de alimentación y ofrecer “apoyo psicológico y emocional” a los alumnos para mitigar el daño que pueden haber sufrido como consecuencia del “fallecimiento de familiares, pérdida de empleo de los padres, estrés derivados del confinamiento”.

Los programas de refuerzo para el curso 2020/2021 deberían cubrir a tres millones de estudiantes, concluye el estudio citando una investigación de Save the children que abarca “programas de tutorías y acompañamiento para alumnos de entornos socioeconómicos en desventaja”. Para sufragar los 3.000 millones en que se estima su coste, el informe plantea aplicar el modelo de los programas de cooperación territorial, cofinanciados por el Gobierno y las autonomías. Pero en vez de limitarlos a la lucha contra el fracaso escolar y el abandono educativo, ampliarlos a paliar las nuevas brechas que ha generado el cierre de los centros escolares.

Fundación Cotec@Cotec_Innova

Hemos elaborado este documento para analizar la situación educativa derivada de la crisis sanitaria. El documento, enviado a las autoridades, incluye una serie de propuestas adaptadas a cinco posibles escenarios para retomar la actividad escolar presencial.

Covid-19 y Educación: problemas, respuestas y escenarios

cotec.es

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El informe de Cotec llega a la conclusión de que para cerrar la herida escolar causada por la epidemia, el curso que viene será necesario aumentar las horas lectivas en torno a un 5%, bien sea adelantando el comienzo de curso, reduciendo los periodos de vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, o con otras fórmulas (algunas comunidades ya se plantean imponer clases obligatorias por las tardes a los alumnos que pasen con asignaturas pendientes, y que podrían ser atendidas por profesores interinos contratados expresamente para ello). Ello implicaría un sobrecoste de gasto de 250 euros por alumno que da un total de 1.675 millones de euros.

La última partida económica contemplada por el estudio es la de los planes de digitalización con los que se pretende dotar de equipos y de acceso a Internet al alumnado que carece de él, así como al desarrollo de un protocolo del alumnado desconectado. El estudio prevé dos escenarios (basados ambos en una cantidad fija y otra variable en función del número de alumnos): la más económica, de 5.000 euros por coste medio en cada uno de los 25.000 centros educativos, asciende a 125 millones de euros; la más cara, que implica doblar la inversión media por centro, a 250 millones. El estudio también propone, mientras llegan los medios tecnológicos, que los alumnos desconectados sean atendidos mediante “tutorías telefónicas” y envío de material y resolución de consultas vía “WhatsApp o SMS”.

Brecha escolar

Otro de los puntos que se analiza en el informe de Cotec es la llamada brecha escolar, que es la capacidad de los centros educativos y de los docentes para ejecutar la enseñanza de forma telemática. A partir de los datos del informe PISA (elaborado por la OCDE para medir el nivel de conocimiento de los alumnos en ciencias, matemáticas y comprensión lectora), comparan cómo de preparados se sienten los equipos directivos para la enseñanza online. En Canadá, Estados Unidos y los países nórdicos, entre el 70 y el 80% de los directores aseguran que los docentes que trabajan en sus centros disponen de las capacidades profesionales para aprender a integrar los dispositivos digitales en la enseñanza; un porcentaje que en España se reduce de media al 50%.

En cuanto a las habilidades técnicas y pedagógicas que ya poseen los docentes para integrar dispositivos digitales en la enseñanza, en España hay diferencias significativas en función de la titularidad del centro: el 75,5% de los directores de la privada aseguró que los docentes que trabajan en su centro dominan esas técnicas, frente al 68,9% de la concertada y el 45,5% de la pública. “Esto supone un enorme reto, ya que, generalmente, son los centros públicos los que atienden de manera mayoritaria a los alumnos más vulnerables (pertenecientes a familias con un menor nivel socioeconómico)”, señalan los coautores del informe.

“En la pública la formación es voluntaria y no está ligada a la equipación tecnológica del centro; en cambio, en la privada suelen ser planes integrales que implican compra de material y formación obligatoria”, explica Mariano Fernández Enguita, catedrático de la Complutense. Además, hay otro factor, explica: “En la privada, basta con que el director quiera ir en esa línea, mientras que en la pública el director tiene que consensuar con el claustro el uso de la tecnología en el aula, y sin un profesor se niega, nada se puede hacer”.

Al aterrizar los datos a las comunidades autónomas, también aparecen variaciones importantes. Mientras en Castilla y León, el 71% de los directores afirman que su centro sí dispone de una plataforma online “eficaz», en la Comunidad Valenciana desciende al 40% y en Aragón al 35%. En países como Suecia, Dinamarca o Finlandia el 75% de los directores afirma disponer de esas plataformas.

Información sobre el coronavirus

– Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia

 Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía

– Preguntas y respuestas sobre el coronavirus

 Guía de actuación ante la enfermedad

– En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad

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Fuente: https://elpais.com/sociedad/2020-04-20/mitigar-el-impacto-educativo-por-el-coronavirus-requerira-5000-millones-de-euros.html

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