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Mundo: La OMS «urge» a levantar las restricciones con «cuidado extremo» mientras se rebasan los 4 millones de muertos

El director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, ha pedido a los gobiernos de todo el mundo que «sean muy cuidadosos» en la lucha contra la pandemia de COVID-19, «que no pierdan las ganancias que han logrado y que reabran muy cuidadosamente».

En particular sobre la situación en Europa, el experto del organismo sanitario internacional confía en que «no se vuelva a ver los hospitales desbordados». «Pero no es algo que podamos dar por hecho», ha puntualizado Ryan en rueda de prensa este miércoles desde la sede de la OMS, en Ginebra (Suiza).

Así, ha urgido a «actuar con cuidado extremo a la hora de levantar todas las restricciones, porque habrá consecuencias». «Todos los países están dando pasos para levantar las restricciones. Hay que ser cuidadosos y también estar listos para dar marcha atrás si es necesario», ha esgrimido.

Al hilo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido de que la pandemia de COVID-19 «se encuentra en un punto peligroso» en todo el mundo, en el momento en el que se han superado las 4 millones de muertes oficiales.

«El mundo se encuentra en un punto peligroso en esta pandemia. Acabamos de superar el trágico hito de 4 millones de muertes registradas por COVID-19, lo que probablemente subestima el número total de víctimas», ha señalado.

Tedros ha denunciado que debido a la rápida evolución de las variantes y a la «escandalosa desigualdad» en la vacunación, demasiados países de todas las regiones del mundo «están experimentando un fuerte aumento de los casos de COVID-19 y de las hospitalizaciones».  «Esto está conduciendo a una aguda escasez de oxígeno y tratamientos, y está provocando una ola de muertes en partes de África, Asia y América Latina», ha lamentado.

Por otra parte, en cuanto al «nacionalismo» de vacunas, en el que «un puñado de países se ha llevado la parte del pastel», el director del organismo sanitario internacional de Naciones Unidas la ha calificado de «moralmente indefendible y una estrategia de salud pública ineficaz contra un virus respiratorio que está mutando rápidamente y que es cada vez más eficaz para pasar de persona a persona».

«A estas alturas de la pandemia de COVID-19, el hecho de que millones de trabajadores de la salud y de la atención médica aún no hayan sido vacunados es aborrecible. Las variantes están ganando la carrera contra las vacunas debido a la producción y distribución desigual de las mismas, lo que también amenaza la recuperación económica mundial. No tenía que ser así y no tiene que ser así en el futuro. Desde un punto de vista moral, epidemiológico o económico, ahora es el momento de que el mundo se una para hacer frente a esta pandemia de forma colectiva», ha insistido.

Tedros ha recordado que esta semana se reunirán los Ministros de Finanzas y los Gobernadores de los Bancos Centrales del G20. «Esta es otra oportunidad para que los líderes tomen medidas urgentes para acabar con la fase aguda de esta pandemia, proporcionando el dinero necesario para ampliar la fabricación y distribución equitativa de herramientas sanitarias», ha señalado.

Los objetivos de la OMS son que el 10 por ciento de las personas de todos los países estén vacunadas para septiembre y que esa cifra aumente al 40 por ciento para finales de 2021. «Esto situaría al mundo en la senda de la vacunación del 70 por ciento de la población de todos los países a mediados de 2022», ha avanzado.

«Hago un llamamiento a los Ministros de Finanzas del G20 y a otros líderes para que respalden estos objetivos porque es la forma más rápida de acabar con la fase aguda de la pandemia, salvar vidas y medios de subsistencia e impulsar una verdadera recuperación económica mundial. Estamos logrando avances científicos en los ensayos mundiales, pero el impacto es limitado si no los compartimos equitativamente. No es caridad, es la mejor manera de acabar con la fase aguda de esta pandemia, frenar las variantes del virus e impulsar una recuperación económica mundial», ha insistido.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LOS NIÑOS

Por otra parte, Tedros ha alertado de que la pandemia de COVID-19 ha provocado que muchos más niños sufran violencia doméstica y angustia psicosocial, lo que «se ha visto agravado por la interrupción de su educación, redes de apoyo y servicios de atención».

«Sabemos que la violencia afectaba a demasiados niños antes de la pandemia. Está muy extendida y a menudo oculta en los hogares, las escuelas, las comunidades y en Internet. Los niños expuestos a la violencia y a los traumas tienen muchas más probabilidades de desarrollar problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, estrés postraumático y trastornos del comportamiento y del consumo de sustancias.
También son más propensos a morir por suicidio. Se requiere una acción urgente para abordar los impactos en la salud mental de la violencia y el trauma experimentados durante la infancia y que se han amplificado durante esta pandemia», ha reclamado.

Además de intentar acelerar el fin de la pandemia de COVID-19, Tedros ha reivindicado que «dar a los niños el apoyo que necesitan debe ser una prioridad absoluta cuando salgamos de ella».  «Debemos ayudarles a asimilar lo que han vivido y a tener una oportunidad de un futuro más esperanzador», ha remachado.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-oms-urge-levantar-restricciones-cuidado-extremo-mientras-rebasan-millones-muertos-20210707161808.html

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Chile: UV crea comisión que definirá orientaciones en materia de salud mental a nivel institucional

América del Sur/Chile/09-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.cronicadigital.cl

Proponer un conjunto de orientaciones que sirvan de base para la definición e implementación de nuevas políticas, de acciones más precisas y de una estrategia permanente de prevención e intervención temprana en la materia, a nivel institucional, es el objetivo de la recientemente creada Comisión de Salud Mental de la Universidad de Valparaíso (UV).

La instancia fue convocada a expresa petición del rector Osvaldo Corrales e instituida oficialmente mediante un decreto fechado este jueves 1 de julio, en atención a la importancia y a la insospechada dimensión que este tema ha adquirido en el último tiempo, como resultado de los múltiples problemas y desafíos que hoy enfrenta la mayoría de las personas a nivel nacional y global, los cuales se han agudizado debido a la pandemia, afectando en lo particular y de gran manera a estudiantes, docentes y personal que cumple funciones al interior de las diferentes comunidades educativas.

“Como Universidad de Valparaíso no podemos permanecer indiferentes ante esta realidad, de la que tampoco hemos podido escapar. Si bien desde hace años se realizan iniciativas y se han aplicado instrumentos destinados a acompañar y ofrecer ayuda a los integrantes de nuestra institución que han padecido problemas de esta índole, el contexto nos exige un esfuerzo mayor e ineludible. Hoy tenemos el deber de generar nuevas formas de trabajo que en lo posible nos ayuden a paliar los efectos de esta situación compleja que vivimos. Hay una afectación importante en materia de salud mental, que se expresa de distintas formas: en depresión, en ansiedad y otros diversos trastornos. Incluso, en casos dramáticos que hemos conocido y lamentado profundamente. Por lo tanto, existe la necesidad de generar una respuesta institucional acorde para un fenómeno que nos obliga a estar mejor preparados y que debemos enfrentar de mejor manera”, argumentó el rector Corrales.

Por ello, y tras sostener una reunión con decanos en la que recogió sus impresiones y opiniones al respecto, la máxima autoridad de la UV resolvió crear una comisión integrada por seis especialistas en el tema -propuestos por las representantes de las facultades-, los cuales dispondrán de un plazo inicial de tres meses para presentar un documento con propuestas que consideren necesarias y que a su juicio faciliten el abordaje integral de la salud y el bienestar mental bajo una perspectiva triestamental.

“Esta comisión ha sido creada por decreto y contará con sus propios estatutos, por lo que operará en forma autónoma. Su tarea será la de generar un documento cuyas propuestas y conclusiones podrían derivar, incluso, en la conformación de una instancia cuya labor sea permanente y de un sistema formalizado en esta materia. En el fondo, éste es el paso inicial de un primer ciclo de trabajo operativo, con miras a la implementación de políticas y de una estrategia que nos permita avanzar de manera efectiva, eficiente y oportuna en salud mental, como nos comprometimos al presentar nuestro plan de acción para esta rectoría”, precisó el profesor Osvaldo Corrales.

Integrantes

La Comisión de Salud Mental de la Universidad de Valparaíso quedó conformada por el médico psiquiatra Reginald Rees, la enfermera Roxana Gálvez, los psicólogos Carlos Clavijo y Javier Morán, el sociólogo Jorge Chuaqui y la trabajadora social Ketty Cazorla, quien además fue escogida para asumir la coordinación general de este grupo de trabajo.

Durante la reunión de presentación en modalidad remota a la que fueron invitados por el rector, los seis integrantes agradecieron ser considerados, al tiempo que valoraron la preocupación de las autoridades por este tema.

En el encuentro también participaron el vicerrector académico Carlos Becerra; el director de Gestión y Desarrollo de Personas, Juan Pablo Jaña; y la directora de Asuntos Estudiantiles, Pierina Penna, quienes apoyarán la labor de los comisionados y servirán de articuladores entre estos y las unidades de sus respectivas áreas.

Todos coincidieron al señalar que la creación de esta comisión representa tanto un desafío mayor como una oportunidad de dar cuenta de la gran capacidad instalada que posee la UV para el diseño de sus propias políticas en este ámbito -así como en otros-, con base en la evidencia obtenida a través de investigaciones, estudios, encuestas y otras iniciativas que hacen factible dar una respuesta institucional más orgánica y activa en lo relacionado con la salud y el bienestar mental de sus estudiantes, docentes y personal.

Santiago de Chile, 2 de julio 2021
Crónica Digital/PL

Fuente: https://www.cronicadigital.cl/2021/07/02/uv-crea-comision-que-definira-orientaciones-en-materia-de-salud-mental-a-nivel-institucional/

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México: Depresión afecta a estudiantes universitarios durante pandemia

Por: Jennifer Muñiz Y Sharon Jiménez

El coronavirus cambió aceleradamente la forma en que se imparte la educación, ya que la escuela y el hogar se combinan en el mismo espacio tras el cerco epidemiológico que nos confinó en casa desde hace más de un año. Además de los problemas que existen en la educación que reciben aquellos jóvenes con menos recursos, falta de conexión a internet, situaciones familiares y económicas complicadas, tal como nos lo muestra el Informe de Perfil de Estudiante de nuevo ingreso de la UACM del año 2019, existe un problema muy importante: la salud mental de los estudiantes.

 

El impacto psicológico en estudiantes universitarios mexicanos se vio reflejado por la presencia de síntomas como estrés, problemas para dormir, ansiedad y sobre todo depresión.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reveló en mayo de este año que, en la Línea de la Vida, un servicio de atención telefónica para la atención de crisis emocionales, se han atendido 41 mil 412 llamadas entre enero de 2020 y marzo de 2021, todas relacionadas con estados emocionales, tales como ansiedad, depresión, insomnio y tentativa de suicidio. La Línea de la Vida es un servicio dedicado a la atención y promoción de la salud mental, así como a la prevención, recuperación, y rehabilitación de sustancias psicoactivas y emergentes.

El psicólogo Giovanni De La Peña, especialista en estas condiciones de salud, afirma que seguirán aumentando los problemas de salud mental debido a la pandemia de COVID 19.

“Existirán mayores niveles de ansiedad, depresión e ira, las cuales se fueron acumulando en cada persona que estaba en confinamiento, pues no podían expresarlas como suelen hacerlo cotidianamente cuando se podía salir de casa. Si juntamos las noticias catastróficas que día a día se mantuvieron, es posible que afecten a las personas causando mal humor, tristeza, etc.”.

Una de las afectaciones que más se ha intensificado durante esta cuarentena, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la depresión, qué en esta condición psicoafectiva multifactorial, la persona afectada es propensa a cambios emocionales y a sentimientos de tristeza.

Hanna Sánchez

Hanna vive en Iztapalapa y tiene 20 años, y desde que comenzó el confinamiento se encuentra estudiando en línea al igual que muchos estudiantes en el país. Ella narra en entrevista, ha tenido problemas de depresión que ha tenido qué atender “La verdad todo ha sido muy pesado, estoy inscrita a cinco cursos de tres horas cada uno. Si las clases fueran presenciales no tendría ningún problema con eso, pero las condiciones lo hacen bastante difícil. He estado a punto de rendirme y decir: ya basta, me siento deprimida”, dice Hanna.

La depresión de Hana ha intervenido en sus estudios y eso la mantiene preocupada todo el tiempo, y relata que “además de la depresión he sufrido de insomnio, me cuesta mucho dormir, veo el reloj a las tres, cuatro de la mañana, y tengo clases a las siete. No puedo ni levantarme ni concentrarme. Me cuesta mucho estar tranquila porque pienso y pienso, me canso mentalmente. Me estresa mucho que a veces hay temas que no me entran, el semestre pasado abandoné dos cursos, me sentía sin ganas de seguir, ya no hacía tareas ni entraba a clases”.

¿Por qué está afectando tanto la depresión a los universitarios?, De La Peña explica algunas razones que llevan a los estudiantes a sufrir depresión: “las personas somos seres sociales que estamos en constante movimiento, conociendo y aprendiendo, al quitar eso, el estudiante comienza a ser monótono, al grado de llegar al aburrimiento, desesperación y a no sentirse útil. Parte de la vida es tener un propósito o alguna meta que queremos lograr, pero si solo estamos en casa, nadie nos observa, somos seres con necesidades de aceptación por parte de algún grupo con el cual nos sintamos pertenecientes, esto puede afectar a las personas, y si agregamos la presión que genera estudiar en la universidad, se genera depresión, no es un hecho, pero sí un factor que influye”.

El psicólogo recomienda solicitar ayuda profesional en cuanto se muestren síntomas de depresión: “Cuando observamos a alguien que no se quiere levantar de su cama, que todo le aburre y que no encuentra una motivación para seguir con su vida cotidiana, es necesario pedir ayuda profesional, recurrir a especialistas o grupos de ayuda que puedan levantar el ánimo de la persona. No es recomendable tomarlo a la ligera o pensar que solos pueden. El especialista deberá de dar opciones para el tratamiento, por lo general es encontrar motivación o actividades que la persona vuelva a disfrutar dentro de su vida. Hay que recordar que cada persona es diferente y va a necesitar tratamiento de acuerdo con su diagnóstico”.

Desde los canales virtuales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se proporcionan recursos para atención psicológica gratuita, entre las que destaca la línea telefónica del Centro de Investigaciones en Psicoanálisis y Ciencias Sociales (CEPCIS) para brindar apoyo psicológico a los estudiantes uacemitas, una estrategia convenida por ambas instituciones, que contempla el apoyo de especialistas en salud mental que brindan servicio psicológico de forma gratuita a la comunidad de esa universidad. Para brindar ese servicio, los especialistas del CEPCIS solicitan a los estudiantes un correo con su matrícula y nombre completo.

*Este reportaje fue producido por estudiantes del Taller de Periodismo de Investigación del plantel Tezonco de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Fuente: https://desinformemonos.org/depresion-afecta-a-estudiantes-universitarios-durante-pandemia/

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Rompiendo el estigma de la salud mental

Por: Paulette Delgado

Nueve de diez personas con problemas de salud mental se sienten afectadas por el estigma que rodea su diagnóstico.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por las siglas de su nombre en inglés), más del 50 % de los adultos en Estados Unidos necesitarán tratamiento por temas de salud mental en algún momento de su vida. Además, 1 de cada 25 personas vive con una enfermedad mental grave, por ejemplo, un trastorno alimentario, trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático (TEPT) o depresión. Aún así, existe un gran nivel de estigma alrededor del tema, perjudicando a los afectados.

Un estudio publicado en el 2020 analizó investigaciones pasadas sobre estigma y salud mental, indica que los trastornos de salud mental prevalecen en todo el mundo. De acuerdo con el estudio titulado Interventions to Reduce Stigma Related to Mental Illnesses in Educational Institutes: a Systematic Review, los trastornos mentales representan el 7 % de las enfermedades a nivel mundial y causan el 16 % de las lesiones en personas de 10 a 19 años, haciendo del suicidio la tercera causa de muerte en adolescentes, quienes son una población social sumamente vulnerable, ya que buscan la aprobación de sus compañeros y las redes sociales.

El estigma de la salud mental

El diccionario de Cambridge define el estigma como “un fuerte sentimiento de desaprobación que la mayoría de la gente en una sociedad tiene sobre algo, especialmente cuando este juicio social es injusto”.

Las personas pueden aplicar estigmas a un sinfín de cosas, como personas que tienen cierta cultura, cierto estilo de vida, o que viven con problemas de salud, como enfermedades mentales. El estigma sobre la salud mental se ha convertido en una barrera para que la gente busque ayuda, más específicamente que quieran tratarse y vivir una mejor vida. Este sentimiento puede venir de la familia, amigos, compañeros de trabajo, o la sociedad en general.

El problema viene de que esas creencias muchas veces son representaciones simplificadas o generalizadas sobre grupos de personas que son inexactas y ofensivas. Al ser negativas, provocan que una persona tenga una idea errónea de lo que es vivir con alguna enfermedad mental.

Un ejemplo de ello es el trastorno de identidad disociativo (TID), antes conocido como desorden de personalidad múltiple o trastorno de personalidad múltiple. El TID se desarrolla en personas que sufren de algún trauma desde pequeños y es definido por Wikipedia como “la existencia de dos o más identidades en una persona, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente”. La película “Fragmentado”, estrenada en el 2016, cuenta la historia de un hombre que sufre de esta enfermedad. El filme lo muestra como un peligro para la sociedad. La realidad es que la gente que sufre de TID tiene la misma posibilidad de ser alguien violento como alguien sin ninguna situación que afecte su bienestar mental. Además, muchas veces las diferencias entre las distintas “personalidades”, que en realidad se conocen como alters, no son muy notorias. Otro ejemplo es la película “Psicópata Americano” que también empeora el estigma de las personas que sufren de este trastorno.

Por otro lado, los estigmas se pueden observar en la manera en la que se habla de las enfermedades. Por ejemplo, describir la tristeza o el estrés como depresión o ansiedad. Esto se vuelve un problema cuando las personas empiezan a asociar estos trastornos con emociones o sentimientos, pensando que es algo fácil de superar, invalidando las experiencias de otros. Según el Centro de Adicciones y Salud Mental de Canadá (CAMH por sus siglas en inglés), el estigma alrededor de estas enfermedades previene que un 40 % de personas busquen tratarse.

Debido a la manera en que Hollywood retrata a las personas con enfermedades mentales muchos temen ser diagnosticados o buscar apoyo en otras personas porque no quieren ser etiquetados como “locos” o peligrosos. En realidad, estas personas tienen diez veces más probabilidades de ser víctima que ser el atacante, siendo una población vulnerable.

Más allá de los medios, el estigma sobre la salud mental proviene de distintas fuentes como creencias y las propias enfermedades que hacen que alguien pueda actuar fuera de la norma. Según la Fundación de Salud Mental de Inglaterra, nueve de cada diez personas con algún tipo de problema de salud mental sienten que el estigma y la discriminación tiene un efecto negativo en sus vidas. Las personas con algún diagnóstico de este tipo pasan por serias dificultades para encontrar trabajo, tener relaciones a largo plazo y ser incluidos en la sociedad.

En ocasiones este estigma no es notorio, otras sólo es la manera en que la gente describe una condición o persona que vive con una enfermedad mental. Aún así, esto puede producir efectos como: internalizar creencias negativas, aislamiento, baja autoestima, desesperación, evitar buscar tratamiento, empeoramiento de los síntomas, discriminación e injusticias.

Para superar el estigma, la escuela y el sistema educativo en general debe apoyar para aumentar el conocimiento sobre las enfermedades mentales, ya que gran parte de los sentimientos en contra de las personas con afectaciones de salud mental se forman por falta de conocimiento y la sobreexposición a ejemplos negativos.

Reduciendo el estigma en la escuela

La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales de los Estados Unidos ha informado que el 27 % de los estudiantes tienen depresión. Por eso, las escuelas juegan un papel importantísimo en apoyar a sus alumnos y crear un ambiente seguro para ellos. Para empezar a ayudarlos, los educadores pueden guiar a sus alumnos para que abandonen los estereotipos que tienen sobre la salud mental, fomentando conversaciones reflexivas al respecto. Además de que esto ayuda a crear un lugar seguro para compartir sus experiencias. También hablar del tema ayuda a normalizar hablar sobre salud mental, rompiendo prejuicios como pensar que las personas con problemas mentales están locas, por ejemplo.

Durante esos momentos de discusión, es importante también incluir estrategias de mindfulness (prestar atención plena) ya que esto ayuda a comprender mejor lo que están diciendo otras personas, así como saber cómo actuar ante las experiencias de otros, creando un aula segura para todos.

Invitar a expertos también es una gran herramienta para eliminar estigmas por cuanto son personas capacitadas para el diagnóstico y tratamiento. Han tratado con todo tipo de personas con enfermedades mentales y pueden ayudar a brindar una idea más clara de cómo se ven esos diagnósticos. Además, ayudan a reforzar que los problemas de salud mental son como cualquier otra cuestión de salud que necesita de doctores y tratamiento para sobrellevarlos.

Además de expertos es importante involucrar a las familias. Muchas veces, los jóvenes creen que los adultos no logran comprenderlos o que no entienden que es la depresión, ansiedad o cualquier otra enfermedad mental, por eso, invitarlos y educarlos a la par de sus hijos puede ayudar a todos. Sin embargo, ninguna de estas acciones podrá reemplazar la ayuda de los expertos en salud mental. Es por eso que los docentes deben insistir a los estudiantes y a sus familias para que busquen ayuda profesional.

La salud mental va más allá de sentimientos de angustia o tristeza, es un problema de salud pública que ha obtenido una pésima reputación debido a los estigmas y prejuicios de la sociedad. Romper con los estigmas es un trabajo en equipo, se necesita del esfuerzo de todos para mejorar la calidad de vida de aquellos que sufren de alguna enfermedad mental. No sólo se trata de buscar mejores fuentes y educarse, sino exigir que los medios dejen de esparcir estereotipos dañinos de trastornos. Uno de los factores más importantes que hace que el estigma sea tan poderoso es que, en un nivel extremo, puede llevar a las personas a rechazar o excluir a otras. Es por eso por lo que buscar información sobre el tema y hablar al respecto puede ser la diferencia entre que una persona busque tratamiento profesional o no.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx

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No todo es positivo con el teletrabajo: está causando estrés, ansiedad, depresión…

La pandemia está teniendo un efecto negativo en la salud mental de la población, aumentado el estrés, la ansiedad, la depresión y la sensación de agotamiento.

Se están estudiando las causas y el impacto, pero numerosos estudios apuntan a que el teletrabajo está detrás de muchos de estos síntomas y la mayoría de los expertos temen que el deterioro de la salud mental persista después de que ésta haya terminado.

De hecho, según datos que maneja Wellness Coach Institute, la consultora especializada en programas de bienestar corporativo, cuatro de cada seis personas que teletrabajan han declarado tener ansiedad o depresión. Además, las limitadas interacciones sociales de la gente durante la pandemia, unido a las tensiones entre los miembros de una misma familia encerrada en casa y al miedo a la enfermedad están contribuyendo también a aumentar una sensación de angustia entre los trabajadores.

Muchas personas han pasado de llevar una vida bastante activa en la que salían de casa por la mañana, hacían multitud de actividades, tenían reuniones con otros trabajadores, comían fuera… a teletrabajar, cambiando también sus hábitos de ocio hacia actividades mucho menos activas en el propio domicilio y sobre todo con muchas llamadas y videollamadas que son un potencial generador de estrés si no se gestionan bien.

Entonces ¿qué podemos hacer para combatir esa sensación de ansiedad, estrés y cansancio que nos provoca teletrabajar? Desde la consultora Wellness Coach Institute indican algunos consejos:

1. Limitar el uso de las videollamadas

El número de servicios de videollamada móvil alcanzó los 1.800 millones a nivel mundial en 2020; aumentando desde los 1.200 millones de 2019. Esto representa un crecimiento del 50 % en 12 meses. Muchas de las conversaciones que un trabajador realiza mediante videollamada también se pueden resolver por email, al escribir cada uno gestiona sus tiempos, se pueden hacer pausas y no hay que estar 100 % pendientes de la pantalla, lo que resulta agotador. Hay que tratar de agendar las videollamadas de manera espaciada a lo largo de la semana para no tenerlas todas el mismo día.

2. Planificar el día

En lugar de levantarse sin más, conviene emplear cinco minutos para repasar cómo se va a afrontar el día: ¿Nos duele algo? ¿hemos descansado bien? ¿a qué vamos a dedicar más energía hoy? Revisar cuales son los posibles potenciadores de estrés que uno puede tener y preparar cómo podemos reaccionar frente a ellos: esa reunión que no nos apetece, tener que ir al supermercado, una charla incómoda que hay que tener en casa… muchas de las cosas que nos estresan y que ya sabemos que van a pasar. Hacer una proyección mental de esa situación, y planear cómo podemos reaccionar, nos ayudará mucho a afrontarla.

3. Frecuencia mejor que intensidad

También hay que dedicar otros cinco minutos a calentar nuestros músculos y articulaciones antes de ir a la ducha o a desayunar. Debemos pensar en nuestro cuerpo como si fuera un coche, que necesita coger temperatura antes de que podamos acelerar. Poco es mejor que nada, y frecuencia mejor que intensidad, mejor moverse cada día 20 minutos que una hora a la semana en máxima intensidad.

4. Evitar el Multitasking

La capacidad de atención del ser humano, es decir, la cantidad de tiempo concentrado que una persona puede dedicar a una tarea sin distraerse, se ha reducido a ocho segundos, lo que supone una disminución de casi el 25 % en los últimos 15 años. El multitasking (hacer varias cosas a la vez) nos distrae aún más y evita que seamos productivos. Por ello, cuando vayamos a abordar una parte concreta de nuestra jornada de trabajo en la que necesitemos estar concentrados, hay que tratar de no tener otros estímulos externos: apagar las notificaciones de los emails, las alarmas del móvil, evitar tener ruidos de fondo, no tener varias pestañas de navegación abiertas en el ordenador, silenciar el móvil, y no contestar a nuestros mensajes de Whatsapp cada pocos minutos. Se puede tratar de hacer un descanso cada hora de cinco minutos o cada dos horas de diez minutos para revisar emails personales, y contestar mensajes en el móvil.

5. Mostrar gratitud

Todos estamos pasando por momentos muy complicados, pero seguro que tenemos muchas pequeñas cosas que agradecer. Antes de que hagamos nuestra primera actividad del día, en lugar de pensar en todo lo que no tenemos (un trabajo satisfactorio, buen sueldo, buena salud, etc.), debemos tratar de pensar en todas las pequeñas cosas que sí tenemos. Aunque sean pocas cosas, la mayoría de nosotros tenemos lo suficiente para vivir bien y muchas cosas que siempre hemos dado por hecho te hay que tenerlas porque siempre las hemos tenido. Aunque sólo sean unos segundos, hacer un ejercicio de gratitud nos ayuda a programar nuestro cerebro hacia un patrón de pensamiento positivo.

6. Buscar soluciones profesionales

Estamos viviendo en la sociedad más longeva de la historia, pero eso no significa que vivamos mejor. Tenemos un exceso de personas con obesidad, con estrés, con falta de sueño o con trabajos que llevan al sedentarismo. El problema no está en que no queramos sentirnos mejor. El problema está en que el ritmo de vida ha cambiado y hay muchas personas que no tienen la información que necesitan para crear un plan que les ayude a aprender a sentirse bien. Para poder afrontar cambios reales y duraderos necesitamos realizar un aprendizaje global del bienestar, de interiorizar la importancia de cómo nos alimentamos, cómo gestionamos el estrés o saber si descansamos lo suficiente, es decir, la suma de todos los elementos necesarios para que nos sintamos bien. Hacer una dieta pero seguir durmiendo menos de 6 horas hará que podamos estar más delgados pero menos sanos. Hacer deporte de alta intensidad tres veces por semana, pero seguir trabajando 12 horas diarias con altos niveles de estrés, puede ser peligroso para nuestra salud. Afrontar un proceso de cambio requiere desarrollar e implementar un plan integral que debe de ser personalizado para cada persona. Cada uno tenemos motivaciones, personalidades y necesidades diferentes. En este entorno empiezan a surgir consultoras de wellness corporativo, empresas especializadas en implementar programas de bienestar corporativo que desarrollan programas que incluyen talleres de yoga, de nutrición, de mindfulness… Programas que tienen éxito entre los empleados ya que: son fáciles de implementar, tienen una visión a largo plazo y son lo más personalizados posible.

Carlos Vasallo Bolander, director de Wellness Coach Institute, ha comentado«La pandemia y el teletrabajo están teniendo un efecto negativo en la salud mental de gran parte de los trabajadores españoles, lo que para algunos puede suponer un lujo, como es trabajar desde casa, para otras personas, que se han visto obligadas a hacerlo, ha supuesto un cambio en sus rutinas que a veces no han sabido como sobrellevarlo, por ello, desde Wellness Coach Institute hemos querido dar una serie de sencillos consejos para tratar de hacer el teletrabajo lo más llevadero posible y mejorar el bienestar de los empleados, hasta que la situación actual, tan inestable y cambiante, mejore, que al final es lo más importante.»

Fuente e imagen: diariocritico

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Investigación: El confinamiento y el cierre de escuelas por la COVID-19 empeora la ansiedad y la depresión en Europa

El confinamiento y el cierre de escuelas por la COVID-19 empeora la ansiedad y la depresión

Un estudio realizado en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) ha evidenciado una elevada prevalencia global tanto de la depresión como de la ansiedad durante la pandemia de COVID-19 y muestra cómo la aplicación de estrategias de mitigación, como el confinamiento del transporte público y de las escuelas, y los confinamientos, han empeorado estos trastornos.

«Nuestra investigación encontró una elevada prevalencia global de estos problemas de salud mental durante COVID-19 y también reveló que había una amplia variación en cada uno a nivel de región y país», explica João Castaldelli-Maia, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista científica ‘Psychological Medicine’.

En particular, Asia presentó niveles más bajos tanto de ansiedad como de depresión, en comparación con las demás regiones del mundo. El confinamiento del transporte público aumentó los niveles de ansiedad, ya fuera dos semanas o cuatro semanas después de la promulgación del confinamiento, especialmente en Europa.

En total, se evaluaron 226.638 individuos en los 60 estudios incluidos. La prevalencia global tanto de la depresión como de la ansiedad durante la pandemia de COVID-19 fue del 24 por ciento y del 21 por ciento, respectivamente. Asia, con tasas del 18 por ciento para cada una, y China especialmente, tuvieron la menor prevalencia de ambos trastornos.

En cuanto al impacto de las estrategias de mitigación en la salud mental, ya sea el cierre del transporte público, escuelas, lugares de trabajo, la cancelación de eventos públicos o las restricciones de reunión, solo el cierre del transporte público aumentó la prevalencia de la ansiedad, especialmente en Europa.

Castaldelli-Maia y sus colegas encontraron una prevalencia global de ansiedad del 21 por ciento. Asia presentaba niveles más bajos de ansiedad (18 por ciento) en comparación con otras regiones del mundo (29 por ciento). En este caso, Europa no se diferenció de Asia ni de otras regiones del mundo. Una vez más, un análisis de subgrupos a nivel de país mostró que China tenía una menor prevalencia de ansiedad, con un 15,5 por ciento, en comparación con todos los demás países, con un 26 por ciento.

Dentro del subgrupo de países asiáticos, las estimaciones de prevalencia de la depresión oscilaban entre el 15 y el 20 por ciento. Al comparar la prevalencia de la depresión en las épocas anterior y posterior a COVID-19, las estimaciones, que oscilan entre el 1,3 por ciento y el 3,4 por ciento, son manifiestamente mayores tras el inicio de COVID-19.

La depresión se observó entre el 26 por ciento de la población en Europa, y entre el 39 por ciento en otras regiones del mundo no asiáticas. Un análisis más detallado mostró que China tenía una menor prevalencia de depresión, el 16 por ciento en comparación con el 29 por ciento en otros países.

Del mismo modo, la prevalencia de la ansiedad, como se informó en el subgrupo de países asiáticos, es mayor después de COVID-19. Las tasas de ansiedad antes de la COVID-19 oscilaban entre el 2,1 y el 4,1 por ciento, frente al 18 por ciento en el presente estudio. Se observa un aumento de la ansiedad en los países fuera de Asia y Europa (del 3 al 7 por ciento frente al 29 por ciento).

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-confinamiento-cierre-escuelas-covid-19-empeora-ansiedad-depresion-20210318161821.html

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Estados Unidos: Los estudiantes de secundaria que abusan de los opioides recetados tienen un mayor riesgo de comportamientos suicidas, según un estudio

Aproximadamente uno de cada tres estudiantes de secundaria que dijeron que estaban abusando de los opioides recetados cuando fueron encuestados informaron que habían intentado suicidarse, según un estudio publicado el lunes en la revista Pediatrics.

Anteriormente, los investigadores informaron que los jóvenes que habían abusado de los opioides recetados en cualquier momento tenían un mayor riesgo de suicidio. La Asociación Estadounidense de Psicología define que el «riesgo de suicidio generalmente está indicado por la idea o intención suicida» y un plan detallado para llevarla a cabo.

El estudio utilizó datos de más de 13.600 respuestas de estudiantes de secundaria de EE.UU. en la Encuesta de Comportamiento de Riesgo Juvenil de 2019 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés). Los estudiantes respondieron preguntas sobre cuándo y con qué frecuencia habían tomado analgésicos opioides específicos, ya sea sin receta médica o de manera diferente a como lo habían indicado sus médicos. Los adolescentes también informaron si y cuántas veces habían considerado seriamente intentar, planear o realmente intentar suicidarse en el último año.

Resultados del estudio

Aproximadamente el 7,4% de los estudiantes informaron que habían abusado de los opioides recetados al menos una vez en el pasado. Mientras que el 7,2% informó de un uso indebido una o más veces en el último mes.

«Hay una serie de factores que ponen a los jóvenes en riesgo de abusar de los opioides recetados» dijo por correo electrónico la autora principal del estudio, Natalie Wilkins, científica del comportamiento de la División de Salud Escolar y Adolescente de los CDC. «Desde el punto de vista del desarrollo, los cerebros de los adolescentes aún no han madurado por completo, lo que los hace más susceptibles a participar en conductas arriesgadas e impulsivas, como el consumo de sustancias».

Los investigadores encontraron que el uso indebido actual de opioides recetados, en comparación con el uso indebido en el pasado o nunca, se asoció de manera más significativa con considerar seriamente el intento de suicidio, hacer planes de suicidio y sentirse triste o desesperado en el último año. Casi el 33% de los estudiantes que informaron el uso indebido de opioides recetados en la actualidad en realidad intentaron suicidarse, en comparación con el 19% de los adolescentes que informaron el uso indebido en el pasado y el 6% de los estudiantes que dijeron que nunca habían usado indebidamente una prescripción de opioides.

Por qué los estudiantes recurren a los opioides

El estudio examinó las asociaciones entre el uso indebido de opioides recetados, las tendencias suicidas y los síntomas de depresión. Aún no se sabe por completo si el uso indebido de opioides recetados puede provocar tendencias suicidas y síntomas depresivos o viceversa. Los autores también notaron que una limitación del estudio fue que no conocían los niveles de uso indebido de los estudiantes, por ejemplo, si ocasionalmente lo usaban indebidamente o si tenían un trastorno de opioides.

Independientemente, la razón por la que los adolescentes comienzan a abusar de los opioides es una «cosa matizada y en capas», dijo el Dr. Lucien González, presidente del Comité de Prevención y Uso de Sustancias de la Academia Estadounidense de Pediatría, que no participó en el estudio.

El mal uso de los opioides

El mal uso podría deberse a aliviar el dolor físico de un procedimiento médico, la curiosidad, socializar o sucumbir a la presión de los compañeros, añadió González. Algunos adolescentes pueden hacer un mal uso para aliviar la tensión, el dolor emocional, los problemas mentales o los pensamientos suicidas. También pueden querer sentir la euforia de la que han oído hablar a otras personas.

A algunas personas no les gusta cómo los hacen sentir los opioides después de las cirugías. Para otras, la intención inicial puede haber sido inofensiva, pero la adicción ocurre cuando el uso casual se convierte en opioides «porque se sienten realmente mal cuando no lo hacen», comentó Amy Green, psicóloga clínica y vicepresidenta de investigación de The Trevor Project, una organización de intervención en crisis y prevención del suicidio para jóvenes LGBTQ. «Eso también puede causar mucha lucha y sufrimiento y sentirse atrapado, que están atrapados entre el deseo de no usarlo y la lucha real».

Con respecto a la relación con el suicidio, sustancias como los opioides y el alcohol pueden reducir las inhibiciones, indicó González, quien también es profesor asistente en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota. Eso puede hacer que algunas personas sean menos propensas a dejar de completar la ideación o el intento de suicidio.

Disparidades entre minorías

Había grandes disparidades entre los diferentes estudiantes: adolescentes mujeres, negros, hispanos y lesbianas, gays, bisexuales o inseguros actualmente abusan más de los opioides recetados que los adolescentes hombres y blancos. Algunos de los grupos minoritarios también tenían tasas más altas de sentimientos suicidas, tristes o desesperanzados en comparación con las tasas de los hombres y los jóvenes blancos. Y las diferencias entre los estudiantes heterosexuales y adolescentes lesbianas, gays, bisexuales e inseguros fueron extremas: el 23,9% de estudiantes lesbianas, gays o bisexuales y el 14,5% de los estudiantes inseguros intentaron suicidarse, en comparación con el 6,4% de los adolescentes heterosexuales. El 12% de adolescentes lesbianas, gays o bisexuales y el 11,5% de los adolescentes inseguros informaron el uso indebido actual de opioides recetados, en comparación con el 6,4% de los estudiantes heterosexuales.

Los mayores riesgos que enfrentan adolescentes lesbianas, gays, bisexuales e inseguros no son causados directamente por su sexualidad, sino por la forma en que algunas personas los tratan a causa de ella, dijo Green. «Es mucho más probable que experimenten discriminación, victimización (y) estigma debido a su identidad», aseguró Green, quien también es profesora asistente adjunta en la Universidad de California en San Diego. Green no participó en el estudio.

«Esas experiencias conducen a estos sentimientos de vergüenza, estigma y depresión internalizados, que tienden a resultar en cosas como pensamientos suicidas, uso indebido de medicamentos recetados, incluidos los opioides, para tratar de abordar el dolor y el sufrimiento que sienten», manifestó Green.

Apoyo a los adolescentes LGBTQ

«Cuando los jóvenes LGBTQ son apoyados y reafirmados en sus identidades, cuando tienen escuelas que reconocen LGBTQ y tienen padres que los aceptan, tienen un riesgo significativamente menor de considerar e intentar suicidarse», agregó Green.

Los estudiantes blancos informaron más comúnmente que los estudiantes de otras razas o etnias sobre el uso indebido de opioides recetados en el pasado. Los estudiantes blancos consideraron seriamente el suicidio e hicieron un plan de suicidio. Pero menos estudiantes blancos informaron intentos de suicidio.

La mayor prevalencia de intentos de suicidio entre los estudiantes negros e hispanos puede deberse en parte al acceso inadecuado a la atención de salud mental general y a una atención que responda culturalmente a sus identidades y necesidades, observa Green.

Seguridad y tratamiento del uso indebido de opioides recetados

«Debido a que los niños pueden pasar muy rápidamente de la ideación a la actuación», los padres deben crear un entorno seguro alrededor de los niños y adolescentes que pueden tener pensamientos suicidas, dijo González.

Guarde de manera segura los objetos que podrían ser letales, como armas de fuego y medicamentos para el dolor o psiquiátricos. Un estudio de 2018 encontró que es más probable que los adolescentes obtengan analgésicos recetados primero a través de las recetas de los miembros de la familia, en lugar de a través de distribuidores o fuentes en línea. Dado que los adolescentes también pueden hacer un mal uso de sus propias recetas, González recomendó que los padres administren los medicamentos, supervisen el acceso y se deshagan de las sobras.

Los signos que podrían ser indicativos de abuso de sustancias u otro problema incluyen los siguientes, según González:

  • Pupilas constreñidas
  • Confusión
  • Habla arrastrada
  • Respiración corta y superficial
  • Estado de ánimo o cambios de humor inusuales (cansancio, inusualmente calmado, depresión o ansiedad que aumentan o disminuyen)
  • Marcas en la piel o heridas punzantes frescas
  • Cambios de peso (a menudo pérdida)
  • Cambios en los grupos de amigos
  • Aislamiento
  • Dificultad para comunicarse
  • Falta de motivación
  • Cambios en la asistencia y/o desempeño escolar
  • Comportamiento agresivo
  • Desobediencia inusual
  • Cambios de apariencia
  • Niveles de energía más bajos (o tal vez inusualmente más altos)
  • Evidencia de parafernalia de drogas

Dadas las razones comunes detrás del uso indebido de opioides, la forma en que evitamos que los estudiantes «sufran ese dolor» es crucial, dijo Green.

Busque ayuda al problema de los opioides recetados

«Los servicios para el abuso de sustancias y la salud mental en este país no están donde deberían estar», aseguró Green. Pero hay cierto apoyo disponible, independientemente de la capacidad de pago. Los padres y los adolescentes de EE.UU. pueden llamar al 211 para obtener información sobre los recursos locales. Algunas escuelas tienen centros de salud que ofrecen servicios de apoyo para el uso indebido o abuso de sustancias.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2021/03/05/los-estudiantes-de-secundaria-que-abusan-de-los-opioides-recetados-tienen-un-mayor-riesgo-de-comportamientos-suicidas-segun-un-estudio/

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