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0% Educación Ambiental en Venezuela, 100% Basura en las calles de Venezuela

Por: Carlos Ruperto Fermín.

Mayo es el mes del reciclaje, porque el 17 de mayo celebramos el Día Mundial del Reciclaje, siendo una oportunidad de oro para que los venezolanos, apliquemos la reflexión en nuestras vidas, por el bienestar holístico de la Tierra.

Dicen que las estadísticas nunca mienten, y basta con caminar por las calles venezolanas, para comprender que las estadísticas jamás mienten en la corte.

Siendo sincero, mis artículos sobre ecología no son escritos ni para el tiempo presente ni para la audiencia presente. Como decimos los venezolanos, nosotros ya estamos echados a perder, ya estamos jodidos, simplemente vivimos por vivir, con nuestra sagrada irresponsabilidad ambiental que jamás cambiará por voluntad propia, y que nos alegra enaltecer tirando más basura en las calles.

Yo escribo mis artículos pensando en el futuro conservacionista de Venezuela, donde los niños y adolescentes encontrarán en mis sabias palabras, una esperanza ecológica para revertir las toneladas de basuras sembradas por sus padres y abuelos, que ni quisieron ni supieron ver la cándida luz del santo sol.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a caminar entre los residuos sólidos urbanos.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a vivir entre los residuos sólidos urbanos.

Los jóvenes venezolanos se acostumbraron a rezar entre los residuos sólidos urbanos.

Oraciones muy fáciles de escribir, pero oraciones muy difíciles de digerir.

Los muchachitos venezolanos fueron bien educados por sus progenitores, y ya aprendieron a tirar basura dentro de las iglesias cristianas, ya aprendieron a saltar las montañitas de basura en las aceras de las carreteras, ya aprendieron a taparse la nariz cuando pasan muy cerca de la vil basura citadina, ya aprendieron a sentir odio por la cochina bolsa de basura que saldrá de la casa, ya aprendieron a decir basura cuando quieren insultar el apellido de un Ser Humano.

Las travesuras de los padres muy bien aprendidas por sus hijos. ¡Qué chévere!

Nosotros no somos delincuentes, pero si el pueblo venezolano delinque en contra de la paz ecológica de Bolívar, pues tendremos que tratar a los sucios delincuentes venezolanos, como tratamos a la basura que tiramos en las calles.

Sabemos que en todos los estados venezolanos, se vienen realizando esfuerzos ambientales comunales, para erradicar tanta basura de las calles bolivarianas, pero mientras sigamos cargando la cruz del 0% de Educación Ambiental, y mientras sigamos cargando la cruz del 100% de basura en las calles de Venezuela, pues será ecológicamente imposible revertir la perversión ambiental.

Instalar cámaras de seguridad anti-basura, entrenar a policías anti-basura, amaestrar a perros anti-basura que muerdan el trasero del infractor, obligar a pagar las unidades tributarias que nunca se pagan, premiar a la gente anti-basura, intensificar campañas educativas anti-basura, escribir artículos anti-basura, regalar regalos hechos con basura, dar el buen ejemplo anti-basura.

Hay de todo en la villa del Señor, y hay de todo en las leyes penales venezolanas, pero cuando finalmente llega el frío de la noche en la ciudad, nunca podemos distinguir entre la sombra de la realidad humana, y la sombra de la basura urbanizada, porque aunque duela reconocerlo con los pies descalzos, todos somos culpables del mismo delito ecológico llamado: indiferencia.

Sin embargo, no todos los venezolanos son animales apestosos de Bolívar, pues existen compatriotas que realmente generan cambios ecológicamente positivos en sus comunidades, pero sus sueños ambientales se convierten en pesadillas mundanas, porque el resto de la ciudadanía no contribuye con la Madre Tierra.

Fíjense que yo estoy viviendo en el municipio Libertador del estado Mérida en Venezuela, y he visto buenas iniciativas conservacionistas forjadas por parte de los habitantes de las comunidades merideñas, que pretenden reducir la contaminación ambiental de la fría y friolenta geografía andina.

En el pasado callejero de la vialidad merideña, se colocaban muchísimos carteles pintados sobre las paredes de las calles, con frases ambientalmente punzantes y elocuentes, como: «No sea cochino, no bote basura aquí», «Regresamos su basura a su casa, edificio o local comercial, colabore», «Prohibido tirar basura en la esquina», «Respete, la calle no es basurero, estamos vigilando», y «La basura es el resultado del límite de nuestra imaginación».

No obstante, esos cartelitos ecológicos en las calles merideñas, terminaron siendo fracasos para los residentes y generaron una mala impresión para los turistas, porque si un ciudadano es capaz de comportarse como un animal, tirando deliberadamente los residuos sólidos en las calles de Mérida, pues obviamente un animal no tiene el suficiente raciocinio para discernir en la calle, y un animal no limpiará su chiquero por una frasecita pintada en la pared.

Sabiendo que las rondas de recolección de basura de los camiones del aseo urbano, son insuficientes para mantener pulcros y resplandecientes los suelos de la capital merideña, y sabiendo que las moscas, las ratas, los zamuros, los perros y los gusanos, agravan la problemática ambiental del casco central de Mérida, pues hemos visto propuestas ambientales muy ingeniosas en territorio merideño, buscando frenar las montañitas de basura en las calles, y buscando promover la Cultura del Reciclaje en una sociedad que desconoce a la Educación Ambiental.

En el municipio Libertador del estado Mérida, se vienen reutilizando cauchos viejos y neumáticos espichados, como si fueran macetas o materos.

Los neumáticos son llenados con tierra, se les injerta una planta ornamental o un pequeño arbusto, y algunas veces son pintados con colores llamativos o adornados con piedritas.

Los viejos neumáticos reciclados y transformados en bonitos arbolitos, son estratégicamente colocados en las esquinas y aceras de las calles merideñas, donde la gente cochina acostumbra a tirar los residuos sólidos comprados y consumidos, a sabiendas de que se está contaminando ambientalmente a las calles del pueblo, y a sabiendas de que los organismos policiales son incapaces de castigar el delito ambiental in fraganti, porque la basura en Mérida se tolera, se legaliza, se huele.

Poco a poco, Mérida se ha visto invadida por los arbolitos con neumáticos.

Yo he visto a jóvenes merideños sudar y trabajar ambientalmente, por el saneamiento de sus calles y comunidades, sin proselitismo político, sin invocar milagros celestiales, sin esperar que venga Inés y haga lo que yo puedo hacer.

Limpiar los cauchos, pintarlos, injertar la planta, moverlos un poquito a la derecha, moverlos un poquito a la izquierda, tomarles una foto con la cámara del teléfono celular, ponerles una firma o frase en la goma externa, y hasta besarlos.

El efecto persuasivo y disuasivo que buscan los arbolitos con neumáticos reciclados, es que las personas cochinas que tiran basura en las calles merideñas, observen el arbolito o la bonita planta germinada por la Madre Tierra, y sientan remordimiento de ensuciar con basura un espacio público merideño, donde yace un ser vivo que todos asociamos con la Naturaleza, con las verdosas hojas y con la belleza del campo.

Supuestamente, el ciudadano merideño debe desistir y cohibirse de tirar su basura mundana, en la zona citadina donde se encuentran los bonitos arbolitos con neumáticos reciclados, porque hasta un hambriento mapurite sabe que un cartón lleno de huevos podridos, no armoniza con una verdosa planta que purifica al Medio Ambiente.

Ya sabemos qué son los arbolitos con neumáticos reciclados, ya conocemos sus coordenadas dentro del estado Mérida, y ya conocemos sus buenos deseos.

Ahora bien, la gran pregunta del artículo sería la siguiente: ¿Acaso los arbolitos con neumáticos reciclados vienen ayudando a reducir la basura en Mérida?

No, lamentablemente, los arbolitos con neumáticos reciclados fracasaron a lo largo y ancho de la geografía merideña, y los espiritualmente cegados y cochinos ciudadanos merideños, ahora lanzan más residuos sólidos urbanos en las calles, donde se ubican los lindos arbolitos con neumáticos reciclados.

¿Usted realmente está prestando oído al tambor?

Los cochinos ciudadanos merideños, ahora lanzan más residuos sólidos urbanos en las calles, donde se ubican los lindos arbolitos con neumáticos reciclados, e incluso, yo he visto los neumáticos llenos de basura por dentro.

Tal vez la gente cochina sienta enojo y malestar, porque hay gente limpia que desea cambiar la inmundicia de la gente cochina, y como la gente cochina es incapaz de reflexionar y cambiar su estilo de vida, entonces la gente cochina reacciona con rabia y tira más basura en la calle, para demostrar que no hay arbolito, que no hay neumático y que no hay cartelito, que pueda cambiar la sucia mentalidad de comprar, comer, tirar, pisar, rebuznar, defecar y dormir.

¡Qué barbaridad! No es grave, es gravísimo el problema de la basura en las calles de Venezuela, y sería más que fantasía cambiar la historia del ecocidio.

¿Por qué fracasaron los lindos arbolitos con neumáticos reciclados?

Los arbolitos con neumáticos reciclados, fracasaron debido a la ausencia de Educación Ambiental en Venezuela, porque si no sembramos valores ecológicos en los hogares, en los colegios, en las oficinas y en las calles, pues nunca viviremos en una ciudad que practique voluntariamente la Cultura del Reciclaje.

Y es precisamente por la falta de Educación Ambiental, que cualquier proyecto ambiental fracasa en cualquier ciudad del Mundo, porque si mientras la mano derecha planta un árbol, la mano izquierda tala otro árbol, al final de la historia nos quedaremos con 0% de Educación Ambiental, y al final de la historia nos quedaremos con 100% de basura cultivada en Venezuela.

No podemos presumir que la gente se sensibilizará por un arbolito con neumáticos reciclados, y no podemos presumir que la gente se arrepentirá de ensuciar la casita de un árbol amorosamente sembrado en la calle, si no cultivamos previamente el valor ecológico dentro del cerebro del pueblo.

Y también hay que reconocer, que los arbolitos con neumáticos reciclados, realmente son estorbos para las congestionadas callecitas merideñas, pues los neumáticos obstaculizan el paso por las aceras, impiden el libre tránsito de los peatones, quienes se ven forzados a caminar por el pavimento de la calle para no enredarse en los neumáticos, lo cual representa un riesgo de sufrir un accidente automovilístico, y también representan un peligro de lesión corporal, para cualquier niño o anciano que sin querer, se tropiece con el neumático en la calle.

La improvisación de los terrícolas no congenia con el bienestar del Medio Ambiente, que siempre exige trabajo mancomunado y despolitizado, para resolver conflictos ambientales que vienen perjudicando a los recursos naturales de la Pachamama, y que específicamente en el estado Mérida, se intentan maquillar y ocultar de los ojos de la colectividad venezolana, durante las rentables temporadas de vacaciones en Semana Santa, en Carnaval, en Navidad y en el mes de Agosto, cuando le pagamos a la gente cochina para que no ensucie las calles con basura, pero cuando los adinerados turistas abandonan los atiborrados vagones del teleférico, entonces le pagamos otra vez a la gente cochina de Mérida, para que siga ensuciando con basura sus calles merideñas.

Pero más allá de la crisis ambiental, Mérida sigue siendo un estado venezolano tan supersticioso como cristiano, donde la gente piensa que por tocarle el pie a un santo de la Catedral, recibirá un favor del cielo que le ayudará en la vida.

Quizás podemos usar el milagroso cristianismo de las iglesias merideñas, para infundir miedo por el pecado, y respeto por el contaminado Medio Ambiente.

La verdad, yo no creo que el fin justifica el medio para conseguirlo, pero si queremos que el 0% de Educación Ambiental no se siga devorando a las calles de Venezuela, pues tenemos que analizar psicológicamente y sociológicamente a la población venezolana, para transformar un sucio talón de Aquiles en un cristalino río del Edén.

Recientemente, fui hasta una populosa calle merideña ubicada cerca de la plaza Glorias Patrias, donde diariamente la gente cochina vierte basura en la acera, incluyendo botellas de plásticos, cáscaras de frutas, pañales desechables, empaques de golosinas, latas de sardinas, periódicos viejos, envases de vidrio rotos, láminas de polietileno, colillas de cigarrillos, y demás basura mundana.

Siempre hay basura en la acera de esa calle merideña, y el constante hedor por el mal manejo de los residuos sólidos urbanos, genera enfermedades respiratorias y problemas gastrointestinales en los transeúntes, que aunque caminan rapidito para evitar la pestilencia pública, no pueden evitar oler la porquería ambulante.

A modo de ensayo ambiental, yo me ubiqué en la acera de la hedionda calle merideña, luego yo coloqué en la pared que se encontraba en la esquina de la acera, una cruz hecha con dos pedazos de madera reciclada que tenía en mi casa, y después yo puse un mensaje escrito en una hoja de papel tipo oficio, que decía:

«Por amor a Dios, no ponga basura aquí».

Sorprendentemente, regresé tres veces a la acera de esa calle, en tres días distintos de la misma semana, y para mi sorpresa, la basura había disminuido en un 90% desde que yo puse la crucecita de madera, y desde que yo puse el mensajito cristiano en la hoja de papel, lo cual me hace pensar que la clave para reducir la basura en Venezuela, es invocar el sagrado nombre de Dios en las calles venezolanas, para que los cristianos venezolanos recuerden que Jesús no tiraba desperdicios en las calles, y que la basura mundana proviene de Satanás.

Una semana después de realizar la prueba ambiental, regresé a la misma acera de la misma calle merideña, y desprendí la cruz de madera que había pegado en la pared, y también desprendí la hoja de papel con el gran mensaje cristiano.

Sorprendentemente, regresé tres veces a la acera de esa calle, en tres días distintos de la misma semana, y para mi sorpresa, la basura había aumentado en un 90% desde que yo eliminé la crucecita de madera, y desde que yo desprendí la hoja de papel con el mensaje cristiano, lo cual me hace pensar nuevamente, que la clave para reducir la basura en Venezuela, siempre será invocar el sagrado nombre de Dios en las calles venezolanas, para que los cristianos venezolanos recuerden que Jesús no tiraba desperdicios en las calles, y para que comprendan que la basura mundana proviene de Satanás.

Dios me demostró que es posible subir el 0% de Educación Ambiental en Venezuela, y Dios también me demostró que es posible bajar el 100% de basura en las calles venezolanas, pero nos hemos olvidado tanto de la santa palabra de Dios, nos hemos olvidado tanto de leer las páginas de la Santa Biblia, y nos hemos olvidado tanto de confiar ciegamente en Jesús, que hasta sentimos pena y vergüenza de escribir mensajes cristianos en las calles, y aunque decimos ser fieles cristianos venezolanos, siempre elegimos caminar entre la basura de nuestras sucias ciudades, antes que caminar con la luz verde y limpia de Jehová.

Recordemos que la cita bíblica en Números 35:34 afirma lo siguiente:

«Y no contaminaréis la tierra que habitas, en medio de la cual Yo moro, pues yo, el Señor, habito en medio de los hijos de Israel».

Cabe destacar que con mi cartelito, yo NO tuve que gastar ni un centavo para educar a los venezolanos, yo no tuve que llamar cochino a nadie, no tuve que dibujar la figura de un puerco en la pared, y no tuve que amenazar con vulgaridades a nadie, pues yo simplemente apelé al pacifista poder de Dios, para avivar la conciencia ambiental en la mente colectiva, y por eso el cartelito decía:

«Por amor a Dios, no ponga basura aquí».

Vamos a cambiar los arbolitos con neumáticos reciclados, por una simple pero poderosa cruz hecha con pedazos reciclados de maderas, y por unos simples pero poderosos cartelitos escritos en papel o cartulina, que exclamen frases ecológicas y cristianas, como por ejemplo:

«Si tira basura, Dios te castiga».

«Por amor a Dios, no ensucie la calle».

«Si eres cristiano, no botes basura aquí».

«Por la sangre de Jesús, ponga la basura en su santo lugar».

«Si amas a Cristo, no eches basura aquí».

«Cruz de amor, no más basura».

No olvidemos que durante su ministerio en la Tierra, nuestro amado Jesucristo sacaba a los espíritus inmundos de la gente endemoniada.

Yo siempre he pensado que la gente que tira basura en las calles, es gente endemoniada y poseída por el Diablo, por lo que es correcto usar el sagrado nombre de Dios, para que la gente endemoniada de Venezuela, no siga tirando basura en la calle.

Dios convierte lo imposible en posible, Dios puede hacer lo que las leyes venezolanas no quieren hacer, Dios puede transformar la basura en rosas.

Es cierto que mi cruz y mi cartelito fueron parte de un exitoso ensayo ambiental en el estado Mérida, y por supuesto que podemos crear diseños visualmente más atractivos, utilizando la económica pintura de caucho o emulsionada, para pintar la cruz y para escribir el mensaje cristiano directamente en la pared de la calle, e incluso, se puede hacer una infografía incluyendo el rostro de Jesús, pero siempre manteniendo la seriedad del trabajo ambiental, porque si convertimos el mensaje cristiano en un colorido grafiti callejero, pues la gente no tomará en serio la amonestación pública, y seguro que seguirá echando basura en la calle.

Hacemos un llamado de atención a las instituciones públicas y privadas de Venezuela, para que consideren las cruces y los carteles que combinan el cristianismo y el ambientalismo, como alternativas prácticas y eficaces para generar la Cultura del Reciclaje, entendiendo que la lucha ecológica venezolana no debe ser politizada por los gobiernos, pues todos necesitamos de una ciudad limpia para realizar las actividades cotidianas, y todos necesitamos despertar la Educación Ambiental para alcanzar el desarrollo sustentable del país.

También debemos comprender que el reciclaje no es la perfecta solución, para resolver el problema de la basura en Venezuela, así como la buena gestión integral de los desechos sólidos, tampoco puede garantizarnos que las calles venezolanas rechinarán de tanta limpieza asfáltica.

Es usted quien debe ser menos consumista, menos indiferente, menos egoísta.

No debes pensar que otro hermano recogerá la basura que tiraste en la calle, porque aunque otro hermano la recogiese, no se justifica tu desidia ambiental.

Yo debo confesar que a finales del mes de abril del año 2020, estuve caminando libremente por la plaza Las Heroínas del estado Mérida, y aunque la cuarentena social en Venezuela convirtió a la famosa plaza Las Heroínas, en una temerosa plaza fantasma donde el virus venció al heroísmo de las heroínas, lo que realmente me sorprendió durante mi melancólica visita, fue observar tanta basura dentro y fuera de los contenedores ecológicos de la plaza Las Heroínas, que desde hace años permiten que los ciudadanos separen y reciclen la basura.

Ni siquiera había un fantasma en la desolada plaza Las Heroínas, pero las altas cantidades de residuos sólidos dispersados por el suelo, nos demuestran claramente el holismo del problema de la basura en Venezuela, porque hoy culpamos a un virus por tanta desidia ambiental en la plaza, pero ayer nadie usó un tapaboca para cubrir su rostro, y la desidia ambiental en la plaza fue la misma repugnante escena, y mañana las felices narices volverán a respirar al aire libre, pero la desidia ambiental en la plaza Las Heroínas, seguirá siendo la misma adversa historia sin fin.

Mientras reflexionaba en la plaza Las Heroínas, recuerdo que me detuve a observar el revoloteo de una microscópica mariposita, que bailaba de florecita en florecita, abstraída del Mundo, viviendo en su mundo, recoloreando mi vida.

En medio de la basura mundana del Hombre, en medio del bacteriológico miedo del Hombre, en medio de un azulado cielo que resplandecía por el sol, pues una mariposita relucía y danzaba debajo de mis pies, en lo verde de un pequeño césped, en una vida que nadie puede ver, en un sueño que no sabemos vivir.

Yo le doy las gracias a Dios, porque siento que soy un hombre distinto a los demás.

Me alegra poder apreciar los pequeños detalles naturales de la vida, que precisamente te alegran la vida, te dan las alas para volver a creer, te dan la luz para volver a escribir, te dan la voluntad para seguir caminando, te dan el oxígeno para inhalar la gracia salvadora de Dios, te dan la virtud para respetar la vida de la mariposita, te dan el juicio para no pisarla y para no matarla.

Me alegra ver lo que otros no pueden ver, me alegra sentir lo que otros no pueden sentir, me alegra pensar lo que otros no quieren pensar.

Entre tanta basura en la plaza Las Heroínas, una mariposita, una criaturita de Dios, un indefenso ser vivo, me demostró que aunque la lucha ecológica es ingrata, es menospreciada y es maltratada, pues yo debo seguir siendo fiel a mis convicciones en la vida, sabiendo que para reconocer los tesoros naturales de Jehová, no hay que viajar hasta los legendarios bosques de Australia, porque debajo de nuestros pies, hay basura que recoger, hay angelitos que bendecir, hay milagros que atesorar, en el fondo de nuestros corazones venezolanos.

La próxima vez que compres zapatos nuevos, no tires la caja de cartón en las calles venezolanas. Mejor recicla la caja de cartón, y confecciona manualidades llenas de amor y creatividad, que puedes obsequiar a tus seres queridos, aprovechando los materiales inorgánicos que no deben ensuciar los espacios públicos de nuestro territorio, y que deben ser reciclados por amor a Dios.

Aprendamos a caminar todos juntos, por el camino del Conservacionismo.

Fuente del artículo: https://www.aporrea.org/actualidad/a290093.html

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Chile: Mineduc y profesores se enfrentan por vuelta a clases

América del Sur/ Chile/ 05.05.2020/ Fuente: radio.uchile.cl.

La cartera de Educación fijó para mayo el retorno gradual a las clases, sin entregar una fecha específica. Hoy en sesión especial de la Comisión de Educación de la Cámara Baja, el ministro Raúl Figueroa reconoció la dificultad de ejecutar este plan, mientras que el presidente del colegio profesional, Mario Aguilar, acusó no conocer ninguna estrategia.

Este lunes, en sesión especial de la Cámara de Diputados, la comisión de Educación recibió al ministro Raúl Figueroa y al presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar.

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Educación y pandemia: tiempo de preguntas

Por: Iván Salinas.

Hay una cierta tentación –motivada quizá por un deseo de control de la “anormalidad”- de retornar a las formas habituales de trabajo, independiente de lo que ocurre en el país. Esa tentación es visible en las autoridades del Ministerio de Educación, pero se extiende a las instituciones de educación, que han buscado promover formas de escolarización a distancia, las cuales claramente solo serían posibles si el país dispusiera de las condiciones socioeconómicas con que cuenta una minoría privilegiada. Es decir, condiciones de comunicación constante (por internet), preparación adecuada para ambientes no presenciales, posibilidad de optar a quedarse en casa con niñas y niños en edad escolar, entre muchas otras que claramente no permiten establecer una “normalidad”. Menos aun cuando se cierne la posibilidad de una cuarentena general.

Pero hay otra tentación que no ayuda a enfrentar a la primera. Se trata de aquellas que ven en las soluciones del poder, como la educación a distancia (y su adulta versión de tele-trabajo), un monstruo neoliberal que acabará con las relaciones pedagógicas. Esta tentación se desliza y aparece como discurso anti-tecnológico, como si el aprendizaje desde la tecnología y las redes de comunicación online fuesen con certeza un imperio del neoliberalismo. Por cierto que hay un nivel de justicia en la crítica cuando se mira el trabajo en general, pues no hay un tele-conductor de buses, ni un tele-recolector de basura, como tampoco tele-cajeros o tele-cajeras (por ahora). Cual distopía de Orwell, lo que han llamado “tele-disciplina” tiene un límite, pues el disciplinamiento se origina más allá de la ‘virtualización’ de las relaciones que existen ya en la sociedad. Pero el contexto escolar, o de instituciones educativas, sí ofrece un debate.

¿Qué pasa y debería pasar con la educación en época de pandemia? En este debate, hay que tener clara una distinción: educación no es lo mismo que escolarización. Por una triste herencia de la modernidad neoliberal, hemos llegado a hablar inseparablemente de la educación y la escuela. Y es casi obvio: pasamos doce años de nuestra vida obligatoriamente institucionalizados –en la escuela segregada- para poder decir que estamos bien o mal educados. Y podemos seguir y endeudarnos para pasar otros 5 ó 6 años en otra institución educativa para adquirir un título profesional. En la teoría del Capital Humano, solo recién al terminar el proceso escolarizante “estamos preparados” (o no) para la vida. El neoliberalismo nos dice que la vida en serio comienza después de educarnos, o bien prepararnos en la escuela. De allí que sea tan importante para el sistema el contener la educación en la escuela, pues es la institución que distribuye las certificaciones de ser persona ‘educada’ o ‘no educada’.

Pero sabemos que la educación supera a la escuela. Como bien nos ha enseñado la filosofía de la educación, la escuela es parte de la vida, y debiese entonces ser un lugar donde se desplieguen capacidades y se constituyan identidades que no están exclusivamente en la escuela. La escuela, así, no es exclusivamente un lugar para “capacitarse”, sino que es un lugar para aprender sobre el mundo y su organización, participando de ese mundo activamente. Es solo uno de los espacios para educarse.

Pero, ¿es la escuela nuestra educación? Si miramos los procesos de la vida misma, podremos notar que hay un asidero en pensar que la educación está ocurriendo más allá de la escuela. Las tecnologías de información y comunicación están teniendo un efecto en las formas de aprender que aún no logramos dilucidar ¿Cómo re-definen la educación las nuevas tecnologías? Hay quienes quizá pensarán que estamos de nuevo en un momento de que la tecnología podría armar “máquinas de enseñanza”, como soñaba Skinner en los 40, y que la pandemia permite probarse nuevamente con la educación virtual. Pero la respuesta no es tan simple. ¿Se puede una persona educar prescindiendo de la escuela? ¿Se puede educar sin la autoridad conferida a la escuela? ¿Se puede educar sin acceder al espacio físico de la escuela, a sus registros, a sus relaciones sociales? Y si se pudiera, ¿qué futuro le cabe a la escuela, al rol docente? ¿Qué nos dirá esta crisis social y sanitaria sobre la escuela y sus desigualdades?

Para cada una de las tentaciones, la negadora de la crisis social y la negadora de la tele-tecnología, las escuelas de hoy ofrecen algo de realidad. Por un lado, lo que está pasando les dice que las escuelas hacen más que solo escolarizar, pues son necesarias para entregar vacunas, para comunicarse, y –en varios casos- para alimentar a sus comunidades. Por otro lado, la multitud de profesionales docentes han debido imaginar –forzadamente o no- formas de conectarse con sus estudiantes, de proveerles materiales para que continúen con los objetivos de su docencia. Lo hacen como tele-educación, repartiendo en físico casa por casa, o por grupos de mensajería, o por correo electrónico, o armando sitios web. En la práctica arman un espacio educativo que supera a la escuela, pero no prescinde de ella. No hay una dicotomía entre la tecnología y la educación y hoy parecen ser más necesarias que nunca para mantener ciertos grados de conexión pedagógica. ¿Cuál es la autenticidad de la educación cuando hay crisis social? ¿Quién tiene la autoridad para decirlo? ¿Cuál es la autenticidad de la pedagogía? ¿Cómo se encuentran profesores y estudiantes cuando hay ausencia de la institución escolar, que les aglutina y llama a conectarse?

Si hay algo que la crisis social y sanitaria nos debe empujar es a imaginar, a pensar la educación y la escuela desde otros lugares, sin abandonar su imprescindible presencia. Imaginar desde la vida misma es un paso, pero es muy desafiante aún –considerando que llevamos décadas de gobernantes mirando a la escuela como puntajes en pruebas estandarizadas-. Este escenario de crisis social y sanitaria invita a abandonar la idea de que las escuelas son las unidades productoras de “calidad” de la educación. El contexto de explosión e incertidumbre institucional nos refleja que toda la discusión educativa que se amarra del “mejoramiento” escolar, de las “habilidades del siglo XXI”, o del rendimiento y la calidad, se quedan desnudas, pues son incapaces de describir qué es la educación cuando hay crisis en la sociedad. Pero también es necesario abandonar los idearios romantizados de la escuela moderna y modernizante, que la sitúa como único lugar posible para la educación.

En tiempos de preguntas, más que negarse a la tecnología –que es parte del devenir de “la vida misma”-, hay un llamado natural a experimentar, a volcarse a crear y mostrar las creaciones, a dejar que la sociedad y sus ‘multitudes’ puedan mostrarse superiores a ese poder opresor que nos llama a trabajar sin sentido. Si eso se transforma en un curso online o en una revolución sanitaria, depende de cuánto estemos dispuestos a jugarnos por mirar el mundo con preguntas con las que experimentar. No nos neguemos la posibilidad de esta oportunidad, porque hoy será de preguntas, pero también necesitamos al menos algunas respuestas que no sean las mismas de siempre. Son quizá esas respuestas las que necesitaremos debatir para aportar al momento constituyente que aún tenemos en tarea, a pesar de la pandemia.

Fuente del artículo: https://radio.uchile.cl/2020/04/10/educacion-y-pandemia-tiempo-de-preguntas/

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China: Students wearing masks return to school as some countries start to reopen during covid-19 crisis.

Asia/ China/ 05.05.2020/ Source: www.vanitatis.elconfidencial.com.

 

Although most schools remain closed for the rest of the 2019-20 school year in the United States, some countries have started reopening schools during the novel coronavirus pandemic.

Students are returning to class — but things don’t look like they did before schools closed when the coronavirus began to spread around the world. Now, social distancing means students and teachers wear masks and sometimes plastic shields, and the kids sit farther apart than they did before.

Countries where students are returning to classrooms include Germany and Denmark in Europe, and China, South Korea and Vietnam in Asia.

The pictures tell the story:

Novice Buddhist monks, seated to maintain social distancing, participate in a religious class at Molilokayaram Educational Institute in Bangkok on April 15. All schools in Thailand were closed earlier than the scheduled school break due to the outbreak.
Novice Buddhist monks, seated to maintain social distancing, participate in a religious class at Molilokayaram Educational Institute in Bangkok on April 15. All schools in Thailand were closed earlier than the scheduled school break due to the outbreak. (Gemunu Amarasinghe/AP)
An Israeli student sanitizes her desk upon the return to school at Hashalom elementary school in Mevaseret Zion, in the suburbs of Jerusalem, on Sunday.
An Israeli student sanitizes her desk upon the return to school at Hashalom elementary school in Mevaseret Zion, in the suburbs of Jerusalem, on Sunday. (Emmanuel Dunand/AFP/Getty Images)
Palestinian high school students receive exam-seating information in a school in the southern Gaza Strip on Sunday.
Palestinian high school students receive exam-seating information in a school in the southern Gaza Strip on Sunday. (Ibraheem Abu Mustafa/Reuters)
Students enter the Sadot Elementary School in the town of Pardes Hanna-Karkur in central Israel on Sunday as the country eases lockdown restrictions.
Students enter the Sadot Elementary School in the town of Pardes Hanna-Karkur in central Israel on Sunday as the country eases lockdown restrictions. (Jack Guez/AFP/Getty Images)
A student joins a protest of schools reopening in front of the North Rhine-Westphalian Parliament in Düsseldorf, Germany, on Wednesday.
A student joins a protest of schools reopening in front of the North Rhine-Westphalian Parliament in Düsseldorf, Germany, on Wednesday. (Sascha Steinbach/EPA-EFE/REX/Shutterstock)
Teachers Claudia Mohme and Nicola Witzlau demonstrate the correct application of protective masks on April 23 at the Freiherr-vom-Stein school in Bonn, Germany.
Teachers Claudia Mohme and Nicola Witzlau demonstrate the correct application of protective masks on April 23 at the Freiherr-vom-Stein school in Bonn, Germany. (Wolfgang Rattay/Reuters)
Students leave a high school in Beijing on April 27. Senior students in Beijing returned to class for the first time after schools were closed down in January. (Wu Hong/EPA-EFE/Shutterstock)
Students leave a high school in Beijing on April 27. Senior students in Beijing returned to class for the first time after schools were closed down in January. (Wu Hong/EPA-EFE/Shutterstock)
Chinese leader Xi Jinping inspects a primary school in Laoxian township in Ankang city in northwestern Shaanxi Province on April 21. (Xie Huanchi/Xinhua/AP)
Students sit spaced apart during an exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students sit spaced apart during an exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students take the Hong Kong Diploma Secondary Education visual arts exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students take the Hong Kong Diploma Secondary Education visual arts exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Teacher Marie Kaas-Larsen speaks with her students at the Norrebro Park primary school outside in a nearby park in Copenhagen on April 29. Denmark was the first country in Europe to reopen its schools for the youngest pupils on April 15. In addition to practicing social distancing and regular hand-washing, classes must be held outdoors as much as possible to limit the spread of the virus. (Thibault Savary/AFP/Getty Images)
Teacher Marie Kaas-Larsen speaks with her students at the Norrebro Park primary school outside in a nearby park in Copenhagen on April 29. Denmark was the first country in Europe to reopen its schools for the youngest pupils on April 15. In addition to practicing social distancing and regular hand-washing, classes must be held outdoors as much as possible to limit the spread of the virus. (Thibault Savary/AFP/Getty Images)
A student washes hands at the Korshoejskolen in Randers, Denmark, on April 15, the first day that the youngest pupils returned to school in the country amid the novel coronavirus pandemic. (Bo Amstrup/EPA-EFE/Shutterstock)
A student washes hands at the Korshoejskolen in Randers, Denmark, on April 15, the first day that the youngest pupils returned to school in the country amid the novel coronavirus pandemic. (Bo Amstrup/EPA-EFE/Shutterstock)
After closing amid social distancing restrictions to contain the spread of the novel coronavirus, a school reopens on April 27 in Trondheim, Norway.
After closing amid social distancing restrictions to contain the spread of the novel coronavirus, a school reopens on April 27 in Trondheim, Norway. (Gorm Kallestad/AP)
Second- and third-grade students attend a lesson as school reopened in the village of Kvivik, Faroe Islands, on April 20 after being closed for five weeks. (Jens Kristian Vang/EPA-EFE/Shutterstock)
Second- and third-grade students attend a lesson as school reopened in the village of Kvivik, Faroe Islands, on April 20 after being closed for five weeks. (Jens Kristian Vang/EPA-EFE/Shutterstock)
Students take part in class on April 16 at Sindong Elementary School in Seoul. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
Students take part in class on April 16 at Sindong Elementary School in Seoul. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
South Korean Education Minister Yoo Eun-hae, center, observes an online class at a high school in Suwon, South Korea on April 9. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
South Korean Education Minister Yoo Eun-hae, center, observes an online class at a high school in Suwon, South Korea on April 9. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
Students walk in the Marie Curie school's yard in Hanoi on Monday. Students at secondary and high schools in many provinces nationwide have returned to school after a three-month closure. (Luong Thai Linh/EPA-EFE/Shutterstock)
Students walk in the Marie Curie school’s yard in Hanoi on Monday. Students at secondary and high schools in many provinces nationwide have returned to school after a three-month closure. (Luong Thai Linh/EPA-EFE/Shutterstock)

Valerie Strauss is an education writer who authors The Answer Sheet blog. She came to The Washington Post as an assistant foreign editor for Asia in 1987 and weekend foreign desk editor after working for Reuters as national security editor and a military/foreign affairs reporter on Capitol Hill. She also previously worked at UPI and the LA Times. Follow

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Argentina: Un informe advierte sobre las dificultades de la educación a distancia

América del Sur/ Argentina/ 05.05.2020/ Fuente: www.infobae.com.

Ya pasó un mes y medio desde que se suspendieron las clases en todo el país a partir del avance del Covid-19. En su lugar, se propició una serie de mecanismos de educación a distancia, más allá de que se sabía que iba a ser muy difícil sostener la enseñanza en un contexto de tanta de desigualdad y pobreza. Un nuevo informe confirma esas dificultades: señala falta de recursos y de estrategias claras.

El informe pertenece a la Fundación Cimientos, que se encarga de acompañar a adolescentes vulnerables para que terminen la secundaria. Los datos, que surgen de encuestas a 1.220 becados y 45 tutores, muestra que la gran mayoría de las escuelas (96%) está implementando una estrategia de continuidad pedagógica, pero la falta de computadoras, tanto en los hogares de los alumnos como de los maestros, dificulta la tarea.

Más de la mitad de los jóvenes, incluso, estudia a través del celular, con la complejidad que ello supone: una pantalla pequeña, que solo permite lecturas breves. El 70% de los alumnos becados no cuenta con una PC con conexión a internet y solo el 17% de las escuelas relevadas está entregando material impreso.

“Antes de esta crisis sanitaria, en Argentina 1 de cada 2 jóvenes no obtenía el título secundario. Este número, cuando los estudiantes vuelvan a las aulas, seguramente se incremente ya que muchos de ellos deberán insertarse en el mercado informal de trabajo para hacerle frente a la crisis económica de sus familias. Es necesario generar campañas y políticas educativas especificas para que, cuando esto pase, estar preparados para la vuelta a clases”, señaló Marcelo Miniati, director ejecutivo de Cimientos.

A su vez, Miniati consideró: “El rol del docente es irreemplazable en los sectores vulnerables. Es esencial el contacto con los profesores para el seguimiento de las tareas que las escuelas proponen, poder tener algún ida y vuelta, plantear dudas, etc. Más allá de la buena predisposición de las familias, en los sectores con mayores necesidades, el responsable adulto del hogar no cuenta con el capital educativo ni con el tiempo necesario para poder ser soporte de la educación de los chicos”.

La mayoría de los chicos encuestados (80%), procedentes de 15 provincias del país, dispone de un celular propio con Internet. El 92% tiene algún tipo de conectividad en su casa, pero el 62% se conecta únicamente a través de un dispositivo móvil, sea propio o familiar. Casi todos utilizan Internet habitualmente, principalmente en redes sociales (82%) y para la búsqueda de información (77%).

“Nadie estaba preparado para esta situación. Ni los chicos, ni los docentes ni las familias. Todos utilizan un celular para recibir las consignas de sus docentes. El inconveniente es que son viejos, tienen las pantallas rotas y hasta algunos no tiene wifi. Tienen que estar comprando datos para recibir la información. Les piden trabajos en Word por lo que deben bajar la aplicación y escribir hasta 5 carillas en un celular de esas características”, comentó la tutora Virginia Cleti, de San Lorenzo, Rosario, que acompaña a adolescentes por debajo de la línea de la pobreza.

Los docentes, según las encuestas, optan por enviar tareas a través de plataformas online y mensajes de WhatsApp como estrategias prioritarias. Sucede que, en muchas ocasiones, el vínculo no va más allá del envío de la actividad y solo el 5% de los chicos señala que no necesita ayuda para realizar las tareas que se les proponen. El 95% requiere apoyo.

“Existen muchas familias con varios hijos en edad escolar que solo cuentan con un celular con capacidad de conexión dentro del hogar. Se vuelve muy dificultosa la tarea de organizar la educación dentro del hogar. No hay una política unificada en las escuelas. Se va alternando entre Facebook, Google ClassRoom y WhatsApp para comunicar las consignas”, planteó Juan Palma, que acompaña a 45 alumnos en Berazategui y Guernica.

Para algunas familias, el inconveniente radica más bien en el exceso de deberes que están enviando los maestros. Según advierten los chicos, sus docentes los contactan para mandarles tarea (62%) y, en menor medida, con devoluciones o correcciones de los trabajos realizados (36%).

“Hay un exceso de tareas por la falta de organización y medios que no son acordes para recibirlas. El docente está transitando un cambio de paradigma donde el alumno se ve perjudicado ya que, por lo urgente e inesperado de la situación, se va aprendiendo sobre la marcha”, sostuvo Julieta Lagoa, tutora de jóvenes en Barracas y Tres de Febrero

Fuente de la noticia: https://www.infobae.com/educacion/2020/04/28/coronavirus-en-argentina-un-informe-advierte-sobre-las-dificultades-de-la-educacion-a-distancia/

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Diálogo Karina Batthyány con Saskia Sassen: «Hablar de nueva normalidad es reconocer que algo no funcionó»

Por: CLACSO.

 

En un nuevo capítulo de sus Diálogos, Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva de CLACSO, dialogó a la distancia con Saskia Sassen, socióloga, escritora y profesora radicada en Londres, especializada en fenómenos como la inmigración y los cambios en el Estado liberal a consecuencia de las actuales condiciones transnacionales. Autora, entre muchas otras obras, del ensayo “La ciudad global”, una referencia para entender la transformación que el neoliberalismo ha llevado a cabo en las grandes metrópolis mundiales.

En su introducción, Karina Batthyány planteó que esta pandemia del COVID-19 “ha afectado todos los aspectos de la vida en sociedad, particularmente los aspectos de nuestra vida cotidiana, nuestro día a día en las formas en que interactuamos, y allí han aparecido algunos conceptos que empujan a la reflexión”. Ilustró diciendo que en el Uruguay se empezó a hablar de una nueva normalidad” basada en la distancia y el aislamiento social, un concepto que utilizan otros mandatarios tanto de América Latina como de otras regiones y que cuenta con antecedentes históricos.

Al respecto, Saskia Sassen consideró que “llamarlo nueva normalidad es como no reconocer que algo no funcionó. Para mí la pregunta es: ¿dónde fallamos nosotros? ¿Por qué nos tomó tanto por sorpresa la llegada de este virus?” Enumeró otras pandemias que sacudieron a la humanidad en los tiempos modernos, interrogándose: “¿Abusamos nosotros a la madre naturaleza?” recordando “que coexistimos en este mundo, no estamos solos, ya hemos matado a tantos animales, matado árboles, matado aguas, etc., etc., y ahora tenemos esto… Todo lo que matamos explica en parte que tenemos estas presencias que nos llegan por una semana, dos semanas, tres semanas y después desaparecen”.

Fuente de la entrevista: https://www.clacso.org/hablar-de-nueva-normalidad-es-reconocer-que-algo-no-funciono/

 

 

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México: Activistas en BC: criminal, que se avale reabrir 35 empresas

América del Norte/México/03-05-2020/Autor: Antonio Heras/Fuente: www.jornada.com.mx

Representantes de trabajadores y activistas sociales protestaron en el Centro Cívico de Mexicali por la decisión del gobierno de Baja California de autorizar la reapertura de unas 35 maquiladoras a partir del lunes 4 de mayo, justo en la fase crítica del Covid-19. Los manifestantes exigieron a la Federación filtros sanitarios en la frontera con California, antes de que se colapse el sistema de salud de la entidad mexicana.

Ignacio Gastélum, maestro integrante del movimiento de Resistencias Unidas, se pronunció porque los trabajadores se queden en sus casas hasta controlar la pandemia y criticó la reapertura de las empresas manufactureras con el pretexto de formar parte de la cadena de suministro de insumos de productos esenciales.

En un manifiesto, el Congreso del Trabajo, los Comités de las colonias Independencia y Cerro Prieto 2, Diálogo de Trabajadores y Jóvenes y la comunidad Baja California Resiste, acusaron a los empresarios, en particular a los propietarios de las maquiladoras, de resistirse a dejar que sus trabajadores respeten la cuarentena, a pesar de la inminencia del pico de la epidemia.

En especial las fábricas que producen para empresas estadunidenses con el argumento de que son esenciales para mantener las cadenas de valor. Para ellos primero es la ganancia y no la vida de las y los trabajadores, señala el texto.

Apuntaron que el gobernador Jaime Bonilla y el secretario de Economía Sustentable, Mario Escobedo, “tomaron una decisión criminal al permitir la reactivación de al menos 35 compañías, con el argumento de que los trabajadores están más seguros dentro de las empresas.

Carlos Maya Quevedo, presidente del Congreso del Trabajo y dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Issstecali, recordó que hace dos meses Estados Unidos cerró sus fronteras a los turistas y sólo permite el paso por las garitas internacionales por cuestiones de trabajo y salud.

El médico traumatólogo advirtió que aún es tiempo de instalar filtros sanitarios, pues Baja California está en la fase crítica de la pandemia y se ubica en los primeros lugares de muertes y contagios de Covid-19.

En los 190 kilómetros de frontera de México con California hay seis garitas internacionales en las que solo se permite el acceso a ciudadanos estadunidenses residentes en California o a turistas en casos especiales y justificados. Incluso las operaciones nocturnas de tres garitas están cerradas. Pero hacia BC los puertos fronterizos están abiertos.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/05/02/estados/026n3est

Imagen: arqVlado en Pixabay

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