El liderazgo femenino ha recibido mucha atención durante esta pandemia, y con razón.
Desde el inicio, mandatarias como Jacinta Ardern (Nueva Zelanda), Tsai Ing-wen (Taiwán) y Sheikh Hasina (Bangladesh) fueron elogiadas por anticiparse al tomar medidas contra la covid-19 y frenar la propagación de la enfermedad.
Pero la relación entre el género y los resultados de políticas de salud era en su mayoría anecdótica, hasta ahora.
Un nuevo estudio llevado a cabo en Brasil apunta a que tener una mujer al mando puede salvar más vidas en una pandemia.
Los investigadores encontraron que los pueblos gobernados por mujeres en el país registraron un 43% menos muertes de covid-19 y 30% menos hospitalizaciones que los que estaban gobernados por hombres.
La explicación, dicen, están ligada a la adopción de medida no farmacológicas —como el uso obligatorio de mascarillas y la prohibición de reuniones multitudinarias— que las mujeres tendían más a implementar.
«Nuestros hallazgos ofrecen evidencia causal creíble de que las mujeres líderes tuvieron un mejor desempeño que los hombres en el manejo de un asunto de política global», escriben los investigadores.
«Nuestras conclusiones también destacan el papel que líderes locales pueden jugar en contrarrestar las malas políticas implementadas por líderes populistas a nivel nacional».
Salvando vidas
Los investigadores concentraron su análisis de 5.500 municipalidades brasileñas en 700 pueblos en los que se vio una apretada contienda entre un candidato hombre y una mujer en las elecciones de 2016.
Se consideraron pueblos en los que sólo hubo una vuelta electoral y por lo tanto tamaños poblacionales menores a 200.000.
Con la aplicación de estas reglas, los investigadores querían simular un experimento «aleatorio» lo mejor que se pudiera.
Terminaron con un grupo de pueblos medianos y pequeños en los que la probabilidades de tener un hombre o una mujer como líder eran iguales.
Basándose en estadísticas oficiales, observaron que los pueblos gobernados por mujeres registraron un 43,7% menos de muertes por covid-19 por cada 100.000 habitantes que aquellos cuyos gobiernos estaban encabezados por hombres.
Y vieron que hubo un 30% menos de hospitalizaciones.
Esto coincide con las políticas implementadas por las mujeres dirigentes.
Según la investigación, las alcaldesas adoptaron intervenciones no médicas con mucha más frecuencia que sus homólogos.
Encontró así que las mujeres líderes tenían un 5,5% más de probabilidades de prohibir aglomeraciones, que eran un 8% más propensas a implementar el uso de mascarillas y un 14% más a insistir en pedir pruebas obligatorias para permitir la entrada en sus pueblos.
Los investigadores querían resaltar la importancia de esas opciones estimando cuántas vidas se hubieran salvado si la mitad de todos los pueblos brasileños tuvieran una mujer a la cabeza (en la actualidad, sólo un 13% están gobernados por mujeres).
El país hubiera registrado un 15% menos de muertes, aseguran.
O, puesto de otra manera, estiman que 75.000 brasileños de los 540.000 que murieron por covid-19 seguirían vivos.
«Queríamos mostrar la escala de relevancia de este fenómeno cuando se trata de aplicar políticas públicas», dijo a la BBC Alexsandros Cavgias, de la Universidad de Barcelona y uno de los coautores del estudio.
Contraste de decisiones
Pero ¿qué hizo que las mujeres tomaran, según este estudio, mejores decisiones que los hombres?
Los investigadores consideraron una gama de posibles factores, como la edad y el nivel educativo, pero no encontraron una correlación.
También descubrieron que los resultados no estaban relacionados a ninguna medida tomada antes de la pandemia que hubiera podido incidir, como el incremento del número de camas de hospital o la inversión en la salud pública.
Curiosamente, las líderes mujeres adoptaron medidas restrictivas aún en municipalidades donde el presidente Jair Bolsonaro recibió un mayor apoyo electoral.
Bolsonaro se ha opuesto vehementemente al uso de mascarillas y a cualquier tipo de restricción, yendo a extremos como él mismo ignorar las reglas de distanciamiento social.
«La verdad es que, cuando examinas los datos de afiliación partidista y política, las alcaldesas tendían a ser inclusive un poquito más conservadoras en comparación con sus pares hombres», indica el coautor del estudio Raphael Bruce, del Instituto Insper de Brasil.
Gagete-Miranda, una investigadora de política pública de la Università degli Studi di Milano Bicocca en Italia, que no estuvo involucrada en este estudio, dice que las explicaciones podrían encontrarse en una característica frecuentemente asociada a las mujeres: una mayor aversión al riesgo.
«Ya existen investigaciones que muestran que las mujeres, en general, se adhieren más a las medidas no farmacológicas para combatir la covid-19, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas», le explica a la BBC.
«Si las mujeres en general lo hacen, las alcaldesas también deben hacerlo, y estas últimas tienen el poder político para exigir que la población obedezca», añade Gagete-Miranda.
Poder político
El estudio fue conducido por investigadores de la Universidade de Sao Paulo y la Universidad de Barcelona, así como del Insper. Todavía no ha sido publicado y falta que sea revisado por pares.
Pero sus hallazgos coinciden con el de estudios de otros centros que llegan a las mismas conclusiones.
Un artículo de 2020 publicado en la revista especializada Journal of Applied Psychology encontró que los estados de Estados Unidos gobernados por mujeres también registraron menos muertes que aquellos gobernados por hombres.
E iba más allá y analizaba cómo las mujeres desplegaban más empatía y confianza en sus encuentros con la prensa.
Otro estudio publicado este años por investigadores de las Universidades de Liverpool y Reading, Reino Unido, encontró que los países liderados por mujeres sistemáticamente tenían un mejor desempeño al hacer frente a la covid-19 que los gobernados por hombres.
Los investigadores atribuyeron el resultado a la forma en que esas líderes respondieron a la pandemia: de manera proactiva y coordinada.
Frecuentemente se señala que, a pesar de sus buenos resultados, las mujeres tienen menos espacio político que los hombres y que eso debería afectar la manera en que manejan una crisis.
«Sabemos que la política brasileña todavía está dominada por hombres. Eso significa un mayor reto para una mujer que para un hombre salir electa. Sólo las mujeres más calificadas terminan ganando elecciones o casi ganándolas», apunta Gagete-Miranda.
Bruce (el coautor del estudio) reconoce que esa puede ser una posible explicación.
«Tal vez las alcaldesas terminan tomando mejores decisiones bajo presión porque ya enfrentan más presión y desafíos adicionales en sus carreras políticas», afirma.
«Pero eso no es algo que podamos observar o medir usando datos estadísticos».