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La Mutilación Genital femenina: Una práctica cultural ilegal en el Reino Unido

Europa/Reino Unido/14 de octubre de 2016/es.euronews.com

Sarian Karim Kamare tiene 39 años, es originaria de Sierra Leona y vive en Londres desde 1999. A los 11 años, sus genitales fueron mutilados. Un día en una fiesta, alguien vendó sus ojos y sin anestesia, le cortaron el clítoris con un cuchillo.

Sarian Karim Kamare: “Me arrinconaron a la fuerza, separaron mis piernas y sentí un corte. En ese momento, no sabía ni siquiera lo que me estaban haciendo, solo sabía que estaban cortando algo de mi zona íntima. Fue horrible, lo último que imaginé fue que me pasara algo así. Fue un acto de violencia organizado por mi propia familia.”

“Ellos lo hacen porque creen que tengo que ser parte de su cultura y necesito ser totalmente aceptada dentro de mi comunidad. Pero esto no está en ninguno de los libros sagrados. Es sólo una práctica cultural, una mala práctica que fue adoptada. Esto sirve para someter a las mujeres y hacerles daño, es una manera de controlarlas, sobre todo su deseo sexual. Y créeme que funciona, porque una vez que te quitan el clítoris, te destruyen tu apetito sexual y cosas por el estilo.”

El número exacto de casos de mutilación genital femenina (MGF) en Gran Bretaña es desconocido. El Gobierno estima que al menos 170.000 mujeres y niñas han sido sometidas a esta práctica y que por lo menos 65.000 menores de 13 años están en riesgo.

Somalia, Gambia y Sudán son algunos países en donde se lleva a cabo, sin embargo, los informes indican que también ocurre en el Reino Unido, de manera ilegal.

Desde abril del año pasado, los servicios de salud británicos han registrado semanalmente 100 nuevos casos de MGF. Pero estos son tan sólo los que han sido dados a conocer.

La doctora Brenda Kelly dirige una clínica en Oxford especializada en estos casos. Kelly asegura que la mutilación genital puede causar problemas de salud para toda la vida.

Doctora Brenda Kelly, obstetra, fundadora de la Clínica Rose, Hospital John Radcliffe en Oxford: “Si se trata de un niña, le puede dar dolores, sangrado e infección. Pero, la mayoría de las pacientes que he tenido son mujeres adultas que han tenido que soportar las consecuencias de esto. Pueden tener dificultad para orinar, cuando tienen el periodo y cuando tienen relaciones sexuales con su pareja. Un número significativo de mujeres ha terminado con problemas psicológicos y psico-sexuales. Una de cada seis mujeres tiene trastornos de estrés postraumático o síntomas similares”.

Algunos activistas dicen que son mujeres mayores de edad las que realizan este procedimiento. Además, trabajan en el mercado negro en el Reino Unido. La policía también sospecha que las jóvenes son llevadas a sus países de origen durante las vacaciones escolares de verano, durante la llamada “temporada de corte.”

“Zara”: (el nombre ha sido cambiado para protegerla) “Mi padre planeaba casarme a través de Skype y hacerme la ablación antes o después, justo después de mi matrimonio, antes de tener relaciones sexuales con mi marido. La razón por la cual tenía que ser mutilada era que si no lo hacía no era entonces una buena musulmana y no estaba obedeciendo el Islam, y que podría oler a orina. Me hice muchas preguntas sobre mí misma, pensé: ¿no soy musulmana?”

Zara fue criada en Inglaterra. Su padre, de origen asiático, la presionó para casarla contra su voluntad y para practicarle la ablación. Fue algo dificil de soportar.

“Zara”: “En varias ocasiones pensé que sería mejor no estar aquí, no vivir más”.

Damon Embling/euronews: “¿Quisiste suicidarte?”

“Zara”: “Sí”

Damon Embling/euronews, Londres: “Muchas mujeres y niñas como Zara sufren a menudo en silencio, en el Reino Unido y en otros lugares. Les aterroriza el hecho de estar en contra de sus familias y sus comunidades. Pero, Zara fue finalmente salvada de los planes de su padre. Habló y logró que la Policía la ayudara.”

“Se emitio una Orden de Protección por mutilación genital y matrimonio forzado, lo que quiere decir que cualquier persona que intente presionar a Zara tendrá que ir ante los tribunales. Se presentaron cargos criminales contra su padre, sin embargo, Zara aseguró que no pudo hacer más”.

“Zara”: “Quiero enviar un mensaje pero también quiero tener una vida. No quiero perder a mi padre, él ha estado conmigo durante toda mi vida, ha sido mi mejor amigo y siempre ha estado ahí para escucharme. Desde muy joven perdí contacto con mi madre, ella tenía problemas mentales muy graves. De modo que mi padre es la única persona con la puedo hablar. No quiero perderlo”.

Damon Embling/euronews: “¿Crees que ahora tu padre entiende la razón por la cual hiciste lo que hiciste?

“Zara”: “Sí”

Damon Embling/euronews: “¿Crees que lo acepta?

“Zara”: “Sí, ahora lo acepta”

Karyne Tazi, del Centro para la Mujer y las Familias en Wolverhampton: “En muchas ocasiones, la gente que te ama es la que te hace la ablación. Es considerado como un acto de amor”.

Karyne Tazi trabaja para una organización benéfica que lleva a cabo una campaña para erradicar la mutilación genital femenina. Tazi asegura que hay que educar a las madres que han sufrido esta experiencia.

Karyne Tazi, directora del Centro para la Mujer y las Familias, Wolverhampton:“En muchas ocasiones se trata de cambiar la mentalidad de estas mujeres, desafiando su forma de pensar y asegurándose de que esto no pasará a la siguiente generación. Estas mujeres son, probablemente, las que van a obligar a sus hijas a hacerlo también. Queremos mostrarles que es un abuso y es ilegal”.

Las organizaciones benéficas tratan de educar a los niños en el Reino Unido con vídeos animados para que los menores entiendan mejor la situación.

La mutilación genital femenina es ilegal en el Reino Unido desde hace 30 años. En Inglaterra y Gales, los padres pueden ser acusados si llevan a sus hijas al extranjero para someterse a esto. Sin embargo, hasta ahora no ha habido un enjuiciamiento exitoso.

“Zara”: “En aquel entonces yo no podía hacer nada, pensaba que no iba a tener una vida y que iba a terminar siendo la esclava de algún hombre. Pero ahora, me han enseñado lo que puedo y no puedo hacer, más bien lo que puedo hacer. Ahora siento que tengo más poder.”

“Mi mensaje es que puede ser realmente difícil salir y hablar en contra de tu familia, pero al final, será un bonito mensaje para ellos, hay una hermosa vida que te espera”.

 Tomado de: http://es.euronews.com/2016/10/13/la-mutilacion-genital-femenina-una-practica-cultural-ilegal-en-el-reino-unido
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Cuba en defensa de la igualdad de género

Centro América/Cuba/02 Octubre 2016/Fuente: radioreloj/Autor:REDACCION CENTRAL

Cuba defendió este viernes en Ginebra, Suiza, el respeto a los derechos de las mujeres, la igualdad de género y el empoderamiento femenino en todos los sentidos, durante el 33 periodo ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.

En una reunión sobre la mortalidad y morbilidad materna, la representante permanente de la isla caribeña, Anayansi Rodríguez, sostuvo que el tema debe tratarse de forma holística porque las desigualdades de género frenan el desarrollo y la sostenibilidad.

La embajadora abogó por vincular en esa cuestión los derechos de la mujer y las niñas, incluidos sus derechos sexuales y reproductivos, así como la perspectiva del desarrollo social.

Recordó que en Cuba las féminas son protagonistas en el proceso de desarrollo del país y tienen acceso universal a los servicios de salud, educación y otros, sin discriminación por motivo de género.

Fuente de la noticia: http://www.radioreloj.cu/es/noticias-radio-reloj/nacionales/cuba-defensa-la-igualdad-genero/

Fuente de la imagen: http://www.prensa-latina.cu/images/2016/agosto/30/anayansi-rodriguez.jpg

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ONU: Lidera México las estadísticas de género en América Latina

América del Norte/México/29 de septiembre de 2016/Fuente: rotativo

Nueva York. Estados Unidos, septiembre (SEMlac).- La Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoce el liderazgo de México en la producción de estadísticas de género en la región de América Latina y el Caribe y México.

Esto fue dado a conocer durante los trabajos del 71º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York que culminaron el pasado día 22.

La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), Lorena Cruz Sánchez, participó en los debates sobre diversas estrategias para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.

Entre los principales temas, se incluyó el empoderamiento económico, la lucha contra la violencia de género, el rol de la ciencia y la tecnología para la inclusión de mujeres y niñas en la economía del conocimiento.

En el panel de alto nivel “Haciendo que cada mujer y cada niña cuente”, la ONU reconoció el liderazgo que ese país ha tenido en la producción de estadísticas de género en la región de América Latina y el Caribe.

En su participación, la canciller Claudia Ruiz-Massieu anunció la creación de un Centro Global de Excelencia en esta materia.

Los países manifestaron la importancia de unir sinergias entre los diversos actores como los gobiernos, las Organizaciones de la Sociedad Civil y el sector privado para trabajar hacia una misma dirección que permita el progreso de las mujeres y niñas, a partir de dichas alianzas.

Para ello, se mencionó que es requisito fundamental asegurar un enfoque integral que enfatice la importancia de los derechos y servicios básicos como la educación, la salud, la higiene, el agua potable y la seguridad alimentaria.

Entre otros, la presidenta del INMUJERES participó en un evento convocado por los Gobiernos de Finlandia y Tanzania y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con el fin de conocer sobre casos exitosos realizados en diversos países para impulsar la inclusión de mujeres en áreas del conocimiento no tradicionales, como ciencia y tecnología.

Particular acento se puso en prácticas que deben desarrollarse en la educación formal y no formal desde la niñez para superar las brechas tecnológicas y digitales que aún siguen enfrentando las mujeres en el mundo.

Cruz Sánchez asistió también al evento sobre “El costo de la violencia contra las mujeres”, convocado por la presidenta de Chile, Michelle Bachellet, y de Lituania, Dalia Grybauskaite.

En él, se habló sobre las alarmantes cifras de violencia física y psicológica contra las mujeres que se registran aún en todas las regiones del mundo, reconociendo, sin embargo, la urgente necesidad de continuar invirtiendo en estudios que den cuenta del impacto económico de la violencia en las cuentas nacionales de cada país. Se discutió sobre el papel fundamental de las estadísticas desagregadas, la recolección de datos para la medición de la violencia y el diseño de estrategias y políticas adecuadas para luchar contra este flagelo.

La titular del INMUJERES refrendó el compromiso de México con la iniciativa lanzada por el Reino Unido en relación con los estigmas derivados de la violencia sexual en los conflictos y participó en un panel de Alto Nivel del Secretario General sobre Empoderamiento de la Mujer, donde compartió junto al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís; la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, y la embajadora de Estados Unidos para Asuntos Internacionales de la Mujer, Catherine Russell, algunas de las buenas prácticas que México ha puesto en marcha para el desarrollo sostenible.

Asimismo, Lorena Cruz asistió al evento convocado por el secretario de Estado de Estados Unidos de América, John Kerry y la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, para refrendar el compromiso de México en la “Alianza para un futuro igualitario: expandiendo la participación política y las oportunidades económicas de las mujeres”.

De la Redacción
(redaccion@semexico.org)

Fuente: https://rotativo.com.mx/mujer/563444-onu-lidera-mexico-las-estadisticas-de-genero-en-america-latina/

Imagen: iknowpolitics.org/sites/default/files/onu_mujeres_lac.jpg

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Las mujeres en Turquía

Por Juan Pablo Aguirre Quezada

Intensa discriminción

 “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”. Martin Luther King

Las mujeres en Turquía —como en otros países de Medio Oriente— no tienen las mismas oportunidades de acceso que los hombres, a diferentes elementos de desarrollo como trabajo, vivienda o educación. En ese sentido el Instituto Turco de Estadística refiere que de cerca de 5.5 millones de estudiantes en el país -en educación media, superior o posgrado- 45.8% son mujeres y 54.2% hombres.

Más preocupante aún es que si bien la expectativa de escolaridad es de 15 años, para las mujeres es un año menos; además, el analfabetismo afecta a 8.2% de la población femenina mayor de 15 años, por únicamente 1.6% de los varones. En materia de empleo, las mujeres jóvenes enfrentan una situación de vulnerabilidad en este país, ya que cerca de 22% de la Población Económicamente Activa (PEA) de este sector y género está en situación de paro; mientras, que en la misma edad, el desempleo masculino es de 16.9%.

Si bien existen factores culturales, históricos o familiares que pueden explicar esta inequidad, también influyen las políticas educativas. En este país la educación obligatoria consiste en la etapa primaria (Ilkögretim), media (Ortaöğretim) y preparatoria (Lise); cada período es de cuatro años.

En este sentido, la Gran Asamblea Nacional aprobó a finales de marzo de 2012 una reforma educativa comúnmente conocida como 4+4+4 (en referencia a los años de escolaridad en cada ciclo académico), pero ha dividido las opiniones del país, ya que algunas voces consideran que el cambio puede causar más inequidad y fortalecer el aspecto religioso dentro de las aulas, lo que puede afectar el desarrollo formativo de las mujeres. Otros sectores consideran que esta medida es una reinvidicación de derechos que habían sido ignorados por los anteriores gobiernos.

Si bien el cambio brinda doce años de educación obligatoria -en contraste con los ocho que eran ofrecidos anteriormente-, la reforma también supone la posibilidad de que los estudiantes asistan a escuelas religiosas, lo que podría incrementar la deserción en el último ciclo y marginar de su asistencia a diferentes sectores sociales. Ejemplo de ello es que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 38% de los hombres entre 25 y 64 años han concluido su bachillerato, por 29% de las mujeres. Esto, pese a que en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) el promedio femenino es 16 puntos mayor que el masculino en áreas como matemáticas, ciencias o lectura.

Esta vulnerabilidad atrajo el interés de diferentes organizaciones sociales en la cuestión de equidad de derechos en este país. Human Rights Watch documentó que además de los rezagos en materia educativa y laboral, mujeres y niñas en Turquía reciben maltratos en su hogar, lo que afecta a cuatro de cada diez personas del género femenino. El informe señala que los vacíos legales y errores en la aplicación de la Ley son los principales elementos que permiten la impunidad en los casos de violencia a las mujeres en esta nación.

La equidad y no violencia a las mujeres es un reto importante para Turquía de cara a los compromisos internacionales y las relaciones exteriores con la Unión Europea, ya que por geografía y política es uno de los países de Medio Oriente que tienen  más lazos con las naciones del “viejo continente”. Es, además, una oportunidad para brindar mejores condiciones de vida a más de la mitad de la población turca.

Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó de las dificultades que enfrentan las mujeres para acceder al pleno empleo que les permita desarrollarse personal y familiarmente. Dicha instancia señala que en promedio, el porcentaje de participación laboral femenino fue de 29.5% en 2012; sin embargo, esta cifra se eleva por las damas que trabajan en la parte europea del país, ya que en el resto (la península de Anatolia) la cifra no llega alcanza 10%. Además, 37% de la población femenina que labora no percibe ingresos debido a que se desempeñan en negocios familiares; en contraste, únicamente uno de cada 20 trabajadores varones están en esta situación. En tanto, la OCDE informó que tres de cada diez mujeres trabajadoras en Turquía tienen que laborar más allá de su horario laboral, lo que afecta el balance vida-trabajo.

Ante estas circunstancias, instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han hecho llamados y realizado actividades a fin de sensibilizar a la población y ponerle un alto a la discriminación y violencia de género en diferentes países, incluyendo Turquía.

Dentro de la población vulnerable existen sectores que son los más desprotegidos. En este sentido en el territorio turco se han refugiado migrantes de zonas limítrofes en conflicto como Siria e Irak. Lamentablemente diferentes medios de información y organizaciones de la sociedad civil refirieron la venta de mujeres esclavas por parte del Estado Islámico (ISIS) en la frontera sur, lo que infringe los derechos humanos.

En los últimos años Turquía ha tenido un importante desarrollo económico —con algunos periodos de crisis—  siendo uno de los primeros países en afiliarse a la OCDE y tiene participación en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sin embargo, aún tiene retos importantes en materia de desarrollo social y en especial, mejorar la calidad de vida de las mujeres.

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2016/09/las-mujeres-en-turquia/

Imagen: www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/09/3302-aguirre.jpg

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Los derechos de las mujeres se juegan en el transporte público

Por: Rose Delaney

El acoso que sufren las mujeres en el transporte público está tan generalizado en todo el mundo, que lo más común es que se callen y no denuncien el acoso verbal, sexual y físico que sufren en ese espacio.

Hay estudios que estiman que alrededor de 1,5 millones de las niñas que en 2030 serían susceptibles de sufrir algún tipo de violencia y acoso por su condición de género en el transporte público, residirán en las ciudades. Si en tanto que comunidad internacional de mujeres, hacemos la vista gorda a las miradas que chorrean saliva y al contacto denigrante de los hombres, ¿no estaremos avivando un “mercado de carne” y sucumbiendo a la objetivación sexual de las mujeres a escala global?.

En Bogotá, la ciudad colombiana considerada como la que tiene el transporte público más peligroso del mundo para la población femenina, seis de cada 10 mujeres denunciaron haber sido víctimas de acoso físico mientras viajan. ¿Acaso la renuncia de las mujeres a reconocer el temor generalizado que les provocan bien adentro no le da a los hombres que chistan un poder imbatible?.

Al desestimar el acoso, ¿las mujeres no estarán fortaleciendo la cadena represiva del patriarcado al no cuestionar ni reprender ese comportamiento? Una buena oportunidad para hacer frente al acoso sexual y a la amenaza que soportan las mujeres en el transporte público y luchar por su derecho básico a la libertad de movimiento en su propio entorno es la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible (Hábitat III). En especial porque en el encuentro, organizado por ONU Hábitat y que tendrá lugar en Quito del 17 al 20 de octubre, se discutirá una Nueva Agenda Urbana mundial.

Muchas personas podrán considerar que chistar o que un “pequeño manoseo” son inofensivos, pero el retroceso que implica que los hombres supongan una amenaza para ellas en el transporte público es vital. La gente no se pone a considerar que un comentario amenazante ni que una mirada lujuriosa puede representar un obstáculo para la libertad y el desarrollo educativo y social de las mujeres. Según los últimos debates dirigidos por el espacio digital de debates Wikigender, las cuestiones relacionadas con la accesibilidad y la seguridad pueden disuadir a las mujeres de usar espacios públicos, de continuar su educación, de aprovechar oportunidades económicas y de recibir atención médica.
Si la Nueva Agenda Urbana que saldrá de Hábitat III se concentra en cómo hacer para que el transporte público contemple a las mujeres, se estará más cerca no solo de lograr el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que promueve la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. También ayudará a cumplir con el 11 ODS, que se propone lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

La necesidad de erradicar los sistemas de transporte que son omisos frente a las cuestiones de género es especialmente importante en la coyuntura actual y por primera vez en la historia, pues hay más personas viviendo en las ciudades que en las áreas rurales. No hay mejor momento para implementar iniciativas inclusivas de género en el transporte que el actual. En los países en desarrollo, cinco millones de personas comienzan a vivir en las ciudades cada mes. Un informe de la organización humanitaria a favor de la infancia y la adolescencia Plan International indica que el miedo a la violencia que sienten las adolescentes prevalece particularmente en ciudades de países en desarrollo como Kampala, Nueva Delhi y Lima, donde se realizó la investigación.

Las conclusiones hablan a gritos del terror y de la incomodidad que genera un sistema de transporte que no contempla las cuestiones de género en perjuicio de niñas de apenas 12 años. En Nueva Delhi, solo 3,3 por ciento de las consultadas dijeron sentirse seguras en un medio de transporte público. En tanto, en Lima, solo 2,2 por ciento dijeron sentirse seguras cuando caminaban en espacios públicos. Mientras que en Kampala, más de 80 por ciento de las jóvenes mujeres entrevistadas dijeron no sentirse seguras en la transición urbana, en general. El estudio se realizó en distintas partes del mundo, sin embargo, el silencio fue el común denominador en todas partes. La duda de las mujeres a la hora de denunciar situaciones difíciles permite que se mantenga el círculo vicioso de victimización, acoso y amenaza en el transporte público. Las entrevistadas subrayaron el hecho de que sus opiniones no fueron consideradas a la hora de realizar la planificación urbana y compartieron un sentimiento generalizado de exclusión en lo que respecta a la toma de decisiones clave en sus respectivas ciudades. Y lo que es irónico, muchas jóvenes restaron importancia o excusaron las acciones de los acosadores y agresores. Durante las entrevistas para el informe de Plan International, palabras como “agresión” y “acoso” fueron reemplazadas por “tonteo inocente” en Nueva Delhi y por “contacto inapropiado” en El Cairo. Eso revela que la renuncia de las mujeres que sufren acoso y violencia a condenar a los agresores deriva de un sentimiento intrínseco de la vergüenza que les ha sido inculcada. Y en lo que puede considerarse como un proceso de revictimización, el profundo temor social de ser responsable del acoso, la consiguiente consecuencia de ser objeto de burla, de ridículo y hasta de sufrir castigos, funciona como eje del silencio que rodea al acoso contra las mujeres en el transporte público. A la larga, la recurrente negación del derecho fundamental que tienen las mujeres a desplazarse en las ciudades no genera nada menos que indignación.

La incomodidad y la inseguridad femenina ya no pueden considerarse una “norma social” o una consecuencia asociada o vinculada al hecho de ser mujer. La apatía de los testigos del acoso es consecuencia de un miedo subyacente a intervenir de alguna forma en la situación. Si nadie elige condenar la agresión, seguirán existiendo los obstáculos a la libre circulación de las mujeres. Es fundamental comprender que este asunto no es menor ni específico de las mujeres, sino que es una epidemia mundial avivada por un sentimiento de machismo adquirido. De hecho, una investigación realizada por Hollaback, un movimiento internacional contra el acoso callejero, y  la estadounidense Universidad Cornell, en base a 16.000 entrevistas en 22 países, concluyó que entre 80 y 90 por ciento de las mujeres sufren acoso en espacio públicos.

La evidencia revela la impactante dimensión del acoso público al punto que 66 por ciento de mujeres alemanas consultadas dijeron que las habían manoseado o toqueteado en público y que 47 por ciento de las indias fueron testigos de distintos tipos de exposición masculina en espacios públicos. En Nueva York, se estima que no se denuncian 96 por ciento de los casos de acoso sexual ni 86 por ciento de las agresiones sexuales que ocurren en los trenes metropolitanos subterráneos. En Bogotá, la ciudad colombiana considerada como la que tiene el transporte público más peligroso del mundo para la población femenina, seis de cada 10 mujeres denunciaron haber sido víctimas de acoso físico mientras viajan.

Esos datos revelan que el continuo acoso de los hombres es una amenaza generalizada y perjudicial para el futuro de la igualdad de género.  Por eso es fundamental que la Nueva Agenda Urbana de Hábitat III implemente iniciativas con un fuerte énfasis en lograr que la movilidad de las mujeres y las niñas sea segura en los entornos urbanos.  Al garantizar un transporte seguro y la protección de las mujeres, crear una red de apoyo y reconocer el significado fundamental de la voz femenina en los procesos de decisión en los ámbitos urbanos, estará allanado el camino para que se desplacen libremente en las ciudades. De esa forma, la próxima mujer o niña que se sienta amenazada por una mirada denigrante o por un comentario humillante no temerá a las consecuencias de los reproches, y en cambio denunciará al acosador y ayudará a poner fin a la inseguridad y a la victimización en el transporte público.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216734&titular=los-derechos-de-las-mujeres-se-juegan-en-el-transporte-p%FAblico-

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Y ahora… el burkini

Por: Lidia Falcón

El debate sobre el burkini ha consumido los tiempos muertos de este interminable agosto y ha permitido que nuevamente los temas que afectan a la mujer sean portada y objeto de editoriales y comentarios de los importantes y sesudos intelectuales que no sabían de qué hablar. Lo peor es que también ha encendido nuevamente la discusión entre las tendencias del feminismo. Las partidarias de la libertad de elección, como dicen, y las que pretendemos liberar a las mujeres de su esclavitud corporal.

La libertad, como el nombre de Dios, no debería ser utilizada en vano. El patriarcado que está tan afianzado, que tiene voceros tan preparados y tan listos, sabe manipular desde hace tiempo la categoría de libertad para convencernos de que diversas esclavitudes, opresiones y humillaciones que sufren las mujeres son deseadas por ellas mismas. La prostitución está siendo el tema sacramental, del que ya me he ocupado pero que desdichadamente tendremos que seguir debatiendo. Ha seguido el de los vientres de alquiler y ahora el burkini, que es en realidad el burka y todos los atuendos que el patriarcado musulmán obliga a las mujeres a vestir para demostrar su poderío.

A este debate circular e inacabable se ha unido la brutalidad de los gendarmes franceses –tan propia de ellos- obligando a desnudarse en público a una mujer. ¡Para qué queríamos más! Sobre todo porque el perverso debate se centra ahora no en si el burkini ofende y aherroja a las mujeres, por orden patriarcal, sino si las feministas queremos perseguir y penalizar a las que lo adoptan por propia voluntad. Y aquí no tiene nada que ver la seguridad de los racistas ciudadanos franceses ni los símbolos religiosos. Estamos hablando de la dignidad de las mujeres. Pero aparecen las abanderadas del multiculturalismo, que se han convertido a todas las tolerancias a partir de su sentimiento de arrepentimiento por ser blancas, europeas y ricas. De tal modo nosotras, las privilegiadas, tenemos que aceptar el burka, el velo, el burkini y todas las formas de taparlas como si fueran asquerosas, que los hombres musulmanes imponen a sus mujeres, que se excitan y desmandan con solo verle el pelo a una mujer.

Y ahora tendré que hacer una declaración expresa de que ni yo ni ninguna de las feministas que queremos liberar a las mujeres de las prohibiciones de vestuario pretendemos que los policías desnuden mujeres, ni en público ni en privado. Ya sabemos que los fascismos siguen en activo y encuentran siempre ocasión de actuar. La prohibición del burkini debe cumplirse explicándose, educando y protegiendo a las víctimas, de ninguna manera victimizándolas más. Pero, señoras multiculturalistas, no utilicen esa manifestación de brutalidad y estupidez para defender las vestimentas que marcan y reprimen a las mujeres.

Recuerdo, ¡que rabia tener tan buena memoria! mi batalla de varios decenios contra la cliteridectomía, en lucha contra los machistas que estaban tan contentos en medio planeta de castrar a sus niñas, impidiéndoles el placer sexual, ocasionándoles dolores inacabables y produciéndoles lesiones que las llevaban a la invalidez y a la muerte en el caso de embarazos y partos. Pero ni en España ni en Nairobi fuimos más que unas cuantas del Partido Feminista las que nos manifestamos frontalmente contra tal práctica, mientras Carlota Bustelo, que era la directora del Instituto de la Mujer, se negaba a sumarse a la crítica para no molestar a las africanas y musulmanas, que habían hecho contra las europeas un casus belli del tema. Hizo falta que Nawal al Sadaawui se pronunciara contra la mutilación genital, con el valor de confesar que también a ella se la habían practicado a los 6 años, para que comenzaran a variar su criterio las multiculturalistas españolas. Han transcurrido treinta años y empieza a prohibirse en la mayoría de países africanos.

Me argüirán enseguida que la mutilación genital causa lesiones físicas incurables y atenta contra la salud de las mujeres, pero, ¿es que acaso el burka y el velo y el burkini no atenta contra la salud psíquica? ¿Es que acaso saberte perteneciente a un sexo tan pecador, poseer un cuerpo objeto de toda clase de lascivias masculinas, tener que taparlo completamente porque no puedes exhibirlo inocente y normalmente, no causa trastornos mentales permanentes? ¿Qué clase de conciencia de sí mismas tendrán las niñas que aprenden desde antes de la menarquia que están condenadas a taparse, a ocultarse de todas las miradas porque han sido fabricadas para ocasionar la perdición de los hombres? ¿Qué clase de enfermedad mental es la que ha inventado que todas las pertenecientes al sexo femenino deben ocultarse de las miradas de los demás, so pena de ser consideradas perversas, putas, deshonradas?

El cuerpo de las mujeres es territorio de presa masculino. Al fin y al cabo dominarlo significa disponer de él para el goce sexual exclusivo: se buscan, se compran y se raptan vírgenes, se persigue a la que no lo sea, se mata a las adúlteras. Porque así se garantiza la seguridad de la reproducción propia, porque así se domina totalmente la sexualidad femenina.

Y me dirán que el burkini no tiene nada que ver con esas atrocidades, pero lo cierto es que la ropa es el signo distintivo del lugar en el mundo que te ha designado el poder. Durante toda la historia de la humanidad, la ropa ha señalado la distinción de las clases, de los sexos y de las edades. Ropa para las clases pudientes, para los pobres, para las mujeres respetables, para las prostitutas, para las jóvenes, para las viejas. Nosotras luchamos por poder vestir pantalones -¡las jóvenes no lo creerán!-, por quitarnos las medias de cristal con costura, un invento de tortura de los años 50, por llevar minifalda, por vestirnos como nos diera la gana, por bañarnos con bikini, por tener playas nudistas. Y ahora, las afortunadas que nos han sucedido, que disfrutan de tales auténticas libertades, defienden que otras deban taparse hasta las cejas por mandato de los ayatolás. Si hasta las musulmanas feministas aseguran que no es un mandato de la religión sino un invento de los talibanes modernos.

Recuerdo también como en Marruecos, en Irán, en Irak, en Afganistán, en Egipto, en los años setenta las mujeres vestían con falda corta, pocas llevaban velo y en consecuencia –porque todo está relacionado- estudiaban y trabajaban en una serie de tareas, en público, sin que fueran objeto de agresiones masculinas. Esta regresión en el papel de las mujeres y en consecuencia en su vestimenta se produce a partir de la derrota de las tropas soviéticas en Afganistán y en el desencadenamiento del monstruo fundamentalista, organizado y financiado por occidente para destruir esa área del mundo. Un tema que ha desarrollado magistralmente Nazanin Amidian en las páginas de este mismo diario. Y con esa catástrofe las que más han perdido han sido las mujeres. Degradadas a la condición de esclavas sexuales de los hombres, desde los 10 años y antes -en Irak se ha aprobado el matrimonio de hombres con niñas- despreciadas, humilladas, vendidas y secuestradas, y siempre tapadas como seres detestables. Ver las fotos que exhibe Boro Haram de las desgraciadas secuestradas y convertidas en concubinas de sus militantes, debería ser suficiente para que nadie defendiera ni el burka ni el burkini ni el velo ni las variantes de trapos múltiples que obligan a vestirse.

El discurso de la libertad no puede utilizarse perversamente para justificar y tolerar las humillaciones de los demás, porque ninguna de las que arguyen que esas mujeres pueden vestir de tal manera, lo harían ellas mismas. Ninguna persona de las que disfrutamos de los avances de varios siglos de luchas, en Europa y en América, desearíamos ir enfundadas en esos trajes para tomar el sol en la playa y bañarnos en el mar. Porque no solo le priva al cuerpo de la bendición del contacto con sol, arena y agua, y que debe producir un calor insoportable, sino sobre todo porque acepta la indignidad de ser una persona que debe taparse de las miradas de los demás ya que es diferente. Es tan diferente que no es un hombre, el único que puede lucirse en tanga y vestir tejanos y camiseta mientras obliga a taparse a su mujer con un sudario.

Cuando dentro de un milenio esta polémica se estudie en las cátedras de arqueología espero que nos vean como restos de una civilización destinada a la extinción como los dinosaurios.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/09/01/y-ahora-el-burkini/

Fuente de la imagen: http://trib.com/lifestyles/french-uproar-creates-opportunity-for-israeli-burkini-makers/article_9db1aa28-b822-567c-9c80-2dbc77c6e74a.html

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África: UNICEF denuncia que mujeres y niñas dedican 200 millones de horas al día a recoger agua

Africa/ Mauritania, Somalia, Túnez y Yemen/Septiembre2016/Noticia/

http://www.antena3.com/

UNICEF resalta que para las mujeres implica consecuencias de gran alcance y, en el caso de las niñas, la recogida del agua puede restar tiempo a su educación y a veces incluso impide por completo su asistencia al colegio.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha afirmado este martes que las mujeres y niñas dedican diariamente 200 millones de horas para ir a recoger agua, en el marco de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo.

«Imagínense simplemente que 200 millones de horas son 8,3 millones de días, o más de 22.800 años», ha dicho el jefe mundial de Agua, Saneamiento e Higiene de UNICEF, Sanjay Wijesekera. «Sería como si una mujer comenzara con su cubo vacío en la edad de piedra y no llegara a casa con el agua hasta 2016. Piensen en todo lo que el mundo ha avanzado en ese tiempo. Piensen en todo lo que podrían haber logrado las mujeres en ese tiempo», ha recalcado.

UNICEF ha destacado que el coste de oportunidad de la falta de acceso al agua recae de forma desproporcionada sobre las mujeres, agregando que «cuando el agua no está en el lugar donde se vive y es preciso buscarla, son las mujeres y niñas quienes lo pagan con su tiempo y pérdida de oportunidades».

El Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre agua y saneamiento plantea un acceso universal y equitativo al agua potable segura y asequible de cara al año 2030, consiguiendo que todo el mundo tenga, en un radio de un viaje de ida y vuelta de media hora como mucho, acceso a ella. Sin embargo, UNICEF ha apuntado que estos viajes en África subsahariana suponen una media de 33 minutos en zonas rurales y de 25 minutos en zonas urbanas.

En el caso de Asia, los tiempos son de 21 y 19 minutos,respectivamente, si bien en algunos países las cifras pueden ser mayores. En los casos de Mauritania, Somalia, Túnez y Yemén, los trayectos de ida son de más de una hora. El organismo ha recalcado que, según un estudio realizado en 24 países subsaharianos, cuando el tiempo necesario era superior a 30 minutos estuvieron a cargo de la recogida 3,36 millones de niños y niñas y 13,54 millones de mujeres adultas.

En el caso de Malaui, por ejemplo, la ONU calcula que las mujeres que recogen agua emplean unos 54 minutos de media, mientras que los hombres dedican unos seis minutos a esta tarea. En el caso de Guinea y Tanzania, las mujeres dedican 20 minutos, el doble que los hombres.

Así, UNICEF ha resaltado que para las mujeres implica consecuencias de gran alcance, recortando el tiempo que tienen disponible para dedicar a sus familias, salud infantil, otras tareas del hogar y actividades de ocio. En el caso de los niños y niñas, la recogida del agua puede restar tiempo a su educación y a veces incluso impide por completo su asistencia al colegio.

Fuente:

http://www.antena3.com/noticias/mundo/unicef-denuncia-que-mujeres-ninas-dedican-200-millones-horas-dia-recoger-agua_2016083157c736230cf29c8e1d8b94e8.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/hAEIiZJnKbyap3BZ0_A2vnRYCpBW8GI7z7PYqf81AWtmwAtZlozqwKLVoRMd2KublHcTnw=s150

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