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Educación en Chile, el debate político llegó a un punto lamentable

Chile / 13 de mayo de 2018  /Autor: Tomás von Bischoffshausen Gariazzo / Fuente: La Tercera

Realmente la mejora educacional desde el Estado no se ve venir ni por la izquierda, ni por la derecha, ni por el centro ¿Dónde están las propuestas? Impresionante: el Ministro de Educación, a la fecha, no se ha juntado con el Jefe de la Nueva Dirección de Educación Pública y el debate gira en torno a lo “campeones” que son sus hijos. Tenemos una Ley de Educación Superior que entre otras cosas define una Estrategia de Educación Técnica y los Criterios de Calidad para Acreditar a las Instituciones de Educación Superior ¡y estos temas están completamente ausentes del debate público!

En educación escolar, la agencia de la calidad sigue con los indicadores sumativos ¡Sí! ¡Ya todos sabemos que la educación en Chile es mala! Hasta cuándo miran los resultados y no analizan los procesos? ¿Algo que mejorar en términos de infraestructura, mobiliario, recursos pedagógicos, formación docente, metodología pedagógica, educación corporal alimentación, salud emocional, bienestar psicológico? ¿Algún magister en prácticas pedagógicas que auspiciar para jóvenes profesionales talentosos? ¿Nada que reflexionar respecto de las trayectorias educacionales en educación media? ¿Más aprendizaje basado en proyectos? ¿Currículum integrado? ¿Nada? ¿Los conocimientos y habilidades que esperamos para el siglo XXI? ¿Es necesario tener educación técnica en media? ¿Cuál es el campo laboral al que están accediendo estos estudiantes? ¿no?

En Educación terciaria ¿algo que decir respecto de la falta de planificación y acople entre la matriz productiva y la formación de capital humano? ¿Hay alguna relación entre la agenda de de Productividad del Ministerio de Economía y la Reforma a la Educación Superior del Ministerio de Educación? ¿Qué hay de la asignación de becas de magíster y doctorado en torno a la retribución real que se podría efectuar en el Estado o en las escuelas y liceos del país? ¿Algo que hacer para que no hayan cesantes ilustrados? ¿Es demasiado descabellado hacer que las universidades en sus programas de admisión muestren la empleabilidad real por deciles de las carreras que ofrecen? ¿Se pregunta alguien por el cruce entre la educación, el empleo y la descentralización?

¿Dónde están los programas y políticas públicas? ¿En qué momento de la historia vamos a pasar del discurso, de la estrategia, de las leyes, a los programas reales? Impresionante. Mientras tanto, las fundaciones privadas promueven el aprendizaje basado en proyectos, el liderazgo distributivo dentro de las escuelas, el aprendizaje integral por medio del deporte, el yoga, la música, etc. Algunos colegios suprimen las notas de primero y segundo básico. Otras fundaciones toman a jóvenes profesionales, los capacitan con técnicas pedagógicas vanguardistas y los envían a lo largo de Chile a formar estudiantes y así suma y sigue. Pero desde el Estado las autoridades parecen disco rayado con el tema del lucro, y está bien, utilizar recursos de todos los chilenos para que una persona o sociedad se lo lleve al bolsillo propio es una conversación que hay que dar ¿pero es esa una razón para dejar de lado todo lo demás?

Algunos desafíos para salir de este amargo letargo:

Primero, generar cohesión social e individuos con valores que promuevan la paz y el respeto ¿Cómo? El PEI, el PME y el Plan de convivencia escolar, y el Reglamento Interno parecen algunos de los instrumentos idóneos para esto, pero no son suficientes; un papel es un papel, y una intervención directa es una intervención directa. De cualquier forma urge que los directores y docentes aprendan a planificar.

Segundo, permitir que los y las estudiantes, a lo largo de toda la vida, adquieran los conocimientos y habilidades (cognitivas y emocionales) que les permitan llevar vidas plenas, desarrollando lo que nos hace seres humanos, la capacidad de crear, de reflexionar, de contemplar, siempre en pos de la felicidad ¿Cómo? Algo tendrán que decir los pedagogos, psicólogos, las familias, neurólogos, psiquiatras, los científicos, los grandes empresarios, las pymes ¿Es muy extraño pensar el currículum escolar con estos actores? ¿Es muy descabellado generar escuelas abiertas a la comunidad científica, empresarial, social, etc?

Tercero, ritmos de aprendizaje  e inclusión ¿Qué hay de la planificación anual obligatoria y la asfixia que producen éstos? ¿Por qué permitir y/o promover solo un tipo de evaluación en las escuelas y liceos subvencionados? ¿Algún rol que jugar los psicólogos? ¿Menos evaluación y más intervención?

Cuarto, de una vez por todas poner a un Ministro de Educación y un Subsercretario con estudios en educación, el cual oportunamente se alineará con el Ministro de Economía, Hacienda, con Corfo y Conicyt para generar las sinergias correspondientes para que este país se desarrolle. Lo mismo en las instituciones del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, hay que dar un enfoque desde la pedagogía para la promoción de mejores aprendizajes; los economistas que se dediquen a hacer economía.

Quinto, definir qué educación es la que se espera inculcar en los establecimientos que subvenciona el Estado y por qué (midiendo, sí, pero el proceso, no los resultados) y diseñar programas que apunten a aquello que es estableció, en políticas públicas se llama marco lógico: llevar la idea a metas, por medio de objetivos, actividades, indicadores y responsables.

Y sexto, y lo más importante ¡usemos nuestra riqueza, que en Chile hay mucha! Tenemos científicos que se han formado en el extranjero con becas Conicyt, tenemos proyectos científicos financiados por Coniciyt, tenemos emprendedores que han sido financiados por Corfo, tenemos artistas financiados con Fondart, tenemos deportistas de élite, tenemos cesantes ilustrados capacitados, tenemos profesores y directores que históricamente han esperado en las escuelas y liceos menos burocracia, menos evaluaciones sumativas y más prácticas pedagógicas innovadoras para sacar lo mejor de sí (los estamos asfixiando); tenemos músicos, tenemos poetas, actores ¡tenemos lo que se imagine!

Si el Estado se digna a modernizarse, quizás comience a potenciar todo el talento que hay en este país, acercándose a las nuevas generaciones. Una buena iniciativa que pretendía integrar información en torno a una estrategia de desarrollo nacional era el Ministerio de Ciencia y Tecnología, o Ministerio de la Innovación, lamentablemente aún duerme a la espera de que Segpres entienda que un país sin planificación intersectorial no es más que un país bananero.

Es una falta de respeto el tono del debate actual. Es más, tener un debate del tipo “campeones”, en el marco de la cantidad de cesantía y la estafa que han sufrido aquellas personas que  invirtieron tiempo y dinero en educarse durante 2, 4, 6 (en educación superior) y más años es derechamente una provocación. Entendamos la gravedad del asunto, estamos llegando a un punto en el que en el país, por falta de planificación, la promesa de educación como motor de movilidad social es mentira.

Razones para marchar, hay de sobra.ç

Fuente del Artículo:

Educación en Chile, el debate político llegó a un punto lamentable

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Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda

España / 1 de abril de 2018  / Autor: Soledad García Fernández / Fuente: Pueblos. Revista de Información y Debate

La escuela pública agoniza. Está sucumbiendo a los ataques sufridos desde hace décadas por parte de un neoliberalismo salvaje respaldado por la Unión Europea, la OCDE, el Banco Mundial, el FMI y la propia UNESCO, organismos que han usurpado la función de las instituciones políticas, que han secuestrado el poder ciudadano.

Esta es la premisa de la que parte el libro recientemente publicado por Akal Escuela o Barbarie: Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda, cuyos autores, Carlos Fernández Liria, Enrique Galindo Ferrández y Olga García Fernández (todos ellos licenciados en Filosofía y profesores) pretenden, ante todo, abrir un debate serio sobre la situación actual de la educación en España y, sobre todo, que los protagonistas de este debate sean, por una vez, aquellos hombres y mujeres que entran en las aulas cada día para enseñar a las alumnas y alumnos españoles: profesores y maestros.

Para ello, los autores diseccionan el momento social en el que vivimos, en ocasiones de una manera inmisericorde, pero nunca gratuita. De esta disección podemos destacar las siguientes conclusiones.

En la actualidad se está librando una batalla por la escuela pública, una batalla en la que es imprescindible posicionarse en defensa del conocimiento y de la instrucción, entendiendo esta última como los principios, valores e instituciones necesarios para formar a las y los alumnos y que estos se conviertan en ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho y con capacidad para entender, criticar y cambiar la sociedad.

Al mismo tiempo, la escuela pública no puede sino posicionarse en contra de todos aquellos intereses espurios que ha generado el capitalismo y que han infiltrado los sistemas educativos a través de una serie de normativas y directrices emanadas desde la Unión Europea y otros organismos internacionales (como la OCDE o el FMI). También se han infiltrado a través de las llamadas Ciencias de la Educación o nuevas pedagogías, cuyos métodos y terminología han sido asumidas muy rápidamente por toda la comunidad educativa sin que esta se haya parado a pensar en sus verdaderos intereses y objetivos. De acuerdo con estas modas educativas innovadoras, como el celebérrimo Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), se ha asumido que la educación mejorará si enseñamos “mejor” y que la función primordial de las y los profesores y maestros es la de “enseñar a enseñar” para que el alumnado pueda “aprender a aprender”, signifique eso lo que signifique.

Sobre estas nuevas pedagogías o “metodologías salvíficas”, tal y como los autores las denominan, resulta muy esclarecedor (y por qué no decirlo, aterrador) comprobar cómo toda la izquierda en general y, sobre todo, la progresía socialdemócrata, ha asumido plenamente, de forma consciente o no, la defensa de determinadas ideas como el emprendimiento, el aprendizaje a lo largo de toda la vida, la automotivación, el coaching educativo y un largo etcétera discursivo cuyo objetivo no es otro que la creación de trabajadores auto-motivados, adaptables, proactivos, acríticos, maleables y adaptables.

Difícilmente podrá la izquierda española apoyar una escuela pública en la que se ensalce la instrucción, el valor de la razón y el pensamiento crítico y el republicanismo sin abandonar esta terminología biensonante del discurso pedagógico imperante y defender la escuela desde lo que debe ser un discurso de clase, esto es, la concepción de laescuela pública como una de las conquistas más trascendentales e irrenunciables de la lucha obrera.

En definitiva, Escuela y barbarie es un libro necesario, escrito desde el rigor, el compromiso y la urgente necesidad de establecer las bases de un debate serio sobre educación, cuyos protagonistas sean los que más saben de esto: las y los profesores y maestros.

Fuente de la Reseña:

Escuela o Barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda

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La educación crítica es agenda en el Foro Social Mundial

Foro Social Mundial / 25 de marzo de 2018 / Autor: Edison «El Payanes» / Fuente: El Payanes

En el marco del Foro Social Mundial que se reúne en Salvador de Bahía en Brasil, se desarrollan muchas actividades y encuentros de organizaciones y movimientos sociales de todas partes del mundo.

En la actualidad se hace necesario la participación social y la apertura para la formación política según lo afirma Joao Colaris, quien es Profesor de la Universidad del Estado Do Para e integrante del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (CEAAL).

Colaris manifiesta que se encuentran en debate la educación y comunicación popular para una formación política que responda a los tiempos actuales en el continente. Los educadores y las educadoras necesitamos potenciar la formación política que se traduce en todos los ámbitos cotidianos de la vida, para lo cual debemos recibir y producir información crítica.

Los procesos transformadores nos ayudan a tener diversas interpretaciones de la realidad, eso implica que las personas no sólo participan de espacios formales sino desde todos los espacios de lucha y demanda social.

Recordamos que en el Foro Social Mundial se abordan diferentes temáticas construidos con la perspectiva metodológica participativa que se apoya en el lema: ¡Nada sobre nosotros sin nosotros!

Los ejes y lemas se organizan en una mandala que no se presentan como una lista que pudiera a veces erróneamente remitir a la idea de orden numérico o de importancia entre ellos.

Ancestralidad, Tierra y Territorialidad
Comunicación, Tecnologías y Medios libres
Culturas de Resistencias
Democracias
Democratización de la economía
Desarrollo, Justicia Social y Ambiental
Derecho a la Ciudad
Derechos Humanos
Educación y Ciencia para la Emancipación y la Soberanía de los Pueblos
Feminismos y Lucha de las Mujeres
LGBTQI + y diversidad de género
Luchas Anticoloniales
Migración
Mundo del trabajo
Vida Negros Importamos
Un Mundo sin Racismo, Intolerancia y Xenofobia
Futuro del FSM
Pueblos Indígenas
https://co.ivoox.com/es/player_ej_24540982_4_1.html?c1=ff6600

Escuche el testimonio de Joao Colaris, con el reporte de Edilberto Sena corresponsal especial de ALER en el propio Foro Social Mundial.

Fuente de la Noticia:

La educación crítica es agenda en el Foro Social Mundial

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Cuba abre sus puertas a Universidad 2018, a debate educación superior

Cuba / 18 de febrero de 2018 / Autor: PL / Fuente: Cuba Sí

Unos dos mil 500 delegados e invitados entre cubanos y extranjeros se darán cita desde hoy hasta el 16 de febrero en esta capital en el XI Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018.

El evento, convocado por el Ministerio de Educación Superior y las instituciones de ese nivel de enseñanza en Cuba, tendrá como lema ‘La universidad y la agenda 2030 para el desarrollo sostenible’.

La página oficial de Universidad 2018 informó que se espera la asistencia, entre otras personalidades, del politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón.

También se anuncian al periodista y escritor español establecido en Francia Ignacio Ramonet, y al bnrasileño Paulo Speller, secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Según sus organizadores el encuentro ocurre en el centenario de la Reforma de Córdoba, un movimiento estudiantil que se inició en la Universidad Nacional de esa ciudad argentina en 1918, el cual se extendió luego al resto de los centros del país y de América Latina.

Tras dos décadas de su primera edición, este congreso repite como espacio de encuentro, diálogo y debate de las problemáticas más acuciantes sobre la educación superior en la región.

Conferencias, mesas redondas y paneles forman parte de las actividades del programa científico, que tendrán lugar en el Palacio de las Convenciones de la Habana y algunas sedes alternativas.

Estarán representados unos 60 países de todos los continentes, con la presencia de varios ministros de Educación, presidentes de asociaciones de rectores y rectores de prestigiosas casas de altos estudio del mundo.

Fuente de la Noticia:

http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/73777-cuba-abre-sus-puertas-a-universidad-2018-a-debate-educacion-superior

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Glosario para tiempos de posverdad educativa

Por: Julio Rogero 

Cuando se atraviesa la superficie de algunos eslóganes y se analiza su verdadero significado, se hace patente hasta qué punto se están pervirtiendo ideas fundamentales.

En la actualidad proliferan políticas educativas que profundizan en la desigualdad, la segregación, la inequidad y la exclusión de buena parte del alumnado. Estas políticas vienen acompañadas de un discurso hegemónico tejido a base de eufemismos, posverdades y mentiras. Esta neolenguamonopoliza el debate educativo y domina el pensamiento para legitimar intereses que nada tienen que ver con el derecho a la educación. Este artículo pretende provocar la reflexión sobre esta amalgama de conceptos. Para ello, ofrecemos un glosario sobre qué esconden, desde nuestro punto de vista, algunos de estos eslóganes:

Autonomía de los centros. Conjunto de decisiones que la administración deja en manos de los directores. Lejos de dotar de autonomía a los centros, lo que verdaderamente se produce es la concentración del poder en la dirección, la eliminación de la participación del resto de la comunidad educativa, un excesivo papeleo y el sometimiento del proyecto educativo al control permanente por parte de la administración. Para nosotros, autonomía de centro es la que hace posible mantener un proyecto educativo y convivencial propio, democrático y adaptado a la realidad del alumnado.

Centro bilingüe en inglés. Centro educativo en el que algunas materias se imparten en inglés. Supone la falsa promesa de que el éxito escolar pasa, fundamentalmente, por conocer este idioma. En el actual modelo bilingüe de la Comunidad de Madrid se vulnera el derecho a la educación de parte del alumnado, pues solo sobrevive aquel que tiene un contexto familiar privilegiado y/o que puede pagarse apoyos extraescolares que le permitan no quedarse atrás. Además, conlleva la ruptura del principio de comprensividad, por el que la educación obligatoria debe fundamentarse en un programa unificado de aprendizaje. Desde nuestro punto de vista, urge apostar por modelos alternativos que permitan aprender idiomas a todo el alumnado, y que no sirvan como excusa para la exclusión ni como obstáculo para otros aprendizajes.

Centros de educación especial. Centros educativos que acogen al alumnado segregado de los centros ordinarios por su diversidad funcional. No confundir estos centros, como hizo el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, con aquellos que desarrollan una educación inclusiva. La mayoría de los centros de educación especial realizan un excelente trabajo con su alumnado. Ello no es óbice para afirmar que su presencia refleja el fracaso del sistema educativo para garantizar el derecho de todo el alumnado a la educación inclusiva, un objetivo al que España se comprometió con su ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en 2008.

Una verdadera educación inclusiva requiere que los centros y aulas acojan toda la diversidad del alumnado sin exclusión alguna y que cada niño/a cuente con los recursos necesarios para desarrollar al máximo sus capacidades.

Convivencia escolar. En la actualidad predomina un concepto reactivo de convivencia, que se centra en el acoso y que suele limitarse a la prescripción de sanciones. El discurso mayoritario no considera la convivencia como un objetivo educativo, sino como el mantenimiento del orden para hacer posible la excelencia de unos pocos. Se persigue, en última instancia, excluir a los que no se adaptan para que no perjudiquen a los que sí lo hacen.

Generalmente, esta idea hegemónica de convivencia escolar se centra solo en un tipo de violencia y oculta aquella que implica someter al alumnado y al profesorado a los principios neoliberales de la competitividad, la obediencia y el éxito individual, y que naturaliza y legitima la exclusión del diferente, las desigualdades sociales, la precariedad, la inequidad educativa y la pasividad ante las injusticias.

Cultura del esfuerzo. Eslogan que promete que, si el alumno se esfuerza, tendrá éxito en la escuela y, después, en el mundo laboral; en cambio, si fracasa y no encuentra un trabajo a la altura de sus expectativas, el alumno será el único responsable porque no se habrá esforzado lo suficiente. Esta idea sirve como coartada para justificar los elevados e injustos niveles de repetición en nuestras escuelas e institutos, y también suele utilizarse como excusa para justificar metodologías docentes autoritarias y excluyentes. Estamos convencidos de que el esfuerzo, para que sea educativo, implica fomentar la responsabilidad, la exigencia y el rigor en los estudiantes, a partir de una cultura escolar que promueva la pasión por aprender y el disfrute por el conocimiento adquirido y por el desarrollo personal.

Emprendimiento. Idea que implica interiorizar que es necesario convertirse en empresarios de uno mismo, tomar iniciativas, proponer proyectos y ser creativos, con el único fin de mejorar la posición propia frente a la de los demás. Así se asume, íntimamente, que la trayectoria vital es responsabilidad exclusiva de uno mismo y que el triunfo en la vida pasa por el materialismo y por la competitividad. Es un concepto particularmente eficaz para ocultar que hay grandes desigualdades de partida y que, en un sistema competitivo, los más fuertes destruyen a los más débiles. No debe confundirse la idea del emprendimiento con fomentar la iniciativa, la auto-exigencia, la auto-crítica, la creatividad y la responsabilidad del alumno como valores fundamentales.

Excelencia. Eufemismo por el que se legitima que se otorguen más recursos educativos a los estudiantes que menos los necesitan. La palabra excelencia es utilizada con frecuencia para justificar políticas educativas de inequidad.

Innovación educativa. Cuando se habla de innovación educativa, en muchos casos se quiere decir que hay que adaptar la pedagogía a las demandas de los clientes-padres-empresas y no al servicio del derecho a una educación de calidad para toda la infancia. La innovación educativa sirve para referirse, indistintamente, a metodologías docentes novedosas y a metodologías que llevan aplicándose más de un siglo. Eso sí, todo aliñado con muchas TICs y mucho inglés. Desde nuestro punto de vista, transformar la educación requiere no sólo innovaciones técnicas y parciales, sino una revisión a fondo del modelo educativo y apostar en el sentido de los procesos emancipatorios de las personas. Ello exige incorporar metodologías verdaderamente inclusivas, que respeten los diferentes ritmos de aprendizaje y con dotación suficiente de medios para garantizar su eficacia.

Libertad de elección. Políticas educativas que potencian que los centros, públicos y privados, compitan por atraer como cliente al alumnado más favorecido socio-económicamente. Así es como los centros seleccionan y excluyen a parte del alumnado y/o como las familias “eligen” centro en función de sus recursos económicos, de su capital cultural, de la diversidad funcional de sus hijos o de su sexo. La libertad de elección implica dos falsas premisas: primero, que es positivo que las familias rivalicen para que sus hijos/as acudan a determinados colegios; y segundo, que todas las familias tienen las mismas oportunidades de elegir. Generalmente, la libertad de elección favorece la segregación, la exclusión educativa, la desigualdad, protege intereses privados (de las empresas y de la Iglesia) y empeora la calidad educativa. Este eslogan pervierte la idea de libertad. La verdadera libertad educativa implicaría que toda la infancia tuviera la posibilidad de acceder a un centro de la máxima calidad en su entorno.

Pacto educativo. Proceso socio-político a través del cual se pretenden legitimar y apuntalar las políticas educativas más conservadoras: la privatización (una escuela pública subsidiaria respecto a la privada), la exclusión, el poder del empresariado y de la Iglesia en la educación, y una orientación obsesiva del sistema hacia el mercado y no hacia la construcción de una ciudadanía crítica, responsable y solidaria. Por el momento, el pacto educativo y el aparataje mediático que le rodea están sirviendo de manera eficaz para aparcar problemas acuciantes de la educación y para seguir desarrollando las políticas plasmadas en una ley que fue impuesta sin diálogo alguno. Un pacto social y educativo implica, entre otras cosas, voluntad política de diálogo, transparencia, apertura al debate, protagonismo de la sociedad, flexibilidad y medios para hacerlo efectivo.

Pruebas externas. Examen gestionado por agentes (frecuentemente, privados) desconocedores de la situación y progreso educativo del alumnado en un contexto determinado. Con frecuencia, los resultados de estas pruebas son utilizados para hacer rankings que, al ser conocidos solo por las familias con más capital cultural, potencian la segregación escolar, la exclusión educativa y estigmatizan a los centros. Las pruebas externas son, en la actualidad, un freno para la mejora educativa y un despilfarro de recursos; es necesario sustituirlas por evaluaciones de diagnóstico (rigurosas y sin la publicación de resultados por centro) que sirvan a la administración, a los investigadores y a los centros para identificar problemas, diseñar soluciones y distribuir los recursos bajo principios de equidad.

Rendición de cuentas. Procesos burocráticos propios del sector privado por los que se controla que los componentes del sistema educativo no se desvían de las pautas dictadas desde la administración. De manera llamativa, la idea derendición de cuentas se aplica exclusivamente a los centros educativos, pero no al sistema en su conjunto. Esta idea es particularmente eficaz para trasladar la responsabilidad de los problemas a los docentes y para soslayar la escasez e injusta distribución de recursos y las diferencias en la composición del alumnado de los centros. Una verdadera rendición de cuentas implicaría analizar en qué medida el sistema garantiza el derecho a una educación de calidad a todo el alumnado y contribuye a construir una sociedad más responsable, cívica, igualitaria y cohesionada.

Somos conscientes de que este glosario podría ser más amplio y es susceptible de discusión y matizaciones. En cualquier caso, cuando se atraviesa la superficie de algunos eslóganes y se analiza su verdadero significado, se hace patente hasta qué punto se están pervirtiendo ideas fundamentales. No nos están arrebatando solo la esencia del derecho a la educación, sino también el sentido de las palabras. Recuperémoslas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/02/15/glorasio-tiempos-postverdad-educativa/

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Entrevista a Richard Gerver: “Hay demasiadas modas pasajeras en la educación”

Reino Unido / Autor: Pilar Álvarez / Fuente: El País

El experto en innovación educativa, asesor del Gobierno británico, afirma que las escuelas se centran demasiado en lo académico y es crítico con los exámenes y los deberes

Sale al escenario a insuflar ánimos. Y Richard Gerver (Londres, 1969) logra arrancar carcajadas en una sala donde centenares de profesores siguen sus charlas sobre innovación educativa. Doctor en Educación por la Universidad de Derby, escritor y asesor en temas de educación del Gobierno británico, este profesor saltó del aula al reconocimiento internacional por su trabajo como director de un colegio donde aplicó un exitoso plan para motivar a alumnos y docentes y combatió el alto índice de fracaso escolar. Es discípulo de Ken Robinson, uno de los pensadores educativos más solicitados. Como él, Gerver defiende que las escuelas se han centrado demasiado en lo académico y están reaccionando “con excesiva lentitud ante los cambios del mundo”. Recientemente estuvo en Zaragoza en una convención sobre innovación educativa organizada por el Gobierno de Aragón, donde se realizó esta entrevista.

Pregunta. Si fuera ministro de Educación, ¿por dónde empezaría?

Respuesta. Hay que aprender qué necesitan nuestros chicos para convertirse en seres humanos de éxito. Conversaría con educadores, empresarios, padres, estudiantes… Trabajaríamos para diseñar un sistema educativo acorde.

P. ¿Los políticos no hacen eso tan sencillo que usted propugna?

R. No, porque siempre viven en el corto plazo, para ganar las siguientes elecciones. Y muchos padres, aunque quieren lo mejor para sus hijos, creen que esto consiste en la misma receta que ellos recibieron. Pero el mundo ha cambiado. Lo que valía hace 20 años ya no vale.

P. ¿Hay países que lo estén haciendo?

R. Los más jóvenes. En parte de América Latina, por ejemplo Colombia. Parte de Asia también. Hasta China se ha dado cuenta de que el sistema tradicional no funciona para el futuro. Y los países escandinavos, por supuesto.

P. ¿Qué es innovar en la escuela?

R. Necesitamos un sistema educativo que siempre cuestione sus procesos. Innovar sugiere un gran momento de transformación, pero no puede hacerse demasiado rápido.

P. A veces se propugnan cambios sin suficiente evidencia científica.

R. Trabajar en el desarrollo del ser humano es algo complejo. Por un lado, no podemos esperar a tener un 100% de evidencia antes de cambiar algo pero, por otro, hay demasiadas modas pasajeras en educación. Muchas ideas que suenan fantásticas no promueven cambios. Tenemos que ser capaces de generar nuevas ideas y ponerlas a prueba.

P. ¿Puede la tecnología sustituir a los libros de texto?

R. El problema es cómo los usamos. Si los profesores solo siguen el libro, se están perdiendo el elemento personal. Si todo lo que hacemos es cambiar los libros por tecnología y usarla del mismo modo se trata simplemente de otra forma de cometer el mismo error.

P. ¿Qué papel cree que deben jugar los exámenes?

R. En España o Inglaterra son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito.

P. ¿Cómo medir entonces el progreso de los alumnos?

R. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Seamos serios. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. Los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen.

P. En España es recurrente también el debate sobre los deberes.

R. La primera pregunta es para qué ponemos a los niños a hacer deberes. Los deberes tradicionales suponen normalmente tenerlos sentados en una mesa haciendo ejercicios durante dos o tres horas. No hay evidencia que indique que los deberes tradicionales supongan una diferencia en la educación de los niños. ¿Son realmente un valor o es algo que hacemos porque siempre lo hicimos?

P. ¿Considera que no tienen sitio en la educación?

R. No, lo que digo es que me gustaría ver deberes de otro tipo, que se permita a los chicos investigar cosas que les interesan. Hay gente que piensa que la escuela es como una versión del purgatorio. La infancia debería ser mágica y excitante. Los niños nacen aprendiendo, son curiosos. Y conforme se van haciendo mayores son cada vez menos entusiastas. Tenemos que preguntarnos por qué pasa esto y dejar de culpar a los niños. No puede ser que todo siga igual solo porque nosotros nos aburriésemos en la escuela.

P. Los adultos se aburren a veces. ¿No cree que la escuela debería enseñar a soportarlo?

R. No digo que los niños tengan que estar pasándolo bien todo el tiempo. Aprender es un trabajo duro porque tienes que retarte a ti mismo. Pero, ¿por qué tenemos que hacer de la escuela algo tan duro durante tanto tiempo? Aún no trabajan, son solo niños. Y lo que sí sé es que los niños felices son los que más y mejor aprenden.

P. Hay familias con más recursos que otras. Un alumno puede ser un apasionado de la literatura porque ha tenido la suerte de que sus padres le hablaran de Dante, mientras que otro no ha tenido esa ventaja en casa. ¿Los métodos innovadores contemplan este desequilibrio?

R. Por supuesto. La educación no solo ocurre en la escuela y no solo tiene que ver con el conocimiento, sino con exponer a los niños a nuevas experiencias, llevarlos a galerías de arte o al ballet… Si todo lo que haces en el colegio es enseñar en un aula y con libros, los niños que tienen estas experiencias en casa siempre estarán por delante de los chavales que no tienen esas oportunidades. Parte del trabajo de los profesores es dar a estos alumnos lo que otros ya tienen en sus casas. Si enfocas tu currículo en hechos factuales y exámenes, los profesores no tienen tiempo de ayudar a desarrollar otras cualidades en los niños.

P. ¿Usted a qué escuela fue?

R. Fui a una escuela privada, mis padres eran ricos. Lo interesante es que no fue mi calidad académica la que me ayudó a tener éxito, sino mis habilidades sociales. El hecho de tener la confianza para hablar con gente, de adaptarme a situaciones diferentes, mi experiencia en el campo de las artes, de los deportes, los viajes, los sitios diferentes que vi por el mundo. No es que los niños no tengan que saber matemáticas, lengua, ciencia, historia… Pero el sistema tradicional se centra solo en estas cosas en lugar de en el desarrollo completo.

P. ¿Qué cambios importantes ha notado en las escuelas desde que empezó a hablar de innovación?

R. He visto evidencias de lo que hablo tanto en educación como en el mundo laboral. Muchos padres españoles soñarían con que sus hijos trabajasen en Google o Apple. Yo he trabajado con ellos y sé lo que buscan. No estoy intentando ser liberal o revolucionario. Yo también quiero que nuestros hijos tengan la oportunidad de crear las próximas Google y Apple.

P. ¿Y por qué su forma de entender la educación aún no es mayoritaria?

R. Hay muchas razones. Una, la transformación cultural no pasa rápido. La sanidad ha cambiado a lo largo de un siglo, paso a paso. Eso no da miedo. Lo que da miedo en educación es que aún estamos en el punto de partida y lo que vemos es la diferencia entre donde estamos y donde queremos estar. Es duro y se necesita un cambio masivo. Eso asusta.

P. España lleva lustros instalada en el debate de cómo atraer a los mejores profesores al sistema.

R. Uno de los retos en países como España es que la educación no disfruta de un estatus social alto. A los profesores no se les paga bien y muchos piensan que es algo que haces si no se te dan muy bien otras tareas, aunque el dinero no es la principal razón. La confianza es lo más importante. Y la admiración. Necesitamos que a los profesores se les mire como a Cristiano Ronaldo o a Messi.

P. Quienes critican la innovación educativa señalan que hay profesores, como usted, que salen del aula para convertirse en ponentes internacionales ya no vuelven a las clases.

R. No hice nada como profesor o como director para convertirme en famoso. Lo hice porque creía que era lo mejor para mis estudiantes. Cuando mi escuela fue conocida, tuve la oportunidad de probarle a la gente que había otra manera de hacer. El día que decidí dejarla fue el más difícil de mi vida, lloré cuando mandé mi carta de renuncia. Antes tenía influencia sobre 30 niños. Ahora doy conferencias por todo el mundo y puedo haber ayudado a más de un millón. Mi argumento es que nunca dejé la escuela, ahora tengo el privilegio de influir en un millón de alumnos. Tengo mucha suerte, pero echo de menos a mis chicos cada día.

P. ¿Cómo educó usted a sus hijos?

R. Fueron a la escuela pública, que es donde nosotros enseñamos [su mujer es directora de centro]. Tienen una educación muy sólida. Mi hijo tiene 16 y la chica, de 21, se prepara para ser maestra. Los dos tienen confianza suficiente para perseguir sus sueños. Son muy felices.

Fuente de la Entrevista:

https://politica.elpais.com/politica/2017/10/02/actualidad/1506943955_129970.html

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Hacia un “youthquake” educativo.

Por: Juan María Segura.

Hace un año, en este medio, confesé mi deseo para 2017: que actores políticos e instituciones educativas en Argentina se animen a innovar. A partir de lo que suponía iba a generar la publicación de los resultados del Operativo Aprender, planteaba en aquella confesión si estábamos preparados para actuar, capacitados para proponer transformaciones, decididos a arriesgarnos, si deseamos ser arquitectos del nuevo sistema. A un año de esa confesión, y a pesar de que mi deseo fue incumplido, siento que algo está cambiando radicalmente en la matriz educativa del país, y eso es positivo y necesario. Veamos.

Estamos finalizando un año en donde, sorprendentemente, la sociedad y la opinión pública se ocuparon mucho de la educación. Diría, como nunca lo habían hecho antes. A partir de eventos concretos, como el Operativo Aprender, la evaluación Enseñar, el trabajo del INFoD, la iniciativa de las Escuelas del Futuro, el Plan Maestro y otras iniciativas del tipo, la política (nacional y jurisdiccional) jugó sus cartas (debía hacerlo en un año electoral), y la sociedad respondió de una manera visible y ruidosa.

No necesariamente todas fueron respuestas civilizadas, articuladas, honestas, pero la sociedad se involucró a partir del temario planteado, y eso, a mi juicio, modificó la conciencia del problema. Los datos puestos sobre la mesa alteraron la forma en la cual analizamos el problema educativo, y eso modificó nuestra conciencia del mismo. Con epicentros en los meses de marzo (inicio del ciclo escolar, paritarias, paros) y septiembre (el mes de la educación), el calendario estuvo atravesado de punta a punta por un profundo debate educativo, que mostró a la política proponiendo lo que puede, y a la sociedad discutiendo como le sale. Nada muy sofisticado, pero novedoso. Y, por lo tanto, auspicioso.

Por eso siento que, a pesar de que mi deseo no se cumplió, percibo movimientos sísmicos en las bases del sistema, que solo aumentará en intensidad. Y eso es positivo.

El 2018 será un año en donde, a partir del triunfo electoral del Gobierno nacional, es esperable que se intensifiquen las acciones y propuestas en la dirección de lo que ya hemos visto: generación de datos, visibilización de problemas y creación de algunas formas rudimentarias de consensos (más pensados para la gobernabilidad que para su renovación, pero consensos al fin).

Datos, problemas, consensos. Seguramente a eso se avoque la política y la política educativa. Al final de cuentas, es una gran contribución, reconociendo de dónde venimos. No es suficiente y no alcanza para innovar, pues los datos, problemas y consensos no requieren originalidad de ningún tipo para ser puestos a consideración de la sociedad. Innovar es combinar recursos de una manera novedosa e intencionada para suscitar aprendizajes. Supone acción, praxis y originalidad.

Deseaba que ello pase en 2017 y también lo reclamo en 2018, pero entiendo que este gobierno no lo hará, e igual estoy satisfecho con su aporte: datos, problemas, consensos. No es mucho, pero es un progreso. Y ayuda a modificar la conciencia de la sociedad sobre el problema.

Solo me queda una duda, ya no un deseo: ¿recordarán los funcionarios que en 2018 se cumplen 100 años de la reforma universitaria? En junio se emulará la épica de aquellos jóvenes cordobeses que provocaron una transformación en el sistema, que incluyó el cogobierno, la libertad de cátedra, la autonomía, y que iluminó el reformismo no solo en nuestro país sino en el sistema universitario de toda la región.

A 100 años de aquella reforma, nuestro sistema universitario requiere ser repensado, y ello ocurre en un momento de la historia en donde los jóvenes están haciendo colapsar a las instituciones del siglo 20.

El diccionario Oxford acaba de elegir a la palabra del año: youthquake. El término, acuñado por la editora de la revista Vogue, describe cómo los jóvenes y su forma de pensar están cambiando el mundo de la cultura, la moda, la música, etc. El diccionario la seleccionó, no solo por su significado (un cambio cultural, político o social significativo surgido de las acciones o influencia de los jóvenes), sino también por el aumento de su injerencia.

Es en este contexto de época en el cual transitaremos el aniversario de nuestra reforma universitaria del 18, con jóvenes más en control de sus acciones, más indiferentes en algunas cuestiones (en las recientes elecciones en Chile solo votaron el 20% de los jóvenes) y más combativos con otros tópicos (la educación siempre los muestra activos y atentos). Enfrentar el 2018 sin tener una hoja de ruta para dar contención y encausar lo que seguramente será un gran activismo juvenil y estudiantil sería una torpeza política, y una gran oportunidad desperdiciada.

Si durante 2018 logramos obtener más datos, clarificar nuevos problemas, consensuar con más actores, y diseñar una buena agenda para discutir la educación superior, entonces vamos bien. No es suficiente, pero sin dudas es la dirección correcta. No será una agenda innovadora, pero garantiza que se siga modificando la conciencia de la sociedad sobre el problema educativo. Y cuando la sociedad modifica su conciencia de los problemas, el culturalquakese torna inevitable, inminente. Sigamos avanzando, sin temor, comprometidos.

Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/757298/opinion/hacia-youthquake-educativo.html

Imagen: https://infotra.files.wordpress.com/2017/12/lmtvacdd.jpg?w=1400

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