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¿Qué es el publish or perish?

Por: Sofía García-Bullé

 

Esta tendencia entre académicos es una de las mayores causas de hartazgo y abandono de la profesión.

 

La principal tarea de un académico es la de generar y transmitir conocimiento. Dependiendo de en qué fase de tu carrera te encuentres y en qué buscas especializarte, en la publicación de investigaciones o estudios, etc. puede ser la piedra angular de tu carrera.

Para los que se dedican a investigar y producir, el mantenerse relevantes a través de nuevas entregas de material con resultados correctos de alto impacto e interés es crucial para encontrar plazas o  mantener las que ya tienen, esta es la base de la tendencia publish or perish.

¿En qué consiste?

Publish or perish, publica o muere en español, se refiere a la constante presión sobre los académicos para realizar y publicar investigaciones o estudios. Especialmente en las universidades donde las tareas investigativas son eje para atraer fondos, y los académicos son empleados y remunerados en proporción a que tantas investigaciones alineadas a los intereses de su institución realicen.

La medida más común para acreditar a un investigador es el número de publicaciones, y cuenta como valor primario al momento de contratar y decidir si un académico podrá establecer o continuar una carrera en la investigación, si se le acomodará en una posición docente o administrativa o si simplemente no se le considerará para la posición.

Este impulso por la producción constante podría estar afectando la calidad de los estudios realizados. Ya han surgido problemas como la crisis de replicabilidad, que compromete la comprobación y validación de miles de experimentos en los rubros de ciencias exactas y sociales.

El costo económico de mantener este ritmo de publicaciones en las esferas gubernamentales y educativas es bastante alto. Sumado a esto, no se puede subestimar un efecto perjudicial que un ambiente de publicación sin paradas puede ocasionar en quienes hacen el trabajo. El hartazgo y abandono de las carreras académicas tiene una correlación sólida con la imposición de la producción constante a riesgo de perder el trabajo. ¿Cómo dimensionamos el costo personal de una tendencia como publish or perish?

¿Cómo afecta a los productores de conocimiento?

El impacto de una mentalidad colectiva de publicar o morir no solamente provoca un burnout crónico en la comunidad académica, también es uno de los principales factores por los que los académicos terminan por cortar su carrera.

Hablando de cómo afecta a la comunidad académica en conjunto, la cultura pervasiva de publish or perish ha orillado a los investigadores a realizar prácticas que comprometen la calidad del trabajo académico.

Entre algunas de estas actividades perjudiciales está el dispersar sus resultados tanto como pueden de manera que produzcan más artículos en vez de solo uno que pudiera ser más completo y cohesivo, o se ven obligados a saltar al proyecto de alguien más para conseguir una coautoría si no tienen un proyecto propio, o caer en un sesgo de confirmación buscando fuentes que favorezcan el proceso a los resultados esperados.

Instancias como las anteriores generan una seria preocupación de índole ética, y vuelven evidente la necesidad de una conversación seria sobre la integridad del trabajo de investigación realizado en estas circunstancias.

Este mindset también ha afectado seriamente a un sector de la comunidad académica sobre todo ahora que tenemos una situación de contingencia prolongada debido a la pandemia: Las mujeres investigadoras.

En artículos anteriores hemos hablado de la carga desproporcionada con respecto a las de cuidado familiar y doméstica que tienen las mujeres profesionales, además del éxodo laboral que ha costado millones de trabajos alrededor del mundo. En una cultura de trabajo en la que si no publicas no existe, las mujeres en la academia están siendo profundamente impactadas por estas tendencias de producción masivas. Las investigaciones y papers realizados por mujeres han desaparecido sistemáticamente desde los inicios de encierro el año pasado.

¿Piensas que es necesario un cambio de mentalidad para mantener a los académicos dentro de la profesión? ¿O para salvaguardar la calidad e identidad del trabajo académico?

¿Cuál ha sido tu experiencia dentro de este esquema de publicación? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/publish-or-perish

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Mundo: La vacuna como arma de reconstrucción masiva, el nuevo poder del siglo XXI

Los planes de recuperación están ligados a contar con inmunidad y quienes tienen dosis pueden utilizarlas o cooperar.

Quien cuenta con vacunas tiene el poder. La pandemia ha dado un giro de 180 grados a la geopolítica. La competición ya no se libra en el terreno de las armas sino en el de la ciencia. Las potencias con laboratorios que han creado el antídoto contra el nuevo coronavirus tienen a su alcance la inmunización de sus ciudadanos, y con ello la reactivación de sus economías. Además, pueden usar las vacunas como una nueva moneda de curso real en la diplomacia global.

Son muy pocos los países que han producido una vacuna propia: China, Rusia, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido. India tiene gran capacidad para producirla y cuenta con una vacuna autóctona, la Covaxin de Bharat Biotech. Su desarrollo es reciente, y todavía no cuenta con validación científica internacional y no tiene el mismo alcance que los fármacos rusos y chinos.

Israel, con la mayor tasa de población vacunada del mundo, se ha dado cuenta de su gran valor y la ha adquirido masivamente para ganar la batalla de la vacunación. Este país habrá vacunado a toda su población a finales de marzo. Sin embargo, ha dejado de lado a la población palestina, aunque dedica dosis a otros países aliados.

Mientras tanto, decenas de países ni la pueden producir ni adquirir. Dependen de la cooperación internacional. A su favor juega que no estaremos salvados hasta que todo el mundo esté a salvo. Así la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Pandemias (CEPI) y la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), han puesto en marcha el programa Covax para acelerar el acceso a «las herramientas contra la Covid-19».

Si hace un año nos hubieran dicho que íbamos a tener varias vacunas en la primavera de 2021, ni los científicos más optimistas lo habrían dado por hecho. Ahora hay más de 300 vacunas candidatas para prevenir el coronavirus en todo el mundo. De estas, cuatro vacunas basadas en el virus inactivado, tres basadas en vectores virales no replicantes, dos basadas en ARN y una basada en subunidades proteicas se están ya aplicando.

El país con mayor número de medicamentos y vacunas en desarrollo es Estados Unidos, que también es el que más financiación dedica a investigación y desarrollo. La vacuna que produce la compañía biotecnológica estadounidense Moderna fue aprobada en diciembre de 2020 en su país de origen.

Rusia y su Sputnik V

Rusia fue el primer país en anunciar que registraba una vacuna, Sputnik V, en agosto de 2020. Es el mismo nombre del primer satélite puesto en órbita por la URSS hace seis décadas.

Sputnik V se anunció con una eficacia del 92%, según las autoridades rusas, pero no había datos expuestos en revistas internacionales. Está desarrollada por el estatal Instituto de Investigación Gamaleya, estatal, y el Ministerio de Salud de la Federación de Rusia. La financiación corre a cargo del Fondo de la Riqueza Soberana de Rusia. Es decir, el presidente ruso, Vladimir Putin, decide a quién entregarla.

En la actualidad la vacuna rusa ha ganado prestigio científico, al lograr la certificación de la revista The Lancet. Moscú acaba de presentar la modalidad monodosis, llamada Sputnik light. Las vacunas rusas han llegado a países aliados de Moscú como Argentina o México. Ahora también son vistas con buenos ojos incluso desde la UE, como quedó claro en la reciente y polémica visita del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

De hecho, Rusia está colocando dosis en países como Hungría, miembro de la Unión Europea, que aún no ha aprobado la vacuna rusa. Está claro el objetivo de dañar la línea de flotación europea por su flanco oriental.

También Serbia ha recibido la Sputnik V. Su presidente, Aleksander Vucic, llegó a decir que hoy por hoy era «más difícil conseguir una vacuna que una cabeza nuclear». A Serbia también están llegado dosis de Sinopharm, de fabricación estatal china. En China otro consorcio que las fabrica es Sinovac.

Rusia está actuando hábilmente en América Latina, una de las regiones donde ni se han creado ni se producen vacunas. Países como Argentina y México han recibido dosis de Sputnik V al tiempo que multiplicaban sus parabienes hacia Putin.

La UE, vacunación y cooperación

La primera vacuna contra el coronavirus autorizada en la Unión Europea fue la desarrollada por una empresa alemana, BioNTech, obra de una pareja de inmigrantes turcos, y el gigante estadounidense Pfizer. Otra con sello europeo es la de la británica Oxford y la sueca AstraZeneca.

Como explica Virginia Rodríguez, responsable de Incidencia de ISGlobal, «la Unión Europea ha tenido un doble posicionamiento: contribuye a los esfuerzos globales para que puedan acceder otros países y a la vez hay una estrategia europea de vacunación que permite a la Comisión Europea adquirir dosis. España está alineada con esta estrategia de la UE».

En el caso de la UE no está claro qué se hará con el excedente de dosis: si cada país puede disponer de las sobrantes o se actuará de forma conjunta. Lo que hacen Rusia y China, es decir, utilizar la vacuna como una divisa que puede permitirles ampliar su área de influencia, difícilmente se entendería en el caso europeo. ¿Puede España utilizar dosis sobrantes para mejorar sus relaciones con Marruecos y lograr una mayor cooperación sobre la cuestión migratoria? ¿Se entendería si lo hace la UE?

«Hemos pasado de la diplomacia de las mascarillas a la geopolítica de la vacuna. Es el elemento que tiene mayor incidencia sobre las dinámicas de cooperación y conflicto a nivel internacional. La pandemia ha sido un elemento tan central con una capacidad de condicionarlo todo, así que cualquier cosa vinculada con ella tiene un peso brutal. Cualquier plan de recuperación económica está sujeto a que las vacunas funcionen», afirma Eduard Soler i Lecha, investigador senior de CIDOB y coordinador de geopolítica global y de seguridad.

El que tiene la tecnología tiene estatus y prestigio. Estar o no entre los que tienen la vacuna condiciona tu papel dentro del orden postpandémico»

EDUARDO SOLER, CIDOB

«Como ha pasado siempre, cuando algo depende de una tecnología, hay una competición por tener esa tecnología. El que la tiene tiene estatus y prestigio. Son muy pocos los países que han podido producir una vacuna propia. En otros se produce una vacuna pensada en otros lugares. Estar o no condiciona el papel dentro del orden pospandémico. Se juzga en función de la vacuna tu capacidad tecnológica», añade Eduard Soler.

Los países que hoy están sentados en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto son cinco: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia. Son potencias nucleares. De ellos, Francia no tiene vacuna propia. La grandeur se empequeñece. Sin embargo, sí la tiene Alemania, y la India la produce masivamente. Curiosamente dos países que aspiraban a hacerse un hueco en el club de las superpotencias.

La expansión china, ruta de la seda y de la dosis

China intenta combinar la vacunación de su población con el uso del antídoto como arma diplomática. La exportación de los productos de Sinopharm y Sinovac ha llegado a países de Asia, África y América Latina. Bolivia, Guinea Ecuatorial, Zimbabue, Irak, Pakistán, Camboya y Laos figuran entre los destinos de aviones cargados de las preciadas dosis del fármaco.

Pekín defiende que concibe la vacuna como «un bien público global», pero son muchos los que ven que trata de ampliar su área de influencia y de conseguir oportunidades de negocios. Es soft power a la pequinesa y los chinos son maestros en este arte.

China aspira a superar un 6% de crecimiento en 2021, según el plan expuesto el primer ministro, Li Keqiang, en la Asamblea Popular Nacional, que se está reuniendo esos días en la capital china. Es el único país que terminó 2020 de vuelta al crecimiento. Es el primero donde se manifestaron casos del nuevo coronavirus, concretamente en Wuhan.

Sin embargo, solo están vacunados unos 52 millones de chinos, menos del 4% de la población. El objetivo es llegar a los 1.400 millones de vacunados a finales de julio, es decir, el 40% de la población, según un informe de Reuters.

«Desde el principio, China trata de lograr a la vez abastecer a su población y utilizar la diplomacia de las vacunas», decía Yanzhong Huang, investigador sobre salud global en el Council on Foreign Relations, según cita el South China Morning Post. Sin embargo, sus tasas de vacunación están por debajo de las registradas en Estados Unidos o Reino Unido.

Contraataque de EEUU y aliados en Asia

Estados Unidos se ha tomado en serio esta ofensiva de las vacunas china. La primera potencia global es también el número uno en casos de Covid-19 y de muertos. Más de medio millón de personas han muerto en Estados Unidos por el nuevo coronavirus. Pero también es el país que más recursos dedica a combatirlo.

Desde que Joe Biden ha llegado al poder se ha acelerado el ritmo de vacunación: dos millones al día. Un 24% de la población está ya inmunizada. El presidente demócrata se ha propuesto como objetivo número uno la lucha contra el coronavirus y sus devastadores efectos en la economía. El reto es que en el primer semestre de este año se haya inoculado la dosis necesaria todo adulto que lo desee.

A su vez, Estados Unidos está trabajando para contrarrestar la expansión china gracias a sus vacunas. Junto a Japón, India y Australia está desarrollando un plan para distribuir vacunas en diversos países de Asia.

Impulsa esta idea a través de Quad, una iniciativa de seguridad y diplomática que para Pekín es una especie de OTAN asiática. «La Administración Biden va a convertir Quad en el corazón de su política en Asia», según una fuente cercana a la iniciativa, en declaraciones al Financial Times.

India, que es también productora, ha recurrido a la misma estrategia que su competidor regional, China. Exporta vacunas aunque gran parte de su enorme población no está inmunizada. India intenta ganar puntos con Nepal dosis a dosis. Sri Lanka, escenario de la puja entre Pekín y Nueva Delhi, recibe vacunas de los dos.

En India está el Instituto Serum, el mayor fabricante del planeta. Es capaz de producir 2,5 millones de dosis de AstraZeneca al día. Ha suministrado, además de Nepal y Sri Lanka, a Bangladesh, Birmania, Seychellles, Maldivas y Afganistán. «Actuar en el este, actuar rápido», es el lema del ministro de Exteriores, S Jaishahnkar.

El Instituto Serum ha contribuido con 200 millones de dosis al programa Covax. China ha ofrecido recientemente 10 millones. India no quiere perder el tren frente a China.

Un mundo multipolar que necesita cooperar

«Esta geopolítica de la vacuna nos confirma la existencia de un mundo multipolar. Son polos de producción científica que generan esferas de influencia sanitaria con grados distintos de la relación de lo que implica como potencia (empresas privadas o estatales), pero no habrían llegado a poderlo ser si no hubiera habido una cooperación científica a nivel global. Sin el salto de esfuerzo colectivo a nivel global en el arranque esto no habría sido posible», explica el investigador Eduard Soler.

China fue la primera en darse cuenta de la necesidad de cooperar globalmente para lograr el necesario avance a velocidad de crucero. Compartió los primeros datos para identificar el nuevo coronavirus y permitir a los científicos y las empresas de biotecnología acelerar el ritmo para investigar las vacunas.

En la primera fase la ciencia ha cumplido. El siguiente reto a nivel global es poner la vacuna al servicio de todo el mundo»

VIRGINIA RODRÍGUEZ, ISGLOBAL

«En la primera fase hemos de decir que la ciencia ha cumplido. Hay vacunas ya, un proceso que normalmente lleva décadas: el siguiente reto a nivel global es poner la vacuna al servicio de todo el mundo. Es la única forma de acabar con la pandemia. Sin un alcance global no se podrá terminar con las medidas de restricción», afirma Virginia Rodríguez, de IS Global.

«En la distribución equitativa se enmarca la iniciativa Covax. Es un mecanismo para facilitar que accedan a las vacunas los 92 países con menos recursos», añade Virginia Rodríguez. El primer país en beneficiarse de este programa fue Ghana, que recibió 600.000 dosis el 1 de marzo. Para predicar con el ejemplo fue su presidente, Nana Akufo-Addo, quien primero se administró una vacuna de Oxford y AstraZeneca, fabricada en la India.

Hasta mayo de 2021 está previsto que se repartan 237 millones de dosis de AstraZeneca y Oxford. Se calcula que hacia 2023 esté vacunado el 20% de la población, el mínimo para acabar con la fase aguda de la pandemia.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunciaba recientemente cómo el 75% de las inmunizaciones aplicadas hasta el momento se han concentrado en diez naciones.

«Estamos en un mundo distinto y Covax lo refleja. Cuando Covax envía vacunas a Ghana, no hay condicionalidad. En las campañas de acción geopolítica con la vacuna por parte de China o Rusia o Israel, por acopio de vacunas, no es lógica de altruismo y defensa del multilateralismo. Es lógica de estatus o ampliación de esferas de influencia», remarca Eduard Soler.

Mientras las potencias globales o regionales recurren a la vacuna como un instrumento para ganar influencia y futuros negocios, surge esta iniciativa que es un reflejo de la geopolítica de cooperación, que surge por la globalidad de la amenaza.

La pandemia del nuevo coronavirus no será la última. La crisis climática y la pérdida de biodiversidad nos indica que estamos expuestos a este riesgo. Hemos visto cuál es la respuesta: la ciencia. Cuantos más recursos se dediquen a ciencia e investigación, mayor será la capacidad que tengamos para hacer frente a estas nuevas amenazas.

Fuente: https://www.elindependiente.com/internacional/2021/03/07/la-vacuna-como-arma-de-reconstruccion-masiva-el-nuevo-poder-del-siglo-xxi/

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El ritual escolar: Mitología

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La pandemia de COVID-19 ha evidenciado que la escuela es, antes que un lugar de aprendizaje, una comunidad que por el hecho mismo de existir brinda contención y da peso y sentido a la vida, más aún en condiciones de catástrofe.

Ludwig Wittgenstein, considerado por muchos como el filósofo más importante del siglo XX, escribió: “Toda una mitología está contenida en nuestro lenguaje”. Según él, junto con el idioma materno recibimos de formas insospechadas una cultura entera.  Así como los genes nos heredan su carga biológica, el lenguaje (cuya estructura es quizás más compleja que la de aquellos) nos transmite toda una forma de ver el mundo.

En este mismo espacio he hablado antes de ciertas características de la comunidad escolar que se expanden entre todos sus miembros de esa manera insospechada, inconsciente, en que lo hace el lenguaje, creando lo que el filósofo surcoreando Byung-Chul Han llama “una comunidad sin comunicación”, es decir, un grupo humano unido sin necesidad de que entre sus miembros se transmita mensaje alguno (el concepto es raro, pero Han lo menciona para contrastarlo con la sociedad actual, que a través de las redes sociales entabla lo que él describe como “una comunicación sin comunidad”).

La pandemia de COVID-19 ha evidenciado que la escuela es, antes que un lugar de aprendizaje, una comunidad que por el hecho mismo de existir brinda contención y da peso y sentido a la vida, más aún en condiciones de catástrofe. Es por eso que he llamado ritual educativo a algo que desde tiempos inmemoriales caracteriza a la escuela, ritual que hoy se lleva a cabo fuera del colegio, es decir, en aulas a distancia, disgregadas o virtuales (véase El ritual educativo en tiempos de pandemia).

Son varios los componentes de ese ritual ancestral; uno es la comprensión de que todo aprendizaje contiene algo de descanso y diversión (la palabra escuela proviene del griego schola, que significa ocio: véase El ritual escolar: el aprendizaje como juego). Otro es la aceptación inmediata de que la escuela no es un juego solitario, de que en él participan muchas otras personas además de mí. Al imaginar a un alumno en un primer día de escuela a muchos nos da por pensar en alguien intimidado que no sabe si podrá adaptarse al medio: una niña o niño retraído que ha abandonado los brazos de su madre y que tiene ganas de volver ahí. En medio de la multitud, quisiera que todo esto fuera un mal sueño.

De alguna manera también sabe que pertenece a este nuevo mundo. Una vez más el origen de las palabras puede ayudarnos a comprender lo que le pasa al pequeño. Pertenecer (del latín pertinere, que significa “ser de algo o alguien”) tiene connotaciones de propiedad, y en efecto, una de las cosas que a casi todos nos atemorizan de manera irracional en el primer día de escuela (haga memoria, si no, el lector) es que esa nueva comunidad tan atractiva como amenazante se apropie de nosotros, nos absorba.

Nos devore. De inmediato me viene a la cabeza el mito del Laberinto de Creta y el grupo de jóvenes que cada determinado tiempo debía ir ahí para servir de alimento al Minotauro, ser con cuerpo humano y cabeza de bestia. ¿No se parece eso mucho a la escuela, no nos sentimos en ella de pronto como si nuestros padres nos hubieran abandonado ahí, como ofrenda para la sociedad inhumana, o mejor dicho, semihumana?

La sociedad es una devoradora de niños (los pasillos de aquel Laberinto de Creta seguro estaban llenos de los huesos de los pobres chavos sacrificados). Nuestro pequeño, que ocupaba un lugar protegido en su hogar, es ahora sometido a este entorno que amenaza con comérselo. Es entonces que una maestra se le acerca para consolarlo, hacerle una pregunta o llevarlo de la mano hasta su grupo, y poco a poco, desde el fondo de sí, surge el gran héroe que derrotó al Minotauro: Teseo.

Teseo era hijo de un rey, y con su valentía y fuerza pudo degollar al monstruo y volver a casa. Lo ayudaron el ingenio de Dédalo (inventor al que se le ocurrió amarrar un cordel a la entrada del laberinto), y sobre todo el amor de Ariadna, preocupada por su vida.

A final de cuentas, la comunidad escolar no nos devora. Por el contrario, con aquel mismo espíritu de pertenencia (o de impertinente pertenencia), se encarga de imponer sobre el niño la mitología apropiada para que subsista. Muchas víctimas y victimarios, heroínas y héroes, se reunirán desde ese primer día de clases enfrentándose entre sí, rindiéndose de amor ante algunos, entablando amistad con otros, convirtiéndose en líderes o seguidores, y recorriendo el laberinto para matar al monstruo. Los caminos son muchos: fuerza, ingenio, seducción… seducción mediante la belleza pero también mediante el poder, el dinero, la inteligencia, el humor, la sumisión, la complicidad, la palabra… Ataque y defensa mediante la subversión, la temeridad, el cinismo, el robo, el comercio, la poesía.

¿Supremacía del más fuerte? No sólo eso. También cooperación, o más bien, casi siempre esa combinación de supremacía y cooperación a la que llega a darse el nombre de…

(Antes de decir el nombre, quiero abrir un paréntesis y explicar que concluiré este artículo particularizando en una de las muchas formas de interacción que se dan en la escuela, una que ha adquirido gran relevancia y que considero debe tratarse con cuidado)

… el nombre de bullying.

Sobre la imagen del bully (que en inglés significa, entre otras cosas, matón o peleonero) hemos dejado caer toda nuestra rabia. Y en buena medida estamos en lo correcto. Algunos glosarios definen al bullying como una conducta que quiere dañar al otro. Y sin embargo (y esto es lo delicado del asunto) creo que estamos obligados a marcar una línea divisoria entre un ritual destructor extraescolar, en el que una persona daña irreversiblemente a otra o parte de otra, y el ritual escolar, que opera movilizando las habilidades de los miembros, incluyendo por supuesto la agresión, la defensa, el ingenio y la autoestima (bully también significa espadachín).

El trabajo educativo sobre este segundo tipo de bullying no está en la igualación de las capacidades de los niños ni en el emparejamiento de sus recursos, sino en permitir que los contrincantes (ambos vulnerables de diferentes formas) se enfrenten y confronten sus diferencias, mientras los maestros permanecen alerta para confirmar que las habilidades sociales de los dos se estén poniendo realmente en juego. Habrá quizás un momento en que deban intervenir para poner a ambos a salvo de un mal manejo de sus recursos, pero también deberán permitir que después vuelvan a reunirse (esto último dentro de ciertos límites, para evitar que ocurra el menor daño irreversible, tanto mental como psicológico).

La escuela es el segundo hogar y la primera sociedad. En la escuela uno aprende a conquistar un terreno propio gracias a innumerables recursos que van desde la imposición de la propia presencia hasta la invisibilidad conseguida, como en los cuentos, por un extraño manto. Si desafortunadamente esa conquista no ocurre (porque el medio se excede o porque nuestras herramientas no son suficientes), nos costará mucho más trabajo participar en los rituales de la segunda sociedad que nos espera afuera. De ahí la vital trascendencia de ese laberinto de ensayo, preparatorio y más o menos teatral, llamado escuela.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-mitologia-parte3

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Educación para abrir oportunidades

Por: Roberto Patiño

Hace más de tres años, Alimenta la Solidaridad amplió su horizonte de trabajo en las comunidades donde hacen vida sus comedores y emprendimos un esfuerzo para apoyar el proceso educativo formal de los niños que a ellos asisten.

Lo que comenzó siendo un programa de apoyo educativo, desde experiencias lúdicas de aprendizaje, tuvo que evolucionar –dadas las deficiencias educativas que percibimos en los niños y jóvenes– hacia un proyecto de formación más amplio, dirigido a los padres, con el fin de apuntalar y llenar los vacíos pedagógicos que dejaban, como una estela de inequidades, las ruinas de la educación formal en nuestro país.

En Venezuela, mucho antes de la pandemia, estábamos frente a los restos de un sistema educativo caracterizado por el abandono de las instalaciones educativas, la falta de profesionales capacitados (quienes cambiaron de oficio o huyeron a otras geografías de mayor esperanza) y la persistencia de contenidos desactualizados y estrategias pedagógicas con escasa incidencia sobre los niños y jóvenes.

En la actualidad bajo los rigores de la pandemia, el colapso de los servicios públicos y de la crisis económica, la situación es mucho más compleja, lo que nos convoca a sumarnos en el esfuerzo de pensar y actuar desde estrategias educativas que eviten que las nuevas generaciones de venezolanos pierdan el camino de oportunidades que ofrece la educación.

En Alimenta la Solidaridad seguimos apoyando el trabajo que llevan adelante las llamadas “madres educadoras”, un grupo de más de 105  líderes comunitarias, formadas con herramientas pedagógicas y contenidos educativos que hacen un esfuerzo por garantizar un espacio seguro de aprendizaje para educar con amor, alegría y lograr una Venezuela solidaria, productiva y democrática. Es un aporte real, en medio de la crisis, que aspira reconstruir los hilos de una sociedad educadora que brinde oportunidades para todos.

El esfuerzo de estos padres no puede sustituir la responsabilidad que tiene el Estado sobre la situación educativa en el país, ningún programa, ningún esfuerzo organizativo de base, por más democrático e inclusivo que sea, puede ocupar el lugar de la educación formal en Venezuela.

Es el momento en el cual el régimen debe asumir los fracasos en la gestión educativa, tiene que divulgar los verdaderos datos de cobertura y calidad en la enseñanza, debe reconocer el fracaso de la educación a distancia que intentaron hacer durante la pandemia, tiene que corregir el error que representa el haber acabado con el sistema de méritos académicos para aprobar cada curso. En definitiva, le corresponde hacer un franco reconocimiento de la crisis en este sector y tender puentes con todos los sectores que puedan prestar apoyo ante la emergencia educativa que vive Venezuela.

La educación, insistimos, es el único camino de oportunidades para los venezolanos y, desde estas líneas queremos agradecer a todos quienes persisten en este esfuerzo.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/educacion-para-abrir-oportunidades/

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Uruguay único país de América en vacunar en primera fase a los docentes

América del Sur/Uruguay/02-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy

Uruguay se encuentra dentro del reducido grupo de 17 países que priorizó a los docentes en su campaña de vacunación.

En el marco de una cumbre mundial de la UNESCO se dio a conocer un estudio sobre la vacunación en el ámbito de la educación. En dicho estudio Uruguay queda posicionado como uno de los pocos que puso a los docentes entre los primeros grupos de personas que debían vacunarse.

El estudio realizado por la Unesco y el Grupo Internacional de Trabajo sobre Docentes para la Educación 2030, muestra que solo 17 países, de 149 que integran el organismo, dieron prioridad a los docentes en la primera fase de vacunación. Unos 20 países incluyen a los docentes como grupo prioritario para la segunda fase de vacunación. Por otro lado, 56 países no dan prioridad a los docentes en los planes nacionales de vacunación.

Uruguay es el único país de toda América en vacunar a los docentes en la primera fase de la campaña. En un mapa podemos ver cómo en América Latina siguen a Uruguay en nivel de prioridad Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, Ecuador y Colombia. Estos inmunizaron a los docentes en la fase tres de su campaña de vacunación.

“Cerca de la mitad de los estudiantes del mundo siguen afectados por el cierre parcial o total de las escuelas. Más de 100 millones de niños adicionales quedarán por debajo del nivel mínimo de dominio de la lectura como consecuencia de la pandemia”, expresó la UNESCO en un comunicado.

En este sentido, desde el organismo entienden que la protección de los docentes “es esencial” para que “las escuelas vuelvan a abrir sus puertas en condiciones de seguridad”.

Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, según recoge el comunicado, explica que: “El primero de nuestros principios es que la escuela es insustituible, como ha demostrado la pandemia. El segundo es que, más que nunca, necesitamos sistemas escolares resistentes e innovadores para hacer frente a las crisis presentes y futuras. El tercero es que ninguna pantalla puede sustituir a un profesor”.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/uruguay-unico-pais-de-america-en-vacunar-en-primera-fase-a-los-docentes-id820411/

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Brasil: Conduta antissindical e risco à vida de trabalhadores: SINASEFE repudia ações da reitoria do CPII

América do Sul/Brasil/02-04-2021/Autor e Fonte: sinasefe.org.br

Diante do avanço da pandemia de COVID-19, os servidores do Colégio Pedro II (CPII) em assembleia, no dia 23/02/2021, decidiram orientar os servidores a não participarem presencialmente na entrega  dos livros didáticos nos campi – determinada pela reitoria. Além de colocar em risco os servidores, o deslocamento de estudantes e seu agrupamento no espaço da escola, com alta possibilidade de aglomeração, poderia trazer perigo para os próprios estudantes e para suas famílias, no retorno às suas residências.

Em resposta a decisão dos servidores, a reitoria do CPII expediu o Ofício 032/21 responsabilizando o Sindicato dos Servidores do CPII (Sindscope) por “tentativa de boicote e prejuízos insanáveis ao processo de ensino” e encaminhando a decisão da assembleia dos servidores à Advocacia Geral da União (AGU) para proceder a judicialização das responsabilidades.

Diante disso, a Direção Nacional do SINASEFE se solidariza com os servidores do Colégio Pedro II e sua entidade sindical, Sindscope, repudiando a ação intimidatória da Reitoria que ataca a autonomia sindical e o direito dos servidores de divergir de uma decisão que coloca em risco a vida de servidores, estudantes e suas famílias.

Direção Nacional do SINASEFE

Baixe a moção acima (formato PDF, 1 página)

Fonte e Imagem: https://sinasefe.org.br/site/conduta-antissindical-e-risco-a-vida-de-trabalhadores-sinasefe-repudia-acoes-da-reitoria-do-cpii/

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La nueva Crisis Educativa en México

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

México en una nueva “crisis educativa”

La declaratoria, tácita, de que hoy México se encuentra empantanado en una nueva “crisis educativa”, junto con las crisis sanitaria y económica, tiene su primera referencia oficial en la encuesta recientemente publicada por el INEGI (2021), sobre los efectos o el impacto de la pandemia en la educación (1).

Llama la atención que esta declaratoria no provenga, lamentablemente, de las instituciones nacionales responsables de la conducción de las políticas nacionales en la materia: la SEP y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), esta última creada en el marco de la reforma constitucional de 2019. Todo lo contrario, pues la SEP de Esteban Moctezuma se condujo siempre con cuentas alegres.

Aunque ya había advertido en algunos de mis textos, a finales de 2020 y durante lo que va de 2021, sobre la configuración de una crisis educativa en nuestro país, considero oportuno entrar a la caracterización de esa “crisis educativa” ¿Cómo surge? ¿Quiénes son responsables de su estallamiento? ¿Cuánto durará? ¿Cómo se podrían evaluar sus etapas de inicio, desarrollo o auge y decadencia? ¿De qué manera superarla?

Ciertamente, en toda crisis hay contradicciones, situaciones de emergencia, cambios radicales en contra, confrontaciones de ideas, ambigüedad y carencias de diferentes calibres, trátese del ámbito de la salud, de la política, la economía o la educación, entre otros sectores claves de la vida pública y social de una nación.

Pero cuando hablamos o nos referimos a una crisis, preferentemente nos encontramos ante el umbral de un proceso de agotamiento de un modelo, un paradigma o un núcleo discursivo para generar alternativas o nuevos derroteros.

Como dirían los clásicos (Bertolt Brecht entre ellos) una crisis es como una transición entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer.

Según los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto Covid 19 en la Educación, (Ecovid-Ed 2020), de la población y porcentaje de población de 3 a 29 años de edad inscrita en el ciclo escolar 2019–2020 (antes de la pandemia), para grupos de edad, destaca el 3.6 por ciento que representan las y los estudiantes de 3 años de edad matriculados en el sistema educativo mexicano. Ese porcentaje se registra sobre el total de estudiantes inscritos durante el ciclo 2019-2020, de 3 a 29 años de edad, es decir, de 33.6 millones de personas inscritas.

Sobre ese mismo universo, el bloque de estudiantes entre los 4 y los 5 años de edad, representa el 64.4%, que se encontraban inscritos en el sistema. En pocas palabras, estos datos revelan el incumplimiento, establecido en la ley, de la universalidad de la educación preescolar en México.

Situación similar, de incumplimiento, se registra en la población de estudiantes inscritos, antes de la pandemia, entre los 16 a 18 años (75.5% matriculados o afiliados en educación media superior) y en el grupo de edad de 19 a 24 años (38.4% matriculados en educación superior, aunque ésta no es obligatoria), del universo de estudiantes entre los 3 a los 29 años de edad. En estos grupos, sin embargo, hay un ligero avance en cobertura, si lo comparamos con los datos registrados durante el ciclo escolar 2009-2010.

Estadísticas de estudiantes que tienen dispositivos electrónicos

Acerca del porcentaje de la población de 3 a 29 años inscritos en el ciclo escolar 2019–2020, según los principales aparatos o dispositivos electrónicos usados para sus actividades escolares o clases a distancia, INEGI encontró que 67.5% de los estudiantes usa teléfono inteligente; 18.2% computadora portátil (laptop); 7.2% computadora de escritorio o PC; 5.3% TV digital y 3.6% tablet. Datos que, en gran medida, dan cuenta de la inequidad y la precariedad en el acceso al equipamiento y la conectividad utilizados cotidianamente por la población estudiantil en México.

Con respecto al uso de dichos equipos por nivel de escolaridad, cabe destacar que el 72% de estudiantes de Primaria y el 71% de estudiantes de Secundaria, utilizan el teléfono inteligente para conectarse a clases o a asesorías mediadas por las nuevas tecnologías.

Del total de los 2.3 millones de no inscritos por COVID-19 en el actual ciclo escolar 2020-2021: 615 mil personas mencionaron que eso se debió porque las clases son poco funcionales; 584 mil porque alguno de los padres se quedaron sin empleo, y 581 mil por carecer de computadora u otros dispositivos.

Tanto en los análisis cualitativos como cuantitativos, una cosa son los datos y otra, diferente, es la interpretación que se hace de los mismos. De hecho, y no es cosa menor, en el reporte de los resultados de la encuesta, el INEGI no menciona la palabra “crisis”.

Al respecto, tiene razón Pedro Flores Crespo cuando afirma que la crisis educativa tiene rasgos específicos y se torna en un reto social: “…más allá del número o de las proporciones está el razonamiento humano… Si ya había evidencia —gracias a la investigación educativa— de que la vida escolar podía aburrir por ser poco pertinente para los sujetos, imagínense estar todo el tiempo en casa y sentados frente a una pantalla. La mala pedagogía también genera exclusión y para esto no sirve ni el dinero repartido en becas ni el otorgado a las empresas de medios.” (2)

738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado

“Tristemente, un poco más de 738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado y de éstos, 435 mil (59%) declararon un motivo relacionado con Covid. Según INEGI, 29 por ciento de éstos perdió contacto con sus maestros o no pudo hacer las tareas. ¿Quién asumirá la responsabilidad de esto? ¿Debe el Estado asumir la acreditación de todos los excluidos del Sistema Educativo Nacional?”, señaló Flores Crespo en una columna publicada esta semana.

Acerca de lo anterior, INEGI reportó que: “Adicional a los 435 mil alumnas y alumnos que no concluyeron el ciclo escolar pasado por COVID-19: 66 mil no concluyó por falta de recursos y 49 mil no concluyó porque tenía que trabajar.”

Esos datos, proporcionados por un organismo público, autónomo, (el INEGI), ofrecen un panorama general sobre las dificultades que ha enfrentado el sistema educativo mexicano ante la crisis de salubridad (generada por la pandemia de la Covid durante el año 2020-2021), misma que se relaciona, a su vez, con las dificultades económicas (sobre todo la pérdida de empleos y el cierre de miles de negocios medianos y pequeños).

Es necesario señalar, así mismo, que el sistema educativo no es un concepto abstracto, sino que está compuesto de personas que se organizan en instituciones, en las cuales y sobre las cuales se construyen y establecen marcos legislativos, reglas, procedimientos, infraestructuras, financiamientos y programas, etc. En ese contexto, las autoridades federales y estatales (Poderes Ejecutivos) son las responsables de la adecuada conducción del sistema educativo del país.

Por ello, la crisis educativa que vivimos en este 2021 y años próximos, al analizar sus causas y efectos, tiene que ver, con las decisiones que toman las y los funcionarios públicos del más alto nivel de este sector.

Y aunque es de tal modo complejo el “sistema” educativo (como lo son otros sectores de la vida pública nacional), los gobernantes habrán de trabajar para producir los equilibrios, las concertaciones y los consensos necesarios o suficientes con los diferentes actores involucrados, esto con el propósito de cumplir con lo establecido en el programa rector nacional (en este caso, el Programa Sectorial de Educación 2018-2024).

Como se puede observar, tales equilibrios, concertaciones y consensos, en la práctica y en la marcha adecuada de las instituciones educativas en México, cuelga de un alfiler. Por el momento, los datos oficiales así lo demuestran. La crisis educativa en México es un hecho, no un pronóstico.

Las preguntas están sobre la mesa: ¿Cuánto durará esta nueva crisis? ¿Cómo y quién evaluará sus etapas de inicio, auge y decadencia? ¿Cuáles serán sus efectos a mediano y largo plazos en las nuevas generaciones de niñas, niños, jóvenes y adultos? ¿De qué manera, como nación, podremos confrontarla? ¿Con qué capacidades humanas, técnicas y financieras contamos para contrarrestarla? ¿Hay voluntad política para hacerle frente o, una vez más, se transitará por el camino de la simulación?

Fuentes consultadas:

(1) https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_presentacion_resultados.pdf

(2) Pedro Flores Crespo. Crisis educativa: Un reto social. El Universal Querétaro, 29 de marzo, 2021.


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/la-nueva-crisis-educativa-en-mexico/

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