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«Levanta tu voz con Malala: Una guía para emprender acciones por la educación de las niñas»

Por: CLADE.

Malala Fund da a conocer «Levanta tu voz con Malala: Una guía para emprender acciones por la educación de las niñas». Con historias reales de niñas que utilizaron tácticas exitosas para garantizar su derecho a la educación, la guía ofrece información y herramientas para que niñas de entre 13 y 18 años puedan actuar, expresarse y promover cambios.

Fuente del documento: Puedes solicitar la guía en español a través de este enlace: https://action.malala.org/girl-advocate-guide-spanish

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Más de un millón de niños sin cobertura educativa en Honduras (Video)

Honduras / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Daniel Sierra / Fuente: HispanTV

 

 

 

 

 

Más de un millón de niños y jóvenes en Honduras han abandonado sus actividades escolares en los últimos años a consecuencia de la inseguridad y la pobreza.

Anualmente en Honduras unos 60 mil estudiantes abandonan las aulas de clase a consecuencia de problemas sociales o familiares, según datos de la Secretaría de Educación.

Más de 500 centros educativos en Honduras se encuentran ubicados en entornos violentos o bajo el acecho del crimen organizado, lo que provoca el desplazamiento forzado de los jóvenes.

En los últimos años, el Gobierno de Juan Orlando Hernández ha reducido considerablemente la inversión en el sector educativo, mientras tanto el gasto asignado a la Secretaría de Seguridad y Defensa ha incrementado.

Otro de los problemas que afectan al sector educativo hondureño es la falta de mobiliario y material pedagógico en las escuelas, cuya adquisición corre a cargo de los padres de familia en la mayoría de ocasiones.

Las condiciones de infraestructura en la mayoría de centros escolares públicos son deplorables, muchos no cuentan con servicios básicos como la energía eléctrica y el agua potable, otros incluso representan un peligro para la integridad física de los estudiantes.

En 2018, cerca de 32 mil jóvenes dejaron de matricularse en el sistema educativo, según fuentes oficiales. Ante dicha problemática, el Gobierno asegura que iniciará en 2019 un proceso de formación a los alumnos para crear consciencia sobre los peligros de la deserción escolar.

 

Fuente de la Noticia:

https://www.hispantv.com/noticias/honduras/394475/ninos-abandonan-escuelas-violencia-pobreza

ove/mahv

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Ecuador: El olvido destruye a las escuelas

Ecuador / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: El Diario

Nunca Doris Ponce sintió tanto silencio en su barrio. Hace dos años cerraron la escuela del sector y se fueron las risas y los gritos de los niños.

La escuela, la 15 de Septiembre, está ubicada en el barrio del mismo nombre.

Antes acogió a unos 300 alumnos, pero ahora es usada para consumir drogas y alcohol, dicen los vecinos. Y de eso pocos hablan, hay un silencio cómplice.
Las paredes del cerramiento están destruidas y ya poco queda de la “escuelita”, como le decían. Ahora solo son aulas vacías y sin techo, llenas de basura y maleza.
El plantel fue cerrado hace dos años, luego del terremoto del 2016.
Doris dijo que al principio se les informó que la estructura estaba afectada, pero después se descartó aquello y el Distrito de Educación argumentó que la escuela era parte de un proceso de reorganización educativa llamado “Instituciones Espejos”.
Es así que el plantel fue cerrado y la mayoría de sus estudiantes reubicados en  la escuela del Milenio, ubicada en el colegio 4 de Noviembre, barrio Las Acacias.
“La escuelita estaba  bien, no se veía tan dañada, después de que la cerraron empezaron a llevarse las puertas y las ventanas y luego quedó así como la ve. Toda destruida, abandonada”, indicó.
Y no solo fue la escuela 15 de Septiembre. Un total de 26 planteles fueron unificados a partir del 2016 en Manta, Montecristi y Jaramijó y entregados a la empresa estatal Inmobiliar. Actualmente algunas se destruyen en el olvido.
Catorce de esos centros educativos se ubican en Manta, por ejemplo: la escuela Ana Bertina Calderón actualmente es ocupada por el Distrito de Educación, la unidad educativa Abraham Lincoln, ubicada en el barrio Santa Fe, hoy es utilizada como bodega del Distrito.
Otras escuelas fueron asignadas a la comunidad para que realicen actividades sociales. También se dijo  que el Municipio de Manta podía solicitar una de ellas a Inmobiliar para usarla  como un parque o algún otro tipo de proyecto comunitario.
Aquello no ha sucedido, según reportes del cabildo.
Un estudio. Sandra Franco, coordinadora zonal de Educación, manifestó que han encargado un estudio sobre estos planteles a la universidad Eloy Alfaro para ver la posibilidad de reabrirlos.
“El próximo año abriremos la escuela Ramón Virgilio Azúa en Tarqui”, indicó.
Para aquello se utilizaron 195 mil dólares.
La universidad hará un censo para determinar si existe demanda de estudiantes en las zonas donde cerraron los planteles, informó la funcionaria. Actualmente hay tres peticiones de padres de familia para abrir escuelas que han   sido cerradas en Manta, Montecristi y Jaramijó.
En Montecristi, por ejemplo, se ubica  la escuela Máximo Delgado.
El plantel se halla en el sitio Tohalla Grande  y  también fue cerrado después del sismo.
Los moradores del sector denunciaron que los ladrones han desmantelado el plantel de a poco.
Hasta ahora se siguen robado las puertas, antes se robaron las mesas y las sillas.
Los alumnos  de este plantel  estudian en una escuela del Milenio ubicada en Los Bajos del Pechiche.
A ellos los recoge un bus pagado por el Ministerio de Educación.
La Humberto Moya.  La escuela Humberto Moya le da pena a Piedad Alvia.
“Antes de esa puerta salían  muchos niños y le daban vida a este barrio”, expresó, apuntando a la entrada  principal del plantel. “Ahora no pasa nada, hasta las tienditas que vendían dulces y colas tuvieron que cerrar porque ya no había quién comprara”, agregó.
La unidad también esta en la lista de las que fueron cerradas luego del 2016. A Piedad y a otros vecinos les dijeron que quedó muy afectada por el terremoto, pero la mujer insiste en que no era para tanto.
Había aulas en buen estado y además si estaba tan mal por qué no se la demolió, reclamó. La escuela actualmente tiene el mismo problema de las otras que dejaron de funcionar.
El cerramiento está caído, hay basura y se observa la estructura cuarteada.
Ya no hay bancas ni puertas. Todo fue retirado semanas después del sismo.
“Nosotros insistimos durante varios días que no cerraran la escuela, pero nadie nos hizo caso”, señaló Lucy Vicuña, quien vive frente al plantel.
Dijo que tenían un lugar cerca para que sus hijos estudiaran y ahora les toca llevarlos hasta la escuela 4 de Noviembre “y eso queda lejos”, indicó.
“Hay que caminar mucho o coger bus porque eso del transporte fue puro cuento; al principio les pusieron un bus, pero después lo quitaron”, expresó.
Ella recordó que en el 2016 reclamaron con los padres de familia de otras escuelas como la  Jorge Cevallos   Calero, Ruperto Mena y 26 de Septiembre, pero no lograron nada.
“Eso estuvo mal, porque no nos tomaron en cuenta a nosotros, nadie nos escuchó y solo cerraron la escuela. Mírela cómo está ahora, abandonada, llena de basura”, expresó.
Fuente de la Noticia:
http://www.eldiario.ec/noticias-manabi-ecuador/488425-el-olvido-destruye-a-las-escuelas/
ove/mahv
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Kenia: Artículo 26 de la Declaración de Derechos Humanos, Derecho a la educación

Por: el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos/Europa Press

En 2002, cuando el Gobierno keniano anunció que la educación primaria sería gratuita para todas las personas, Kimani Ng’ang’a Maruge decidió inscribirse en primer grado. ¿Qué hay de inusual en eso? Que era un bisabuelo de 84 años. Una fotografía en la portada de un periódico de Kenia lo mostró sentado en un diminuto escritorio junto a niños de 6 años, usando un uniforme que se había hecho él mismo, incluidos los pantalones cortos que indicaba el reglamento.

Maruge dijo que quería aprender a leer la Biblia para saber si los curas la habían estado citando adecuadamente durante toda su vida. Vivió cinco años más, fue certificado en el Libro Guinness de récords mundiales como la persona más vieja en inscribirse a la escuela primaria y fue a Nueva York para dirigirse a la Cumbre de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio sobre la importancia de la educación primaria gratuita.

El artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) hace obligatoria la educación primaria gratuita y universal, y existe una tendencia de pensar que es un derecho para los niños. Pero como Maruge mostró, personas de cualquier edad pueden buscar y beneficiarse de la educación y el alfabetismo. No sólo se hizo una película sobre su vida, sino que su historia inspiró a muchas personas que habían abandonado la escuela a regresar y acabar sus estudios.

Este derecho está también consagrado en varias convenciones internacionales, en particular en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en la Convención sobre los derechos del niño (que ha sido ratificada por todos los países con excepción de Estados Unidos).
En el artículo 26 de la DUDH, encontramos el derecho al “pleno desarrollo de la personalidad humana”, que también aparece en los artículos 22 y 29. Queda claro que los redactores vieron este término como una manera de resumir muchos de los derechos sociales, económicos y culturales en la Declaración y se ha incrementado cada vez más la atención que organismos internacionales prestan al papel de la educación en el empoderamiento de individuos, tanto niños como adultos.

Se ha logrado ampliamente el derecho a la educación en algunos aspectos, lo que resulta inusual para muchos de los derechos enumerados en la DUDH. Hoy más que nunca, cada vez más niños alrededor del mundo tienen acceso a la educación, e incluso la tasa de asistencia a la escuela primaria por parte de las niñas crece a la par que la de los niños en algunas regiones. El número total de niños no escolarizados alrededor del mundo bajó de 100 millones en 2000 a aproximadamente unos 57  millones en 2015.

El Banco Mundial y la OCDE estiman que en 1960 sólo el 42% de las personas en el mundo sabían leer y escribir. En el 2015 este número había subido a 86%. Algunos países –Andorra, Azerbaiyán, Cuba, Georgia, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rusia, Eslovenia y Tayikistán– tienen tasas de alfabetización del 100%.

ASPIRACIÓN A UNA EDUCACIÓN SECUNDARIA GRATUITA Y UNIVERSAL

Sin embargo, la alfabetización es un blanco móvil. Muchos países aspiran –de acuerdo a los objetivos planteados en el artículo 26– a que la educación secundaria sea gratuita y universal, y algunos tienen como objetivo una educación terciaria más generalizada. El término “alfabetismo” tiene cada vez un significado más amplio en muchos lugares para incluir la habilidad de usar números, imágenes y computadoras, así como lenguaje, y para abarcar otras formas de comunicar y adquirir conocimientos útiles.

Pero estas cifras positivas ocultan el hecho de que el progreso también ha sido muy desigual, en gran medida por las desigualdades y la discriminación, pues el derecho a la educación sigue siendo negado a niños de grupos marginalizados y a aquellos que viven en las peores formas de pobreza y privación. Los niños más desaventajados siguen siendo olvidados, como en el caso de los niños con discapacidades, los niños indígenas y apátridas, y especialmente las niñas que pertenecen a estos grupos.

A pesar del incremento constante de las tasas de alfabetización durante los últimos 50 años, aún hay 750 millones de adultos analfabetos alrededor del mundo, en su mayoría mujeres. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen una oportunidad clave para garantizar que toda la juventud y la mayoría de los adultos sean alfabetizados y aprendan de aritmética para 2030, siendo el ODS 4 en particular el que se centra tanto en el acceso como en la calidad de la educación.

LAS NIÑAS DE MUCHOS PAÍSES, PRIVADAS DE EDUCACIÓN

En muchos lugares, dadas ciertas prácticas culturales, no se permite que las niñas obtengan una educación. En 43 países, principalmente ubicados en el norte de África y África subsahariana, y en el oeste y sur de Asia, las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años son aún menos proclives que los hombres jóvenes a contar con habilidades de lectura y escritura.

Se ha demostrado que la falta de educación, especialmente en las niñas, tiene un enorme impacto en la sociedad en su conjunto, en la salud y en el desarrollo económico de los países, no sólo porque la privación del derecho a la educación a menudo abarca generaciones, sino también porque perpetua arraigados círculos viciosos de pobreza. La educación es tal vez la herramienta más poderosa para sacar a los niños y adultos marginalizados de la pobreza y la exclusión, haciendo posible  que jueguen un papel activo en los procesos y las decisiones que les afectan.

La educación como derecho humano fundamental es esencial para el ejercicio de todos los demás Derechos Humanos. Promueve la libertad individual y contribuye en definitiva a un empoderamiento más amplio de los niños, a su bienestar y desarrollo, no sólo asegurando que estén equipados para entender y exigir sus derechos durante sus vidas.

Tal vez la defensora de la educación de las niñas más destacada es Malala Yousafzai, una activista paquistaní y la ganadora más joven del Premio Nobel. Cuando insistió en ir a la escuela en su valle nativo del Swat después de que los talibán locales prohibieran a las niñas ir a la escuela, un talibán armado disparó a Malala y a otras dos niñas en un intento de asesinato.

Imperturbable, Malala ha continuado con sus actividades tras su recuperación. “Con pistolas se puede matar terroristas, con la educación se puede matar al terrorismo”, afirma.

((Este es uno de una serie de artículos publicados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos para conmemorar el 70 aniversario de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948)).

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-articulo-26-declaracion-derechos-humanos-derecho-educacion-20181206113621.html

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Entrevista: «La educación tiene que vivirse con cariño y amor»

por: diariocordoba.com/ Olga Alba/05-12-2018

Este maestro de Primaria y Educación Física, de origen valenciano, comenzó a dar clases en Córdoba hace 13 años en el CEIP Gloria Fuertes. Ahora se encuentra al frente de un centro escolar ubicado en el cruce entre las calles Motril y Torremolinos.

-Oímos mucho hablar de educación inclusiva pero quizá, en el caso del centro que dirige esto adquiera una relevancia especial…

-En nuestro colegio se desarrolla un modelo, el de Comunidades de Aprendizaje,, que es inclusivo y que, además, no podría ser de otra manera estando en el contexto en el que nos encontramos. Aquí hay familias excluidas, que pertenecen a una zona linde entre el Sector Sur y el barrio Guadalquivir donde el paro estructural tiene cotas que asustan y se sufre discriminación social por razones étnicas, culturales y de clase social. La escuela es un garante de que las cosas pueden ser diferentes.

-¿Cree que sus alumnos tendrán las mismas oportunidades de futuro que los de otras barriadas?

-Si no creyese que se puede luchar para que las tengan, probablemente no seguiría mucho tiempo en este barrio. Vivimos una realidad desigual pero debemos emplear todas nuestras fuerzas en intentar revertir lo injusto de nacer en un sitio u otro. El esfuerzo de todos los centros del barrio se proyectan, inasequibles al desaliento, en el camino que permita concederles lo mismo que pueden tener niños de niveles socioeconómicos medios y altos.

-Trabajar en una barriada desfavorecida, ¿hace que tenga que afrontar su día a día de manera distinta?

-Sin duda alguna. Mucho de mi alumnado procede de los vikingos. Mi sitio a las 9 siempre está en la puerta del colegio, recibiendo al alumnado, entablando comunicación con las familias, luchando contra ese micro absentismo que supone llegar tarde por sistema. Todo ello implica una forma de empezar diferente. Tengo que gestionar la convivencia porque las leyes de la calle se traen a la escuela, y esas leyes no son las mejores para mejorar y cambiar sus vidas.

-Una vez finalizada la etapa escolar, ¿continúan estos alumnos en el sistema educativo?

-Sí, pasan a secundaria normalmente en nuestro centro adscrito, el IES Guadalquivir. Este instituto es vecino pared con pared, nuestro hermano de gueto, porque es una realidad que ambos centros conformamos el gueto educativo de Córdoba. Nuestro sueño es que todos nuestros alumnos terminen con éxito la educación Secundaria, que puedan soñar con llegar a ser alguien y triunfar en la universidad, pero demasiadas veces no es así por muchas razones, y ese es otro de los retos que como epicentros de transformación social que somos, debemos asumir todas las instituciones educativas del barrio.

*Fuente: https://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/la-educacion-tiene-vivirse-carino-amor_1268461.html

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Foro sobre Festival audiovisual luces, cámara y educación

Por: CLADE – Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación. 

 

Foro sobre Festival audiovisual luces, cámara y educación!

Posted by CLADE – Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación on Thursday, November 29, 2018

 

Fuente de la noticia: https://www.facebook.com/redclade/videos/2175909112620708/?t=26

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¿Cómo resolver el problema de las universidades públicas?

Por: Julián De Zubiría Samper.

El país vivió un día histórico el pasado 10 de octubre. Multitudinarias movilizaciones lideradas por el movimiento estudiantil salieron en defensa de la educación pública y exigiendo que los recursos de la guerra se desplacen a la educación. El pedagogo Julián De Zubiría analiza los posibles escenarios para superar la crisis.

El diez de octubre de 2018 será recordado como un punto de inflexión en la lucha por el derecho a la educación en Colombia. Las agencias internacionales estiman que más de medio millón de personas salieron a la calle en diferentes ciudades a defender las universidades públicas, hoy amenazadas por el abandono, la estigmatización y la desidia de los últimos gobiernos. No cabían los estudiantes en la Plaza “Che” de la Universidad Nacional y, como muy pocas veces, tampoco la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, alcanzó a albergar a los miles y miles de manifestantes. En hechos sin precedentes, las marchas estuvieron encabezadas por los rectores de las universidades oficiales, fueron acompañadas por miles de estudiantes de las universidades privadas y, durante el día, grandes grupos de jóvenes limpiaron las consignas que habían pintado previamente pequeños grupitos de estudiantes encapuchados. Sin duda, será un día histórico para la educación colombiana y si bien la gran mayoría de marchantes eran estudiantes, también lo hicieron profesores y ciudadanos que saben que la universidad pública tiene la llave maestra para disminuir la inequidad, fortalecer la movilidad social en el país y generar riqueza social.

Como muchos otros, agradezco a la vida el haber podido estudiar en la Universidad Nacional de Colombia. Recibí clase de los mejores docentes de la época, lo que me ayudó a desarrollar la pasión por la lectura, el pensamiento crítico, el compromiso social y una perspectiva más diversa y compleja del mundo. Pero son pocos los que tienen ese derecho, porque debido a la asfixia presupuestal en la que la han mantenido, de 75.000 aspirantes para el año 2019, sólo 5.000 fueron admitidos, aunque 14.000 habían aprobado el examen. Algo muy similar sucede en las otras 31 universidades públicas en las diversas regiones del país.

La humanidad no conoce una mejor manera para salir de la pobreza que la educación. Miles de vidas han sido transformadas por completo gracias a la muy alta calidad que ofrecen la mayoría de las universidades públicas colombianas. Más de la mitad de ellas cuentan con acreditación. Hoy, más de 650.000 jóvenes estudian en sus aulas. El 81% pertenece a los estratos 1, 2 y 3, en un bello ejemplo de integración y diversidad social. Sin educación pública, los estratos más bajos estarían condenados a vivir en las mismas condiciones de pobreza en la que vivieron sus padres. No hay duda: las universidades oficiales han sido el más importante mecanismo de movilidad social en la historia del país.

Rápidamente, el gobierno salió a ofrecer a los manifestantes una adición de 500 mil millones para las 32 universidades públicas para el 2019. Ignacio Mantilla, ex rector de la Universidad Nacional, calificó la medida como un “conejazo”, ya que dichos recursos no serán necesariamente para las universidades públicas y tan solo 55 mil de ellos serán manejados por ellas. El SUE consideró que los recursos ofrecidos tan solo equivalen al 2,8% de la deuda acumulada con las universidades; los representantes de los profes concluyeron que la decisión era una “mentira” y los estudiantes decidieron iniciar un paro indefinido al considerar que la propuesta del gobierno desconocía la magnitud y la raíz del problema. Estos últimos tampoco aceptaron la invitación a dialogar que les cursó el MEN y la condicionaron a la presencia de rectores y profesores. De la marcha salió enormemente fortalecida la alianza tripartita en defensa de la universidad oficial. Posición que también es respaldada por un muy amplio sector de la nación que ve con buenos ojos que se fortalezcan las universidades públicas.

Lo que está en juego en Colombia es cuál es la prioridad que vamos a asumir como nación. Hay un sector que considera que la prioridad debe seguir siendo la guerra. Ellos ya han alcanzado una adición presupuestal de 3,5 billones en el 2019 en defensa y armamento, de manera que supuestamente podamos enfrentar el conflicto armado que ellos mismos están impulsando contra Venezuela. En Colombia, un sector se ha beneficiado política y económicamente de la guerra y quiere seguir nutriéndose, pero ahora en una guerra contra el hermano pueblo venezolano, hoy sumido en una dramática crisis política, social, humana y económica. No quieren reconocer que la guerra es la expresión más primitiva del ser humano y la expresión más clara de que somos incapaces de dialogar y de resolver pacíficamente los problemas que genera la convivencia. Pero no se detienen porque saben que no son sus hijos los que morirán en ella.

Por otro lado, estamos los que creemos que la única opción que tenemos como nación es la de fortalecer la inversión en ciencia y en educación. Los miles y miles de personas que se expresaron en las calles, han dado una respuesta contundente: Se agotó la paciencia para ver que los recursos de la guerra se desplacen hacia la educación. La solicitud es clara y directa: por lo menos 1 billón de dichos recursos deberá destinarse para 2019 a las universidades oficiales. En términos coloquiales, compartimos la tesis de Tola y Maruja cuando dicen que esperan que los recursos de la guerra “se destinen a la educación pública, pero para bombardear la ignorancia”.

Sin embargo, el problema es más complejo. Estamos ante una crisis estructural que se fue gestando en las finanzas de las universidades públicas desde 1992 y no la vamos a resolver con giros adicionales. Así sean mayores. La pregunta esencial es cómo vamos a afrontar el derecho a la educación de las nuevas generaciones. Para ello, es indispensable un cambio orgánico a la ley que define las transferencias del Estado hacia las universidades oficiales. Sin modificar la Ley 30 de 1992, no es posible salir de la crisis financiera estructural de las universidades oficiales.

La nación tiene que recurrir a nuevas fuentes de financiamiento de la educación provenientes de regalías, nuevos tributos y gravámenes, recursos que antes se destinaban a la guerra y de diversas y creativas estrategias de financiamiento. En la práctica, hay que hacer una inversión masiva para cualificar la dotación de las universidades oficiales y ponerlas tecnológicamente a la altura de la calidad que ofrecen; algo muy similar a lo que hizo Ecuador en la década anterior y a lo que unos años atrás hicimos nosotros para enfrentar la guerra interna. En Colombia se buscaron nuevos recursos para avanzar en la lucha contra las guerrillas y, para lograrlo, se crearon impuestos excepcionales. En educación tendremos que hacer algo similar. Pero para ello es indispensable un acuerdo que exprese un amplio respaldo político: Un Acuerdo Nacional por la Educación. Éste debe involucrar a las más diversas fuerzas sociales, políticas y económicas de la nación.

Como hemos señalado y recomendado académicos y científicos en otro momento, la nación necesita un Consejo Nacional en educación y otro en ciencia para garantizar la política pública de Estado de la cual hemos carecido. Esa es una condición sine qua non para que las soluciones no sean espejismos con claros intereses políticos, sino que se recurra a medidas estructurales, de largo plazo, pensando en los intereses de las nuevas generaciones y no de las próximas elecciones.

Las universidades públicas no pueden seguir mendigando o regateando sus recursos, ni deben tener que recurrir a mecanismos coyunturales para evitar que sus edificios se caigan. Como nación tendremos que asumir una financiación suficiente, acompañada de reformas administrativas y pedagógicas en su interior. No tiene ningún sentido que una universidad como la Nacional tenga más administrativos que docentes (3.000 frente a 2.993, respectivamente). Se requiere mirar con mucho más cuidado el decreto 1279 y los impactos que ha causado en la calidad de la educación, para determinar qué ajustes hay que hacer en el sistema de pago de los docentes.

La grave crisis financiera debe verse como una oportunidad para resolver de manera general los diversos problemas de las universidades públicas. Será la oportunidad para sanear estructuralmente sus finanzas, para reestructurar su administración y para repensar sus lineamientos pedagógicos. Al respecto de esto último, hay que señalar que son diversas las estrategias que se están estudiando en algunas universidades oficiales para repensar sus sistemas de evaluación, currículos y los modelos pedagógicos que las orientan.

Hay que intentar convertir la adversidad en una oportunidad para impulsar el desarrollo. Es claro que, si fortalecemos las universidades públicas con recursos, buena administración e innovación pedagógica, estaremos consolidando el tejido social, formaremos mejores ciudadanos, e impulsaremos el crecimiento económico, la creatividad, la ciencia, la investigación nacional, la equidad y la democracia. De esa manera, ayudaremos a resolver los problemas del país, a disminuir la iniquidad y a favorecer la movilidad social.

Como puede verse, lo que está en juego no es solamente el estudio de los jóvenes, sino el tipo de sociedad que estamos construyendo y el desarrollo nacional que alcanzaremos. Es por eso que miles y miles de personas salieron a la calle el 10 de octubre de 2018. Es condición de la democracia escuchar la voz del pueblo. Ojalá el gobierno le cumpla a la democracia en Colombia.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-analiza-como-resolver-la-crisis-de-las-universidades-publicas/587042

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