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Covid-ficciones (tres microrrelatos sobre los potenciales del presente)

Por: Amador Fernández-Savater

 

“Necesitamos ficciones para creer en la realidad de lo que vivimos”

  1. El muro

Finalmente decidieron separarse. La ciudad se dividió en dos: los jóvenes al Oeste y los mayores al Este. Un gigantesco Muro electrificado cortaba la ciudad como un limpio hachazo. Los jóvenes nunca asumieron que la pandemia tuviera que ver con ellos. Los mayores, más y más asustados por sí mismos, no supieron encontrar otra salida. Extrañas noticias jamás verificadas de un complot juvenil para contagiarse masivamente en Fiestas de Vida y de Muerte acabaron por decidirles. Al cumplir 14 años los jóvenes eran apartados de sus padres y enviados a la zona Oeste, llamada Ciudad Diamante. A partir de los 25 podían volver a la Zona Este, la Ciudad de Vidrio, como fuerza de trabajo simple o cualificada según los rendimientos tele-escolares. Algunas voces se levantaron al principio hablando de segregación y autoritarismo, pero apenas nadie protestó por aquella medida. Era el comienzo de los Nuevos Tiempos, todo era posible, todo estaba justificado. Los padres y los hijos se encontraban semanalmente en compuertas de cristal a lo largo del Muro. Los expertos estudiaron que la tristeza social por el distanciamiento fue muy intensa durante los tres primeros tres años, pero la vida retomó pronto su normalidad. Y así fue cómo se dividió la ciudad.

 

  1. El desafío

Apareció cuando ya estaba a la vista el tercer confinamiento, mientras la situación social se degradaba al tiempo que se iba aceptando como normal. Aquel mensaje-llamamiento convocaba a los que no tienen nada que perder, a los que lo han perdido ya todo a extender por todas partes el contagio si no se garantiza a todos un salario digno en la cuarentena. Hacer del cuerpo un arma, usar el virus como palanca, un desafío inaudito. La amenaza se ejecutaría la mañana del primer día de confinamiento, individualmente, por grupos, en masa (…) Ya estamos muertos, no tenemos miedo.

El mensaje corrió como la pólvora, entre la incredulidad de todos. ¿Iba en serio? ¿Quién se atrevía a tomar así a la sociedad entera como rehén? La derecha llamaba a encontrar y castigar rápidamente a los responsables. La izquierda decía comprender el fondo del mensaje, pero sin compartir las formas. Los anticapitalistas lo juzgaban “aventurerista” y “equivocado sobre la correlación de fuerzas”. Los teóricos de la renta básica lamentaban que empañaba su propuesta, “que es viable sin recurrir a la violencia”. Pero al otro lado no había nadie, sólo un silencio cada vez más inquietante y muchos rumores: “conozco a una persona que lo va a hacer”, “he visto a unos vecinos organizándose”, “de últimas tienen razón, no queda otra”.

El pánico y la expectación crecían en paralelo, en el clima de un capítulo de Black Mirror. Hasta que llegó la famosa alocución del gobierno, cuyo contenido no se esperaba nadie. Nunca pudo descubrirse quién redactó aquel mensaje-llamamiento, pero todo lo que vino después lo tuvo como origen.

 

  1. La fiesta

En aquel lugar las fiestas habían tenido siempre un componente popular muy fuerte. Así que cuando, en el año I d.C., las autoridades decidieron cancelarlas, el gesto casi automático fue convocar una asamblea para ver qué hacer. Allí se reunieron todas las tribus: las Madres del Puerto, los punkis del Barrio Antiguo, los vecinos del Alto, los fiesteros de la playa de los Ingleses.

Un punki jovencito tomó la palabra y formuló la cuestión: “no podemos hacer las fiestas como siempre, como si no pasara nada, pero tampoco queremos aceptar la cancelación sin más, por miedo. Nuestro deseo es celebrar juntos un año más a nuestra diosa de Agosto”. El desafío pasaba por organizar unas fiestas donde el cuidado fuese un asunto colectivo, teniendo en cuenta las exigencias que imponía la nueva situación. ¿Cómo hacer que la precaución no implicase alejamiento, sino un nuevo juego, un nuevo arte de las distancias?

Toda la gente sabía bien que no se inventa una fiesta desde la nada, por decreto, así que se pusieron a excavar en viejas tradiciones que pudieran servir. Las Madres rescataron aquella curiosa reverencia tan “japonesa” que se practicaba antiguamente en el Puerto como saludo. Los punkis recuperaron esa furiosa danza, cuyo recuerdo fue sepultado después por el pogo, donde cada uno bailaba solo y al mismo tiempo vibraba con los demás. Los vecinos del Alto recobraron aquel lento Ritual de Cortejo tan presente en su primera adolescencia, motivado a medias por la timidez y a medias por la vigilancia de los padres. Los fiesteros aportaron toda su sabiduría en la creación de ambientes.

Desde luego aquellas fiestas no serán recordadas por su eficacia, puntualidad ni armonía, pero todo eso fue compensado por la energía intensa de una implicación sin delegación. Lo que se celebró ese agostó fue la reapropiación de la existencia y la conquista de un nuevo sentido del vínculo social.

Lo que nadie podía prever es que toda esa energía se prolongase a la vuelta de verano y que tantos experimentos surgieran entonces para reinventar radicalmente la educación y la salud, el trabajo y el consumo, como se habían reinventado las fiestas, probando así que, como dicen los clásicos, una sola chispa puede incendiar toda la pradera.

Fuente e imagen: http://lobosuelto.com/covid-ficciones-tres-microrrelatos-sobre-los-potenciales-del-presente-amador-fernandez-savater/

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Burnout, el efecto de la cuarentena

Por: Paulette Delgado

 

Un efecto secundario de la cuarentena es el burnout, un sentimiento de estar agotado que está afectando a docentes, directivos, alumnos y familias.

La escritora, periodista y autora del libro Can’t Even: How Millennials Became the Burnout Generation (el cual saldrá a la venta en septiembre), Anne Helen Petersen, describe el “burnout” como algo más allá de agotamiento físico o psicológico, es el sentimiento de estar exhausto de la vida misma pero a pesar de ese agotamiento, seguir adelante, sin descansar.

Una de las características del burnout (también conocido como “síndrome del trabajador quemado” o “síndrome de desgaste profesional”) es no tener sensación de logro al terminar algo estresante como un examen final o proyecto importante en el trabajo. Es estar constantemente buscando obtener esa sensación de logro sin poder alcanzarla, ya sea por ansiedad, carga de trabajo o distracciones. Josh Cohen, psicoanalista especializado en burnout, lo describe de la siguiente manera: “Te sientes burnout cuando has agotado todos tus recursos internos, pero no puedes liberarte de la compulsión nerviosa de seguir adelante».

Los efectos que suelen acompañar este síndrome son ansiedad, insomnio, conflictos interpersonales, bajo desempeño laboral, menor creatividad, renuncias y enfermedades.

Según Petersen, “parte de la razón por la que las personas trabajan todo el tiempo es que les aterroriza lo que sucedería si no lo hicieran. Y lo que les aterroriza es la precariedad, no tener ningún tipo de respaldo ni ningún tipo de red de seguridad», comentó para la publicación EdSurge.

Aunque se considera el burnout como una condición que afecta principalmente a los Millennials, el síndrome no es nuevo. El burnout fue diagnosticado por primera vez en 1974 por el psicólogo Herbert Freudenberger, quien asignó este síndrome a casos de colapso físico o mental causado por exceso de trabajo o estrés. Aunque su traducción literal es “agotamiento” el burnout va más allá, ya que es sentirse exhausto pero no detenerse, seguir así por más tiempo, años incluso.

Burnout en los docentes: el problema de estar siempre presentes

Ser docente durante una pandemia, con las escuelas cerradas indefinidamente, no es tarea sencilla. No solamente tuvieron que  adaptarse al aprendizaje remoto de emergencia al inicio de la pandemia, sino que con el alargamiento de la cuarentena ahora deben ser flexibles y estar disponibles en línea siempre.

Un ejemplo es el caso de Chrissy Romano Arrabito, maestra de segundo grado en Nueva Jersey, Estados Unidos. Su día comienza por  la mañana, enviando videos de buenos días a todos sus alumnos y acaba la jornada laboral a las diez de la noche, horas que utiliza para contestar llamadas de madres y padres de familia que trabajan durante el día (muchos de ellos son trabajadores esenciales), y hasta esa hora pueden buscarla para resolver sus dudas. Aunque estar disponible durante todo el día es admirable, es necesario que las maestras y maestros puedan tomarse el tiempo para cuidarse a sí mismos.

Lo que sucede es que, al estar en sus casas todo el día por la cuarentena, muchos padres o administrativos tienen la expectativa de que al estar en casa, los docentes no tienen razón para no estar disponibles para ayudar a sus alumnos, madres o directivos.

“La parte más agotadora del trabajo es que siento que estoy poniendo todo este esfuerzo sin saber realmente si vale la pena»

Otro punto importante es que se espera que los docentes se transformen en expertos en educación a distancia de la noche a la mañana debido a la cuarentena. Esta presión también afecta su salud mental. Además, a diferencia de otras profesiones, los docentes muchas veces también actúan como cuidadores, especialmente aquellos que trabajan en niveles preescolar, primaria y secundaria, lo que resulta en agotamiento físico, mental y emocional ya que puede haber alumnos que los preocupen por su situación socioeconómica o familiar y los quieran cuidar.

Debido a la pandemia, ahora los docentes están lejos de sus estudiantes, lo que puede desatar ansiedad al no saber cómo están e  impotencia al no poder ayudarlos. Provocando que los docentes busquen estar siempre disponibles para sus alumnos, contestando correos o llamadas hasta altas horas de la noche, como lo hace Chrissy Romano.

Aunque esa cercanía y esas emociones son importantes para el desempeño académico, estas actitudes, sentimientos y actividades, provocan burnout o estrés crónico, resultando en docentes menos motivados, menos comprometidos y, en el peor de los casos, los puede llevar a abandonar la profesión.

¿Cómo evitar el burnout en la docencia?

El Yale Center for Emotional Intelligence junto con sus colegas del Collaborative for Social Emotional and Academic Learning, conocido como CASEL, detectaron dos posibles factores que ayudan a proteger el bienestar emocional del maestro y evitar que sufran de burnout o ansiedad.

Para empezar, los docentes deben ser más abiertos con sus emociones. Muchas veces reportan mayor satisfacción laboral y menor ansiedad o agotamiento del que realmente tienen, por lo que sus líderes no detectan algún problema ni les brindan el apoyo que necesitan. Aprender a nombrar y expresar sus emociones con precisión, según CASEL, ayuda a comprender sus causas y consecuencias, lo que ayuda a regularlas de manera efectiva.

En segundo lugar, contar con un líder o administrador con habilidades emocionales desarrolladas ayuda a mejorar la relación docente-alumno, facilitando un mayor compromiso con el aprendizaje. Por eso es importante tener un enfoque en la salud mental de los educadores y sus administradores para que estén preparados psicológicamente para el regreso a clases.

Burnout en educación superior: lecciones para los líderes 

La academia y la educación superior son extremadamente propensas a detonar el burnout ya que es una cultura donde se trata la enseñanza e investigación como pasiones que se deben de seguir a cualquier costo.

Debido a la pandemia, profesoras y profesores  perdieron su estructura y tuvieron que adaptarse a las clases en línea, incluso muchos profesores que no habían tenido la experiencia de dar una clase en línea, se vieron frustrados y agotados a la hora de adaptarse a las plataformas online, lo que puede hacerlos más propensos al burnout. Incluso el verano, una época donde los docentes y administrativos aprovechan para desconectarse y descansar, ha sido muy diferente debido a la pandemia. Muchos docentes y administrativos han interrumpido sus vacaciones para atender  juntas y comités para hablar del panorama del siguiente curso escolar, ¿será presencial, híbrido o en línea?, y qué conlleva cada uno de estos panoramas.

Tal fue el caso de una administradora que no quiso compartir su nombre al ser entrevistada en EdSurge, por temor a perjudicar su institución, quien confesó lo agotadora que ha sido esta experiencia. “La parte más agotadora del trabajo es que siento que estoy poniendo todo este esfuerzo sin saber realmente si vale la pena». Ella también mencionó que es importante tomar en cuenta el burnout a la hora de planear el siguiente ciclo escolar ya que esto podría perjudicar a los docentes física y emocionalmente. Además, no abordar el tema puede producir una alta rotación de personal que abandonen la institución por otra que se preocupe más por la salud mental de sus empleados.

Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer en este tema. Ya se está empezando a reconocer la importancia de la salud mental en las instituciones educativas. Según una encuesta del Consejo Americano de Educación, los líderes de las universidades que entrevistaron ponen la salud mental, tanto del personal como los alumnos, como una de las cinco preocupaciones más urgentes durante la pandemia, sólo falta traducirlas a acciones.

Soluciones que los directivos pueden tomar para evitar el burnout

Hacer que el ambiente laboral se sienta más humano

Muchos de los detonantes del síndrome del empleado quemado son sistémicos y complicados de solucionar para cualquier directivo, sin embargo, hablar del tema de manera abierta y poner en claro las expectativas que hay sobre el siguiente año escolar. Esto ayudará a que conozcan qué se espera de ellos y evitar estrés de más. Igualmente, es importante que los líderes compartan sus propias luchas. Compartir sus experiencias ayudará a crear conexiones significativas con el personal y generar confianza.

Simplificar y reducir la carga de trabajo

Los administradores deben priorizar las tareas esenciales y poner en pausa aquellas que no son tan importantes. Es una época de cambios e incertidumbre, es momento de tomar la experiencia de los meses anteriores y evaluar qué merece quedarse y qué no.

Adoptar flexibilidad

Es importante descubrir las necesidades de los docentes para cumplir con su trabajo pero no presionarlos con romper récords; hacerles saber que lo importante es la salud y es salir adelante. Para esto, es crucial reconocer las fortalezas de cada docente y ayudarlos a crear planes de enseñanza personalizados.

Las madres y padres también sufren de burnout

La cuarentena ha hecho que muchas familias se enfrenten a muchos desafíos. Para empezar, no sólo tuvieron que aprender a trabajar desde casa sino que al mismo tiempo convertirse en educadores de sus hijos y acompañarlos en sus clases. Conforme se fue exteniendo la pandemia y se acercaba el final de clases, muchos padres les aterraba pero al mismo tiempo emocionaba la idea de salir de vacaciones ya que significaba alejarse de las clases en línea para poder enfocarse más en su trabajo u otras actividades pero también pensar en cómo mantener a sus hijos ocupados mientras ellos trabajan.

Ahora les toca enfrentar un nuevo desafío: muchas empresas están empezando a pedir a los empleados que regresen a las oficinas. Poco a poco, son más los padres y madres de familia que tienen que volver a la oficina, pero las escuelas siguen cerradas hasta nuevo aviso en muchos países, como es el caso de México.

El segundo volumen de la encuesta Stress in the Time of COVID-19 (“Estrés en tiempos de COVID-19”), realizada por la Asociación Americana de Psicología, reveló que el 69 % de los padres esperaban con ansias el fin del año escolar pero al preguntarles sobre sus planes el 60 % dijeron que “no tienen idea de cómo mantendrán a su hijo ocupado todo el verano». Este tipo de situaciones, sumado a la preocupación de contraer la enfermedad o de perder el trabajo, termina por llevar a madres y padres  al punto de burnout. El primer volumen de la encuesta reveló que un 46 % de los padres con hijos menores de 18 años contestaron que su nivel de estrés es alto, en comparación a sólo un 28 % de los adultos sin hijos que respondieron lo mismo.

Otro factor que los lleva al burnout es la preocupación por la salud mental de sus hijos. Robin G. Nelson, profesora en la Universidad de Santa Clara dijo que al inicio no estaba preocupada por el impacto emocional que la pandemia iba a dejar en su hijo de ocho años, pero ahora, a meses desde que esta inició, confiesa que “es difícil mantenerlo feliz, motivado y bien desde que terminó la escuela porque ya no puede ver a sus amigos y maestros (ni siquiera virtualmente por las vacaciones) de manera regular”.

Un estudio publicado en el journal Clinical Psychological Science, divide el burnout de madres y padres en tres categorías generales: agotamiento, desapego, e ineficacia.

Tres categorías del burnout en las familias

  1. Agotamiento. Se refiere a las familias agotadas por la demanda natural e incesante de la maternidad y paternidad, especialmente durante la pandemia que pone a muchas personas en modo de supervivencia, causando cansancio y estrés, perturbando su sueño y dejándolos más exhaustos. Además, varias veces postergan irse a dormir como un intento desesperado de cansarse y usar el agotamiento como anestesia para dormir. El agotamiento puede provocar sentimientos de culpa o estrés en los padres, lo cual perjudica aún más el sueño.

  2. Desapego. Cuando las madres y padres sufren de burnout, pueden sentir que operan en “piloto automático” por lo que no son capaces de disfrutar de las interacciones cotidianas con sus hijos. Esto resulta en que se sientan alejados de ellos y que piensen que no son buenos padres. Lo peligroso es que puede convertirse en un círculo vicioso.

  3. Ineficacia. Por último, tanto madres como padres pueden sentirse ineficaces. Esto se refiere a escenarios como involucrarse más en la educación de sus hijos al asegurarse que tomen las clases en línea o cualquier situación que se sienta que no hay solución. Sienten que intervenir sólo terminará en fracaso, lo que los deja frustrados y sintiéndose ineficaces e inadecuados.

De estos tres factores, el que puede resultar más peligroso para la salud mental de los hijos es el desapego. Sin embargo, el burnout y estas tres categorías pueden ser tratadas con apoyo profesional, el de sus familias y sus empleadores.

Las escuelas deben prestar atención a no sólo al burnout de los estudiantes, sino también en el del personal académico y administrativo, además de tomar en cuenta que este síndrome también puede afectar a las familias, quienes  también forman parte de la comunidad educativa. Crear grupos de apoyo, no sólo para los alumnos quienes también se han visto afectados por este síndrome sino también para  las familias y los docentes será fundamental en estos tiempos de incertidumbre que estamos viviendo.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/burnout-docencia-familias

 

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Estiman caída presupuestal en educación en América Latina por Covid-19

Por: Telesurtv

De acuerdo a un informe de la Cepal y Unesco, el presupuesto para la educación en la región podría reducirse en un nueve por ciento.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicaron el pasado lunes un estudio donde alertan que, el impacto económico de la Covid-19 puede hacer que en los países latinoamericanos disminuya el presupuesto destinado a la educación.

El documento, titulado “La educación en tiempos de la pandemia de Covid-19”, informa que “la crisis tendrá importantes efectos negativos en los distintos sectores sociales, incluidos particularmente la salud y la educación».

“Dada la contracción prevista del Producto Interno Bruto (PIB) en la región, la cantidad de recursos disponibles para la educación podría disminuir más del nueve por ciento tan solo en 2020”, señala el estudio de la Unesco y la Cepal.

Al mismo tiempo, el informe puntualiza que “es fundamental calcular los costos de los sistemas educativos nacionales y priorizar el gasto, así como garantizar la protección de la educación”.

Por su parte, la Cepal había anunciado el pasado 21 de abril que los países de la región experimentarán este año una recesión del 5,3 por ciento en su PIB, la peor cifra de la historia, ya que es superior al récord negativo en América Latina, el cual data de la crisis económica de 1930.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/america-latina-estiman-caida-presupuestal-educacion-covid-20200825-0038.html

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ONU: Un tercio de los estudiantes no tuvo acceso a la educación online

Por: ONU

Al menos un tercio de los estudiantes menores de edad en todo el mundo no tuvo acceso a la educación en línea durante las cuarentenas decretadas en decenas de países para intentar contener la expansión de la COVID-19, según el último informe de Unicef, que insta a priorizar «la reapertura segura de los colegios».

«Para al menos 463 millones de niños cuyos colegios estuvieron cerrados por la COVID-19 no existió la enseñanza telemática», aseguró la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en un comunicado difundido este jueves.

Fore hizo hincapié en que esta situación pone al mundo ante una «emergencia global» y advierte de que «las repercusiones pueden sentirse en las economías y las sociedades durante las próximas décadas».

Unicef ha calculado el número de niños afectados teniendo en cuenta las herramientas necesarias para la educación en línea y cómo esa tecnología, que va desde el acceso a la radio y la televisión, hasta el uso de internet, está disponible en los distintos países.

En este sentido, el organismo dependiente de la ONU, hace una disección de la situación por regiones donde muestra también las disparidades entre unas zonas del mundo y otras.

Así, recoge que por lo menos un 49 % de los estudiantes en la región del este y del sur de Asia no tuvieron acceso a la educación a distancia.Un porcentaje similar al del oeste y centro de Africa, donde un 48 % de los niños escolarizados no pudieron acceder a dicha tecnología.

Este porcentaje se situó en el 40 % en Oriente Medio y el norte de Africa, en el 38 % en el sur de Asia, el 34 % en el este de Europa y Asia central, en el 20 % en el este de Asia y el Pacifico y fue del 9 % en América Latina y el Caribe.

Pero más allá del panorama que presenta el estudio, Unicef advierte que «la situación es posiblemente mucho peor».

Según apunta el informe, «incluso cuando los niños tienen la tecnología y las herramientas en casa, es posible que no puedan aprender de forma remota a través de esas plataformas debido a factores en el hogar».
Entre estos factores se destaca «la presión para hacer las tareas del hogar, verse obligados a trabajar, un entorno deficiente para el aprendizaje y la falta de apoyo para usar las herramientas en líneas o seguir el plan curricular».

Unicef también pone el foco de atención en que son los escolares de los hogares más pobres y los que viven en zonas rurales, los que tienen «muchas más posibilidades» de no ser capaces de tener acceso a la educación a distancia.

Por todo esto, la organización «urge a los Gobiernos que priorice una reapertura segura de los colegios cuando se empiecen a relajar las restricciones de aislamiento».

En caso de que la situación no permita el regreso físico a las escuelas, Unicef propone que se tenga en cuenta el tiempo de instrucción perdido cuando la reapertura se lleve a cabo.

*https://www.finanzasdigital.com/2020/08/onu-un-tercio-de-los-estudiantes-no-tuvo-acceso-a-la-educacion-online/

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Hergit Llenas: Educación pre-escolar y Covid-19

Por: MiamiDiario CP/Hergit Llenas 
Algunos expertos sugieren que el virus no afecta a los niños pequeños. En consecuencia, la apertura de planteles para los pre-escolares no debería ser un problema.

La participación de los niños en edad pre-escolar ha decaído en más de un 50% desde que empezó la pandemia, según los datos generados por el Instituto Nacional de Investigación sobre Educación Temprana.

A pesar de los esfuerzos de los educadores para conectar con los estudiantes remotamente, pocas familias han podido mantenerse en contacto de manera permanente.

“Esta reducción masiva en el nivel de asistencia de los estudiantes pre-escolares ha afectado todas las familias, sin importar su edad, raza, estrato socio-económico o preparación académica”, dice el reporte. Sin embargo, los más afectados son los hijos de padres que poseen un bajo nivel educativo.

Ahora mismo es incierto el camino a seguir, pero lo que no debe faltar es que los programas pre-escolares gocen de ciertas características básicas. Por ejemplo, es importante que los padres reciban recursos para crear una guía diaria de actividades. Además, se debe contemplar un protocolo de monitoreo, a fin de atrapar a tiempo cualquier retardo en el desarrollo cognoscitivo.

Conseguir esto tiene sus retos, pues “el valor de la educación pre-escolar es difícil de replicar a través de herramientas remotas”, dijeron los autores W. Steven Barnett y Kwanghee Jung, responsables del estudio. Esta dificultad se debe a la falta de interacción social y proyectos de prácticas con las manos. “Eso es algo que tiene que ser minuciosamente considerado a la hora de tomar decisiones, tanto por parte de los padres como por parte de los funcionarios públicos”, aclararon.

Después de haber entrevistado a casi 1.000 familias, los investigadores encontraron que, a pesar de los esfuerzos para proveer apoyo académico y enviar materiales a casa para los niños, solo un poco más de la mitad de los papás dijo haber participado en video-conferencias o adoptado rutinas como leer historias en casa o crear algún tipo de actividad relativa a las ciencias, aunque fuera una vez por semana.

Algunos expertos sugieren que el virus no afecta a los niños pequeños. En consecuencia, la apertura de planteles para los pre-escolares no debería ser un problema.

“Si los números [de casos] son bajos en una comunidad, la realidad es que también serán bajan las posibilidades de infección para los niños”, dijo Gibbie Harris, la directora de Salud Pública para Mecklenburg en Carolina del Norte.

En un webinar reciente de la organización sin fines de lucro CityHealth se comentó que hay muchos programas comunitarios de educación temprana que no abrirán sus puertas. Esto no deja de ser problemático, sobre todo para las familias de escasos recursos, cuyo dominio de las herramientas digitales, así como la falta de experiencia, las hace particularmente vulnerables a la falta de igualdad imperante dentro del sistema público. Dichas desigualdades quedaron vívidamente puestas de manifiesto a raíz de la pandemia del COVID-19.

En teoría, este sería el momento ideal para reducir las disparidades en la distribución de recursos educativos, puesto que los niños negros y latinos son quienes sufren con más severidad las consecuencias de esta injusta distribución, de acuerdo a un análisis hecho por la Universidad de California, Berkeley: analysis of classroom quality across 1,610 pre-K sites in New York City.

En conclusión, y como dijera Leslie McKinily, delegada del Departamento de Educación Temprana de las escuelas públicas en Chicago: a medida que avanzan los planes de los distritos para la educación a distancia y presenciales este año escolar, la meta es que los nuevos estudiantes de kindergarten se enfoquen en las habilidades fundamentales de la alfabetización, con el propósito de apalear los daños causados por la interrupción sufrida en su año pre-escolar. De no ser así, la laguna de conocimiento podría ser fatal para el resto de su vida académica.

*Fuente: https://miamidiario.com/hergit-llenas-educacion-pre-escolar-y-covid-19/

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Perú, San Marcos: qué medidas se tomarán para evitar plagios y suplantaciones [video]

América del Sur/Perú/30-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

Durante el examen virtual de admisión 2020-II.

El viernes 2 y sábado 3 de octubre la Universidad San Marcos desarrollará el examen virtual de admisión 2020-II, dirigido a los 28 mil postulantes que no pudieron rendir la prueba en marzo debido a la suspensión por la emergencia sanitaria del coronavirus.

El anuncio no ha caído bien en un sector de postulantes, quienes por redes sociales han mostrado su rechazo argumentando que muchos no tienen laptop o computadora con cámara web y que no se han dado las garantías para la transparencia de la evaluación.

En diálogo con el programa Andina al Día de Andina Canal Online, Omar Álvarez, jefe de la Oficina Central de Admisión de la universidad, dijo que si bien hay personas que se oponen, existe una gran mayoría (postulantes y padres de familia) que está de acuerdo y ha presionado durante toda la cuarentena para que el examen se concrete. Accede aquí a la entrevista completa vía Facebook.

«Eso nos llevó trabajar en sistemas y protocolos de seguridad. Desde el inicio de la pandemia hemos hecho varios ensayos y evaluaciones con instituciones del Estado. Y en agosto hemos tenido el examen virtual con buenos resultados, pues el 90% de los que se presentaron logró tener buena conectividad y el 56% superó la valla para alcanzar una vacante».

Álvarez informó que se propusieron dos alternativas en el Consejo Universitario del último jueves: el examen presencial y el virtual. El primero, comentó, se descartó no sólo por la incomodidad que representa una mascarilla y el protector facial sino por las restricciones propias de la pandemia, como la prohibición de reuniones sociales. «Si era presencial y se hacía en cuatro grupos de 7 mil postulantes cada uno, no solo irían los 7 mil sino también sus padres y hermanos, como suele ocurrir».

Medidas de seguridad

Ahora que se decidió que el examen de admisión será virtual surgen una serie de interrogantes, principalmente referidas a la posibilidad de que algunos estudiantes hagan trampa, que use la computadora para buscar las respuestas en páginas webs, que alguien ayude a responder las preguntas o que haya suplantación del postulante.

De acuerdo con el jefe de Admisión, en los próximos días la universidad enviará al correo personal de los postulantes manuales y tutoriales para que puedan registrarse. Este registro será biométrico y empezará el 7 de setiembre. 

Se hará igualmente el test de prueba a los equipos de cómputo del postulante y al ancho de banda que usará, a fin de verificar que todo funcione bien en el examen virtual.

Mediante un aplicativo que emplea la inteligencia artificial se verificará si el postulante que está frente a la computadora el día del examen es el mismo que se registró biométricamente.

El aplicativo también detecta -para eso es la cámara web- si hay personas en el entorno o si hay elementos no permitidos (celulares o algún otro equipo móvil). Si la cámara web es tapada intencionalmente, esto también quedará registrado.

Asimismo, mediante videoconferencia, habrá profesores haciendo un monitoreo constante durante toda la prueba. «El docente anotará las incidencias. Por ejemplo, si giro mi cabeza a un costado y muevo la boca para hablar con alguien o si me pongo audífonos, eso será registrado. No se les va a interrumpir, pero se anotarán las incidencias«.

El aplicativo de seguridad irá capturando las imágenes cada minuto y detectará si alguien abre una página web ajena a la evaluación. Pero además se detectará si la computadora tiene alguna conexión periférica, por ejemplo con una pantalla, un cable HDMI o un software remoto.

El sistema, igualmente, es capaz de registrar si alguien hace un copy-page, una captura (screenshot) o si se activan cambios en la ventana del Windows.

«Es un sistema continuo de autentificación online del estudiante. Utiliza un algoritmo de inteligencia artificial que verifica la identidad del usuario y le hace seguimiento durante todo el examen para asegurar la transparencia», remarcó.

De esa manera, dijo el jefe de admisión, se combina la validación de la persona para evitar suplantaciones, la supervisión del docente y la supervisión a cargo del aplicativo que capturará todas las incidencias.

Descalificación automática

Alvarez fue enfático en afirmar que si existiera alguna incidencia de navegación, uso de un control remoto o ayuda externa, el postulante será automáticamente descalificado.

Por esa razón, añadió, los resultados de quienes alcanzaron las vacantes se difundirán 72 horas después del día del examen, tras el análisis del reporte del aplicativo y de los informes de los docentes. Cabe indicar que en este proceso de admisión se ofrecen aproximadamente 3,000 vacantes.

El jefe de Admisión dijo esperar que, al tratarse de un examen de admisión y no un simulacro, se incremente el número de postulantes que rendirán la prueba. En todo caso, reiteró que quienes no desean participar en el examen virtual, no perderán el derecho de inscripción y deberán esperar hasta que las condiciones sanitarias lo permitan y se pueda programar el examen presencial.

(FIN) RRC/RRC

Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-san-marcos-medidas-se-tomaran-para-evitar-plagios-y-suplantaciones-video-811770.aspx

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Fallar a la juventud

Por: lahora.com.ec

Años antes de la pandemia, la economía venía mostrando las grietas causadas por años de abuso, despilfarro y falta de previsión. El desempleo que agobia al Ecuador hoy, y que en mayor proporción golpea a los jóvenes, se debe a problemas estructurales tanto como a la crisis causada por la paralización y el confinamiento del Covid-19.

Hasta 2013, el Estado gozaba de los réditos de años de bonanza petrolera, deuda barata y boyantes mercados internacionales. Junto con el despilfarro, el lleve y la política populista, durante el gobierno de Rafael Correa, que se había convertido en el mayor empleador del país, el sector público ocupaba los servicios del 60% de los jóvenes ecuatorianos.

Sin ocuparse de crear industria y producción nacional, de fortalecer al sector privado, o de impulsar el emprendimiento (con costos y tramitología racionales), cuando a partir de 2014 al régimen populista se le empezó a agotar ‘la gasolina’, fueron los jóvenes los primeros en perder sus empleos.

En la pospandemia, una reforma laboral que incentive la absorción de los jóvenes al mercado, o facilidades tributarias para el empresariado podrían ser soluciones reales en el corto plazo. Y sólo el capital político de un flamante gobierno con un apoyo sólido lograría lo más urgente, pero que nadie ha intentado: restructurar el sistema de pensiones del IESS y saldar la cuenta con la institución.

Sin una reforma profunda, los jóvenes entre 18 y 22 años que hoy tendrían que entrar al mercado laboral se quedarán sin pensiones jubilares. Y, así como van las cosas, IESS también les fallará.

Solo pocos en cada generación entenderán la real envergadura del ser humano, los demás la traicionarán.” Ayn Rand (1905-1982) Filósofa y novelista; Rusia.

Solo aquel que ha sentido el extremo infortunio es capaz de sentir la máxima felicidad.” Alejandro Dumas (1802-1870) Novelista y dramaturgo; Francia.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102325367/fallar-a-la-juventud

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