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Democracia y manipulación de la opinión pública

Por: Raúl Zibechi

La forma más adecuada para garantizar la estabilidad gubernamental ha sido, hasta ahora, la democracia controlada o democracia de baja intensidad.

Un sistema que consigue la estabilidad a través de la desinformación que promueven los medios de comunicación monopolizados, que se está revelando como más eficiente que las dictaduras.

Un estudio realizado por científicos con grupos de peces, cuyos resultados estiman pueden extrapolarse a las sociedades humanas, fue publicado en la revista Science en 2011, bajo el título Individuos desinformados promueven el consenso democrático en grupos animales (https://bit.ly/3SrWoqB).

La investigación concluye que para contrarrestar la influencia de una minoría obstinada, la presencia de individuos desinformados inhibe espontáneamente este proceso, devolviendo el control a la mayoría numérica.

El trabajo insiste en la importancia de lo que denomina las personas desinformadas en la toma de decisiones, cuyo resultado sería democrático porque sencillamente son mayoría.

En este punto, los científicos parecen influidos por el concepto de democracia de las clases dominantes, que la reducen al papel de la mayoría en la elección de sus representantes. El problema, en nuestras sociedades, es que esas mayorías son creadas por la manipulación de la información, tarea que recae en lo grandes medios de comunicación monopolizados por pequeños grupos de empresarios altamente concentrados.

Aunque el trabajo es bastante más extenso que los párrafos citados, que lo sintetizan, debe retenerse la importancia de la desinformación o, si se prefiere, de la confusión que son capaces de crear para distorsionar las percepciones de la población, empujada a apoyar a menudo opciones que van en contra de sus intereses. Pero también para paralizar su capacidad de reacción con un auténtico bombardeo, tarea que recae particularmente en los medios audiovisuales, sobre todo la televisión, el segmento de la comunicación más concentrado e impermeable al disenso.

Ejemplos abundan: desde la desinformación sobre las causas de la pandemia del covid-19, con sobreinformación sobre el murciélago en un mercado chino como causa, ocultando el comprobado papel de la deforestación para cultivos industriales, hasta las causas de la guerra en Ucrania. Rechazar la invasión de Rusia no debe ir de la mano de la negación de la existencia de un golpe de Estado en Kiev en 2014, ni el cierre de 217 medios en Ucrania durante el primer año de la guerra, mientras se acreditaron 12 mil periodistas locales y extranjeros para cubrirla, según informa Reporteros Sin Fronteras (https://bit.ly/3lZhhNm).

Tampoco se encuentran en los medios occidentales informes sobre el nazismo en Ucrania, ni acerca de la guerra de Arabia Saudita contra Yemen, con su corolario de muertes, hambrunas y desastre humanitario. No se considera invasión la presencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Siria, y así en muchos otros casos.

Ni qué hablar del sabotaje estadunidense al gasoducto Nordstream, Seymour Hersh, quien elaboró un pormenorizado informe sobre cómo fue destruido, será silenciado y vilipendiado, como acaba de asegurar Noam Chomsky (https://bit.ly/3m0xZME).

Lo cierto es que la desinformación juega un papel relevante en el sostenimiento del orden sistémico occidental, sector del mundo que controla los principales medios que llegan a la población. Como señala una reciente cobertura de El Salto: los mejores contenidos periodísticos pueden no tener ninguna consecuencia, porque el poder y los medios a su servicio los ignoran (https://bit.ly/3IHe0vc).

Es evidente que la democracia no existe en los medios. Ese control casi absoluto ha conseguido algo que décadas atrás parecía imposible: erradicar el conflicto de la percepción del público. Los más brutales crímenes pueden pasar desapercibidos si los medios se empeñan en ello.

Cuando este control mediático se desborda, porque la realidad resulta demasiado evidente, como en Perú en los últimos 70 días, ahí está la policía, el golpe de Estado permanente, para reventar las protestas.

A mi modo de ver, esta realidad tiene dos consecuencias mayores.

La primera es que no tiene mucho sentido luchar por la opinión pública, ni competir con los medios del sistema, algo que los pueblos que luchan nunca conseguirán. Se trata de crear medios propios, sin duda, pero no para competir por la opinión de las mayorías, sino para consolidar nuestro campo, a los pueblos en movimiento y a todos y todas aquellas que los acompañan. No es algo menor.

La segunda es la convicción de que no existe algo llamado democracia, si es que alguna vez existió. Desde el momento en que las opiniones y las voluntades de las personas son moldeadas y manipuladas por gigantescas maquinarias que escapan a cualquier control que no sea el de las clases dominantes, entrar en el juego electoral no tiene futuro.

Construir abajo y a la izquierda, parece el único camino emancipatorio posible.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2023/02/24/opinion/017a1pol

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EEUU y las guerras del siglo XXI

Franklin González

“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganaras otra. Si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla” (SUN TZU).

 

En 1940, durante la segunda guerra mundial, la célebre antropóloga norteamericana Margaret Mead, publicó un artículo titulado: “La guerra es sólo una invención y no una necesidad biológica”. Ese artículo comienza con una pregunta: ¿Es la guerra una necesidad biológica, una fatalidad sociológica, o sólo una invención desastrosa?

La primera, la expresada por el pragmático y psicólogo estadounidense William James, en su ensayo titulado: La equivalencia moral de la guerra (The Moral Equivalente of War), donde este autor sostiene que la naturaleza humana es belicosa, competitiva y agresiva, y, por tanto, propenso siempre a las guerras.

La segunda, la guerra es la inevitable consecuencia del desarrollo del Estado, de la lucha por la tierra y los recursos naturales de las sociedades de clases que surgen, no de la naturaleza del hombre, sino de la naturaleza de la historia. En consecuencia, ella es inevitable, a menos que se cambie el sistema social y se aniquilen las clases, los conflictos por el poder y la propiedad.

La tercera, es la de quienes afirman que toda agresión proviene de la frustración de los impulsos del hombre biológicamente determinados, y como todas las formas de cultura están condenadas al fracaso, cada nueva generación será agresiva y la agresión encontrará su natural e inevitable expresión en la guerra de razas, en la guerra social, en la guerra nacionalista y en otras formas de guerra.

Para la autora Margaret Mead, la guerra será entendida como un conflicto organizado entre dos grupos (con aliados o sin ellos) para luchar y matar, es una invención como cualquier otra: las maneras de vivir,  de casarse,  cocinar los alimentos al fuego en lugar de comerlos crudos, saludar estrechando la mano o haciendo una reverencia, enterrar a los muertos (o cremarlos), celebrar cultos de acción de gracias, etc. Por tanto, la guerra no es una necesidad biológica, es simplemente una invención y como tal, las sociedades se resisten a abandonarla fácilmente.

Por su parte, el militar prusiano Carl Von Clausewitz, en su obra De la guerra sostiene que la guerra, aun si denota polaridad y fragmentación, aun si es exacerbada y continua, siguen siendo fundamentalmente política. Así lo dice: “la guerra no es más que la continuación del intercambio político con una combinación de otros medios”.

Vladimir Ilich Lenin dirá: “Nosotros, los marxistas, diferimos tanto de los pacifistas como de los anarquistas en que reconocemos la necesidad de estudiar históricamente (desde el punto de vista del materialismo dialéctico de Marx) cada guerra en particular” (El Socialismo y la Guerra).

El papa Francisco ha sostenido insistentemente que la guerra es “un acto bárbaro y sacrílego y que “no puede ser algo inevitable” a lo que la gente acabe acostumbrándose, que se produce por falta de diálogo. “Basta, paren, dejen las armas, dialoguen seriamente por la paz”

Ha realizado llamados a los “responsables políticos para que reflexionen” y comprendan que “cada día de guerra empeora la situación de todos”.

En una entrevista con la agencia argentina de noticias Télam cuestionó el papel de la ONU en estos términos: «Después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en la Organización de las Naciones Unidas. No quiero ofender, pero en este punto no tiene poder para imponerse. Ayuda, sí, a evitar guerras. Pero para parar una guerra, para resolver una solución de conflicto, no tiene poder» (https://www.forbes.com.mx/onu-no-tiene-poder-para-detener-las-guerras-papa-francisco/).

EEUU y las guerras

Mientras tanto, los Estados Unidos desde que se conformaron como nación (a partir de 1776), lo hicieron bajo el modo de producción capitalista y su historia está plagada de intenciones expansionista, que se fueron acrecentando en el tiempo. En ella podemos encontrar que la utilización del instrumento de la guerra ha respondido a una necesidad biológica (son los elegidos de Dios), a una fatalidad sociológica (su Estado siempre ha sido un Estado empresario, como una vez dijo José Saramago y por tanto, responde a los intereses del capital), a una invención desastrosa (el excepcionalísimo americano) o a una invención como cualquier otra (Estados Unidos siempre ha buscado hegemonizar)

El que fuera el 39º presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, habría dicho en un discurso pronunciado, en la escuela dominical de la Iglesia Bautista Maranatha en Plains, Georgia, que durante los 242 años de su existencia, Estados Unidos ha estado en paz solo durante 16 años. Y si se toman en cuenta todas las guerras, los ataques militares y las ocupaciones de territorios extranjeros, en la historia de Estados Unidos solo hubo cinco años de paz: 1976 (el último año del Gobierno de Gerald Ford) y los que van de 1977 a 1980 (https://www.conclusion.com.ar/internacionales/jimmy-carter-dijo-que-estados-unidos-es-la-nacion-mas-guerrera-de-la-historia-del-mundo/04/2019/)

Ahora, más allá de esas apreciaciones, lo cierto del caso es que en lo que va de siglo XXI, siglo que se auguraba como de paz, Estados Unidos ha acudido al expediente de imponer por la fuerza (la guerra) sus “valores” y la “democracia” que dicen defender. En unos casos utilizando la guerra clásica o convencional (primera, segunda y tercera generación) y en otros casos utilizando las guerras actuales o hibridas (cuarta, quinta y sexta generación).

En el primer caso, los resultados no han sido muy favorables que digamos para sus intereses y en el segundo, por el contrario, han logrado cosechar algunos éxitos que deben llamar poderosamente la atención de los pueblos del mundo.

En estas reflexiones, estableceremos esos contrastes y para ello desarrollaremos las siguientes tesis:

  1. En lo que va del siglo XXI, cuando Estados Unidos ha acudido a la utilización del instrumento clásico o convencional de la guerra, ha tenido resultados no favorables para sus intereses hegemónicos en el mundo. Los casos emblemáticos lo constituyen: Afganistán, Irak, Libia y Siria. En este caso el factor predominante ha sido el externo.
  2. En lo que va del siglo XXI, cuando Estados Unidos ha acudido a la utilización del instrumento de las guerras híbridas (cuarta, quinta y sexta generación), ha tenido resultados favorables para sus intereses hegemónicos, al menos en el Continente Americano. Los casos emblemáticos lo constituyen los golpes de estados propinados contra varios gobiernos de América Latina. Aquí el factor interno ha predominado.

Desarrollo

1.a) El instrumento de la guerra convencional o clásica (resume las tres primeras generaciones de la guerra).

La primera, la que se sitúa alrededor del siglo XVII, donde ya hay una distinción clara y generalizada entre militares y civiles y batallas formales en un campo de batalla lineal. El objetivo es siempre la consecución de la victoria en el enfrentamiento buscando la superioridad numérica, técnica, táctica o estratégica.

El declive de esta generación de la guerra comienza a finales del siglo XIX. Los ejércitos se empiezan a masificar y la tecnología se vuelve obsoleta. El armamento y munición se quedan anticuados para la gran cantidad de hombres que conforman los ejércitos.

La segunda generación de la guerra pone el énfasis con la frase, acuñada en la batalla de Verdún (Francia) en 1916, de que “la artillería conquista, la infantería ocupa” (Joseph Nye). Su paradigma es la Primera Guerra Mundial, donde se puso en práctica la ofensiva sin vacilaciones de ninguna clase, valentía y tenacidad, destrucción de la voluntad del adversario y donde las batallas están por encima de las luchas morales.

El paradigma de la tercera generación de la guerra lo será la Segunda Guerra Mundial, donde se agrega como características fundamentales la sorpresa y la velocidad. Es conocida también como guerra Blitzkrieg (o guerra relámpago). Se busca la superioridad tecnológica frente al enemigo y la coordinación de una fuerza aérea y terrestre.

Bajo este último esquema ha operado Estados Unidos en las guerras más emblemáticas (Afganistán, Irak, Libia y Siria) puestas en ejecución por las administraciones gubernamentales de George W. Bush. Barack Obama y Donald Trump.

Aquí ha sido el factor externo predominando, esto es, la invasión y el combate directo del ejército, conformado mayoritariamente por mercenarios, al servicio de los intereses de Estados Unidos.

Veamos.

Afganistán

El 08/07/2021, el presidente de EE. UU Joe Biden, ante la pregunta de si la victoria talibán era inevitable respondió: “No, no lo es. Porque tienes a 300.000 soldados afganos bien equipados, tan buenos como los de cualquier Ejército en el mundo, y una Fuerza Aérea, contra unos 75.000 talibanes. No es inevitable”.

Pero una semana después los talibanes entraban a Kabul y se hacía con el poder de ese país.

Esa afirmación del presidente estadounidense, que se estrelló de lleno con la realidad, puede deberse a la costumbre anidada en las elites de ese país de mentirle a su propio pueblo y al mundo o también a una desacertada información de los organismos de inteligencia y seguridad de EEUU, lo que no habla muy bien de los mismos en un contexto en el cual su hegemonía está seriamente amenazada.

En todo caso, la retirada de EUU de Afganistán ha generado un conjunto de incógnitas y/o acertijos sin respuestas definitivas.

Si algo ha quedado claro es que la operación llevada a cabo por EEUU en Afganistán, tras 20 años, fracasó producto de un desconocimiento de la idiosincrasia de ese pueblo en términos culturales, tradiciones, religiosas y en su formar de pensar e interpretar la vida.

Detrás de lo que ocurrió en Afganistán está una actuación con total irrespeto hacia el otro, con desprecio a lo distinto y el creerse la única y universal cultura.

El otro existe y por tanto hay que comprenderlo, conocer y entender su mentalidad, inquietudes y aspiraciones. Hay que aplicar, según Enrique Dussel, la analéctica, que significa ponerse en el lugar del otro.

A quienes mandan en EEUU se les olvidó ver la película Rambo II, estrenada en 1988 por uno de sus principales instrumentos de domino cultural –Hollywood-, en la cual se ensalza el valor de los combatientes afganos contra el ejército soviético. Allí el coronel Trautman, instructor y mentor del protagonista –John James Rambo, un veterano de Vietnam encarnado por el actor Sylvestre Stallone- prisionero de los soviéticos y ante el interrogatorio por parte de un oficial ruso, responde:

“Si conocieran su historia, sabrían que esa gente jamás se ha rendido ante nadie. Prefieren morir antes que ser esclavizados por un ejército invasor, no pueden ganarle a un pueblo así. Nosotros lo intentamos, ya tuvimos nuestro Vietnam; ahora ustedes tienen el suyo”.

Recuérdese que los afganos acabaron con el imperio británico, luego lo hicieron con el soviético y también lo hicieron con la OTAN completa. Naguará, diría un larense.

La canción “Volver”, de Carlos Gardel, dice que 20 años no es nada. Pero en este caso, diríamos que 20 años después fueron muchas vidas perdidas, millones y millones de dólares gastados y las preguntas de rigor: ¿Para qué sirvió? ¿Qué se consiguió?

Aunque Henry Kissinger lo llamó un “revés autoinfligido”, lo cierto de todo es que el “síndrome de Vietnam” para EEUU se convirtió, con Afganistán, en el “eterno retorno” nietzscheano.

Irak

En el año 2003 el gobierno de George W. Bush emprendió la invasión contra Irak y su pueblo.

Después de eso Irak se fragmentó en tres grupos que disputan la hegemonía del gobierno y del territorio iraquí. De un lado, los chitas, que dominan la capital, Bagdad, y sus alrededores (constituyen alrededor de 60% de la población). Los sunitas, los que conformaron siempre el apoyo de Saddam Hussein, controlan gran parte del sur de ese país (son alrededor de 20%) y en el norte se encuentran los kurdos que luchan por su nación Kurdistán (constituyen el otro 20%).

Aunque hayan cantado victoria, es indudable que el cataclismo social y político que supuso el derribo de Sadam, los errores de EE UU, la guerra sectaria que desató la ocupación y el vergonzoso desempeño de la mayoría de los dirigentes han tenido un elevadísimo coste humano para los iraquíes.

En Bagdad, beber agua del grifo resulta peligroso, el servicio eléctrico es irregular, no hay transporte público y la recogida de basuras deja mucho que desear. En las provincias la situación es peor.

Se asegura que Irak constituye un Estado fallido y eso no es una buena noticia para EEUU.

Libia

Muammar al-Gaddafi fue el líder que en 1969 encarnó la revolución verde con la cual dio al traste con la Monarquía del rey Idris. Siempre había sido enemigo de Estados Unidos.

En la lucha contra el terrorismo lo ubicaron como miembro del “Eje del Mal” pero repentinamente pasó a ser “amigo” de Occidente, hasta tal extremo que le entregaron la llave de oro de la ciudad de Madrid en 2007. En ese mismo viaje, su primera visita oficial a España, también fue recibido por José Luis Rodríguez Zapatero y por el rey Juan Carlos de Borbón, incluso se le permitió pasar revista a una compañía de la Guardia Real al tiempo que la banda de música interpretaba una marcha militar: “El viejo almirante”.

Los máximos dirigentes de Occidente lo abrazaron, desde Silvio Berlusconi hasta Barack Obama y con toda seguridad todas las veces que se reunieron hablaron del infinito respeto por los derechos humanos.

Sin embargo, la “realpolitik” es más importante que los “amigos”. Muammar al-Gaddafi se convirtió en objetivo militar y había que eliminarlo, para lo cual se fueron preparando progresivamente las condiciones. El 20 de octubre de 2011 fue humillado, torturado y asesinado.

Libia es un agujero negro. Un Estado sin esqueleto donde conviven casi 7 millones de habitantes y se habla de que hay hasta 20 millones de armas de fuego. Hay unos cuantos miles de desplazados internos por la guerra, la corrupción infecta a gran parte de sus instituciones, los terroristas islámicos atentan de forma intermitente, los secuestros son habituales y las milicias se disputan a tiros barrios e instalaciones clave.

La “unidad nacional” no existe, por el contrario, se está en presencia de un país en tribus y clanes, que tienen su propio gobierno. Todo ello como consecuencia de la política intervencionista de Estados Unidos y sus aliados de occidente y de la región.

Siria

Desde mediados de marzo de 2011, Siria vive fuertes disturbios y matanzas indiscriminadas, planificadas desde el exterior.

Todo fue planificado para derrocar al presidente de ese país, Bashar Al Asad. Crearon y financiaron incluso al “Estado Islámico”.  Hoy este último se le salió de su control, se convirtió en una especie de Frankenstein, que ha realizado acciones contra sus aliados más importantes de Europa.

El presidente sirio sigue en el gobierno y el presidente Donald Trump anunció en su momento el regreso a casa de las tropas estadounidenses que se encuentra en territorio sirio.

En Siria como en los otros casos, la política imperial ha fracasado.

Cabe destacar que, según un estudio realizado en noviembre de 2018 por el Instituto Watson de Relaciones Internacionales y Públicas de la Universidad Brown, desde 2001, Estados Unidos había gastado 5,9 billones de dólares en guerras en Irak, Siria, Afganistán, Pakistán y otros países.

2.b) Las guerras actuales o híbridas (cuarta, quinta y sexta generación).

En el texto: Guerras Híbridas. De las revoluciones de colores a los golpes (2015), Andrew Korybko, define a este tipo de guerra como la combinación entre revoluciones de colores y guerras no convencionales. En otras palabras, aquella donde se utilizan herramientas de propaganda y estudios psicológicos combinados con el uso de redes sociales con el objetivo de desestabilizar gobiernos por medio de manifestaciones de masas en nombre de reivindicaciones abstractas como democracia, libertad, defensa de los derechos humanos, “ayuda humanitaria”, etc.

Lo importante es encontrar la chispa que encienda la “pradera, genere un conflicto interno, se logre derribar y sustituir al gobierno (“golpe suave”).

Si esto no se logra, entonces se avanza a otro estadio, el de guerra no convencional, aquellas combatidas por fuerzas no regulares, sean guerrillas, paramilitares, milicias o insurgencias (“golpe duro”).

Para Joseph Nye, el que fuera ideólogo del gobierno de Barack Obama, las guerras híbridas: “Se libran con armas muy variadas, no todas con potencia de fuego. Con cámaras en todos los teléfonos móviles y programas de edición de fotografías en todos los ordenadores —para no hablar de la importancia de las redes sociales—, las campañas de información se han convertido en un aspecto crucial de la guerra moderna”.

Las guerras actuales, las denominadas de cuarta, quinta y sexta generación, tienen las siguientes características:

Dejan de ser los Estados los sujetos que emprenden de manera directa el conflicto, aun cuando asuntos geopolíticos y geoestratégicos siguen siendo el objetivo de la guerra.

Se manipula a la opinión pública, al pueblo, con la finalidad de socavar los vínculos sociales y la legitimidad del Estado.

Se hace uso de los “métodos no violentos” (Gene Sharp).

Son asimétrica pero no necesariamente violenta, en tanto que trasciende el plano físico y se cierne sobre al plano cultural y psicosocial, generando emociones primarias negativas, tales como odio, miedo y tristeza.

Se levanta la defensa de los derechos humanos y al mismo tiempo se utiliza indiscriminadamente el derecho individual para violentar derechos colectivos.

El enemigo deja de estar definido y se convierte más en un ente de naturaleza etérea. Es una “guerra sin contacto y silenciosa” (Roy Alderman). Básicamente se fundamenta en el aprovechamiento masivo de los medios cibernéticos y en el “dominio de la mente”. Sería la “psicopolítica” o el “panóptico digital”, según el filósofo Byung Chul Han.

Constituyen una herramienta que sirve para alcanzar, mantener o intensificar el control de la población sin la necesidad de emplear armas convencionales que representan un elevado costo, sino a través de la propaganda, el rumor, declaraciones oficiales en medios de comunicación, manipulación de contenidos en artículos de opinión y empleo de las redes sociales.

También se hace uso de la ciencia, la semántica, semiótica y psicología social para atacar el cerebro reptilito, que es la zona del cerebro en donde se generan las emociones básicas o primarias.

Se trata de la preponderancia en el uso de la información en beneficio propio por medio de vías tecnológicas en medio de un conflicto o de un no conflicto. El objetivo es influir en la opinión pública. Todo esto concierne al ciberespacio y en él se fundamenta toda una estructura de ciberdefensa. En este medio surgen las operaciones de información como las acciones coordinadas para influir en la toma de decisiones del adversario generando confusión e interfiriendo en sus capacidades de mando y control.

La información tiende a desestabilizar a las naciones. La opinión colectiva se posiciona en función de la cantidad de información generada en medios de comunicación o redes sociales. Dicha información generalmente está adulterada, tergiversada o deliberadamente hacen uso de falsas noticias (fake news).

Se utilizan organizaciones criminales como mercenarios.

En estas guerras actuales y sus modalidades o tipología, predomina, fundamentalmente, el apoyo del factor interno, ya no es la invasión e intervención militar, ahora son otras expresiones del instrumento de la guerra, siendo utilizados con participación de actores e instituciones nacionales.

Aunque siempre es bueno acotar que detrás de un conflicto interno, local, entre dos bandos, en cualquier país del mundo, siempre estarán los intereses de potencias extranjeras.

América Latina

Veamos los casos, todos de América Latina, donde Estados Unidos se juega su hegemonía. Según el filósofo y teólogo Enrique Dussel, EEUU se habían alejado de América Latina, pero como fueron derrotados en lo otros lugares ya mencionados, vuelven por esta zona del mundo y la quieren recuperar. Ahora con nuevas formas.

Venezuela

Este 11 de abril de 2002 en Venezuela se produjo un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.

Así se recogió por los medios nacionales e internacionales esos sucesos. En ese entonces, en cadena nacional, el general Lucas Rincón, ministro de la Defensa, anunciaba que se le había solicitado la renuncia al presidente y que este había aceptado.

Estas fueron sus palabras:

“Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades”.

Palabras de derrota y mensaje de entrega.

Aunque la realidad es que la renuncia nunca se produjo, puesto que no se firmó ningún documento.

Militares y civiles trasladaron al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, a distintos lugares, inicialmente al Fuerte Tiuna, en Caracas, intentando evitar que el pueblo lo rescatara, para posteriormente ser llevado hasta la isla venezolana de La Orchila, hasta su regreso el 13 de abril.

Por su parte, los medios de comunicación nacionales festejaron su caída, mientras que el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Pedro Carmona Estanga, era presentado en televisión como líder del movimiento golpista.

Se realizaron allanamientos y agresiones por todo el país a diferentes funcionarios del Gobierno. Detienen sin orden judicial al (para ese entonces) diputado Tarek William Saab y al ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín.

Liderado por el entonces alcalde del municipio Baruta, Henrique Capriles, se realiza un ataque contra la embajada de Cuba en Venezuela, secuestrando a las personas que se encontraban en el lugar.

Consumado el golpe de Estado, Pedro Carmona Estanga, acompañado de políticos de la ultraderecha venezolana y representantes de la Iglesia Católica, se autojuramentó como presidente de Venezuela.

Se leyeron los decretos de Constitución del Gobierno transitorio con los cuales se disolvieron los poderes públicos y simultáneamente se produce un silencio informativo sobre los primeros actos de los golpistas.

El primero en visitar el palacio de Miraflores para felicitar al golpista fue el embajador de los Estados Unidos, Charles Shapiro. Seguro estaban que habían logrado su objetivo, sin invasión alguna.

Pero se les escapó un “pequeño” detalle: la “astucia” no del Príncipe de Nicolás Maquiavelo –que también lo fue-, sino del valeroso pueblo venezolano.

La revolución bolivariana se ha convertido para los gobernantes estadounidenses, demócratas y republicano, en un “hueso duro de roer”.

Casi todas las modalidades de la guerra actual se han activado para lograr su propósito de roer ese hueso. Han mencionado que todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo una guerra clásica.

Más allá de especulaciones y divagaciones, lo cierto es que la bitácora con Venezuela hasta ahora no han funcionado, pero el “león” está herido y sigue acechando.

Haití

El 29 de febrero de 2004, el presidente electo de Haití Jean-Bertrand Aristide, fue secuestrado por un comando de fuerzas élites militares estadounidenses, luego de recibir las amenazas de “emisarios” franceses. El presidente fue obligado a abandonar su país, y llevado a la República Centroafricana y a Jamaica, finalmente lo dejaron en Sudáfrica.

No hizo falta invasión alguna, operó otra modalidad (el secuestro por la fuerza) y lograron sus objetivos.

Honduras

En 2009, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, pretendía realizar una consulta popular para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, con la intención de modificar la constitución de 1981. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, junto al Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General y el Congreso Nacional se opuso a la consulta, al estar manejado por conservadores y opositores al Gobierno de Zelaya.

Eso sirvió como excusa para que el 28/06/2009, el Ejército secuestrara al presidente y a la fuerza lo llevaron para Costa Rica.

El gobierno de Barack Obama, detrás de bastidores, fue con su Secretaria de Estado, Hillary Clinton, los autores intelectuales de este golpe de Estado. No hubo necesidad de intervención o invasión militar alguna.

Si alguien tiene dudas al respecto puede consultar el libro Decisiones Difíciles de esta exsecretaria de Estado.

Paraguay

Bajo los cargos de “mal desempeño en sus funciones” y una masacre sobre sus hombres (Curuguaty), Fernando Lugo, quien asumió la presidencia de Paraguay el 20 de abril de 2008, se vio obligado a dejar el cargo como mandatario de esa nación el 22 de junio de 2012 por un juicio político calificado de exprés e impulsado por la oposición.

“Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores”, denunció para el 2012 el presidente Constitucional de Paraguay, Fernando Lugo.

Lugo fue apartado del cargo a pedido de la Cámara de Diputados (instancia acusadora). Por mayoría (76 votos contra 1), la Cámara Baja aprobó el libelo acusatorio para someterlo a juicio político.

Federico Franco, quien era el vicepresidente de Lugo, fue el que asumió ilegalmente la presidencia de la República tras el golpe parlamentario.

El golpe de estado parlamentario a Lugo formó parte de la nueva estrategia impulsada por Estados Unidos para el restablecimiento de la derecha neoliberal en la región.

El Lawfare se puso en desarrollo.

Brasil

En diciembre de 2015 se abrió un proceso de acusación por corrupción contra la mandataria constitucional de Brasil, Dilma Rousseff y tras recorrer un largo camino por la cámara baja y la cámara alta del Congreso, de recolección de pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de una comisión especial del Senado, Rousseff fue hallada culpable y destituida definitivamente el 31 de agosto de 2016, y de esa forma se consumó el golpe de Estado en Brasil. ,

Para nadie en Brasil era un secreto que el impeachment contra Rousseff se trataba de un “golpe blando”, tal como lo calificó el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel: “Los golpes blandos ya se pusieron en práctica en el continente en países como Honduras (con Manuel Zelaya) y Paraguay (con Fernando Lugo). Ahora, la misma metodología, que no necesita a las Fuerzas Armadas, se está utilizando aquí en Brasil”.

Tras la destitución de la exmandataria, Michel Temer, quien en la época se desempeñó como su vicepresidente, asumió la Presidencia de Brasil en agosto del 2016.

El 18 de septiembre de 2019, ese mismo personaje reconocería que la destitución de Rousseff fue un “golpe” de Estado, con lo cual se desacató la voluntad soberana del pueblo que la eligió.

Otro golpe parlamentario, otro Lawfare. Nada de intervención e invasión militar.

Ahora volvió Luiz Inácio Lula da Silva, pero hay que estar pendiente porque la República Federativa de Brasil es una sociedad profundamente polarizada y dividida y la mayoría del Parlamento está en manos de la derecha, siempre dispuesta a todo.

Así que mosca con eso.

Ecuador

A finales de septiembre de 2010 una notica estremeció a América Latina. Se difundieron las imágenes que mostraban el secuestro del presidente Rafael Correa por la policía ecuatoriana en el Hospital de la Policía, en Quito.

Se informaba que el Ejército, aunque había declarado que apoyaba a su comandante en jefe, es decir al mandatario, no había salido a la calle a repeler el accionar de la Policía.

La Fuerza Pública se reveló ante la Ley Orgánica de Servicio Público votada y aprobada por el Congreso, en la cual, según los complotados, se les quitaban muchos beneficios y bonos. Por ello, generales y efectivos policiales de Ecuador entraron en rebeldía, incluso quemando neumáticos y bloqueando calles con el uniforme puesto.

Eso no generó mayores consecuencias por la firmeza del presidente Correa y la reacción de sus partidarios que salieron a las calles a protestar contra ese intento de Estado.

Diría Rafael Correa: “Si lo que quieren es matar al presidente, aquí lo tienen, pero el proceso que ha iniciado este Gobierno no se detendrá. No echaremos un pie atrás”.

Pero la procesión iba por dentro. No hubo necesidad de intervención militar alguna: Los “poderes fácticos” de EEUU, lograron cooptar para sus intereses a quien operó como vicepresidente de Ecuador, Lenin Moreno, quien terminará, de la mano de Rafael Correa, siendo candidato presidencial del movimiento Alianza País (AP) y en el año 2017 es electo presidente de Ecuador.

No pasaría mucho tiempo para que este personaje, por arte de birlibirloque, diera una voltereta, se trasmutara en un anticorreísta, sacara a Ecuador de la ALBA y de UNASUR, se uniera a Luis Almagro en su obsesión contra la revolución bolivariana, se convirtiera en un defensor a ultranza del “Grupo de Lima” y en un “niño mimado” del gobierno de Estados Unidos.

Así operan también los golpes. La traición y los cooptados también sirven para el propósito buscado.

Bolivia

Lo sucedido en noviembre de 2019 contra Evo Morales y la revolución de los indígenas que encarnaba, venía preparándose con antelación. Fue la respuesta de quienes se resisten a perder sus privilegios. Ante la imposibilidad de derrotar al MÁS por elecciones, se escogen los atajos. Es la venganza de los sectores de la Media Luna del año 2008.

Debe recordarse que Bolivia ha sido un país fracturado geográfica y socialmente.

De una parte, se encuentra el departamento ubicado en la región de los llanos: Tarija y los del oriente boliviano: Beni, Pando y Santa Cruz. Eso se conoce como la Media Luna, su relevancia económica es crucial, representan casi la mitad del PIB boliviano, el PBI per cápita es muy superior al resto del territorio, y ha sido decisiva en la política interna de Bolivia (la identidad camba).

De otra, se encuentran los departamentos de Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz. A pesar de contar con el peso de La Paz como centro político, cultural y financiero de Bolivia, la influencia económica de la región es considerablemente menor a la de la Media Luna. Además, la zona occidental de Bolivia cuenta con una amplia mayoría de población indígena, principalmente provenientes de las etnias quechua y aymara (La identidad colla)

El sector político y económico de la Media Luna siempre se opuso a la política llevada a cabo por el Movimiento al Socialismo. La Constitución del año 2008, la declaración de la plurinacionalidad del Estado y la dignificación del indigenismo supusieron un enorme golpe de efecto positivo en el ánimo general del país, así como, en paralelo, un golpe muy duro para los ánimos racistas del Oriente boliviano.

La Media Luna tiene en Santa Cruz de la Sierra a su ciudad más grande y al centro neurálgico de sus tensiones políticas. En sus tierras también se encuentran importantes yacimientos de gas y enormes llanuras agroganaderas, y esto les sirvió a sus élites para chantajear constantemente a la nueva institucionalidad del MAS, siempre bajo la amenaza de declarar la autonomía regional y desatar conflictos sociales en las calles.

Por tanto, entre los primeros, siempre sintiéndose superiores, y los segundos desarrollando su resistencia, se encuentra mucha de la explicación a lo ocurrido en Bolivia.

Solo una muestra: Jeanine Áñez, quien usurpa la presidencia, dijo en el inicio de legislatura que su gran miedo era que Bolivia se convirtiera en el Kollasuyu que tuviera como enseña la Whipala, la bandera indígena

Dicho lo anterior, se pueda afirmar que en el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales se concretaban algunas de las tendencias que tienen lugar en América Latina contra gobiernos progresistas:

Una, el profundo racismo y odio hacia el otro, hacia lo distinto, hacia el indígena. El blanco que desprecia al indígena.

Dos, la autoproclamación de presidentes ilegítimos, pero reconocidos por Estados Unidos y otros países que se hacen llamar democráticos.

Tres, la utilización de la Biblia, no la católica, por cierto, sino la evangélica. Es una biblia evangélica que viene de las sectas norteamericanas que cambia la subjetividad.  Toma la cultura popular de los pueblos originarios como un horrible paganismo que el cristianismo debe reemplazar a rajatabla.

Al respecto, el filósofo y teólogo Enrique Dussel sostiene que Estados Unidos propicia una “guerra santa” para provocar derrocamientos en la región. “Se propone que el hombre deje sus costumbres ancestrales y se proponga trabajar y entrar en la sociedad consumista capitalista burguesa”.

Los evangélicos, señala Dussel, “le dan un sentido: Deja todas esas costumbres nefastas, hazte un hombre austero, trabajador, bien organizado y saldrás de la pobreza porque Dios te va a bendecir con una riqueza aceptable”. La riqueza es considerada como en el antiguo calvinismo como una bendición de Dios. La Pachamama es el origen de la pobreza.

Un año después de ese golpe volvió el MAS a ganar contundentemente con la fórmula de Luis Arce y David Choquehuanca, pero la derecha no descansa y ahora vuelve por sus fueros utilizando cualquier excusa para desestabilizar al gobierno boliviano.

Allí hay que estar pendiente del desarrollo de los acontecimientos

Perú

Lo ocurrido a finales de 2022 con Pedro Castillo en Perú es una evidencia de cómo actúa la derecha. Para ello no importa que Castillo haya repetido en la Cumbre de Las Américas, realizada en EEU, en junio de 2022, la frase que se asocia con la doctrina Monroe: “América para los americanos”. Tampoco bastó que haya solicitado la aplicación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA y, muchos menos, que en su discurso de anuncio de la disolución del Congreso peruano dijera: «Se respetará escrupulosamente el modelo económico basado en una economía social de mercado” y «se respeta y garantiza la propiedad privada». Muy a pesar de lo anterior, fue derrocado. La derecha no perdona y mucho menos a los que van un rato para adelante y casi siempre para atrás.

De la OEA recibió estas perlas: “La Secretaría General de la OEA se declara del lado de la democracia, del estado de derecho y la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades” y que al disolver el Congreso de la República sin base constitucional, legal ni normativa, constituye una alteración del orden constitucional en el país, según “lo previsto en el capítulo cuarto de la Carta Democrática Interamericana“.

La OEA manifestó su apoyo a Dina Boluarte como nueva presidenta de la República y declaró que el Grupo de Alto Nivel enviado al país hizo un gran trabajo y que sus recomendaciones “debieron haber sido de recibo por los actores políticos peruanos, especialmente por Pedro Castillo“.

Para rematar y como es costumbre, se pronunció el dueño del circo en los siguientes términos: El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, calificó a Pedro Castillo como expresidente. Al respecto, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo: “Tengo entendido que, dada la acción del Congreso, ahora es el expresidente Castillo”, y añadió que los congresistas peruanos tomaron “medidas correctivas” de acuerdo con las reglas democráticas.

También afirmó: “Rechazaremos categóricamente cualquier acto que contravenga cualquier Constitución, cualquier acto que socave la democracia en ese país”.

Así que a través de un “golpe parlamentario”, la derecha, interna y externa, cumplió con una máxima de Gabriel García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada”. Eso lo tenían clarito desde el mismo inicio del gobierno de Pedro Castillo.

Conclusiones

Las tendencias que se están expresando en América Latina para dar al traste con los gobiernos no afectos a los intereses de Estados Unidos, tienen las siguientes características:

-Según el juez Baltazar Garzón, en el artículo: “El sueño de la razón produce monstruos en Bolivia” publicado y difundido por las redes sociales el 03/12/2019:

“Ya no hace falta, como antaño, dar golpes de Estado con tanques y aviones que bombardean el palacio de gobierno. Ahora basta con sembrar la duda respecto del recuento rápido (preliminar) de votos en unas elecciones, regar de incertidumbre su resultado con interpretaciones parciales que no se basan en hechos contrastados, para generar un estallido social. Y para que policías y militares salgan a la calle, cuales garantes de la democracia, a reprimir severamente a tan sólo uno de los dos bandos y presionar al presidente para que renuncie, por el bien del país, a fin de evitar un derramamiento de sangre, que de todos modos se ha producido, provocado por ellos mismos, por cierto”.

– La autoproclamación de presidentes ilegítimos (Ejemplos: Venezuela y Bolivia)

– La “guerra santa”, con la biblia y los grupos evangélicos, como la nueva “guerra” de lo que hace uso Estados Unidos para producir los golpes en Latinoamérica y así seguir hegemonizando en el Continente Americano.

-Se utiliza la justicia (Lawfare) para eliminar a prominentes dirigentes del progresismo latinoamericano (Brasil, Argentina, Ecuador, Perú).

– Se hace uso de mayorías parlamentarias para producir golpes de Estados (Paraguay, Brasil, Perú)

– Se utiliza la psicopolítica, que se difunde por las redes sociales, para generar miedo y odio en la población.

– En la creencia de la “nueva clase media”, la que es producto de las políticas sociales de los gobiernos progresistas, de que ella constituye una especie de “nuevos ricos” y por tanto, tienen otras aspiraciones y otras subjetividades. Según Enrique Dussel: “Se pasa a la subjetividad consumista que cree que ciertos proyectos de derecha pudiesen solucionar sus nuevas aspiraciones”.

En definitiva, es el factor interno predominando, ya no es la invasión e intervención militar, ahora son otras expresiones del instrumento de la guerra, cuyos protagonistas son “actores e instituciones nacionales”.

Finalmente, frente a los ilusos, a los traidores, a los que anda guabineando, debe decirse, con mucha fuerza: la derecha tiene su ontología clara, no anda dando bandazos. El desiderátum de la vida es el capital, y éste no tiene ética ni tampoco moral. Es capaz de cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos.

Referencias bibliográficas

Carter, Jimmy. Fuente: https://www.conclusion.com.ar/internacionales/jimmy-carter-dijo-que-estados-unidos-es-la-nacion-mas-guerrera-de-la-historia-del mundo/04/2019/)

Clausewitz, Carl V. (2002). De la guerra. Editado por Libro dot.com. En PDF

Corrochano Pérez,  Carlos /2019) “Bolivia: la venganza de la Media Luna”. Publicado en su Blogs el 14/11/2019.

Dussel. Enrique (2019). “Grupos evangélicos son nueva arma de EEUU para golpes en Latinoamérica” Fuente: http://www.conslusion.com es en Latinoamérica.

Forbes Staff (https://www.forbes.com.mx/onu-no-tiene-poder-para-detener-las-guerras-papa-francisco/).

Garzón, Baltazar, (2019). “El sueño de la razón produce monstruos en Bolivia” publicado y difundido por las redes sociales el 03/12/2019.

Korybko Andrew, (2015). Guerras Híbridas. De las revoluciones de colores a los golpes. Consultado por internet.

“Las generaciones de la guerra; la guerra proxy”.  Del 25 agosto, 2018. Consultado por internet

Lenín, Vladimir (1915) El socialismo y la guerra (la actitud del p. o. s. d. r. ante la guerra). Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1976. En PDF.

Mead, Margaret, (1940). “La guerra es sólo una invención y no un  necesidad biológica”. En Relaciones Internacionales. El pensamiento de los clásicos. J. A. Vásquez (1994), Editorial Limusa, S. A/, Noriega Editores, México.

Nye,  Joseph  (2015).  “El futuro de la fuerza”. Publicado por el Diario El País, España, el 12/02/2015.

Pérez E., Adolfo (2016). “Dilma es víctima de un golpe blando”. Información consultada en Telesur por internet.

 

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“Socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres

Por: Puri Liétor

La Unión Interparlamentaria (UIP), creada en 1889, es la organización internacional de los Parlamentos nacionales, y trabaja para salvaguardar la paz y conducir el cambio democrático positivo mediante el diálogo político y acciones concretas.

Ese cambio democrático positivo mencionado precisa la participación plena de las mujeres en la política, tal y como quedó reflejado en su declaración de 1992:

__”El concepto de democracia sólo tendrá un significado verdadero y dinámico cuando las políticas y la legislación nacional sean decididas conjuntamente por hombres y mujeres y presten una atención equitativa a los intereses y las aptitudes de las dos mitades de la población.”

Pero para prestar esa atención equitativa a las dos mitades de la población hay que tener una clara conciencia de las diferencias entre mujeres y varones en función del sexo, y de cómo esas diferencias fueron instrumentalizadas para articular un modelo de sociedad que utiliza el sexo para establecer una jerarquía que sitúa a los varones como población prevalente. Esa instrumentalización se llevó a cabo construyendo los marcadores de género e imponiéndolos a través de una normativa de obligado cumplimiento, que el modelo de socialización androcéntrico se encargó de perpetuar.

A finales del siglo XX, la abundancia de estudios recogidos y desarrollados por las teóricas Feministas desde distintos sectores de la Academia y la Cultura confluyen en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, y cuya importancia resalta Alicia Miyares en el libro “El sexo en disputa. De la necesaria recuperación jurídica de un concepto”:

__”En Beijing se asume políticamente la centralidad de la idea de igualdad y la necesidad de su transversalización en cualquier esfera de realización social e individual, para poder hablar de una efectiva igualdad de mujeres y varones. (…) Fueron propuestos objetivos estratégicos y medidas concretas para promover la igualdad, eliminando, a su vez, todos los obstáculos que dificultan la participación de las mujeres en todas las esferas de la vida pública y privada. (…) La atribución de papeles sociales diferenciados a varones y mujeres (género) da paso a un orden social jerárquico basado en la supremacía masculina y en la subordinación femenina que queda recogido en un marco normativo. (…) Pero para alcanzar la plena ciudadanía de las mujeres era imprescindible erradicar ese marco normativo, construido a partir tanto del determinismo biológico (sexo es destino) como de la construcción social y cultural de la “diferencia sexual” (género), por el cual las ideologías, normas y estereotipos sexuales mantenían viva la desigualdad estructural de las mujeres.”

A tenor de todo lo expuesto, la difusión y aceptación cada vez mayor de la ideología Feminista parecía que estaba consiguiendo progresos esperanzadores en la revocación del marco normativo que mantenía a las mujeres en situación de opresión. Seguramente no obedece a la casualidad la aprobación en 1997 por parte del Consejo Interparlamentario de la Declaración Universal sobre la Democracia, en la que queda recogido el siguiente principio:

__”4. El logro de la democracia supone una auténtica asociación entre hombres y mujeres para la buena marcha de los asuntos públicos, de modo que tanto los hombres como las mujeres actúen en igualdad y complementariedad, obteniendo un enriquecimiento mutuo a partir de sus diferencias.”

Transcurridos 25 años de esta Declaración Universal sobre la Democracia, los datos proporcionados por ONU Mujeres muestran que la representación de las mujeres es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones del mundo. Y aún en el caso de que la representación de mujeres supere a la de los hombres en cargos ministeriales, como ocurre con el actual Gobierno de Coalición PSOE-UP, este hecho no asegura que se presta una atención equitativa a los intereses y las aptitudes de las dos mitades de la población; lo asegura la elaboración y aplicación de políticas igualitarias con carácter transversal, hecho que brilla por su ausencia en el actual Gobierno de coalición.

Por eso, cuando deberíamos haber ido avanzando en el reconocimiento de las diferencias, y enriqueciendo con ellas la calidad democrática de los modelos de gobernanza actuales y la convivencia entre ambos sexos, los datos reflejan lo contrario.
En el marco socioeconómico los datos ofrecidos por Naciones Unidas muestran que el 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres, y que una de cada cinco niñas en el mundo sufre de pobreza extrema, el término feminización de la pobreza alude a esto.

En Españala tasa de paro de las mujeres sigue siendo mayor que la de los hombres, situándose en 2021 en 3,66 puntos de diferencia, el 74,67% del empleo a tiempo parcial en 2021 es femenino, frente al 27,17% masculino, el índice de precariedad laboral es superior en mujeres que en varones, la reducción de jornada vinculada al cuidado es seis veces superior en mujeres que en varones, y el reflejo de todo ello en las pensiones es que actualmente la pensión media de los hombres es más de un 30% superior a la de las mujeres.

La Catedrática de Economía Aplicada y Vicepresidenta de Economistas Frente a la Crisis, Cecilia Castaño, contextualiza los datos: “el mercado laboral ha sido siempre masculino y todas las instituciones que lo regulan están diseñadas en función de lo que son las características y los hábitos de vida de los hombres”. Pero no hay declaraciones de la Ministra de Trabajo denunciando esta realidad ni anunciando su compromiso de abordarla conjuntamente con las restantes ministras/os del Gobierno de coalición.

no hay declaraciones de la Ministra de Trabajo denunciando esta realidad ni anunciando su compromiso de abordarla conjuntamente con las restantes ministras/os del Gobierno de coalición.

Aunque el ejemplo más dramático de falta de equidad, y de pervivencia y afianzamiento de “los obstáculos que dificultan la participación de las mujeres en todas las esferas de la vida pública y privada”, es decir, de la normatividad genérica, es la situación impuesta por el régimen talibán a las mujeres en Afganistán. En Afganistán podemos comprobar la aplicación ortodoxa del Orden Patriarcal alimentado por el MALDITO GÉNERO, sin embargo, y a pesar de contar con una Ley Orgánica que obliga a adoptar “una acción normativa dirigida a combatir todas las manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo y a promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzarla”, este Gobierno de coalición está comprometido con la aprobación de una ley que avala la atribución de papeles sociales diferenciados a varones y mujeres, decisión que colisiona con el cometido de la remoción de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres.

En el marco de la violencia machista ejercida por la identificación con el género, ONU Mujeres aporta una clasificación: Violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado (económica, psicológica, emocional y física), Violencia sexual, Violencia en línea o digital, Femicidio, Trata de personas, Mutilación genital femenina, Matrimonio infantil.

Entre los datos emitidos en su Informe de 2021 destaca que una media de más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia y que el número total de homicidios de mujeres se ha mantenido prácticamente sin cambios en la última década.

Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, señaló acertadamente respecto a esta insolvencia política a la hora de revocar este sanguinario Orden Patriarcal: “Detrás de cada estadística de feminicidio está la historia de una mujer o niña individual a la que se le ha fallado.”
Y lo mismo podemos decir de cada niña y mujer víctimas de los 1606 delitos sexuales denunciados en España hasta el primer semestre de 2022, delitos que han subido un 33% en tres años.

A la vista de lo expuesto, la conclusión que se puede establecer es que la actividad política española, tanto a nivel estatal como autonómico, se ha desentendido de su responsabilidad para acrecentar la convivencia democrática, que precisa como requisito insoslayable la erradicación del marco normativo que avala los marcadores de género.

Necesitamos un modelo democrático que apueste por la convivencia igualitaria y la justicia social, y para ello es preciso sumar a la paridad el análisis crítico feminista y conseguir la revocación del sistema jerárquico articulado en función del sexo, y esta propuesta política solo la defiende la ideología feminista.

Yo milito en un partido Feminista, el PFAC, porque considero que la ideología Feminista es la única ideología política con el conocimiento preciso para revertir la situación de subsidiariedad impuesta a las mujeres, y que el resto de ideologías considera, o legítima, o invariablemente aplazable frente a otros intereses políticos, como desgraciadamente estamos comprobando,

Por eso quiero acabar este artículo con dos frases de Rosa Luxemburgo (1871-1919):

__”Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que realmente está ocurriendo.”

__”Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.”

Fuente de la información e imagen: https://tribunafeminista.org

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Los motivos de la infamia

Por: Carolina Vásquez Araya

Dina Boluarte no es más que una marioneta de quienes han usurpado el poder.

Impresionan la crueldad, la estulticia y el cinismo de Dina Boluarte, la mujer que, respaldada por la clase económicamente dominante del Perú, ha abierto la compuerta de la violencia extrema en contra del pueblo peruano. Ya son más de cincuenta los manifestantes asesinados a sangre fría por las fuerzas armadas, cuyos elementos pertenecen a la misma clase marginada y empobrecida que reprimen. Los discursos de Boluarte, cargados de odio y mentiras, representan la debilidad común a las oligarquías latinoamericanas, cuya respuesta a las demandas de justicia y equidad son siempre las balas.

En Perú se repite el esquema del doble rasero impuesto por Estados Unidos a todo nuestro continente: sus discursos por la democracia y la libertad naufragan en cuanto el fiel de la balanza se inclina hacia la elección de gobiernos progresistas, cuyas propuestas se alejen de los intereses del imperio y sus multinacionales. El destino de los países del tercer mundo está condicionado por ese parámetro neoliberal que les impide superarse, porque la superación y la independencia significan una reducción de los privilegios de quienes dominan el planeta. El mejor ejemplo de ello es el circo del Foro Económico Mundial en Davos, en donde se codea lo mas excelso de la aristocracia económica rifándose con mucho estilo el porvenir de los pueblos mientras se reparten, entre ellos, la riqueza ajena.

La guerra declarada en el Perú no escapa a ese esquema. Boluarte, la gran traidora, es solo una pieza del rompecabezas y su patético papel se define por acatar ciegamente los dictados de la cúpula económica de su país. Lo mismo sucede en otras naciones latinoamericanas, en donde el olor a colonialismo satura cualquier iniciativa por imponer un modelo más humano, rescatar el beneficio por la explotación de sus riquezas naturales y respetar la autonomía de sus pueblos originarios. El gran enemigo es, en definitiva, el sistema instalado por obra y gracia de un imperio que también, por su parte, está lleno de fisuras.

Los muertos por la violencia en las calles de las ciudades peruanas constituyen una evidencia de la debilidad del gobierno y del descrédito de sus autoridades. La ciudadanía exige mejores condiciones de vida y eso, tanto en el Perú como en todos nuestros países, es una demanda cuyas consecuencias van desde la represión más extrema hasta la instalación de una dictadura, tal como sucede en estos momentos en el país andino. Los instrumentos para consolidar a esos gobiernos represivos extienden sus tentáculos con una eficacia sorprendente, creando una cúpula de silencio alrededor de las atrocidades cometidas por los dictadores, en este caso por los excesos cometidos por las fuerzas armadas bajo las órdenes de Dina Boluarte. De esa guisa, se instala el silencio cómplice de organismos internacionales supuestamente creados para defender la democracia, la paz y la justicia, elevando los motivos de la infamia como justificación válida para las atrocidades.

En medio de este escenario de violencia, la prensa calla; apaga sus cámaras, vuelve su atención hacia los temas de una agenda mediática impuesta por los países poderosos y deja sus valores de lado para responder a intereses ajenos a su verdadera misión. Lo que suceda en el país sudamericano se cubre de un filtro neutro para no opacar otras campañas mediáticas de interés geopolítico y económico de los países poderosos.

Las demandas de los pueblos son una bofetada imperdonable para las clases dominantes.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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EEUU y las guerras del siglo XXI

Autor: Franklin González

“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganaras otra. Si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”

(SUN TZU).

 

En 1940, durante la segunda guerra mundial, la célebre antropóloga norteamericana Margaret Mead, publicó un artículo titulado: “La guerra es sólo una invención y no una necesidad biológica”. Ese artículo comienza con una pregunta: ¿Es la guerra una necesidad biológica, una fatalidad sociológica, o sólo una invención desastrosa?

La primera, la expresada por el pragmático y psicólogo estadounidense William James, en su ensayo titulado: La equivalencia moral de la guerra (The Moral Equivalente of War), donde este autor sostiene que la naturaleza humana es belicosa, competitiva y agresiva, y, por tanto, propenso siempre a las guerras.

La segunda, la guerra es la inevitable consecuencia del desarrollo del Estado, de la lucha por la tierra y los recursos naturales de las sociedades de clases que surgen, no de la naturaleza del hombre, sino de la naturaleza de la historia. En consecuencia, ella es inevitable, a menos que se cambie el sistema social y se aniquilen las clases, los conflictos por el poder y la propiedad.

La tercera, es la de quienes afirman que toda agresión proviene de la frustración de los impulsos del hombre biológicamente determinados, y como todas las formas de cultura están condenadas al fracaso, cada nueva generación será agresiva y la agresión encontrará su natural e inevitable expresión en la guerra de razas, en la guerra social, en la guerra nacionalista y en otras formas de guerra.

Para la autora Margaret Mead, la guerra será entendida como un conflicto organizado entre dos grupos (con aliados o sin ellos) para luchar y matar, es una invención como cualquier otra: las maneras de vivir,  de casarse,  cocinar los alimentos al fuego en lugar de comerlos crudos, saludar estrechando la mano o haciendo una reverencia, enterrar a los muertos (o cremarlos), celebrar cultos de acción de gracias, etc. Por tanto, la guerra no es una necesidad biológica, es simplemente una invención y como tal, las sociedades se resisten a abandonarla fácilmente.

Por su parte, el militar prusiano Carl Von Clausewitz, en su obra De la guerra sostiene que la guerra, aun si denota polaridad y fragmentación, aun si es exacerbada y continua, siguen siendo fundamentalmente política. Así lo dice: “la guerra no es más que la continuación del intercambio político con una combinación de otros medios”.

Vladimir Ilich Lenin dirá: “Nosotros, los marxistas, diferimos tanto de los pacifistas como de los anarquistas en que reconocemos la necesidad de estudiar históricamente (desde el punto de vista del materialismo dialéctico de Marx) cada guerra en particular” (El Socialismo y la Guerra).

El papa Francisco ha sostenido insistentemente que la guerra es “un acto bárbaro y sacrílego y que “no puede ser algo inevitable” a lo que la gente acabe acostumbrándose, que se produce por falta de diálogo. “Basta, paren, dejen las armas, dialoguen seriamente por la paz”

Ha realizado llamados a los “responsables políticos para que reflexionen” y comprendan que “cada día de guerra empeora la situación de todos”.

En una entrevista con la agencia argentina de noticias Télam cuestionó el papel de la ONU en estos términos: «Después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en la Organización de las Naciones Unidas. No quiero ofender, pero en este punto no tiene poder para imponerse. Ayuda, sí, a evitar guerras. Pero para parar una guerra, para resolver una solución de conflicto, no tiene poder» (https://www.forbes.com.mx/onu-no-tiene-poder-para-detener-las-guerras-papa-francisco/).

EEUU y las guerras

Mientras tanto, los Estados Unidos desde que se conformaron como nación (a partir de 1776), lo hicieron bajo el modo de producción capitalista y su historia está plagada de intenciones expansionista, que se fueron acrecentando en el tiempo. En ella podemos encontrar que la utilización del instrumento de la guerra ha respondido a una necesidad biológica (son los elegidos de Dios), a una fatalidad sociológica (su Estado siempre ha sido un Estado empresario, como una vez dijo José Saramago y por tanto, responde a los intereses del capital), a una invención desastrosa (el excepcionalísimo americano) o a una invención como cualquier otra (Estados Unidos siempre ha buscado hegemonizar)

El que fuera el 39º presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, habría dicho en un discurso pronunciado, en la escuela dominical de la Iglesia Bautista Maranatha en Plains, Georgia, que durante los 242 años de su existencia, Estados Unidos ha estado en paz solo durante 16 años. Y si se toman en cuenta todas las guerras, los ataques militares y las ocupaciones de territorios extranjeros, en la historia de Estados Unidos solo hubo cinco años de paz: 1976 (el último año del Gobierno de Gerald Ford) y los que van de 1977 a 1980 (https://www.conclusion.com.ar/internacionales/jimmy-carter-dijo-que-estados-unidos-es-la-nacion-mas-guerrera-de-la-historia-del-mundo/04/2019/)

Ahora, más allá de esas apreciaciones, lo cierto del caso es que en lo que va de siglo XXI, siglo que se auguraba como de paz, Estados Unidos ha acudido al expediente de imponer por la fuerza (la guerra) sus “valores” y la “democracia” que dicen defender. En unos casos utilizando la guerra clásica o convencional (primera, segunda y tercera generación) y en otros casos utilizando las guerras actuales o hibridas (cuarta, quinta y sexta generación).

En el primer caso, los resultados no han sido muy favorables que digamos para sus intereses y en el segundo, por el contrario, han logrado cosechar algunos éxitos que deben llamar poderosamente la atención de los pueblos del mundo.

En estas reflexiones, estableceremos esos contrastes y para ello desarrollaremos las siguientes tesis:

  1. En lo que va del siglo XXI, cuando Estados Unidos ha acudido a la utilización del instrumento clásico o convencional de la guerra, ha tenido resultados no favorables para sus intereses hegemónicos en el mundo. Los casos emblemáticos lo constituyen: Afganistán, Irak, Libia y Siria. En este caso el factor predominante ha sido el externo.
  2. En lo que va del siglo XXI, cuando Estados Unidos ha acudido a la utilización del instrumento de las guerras híbridas (cuarta, quinta y sexta generación), ha tenido resultados favorables para sus intereses hegemónicos, al menos en el Continente Americano. Los casos emblemáticos lo constituyen los golpes de estados propinados contra varios gobiernos de América Latina. Aquí el factor interno ha predominado.

Desarrollo

1.a) El instrumento de la guerra convencional o clásica (resume las tres primeras generaciones de la guerra).

La primera, la que se sitúa alrededor del siglo XVII, donde ya hay una distinción clara y generalizada entre militares y civiles y batallas formales en un campo de batalla lineal. El objetivo es siempre la consecución de la victoria en el enfrentamiento buscando la superioridad numérica, técnica, táctica o estratégica.

El declive de esta generación de la guerra comienza a finales del siglo XIX. Los ejércitos se empiezan a masificar y la tecnología se vuelve obsoleta. El armamento y munición se quedan anticuados para la gran cantidad de hombres que conforman los ejércitos.

La segunda generación de la guerra pone el énfasis con la frase, acuñada en la batalla de Verdún (Francia) en 1916, de que “la artillería conquista, la infantería ocupa” (Joseph Nye). Su paradigma es la Primera Guerra Mundial, donde se puso en práctica la ofensiva sin vacilaciones de ninguna clase, valentía y tenacidad, destrucción de la voluntad del adversario y donde las batallas están por encima de las luchas morales.

El paradigma de la tercera generación de la guerra lo será la Segunda Guerra Mundial, donde se agrega como características fundamentales la sorpresa y la velocidad. Es conocida también como guerra Blitzkrieg (o guerra relámpago). Se busca la superioridad tecnológica frente al enemigo y la coordinación de una fuerza aérea y terrestre.

Bajo este último esquema ha operado Estados Unidos en las guerras más emblemáticas (Afganistán, Irak, Libia y Siria) puestas en ejecución por las administraciones gubernamentales de George W. Bush. Barack Obama y Donald Trump.

Aquí ha sido el factor externo predominando, esto es, la invasión y el combate directo del ejército, conformado mayoritariamente por mercenarios, al servicio de los intereses de Estados Unidos.

Veamos.

Afganistán

El 08/07/2021, el presidente de EE. UU Joe Biden, ante la pregunta de si la victoria talibán era inevitable respondió: “No, no lo es. Porque tienes a 300.000 soldados afganos bien equipados, tan buenos como los de cualquier Ejército en el mundo, y una Fuerza Aérea, contra unos 75.000 talibanes. No es inevitable”.

Pero una semana después los talibanes entraban a Kabul y se hacía con el poder de ese país.

Esa afirmación del presidente estadounidense, que se estrelló de lleno con la realidad, puede deberse a la costumbre anidada en las elites de ese país de mentirle a su propio pueblo y al mundo o también a una desacertada información de los organismos de inteligencia y seguridad de EEUU, lo que no habla muy bien de los mismos en un contexto en el cual su hegemonía está seriamente amenazada.

En todo caso, la retirada de EUU de Afganistán ha generado un conjunto de incógnitas y/o acertijos sin respuestas definitivas.

Si algo ha quedado claro es que la operación llevada a cabo por EEUU en Afganistán, tras 20 años, fracasó producto de un desconocimiento de la idiosincrasia de ese pueblo en términos culturales, tradiciones, religiosas y en su formar de pensar e interpretar la vida.

Detrás de lo que ocurrió en Afganistán está una actuación con total irrespeto hacia el otro, con desprecio a lo distinto y el creerse la única y universal cultura.

El otro existe y por tanto hay que comprenderlo, conocer y entender su mentalidad, inquietudes y aspiraciones. Hay que aplicar, según Enrique Dussel, la analéctica, que significa ponerse en el lugar del otro.

A quienes mandan en EEUU se les olvidó ver la película Rambo II, estrenada en 1988 por uno de sus principales instrumentos de domino cultural –Hollywood-, en la cual se ensalza el valor de los combatientes afganos contra el ejército soviético. Allí el coronel Trautman, instructor y mentor del protagonista –John James Rambo, un veterano de Vietnam encarnado por el actor Sylvestre Stallone- prisionero de los soviéticos y ante el interrogatorio por parte de un oficial ruso, responde:

“Si conocieran su historia, sabrían que esa gente jamás se ha rendido ante nadie. Prefieren morir antes que ser esclavizados por un ejército invasor, no pueden ganarle a un pueblo así. Nosotros lo intentamos, ya tuvimos nuestro Vietnam; ahora ustedes tienen el suyo”.

Recuérdese que los afganos acabaron con el imperio británico, luego lo hicieron con el soviético y también lo hicieron con la OTAN completa. Naguará, diría un larense.

La canción “Volver”, de Carlos Gardel, dice que 20 años no es nada. Pero en este caso, diríamos que 20 años después fueron muchas vidas perdidas, millones y millones de dólares gastados y las preguntas de rigor: ¿Para qué sirvió? ¿Qué se consiguió?

Aunque Henry Kissinger lo llamó un “revés autoinfligido”, lo cierto de todo es que el “síndrome de Vietnam” para EEUU se convirtió, con Afganistán, en el “eterno retorno” nietzscheano.

Irak

En el año 2003 el gobierno de George W. Bush emprendió la invasión contra Irak y su pueblo.

Después de eso Irak se fragmentó en tres grupos que disputan la hegemonía del gobierno y del territorio iraquí. De un lado, los chitas, que dominan la capital, Bagdad, y sus alrededores (constituyen alrededor de 60% de la población). Los sunitas, los que conformaron siempre el apoyo de Saddam Hussein, controlan gran parte del sur de ese país (son alrededor de 20%) y en el norte se encuentran los kurdos que luchan por su nación Kurdistán (constituyen el otro 20%).

Aunque hayan cantado victoria, es indudable que el cataclismo social y político que supuso el derribo de Sadam, los errores de EE UU, la guerra sectaria que desató la ocupación y el vergonzoso desempeño de la mayoría de los dirigentes han tenido un elevadísimo coste humano para los iraquíes.

En Bagdad, beber agua del grifo resulta peligroso, el servicio eléctrico es irregular, no hay transporte público y la recogida de basuras deja mucho que desear. En las provincias la situación es peor.

Se asegura que Irak constituye un Estado fallido y eso no es una buena noticia para EEUU.

Libia

Muammar al-Gaddafi fue el líder que en 1969 encarnó la revolución verde con la cual dio al traste con la Monarquía del rey Idris. Siempre había sido enemigo de Estados Unidos.

En la lucha contra el terrorismo lo ubicaron como miembro del “Eje del Mal” pero repentinamente pasó a ser “amigo” de Occidente, hasta tal extremo que le entregaron la llave de oro de la ciudad de Madrid en 2007. En ese mismo viaje, su primera visita oficial a España, también fue recibido por José Luis Rodríguez Zapatero y por el rey Juan Carlos de Borbón, incluso se le permitió pasar revista a una compañía de la Guardia Real al tiempo que la banda de música interpretaba una marcha militar: “El viejo almirante”.

Los máximos dirigentes de Occidente lo abrazaron, desde Silvio Berlusconi hasta Barack Obama y con toda seguridad todas las veces que se reunieron hablaron del infinito respeto por los derechos humanos.

Sin embargo, la “realpolitik” es más importante que los “amigos”. Muammar al-Gaddafi se convirtió en objetivo militar y había que eliminarlo, para lo cual se fueron preparando progresivamente las condiciones. El 20 de octubre de 2011 fue humillado, torturado y asesinado.

Libia es un agujero negro. Un Estado sin esqueleto donde conviven casi 7 millones de habitantes y se habla de que hay hasta 20 millones de armas de fuego. Hay unos cuantos miles de desplazados internos por la guerra, la corrupción infecta a gran parte de sus instituciones, los terroristas islámicos atentan de forma intermitente, los secuestros son habituales y las milicias se disputan a tiros barrios e instalaciones clave.

La “unidad nacional” no existe, por el contrario, se está en presencia de un país en tribus y clanes, que tienen su propio gobierno. Todo ello como consecuencia de la política intervencionista de Estados Unidos y sus aliados de occidente y de la región.

Siria

Desde mediados de marzo de 2011, Siria vive fuertes disturbios y matanzas indiscriminadas, planificadas desde el exterior.

Todo fue planificado para derrocar al presidente de ese país, Bashar Al Asad. Crearon y financiaron incluso al “Estado Islámico”.  Hoy este último se le salió de su control, se convirtió en una especie de Frankenstein, que ha realizado acciones contra sus aliados más importantes de Europa.

El presidente sirio sigue en el gobierno y el presidente Donald Trump anunció en su momento el regreso a casa de las tropas estadounidenses que se encuentra en territorio sirio.

En Siria como en los otros casos, la política imperial ha fracasado.

Cabe destacar que, según un estudio realizado en noviembre de 2018 por el Instituto Watson de Relaciones Internacionales y Públicas de la Universidad Brown, desde 2001, Estados Unidos había gastado 5,9 billones de dólares en guerras en Irak, Siria, Afganistán, Pakistán y otros países.

2.b) Las guerras actuales o híbridas (cuarta, quinta y sexta generación).

En el texto: Guerras Híbridas. De las revoluciones de colores a los golpes (2015), Andrew Korybko, define a este tipo de guerra como la combinación entre revoluciones de colores y guerras no convencionales. En otras palabras, aquella donde se utilizan herramientas de propaganda y estudios psicológicos combinados con el uso de redes sociales con el objetivo de desestabilizar gobiernos por medio de manifestaciones de masas en nombre de reivindicaciones abstractas como democracia, libertad, defensa de los derechos humanos, “ayuda humanitaria”, etc.

Lo importante es encontrar la chispa que encienda la “pradera, genere un conflicto interno, se logre derribar y sustituir al gobierno (“golpe suave”).

Si esto no se logra, entonces se avanza a otro estadio, el de guerra no convencional, aquellas combatidas por fuerzas no regulares, sean guerrillas, paramilitares, milicias o insurgencias (“golpe duro”).

Para Joseph Nye, el que fuera ideólogo del gobierno de Barack Obama, las guerras híbridas: “Se libran con armas muy variadas, no todas con potencia de fuego. Con cámaras en todos los teléfonos móviles y programas de edición de fotografías en todos los ordenadores —para no hablar de la importancia de las redes sociales—, las campañas de información se han convertido en un aspecto crucial de la guerra moderna”.

Las guerras actuales, las denominadas de cuarta, quinta y sexta generación, tienen las siguientes características:

Dejan de ser los Estados los sujetos que emprenden de manera directa el conflicto, aun cuando asuntos geopolíticos y geoestratégicos siguen siendo el objetivo de la guerra.

Se manipula a la opinión pública, al pueblo, con la finalidad de socavar los vínculos sociales y la legitimidad del Estado.

Se hace uso de los “métodos no violentos” (Gene Sharp).

Son asimétrica pero no necesariamente violenta, en tanto que trasciende el plano físico y se cierne sobre al plano cultural y psicosocial, generando emociones primarias negativas, tales como odio, miedo y tristeza.

Se levanta la defensa de los derechos humanos y al mismo tiempo se utiliza indiscriminadamente el derecho individual para violentar derechos colectivos.

El enemigo deja de estar definido y se convierte más en un ente de naturaleza etérea. Es una “guerra sin contacto y silenciosa” (Roy Alderman). Básicamente se fundamenta en el aprovechamiento masivo de los medios cibernéticos y en el “dominio de la mente”. Sería la “psicopolítica” o el “panóptico digital”, según el filósofo Byung Chul Han.

Constituyen una herramienta que sirve para alcanzar, mantener o intensificar el control de la población sin la necesidad de emplear armas convencionales que representan un elevado costo, sino a través de la propaganda, el rumor, declaraciones oficiales en medios de comunicación, manipulación de contenidos en artículos de opinión y empleo de las redes sociales.

También se hace uso de la ciencia, la semántica, semiótica y psicología social para atacar el cerebro reptilito, que es la zona del cerebro en donde se generan las emociones básicas o primarias.

Se trata de la preponderancia en el uso de la información en beneficio propio por medio de vías tecnológicas en medio de un conflicto o de un no conflicto. El objetivo es influir en la opinión pública. Todo esto concierne al ciberespacio y en él se fundamenta toda una estructura de ciberdefensa. En este medio surgen las operaciones de información como las acciones coordinadas para influir en la toma de decisiones del adversario generando confusión e interfiriendo en sus capacidades de mando y control.

La información tiende a desestabilizar a las naciones. La opinión colectiva se posiciona en función de la cantidad de información generada en medios de comunicación o redes sociales. Dicha información generalmente está adulterada, tergiversada o deliberadamente hacen uso de falsas noticias (fake news).

Se utilizan organizaciones criminales como mercenarios.

En estas guerras actuales y sus modalidades o tipología, predomina, fundamentalmente, el apoyo del factor interno, ya no es la invasión e intervención militar, ahora son otras expresiones del instrumento de la guerra, siendo utilizados con participación de actores e instituciones nacionales.

Aunque siempre es bueno acotar que detrás de un conflicto interno, local, entre dos bandos, en cualquier país del mundo, siempre estarán los intereses de potencias extranjeras.

América Latina

Veamos los casos, todos de América Latina, donde Estados Unidos se juega su hegemonía. Según el filósofo y teólogo Enrique Dussel, EEUU se habían alejado de América Latina, pero como fueron derrotados en lo otros lugares ya mencionados, vuelven por esta zona del mundo y la quieren recuperar. Ahora con nuevas formas.

Venezuela

Este 11 de abril de 2002 en Venezuela se produjo un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.

Así se recogió por los medios nacionales e internacionales esos sucesos. En ese entonces, en cadena nacional, el general Lucas Rincón, ministro de la Defensa, anunciaba que se le había solicitado la renuncia al presidente y que este había aceptado.

Estas fueron sus palabras:

“Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades”.

Palabras de derrota y mensaje de entrega.

Aunque la realidad es que la renuncia nunca se produjo, puesto que no se firmó ningún documento.

Militares y civiles trasladaron al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, a distintos lugares, inicialmente al Fuerte Tiuna, en Caracas, intentando evitar que el pueblo lo rescatara, para posteriormente ser llevado hasta la isla venezolana de La Orchila, hasta su regreso el 13 de abril.

Por su parte, los medios de comunicación nacionales festejaron su caída, mientras que el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Pedro Carmona Estanga, era presentado en televisión como líder del movimiento golpista.

Se realizaron allanamientos y agresiones por todo el país a diferentes funcionarios del Gobierno. Detienen sin orden judicial al (para ese entonces) diputado Tarek William Saab y al ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín.

Liderado por el entonces alcalde del municipio Baruta, Henrique Capriles, se realiza un ataque contra la embajada de Cuba en Venezuela, secuestrando a las personas que se encontraban en el lugar.

Consumado el golpe de Estado, Pedro Carmona Estanga, acompañado de políticos de la ultraderecha venezolana y representantes de la Iglesia Católica, se autojuramentó como presidente de Venezuela.

Se leyeron los decretos de Constitución del Gobierno transitorio con los cuales se disolvieron los poderes públicos y simultáneamente se produce un silencio informativo sobre los primeros actos de los golpistas.

El primero en visitar el palacio de Miraflores para felicitar al golpista fue el embajador de los Estados Unidos, Charles Shapiro. Seguro estaban que habían logrado su objetivo, sin invasión alguna.

Pero se les escapó un “pequeño” detalle: la “astucia” no del Príncipe de Nicolás Maquiavelo –que también lo fue-, sino del valeroso pueblo venezolano.

La revolución bolivariana se ha convertido para los gobernantes estadounidenses, demócratas y republicano, en un “hueso duro de roer”.

Casi todas las modalidades de la guerra actual se han activado para lograr su propósito de roer ese hueso. Han mencionado que todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo una guerra clásica.

Más allá de especulaciones y divagaciones, lo cierto es que la bitácora con Venezuela hasta ahora no han funcionado, pero el “león” está herido y sigue acechando.

Haití

El 29 de febrero de 2004, el presidente electo de Haití Jean-Bertrand Aristide, fue secuestrado por un comando de fuerzas élites militares estadounidenses, luego de recibir las amenazas de “emisarios” franceses. El presidente fue obligado a abandonar su país, y llevado a la República Centroafricana y a Jamaica, finalmente lo dejaron en Sudáfrica.

No hizo falta invasión alguna, operó otra modalidad (el secuestro por la fuerza) y lograron sus objetivos.

Honduras

En 2009, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, pretendía realizar una consulta popular para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, con la intención de modificar la constitución de 1981. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, junto al Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General y el Congreso Nacional se opuso a la consulta, al estar manejado por conservadores y opositores al Gobierno de Zelaya.

Eso sirvió como excusa para que el 28/06/2009, el Ejército secuestrara al presidente y a la fuerza lo llevaron para Costa Rica.

El gobierno de Barack Obama, detrás de bastidores, fue con su Secretaria de Estado, Hillary Clinton, los autores intelectuales de este golpe de Estado. No hubo necesidad de intervención o invasión militar alguna.

Si alguien tiene dudas al respecto puede consultar el libro Decisiones Difíciles de esta exsecretaria de Estado.

Paraguay

Bajo los cargos de “mal desempeño en sus funciones” y una masacre sobre sus hombres (Curuguaty), Fernando Lugo, quien asumió la presidencia de Paraguay el 20 de abril de 2008, se vio obligado a dejar el cargo como mandatario de esa nación el 22 de junio de 2012 por un juicio político calificado de exprés e impulsado por la oposición.

“Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores”, denunció para el 2012 el presidente Constitucional de Paraguay, Fernando Lugo.

Lugo fue apartado del cargo a pedido de la Cámara de Diputados (instancia acusadora). Por mayoría (76 votos contra 1), la Cámara Baja aprobó el libelo acusatorio para someterlo a juicio político.

Federico Franco, quien era el vicepresidente de Lugo, fue el que asumió ilegalmente la presidencia de la República tras el golpe parlamentario.

El golpe de estado parlamentario a Lugo formó parte de la nueva estrategia impulsada por Estados Unidos para el restablecimiento de la derecha neoliberal en la región.

El Lawfare se puso en desarrollo.

Brasil

En diciembre de 2015 se abrió un proceso de acusación por corrupción contra la mandataria constitucional de Brasil, Dilma Rousseff y tras recorrer un largo camino por la cámara baja y la cámara alta del Congreso, de recolección de pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de una comisión especial del Senado, Rousseff fue hallada culpable y destituida definitivamente el 31 de agosto de 2016, y de esa forma se consumó el golpe de Estado en Brasil. ,

Para nadie en Brasil era un secreto que el impeachment contra Rousseff se trataba de un “golpe blando”, tal como lo calificó el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel: “Los golpes blandos ya se pusieron en práctica en el continente en países como Honduras (con Manuel Zelaya) y Paraguay (con Fernando Lugo). Ahora, la misma metodología, que no necesita a las Fuerzas Armadas, se está utilizando aquí en Brasil”.

Tras la destitución de la exmandataria, Michel Temer, quien en la época se desempeñó como su vicepresidente, asumió la Presidencia de Brasil en agosto del 2016.

El 18 de septiembre de 2019, ese mismo personaje reconocería que la destitución de Rousseff fue un “golpe” de Estado, con lo cual se desacató la voluntad soberana del pueblo que la eligió.

Otro golpe parlamentario, otro Lawfare. Nada de intervención e invasión militar.

Ahora volvió Luiz Inácio Lula da Silva, pero hay que estar pendiente porque la República Federativa de Brasil es una sociedad profundamente polarizada y dividida y la mayoría del Parlamento está en manos de la derecha, siempre dispuesta a todo.

Así que mosca con eso.

Ecuador

A finales de septiembre de 2010 una notica estremeció a América Latina. Se difundieron las imágenes que mostraban el secuestro del presidente Rafael Correa por la policía ecuatoriana en el Hospital de la Policía, en Quito.

Se informaba que el Ejército, aunque había declarado que apoyaba a su comandante en jefe, es decir al mandatario, no había salido a la calle a repeler el accionar de la Policía.

La Fuerza Pública se reveló ante la Ley Orgánica de Servicio Público votada y aprobada por el Congreso, en la cual, según los complotados, se les quitaban muchos beneficios y bonos. Por ello, generales y efectivos policiales de Ecuador entraron en rebeldía, incluso quemando neumáticos y bloqueando calles con el uniforme puesto.

Eso no generó mayores consecuencias por la firmeza del presidente Correa y la reacción de sus partidarios que salieron a las calles a protestar contra ese intento de Estado.

Diría Rafael Correa: “Si lo que quieren es matar al presidente, aquí lo tienen, pero el proceso que ha iniciado este Gobierno no se detendrá. No echaremos un pie atrás”.

Pero la procesión iba por dentro. No hubo necesidad de intervención militar alguna: Los “poderes fácticos” de EEUU, lograron cooptar para sus intereses a quien operó como vicepresidente de Ecuador, Lenin Moreno, quien terminará, de la mano de Rafael Correa, siendo candidato presidencial del movimiento Alianza País (AP) y en el año 2017 es electo presidente de Ecuador.

No pasaría mucho tiempo para que este personaje, por arte de birlibirloque, diera una voltereta, se trasmutara en un anticorreísta, sacara a Ecuador de la ALBA y de UNASUR, se uniera a Luis Almagro en su obsesión contra la revolución bolivariana, se convirtiera en un defensor a ultranza del “Grupo de Lima” y en un “niño mimado” del gobierno de Estados Unidos.

Así operan también los golpes. La traición y los cooptados también sirven para el propósito buscado.

Bolivia

Lo sucedido en noviembre de 2019 contra Evo Morales y la revolución de los indígenas que encarnaba, venía preparándose con antelación. Fue la respuesta de quienes se resisten a perder sus privilegios. Ante la imposibilidad de derrotar al MÁS por elecciones, se escogen los atajos. Es la venganza de los sectores de la Media Luna del año 2008.

Debe recordarse que Bolivia ha sido un país fracturado geográfica y socialmente.

De una parte, se encuentra el departamento ubicado en la región de los llanos: Tarija y los del oriente boliviano: Beni, Pando y Santa Cruz. Eso se conoce como la Media Luna, su relevancia económica es crucial, representan casi la mitad del PIB boliviano, el PBI per cápita es muy superior al resto del territorio, y ha sido decisiva en la política interna de Bolivia (la identidad camba).

De otra, se encuentran los departamentos de Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz. A pesar de contar con el peso de La Paz como centro político, cultural y financiero de Bolivia, la influencia económica de la región es considerablemente menor a la de la Media Luna. Además, la zona occidental de Bolivia cuenta con una amplia mayoría de población indígena, principalmente provenientes de las etnias quechua y aymara (La identidad colla)

El sector político y económico de la Media Luna siempre se opuso a la política llevada a cabo por el Movimiento al Socialismo. La Constitución del año 2008, la declaración de la plurinacionalidad del Estado y la dignificación del indigenismo supusieron un enorme golpe de efecto positivo en el ánimo general del país, así como, en paralelo, un golpe muy duro para los ánimos racistas del Oriente boliviano.

La Media Luna tiene en Santa Cruz de la Sierra a su ciudad más grande y al centro neurálgico de sus tensiones políticas. En sus tierras también se encuentran importantes yacimientos de gas y enormes llanuras agroganaderas, y esto les sirvió a sus élites para chantajear constantemente a la nueva institucionalidad del MAS, siempre bajo la amenaza de declarar la autonomía regional y desatar conflictos sociales en las calles.

Por tanto, entre los primeros, siempre sintiéndose superiores, y los segundos desarrollando su resistencia, se encuentra mucha de la explicación a lo ocurrido en Bolivia.

Solo una muestra: Jeanine Áñez, quien usurpa la presidencia, dijo en el inicio de legislatura que su gran miedo era que Bolivia se convirtiera en el Kollasuyu que tuviera como enseña la Whipala, la bandera indígena

Dicho lo anterior, se pueda afirmar que en el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales se concretaban algunas de las tendencias que tienen lugar en América Latina contra gobiernos progresistas:

Una, el profundo racismo y odio hacia el otro, hacia lo distinto, hacia el indígena. El blanco que desprecia al indígena.

Dos, la autoproclamación de presidentes ilegítimos, pero reconocidos por Estados Unidos y otros países que se hacen llamar democráticos.

Tres, la utilización de la Biblia, no la católica, por cierto, sino la evangélica. Es una biblia evangélica que viene de las sectas norteamericanas que cambia la subjetividad.  Toma la cultura popular de los pueblos originarios como un horrible paganismo que el cristianismo debe reemplazar a rajatabla.

Al respecto, el filósofo y teólogo Enrique Dussel sostiene que Estados Unidos propicia una “guerra santa” para provocar derrocamientos en la región. “Se propone que el hombre deje sus costumbres ancestrales y se proponga trabajar y entrar en la sociedad consumista capitalista burguesa”.

Los evangélicos, señala Dussel, “le dan un sentido: Deja todas esas costumbres nefastas, hazte un hombre austero, trabajador, bien organizado y saldrás de la pobreza porque Dios te va a bendecir con una riqueza aceptable”. La riqueza es considerada como en el antiguo calvinismo como una bendición de Dios. La Pachamama es el origen de la pobreza.

Un año después de ese golpe volvió el MAS a ganar contundentemente con la fórmula de Luis Arce y David Choquehuanca, pero la derecha no descansa y ahora vuelve por sus fueros utilizando cualquier excusa para desestabilizar al gobierno boliviano.

Allí hay que estar pendiente del desarrollo de los acontecimientos

Perú

Lo ocurrido a finales de 2022 con Pedro Castillo en Perú es una evidencia de cómo actúa la derecha. Para ello no importa que Castillo haya repetido en la Cumbre de Las Américas, realizada en EEU, en junio de 2022, la frase que se asocia con la doctrina Monroe: “América para los americanos”. Tampoco bastó que haya solicitado la aplicación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA y, muchos menos, que en su discurso de anuncio de la disolución del Congreso peruano dijera: «Se respetará escrupulosamente el modelo económico basado en una economía social de mercado” y «se respeta y garantiza la propiedad privada». Muy a pesar de lo anterior, fue derrocado. La derecha no perdona y mucho menos a los que van un rato para adelante y casi siempre para atrás.

De la OEA recibió estas perlas: “La Secretaría General de la OEA se declara del lado de la democracia, del estado de derecho y la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades” y que al disolver el Congreso de la República sin base constitucional, legal ni normativa, constituye una alteración del orden constitucional en el país, según “lo previsto en el capítulo cuarto de la Carta Democrática Interamericana“.

La OEA manifestó su apoyo a Dina Boluarte como nueva presidenta de la República y declaró que el Grupo de Alto Nivel enviado al país hizo un gran trabajo y que sus recomendaciones “debieron haber sido de recibo por los actores políticos peruanos, especialmente por Pedro Castillo“.

Para rematar y como es costumbre, se pronunció el dueño del circo en los siguientes términos: El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, calificó a Pedro Castillo como expresidente. Al respecto, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo: “Tengo entendido que, dada la acción del Congreso, ahora es el expresidente Castillo”, y añadió que los congresistas peruanos tomaron “medidas correctivas” de acuerdo con las reglas democráticas.

También afirmó: “Rechazaremos categóricamente cualquier acto que contravenga cualquier Constitución, cualquier acto que socave la democracia en ese país”.

Así que a través de un “golpe parlamentario”, la derecha, interna y externa, cumplió con una máxima de Gabriel García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada”. Eso lo tenían clarito desde el mismo inicio del gobierno de Pedro Castillo.

Conclusiones

Las tendencias que se están expresando en América Latina para dar al traste con los gobiernos no afectos a los intereses de Estados Unidos, tienen las siguientes características:

-Según el juez Baltazar Garzón, en el artículo: “El sueño de la razón produce monstruos en Bolivia” publicado y difundido por las redes sociales el 03/12/2019:

“Ya no hace falta, como antaño, dar golpes de Estado con tanques y aviones que bombardean el palacio de gobierno. Ahora basta con sembrar la duda respecto del recuento rápido (preliminar) de votos en unas elecciones, regar de incertidumbre su resultado con interpretaciones parciales que no se basan en hechos contrastados, para generar un estallido social. Y para que policías y militares salgan a la calle, cuales garantes de la democracia, a reprimir severamente a tan sólo uno de los dos bandos y presionar al presidente para que renuncie, por el bien del país, a fin de evitar un derramamiento de sangre, que de todos modos se ha producido, provocado por ellos mismos, por cierto”.

– La autoproclamación de presidentes ilegítimos (Ejemplos: Venezuela y Bolivia)

– La “guerra santa”, con la biblia y los grupos evangélicos, como la nueva “guerra” de lo que hace uso Estados Unidos para producir los golpes en Latinoamérica y así seguir hegemonizando en el Continente Americano.

-Se utiliza la justicia (Lawfare) para eliminar a prominentes dirigentes del progresismo latinoamericano (Brasil, Argentina, Ecuador, Perú).

– Se hace uso de mayorías parlamentarias para producir golpes de Estados (Paraguay, Brasil, Perú)

– Se utiliza la psicopolítica, que se difunde por las redes sociales, para generar miedo y odio en la población.

– En la creencia de la “nueva clase media”, la que es producto de las políticas sociales de los gobiernos progresistas, de que ella constituye una especie de “nuevos ricos” y por tanto, tienen otras aspiraciones y otras subjetividades. Según Enrique Dussel: “Se pasa a la subjetividad consumista que cree que ciertos proyectos de derecha pudiesen solucionar sus nuevas aspiraciones”.

En definitiva, es el factor interno predominando, ya no es la invasión e intervención militar, ahora son otras expresiones del instrumento de la guerra, cuyos protagonistas son “actores e instituciones nacionales”.

Finalmente, frente a los ilusos, a los traidores, a los que anda guabineando, debe decirse, con mucha fuerza: la derecha tiene su ontología clara, no anda dando bandazos. El desiderátum de la vida es el capital, y éste no tiene ética ni tampoco moral. Es capaz de cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos.

Referencias bibliográficas

Carter, Jimmy. Fuente: https://www.conclusion.com.ar/internacionales/jimmy-carter-dijo-que-estados-unidos-es-la-nacion-mas-guerrera-de-la-historia-del mundo/04/2019/)

Clausewitz, Carl V. (2002). De la guerra. Editado por Libro dot.com. En PDF

Corrochano Pérez,  Carlos /2019) “Bolivia: la venganza de la Media Luna”. Publicado en su Blogs el 14/11/2019.

Dussel. Enrique (2019). “Grupos evangélicos son nueva arma de EEUU para golpes en Latinoamérica” Fuente: http://www.conslusion.com es en Latinoamérica.

Forbes Staff (https://www.forbes.com.mx/onu-no-tiene-poder-para-detener-las-guerras-papa-francisco/).

Garzón, Baltazar, (2019). “El sueño de la razón produce monstruos en Bolivia” publicado y difundido por las redes sociales el 03/12/2019.

Korybko Andrew, (2015). Guerras Híbridas. De las revoluciones de colores a los golpes. Consultado por internet.

“Las generaciones de la guerra; la guerra proxy”.  Del 25 agosto, 2018. Consultado por internet

Lenín, Vladimir (1915) El socialismo y la guerra (la actitud del p. o. s. d. r. ante la guerra). Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1976. En PDF.

Mead, Margaret, (1940). “La guerra es sólo una invención y no un  necesidad biológica”. En Relaciones Internacionales. El pensamiento de los clásicos. J. A. Vásquez (1994), Editorial Limusa, S. A/, Noriega Editores, México.

Nye,  Joseph  (2015).  “El futuro de la fuerza”. Publicado por el Diario El País, España, el 12/02/2015.

Pérez E., Adolfo (2016). “Dilma es víctima de un golpe blando”. Información consultada en Telesur por internet.

 

 

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Philippe Meirieu: La escuela como espacio de justicia y democracia

Por: Tv pública

En una nueva emisión de Caminos de tiza se debaten las propuestas pedagógicas de Philippe Meirieu, investigador y escritor francés, especialista en ciencias de la educación. Entre sus aportes fundamentales se destaca el lugar de la escuela como espacio de inclusión, desaceleración, justicia y democracia.

Mirta Goldberg analiza la obra del pedagogo francés junto a Gabriel Brener, especialista en Educación de las Universidades de Buenos Aires y Hurlingham; Nicolás Levit, Maestro de Escuela Primaria y Licenciado en Educación (UNAHUR) y Daniela Pace, Licenciada en Educación y Directora de la Escuela de Educación Secundaria Nº 19 de Hurlingham.  También participa Gustavo Galli, Director de Enseñanza Media de la DGCYE de la Provincia de Buenos Aires.

Fuente de la información e imagen: https://www.tvpublica.com.ar

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Derechos humanos, democracia y otras yerbas…

Por: Vásquez Araya Carolina

Nos tomaron por ingenuos y nos vendieron caro el cuento de la democracia. 

Esta semana volvemos a experimentar las fallas de un sistema impuesto por gobiernos poderosos, aliados de corporaciones multinacionales, cuyas cabezas se ocultan en los entresijos de un marco aparentemente legal de aplicación forzosa. Ya lo hemos visto antes, durante la dura historia de golpes de Estado patrocinados por la Casa Blanca y sus servicios de inteligencia, pero seguimos soñando con que esos ataques arteros del pasado son, valga la redundancia, cosa del pasado.

Las imágenes de Pedro Castillo y de su familia saliendo del palacio de gobierno traen a la memoria las de Jacobo Árbenz, en Guatemala. En ellas, queda plasmado el odio de las castas criollas, cuyo desprecio ancestral hacia cualquier intento de rebeldía política con acento en la búsqueda del cambio, se traduce de inmediato en un plan de emergencia para detener con un golpe certero las posibilidades de una transformación social, económica y política capaz de aproximarse a los anhelos del pueblo.

Digamos que Pedro Castillo tenía los días contados; era evidente. Su formación de maestro no le dio acceso al aprendizaje de los trucos utilizados durante décadas por los políticos de la oligarquía y eso le puso fecha de caducidad. Si a eso se añade la influencia decisiva del Departamento de Estado para revertir -país por país- el giro continental hacia la izquierda, el paquete estaba listo, atado y con dedicatoria. También en Chile ha comenzado a presionar la maquinaria centrando sus tiros en el texto constitucional y, sin duda, maquinando estrategias para incidir en todo el marco político del nuevo gobierno. Bolivia ya pasó por la experiencia y también Venezuela, con sus cuentas  embargadas. Ahora falta que dirijan sus tiros a Brasil.

Lo más ilustrativo del cinismo con el cual se mueve Estados Unidos en nuestro continente, con la OEA como su lacayo, es su hipócrita discurso por los derechos humanos y la democracia, valores que viola reiteradamente cada vez que le conviene a su política y a sus aliados corporativos. El caso mas ilustrativo de esa doble cara se manifiesta en sus relaciones con Guatemala: un narco Estado cuyos dirigentes han destruido, pieza por pieza, todo el marco institucional arrasando de paso con su sistema de justicia; pero al estar el control en manos de una oligarquía ignorante, obsoleta y de corte colonialista -lo que al sistema neoliberal le viene de perlas- mira para otro lado.

Nos vendieron la preeminencia de los derechos humanos, la democracia y la autodeterminación como una aspiración legítima, pero en cuanto actuamos por conquistarlos viene el golpe de puño para recordarnos cuál es nuestra verdadera realidad. Vale decir, el engaño descarado y la píldora política gorda que nos hemos tragado en largos períodos de nuestra historia. Lo que no le toleraron a Castillo en Perú, se lo aplaudieron a Zelenski en Ucrania, demostrando que todo depende de qué color es el protagonista.

No podemos seguir ignorando la sombra funesta del imperio con sus aliados locales, capaces de utilizar el universo mediático para divulgar sus mentiras y convencernos del cuento de la libertad democrática de los pueblos. La realidad nos enseña, a golpes de Estado y bloqueos económicos, cómo los intereses de un puñado de naciones poderosas dependen de nuestro subdesarrollo y nuestra enorme capacidad para caer en las trampas del sistema, una y otra, y otra vez.

La libre determinación de los pueblos no es mas que un deseo insatisfecho.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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