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Experta: “No hay nada más importante que darle a los niños una educación con amor”

Venezuela/Julio de 2016/Panorama

Por: Mariana Tello

Los niños que crecen sin amor no aprende a mostrar afecto, destaca la psicopedagoga Idelmary Morales, además, pueden presentar una serie de características que destacamos a continuación:

1 Niños Tímidos

 

2 Inseguros.

 

3 totalmente asociales.

 

4 Son pequeños que no desarrollaran la empatía base del altruismo y que desarrolla motivación para ser solidarios y ayudar a los demás.

 

5  Por lo tanto serán seres humanos egoístas y cohibidos.

 

6 No lograrán relacionarse fácilmente con los demás.

Precisó Morales a PITOQUITO “Es importante como padres tener claro que es en el hogar donde nuestros niños reciben sus primeras experiencias con respecto al  afecto y allí podremos comenzar a formar niños mas humanos y amorosos”.
Enfatizó “ No existe un maltrato mas destructivo que la falta de amor de un padre a su hijo. No serán seres humanos comprometidos ni afectuosos. No hay nada más importante que bríndarle a los niños una educación llena de amor ya que el amor logra superar y derrumbar cualquier barrera por muy fuerte que esta puede ser”.

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“De cero a siempre” Es ley en Colombia

Colombia/26 de julio de 2016/Fuente y autor: BID/ María Caridad Araujo.

Junto con el histórico acuerdo para el cese del conflicto armado que firmó Colombia hace unos días, hubo otro acontecimiento importante que celebrar en ese país. El 15 de junio, el Senado colombiano aprobó el proyecto de ley por el cual se establece la política de estado para el desarrollo integral de la primera infancia De Cero a Siempre. Pero ¿qué quiere decir esto y por qué es motivo de reconocimiento?

La Estrategia De Cero a Siempre (DCAS), lanzada en 2011, es una estrategia muy interesante que propone un abordaje integral de los temas relacionados a la primera infancia y a las necesidades de los niños y de las familias en este importante momento de la vida. La estrategia supone un esfuerzo coordinado desde múltiples sectores – salud, educación, protección social, cultura, planeación, bienestar familiar, entre otros – y palpable en los distintos niveles de gobierno – nacional, departamental y municipal – con el objeto de movilizar acciones que garanticen la trayectoria de cada niño a lo largo de la ruta integral de atenciones.

http://www.deceroasiempre.gov.co/Prensa/2016/Paginas/De-Cero-a-Siempre-es-Ley-de-la-Republica-de-Colombia.aspx

La aprobación de este Proyecto de Ley confirma que para la gestión de una política poblacional se requiere de una gestión intersectorial, articulada y eficiente, orientada a garantizar los derechos de las niñas y los niños entre 0 y 6 años de edad. Este empeño fue reconocido por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en la presentación del informe de País en Ginebra, y en la visita de la Vicepresidenta y del Comisionado Miembro del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, quienes mencionaron que en los últimos años, los mayores avances de Colombia en materia de garantía de derechos de la niñez, los ha propiciado la Estrategia De Cero a Siempre.

La Ley De Cero a Siempre busca consolidar:

  • La primera infancia como una población prioritaria para el Estado, dado su carácter estratégico para el desarrollo y la sostenibilidad del país.
  • La articulación intersectorial como mecanismo de gestión fundamental para lograr la concurrencia de propósitos y recursos del gobierno nacional, territorial, y otros sectores de la sociedad poniendo en el centro de sus esfuerzos el desarrollo integral de los niños y las niñas desde la gestación hasta los 6 años.
  • Esquemas de gestión y financiación que permitan avanzar hacia la universalización de la atención y el ejercicio pleno de los derechos de la primera infancia.
  • Una visión clara sobre el desarrollo esperado para nuestros niños y niñas durante este periodo de vida, y de las líneas de trabajo gubernamental y social necesarias para alcanzarlo.
  • Una intervención diferenciada según la edad, el sexo, las particularidades de cada individuo y las condiciones en las que viven las niñas, los niños y sus familias.

Durante el cuatrienio 2010 – 2014 el Gobierno Nacional invirtió más de $9.5 billones de pesos en atención integral a la primera infancia; adicionalmente, las entidades territoriales tuvieron inversiones a nivel local para la atención integral de los niños y las niñas.  El País actualmente invierte alrededor de $2.8 millones de pesos al año por cada niño atendido en un Centro de Desarrollo Infantil, y alrededor de $2.1 millones de pesos al año por cada niño atendido en modalidad familiar.

Con estas inversiones se ha logrado:

  • Atender integralmente y con calidad a 1’205.906 niñas y niños en primera infancia.
  • Cualificar a 116.693 agentes educativos en atención integral a la primera infancia.
  • Entregar 8´227.618 de libros y contenidos especializados en primera infancia en centros de desarrollo infantil y hogares comunitarios.
  • Implementar 140 salas de lectura en familia.
  • Acompañar técnicamente a 288 unidades territoriales con el fin de promover el fortalecimiento institucional para la implementación de la Estrategia.
  • Acompañar a más de 20 comunidades étnicas a desarrollar Rutas Integrales de Atención propias con pertenencia étnica y campesina.
  • Afiliar a 4.081.320 niñas y niños menores de 4 años al Sistema de Seguridad Social en Salud.
  • Entregar 3.300 ajuares de bienvenida a los recién nacidos más vulnerables.
  • Alcanzar el 95% de cobertura en vacunación. Colombia cuenta con el esquema de vacunación más completo de América Latina.

Con la Aprobación de esta Ley el Gobierno Nacional deberá fortalecer la implementación y sostenibilidad de la Estrategia De Cero a Siempre capitalizando los avances obtenidos en los últimos 5 años en pro del desarrollo integral de la primera infancia, contribuyendo a la construcción de paz y de una sociedad más equitativa y bien educada.

¿En qué consiste esta ruta?

Es precisamente una herramienta que identifica el conjunto de atenciones  –servicios, cuidados, atención especializada – esenciales para que cada niño alcance su potencial desde antes de la gestación y durante los primeros años de vida. La apuesta colombiana por atender el desarrollo infantil con un enfoque integral es precisamente la definición de esta ruta, que pone en el centro al niño y a su familia para identificar sus necesidades. La implementación de los servicios previstos en la ruta requiere acciones coordinadas desde múltiples sectores e instituciones.

La Ley “De Cero a Siempre”, de estrategia a política de estado

Que el Senado colombiano haya votado para convertir esta estrategia en una política de estado por la vía de una ley sienta un hito importantísimo en la institucionalidad del país para la atención a la primera infancia. Al convertirse en una Ley, se asegura la sostenibilidad de los compromisos políticos y presupuestarios que se han plasmado en Colombia durante los últimos años para la promoción del desarrollo infantil. Este no es un tema menor pues Colombia ha realizado avances importantes durante los últimos años en materia de primera infancia.

Por ejemplo, como lo reflejan los datos de la encuesta longitudinal que realizó la Universidad de los Andes y sobre la cual hablamos en otro artículo de este blog, entre 2010 y 2013, el país experimentó un incremento en el acceso de los servicios de educación inicial, pronunciado en particular en zonas rurales y entre los niños de los estratos socioeconómicos más pobres en zonas urbanas. Aun así, Colombia se ha puesto metas ambiciosas para la atención integral de la primera infancia, con lo cual se requiere un esfuerzo político, presupuestario y técnico continuo para lograr estos objetivos.

Un nuevo conjunto de desafíos

Ahora que la política De Cero a Siempre es ley, el país se encuentra en una posición institucional y política más sólida desde la cual abordar el siguiente conjunto de desafíos que enfrenta la atención integral y con calidad a los niños y familias colombianas durante los primeros años de la vida. Quisiera destacar aquí cuatro:

1. Contar con recursos humanos suficientes en número y bien capacitados, con las competencias necesarias para ofrecer interacciones de buena calidad -receptivas, cálidas y sensibles- a los niños y sus familias. Esto requiere continuar trabajando en el desarrollo de estrategias de capacitación previa y continua, ofrecer oportunidades de crecimiento profesional y estímulos laborales adecuados.

2. Fortalecer las capacidades de los ejecutores y de los agentes a nivel local. En un país grande y descentralizado, es normal que exista una gran variedad de capacidades de implementación y de niveles de compromiso político a lo largo del territorio. ¿Cómo lograr que esa heterogeneidad no se traduzca en diferencias grandes en la calidad de la oferta de servicios por parte de los proveedores? Los desafíos de la ejecución de la política en territorio son grandes y hay mucho que hacer para mejorar aspectos de gestión y operación. Tal vez, si no logramos fortalecer estas capacidades, la provisión de calidad heterogénea puede traducirse en mayores brechas en los resultados de desarrollo infantil.

3. Medir el desarrollo infantil. Como la mayoría de los países en la región, Colombia no cuenta con indicadores periódicos y sistemáticos que informen la formulación de la política pública en lo que se refiere a la evolución de los niveles de desarrollo de los niños colombianos en las diferentes áreas -motora, cognitiva, emocional y de vocabulario- y que permita comparar la situación de diferentes subgrupos de la población entre sí y a lo largo del tiempo. Sin esta información, no solo es imposible tomar decisiones de política informadas, sino que es difícil movilizar apoyo social, político y financiero para la primera infancia de manera continua.

4. Modelos de atención en zonas rurales. En el contexto del cese del conflicto armado, urge la necesidad de pensar en modalidades de atención factibles a escala y que puedan promover el trabajo con familias, en particular en las zonas rurales. En este sentido me parece importante explorar experiencias exitosas en la región, como la del Servicio de Acompañamiento a Familias del Programa Nacional Cuna Más en Perú.

¿Cuáles crees que son los principales retos que enfrenta hoy la región en su institucionalidad relacionada con la atención a la primera infancia? ¿Qué lecciones podemos aprender de la experiencia colombiana? Comparte con nosotros tus perspectivas en la sección de comentarios abajo o mencionando a @BIDgente en twitter.

María Caridad Araujo es economista líder en la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.

Fuente:http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2016/07/11/ley-de-cero-a-siempre/?mc_cid=c4aa501566&mc_eid=37402ddfd1

http://www.deceroasiempre.gov.co/Prensa/2016/Paginas/De-Cero-a-Siempre-es-Ley-de-la-Republica-de-Colombia.aspx

Imagen: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/files/2016/07/0-a-cien.jpg

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Educar en la afectividad: ¿qué NO es?

España/31 de Mayo de 2016/Aleteia

Por: Orfa Astorga de Lira

Algunas veces hemos escuchado: mi hijo rebasa los treinta años, no se ha estabilizado en un trabajo, se ha divorciado y vive con nosotros despreocupadamente. Desde niño fue un chico inteligente, lo educamos con amor y le dimos todos los medios para que tuviera una buena educación. ¿Qué hicimos mal?

¿Qué es educar la afectividad?

Educar la afectividad es precisamente ayudar a tu hijo a no estar a merced de sus propios sentimientos y/o emociones. Ayudarle a gobernarlos con la razón no significa reprimirlos, sino encauzarlos.

Se enfoca a enseñar a los hijos a impregnar de racionalidad todos los impulsos sensitivos para que no queden a merced de sus apetitos sensibles, emociones y sentimientos; de manera que adquieran la capacidad de hacer lo que se debe y no únicamente lo que les place. Lo contrario es orientarlos al fracaso de toda su vida en los aspectos más esenciales.

Actitudes que NO son educar la afectividad

DE NIÑO HASTA LOS 10 U 11 AÑOS.

  • Si no quiere hacer sus primeras tareas, no le insistas; será niño, pero tiene sus derechos.
  • Si no quiere ir a la escuela porque hace frio, déjalo en la cama, total, ni que se fuera a graduar ya en la universidad.
  • Si no le gusta perder en los juegos, dale la razón y que se quede con “todas las canicas”, no importa que no aprenda a perder sin patalear, eso lo va a convertir en un triunfador necesariamente, pues en los negocios cuando pierda, va a arrebatar.
  • Si con cara de enojado o sufrimiento te dice que no tiene hambre y que además no le gusta la comida, prepárale otra inmediatamente, si no, va a pensar que no lo quieres.
  • Calma sus berrinches dándole lo que quiere, sobre todo si se tira al suelo, aguanta la respiración y se pone morado.
  • Déjalo que rompa las cosas o que quiera llamar la atención interrumpiendo a gritos las charlas, aunque estés con visitas o en casa ajena, más vale que pases una vergüenza   a que tu niño agarre un trauma por coartarle su espontaneidad.
  • Nada de nalgadas, ahí se encuentra el centro neurálgico de su autoestima.
  • Ante cualquier duda o posible trastorno de conducta, no te cuestiones como educador, acude al psicólogo, él lo arreglara todo.

DE ADOLESCENTE DE LOS 12 A LOS DIEZ Y SEIS AÑOS.

  • Alábalo por sistema independientemente de su comportamiento, que si se porta mal tarde o temprano cambiara, pues tiene todo para ser un buen chico. Además de esa manera fortalecerás su ego  y eso lo hará sentirse feliz consigo mismo, es lo propio de los triunfadores.
  • No importa que fracase en sus estudios a causa de su vagancia, si pide o pone condiciones “para seguir estudiando”, como un cambio de escuela, de horarios, de rumbo o un coche para no usar el proletario camión, concédeselo, a la tercera o cuarta oportunidad se ubicara y funcionara. Todo menos que deje definitivamente la escuela y ni pensar en ponerlo a trabajar.
  • No importa que maltrate a sus padres o hermanos, solo está en una etapa normal en donde busca auto firmarse, y nada más; solo hay que dejar hacer, dejar pasar… y tiempo al tiempo.
  • Si exigen cosas caras e impropias de su edad, concédeselas para que tenga lo que tú no tuviste, por aquello de que fuiste pobre, además, eso le dará clase; y se lo merece por ser tu hijo, para eso trabajas duro.
  • No le exijas nunca todo lo que puede hacer, rebaja tus exigencias al fin y al cabo algo es algo, y nada es nada; el seis de promedio general es aprobatorio, ni que fuera a ser científico.
  • Si bebe alcohol o llega a deshoras, déjalo en paz, solo se es joven una vez en la vida.
  • Si por beber alcohol choca el auto, déjalo dormir la mona mientras pagas las facturas, y si sientes que te gana el coraje, quítatelo recordándolo cuando era bebe.
  • Si embaraza a su novia da la cara por él, paga el parto, compra los pañales y la leche, mantén a los dos, lo importante es que no abandone los estudios por ponerse a trabajar y hacerla de papa.

DE JOVEN DE LOS DIEZ Y SEIS A LOS 25 AÑOS

  • No importa que aún no trabaje y derroche dinero, afortunadamente ganas bien y eso es relativo, pues el dinero se hizo redondo para que ruede y de papel para que vuele.
  • Si lo pide, págale un departamento para que viva solo, no importa que satisfaga sus gustos y caprichos personales sin pensar en las necesidades de los demás, es parte de un proceso de autonomía hacia la madurez.
  • No lo culpes de nada, suceda lo que suceda, es la primera vez que vive y tiene derecho a la inexperiencia. Así que para aprender tiene licencia para echar a perder, eso de la libertad responsable… ya será para después.
  • No cuestiones ni critiques nunca los que dice o lo que hace pues ya creció, déjalo ser él,   pues lo propio de su edad es ser él mismo, aunque diga palabras soeces o ande en paños menores por la casa.
  • Acepta que rebaje los ideales de su vida para que no sufra posibles decepciones, no le menciones la palabra vocación, tiene razón en no estudiar una carrera exigente en la que se termine trabajando más, sin ganar tanto, debe haber otras opciones.
  • Ante su irresponsabilidad y falta de compromiso en sus obligaciones de familia, no te confrontes con él, piensa ante nada que debe recordarte como un padre amoroso y comprensivo.
  • Si abandono los estudios, si puedes, consíguele un puesto en la compañía de un amigo, ponle su propio negocio o herédalo en vida, y no te olvides de procurar casarlo bien, no tiene por qué sufrir o ser un fracaso.

Los hijos consentidos suelen sentirse muy defraudados cuando al incorporarse a la vida adulta chocan con la realidad, esos choques les descubren que su autoestima está mal fundamentada y por lo tanto no es real. Se encuentran cara a cara con sus limitaciones y defectos; por primera vez alguien que les dice que se han equivocado en algo o que tienen la culpa de algo que no ha salido bien. Después de tantos años de oír que todo lo que hacían era maravilloso, estos hijos no son capaces de aceptar la más pequeña corrección o la más delicada critica. Después de tanto tiempo de vivir para sí mismos, les resulta muy problemático salir de su egocentrismo. Ello suele originar importantes alteraciones de la conducta. Educar la afectividad adquiere una gran importancia en esta época de deslealtades, claudicaciones, de tanta separación matrimonial, divorcio, disputas conyugales, etc.

Fuente: http://es.aleteia.org/2016/05/31/educar-en-la-afectividad-que-no-es/

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Javier Urra: “La violencia de género va a más; no es una opinión, es un diagnóstico”

ENTREVISTA | Diario.es

Javier Urra, Psilólogo forense

iaAna Mato, la mujer de Urdangarían o Ferrusola. ¿Dónde está la sociedad de mujeres para decir que esas no las representan?», censura el exdefensor del Menor y psicólogo forense, Javier Urra

«Lo que no se puede hacer es crear unas expectativas que no se pueden cumplir. No puedes educar a tu hijo en el concepto del amor Disney, felices para siempre», apunta

«Yo lo llamo sanciones y sí, por supuesto, la sanción es parte de la educación. Las normas sociales tienen un componente pedagógico», defiende Urra

A Javier Urra (Estella, 1957) se le conoce sobre todo por su etapa al frente del Defensor del Menor, pero es psícólogo forense de la Fiscalía de los juzgados de menores de Madrid en excedencia y actualmente lidera un amplio equipo de especialistas que trabaja con jóvenes agresivos con sus padres. Recientemente ha pronunciado una conferencia en el Parlamento de Navarra en la que recomendaba educar a los niños en la frustración. Aquí lo explica.

El mundo no es Disney. Es una advertencia suya. ¿A quién va dirigida?

 Hay muchos padres que piensan que el mundo es Disney, que le piden a la vida lo que la vida no puede dar. Por supuesto, hay gente que está viviendo situaciones terribles, desahucios, pobreza extrema, exclusión social. La vida no es justa, así que pongámonos a hacer cosas. Lo que no se puede hacer es crear unas expectativas que no se pueden cumplir. No puedes educar a tu hijo en el concepto del amor Disney, felices para siempre. ¿Qué pasará con él si un día su relación se rompe ¿Cómo podrá seguir adelante? Hay que ser realista, aprender a disfrutar de las cosas más insignificantes y a afrontar el dolor, porque la vida está llena de ambos.

¿Cómo prescindir de modelos tan presentes en la sociedad?

Ahora hemos abierto la piscina en el centro. Las chicas, jovencísimas y monísimas en la mayoría, vienen rechistando: “Urra, no quiero ir a la piscina”. Tengo cartucheras, tengo pelos, tengo estrías… Esto es un verdadero problema en nuestra sociedad. No estamos avanzando nada en esto. Y no me refiero solo al aspecto físico. Lo que quiero decir es que, después de tanto tiempo, ¿cuántos alumnos varones tiene la Escuela de Enfermería de Navarra? Poquísimos. ¿Cuántos profesores varones trabajan en el ciclo de educación de cero a tres? Poquísimos. Seguimos teniendo una sociedad en la que la mujer educa más y la mujer se ocupa más del dependiente, por poner dos ejemplos. La mujer ha dado un giro, porque trabaja fuera de casa y es más independiente, pero no ha dejado de ejercer el papel tradicional, ahora abarca los dos ámbitos, se desdobla, hace el doble. ¿Por qué? Porque en este país la mujer aún no ha hecho una verdadera revolución. Y las jóvenes están viviendo esa dualidad, siguen esclavas del modelo físico imperante y aspiran al mismo tiempo a ser mujeres libres e independientes. Pero tampoco es fácil para ellas encontrar un modelo social que cumpla esos parámetros.

¿En quién está pensando?

Podemos dar varios nombres: Ana Mato, que baja un día al garaje de casa, se encuentra un Jaguar allí y ni se da cuenta. La mujer de Urdangarín, que firmaba todo lo que le ponían y no se enteraba de nada. O la Ferrusola, que a mí me tiene enamorado, que su hijo compraba Ferraris a plazos y ella dice que no tienen ni cinco. ¿Pero dónde está esa sociedad de mujeres para decir que estas señoras no las representan? ¿Cómo aguantan la sociedad de mujeres sin explotar contra estos mensajes?

¿Quiere decir que la propia mujer es corresponsable de la existencia del machismo?

En parte, sí. A la mujer le falta el último paso de su revolución. Existe una gran lucha de poder entre hombres y mujeres, también entre los jóvenes. A veces, las mujeres son profundamente agresivas en lo verbal y los hombres son profundamente agresivos en lo físico. Y esto no se está corrigiendo. La violencia de género entre los jóvenes va a mas. Y esto no es una opinión, es un diagnóstico.

¿Cuáles son las causas?

Varias. Para empezar, ha desaparecido el inhibidor que era el pecado. La sensación de culpa se ha diluido, lo cual no está ni bien ni mal, salvo porque tienes que tener otros complementos, llámese moral, conciencia, ética… Y hay muchos jóvenes que no han adquirido estos complementos. Eso por una parte. Por otra parte, el problemón radica en qué es amar. Amar es volcarte en otra persona para que sea feliz la otra persona. Pero muchos jóvenes piensan que si quieren a una chica, ella tiene que quererles en reciprocidad. Muchas jóvenes me dicen que se acuestan con su pareja pero sin querer hacerlo, y explican que es porque, si no es con ellas, su pareja se acostará con otras personas. La violencia de género es un planteamiento vital, el producto de una educación, no un estado mental transitorio.

Autoridad, competencia y confianza son los tres pilares básicos de la educación, según sus libros. ¿Cómo asentarse en esos tres pilares?

Primero, siendo adulto. Los padres, a veces, lo quieren hacer tan bien, tan bien, que se hiperexcitan. Un niño tiene temperamento, que se hereda, carácter (improntas) y personalidad (que se elabora). Los padres deben tener autoridad, y ese concepto hoy se ha diluido. En una manifestación, los policías temen a los manifestantes. En una clase, el profesor teme al alumno. Los padres deben tener autoridad, y ese concepto hoy se ha diluido. En una manifestación, los policías temen a los manifestantes. En una clase, el profesor teme al alumno.

Según este planteamiento, ¿cree que hay que recuperar el antiguo concepto de la autoridad paterna?

Hay que recuperar el concepto de autoridad. No el antiguo concepto de autoridad paterna, que tiene muchas connotaciones negativas. No. Pongo un ejemplo. Yo doy muchas clases a jóvenes. Soy consciente del afecto que me tienen y de la relación de complicidad que se establece. Pero, por ejemplo, no me hablan mientras tienen las manos en los bolsillos. ¿A mí me importa que me hablen con las manos en los bolsillos? No, pero es significativo si lo hacen o no. Yo soy el profesor y ellos los alumnos. Ni se come chicle, ni se sientan mal, ni hablan durante la clase. Tiene que haber una distancia entre profesor y alumno, lo mismo que entre padres e hijos. Los padres no son amigos de sus hijos. Cuando todo falle, ahí encontrará el hijo a sus padres. Si eso es amistad, perfecto, pero si yo tengo que decirle a un hijo que algo no se lo voy a admitir, se lo digo y no se lo admito. ¿Qué voy a generarle un disgusto y un conflicto? Sin duda. Como cuando le llevé a vacunar. ¿Le gustó? No. Pero le va bien. El adulto tiene un criterio, unas formas y una actitud que conforman su auctóritas. Eso es lo que hay que recuperar.

¿Quiere decir que el criterio del padre debe imponerse siempre al del hijo?

No. Quiero decir que el padre tiene su criterio, lo expone y abre el debate. Quiero decir que hay que educar a los hijos en la duda, en la incertidumbre, en el cuestionamiento de las verdades que hasta hace un tiempo se tomaban por absolutas. Hay que educar a los hijos en la frustración, por supuesto.

¿Dónde queda entonces la tendencia de educación para el éxito que está tan de moda?

Lo primero que hay que preguntarse es qué es el éxito. Yo creo que el éxito es decir “mereció la pena” en el momento en que vas a morir y miras hacia atrás, hacia lo que has hecho en la vida. El problema es que muchos padres tienen otro concepto de éxito, un concepto encontrado con el de la frustración. Hay muchos padres que quieren ganarse el afecto de sus hijos y terminan siendo chantajeados por ellos. Sin embargo, yo defiendo que un padre tiene perfecto derecho a llegar a casa un día y pedirle a su hijo que le traiga las zapatillas. Y eso no significa que le esté tratando como a un esclavo. Un padre tiene que decirle a un niño que, de los cinco euros que le dan de paga a la semana, cuántos quiere dedicar a otros niños que no tienen lo que él sí disfruta. Y el niño dirá: ninguno. Vale, pero, el padre le estará dando la opción de ser generoso. Yo creo que a un niño hay que llevarle al hospital a ver a un familiar enfermo, o a visitar a la abuela con Alzheimer. Todo esto es educar en el éxito, educar en el tú, no en el yo. Esto es decirle a un hijo, tú eres importante, pero todo lo demás también. Con este tipo de educación se consiguen grandes avances sociales.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, cuando un niño observa en su clase un maltrato, ¿cómo reacciona? Si está recibiendo una educación basada en el yo, seguramente permanecerá ajeno a la situación de maltrato, indiferente. Sin embargo, un niño educado en el tú se sentirá cómplice del maltrato si no interviene para detenerlo, porque le importará lo que le está ocurriendo al niño maltratado.

¿Es partidario de castigar a los niños como parte de su educación?

Yo lo llamo sanciones y sí, por supuesto, la sanción es parte de la educación. Las normas sociales tienen un componente pedagógico. En este país, sin embargo, tenemos miedo a establecer normas de autoridad porque venimos de años de imposición y de autoritarismo. Pero yo creo que tenemos que quitarnos de encima esos complejos. Hay que enseñar el respeto a las normas desde la autóritas: yo no puedo decirle a un chaval que no haga botellón mientras voy puesto de coca, no puedo decirle que no robe si yo soy un corrupto. Hay que saber respetar la autoridad, sin duda. Y esto no significa que los chicos tengan que aprender a respetar al jefe porque es jefe. Al revés, tienen que aprender a respetar a quien merece ese respeto. Yo tuve chicos en la Fiscalía que me decían “yo creo que a mis padres no les importo nada, porque nunca me riñen, haga lo que haga”. Eso sí es el problema. Los hijos, aunque lo nieguen y se enfrenten a ello, necesitan que el adulto les ponga los límites y las normas. La idea del prohibido prohibir de mayo del 68 no funciona. Hay que inculcar normas, y eso no significa que no se eduque a los hijos en libertad y en autonomía.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/navarra/violencia-genero-opinion-diagnostico-educacion-menores_0_520748229.html

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Argentina: Poner límites y cumplirlos, la dificultad familiar más común

América del Sur/Argentina/29 Mayo 2016/Fuente:La Voz/Autora: Laura Gonzalez

El 84% de los adolescentes cordobeses en conflicto con la ley penal reconocieron que no aceptan los límites, y para el 86% de sus padres es un problema aplicarlos. Especialistas advierten que se trata de un tema que atraviesa a todas las familias.

La dificultad que muestran los adultos para poner límites y la que presentan los chicos para acatarlos surgieron como grandes emergentes en un trabajo que recopiló el Centro de Estudios y Proyectos Judiciales del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba.

El 86 por ciento de las familias entrevistadas – en su mayoría, adultos con hijos en conflicto con la ley penal– reconocieron problemas para poner límites, en un universo de 567 entrevistas realizadas durante 2015.

Los chicos entrevistados se expresaron de igual modo: el 84 por ciento reconoció no aceptar los límites y un 88 por ciento fue etiquetado con “dificultades de expresión”. “Con esto, nos referimos a los chicos que no se sienten con confianza para plantear sus dudas, sus malestares; comparten una familia en lo formal, pero adentro no tienen respuestas y las buscan afuera”, describe Martha Ray, coordinadora del grupo que buscó sistematizar las prácticas realizadas por el Equipo Técnico de las Asesorías de Niñez, Juventud y Violencia Familiar a partir del cambio de la ley, en agosto de 2011.

En 2015, las asesorías recibieron 3.643 casos: el 57 por ciento correspondió a casos de violencia familiar; 32 por ciento, a chicos en conflicto con la ley penal; y 6,6 por ciento, a niños privados de su círculo familiar, entre otros. Pero el trabajo de las entrevistas se focalizó, en el 90 por ciento de los casos, en los chicos en conflicto y en sus familias.

Allí aparecieron otras problemáticas. El 56 por ciento de las familias dijeron enfrentarse a criterios dispares a la hora de criar a los hijos; 28 por ciento, estar ante actitudes abandónicas o expulsivas; 23 por ciento, ante una falta de compromiso con los menores; y 21 por ciento, con paternidades sin reconocimiento legal, entre otras.

Entre los chicos de 14 a 18 años, además de la dificultad para expresarse y acatar límites, 84 por ciento dijo asumir conductas de riesgo; 76 por ciento, haber abandonado la escuela; 70 por ciento, tener padres separados; 67 por ciento, consumir sustancias adictivas; 62 por ciento, haberse fugado o ser expulsado del hogar; y 52 por ciento, atravesar conflictos familiares violentos, entre otros.

“Advertimos una relación más de horizontalidad que de verticalidad respecto de los progenitores, a los que les cuesta marcar la autoridad”, dice la coordinadora Ray. Asegura que ha encontrado las dos cosas: por un lado, padres y madres que no tienen interés por acercarse a sus hijos; y por el otro, otros que muestran la imposibilidad de poner esos límites, pese a que lo intenten. Y si bien no adjudica una relación directa entre falta de límites y comisión de delitos, reconocen que el delito “tiene que ver con no acatar una norma, y eso es un límite social”, agrega.

“Relación entre falta de límites y delito hay, pero no es lo único. Detrás hay un problema social, económico y cultural muy grave; muchas veces los chicos ven que a sus familias les cuesta conseguir un plato de comida”, apunta Ibarra. La psicóloga reconoce que la mayoría de los adultos consultados “tienen cultura de trabajo”, pero saben que por falta de educación han tenido malos empleos.

A todos por igual

Pero la ausencia de límites es una problemática que atraviesa de manera transversal a todas las familias, sin importar condiciones educativas, sociales o económicas.

“El límite es una forma de decirle al hijo ‘estoy presente, te quiero, me preocupo por vos, te estoy cuidando’. El niño que no los tiene, se siente desprotegido”, dice Gloria Álvarez, coordinadora del Taller para Padres que se dicta en la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). Su hipótesis es directa: “Un chico que no ha tenido límites tiene una autoestima débil y por eso deja la escuela, entra en la droga y delinque. Y hace todo eso porque es su forma de llamar la atención”, dice.

Remarca que el comportamiento es la forma que tiene el niño de expresarse. “Los chicos hablan desde el comportamiento, no hablan por la palabra; si en la escuela manifiesta mal comportamiento, hay que prestarle atención”, advierte.

Los especialistas remarcan que los límites tienen que estar siempre, desde la primera infancia, aunque aseguran que nunca es tarde para aplicarlos.

“Los niños pequeños tienen que irse a dormir a determinada hora y saber que hay momentos para cada cosa: comer, dormir, hacer la tarea”, ejemplifica Diana Ibarra, una de las psicólogas del equipo que participó en el trabajo. Ya más grandes, la responsabilidad de ir a la escuela, estudiar y respetar a los padres. “El límite más difícil se tiene con los horarios de las denominadas ‘juntas’, como se les dice a los amigos”, agrega.

Ibarra cree que el abandono escolar –llamativamente masivo en el segundo año del secundario– es el gran síntoma que indica que una familia abandonó la lucha. “Detrás de eso, hay una familia que claudicó, por una razón u otra”, dice.

Para la educadora Eva Rotenberg, limitar no es decir no. “No hay recetas, y para hacerlo hay que formarse, pero no se hace castigando, ni poniendo penitencias, ni sacando la plata. Hay que escucharlos y ayudarlos a que desarrollen potencialidades internas para enfrentar la situación que les toque vivir”, dice. “Muchos padres creen que escuchan a sus hijos, pero cuando participan de los talleres se dan cuenta de que no estaban escuchando”, ejemplifica. Rotenberg critica la compra de cosas materiales en reemplazo del vínculo: “No está mal comprar, está mal si es para tapar una ausencia”. Y relata que lo mejor es hablar. “Los padres no hablan con sus hijos”, cierra.

Talleres para padres

Abiertos. Los talleres para padres y tutores de jóvenes en conflicto con la ley penal son dictados por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), dependiente del Ministerio de Justicia de la Provincia de Córdoba. Se llevan adelante desde 2010 y son dictados por profesionales de la psicología y la pedagogía, entre otras disciplinas. Están abiertos al público en general, en especial, para padres o familiares de adolescentes y jóvenes.

Gratuitos. Los talleres se dictan los días miércoles y viernes, a las 15.30, en Tránsito Cáceres y Corrientes, frente a la Terminal de Ómnibus. Trabajan en grupos de aproximadamente 25 personas. Se comparten experiencias, y los profesionales ofrecen alternativas de abordaje para situaciones conflictivas, métodos de prevención de las relaciones violentas y consejos para evitar adicciones. Los talleres no tienen costo alguno, pero es necesario inscribirse.

Fuente de la noticia: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/poner-limites-y-cumplirlos-la-dificultad-familiar-mas-comun
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Alba Castellvi: Gritar es un mal negocio

Alba Castellví es socióloga, educadora y madre del Guillermo y Cesca, de 20 y 18 años. Se ha dedicado a la mediación de conflictos y es autora de Educar sin gritar. Acompañando a los hijos de entre cuatro y doce años en el camino hacia la autonomía , de Angle Editorial

De vez en cuando es inevitable un grito. Yo he hecho y he aprendido a hacer menos. Aprendes cuando te das cuenta que es un mal negocio. Cuando llamas has usado la rabia para desatascar una situación molesta, pero luego tú te sientes intranquilo y tienes el trabajo de reponerse té. Este malestar contigo mismo te lo puedes ahorrar.

¿Cómo? Los hijos a menudo te llevan al límite.

Y los padres tenemos que encontrar suficiente serenidad para conseguir que lo que hacemos sea educativo. Desde la crispación educamos incorrectamente. Para mantener la serenidad hay que darse cuenta de qué circunstancias nos llevan al límite y hacer algo antes de perder el control.Hay personas que tienen más facilidad que otros para detenerse a respirar.

Para educar hay que respirar.

Es fundamental. Sale de la situación y respira en otro lugar tú solo. A mí me pasaba. Durante un tiempo notaba que llegaba a casa cargando la inercia y la tensión de todo lo que me había ido pasando. ¿Qué hice? Paraba el coche antes de llegar, apagaba el motor en un camino, cerraba las luces y me estaba un par de minutos en la oscuridad. Cuando volvía a poner en marcha el coche ya conducía de manera diferente. Este es un buen consejo: antes de abrir la puerta de casa, estés un rato en la escalera. Si lo haces, cuando te encuentres la bolsa de deportes en el medio del pasillo actuarás con más inteligencia para ayudar a tus hijos a cambiar sus hábitos. Esto parece fácil pero no lo es. Pide disciplina.

¿Qué más te ha funcionado con los hijos?

Varias estrategias que comparto a Educar sin gritar . Siempre tienes que estar inventando, y probando cosas nuevas, porque los hijos crecen y cambian sus necesidades y su comportamiento. Y tú también tienes que ir revisando.

Qué lección te ha servido siempre?

Pídales que mire los hijos como lo que realmente son, dejando de lado la imagen de como me gustaría que fueran. Es importante saber ver quién tienes delante y no quién te gustaría tener. Otra cosa que he aprendido es que educamos siempre y no sólo cuando pretendemos educar.

Educamos con la espalda.

Todos los gestos, todas las miradas, nuestras actitudes en momentos de tensión o dificultad, todo ello educa. Educamos sin ser conscientes de ello.Yo, del padre aprendí una mirada. La madre murió cuando tenía dos años, en un accidente, y mi padre también tenía que haber muerto en aquel accidente, pero sobrevivió. T’estalviaré los detalles. El caso es que después de sobrevivir, el padre siempre recordó que vivía de propina. Le gustaba muchísimo viajar y tuve la suerte de que me llevaba. Viajando con él descubrí que se miraba las cosas con más intensidad.

Cuéntame un momento.

Estábamos en el Sahara y nos levantábamos a las cuatro de la mañana para ir a ver salir el sol en el desierto. Yo, que era adolescente, no entendía por qué lo hacíamos. Pero para él el momento era un regalo precioso e irrepetible, había que aprovecharlo entonces, justo en ese momento, porque puede que no volveríamos a tener la ocasión de vivirlo. Él me contó muchas cosas, me dio muchas lecciones, pero lo más valioso que me dio fue su mirada.

Tomado de: http://www.ara.cat/suplements/criatures/Cridar-mal-negoci_0_1585041485.html

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