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Libro(PDF): «Ciencia, tecnología y sociedad en América Latina. La mirada de las nuevas generaciones»

Reseña: CLACSO

Los estudios sociales en ciencia y tecnología en América Latina cuentan ya con medio siglo de desarrollo en la región. El origen del campo en los años sesenta dotó de características propias que permanecieron, a lo largo de las décadas con diferentes niveles de intensidad, en el marco de nuevos modelos y formas de pensar el desarrollo y de afrontar las condiciones de pobreza y exclusión de nuestras sociedades. Una vez recorrida la etapa de profesionalización del campo –y en diálogo con la dinámica de construcción de estos estudios en los países del norte– se retomaron desde nuevas preguntas y perspectivas aquellas reflexiones iniciadas en los años sesenta, al tiempo que se generaron esfuerzos por construir miradas originales sobre los significados sociales, económicos y políticos de la ciencia y la tecnología. Así se construyeron enfoques y perspectivas analíticas que aprovechan los aportes del campo a nivel internacional y los alimentan con perspectivas regionales. Ciencia, tecnología y sociedad en América Latina está organizado en cinco secciones variadas y heterogéneas, referidas todas ellas a América Latina, en las que se discuten problemas sociales muy diversos. El rico caudal de estas investigaciones sostiene como objetivo común la superación del atraso y de la dependencia de nuestros países, y la búsqueda de estrategias adecuadas en pos de mejorar las condiciones de vida en la región. Con una perspectiva múltiple e interdisciplinar, investigadores jóvenes del continente muestran la riqueza y la relevancia de los estudios actuales en este campo.

Autores (as):  Rosalba Casas. Tania Pérez-Bustos. [Compiladoras]
Mauro Ricardo Alonso. Judith Naidorf. Nathalia Hernández Vidal. Ezequiel Sosiuk. Miguel Muñoz. Johanna Alexandra Cervantes García. Emiliano Martin Valdez. Adela Parra-Romero. Derly Yohanna Sánchez Vargas. Marcos Silbermann. Sandra Milena Agudelo-Londoño. Oscar Javier Maldonado Castañeda. Olga Restrepo Forero. María Schmukler. Lucca Vichr Lopes. Henry Chávez. César Camilo Castillo Estupiñán. Juan Layna. [Autores de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO. ESOCITE.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-426-9

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Libro(PDF): «La nueva humanización del agua. Una lectura desde el ambientalismo inclusivo»

Reseña: CLACSO

¿Y si sostuviéramos que -lejos de las extendidas estigmatizaciones que asocian la juventud de sectores populares con la delincuencia- un gran número de jóvenes de comunidades golpeadas por la violencia social y la ausencia de políticas públicas dedicara sus días a cuidar de otros jóvenes? El trabajo de Yicel Giraldo Giraldo y Alexander Ruiz Silva estudia la solidaridad como eje y motor de las organizaciones sociales juveniles volcadas a cuidar de sus semejantes, ensayando una interpretación de las apuestas éticas y políticas que despliegan las y los jóvenes de las comunas de Medellín para enfrentar situaciones adversas marcadas por el dolor y el sufrimiento. A través de 32 historias de vida de jóvenes, Solidaridad propone reconstruir la compleja trama de iniciativas y acciones solidarias que impulsan los jóvenes de las comunas de Medellín. La música, el audiovisual, la danza, el arte del grafiti y la defensa del medioambiente, son plataformas desde donde los jóvenes convocan al otro, lo afectan, lo conmueven, lo convocan a hacer comunidad.

Autores (as): Faccendini, Aníbal Ignacio

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2019

País: Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-425-2

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Los jóvenes en México están atrapados en la pobreza laboral

Redacción: Expansión

En México la gran mayoría de los jóvenes carece de trabajo o labora en condiciones precarias que violan sus derechos, señaló YouthBuild International.

Manuel no fue aceptado en su trabajo solo por vivir en una colonia estigmatizada por la violencia, acusa Tere Lanzagorta, representante de la organización YouthBuild International en México, para ejemplificar el grado de vulnerabilidad y las pocas oportunidades que existen para los jóvenes en el país.

E incluso, de los jóvenes que tienen trabajo, 8 de cada 10 no cuentan con los ingresos suficientes para adquirir una canasta básica para dos personas, mientras que el 51% carecen de seguridad social, agregó el lunes durante el anuncio de la creación de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, con la que buscan generar mejores condiciones para este sector de la población.

El proyecto fue presentado junto con otras 29 organizaciones.

 La juventud es una de las mayores riquezas de la nación y el potencial es enorme, las personas jóvenes tienen derecho a un trabajo digno, pero en México la gran mayoría de los jóvenes carecen de trabajo o trabajan en condiciones precarias que violan sus derechos

Tere Lanzagorta, representante de YouthBuild International

Dijo que en el país hay cerca de 32 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, de los cuales más del 50% son mujeres. Y agregó que el universo se va reduciendo si contamos solo los que trabajan, y se hace todavía más pequeño para quienes trabajan y tienen seguridad social.

María Ayala, de la organización civil Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, expuso que los jóvenes padecen mayor desempleo y condiciones más precarias en el trabajo, inestabilidad y bajos ingresos. Coincidió en que de los 32 millones, hasta 2018 solo 15.5 tenían trabajo.

Detalló que el 80% de esos jóvenes con empleo tenía un ingreso menor al costo de la canasta básica, mientras que la mitad (51%) carece de seguridad social.

“Es escandaloso que la mitad de los jóvenes no tengan acceso a seguridad social, nos da cuenta de lo muy mal que está el mercado laboral en México”, afirmó Ayala.

Buscan trabajo digno

El colectivo de organizaciones busca impulsar el derecho al trabajo para jóvenes, especialmente para quienes viven en rezago y vulnerabilidad.

De acuerdo con el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 42.4% de los adolescentes y jóvenes entre 12 y 29 años se encuentran en situación de pobreza en 2018.

Al respecto, las organizaciones consideraron que con base en las normas, criterios y estándares internacionales los jóvenes tienen derecho a trabajos libremente elegidos, jornadas con días de descanso y horario no mayor a ocho horas diarias, así como pago por horas extras.

También a recibir pago igual para trabajo igual, sin distinción de sexo o edad, contar con seguridad e higiene en el trabajo, protección contra accidentes y enfermedades laborales, e indemnización en caso de despido.

Andrea Méndez, directora de la Fundación Forge, aseguró que reconocen las medidas del nuevo gobierno que pueden contribuir al trabajo digno de jóvenes, como la recuperación gradual del salario mínimo y la reciente reforma laboral , pero consideran que para lograr el trabajo digno de esta población se requiere impulsar la articulación de políticas y programas, evitar los recortes al presupuesto a la educación técnica y tecnológica, priorizar la atención a jóvenes con mayores condiciones de rezago educativo y vulnerabilidad e impulsar nuevas opciones educativas para los mayores de 18 años que dejaron inconclusos sus estudios.

El colectivo pidió también la creación de cooperativas y diversas formas asociativas para la generación de empresas sociales y emprendimientos impulsados por jóvenes, con fondos de capital; impulsar una política de servicios de cuidado infantil para que las mujeres puedan incluirse más en el mercado laboral.

Otras de las medidas que tomarán para promover el trabajo digno para los jóvenes es enfrentar el outsourcing ilegal y los modelos de negocios basados en bajos salarios, evasión de seguridad social y cero prestaciones, así como evitar todas las formas de discriminación que generan obstáculos para el ejercicio del derecho a trabajo, así como que no haya más casos como el de Manuel, a quien por su lugar de procedencia se le vulneraron sus garantías como persona y joven.

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Noelia Barbeito: «Somos docentes que queremos que la educación pública sea una prioridad»

Redacción:  La Izquierda Diario

“Cuando decimos hay que dar vuelta las prioridades y que la educación pública este primero, lo decimos sabiendo muy bien que pasa en las escuelas y cuáles son las necesidades de la comunidad educativa”, comienza diciendo Noelia Barbeito. Profesora de Historia, Noelia es la candidata a gobernadora del Frente de Izquierda Unidad en estas elecciones y fue noticia por haber vuelto al aula tras su mandato como senadora provincial. “Para mí fue un orgullo haber llevado a la Legislatura la voz y la lucha de los y las trabajadoras de la educación, como cuando se votó el Ítem Aula”, resume.

En estas Paso, Noelia viene acompañando a Lautaro Jimenez, quien encabeza la lista de diputados nacionales, en recorridas por barrios y charlas por toda la provincia. Lautaro actualmente es senador provincial y también es un trabajador de la educación: “soy maestro de grado y durante años trabajé en escuelas del Algarrobal, en Las Heras, ahí pude conocer la realidad de miles de familias trabajadoras y las penurias que sufre la educación pública. Por eso nos indignamos tanto con el cinismo del gobernador y sus funcionarios, comenta.

– ¿Cuándo dicen que la educación pública sea una prioridad, a que se refieren?

NB: Es sencillo, en campaña todos hablan de salud y educación, pero nadie dice como lo va a hacer y cuando son gobierno, ya sean peronistas o radicales, son lo primero que atacan. Nosotros pensamos al revés, nosotros, como los miles de trabajadores y trabajadoras de la educación que hacen que funcionen las escuelas todos los días, defendemos la educación pública todo el año. Porque nosotros mismos somos trabajadores y trabajadoras de la educación que nos organizamos para dar vuelta la historia. El gobernador habla de calidad educativa pero no dice nada de las condiciones edilicias en las que están las escuelas y peor aún, recortan las meriendas de los pibes en una situación de crisis donde cada vez más familias dependen del alimento que reciben en las escuelas.

Yo soy docente en el terciario de Tunuyàn y veo el esfuerzo que hacen cientos de chicos y chicas y sus familias para poder estudiar. No solo para poder pagar los apuntes o el boleto, que es carísimo para un estudiante que viaja todos los días, sino en el contexto general, donde la desocupación se duplicó en la provincia.

– Justamente el boleto educativo es una de las principales propuestas del FIT…..

NB: Exactamente, porque el gobierno prioriza el negocio de los empresarios del transporte por sobre el derecho a acceder a la educación de miles de mendocinos y mendocinas. Yo estoy segura que todos esos funcionarios que les niegan ese derecho básico a los pibes no tienen ni idea de cuanto gasta una familia en que sus hijos viajen a estudiar.

Barbeito y Jimenez junto a Nicolàs del Caño
Barbeito y Jimenez junto a Nicolàs del Caño

LJ: A eso nos referimos con invertir las prioridades, garantizar el boleto educativo ni siquiera alteraría el presupuesto provincial si los diputados y senadores cobraran como una maestra como hacemos desde el FIT. Cuando la DGE nos contestó en 2016 cuánto costaría, era la misma cantidad de dinero que se gasta en el sueldo los diputados y senadores provinciales, que son sólo 86 personas. Si terminamos con los privilegios de los políticos, podríamos garantizar que cientos de miles de jóvenes puedan estudiar.

– Todas las semanas hay noticias de problemas edilicios en escuelas, ¿Cómo se podría solucionar eso para ustedes?

LJ: el gobierno habla de austeridad en las cuentas, pero en realidad es ajuste en educación y salud. ¿Se destinan alrededor de 400 millones de pesos en subsidios al transporte, por un servicio caro, pero no hay plata para el salario de los trabajadores y trabajadoras de la educación? Destinan millones en garantizarle las ganancias a empresarios a través de subsidios o bonos fiscales, pero son durísimos con las maestras, que están por debajo de la línea de la pobreza y ni hablar del salario de las y los celadores. Y pasan los gobiernos, se alternan peronistas y radicales, y la situación de las escuelas sigue siendo la misma o peor.

El gobierno de Cornejo se ha ensañado con las maestras de Mendoza, no solo con sus permanentes ataques verbales o el Ítem Aula, sino con persecución, como la que vienen sufriendo distintos compañeros y compañeras del Sute.

NB: el año pasado vimos como miles de estudiantes y docentes en toda la provincia salieron a la calle en defensa de la educación pública, ese es el camino para defender la educación. A través de las “carreras prioritarias, el gobierno dejo en peligro de cierre decenas de institutos terciarios en toda la provincia y fuimos miles los que salimos a defender el derecho a estudiar de los jóvenes en toda la provincia. Ningún joven se debería quedar sin poder estudiar, por eso proponemos, además del boleto educativo, becas integrales y jardines infantiles en todos los establecimientos educativos.

– ¿Cómo impacta la crisis en las escuelas?

NB: Yo lo veo en el terciario en la cantidad de pibes que tienen que dejar de cursar por no poder pagar el boleto o tener que salir a trabajar porque en la casa no alcanza la plata. Además, nuestras compañeras de la Agrupación 9 de Abril, que es parte de la conducción que recuperó el Sute, todos los días cuentan como en las escuelas tienen que estirar las raciones de comida porque cada vez más chicos las necesitan y el gobierno las recorta.

LJ: en las escuelas se ve claramente todas las consecuencias de la crisis. Los problemas de vivienda y trabajo de todas las familias mendocinas se ven en las escuelas a través de los chicos. Las escuelas no son islas como nos quiere hacer creer el gobierno.

– ¿Por qué hay tantos trabajadores de la educación en las listas del FIT?

LJ: Porque esta realidad de la que hablamos se puede cambiar. Porque de la mano del FMI se vienen nuevos ataques contra la educación es que nosotros planteamos en que hay que invertir las prioridades Por eso las listas del FIT en todo el país están repletas de trabajadores y trabajadoras de la educación que quieren llevar esta pelea adelante. No solo estamos nosotros sino también es parte de la lista de diputados Mauricio López Monte, docente de Malargüe y nuestras compañeras Maile Rodriguez y Virginia Pescarmona son candidatas a intendentas de Guaymallén y Maipú respectivamente. Además, Maile viene acompañando como diputada, junto a Macarena Escudero, los reclamos de decenas de escuelas como la Candelaria por un nuevo edificio o la lucha de las escuelas del barrio La Favorita contra el recorte a las meriendas.

– Por último, ¿Qué pasaría si todos los funcionarios cobraran como una maestra?

NB: Tendrían que vivir como un trabajador, como cualquiera de nosotros y no como viven ahora, como empresarios. Nosotros cuando llegamos a la Legislatura ya cobrábamos como una maestra porque de eso trabajamos siempre y en mi caso volví a dar clases cuando se me terminó mi mandato, porque somos trabajadores y trabajadoras que hacemos política para defender los derechos de las mujeres, los trabajadores y la juventud.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Noelia-Barbeito-Somos-docentes-que-queremos-que-la-educacion-publica-sea-una-prioridad

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Entrevista al profesor Manuel Aguilar Hendrickson: “El salario ya no puede garantizar niveles aceptables de bienestar y seguridad material”

Redacción: Rebelión

Manuel Aguilar ha centrado en los últimos años su actividad de investigación sobre las transformaciones de los servicios sociales. Nacido en New York en 1958 es uno de los perfiles en redes más activos de especialistas para comentar la realidad de las políticas sociales en España. Es coautor, entre otros, de libros como El salario social sudado (1989) y La caña y el pez (1995).

Empecemos por el principio, ¿qué son las políticas sociales?

Podríamos hablar de las políticas sociales en abstracto, pero creo que lo que analizamos y debatimos son los mecanismos, articulados desde lo público, que las sociedades capitalistas desarrolladas fueron poniendo en marcha desde finales del siglo XIX, y más coherentemente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, para hacer compatibles la acumulación de capital, el bienestar material de la gran mayoría de la población y estabilidad política en sistemas políticos de tipo democrático. Eso que llamamos Estado de bienestar o Estado social, entre otros nombres. Se fundamenta en un “círculo virtuoso” entre reivindicación obrera de bienestar material y acumulación de capital en las industrias de consumo masivo.

EN UN MERCADO DE TRABAJO ASÍ, UN SISTEMA DE GARANTÍA DE RENTAS QUE SÓLO PROTEGE CUANDO FALTA EL SALARIO (NO CUANDO ES INSUFICIENTE) PIERDE MUCHA DE SU EFICACIA PROTECTORA

Lo que me parece crucial es que no se trata de políticas orientadas a satisfacer necesidades de las personas en abstracto, en cualquier situación, sino en un contexto económico y social muy determinado. El modelo de Estado de bienestar “clásico” fue la forma de cubrir necesidades y proteger frente a riesgos en sociedades de producción industrial masiva, consumo de masas y familia nuclear patriarcal, por resumir mucho. El salario del obrero debía bastar para asegurar el bienestar material de la familia; el Estado debía sustituir el salario cuando se perdía, completarlo en función de las “cargas familiares” del cabeza de familia y producir ciertos bienes públicos básicos, como la educación, la sanidad y, no olvidemos, la vivienda. De los cuidados se ocupaba la otra persona adulta del hogar, es decir, la esposa del trabajador “sustentador del hogar”.

Ese Estado de bienestar “clásico” parece estar en crisis desde los años 70. ¿Qué podemos esperar de su desarrollo diz años después de la crisis de 2008?

Desde finales de los 60, y más claramente a partir de los 70 y 80, ese modelo económico entra en crisis y va dando lugar a otro diferente. Pero hay varias cosas que han cambiado profundamente y que ponen en crisis al Estado de bienestar “clásico”, cuyas herramientas no responden bien a nuevos problemas.

En mi opinión, el más importante para las políticas sociales es el paso a un modelo de “empleo total”, es decir, de incorporación al empleo remunerado no sólo de los varones cabezas de familia de la época fordista, sino también de las mujeres adultas, que en el modelo clásico “volvían” al hogar al casarse o tener el primer hijo. Esa incorporación se produce, a mi modo de ver, como resultado de otro “círculo virtuoso” entre reivindicación feminista de igualdad y plena participación y necesidades de flexibilidad laboral en el nuevo contexto globalizado.

En ese nuevo contexto entran en crisis, en primer lugar, los cuidados, que ya no cuentan con el volumen de trabajo (femenino casi todo) disponible en el viejo modelo familiar. De ahí la “aparición” de nuevas necesidades (habría que decir la emersión de necesidades que antes se cubrían de otro modo) como el cuidado de la primera infancia o los cuidados de larga duración, asuntos clave en la agenda actual de las políticas sociales.

Otro de los grandes frentes de crisis del viejo modelo es que, al menos para una parte sustancial de las personas con empleo, el salario ya no puede garantizar niveles aceptables de bienestar y seguridad material. Eso tiene que ver sobre todo con el volumen de trabajo que sectores amplios de la población logran “vender” (empleos de días, a tiempo parcial, etc.), más que con la retribución horaria, aunque ésta también influya. En un mercado de trabajo así, un sistema de garantía de rentas que sólo protege cuando falta el salario (no cuando es insuficiente) pierde mucha de su eficacia protectora.

Acaba de publicarse el libro de Sara Mesa Silencio Administrativo sobre los laberintos burocráticos de las prestaciones sociales. Además, el Parlamento Vasco ha estado discutiendo sobre el desarrollo de su Renta de Garantía de Ingresos. ¿Cuál es la situación de estas políticas en España?

Las rentas mínimas son una realidad variada y compleja. Desde sus inicios con el Ingreso Mínimo Familiar vasco en 1989, las rentas mínimas autonómicas han oscilado entre dos polos: un derecho garantizado a un ingreso mínimo, acompañado de ofertas de apoyos para la inserción (con una condicionalidad “limitada”) en un extremo, y unas prestaciones económicas fuertemente condicionadas a seguir un “plan de inserción”, en el otro extremo. En ningún caso han sido totalmente incondicionales, pero los diferentes grados y tipos de condicionalidad hacen a veces difícil tratar a todas las rentas mínimas como la misma cosa. Esa tensión se ha inclinado mayoritariamente hacia la condicionalidad dura (en ocasiones habría que hablar de discrecionalidad en el acceso).

La principal excepción a lo largo de estos 30 años ha sido la vasca, claramente situada en el primer modelo, con algunos vaivenes. Navarra y Asturias han sido ejemplos de un modelo intermedio, con elementos de discrecionalidad, pero con cobertura relativamente elevada. Desde 2015 se han producido reformas en varias comunidades que van en esa línea de menor condicionalidad y más cobertura, aunque aún sea pronto para una valoración completa.

LA IMPORTANCIA DE LAS RENTAS MÍNIMAS HA AUMENTADO MUCHO DESDE LA GRAN RECESIÓN. LAS COMUNIDADES HAN PASADO DE GASTAR 440 MILLONES DE EUROS EN 2008 A 1.540 MILLONES EN 2017

Además de sus problemas “internos”, las rentas mínimas arrastran un problema de inserción en la arquitectura general de la protección social en España. Se mueven en el campo de la asistencia social autonómica, cuyo papel sería el de última red subsidiaria de la seguridad social contributiva y no contributiva. Eso requiere un reconocimiento por parte del Estado de ese papel. Pero cuando el Estado decide que se contabilicen las rentas mínimas como ingreso para acceder a la RAI o el subsidio de desempleo, está invirtiendo la subsidiariedad. Cuando el Estado limita prestaciones asistenciales por desempleo en muchos casos está descargando esas situaciones en los programas autonómicos, sin que por ello mejoren los recursos de las comunidades autónomas. La clarificación de responsabilidades y la lealtad institucional son claves cuando se reparten tareas entre niveles de gobierno distintos.

Globalmente, la importancia de las rentas mínimas ha aumentado mucho desde la Gran Recesión. Las comunidades han pasado de gastar 440 millones de euros en 2008 a 1.540 millones en 2017. Sin embargo, están lejos de asegurar una protección significativa salvo en el País Vasco, Navarra y Asturias, fundamentalmente. Sin embargo, su cobertura es aún muy insuficiente en la mayoría de los casos.

Los debates sobre un sistema de seguridad social basado en una Renta Básica Universal (RBU) tiene precisamente uno de sus frentes en estas deficiencias del sistema actual de rentas mínimas ¿Cuál es su opinión sobre cómo se están produciendo estos debates?

El primer problema que veo en el debate sobre la renta básica es que se presenta como una solución sencilla y capaz de resolver de una vez por todas el problema de la pobreza o la inseguridad económica. Sin embargo, cuando se pasa de la idea de la renta básica a su concreción política e institucional, aparecen problemas y aristas que muestran que las cosas no son tan sencillas ni mucho menos.

Dos cuestiones que cambian radicalmente el sentido de una RBU es su cuantía y si en paralelo se mantienen las prestaciones y servicios públicos existentes o no. Los defensores de “izquierda” de la RBU suelen defender que se mantengan, los “liberales” o de “derecha” suelen ligarla a su supresión. Es un ejemplo de cómo muchos de los consensos amplios sobre la RBU son más frágiles de lo que parece. Algo parecido sucede cuando se pone sobre la mesa la presión fiscal necesaria para financiarla.

En esencia, la idea de la renta básica es la de una garantía de ingresos caracterizada por tres rasgos: universalidad (todo el mundo accede, con independencia del nivel de renta), incondicionalidad e individualización. Los tres rasgos tienen aspectos muy positivos, pero encierran dificultades que a veces se pasan por alto.

La universalidad tiene las ventajas de la no estigmatización y ahorrarse la comprobación de ingresos. Sin embargo, la comprobación de ingresos reaparece en toda su intensidad en el sistema fiscal con su presión aumentada, y la universalidad supone redistribuir un volumen mucho mayor de recursos (aunque su efecto neto pueda ser parecido).

Hoy conocemos muchos efectos negativos de la condicionalidad, al menos de la condicionalidad “dura”: daños a la salud mental y el bienestar de las personas, focalización en el cumplimiento y no en buscar salidas creativas a los problemas. Sin embargo, la RBU sólo funcionaría si los sectores de la población que “optasen” por no trabajar y vivir “frugalmente” no pasan de un cierto nivel.

La individualización supone dar autonomía a los miembros de los hogares rompiendo con la idea (arrastrada del modelo fordista) de que hay un miembro portador de derechos sociales y el resto son “cargas familiares”. Sin embargo, su aplicación estricta supone ignorar las economías de escala que se producen en lo hogares: 600€ para una persona sola no equivalen a 1.800€ para tres que conviven.

LA INDIVIDUALIZACIÓN SUPONE DAR AUTONOMÍA A LOS MIEMBROS DE LOS HOGARES ROMPIENDO CON LA IDEA DE QUE HAY UN MIEMBRO PORTADOR DE DERECHOS SOCIALES Y EL RESTO SON “CARGAS FAMILIARES”

Estas dificultades no significan que la universalización, la incondicionalidad o la individualización carezcan de sentido. Pero me llevan a pensar que tiene más recorrido una serie de reformas progresivas en esas tres direcciones que su implantación de golpe en un único dispositivo. Por ejemplo, una asignación universal mensual por hijo a cargo, computable como renta para modularla, sería un inicio de RBU (para una parte de la población). De hecho existe en muchos países. Sería posible rebajar mucho la condicionalidad de las prestaciones de desempleo y de renta mínima sin eliminarla del todo, por ejemplo, considerando la dedicación al estudio o a los cuidados como justificación para rechazar una oferta de empleo. Las prestaciones que toman como referencia el hogar podrían fraccionarse para cada adulto manteniendo la escala de equivalencia para calcular la cuantía total.

Acaba de pasar otro 8M histórico ¿en qué medida el feminismo puede señalar un camino del desarrollo del Estado de bienestar?

Creo que la posición de las mujeres en el cambio profundo de modelo económico y social al que me refería antes ayuda a explicar la centralidad actual del feminismo. El 8 de marzo es el 1 de mayo del siglo XXI. La flexibilidad/precariedad laboral o la tensión entre trabajo de cuidado y empleo, la cuestión de qué peso y qué papel deben tener cada uno en nuestras vidas, son temas que el feminismo ha abordado porque “afectaban” más directamente a las mujeres pero que van al corazón de las reformas y desarrollos de las políticas sociales para todas las personas que están sobre la mesa.

Por último, hay una comunidad bastante activa en twitter de académicos que debate sobre estos temas. ¿Cómo valora este espacio?

No me atrevo a juzgar el impacto real de esas conversaciones. La parte más interesante de espacios como Twitter es que, por un lado, pueden ser como los antiguos teletipos de agencia, un flujo de informaciones de interés si sabes seleccionar y no te apabulla el exceso de información. Por otro, a mi me ha permitido recuperar la relación de conversación e intercambio regular con gente con la que la distancia física lo hacía difícil, y entrar en contacto con gente que no conocía. En último término, cada uno somos responsables de cuántas cosas interesantes y cuanta basura aparecen en nuestro timeline.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=255256

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Neoderechas: contra el laicismo y los derechos sociales

Por: Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
Prensa Latina
La conquista del laicismo fue uno de los objetivos de los radicales y liberales latinoamericanos que enfrentaron a los conservadores y a la iglesia católica durante el siglo XIX y buena parte del XX. Con la implantación del laicismo coincidían varios principios: separar el Estado de la iglesia, secularizar a la sociedad, institucionalizar el matrimonio civil y el divorcio, instaurar el registro civil, respetar la libertad de cultos, garantizar la libertad de pensamiento, así como de imprenta.

De manera que lograr el poder e implantar esa gama de principios liberales tuvo, en el camino, duras confrontaciones -y hasta guerras civiles- porque ni la iglesia católica ni los conservadores estuvieron dispuestos a permitir el dominio de tesis que consideraban la encarnación del demonio o, por lo menos, de los ateos, masones, impíos y herejes que las fomentaban.

El ejemplo histórico de estos procesos ha sido México, durante La Reforma (1858-1861): gracias a la Constitución liberal de 1857 y a los gobiernos de Benito Juárez (entre 1858 y 1872) se implantó el laicismo. Procesos parecidos ocurrirían en otros países latinoamericanos. En Ecuador, el triunfo de la Revolución Liberal (1895), acaudillada por Eloy Alfaro y la Constitución de 1906, conquistó los principios y valores liberales y laicos. Sin embargo, en Colombia el laicismo fue recién introducido, en forma definitiva, en la Constitución de 1991.

Otro proceso crucial en la historia de América Latina ha sido la conquista de los derechos sociales y laborales. Ello fue posible por el ascenso de las luchas de campesinos, indígenas, trabajadores y pobladores, acompañados de intelectuales y profesionales que defendían sus causas, fenómeno que ocurre a fines del siglo XIX y, particularmente, con el avance del siglo XX.

Fueron, además, síntomas del progreso de las relaciones capitalistas que tuvieron distintos ritmos, pues en buena parte de los países latinoamericanos los regímenes oligárquicos continuaron vigentes hasta mediados del siglo XX.

Nuevamente, como una especie de momento histórico definitorio, se ubica la Revolución Mexicana de 1910 y, especialmente, su Constitución de 1917. En este 2019, precisamente, se conmemora el centenario de Emiliano Zapata (1879-1919), uno de los campesinos revolucionarios del México insurgente.

Con la Constitución mexicana fueron reconocidos la reforma agraria y los principios laborales más sensibles: pro-operario, jornada máxima, salario mínimo, contratación individual, sindicalización, huelga, indemnizaciones, seguridad social, reparto de utilidades. En Ecuador, la Revolución Juliana (1925-1931) marcó el inicio de un largo proceso para superar el régimen oligárquico, e implantó similares derechos sociales consagrados por la Constitución de 1929. En Brasil, la Carta Magna de 1934 reconoció esos derechos, aunque en forma tibia, si se la compara con la mexicana o la ecuatoriana.

Sin duda, en América Latina podemos encontrar otros fundamentos históricos a procesos que vive la región en la actualidad. Pero resalto los dos que he mencionado, esto es el laicismo y los derechos sociales-laborales como ejes vertebradores de lo que ha sido la evolución política en el siglo XX e inicios del XXI.

Y esto porque, tras el ciclo de los gobiernos progresistas latinoamericanos, el retorno del conservadorismo político y el neoliberalismo económico se asientan en burguesías y oligarquías cuya agresividad conceptual no tiene límite alguno en romper con las viejas conquistas históricas.

En Brasil, precisamente, de la mano de las sectas evangélicas y hasta de las máximas figuras del gobierno de Jair Bolsonaro, la religiosidad revive para hacer frente a la política, la intolerancia apunta a desmontar el laicismo, la fe se abandera contra el evolucionismo darwiniano, el cuestionamiento y ataque a las diferencias sexuales y de género, o el racismo y el clasismo con aires de superioridad, adquieren su rumbo propio y, además, son bendecidos y saludados por la elite “blanca”.

Los conceptos del neoliberalismo restaurado sobre bases fanáticas definen rumbos que retroceden a la época de las luchas conservadoras contra los liberales y radicales. Es la era de las neoderechas. Y parece que Marx recobra vigencia cuando sostuvo que la religión era el opio del pueblo.

Lo mismo ocurre en el campo de los derechos sociales-laborales. De la mano de burguesías rentistas, conservadoras y reaccionarias, en todos los países se clama por la “flexibilidad” y la precarización del trabajo, con el supuesto de que ello dinamizará a la empresa privada y permitirá la ocupación de nueva fuerza de trabajo ahora acumulada en el sector informal y subocupado. Se trata de otro retorno a épocas anteriores, a situaciones laborales que existieron antes de la implantación de las Constituciones sociales latinoamericanas.

Con burguesías que van delineando un camino hacia el fascismo criollo, bajo regímenes electorales y formalmente democráticos -dentro de los cuales se destruyen principios y conquistas históricos-, América Latina bien podría entrar a un ciclo de nuevo dominio oligárquico. El único camino para evitarlo sigue siendo el trabajo intelectual continuo sobre las conciencias colectivas, la movilización de los sectores populares y la organización de la sociedad, a fin de que la resistencia no sea pasiva, sino activa.

Juan J. Paz-y-Miño Cepeda es Doctor en Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela. Decano de la Facultad de Comunicación, Artes y Humanidades de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). Coordinador Académico, en Ecuador, de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia.

Fuente: http://firmas.prensa-latina.cu/index.php?opcion=ver-article&cat=P&authorID=129&articleID=2613&SEO=paz-y-mino-cepeda-juan-jose-neoderechas-contra-el-laicismo-y-los-derechos-sociales

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El bárbaro modelo educativo neoliberal

España / 20 de enero de 2019 / Autor: Rafael Silva / Fuente: Contrainformación

Hemos de fomentar una educación que promocione valores alternativos al ideario neoliberal

Antes que ver la enseñanza como una práctica técnica, la educación debe ser considerada una práctica moral y política bajo la premisa de que el aprendizaje no se centra únicamente en el procesamiento del conocimiento recibido, sino en la transformación de este como parte de una lucha más amplia por los derechos sociales, la solidaridad y la construcción de un mundo más justo y mejor

Enrique Díez Gutiérrez, Profesor de la Universidad de León y responsable del Área Federal de Educación de IU

Asistimos, sobre todo desde el enfoque que puso en marcha la LOMCE del ex Ministro José Ignacio Wert (hoy día este personaje es nuestro representante educativo en la UNESCO, disfrutando de un dorado retiro en París), a una progresiva implantación del modelo neoliberal también en el ámbito educativo. No sería tan preocupante si no fuera porque precisamente el ámbito educativo es el pilar fundamental para proyectar a los ciudadanos y ciudadanas del mañana, residiendo ahí la diferencia entre que tengamos o no generaciones responsables, cívicas, cultas, críticas y sensibles. La base de la pirámide para conseguir esto es el sistema educativo, y el neoliberalismo, como no podía ser de otra forma, arrima el ascua a su sardina, y va preparando a los estudiantes de hoy para su gente del mañana, gente a la que prefiere mal formada, acrítica, moldeable y obediente al sistema. De ahí la importancia que tiene diseñar un buen modelo educativo.

En nuestro Blog ya desarrollamos en su día una serie de 13 artículos detallando las perversiones de la LOMCE, y allí remito a los lectores/as que deseen más amplia información sobre el sistema educativo vigente actualmente, aunque no en su totalidad, y en muchas Comunidades Autónomas en pleno desmantelamiento. Como alternativa, también publicamos la serie “Por una Educación Pública a todos los niveles”, donde también remito a los lectores/as interesados/as en ampliar la visión y las posibilidades sobre lo que se puede/debe plantear. Bien,  la idea principal de este bárbaro modelo es la siguiente: el sistema educativo tiene que estar al servicio del capitalismo. Es decir, se trata de transformar todas las estructuras y modos de impartición y gestión de la enseñanza a todos los niveles (desde el infantil hasta el universitario), para que sirvan a los objetivos finales del capitalismo. La siguiente pregunta podría ser por tanto: ¿Y qué tipo de sistema educativo necesita el capitalismo? Pues básicamente, un sistema educativo que forme personas dóciles y poco críticas con el propio sistema capitalista. Esto será mucho más difícil de conseguir mediante un sistema educativo público, gratuito y de calidad, y por tanto, el primer objetivo es dar peso a los centros privados y concertados, y recortar en todos los frentes (profesores, dependencias, retribuciones, medios, ratios, etc.) en el sistema público, hasta que éste se convierta en un sistema educativo residual.

A la vez, el sistema educativo público, además de recortado, ha de formar a las personas con menos recursos, a las que se les brindarán menores posibilidades, mientras que las personas con mayores recursos serán desviadas a los centros privados y/o concertados, dotados de más medios y posibilidades, con lo cual estamos construyendo un sistema elitista. De hecho, son las intenciones del “trifachito” (en expresión de Gerardo Tecé) que va a gobernar la Junta de Andalucía. El segundo gran parámetro a considerar es que el sistema educativo, para servir bien al capitalismo, ha de estar imbuido de su propia filosofía, y a su vez esto se manifiesta en varios frentes: no sólo no ha de cuestionar el propio sistema capitalista, sino que además ha de difundir sus ideales, sus bases y sus valores, por ello el propio sistema educativo ha de funcionar como un negocio, es decir, sujeto a parámetros mercantilistas, tales como la selección del alumnado, la publicación de ránkings, o la eliminación de la democracia en el funcionamiento de los propios centros. Para ello, se elimina la capacidad de decisión de los órganos colegiados, se le concede máximo poder al Director/a del centro, y a su vez éste se nombra desde la propia Administración.

Por último, se van perfilando unos contenidos educativos claramente ideologizantes, que vayan formando al alumnado en los valores capitalistas: la colonización del “sentido común”, la ética del “emprendedor”, la explotación, la competitividad, el valor de lo privado frente a lo público, de lo individual frente a lo colectivo, etc. Para ello, se eliminan una serie de asignaturas que puedan educar en otros valores (Educación para la Ciudadanía es el mejor ejemplo de ello), se establecen una serie de asignaturas troncales con mayor peso (para restar peso a otras), y se establecen (para centralizar la evaluación de resultados) una serie de pruebas de evaluación externas, controladas por comités estatales. La guinda del pastel la pone la relevancia recuperada de la asignatura de religión, para que por supuesto, los alumnos sigan formándose en los valores de la Religión Católica, con lo cual se ayuda también a difundir los valores de la misma, tales como la oposición al aborto, la primacía del patriarcado, el relevo de la mujer a sus tareas domésticas, y el cuestionamiento de las opciones sexuales y de los modelos de familia.

Todo ello nos dibuja el panorama donde este bárbaro modelo nos conduce: un sistema educativo sexista, discriminatorio, desigual, que dé apoyo a los centros privados, que elimina la democracia decisoria en los centros, que fomenta el elitismo, la excelencia para los centros privados, la eliminación de fondos para los centros públicos, los recortes en profesorado, la elevación de ratios, el endurecimiento del sistema de becas y ayudas al estudio, la legitimación de las desigualdades, la instauración de valores del capitalismo, la dictadura de los valores religiosos, la instauración de evaluaciones externas, el desprestigio de la actividad docente, la elección de itinerarios tempranos, el cambio de funcionamiento de los centros bajo criterios mercantilistas, el fomento de la competitividad entre los propios centros, la publicación de ránkings, la capacidad de selección del alumnado, el apoyo de patrocinadores privados, o el mayor peso de la propia Administración para controlar que todo este edificio, toda esta arquitectura del sistema educativo sirva perfectamente al capitalismo.

La idea básica que subyace es la transformación completa del derecho humano a la educación en un negocio, proceso que se suele acompañar de múltiples mantras y falacias, tales como el derecho de los padres a “la libertad de elección”. Todo ello va parejo también a la apropiación privada del conocimiento público y la desvirtuación de la investigación, procesos que afectan sobre todo al nivel universitario, y que ya quedaran planteados desde el famoso “Plan Bolonia”. Precisamente el nivel universitario es el que más hostilidad y competencia está presentando frente al modelo público, pues la lista de Universidades privadas aumenta paulatinamente, mientras que las Universidades públicas se estancan. Y es también este nivel el que mayores cotas presenta de lo que se ha dado en llamar el filantrocapitalismo, o el mecenazgo privado para diversos contenidos, proyectos y programas educativos (y así, podemos contemplar Másteres universitarios patrocinados por bancos, empresas de telecomunicaciones, empresas de servicios, y un largo etcétera). Aquí por tanto es donde más se potencia la “oferta” privada, los valores y la ideología de la pedagogía neoliberal, la participación del mercado incluso en los trabajos finales de los estudiantes, etc. Hemos de revertir este modelo de “Capitalismo Académico”, que se centra en que los centros educativos miren cada vez más al mercado y a las empresas que a una buena y completa formación de sus estudiantes. Hemos de fomentar una educación que promocione valores alternativos al peligroso ideario neoliberal. Las nuevas generaciones nos lo demandan. Hemos de recuperar un modelo educativo enfocado a las personas, que incluya la planificación democrática de la educación, la inclusión que promueva la igualdad y la diversidad, la educación laica que respete la libertad de conciencia, etc. Si permitimos que nuestros jóvenes se formen bajo este bárbaro modelo, tendremos otra generación perdida.

Fuente del Artículo:

El bárbaro modelo educativo neoliberal

ove/mahv

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