Deber de memoria en la educación superior

Por: Miguel Ángel Casillas

Dada la subordinación de las políticas educativas a las medidas de salud durante la pandemia y derivada de la falta de liderazgo institucional, durante dos años en las universidades se diluyó el espíritu corporativo y solidario y todos nos refugiamos en casa de modo individual. La experiencia escolar de estudiantes y profesores sufrió un fuerte shock que desestabilizó todos los viejos referentes y nos colocó ante una educación a distancia, sin proyecto de innovación, más bien como un refugio a donde se trasladaron las actividades de enseñanza para mantener, en el contexto de la desmovilización nacional, el cumplimiento de nuestra misión.

En muchas universidades e instituciones de educación superior se está convocando al regreso a las actividades presenciales. Muchas autoridades expresan enfáticamente que el regreso significa eso: regreso al pasado; a las mismas condiciones que teníamos antes de la pandemia, en las que, si los cursos habían diseñados de modo presencial, virtual o mixto, así deben impartirse; sin considerar la experiencia reciente de los dos últimos años en que todos tuvimos que recurrir a la educación a la distancia. Muchas autoridades y profesores son prisioneros del pasado, son incapaces de imaginar una nueva universidad.

La suposición de que vamos a regresar al pasado es absurda, ahistórica y no resiliente. Esconde un olvido deliberado para eludir las responsabilidades. Desde cualquier razonamiento lógico e histórico, el retorno al pasado es imposible; en el mismo sentido supone la incapacidad de un balance crítico que nos permita sacar un saldo y aprender. El olvido no representa ninguna superación de la crisis, esto solo se logra aprendiendo la lección.

Necesitamos enfrentar el trauma, comprender lo sucedido, reconocer las experiencias de estudiantes y profesores, y sobre esa base, una vez que hayamos realizado un balance crítico de lo sucedido en la pandemia, cambiar y tratar de evitar que un evento así nos tome desprevenidos. Las autoridades educativas de todos los niveles, desde el federal hasta el institucional, deberán rendir cuentas por sus acciones y sobre todo por sus inacciones, por su falta de visión y por haber subordinado el proyecto educativo a las medidas restrictivas determinadas por la Secretaría de Salud.

El olvido deliberado sobre el pasado reciente es muy poco empático con las víctimas mortales y con los enfermos por la pandemia, muchos de los cuales padecen secuelas y no han terminado su recuperación. Tenemos un deber de memoria en relación con quienes murieron por la COVID, son profesores, trabajadores o estudiantes que nos faltan, que han dejado un vacío entre las comunidades. Todas las víctimas mortales merecen ser recordadas, sus trayectorias académicas forman parte del entramado de experiencias con que todos nos hemos construido en tanto universitarios.

En relación con los universitarios que se contagiaron, no hay ni un balance de los daños ni tenemos idea precisa del alcance de las afectaciones que padecen. ¿Cuántos miles de universitarios padecieron la enfermedad?, ¿Cuáles son sus condiciones de salud?, ¿Cuáles son los efectos y secuelas provocados por la COVID que siguen padeciendo? Tenemos evidencia dada la encuesta realizada por la UANL y la Subsecretaría de educación superior de que millones de jóvenes sufrieron, además de la COVID, de depresión, stress y ansiedad. Los datos muestran que las mujeres fueron las más afectadas.

En ese contexto, el retorno debe ser primero una oportunidad para el reencuentro, para hacer el balance de lo ocurrido, para honrar a quienes fallecieron, para reconocer a quienes todavía no reestablecen su salud. A partir de ello, debemos desarrollar estrategias diferenciadas y ser solidarios con quienes continúan bajo los efectos de la enfermedad.

Sin un balance crítico respecto del pasado reciente es imposible reconocer las afectaciones recibidas durante la pandemia, y sin esta reflexión seremos incapaces de aprender de la experiencia vivida. Un nuevo horizonte progresista para la educación superior sólo es posible si cumplimos con nuestro deber de memoria.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/deber-de-memoria-en-la-educacion-superior/

Comparte este contenido:

España: Sanidad y Educación piden ahora que las ventanas de las aulas estén siempre abiertas

Europa/España/26-02-2021/Autor(a): Covadonga Del Nero/Fuente: www.elcomercio.es

Sugieren que se realice de manera «permanente», frente a la orientación anterior en la que instaba a hacerlo «con frecuencia»

La Consejería de Educación del Principado adaptará su protocolo de ventilación de las aulas a la nueva recomendación de los ministerios de Sanidad y de Educación y FP. Ambos recomiendan ahora que la ventilación natural -la apertura de puertas y ventanas, en los centros educativos, para evitar así la transmisión del coronavirus-, se haga ahora «de forma permanente». Este es uno de los cambios que han introducido ambos ministerios en el documento sobre ‘Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a covid-19 para centros educativos en el curso 2020-2021’, cuya última actualización databa del 17 de septiembre del año pasado.

Por ello, la Consejería no duda en que «habrá que hacer todo lo que las autoridades sanitarias recomienden». Con esta justificación, Educación llevará a cabo la «adaptación del protocolo próximamente». De hecho, el próximo viernes empieza una formación específica para directores en la que ya se informará de las nuevas instrucciones del ministerio. Esta instrucción continuará durante la semana venidera y la llevará a cabo el Instituto Asturiano de Prevención Riesgos Laborales. En ella, se proporcionará información y asesoramiento en la toma de decisiones para la ventilación, entre otras, y está destinada a todos los directores de Infantil, Educación Primaria y la ESO.

El documento de medidas de los ministerios de septiembre recogía que se debía ventilar «con frecuencia» las instalaciones del centro educativo durante, al menos, unos 10-15 minutos al inicio y al final de la jornada, durante el recreo y, siempre que sea posible, entre clases, «manteniéndose las ventanas abiertas todo el tiempo que sea posible y con las medidas de prevención de accidentes necesarias». Y este era el protocolo con el que contaba Asturias hasta la actualidad.

Transmisión por aerosoles

Ahora, las recomendaciones emitidas por Sanidad y Educación explican de manera más detallada cómo tiene que ser la ventilación en los colegios e institutos e introducen algunos cambios, dada «la nueva evidencia sobre la transmisión del SARS-COV-2 por aerosoles», que «hace necesario enfatizar la importancia de la ventilación y reforzar algunas recomendaciones relacionadas».

Así, el documento recoge en esta última actualización que «la ventilación natural es la opción preferente» y se recomienda la ventilación cruzada y si es posible «de forma permanente», con apertura de puertas y ventanas opuestas o al menos en lados diferentes de la sala, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el espacio. «Es más recomendable repartir los puntos de apertura de puertas y ventanas que concentrar la apertura en un solo punto», añade.

Además, «se deberá ventilar con frecuencia las instalaciones del centro, a poder ser de manera permanente, o al menos durante 10-15 minutos al inicio y al final de la jornada, durante el recreo, y siempre que sea posible entre clases, garantizando además una buena ventilación en los pasillos; y con las medidas de prevención de accidentes necesarias». Si bien, el tiempo de ventilación mencionado de 10-15 minutos es orientativo y debe adaptarse a las condiciones y características de cada aula.

Para la presidenta de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), Desireé Fernández, «los centros deben adaptarse a las medidas de Sanidad». Aunque entiende que todos los colegios e institutos «tienen que ventilar todos, dentro de las posibilidades que tienen». Con esto, Desireé Fernández se refiere a que «las condiciones climatológicas y la hora del día son claves para evitar que en las aulas haga frío».

«Sabemos que la ventilación debe existir porque es lo más importante para frenar el virus», explica la presidenta de Concapa. Pero también recuerda que «no es lo mismo un centro en Cangas del Narcea que en Oviedo» y las condiciones climatológicas deben primar a la hora de tomar la decisión de abrir las ventanas. Por ello, está «de acuerdo» con que en el escrito aparezca la expresión «a poder ser». «Que sea una recomendación permite que cada lugar tenga cierto poder de decisión a la hora de ventilar».

Además, Fernández opina que «aunque se coloquen filtros siempre es importante la ventilación natural». «Tiene que hacerse dentro de lo posible».

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/coronavirus-asturias-sanidad-educacion-piden-ahora-ventanas-siempre-abiertas-20210223001302-ntvo.html

Comparte este contenido: